E·SClichandoaPaco Ibáñez

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, , PORTA FALSA E·SClichando a Paco Ibáñez JaSE A GUSTIN GOYTISOLO (*) L legó a mi casa con una 'gui- . tarra, así, a lo directo, con su cara de perro 'bueno y tími- do, con su enorme jersey negro, sus pelos y su barba de tres o cuatro días. Entró, se sentó, bebió despa- cio y al fin comenzó a explicar que le gustaba poner música y 'cantar ciertos poemas de ciertos poetas. Eso debió ser en 1966 o por ahí, no recuerdo bien. Lo 'que sí recuerdo es que yo no le había oído nombrar. Poco después, muy pronto, le edita- ron el,primer disco, vino su rápido éxito, en Francia primero (oh, Pacó Ibanés), y después aquí, como un viento fresco y limpio en el ambiente enrarecido de aquellos tiempos. La cuestión es que al poco de charlar ya estaba cantando poe- mas de Lorca, de Quevedo, de Jorge Manrique, de Góngora ... Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva y para mí desconocida a la letra de aque- llos poemas. Creo que Ton y Julia, ·tanto o más que yo, le pidieron que siguiera, que se queda a cenar, a dormir si convenía, pero que conti- nuara cantando. El sonreía, bebía un sorbo, se secaba el sudor, y tomaba otra vez con mimo y firme- za la pulida guitarra. Siguió con Lorca, pasó al Arcipreste de Hita, a Alberti y a León Felipe, y sin avi- sar, cantó dos o tres poemas míos. Me asusté. No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asus- té. Me parecían poemas de otra per- sona, escritos como para ser canta- dos, o hechos cantando. Tóquele los bemoles al Paco Ibáñez, pensé, y ya estaba escuchando a Emilio Pra- dos, a Otero, a Gloria Fuertes, a Gil de Biedma, a Celaya, a Luis Cernu- da... Sus canciones, no los poemas, eran algo nuevo, hermoso, sorpren- . dente, pero también con sabor añe- jo, ente medieval y renacentista, y en todo caso, trovadoresco. Nos seguimos viendo, en Barcelona pri- mero, luego en París, en la rue Delambre, uno de cuyos bares, el Salvy, era y es una especie de cuar- tel general de Paco y de su hermano Rogelio, otra criatura desmesurada de la que habría mucho que contar, lo mismo que del dueño y de la A lo largo de su carrera artística Pacolbáñez ha musicado a algunos de los más significati- vos poetas españoles. Con estos versos cantados la poesía se vuelve canción, yen esta hermandad de las artes se mantiene , intacto el compromiso. u ... Universitat Autónoma de Barcelona Biblioteca d'H umanitats Clientela del local. Pasaron dos años, y en 1968, con un par de discos en la calle, Paco se instaló en Barcelona con su mujer y su hija. Intentaba probar si le era posible encajar en la España de entonces, después de casi veinte años en Francia, a donde emigró con su madre, la Amá, y Rogelio, en 1949. Cambió, de casa un par de , veces, siempre por mis "barrios, y trabajó poniendo música a nuevos poemas. Pero no le dejaban actuar en público, sólo cantaba serniclan- destinamente, siempre a escondi- das, y le multaban por actuar para universitarios y obreros. Y no pudo aguantar la situación ni económica ni emocionalmente.' Regresó a París, y al poco salía su tercer disco y enseguida el doble grabado en directo en cada una de sus actuacio- nes en el Olympia, Desde enton- Lleonard Delshams 'ces hasta' ahora; le he segui do viendo muchas v é ces. En Ma d r i d ," en, París, en el Sa lv y, en su casa, en la de su madre o enIa de Rogelio. Poco o nada se ha sabi- do de su empeño en estos años, pero él siguió trabajando, can- tando traduccio- nes de Brassens, poemas de Neruda, acorn- pañando al cuar- teto del argenti- no Juan Cedrón, y poniendo música a poemas medievales y renacentistas castellanos. Ahora ha vuelto a España, acom- pañado por' Xabier Ribalta, y su impacto sigue siendo el de siempre, pero más matizado: se le escucha por la calidad de su voz y de su música más que por la ernocionali- dad de una oposición política a la pasada dictadura. Ojalá alargue su estancia en este país, pues quedarse' fijo sospecho que no lo hará. Para un espíritu anárquico como el suyo, hay situaciones llamadas democrá- ticas que le van a oler a cuerno: su único partido es el de los oprimidos y no conoce más' disciplina que la de cantar verdades a todo dios. (*) Poeta y escritor SUGGERIMENTS ~ Llibres d'art Los fundamentos del arte moderno, Werner Hoffmann. Barcelona, Ed. Península, 1992. Les claus de l'art modern i e1s seus significats són tractats amb cura i .minuciositat en una obra que, a més, fa una magnífica introducció a les formes simboliques de les manifestacions artístiques més properes. Cartas y anotaciones sobre la pintura de pofso]e, Carl , Gustav Carus. Madrid, Ed. Visor, 1992. La concepció romántica de la, natura, la visió de l'home davant les possibilitats artístiques d'allo que l'envolta i una análisi acurada de la necessitar de reproduir els paisatges, són elements que componen una obra que compta amb una carta de Goethe com a introducció. Estética del Rococó, Philippe Minguet. Madrid, Ed. Cátedra, 1992. Obra que llanca una interessant proposta per una autonomia del rococó, desvinculant aquesta tendencia d'aquella teoria que tan soIs la considera com una simple degeneració del Barroc. ~ Llibres de cinema Los sueños de la palabra, José María Latorre. Barcelona, Ed. Laertes, 1992. , . .' Les sempre confuses pero apassionades relacions entre la literatura i el cinema, entre la paraula i la imatge o entre l'escriptor i el reafitzador, són el tema d'una obra important per tractar un aspecte que molts cops resta oblidat pel público en general. .~ Llibres de música Silvio, Joseba Sanz. Bilbao. Ed. Guazapo. 1992. La Nueva Troba Cubana i la figura de Silvio Rodríguez, un dels seus membres més destacats, són l'eix d'un llibre que ens apropa a un segment de la música sud-americana en el qual el compromís social és tan important com la qualitat instrumental. '

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PORTA FALSA

E·SClichando a Paco IbáñezJaSE AGUSTIN GOYTISOLO (*)

Llegó a mi casa con una 'gui-. tarra, así, a lo directo, con su

cara de perro 'bueno y tími-do, con su enorme jersey negro, suspelos y su barba de tres o cuatrodías. Entró, se sentó, bebió despa-cio y al fin comenzó a explicar quele gustaba poner música y 'cantarciertos poemas de ciertos poetas.Eso debió ser en 1966 o por ahí, norecuerdo bien. Lo 'que sí recuerdoes que yo no le había oído nombrar.Poco después, muy pronto, le edita-ron el,primer disco, vino su rápidoéxito, en Francia primero (oh, PacóIbanés), y después aquí, como unviento fresco y limpio en elambiente enrarecido de aquellostiempos. La cuestión es que al pocode charlar ya estaba cantando poe-mas de Lorca, de Quevedo, de JorgeManrique, de Góngora ... Me quedéasombrado: su música y su vozdaban una dimensión nueva y paramí desconocida a la letra de aque-llos poemas. Creo que Ton y Julia,·tanto o más que yo, le pidieron quesiguiera, que se queda a cenar, adormir si convenía, pero que conti-nuara cantando. El sonreía, bebíaun sorbo, se secaba el sudor, ytomaba otra vez con mimo y firme-za la pulida guitarra. Siguió conLorca, pasó al Arcipreste de Hita, aAlberti y a León Felipe, y sin avi-sar, cantó dos o tres poemas míos.Me asusté. No tuve tiempo parasentirme halagado, porque me asus-té. Me parecían poemas de otra per-sona, escritos como para ser canta-dos, o hechos cantando. Tóquele

los bemoles al Paco Ibáñez, pensé, yya estaba escuchando a Emilio Pra-dos, a Otero, a Gloria Fuertes, a Gilde Biedma, a Celaya, a Luis Cernu-da ... Sus canciones, no los poemas,eran algo nuevo, hermoso, sorpren-

. dente, pero también con sabor añe-jo, ente medieval y renacentista, yen todo caso, trovadoresco. Nosseguimos viendo, en Barcelona pri-mero, luego en París, en la rueDelambre, uno de cuyos bares, elSalvy, era y es una especie de cuar-tel general de Paco y de su hermanoRogelio, otra criatura desmesuradade la que habría mucho que contar,lo mismo que del dueño y de la

A lo largo de sucarrera artísticaPacolbáñezha musicado aalgunos de losmás significati-vos poetasespañoles.Con estosversos cantadosla poesía sevuelve canción,yen estahermandadde las artesse mantiene

, intactoel compromiso.

u ...Universitat Autónoma de Barcelona

Biblioteca d'H umanitatsClientela del local.

Pasaron dos años, y en 1968, conun par de discos en la calle, Paco seinstaló en Barcelona con su mujer ysu hija. Intentaba probar si le eraposible encajar en la España deentonces, después de casi veinteaños en Francia, a donde emigrócon su madre, la Amá, y Rogelio, en1949. Cambió, de casa un par de

, veces, siempre por mis "barrios, ytrabajó poniendo música a nuevospoemas. Pero no le dejaban actuaren público, sólo cantaba serniclan-destinamente, siempre a escondi-das, y le multaban por actuar parauniversitarios y obreros. Y no pudoaguantar la situación ni económicani emocionalmente.' Regresó aParís, y al poco salía su tercer discoy enseguida el doble grabado endirecto en cada una de sus actuacio-nes en el Olympia,

Desde enton-Lleonard Delshams 'ces hasta' ahora;

le he segui doviendo muchasv é c e s . EnMa d r id ," en,París, en elSa l v y , en sucasa, en la de sumadre o enIa deRogelio. Poco onada se ha sabi-do de su empeñoen estos años,pero él siguiótrabajando, can-tando traduccio-nes de Brassens,poemas deNeruda, acorn-pañando al cuar-teto del argenti-no Juan Cedrón,y poniendomúsica a poemasmedievales yrenacentistascastellanos.

Ahora ha vuelto a España, acom-pañado por' Xabier Ribalta, y suimpacto sigue siendo el de siempre,pero más matizado: se le escuchapor la calidad de su voz y de sumúsica más que por la ernocionali-dad de una oposición política a lapasada dictadura. Ojalá alargue suestancia en este país, pues quedarse'fijo sospecho que no lo hará. Paraun espíritu anárquico como el suyo,hay situaciones llamadas democrá-ticas que le van a oler a cuerno: suúnico partido es el de los oprimidosy no conoce más' disciplina que lade cantar verdades a todo dios.

(*) Poeta y escritor

SUGGERIMENTS

~ Llibres d'artLos fundamentos del artemoderno, Werner Hoffmann.Barcelona, Ed. Península, 1992.

• Les claus de l'art modern i e1sseus significats són tractats ambcura i .minuciositat en una obraque, a més, fa una magníficaintroducció a les formessimboliques de les manifestacionsartístiques més properes.

Cartas y anotaciones sobrela pintura de pofso]e, Carl ,Gustav Carus. Madrid, Ed. Visor,

1992.

• La concepció romántica de la,natura, la visió de l'home davantles possibilitats artístiques d'alloque l'envolta i una análisi acuradade la necessitar de reproduir elspaisatges, són elements quecomponen una obra que comptaamb una carta de Goethe com aintroducció.

Estética del Rococó, PhilippeMinguet. Madrid, Ed. Cátedra,1992.

• Obra que llanca una interessantproposta per una autonomia del

rococó, desvinculant aquestatendencia d'aquella teoria que tansoIs la considera com una simpledegeneració del Barroc.

~ Llibres de cinemaLos sueños de la palabra,José María Latorre. Barcelona, Ed.Laertes, 1992.

, ..' Les sempre confuses peroapassionades relacions entre laliteratura i el cinema, entre laparaula i la imatge o entrel'escriptor i el reafitzador, són eltema d'una obra important per

tractar un aspecte que molts copsresta oblidat pel público en general.

.~ Llibres de músicaSilvio, Joseba Sanz. Bilbao. Ed.Guazapo. 1992.

• La Nueva Troba Cubana i lafigura de Silvio Rodríguez, un delsseus membres més destacats, sónl'eix d'un llibre que ens apropa aun segment de la músicasud-americana en el qual elcompromís social és tan importantcom la qualitat instrumental. '