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Texturas en Psicoanálisis Año 6 - Nº 1 Nov. 2006 116 Violaine Fua Púppulo : : Escribiendo una Institución

Tanto Freud como Lacan quisieron construir dispositivos e instituciones en la que los analistas pudieran encontrarse, lejos de los narcisismos particulares, abocados a un trabajo cuya causa fuera la causa del Psicoanálisis. Sabemos de las famosas reuniones de los miércoles en la época de Freud y de la Escuela Freudiana de París en la época de Lacan. Ambos devinieron fundadores, en el intento de construir una institución que causara, mantuviera y propagara la causa analítica. También sabemos que la historia ha escrito mucho acerca de los fenómenos imaginarios producidos en esas instituciones1 sostenidas por la transferencia a UN Maestro: las traiciones y los amores, los preferidos y los renegados en cada una, efectos a los cuales los analistas adeudamos hacer una lectura, que posibilite no entrar en las pasiones propias del rechazo o la adoración que se produce en cada singularidad por su relación a una institución -la cual deviene La Institución-, todo esto en el sentido de examinar las condiciones que hacen de una causa analítica, una causa de masas.

Con relación a ello, comenzaré por algunas reflexiones;Lacan comienza el Seminario I -seminario al cual refiere el inicio de su enseñanza-,

diciendo “Creo haberles demostrado que este es el punto de partida de Freud. Para él, siempre se trata de la aprehensión de un caso singular... ¿Qué quiere decir estudiarlo en su singularidad?. Quiere decir que esencialmente, para él, el interés, la esencia, el fundamento la dimensión propia del análisis es la reintegración por parte del sujeto de su historia, hasta una dimensión que...supera ampliamente los limites individuales”2, pues se refería al sujeto en su desconocimiento, tomado por el Discurso del A. Particularmente representativo es el siguiente fragmento del Seminario II 3: “Acá aparece lo que ya les señalé, a saber, que el inconsciente es el discurso del Otro. Este discurso del Otro, no es el discurso del otro abstracto, del otro en la díada del correspondiente, ni siquiera simplemente de mi esclavo. Es el discurso del circuito en el que estoy integrado. Soy uno de sus eslabones. Es el discurso de mi padre, por ejemplo, en tanto que mi padre ha cometido faltas que estoy absolutamente condenado a reproducir... Estoy condenado a reproducirlas, porque es preciso que retome el discurso que él me legó; no simplemente porque soy su hijo, sino porque la cadena del discurso... no es cosa que alguien pueda detener y yo estoy simplemente encargado de transmitirlo en su forma aberrante a algún otro. Tengo que plantearle a algún otro el problema de una situación vital con la que muy posiblemente él también va a toparse, de tal suerte que ese discurso, forma un pequeño circuito, en el que quedan así una familia, una camarilla, un bando, una nación o la mitad del globo. Forma circular de una palabra, que está justo en el límite del sentido y el sin sentido, y que es problemática. Sólo es introducida por el registro del lenguaje, por la función del símbolo, por la problemática de la pregunta en el orden humano. Sólo fragmentada, descompuesta, queda prendida la vida en lo simbólico. El propio ser humano, está en parte, fuera de la vida, participa

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del instinto de muerte, de la pulsión de muerte. Sólo desde ahí, puede abordar el registro de la vida” y en la página 289, dice: “En sí mismo, el juego del símbolo representa y organiza, independientemente de las peculiaridades de su soporte humano, ese algo llamado sujeto. El sujeto humano, no fomenta este juego, ocupa en él su lugar y desempeña allí, el lugar de los pequeños más, y de los pequeños menos”. Recordemos que esta hablando del juego del Par-Impar. “El sujeto mismo es un elemento de esa cadena, que tan pronto como es desplegada, se organiza de acuerdo a leyes. De modo que el sujeto se halla, siempre en varios planos, apresado en redes que se entrecruzan”

Ahora bien ¿Cómo se produce la transmisión de ese Discurso, de una generación a la siguiente? Claramente no es por la vía de la pronunciación oral. ¿ Y cómo mostrar el modo en que un rasgo que estaba en el exterior (digamos, en el A), devino interior? El Seminario IX introduce una figura topológica: el toro, y su reversión: trique. Para trabajar esto, voy a tomar el libro Clínica de la identificación de Clara Cruglak4.

1L a i d e n t i f i c a c i ó n p r i m a r i a

Sería aquella descripta por Freud como previa a todo enlace afectivo con el objeto. Supone el primer impacto de la palabra sobre el sujeto, funcionando como condición de toda identificación. Lacan, hablando de las identificaciones freudianas, dice que la identificación primaria es a lo Real del A Real, es decir, estamos en el campo de la falta en lo Real: y ¿qué es lo Real del A Real? El vacío5. El organismo deviene humano por la incorporación del vacío del A.

En la clase 2 del Seminario L´Insu..., Lacan dice que la estructura del cuerpo es tórica, pero no se refiere a cualquier toro: es un trique, vale decir, una figura topológica similar a una cámara de la rueda de un auto, que mediante un corte en su superficie, puede revertirse sobre sí misma, posibilitando que el espacio exterior pase a formar un vacío en su interior. Lacan, al decir que la estructura del cuerpo es tórica nos dice que para tener un cuerpo es necesario un corte, corte mediante la palabra, que hace que la carne devenga cuerpo.

Entonces tenemos, un primer momento, mítico, previo al impacto de la palabra sobre la carne.


TORO

La palabra, entonces, impactando sobre la carne, produce un corte, “mata la cosa” (decía Lacan tomando a Hegel) por el cual, la carne deviene cuerpo simbólico = superficie de inscripción, “cuerpo ordenado a los significantes”. Sin embargo, a veces puede ocurrir que en vez de un “corte” (habilitando en el sujeto la posibilidad de enlazarse al A, mediante la operatoria del significante del Nombre del Padre) se produzca un “desgarramiento” (cuando sucede esto, si bien el significante del Nombre del Padre ha operado, la marca de tal operación deja al sujeto dificultado en su lazo al A).6 Hablamos de lo más puramente real de la langue materna. Se trataría del impacto de la palabra sobre la carne, y el efecto triple de ese impacto diferencial (corte ó desgarramiento en relación no sólo a la langue materna como simbólica, sino al efecto imaginario en ese niño y a lo real del A, esto es, al hecho mismo de que el sujeto pueda disponer de un lugar vacío, posible para alojar en su estructura propia, a un niño por venir).

1) CARNE PREVIA AL IMPACTO PALABRA

2) CORTE QUE INSTAURA SUPERFICIE

3) TRIQUE: REVERSIÓN DEL TORO = CONSTITUCION DEL CUERPO

Agujero interior Proveniente del exterior

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Se delimitan, entonces, dos espacios: aquello que era lo más puramente interior (endo) del toro ha devenido exterior, mientras que lo exterior al toro, se halla ahora en su interior (meso “la extimidad absoluta”, esto es, lo más extraño originalmente, queda dentro. En ese interior se delimita, entonces, un “lugar vacío”: el meso (por el efecto de la pulsión, relativa a la langue materna). Hay un vacío que se interioriza.

CUERPO SIMBOLICO

Trazo= Marca de ausencia Línea estructural localizada (testimonio eficaz de la operación realizada sobre la carne)

El sujeto ha incorporado el vacío propio de la estructura.

2L a i d e n t i f i c a c i ó n d e l s e g u n d o t i p o

Sería la identificación a lo Simbólico del A Real, esto es, la identificación al rasgo unario como operador simbólico de la falta en el A : S (A). Se instala aquí la posibilidad de la elección de objeto: dos toros enganchados, entre los cuales se intercambia demanda y deseo.7

Es inscripción de la falta en el A; significante del A. Es identificación a un rasgo del A, en términos freudianos, posterior a la declinación del Edipo. Cuando la operación realizada es del orden del corte, el sujeto “hace” falta en el A. Se puede interrogar quién es para el A y eventualmente encontrar en el A la falla estructural que lo aloja, si el A lo soporta como marca de su propia falta. Entre dos toros entrelazados -relación del sujeto y el A-, el toro correspondiente al A se revierte, quedando el del sujeto, en su interior. El sujeto en el lugar de la falta en el A.


Cuando hay dificultades en este último tipo de identificación, es decir, cuando en vez de corte hay “desgarro”, el retornamiento del toro está dificultado pues hay un “tajo” en el toro del A, en lugar de un corte, lo que conduce a que el toro del sujeto quede sobresaliendo en una parte, como un “bollo” del A, pero sin quedar circunscripta la falta en el A, ni articulado el sujeto a dicha falta, dejando al sujeto en posibilidad de preguntarse quién es para el Otro, pero dificultado de encontrar en el Otro la falla estructural que le concierne. TORO DEL A TACHADO

TORO DEL SUJETO: el toro del Sujeto queda hecho un bollo adentro, sin articulación al vacío del A

Lo que hubiera sido la marca del corte (si lo hubiera habido) queda dentro del interior del “bollo”. Queda todo apelmazado, dentro, sin que haya una marca clara de la operación realizada, más que un tajo.El toro del sujeto queda metido adentro, no articulado a un vacío delimitado

Aquí la maniobra del analista es fundamental, en tanto posibilita efectuar cortes y empalmes, es decir escrituras, que apunten a constituir esa falta en el A.


3L a i d e n t i f i c a c i ó n d e l t e r c e r t i p o ( o h i s t é r i c a )

Es la identificación a lo Imaginario del A Real, es decir, en la vía de la consistencia y el reconocimiento imaginarios. Freud daba el ejemplo de las jóvenes del internado. Un deseo común produce en el cuerpo del sujeto, la identificación a lo imaginario de su semejante. Aquí estaríamos en el campo de la falta en el sujeto, identificación a lo Imaginario del A Real. El A “hace” falta en el sujeto. El sujeto puede interrogar su deseo, descontándose del A, y descontando al A de su nombre y cuerpo propios.

:D e l D i s c u r s o d e l A a l e n c a d e n a m i e n t o n o d a l d e t o r o s

Este recorrido por los desarrollos de Clara Cruglak nos muestra la articulación entre toros. Ahora bien: ¿ qué valor tiene para nosotros? Recordemos que Lacan nos dice que el nudo borromeo está formado por toros. ¿No encontramos aquí el germen de lo que refiriera Lacan como la transmisión del Discurso del A? Pues bien, si el nudo borromeo es un encadenamiento, se trata ni más ni menos de una cadena borromea de nudos formados por toros que se encadenan a su vez con otros nudos, respecto a los cuales, como decía Lacan en el premencionado fragmento del Seminario II, lo que una generación no pudo resolver, retorna en la generación siguiente. Lo llamemos como lo llamemos, la preocupación es la misma: si el nudo borromeo es un encadenamiento, es un encadenamiento transgeneracional del cual el nudo borromeo de cada paciente es la escritura singular de una escritura que viene escribiéndose tiempo atrás. En el Seminario VI, Lacan dirá8: “El sujeto, al articular su demanda, es tomado en un discurso sólo como hilván”.

Habiendo pensado sobre el Discurso del A, el toro y el encadenamiento borromeo, nos queda preguntarnos ¿cuál sería la forma topológica y geométrica que pudiera representar ese encadenamiento transgeneracional?


:L a g e o m e t r í a f r a c t a l

Si bien Lacan no menciona la teoría de los fractales, descubierta por Benoit Mandelbrot hacia mediados del siglo XX, sí menciona el torbellino9 que dará lugar a la más moderna teoría del caos. En ambas, el descubrimiento es asombroso: en lo aparentemente al azar, hay una regularidad que puede expresarse en términos matemáticos. De este modo se ejemplifica claramente la definición actualmente más aceptada de la matemática como aquella ciencia que estudia los patrones o patterns.

Alguien podría, legítimamente, preguntarse ¿qué tiene que ver esto con nuestra praxis? Y ¿qué le contestaríamos?

Pues bien: ¿No es acaso la compulsión a la repetición un pattern?, ¿no es acaso cierto que Freud usa la palabra clisé en su obra La Dinámica de la Transferencia10, para mostrar aquello que se repite una y otra vez? ¿Y no es acaso cierto que la figura del ocho interior nos muestra que aquello que se repite, si bien tiene la misma estructura, nunca es lo mismo pues supone distintos intentos de inscribir algo que en apariencia supone ser lo mismo pero que no lo es? Pues, ya aquí estamos hablando de fractales.

Tomemos al respecto al genial dibujante holandés Maurits Cornelis Escher, famoso por sus dibujos en los que articula la tridimensionalidad con la bidimensionalidad. Tomaré al respecto, sus dichos en el libro El espejo mágico de M. C. Escher11 acerca de su obra Relatividad donde nos muestra tres mundos interconectados por un punto central (ruego al lector avanzar hacia la idea del Discurso del A que, atravesando los distintos nudos borromeos singulares de cada paciente, encadenados en el seno de una familia, se desconocen en su propia articulación). Escher dice: “Tenemos por una parte a los erguidos…sus cabezas miran hacia adelante. Luego tenemos las figuras que miran hacia la izquierda y las figuras que miran hacia la derecha…Cada uno de estos grupos habita un mundo propio. Todo lo que acontece en el grabado es para los tres grupos, el mundo... Lo que para un grupo es un techo, es para el otro una pared, lo que para el uno es una puerta, es para el otro un agujero en el suelo”. El dibujo muestra claramente, que esa misma puerta es un agujero y es un techo, solo que es necesario un “cambio de posición” (en términos analíticos diría “subjetiva”) para que dicha articulación pueda ser reconocida. Discursos en los que cada uno se considera UNO –unificante, portador del Discurso Amo- y en cuya articulación descubrimos distintas versiones hechas de la misma estofa, en desconocimiento: Lalangue.


La geometría fractal, utilizada por Escher, nos permite pensar el modo en que los distintos nudos borromeos de cada paciente se articulan entre si, mostrando que una misma estructura es capaz de repetirse en distintas dimensiones y orientaciones, y capaz de hacer trama familiar. En otros términos, capaz de repetir los mismos elementos en distintos miembros de una misma familia, tal que el trabajo clínico con algún miembro de la familia produce efectos, muchas veces, mas allá de él, generando demandas de análisis por parte de otros miembros de la familia. Como se ve, el ensamblaje entre la geometría topológica y fractal haría lugar a la preocupación lacaniana por el modo en que los significantes recorren la trama transgeneracional

¿Sería posible entonces, construir una institución basada en una lectura après-coup de la obra de Lacan, que funcionara desde el ensamblaje entre la topología y la geometría fractal, y que de este modo la institución, como escritura nodal, permitiera sortear las pequeñas diferencias del narcisismo de cada uno, apuntando a sostener la causa del Psicoanálisis, en una clínica que se permitiera orientarse por lo Real, en la escucha de ese Discurso que toma al sujeto como hilván, y que dice en él una Verdad que desconoce?

:H a c i a l a e s c r i t u r a d e u n a I n s t i t u c i ó n

Esa institución que, como consecuencia de lo expuesto, se dejara atravesar por los últimos avances científicos del siglo XX, tanto a nivel de la pluralidad de lógicas (clásica, formal, antinómica etc.) y sus articulaciones, de las distintas geometrías (topológica y fractal), y de las últimas teorías de la matemática (llámese borrosa), ¿podría neutralizar las luchas de poder por primacías imaginarias, existentes en las distintas instituciones psicoanalíticas -de las que nos hablaran, entre otros Francois Perrier y Alain Didier Weil?-12, como consecuencia de la adhesión al UNO-Amo institucional? Y aún mas: ¿se podría pensar una clínica posible dentro de esa institución?13

Este trabajo tiene como eje mi experiencia en una institución construida justamente desde esas premisas, modo de trabajo que derivó para Silvia Rivello, Psicoanalista y Lic. en Filosofía, e Ignacio Guirao, Doctor en Letras y Psicoanalista, en la idea de que una institución podría sostenerse allí, justamente en las últimas articulaciones de Lacan: lo múltiple, la idea de que lo imposible pueda –estando incluído en la estructura del sujeto y la institución- circular y abrir el campo, jugando con la lógica modal, funcionando la institución como un fractal. De este modo, los distintos lugares institucionales14 estarían diseñados para impedir que el encuentro del analista con lo Real y lo imposible produzca inhibición, síntoma o angustia. Así fundaron Páremai (actual Fundación Páremai Fractal) en 1994, institución dedicada a trabajar con familias, basándose en el ensamblaje de ambas geometrías: la topológica y fractal.


De ese modo, la (LA) institución hace lugar a que las contingencias en la Dirección de la Cura de ciertos tratamientos, requieran producir en la misma ciertos cambios para que lo imposible de decir siga circulando. La institución misma es pensada al modo de una cadena borromea cuya flexibilidad se sostiene de la relación entre la imposibilidad y la contingencia, mediatizada por el hecho de que cada uno de sus miembros puede ejercer distintas funciones y ocupar distintos lugares en distintos momentos, estirando la flexibilidad del nudo hasta sus últimas consecuencias, tal que la multiplicidad pone coto al UNO del narcisismo.

Como consecuencia de ello, los distintos modos de intervención de cada analista, dentro de la Red, tienden a la escritura del nudo de cada paciente y a la circulación de cada uno de los miembros de una misma familia, de modo de no quedar coaptados en el Goce del A, pensándose dentro de la lógica modal, y orientándose por lo imposible, sin descuidar lo contingente, lo necesario y lo posible.

Pero: ¿cómo construir una institución que lo posibilite, no imposibilitándose a sí misma por los efectos de masa?

:D e l t r a b a j o a n a l í t i c o e n R e d

De lo que se trata es, entonces, de producir escritura allí donde hay error en la articulación de los registros, o bien lapsus (que ya supone una escritura, aunque más no sea salvaje, de la Verdad del sujeto), en el nudo del paciente y, en el caso de las familias, a través de la articulación clínica entre varios analistas.

Si recordamos a Pierre Soury15, en tanto el nudo borromeo está formado por el anudamiento de 3 registros que son toros, es posible pensar que la familia es un anudamiento borromeo, donde la consistencia en uno de los nudos puede implicar a su vez, el agujero en otro; del mismo modo que la ex-sistencia en uno puede implicar la consistencia en otro. Interrelaciones que convocan intercambios de goces donde el Goce del A esta anudado al goce fálico o al goce del sentido, merced a los distintos tipos de identificación articulados por Lacan en el Seminario XXIV y trabajados por Clara Cruglak.

Todo ello nos lleva a concluir que la familia –como encadenamiento particular de nudos- forma, en sí misma un nudo de estructura mayor, al modo del fractal, cuya articulación puede ser al modo de la reversión del toro (esto es, lo que llamaríamos la consecuencia del “corte”, tal como desarrolláramos más arriba) o bien al modo del tajo (o desgarramiento), donde esa marca no compromete una línea estructural del toro y por tanto, será ineficaz como función de corte.


:D e l a s i n t e r v e n c i o n e s d e l o s a n a l i s t a s

Nuevamente con Clara Cruglak16, recordaré el señalamiento de Pierre Soury en el Seminario de Lacan, donde dice que es importante recordar que el corte (o podríamos decir: la mayor eficacia posible del significante del Nombre del Padre sobre el Deseo de la Madre) supone un toro agujereado (desgarramiento en los términos que venimos hablando), pero no a la inversa. Esto deja entrever un elemento interesante: “no es menos cierto que a partir de un agujereado, podría propiciarse un corte”

Todo esto vale para preguntarnos por las intervenciones de los analistas que buscamos hacer escritura allí donde ha habido lapsus y/o también error en el modo particular de anudamiento 1) de cada uno, 2) entre los distintos registros 3) y/o entre los nudos propios del sujeto y el Gran A .

En el sentido de las intervenciones, entonces, los analistas de la Red, pueden leer la escritura que se va haciendo en el paciente y su familia. De este modo, la red acota y articula, es decir, hace corte que instaura superficie y de este modo traza marcas y bordes, haciendo a la vez lo mismo con los propios analistas de la Red: acotando sus narcisismos y construyendo una forma topológica reversible, cuyas leyes de combinatoria son propias de cada caso en particular.

:D e l a R e d c o m o c o r t e y s u s e f e c t o s p a r a a n a l i s t a s y p a c i e n t e s

Definamos primero qué es una Red: En términos sencillos es una malla, un enjambre de cuerdas, interconectadas entre sí de modos particulares. Es decir, tenemos 1) cuerdas, 2) relaciones entre esas cuerdas y 3) relaciones entre esas relaciones. ¿Y por qué cuerdas? Remitimos al lector al Seminario XXI de Lacan: es que sin ellas, no hay posibilidad de pensar tres dimensiones, ni la posibilidad de pensar un agujero que no sea un orificio, agujero del que se sostenga la ex-sistencia y la consistencia “material” del sujeto. ¿Podríamos decir entonces que el sujeto esta acordonado? Sí, a condición de decir que está acordonado por su decir inconsciente, verificándose en él la presencia del 3: tres dimensiones, tres posiciones (por ejemplo en el fantasma), tres funciones (padre, madre, hijo). Complejo de Edipo: Tres. Es desde allí que podemos hablar de sujeto. Pero si en geometría euclidiana, una línea es aquello que atraviesa dos elementos, y estamos diciendo que la estructura es una malla de relaciones, está claro que ya no estamos en la misma dimensión. Una línea es diferente de una cuerda, pero ¿sería lo mismo si hubiéramos hablado de


una malla de líneas? No, porque las líneas no contienen agujero alguno, son bidimensionales. ¿Y cómo haríamos para conmover un sujeto si fuera lineal? Si estuviera des-alineado? ¿no caeríamos en la trampa post-freudiana de pensar que una línea desalineada es algo que se debe/puede/nos tienta alinear?. La topología viene así en nuestro auxilio para evitar la tentación de “alinear” al paciente. En el Seminario XXII Lacan aclara: no se trata de líneas al hablar del sujeto, sino de cuerdas, porque hay allí algo de una terceridad y un agujero necesarios para la escritura. Hasta allí lo que tomaremos del Seminario XXII. Nos queda agregar que la Red es topológica y fractal a la vez. ¿Pero cuál sería el aporte de ello para una clínica psicoanalítica? Esta pregunta nos permite arribar a ciertas conclusiones, que devienen causas de una clínica en Red:1) En relación a los pacientes: hacer una escritura de los lugares Padre, Madre e Hijo, así como

de su anudamiento y diferenciación, poniendo en juego los bordes de las fantasmáticas de cada uno de los miembros de una familia. Así, al constituir el nudo como anudado desde el objeto “a” y no ya desde el síntoma, la inhibición o la angustia (tomadas no como Nominaciones sino como distintas modalidades de perturbaciones de la relación del sujeto y el objeto), cada miembro goza de su estructura (si podemos decirlo), ya que el trabajo en la clínica rechaza la intersección y/o superposición de goces: goce del Otro (Madre/Padre) superpuesto, al goce fálico del hijo por ejemplo. De este modo, se busca mantener la singularidad de cada miembro de la familia sin desconocer que cada uno, en tanto constituido como la figura topológica del toro, se halla enlazado con los otros.

2) En cuanto a los analistas, la red posibilita que en tanto los nudos de cada uno de los analistas conformen fractalmente un nudo mayor: a) el agujero de cada uno, en tanto inatravesable - puesto que un agujero topológico no es un orificio- posibilita hacer eficaz la falta, articulando los movimientos necesarios para que la circulación de la misma devenga causa en cada uno, b) se acota el UNO, por lo múltiple de lugares, funciones, analistas, articulaciones y ensamblajes, poniendo límites estructurales al narcisismo individual, c) la institución actúa como cuarto nudo, en tanto viene a suplir los errores de escritura, asi como a hacer reescritura de los lapsus en ese/esos nudo/s, en la transferencia17.

Clínica en Red es un tiempo de escritura en el que se invita al analizante a poner su Real y trabajarlo desde distintas texturas: lo Real se vuelve causa para el analista y el paciente en la medida en que algo puede ser leído de esa escritura que, ordenada por ciertos significantes, no es cualquiera. La función del analista será entonces la de hacer girar los discursos de manera que persistan estando orientados por lo Real. Esto obliga a inventar dispositivos frente a los distintos momentos de la transferencia. Así, por ejemplo, ésta nos indicará espacios-tiempos


topológicos que determinarán distintos modos de trabajo, así como distintos significantes que irán pregnando la particularidad de cada cura. Por ello, no en cualquier momento es que un analizante puede abordar su cuerpo, sus tiempos, sus bordes, sus marcas o requerir del corte para instaurar superficies que posibiliten seguir trabajando. Se hará necesario hacer una lectura de cada una de esas “áreas” para determinar la lógica de las intervenciones. Como se ve, todo esto supone una lógica que acompaña el trabajo analítico, lógica que nos permite pensar aquello que en el sujeto, resiste. Y resiste, dice Freud, allí donde más nos acercamos al núcleo patógeno. ¿Acaso dijo Freud que la resistencia era una “posibilidad”? No. Dijo: “es necesaria”. No es sin ella que el analista avanza, pues su tarea es convocar los demonios del Averno. ¿Es contingente su aparición? Tampoco. Aparece en determinados momentos, específicos, cuando el paciente se tropieza con algo del orden de lo imposible de decir.

:De intervenciones, significantes propios de una Clínica en Red y algunas conclusiones

Pero volvamos: sabemos que sin este “imposible” no habría sujeto, pero ¿cómo intervenimos con ello? ¿mediante qué intervenciones lo hacemos? Se vuelve Necesario para captar lo Imposible, que alguien (y no cualquiera) posibilite inscribir algún decir (tampoco cualquiera) de lo Contingente, que permita al sujeto, hacer algo Posible con aquello que sí tiene (su nudo). ¿Y de qué modo? Con-moviendo el nudo, es decir, poniendo a trabajar ese imposible con relación al cuerpo (Imaginario), a la Vida (Real) y a la Muerte (Simbólico). Entonces, si hay cuerpo y hay cuerdas, hay un qué-hacer que, guiándonos nuevamente por Lacan, no será sin la escritura. ¿Escritura de qué? De bordes, de cuerpo, de tiempos, de espacios, esto es, marca escritural que inscriba allí donde el nudo hace lapsus, y se constituya en calce para cierto anudamiento dificultado en su inscripción durante la historia del sujeto. Es allí hacia donde se dirige Lacan al hablar de escritura: escribir, inscribir, escribir lo in-escrito. Entre la ex-sistencia como imposible de escribir (y que por ende no cesaría de no escribirse), y el objeto “a” como aquello que sí encuentra alguna clase de escritura en ese anudamiento, allí escribir se torna bordear. Y si el borde hace la consistencia del nudo -justamente allí donde el pensamiento yoico se opondría- es justo allí donde nosotros, analistas mismos, estaríamos trabajando siempre entre la consistencia, el agujero y la ex-sistencia del nudo propio y el del paciente. Por eso, en ese borde “loco” que hace de la tarea del analista una tarea imposible, al decir de Freud, es necesario que las ciencias como la lógica formal antinómica, la topología, la teoría del caos etc., nos sirvan de brújula. Para ello también, es que una red (que trabaje como tal, en un sentido “tórico”) aporta las condiciones de posibilidad para que el agujero del paciente, no se confunda


con orificio del nuestro, porque por ley, ese agujero es inatravesable, debe serlo para permitir la combinatoria propia del nudo que sostiene la Existencia del sujeto.

:Como decíamos, la Fundación Páremai Fractal propicia una clínica en Red, pero

instaurada en una estructura mayor, de carácter fractal: esto es, que se repite en distintas dimensiones y orientaciones, y hace trama. Orientarse por lo Real entonces, supondrá que los distintos movimientos de cada uno de sus integrantes apunten a constituir una y otra vez la apertura, el corte, la pregunta, el enigma, para que la institución no cierre, como sería su tendencia natural en tanto producto colectivo.

1 Viajes extraordinarios por Translacania. Perrier, Francois Editorial Gedisa. Buenos Aires. 1985

Quartier Lacan. Testimonios sobre Jacques Lacan. Alain Didier-Weill, Emil Weis y Florence Gravas Editorial Nueva Visión. Buenos Aires Año 2003

2 Seminario I. Los Escritos Técnicos de Freud. Lacan, Jacques. Clase del 13 de enero de 1954, pág.137. Editorial Paidós. Buenos Aires. 1990

3 Seminario II. El Yo en la teoría de Freud. Lacan, Jacques. Clase del 19 de enero de 1955, pág. 141. Editorial Paidós. Buenos Aires. 1998

4 Clínica de la Identificación. Cruglak, Clara. Colección La Clinica en los bordes. Junio de 2000. Edición Homo Sapiens.

5 Clínica de la Identificación. Ob. cit. Pág. 46

6 Para mayor claridad al respecto, remito al lector a los dibujos y explicaciones que se hallan a posteriori, así como al libro de Clara Cruglak ya citado.

7 Clínica de la Identificación. Ob. cit. Pág. 56

8 Seminario VI. El deseo y su interpretación. Lacan, Jacques. Clase del 3 de diciembre de 1958. Página 49. Editorial Paidós. Buenos Aires.

9 Recuerde el lector que para 1950, comenzaban las primeras investigaciones acerca de lo que luego seria la teoría del caos. Al respecto, diríjase a la clase del 9 de diciembre de 1975, del Seminario XXIII, donde liga torbellino con la geometría del nudo, y a la clase del 18 de marzo de 1980, del Seminario XXVII, donde lo articula a lo propicio.

10 La Dinámica de la Transferencia. Sigmund Freud. En Obras Completas, Volumen 2, Ed. Biblioteca Nueva, .

11 El espejo mágico de M. C. Escher. Ernst, Bruno. “Relatividad”. Pág. 47. Editorial Evergreen. 1994.

12 Perrier, Francois, Alain Didier-Weill y otros, obra citada, nota 1.

13 Cabe aclarar que las instituciones psicoanalíticas tales como la Escuela Psicoanalítica de Paris, cuyo fracaso

denunció Lacan públicamente en su “Carta de Disolución” del 5 de enero de 1980, no suponían un espacio de atención clínica institucional sino de encuentro de analistas en orden a los Cartels, el Pase y otros dispositivos.

14 Para mayores precisiones, remito al lector a: Rivello, Silvia, Guirao, Ignacio, Ruiz, Carlos y otros. Lógica Colectiva. Clínica Nodal. Acerca del trabajo institucional en Red. Editorial Letra Viva. Año 2004

15 Seminario XXIV. Lacan, Jacques. Clase del 8 de marzo de 1977. Lacan dice de Soury: “Es lo que me ha sido sugerido el otro día por el curso de Pierre Soury, el cual señalaba muy justamente que estos redondeles de hilo no se sostienen sino a condición de ser toros”. Seminario Inédito.

16 Clínica de la Identificación. Cruglak, Clara. Ob. Cit. Capítulo 3, Pág. 53.

17 Recordemos al respecto que el cuarto nudo pone en evidencia, para Lacan, la escritura del nudo de tres.

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