Es la masonería una religión

35
¿Es la masonería una religión? ¿Es la masonería una religión? del V:. H:. Ricardo E. Polo : . No cabe duda que uno de los temas mÆs «ríspidos» y latentes en el seno de la Orden y que lamentablemente se proyecta hacia el univer- so de ideologías que nos intentan definir y cuestionar, es el de si la Masonería es una religión. Esta puede ser una respuesta a tal intrerrogante. PrestØmosle atención y examinemos su contenido. 2da. Versión corregida y actualizada Estudios Históricos de la Revista Hiram Abif

Transcript of Es la masonería una religión

¿Es la masonería una religión?

¿Es la masonería unareligión?

del V:. H:. Ricardo E. Polo : .

No cabe duda que uno de los temas más «ríspidos» y latentes en elseno de la Orden y que lamentablemente se proyecta hacia el univer-so de ideologías que nos intentan definir y cuestionar, es el de si laMasonería es una religión. Esta puede ser una respuesta a talintrerrogante. Prestémosle atención y examinemos su contenido.

2da. Versión corregida y actualizada

Estudios Históricos de la Revista Hiram Abif

¿Es la masonería una religión?

¿Es la masonería una religión?Prólogo la 1ra. edición

Ricardo E. Polo : .

2

Habría sido feliz, si este Prólogo hubiese sido escritopor algún H:. que, aunque no compartiese los concep-tos vertidos, al menos considerase que valía la penaque alguien hablara de esto.

Pero luego de pensarlo un poco y recibir algunas suge-rencias, me pareció mejor hacerme cargo de la totali-dad del trabajo. Y así no comprometer a nadie en es-tos tiempos en que la «opinión» suele ser tomada comoherejía.

No cabe duda que la actual generación parece hallarsenavegando un mar de tempestades. En especial por-que vivimos tiempos de incertidumbres y así como existela Internet, que permite la difusión de las ideas conuna velocidad sin precedentes en la historia de las co-municaciones, no cabe duda que lo vertiginoso de latransmisión no se compadece con la calidad de recep-ción que sería de imaginar.

Así como la tecnología avanza al parecer sin medida,el Hombre la recibe percibiéndola a cuentagotas, puessu «adaptación» al fenómeno no se equilibra con la«comprensión» de su magnitud y sus alcances.

No podemos decir que el advenimiento del Siglo XXIha superlativizado la calidad de la instrucción y la en-señanza «en todas partes del mundo» y resulta pordemás evidente la gran mediocridad que impera enesta era «de las masas», que parafraseando a HilaryBelloc, sugiere un declinar de la civilización.

Claro está que este Prólogo no es el ámbito para ima-ginar que nos hallamos culminando el ciclo anunciadopor los «profetas» y que resulta sugerido por antiguosmitos que relacionan la precesión (1) de los equinoc-cios, con un ciclo de 26.000 años para las hecatombes.En la década de los años 60´ del Siglo pasado �ape-nas ayer� se habló hasta por los codos de tales suce-sos que, a no dudarlo, están relacionados con elArmagedón de Pablo y su fatídico 666, o con el Final delos Tiempos que anuncian los Testigos de Jehová...Aunque no podemos menos que sonreírnos, si hace-mos caso al Fin de la Historia con la que nos amenazócierto Furusawa, «hijo del sol», desde su residencia enUSA.

Lo cierto es que en el subconsciente colectivo existealgo así como una premonición fatalista, que se ali-menta de meteoritos cayendo sobre la Tierra, explo-siones de energía solar destruyéndolo todo o castigosdivinos por las iniquidades que los habitantes del pla-neta realizamos cotidianamente. Tal vez las calamida-des como la televisión, inundaciones, tornados y hastaterremotos, estén minando la cordialidad con la quedebiéramos «pasar» por la vida.

Sin embargo, tales «observaciones» sobre ciertos as-pectos de la realidad, no consiguen asombrarnos másde lo que nos asombra la medianía de quienes com-

parten con nosotros, Instituciones que se supone sonel atanor en el que se transforma alquímicamente elcorazón humano, especialmente para transmutar lainteligencia y obtener y consolidar «conocimientos»necesarios para lograr contribuir al Progreso de laHumanidad.

Nuestros «talleres», en los que a través del Simbolis-mo aprendemos una antigua y permanente ciencia en-frascada en la búsqueda del «saber»: unos «conoci-mientos» que se imprimen en la mente del hermanoen forma indeleble y pasan a formar parte de su per-sonalidad; una fuerza espiritual necesaria para traba-jar por los principios esenciales del progreso de la hu-manidad; un ámbito en el que la individualidad es par-te de la fuerza del conjunto; un estamento Iniciáticoen el que se supone deben emerger los más altossitiales de la Virtud y los Valores, están hoy pobladosde incertidumbre y de incapacidad de comprender elaccionar y el destino de la más sensata de las Institu-ciones creadas por el Hombre. Hablo de la Masonería,tan manoseada por sus enemigos y hoy tan escasa-mente valorada por muchos de sus confundidos miem-bros.

Claro está que hablo con dureza. Pero mi experienciaen más de 40 años de masón y los estudios perma-nentes de nuestro ámbito, me dan derecho a expresarlo que pienso, observo y he observado a mi alrededor.

El tema de la «religión» en la Masonería, tiene raícesprofundas, especialmente en el deseo de convergen-cia que muchos HH:. masones «creyentes» y de ori-gen confesional, padecen a nivel espiritual e inclusointelectual. Sus problemas de conciencia, �legítimossi los hay�, se han incorporado a las actividades delos «talleres» y tal vez sin premeditarlo, enrareciendoel aire que se respira en ellos. El «problema», directao indirectamente, afecta el desenvolvimiento de las ac-tividades logiales y ha hecho «pensar» y hasta creer,que la Masonería es o construye un sincretismo religio-so estructural, o para contener a quienes son parte dela problemática religiosa.

Además, la bisagra histórica que las Constituciones deAnderson y Desaguliers desarrollaron al teologizar losreglamentos de la Orden y el nacimiento de la hoy de-nominada Masonería Moderna, contribuyeron a pro-blematizar aún más el decurso histórico de la Masone-ría, y como herencia de las disidencias guardadas enla mochila de las pasiones, vemos hoy que «lo masó-nico» se encuentra envuelto en una desunión evidentey en una «diversidad» de «Ritos» por una parte y Obe-diencias que se anatematizan entre si, a causa de «re-gularidades» e «irregularidades». Y tras la miopía,equívocos y soberbias personales, la pléyade de QQ:.HH:. que pugnan por entender el verdadero significa-do de la «Fraternidad» y «Tolerancia», de las que ha-blamos con fluidez pero con escasa consistencia.

Espero que este trabajo, tan «multifacéticamente»prologado, sirva para que los QQ:.HH:. ajusten el ho-rario de sus relojes, para el día en que sea necesario«coincidir» para no ser barridos por el viento de laextinción o la fosilización del inmovilismo.

(1) Precesión de los equinoccios, movimiento retrógrado de lospuntos equinocciales, en virtud del cual se anticipa un poco de añoen año la época de los equinoccios. Se debe a un lento cambio dedirección del eje de la Tierra.

¿Es la masonería una religión?

No cabe duda que uno de los temas más «ríspidos»*latentes en el seno de la Orden y que lamentablemen-te se proyecta hacia el universo de ideologías que nosintentan definir y cuestionar, es el de si la Masoneríaes una religión.

Hemos advertido que en la Internet, sitio en el que sehan desatado vientos de libertad inimaginables, esdable observar el debate que permite salir a la luz,innumerables problemáticas latentes en el seno de losTalleres y cuyos alcances al menos colisionan con lanecesaria armonía y unidad, esenciales para la conti-nuidad de la Orden.

Para desarrollar este trabajo, se hace necesario men-cionar la preocupación del profesor Dr. José A. FerrerBenimelli, titular del Departamento de Historia Moder-na y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza yque ha sido titular de los Cursos de Verano de El Es-corial, sobre el tema «Masonería y Religión; Conver-gencia, oposición, ¿Incompatibilidades?», que se de-sarrollaron en la Universidad Complutense de Madriden 1995. Es dable mencionar que esta temática hizoproliferar durante los últimos años, todo tipo de semi-narios, reuniones, coloquios y cursos en países comoBrasil, Francia, Italia, Portugal y Bélgica. Y que la pro-blemática centró los estudios en París, Novo,Hamburgo, Toulouse, Chantilly, Oporto, Foggia, Lis-boa y Orval, donde se desarrollaron encuentros sobreMasonería,.

Esta pequeña introducción es necesaria para desarro-llar el enfoque que nos ocupa, pues tomaremos comoparadigma algunos de los resultados de coloquio deEl Escorial.

En la publicación que lleva el nombre del tema y de laque nos ocupamos hoy, el profesor Benimelli prologadiciendo, entre otros conceptos, que «En un mundocada vez más secularizado y de crisis religiosa, que-remos reflexionar en torno a la masonería, que, sin seruna religión, si es una sociedad iniciática en la que nosiempre resulta fácil distinguir entre una pretendida oreal espiritualidad o religiosidad y una ética y morallaicas».

Asimismo y para complementar el tema, que tratare-mos de desarrollar como una síntesis, también desta-ca, el profesor Benimelli la importancia del tema en«...la relación con la actitud de algunas Iglesias res-pecto de la compatibilidad o incompatibilidad de fe,que supone o lo pueda hacer, la doble pertenencia omilitancia en la masonería y en cualquiera de las dife-rentes religiones mas tradicional o históricamente vin-culadas con ella con lazos de amistad o enemistad».

¿Es la masonería una religión?

Aldo Alessandro Mola, de la Universidad de Milán,

aporta su pensamiento en la obra mencionada (1),partiendo del aspecto doctrinal de las definiciones quede si misma da la Masonería. Y lo hace partiendo dela documentación y fuentes institucionales, sucedidasa partir de las Constituciones de Anderson de 1723 yhasta la Declaración de 1985, de la Gran Logia deInglaterra. Al respecto, debe mencionarse su no con-sideración como unívocas, «...las declaraciones deprincipios en torno a Dios, la religión y los antiguosdeberes [que] mutaron durante siglos, según ibandesenlazándose los avatares internos de la Masone-ría, y en particular, en los engarces entre la Gran Logiade Londres y la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI)pasando por las divisiones entre “antiguos” y “moder-nos”».

La problemática planteada, según los estimado porMola, debe seguir un esquema que se integra «...conla función de la masonería en cuanto religión civil (olaica, o política)» ...y considerando la secularizacióny modernización de los últimos siglos y en especial elpresente. Por ello, considera que «...además de la teo-logía, la historia y la masonología, debe acudirse a lasociología, la antropología y el funcionalismo». (2)

También menciona que la palabra “religión” “...no seutiliza aquí en el sentido hodierno (3) de religiosidad, es-piritualidad, pietas (4), sino en su acepción de fe... El quealude a la Revelación, a la Promesa, a la Profecía, aldescubrimiento de un Dios metafísico, trascendente...”Haciendo hincapié, además de los principios, reglas oritos iniciáticos y de pertenencia, y la sanción del gra-do de fidelidad del “iniciado” a la “Verdad”...

Al entender que este tema es de vital importancia parapoder restablecer la Unidad en la Orden, afectada porlas divisiones sucesivas ocurridas a través del tiempo,pensamos que ahora debiera buscárselas no solo re-solviéndolas, sino aditándoles «...en la diversidad», demanera de conciliar las posiciones y obtener una sali-da honorable a muchísimas «interpretaciones» que noshan dividido. No obstante, consideramos también queel interrogante sobre si la masonería es una religión,constituye un serio obstáculo para alcanzar la Uni-dad, pues plantea una cuestión de conciencia cuyocontenido intelectual, espiritual y hasta ideológico,

¿Es la masonería una religión?

* ríspido, Áspero, violento, intratable.(1) “Masonería y Religión: convergencias, oposición, ¿in-compatibilidad?” del profesor D. Benimelli.(2) Funcionalismo: Dícese de los métodos y estudios quese basan en una interpretación funcional del lenguaje.(3) Hodierno: hodiernus, hodiernus. Perteneciente o re-lativo al día de hoy o al tiempo presente. Moderno, ac-tual.(4) Pietas: Movimiento religioso protestante iniciado enAlemania en el siglo XVII, principalmente por PhilippJakob Spener, como reacción evangélica contra el inte-lectualismo y el formalismo dominantes en las iglesiasluterana y calvinista.

3

1ra Parte

¿Es la masonería una religión?

colisiona con el imperio de la Razón en la consecu-ción de lo estrictamente masónico.

No cabe duda que el Enunciado Fundamental del 21de junio de 1985, en el que la Gran Logia Unida deInglaterra concluye en que «...la Masonería no es unaReligión, ni un sustitutivo de la religión»(5), no resuel-ve el problema, toda vez que tal vez como una contra-dicción, la Orden condiciona a sus integrantes creeren un Ser Supremo. No obstante el hecho de no ofre-cer una propia «doctrina de fe», la GLUI, exige «...lacreencia en un Ser Supremo». Mola, sostiene que «Aunsin ser una religión, la masonería impone a sus afilia-dos el culto de una religión, en cuanto presupuesto dela Iniciación...» y se pregunta «¿Para qué?»...No sos-tiene la Declaración la existencia de un Dios Masónico,dejando que ese Dios sea el de la religión profesadapor el masón. Y asimismo, emerge el respeto mutuopor un Ser Supremo, «...en cuantó El sigue siendosupremo en sus religiones respectivas».

Entre lo importante de lo opinado por Aldo AlessandroMola, consignado en la Obra motivo de este trabajo,está su análisis de la Declaración de 1985, mencio-nando que «...durante los trabajos está prohibido dis-cutir de religión» y que «...no es misión de la masone-ría tratar de unir credo religiosos diferentes»... Por loque «...la masonería no pretende ser un “sincretismo”entre fes distintas, ni una super-religión, una Verdadabsoluta y superior a las “verdades” (o “creencias” delas fedes particulares», en contra de lo que defiendenesotéricos y ritualistas, quienes suelen mezclar as-pectos de diferentes religiones monoteístas y de pa-ganismo».

Tales clarísimos conceptos, vienen a formalizar nues-tras ideas relativas a lo a-religioso –no anti-religioso-de la Orden, en colisión con la intencionalidad de sus-tituir con lo masónico, precisamente en un mundo cadavez más seculatrizado, las religiones que junto consus integrantes, se encuentran envueltos en una gra-ve crisis intelectual y espiritual.

Sostiene Mola que la GLUI se distingue exclusivamentede las religiones positivas, de los monoteísmos reve-lados y que al no imponer una fe específica sin embar-go impone a los masones la creencia en un Ser Su-premo, «...y que antepongan a todo, sus deberes paracon Dios». También sostiene que la Declaración de1985, además, se basa en los Reglamentos Genera-les de Payne de 1720, en cuyo Título Primero prevéque «...un masón, por su condición de tal, tiene eldeber de obedecer a la Ley moral y, si comprenderectamente el Arte, nunca será un ateo estúpido ni unlibertino irreligioso». Anatema (6) este, que a nuestroentender ha sido más nefasto que una condena explí-cita a quien no piensa de tal manera dentro de la Or-den.

Es evidente, para Mola y creemos que incluso para elrecto pensador, que al obligarse a los masones a la fe

solo en aquella religión «...a que todos los hombresestén de acuerdo», y dejándoles sus opiniones parti-culares por ser «hombres buenos, sinceros, hombresde honor y honestidad», la masonería se convierte en«Centro de Unión, el medio para establecer una sin-cera amistad entre personas que hubieran permaneci-do perpetuamente disidentes», la Masonería «no setrata –dice Mola- de una religión, que impone princi-pios teológicos, sino más bien de un club, que pres-cribe reglas sociales».

Este análisis del trabajo presentado en la UniversidadComplutense de Madrid, escudriña metodológicamentelos vericuetos del tema, al punto de puntualizar el paso«...del teísmo de las antiguas corporaciones y gremios,al deísmo, con lo cual se eliminó la fe explícita en elDios-Persona tal como lo enunciaba la Biblia y ense-ñaba la Iglesia». A tal conclusión se arriba luego demencionar que la Constitución, en su redacción de1738, establece que «...el masón, por su condición detal, tiene el deber de observar la ley moral y, si com-prende correctamente la Corporación, nunca será unateo estúpido, ni un libertino irreligioso, ni actuará con-tra su conciencia...»

Es probable que tal interpretación sea debida al apar-tado 2 del Título VI, como lo señala Mola, refiriéndosea los límites establecidos para «...que en las Logiasno se traten temas religiosos ni políticos», en espe-cial cuando se incluye «..cualquier cuestión inherentea la Religión o a las Naciones o la política del Esta-do...». Al respecto, nos permitiremos agregar que en-tendemos que tal límite, pudo haber sido establecidocomo consecuencia de la interferencia de la Monar-quía británica (sin excluir las europeas...) en su exi-gencia a los calvinistas como Anderson y Dessagu-lliers, de mantener el statu quo, limitando el accionarrepublicanista de los masones de su tiempo.

Es lícito, entonces, consensuar con Mola que la maso-nería nunca fue una religión, ni lo pretendió, ya que«...siempre prohibió y sigue prohibiendo, que sus afi-liados se ocupen de asuntos religiosos en la Logia,siendo único requisito para la admisión [a la Orden...]que ellos no sean ateos y crean en un Ser Supremo».

Nos recuerda Mola las Constituciones de la Gran Lo-gia, llamada de los antiguos [Ahiman Rezon de 1756,redactada por Dermott], que de las reuniones de laGran Logia no ha quedado constancia alguna de refe-rencias a la Biblia, ni a Dios, ni al Gran Arquitecto[GADU], refiriéndose, en cambio, a «nuestro MaestroSupremo»... Y ¡oh! sorpresa!, no parece poder dudarsede la inspiración de aquellas Constituciones porqueno eran «...generalmente teístas ni mucho menos deís-tas, sino explícitamente católicas... de las nuevasConstituciones», pues allí se afirma que «...como ma-sones, somos la religión católica más antigua ense-ñada hasta hoy». En este aspecto, pensamos que obróde contrapartida precisamente del accionar primige-nio de los calvinistas en las Constituciones denomina-das andersonianas y las mutaciones ocurridas a tra-vés de los siglos.

Esas mutaciones son advertidas por los vaivenes dela Gran Logia de Inglaterra que «...aceptó o rehusóestrechar lazos fraternos con las demás comunida-des masónicas, aplicando con coherencia sus princi-pios». Si relacionamos esto con el reconocimiento de

(5) Concordando con la Declaración de septiembre de1962 y confirmada en diciembre de 1981, en las que niegacoherencia alguna entre masonería y religión.(6) Anatema: En el Antiguo Testamento, condena al exter-minio de las personas o cosas afectadas por la maldiciónatribuida a Dios. Persona o cosa anatematizada.

4

¿Es la masonería una religión?

otras Grandes Logias, Mola puede sostener que laDeclaración de 1929 establece, en el primer punto «Lacreencia en el Gran Arquitecto del Universo y en “vo-luntad revelada”, serán condiciones esenciales paraque se admitan sus miembros». Atribuir lo de revela-ción prefigura al Gran Arquitecto como el Dios Crea-dor y no como simple Regulador, con lo que ya quedadeterminada la condición de religión que se atribuye laGLUI y la condición de Reconocimiento a las GrandesLogias.

Recordemos que en la revista Hiram Abif , [EdiciónN° 26 Pág. 20 ] hemos publicado las razones por lascuales la Gran Logia Unida de Inglaterra, al rompersus lazos con la Gran Logia del Uruguay el 18 de oc-tubre de 1950, -episodio en el que se vio involucrado elGran Oriente Federal Argentino-, endureció su postu-ra teista, declarando «Todo hombre que pida entrar enla Masonería tiene que profesar la fe en el Ser Supre-mo, Dios invisible y Todopoderoso. A este respectono se permite ninguna excepción. La masonería no esun movimiento filosófico abierto a todas las orienta-ciones y opiniones. La verdadera masonería es un cultopara conservar y difundir la creencia en la existenciade Dios, que tiene que ser el de una religiónmonoteísta». Y agrega a todo esto, taxativamente ycreo que desafortunadamente, que «...la masoneríaes un culto que se funda en bases religiosas...»

Al margen de la brillante exposición de Mola, que co-mentamos en este trabajo, deseamos agregar que talposición, exhibida en su momento en la nota remitidaal Gran Maestre de la Masonería uruguaya al ser reti-rado el reconocimiento por parte de la GLUI, constitu-ye para nosotros, librepensadores, racionalistas yadherentes a toda teoría científica, filosófica y produc-to de las metodologías que lo inspiran, una aberra-ción, el fruto de una intolerancia incomprensible en elámbito de lo esencialmente masónico, cuna de lascuestiones poco fraternas e inspiradoras de lo quepocos se atreven a denominar diáspora en el seno dela masonería y en el de las Logias que han perdidoparte de sus columnas, permitiendoles emigrar haciaotras seudo masonerías y Ritos en disidencia, quehoy constituyen el espectro tan pálido de nuestra co-mentada decadencia e inmovilismo.

El haber mencionado a la masonería como un culto,sosteniendo un principio ajeno al espíritu, -lo sosten-go-, fundacional de las masonería como paradigma delpensamiento, la racionalidad, el libre albedrío y su vo-cación progresista, ha ocasionado graves disidenciasy sembrado gran confusión, persistentes hasta nues-tros días y razón tal vez esencial, de la ausencia de laanhelada Unidad...hoy sustentable en la diversidad,que permitiría el equilibrio entre lo cierto y lo falso, laVerdad y el error. Pero aún más, en entera colisióncon la búsqueda de la Verdad que sin la duda, consti-tuye una soberana contradicción que impera en losmanuales, Rituales y prédica en las Logias y Talleresy sin duda alguna cala hondo en aquellos Aprendicesque ingresan a la Orden, en busca de respuestas alos interrogantes metafísicos que acucian al Hombre.

No cabe duda, entonces, que la afirmación de cultoque impone la GLUI, niega la idea del GADU como unsímbolo, una alegoría o una metáfora genérica [o de-nominación genérica....] que aluda a un Ser Supremoindefinido. Aunque tal cosa «no signifique religión»,como destaca con justeza Mola, dice que la GLUI se

atribuyó así, la función de clero y sacerdocio, comopara proteger y difundir una religión preexistente... Yse pregunta: ¿Donde estaría pues, su pretendido lai-cismo?. Precisamente esta es la cuestión. Porque enel seno de la idea laicista, es que la problemática reli-giosa adquiere su mayor fuerza de controversia.

La continuidad del dilema planteado, prosigue mástarde con la imposición de la fe monoteista por partede la GLUI y las de Escocia e Irlanda, «...ante el te-mor de que se le tachara de deísmo»... Cabe mencio-nar que tal imposición se considera un «...principioconstitucional e inderogable de la masonería, del quederiva entre otros el deber de conservar y difundir lacreencia en la existencia de Dios...». Contradicien-do, al menos, varios principios sustentados por la Or-den, uno de los cuales es el considerar inderogableprecisamente la fe monoteista y evidenciando la ideo-logía teológica de sus mentores.

Destaca Mola en su trabajo, el hecho de que mientras«...al comienzo del siglo XVIII, a los iniciados se lesprohibía hablar siquiera de cuestiones religiosas, encuanto perjudiciales para la Logia, ahora los masonesno tienen por qué ocuparse de ellas, puesto que todoshan de ser monoteístas y misioneros de la verdaderareligión». Con lo cual después de haber negado la GLUIque la masonería fuese una religión, se le impone lareligión revelada, no cualquier otra y se «...convierteen el presupuesto mismo de la iniciación y la propaga-ción de la religión se erige en razón de ser de la maso-nería»... nada menos...

Aunque en momento alguno la identidad entre la ma-sonería y la religión fuese mantenida, no cabe dudaque «...se configura –nos dice Mola- como una organi-zación cuyo cometido es divulgar las fes monoteístasy la cristiana en primer lugar...», sin estar claro si setrata «...de un objetivo exclusivo, principal o colate-ral». Hay un párrafo significativo, después de estosconceptos. Párrafo que seguramente nos orienta ha-cia una mejor comprensión de los parámetros en fun-ción de los cuales la GLUI considera que la masoneríaes religiosa. (7) Dice Mola: «La GLUI no se proponeconciliar la fe de los individuos en una religión única,superior o diferente. Queda la separación entre fe enel Gran Arquitecto (GADU), religiosidad de la Orden yautoidentificación de la masonería como religión”.

Pero Mola también supone que «...Este sería un pasoulterior que está sin darse y que, presumiblemente,no está en la perspectiva de la GLUI, quien entiendeque la “compatibilidad” con las diversas religiones arrai-ga precisamente en la religiosidad requerida a susadeptos... En otras palabras, la Logia no ha de pro-porcionar ni la iniciación a la religión, ni la enseñanzaa los afiliados, porque estos ya practican la creenciaen un Dios en otro lugar”.

(7) Religión: [conceptos varios] Conjunto de creencias odogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de vene-ración y temor hacia ella, de normas morales para la con-ducta individual y social y de prácticas rituales, princi-palmente la oración y el sacrificio para darle culto. Pro-fesión y observancia de la doctrina religiosa. La reveladapor Jesucristo y conservada por la Santa Iglesia Romana.Natural. La descubierta por la sola razón y que funda lasrelaciones del hombre con la divinidad en la misma natu-raleza de las cosas. Reformada.

5

¿Es la masonería una religión?

Es evidente que esto presupone varias conjeturas, yaque en la práctica se advierte que en las Logias suce-den problemáticas precisamente, derivadas del credode cada masón, puesto que resulta sumamente difícilconciliar lo que decimos, con lo que nos vemos impeli-dos a practicar. La frecuencia de discusiones relativasa este tema, el de si la masonería es o no un religión,deriva, fundamentalmente, del grado de convicción ofe que el creyente posea en su acerbo cultural y fueroíntimo. Y en especial, la comprensión que haya adqui-rido sobre el espíritu masónico en función de la procla-ma de sus principios, cuya interpretación no se enre-de (8) en disquisiciones generalmente arbitrarias oequivocadas.

Sostenemos, con el autor del trabajo originario, que elestudio sobre el nexo de la masonería y la religión,«...sería gravemente incompleto si se ciñera a los do-cumentos oficiales de la GLUI...», porque seguramentese trataría de «discriminar irrazonablemente a las ma-sonerías legítimas que no se reconocen en la GLUI».

Dice Mola en otra reflexión: «... la Masonería, comotoda Institución humana, ha ido transformándose a lolargo del tiempo, ajustándose a los principios y a lascostumbres de cada época. Por lo tanto, es precisoque el historiador investigue los masones, centrándo-se en las ideas por ellos manifestadas...»

Estamos de acuerdo. Viniendo de un profano que hainvestigado sobre el contexto de la Orden, su objetivi-dad nos complace y amerita difundir –no divulgar- laexcelente claridad con la que ha desarrollado su enfo-que que, además, compartimos.

2da. parteLa Ilustración nace en Inglaterra alrededor de 1680,extendiéndose luego por Europa y América. Pero esen Francia donde se concreta un fenómeno históricode fundamental importancia. Se trata de cuatro ideasesenciales, que podemos sintetizar en estos concep-tos: «La razón es la única guía infalible; el Universoes una máquina regida por leyes rigurosas que el hom-bre no puede desconocer; el futuro sería promisorio silos hombres dejasen de lado supersticiones y prejui-cios y viviesen de acuerdo con los dictados de la ra-zón; y por último, no existe el pecado original, la de-pravación no es inherente al hombre, son los déspo-tas belicosos y los sacerdotes intrigantes los que lollevan a cometer actos de villanía.»(9)

A manera de referencia, decimos que tales conceptosconmovían las bases y estructuras de un mundo ple-no de contradicciones, aunque se vislumbraban nue-vos horizontes. No cabe duda hoy, que la Ilustraciónprimero y luego las teorías económicas emergentes,influyeron sobre la Revolución Francesa y esta, la cau-sa de modificaciones politicas trascendentales parala historia.

Nacen asì las teorías liberal de Locke y Montesquieu

y la democrática de Rousseau, quien postula sobre ladivisión de los Poderes del Estado, modelo de los es-tados democráticos modernos.(10)

Se ha sugerido que Rousseau aparece como contra-posición al racionalismo de Descartes, Newton y Lockey bien puede calificarselo de «creador del romanticis-mo», incluso, haber influenciado en los movimientosemancipadores de América y hasta «...sobre losidealistas románticos alemanes que a principios delsiglo XIX veneraban al Estado como al «Dios de lahistoria».(11)

Para 1790, habitaban en Europa 180 millones de se-res humanos y desde allí, el crecimiento poblacionalrealiza un salto que podemos calificar de maltusiano,al punto de que para 1914 pasa a 460 millones dehabitantes.

Todos estos datos consignados rápidamente, sin elcorrelato de un análisis académico para los académi-cos y pormenorizado para los estudiosos, intenta almenos advertir panorámicamente al lector, el ámbito yla magnitud de los cambios ocurridos en el lapso deapenas dos siglos y con posterioridad a la RevoluciónFrancesa y a la Revolución Industrial.

Aunque debamos mencionar, en tanto a revoluciones,que la Revolución norteamericana fue anterior a la Fran-cesa y los efectos de ambas y las teorías democráti-cas, han sido de verdadera continuidad hasta nues-tros días.

Las conmociones que naturalmente se produjeron almasificarse la difusiòn del Conocimiento por obra ygracia de la Ilustración, y con el advenimiento de me-jores condiciones de vida para millones de Hombresbajo el convulsionado imperio de los despotismos, sinduda alguna llevaron a cabo modificaciones estructu-rales inimaginables para su tiempo.

Y sin embargo, el transcurso de los acontecimientoshistóricos, a la luz de nuestra actualidad conflictiva yconflictuada, no amerita pensar en una flecha de Pro-greso que avance arrolladora hacia el reino de la Liber-tad, la Igualdad y la Fraternidad humanas, sino enparadojas temporales que hacen pensar en una curio-sa curva de decadencia que, debido a la multiplicidadde variables económico-sociales y políticas, descubreun mundo de violencias, contradicciones y signifi-cativamente, en vías de convertirse al vasallaje con elcual convivían los pueblos de la Tierra, al tiempo de laRevolución intelectual del siglo XVII y del XVIII.

Coincidimos con Frávega, en que con anterioridad hubosignificativos cambios revolucionarios en el campo delpensamiento, ...como lo fue con los sofistasatenienses del siglo V a.C. o por el Renacimiento dela última Edad Media. Además y como dato curioso,coincidimos en que la Revolución Intelectual hayaocurrido en «...la época y en la sede del despotismo,de los soberanos que gobernaban arbitrariamente alas naciones»… Nada menos. Porque no nos asom-bra que se hable del Renacimiento como influenciarevolucionaria y con la Revolución Industrial la confor-mación de «...nuevas condiciones sociales surgidas(8) En su acepción: Complicación y maraña que resulta

de trabarse entre sí desordenadamente los hilos u otrascosas flexibles. Por extensión de ella.(9) Teoría de la Historia –Los futuros posibles- de OscarE. Frávega-edit. Corregidor

(10) idem. Ob. Cit.(11) idem. Ob.cit.

6

¿Es la masonería una religión?

de la prosperidad de la clase media y los nuevos hori-zontes abiertos al conocimiento de otras tierras y otrasculturas».(12)

Nacionalismos e imperialismos:

Para poder determinar con cierta exactitud las motiva-ciones que nos llevan a rechazar la idea de que laMasonería sea una religión o lo pretenda ser, debe-mos necesariamente incursionar en aspectos colate-rales a la Institución misma, pero cuya influencia, nocabe duda, ha modificado y hasta transformado suespíritu primigenio de liberalidad intelectual, filosóficay científica.

Curiosamente en instancias relativas al siglo XXI, queson las que vivimos (o padecemos…), la influencia delpensamiento despótico de los tiranos enrolados en loque denominamos monarquías absolutistas y luegofeudalismo, retorna como una sombra amenazante parala Libertad del Hombre –en todos sus aspectos- mime-tizada hoy en los esquemas economicistas, las nue-vas teorías neoliberales y la concentración del podereconómico, no divorciado del poder polìtico y todo ello,sazonado con las justificaciones a los nuevos impe-rialismos, unos ya experimentados y en fracaso y otroslos que van surgiendo en aras de su consolidación. Yademás, teniendo en cuenta de que tales imperialismosprovienen de los exacerbados nacionalismos emergen-tes de las Revoluciones mencionadas precedentemen-te.

Hay unos párrafos sumamente ilustrativos en «La Teoríade la Historia – los futuros posibles-» de Frávega, queconsidero de suma utilidad para comprender nuestraactualidad, y en especial la de la masonería, aquellaque en 1717 emerge transformándola hasta nuestrosdías.

Dice Frávega: «Quienes hacían culto de la grandezanacional y la expansión territorial eran defensores dela teoría del «destino manifiesto», la misma que men-cionamos con la “Pax Romana”. John Adams, muchoantes de ser presidente, afirmaba que la colonizaciónde Norteamérica era «la iniciación de un gran proyectode la Providencia para la iluminación del ignorante y laemancipación de la parte esclavizada de la Humani-dad». El nacionalismo de los Estados Unidos estáestrechamente vinculado con el racismo. Las ideasde superioridad racial se propagaron en el siglo XIXcon períodos de recrudecimiento que se manifiestanincluso en nuestros días. La clasificaciòn de superioresta sintetizada en las siglas WASP (White, AngloSaxon, Presbiteriam; blanco, anglosajón, presbiteria-no). El pueblo elegido era el anglosajón, a ellos leshabìa conferido Dios la misiòn de civilizar y custodiaral mundo. Curiosamente, dos presidentes lucharon porabolir las diferencias raciales, Abraham Lincoln y JohnF. Kennedy, (y) fueron asesinados. Hace poco tiempo,un negro con grandes posibilidades de ser candidatopresidencial, el general Colin Power, fue rápidamentevetado.»

Lo que no es poco, si nos atenemos no solo al con-texto de los hechos, sino al curioso protagonismo delmencionado general en acontecimientos de corte muycercano. A vuelo de pájaro podemos dejar constanciaque las ambiciones imperialistas no han tenido pocas

excepciones. «Rusia no busca colonias en ultramarpero se expande por regiones contigüas: en menos deun siglo, desde 1852 domina la Siberia y extiende susdominios hasta el Pacìfico. Japón por su parte decla-ra la guerra a China en 1894 y la obliga a cederleFormosa y a conceder la independencia de Corea; suhegemonìa, hasta 1940, se extiende a Manchuria yTaiwán. Paralelamente, desde 1830 en adelante, elmundo occidental experimenta un renacimiento de lademocracia, que en un principio fue de naturalezapolìtica exclusivamente. Recien a comienzos del sigloXX el concepto se amplìa a los aspectos sociales yeconómicos, no sin antes, desde luego, haber acumu-lado revueltas y motines de contenido social como laComuna de Parìs en 1871, los Haymarket Square en1886 o la Revolución Rusa de 1905» (id.aut.)

Como corolario de nuestras referencias, decimos conFrávega: «De la Revolución Francesa, imperialismos,guerras, sus causas y consecuencias, no nos ocupa-remos [más] pues son más que suficientemente co-nocidos…»

Pero podemos agregar, como el historiador argentinolo hace, diciendo que: «Cuando la historia se globaliza,cobra importancia la relatividad de las perspectivastemporales y espaciales desde las cuales se la vive yse la analiza».

Presunciones

Si pudiésemos fijar nuestra residencia intelectual enlas postrimerías del siglo XVII, veríamos que la Revolu-ción Intelectual protagonizada por la Ilustración, si bienno calaba hondo todavía en el pueblo sometido al vasa-llaje, sí lo hacía en aquellos que abrevaban del Cono-cimiento en monasterios o Colegios como los que sefundaban y proliferaban en Florencia y lentamente sedesplazaban hacia toda Europa.

Es innecesario para nuestros lectores, mencionar quetanto las Logias de arquitectos, constructores y pica-pedreros, como las Sociedades científicas que funda-ban matemáticos, astrónomos, investigadores y estu-diosos de las ciencias, reunían a un destacado núme-ro de pensadores que descubrían (o redescubrían)Leyes del comportamiento de la materia, del Univer-so, los astros, el pensamiento filosófico, una nuevaconcepciòn del Hombre... Y sería torpe pensar queaquellos acataban las férreas, prejuiciosas, dogmáti-cas e intemperantes doctrinas teológicas de las reli-giones positivas.

Las persecuciones religiosas tanto del monoteísmocatólico, como el del monoteísmo crístico Protestanteen sus diversas manifestaciones, sublevaba la con-ciencia y pensamiento de quienes adherían de lleno alas nuevas teorías. En orden a las ideas revisionistas,la misma Bíblia estaba en discusión y revisión y emer-gían interpretaciones «científicas» de su contenido,no ya con relación a las contradicciones percibidasreferidas a las ciencias, sino al mismo espíritu «reli-gioso» de sus Libros, postulados y dogmas, incluyen-do la «revelación» misma, que pretende sacralizar sucontenido.

Hablaríamos de los Colegios florentinos y su expan-sión por toda Europa. Hablaremos entonces de laMasonería Primitiva, aquella que se hallaba imbuida(12) Idem. Ob. Cit.

7

¿Es la masonería una religión?

del espíritu matemático y geométrico de la ciencia dela construcción y ámbito de reunión de inquietos pen-sadores e investigadores, como fueron los Alquimis-tas e incluso los herederos de las Tradiciones Hermé-ticas, devenidas de Hermes Trismegisto desde Egiptoy una herencia «esotérica» traída por los caballeroscruzados, tanto en misteriosos libros del Islam, juntocon rabinos con los cuales habían compartido la sabi-duría de Oriente.

Esa consideración de que el Islam es un culto igno-rante e incivilizado, que persigue al y el pensamientocontemporáneo de Occidente, en estos tiempos deconflicto y violencia, se eleva por los aires como unasupina manifestación de prejuiciosa ignorancia. Lasmaniqueas concepciones del relato histórico, pocoaportan cuando minimizan la influencia del Islam enEuropa en especial y en España en particular.

Para el tiempo en que tanto James Anderson o Desa-gulliers reinventaban la Masonería alejándola rápida,prejuiciosa y dogmáticamente de su accionar civiliza-dor, emancipador y progresista, los factores de poderpolítico, económico, social, religioso y científico de sutiempo, colisionaban debido a las convulsiones proce-dentes de la conciencia iluminista.

Digo esto, porque sería torpe pensar que las masashumanas que habitaban Europa y América, asistieranimpávidas a los cambios, modificaciones e inclusomutaciones que surgían a su alrededor, sin ser ellasparte de su protagonismo.

No resulta extraño, entonces, que la Masonería, cuyaforma reservada [¿secreta?] de actuar y los peligrosque conllevaban los cambios de conducta de la jerar-quía eclesiástica (de igual manera los poderosos) enespecial hacia las corporaciones de arquitectos y cons-tructores (hay un interesante trabajo relacionado conel aprendizaje y competencia de los clérigos católicosen materia de construcción….) se viera asimismo con-vulsionada por la apreciación de la situación, sus ideas,tendencias y misión, e incluso con relación a los car-gos de conciencia debido a sus propias conviccionesreligiosas o la visión cosmogónica del Universo.

Pero sintetizando lo necesario para este trabajo, po-demos afirmar que además del intento de las monár-quías absolutistas de conservar el statu quo, concu-rren dinámicamente los efectos de la colisión entre elcatolicismo y el protestantismo, en el advenimientode los cambios masónicos protagonizados por lasConstituciones de James Anderson en 1717. Sumán-dose luego, las aspiraciones imperiales de los anglo-sajones.

Un antecedente importante

Dejar, en el contexto del análisis que nos ocupa, libra-do a la imaginación del estudioso o a lo anecdótico,con relación a la Masonería, el episodio de OliverioCromwell (1599-1658) estableciendo la República enInglaterra, hasta nos resulta irritante, debido a los re-milgos en clarificarlo.

Mas allá de las referencias que diversos diccionariosy enciclopedias dicen al curioso lector, sobre quiénfuera el revolucionario «Protector de Inglaterra», pode-mos decir que siendo capitán de caballería asumió laJefatura de la revolución inglesa. Organizó un ejército

de puritanos que venció a la milicia realista y nombra-do teniente general, se convirtió en el jefe del ejércitorevolucionario. Instituyó un tribunal de justicia que con-denó a muerte al rey Carlos I (1649), y se erigió en«Protector de la República de Inglaterra» llevando acabo profundas reformas, la más trascendente, la delParlamento Británico. Es decir, tuvo el privilegio dequerer terminar con el despotismo monárquico abso-lutista, de la «pérfida Albión».

Como es natural, hasta hoy se discute su membresíaa la Orden y los monárquicos le consideran un dicta-dor, etc. etc. Pero no nos cabe duda alguna que talepisodio, ocurrido en las postrimerías del siglo XVI hastala mitad del siglo XVII, debió ocasionar una convulsiónsignificativa en el seno del poder monárquico y feudalen el Reino Unido y en aquél que campeaba por Euro-pa, de la misma manera que al poder temporal delcatolicismo y el protestantismo, con sus respectivasintolerancias. (La Iglesia Católica con la Inquisición oCalvino enviando a la hoguera a Servet… tal vezparadigmas del dominio espiritual… y temporal de aque-llos tiempos).

Por tales sencillas pautas, no podemos dudar que lasmonarquías advertían sumamente peligrosa a la Ma-sonería.

Los hombres esclarecidos e ilustrados, los científicosy pensadores, los profesionales constructores e inclu-so religiosos esclarecidos, pertenecían a ella y senutrían de las cuatro ideas esenciales de la Ilustra-ción, que señalamos en el primer párrafo de esta se-gunda parte.

La influencia de Descartes con el Método, inspirabanuevas investigaciones, nuevos concepciones de lanaturaleza y del Universo. La idea de Dios excedía loslímites del antropomorfismo y las religiones(13) y susconceptos cosmogónicos, evidenciaban contradecir elpensamiento científico.

Quienes hoy, por estos días de cierta confusión inte-lectual, adhieren al new agge, reniegan de la razón yhablan de otros modos del pensamiento, entre ellos laintuición, hablan también de la «Tradición Primordial»y de los Antiguos Misterios, involucrando al espírituhumano y a la inteligencia o al pensamiento, en íntima

(13) Religión, es el conjunto de creencias o dogmas, nor-mas éticas y morales de comportamiento social e indivi-dual, y prácticas rituales de oración o sacrificio que rela-cionan al hombre con la divinidad: Según las definicio-nes hay una religiòn inferior, que es la animista en susvarias formas de fetichismo, totemismo, etc.; una superior,que es la que posee teología, liturgia y moral; la natural,fundada en el reconocimiento del hombre de su depen-dencia de la divinidad; la revelada, fundada en una ma-nifestación directa de la divinidad al hombre; la politeísta,fundada en la creencia en una pluralidad de divinidades(mitología, mazdeísmo, budismo, brahmanismo, confu-cianismo, etc.); la monoteísta, que reconoce un único Dios(hebraísmo, islamismo, cristianismo); la católica, reve-lada por Jesucristo y conservada por la Iglesia Romana;la reformada, que es el protestantismo. Luego, siguen lasacepciones como la virtud que nos mueve a dar a Dios elculto debido. Profesión y observancia de la doctrina reli-giosa. La obligación de conciencia, cumplimiento de undeber.

8

¿Es la masonería una religión?

comunión con lo religioso(14) y lo religioso con losdiferentes cultos.

Pero también conciben que tales conocimientos eso-téricos estarían involucrados con el decurso del pen-samiento masónico, en el sentido de atribuirle a lamasonería un aspecto religioso de culto, que la Maso-nería no tiene. Y la idea de relacionar lo religioso conla Orden, en el sentido de considerar el término comosubyacente de re-ligar , un despropósito manifiesto deconfundir los hechos y la filosofía masónica.

De la misma manera, son despropósitos los tendien-tes a confundir la línea de pensamiento racionalista dela Orden, porque quieren hacer pensar que la Ordenestaría en un camino tendiente a instaurar una religiónlaicista, en reemplazo de las religiones positivas. Sinos atenemos a la definición semántica del término,religar -que pretende relacionarse con religión- nadatiene que ver con lo religioso, ni siquiera por aproxima-ción.

Aproximaciones

Las constituciones de Anderson señalan que la Ma-sonería es «...el Centro de Unión y el medio de conci-liar una verdadera amistad entre personas que (sinellas) permanecerían en perpetua distancia».

Más allá de los postulados que fueron consignados en1756 por Dermott en su libro «Charges and Regulationof the Society of Free Masons, extracted from AhimanRezon»(15), entre los cuales habla de la adoración aDios y la influencia patrìstica de la Iglesia Católica, aldeterminar que: «...de tal suerte que ninguno de losque comprenden bien el Arte pueda marchar sobre elsendero del desgraciado libertino o ser introducido aseguir a los arrogantes profesores del Ateismo o delDeísmo…», podemos incluir el término Gran Arquitec-to del Universo, como otro de los factores que no sonobjetivamente analizados como corresponde.

Las Constituciones de los masones Antiguos y la delos Modernos, nos hablan sensiblemente de dos con-cepciones sobre Dios: la teista de la primera y la deistade la segunda.(16)

James Anderson, pastor de la iglesia Presbiterianaescocesa era teísta y al hablar de Dios lo hacia siem-pre como Gran Arquitecto del Universo, atribuyéndole

carácter de Creador. Tal temperamento es adoptadopor la GLUI hasta nuestros días, es decir la creenciaen un Dios personal y «...no una entidad vaga, tal comolo conciben los sistemas metafísicos como elinmanentismo (16 -17) o el panteísmo…», como lo sos-tiene en su Diccionario, Alec Mellor, representante dela GLUI.

Al respecto, vale mencionar lo sostenido por el profe-sor Ferrer Benimelli, de la Universidad de Zaragoza,quien señala: «Lo que hoy suscita polémica y discu-siones, es la creencia en el Gran Arquitecto del Univer-so como condición previa para ser masón. En generales la obligación de creer en Dios –y no Dios mismo, ycon más razón el Gran Arquitecto del Universo- lo queconstituye el origen de la separación actual de lafrancmasonería y la causa de sus divisiones, siendoasí que debía ser –según las Constituciones deAnderson- y sin jamás haber llegado a serlo de unamanera efectiva, el Centro de Unión y el medio de con-ciliar una verdadera amistad entre personas que (sinella) permanecerían en una perpetua distancia».

La GLUI ha sido taxativa y especifica respecto de lacreencia en Dios y la definición que ha dado de GranArquitecto del Universo. Lo que ocurre desde sus reco-mendaciones y aclaraciones, luego de lo acontecidoen 1849 con la Constitución del Grande Oriente deFrancia, que motivó entre otras cosas el interpretarcomo ...una ruptura la libertad de conciencia y la tole-rancia introducidas en la francmasonería francesa amitad del siglo XIX... Sin duda tal temperamento «...dioa ciertos masones la posibilidad de militar en concep-ciones filosóficas más o menos inclinadas al agnosti-cismo e incluso, a veces al ateismo…»(17)

En el Gran Oriente de Bélgica el problema acabó en1872 con la supresión de Gran Arquitecto del Universoen todos sus rituales y poco después el Gran Orientede Francia, siendo su presidente el pastor protestanteFréderic Desmons, «...suprimió, el 13 de septiembrede 1877, de su Constitución, la obligación de creer enDios y en la inmortalidad del alma…» Y por iniciativadel Consejo de la Orden y bajo su presión, fue que elGran Colegio de Ritos hizo desaparecer la invocaciónal Gran Arquitecto del Universo, en 1884, de los ritua-les del Gran Oriente.

No podemos menos que hacer referencia a lo que loscreyentes de fe, sostienen respecto de los masones,«...porque entre los masones, además, resulta suma-mente difícil ser objetivos con relación a sus propiascreencias o concepciones». En especial locosmogónico(18). Veamos entonces qué nos dice elS. J. Benimelli al respecto: «..hoy, para algunos

(14) Nos referimos a al «Libro de las Constituciones de lamuy antigua y honorable Fraternidad de los masones li-bres y aceptados», más conocida como el «Libro de lasConstituciones de la Gran Logia», denominada como «delos Antiguos».(15) El Gran Arquitecto del Universo, del profesor José A.Ferrer Benimelli(16) Idem. Ob. Citada. deismo: doctrina teológica queafirma la existencia de un Dios personal, creador del uni-verso y primera causa del mundo, pero niega la providen-cia divina y la religión revelada. V. teísmo. Teismo: doc-trina teológica que afirma la existencia de un Dios perso-nal, creador del universo y gobernador de su evolucióngracias a su influencia constante y viviente. A diferencia,pues, del deísmo, admite la providencia divina y la reli-gión revelada. Sus principales representantes son Platón(428-347 ó 348 a. C.), Aristóteles (384-322 a. C.), sanAgustín (354-430), santo Tomás (1225-1274), Descartes(1596-1650), Leibnitz (1646-1716) y Kant (1724-1804).

(16-17) Inmanente-inmanentismo Que es inherente a unser o a un conjunto de seres, y no es el resultado de unaacción exterior a ellos.(17) Agnosticismo-Ateismo: La primera es la doctrinaepistemológica y teológica que declara inaccesible al en-tendimiento humano toda noción de lo absoluto y espe-cialmente la naturaleza y la existencia de Dios, pero quea diferencia del ateísmo, no niega. El Ateísmo, curiosa-mente, es definido por el diccionario como «...doctrinaque niega la existencia de Dios». Así de sencillo, sin másexplicaciones. Sin embargo, deberíase estudiar enprofundiad la razonabilidad o no de tal idea.(18) cosmogonía - (cosmo- + -gono) ciencia o sistemaque trata del origen y la evolución del universo.

9

¿Es la masonería una religión?

francmasones el Gran Arquitecto del Universo es el Dioscreador y revelado, y para otros se ha convertido en unsímbolo puramente masónico; en este caso, el GranArquitecto del Universo no sería el Creador sino el Or-ganizador.»

De tal modo, sostiene que es posible hallar toda unagama de interpretaciones sobre GADU: «Para el teísta,el GADU es la representación de la Divinidad; para eldeísta, el símbolo del Creador; para el espiritualista,el símbolo de la Inteligencia Suprema, alma y motordel mundo; para el humanista –si se considera al hu-manismo como una religión sin Dios- el símbolo de laConciencia colectiva de la Humanidad, el Principiorector que lo orienta hacia el progreso; para otros pue-de convertirse simplemente en el símbolo de la vida,es decir, en el principio organizador de donde todo pro-cede…»

Pero la conclusión a la que arriba, finalmente, es la deque «…el Gran Arquitecto del Universo -en la práctica-llega a poseer plenamente las cualidades de todo sím-bolo, de poder ser interpretado lógicamente por todaslas familias del espíritu.»

Con las reservas propias del análisis de la terminolo-gía y su conceptualidad para nosotros, consideramosque GADU tiene como significado el de constituir unaalegoría(19).

Al respecto, deberíamos leer lo señalado por el I:. yP:. H:. Virgilio Lasca, 33, de Argentina, consignadoen la edición Nº 34, pág 7, de la Revista Hiram Abif,dentro del artículo «A propósito de Regularidad e Irre-gularidad», y en lo consignado en su edición Nº 26página 20, «Primera Conferencia Simbólica de la Ma-sonería Interamericana».

Interregno

La continuidad del presente trabajo nos indica termi-nar esta cuestión, haciendo menciòn al documento dela Gran Logia de Inglaterra de 1985, «Declaraciòn so-bre Masonería y Religión», en el que, refiriéndose a«El Ser Supremo» dice: «...El nombre empleado parael Ser Supremo permite a hombres de diferentrescreencias, reunirse en la plegaria a Dios, tal como cadauno lo concibe, sin que los términos de la plegariaprovoquen disensiones entre ellos. No existe un Diosmasónico; el masón permanece fiel al Dios de la feque profesa».

Con ello, reafirma la denominación Gran Arquitecto delUniverso como figura abarcativa del Dios para los di-versos credos; impone la reserva de la creencia en elDios personal de las religiones monoteístas y positi-vas; la Fe como esencia de la creencia y menciona lafidelidad que se le debe a Dios. Y fundamentalmente,supone que la alegoría GADU posibilitará que lamasonerìa sea «...el Centro de Unión el medio de con-ciliar una verdadera amistad... etc.etc.» que, como bien

sabemos, es más un deseo o aspiraciòn emergentede los conceptos de fraternidad y la tolerancia, que dela realidad de los hechos institucionales.

Y todo ello complementado en la mencionada Decla-raciòn de 1985, con este postulado: «En la masoneríano hay ningún intento de unión entre las diversas reli-giones, por lo que no se puede hablar de sincretismode la masonería; no existe un Dios masónico com-puesto».

Consecuencias

No podemos negar que con anterioridad a lo que de-nominamos «masonería especulativa» la masoneríase nutrió de creencias y creyentes e incluso podemosadmitir que las Logias de los Antiguos masones po-seían connotaciones religiosas en el sentido de unOrden ético y moral, emergente de las creencias desu tiempo. De la misma manera que, implícitamente,adherìan a las concepciones cosmogónicas de netocorte religioso.

Sería una necedad negar la influencia del Catolicismoo del Protestantismo en la persona de los adherentes.Pero es evidente también que esa influencia se en-cuentra enraizada en la concepción judeo-cristiana delmonoteísmo; en la de los miembros de sus respecti-vas clerecías pero y también, en la influencia ejercidapor el pensamiento progresista de los pensadores detodos los tiempos, especialmente aquellos que crea-ron las Academias en Florencia, derramando su sabere instaurando el conflicto entre el creer y el saber, quesoterrada o abiertamente viene planteándose desde elorigen mismo de la Orden.

Advertimos, por ejemplo, la sugerencia o tal vez afir-mación, que Aldo Alesandro Mora consigna en su tra-tado «¿Es la masonería una religión?», donde se pre-gunta ¿Qué representan Martinez de Pasqually, Claudede Saint Martín, Willermoz, Swedenborg, sino el es-fuerzo para organizar la ceremonialística ritual, hastarodearla de sugestiones tan fuertes que dejan vislum-brar la posibilidad de salvación?

A continuación se responde: «Se está ante el intentode elevar a la masonería a una nueva religión, con elinevitable anclaje a la tradición judeo-cristiana. A tra-vés de la Arqueología y la tradición caballeresca,Michael Ramsay y los nuevos templarios tratan de darleatractivo al catecismo árido y artificial de los primerosensayos de la teología sin Dios».

Tal vez resulte asombroso para muchos masones, -noadvertidos de las secuencias particularmente interpre-tativas de lo religioso en la Historia de la masonería-,la visión un tanto contradictoria si apreciamos talesconclusiones a la luz de la semántica.

No obstante, no resulta ni incoherente ni redundanteentender el punto de vista de Mora, apenas leemosque «...En el marco de la búsqueda de prácticaspseudo-religiosas sin Dios, desde luego es emble-mática la figura de Cagliostro como uno de los princi-pales artífices de la reducción de la fe a credulidad, delmisterio a simple arcano, de lo sagrado a mero ceremo-nial y, en último término, de la búsqueda de Dios a curio-sidad o juego intelectual. Además de materialistas,nostálgicos de la Alquimia, y de racionalistas caladosde un misticismo sin ídolos, el mundo masónico del

(19) Alegoría, del lat. gr. Allegoria, ficción en virtud de lacual una cosa representa o significa otra distinta. Com-posición literaria o artística de sentido alegórico. Repre-sentación simbólica de ideas abstractas por medio de fi-guras o atributos. Figura que consiste en patentizar en eldiscurso, por medio de metáforas consecutivas, un senti-do recto y otro figurado, dando a entender una cosa ex-presada por otra distinta.

10

¿Es la masonería una religión?

siglo XVIII vio una figura destacada como Joseph deMaestre, quien trató de poner orden en el caos de lamasonería caballeresca del duque de Brunswick. Enesa época, las logias fueron el caldo de cultivo paralos inventos más extemporáneos, pero también la vuel-ta a la “religión de los padres”.»

Finalmente, como corolario de tales supuestos, Morasostiene que «…la masonería de entonces –ilustrada,mística, sagrada, purificadora- no fue una religión ver-dadera, aunque, eso sí, un culto “débil”, pour dames.De otra parte así se condensó una religiosidad aúnmás condensada”.

Respetando, ciertamente, la continuidad del pensa-miento de Mora, fundado en excelente información ylúcida interpretación de la realidad masónica, pode-mos mencionar, a nuestro entender, que la mayoría delos analistas que tratan de elucidar el acontecer histó-rico de contenido, de la masonería, lo hacen en fun-ción de su ideología, su religión y religiosidad y suconcepción universal de las cosas, sin advertirse eltener en cuenta la realidad de una legítima posiciónagnóstica e incluso atea, con relación a la concepcióncosmogónica(20) del Universo, desde un punto de vis-ta ajeno a las concepciones teológicas de las religio-nes reveladas.

Y en especial, porque la masonerìa es racionalista.

Percepciones

Del análisis objetivo de las conclusiones arribadas enlos Cursos de Verano de El Escorial, consignadoscomo sabemos en el libro «Masonería y Religión: Con-vergencia, oposición, ¿Incompatibilidades?, cuyo con-tenido es la base de nuestro artículo, debemos men-cionar la imposibilidad de desarrollarlo en forma másespecífica, debido a que tendríamos que llevar a cabouna obra de similar magnitud. Por otra parte, recono-cemos limitaciones no solo de espacio sino de espe-cificidad, puesto que nuestra intención, además de lasíntesis, es ocuparnos de lo que entendemos nos esútil para dirimir algunas cuestiones de nuestro interés.

Por tanto, nos sería útil contar con la benevolencia dellector en lo relativo a la síntesis, puesto que el desa-rrollo de las conclusiones a que arribaron los Cursosmencionados, son medulosamente extensas y seríaoneroso pretender materializarlas en este trabajo.

Podemos decir, sin embargo, que la religión en el si-glo XVIII se identifica con la Revelaciòn, el Vicario, lostextos sagrados, el cuerpo doctrinal, la promesa desalvaciòn, los cultos, los ritos y el catequismo(21)...Sin embargo, a pesar de las innegables connotacio-nes de las religiones en el decurso de la historia de lamasonería, esta «...no se funda en la Revelaciòn del«verbo divino», sino en unas recopilaciones de reglaselaboradas por sus mismos adeptos»(22). Cosa queaceptamos completamente.

Pero podemos también discrepar con Mora, cuandomenciona a Jean Jacques Rousseau como no «inicia-

do», al atribuirle el no haber sido ejemplo de toleranciani humanidad, diciendo de él que siendo inspirador delas fases más cruentas y terminales de la revoluciònFrancesa, formulara la idea de «voluntad general».Paraafirmar luego que «Fueron muchos los masones quese dejaron persuadir, en esa ocasiòn, del mismo modoque después bajo Napoleón e incluso posteriormentedurante la Restauraciòn.

Es más, algunos de ellos participaron activamente ensu organizaciòn, medio arrepentidos y medio conven-cidos de interpretar un nivel superior de concienciahistórica».

Lo que a nosotros nos parece hasta lógico, dado elhecho de las postulaciones de las Constituciones deAnderson, sus denominados Landmarks, (límites, Lin-deros) que pocuraron someter al librepensamiento yal republicanismo racionalista que campeaba en laMasonería Primitiva.

Nos referimos a la anterior, a la especulativa y que sehallaba influenciada por los Colegios de Florencia oaquella Francmasonerìa que tuviera entre sus prota-gonistas a Ubaldo, Bendetti, Copérnico, Kepler,Leonardo, Urbino, Alfonso de Ferrara, y hasta el mis-mo Francisco I de Francia, que lleva de Italia a Paris aun núcleo de aquellos Ilustrados que forman parte enEuropa, de la Francmasonería con base en la Consti-tución de Paris de 1523. (La Masonería Primitiva)

Si queremos posicionarnos ante el interrogante quehemos planteado en esta nota, deberemos, ademásde lo ya elaborado, referirnos a la visión que las Jorna-das del Escorial consignan, relativas a la influencia dela Francmasonerìa en los procesos revolucionarios enlos que precisamente participó.

Para ello se hace necesario consignar lo siguiente:«Gracias a Fichte, Krause y Herder, la masonería ofreciòlas ideas en la época de las revoluciones: la necesa-ria coincidencia entre Estado y Naciòn, entre voluntadde Dios y espíritu del pueblo. Este fue un conceptoguía presente en todos los países, de las Américas -por ejemplo en México y en Argentina- hasta Grecia ylos Balcanes, que habían perdido casi sus rasgoseuropeos, después de estar sometidos durante siglosa la dominaciòn turca. La masonería encarnó una re-volución nacional, libertadora y progresista,radicándose en unos países guía: Prusia que, bajo ladirecciòn de Bismark ,se convierte en imperio y atacaa la Iglesia Católica en el Kulturkampf, e Italia, conCavour, Garibaldi, Crispi y De Sanctis. El proceso his-tórico va marcado por la publicación de obras que de-velan un plano pormenorizado y atañen a la esfera polí-tica y militar, y, asimismo, a la «historia sutil». En 1859aparece: ¿La Franc-Maçonnerie doit-elle consideréecomme une religión universalle? Hacìa tiempo que enmuchas obras se teorizaba la convergencia de las reli-giones egipcia, judaica y cristiana en la Masonerìa...»

3ra parte

En la 2da parte dijimos que “…Lo que a nosotros nosparece hasta lógico, dado el hecho de las postula-ciones de las Constituciones de Anderson, sus deno-

(20) cosmogonía - (cosmo- + -gono) ciencia o sistemaque trata del origen y la evolución del universo.(21) ¿Es la masoneria una religiòn? de Aldo AlesandroMora.(22) idem, ob. cit.

11

¿Es la masonería una religión?

minados Landmarks, (límites, Linderos) que procuraronsometer al librepensamiento y al republicanismo racio-nalista, que campeaba en la Masonería Primitiva.(23)

(Ref: Nos referimos a la anterior, a la operativa y quese hallaba influenciada por los Colegios de Florenciao aquella Francmasonería que tuviera entre sus prota-gonistas a Ubaldo, Bendetti, Copérnico, Kepler,Leonardo, Urbino, Alfonso de Ferrara, y hasta el mismoFrancisco I de Francia, que lleva de Italia a Paris a unnúcleo de aquellos Ilustrados que forman parte enEuropa, de la Francmasonería.)(24)

Preconceptos que calificana los francmasones

A comienzos del siglo XVIII, la reacción antimasónicacalifica a los iniciados como sectarios, conspirado-res, liberales o constitucionales, ubicando sus raícesen Francia e Inglaterra.

[Pero curiosamente la reacción no se circunscribe aesos dos países, pues todas las monarquías europeasconsideraban a la orden su enemiga radical.] «Exilia-dos, conspiradores, ideólogos, herejes, utópicos trans-formaron las Logias en lugares de integración humanaglobal, al mismo modo que los monjes antes, en loscenobios y en los conventos»(25) sostiene Mora, parapoder afirmar luego que las logias estuvieron marcadaspor juramentos, conjuras, imprecaciones y hasta rezos–dice y agrega— …que la masonería ya no teníamucho que ver con los clubes del siglo XVIII, e ibaacercándose a [ser] secta religiosa».

Estos conceptos son importantes para nosotros. Nose desliza porque si, lo de los clubes y lo de las sec-tas.

Existe toda una connotación en ello, pues no cabe du-da que desde las Constituciones de 1717 en adelante,lo que podemos denominar la reacción, convirtió [cali-ficándola] a la masonería, en eso.

El presunto paso de la masonería operativa a la denomi-nada especulativa, fue un audaz golpe de mano ten-diente a acallar e impedir, lo que el mismo Mora sos-tiene cuando acto seguido dice: «Finalmente, se con-sagró a la causa de la “patria”, convirtiéndose en labase organizativa de la religión del patriotismoirredento».

Ignoro si en su trabajo Mora formula esta apreciacióncomo desestimativa o se trata de una fina ironía….

Por nuestra parte, interpretamos tal sentimiento masó-nico, en armonía con los principios masónicos anterio-

res a la denominada especulatividad, con cuyas Re-glas, Linderos, Límites o Landmarks, se ha pretendidocircunscribir y desvirtuar el accionar masónico (26).

La referencia de Mora al escritor húngaro F. Feijtö, queen su libro «Réquiem per un impero difunto» [Réquiempara un imperio difunto], sostiene que la «…primeraguerra mundial respondió al objetivo de la masoneríauniversal de derrocar los imperios ruso, alemán, austro-húngaro y sustituirlos por la República…» parecieraquerer ubicar a los masones en una posición revolucio-naria o sediciosa, ajena a la legalidad, a los principiosmasónicos e inserta en la conspiración.

Sin embargo, se nos hace necesario consignar el pá-rrafo subsiguiente, a fin de que nuestros lectores advier-tan el sentido interpretativo y capcioso que quiere dár-sele al quehacer masónico ubicado en ese tiempo.

Dice Mora: que tal circunstancia se produce «…si-guiendo el ejemplo de Washington y Lamartine, me-diando Lafayette(27) y señalando que el historiadorFejtö …retoma la interpretación histórica propugnadacien años antes por Fauvety, el fundador de la religiónlaica propiamente masónica. [pensamos en la nece-sidad de ser cautos y examinar con detenimiento estosconceptos, porque inducen a pensar en la real exis-tencia del propósito de tal religión…] Para el y sus se-guidores, la masonería es una fe y como tal, impone asus iniciados que crean: en la Libertad, la igualdad yla hermandad, pero también en el trabajo, la unión, laprosperidad (TUP en España e Italia) en la lucha contralas mentiras del clero y en la emancipación de todaesclavitud y, a fines del siglo XIX en la Ciencia y elProgreso. Esta forma de revolución matizada por larazón y el saber científico, se convierte en el Dios deun culto muy difundido, capaz de prometer la salvación,de distinguir entre el bien y el mal».

Aunque respetamos la continuidad del razonamiento,para nada lo compartimos. No termina aquí ese párrafo,cuya luz ilumina el conocimiento que debiéramos tenerlos masones, respecto del sentido doctrinario de laMasonería. No en vano, al categorizarla de religión y/oculto, y al pensamiento masónico calificaciones sobresu quehacer, motivaciones y razón misma de su exis-

(23) «¿Qué es la Masonería Primitiva?», de Frere Char-les Pompier, edic. CUADERNILLOS, rev. Hiram Abif.(24)¿Es la Masonería una religión? – Aldo AlejandroMora ob.cit.(25) «Qué son y qué no son los Landmarks» de FelipeWoichejosky, CUADERNILLOS… Editados por la RevistaHiram Abif, este material puede consultarse en la webdonde se alojan:http://ar.geocities.com/revista_abif/CUADERNILLOS.htm sitio en el que también se puedenconsultar otros trabajos relacionados con el decurso his-tórico de la Masonería.

(26) Masonería Primitiva – Bibliografía consultada: ¿Quées la Francmasonería Primitiva? Charles Pompier. Tra-ducción del francés por Silver Brandt y J. Labrador; His-toria General de la Francmasonería Progresista Univer-sal y su Filosofía. Ramón Espadas y Aguilar; Actuaciónde la Francmasonería Primitiva en la Emancipación deAmérica y Labor Progresista de Francisco de Miranda. J.M. Antioqueño. Traducido del francés por Silver Brandt;La Constitución Federal de 1857 y la FrancmasoneríaProgresista Universal, Rito Primitivo. Ramón Espadas yAguilar.(27) Pocos saben que Lafayette se llamaba MarieJoseph Paul Yves Roch Gilbert du Motier, Marqués deLafayette y que tenía tan solo 19 años cuando se unió alEjército Americano, habiendo combatido junto a Washing-ton en la batalla de Brandywinw (1777), en Valle Forge,y posteriormente en la decisiva batalla de Yorktown enVirginia, donde son derrotadas las tropas del generalCornwallis, lo que fuerza a Inglaterra a negociar y reco-nocer la Independencia de los EE.UU. y en 1783, con elTratado de Versalles, poner fin a la guerra entre ambospaíses.

12

¿Es la masonería una religión?

tencia, —que consideramos anteriores a las Cons-tituciones de Anderson y el pretendido final de la opera-tividad— se advierte o sugiere no tan sutilmente darsentido religioso a la Orden. A nuestro entender, de talmanera se plantea un gran dilema para los creyentesy un anatema para justificar a las religiones positivas,en su combate contra la masonería(28).

Veamos lo que prosigue diciendo Mora: «Mientras enel siglo XVIII la masonería es una mística elitista, enel siglo siguiente se convierte en catequesis de masa.Sus instrumentos de difusión son la escuela primariaobligatoria y gratuita , los periódicos, las bibliotecaspopulares, los banquetes, las conmemoraciones… Losmasones viven gran parte de su «fe» fuera de lostemplos: adornados con bandas, mandiles, collares,desfilan por las calles, se reúnen alrededor de las es-tatuas de los herejes quemados por la inquisición, apo-logizan las víctimas de la reacción, exaltan la Luz...»

En efecto. Tal es el despertar de una generación o dosde masones, que logran eludir el cerco con el que ladenominada especulatividad, los acota desde 1717.

Es indiscutible, para los ojos de un masón concientede la doctrina esencial de la Orden, que el laicismo, laeducación obligatoria y gratuita, como la ilustraciónque las bibliotecas calificadas de populares dan al exvasallo, —ahora devenido en ciudadano—, para quealcance la Libertad , la igualdad ante la Ley y lahermandad o fraternidad , no importa el término, que esdoctrina de la masonería y no una «fe» o «creencia»,sino una «certeza» entendida, comprendida y asumida,por una “razón” que despierta y se consolida a travésdel ideal de la Orden. Y la mención al trabajo una sutilprotesta en función, no cabe duda, de los derechos al-canzados por el Hombre que a través de aquél, puededesarrollar su vida.

Entre los argumentos esgrimidos en continuidad, semenciona que el anticlericalismo primigenio se trans-forma luego «…en la afirmación de la verdad, de laciencia, del progreso». Y que en cientos de libros y endecena de miles de artículos, se habla de la masoneríacomo «…la religión del progreso». Es cierto. En mu-chísimas obras se habla de tal cosa. Pero no bajo losconceptos masónicos sobre el particular, porque parala masonería el Progreso no es parte de una religión,sino un objetivo definido, tal vez fundamento de su esen-cialidad.

Este análisis podemos finalizarlo con este párrafo deMora: «Por medio de la escuela, el ejército y los publi-cistas, la masonería se organiza en todas partes comouna religión laica, enemiga de los dogmas ajenos, peromuy decidida a imponer los suyos. Asimismo, la«nacionalización de las masas» a mediados del sigloXIX, es obra de la masonería, al mismo tiempo quese seculariza el mundo hebreo, sustituyendo al «puebloelegido» de Israel [por] el «pueblo masónico». Lamodernización pasa por la edificación del hombre ce-lebrada en las Logias, en tanto que los masones sedefinen de «nuevos templarios», militantes de la de-mocracia, sacerdotes o profetas de la verdad y delprogreso»...

Hasta aquí he intentado exponer, a través del trabajorealizado por Aldo Alejandro Mora y en el contexto de

los Cursos de Verano en la Universidad Complutensede Madrid, una síntesis del pensamiento de quienesestudian e interpretan, fuera de la masonería, el dilemade si la masonería es o no una religión.

Quisiera dejar en los QQ:.HH:., la inteligencia de leerlos párrafos en bastardilla, examinando los términosutilizados y los conceptos que se desprenden deaquellos.

Es probable que redescubran el sentido díscolo, porno utilizar el término avieso, con el que se confundenconvicciones con creencias, Fe con certeza, legi-timidad con interpretación eclesial y suspicacia evi-dente, al atribuirle a la masonería la pretensión de reli-giosidad que no tiene y de tal manera colocar contrala pared a los creyentes que de buena fe, saben di-ferenciar [o no…] una cosa de la otra, creándoles alos aprehensivos, a su vez, un cargo de concienciacon relación a su membresía…

Como en el caso de quienes no lo son, la idea de reli-giosidad institucional. Sin hablar de las interpreta-ciones que sobre lo «iniciatico» de la Orden, tiene conrelación a las consiguientes o presuntas apostasíasemergentes…

Debo también expresar mi asombro, en el caso deltema del pueblo elegido, con referencia al pueblo he-breo y con relación a la idea de que se deja de consi-derar tal, para sustituir esa convicción bíblica por lo depueblo masónico… Sinceramente me parece undisparate. Aunque debo revelar que algunos HH:.suelen formular alguna alusión al respecto. Pero esevidente que se trata de un verdadero despropósito yhasta una exageración de la Leyenda de Hiram, que,como saben los que han profundizado, tiene dos inter-pretaciones sobre las causas y culpabilidad, en elcrimen cometido contra él.

Ubicación temporal yla Masonería Primitiva (29)

No cabe duda que este problema es trascendente.Desde el medioevo, la masonería ha tenido en su senouna innegable connotación cristiana. La relación quelos gremios de arquitectos-constructores, integradospor todos los oficios relacionados, carpinteros, eba-nistas, picapedreros, cubicadores, pintores e inclusolos y las decoradoras, se hallaban imbuidos de lareligiosidad propia del medio en el que desarrollabansus actividades. Seguramente, como lo menciona elV:.H:. José Schlosser en su obra «La Piedra Franca»,unidos o asociados a las guildas, palabra que en Ingla-terra «...definió a las asociaciones profesionales hastaque fue sustituida por el uso de las expresionesCompany, Corporation o Mystery…» que, como loaclara luego, esta última acepción refiere al significado

(28) «¿La francmasonería debe ser considerada como unareligiòn universal?» de E. Rebold.

(29) Masonería Primitiva – Bibliografía consultada: ¿Quées la Francmasonería Primitiva? de Charles Pompier.Traducción del francés por Silver Brandt y J. Labrador;Historia General de la Francmasonería Progresista Uni-versal y su Filosofía. Ramón Espada y Aguilar; Actuación de la Francmasonería Primitiva en la Eman-cipación de América y Labor Progresista de Francisco deMiranda. J. M. Antioqueño. Traducido del francés porSilver Brandt; La Constitución Federal de 1857 y laFrancmasonería Progresista Universal, Rito Primitivo deRamón Espadas y Aguilar.

13

¿Es la masonería una religión?

de «…ocupación, grupo de personas relacionadas porun oficio, actividad comercial o profesión particular…»que comenzó a utilizarse en el último siglo del períodomedio del idioma inglés (1100-1500)…

Y que entendemos, seguramente por el uso connotóen «el misterio» al que se alude a las actividades de laOrden

Es innegable que la búsqueda de apoyo espiritual du-rante esta etapa de la Humanidad, llevó al hombre aamalgamar las tradiciones e incorporar a sus creenciasy mitos, «tradiciones» enriquecidas luego con nuevascreencias.

Precisamente el V:.H:. José Schlosser deja abierta laidea, cuando define que Mystes [del latín misterium,del griego misterion…] «...es alguien iniciado en unsecreto. Mistagogos es el jefe, el líder, el instructor delos iniciados». Agrega Schlosser que tal acepción loes «…En el sentido de verdad religiosa que solo sepuede conocer por medio de la revelación, pero quenunca se puede conocer totalmente, los Misterios exis-tieron desde tiempos inmemoriales. Pero su flore-cimiento se produce con las conquistas romanas, suce-diéndose y coexistiendo, como los cultos de Baco,Isis, Mitra o de la Magna Mater, con los que la poblacióndel imperio buscaba un apoyo espiritual. Esto podráexplicar—sostiene—también la relativamente rápidadifusión del Cristianismo y sus propios misterios (elde la Santísima Trinidad, por ejemplo)».

En el desarrollo de la Masonería en Inglaterra y en Eu-ropa (similar pero no igual…) la influencia del cristia-nismo ocasionó diversas problemáticas, aunque en elprincipio de su manifestación como fenómeno «institu-cional», no ocasionó divisiones ni discensos determi-nados a disociar a sus integrantes. Es bueno entonces,agregar estos conceptos de Schlosser, cuando sos-tiene que «...La masonería como orden esencialmenteracional, no tiene misterios que solo se puedan conocera través de la revelación. [En mi humilde opinión eltérmino revelaciòn utilizado por el Q:.H:. Schlosser,se refiere a «transmisión» al iniciado… y sin las con-notaciones religiosas del término] Tiene signos, toquesy palabras de reconocimiento mutuo, —al igual quelos obreros de las guildas medievales, sobre las quese guarda el secreto. Y tiene leyendas y rituales quese tratan de transmitir con discreción, para evitar queuna preparación insuficiente de lugar a interpretacioneserradas. Distintas Potencias en el mundo, han aceptadoesta realidad y adaptando su actuación a la misma,introdujeron cambios radicales en su organización quehabilitaran su supervivencia y florecimiento en el sigloXXI».

Masonería Primitiva

Hemos dicho: ubicarnos en el medioevo, en la guildas,en las corporaciones de constructores.

Toda una literatura masónica nos habla de aquellosconstructores de catedrales góticas, de iglesias, capi-llas y con extensión de la obra a castillos, edificios delos Señores poderosos. Una corporación integrada porarquitectos y obreros.

Y esa misma literatura nos habla de las Cruzadas; delos Templarios; de su accionar a través de sus «enco-miendas»; de los misteriosos y hasta míticos conoci-mientos traídos de Oriente a través de los caballerosque llegaron a Europa desde las ruinas del Templo deSalomón; de la presunción de secretos extraídos de

excavaciones del Templo de Herodes y de todo cuantosabemos de la plenitud y caída de los Templarios.

Y naturalmente, de la influencia de la Iglesia católicaen el devenir de esa Orden y en los hechos posterioresa la muerte de Jackes de Molay, cual si la fecha de suejecución y la de los templarios condenados por Felipeel Hermoso de Francia y Clemente V; cual si a partirde este acontecimiento hubiese nacido una corrienteanti-eclesial, que signará tanto a los seguidores delTemple, como a la rama masónica que toma el sucesocomo paradigma de la intolerancia y referencia de unaposición anticlerical manifiesta.

Sin embargo, se nos hace necesario dar una expli-cación sobre la relación de las corporaciones o gremiosde constructores de la edad media, para tener unaclara noción de qué ha sido la Masonería Primitiva ysu decurso en la Historia de la Orden.

La Francmasonería Primitiva nace en los gremios deconstructores de la Edad Media, quienes edificaronlas catedrales góticas, haciendo uso de conocimientosmuy avanzados en ese tiempo y de una libertad depensamiento no común de la época medieval. Fundadapor Leonardo da Vinci en 1517, que se caracterizó porser consecuente con sus principios progresista.

Los Francmasones Progresistas se considerabanlibres, rechazaban toda idea dogmática y aceptabanlos principios fundamentales de los masones operativosque les sirvieron para estructurar la FrancmasoneríaProgresiva Primitiva, que tuvo su nacimiento como unfenómeno social en el año 1517, bajo la dirección deun grupo de hombres de ciencia y de las artes de laconstrucción, liderados por Leonardo da Vinci, AméricoVespucio y Paolo Toscanelli ,quienes criticaron la teo-logía y cultivaron la filosofía, lucharon por la democra-cia, la paz, el progreso humano, la fraternidad, la coo-peración, y la solidaridad entre todos los hombres,fundando el régimen republicano, abatiendo la monar-quía y la teocracia.

Veamos. La toma de Constantinopla en 1453, y el cierrede la vía comercial al Oriente son un factor que influyeen la muerte del progreso económico de Florencia,dando comienzo a la decadencia florentina. El huma-nista y el artista no pueden expresar su ideal al serviciode la comunidad, ya que sus clientes son ahora losburgueses y príncipes, que ponen su actividad alrefinamiento personal y lujos en sus palacios. Con elnacimiento de los Estados políticamente opuestos alpapado, como el Milanesado en Italia, Francia, PaísesBajos, -debido al traslado del centro de navegacióndel Mediterráneo al Atlántico-, nace una nueva visiònde la realidad social, economico, política y religiosa.El grupo más afectado por los cambios de la situaciónfueron los Gremios de artesanos, los intelectuales yartistas de origen gibelino, de formación absolutamenterepublicana, democrática, y que están en contra lainjusticia social y de la explotación del débil.

Se imponía una preparación adecuada a esta nuevaetapa, asimilando el saber y nuevas técnicas surgidasde los inventos de la época. Los tradicionales Talleres–Escuelas laicas, como las de Andrea de Verrochio,en las cuales Leonardo da Vinci, Américo Vespucio yPedro Sorderi habían estudiado--, ya no estabanadecuados para satisfacer esta necesidad. Más quela amplitud de los conocimientos a que había llegadoel Renacimiento en los distintos campos de la ciencia,ahora se exigía la especialidad en cada uno de ellos.

14

¿Es la masonería una religión?

La Academia

El conservador de la biblioteca de Niccolo de Niccoli,Pablo Toscanelli, el artista, hombre de ciencia y per-teneciente al Gremio, Leonardo da Vinci y el navegante,cosmográfico y cartógrafo Américo Vespucio, coin-cidieron en la idea de una «Academia».

Esta sería integrada por personas capacitada en dife-rentes ramas del saber con el fin de compartir los co-nocimientos y prácticas, en presencia de los jóvenesestudiosos que deseaban adquirir una preparaciónsuperior y debido a la escasez de preparación superior,métodos pedagógicos y de manuscritos, ya que estosestaban escritos en latín, griego, árabe, es decir eranaccesible solamente para unos cuantos hombresilustres de la época.

La idea principal para superar este estado de cosas,fue la formación de una Academia laica, adoptandouna posición política consecuente con la ideología tra-dicional de la Francmasonería operativa, que consistíaen la lucha por la libertad de pensamiento e investi-gación científica, abierta a todo estrato social. Estasería la causa de la pugna con los intereses de laIglesia, que intentó siempre monopolizar la educacióny limi-tándola al ambito de un grupo elitista.

Las actividades emprendidas por los masones adhe-ridos a este accionar, emprendieron una actividad di-reccionada con sentido social, organizándose secreta-mente de acuerdo con la estructura interna de la Maso-nería operativa, para poder capacitar a sus miembros,no sólo técnica y científicamente, sino también ideoló-gicamente, con el propósito de poder influenciar entodas las esferas de sus actividades, pudiendo eliminarlos obstáculos opuestos a su programa político. Asícomienza la separación entre la Masonería operativa yla especulativa encargándose la primera de la defensade los intereses gremiales, y la segunda, de la ense-ñanza técnica y científica superior y de la lucha política.(ver obs. 29)

Toscanelli, Vinci y Vespucio, en conjunto con el Gre-mio, llegaron a la conclusión de que para librarse de latutela clerical y abrir camino del progreso, era necesariola fundación de una Academia, donde la juventud es-tudiosa pudiera adquirir los conocimientos superioresy luchar al mismo tiempo por un programa de carácterpolítico, que incluyera la educación laica y traducciónde los manuscritos científicos al idioma vulgar del pue-blo y de esta forma poder arrebatar a los privilegiados,en favor de la Humanidad, el control de las Ciencias yde las Artes.

El intento de una Academia florentina para el intercam-bio de conocimientos y prácticas, fracasó por causade la oposición de los Médicis, que pretendían a la co-rona papal y desconfiaban de los hombres de origengibelino, organizadores de aquella. Pero este intentofue la semilla de la Academia de Milano y del Colegio deFrancia, donde se constituyo en definitiva la verdaderaFrancmasonería Moderna o Especulativa.

Si aceptamos esta síntesis sobre la existencia de laMasonería Primitiva Progresista, no como una «rama»,«desviación» o «escisión» de la Orden en tiemposmedievales, sino como la «continuidad» de la maso-nería operativa, podemos admitir la existencia de laFrancmasonería Moderna o Especulativa con suConstitución de 1523 de Paría, lejos de las Cons-tituciones de Anderson en 1717 y sucesivas.

De esa manera podremos comprender que no «nació»la especulatividad a «manos» del trabajo de los pas-tores calvinistas James Anderson y Desaguliers, sinode la masonería desarrollada en el Continente, comose denominaba a Europa.

Debo mencionar, como observación sobre el desarrollode la masonería en Inglaterra, el hecho de que lasdisputas sobre la religiosidad o no religiosidad de lamasonería, los conflictos de conciencia sobre la doblemembresía y toda la problemática deísta, teísta, gnós-tica, agnóstica o atea, proviene del desarrollo del pro-testantismo eclesial en Inglaterra, no solo desde la in-gerencia de las Constituciones de Anderson en lacontinuidad masónica de ese país, sino en el dominiodesde 1813, que la Gran Logia Unida de Inglaterra havenido reali-zando con el problema de la Regularidad(e Irregula-ridad como anatema), mediante las cualesejerce su influencia sobre la masonería denominada«especu-lativa» y causa de las múltiples disidenciasy divisiones que afectan hoy a la necesaria Unidadque debiera imperar en la masonería.

También y necesariamente, deberemos tener en cuentalos cuestionamientos de la Iglesia Católica previos yposteriores a Lutero, aunque queda claro que los men-tores de las Academias ya mantenían serios conflictoscon la clerecía de la Iglesia de Roma.

Para comprender mejor nuestro enfoque, vale la penaacudir un poco a la historia de la Masonería ProgresistaPrimitiva, en su continuidad respecto del acontecer dela biblioteca administrada por Nicolo de Niccoli y en lorelativo a: la formación de una Academia laica, adop-tando una posición política consecuente con la ideo-logía tradicional de la Francmasonería operativa, queconsistía en la lucha por la libertad de pensamiento,e investigación científica abierta a todo estrato social.Esta sería la causa de la pugna con los intereses dela Iglesia, que intentó siempre monopolizar la educacióny limitandola a un grupo elitista.

«Toscanelli, Vinci y Vespucio propusieron que la mismaAcademia asumiera la dirección de la lucha social, or-ganizándose secretamente de acuerdo con la estruc-tura interna de la Masonería operativa, para poder capa-citar a sus miembros, no sólo técnica y científica-mente, sino también ideológicamente, con el propósitode poder influenciar en todas las esferas de suactividades, pudiendo eliminar los obstáculos opuestosa su programa político».

Los Médicis, copiando la idea, fundaron su propia Aca-demia Platónica, liderada por Marsilio Ficino, fundándo-la dos años después de la Academia de Arquitecturade Milano, teniendo como único objetivo político atraera los intelectuales para defender su propia causadinástica.

Al fracasar el intento de fundar la Academia de Flo-rencia, los tres promotores de la idea, Toscanelli, Ves-pucio y Vinci, se vieron en la obligación de emigrar aotro Estado que no estuviera sometido por la influenciadel Vaticano.

Ludovico Sforza, duque de Milano, requería de hombrespreparados técnicamente, para realizar obras de inge-nería civil para el progreso del Milanesado, pero a lavez también de obras de carácter militar para defendersu Estado frente a las amenazas de los franceses ydel Vaticano, que aspiraban a dominarlo.

Toscanelli, en el año 1473, a petición de Moro, reco-15

¿Es la masonería una religión?

mendaba a Leonardo da Vinci como la personaadecuada para poder llevar a la prática los deseos delgobernante milanés. Toscanelli falleció en 1479, peroSforza siempre tuvo en mente la recomendación y co-nocíendo las aptitudes de Leonardo, lo invitó radicarseen Milano en el año 1482. Le propuso fundar unaAcademia de Arquitectura, que tendría como objetivopreparar técnica y cientificamente a la juventud mila-nesa, para ponerlos al servicio del Estado.

De esta forma, se cumplia la idea nacida por él y deToscanelli con Vespucio. Reunió en su grupo, para laenseñanza superior y laica, a todos a sus amigos. Pornombrar algunos: Marco Antonio de la Torre, Luca Pac-cioli. Alumnos como Francisco Melzi, Cézar Cesto,Bernardo Lovino, Andrea Salaino, Marco Vegioni,Antonio Boltrafio, Paulo Lomazo.

Las enseñanzas estaban reunidas en 13 manuscritos,que desgraciadamente no llegaron a nosotros. Porcausas políticas y la caída del Milanesado en poder delos franceses, la Academia de Arquitectura comenzóa decaer. Pero el proceso ya no se podía detener, yaque fué seguido en toda Italia, donde se fundaron otrasAcademia con distintos nombres, de Ciencias, de Sa-bios, de Arquitectura, que en la realidad encubrían suverdadera esencia de organización de la MasoneríaEspeculativa.(Naturalmente la de ese tiempo no la de 1717)

Leonardo da Vinci se trasladó a Paris con un grupo deamigos artistas italianos, miembros de la Academiade Milano. Francisco I y su hermana Margarita prote-gían a los artistas, poetas, humanistas, y hombresde ciencia, pero este rey liberal tenía que estar sujetoa la política papal, para buscar su apoyo frente a CarlosV, siendo ésta la causa de que dejase las manos libresa la Sorbona, en su tarea de eliminar con la hoguera asus enemigos, en muchos casos los protegidos delpropio rey.

Leonardo, a su llegada a París se contactó con losintelectuales y artistas franceses, que con los floren-tinos y milaneses que habían llegado con él desdeItalia, formaron en 1517 la primera agrupación de laFrancmasonería francesa, al estilo de Milan y con losmismos fines que los organizadores de aquella sehabían propuesto. Esta agrupación tomó el nombrepor primera vez de «Logia Francmasónica». Quesignifica «...el lugar donde se reúnen hombres liberales,para expresar libremente su pensamiento comoconstructores». Logia, deriva del griego «logos», queindica el lugar donde se discute; masón significa albañilo constructor, y la partícula «franc», antepuesta a unsustantivo, significa en francés, libre o liberal.

La denominación de Logia Francmasónica se daba alas agrupaciones secretas de los francmasones,quepara actuar públicamente en relación de sus fines deenseñanza superior, lo hacían bajo el nombre de Co-legio Francés, reconocido posteriormente con la auto-rización de Francisco I.

La denominación de Colegio, usada por los franc-masones franceses en lugar de Academia, se debe aque tiene un significado más específico que Academia,ya que no significa solamente el lugar en donde se im-parte los conocimientos, sino que indica que los agrupa-dos están coaligados o unidos por algo que les es co-mún, y en este caso eran sus propositos de lucha pro-gresista.

Los trabajos de esta agrupación fueron organizados ydirigidos por Leonardo da Vinci hasta su muerte en el

año 1519. Había cimentado las bases de la Francma-sonería y su ausencia no significó el final de la misma,ya que sus colaboradores y discípulos continuaron conel trabajo que comenzó su profesor, llegando a for-talecerla con hombres con prestigio. como los pintoresJuan Rozzo, Primaticio y Juan Cousín, Andrea del Sar-to; entre los escultores podemos nombrar; BenvenutoCellini, German Pitou, Juan Goujou, Pedro Bontemps;arquitectos como Filiberto Delorme, Juan Lescot, es-critores como Guillermo Pelicer, Pedro Danés, JorgeLelve; hombres de ciencia, Julio César Escalígero, Jo-sé Justo Escalígero, Roberto Etienne, Juan AndrésLascaris, Guillermo Budee e incluso Miguel Servet.

Los francmasones franceses fueron los primeros enprecisar la forma de organización y los objetivos ideo-lógicos que debían regir las agrupaciones de la Franc-masonería Universal, que diferenciaba radicalmentea estas agrupaciones progresistas, de otras muchasque se fundaban por iniciativa del clero».

* Como Anexo informativo, al final de este trabajoconsignamos el texto de «Los Principios Basicos Constitu-tivos de la francmasoneria universal, aprobados en laAsamblea general de francmasones que se reunió en Parisen el año de 1523 y origen de la Masonería Especulativa».

El problema de la religión

El problema sobre si la masonería es una religión, setorna discutible como tal apenas advertimos que losvientos que corren por estos tiempos, desestiman, ra-zonablemente, condicionar a los hombres «libres y debuenas costumbres» a su creencia en un Dios, parasu pertenencia en las Logias de la Masonería. Porquela definición de Dios que deviene de las Constitucionesde Anderson y toda la literatura posterior y al respecto,ubica tal creencia en un teologismo eclesial, fundamen-talmente cristiano y particularmente protestante.

Cuanto más, teniendo en cuenta el racionalismo prove-niente del pensamiento de los creadores de las Aca-demias, pertenecientes a la masonería Primitiva Pro-gresista, cuyos trabajos operativos poseían un sesgohumanista y una profunda actividad tendiente al desa-rrollo de las ciencias, de las artes y del Progreso de laHumanidad, a través de las imprescindibles reformassociales, económicas y políticas de la época.

Naturalmente que no pretendemos demostrar con estetrabajo que la cuestión es fácilmente zanjable. Ni quenuestras argumentaciones podrán resolver un temainmerso, incluso hoy, en densas discusiones que llevanya más de doscientos años. Al menos, pretendemosponer en claridad algunas controversias susceptiblesde examinarse en su contexto, pues toda problemáticacuyo planteo posee datos inexactos, solo puede arribara conclusiones equivocadas.

Querríamos concluir nuestras apreciaciones rápida-mente, toda vez que prolongar un trabajo como esteen una publicación sintetizada, otorga tiempos o plazosinnecesariamente interruptus para la natural impa-ciencia del interesado.**

Pero antes de dar continuidad al pensamiento, espreciso mencionar un aspecto esencial para lacomprensión de la problemática: se trata del profano,del hombre, de aquél recipiendario que una vez Iniciado,arribará a la Logia llevandole su intelectualidad, suformación, sus ideas, sus estados de conciencia, sus

16

** Este párrafo hace alusión a la publicación original delartículo, realizada en la Revista Hiram Abif, en cinco desus ediciones.

¿Es la masonería una religión?

sentimientos religiosos, su Fe y su razón. Y fundamen-talmente, el fuego de su Esperanza e ideales..

Resultará fundamental, para su conciencia masónica,no solo el adherir y substanciarse de las ideas que lamasonería sustenta, sino la calidad de la enseñanzasque se les imparta, la voluntad de estudiar todo lo rela-tivo a la Orden y una capacidad especial en saber dis-cernir lo que es masónico de lo que parece o se inter-preta que lo es. Pues no podemos negar que a causade las antinomias intelectuales que predominan, delos personalismos ideológicos que frecuentan los ám-bitos de decisión dentro de la Orden, o la ausencia deverdadera representatividad democrática en L:. y G:.L:.a causa de la acción de tales personalismos, es posiblehablar hoy día de cosas tales como la decadencia, elinmovilismo o las columnas raleadas de nuestras L:.y de la Orden, en cuyo seno cada día hay menosmiembros, pocos masones y muchos buscadores deprestigio o trepadores de la pirámide, Vance Pakarddixit.

Nuestra experiencia –naturalmente focalizada en símisma— ha sido particularmente afectada por el ac-cionar de personajes que, como es dable notar en nues-tro tiempo, se manejan por códigos extraños al espírituque campeaba en nuestro ingreso a la Orden, hace ya40 años. No es ajena nuestra membresía, a los efectosocasionados en más de una generación en materia demediocridad intelectual y precariedad ética y moral,siendo la masonería, como debiera ser, una escuelade ética y moral por antonomasia y despojadas ambasde teologismo alguno.

De allí que los efectos de tiempos de desarraigo espi-ritual, precariedad ética, escasa moral y poca intenciónde profundizar en las cosas, lleve a que la Hidra detres cabezas más combatida por la Orden, haya, comolas larvas, despertado de su crisálida en nuestro ámbi-to. Es así que la ignorancia, los fundamentalismos yla incomprensión, campeen a la hora de tratar de en-tender o aceptar las ideas o que no se comprenden oque no se aceptan por puro prejuicio personal.

Por lo que resulta difícil tratar de ilustrar a través delas ideas y no a través de los esquemas.

Dice uno de los Rituales del Filosofismo (30), que «Larazón fue dada a los hombres, pero no todos sabenhacer uso correcto de ella. Es una ciencia que debeaprenderse. La Libertad, asimismo, a todos se le brin-da, pero no todos poseen la capacidad de ser libres».Luego agrega cuatro conceptos liminares, cuya obser-vancia confiere al masón nuevas herramientas para superfección y la de sus trabajos: «… es necesario po-seer la ciencia y el poder de los magos, con cuatro co-sas indispensables: una inteligencia iluminada por elestudio; una capacidad autodidacta que nada obsta-culice; una voluntad indoblegable y una discreción queno pueda torcer ninguna fuerza corruptora. Saber, arro-jo, voluntad y discreción, tales son las cuatro palabrasde los magos, escritas en las líneas de la Esfinge».

Podemos advertir a simple lectura y sin profundizardemasiado, que tales conceptos refieren al accionar

del masón, indicándole un camino seguro para alcanzarla perfección, en la búsqueda de la Verdad.

Cuando nos lanzamos a pergeñar este trabajo, no lohicimos en función de nuestras propias creencias, sinoteniendo en la mira los objetivos que demanda la ma-sonería a sus miembros, que son Iniciados, y que gene-ralmente se pierden en el mar de las aparentes cer-tezas, equivocando el rumbo que señala la brújula ini-ciática. Cierta lenidad en conceptuar, hace que los A:.,C:. y hasta los Maestros, crean que al alcanzar lamaestría ya están en posesión de las herramientaspara su labor. Y hasta con cierta soberbia, adquiridaen las presunciones, creen estar en posesión de lossecretos de la doctrina de la Orden.

Lamentablemente y a causa de ciertos errores y a ve-ces prejuicios institucionales, se cree que en el Simbo-lismo culmina la Iniciación masónica. O que cierto cultoa lo ceremonial o ritualístico, es la tarea esencial delas L:. En consonancia con ello, no solo en el Esco-cismo, sino en otras formas del Rito, se desarrolla to-da una suerte de «aparente» recordación a los Anti-guos masones operativos y sus corporaciones de cons-tructores. (Confundiendo guildas con Cofradías) Y de tantocelebrar, ceremonializar y ritualizar el recuerdo, laOrden ha ido desvirtuándose en sus motivaciones.

No solo este aspecto de nuestra realidad es preo-cupante. Más preocupante aún es la lenta y sistemáticaincorporación al devenir institucional, de las proble-má-ticas religiosas, misticistas y de culto a diversas inten-cionalidades pretendidamente Iniciáticas, contenidasen el culto a los no claramente definidos «AntiguosMisterios», como si en aquellos existiese o el caminoo la certeza de una Verdad remota y que se hallaseínscrita para su reconocimiento, por caminos presun-tamente esotéricos o misteriosos.

Aún cuando estas prácticas son ajenas a la masonería,esta las devela didácticamente en los Rituales del filo-sofismo, asi como revela otras enseñanzas atinentesal desarrollo de la historia de la Humanidad, tanto enlas ciencias como en las artes. Por ende, no son ajenasal estudio todas las doctrinas filosóficas, Iniciáticas,los Antiguos Misterios y lo que de ellos recogió la Hu-manidad en su beneficio.

Pero de ninguna manera creer que esos «estudios»,se corresponden a prácticas masónicas, en su búsque-da de progreso y sabiduría.

El tema de la religión en la masonería, es uno de lostantos que hoy dificultan el accionar esplendoroso delos masones. Porque se insertó en el medioevo no co-mo consecuencia de las convicciones de los Iniciados,sino como ingerencia de los poderes que la Orden com-bate, para tratar de impedirle la consecución de susideas.

No existe un solo Ritual del filosofismo que no aluda alos despotismos, a las humillaciones humanas, a lavileza del poder absolutista, a la necesidad de exaltarlas virtudes, por encima de las lacras que impiden alHombre alcanzar su grandeza y progreso. Aunque laidea general de una ciencia moral y una existencia«creada», mueva a las diversas conjeturas sobre suexistencia y realidad, de ninguna manera la masoneríahace de las distintas formas de concebir a la Natu-raleza, una forma de «culto», en su acepción religiosa,de cualquiera de las creencias cosmogónicas. De allíque los términos con los que hemos comenzado esta4ta parte, adquieran el mayor significado en sí mismos.(30) Ritual del Grado XIV.

4ta parte

17

¿Es la masonería una religión?

No resulta ni lógico ni acertado, pensar que la razónpuede conciliarse con la revelación. Ni que teología al-guna certifique el Conocimiento. Los dogmas implícitosen las creencias de Fe, son contrarios a la investiga-ción y la ciencia. Y si analizáramos objetivamente estaproblemática, hallaríamos justas explicaciones al deno-minado inmovilismo que caracteriza hoy el accionarde la francmasonería

Algunos elementos de juicio

Veamos por un momento, algunos aspectos de la franc-masonería del siglo XVI y XVII, que podrán orientarnosluego, en el análisis de la problemática planteada frentea la cuestión religiosa en el seno de la Orden.

Los Principios básicos de la Francmasonería Primitivaaprobados en la Asamblea General de Francmasones quese reunió en Paris en 1523, con las modificaciones enLondres en 1651, dicen, entre otros puntos, lo siguiente:

* Los principios de Universalidad, Cosmopolitismo, Li-bertad (no esclavitud), Igualdad (ante las posibilidades)y Fraternidad (como base de relaciones entre los hom-bres) son las metas de la Francmasonería.

* Como producto del pensamiento filosófico progresista,los conceptos básicos de la Francmasonería son sa-grados e inviolables. Estos preceptos no pueden estaren contraposición con los progresos de las Cienciasni con las ideas avanzadas de épocas posteriores;por lo tanto, los Francmasones no pueden tergiversar-los ni omitirlos, sin perder su calidad de progresistas yde francmasones.

Tomando como base tales conceptos, en su Decla-ración de Principios se sostiene:

* La Francmasonería no persigue utopías, sino Ideales Realizables en elseno de la sociedad humana, en la que vive y trabaja, recogiendo susanhelos e inquietudes y sembrando en ella sus ideas;

* No cree en la existencia de estados perfectos que serían inmutables yestáticos; su ideal es dinámico. Por ello, pretende únicamente ser factoractivo del progreso.

* Entiende por progreso, la constante superación del pasado, para emanciparal ser humano del dolor, de la esclavitud y de toda servidumbre material ymoral y hacerlo participar en todos los beneficios que pueda proporcionar lacivilización y la cultura, por medio de una organización positiva de lasociedad.

* Tiene principios por los que se rige y en los que anida el germen de todoprogreso, que brota y se desarrolla en cada pueblo y en cada época de lahistoria, con arreglo a las condiciones del medio.

Luego, sostiene que son sus metas invariables:

a) Destruir los viejos moldes de pensamiento y acción que se oponenal progreso.

b) Construir nuevos ideales al servicio del hombre.c) Laborar por su triunfo.

* Pretende alcanzar sus metas por medio del cono-cimientocientífico, siendo su lema «saber es poder» Así pues, persigue elconocimiento de la verdad, san-cionada por la experiencia.

* La francmasonería es, por lo tanto un movimiento filosófico activo,filantrópico, a la vez nacional y universalista, en el que caben todaslas orientaciones y criterios que respetan y defienden el postuladode la personalidad de los hombres y de los pueblos.

Más adelante agrega que:

* Considerando que las ideas metafísicas son del dominio exclusivo

de la apreciación individual, la Institución rechaza toda afirmacióndogmática, por lo que no prohíbe ni impone a sus miembros ningunaconvicción teológica o metafísica. Enseña la práctica de la toleran-cia y combate el fanatismo, principalmente aquél que se traduceen la explotación de la ignorancia.

* Proclama los principios de libertad del pensamiento, de concienciay de absoluto laicismo del Estado, que tiene por fin mantener unambiente de convivencia pacífica, pero que no supone indiferenciaante la diversidad de ideas y creencias, pues la Institución declaraque es objetivo fundamental de la misma, la búsqueda de la verdadpor su triunfo, para impulsar el progreso del género humano, obs-taculizado constantemente por la ignorancia y la superstición.

* La Francmasonería considera que la elevación ética, laemancipación y el progreso de los hombres y de los pueblos, seconsigue a través de la Educación, de la Ilustración y del Trabajo.Aspira al conocimiento de la Verdad, sancionado por la experiencia,siendo su lema «saber es poder».

* La Francmasonería es militancia. Concibe la marcha Evolutivade la Humanidad, con arreglo a una Filosofía de la Historia, queestá contenida en la Leyenda de Hiram. La Institución tiene carácterde academia para enseñar dicha filosofía y forjar en ella lasconciencias de los guías de los pueblos.

En cuanto a los deberes primordiales de los Francma-sones, sostiene que son pugnar:

* Por el reconocimiento del principio de la separación de la filosofíade la teología.

* Por la libertad de pensamiento y de investigación científica.

* Por la aplicación del método científico experimental en la filosofía.

* Por la implantación de la enseñanza laica en las escuelas.(Londres 1651)

* Por la libertad de conciencia religiosa y la prohibición absoluta alos clérigos de las religiones de inmiscuirse en los asuntos políticos.

* Por la abolición de los privilegios de las castas de la nobleza y delclero.

* Por la abolición de la esclavitud humana. (Londres 1651)

Como podemos advertir, todos estos «conceptos»doctrinarios de la Masonería del siglo XVI y XVII a laque denominamos Masonería Progresista Primitiva y ala que consideramos fundamentalmente operativa ensu principio y especulativa al crearse el movimientode las Academias que ya hemos mencionado, poseeen sí misma los valores y las enseñanzas que no debie-ron ser modificadas con posterioridad, incorporándolefactores factibles de ser «mal» interpretados e introdu-ciendo problemáticas ajenas a los principios de losAntiguos Masones.

La opinión de los clérigos:

Durante los «Cursos de verano de El Escorial», duran-te los que fue considerado el tema «Masonería y reli-gión, Convergencia, oposición, ¿Incompatibilidades?»,el desarrollo de las ponencias y las importantes, tras-cendentes y profundas propuestas y reflexiones queallí fueron expuestas, manifiestan la gran preocupaciónde la clerecía de las diversas confesiones religiosas,en especial por el problema de las presuntas «incom-patibilidades» de los creyentes, con relación a sumembresía en la francmasonería.

En la oportunidad, la temática desarrollada fue la si-18

¿Es la masonería una religión?

guiente: La Francmasonería y la Iglesia de Inglaterra, acargo del pastor anglicano Neville B. Cryer; La IglesiaOrtodoxa y la masonería, por el Diácono de la Iglesiaortodoxa de Francia, Jean François Var; Judaísmo yMasonería, por Marcel Stourzé, de la Universidad deHaifa, Israel; Protestantismo y Masonería, del pastortitular de la Iglesia luterana Belga, Jean-Louis Cornez;El Problema del anticlericalismo y la Masonería, de AldoAlessandro Mola, de la Universidad de Milán; La IglesiaCatólica y la Masonería ¿Incompatibilidad teológica”, deFederico Aznar Gil, de la Universidad Pontificia deSalamanca; Anticlericalismo y masonería en España, dePere Sánchez Ferré, de la Universidad de Barcelona;Masonería y religión, de Fernando Texeira, GranMaestre de la Gran Logia Regular de Portugal y ElGran Arquitecto del Universo, de José A. FerrerBenimelli, de la Universidad de Zaragoza.

Nos ocuparemos de las conclusiones que cada unode ellos formuló durante el evento mencionado, a finde ilustrar a nuestros HH:. sobre este importante tema.

El Gran Arquitecto del Universo

Pero en el ínterin, deberemos considerar un aspectofundamental del tema que nos ocupa y que tiene rela-ción con la alegoría (31) «Gran Arquitecto del Univer-so» desde el punto de vista de un católico militante yde lo expuesto por el Supremo Consejo del Grado 33para España.

Dice Benimelli en su trabajo «El GranArquitecto del Universo», «…que en la Constitucióndel Gran Oriente Español –por ejemplo- se habla explíci-tamente del Ser Supremo y en su Declaración de Princi-pios dice:

�La francmasonería declara reconocer, por basede su trabajo, un principio superior e ideal, elcual generalmente es conocido por la deno-minación Gran Arquitecto del Universo. No reco-mienda ni combate ninguna convicción religio-sa, y añade que ni puede, ni sabe, ni quiere,poner límites, con afirmaciones dogmáticas,sobre la Causa Suprema a las posibilidades delibre investigación de la verdad...»

Por su parte, la Gran Logia de Inglaterra, en 1885 (12de enero), frente a la declamación tomada por la GranLogia de Francia (13 de septiembre de 1877) escribía:

La Gran Logia de Inglaterra jamás ha supuestoque el Gran Oriente de Francia haya queridohacer profesión de ateísmo o de materialismo(32); pero la Gran Logia de Inglaterra sostieney siempre ha sostenido que la creencia en Dioses la primera gran señal de toda verdadera yauténtica masonería y que sin esta creenciaprofesada como el principio esencial de suexistencia, ninguna asociación tiene derechode reclamar la herencia de las tradiciones yprácticas de la antigua masonería.

Unos años más tarde recordaba, en 1929, en los

Principios fundamentales para el Reconocimiento delas Grandes Logias, como condición sine qua non,dos condiciones esenciales para la admisión demiembros.

Este texto todavía se precisó más en 1929, el 18 deoctubre, en una carta enviada a la Gran Logia delUruguay:

Todo hombre que solicite su entrada en laMasonería debe profesar la creencia en un SerSupremo. Dios indivisible y Todo poderoso.Ninguna tolerancia se permite respecto a estacreencia. La verdadera masonería es (�) unculto para preservar y difundir la creencia enla existencia de Dios (�) que debe ser unareligión monoteísta (�) teniendo un librosagrado (�)

«En conclusión –nos dice Benimelli- para algunosfrancmasones el Gran Arquitecto del Universo es elDios creador y revelado, y para otros se ha convertidoen un símbolo puramente masónico; en este caso elGran Arquitecto del Universo no sería creador sinoorganizador…»

Estas afirmaciones realizadas por el estudioso de laMasonería, profesor Dr. Benimelli, constituyen la ex-presión de aspectos doctrinarios, que la Gran Logiade Inglaterra supone constituyen Verdades de tipoaxiomático(33) y que no mencionan ni aluden al ca-rácter dogmático(34) de lo que ellas proponen.

Luego de definir lo que deístas y teístas sostienen quees Gran Arquitecto del Universo, habla del conceptohumanista de la denominación que consideramos ale-górica y dice que «Para el humanista -si se considerael humanismo como una religión sin Dios (¿?)- elsímbolo de la Conciencia colectiva de la Humanidad,el Principio rector que lo orienta al progreso--». Taldefinición es la que más se acerca a nuestras con-vicciones.

Finalmente y para dejar clara la presunta posición dela Iglesia Católica al respecto, el profesor Benimellinos brinda una muy interesante opinión, diciendo «Lomás paradójico es que la Iglesia Católica ha tomadopartido -una vez más- haciendo una curiosa inter-

(31) Alegoría: ficción en virtud de la cual una cosa repre-senta o significa otra distinta. Composición literaria oartística de sentido alegórico. Representación simbólicade ideas abstractas por medio de figuras o atributos. Fi-gura que consiste en patentizar en el discurso, por mediode metáforas consecutivas, un sentido recto y otro figura-do, dando a entender una cosa expresada por otra distin-ta.

(32) Materialismo: Doctrina metafísica, opuesta alespiritualismo, según la cual la materia y el espíritu, lofísico y lo psíquico no constituyen una dualidad irre-ductible, sino que en último análisis la materia es la úni-ca realidad. El materialismo niega, pues, la existencia desustancias espirituales distintas de las materiales, es de-cir, concibe toda sustancia, toda realidad, con la cuali-dad de extensa, y considera los fenómenos conscientescomo funciones de los órganos nerviosos. Según la defini-ción que dé a lo espiritual, el materialismo puede ser: ~atributivo: lo espiritual es una cualidad de la materia; ~causal: lo espiritual es un efecto de la materia; ~ identi-ficado: lo espiritual es idéntico a lo material. Materialis-mo histórico, doctrina filosófica que explica el curso dela historia por causas materiales y económicas, afirman-do que la estructura social y la vida colectiva son deter-minadas por la estructura y la vida económica de la so-ciedad. Sus principales representantes son Marx (1818-1883) y Engels (1820-1895).

(33) axiomático, adjetivo incontrovertible, evidente. Con-junto de definiciones, axiomas y postulados en que se ba-sa una teoría científica.

19

¿Es la masonería una religión?

pretación de Gran Arquitecto del Universo de los Maso-nes, a partir de ciertos rituales y publicaciones alema-nas, como el «Freimaurer Léxicos», de Lemhof-Pos-ner. Y es así como el cardenal Rotzinger, jefe del anti-guo Santo Oficio, hoy llamado Congregación para ladoctrina de la Fe, nos enseña, a su manera y siguiendola sola opinión de los obispos alemanes, manifestadaen el años 1981, cuál es (sería) el verdadero conceptodel Dios de los masones:

En los rituales, el concepto de «Gran Arquitectodel Universo» ocupa el lugar central. Se trata,a pesar de la voluntad de apertura del conjuntode lo religioso, de una concepción tomada deldeísmo. Según esta concepción, no existeningún conocimiento objetivo de Dios, en elsentido del concepto de idea personal de Diosen el teísmo. El Gran Arquitecto del Universoes «un algo neutro» indefinido y abierto a todacomprensión. Cada uno puede introducir allísu representación de Dios, él, el cristiano,como el musulmán, el discípulo de Confucio,como el animista o el fiel de no importa quéreligión. Para el francmasón, el «GranArquitecto del Universo» no es un ser en elsentido de un Dios personal; y por esta razónle basta una viva sensibilidad religiosa parareconocer al Gran Arquitecto del Universo.Esta concepción de un Gran Arquitecto del Uni-verso reinando en el alejamiento, dictaminapor la base la representación del Dios del ca-tólico y la respuesta que da a un Dios al quese dirige como Padre y Señor.

Y añadirán finalmente: La concepción de Diosen la francmasonería no concuerda con la ideade una autorrevelación de Dios, tal como escreída y afirmada por los cristianos. Más to-davía, la idea del Gran Arquitecto del Universorechaza las relaciones con Dios en una posiciónanterior al deísmo.

Para finalizar esta significativa y esclarecedora expo-sición, deberemos concluirla con los siguientes con-ceptos:

«Ante la actitud tomada por la Iglesia Católica Romanaen 1983 y reiterada en 1985, coincidente en el tiempocon parecidas posiciones por parte de las Iglesiasmetodistas, baptistas y anglicana, la Gran Logia Unidade Inglaterra -la más directamente aludida al exigir lacreencia en el Gran Arquitecto del Universo- seconsideró obligada a publicar en septiembre de 1985una declaración que completa la que originalmente fueaprobada en septiembre de 1962 y confirmada endiciembre de 1981 por la misma Gran Logia. En ella,tras recordar que la masonería no es una religión, niun sustitutivo de la religión, reitera que exige a susmiembros la fe en un Ser Supremo, pero no proponeningún sistema de fe como suyo propio».

El documento de la Gran Logia de Inglaterra de 1985,que lleva como título «Declaración sobre Masonería yReligión», en el apartado dedicado a «El Ser Supre-mo», dice lo siguiente:

El nombre empleado para el Ser Supremopermite a hombres de diferentes creenciasreunirse en plegaria a Dios, tal como cada unolo concibe, sin que los términos de la plegaria

provoquen discusiones entre ellos. No existe unDios masónico, el masón permanece fiel al Diosde la fe que profesa

Y añadiendo, finalmente:

En la Masonería no hay ningún intento de uniónentre las diversas religiones, por lo que no sepuede hablar de sincretismo de la masonería;no existe un Dios masónico compuesto.

Lo más curioso de este aspecto de la problemáticamasónica, es el hecho de que las antiguas corpo-raciones de constructores, en los primeros tiempos ycomo herederos de las tradiciones de la Casta egipciade los constructores, se consideraba poseedora desus propios Misterios y su Divinidad se llamaba«Hiram», o sea el «Gran Arquitecto del Mundo y de laHumanidad». Y no es de otro sitio desde donde emergela denominación posterior, aggiornada a la religiosidad,que se intentó atribuir a la Masonería: el concepto deGran Arquitecto del Universo.

Punto de vista del Supremo Consejodel Grado 33 de España

Resulta interesante poder evaluar las diversasopiniones que a través de las Grandes Logias y losSupremos Consejos, se vierten con relación al aspectoreligioso que connota con la Masonería y al mismotiempo ciertas contradicciones vertidas respecto de lacreencia en Dios y el quehacer institucional, al parque la negación de la religiosidad que pudiera corres-ponder a la práctica de la masonería en si.

Veamos que dice Antonio Morón Castellot, SoberanoGran Comendador del S:. C:.Grado 33 para Espa-ña(35).

Afirma que «La humanidad tiene muchos y diferentesconceptos sobre la divinidad(36), los masones a eseconcepto particular de cada uno de nosotros, lo hemosdenominado Gran Arquitecto del Universo y es a sugloria por la que se construyen y trabajan los cuerposfilosóficos de todos los supremos consejos regularesde todo el mundo». Como es dable advertir, en estepequeño párrafo se condensan tres fundamentales pro-blemáticas que colisionan con el racionalismo. [GADU,a su gloria y condicionamiento de los grados filosóficos].

Acto seguido el G:.C:. sostiene que «…dado el casode que la masonería no es sectaria, ni en religión ni enpolítica y como consecuencia de ello queda prohibidatoda discusión en referencia a esos temas, en todoslos Cuerpos pertenecientes a los Supremos Conse-jos…». De ninguna manera pondremos en entredichotales afirmaciones, pero señalamos como evidente lacontradicción entre la búsqueda de la Verdad que

(35) «Masonería y religión: punto de vista del SupremoConsejo del grado 33 para España», de Antonio MorónCastellot, Soberano Gran comendador del Supremo Con-sejo del Grado 33 para España.(36) divinidad Naturaleza divina, ser divino: {la ~ de Je-sucristo}. Dios de las religiones politeístas: las divinidadesmitológicas. Persona o cosa dotada de gran hermosura.Naturaleza divina y esencia del ser de Dios en cuantoDios. Ser divino que las diversas religiones atribuyen asus dioses. Persona o cosa dotada de gran beldad, hermo-sura, preciosidad. decir, o hacer, divinidades.[Book Shely D. de la RAE].

(34) Dogmático: Relativo a los dogmas. Que afirma comoverdad inconcusa o como un hecho establecido lo que esdiscutible.

20

¿Es la masonería una religión?

encarna el pensamiento filosófico de la Orden, conrelación a prohibirse tratar temas de tanta trascen-dencia, a no ser de aceptar el considerar dogmáticossus postulados…

Para alcanzar una visión clara de tal posición, valeque consignemos el razonamiento dando continuidadal mismo. Dice El I:. y P:. H:. Castellot, luego de de-sestimar el tratamiento de temas políticos y religiososen nuestros Talleres, lo siguiente y con referencia a la«política»(37): «Pero si entendemos como política elarte de gobernar a los pueblos, y las normas profun-damente éticas que deben darse para llevar justicia,paz y felicidad a la humanidad, es evidente que así sinos interesa la política. En el Supremo Consejo elpaulatino estudio de todos los grados, nos va mar-cando la forma de gobierno, sus sistemas adminis-trativos y tributarios, sistemas de justicia, organizaciónde tribunales y, en general, todo aquello que puedeinteresar a un masón a quien, desde nuestros templos,formamos para que pueda llevar al mundo, que nosotrosllamamos profano, las enseñanzas de buen gobiernoque a través de nuestros estudios adquirió. Esta acla-ración de conceptos es necesaria, ya que en cuanto alas creencias nuestra orden [que] es sumamente res-petuosa con todas las religiones, aunque en su granmayoría profese el cristianismo, defiende la libertadreligiosa y de culto y la independencia del poder políticofrente al religioso».(38)

Al dar continuidad a su pensamiento, Morón Castellothace hincapié en el grado 33, expresando que “…vol-viendo a las grandes constituciones de Federico «ElGrande» y confirmando lo anteriormente expuesto, enla redacción de la Gran Constitución de 1762 en suartículo 1º dice, refiriéndose al Grado 33: «Como lareligión es una promesa de deber al Dios Omnipotente,ninguna persona será iniciada en los secretos y mis-terios de este eminente grado, a menos que se con-sagre a los deberes de la religión del país de la cual(la religión) haya recibido necesariamente, los ver-daderos principios éticos y morales y esto debe certi-ficarse por tres caballeros que ostenten el grado...»Lo que, dicho así, por lo menos es asombroso...

Se hace necesario mencionar que, con relación alGrado 33, Soberano Gran Inspector General, no solola Constitución de 1762 es la que rige su otorgamiento,ni los supuestos que tal Constitución impone, los quedeterminan sus parámetros. Pero eso es harina deotro costal.

En la consecución de su pensamiento, el I:. y P:. H:.Morón Castellot continúa diciendo que: «…muchos de

los postulados que practicamos están implícitos tam-bién en las enseñanzas éticas y morales propagadaspor las religiones desde tiempos inmemoriales, aunquenuestra orden profundiza en lo individual la formaciónde sus miembros, con su concepto más extenso ymás amplio de dedicación al servicio de la humanidad,propiciando para esta, los postulados masónicos delibertad, igualdad y fraternidad”.

Lo que más me ha interesado e impresionado en lacorrelación del pensamiento de tan alta autoridad es-pañola en materia masónica, es su afirmación de que«…la más importante convergencia entre las distintasreligiones y nuestra Institución debe darse precisa-mente en la oposición al materialismo ateo, con el fin deque los postulados de ambos sigan siendo en el futuro,un referente ético en nuestro país (España), que sufrecomo el resto del mundo una muy profunda crisis devalores…»

Y ello, porque en ese sencillo párrafo emergen en formaal menos discutible, conceptos que ameritan ser consi-derados con mayor objetividad. El «materialismo ateo»como anatema y puesto a oponerlo al espiritualismoreligioso o a la ética y moral religiosa, no es una visiónobjetiva que coadyuve al racionalismo y librepensa-miento masónicos. Y fundamentalmente, por el hechode que la Filosofía, despojada de la teología y del idea-lismo filosófico (39) (George Berkeley) «sabe» perfec-tamente que tanto el materialismo filosófico como elateismo científico, no tienen nada que ver con el mate-rialismo hedonista que el idealismo moral anatematizay el idealismo filosófico confunde. Y además, que laconvergencia de la que hablamos en masonería, (yparte de la problemática de este trabajo) no es un sin-cretismo ni religioso, ni ético, ni moral, relacionadocon nuestras creencias religiosas. Incluyendo el hecho,además, de que la Masonería procura consolidar unaética y una moral laicistas, que si bien dimana de lasantiguas religiones, no es privativa de aquellas, so penade pretender anular la Historia.

Finaliza diciendo el Gran Comendador español, «Lafilosofía masónica, que es perfecta síntesis entre espiri-tualismo y humanismo (advirtamos lo señalado prece-dentemente…) tiene que hacer notar su mensaje univer-salista de libertad y tolerancia (¿?) frente a todo fanatismo,frente al integrismo religioso tan vigente por su virulencia,desgraciadamente en el mundo actual y frente al racismoxenófobo con ejemplos recientes, vivos en nuestra memo-ria». Sigue diciendo Mora Castellot: «Como consecuencianuestra Orden acerca al masón a las causas de las desdi-chas sociales y a los modos de remediarlas, [no cabeduda que eso es «política»…] y por ello destaca la nece-sidad de ser un hombre de honor en la vida familiar y pro-fana, defendiendo la igualdad de oportunidades frente alas discriminaciones, arbitrariedades y privilegios. Y esen la esfera intelectual donde el masón rinde culto a la in-teligencia, a la ciencia y a la virtud, utilizando la razón co-mo vía de acceso a la verdad e introduciéndose en unavisión relativista frente a todo fanatismo dogmático (40).Así, nuestra misión como soldados de la luz, es llevar

(37) Política Ciencia y arte de gobernar, que trata de laorganización y administración de un estado en sus asun-tos interiores y exteriores. Actividad de los que rigen oaspiran a regir los asuntos públicos. Actividad del ciuda-dano cuando interviene en los asuntos públicos con suopinión, su voto o de otro modo [Dic. De la RAE](38) Naturalmente, compartimos el espíritu de tal defini-ción. Pero deberemos dejar claro que los términos utiliza-dos, como el «respeto» a todas las religiones, no implicaincorporar su existencia a la existencia de la Orden ómencionar que « defiende la libertad religiosa» y sin em-bargo, somete a sus integrantes a practicar alguna deellas…»; o hablar de «culto», cuando la masonería no esun culto y mencionar «…la independencia del poder po-lítico frente al religioso...» pero exige una suerte «depen-dencia» religiosa a los masones para ser tales..»

(39) Ver “Tratado sobre los principios del conocimientohumano” de George Berkeley.

21

(40) He considerado en muchísimas oportunidades, locurioso que resultan ser ciertas frases, como en este casofanatismo dogmático. ¿Por qué?, os preguntaréis. Por-que el dogmático es necesariamente fanático, si entende-mos por fanático a quien defiende con apasionamiento ycelo desmedidos, creencias u opiniones religiosas o estáentusiasmado ciegamente por una cosa. Pues es así comoel dogmático encara su certeza sobre el dogma… cual-quiera sea...

¿Es la masonería una religión?

esos principios de libertad, igualdad y fraternidad a todoslos pueblos, enseñar que en el trabajo está la prosperidadde los mismos y lograr que nuestros miembros, dondequiera que se encuentren, sean modelo de honestidad yde cumplimiento de sus deberes para con su patria, sufamilia y, en fin con toda la humanidad»…

Leyendo con detenimiento y ponderación tan trascen-dentes conceptos, que, obviamente compartimos, se-ñalamos la contradicción conceptual entre la magni-ficencia del librepensamiento y racionalismo con el quelos masones debemos tratar de hallar la Verdad, y laexigencia de «creer» en un Dios, antropomórfico, seade la religión que sea, monoteísta o no, para poder serconsiderados aptos de ser masones y alcanzar el másalto escalón del filosofismo, como el poder ingresar ala Orden dando testimonio de «Fe», por encima deconvicción y sapiencia.

El «rendir culto a la inteligencia, la ciencia y la virtud»,si de ello se tratase, es más que una convicción.

Pero no se concilia con ser «creyentes» de por fe,aceptar una Verdad revelada o rendir culto a entidadescuya existencia amerita el alcanzarlas a través delpensamiento y las herramientas necesarias para con-formarlo y finalmente postularlo como una Verdad…de las tantas que conforman la posible única Verdad.

* * *

Corolario de la 4ta parte

Acostumbrados como estamos a que en el Simbolismose de lectura a trabajos de A:., C:. y M:. de nivel apropiadoa los Rituales y a la temática desarrollada en las L:., eltratamiento de estos temas vitales para la Orden secircunscriben a pequeñas alusiones, siempre condicio-nadas a una visión circunscripta por el ojo vigilante delhomónimo que ejerce el cargo o por el Orador que da suinterpretación sobre la justeza de las planchas leídas.

Pocas veces los debates se extienden más allá de apre-ciaciones someras, condicionadas al tiempo y la «pa-ciencia» de la tenida ordinaria en el Taller. De allí que nose debatan con la intensidad y necesidad que se les de-be y en cambio parezcan tabú o imposibles de considerar,tal como si fuesen temas vedados al criterio o pensa-miento de los HH:. “no reconocidos o considerados” porlas cúpulas.

A veces las «cúpulas» no son entelequias y se ven pre-figuradas en los Orientes decorados por ex V:.M:. y queparecen ejercer un poder limitador cuya entidad no existeen los Reglamentos.

Incluso los Colegios de V:.M:. que han sido, a través delos años, meros institutos reglamentados, sin funciona-miento o sin poder para influir en las concepciones masó-nicas, como si estas fuesen, tal como sucede a travésdel sometimiento a las condiciones de Regularidad de laGran Logia de Inglaterra, dogmática e inexorablementeinmodificables.

Por tal razón, muchísimas concepciones o condiciona-mientos a los miembros de la Orden, tanto en su ingresoa ella, como en su desplazamiento a través del estudio yla investigación, hoy constituyan obstáculos para su desa-rrollo y el de la masonería y promuevan la proliferación denuevas obediencias con Ritos ajenos al origen de la Ma-sonería Operativa, luego Especulativa pero con anterio-ridad a las Constituciones de James Anderson, impi-diendo la Unidad Universal que debiera presidir en estos

tiempos, los albores y el decurso del Siglo XXI.

No existen referencias de los masones Antiguos, que ensus reuniones o Asambleas se invocase a alegorías co-mo la del GADU, ni ninguna otra que no fuese el recono-cimiento a la magnificencia de la Naturaleza, a la gran-diosidad del Universo, al Misterio que el Todo del que so-mos parte y a la necesidad de que el Hombre, utilizandola razón y las herramientas por ella pergeñadas, logre al-canzar el Conocimiento de las Verdades que encierra, talvez la Gran Verdad.

Pero a través de la duda, del saber, de la investigacióncientífica y de la filosofía como ciencia, el Hombre será li-bre de las ataduras espirituales y materiales que lo condi-cionan.

Seguiremos, acto seguido, con las conclusiones de losclérigos que asistieron a las Jornadas de Verano en elEscorial.

5ta parteEntre los antecedentes históricos de la Masonería, quelidera la G:.L:. U:. de I:., por lo general se mencionan diver-sos documentos, algunos manuscritos, al parecer origi-nales, otros copias de aquellos manuscritos, también al-gunos que son «referenciados» y otros que, curiosamen-te, han desaparecido y que en su momento, dieron sus-tento al «trabajo» que realizaron James Anderson, Desa-guliers y otros, cuando pergeñaron las Constitucionesque, de alguna manera, aún rigen los trabajos de milesde masones en el mundo.

Tales documentos han sido recopilados, compilados,mencionados, fraccionados y difundidos en el ámbito dela Masonería y en muchos casos los masones adoptanfrente a ellos algo así como un «reverencial» reconoci-miento.

En otros casos adoptan una posición que suele parecer-se a cierta sacralidad teológico-dogmática y en los más,una suerte de fundamento, de los «linderos» a los quedeben ajustarse aquellos que presumen y sostienen lapureza ortodoxa de su Rito.

Entre tales documentos podemos mencionar los másconocidos y factibles de leer, que son el Manuscrito GrandLodge Nº 1 (1583); Manuscrito de Edimburgo (1696), Ma-nuscrito Dumfries Nº 4 (1710); Manuscrito Kewan (1714-1720); La Institución de los Francmasones (1725); Ma-nuscrito Graham (1726); John Tillotson: La Masoneríasegún las Escrituras (1737); Diálogo entre Simón y Feli-pe (1740); Manuscrito Essex (1750) y otros también departicular credibilidad, especial significado, singular tras-cendencia y oportuna inserción en el quehacer históricode la Masonería en las islas británicas.

No analizaremos aquí a todos esos documentos. Sabe-mos que la [inmensa] mayoría de nuestros QQ:.HH:. hantenido ante sus ojos los textos que sucesivamente sehan encadenado y por tal circunstancia los hemos men-cionado por sus fechas.

Pero sí consignaremos un párrafo del primero de talesmanuscritos, seguramente la inteligencia de nuestroslectores dará la pauta de la intencionalidad que conlle-van. Nos referimos al primero de ellos, el Manuscrito“Gran Lodge” de 1583, cuyos términos, un tanto másmoderados, reaparecen en 1723, en el meollo de lasConstituciones de Anderson y es el siguiente:

22

¿Es la masonería una religión?

...A partir de este día, y hasta hoy, las costumbresde los masones han sido conservadas en la medidaen que los hombres podían imponerlas tal comoeran. Además, en diversas asambleas se concibie-ron y promulgaron otros deberes para el mejorconsejo de maestros y compañeros.

XVIII. Entonces uno de los más antiguos sostie-ne el libro, y aquél o aquellos (a quienes se recibe)apoya su mano sobre el libro, y deben leerse lospreceptos.

Todo hombre que es masón observa con grancuidado estos deberes. Si un hombre se consideraa sí mismo culpable en cuanto a uno de estos debe-res, se corrige a sí mismo ante Dios. En particular,aquellos que están encargados de responsabili-dades tienen cuidado de poder guardar estos de-beres con gran exactitud, ya que es un gran peli-gro para un hombre jurar sobre un libro.

XIX. El primer deber es éste: que seréis hombresleales a Dios y a la santa Iglesia; y que no caeréisen el error ni en la herejía, sea por vuestro juicio,sea por vuestras acciones, sino que seréis hombresdiscretos y sabios en todo.

Además, que seréis verdaderos hombres fieles alrey de Inglaterra, sin traición ni falsedad; y que nocometeréis traición ni trampa, y que, a menos de co-rregiros en privado si podéis, advertiréis al rey o asu consejo.

Sería una obviedad decir que en estos sencillos perocomprometidos conceptos, que con posterioridad se vanrepitiendo en los sucesivos manuscritos, se encuentranconsignados NO los principios de la Masonería, su doc-trina y su quehacer civilizador y progresista, sino los im-puestos por los poderes monárquico y eclesial, median-te los cuales, durante algunos siglos el absolutismo ylos poderes omnímodos de los Señores, sometieron alHombre al vasallaje y a los masones a sus designios.

Recordemos que en uno de los más importantes Gra-dos de la Masonería se señala que: «Todos los males dela Humanidad provienen de la defectuosa organizaciónde sus Instituciones....» y luego, describiendo los malesque afectan a la humanidad y definiendo de alguna ma-nera los «poderes» que se suceden, en función del so-metimiento y la ignorancia, sostiene que: «De conciertounas veces y otras en guerra encarnizada, agitando lasmasas Ignorantes y envilecidas por su nefasto influjo,ambos han explotado y explotan hoy día a los pueblos,manejándolos según su capricho, sus leyes envilecedo-ras y creencias forjadas a su amaño, para perpetuarlasen la superstición, el fanatismo y el embrutecimiento,creando sucesivamente la esclavitud del vencido, el des-pojo del acusado; la distinción de castas, el feudalismo,los calabozos; la fiscalización y la tiranía más espanto-sa, la Inquisición papal, en fin y cuantos males aquejan yhan aquejado al género humano. Pero en contra suyalos filósofos, los francmasones, se han levantado dolien-tes por las miserias de la Humanidad, para cortar losabusos, reparar las injusticias y castigar la iniquidad, re-conquistando denodados los derechos del Hombre ho-llados por los oligarcas y establecer en la Tierra el reina-do de la Razón. La Redención Social, que veíamos bajoel nombre de La Grande Obra, es nuestro objeto; la rei-vindicación de los Derechos que da la Naturaleza al Hom-bre al nacer, los cuales son inherentes a su ser. No profe-samos la religión cristiana, ni la judía, ni la mahometana,ni partido político ninguno, ni los atacamos ni defende-mos. Declaramos la guerra eterna al Vicio y a la Maldad;tenemos por patria al Universo y por familia a la Humani-dad, y con paciencia y constancia trabajamos incesante-

(41) Si razonásemos con objetividad, podríamos mencio-nar que antes de las Constituciones de Anderson no exis-tía el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que no tiene ori-gen ni en Escocia, que no es Antiguo como la masoneríaoperativa o la masonería moderna posterior a 1723, puesesta última estaba «auspiciada» por el Rito de York y suspremisas fundamentales. El origen del Rito Escocés Anti-guo y Aceptado se imbrica, según los estudiosos france-ses, denominándosele «Rito Antiguo y Aceptado» perocomo las Constituciones Latinas de la Orden lo designancomo «Rito Escocés Antiguo y Aceptado», se lo adoptacon ese nombre. Se sabe que fue establecido con anterio-ridad a 1801. La historia de su organización dice que en1758 se organizó un cuerpo en Paris llamado «Consejode los Emperadores de Oriente», este Consejo luego or-ganiza un rito llamado «Rito de Perfección» con 25 gra-dos de los cuales el máximo era el de «Principe Sublimedel Secreto Real». En 1761 este Consejo concedió Poderde Diputado a Esteban Morín,con la misión de propagarel Rito en el continente Occidental. Morín arribó pocodespués a la ciudad de Santo Domingo, donde procedió aorganizarlo y dar nombramientos de representación enlas Indias Occidentales y en los Estados Unidos de Améri-ca. Así surgió Isaac Da Costa, quien como Diputado Ins-pector General para South Carolina, es quien en 1783introdujo el Rito en el Estado, por el Establecimiento dela Gran Logia de Perfección en Charleston. Posterior-mente los Inspectores Juan Mitchell y Federico Dalcho,ya en 1801, establecen el Supremo Consejo de Chárleston.El I:. y P:. H:. Albert Gallatín Mackey, culmina el relatodel origen del R:.E:.A:. y A:. diciendo: «Existe una pruebaevidente en los Archivos del Supremo Consejo, de quehasta esa época eran 25 los grados del Rito de Perfec-ción. Por consiguiente, debido a la organización del Su-premo Consejo, y de una manera inesperada, aparecióallí un nuevo Rito, manufacturado con la adaptación deocho más de los grados superiores continentales, forman-do de este modo lo que constituye el grado 33 y no elgrado 25, que es la culminación del Rito. El Rito consta-entonces- de treinta y tres grados, los cuales están divi-didos en siete secciones, encontrándose cada sección bajola propia jurisdicción... etc.»

mente en modificar el organismo social presente, derri-bando piedra por piedra el monstruoso e infame edificiode astutos y tiranos, estudiando arterías y depredacionesy las necesidades concientes de los pueblos, hasta con-seguir asentar en el mundo entero los principios que he-mos inculcado en las cámaras capitulares y consejiles, yque os habéis obligado a sostener y propagar haciéndoosapóstoles del Progreso»

Estas y no otras son las postulaciones de la doctrina de laMasonería original, operativa, la Masonería Progresista yPrimitiva, que es origen y verdadera continuidad de laInstitución, deformada en lo actual por la claudicación,los errores, tergiversaciones y los temerosos gatopardis-mos, que a lo largo de los siglos han privilegiado el pare-cer al ser y desvirtuado los Principios originarios de laOrden(41). Y como argumento tal vez esencial de tales a-firmaciones, deberíamos tener en cuenta como paradig-ma de la esencia histórica de la Orden, los PrincipiosBásicos Constitutivos de la Francmasonería Universal, apro-bados en la Asamblea General de Francmasones que se re-unió en París en el año de 1523 y que curiosamente no sonmencionados en 1723, como antecedente (Old Charges)de las Constituciones pergeñadas por James Anderson.

No me ocuparé del tema de los Grados Superiores, puesdeberíamos llevar a cabo una ardua tarea para demitificarlo que ellos realmente son, cuando tomamos de cadauno el significado real de su existencia, como enseñan-za y postulación de un principio y no como ostentación desupuestas supremacías valorativas.

23

¿Es la masonería una religión?

Pero lo mencionado precedentemente debería consti-tuir, para el Masón que se considere tal, un llamado deatención respecto de los actuales «objetivos» que cree-mos son la esencia de la Masonería.

Y para los entendidos, solo mencionaré que al Águila dedos cabezas debería llevar sobre ambas el triángulo dela sabiduría, no la corona de Prusia.

El problema religioso

Decíamos que «...Por tal razón, muchísimas concepcio-nes o condicionamientos a los miembros de la Orden,tanto en su ingreso a ella, como en su desplazamiento através del estudio y la investigación, hoy constituyen obs-táculos para su desarrollo y el de la masonería y promue-van la proliferación de nuevas Obediencias con Ritos aje-nos al origen de la Masonería Operativa, luego Moderna oespeculativa, con anterioridad a las Constituciones de Ja-mes Anderson, impidiendo la Unidad Universal que debie-ra presidir en estos tiempos, el decurso del Siglo XXI...»

Para alcanzar nuestro objetivo de demitificar y esclarecersobre el tema del interrogante que nos preocupa, se hacenecesario consignar rápidamente, el estado de las Con-fesiones Religiosas en nuestro tiempo.

Al parecer, tres tendencias son las que actualmente sedistinguen: El «confesionalismo», que no es genérico sinoespecíficamente cristiano, (católico, protestante etc.), is-lámico, budista, judio etc.; el «agnosticismo» , al que algu-nas teorías categorizan como positivo. (El Masónico encuanto a Centro de unión entre todas las creencias y con-fesiones, definición que sugiere tal vez un sincretismo) Yotras como negativo, al que considero que maliciosamen-te se lo centra anatematizándolos, como conceptos mar-xistas o en racionalistas con la estrictez universitaria ycientífica, no se por qué, ubicadas en Occidente.

Dice el libro que condensa las ponencias de El Escorial(42) que un agnosticismo positivo debería considerarsecomo el que «...En la Masonería convive, con los miem-bros de diversos credos (a pesar de las contradiccionesmutuas) a través de ese mínimo religioso que actúa comoun cimiento englobante que es el agnosticismo positi-vo...»

Debo insistir en que tales definiciones son atendiblesdentro del marco regulatorio que persiste en aditar a laMasonería (como al ámbito del pensamiento) alguna con-dición religiosa, puesto que a mi entender el significadotaxativo de agnosticismo es el que lo se define como«...doctrina epistemológica y teológica que declara inac-cesible al entendimiento humano, toda noción de lo ab-soluto y especialmente la naturaleza y la existencia deDios, cuya existencia, a diferencia del ateísmo, no nie-ga».

Y si nos atenemos a lo que el estudioso sabe, podemosmencionar que se trata de una posición filosófica que noafirma ni niega, sino que en base a la Duda, investiga. Ypara abundar en detalles definitorios, digamos que loepistemológico es: «...la disciplina filosófica que estudialos principios materiales del conocimiento humano. Esdecir, mientras la lógica investiga la corrección formal delpensamiento, su concordancia consigo mismo, la episte-mología pregunta por la verdad del pensamiento, por suconcordancia con el objeto; la primera es la teoría delpensamiento correcto, la segunda la teoría del pensa-miento verdadero. Por consiguiente, los principales pro-blemas epistemológicos son: la posibilidad del conoci-miento, su origen o fundamento, su esencia o trascen-

dencia, y el criterio de verdad».

Y si racionalmente nos atenemos a las definiciones quenosotros mismos damos a la terminología, debiéramostratar de evitar las «interpretaciones y calificaciones» quesuelen utilizarse para desvirtuar los contenidos.

Sin embargo, podemos resolver el enigma de las inten-ciones tendientes a confundir, cuando el uso de la califi-cación de positivo o negativo, al agnosticismo, se plas-ma en este texto a continuación del trabajo mencionadoen (42), «Las tres tendencias del confesionalismo, agnos-ticismo negativo y agnosticismo positivo, dan lugar a tresconcepciones del estado en su relación con las religio-nes a saber:

a) Estado confesionalb) Estado aconfesional negativo.c) Estado aconfesional positivo.

Se llama laicismo a la aconfesionalidad del Estado, porlo que se tiene un laicismo negativo y un laicismo positi-vo. El progreso de la historia, a partir del siglo XVI, estáconduciendo a la humanidad desde el confesionalismode los Estados, hacia el aconfesionalismo positivo, a tra-vés de ciertas desviaciones que tienen poca consistenciade futuro, como lo es el aconfesionalismo negativo de losEstados comunistas»...

Y no hace más falta el analizar tales prejuicios insoste-nibles en lo Masónico, aunque legítimos en lo que llama-ría confucionismo adrede, de toda la estructura de lasreligiones positivas, una suerte de teología política ten-diente a desvirtuar la realidad del laicismo, aun cuandoreconocen su aspiración a la legitimidad del confesiona-lismo de Estado... por lo que ello significa en el orden asus doctrinas teológicas y dogmáticas.

La Masonería no es areligiosa y si es aconfesional. LaMasonería es laicista y debe ser prescindente del dogmay la creencia por la Fe. Su camino está en la racionalidaddel saber, no en las creencia intuitivas.

Sus ideas son alcanzar la Verdad científicamente com-probada, no la revelación o el presunto conocimiento porla Fe. Aunque el concepto de Fe pueda llegar a significarpara la Masonería y los masones, la utopía, la esperan-za, la búsqueda del Progreso, pese a las doctrinas que lopretenden calificar de progresismo, denostándolo o des-calificándolo.

Las conclusiones de los clérigos en El Escorial

El Reverendo Fred Harwood, pastor anglicano, luego deun meduloso trabajo, hace referencia, entre otros con-ceptos, al libro «Freemasonry» (1987) de autoría de JohnLawrence, libro cuyo contenido provocó en el Sínodo Ge-neral de la Iglesia Anglicana, la creación de una Comi-sión, bajo la Presidencia de doctora Margareth Hewitt,para investigar las ...relaciones entre la Iglesia y la Maso-nería, debido a diferentes ataques que a través de losmedios, ya desde 1926, venían produciéndose.

Al respecto, la Comisión de Investigación arribó a diver-sas conclusiones, entre las que podemos destacar laspreocupaciones de la Iglesia Anglicana con relación alotorgamiento de grados hasta el 3ro., los del Holy RoyalArch y el Grado 18 (Rosa Cruz) o al Orden Masónico delos Templarios, teniendo en cuenta que la G:.L:. de I:., en1813, había declarado que el Royal Arch formaba parteintegrante del 3er. Grado, debido a que en ese grado«...los masones pretenden revelar el verdadero nombrede Dios por lo que ellos llaman «Tetragrámaton»(43), agre-gando que «...de una «sopa de letras» sacan el nombre

(42) Nos referimos al de Benimelli.

24(43) Tetragramaton: Por excelencia, nombre de Dios.

¿Es la masonería una religión?

de Jehová...», por lo que «... la Comisión decidió que estegrado era blasfemo y condenó también a la masoneríaen general, por «ser una religión»...».

En 1977 la Gran Logia Unida de Inglaterra entregaba alos recién iniciados un breve folleto titulado Informationfor the Guidance of Members of the Craft, en cuya página18 dice:

«No se puede afirmar que la Masoneríaes una religión, ni que quiere ser una re-ligión, ni está en competición con la reli-gión. La Masonería quiere que todos susmiembros adopten un nivel de conductaque sea aceptable a todas las religiones;pero sin intervenir en sus dogmas o ensus teologías. Por lo tanto la Masoneríano esta en competición con la religión,sino que espera ser complemento de lareligión. Es una tendencia básica que to-dos los miembros de la Orden crean enun Ser Supremo, y que todos los maso-nes lo reverencien. Así debe ser evidentea todos los hombres (menos a los queestán deliberadamente �ciegos�) que laMasonería solo quiere dar apoyo a la reli-gión, porque todos los hombres que seadmiten en la Masonería tienen que creeren un Ser Supremo, antes de ser admiti-dos y siguen practicando su religión des-pués de ser admitidos...»

Probablemente este contenido influyó en la Comisión,que en su momento comentó el contenido del Libro «Losorígenes de la Masonería» de Knop y Jones, en uno decuyos párrafos dice: « ...Una de las características de laMasonería a lo largo de toda su Historia, ha sido «la mo-ralidad»(44), pero esta moralidad jamás ha sido un códi-go de conducta completa y mucho menos una religión...»Antecedentes todos estos y muchos otros, ocioso de con-signar, que han llevado al pastor Hardwood a concluirque «... personalmente no encuentro incompatibilidadalguna entre la religión y la Masonería, y a mi no me pa-rece raro que un ministro de la religión pueda ser masón.No quiero decir con esto que la Masonería sea perfecta.Tampoco quiero decir que todos sus miembros sean per-fectos, y que han explotado su posición como masonespara obtener privilegios que no merecían. Pero, creo queesto pasa en todas las organizaciones y actividades hu-manas. Sin embargo no debemos condenar una organi-zación en general, o todos sus miembros, por los delitosde una pequeña minoría. Además, el Gran Maestre tieneun Comité para la investigación de prácticas corruptas ysi el acusado es juzgado culpable, lo expulsan de la Fra-ternidad». ¡Magnífica exposición digna de imitarse...!

Y esta conclusión, debida a que la Comisión arribó alconcepto de que la Masonería es gnóstica, basada en laidea contenida en el Ritual masónico de dice: «...la ma-sonería es un sistema de moralidad velado por alegoríase ilustrado por símbolos»... incluido que «...La Gran Lo-gia siempre ha mantenido que los «símbolos y secre-tos» solo son ...modos de reconocimiento entre maso-nes». La Comisión no concluyó en que la Masonería sea«una sociedad secreta».

Los metodistas y la francmasonería

El Secretario de la Asociación de masones metodistas,David Walton, reseña el origen del culto y menciona as-pectos de la vida de su fundador, John Wesley, como laparticipación de masones en dicha Iglesia, y concluye en

que «... de hecho los masones están entre los más com-prometidos de todos los miembros de la Iglesia y enmuchos casos ostentan algunos de los puestos de másresponsabilidad dentro de ella... La francmasonería noha cambiado sustancialmente en los últimos ciento cin-cuenta años, período durante el cual muchos miles dehombres de Iglesia, desde arzobispos en adelante, lahan encontrado enteramente compatible con su fe cris-tiana. Parece, por lo tanto, que la propia Iglesia deberíaexplicar su reciente cambio de actitud y esto nunca se hahecho públicamente. Afortunadamente para las iglesiasque han hecho informe en particular, la mayoría de susmiembros han desoído los informes sensatamente y hancontinuado trabajando juntos y en armonía. Tengo quedecir que mis contactos con los oficiantes (altos cargos)de la Iglesia Metodista han sido cordiales y comprensi-vos, aunque todos han tenido mucho cuidado de no ofre-cer opiniones personales ni sobre el informe original nisobre los problemas que han surgido desde entonces.Concluyo que después de tratar personalmente con mu-chos de los problemas que han surgido durante los últi-mos ocho años de la Iglesia Metodista, por el mal enfoca-do y apresurado informe producido en 1985 sobre lafrancmasonería y también acumular pruebas adecuadassobre el modo en que la francmasonería y el metodismose relacionan, solo ha servido para reafirmar mi opiniónoriginal de que la francmasonería y la pertenencia a laIglesia cristiana son, y siempre han sido, enteramentecompatibles y de hecho se ayudan mutuamente»...

Claro está que tales conclusiones lo son de quien seencuentra dentro de los parámetros de la compatibilidadmasónico-religiosa, aceptando las limitaciones e inclu-so desconfianzas de un culto que no se ha pronunciadotaxativamente sobre la misma, aunque acepta la convi-vencia. Por lo demás, la Iglesia Metodista dista mucho deaceptar a la francmasonería fuera de los límites de losdogmas de tal religión protestante.

Judaísmo y Masonería

Marcel Stourze, de la Universidad de Haifa, confiesa alrespecto que «...debo abordar un tema difícil, pues toda-vía hoy en algunas logias, en algunos ritos, hay masonesque estiman que los judíos no tienen allí lugar, al igualque los musulmanes o incluso los cristianos que no cono-cen las mismas disciplinas, pero dejemos a estos maso-nes en sus errores y contentémonos hoy felicitándonosde que en el mundo, millones de masones consideran atodos los que creen en Dios, Gran Arquitecto del Univer-so, como sus hermanos»...

Mas allá de tales conclusiones y razonamiento, luego deformular un extenso relato sobre el judaísmo, las con-cepciones bíblicas, un poco de la historia del pueblo ju-dío y los estudios teóricos de diversas disciplinas religio-sas, Tource se enfrasca en un análisis de la Kabala y surelación con la Masonería, concluyendo en que «... si lakabala conoció un desarrollo extraordinario durante laEdad Media, en la que los investigadores, los filósofos, ylos rabinos fueron particularmente numerosos planteán-dose la cuestión de las relaciones entre Dios y el hombre,y entre el hombre y Dios, otros muchos pensadores seplantearon las mismas cuestiones. Solamente quierocitaros a Pico della Mirándola, quien vivió entre 1463 a1494 (uno de los fundadores de la Masonería Progresista Primi-tiva. N. de la R.) estudió en Bolonia, después en las princi-pales Universidades de Italia y Francia; aprendió el he-breo y el árabe y se inició en la Kabala. Publicó en Romaen 1486 «Las novecientas tesis o conclusiones philoso-phicas cabalisticae et teologicae», obra fundada en unprofundo conocimiento de todas las tradiciones filosófi-cas, religiosas, morales de todas las civilizaciones y des-tinada a mostrar la verdad del cristianismo, consideradocomo el punto de convergencia de todas las formas ante-riores del pensamiento. La osadía de esta obra fue con-

(44) Moralidad: Conformidad con los preceptos de lamoral. Cualidad de las acciones humanas que las hacebuenas.

25

¿Es la masonería una religión?

denada por la Curia Romana. Huyó a Francia, despuésretornó a Italia y se consagró a la ciencia y la piedad.Poco antes de morir recibió el hábito de la Tercera Ordende Santo Domingo. Después de la Edad Media, numero-sos pensadores continuaron inclinándose por la Kabala,y la profusión de publicaciones recientes sobre este temaprueba que hoy día los estudios kabalísticos todavía apa-sionan a muchos espíritus».

Finalmente, el estudioso Israelí, catedrático de la Univer-sidad de Haifa, concluye su intervención en las Jornadasde El Escorial sosteniendo que: «...me excuso por la am-plitud de mi exposición, sobre todo por su carácter ele-mental, pero he buscado lo más simplemente posible,dado que soy un muy modesto Cabalista, compartir convosotros mi deseo permanente de saber más, o al me-nos un poco más y descubrir cómo, a través de los siglos,los maestros han explicado la creación, el mundo, el hom-bre y, sobre todo, las relaciones de este último con Dios,Maestro del Universo, o empleando un término que nome es extraño, como también a muchos de vosotros, conDios, Gran Arquitecto del Universo».

Con lo que da a entender, según su saber y entender, laingerencia cabalística en la francmasonería, alguna po-sibilidad de que ella tenga relación con la alegoría deno-minada GADU y su condición de masón un tanto no defi-nidamente expresado, pero muy sugerido en su exposi-ción.

Lo importante es que a través de la intervención deStourze nos quedamos sin conocer de qué manera ymas allá de la leyenda bíblica de la construcción del Tem-plo de Salomón, el judaísmo considera la problemáticade Masonería y Religión, convergencias, oposición ¿in-compatibilidad?... aún cuando el tema kabalístico seaparte de los estudios que en el orden filosófico, son con-siderados en los grados del filosofismo.

La Iglesia ortodoxa y la Masonería

En el caso de esta Iglesia, el trabajo presentado por elDiácono de la Iglesia Ortodoxa de Francia, Jean-FrancoisVar, es uno de los más interesante, por las numerosasreferencias históricas –poco conocidas en nuestro me-dio- relativas a las relaciones entre la Masonería y esaconfesión religiosa.

Además de elogios fundamentados en la teleología, enambas Instituciones, sus conclusiones fueron tituladas:«El Templo del Hombre» y señalan: «...La experienciademuestra que la Masonería bien entendida y practica-da, lejos de alterar o debilitar la Fe, atrae hacia ella a losque no la tienen y la fortifica en los ya creyentes. La liber-tad que inspira no es libertinaje, sino una liberalidad es-piritual; la igualdad que enseña no es igualitarismo(45)sino igualdad de la naturaleza; la fraternidad que practicano es camaradería, sino amor entre los hijos de un mis-mo padre».

«Pero –dice-- hay algo más importante. Ambos, Iglesia yMasonería, llevan a cabo una obra espiritual en el hom-bre....». Agrega luego que «...La Masonería no administralos sacramentos ni celebra los sagrados misterios, comolo hace con pleno derecho la Iglesia. El papel de la Maso-nería es edificar el templo donde se celebran esos miste-rios, el mayor de los cuales es la unión del hombre conDios. Esto merece una explicación. Existe una doctrinacristiana de la Iniciación, y esta doctrina que se encuentraen varios de los sistemas masónicos practicados en elsiglo XVIII, de los que todavía subsisten algunos, se hallasobre todo contenida y enunciada con la mayor claridaden el Régimen Escocés Rectificado. Veamos cómo: 1) El

hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios,por tanto en un «primitivo estado glorioso», es decir, re-vestido de la luz divina; 2) Ese mismo hombre provócodeliberadamente su propia caida: a) perdiendo su seme-janza divina, b) Pero conservando la imagen divina que,aun deforme, subsiste sin alteración por ser inalterable;3) La Iniciación es uno de los medios procurados por laProvidencia a ese hombre caido –y por ende infinitamen-te alejado de su origen, de “su verdadero oriente”—parahacerlo volver a su estado primitivo, y ello mediante untrabajo, el trabajo Iniciático, que consiste en establecerla semejanza en la imagen, restaurar la conformidad detipo con el prototipo, del hombre con Dios»...

Como podemos advertir a través de la lectura de las dog-máticas y religiosas concepciones de la Iglesia Ortodoxaen su concepción sobre la Masonería, las posibles coin-cidencias que permitirían establecer ciertas convergen-cias o compatibilidades, se centrarían, a través del texto,en distintos aspectos de la Iniciación.

Es probable que el lector pueda no compartir algunasvisiones religiosas relativas a la deidad y sus particulari-dades, que Jean-Francoise Var revela en sus creenciasortodoxas, mas finaliza citando a un Obispo contemporá-neo (Mons. Germain) a quien le atribuye haber expresadoque: «...El sacramento evidencia entre los acontecimien-tos históricos la persona única, situándola frente a laspersonas divinas. La Iniciación proporciona las energíasnecesarias al cumplimiento de la historia. El hombre re-conoce así dos caminos simultáneos: —El descubrimientode la imagen, del modelo propio, del valor de lo humanoen si— y --El paso de la imagen a la semejanza divina, ala iconografía divina, por medio del sacramento--».

Por último, el representante de la Iglesia Ortodoxa sos-tiene que «...la iniciación pone al hombre en ruta hacia sudestino, el sacramento lo lleva hasta la meta. Y ese cami-no es Cristo, en el que se unen el hombre y Dios, forman-do un solo ser. Utilicemos otro símbolo: la iniciación haceque el hombre se construya un templo del que Dios harásu morada...»

Considerando, naturalmente, su visión religiosa del temaque nos ocupa, Jean-Francoise Val afirma que «...No otroes el objeto del trabajo masónico. Por eso, en ciertos gra-dos del Régimen Rectificado y en algunos otros siste-mas, se dan a contemplar la muerte y resurrección glorio-sa de Cristo. Por eso también hay tal armonía (o sinfonía)entre la Ortodoxia y la masonería, sobre todo cristiana, ypor eso un clérigo ortodoxo, si algo sabe de teología,puede vivir la plenitud de la fe en la plenitud del procesode iniciación»...

Dejamos aquí esta particular interpretación de las rela-ciones religioso-masónicas, tal vez un poco apropiadasa cada posición del masón con relación a sus creencias.Naturalmente, nuestro trabajo no pretenderá formular unacrítica racionalista a tales conjeturas, apropiadas a la Fede cada uno y sus capacidades para comprenderlas.

Lo que nos interesa, fundamentalmente, es poder situar-nos en la multiplicidad de ideas que tienden a dar res-puesta a interrogantes como la convergencia, oposicióno incompatibilidades entre lo religioso y lo masónico.

Pero dejando constancia de nuestra posición, también,que sostiene la duda sobre la necesidad de aceptarparámetros que plantean, a nuestro entender, una proble-mática estéril.

A nuestro entender, la Masonería no es una religión y porconsiguiente, no asume una teología «...sobre la esen-cia, existencia y atributos de Dios... o que trate de Dios yde sus atributos y perfecciones a la luz de los principiosrevelados...», tampoco es una teodicea, aunque, en sus(45) Igualitarismo: Tendencia a la igualdad política, so-

cial, etc., entre los hombres.

26

¿Es la masonería una religión?

especulaciones «...haga uso de la sola razón y cuyasverdades deben ser demostradas...»

La Masonería reúne a los hombres «bajo la bóveda ce-leste», un cielo tachonado de galaxias y estrellas, de unamagnificencia y de una inconmensurabilidad tal, que re-sulta incomprensible en lo irracional, pero cuya Naturale-za es objeto de nuestra percepción, como una motiva-ción racional y volitiva en procura de develar sus enig-mas.

Cada hombre tiene el legítimo derecho de pensar sobretal suceso cósmico y puede otorgarle lo axiológico si asílo quiere. Pero no debe agregarle adjetivaciones quesacralicen lo percibido, so pena de establecer un culto,que sería entonces y sencillamente, una religión.

6ta. parteLos hombres reñirán por la religión, escribirán porella, pelearan por ella, morirán por ella, harán cual-

quier cosa menos vivir por ella.(Charles Caleb Cotton)

Ante el estudio de los problemas que de una manera uotra inciden en el decurso de las cosas, los hombres ysus Instituciones debiéramos tener en cuenta lo queTucídides, padre de la historia científica, sostenía sobrelos hechos. Decía que estos “...se repiten en el futuro, sino exactamente los mismos, muy similares”.(46) De allíla necesidad de considerar aquellos que nos afectan,con el fin de resolverlos e impedir su repetición. Es sen-cillo. Se trata de aprehender las enseñanzas de los hechos,de manera tal que de perjudicarnos, no volver a repetirlos.Tan sencillo es esto y de tal sabiduría, que los hombres pugnamospor persistir en repetirlos.

Pero Oswald Spengler, ya en el siglo XX con el auge de laciencia, afirmará que “...Querer tratar la historia científica-mente es, en última instancia, una contradicción. La autén-tica ciencia llega hasta donde llega la validez de los con-ceptos verdadero y falso. Pero la visión histórica propia-mente dicha empieza donde el material termina y perte-nece al reino de las significaciones, donde los criterios noson ya la verdad o falsedad, sino la hondura o la mezquin-dad. El auténtico físico no es profundo sino sagaz. Solocuando abandona el terreno de las hipótesis metódicas ypenetra en las cosas últimas, puede ser profundo –peroentonces ya no es físico, sino metafísico—. La naturalezadebe ser tratada científicamente: la historia, poética-mente”.

En su “Teoría de la Historia. Los futuros posibles”, OscarE. Frávega dice que “...La teología y la Magia conceden ala Historia un orden, pero impuesto desde afuera. Ellasfueron las precursoras de las Teorías Catastróficas de laHistoria y las del Gran Hombre”. Tales conceptos, que seajustan en alguna medida a nuestra idea de las cosasque nos suceden, encaja perfectamente en el desarrollodel tema que nos ocupa.

Resultará entonces interesante decir que lo teológico noshabla de un orden impuesto. Y puede citarse entonces aV. Gordon Childe, quien sostuvo que “...el Gobierno Di-vino del mundo confiere unidad a la historia; todos loshechos históricos significativos quedan reducidos a lacondición de efectos de una sola causa: la voluntad deDios”. Frávega complementa esta idea, al decir que “...Parala teología cristiana se trata de un plan divino prees-tablecido para la redención del Mundo, desde la Creación

hasta el Juicio Final”. Naturalmente, estas afirmacionesdevienen de la visión judeo-zoroástrica de la historia, quenos habla de un plan divino predeterminado... en tanto lavisión greco-hindú, sostiene la teoría cíclica de culturas ycivilizaciones.

La mención rápida y sin un minucioso análisis que la na-turalice, en el contexto de nuestro trabajo, se debe a laidea de introducirnos en el meollo de la cuestión, queaún cuando intenta demostrar que la Masonería no esuna religión y que además no constituye ni aspira a sersincretismo alguno, procura inducir al lector a ubicarseen el contexto histórico y en el de la Masonería.

Resulta difícil introducirse globalmente en el contexto his-tórico de la Orden. Tarea desgastante e improbable deser exitosa, si advertimos las numerosas y diferentesposiciones que tanto los masones, como la Institución ensi, adoptan para definir el macrocosmos dentro del cualse desenvuelve su sistema universal.

Ya hemos mencionado el hecho de que la actual Maso-nería, con sus diferentes Ritos, no se parece a la primitivamasonería, ubicable en el acontecer pretérito y de cuyaexistencia se poseen documentos que dan testimoniode su desarrollo, aunque persistan las dudas sobre suorigen verdadero.

Probablemente debamos ponerle comillas a ciertosmanuscritos cuya autenticidad no está demostrada y cuyocontenido es evidente o al menos pensable, que debióser alterado por las sucesivas copias y traducciones. Hayasido adrede o haya sido accidental... De la misma maneraque la Biblia ha sufrido alteraciones significativas a lolargo de la historia, debido, precisamente, a las copias ytraducciones de los manuscritos originales. Muchos delos cuales, además, han desaparecido a lo largo de lahistoria, con la casi imposibilidad de “compararlos” conotros “libros” de origen ajeno al testimonio aceptado...

Sin embargo y al margen de la datación de los documen-tos y su contenido, existen estamentos institucionales enfunción de los cuales, tales documentos o testimonioshistóricos, resultan ser aceptados como verdades inamo-vibles, dogmáticas e incluso calificados de revelados oindubitables, conformándose una especie de dogmatis-mo, inaceptable para nuestro paradigma esencial en laOrden: la razón. Y esto, sin identificarnos taxativa y filosó-ficamente, con el racionalismo.

A mi entender, lo más dramático es el hecho cierto deque una inmensa pléyade de seres humanos acepta deplano las dicotomías emergentes de lo incierto, creyendo,a pie juntillas, cosas que no son ni han sido demostradas,en lo concerniente a la naturaleza misma de lo Institucio-nal. Y esto, además, extensible a muchísimas cosas queno se circunscriben a la Masonería.

Citemos, por ejemplo, que según se sostiene, la cienciadeterminaría la imposibilidad de las razas puras, lo quepuede impedir predecir que las siguientes generacionescontengan los mismos caracteres hereditarios. De allíque cada individuo sea uno en sí mismo, tal vez irrepe-tible y que su conducta deba condicionarse a los hechosy circunstancias que lo rodean. Sin embargo, existe parael Hombre un dilema dentro del cual, se cuestiona suformación y el estar en condiciones de intentar resolverlos enigmas que se le plantean: es el de creer o saber.Creerá o sabrá. O sabrá para poder creer. En el primerode los casos será la [su] Fe lo que conformará la estructurade su pensamiento. Y en el segundo: o el conocimientohará lo propio.

Partiendo de tal proposición, arribaríamos al dilema quenos hemos planteado, en el sentido de preguntarnos sila Masonería es o no una religión.(46) Tucídides, (465-400 a. De C.) - «Historia de la Gue-

rra del Peloponeso» -

27

¿Es la masonería una religión?

Características de la Masonería del siglo XVIII

En el siglo XVIII, al que conocemos como el siglo de lasluces, la Masonería no contaba con la estructuración conla que hoy la conocemos. Dos corrientes masónicas pug-naban en Inglaterra. La Gran Logia de Londres tenía ensu seno dos interpretaciones sobre cómo entender lomasónico. Se enfrentaban por entonces, la Logia de losAntiguos y la de los Modernos y en el continente Europeola Masonería se debatía en múltiples formas de serentendida y practicada.

Sus finalidades se le asignaban de acuerdo con las másvariadas interpretaciones. Había quien sostenía que laAlquimia debía ser practicada en el seno de las Logias.Unos adherían a la idea de un presunto Templarismomasónico anterior a la Orden y algunos que la masoneríaera heredera de los Templarios, perpetuándolos. La prác-tica del espiritismo pretendía, en el seno de los Talleres,ser un medio de comunicación con el otro lado de lavida... Y los había que sostenían la continuidad de losMisterios Iniciáticos en el ritualismo de las Logias. Elpietismo se enseñoreaba en Alemania y se insistía en“...la estricta observancia templaria”, que pretendíareinstaurar la Orden del Temple, “...reclamando el dineroy patrimonio que fueran expoliados por Felipe el Hermosoy Clemente V” (47) Y como lo sostiene Ramón Martí Blancoen su libro “El Régimen Escocés Rectificado”, “...En mediode esta confusión, un reducido grupo de masones in-quietos, entre los cuales se hallaba Willermoz, veían lanecesidad de volver a dar sentido a la orden masónica”.

No vamos a extendernos en un relato pormenorizado detal situación.

Solo lo mencionamos a fin de situarnos en dos aspectosdel tema: la crisis ocurrida durante la operatividad y elsurgimiento de las Constituciones de Anderson y lo quese denomina con posterioridad, la especulatividad y an-tes de las Revoluciones. (Norteamericana, Francesa ySudamericana...)

Y esto sin mencionar los efectos del Enciclopedismo, enlo atinente a la “luz” que brindó al mundo el Iluminismo...

Regresando al estado de confusión en la masonería delsiglo XVIII, en ese sentido, deberemos estar contestescon un axioma manifiesto en unos casos y campeandopor sobre lo ritualístico en otros. Y es la convicción demuchos masones de que tanto la Masonería operativacomo la especulativa, han sido originalmente cristianas.Y es más, también están los convencidos de que siguesiéndolo.

La creencia en Dios (o en un Dios...), constituye un requi-sito trascendente y vital para el ingreso a una ObedienciaRegular, que exige al recipiendario (comprometiéndolo)cuando pretende la iniciación, la fe, es decir, la creenciaen un Dios (por caso el suyo...) y al que denomina GranArquitecto del Universo. Y teniendo en cuenta que el modode aceptarlo lo es desde el punto de vista religioso y nocomo alegoría.(48) Cuando nos referimos a la creenciaen Dios, debemos señalar que se trata de la concepciónteológica de “un Dios revelado y no de una vaga concep-ción de Dios”...

Dice Martí Blanco en la obra mencionada, refiriéndose alRégimen Escocés Rectificado y por extensión a los de-

más Ritos masónicos Regulares que “...No es el únicosistema que para acceder a él exija esta condición: el Ri-to Sueco y el Rito de Zinnendorf practicado en el seno delas Grandes Logias Federadas de Alemania, lo exigentambién”. Como en la mayoría de los que adhieren a lasConstituciones de Anderson.

Sin embargo, es menester además, dejar constancia dealgunas definiciones importantes para el caso. Podemosleer en el “Esquema filosófico de la Masonería”, de Fran-cisco Espinar Lafuente, que “...El masón singular, en cuan-to que un miembro de una confesión positiva, tiene quearmonizar dentro de si mismo y con un equilibrio fecundo,esas dos “posiciones” de ser “un creyente-masón” y a lavez un “masón-creyente”. Acto seguido sostiene que “...Encambio la Masonería como tal, no profesa religión alguna.La Masonería no es cristiana, ni musulmana, ni israelita,etc. sino que se funda en el agnosticismo positivo. Todaslas religiones son iguales, también en la medida en queigualmente se equivocan. Al poder participar en una logialos adeptos de las diversas religiones, mientras que en elcurso de los Ritos, solo habrá en el ara un cierto volumende la Ley (v. Gr. La Biblia...), los que sean de confesióndistinta lo deberán considerar como un mero “símbolo”,que es el símbolo de una “revelación”(49) común, la deuna realidad trascendente.”

La revelación y el condicionamiento

He aquí un aspecto del tema que tratamos, de gran signi-ficación para el masón. Y al mismo tiempo para la Maso-nería. Fundamentalmente por el hecho cierto de conside-rar que el masón es «librepensador” por antonomasia.

Si cuestionásemos o extrapoláramos esa libertad inma-nente en el Hombre, caeríamos en un cierto teocentrismo(50) que, indudablemente, establecería una contradic-ción doctrinaria. La Libertad de la que habla la Masonería

(47) id. Ob citada.(48) Mencionamos alegoria, pues entendemos que de no serlo, laexigencia de aceptar a la figura “Gran Arquitecto del Universo”como una definición de un Dios, constituye un sincretismo que,precisamente, es lo que hace decir que la Masonería es una Reli-gión. Aquello de que la denominación Gran Arquitecto del Uni-verso es una manera de “condensar” en una denominación alDios en el que cree cada masón, con el objeto de abarcar lacreencia y cobijar a cada una de ellas en un concepto común, meparece además de desmedido un tanto hipócrita. Pues por másque aceptemos que bajo “el palio” de tal denominación “pode-

mos alcanzar la tolerancia», no habrá realmente la fraternidadque proclamamos. Dice Francisco Espinar Lafuente: “...Todaslas religiones son iguales en la medida en que encierran algo deverdad, y todas ellas son iguales, también, en la medida en queigualmente se equivocan.”(49)Revelación: El uso abusivo, doméstico y presunto del tér-mino Revelación, tiene en el diccionario solo una escueta defini-ción, que se abunda en tres acepciones: manifestación de unaverdad oculta/ . p. ant. manifestación divina y religión revelada.Luego, cada confesión adjetiva en lo teológico, lo que entiende porVerdad de Fe. En el catolicismo, el Escolasticismo es la filosofíaenseñada en las universidades y escuelas eclesiásticas medieva-les, y se caracterizaba por buscar un acuerdo entre la “revela-ción divina” y las especulaciones de la razón humana, tratando,pues, de fundamentar y desarrollar la doctrina de la Iglesia comosistema científico; usó como método principal la argumentaciónsilogística y la lectura de los autores antiguos, esp. Aristóteles(384-322 a. C.). Sus principales representantes fueron Alberto elMagno (¿1200?-1280) y Tomás de Aquino (1225-1274). El Tra-dicionalismo sostiene ser la doctrina filosófica que niega a larazón individual, potencia para conocer las verdades morales,como la existencia de Dios, las cuales sólo podemos conocer porla fe o a consecuencia de una “revelación primitiva” transmitidapor la tradición. La versión oficial del Corán (o Alcorán) de 114capítulos o suras, 6.226 versículos, que es la “Revelación deAlá” recibida por Mahoma. Se trata de un manuscrito realizadoa petición del califa Utmán, para unificar las versiones que cir-culaban desde la muerte del profeta. La «Iglesia de Jesucristo delos santos de los últimos días» o mormones, fundada en Fayette(Nueva York) por Joseph Smith, afirma que aquél habría recibidode Dios 22-IX-1827 la “revelación del Libro del Mormón”. Portanto, de aceptar de plano y de acuerdo con la concepción confe-sional la “revelación” como paradigma del conocimiento, plan-tea en el orden masónico un grave problema al descalificar laRazón como médio de alcanzar el Conocimiento y al mismo tiem-po decreta lo innecesario de acceder a él si da por cierto lo que los“libros revelados” afirman sobre el Todo y la existencia.(50) Teocentrismo: doctrina que considera a Dios como centroy fin de todo el pensamiento y actividad del hombre.

28

¿Es la masonería una religión?

y además instituye como uno de sus mayores paradig-mas, no puede verse constreñida a limitaciones tantoteológicas como dogmáticas.

Y en esto último es imperioso precisar que la Libertad,siendo el más preciado de los derechos de la condiciónhumana, se exalta y magnifica cuando se ejerce a travésdel pensamiento.

Recordemos la clara definición semántica del términolibrepensamiento: “...doctrina que reclama para la razónindividual, independencia absoluta de todo dogma reli-gioso”...

Hablemos también de Libertad. No ya desde las lucu-braciones filosófico-políticas o aquellas que derivan delDerecho y sus leyes, generalmente restrictivas de su ejer-cicio que, según el legislador, se deben a la importanciade la convivencia humana. Hablemos de su definiciónsemántica, que, afortunadamente, rescata la razón de suesencia: Libertad: estado o condición del que es libre,del que no está sujeto a un poder extraño o a una autori-dad arbitraria o no está constreñido por una obligación,deber o disciplina.

La Masonería, más allá de las adjetivaciones que le su-ministra el Hombre a través de su membresía, no puedeni debe ser una estructura dentro de la cual sean esta-blecidas limitaciones al pensamiento. Por consecuen-cia, toda pared levantada en función de la cual no se pue-da o se prohiba el tratamiento de todo tema inherente ala investigación, el estudio o la discusión de cuanto per-mita avanzar hacia el Progreso de la ciencia por una par-te y de la filosofía como ciencia por otro o en el Conoci-miento de la Naturaleza de las cosas y del Hombre mis-mo, será una censura, un ataque a la libertad de pensa-miento de los masones. Y por extensión, a la libertad depensamiento del Hombre, por el que la Masonería traba-ja para reivindicar su condición de tal y elevarlo a los ma-yores estadios de progreso y perfeccionamiento.

La revelación, como forma de conocimiento que las reli-giones (o sus clerecías) sostienen en su estructura confe-sional, no es compatible con lo Masónico.

Aún cuando aquellos masones que anteponen la Fe alConocimiento y no el conocimiento para la Fe, crean locontrario y hasta ajusten su trabajo masónico a talesconceptos.

Esta posición, tal vez considerada agnóstica, constituyeen realidad un pragmatismo necesario para conciliar larazón con la libertad y el pensamiento con sus resulta-dos.

Veamos entonces, tomando como referencia –aunquepueda considerárselo arbitrario- al escritor FranciscoEspinar Lafuente, lo que sostiene al respecto: «...Pero¿con qué alcance puede hablarse en la Masonería comotal, de una “revelación” y de un “libro revelado”? La reve-lación es, ante todo, una constante general de la existen-cia».

La intuición (51) es el correlato de la revelación, los grandesintuitivos, es decir los grandes “iluminados” (Buda, Zaratustra,Moisés, Jesucristo, etc.) han tenido revelaciones grandiosas. Perotambién existe la intuición en los hombres corrientes. (Comunes.N. de la R.)

«Y entonces nos hallamos ante una revelación difusa. Enun hombre cualquiera se podría revelar lo bueno, lo be-llo o lo verdadero. Para Platón, el Universo, en cuanto su-pone una emanación divina, es una revelación de Dios. Aesta revelación natural, que consiste en la propia Crea-ción, Scoto Erígena la llamó «teofanía».(52)

Indaguemos sobre Historia

Hasta aquí –y con el agregado de la nota sobre la teofa-nía- nos hemos circunscrito a exponer aspectos genera-les, fundamentales y definitorios, de una situación quese admite derivada de una Tradición heredada y de unacontinuidad histórica. Sin embargo se hace también ne-cesario definir, de alguna manera que permita concitar elinterés en los alcances de este trabajo, algunos concep-tos sobre Historia.

Digamos entonces que no puede la Masonería verse des-vinculada de la naturaleza y pautas antropológicas, querelacionan a la evolución del Hombre.

(51) Intuición: Sería oneroso y excesivamente extenso tratar dedefinir y creo que hasta comprender, que cosa es la intuición. Perosiempre me apasionó la definición de Ray Bradbury con relación aeste enigma de la naturaleza humana. Dice Bradbury que “...laintuición es el resultado de un razonamiento, cuyos datos unoignora poseer...”

(52) Teofanía: Continúa diciendo el autor, para completar laidea: «...La teofanía se la puede encontrar en la ciencia (Newton,Einstein, etc.) como se la puede encontrar en la música (Beetho-ven, Mozart, etc.) o en general en el arte, como se la puede encon-trar en la ética, en la vida social, y hasta en la acción políticacuando esta ha abierto el camino de la Libertad, de la Justicia ydel progreso. La revelación natural no consiste solo en una reve-lación que se halla en el “mundo” sino también en una revelaciónque se halla en el “ser” (Heidegger) y sobre todo en una revela-ción que se encuentra en el “hombre”. La revelación es algo quesurge de la voz de la conciencia (Maine de Biran...) pero tambiénen la intuición de la psique y de la mente. Al lado de esta revela-ción natural existen las revelaciones “históricas”, que son elfundamento de las distintas religiones positivas. Se ha hablado deun “silencio” de Dios, de que Dios se mantiene en silencio con elhombre. Esta idea no es del todo exacta, pues existe la teofanía.La Creación es una realidad que habla de sí misma y que ofreceunos tesoros asequibles a todos los que quieran buscarlos. Y elhombre puede encontrar a Dios en sus propias raíces. La revela-ción “o las revelaciones” de carácter histórico serían como unaruptura de ese pretendido silencio. Estas revelaciones históricasinciden sobre la masonería en cuanto que esta es el centro de laUnión y tiene que fundarse en un agnosticismo positivo. Las re-velaciones y, por tanto sus libros “sacros revelados” son contra-dictorios entre si en todo lo que tienen de particular concreto peroposeen algo en común que es la afirmación de la trascendenciadel Hombre. A veces algunos musulmanes han dicho que el Islames compatible con el Cristianismo, porque aquél cree también enJesucristo, en la Virgen María, etc. Pero lo cierto es que el Islamno cree en Jesucristo como Dios ni en María COMO ASIOCIADAA LA DIVINIDAD. En el Islam Dios es único, y no puede tenerningún asociado. Hay también algunos cristianos que creen queel Cristianismo conserva en si todo lo que es propio del Judaís-mo. Pero parecen olvidar que Jesús derogó la Ley del AntiguoTestamento a favor de una nueva Ley (cf. Pablo, Gálatas). Así,pues, cuando la Masonería en su papel de Centro de la Unión,permite que coexistan en sus logias masones con distintos librosrevelados, tiene que ser conciente de que esos libros son contra-dictorios entre si. No puede admitirse (cómo habrían pensadoalgunos núcleos masónicos) que todas las revelaciones históri-cas sean igualmente verdaderas. La Masonería no es una especiede sincretismo religioso, ni un movimiento como el del ecumenismo,que trata de aunar posiciones contradictorias, cerrando los ojosante sus diferencias esenciales. Por otro lado, si se admitiese unarevelación (progresiva), o una Ley Divina que pudiese transfor-marse en el tiempo, habría que llegar a la conclusión que larevelación vigente y verdadera sería la del Islamismo, y que es lamás moderna entre las grandes religiones del mundo. Pero tangratuito sería dar prevalencia a la revelación más antigua (la deEgipto o la India) como dársela a la que es más moderna en laHistoria, es decir, al Islam. El valor que tenemos que otorgar alas distintas revelaciones religiosas es el que le corresponde conarreglo al agnosticismo positivo, conforme hemos expuesto a lolargo de esta obra”.

29

¿Es la masonería una religión?

Aristóteles y Platón –dentro de la idea de la superioridadde los pueblos y su inclusión en lo civilizado- hablaron,por ejemplo, de la innata superioridad de los griegos so-bre los “bárbaros” o argumentando su condición de pue-blo predestinado, los romanos extienden su imperio. Y elpueblo hebreo se dice a sí mismo: el Pueblo Elegido deDios. Los dos primeros por decisión de la Naturaleza, losúltimos por voluntad de Dios.

Y si agregamos a lo dicho que el comportamiento huma-no depende menos de los instintos que de las pautasculturales adquiridas, será difícil sostener que el hombrees el resultado de la naturaleza exclusivamente.

Esto querría evidenciar que el Hombre es un todo aso-ciado a múltiples factores condicionantes. Y uno de ellos,indudablemente, es el de sus creencias.

Tomaré como referencia las ideas de Oscar E. Fráve-ga,(53) en su libro ya mencionado, para fundamentarestos conceptos. Sostiene, por ejemplo, que «..los in-ventos, descubrimientos y herramientas aunque seanobra de un solo individuo, son hechos esencialmente so-ciales...» También que «...la naturaleza social del aconte-cimiento tecnológico, en definitiva cultural, explica el asin-cronismo y el carácter errático del progreso». Y citando aBergson, «El camino se adapta a los accidentes del terre-no, pero éstos no son la causa del camino y no le impo-nen una dirección...».

En pocas palabras, son multifacéticas las razones enfunción de las cuales los pueblos se desarrollan y pro-gresan, decaen y desaparecen o jamás progresan y sedesarrollan. La historia ha tratado de comprender y expli-car los fenómenos a través de concepciones teológicas ymágicas unas, naturalistas las otras. Pero lo plausible esesta afirmación: «... que los fenómenos reales sean com-plejos, no significa que las leyes que los rigen también losean».

Esta afirmación puede sintetizar el razonamiento que Frá-vega desliza, cuando sostiene que «...si el comienzo delUniverso fue consecuencia de un chasquido de dedos,los de Dios o los de alguna fuerza aún no descifrada, espoco probable que tal acto fuera excesivamente comple-jo, pues la complejidad entraña la concurrencia de variosfactores, lo que invalidaría el origen puntual». (Nos pre-guntamos entonces, si estos parámetros no pueden extenderse alcontexto de las Instituciones humanas...)

Y hasta podríamos postular que la complejidad de losfenómenos reales, no tiene necesariamente que ocurrira consecuencia de que las presuntas leyes que los rigendeban ser complejas. Sin embargo, advertimos que aúncuando la Naturaleza puede mostrar lo paradigmático detal postulado, la mano del hombre logra, sin embargo,desvirtuarlo a través de sus propias postulaciones.

Y es más. De la misma manera puede luego interpretar-las y así confundirlas en su aplicación.

Veamos. Las Constituciones de Anderson de 1723 (consus posteriores reformas y contrarreformas), que paramuchos masones son de contenido cuasi dogmático,fueron sucesivamente adaptadas a diferentes épocas operíodos conflictivos en la Orden.

Pero la más significativa modificación es, para nosotros,la de 1813, que puso fin al conflicto de larga data entrelos Antiguos y los Modernos -corrientes estas que for-man la actual Gran Logia de Inglaterra- y que tenemos laobligación de transcribir alguno de sus párrafos:

«...En lo que respecta a Dios y la Religión:

un masón está obligado, por su título, aobedecer la ley moral y si comprende bienel Arte, él no será jamás un ateo estúpidoni un libertino irreligioso. 

De todos los hombres, él debe compren-der mejor que Dios ve de otra manera queel hombre, pues el hombre ve la aparien-cia externa, en tanto que Dios ve el cora-zón. Un masón está, en consecuencia,restringido a no actuar nunca en contrade los mandatos de su conciencia. 

Cualquiera sea la religión del hombre o sumanera de adorar, no está excluido delOrden, considerando que él cree en el glo-rioso Arquitecto del cielo y de la tierra yque él practica los deberes sagrados de lamoral. Los masones se unen a los hom-bres virtuosos de todas las creencias enel lazo sólido y agradable del amor frater-nal, que les enseña a ver los errores de lahumanidad con compasión y a esforzarsepor la pureza de su propia conducta, dedemostrar la alta superioridad de la fe par-ticular que ellos profesen...»

El primer párrafo de este fragmento de la Constituciónactualizada en 1813 y teniendo en cuenta los anteceden-tes de las anteriores modificaciones, procura resolver elmeollo de una cuestión que se hallaba planteada entrecreyentes y no creyentes o entre los primeros y los ag-nósticos y que no era ni poca cosa ni discusión estéril oimpropia en las Logias masónicas.

Se trata de la colisión entre el racionalismo y el funda-mentalismo religioso, que obviamente se enfrentaban enel seno de la Masonería y que a pesar de parecer cir-cunscrito al reino unido de Gran Bretaña, también se plan-teaba en Europa, aunque de alguna manera resuelto conla especulatividad nacida en 1523(54), como ya hemosmencionado anteriormente.

Al margen de los avances de la ciencia en la compren-sión del Universo, la divulgación del conocimiento; loscambios revolucionarios a través de los acontecimientoshistóricos; el humanismo avanzando vertiginosamente;la tecnología acelerando procesos y los aires de libertadque campeaban en aquél mundo emergente del oscuran-tismo medieval, la Masonería como Institución progresis-ta(55) sopotaba en su seno -y como es natural-, el en-frentamiento lógico entre progresistas y reaccionarios(56).

Esto ocurrió, ocurre y seguirá ocurriendo, mientras no selogre unificar el pensamiento masónico que determinecon absoluta claridad la doctrina institucional que nos unay potencie...

(53) Teoría de la Historia –Los futuros posibles- deOscar E. Frávega-edit. Corregidor. Ob cit.

(54) Principios básicos constitutivos de la Francmaso-nería Universal, aprobados en la Asamblea General defrancmasones que se reunió en París en 1523 y que ladenominada Masonería Progresista Primitiva toma comoparadigma de su origen y consolidación.(55) Progresista: Que procura el progreso político de lasociedad. Relativo a un partido liberal de España, quetenía por mira principal el más rápido desenvolvimientode las libertades públicas. Se suele descalificar el térmi-no, asociándolo con la “izquierda” que es el conjunto depersonas que postulan una modificación del sistema polí-tico y social en un sentido progresista: la izquierda erapartidaria de la nacionalización de la banca.(56) Reaccionario: Opuesto a las innovaciones. Quepropende a establecer lo abolido, a operar una reacciónpolítica. Se dice de los “tradicionalistas” ultramontanos.

30

¿Es la masonería una religión?

Pero continuemos. Ese primer párrafo mencionado en laConstitución de 1813, analizado desde el punto de vistade su ubicación temporal, se advierte como de compro-miso, ya que la mención al acatamiento a la ley moral, notiene por qué, necesariamente, ser consecuencia de lasleyes religiosas de la moral. Y con respecto a la referen-cia al Arte, tampoco, por tratarse de otro dificil tema.

Con relación al anatema inmediato, el de ateo(57) estú-pido o del libertino(58) irreligioso, no cabe duda la inter-vención clerical protestante y puritana en su redacción, yla manifestación de los prejuicios religiosos que inspira-ron ambos anatemas.

Pero el más significativo de los hasta hoy evidentes ana-temas –considerados en el seno de la masonería comoLandmark´s, Linderos, límites, etc.- es el que estableceuna supina contradicción entre afirmar que «...De todoslos hombres, él debe comprender mejor (se refiere al ma-són) que Dios ve de otra manera que el hombre, pues elhombre ve la apariencia externa, en tanto que Dios ve elcorazón», -opinión esencialmente teológica-, y no adver-tir que con ello se impone la inconsecuencia al luegopostular, afirmándolo, que: «...Un masón está, ... restringidoa no actuar nunca en contra de los mandatos de su concien-cia».

Si el masón, siendo esencialmente un librepensador(59)no debe estar nunca en contra de su conciencia, natural-mente no puede estar tampoco en contra de sus convic-ciones. Y si sus convicciones no son las de reconocer lavisión cosmogónico-religiosa o la de un Dios personal,antropomórfico y eclesial como “Hacedor” o «Regulador»del Todo del que somos parte, ninguna convención pue-de impedirle que tal concepción o idea, sea para él ilícitay repugne a su conciencia.

El párrafo subsiguiente posee aspectos de muchísimacomplejidad para analizarlo aquí, por lo que expresarémi convicción de que sus alcances constituyen un aspec-to de la ética masónica, pero excluyente de quienes noposeen una visión deísta o teísta del Universo. La visióncosmogónico-religiosa del Cosmos y la Creación, atri-buida a la decisión de un Ser cuyos atributos han sidoexplicitados superlativos del y por el Hombre, aunque estelos defina atribuidos a la revelación, no debe ni desesti-mar, ni excluir, ni anatematizar a quienes con legítimo de-recho, pueden no aceptarlo.

No estoy de acuerdo con el enfrentamiento entre la cien-cia y la religión, como antípodas en la búsqueda de laVerdad. Ambos estamentos del pensamiento humanopueden resolver sus problemáticas, sin necesidad deanatematizarse entre si. Pero, naturalmente, uno de ellos

posee la característica de ser racional y el otro de utilizarel irracionalismo cuando niega los resultados de la in-vestigación y el pensamiento filosófico-científico, o preten-de domeñar los resultados e impedir el camino dificil,sinuoso, sorprendente, apasionante, de la investigación.

No podemos negar la antinomia entre religión y ciencia,aunque el científico pueda ser religioso. Como no puedenegarse que constituye una contradicción hablar de li-bertad y limitarla o hablar de razón y luego aceptar lo norazonable.

La Masonería es una Institución humana. Integrada porseres humanos. No posee en su estructura de pensa-miento el culto a una deidad –aunque haya masonesque crean que a Gran Arquitecto del Universo, deba ante-ponérsele la partícula al o él, con la que se le da atributosde persona y divinidad –antropomorfismo- puesto quese trata de una alegoría (Ficción en virtud de la cual una cosarepresenta o significa otra distinta. Representación simbólica deideas abstractas por medio de figuras o atributos) y no unamanera de constituir sicréticamente, un paraguas bajo elcual cada masón creyente, ubique la deidad en la quecree y la religión que profesa.

Pero cuidado, esto será aceptable -aún cuando sea legí-timo el que cada uno crea que eso es así-, tan solo si elloda solución a sus problemas de conciencia.

Frente al hecho de pertenecer a una Institución que seencuentra en la búsqueda de la Verdad y no en una que yatiene estructurado el creer que la posee, debiéramos serprudentes en aceptar anatemas contradictorios al espíri-tu tolerante y fraternal de la Masonería.

Virgilio A. Lasca, I:. Y P:. H:. perteneciente a la MasoneríaArgentina, autor del Trabajo denominado «Las Bases Fun-damentales de la Regularidad Masónica», escribió muyatinadamente ya en 1947: «No existe religión en la queestén de acuerdo todos los hombres, como no sea el espí-ritu de bondad, sinceridad, honestidad y probidad, cuali-dades propias de las virtudes sociales comunes a todaslas personas que cultivan el bien general de la humani-dad, y estas virtudes no constituyen patrimonio exclusivode una religión determinada. El problema religioso esajeno a la Orden, desde que deja «a cada uno sus opinio-nes individuales» y se prohíben «disputas de religión»,aún después de cerrada la Logia, sin haberse retirado losHH:. ...precepto que se ha recomendado y observado es-trictamente: pero sobre todo, después de la Reforma enInglaterra, o sea, tras la separación de este pueblo de lacomunión romana... Por ello –sostiene Lasca- las poten-cias masónicas deben ser neutrales en materia religio-sa».

No termina aquí la opinión del I:. y P:. H:. Virgilio Lasca.Resulta muy interesante su opinión sobre Gran Arqui-tecto del Universo como alegoría, tal como lo señalamosprecedentemente. Leamos lo que dice al respecto: «Enatención al texto de nuestra Carta Magna de 1723, su re-forma de 1738, su vuelta en 1756 al texto de 1723, estima-mos que no es indispensable que la Orden se preocupe delos problemas teológicos. Pese a ello, justo es reconocerque la Masonería, dentro de su ortodoxia tampoco esantirreligiosa, por lo cual podría tolerarse, en su ortodo-xia, y con el propósito de encontrar un denominador co-mún a los diferendos suscitados: el uso facultativo delconcepto alegórico del G:.A:.D:.U:.”

Estos conceptos claros y hasta podemos calificarlos deliminares, culminan en la obra del fraternal masón quefuera Virgilio Lasca, con la mención a J. Cornelup, en suobra «Plaidoyer pour le Grand Architecte de L´Universe»,(Rev. Le Symbolisme, dic. 1945), cuando dice «...GranArquitecto del Universo simboliza el principio rector dela Masonería y del universo. Trabajar a la gloria del Gran

(57) Ateismo: Doctrina que niega la existencia de Dios.(58) Libertino: entregado al libertinaje. Incrédulo, [ateo].En la antigüedad, hijo de liberto, y el mismo liberto. Sinembargo, libertinaje es el desenfreno en la conducta. Faltade respeto a la religión o a las leyes. Como se advierte, lasemántica destaca en esta acepción, primero lo religioso,después lo legal...(59) Librepensador: partidario del librepensamiento, cuyosignificado es el de ser la doctrina que reclama para larazón individual, independencia absoluta de todo dog-ma religioso. Se dice que el librepensador es racionalis-ta. El racionalismo es la doctrina epistemológica, (opues-ta al empirismo), que considera a la razón como la fuenteprincipal y única base de valor del conocimiento humanoen general, y sólo considera como verdadero conocimientoel que se funda únicamente en la razón, porque solo éltiene necesidad lógica y validez universal. Según elracionalismo, los principios fundamentales de la razónson a priori y, por consiguiente, irreductibles a la expe-riencia. También se argumenta que es un sistema de teo-logía natural en oposición a la teología revelada.

31

¿Es la masonería una religión?

Arquitecto del Universo, puede significar ad libitum: sea tra-bajar bajo el signo de Dios; sea hacerlo bajo la inspiración de laconciencia colectiva de la humanidad; o bien trabajar según elprincipio rector que oriente hacia el Progreso la evolucióndel mundo y de la humanidad. Una vez comprendido y admi-tido este concepto, ¿quién podrá sostener que la Potencia queacepte ese símbolo traiciona su misión y atacaría a la libertad deconciencia?...»

Finalmente, como remate de claridad meridiana en con-cordancia hacia lo que nosotros apuntamos, sostiene:«...También se ha dicho que la fórmula Gran Arquitectodel Universo podía adoptarse, dada su singular amplitud,porque ...puede comprender tanto al Dios personal de lasdiferentes iglesias, como al impersonal impulso vital de losfilósofos o el Logos universal de los racionalistas...» (HenryJean Bolls, «Le franc-macon devant le probleme religeux»–Les Annals Maconiques Universalles –1936 p-33-)

Algunos hechos significativos

Luego de la Conferencia Interamericana de 1947 realiza-da en Montevideo y de sus conclusiones, a las que searribó con dificultades debido a disidencias y luego deestablecer el magnífico postulado de que la Francmaso-nería «...reconoce la posibilidad del mejoramiento indefinido delhombre y de la humanidad...», pero condicionándolo a lacreencia en un principio superior, con todo acierto la GranLogia de Chile, en 1953, después de meditada conside-ración con relación a un fundamento común para un de-recho masónico interpotencial, aprobó el siguiente voto:«...Reconocimiento del Gran Arquitecto del Universo, comosímbolo de respeto por todas las creencias y concepcio-nes sobre el origen del mundo y de sus fenómenos, y parael Ritual de iniciación, adopta la fórmula del Gran Arqui-tecto del Universo como símbolo de respeto por todas lascreencias y concepciones sobre el origen del mundo y susfenómenos y como interrogante formidable para la cien-cia».

¡Magnífica descripción para la solución de un problemadel que parece no se debe hablar! ¡Cuánto habría solu-cionado ese voto, si a Gran Arquitecto del Universo no sele hubiese antepuesto la partícula del o en aquellos ca-sos la de el o al, que personaliza cuasi antropomófica-mente, lo que debiera ser una alegoría aglutinante..!

El «interrogante formidable de la ciencia».

En su trabajo «Masonería y Ciencia», el R:. H:. AlfredoGrande sostuvo que «...al hablar de verdad científica,cabe una aclaración. La Ciencia no busca hipótesis ver-daderas: pretende que sean verosímiles, de valor operati-vo y refutable. El concepto de «verdad» con mayúscula esextraño al pensamiento científico. Este más bien está lle-no de muchas verdades con minúscula. Precisamente acáreside su extraordinaria fortaleza. El fanatismo por unaidea es extraño al pensar científico. Este debe ser lo sufi-cientemente flexible para incluir los nuevos hechos perma-nentemente descubiertos». ¿Puede concebirse conciliar es-tos conceptos con los dogmas...?

El R:.H:. Grande coincidía con Ferrer Mora, en que «En-tendemos por ciencia un modo de conocimiento que aspi-ra a formular, mediante lenguajes rigurosos y apropiadosy en lo posible con el lenguaje temático, leyes mediantelas cuales se rigen los fenómenos». Podemos preguntar,entonces: ¿Los fenómenos reales por ser complejos invis-ten complejidad en las leyes que para explicarlos se pos-tulen...? Seguramente no, puesto que la razón científicasobriamente debe reducir todos los conceptos y relacio-nes al menor número posible, a un principio general deacción.

Lo que posibilita que el Hombre sea capaz de ciencia esla facultad específicamente humana de lograrlo, es decirla Razón. Y al respecto tanto el R:.H:. Grande como Mora

sostienen que «...Entendemos por tal, la posibilidad dealcanzar conocimiento de lo universal y necesario, deascender al reino de las ideas, ya sea como esencias, yacomo valores o ambos, de acuerdo con este concepto: laRazón humana incluye el intelecto. Por tal entendemos lacapacidad de enunciar premisas lógicas y efectuar razona-mientos inductivos y deductivos».

Finalmente, para dejar asentados algunos de nuestrosprincipios éticos y masónicos, me permitiré recordar al-gunos párrafos que el R:.H:. Alfredo Grande dejó escritosexpresando: «...La masonería es una Institución esencial-mente filosófica, filantrópica y progresista. Son sus prin-cipios Libertad, Igualdad y Fraternidad. Su lema: Cien-cia, Justicia y Trabajo. Se propone la investigación de laverdad, la perfección del individuo y el progreso de lahumanidad. Para el esclarecimiento de la verdad no re-conoce otro límite que el de la Razón Humana, basada enla ciencia».

Por otra parte, mencionemos que en un Ritual del PrimerGrado del año 1943 se puede leer leer: «...No reconocela francmasonería en la investigación humana, ningunaautoridad superior a la Razón humana».

En el Ritual del 3er grado simbólico de 1966 leemos:«...Recordad que para nosotros representa el MaestroHiram, la Humanidad, tal como la concebimos nosotroslos masones, es decir, reinando en su seno la Libertad, laIgualdad y la Fraternidad, engendradoras de la Virtud ypoderosos auxiliares para la investigación de la Verdad.La francmasonería observa que la ciencia por si sola noproduce sino autómatas más o menos peligrosos quizá, yque solo la virtud es la que verdaderamente crea a loshombres». Y por la que ellos trabajan, añadiríamos...

De allí, que siendo nuestros principios de tal calidad comopara no querer equivocarnos o al menos exponerlos congran eficiencia intelectual, no debiéramos hacerlo a con-secuencia del ingreso al cielo de nuestros templos, dedensos nubarrones que procuren obstaculizar el decur-so de los trabajos en bien de la humanidad, ni que tergi-versen el mensaje liminar que el Ordo ab chao enseña almasón que alcance las alturas del Conocimiento masó-nico.

A modo de testimonio

Los QQ:.HH:. que leerán este trabajo y que se verán sor-prendidos por los conceptos que aquí se han vertido y sevierten, antes de juzgarlos o prejuzgarlos, deberán teneren cuenta un aspecto esencial, diría hasta que fundamen-tal, que constituye el meollo desde el cual puedan anali-zar objetivamente nuestras reconvenciones. Se trata delo siguiente: «...No hay que olvidar que los hermanos que“fundaron” la Orden en 1717 no eran masones operativos,o lo eran de grado inferior a maestro, por lo que quizássería uno de los primeros intentos de sistematizar la ense-ñanza, con todas las carencias de la época y situación...»

Estos conceptos vertidos por un R:.H:. español, debieranser examinados con muchísimo tacto y muchísimo tino,a fin de poder ponderar con toda objetividad lo poco prag-mático que constituye adoptar o reconocer[los] tantoparadigmáticos como incluso dogmáticos, los postula-dos que nosotros denominamos «andersonianos» y quehoy por hoy son aceptados tanto in limine como hastacuasi dogmáticamente.

Y haber aceptado, de la misma manera, que los Land-mark´s, mojones, límites o Lindederos, posean tales con-diciones de tipo teológico, incluida la condición sine quanon de no poder modificarse en el transcurso del tiempoy a pesar de los cambios que se operan en el mundo.

30

¿Es la masonería una religión?

Intencionalidades

Nuestro trabajo no pretende ser axiomático. Ni herético.Solo intenta ser un esfuerzo por elucidar un problema la-tente y gatopardísticamente obviado, bajo el conjuro deque de estas cosas no se habla, cometiéndose el graveerror de no permitir su planteo en las cámaras correspon-dientes del Simbolismo; imponiendo a los HH:. de losprimeros tres grados, criterios a considerárselos inamo-vibles, indiscutibles y hasta dogmáticos. Y en una institu-ción que esencialmente repudia tales conceptos.

Siendo la Masonería en el Simbolismo una escuela deenseñanza didáctica, en la que los iniciados comienzanel desbaste de su piedra bruta, naturalmente que no pue-de exigírseles que entiendan, conozcan o posean loselementos de juicio para opinar sobre una superestruc-tura que los contiene, orienta y hasta condiciona.

Pero debemos suponer que alcanzada la Maestría, a lolargo del periplo necesario para conocer la Acacia, de-bieran hallarse substanciados no solo de lo simbólico,Iniciático y ritualístico, sino de los parámetros esencia-les que conforman, precisamente, los Linderos que lesseñalan sus Deberes y Derechos.

Nada de aquello que nos rige a los masones es dogmani no revisable. De allí que cada masón, alcanzada sumadurez iniciática, no solo tenga el derecho de conocerobjetivamente la Historia institucional, todos sus vericue-tos y señales y marcas, sino también hallarse en pose-sión del derecho a revisar aquello que deba ser revisa-ble.

El énfasis puesto en lo ritualístico y ceremonialistico, porencima de los contenidos trascendentes de la doctrinamasónica, evidencia el alicaído panorama que adverti-mos en nuestro tiempo.

Por eso, las referencias autorales en este trabajo, que sedeben más a la necesidad de consolidar el planteo, queal sustento de las ideas que expongo. Escaldados comoestamos en la subestimación permanente al que piensa,se hace prudentemente necesario consolidar las basesde nuestro pensamiento. De allí que debamos reforzarlas ideas, con las de quienes incluso, no piensan comonosotros.

La realidad, la relatividad, la incertidumbre y el azar, noví-simos postulados de la ciencia física contemporánea,parecieran no contar con la comprensión de nuestrosHH:. y muchas veces, lo advertido en trabajos que con-vierten la problemática en mera curiosidad científica.

Y ello, sin advertir las contradicciones entre aceptar dog-máticamente postulados que se contraponen con el sen-tido investigativo e interrogador de lo masónico.

Si aceptásemos condicionarnos a la idea de un PrincipioCreador del Universo, del que somos ínfimas partículasconcatenadas a él, sin que ello significase tener que acep-tar las adjetivaciones humanas atribuidas a las divini-dades, -cuya definición semántica debiera cada masónbuscar y comprender y que abarca a todas las religiones-sería posible conciliar las diversas formas de buscar LaVerdad o acumular racionalmente las pequeñas verda-des que conformarán alguna vez la Verdad, arbitrariamen-te pensada de absoluta.

Si así hiciéramos, con toda la sencillez que significaríatolerar respetando fraternalmente los diferentes aspec-tos del pensamiento humano, advertiríamos la posibili-dad cierta de la Unidad francmasónica y podríamos evi-tar calificaciones como ateo estúpido o libertino irreligio-

so, que no dejan de ser anatemas prejuiciosos de clere-cías fundamentalistas.

Tampoco debería ocurrir el excluir de la Orden a postu-lantes calificados, hombres de ciencia y filosofía de pro-bada moral e incredulidad religiosa e impedir, a puro pre-juicio, la contribución de cerebros esclarecidos y creativos,que pueden estar en condiciones de llevar a cabo la GranObra del progreso humano.

Y es más, evitar las disidencias que emergen un sinnú-mero de veces, -a causa del surgimiento como reacción-de la resistencia al dogma y la religiosidad en la mem-bresía en la Orden, de quienes han preferido obviar o re-chazar el compromiso de aceptar condicionamientos querepugnan a su conciencia, en el mismo instante o luegode ver «la Luz»... esto último tan doloroso por cierto...

Insistiremos entonces, en que la Masonería no es unareligión y nada en ella presume que pretenda serlo o aconcretar un sincretismo al que no aspira.

Solo que la ingerencia en la Orden de la clerecía calvinis-ta, en su momento, junto al nacimiento de la denomina-da Masonería Moderna o especulativa en 1717, permitióel predominio de las ideas confesionales donde debiópersistir el espíritu racionalista, la ciencia y sus postula-dos, el saber de la investigación y el Conocimiento acu-mulado.

Algunos razonamientos

Sostiene Frávega que «...A las realidades les cabe unprincipio de incertidumbre. No es posible conocer la Na-turaleza en sí misma, solo expresamos el conocimientoque de ella tenemos pero no a ella misma».

Afirma en ese sentido John Barrow que «...ningún fenó-meno es un fenómeno real, en tanto él no sea un fenómenoobservado». ¿Puede existir una división en el mundo dela imaginación y en el de la realidad, sin que se toquen...?.

Al respecto, podemos coincidir con Frávega en esta últi-ma definición al respecto, cuando dice: «...Los físicos gus-tan de afirmar que el principio de incertidumbre es unapropiedad (Heidegger) ineludible del mundo. ¿No serámás bien una restricción de la inteligencia humana, pre-cisamente porque hay una franja de transición entre larealidad y la fantasía que es una singularidad, es decirun punto en el que no se cumplen las leyes?

Este y muchos otros interrogantes pueden sumarse alas reflexiones que consignamos en este trabajo. Nues-tros lectores advertirán que a lo largo del trabajo no he-mos puesto mayúsculas en terminologías calificativas.No hemos adjetivado en los conceptos, aunque haya-mos calificado en buenos o malos, justos o injustos, acep-tables o inaceptables, algunos paradigmas que se acep-tan por considerárselos inamovibles.

Habrá quien entienda lo que digo y habrá quien reaccio-ne en función de sus credibilidades. No es mi propósitoalimentar la cizaña ni promover heréticas apreciaciones.Tampoco sustentar disidencias que, -por lo demás y hastaobviamente-, me serán atribuidas, puesto que el statuquo no se constriñe tan solo a lo que ya está escrito, sinoque se extiende al ámbito de las soberbias intelectualesy a las otras, que son las soberbias de la forma, no delcontenido.

Ya sabemos que hoy día campea la premonición del I:. yP:. H:. José Ingenieros, quien en su obra «Las FuerzasMorales» dijo al respecto, que hay hombres que «...aspi-ran a ser medidos por su rango de funcionarios: el cultocuantitativo de la actitud, suplanta al respeto cualitativode la aptitud...”

Pensamiento y ciencia.

¿Es la masonería una religión?

No otra cosa advertimos en estos tiempos peligrosa-mente complejos y desorientados. Si no fuese por habertransitado el camino de los obstáculos, el de los ruidosamenazantes, el de las tinieblas de lo desconocido y elhaber experimentado los cambios existentes entre lassombras y la luz y al final del camino la mirada compren-siva de la Fraternidad ofrecida, tal vez hubiésemos caidoen la comodidad del silencio. Bajo la alfombra de lahipocrecía, se suele esconder la basura que no quere-mos arrojar en su sitio.

El haber vivido una extensa trayectoria en la que debimosevitar sucumbir a los embates de la mediocridad y la mo-licie de los temerosos, -que suelen endiosar el de estono se habla-, nos ha hecho decididos al planteo, la dis-cusión y el interrogarnos.

Por eso, advirtiendo cómo lenta y creo que hasta sibili-namente ciertas fuerzas e ideas ajenas o hasta contra-rias al espíritu investigativo y universalista de la Orden,van penetrando en el pensamiento masónico, deformán-dolo, es que nos atrevimos a plantear el tema de la pre-

sunta religiosidad de la Masonería, precisamente a tra-vés del trabajo meduloso de los Cursos de Verano del ElEscorial, sobre el tema «Masonería y religión, convergen-cia, oposición, ¿incompatibilidades?», en cuyo seno expu-sieron su pensamiento desta-cadísimas e intelectual-mente honestas personalidades, imbuidas de la Fe queimpone la religiosidad. Pero de cuyas postulaciones noshemos atrevido a exponer nuestras propias conclusio-nes.

Anhelo ser comprendido y ello en mérito a la convicciónde haber tratado de ser intelectualmente honesto, masó-nicamente principista y haber tratado de universalizar, através de diferentes vías consultables, distintas posicio-nes que incitarán, seguramente, a los QQ:.HH:., a procu-rar constatar aseveraciones, razonamientos y los alcan-ces del trabajo que me propuse ofrecerles.

Ricardo E. Polo : .marzo de 2004

Mar del Plata- Argentina-

Anexo informativo

Consignamos el texto de «Los PrincipiosBasicos Constitutivos de la francmasoneria

universal, aprobados en la Asamblea general defrancmasones que se reunió en Paris en el año

de 1523 y origen de la MasoneríaEspeculativa».

De la Logia Francmasónica y de sus miembros.

1. Siete o más francmasones debidamente capacitados,reunidos ajo la bóveda celeste, a cubierto de indiscreciónprofana, para discutir y resolver libremente, por mayoríade votos, los asuntos que les interesen colectivamente,forman una logia francmasónica, similar a las de la Masone-ría operativa.

2. Los trabajos en Logia se verifican durante las horaslibres de ocupación de los reunidos, y de preferencia en-tre el medio día y la media noche, bajo la dirección de unMaestro Aprobado (presidente) y dos Celadores, tambiénAprobados (vicepresidentes).

Las reuniones se efectúan ante los útiles de trabajo co-nocidos, colocados en el Ara del Medio en la forma acos-tumbrada, estando resguardada la entrada al recinto dela reunión por un Guardián seguro y resuelto, y un Exper-to retejador de los visitantes. Todos los que desempeñancargos son elegidos por mayoría de votos de los franc-masones reunidos, sea para una Asamblea o para un pe-ríodo determinado por ellos.

3. Los francmasones reunidos en Logia, de acuerdo conlas reglas y costumbres conocidas desde tiempos muyantiguos, pueden, previa averiguación respecto a los can-didatos, iniciar a los profanos en los Misterios (Secretos)de la Francmasonería y examinar a los Aprendices y Com-pañeros para elevarlos a los grados de capacitación supe-riores inmediatos, tomando de ellos la promesa de fideli-dad en la forma acostumbrada, ante los útiles simbólicosdel Trabajo y de la Ciencia y comunicarles los signos, lostoques y las palabras secretas de reconocimiento y desocorro, universales entre los francmasones.

4. Es costumbre antigua, firme e inviolable, no admitircomo francmasones a los hombres que tienen conviccio-nes contrarias a los principios básicos de la Francmasonería,salvo en los casos de rebeldía franca de éstos contra laideología de los grupos a que pertenecen.

5. No se admiten como francmasones los esclavos, losmenores de edad y los incapacitados física y mentalmen-te.

6. Unión, Solidaridad y Cooperación son los principios deorganización interna de la Francmasonería Universal.

7. La inclinación al estudio y trabajo, la vida y costumbressanas y normales, el comportamiento decoroso, el tratofraternal entre los asociados a la Francmasonería, la pre-ocupación constante por el progreso y bienestar del gé-nero humano y por su propia perfección, son distintivasde un buen francmasón.

8. Para poseer los derechos completos del francmasóndentro de sus agrupaciones y dentro del pueblo masónicoen general, es indispensable e imprescindible escalar lostres grados de capacitación de Aprendiz, de Compañeroy de Maestro, y conocer en esencia la Leyenda no altera-da de la Masonería Antigua respecto a la Construcción delTemplo de Salomón; contribuír económicamente para elsostenimiento de sus agrupaciónes; asistir regularmentea los trabajos de Logia; preocuparse por los hermanosenfermos, perseguidos o caídos en desgracia y por susfamiliares; ayudar a los hermanos viajeros y no abusar dela confianza de nadie.

9. Son derechos esenciales de un francmasón:

a) voz y voto en Logia y en la Asamblea General (GranLogia) de los Maestros Masones;

b) elegir y ser elegido para todos los cargos dentro de susagrupaciones;

c) pedir la revisión de los acuerdos tomados en Logia antela Asamblea General de los Maestros Masones;

d) exigir en Logia la responsabilidad de los elegidos en eldesempeño de sus cargos;

e) pedir justicia francmasónica en casos de conflictos en-tre los asociados a las Logias afines;

f) formar triángulos y estrellas para trabajar Masónica-mente en los lugares donde no es posible reunirse en Lo-gia por razones de fuerza mayor;

g) disfrutar de socorro, ayuda y protección mutuas entrelos francmasones;

34

¿Es la masonería una religión?

h) visitar las logias ideológicamente afines y ocupar lospuestos correspondientes a su grado de capacitación,previa identificación de su calidad de francmasón en laforma acostumbrada y segura, y i) pedir el Certificado deRetiro de la Logia sin explicación de causas, estando enpleno goce de sus derechos.

Son deberes primordiales de los francmasones, pug-nar:

10. Por el reconocimiento del principio de la separaciónde la filosofía de la teología.

11. Por la libertad de pensamiento y de investigación cien-tífica.

12. Por la aplicación del método científico experimentalen a filosofía.

13. Por el intercambio de los conocimientos y de las prác-ticas entre los hombres para el bien propio y de la huma-nidad.

14. Por la libertad de conciencia religiosa y la prohibiciónabsoluta a los clérigos de las religiones de inmiscuirse enasuntos políticos.

15. Por la abolición de los privilegios de las castas de lanobleza y del clero.

16. Por la prohibición de emplear a los esclavos en losoficios de los hombres libres.

17. Por los derechos de los pueblos de gobernarse libre-mente, según sus leyes y costumbres.

18. Por la abolición de los tribunales especiales de justiciadel clero y de las castas de la nobleza, y el establecimien-to de los Tribunales comunes, de acuerdo con las cos-tumbres y leyes de los pueblos.

Otras disposiciones constitucionales:

19. Toda Logia Francmasónica es soberana, no puedeinmiscuirse en los asuntos internos de otras Logias, ni ele-var a grados de capacitación superiores a los aprendices y

compañeros afiliados a otras Logias sin su conocimiento ola solicitud de ellas.

20. Un pacto entre Logias significa la Cooperación y no larenunciación total o parcial de su soberanía.

21. Siete o más Logias Francmasónicas de un territoriodeterminado pueden formar una Federación (Gran Logia)y tres o más Federaciones pueden unirse en una Confe-deración.

22. Para preservar intactos los principios de Unión, Solida-ridad y Cooperación no es recomendable la formación dedos Federaciones o Confederaciones sobre el mismo te-rritorio.

23. La Asamblea General de los Maestros Masones es laautoridad Suprema en el territorio de una Federación,dicta las leyes, nombra y controla su Gobierno Federal yelige a los representantes que forman parte de la Asam-blea de la Confederación.

24. Todo francmasón capacitado, electo para un cargo orepresentación, es responsable ante sus electores y pue-de ser destituido por ellos en cualquier momento.

25. Entre los francmasones y sus asociaciones no puedenexistir diferencias basadas en la distinción de razas, color onacionalidad.

26. Los principios de Universalidad, Cosmopolitismo, Li-bertad (no esclavitud), Igualdad (ante las posibilidades) yFraternidad (como base de relaciones entre los hombres)son las metas de la Francmasonería.

27. Como producto del pensamiento filosófico progresis-ta, los preceptos básicos de la Francmasonería son sagra-dos e inamovibles.

Estos preceptos no pueden estar en contraposición conlos progresos de las Ciencias ni con las ideas avanzadas deépocas posteriores, por lo tanto los francmasones no pue-den tergiversarlos ni omitirlos, sin perder su calidad deprogresistas y de francmasones.

París, año de 1523

35