Es Born Magazine | Abril 2015

28
ABRIL 2015 issuu.com/revistaesborn NÚM. IX

description

Número nueve de 'Es Born' correspondiente al mes de abril de 2015.

Transcript of Es Born Magazine | Abril 2015

Page 1: Es Born Magazine | Abril 2015

Es BornABRIL 2015

issuu.com/revistaesborn

M.

IX

Page 2: Es Born Magazine | Abril 2015

2

Seis. Tantos como letras tiene el nombre del grupo. Tantos como canciones tiene su primer EP. Porque, si el siete es, entendido en la fe cristiana, como la perfección, ellos son solo un poco menos:

seis. Neus Margarit, Fausto Morell, Enric Hernaiz, Tomeu Mir, Juan Calafell y Nacho Valestrini. Podrían montar un equipo de voley. Ellos son los que ponen la música a veinticinco minutos

de country, que nacen de la inspiración de Valestrini. Lo cierto es que este gijonés afincado en Palma compone con el alma, pese a que le gusta cantar en inglés. El Sheriff de la banda tiene perspec-tivas de irse a Irlanda. “A recoger experiencia y tocar en la calle con músicos de allí”, asegura. Acústica colgada, y sus dedos ya

empiezan a cabalgar por la partitura, que van desde las seis cuer-das -sí, también seis-, hasta los oídos. Es pura poesía. Música de carretera y anhelo del cine western norteamericano. Este primer disco pretendía ser un lugar común donde confluyeran cada uno de los estilos de los integrantes de la banda. Una miscelánea con

sabor a melancolía, amor y recuerdos. Si el ruedo empieza en Valestrini, a este le siguen Morell y Hernaiz a la guitarra; luego

son Mir y Calafell, bajo y batería, respectivamente, quienes dan el tono. Y a ellos se suma Margarit, la única vaquera en una banda de bandidos, que pone los coros. Pero no solo eso. Con su rizada melena al viento pone la percusión, acompaña con el teclado y se anima -incluso- con el violín. Siguiendo la ley del vóleibol,

Margarit sería la capitana. Valestrini sería el sacador. Del mismo modo, y para no cambiar el aspecto del tapete en el escenario,

Calafell ejercería de matador. Golpes de platillo, llegamos a los 25 puntos -o sea, quería decir minutos-. Y juego seistenciado.

NO ROOMHEY SILVER!

1On the way back

home

2Here bleeding babe

3Train passenger

4Earthborn

5The weel spins again

6Confess to me lord

Neus Margarit, Enric Hernaiz, Nacho Valestrini, Fausto Morell, Juan Calafell y Tomeu Mir

Page 3: Es Born Magazine | Abril 2015

3

abril 2015

sumario

Equipo de Es Born MALLORCADirector: Àlvar Moreno Subdirector: Pere Flaquer

Jefe Cine: Joan Rubí Jefe Videojuegos: Daniel Besalduch

Este número 9 de Es Born no habría sido posible sin los maravillosos escritos de Joan Rubí, Daniel Besalduch, Damián J. Ortega -que nos escribe desde las otras islas, un placer-. O sin Samuel Del Valle, que se estrena en la sección de crítica literaria. Al igual que Anna

Schnabel, que lo hace en un ámbito más reflexivo y psicológico... O los informativos de Rocío Carretero y Biel Ramis. Oel dibujo-hom-enaje de Pere Flaquer a Leonard Nimoy. O la opinión Lluís Hernández. O las recomendacions en miniseries de Daniel Besalduch. O sin

la presencia de Amador Bauzà, Laura Casasnovas, Paty Mota, Margalida Fullana, Víctor Álvarez, y de tantas otras personas, que, con paciencia, dedicación, pasión, amor y estima hacia lo que estaban produciendo, lo han logrado. Lo hemos logrado. O sin la música de

Son and The Holy Ghosts y de No Room, o el humor de Toni Nievas y Félix Maestro... o sin Joan Monse. Como ves, son muchos los que hacen posible que esta publicación siga adelante mes a mes. ¿Faltas tú? ¿Y a qué esperas?

CON LA RISA EN LOS TALONES PERE FLAQUER

@pere_93

Desenterrando el spaghetti western por Joan Rubí

Con pena y sin gloriapor Daniel Besalduch

El arte como elemento de de-sarrollo de la sociedadpor Damián J. Ortega

La Fiera de Ben Clarkpor Samuel Del Valle

Peregrino con la pelota, congelado en la banquetapor Lluís Hernández

Pensar la mortper Anna Schnabel

20

23

24

8

14

y además ...recomendación del mes: over the

garden wall (22), el nido de los éxi-tos mallorquinistas, hecho añicos

(26), que no se os caiga el 23 de abril

revista Es Born@revistaesborn

#revistaEsBornissuu.com/[email protected]

Foto portada: Clint Eastwood, el Bueno, en El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966).

10

4

Page 4: Es Born Magazine | Abril 2015

por Joan Rubí

4

DEsEntErranDo El spaghEtti western

cine

¡MÚSICA, MAESTRO!

A lo largo de la historia del séptimo arte han coexistido míticas duplas formadas por com-

positor-cineasta. Uno de los ejemplos más icónicos se encuentra en la transcendencia

que supuso la música de Bernard Herrmann en la filmografía de Alfred Hitchcock (véase Psicosis). Tampoco se entendería el mundo galáctico de Star Wars sin las partituras de John Williams, ni el estilo tétrico de David

Lynch sin el compositor Angelo Badalamenti. Si orientáramos dicha reflexión hacia territo-rio italiano estaríamos obligados a mencionar

dos unidades de tándems que establecieron una simbiosis minuciosamente perfeccionista: Federico Fellini con Nino Rota y Sergio Le-

one con Ennio Morricone. Analicemos la rele-vancia de esta última pareja cinematográfica.

Page 5: Es Born Magazine | Abril 2015

Cuando hablamos de Sergio Leone es imposible no rememorar la figura de En-nio Morricone, ya que éste se encargó de escribir las partituras de cada uno de los filmes del cineasta romano, a excep-ción de El coloso de Rodas (que resulta la película menos identificable de Leone debido, en gran parte, por la ausencia de la música de Ennio). Un dato curioso se halla en el hecho de que Leone quiso poner en práctica un experimento cine-matográfico prácticamente inusual: ro-dar las escenas del filme con la música de Ennio Morricone en mente. Es decir, el compositor italiano escribía la música previamente y Leone, que pese a tener unos conocimientos musicales algo lim-itados, le daba el visto bueno con la in-tención de incrustarla en los fragmentos que se grababan acorde al ritmo concre-to. A semejanza de Wassily Kandinsky, quien afirmaba que se inspiraba en la música clásica de Wagner a la hora de pintar sus famosos cuadros abstractos. Por esa razón, la labor de Morricone con-llevaba una envergadura capital ya que éste actuaba como el arquetipo y el di-rector secundario del filme.

La idea de Leone era valerse de la ar-monía y la tonalidad de los temas a la hora de redefinir el movimiento de los actores, así como la duración de cada secuencia. Este particular método de trabajo se aprecia, especialmente, en el último filme de la Trilogía del dólar (El bueno, el feo y el malo), donde se puede observar una híper estilización desde el primer fotograma. La omnipresencia mu-sical presidida por Ennio acapara un pro-tagonismo directo a lo largo del metraje, sonando por doquier en todas las pelícu-las del director romano. Cada uno de los elementos que caracterizan el estilo leo-niano (el tempo japonés, la alusión a la muerte, la violencia macabra, la solem-nidad del clímax, la ironía desbordante, el silencio atronador, etc.) se manifies-tan por medio de las notas musicales de Morricone con todo su esplendor. Tras componer el sondtrack de Por un puñado de dólares, músico y cineasta se reúnen con la vista puesta en los próximos spa-ghetti westerns, decidiendo introducir una mayor variedad instrumental con continuos contrastes barrocos. La trom-peta con resonancias latinas, los toques de guitarra española, los famosos silbi-dos y las pinceladas armónicas serán al-

gunos de los sonidos más recurrentes en la filmografía de Leone. Por ello, a partir de La muerte tenía un precio, se comen-zaron a anexar una serie de melodías que se identificaban con determinados per-sonajes de la ficción.

De este modo, en el segundo western de Leone suenan tres temas que se aso-cian directamente a los tres protagonis-tas del filme: el silbido se relaciona con el personaje de Clint Eastwood, el birimbao sugiere a Lee Van Cleef y el carillón a Gian Maria Volonté. En cambio, en El bueno, el feo y el malo, Rubio (Clint Eastwood) es la flauta, Tuco (Eli Wallach) unos alaridos que recuerdan al coyote y Sentencia (Lee Van Cleef) la guitarra y la ocarina. Desta-car que para la última obra de la trilogía se compuso una de las melodías más cé-lebres del spaghetti western, la denomi-nada L’estasi dell’Oro. La altisonancia musical llegó a la quin-

taesencia con su western más maduro, Hasta que llegó su hora, cuya banda so-nora está considerada como una de las más emblemáticas que nos ha dejado la “fábrica de sueños”. En este último filme podemos escuchar dos brillantes leit mo-tiv: una prodigiosa voz femenina (que pertenece a la maravillosa soprano Edda dell’Orso) que se identifica con la sensual Claudia Cardinale, y una sobrecogedora

melodía de armónica (tocada por Franco De Gemini) que nos evoca al misterioso personaje de Charles Bronson. Mención especial merece el gran Alessandro Ales-sandroni, músico que se ocupó de repro-ducir los históricos silbidos, además de los coros.

En el universo Morricone los instru-mentos se relacionan directa o indirecta-mente con la muerte. Los silbidos no sólo se vinculan al hombre sin nombre, sino que simbolizan el instinto único de ese subgénero italiano como es el spaghetti western. Lo mismo ocurre con ese esti-lo fantasmagórico de tocar la armónica, que no solamente se convierte en la ima-gen de la obsesión de Armónica (Charles Bronson) por terminar con la vida de Frank (Henry Fonda), sino que evoca in-stintivamente los parajes sin alma del eurowestern. Tras dieciséis años del es-treno de Hasta que llegó su hora, el com-

positor italiano escribió una partitura mucho más melancólica y sentimental para la última obra de Leone, Érase una vez en América. Para concienciarse del valor indispensable que poseía la música de Morricone basta con leer la confesión del mismísimo Leone: “Si es cierto que yo he creado un nuevo tipo de western es Ennio Morricone quien le ha dado vida”.

5

cine

Page 6: Es Born Magazine | Abril 2015

6

cine

InsPIrACIÓn nIPOnA

Si existe un trazo elemental que deter-mina el estilo cinematográfico de Sergio Leone ese sería, sin lugar a dudas, el del tempo japonés. Nos referimos al modo pausado, extremadamente sosegado, que tenía por costumbre Japón a la hora de ritmar sus películas. Esa elegan-cia por manipular el tiempo fílmico se distingue especialmente en Hasta que llegó su hora, aunque se puede apreciar de igual manera en la Trilogía del dólar.

Otra característica de notable peso que recogió el padre del spaghetti west-ern respecto al cine clásico nipón se encuentra en el silencio, ese particular sentido del diálogo que marcó al cine oriental de samuráis. Esa singular forma de equilibrar sonido e imagen, medi-ante la disposición de temas musicales que se identificaban a ciertos intérpret-es, se convirtió en otra de las influencias más evidentes en el cine de Leone.

Para el colmo, su primer western fue un plagio descarado de Yojimbo (Aki-ra Kurosawa, 1961), llegando a copiar una serie de puestas en escena además de una secuencia de planos y diálogos (“Prepara tres cajas”, como le dice Joe al enterrador antes de matar a un grupo de bandidos). El Clint Eastwood de Por un puñado de dólares está tipificado a semejanza casi calcada del mítico Toshi-ro Mifune de Yojimbo, sustituyendo la katana por el revólver.

En realidad, Sergio Leone siempre había sido un gran admirador del cineas-ta japonés y quiso rendirle un merecido tributo a través de su segunda película, como él mismo reconoció después de que la distribuidora Toho Films le de-nunciara por plagio. Los siete samuráis (1954) corresponde a otro filme de Kurosawa que sirvió de inspiración en base al guion de la película de Leone, aunque sin rozar la imitación. Como ad-mitió el propio Leone: “Me enamoré del cine japonés al ver Rashomon”.

El cine japonés destacaba por su elegancia a la hora de manipular el tiempo fílmico

Page 7: Es Born Magazine | Abril 2015

La analogía entre Yojimbo y Por un puñado de dólares resulta patente des-de el primer fotograma de ambos filmes. La obra de Kurosawa arranca con un es-pléndido plano secuencia que encuadra a un personaje de espaldas caminando a través de un campo de espigas, al rit-mo de una potente música de percusión

compuesta por Masaru Sato. Tras aven-turarse en un precario poblado, sabre-mos que se trata de un samurái de pocas palabras y de carácter hierático conocido como Sanjuro (Toshiro Mifune). Al poco tiempo de asentarse en el pueblucho, arbitrará (por así decirlo) un conflicto vi-olento entre las dos familias que ocupan la localidad. Paralelamente, no tardamos en percibir sus implacables dotes con la katana, la cual la usará para combatir contra cualquiera que decida plantarle cara.

Consiguientemente, podríamos con-firmar que el inicio de la película de Leone bebe palpablemente de la base argumental de Yojimbo. Por un puñado de dólares arranca con un ligero plano secuencia que descubre a un personaje

(de espaldas a la cámara) que viste un mugriento poncho mexicano, con el val-or añadido del soberbio tema musical del maestro Ennio Morricone. Poco después de instalarse en un mísero pueblo sin ley infectado por el choque entre dos familias, los Rojo y los Baxter, se nos presenta la habilidad con el revólver del

misterioso forastero (Clint Eastwood). El personaje de Clint es un hombre frío, hermético y silencioso, que no le tiemb-la el pulso cuando tiene que asesinar a cualquier indeseable. A pesar de la se-mejanza indiscutible de ambas películas, cabría apuntar una diferencia básica que las distingue individualmente. Yojim-bo se ve caracterizada por una imagen de nitidez armoniosa dentro de un cine valorado positivamente por la academia desde el primer momento. La katana se establece como un símbolo de alegoría y

la violencia moderada subyace en un se-gundo plano. Los samuráis se configuran como los salvadores del pueblo japonés frente a los mercenarios que corroen el territorio.

Por otro lado, la película de Leone está

enfocada a partir de un género de serie B, infravalorado por una gran parte de la crítica. Por un puñado de dólares se deja llevar por una singular opacidad de un ambiente inmundo, donde los cazarrec-ompensas son los verdaderos amos del pueblo. A diferencia del cine de Kurosa-wa, el cineasta italiano no se corta a la

hora de mostrar la brutalidad de la vio-lencia de sus personajes antiéticos.

Casualmente, esa manera tan leoniana de rodar los tempos cinematográficos también conecta con los thrillers con-temporáneos rodados por Jean-Pierre Melville. Le samourai (1967) y Círculo rojo (1970) entroncan con la esencia de los spaghetti westerns de Sergio Leone (¿simple casualidad?). Ese parentesco se refleja directamente en el personaje de Alain Delon, que recuerda visiblemente al Clint Eastwood de la trilogía. Ambos

son silenciosos, misteriosos y habilidosos con el gatillo, moviéndose por un mundo descolorido con el único objetivo de con-seguir una recompensa.

7

cine

En ‘Yojimbo’, la katana se establece como un símbolo de

alegoría y la violencia subyace en un segundo plano

‘Por un puñado de dólares’ se deja llevar por una singular opacidad de

un ambiente inmundo

Page 8: Es Born Magazine | Abril 2015

eL HOMBre sIn nOMBre

Ese éxito relativo que contrajo el eurow-estern de Sergio Leone no habría sido el mismo sin la figura de un magnífico Clint Eastwood, uno de los cineastas actuales más reputados del universo Hollywood. Su entidad capital en los tres primeros westerns de Leone es tal que la Trilogía del dólar también fue apodada como la Trilogía del hombre sin nombre, re-firiéndose evidentemente al protagonis-mo de dicho actor (Joe en Por un puñado de dólares, El Manco en La muerte tenía un precio y Rubio en El bueno, el feo y el malo). Con estos tres personajes icónicos del spaghetti western, Eastwood pasó a la historia del séptimo arte y se convirtió en uno de los actores más solicitados del momento. Sin embargo, la participación de East-wood se dio prácticamente de pura casu-alidad, ya que el actor resultó ser la quin-ta alternativa del director romano para el rodaje de su primer western, tras la neg-ación de un importante elenco actoral. Y es que la primera idea de Leone era fich-ar a un consolidado Henry Fonda, que por aquel entonces ya se había asentado como una superestrella de caché inter-nacional. Fonda no tardó en menospre-ciar el proyecto de Leone, desprestigian-do el guion y considerando insólito que le llamaran para protagonizar un filme de serie B. El desinterés del actor y el elevadísimo precio que pedía fueron las principales razones que llevaron a Leone y su equipo a barajar otras posibilidades.Charles Bronson, otra celebridad con quien anhelaba trabajar el cineasta, tam-poco se mostró especialmente contento al conocer la producción que se quería llevar a cabo, rechazando sin titubear un proyecto al que sentenció como horrible. La tercera opción, Richard Harrison, tam-bién derivó en un nuevo fiasco ya que el actor consideraba que los rodajes italia-nos de la época suponían un descontrol caótico a causa de su ausencia de plan-ificación. El afamado James Coburn, del que Leone se había “enamorado” en Los siete magníficos (1960), también se lo-calizaba entre las numerosas opciones, pero la casi duplicada suma monetaria que exigía su representante no ayudó en ningún sentido.

cine

8

Page 9: Es Born Magazine | Abril 2015

cine

Finalmente, un Sergio Leone comple-tamente desesperado se guía por las recomendaciones de sus productores de confianza, que ya habían puesto los focos en un actor televisivo de segunda fila que participaba en una popular serie estadounidense ambientada en el lejano oeste que fue conocida como Rawhide. Su nombre, Clint Eastwood.

A decir verdad, tanto Leone como el joven actor no afrontaban el proyecto con especial entusiasmo. El cineasta es-taba convencido que no daría el perfil adecuado para r e p r e s e n t a r al enigmático pistolero que tenía en men-te. Por su par-te, Eastwood se temía que la producción italiana supon-dría un rotun-do fracaso a nivel mundial, cal i f icándola como cutre y absurda. Curi-osamente, el único motivo que empujó al actor cali-forniano a ad-entrarse en el rodaje fue su deseo por vis-

itar España e Italia, sin confiar en que dicho filme de bajo presupuesto catapul-tara su carrera como actor. Tras la excelente acogida en taquilla de Por un puñado de dólares (1964), Leone no dudó ni un instante en contar con el propio Clint para su próximo western. Sin lugar a dudas, La muerte tenía un pre-cio (1965) fue el filme que le consolidó

como una de las estrellas de moda del momento; culminación que se fortaleció un año después con su interpretación en El bueno, el feo y el malo (1966), una

de las obras cumbre por antonomasia del spaghetti western. El acredita-do actor de-cidió por vol-untad propia poner fin a su etapa con Leone, con quien man-tenía una relación más que conflic-tiva. Sergio Donati, gu-ionista de La muerte tenía un precio y Hasta que llegó su hora, declaró las

siguientes palabras refiriéndose al feel-ing Leone-Eastwood: “La competitividad entre ambos era evidente, se basaba en quién era el responsable del éxito de la fórmula, en quién de los dos era indis-pensable. Ambos se atribuían el mérito del triunfo del otro”. Pese a todo, con el paso de los años, un ya veterano East-wood terminó reconociendo a Sergio Le-

one como uno de sus maestros, junto a Don Siegel. Se dice que uno de los precedentes del personaje de Clint en la Trilogía del dólar podría ser el Robert Mitchum de Bandido (1956). Sin embargo, ese modo tan pe-culiar de caminar a ritmo parsimonioso que patentó el mismo Clint Eastwood es incomparable, juntamente con su mane-ra única de entornar sistemáticamente los ojos y su forma chulesca de humear el cigarro entre los labios sin la necesidad de fumarlo. También cabría rememorar el mítico poncho mexicano que utilizó en cada uno de los filmes de la trilogía. Cada una de sus caracterizaciones en la trilogía se rige por el mismo arquetipo de cazarrecompensas hierático y de po-cas palabras capaz de mantener la calma hasta en las situaciones límite. Indis-cutiblemente, el personaje de Clint East-wood estableció un punto y aparte en este admirable subgénero italiano cuya esencia continúa sin superarse.

El único motivo por el que Clint Eastwood aceptó el papel fue por su deseo de

visitar España e Italia

Joan Rubí es estudiante de Comu-nicación Audiovisual.

9

Page 10: Es Born Magazine | Abril 2015

10

CON PENAYSIN GLORIA

Los Oscar son un juego de suma cero: unos ga-nan y otros pierden, es inevitable. Cada año brotan un par de obras que se dispu-tan la mayor parte de las nominaciones, y aunque es bien cier-

to que la gala de este año ha estado sorpren-dentemente repartida, siempre quedan pelícu-

las fuera que hay que reivindicar. Estas son tan solo algu-nas de ellas, pero ya es un comienzo:

Daniel Besalduch

cine

Page 11: Es Born Magazine | Abril 2015

11

La LEGO películaMuchos tenemos una espina clavada

desde aquel jueves 15 de enero en el que se anunciaron las nominaciones, y con razón. La LEGO película supone uno de los mayores ecosistemas pop que ha dado el cine: lo une todo, junta todas las piezas posibles, todos los universos exis-tentes y logra fraguar una comedia con un ritmo vertiginoso que no decae en ningún momento. Si a eso le sumamos la vuelta de tuerca que hace con el CGI (imagen generada por ordenador) para aproximarse a la estética stop motion, comenzaremos a llorar y a preguntarnos por qué una película tan valiente, tan-to narrativa como técnicamente, se ha quedado fuera: ay, Academia, ¡qué co-barde eres!

El cuento de la princesa Kaguya

Siguiendo con la animación, ese cam-po que tanto incomodaba hasta hace poco a la Academia, me sorprende que el último trabajo de Isao Takahata haya pasado tan desapercibido. Es el caso con-trario a La LEGO película: Kaguya es una obra que ha fracasado a nivel comercial y, sin embargo, ha gozado de nominación a mejor película de animación, aunque sepamos que ha sido por lástima, para rellenar espacio en el saco.

El cuento de la princesa Kaguya reúne todos los estilemas que el director ha ido construyendo a lo largo de su trayectoria en Studio Ghibli: se aproxima al tradicio-nalismo japonés (tanto narrativa como técnicamente), hace uso de la fantasía como contraste y la aprovecha para re-flexionar acerca de temas sociales y, por supuesto, vuelve a construir (algo que siempre abanderan tanto él como Hayao Miyazaki) un personaje femenino bien definido y autosuficiente.

No me malinterpretéis, disfruté con Cómo entrenar a tu dragón 2 y Big Hero 6, son películas que recomiendo cuando tengo la ocasión, pero viene siendo hora de que la Academia se despegue un poco de “lo mismo de siempre” para reivindi-car piezas algo más alejadas y atrevidas.

cine

Page 12: Es Born Magazine | Abril 2015

12

cineNightcrawler

Etiquetada como la hija bastarda de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) y Drive (Nicolas Winding Refn, 2011), Nightcrawler supone un reflexión inte-resante acerca de la sociedad en la que vivimos. Con un tono de thriller satírico, se burla sin compasión de la falta de ética de los medios de comunicación y de esa cultura del morbo en la que to-dos nos encontramos inmersos y somos partícipes, de una manera u otra.

Jake Gyllenhaal brilla en un papel siniestro, frío y enfermizo, y es en él en donde se palpa claramente la influencia de las dos películas nombradas en el comienzo: es un cruce voluntario entre Driver y Travis Bickle.

Me parece que todos los directo-res firmarían por poder arrancar de la manera en la que lo ha hecho Dan Gil-roy, y es que Nightcrawler es su primera película: vaya línea de salida.

El amanecer del planeta de los simiosUna película olvidada injustamente,

quizá por su temprana distribución (aun-que ahí está El Gran Hotel Budapest) o simplemente por quedar catalogada de blockbuster. Es la vieja historia de siem-pre: Guardianes de la Galaxia, X-Men: Días del futuro pasado,… para la Aca-demia, la ciencia ficción y el entreten-imiento suelen quedar relegados a las nominaciones técnicas, como si fueran una labor sencilla a menospreciar. Es una mala costumbre que tristemente continúa presente.

El amanecer del planeta de los simios irradia humanidad, es una película que más allá de su espectacular trabajo técni-co (e interpretativo por parte de Andy Serkis), consigue plasmar ciertos para-lelismos entre los simios y los humanos que incitan a la reflexión: el liderazgo, la familia, la comunidad, la educación, la diplomacia o la inevitable guerra.

De hecho, tanto es así, que la prime-ra mitad de la película fue muy criticada por el gran público a causa de su falta de ritmo en comparación con la segun-da mitad, en donde explota el conflicto: dato alarmante.

Page 13: Es Born Magazine | Abril 2015

13

cineBoyhood

Sé que le han dado mucho bom-bo, pero ya la han etiquetado como “la gran derrotada de los Oscar”, con todo lo mal que pueda sonar. Sincera-mente, no creo que le importe lo más mínimo a Richard Linklater: ha dem-ostrado durante muchos años que vive en una burbuja muy distinta a la del circuito comercial, estoy convenci-do de que se sentía incómodo en una gala tan pomposa y mediática.

Boyhood supone el clímax de la car-rera personal del director: represen-tar en una pantalla algo tan complejo como el transcurso el tiempo. En tra-bajos anteriores se aproxima mucho: su trilogía romántica Antes del ama-necer, Antes del atardecer y Antes del anochecer ya trata de representar esa inquietud siguiendo la evolución de una relación.

Imaginemos por un momento la mente de un hombre que rueda si-multáneamente películas que giran alrededor del mismo tema. Por lo tan-to, Boyhood se tiene que comprender como eso, un coloso personal que se ha ido cociendo a fuego lento de manera casi natural.

Y los que la critican porque “se vende con el rollo ese de los 12 años…” creo que la visionan desde un prisma puramente cuantitativo, cuando es evidente que eso es lo de menos: Boyhood logra de una manera u otra que el espectador se identifique con el personaje, con las etapas de la vida juvenil (las primeras relaciones, la rebeldía, el miedo al futuro,…) y la evolución de la cultura pop (el boom de Harry Potter, la evolución de la tec-nología y las videoconsolas,…). Es una exploración retrospectiva a la vida del propio espectador.

Quiero creer que la gala de este año se recordará más por la derro-ta de Boyhood que por la victoria de Birdman (película que adoro, no me mal interpretéis), y es que Boyhood es uno de los ejercicios (anti)cine-matográficos más conmovedores que nos han regalado en mucho tiempo. @DBesalduch

Page 14: Es Born Magazine | Abril 2015

arte

14

El arte como herramientade apoyo al desarrollode la sociedad

El arte es una forma de expresión; el artista o la artista (en adelan-te, el artista), expresa su universo, su yo, su visión personal del mun-do real e incluso imag-inado, a través del uso de recursos plásticos,

lingüísticos o sonoros. Estas palabras, basa-das en la definición de la Real Academia de la

Lengua Española del concepto “arte”, expli-can de forma teórica su

significado, vinculado a la semántica, aunque no necesariamente al sig-nificado real dentro del ámbito donde se desar-rolla, con un mayor con-tenido connotativo y tal vez con una carga moral y ética considerable.

por Damián J. Ortega

Page 15: Es Born Magazine | Abril 2015

15

arte

El artista, protagonista

de cambios

Bruselas con su Ruta de Fachadas de Cómic, es un ejemplo del arte urbano contemporá-

neo; aprovechando que la ciudad es el origen de muchos creadores del cómic, se han decora-

do muchas fachadas o paredes vacías con imágenes de cómics, acercando el arte al público

y generando nuevos espacios urbanos con un nuevo punto de vista expresivo, estético y artístico. Damián J. Ortega

Page 16: Es Born Magazine | Abril 2015

Una palabra tan compleja que abar-ca acepciones, significados, acciones, mensajes… Pero, ¿cómo se llega a la interpretación de esos mensajes? ¿Por qué y para qué el artista desea transmitir “eso que siente o piensa”? ¿A través de qué o quiénes lo logra? Muchas preguntas de respuestas muy variadas según quién las responda.

El rol del arte en el desarrollo de las personas y de la civilización mis-ma se ha visto presente desde casi los inicios de la Humanidad; a finales del Paleolítico ya aparecen las prim-eras representaciones de esculturas, básicamente naturalistas, además de relieves, grabados, e incluso pinturas rupestres, escenificando momentos de caza, danzas primitivas, animales y otros elementos sin identificar (Ra-fols, 2002: 12). Uno de los roles del arte ha sido el de expresar y comuni-

car, con imágenes u otros elementos, enseñanzas, tradiciones, creencias, formas de vida, etc.; así, las genera-ciones posteriores las aprenderían y aplicarían para desarrollar las propias, a modo de sabiduría o cultura hereda-da de generación en generación. Todo ello desarrollado según el momento histórico en que esa manifestación artística fue ideada. Por tanto, el con-texto de cualquier representación artística debe ser tenido en cuenta a la hora de interpretar o percibir el mensaje que transmite.

Ese contexto influye en cierta medi-da en el lenguaje plástico del creador o la creadora. Continentes, países, re-giones, entornos urbanos o rurales, metrópolis, pedanías… Diferentes de-limitaciones geográficas que de alguna forma pueden reflejar cómo el artista plástico se siente en ese espacio, lugar

que le ha tocado vivir, al menos, por un determinado tiempo. Además, la situ-ación política, económica, cultural, re-ligiosa, etc., influye también en cómo el artista reflejará su pensamiento y su sentir, personalizando su lenguaje a través de las técnicas que utilice en cada momento. Atendiendo al comisa-rio internacional Orlando Britto Jinorio (2015, Centro de Arte La Regenta, Ar-tista y Sistema del Arte), éste expone que el espacio se debe a su contexto, que los artistas locales se deben al es-pacio, y viceversa. Por tanto, es impre-scindible vincular el espacio geográfi-co-temporal al artista, y por supuesto, su relación con éste, puesto que su producción puede verse influida por lo que ha vivido o experimentado a lo lar-go de su vida artística.

16

Exposición Colectiva de Artistas de San Mateo (Gran Canaria) en La Caldereta Sala de Exposiciones, septiembre de 2014; una muestra anual donde se exponen

las tendencias contemporáneas de los artistas locales. Damián J. Ortega

arte

Page 17: Es Born Magazine | Abril 2015

17

Es por ello que la figura del artista debe ser considerada como un agen-te social y dinamizador de la socie-dad donde reside, de su localidad. Un cierto activismo, tal vez reaccionario, frente a los sectores hegemónicos que toman las decisiones que afec-tan a las personas, a la población, a la sociedad. O simplemente una figura generadora de nuevos conocimien-tos, nuevas experiencias o puntos de vista frescos y distintos a los acostum-brados, contribuyendo con ello a la memoria de las comunidades y que de cierta manera consigue generar un lenguaje universal que rompe barre-ras idiomáticas, culturales, sociales, etc.

A modo de ejemplo de lo anterior, Marta Pérez Ibáñez, argumenta, ha-ciendo referencia a la conocida Pri-mavera Árabe, “Las dudas que se nos planteaban hace dos años, cuando vimos revolverse a los primeros artis-tas callejeros y reclamar el lugar del arte en la voz del pueblo comprometi-do, sobre si el arte contemporáneo en toda su extensión se convertiría

realmente en un vehículo de comuni-cación para ese clamor social, se han ido despejando poco a poco con el ti-empo en todo el mundo occidental, y sabemos positivamente que evolucio-nará con rapidez a medida que la situ-ación también evolucione, quién sabe si a mejor o a peor” (2015: Interartive.org). Colectivos de artistas comienzan a expresar su malestar frente al siste-ma impuesto, y a utilizar el arte como vía de comunicación y canalización del malestar social.

Como referencia más cercana, Tu-fia, en la costa de Telde (Gran Canar-ia) desarrolló un proyecto artístico para la defensa del caserío teldense, colgando de un hilo debido a la apli-cación de la Ley 2/2013, de 29 de Mayo, de protección y uso sostenible del litoral, de Costas. A través de una asociación internacional de arte, un total de quince artistas de once nacio-nalidades distintas, se establecieron en Tufia y convivieron con los resi-dentes durante unos días para realizar sus creaciones con los materiales que allí encontrasen (2014: La Provincia).

Con esta acción conseguirían resaltar la importancia del espacio natural y su relación directa con el asentamiento, en simbiosis con el medio, queriendo poner de manifiesto que no siempre la acción humana impide o destruye el enclave natural que se ocupa, y que es posible una convivencia desde el respeto mutuo.

Todo ello viene a configurar un proceso previo que genera como re-sultado una acción, reacción o una in-tervención con un mensaje intrínseco frente al planteamiento o problemáti-ca de la que se inicia. Partiendo de la idea de que el artista puede jugar un rol social y dinamizador, éste estudia una situación que le provoca alegrías, dudas, miedos, desconcierto..., se re-plantea pensamientos, situaciones, actúa frente a lo que no le gusta o no está de acuerdo, o refuerza lo que piensa que es correcto o que simple-mente, le gusta. En ocasiones se basa en su propia experiencia para deducir esos nuevos planteamientos; otras veces se inventa una historia con la que cuenta su particular visión.

Pilar Rodiles junto a una obra configurada dentro de su proyecto “Habitare”, ex-puesto en La Caldereta Sala de Exposiciones en marzo de 2015. Aquí la artista re-aliza un planteamiento del espacio y la arquitectura, el lugar que cada cual ocupa en ese espacio, un punto de partida hacia otros espacios

que nos esperan. Damián J. Ortega

arte

Page 18: Es Born Magazine | Abril 2015

Por el contrario, el artista puede ini-ciar su creación sin centrarse en nada, empezando de cero. La idea del arte por el arte, muy en boga en el arte ac-tual, favorece la creación de obras con un valor intrínseco, un valor que re-side en sí mismas, pasando a segundo plano el mensaje que se quiere trans-mitir, sea cual sea su origen, toman-do otro tipo de características, como alejarse de las técnicas habituales, no por error sino de forma voluntaria, realzando el mundo y la estética inte-rior del artista; o las interpretaciones de la obra pueden ser muchas, al no ser todo lo que se observa de un estilo figurativo estricto.

Sin embargo, puede existir algo que se esconde detrás de todo ese proce-so; algo que le conduce a expresar lo que lleva dentro con su capacidad creativa y artística. El artista actúa, reacciona, quiere comunicarse con el

mundo que lo rodea y que su mensaje –si tuviese la intención de elaborarlo- sea captado y sirva para algo. El artista es como un escaparate que ofrece un mundo distinto por medio del cual se ven las carencias o abundancias del mundo que realmente ocupa. Una responsabilidad social que, desgra-ciadamente, no siempre es valorada o tenida en cuenta por la sociedad a la que pertenece. En algunas ocasiones el artista también puede convertirse en un embajador de su entorno, un personaje al que relacionan de forma directa con un espacio, como puede ser el caso de Van Gogh y su produc-ción, que son identificados con Holan-da.

De igual modo, la figura del artista representa parte de la identidad del espacio geográfico y temporal donde se encuentra; genera identidad con su actividad, una identidad propia,

además de una identidad colectiva; su ejercicio puede ayudar a realzar el entorno. Ejemplo de ello puede ser el indigenismo mexicano de los años veinte del pasado siglo -sin relación con el desarrollado en Canarias-, que aunque haya podido estar incentiva-do políticamente, ayudó a generar una identidad en un país agotado por tantas guerras y revoluciones. El movimiento muralista mexicano (in-fluenciado por la izquierda posrevolu-cionaria) buscaba crear un sentimien-to de esperanza y optimismo en el pueblo para alcanzar un estado más democrático y sin prejuicios; además, aparte de esa influencia izquierdista, absorbió de muchos estilos europeos y también de la propia cultura popular mexicana para comunicar ese ansia de identidad que se tenía en el momento (Hodge, 2012: 148-151).

El artista novel David Saavedra Pulido organizando el montaje de su muestra “Acercando el Arte”, de agosto de 2014 en el Centro Comer-cial Las Terrazas, Telde (Gran Ca-naria). Habiendo desarrollado un planteamiento previo, Pulido (con apoyo curatorial) logró generar la idea, trabajar sobre ella y obten-er el resultado para transmitir el mensaje deseado, una vez hecho el

montaje expositivo. Damián J. Ortega

arte

18

Page 19: Es Born Magazine | Abril 2015

En el caso de su relación con los ar-tistas, el comisario debe involucrarse e implicarse en su desarrollo, apoyar al artista, aunque su planteamiento sea contrario a lo que piensa, pues lo que se espera de él es que cree las condiciones, espacio y soporte que hagan accesible y democrático el ac-ceso de los artistas y su obra a espa-cios de difusión que les permita llegar a la sociedad. Acercarse a su taller de trabajo, conversaciones, actividades en las que participa, colaboraciones mutuas, etc., son formas de lograr una introspección en el pensamien-to del artista, con el que será posible esbozar una imagen o idea con la que trabajar y con la que transmitir desde y hacia su lenguaje artístico, para que

éste sea conocido, entendido y valo-rado.

De igual modo la administración pública juega un papel fundamen-tal en la protección, conservación y valoración del arte. El Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, Di-recciones Generales, Consejerías de Cultura, etc. desarrollan funciones imprescindibles para la puesta en valor de artistas y obras de arte. Las convocatorias de premios, becas, certámenes favorecen la inclusión de artistas noveles al sistema del arte re-gional y comarcal, consiguiendo que se reconozca la labor de este colecti-vo. La accesibilidad a espacios de pri-mera categoría conforma un gran es-caparate para el arte contemporáneo,

del cual muchos artistas y una parte considerable de la sociedad se nutren para el desarrollo de sus pensamien-tos, filosofía, estilos de vida o incluso posicionamiento frente a determina-das situaciones, generando acciones y sinergias en pro de la democratización de la cultura. La creación de redes o networking, ayuda a configurar un en-tramado de relaciones específicas y globales con las que es posible concil-iar acciones público-privadas, mece-nazgo, formación, apoyo, promoción y generación de fundaciones, acuerdos o convenios de colaboración y un lar-go y creciente etcétera de nuevas vías de acción y comunicación cultural.

Con todas estas líneas de ac-tuación, el arte ejerce una ut-ilidad muy destacada para la sociedad, la mantiene activa y alerta frente a lo que sucede a su alrededor. Ayuda al individ-uo a procesar información y generar conocimiento relacio-nado en muchas ocasiones con su vida cotidiana, con el entor-no donde el individuo se con-vierte en ser social, se relacio-na y crea, junto con otros, una

sociedad. Los artistas juegan un papel fundamental en ese binomio y expresan, en cierto sentido, la relación del ser hu-mano con el medio donde vive, atendiendo a la evolución mis-ma de cuanto acontece a su alrededor.

Por tanto, es posible concluir que el arte termina siendo un fenómeno social donde el ar-tista, su público, su entorno y su gobierno son actores funda-

mentales y solo a través de la unificación y colaboración de todos ellos, el arte logra vincu-larse a la sociedad.

El Grupo Sincronicidades presentando su exposición al público en el momento inaugural su muestra colectiva “Mujer y Naturaleza”, en la sala municipal de ex-posiciones La Caldereta (Vega de San Ma-teo, Gran Canaria) entre julio y agosto de 2014. La comunicación entre público y ar-tista es un eje fundamental para la comp-rensión e interpretación del mundo creati-

vo y expresivo de los artistas.Damián J. Ortega

Damián J. Ortega es coordinador de LEGADOS. Revista de Patrimo-nio Cultural y de La Caldereta Sala de Exposiciones; Ayuntamiento de Vega de San Mateo, Gran Canaria

@dorgut

arte

19

Page 20: Es Born Magazine | Abril 2015

letras

20

La Fiera de Ben Clark

A estas alturas ya no es ninguna novedad decir que La Fiera, de Ben Clark (Ibiza, 1984), fue una de las grandes sorpresas del panorama poético español del pasado

2014. Premios como el Ciutat de Palma o el reciente Ojo Crítico avalan la calidad del poemario, a lo que ha de sumarse el prestigio silente que la buena poesía suele labrarse

gracias a sus incondicionales lectores. La Fiera nos acerca a ese tipo de poesía.

por Samuel Del Valle

LAS DOS CITAS que presiden la obra, de Francisco Umbral y Gjer-trud Schnackenberg, anticipan al-gunas de las claves de su contenido. El extraño alegato entomólogo de Francisco Umbral, por lo que toca a la parte feral del libro, verdadero inventario de animales y sabandi-jas, a menudo coincidentes en un mismo ente, y la visión de plenitud cósmica de la escritora americana, en lo que concierne al relativismo transcendental de muchos de los poemas: pupila que enmarca lo gigantesco inasible en lo diminuto

inapreciable. Dos temáticas nucle-ares en este libro.

La rotunda voz de Ben Clark, que además tiene el aliciente de mostrarse distinta en cada poema-rio, auténticos poemarios-época, tiene en su portentosa imaginación uno de sus más rentables recursos. Junto a la sobriedad de la obra en el tratamiento sentimental, que rechaza todo aspaviento retórico, conviene insistir en el rebosante caudal imaginístico del poeta ibi-cenco, tanto por sus acendradas imágenes (la lluvia tormentosa es

vista como un alucinado desahucio de ángeles, y el peregrinaje de la memoria a ras de tiempo como una tropa de miércoles desandados), que a veces juguetean en las lindes del surrealismo, como por el cor-relato de muchas de sus composi-ciones. Buen ejemplo de ello es Titanio, formidable transubstancia-ción del sujeto poético en una su-erte de superhéroe/villano (“cíborg de absoluto presente”) capaz de conmovernos desde su férrea cora-za cuando, pasado el empuje hero-ico, le sobreviene el llanto.

Page 21: Es Born Magazine | Abril 2015

letras

21

También lo son los audaces saltos temporales de “Quizá” y “Big Bang”, resueltos ambos en decida declaración de amor, donde el primigenio origen de la existencia acentúa la enormidad de la mirada totalizadora del poeta, con el claro antecedente, sobre todo en el segundo caso, de Abelardo Linares (La juventud del mundo) o, yéndonos más lejos, de Ángel González (Para que yo me llame Ángel González) y, sobre todo, Miguel d’Ors (Todo ocurrió para que tú nacieras).

Otros poemas, sin embargo, rehúyen las significaciones cerradas, ganando en sugerencia y elasticidad lo que pierden en concreción y referencialidad. Gran parte del poemario, pues, es aproxi-mación y fuerza expresiva, referencial-idad contenida (a veces directamente oculta) y concepto, alumbramiento y, paradójicamente, opacidad. Y es, por tanto, lo que insinúa en sus intersticios de significado, aquellos territorios de indefinición que sostienen la capacidad evocadora, multiplicadora de la poesía, donde el obstinado exégeta habrá de buscar la porción de realidad y verdad encubiertas que lo tranquilicen: los nód-ulos de significado. La invocación a una fuerza externa (desconocido impulso) y vivificadora de La tormenta se asienta sobre estos artificios. Desconocemos el motivo último del poema, pero tampoco es necesario. Así ocurre también con el existencialismo de ¿Cómo se dice esto que no perdura?, en el que la sucesión de interrogaciones no perfilan con clar-idad a qué inconcreción apelan, pero su fuerza retórica y sus significaciones concéntricas connotan lo indispens-able para que nos llegue su mensaje. La connotación es expansiva, ilimit-ada; la denotación, por el contrario, coercitiva y precisa. Sobre este juego de tensiones equilibra Ben Clark gran parte de sus poemas. Algunos de ellos, La hija que no ha nacido, Sed, Reasons to leave the slaughter, Lo que voy a pedirte, sorprenden por su elevada intensidad.

Con todo, el realismo también asoma en la obra, y a menudo lo hace por la vía del humor, que Ben Clark suministra con el go-teo sutil del apunte irónico. Son

humorísticos, o por lo menos simpáti-cos, pues nos hacen sonreír, la defensa de lo cotidiano/rutinario como tributo amoroso de Si llega el fin del mundo (21.12.12), con un desarrollo sorpresivo –recreación deliciosamente ingenua del amor indestructible– muy propio de un Luis Alberto de Cuenca; la descripción que Casa de los salvajes ofrece de la fa-milia como un conjunto entrañable pero atrabiliario de bestezuelas; el autorre-trato distanciado y nada autocomplaci-ente de Über den Prozeb der Zivilisation (No te harán / tanta gracia sus dientes ni sus uñas, / los reproches antiguos, otros nuevos / y su mirada de oso / indultado), de nuevo bajo la máscara de lo zoológi-co que, sin embargo, tanto dice desde su escondite; o el socarrón y divertido La pareja extranjera.

Un río heraclitiano de tiempo volatin-ero y de memoria en cifra recorre todo el libro. La proustiana remembranza de Cubierto, junto a otros ejemplos ya señalados, atestiguan este aserto. Pero si hay momento de singular expresión del sujeto mínimo ante el tiempo, el cos-mos y sus imperativos, este es el enig-mático WR 104 (el último optimismo), poema en que el protagonista poético se muestra indiferente al destino inex-cusable, fatal, de la existencia humana,

visto en perspectiva como m i n u -

cia lejanísima, y objetivado/revelado en las fuerzas gravitacionales que concur-ren en el objeto de una pinza. Una vez más: los absolutos se diluyen en la expe-riencia íntima de lo concreto e ínfimo. El decurso temporal se somete a la causa humana.

Por otro lado, tampoco falta espacio en este poemario para la crítica social, que no chapotea en los lodazales de la actualidad, y asume, por el contrario, un propósito de mayor enjundia: la de-nuncia de la derrota humanística ante la modernidad. En ese sentido, un fondo de amargura lúcida se entrevé en Re-torno del prisionero de Chillon, autén-tica invectiva contra el utilitarismo del legado cultural por parte de la industria turística. Y, por supuesto, la crítica es el principal mensaje del poema que regala su título al libro, La Fiera, composición de dilatada extensión que se constituye en un simbólico manifiesto contrario a la domesticación que la técnica y el pro-greso fomentan, inoculando sus manse-dumbres en el hombre libre, al que elegíacamente representa la Fiera.

Al menos tres poemas más del con-junto merecen un comentario, deposi-tarios los tres de un tono más calmo y, por ello, quizá menos dados a excitar la impresión primera del lector. En primer lugar: Los bichos (II). El malditismo fre-cuentemente se ha debatido entre dos

opciones de sólida tradición: el can-to dionisíaco, la celebración desa-forada de los vicios, por un lado, y la llantina resacosa y flagelatoria del día después, la imagen de autode-strucción, por otro. Ben Clark se sitúa entre las dos, como un Gil de Biedma tambaleante, con el feliz hallazgo de introducir en la escena la figura cán-dida de un conejito, Monty, que, in-defenso, asistía antes de su muerte a los vaivenes amenazantes de su dueño ebrio. La ternura de la imagen en unión al sobado tópico (feliz encuentro lau-treamontiano) del borracho patético y, sobre todo, como en Gil de Biedma, consciente de su patetismo, de su fragi-lidad, desarticula el clisé: que nadie nos cuente más sus andanzas y desandanzas espiritosas sin un conejo parecido que sacar de la chistera.

Page 22: Es Born Magazine | Abril 2015

El segundo poema, Traduciendo «The sun used to shine», es un perfecto hom-enaje a la poco reconocida labor del traductor, con las figuras de Ben Clark y su amigo Andrés Catalán (con el que escribió al alimón el poemario Manten-er la cadena de frío) como protagonis-tas: dos traductores en los que, muchos años después, se revive la relación de amistad de los autores traducidos. Sus versos finales suponen un zigzagueo es-paciotemporal de lo más llamativo: el sujeto poético se imagina, dueño de la voz traducida, cien años antes, no pudi-endo prever cómo cien años después,

esto es, en el momento de escritura del poema, podrá recordar –es decir: ¡cien años antes otra vez!– el momento del texto traducido. En definitiva: la tra-ducción como un agradecido juego de alteridades. Y en tercer y último lugar: Has llegado (Ante el primer almendro en flor): un hermoso poema sobre el ad-venimiento del primer almendro en flor del año, el cual, cíclico, puntualísimo, enmudece –solo es un truco– al poeta. El almendro, pues, como símbolo inefa-ble de un tiempo perdido que, sin em-bargo, no cesa de emocionarnos. Leve nostalgia del paraíso que al mismo tiem-

po funciona como catálogo de las cuali-dades poéticas de su autor: permeabil-idad para el detalle estético, horizontal impresión del tiempo, inteligente y hon-da reflexión, delicadeza verbal.

Reconforta esta poesía que, con los pies en el suelo, mira al horizonte con extrañamiento y lucidez. Quede con-stancia, pues, aunque ya no es novedad, sino murmullo generalizado: la última obra de Ben Clark, La Fiera, es un gran libro de poemas.

letras

22

Samuel Del Valle es estudiante de Len-gua y literatura españolas en la UIB.

Recomendación del pasado mes: Over the Garden Wall (Más allá del jardín)

El 16 de marzo llegó a España de la mano de Boing la primera miniserie de animación de Cartoon Network: 10 capítulos de 10 minutos es todo lo que necesita. La miniserie de Patrick McHale (guionista de Hora de Aventuras) narra en forma de cuento (cada episodio es un breve capítulo) las aventuras de Wirt y Greg, dos hermanos que se pierden en un bosque muy peculiar y no encuentran el camino de regreso a casa.

Por su universo. Los diseños de los personajes son simples, inteligentes, y eso hace que se te queden grabados en la retina: Wirt con su gorro y su capa o Greg con su tetera y su rana, así como sus respectivas personalidades. Más allá del jardín ha logrado crear un mundo que se ha convertido en un clásico instantáneo, haced la prueba.

Por el atrevimiento narrativo. La miniserie consigue condensar en 10 minutos una pequeña historieta car-gada de gags, homenajes y alguna que otra moraleja, y todo ello sin abandonar la continuidad narrativa. Sigo sin comprender cómo encorseta tantas cosas en tan poco tiempo, pero lo hace.

Por los número musicales, que van desde las canciones más inocentes al jazz/blues más oscuro. En este sentido, la miniserie sintetiza una cantidad de estilos eternos.

En conclusión y como resumen, Más allá del jar-dín logra fraguar una simbiosis perfecta entre lo infan-til y lo adulto, factor que abre la frontera a todas las edades: comenzará haciéndote reír con las bromas más infantiles y pronto dará un volantazo para dejarte pen-sando con cara de tontaina; la disfrutarán los niños por sus historietas y la gozarán los adultos por sus re-flexiones o incluso los amantes de la animación por sus homenajes. Qué más se puede pedir: es oro puro.

por Daniel Besalduch

¿Por qué recomiendo esta serie?

MINISERIES

Wirt y Greg, con su tetera y su rana.

Page 23: Es Born Magazine | Abril 2015

23

Esta vez sí firmó, o al menos eso dice Miquel Soler i Sarar-ols. Un exfutbolista catalán de Girona que empezó a ju-gar en el Olot y que desfiló por los principales clubes de España, desde el Barça, pas-ando por su eterno rival, el Real Madrid, hasta llegar al club vermell. Lo cierto es que una buena experiencia como jugador debe tener. Ahora bien, su faceta como míster despliega diversas opiniones acerca de su capaci-dad para llevar un equipo. Empecemos por el principio.

El pasado siete de septiembre, él junto con Xim López y Vicente Engonga, el que fuera su se-gundo, se encamin-aron al Tribunal de Medición y Arbitraje de Baleares (Tamib) para reclamar un total de 200.000 eu-ros al Real Mallorca cuando estos fueron “despedidos” por un portero, Dudú, que se puso rápido en el eje e instaló su particular chiringuito con-cediendo a su amigo Valeri Karpin la silla de entrenador. Esto último en un once de agosto, a dos días del tro-feo Ciutat de Palma y a una semana de que arrancara la Liga. Recapitulando, ‘Nanu’ y los suyos reclamaban la to-talidad del sueldo que tenían acordado cobrar en la tempo-rada presente, un acuerdo de palabra. Ante todo las cosas bien hechas.

Pero ahora vendría lo sur-

realista en esta primera par-te de la Era Soler, y es que el club bermellón sólo le ofrecía abonarle una indemnización por los días trabajados. Va-mos, como si se tratara de los tan famosos minijobs ale-manes o el vecino, que tiene una plantilla para trabajar a sus órdenes y les hace las triquiñuelas para proveer una retribución indigna, con solo un diferencia, ellos cobrarían lo que cobran unos 33 tra-

bajadores en las anteriores realidades. Unas realidades muy existentes en nuestro entorno. Y es que el mundo del fútbol tiene esto.

Fue un acontecimiento en el que los tres, que aho-ra son dos más Pepe Gálvez, señalaron que el club no les había dejado “otra opción”. Decisión tomada y fin de la cita.

Ahora bien, después del tornado Aouate, un alemán dio un paso al frente y se hizo

máximo accionista otorgan-do plenos poderes a otro ex-jugador del Mallorca, Miquel Àngel Nadal ¿Y a quién lla-mó? A Miquel, ‘el Nanu’ Sol-er. Eso sí, el gerundense tuvo que apretarse bien fuerte el cuerpo para realizar un buen atracón de rebobinado y quitar la denuncia impues-ta al Mallorca por medio del Tamib. Sí que había otra op-ción. Comenzaba la segunda Era Soler.

Y es que Miquel Soler es un tipo bastante peculiar. En su presentación dijo textual-mente: “Cuando hablé con Nadal y me comentó la posib-ilidad de volver, inmediata-mente empecé a pensar en la charla a los jugadores y en las carencias que puede tener el equipo”. Es curioso porque en esta frase refleja lo que es y lo que no es viendo el tejido que se está hilando.

El ‘Nanu’ es un entrenador que no transmite o incluso

que, simplemente, no comu-nica. Creo que trabaja cegado y diría que obsesionado en el aspecto puramente deporti-vo y se deja de lado el aspec-to extradeportivo. La gestión interna de una plantilla.

A veces un gesto, una simple mirada es más impor-tante que el estar machacan-do trabajos de basculación o de presión sobre tus pupilos. Y cuando pierdes a los tuyos, estás prácticamente senten-

ciado. En este mo-mento se me viene a la cabeza Lluís Car-reras.

Por otro lado, al ‘Nanu’ le recordare-mos por sus ruedas de prensa, digamos que al estilo Bielsa y su irrepetible ¡¿Ka-sim, dónde vas?!, mientras el ghanés se iba al rincón de pensar vigilado por el instructor vasco.

Todo dicho, pero ahora tenemos que preguntarnos: ¿Cuánto habrá que esperar para que el Mallorca tenga un

entrenador que dé estabil-idad al equipo y no se pro-duzca una retahíla de relevos constantes y sonantes? Por ahora habrá que esperar has-ta la temporada que viene.

¡Ah!, y como dicen muchos, el fútbol da mil vuel-tas, y Miquel Soler no es una excepción.

opinión

Peregrino con la pelota, congelado en la banqueta

Lluís Hernández es estudi-ante de Periodismo.

@hernandezlluis

Page 24: Es Born Magazine | Abril 2015

24

lletres

El riu és el mateix i, no obstant, les aigües que co-breixen als qui hi entren són diferents. Tots morim i, en canvi, ningú ho exper-imenta igual. Philippe Ariès explica que a l’Edat Mitjana pocs expiraven sense haver tingut temps de prendre’n consciència. No es lluitava desesperadament contra la mort sinó que se la solia es-perar des del llit, en silenci. S’extingia la vida amb una mena d’alleujament. A dif-erència d’avui, la mort con-stituïa una cerimònia públi-ca, a vegades organitzada pel moribund mateix, qui

la presidia i coneixia el seu protocol. Contràriament als nostres temps, per a l’home medieval el més important era no deixar aquest món en soledat: els pares, els amics, els veïns i també els nens havien de ser-hi presents. Aquesta familiaritat tradi-cional amb la mort es devia a que les persones estaven profundament socialitza-

des i no tant separades de la naturalesa, sobre la qual aquestes no podien interve-nir per altra via que el mir-acle. L’anonimat dels sepul-cres, l’apilament dels cossos i la reutilització de les fosses suggereixen certa indiferèn-cia respecte la individuali-tat dels que traspassaven. No és fins el despuntar de l’ànima romàntica el viratge cap a un nou temor i cap a un dol amarg i prolongat per la pèrdua de vides singulars, úniques i irrepetibles; ma-terialitzant-se i esculpint-se en la individualització de les sepultures.

Tot ha canviat. Avui con-tractem assegurances de vida per a preservar “als nostres” de la misèria. Avui també acceptem la mort... però només tècnicament, perquè en realitat la nostra existència transcorre com si no morissim mai. Avui, la mort i, sobretot, la mort de l’altre és una transgressió que arrenca l’home de la

seva dinàmica diària i del seu treball monòton; el sot-met a un paroxisme d’un món sotmès a les lleis de la naturalesa, violent i in-controlable. Insistim en el fons a veure l’òbit com un fenomen antinatural, una averia, un error del sistema, una intromissió ferotge de mala fortuna en la nostra quotidianitat.

La mort és encara un enigma, però calculat i me-surat. En la modernitat hip-er-racional, és un certificat de defunció i una categoria judicial, científica, mèdica, institucional. La mort és la

mort d’un cos medicalitzat, potser deshabitat des de fa temps; és una etapa més d’un esdeveniment descom-post en una suma d’instants d’entre els quals costa saber quin és el crucial (la pèr-dua de consciència o l’últim alè?).

La nostra intolerància a la mort ens duu a evitar una turbació i una emoció

massa forta, insostenible, no només al qui se’n va sinó també al qui es queda. Aquest horror s’atribueix a l’amor a la vida, però només a una vida “plena”... o que ho ha de semblar. En els nostres temps, en les soci-etats del benestar, s’imposa la necessitat simbòlica de la felicitat, del deure moral i la obligació social de con-tribuir a la felicitat col·lecti-va evitant tota causa de tris-tesa i d’angoixa. Cal simular estar sempre feliç perquè mostrant algun signe d’aflic-ció es peca contra l’alegria, se la qüestiona, i la societat

corre, llavors, el risc de per-dre la seva raó de ser. Con-vé silenciar el dol, ocultar-lo sota unes ulleres de sol, per-què una pena massa visible no és tendra, sinó mòrbida i obscena. Reprimim el plor per a no impressionar als nens, que del morir poc sa-ben.

La mort és biològica, existencial, metafísica. La mort està inscrita en la vida, encara que la desborda: serà com néixer, però al revés? serà el límit del món? serà sols una duana? La consciència es nega a entendre la seva pròpia abolició. Però és que la mort és transcendent: si bé el cos es dissol, el pensament perdura com a part integrant del grup social, fonamentant la seva pervivència en el temps. No hi ha un únic codi per a desxifrar-la, però la mort (com l’amor) és universal.

pensar la mort

per Anna Schnabel

Page 25: Es Born Magazine | Abril 2015

per Anna Schnabel

25

lletres

Després, cada vegada més sovint, incinerem les restes físiques, excloent així el peregrinatge, que és sub-stituït pel record mateix, fixat en fotografies digi-talitzades. I tot això tampoc és degut a la indiferència, sinó tot el contrari: el dolor és quasi insuportable per a seguir vivint com se suposa que hem de viure. Per altra banda, el rebuig a adme-tre la mort estimula que la manipulació dels morts es-

devingui una especialització laboral. I aquest negoci ha de fer la mort amable. Els tanatoris són asèptics, d’an-gles rectes, de pintura blan-ca, llisa i amb neveres d’últi-ma generació. Són l’antítesi de la descomposició, de la

imperfecció d’un procés orgànic que se’ns escapa de les mans, neutralitzant, així, l’angúnia i el terror que ens produeixen el cadàver i la defunció. Cal maquillar la mort i el fracàs de l’home -d’aquell que es creia capaç de tot- igual que el rostre dels vius. La cosmètica i la cirurgia plàstica embal-samen l’implacable pas del temps, delatant l’anhel de burlar aquesta fugacitat que ens atormenta.

No anem per bon camí. Va advertir Hegel que l’es-sència de les coses finites consisteix, precisament, en tenir el germen del morir dins seu. La mort és natural, quotidiana, aleatòria, uni-versal; és l’esdeveniment

biològic més inevitable i, com va escriure Morin, el tret més humà. Vivim en un pas pel món, en un instant, en tan sols mitja pàgina d’una història molt llarga. I és en aquest parèntesi on afloren totes les nostres possibilitats, dins el llindar temporal. Som éssers finits. Som el que fem en aquest precís instant. També som el que volem ser. Fins i tot, sovint som “un altre”... però ningú pot ser “un altre” en

la mort. En aquesta, l’éss-er humà s’autodescobreix, en ella entreveu allò que autènticament és i allò que veritablement vol ser; un projecte singular, intrans-ferible i incomparable. Aga-far plena consciència de la

pròpia temporalitat és ap-ropiar-se la mort i, al mateix temps, agafar la vida amb les pròpies mans i participar en el món. Repensar la mort és sostenir-se en el no-res que es fa patent en l’an-goixa per a que es faci pat-ent el que és i pot ser -com un suïcidi invertit. Com deia Heidegger, l’estar orientat cap aquesta possibilitat ens posa radicalment en joc. És en el mirall de la seva pròpia mort on cada ésser humà

redescobreix el secret de la seva autèntica identitat. Repensar la mort és repen-sar-ho tot.

Anna Schnabel estudia Filosofia a la UIB.

@NannaSchnabel

Page 26: Es Born Magazine | Abril 2015

«Aunque sin Stelea, la tranquilidad es total en la plantilla bermellona», rezaba la información -rescatada de

entre los escombros del estadio- del Úl-tima Hora a 9 de mayo de 1992, y que firmaba el periodista deportivo Javier

Oleaga.

Las paredes del Lluís Sitjar hablaban de historia. Los pasillos que conducían desde los vestuarios hasta el terreno de juego recordaban con afecto a los héroes que consiguieron el último ascenso de los bermellones a la

máxima categoría del fútbol español.

El nido de los éxitos mallorquinistas, hecho añicos.Las fotografías que a continuación les introducimos no son aptas para

aficionados al fútbol con cardiopatía. Tomadas días antes de que se iniciara la demolición del Lluís Sitjar, estadio que narró la historia del Real Mallorca desde 1945 hasta 1999, año en que el club se trasladó a Son Moix, tenía una capacidad para 18.000 espectadores. Vivió los momentos más dulces -y más

agrios- de la historia mallorquinista y vibró con los goles del Mallorca en partidos históricos, como lo fue la vuelta de semifinales de la Recopa del 99 frente al todopoderoso Chelsea. A la derecha, los Supporters de Son Moix.

26

Cuando fuimos los mejores, Loquillo

Page 27: Es Born Magazine | Abril 2015

Parece mentira pero no lo es. Pese a que fue en 1999 cuando el Mallorca cambió el Lluís Sitjar por Son Moix, el filial mallorqui-nista siguió utilizando el estadio hasta 2007. Tan solo han pasado ocho años, pero el estado deplorable en que se encontraba el edificio de las glorias mallorquinistas hacían inminente su demolición. Desde entonces han pasado por allí desde vagabundos

que ocuparon las ruinas bermellonas durante años a hoolingans que se dedicaron a quemar todo lo que se les ponía por delante e incluso aficionados nostálgicos con ganas de llevarse un último recuerdo de la cuna futbolística de su equipo del alma: la silla

que, como socio del club, ocupó durante años, la hierba del estadio, o una simple instantánea para la eternidad.27

Fotografías y texto: Àlvar M

oreno

Page 28: Es Born Magazine | Abril 2015

ada 23 de abril recibimos en nuestro calen-dario la visita de

dos escritores que marcaron un antes y un después en el esto de escribir. Las muertes -paralelas o no, polémicas aparte- de Cer-vantes y Shakespeare confluyen en un único día en el que el libro es el protagonista. Este año, además, -y como recuerda Darío Villanueva, director de la Real Academia Española-, se celebra el cuarto de cente-nario de la publicación de la segunda parte de El Quijote. Como recuerda el académico, “En otoño de 1615 Cervantes transormaba al ingenioso hi-dalgo de 1605 en El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha [...]”.

No os he traído, empero, hasta aquí para hablaros de la metamorfosis quijotesca -que sin duda merece su espacio en esta columna: he aquí mi humilde homenaje-. Os co-mento: llevamos un año muy convulso -muy animado- en cuestión de producción lit-eraria. Y producción literaria de la buena. Y pese a que en más de una ocasión he mostrado mi reticencia a recomendar algo, en esta ocasión me salto la nor-ma con el fin de daros a conocer mis (única) propuesta de cara al

veintitrés de abril. Peligro de derrumbe (La Es-

fera de los Libros) es la primera novela de un tal Pedro Simón. No le busquéis ni en Facebook, ni mucho menos en Twitter. En su labor como periodista de EL MUNDO, ha sido recientemente reconocido en los Premios Or-tega y Gasset 2015 por La Es-

paña del despilfarro, una serie de reportajes que ha elaborado junto a Alberto Di Lolli, en los que “descubre al lector casos aparentemente menores dentro del gran relato del despilfarro

de recursos públicos en España en los últimos años”. Bueno, a lo que vamos. Como periodista especializado en temas sociales, Simón relata en esto, Peligro de derrumbe, cómo el jefe de re-cursos humanos de una empresa tiene que contratar a un nuevo empleado. Y tiene que escoger entre nueve aspirantes. Ahí se

encuentra de todo: un ex-empresario que obedecía las órdenes de políticos a cambio de favores, una madre casada con un mul-timillonario que termina arruinada y se ve forzada a venderlo todo para alimen-tar a su hijo, una estudiante con un currículum top que se encuentra sin oportuni-dades reales en la vida lab-oral, un inmigrante que se juega la vida por entrar en Europa... Todo un entra-mando, reflejo de la reali-dad social de nuestro día a día. en el que cada una de las vidas de los candidatos que optan al puesto de trabajo se tambalea por el peligro de derrumbe. Ah, el prólogo es de Enric González.

Peligro de derrumbePedro Simón

La Esfera de los Libros312 páginas

19,90€

Que no se os caiga el 23 de abril

La mauvaise réputation, Bandbardò

CÀlvar Moreno