Equilibrios 47 - Enero 2011

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Equilibrios Año 2 - Número 47 - Domingo 9 de enero de 2011 Espacio de publicidad Prohibida su venta por separado DAMIAN BARBAROSCH Piletas: el alma de los clubes de barrio. Narda Lepes: ideas ricas y livianas. Alimentación, hidratación y cuidado del cuerpo para comenzar bien el año. Verano

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Publicación del Domingo 9 de Enero de 2011.

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EquilibriosAño 2 - Número 47 - Domingo 9 de enero de 2011

Espacio de publicidad

Prohibida su venta por separado

DAmiAN bArbArosch

Piletas: el alma de los clubes de barrio.

Narda Lepes: ideas ricas y livianas.

Alimentación, hidratación y cuidado del cuerpo para

comenzar bien el año.

Verano

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2 - EQUILIBRIOS Domingo 9 de enero de 2011 - PERfIL

Para muchos, con la llegada del ve-rano, el cuerpo comienza a conver-tirse en objeto de culto. Dietas ex-tremas, largas, y exigentes rutinas

de ejercicio, tratamientos estéticos; todo vale para eliminar esos kilos que están de más (¿están de más?, y ¿todo vale?).

Hace ya varios años se ha impuesto una tendencia mundial que convierte los cuer-pos delgados en sinónimo de moda. Si bien es cierto que las más afectadas son las mu-jeres adolescentes, hoy la problemática del interés por la delgadez influye también tanto a hombres de todas las edades como a las que ya pasaron los 40. La idea de que estar delgado es saludable y equivalente a belleza está tan afianzada en las sociedades mo-dernas, que encasillan la obesidad como si-nónimo de enfermedad y de lo antiestético. Y aunque es cierto que la obesidad no es sana, la delgadez extrema tampoco.

En la lucha por obtener cuerpos extre-madamente esbeltos, las industrias de la cosmética, la alimentaria y la relacionada con la moda han logrado ubicarse con una infinidad de productos que prometen lograr aquel cuerpo ideal que tanto se desea y que garantiza el éxito y la felicidad. Para poder cumplir con las exigencias que las tendencias imponen en torno a la figura corporal, el excesivo ejercicio físico y la disminución –o, en el peor de los casos, la negación– del consumo de alimentos se convierten en las llaves que abren las puer-tas al supuesto éxito. Con la llegada del verano, la playa, la malla y el uso de menos ropa por el calor, este afán de un cuerpo “perfecto” se agudiza, y los métodos para conseguirlo son llevados al extremo.

Las presiones externas por llegar a tener un cuerpo delgado pueden provocar que las personas adquieran una visión distorsiona-da de su propia imagen. El miedo a engordar hace que el espejo devuelva una versión

SUBE y Baja

La belleza y los cuerpos del verano

Pequeño. LOS gimNASiOS RECiBEN ALUmNOS qUE DESEAN AgRANDAR SUS mUSCULOS.

damian BarBarosch

deformada de las dimensiones y formas del cuerpo. Los desórdenes alimentarios son una consecuencia contra la que suelen cho-car muchas personas que padecen estas preocupaciones. La ingesta de alimentos se convierte en un problema y en el centro de las actividades diarias. La principal lectura del día ya no es el diario ni un libro de ca-becera, sino las etiquetas que contienen la información nutricional de cada alimento. Se evita asistir a reuniones, eventos o fiestas –principalmente aquellas en las que haya alimentos–, se sufren cambios en el humor que oscilan desde la depresión hasta un alto grado de irritabilidad. Tomar un helado, actividad frecuente y hasta ideal para los calurosos días de verano (ver pág. 6, Alimen-tos), puede resultar sumamente angustiante y desencadenante de una ardua y extensa corrida en el parque o de la autoprovocación del vómito –como en el caso de la bulimia–, con el único fin de eliminar del cuerpo las grasas y calorías ingeridas.

Las consecuencias de estos desequili-brios alimentarios pueden causar múltiples dificultades, entre las que resaltan enfer-medades como la bulimia o la anorexia;

se convierte en un desorden que cada vez es más común.

Lentamente, va aumentando el número de personas que logran romper con esta tendencia que marca que sólo los cuerpos extremadamente delgados son bellos. Ca-da vez son más los que deciden mostrarse cómodamente con sus figuras curvilíneas, que hacen oídos sordos a las exigencias ex-ternas y no sienten pudor por sus cuerpos. Hace algunos años, a estas pioneras anóni-mas que se animaron a pasearse en bikini por la playa sin que sus medidas fueran pre-cisamente 90-60-90 o los que se atrevie-ron a mostrar sus “panzas de cerveza”, se les sumó la famosa modelo inglesa Sophie Dhal, quien demostró, posando desnuda para la campaña de un perfume de Saint Laurent, que las curvas naturales pueden ser parte del mundo de la moda y llegar a ser mucho más atractivas que los cuerpos muy flacos. Junto a ella, cada vez son más las celebridades que les dicen “no” a las fi-guras muy delgadas. más, tras la muerte de isabelle Caro, la modelo francesa que luchó contra la anorexia –enfermedad que pade-cía–, posando desnuda para una polémica campaña de publicidad. Ojalá este cambio sea el comienzo de una nueva tendencia proclive a loar a todos los cuerpos por igual, y el fin de una moda que coloca la delgadez como sinónimo de perfección.

El verano y la mayor exposición corporal ponen al cuerpo bajo una mirada mucho más crítica. que esa mirada sea construc-tiva depende de cada uno. Hacer actividad física es sumamente beneficioso al igual que una alimentación sana y un cuerpo sa-ludable. No hacer de ello una obsesión lo es mucho más. Y si de atracción se trata, nada más seductor que la naturalidad de sentirse cómodo con uno mismo.

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falta de vitaminas, hierro y calcio –presen-tes en alimentos cuya ingesta se evita–; debilidad corporal y depresión.

El afán de llegar “espléndidos” al verano también provoca un aluvión de inscripcio-nes en los gimnasios que comienzan en el mes de septiembre y se intensifican con el correr de las semanas previas al estallido de la temporada de verano.

El fetiche que hoy se genera alrededor de los cuerpos delgados y magros incita a soportar largas y arduas rutinas de ejerci-cio físico. Hay personas que dedican gran parte de su día a aumentar su muscula-tura, se pesan con frecuencia, ejercitan durante horas cada músculo, siguen es-trictamente dietas orientadas a aumentar la masa muscular y, en casos extremos, consumen anabólicos y hormonas. La ob-sesión por un cuerpo perfecto –según los parámetros modernos– y la llegada del verano se convierten en caldo de cultivo para redoblar este tipo de actividades. Así, la vigorexia, trastorno originado por la distorsión de la imagen física que pro-voca una necesidad fanática por realizar ejercicio para mejorar el aspecto corporal,

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Comer bien hoy, estar sano todo el añoEsta es la estación del año donde

muchos comienzan a cuidarse, con la intención –no siempre sos-tenida en el tiempo– de llevar a

cabo un plan de alimentación saludable, de una buena vez y para siempre. Es cier-to que las altas temperaturas ayudan, ya que tenemos ganas de comidas más livianas, frías y menos abundantes. Pero es necesario encontrar el equilibrio que nos mantenga nutridos e hidratados, su-mando alimentos paulatinamente, a la vez que bajamos la temperatura del orga-nismo, castigado por la ola de calor. Para ello necesitamos conocer los alimentos que no pueden faltar en una dieta sana durante todo el año, y fundamentalmente en verano. Los nutricionistas los distribu-yen en cuatro grupos: cereales y legum-bres, hortalizas y frutas, carnes y huevo, y lácteos. Si no consumimos alimentos variados y obviamos los de algún grupo, nuestra dieta será desequilibrada.

Cereales y legumbres: aquí se incluyen panes (de preferencia aquellos elabora-dos en base a harinas integrales porque aportan mayor cantidad de fibra), pas-tas, arroz, lentejas, arvejas y porotos. En el desayuno podemos comer cereales (cuidando que no tengan alto contenido de azúcar).

Frutas: de dos a cuatro por día y, pre-ferentemente, alejadas de las comidas principales.

Verduras y hortalizas: se recomienda el consumo de dos porciones diarias pa-ra cubrir las necesidades de vitaminas y minerales. Se preparan crudas, en forma de ensaladas, horneadas, grilladas, co-mo puré o en sopas. En todos los casos, es bueno alternar colores. Los platos co-loridos no sólo se vuelven más atractivos a los ojos de quien los consume, sino que garantizan una correcta provisión de nutrientes. La clave es elegir los produc-tos de estación: son más económicos y los que brindan aquello que nuestro organismo necesita según el momento del año. Por ejemplo, los anaranjados y amarillos, como la zanahoria o el zapa-llo anco, son fuente de vitaminas que protegen nuestra piel de los rayos del sol gracias al efecto antioxidante que re-trasa el envejecimiento de las células. Como al cocinarlas pierden gran parte de su valor, es preferible consumirlas crudas y, en el caso de las que requieran cocción, optar por hacerlas al vapor. La mejor forma de incrementar la ingesta de verduras y hortalizas es incorporar como entrada en cada comida principal una ensalada, reemplazar bebidas artificia-les por jugos y licuados y las golosinas, galletitas y facturas, por frutas enteras. Recordar que en verano se suele hacer uso y abuso de la llamada comida “cha-tarra”, que luego se refleja en el aumento de peso.

Carnes y huevos: la carne brinda el mayor aporte de proteínas, además de hierro y vitamina B. Rojas, de pollo, o pescado, la idea es no quedarse sólo con la carne de vaca y elegir siempre cortes con poca grasa. En el caso de las rojas, no más de tres porciones por semana, e incrementar la ingesta de pescado y pollo para sumar un corte de carne por día. Aquellos que no consumen carne deben consultar con su médico a fin de reemplazar ese aporte proteico con el consumo de legumbres y algunos cereales, como lentejas, porotos, gar-banzos, quínoa o amaranto. En cuanto al huevo, años atrás demonizado, hoy la comunidad científica recomienda uno al día ya que aporta proteínas.

ser sano

Lácteos: en forma de leche o yogures y quesos. De tres a cuatro porciones dia-rias cubren los requerimientos de calcio, que también está en las verduras. Si al yogur se le añaden cereales, frutas, se-millas (como lino, amapola, chía o sésa-mo), se incorporan alimentos de los otros grupos sumando beneficios y ganando en sabor y textura.

Depurar el organismoSuperados los excesos de fin de año, es tiempo de comenzar a vivir mejor. Y una buena manera es desintoxicar el organis-mo en base a la ingesta de abundante líquido en forma de agua, jugos de frutas naturales y caldos desgrasados y bajos en sal, y frutas y hortalizas de estación, mediante las cuales se incorporan líqui-

dos y una abundante cantidad de vitami-nas y minerales que reforzarán el sistema inmune de cara al invierno. En verano, y sobre todo en vacaciones, se suele al-terar el ritmo de las comidas y los hora-rios. Por eso es preciso no saltearse las cuatro principales –desayuno, almuerzo, merienda y cena– y sumar dos colaciones que pueden ser en forma de licuados, yo-gures o frutas enteras, a media mañana y a media tarde. En el transcurso del día, y a intervalos regulares, hidratar el cuerpo sin esperar a sentir sed (ya que esto es el primer signo de deshidratación) prefe-rentemente con agua o jugos en base a frutas naturales. Un licuado hecho con agua y frutas de estación suma nutrien-tes y vitaminas, y no aporta las calorías vacías que tienen las gaseosas y los ju-gos artificiales y azucarados. Otra clave es comer tranquilos, masticar bien, com-partir la mesa en familia, y no distraerse con computadoras, televisores y otros artefactos que alejan del momento clave de incorporar nutrientes. El verano brin-da una inmejorable oportunidad para co-menzar una dieta sana que perdure en el tiempo. No la desaprovechemos.

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MoviDo. LA ACtiViDAD FiSiCA ES OtRO PiLAR DE LA BUENA SALUD.

damian BarBarosch

Algunos Consejos pArA pAsAr el verAno

•Incorporar como entra-da o acompañamiento en el almuerzo y la ce-na ensaladas variadas, preferentemente frías.

•Además de enteras, las frutas se pueden tomar en jugos, en en-saladas y en brochet-tes. también se puede hacer jugo de algunos

vegetales. Las sopas son una buena manera de incorporar variedad y color a la dieta.

•Para el postre, ele -gir frutas en lugar de dulces. Acostumbrar a los chicos a consu-mir frutas y vegetales cambiando las merien-das y reemplazando

las golosinas. Una vez adquirido el hábito, es más fácil equilibrar la dieta de toda la familia. Si no ven a los adultos consumir frutas y verdu-ras, ellos difícilmente lo harán.

•Realizar actividad físi-ca con asesoramiento profesional.

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También en La Boca: Bohemios

accIOnES

El Club Catalinas Sur retoma en su construcción los albores del sur porteño, los principios de esa zona aledaña al puerto construida

por familias de inmigrantes, quienes codo a codo levantaron sus casas y espacios comunes. Se trata de un centro deportivo, cultural y recreativo de dos hectáreas, montado gracias al esfuerzo comunitario de sus vecinos en lo que antes era un baldío. Hoy lleva el mismo nombre del complejo habitacional que está ubicado dentro del barrio de La Boca.

Todo empezó en 1964, cuando la Municipalidad terminó la construcción de este complejo de monoblocs y casas bajas, que alberga a más de 12 mil personas, entre caminos colmados de árboles y sin calles internas. Un oasis verde entre las fábricas lindantes a la cuenca del Riachuelo y el bullicio del centro de la Ciudad.

Allí se creó el club de Pi y Margall 671, detrás del Hospital Cosme Argerich, hecho netamente a pulmón por un grupo de personas que decidió en 1981 unirse como asociación para mejorar los corredores, las playas de estacionamiento y espacios abiertos del barrio, que empezaban a deteriorarse. Para hacerse cargo de la manutención y cuidado –en principio, de los estacionamientos–, necesitaban de personería jurídica. La obtuvieron, y al poco tiempo, visto el trabajo realizado en las playas, también les fue ofrecido en comodato el predio abandonado que se convertiría en el club barrial.

Actualmente, allí funciona una juegoteca, una guardería, dos canchas, una de fútbol 11, cancha de paddle, juegos para chicos, vestuarios, parrillas, dos quinchos, una estación de medición ambiental, mucho espacio verde y dos piletas que triplicaron la concurrencia de los vecinos.

Entre amigosAngel Bufoni, de 87 años, socio fundador número 8 de la Asociación Catalinas Sur y uno de los vecinos más conocidos del barrio, explica con cada una de sus anécdotas las transformaciones de aquel baldío que él mismo embelleció. “El lugar era un yuyal, una mugre, era un poco de todo”, recordó con un dejo de melancolía y agregó: “Lo armamos entero, pero nadie cobró sueldo, era todo ad honórem.”

“El campo estaba lleno de escombros y se usaba como basural, hubo que levantarlo, eso sí que fue bravo, porque lo hicimos todo a mano, todos colaboraban, algunos

Un fresco chapuzón de barrio

acercándonos herramientas, chapas o madera. Y si no, ¿quién lo iba a hacer?”, exclamó Angel alegando después que no había plata para que otros lo hicieran.

Según Guillermo Marsala, hijo de otro socio fundador, “los vecinos iban poniendo lo que podían para levantar los quinchos. Se buscaba, por ejemplo, que las areneras traigan bolsas de material a cambio de un asado”. Así también hubo electricistas que cooperaban desde su profesión, algunos donaban heladeras, armarios, y otros simplemente daban un rato de su tiempo.

El agua que da vidaA los pocos años de comenzada la obra del Quincho, como suelen llamarle al Club los oriundos del lugar, el Municipio se encargó de la construcción de los vestuarios y hace diez años, tal como relata Angel, pudieron construir la tan ansiada pileta.

Los registros de la Subsecretaría de Deportes afirman que en la Ciudad de Buenos Aires hay al menos 267 clubes de barrio. Si bien, en su mayoría, siguen siendo valiosos culturalmente, son emblemas de un estilo de vida que sólo se entiende entre milongas. Los clubes de barrio, algunos un poco más olvidados que otros, comienzan a sentir el paso de los años y buscan, de alguna manera, resucitar el espíritu comunitario que les dio vida a partir de nuevas formas de encuentro.

El Club Catalinas Sur no queda exento del vertiginoso tiempo. Fue por eso que decidieron construir una pileta que acercara a los jóvenes al club que sus abuelos disfrutaron años atrás. Pero otra vez el ineludible componente recursos económicos complicaba los proyectos. Como señaló Marsala, nuevamente se encontró la

damian BarBarosch

ConvoCAToRiA. DESDE

QUE FUnCionA LA PiLETA,

EL CLUB PASo A TEnER

CASi 2 MiL SoCioS.

Uno de los pocos lugares de encuentro y baile que se mantienen vigentes en el barrio de La Boca es el Club Bohemios, ubicado en la zona de las antiguas cantinas, desde donde pudo ver el lento ocaso de aquellas pistas. El Club sigue siendo un espacio donde se mezcla la cultura

porteña entre la milonga, el tango y el fútbol. Los sábados por la noche se realiza la clásica peña, allí donde el sofocante calor no se siente aunque la ronda siga acumulando parejas que se deslizan con “el ocho” de un tango o las tardes de verano que continúan congregando

amigos que char lan con su café habitual o juegan al truco. El Club fue fundado en 1938 por un grupo de jóvenes con el fin de realizar bailes sociales y, desde entonces, mantiene ese gran espíritu deportivo, cultural y, sobre todo, social.

solución: “Un grupo de personas (Colonia Deportuti) propuso realizar la pileta y como contraprestación se les dio un contrato para explotarla por diez años”.

La idea tuvo éxito y resultó ser una excelente oportunidad para la actividad social del barrio. Tan es así que, con la apertura de la pileta, pasaron de tener algunos cientos de socios a los casi 2 mil de la actualidad. Tendrá que ver con sus comienzos, o con el esfuerzo emprendido año tas año para mantener cada uno de los rincones del club, lo cierto es que nunca hubo un lugar más característico y emblemático para el barrio que el Quincho, el Club Catalinas Sur.

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ciudadanos

Con precios que oscilan entre los 500 y los mil pesos mensuales, dependiendo de si elegimos jor-nada simple o completa y las prestaciones que brindan, las

colonias de vacaciones son una opción más que recomendable a la hora de eva-luar en qué van a invertir su tiempo nues-tros hijos este verano. No queremos que estén todo el día con la tele, la compu o la consola de juegos, y la frase “me aburro” empieza a taladrarnos la cabeza. Entonces, las actividades que ofrecen se vuelven una posibilidad de que los chicos socialicen más allá de las paredes de la escuela y a la vez es una forma de incentivar la práctica y fomentar en ellos el espíritu deportivo.

Pero, esa categoría de “opción” se ele-va a “necesidad”, cuando los padres no cuentan con un familiar que cuide a sus hijos mientras ellos trabajan, ni quieren recurrir a una niñera para que se quede con ellos en casa. Compatibilizar los hora-rios laborales de los adultos con el tiempo de ocio y recreación de los niños requiere esfuerzos que a veces van mas allá de lo económico, porque el hecho de que pasen muchas horas fuera de casa en un ámbito nuevo inquieta a más de uno. Este ser-vicio lo brindan numerosas instituciones privadas a las cuales como ciudadanos y consumidores podemos acercarnos y pedir todo tipo de información que necesitemos, recorrer las instalaciones y comparar pres-taciones y costos. Y también están las co-lonias gratuitas del Gobierno de la Ciudad a través de su programa “Vacaciones en la escuela” que pretende brindar a 17 mil chicos y adolescentes de 3 a 17 años la posibilidad de pasar el verano con activi-dades que van desde lo deportivo hasta los talleres de plástica, lectura, escritura, murga o malabares entre otros. Para ello año a año a principios de noviembre se abre la inscripción pero en este caso, la experiencia durará sólo un mes: del 3 de enero al 4 de febrero en esta temporada 2011 en dos turnos, de 9.30 a 16.30 y de 11 a 18.30, con desayuno almuerzo y merienda (según el turno) y traslados garantizados. Más allá de la duración de esta colonia (las clases comienzan el 28 de febrero) quienes la eligieron se sienten seguros porque los niños van a estar en un ambiente conocido, los traslados serán a diferentes polideportivos de la Ciudad, y se garantiza la supervisión de las actividades por parte de profesores, psicólogos, médi-cos, nutricionistas y guardavidas.

Todo luce bien en el folleto, todo es per-fecto cuando nos lo cuentan. Pero hay que entender que no podemos dejar todo en manos de los demás. Que la seguridad es un bien que se persigue, y que si bien nos desenvolvemos tratando de brindar lo mejor, existen ocasiones en las cuales esa seguridad falla, o el lugar elegido no brinda las condiciones que promete. Junto con esta verdad de Perogrullo, podemos sumarle la disposición de los chicos, por eso es importante indagar previamente si tienen ganas de pasar el tiempo de ocio creativo con actividades que implican un desgaste de energía superior al que reali-zan durante el año. Es conveniente hablar con ellos, observar en las primeras jorna-das si realmente disfrutan de esta activi-dad; resaltar los beneficios que ofrecen la práctica deportiva y la interacción grupal, el hacer nuevos amigos y vivir aventuras nuevas; que sepan que más allá de la ne-cesidad de tener que ir a una colonia por cuestiones que a veces les son ajenas, como el trabajo de los padres, no es un lugar donde vamos a depositarlos como si

Hace más de un siglo se habla-ba, en el plano internacional, de tres países destinados a ser po-tencias futuras: Australia, Cana-dá y Argentina.

Todo parecía posible para estas tres naciones, no tenían techo para el crecimiento en el contexto mundial. Argentina era, por entonces, un país sin límites para sus sueños.

Hoy, décadas después, con la nefasta intervención de dictadu-ras militares que es imposible soslayar, pero también con un empecinado rumbo de autoim-potencia, la Argentina vuelve a ser un país ilimitado, pero desde otro punto de vista.

Cuando vemos que es posible apropiarse de parques y plazas asistimos azorados a una reali-dad que no es otra que la que no-sotros mismos hemos creado.

Cuando el Estado, o alguna de sus instituciones, se corre de sus funciones es el momento en que se empiezan a correr o des-aparecer los límites. Si un poder de nuestra Constitución no cum-ple con sus tareas, es posible que de inmediato sea invadido por los otros poderes. Similar si-tuación puede plantearse con la policía, o con las entidades de salud, con la educación o con nuestras fronteras soberanas.

Las instituciones y las leyes se han creado para la convivencia en la sociedad, cuando alguna de ellas es avasallada sin san-ciones se van a ir repitiendo, en diversas escalas, las rupturas de los límites.

Es entonces que ya no debería sorprendernos la ocupación del espacio público. Hay empresa-rios que se han adueñado de re-cursos naturales, de bosques, de cursos de agua. Hay particulares que se apropian de veredas, de tramos de calles para sus fines. Hay organizaciones que cortan a su antojo lo aquello que peor pueda perjudicar al resto, puen-tes, calles, rutas, aeropuertos. Hay enganchados al cable, a la luz. Hay personas que cobran por servicios que no deberían tener tarifa, sean privados o funciona-rios públicos.

Hace más de un siglo se ha-blaba de una Argentina con un futuro promisorio, de un país, el nuestro, sin límite para sus sueños. Hoy, el ser un país sin límites se ha convertido en una pesadilla.

oPinion

Argentina, país ilimitado

Colonias de vacacionesDr. HUGO B. QUINTANA,

PRESIDENTE FUNDACION EFORO

fuesen un paquete. Que pueden tener voz y voto a la hora de elegir el lugar. Y desde nuestro rol de ciudadanos y consumido-res de un servicio, tomar en cuenta estas recomendaciones:

· Elija una colonia que le quede cerca de su domicilio. Largos trayectos can-san a los niños, y no favorece su adap-tación;

· Asegúrese que los que están a cargo de los grupos sean docentes con título habilitante para las clases que brindan. Busque referencias de ser necesario;

· Verifique las instalaciones: no es una guardería, es una colonia de verano. Las actividades deben estar detalladas, tan-to las que son al aire libre como las que se desarrollarán en espacios cerrados. Esto es fundamental porque en los días de lluvia, si no se puede usar el natato-

rio, los chicos tienen que tener garanti-zada la recreación;

· El natatorio debe estar habilitado, y contar con guardavidas. Elija aquellos que no sean muy reducidos, ya que fa-vorece los accidentes. Y en los que tienen natatorios amplios, que esté debidamente sectorizado el lugar que ocupan los niños separado del resto de los concurrentes;

· El lugar debe tener cobertura médica como área protegida;

· Pregunte cómo se organiza la disposi-ción de los grupos según la edad. Es funda-mental ya que de otro modo las actividades no se podrán desarrollar como correspon-de;

· Los grupos no deben superan los 15 colonos por profesor.

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consiguen en tiendas exclusivas, son de alta calidad y los productos que se utilizan en la elaboración son frescos. No tienen mucho ai-re incorporado, sino que son más cremosos y, por tanto, su precio es más elevado. Por su mezcla de ingredientes de alta calidad, resulta nutritivo, refrescante y fácil de digerir. Su valor nutricional viene dado por su conte-nido en grasa (leche entera) además de las incorporadas por el cacao y los frutos secos, que contienen los aminoácidos esenciales para la vida. Posee además, las vitaminas (A, D, K, y F) y los minerales proporcionados por los productos lácteos, jugos y frutas (calcio, sodio, potasio, magnesio).

Existe, en la actualidad, una amplia y va-riada cantidad de sabores que se reinven-tan constantemente. Con dulce de leche repostero o pedacitos de chocolate, con frutos secos o bien, con pulpa de frutas, el helado es el producto más consumido durante el verano.

Helado de chocolate en casaIngredientes: 500cc de leche, 3 huevos, 100 gr de chocolate, 350 gr de azúcar, 2 cucharadas de almidón de maíz, 200 gr de crema de leche.Preparación: Cortar y disolver el chocolate en la leche caliente. Colocar en una cacerola 3 yemas, el almi-dón y 300 gr de azúcar. Revolver. Añadir la leche con el chocolate. Llevar a fuego y remover hasta espesar. Dejar reposar dos minutos, retirar y enfriar.Batir la crema de leche hasta espesar e incorporar la preparación anterior.Batir las claras con el azúcar restante a punto de merengue firme. Incorporar la crema de chocolate al meren-gue en forma envolvente. Verter en potes individuales y llevar al con-gelador hasta obtener el punto helado.

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aLImEntOS

haBItOS

Todas las circunstancias y casi todas las excusas son buenas para adquirir el codiciado postre en la época estival.

Fresco y gustoso, el helado es uno de los dulces más solicitados a nivel mundial.

La crema helada es un postre congelado, que se elabora a base de leche, nata o nati-llas combinadas con saborizantes, azúcar y edulcorantes. Otros ingredientes que inter-vienen en su producción son el huevo, dis-tintos extractos de frutas, chocolate, frutos secos, yogurt, estabilizantes y agua.

A pesar de la simplicidad de sus ingre-dientes (grasa, sólidos de la leche y azúcar) la interacción entre sus componentes es bastante compleja. Los glóbulos de gra-sa, las burbujas de agua y los cristales de hielo están dispersos en una solución con-centrada de azúcares y forman una matriz semisólida, congelada y aireada.

Resulta difícil establecer con certeza el origen del helado, pues éste ha variado en consonancia con los adelantos tecnológi-cos, la generalización de su consumo y las exigencias de los interesados. Sin embar-go, existen versiones que aseguran que este alimento procede de China y fue el rey Tang (618-697 a.C.) uno de los pioneros en emplear un método para crear mezclas de hielo de las montañas con leche, miel y frutas. De China pasó a la India, de allí a las culturas persas y después a Grecia y Roma. Pero no fue hasta entrada la Edad Media, en Italia, cuando este postre adquiere su esplendor. Fue Marco Polo, tras regresar de sus viajes a Oriente, quien introdujo en Europa las fórmulas gastronómicas para la preparación de postres helados asiáticos.

Se distinguen, a rasgos generales, dos calidades en el mercado: los helados indus-triales y los artesanales. Los primeros se consiguen fácilmente en supermercados, se elaboran con saborizantes y colorantes para realzar su sabor y son livianos, porque po-seen una gran cantidad de aire incorporado. Por otra parte, los helados artesanales se

Palito, bombón, helado

damian BarBarosch

RIncOnES

Adentrarse en la Reserva Ecológi-ca de la Ciudad de Buenos Aires implica recorrer su historia. A prin-

cipios del siglo XX, la Costanera Sur se convirtió en el paseo obligado de los porteños durante el verano. Los jardines que recordaban a los de Versailles, las lujosas confiterías y la imponente fuente de Las Nereidas enaltecían los alrededo-res. Pero el tiempo de esplendor se fue agotando. A finales de la década del 50 comenzaron a cerrarse las confiterías y se prohibió bañarse en el río, debido a sus altos niveles de contaminación. Por más de veinte años esa zona quedó prác-ticamente abandonada. En 1978 se llevó a cabo un proyecto que pretendía ganarle territorio al río. Pero en 1984 concluyó definitivamente la tarea de relleno, y esa área quedó a la deriva.

A partir de entonces, comenzaron a crecer distintas especies vegetales. La Reserva Ecológica emergía de los es-combros del río. Al comienzo, era todo un gran cortaderal con algunos arbus-tos incipientes. El 5 de junio de 1986, el Concejo Deliberante porteño sancionó la Ordenanza 41.247 para brindarle pro-tección al área. La Reserva se fijó en la avenida Tristán Achával Rodríguez, entre lo que sería la prolongación de las calles Viamonte y Brasil, que dan nombre a sus dos entradas. La de Brasil es la principal ya que se encuentra la mayor infraestruc-tura y se ubica justo delante de la estatua de Lola Mora.

Desde entonces, se produjo una gran evolución forestal en la zona. Diversas especies, como el curupí, el ceibo y el sauce criollo, han surgido espontánea-mente. Otros ejemplares, como el ligus-tro, han sido implantados. En cuanto a la fauna, las aves son las que tienen mayor presencia en el área. El arquitecto Emi-lio Grass, miembro de la Asociación Civil Por la Reserva (ACPR), explica que, por la evolución del ecosistema, “han apare-cido pájaros tanto del bosque como de la selva”. Patos, garzas, cisnes de cuello negro, entre otras, habitan en las lagunas internas. También se hallan poblaciones importantes de reptiles y roedores como lagartos overos y cuises.

Todo lo que atente contra las condicio-nes naturales de las 360 hectáreas de la Reserva genera, en principio, polémica. Los más de 300 incendios que la azotaron despiertan la controversia pública ya que, según fuentes oficiales, habrían sido in-tencionales. Además, está el mito urbano del emprendimiento inmobiliario que fogo-nea la versión. Por otra parte, aunque no

La Reserva que nació casi sin querer

De cabeza al verano

se registren estudios precisos, la sombra que generan las torres de Puerto Madero, es un problema. Grass explica que las edifi-caciones “arrojan una sombra densa sobre todo el lado oeste, lo que podría ocasionar perturbaciones en el ecosistema”. El ruido también afecta; ahuyenta a las aves y rom-pe con el entorno silencioso que muchos buscan para relajarse. El helipuerto que está ubicado a 300 metros de la Reserva, del Gruppo Modena –una empresa de taxi aéreo–, actualmente funciona sin mucha in-tensidad. No obstante, su construcción en una zona anexa a un área protegida podría ocasionar un fuerte impacto ambiental ya que se da una incompatibilidad recíproca entre las aeronaves y las aves.

La Reserva Ecología nació sin que nadie la esperara. En ella se mezcla la selva con el bosque y la urbe con lo agreste. Cohabi-tan infinidad de especies animales y vege-tales. Incluso, según el mito, habitaría una criatura que perfectamente podría encajar dentro de cualquier cuento de realismo má-gico. Este animal feroz, mitad perro mitad rata, se escondería entre los pastizales. El reservito, tal como se lo conoce, atacaría a los paseantes cuando cae el sol. Hay quie-nes descreen de su presencia y realizan sin preocupación las visitas guiadas nocturnas bajo el brillo de la luna llena. Pero otros, por las dudas, prefieren emprender la retirada antes de la puesta del ocaso.

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damian BarBarosch

ué bonito es el verano. Más aun cuando se está en la playa. Una sola lonita basta para pasarse largas jornadas en compañía del sol, la arena y esa brisa de mar tan característica de la Costa

Atlántica. Estos cuatro elementos (sol, arena, mar y vien-to) suelen embellecer las postales estivales subiéndose a la cabeza de todo visitante. Y, como suben, se insta-lan y dejan su impronta: pelo reseco y sin brillo, puntas florecidas y resquebrajamiento. Los rayos UV oxidan la queratina, que es la proteína estructural del pelo, lo cual ocasiona el debilitamiento de la fibra capilar. La arena, el agua salada y el viento, por su parte, tienden a disminuir la producción del peel hidrolipídico, que es una película de sebo y agua que lubrica el cabello de la raíz a la punta.

Al reducirse, genera fricción entre los mismos cabellos lo cual desgasta su parte superficial, aumenta la estática y produce el efecto frizz.

El pelo, al ser una extensión de la piel, tiene la función de proteger al cuero cabelludo de los rayos UV e infrarrojos. El estímulo del sol hace que el organismo intuya la necesidad de producir más cabello. Para que el cuero cabelludo no se queme, conviene en las horas pico (entre las 11.30 y 16) untar en el largo del pelo alguna crema con factor de protección y cubrirse la cabeza con un sombrero.

Para prevenir el desmejoramiento del pelo durante el verano, se recomienda alimentarse de modo más sa-ludable: reducir la ingesta de grasas y compensar con verduras, frutas y agua. También es preciso realizar una

buena higiene e hidratación, la cual estimula la memoria de la fibra capilar. Al deshidratarse el cabello, producto del abuso de los alisados, brushing o planchitas, se pier-de la forma natural que éste solía tener. Este efecto se potencia con la exposición directa al sol. Para realidades más problemáticas, el Centro Argentino del Diagnóstico Capilar Cabello y Salud, propone una terapia a base de miel orgánica denominada mieloterapia. Con este trata-miento se mantiene la naturalidad del cabello reteniendo el sebo y el agua en sus proporciones justas. Por otra parte, el tratamiento, al incorporar aminoácidos, da uni-formidad a las cutículas recuperando el brillo perdido. Y así, pues, tener el verano en la cabeza ya no implica tener el pelo arruinado.

Q

EL PREDIO FUE VICTIMA DE MAS DE 300 INCENDIOS, APARENTEMENTE INTENCIONALES.

IrresIstIble. LOS QUE NO TOLERAN LA LACTOSA, TAMPOCO TOLERAN NO PODER DEGUSTAR EL POSTRE DEL VERANO.

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equilibrios - 7Perfil - Domingo 9 de enero de 2011

marca Pais

Picnic en pleno microcentro

afines

Hay verdades que se pretenden ab-solutas y que caen por su propio peso, llevándose consigo desde

las convicciones más férreas hasta las ingenuidades más tiernas. Algo de eso pasó esta última semana en la redacción de Equilibrios.

El Editor tuvo una idea brillante. Por diversos avatares que no vienen al caso, en los últimos días se sumaron al equipo un par de jóvenes y promisorias plumas, como las que se encargarán de ahora en más de las líneas de la página 2 y par-te de la 6. Y, para cohesionar esta nueva versión del colectivo que comanda –con convicción férrea y algún dejo de ingenui-dad tierna-, el patrón decidió organizar un picnic “como los de otrora”, dijo. “¿Cómo los de quién?”, acometió indignada la lon-gilínea escriba de la página 4, y la concu-rrencia celebró la humorada con aplausos y abrazos.

Pero el cierre de esta edición era inmi-nente. Por eso se eligió que el encuentro no fuera en el Rosedal de Palermo o en Costanera Sur, sino en la propia redacción, esa casi casa que cobija a los redactores día a día.

Embotellamiento fraseológicoAsí fue como al principio de esta semana que termina, el mandamás convocó a un ágape que se llevaría a cabo dos días an-tes del término de la semana que está a punto de acabar. Es decir, el lunes se avisó que el picnic sería el miércoles.

En el 5° “A”Veinticuatro horas antes del encuentro, desde esta sección se emprendió una en-tusiasta recorrida por todos los escritorios de la redacción para saber qué era lo pri-mero que venía a la atrofiada mente del staff al escuchar la palabra “picnic”.

Vos, ¿cómo tapás tu patente?

Para cuando viajamos en colectivo, o si nos atrapa un embotellamien-to mientras manejamos o tomamos

un taxi, se nos presenta un interesante pasatiempo.

Consiste en observar cómo se las inge-nian los miles de argentinos que, día a día y cuadra a cuadra, tapan o adulteran las patentes de sus autos.

Todo pareció comenzar con los CD’s que, a los lados de la chapa, se suponía impedían los flashes de las fotomultas.

A eso le siguieron los que cambian la “E” haciéndola una “F” con un trozo de cinta aisladora negra, lo mismo con la “Q” por la “O”.

El truco del trapo que cuelga, como ca-sual desde el baúl, tapando letras y núme-ros o las tiras rojas que ya no pretenden rechazar la envidia sino las infracciones que se cometen.

Cualquier elemento es útil para ocultar los datos, el cable de una luz que queda colgando, la manga de un buzo o una feta de mortadela.

Un ejercicio anexo a esta distracción es observar qué calcomanías están en los vidrios de los autos cuyos dueños alteran las patentes. “Salvemos a las ballenas”, “Yo amo a mi país”, “No robe, el Estado no admite competencia”, o adhesivos de ONG’s dedicadas a la solidaridad o a la conciencia política.

Estos personajes ¿se creen más vivos que

los demás? ¿Nos están enseñando algo? Pero, para ayudar a las excusas que

darían estos esquivadores de fotomultas si son descubiertos, ocultan los carteles (chapas) de velocidades o de libre esta-cionamiento detrás de los árboles, de los postes de luz, para que caigan los incautos o aparecen velocidades impensadas como “máxima 130” y a los cinco metros otro de “máxima 3” haciendo imposible la reduc-ción de velocidad y posible la multa.

Como siempre, en el medio de unos y otros está usted, con la frente en alto y la patente limpia. No es poco.

Ricardo Federici

Los resultados fueron categóricos. El 43,2% de los consultados dijo: “Salí de acá, salame, ¿no ves que estoy trabajan-do?”. Entre las respuestas menos hostiles se destacan “mantelito –o lonita- roja y blanca a cuadrillé” (35,6%); “sándwich de mortadela” (9,3%); “hormigas, insectos, mosquitos y alimañas varias” (7,4%); y “guitarrista banana con canciones incan-tables” (4,5%).

El clima en la redacción no podía ser mejor. Corría por los pasillos esa extraña efervescencia que aparece sólo los vier-nes previos a algún fin de semana largo, a eso de las cinco y media de la tarde.

Pero era miércoles, día de cierre y de picnic, no en el 4° “B” (viva Soda Stereo, señores), sino en el 5° “A”, la casa de Equilibrios.

La primera verdad casi absoluta que ca-yó fue la del mantelito o lonita roja y blanca a cuadrillé. Ninguno de los presentes fue capaz de traer algo aunque sea parecido, ni siquiera el fotógrafo, en el cumplimien-to de su deber, logró captar una imagen donde aparezca esta especie de obliga-ción escenográfica del picnic. ¿No se usan más?, ¿pasaron a ser patrimonio exclusivo de maestras jardineras o restaurantes del Bajo?, ¿dónde están?, ¿las autoridades no van a hacer nada al respecto?, ojalá que no.

Por otro lado, la premura del cierre obligó a reemplazar los sándwiches de mortadela por los de miga, el fútbol por la corrección de textos, las canciones in-cantables por la típica banda de sonido de la redacción: llamadas telefónicas y una

radio por internet –muy buena por cierto-, y la contemplación por el frenesí. El me-nú se completó con varias empanaditas copetín y algún que otro snack. Asimis-mo, la inexorable urbanidad de la oficina privó al equipo de luchar contra alimañas y mosquitos, y de padecer el calor, y eso estuvo muy bien.

Se corrieron los escritorios y se improvi-só sobre la alfombra el banquete vesper-tino. Los redactores alternaron la culmi-nación de sus notas con las carcajadas que provocaban las anécdotas de picnics anteriores y así se cerró el Equilibrios que usted tiene en sus manos.

Pero no todo fue tan idílico, por eso se aprovecha este espacio para hacer un lla-mado a la solidaridad. El ágape se realizó en la redacción, bien, pero lo que nadie tuvo en cuenta es que la oficina tiene estática, mucha estática. No se sabe si es por la alfombra, el roce incesante de zapatos o la tensión cotidiana, pero todo, absolutamente todo lo sólido de ese glo-rioso espacio produce descargas eléctri-cas. Y, no está demás decirlo, la principal víctima de semejante flagelo es quien re-dacta estas líneas, que no pasa un minuto sin ser pateado eléctricamente por las instalaciones de la redacción. Hasta los mates le producen sacudones. Y no sólo eso, este escriba electrocuta involunta-riamente a todos sus compañeros, sobre todo a las compañeras, es una situación insostenible. Por favor, a las autoridades del Ministerio de Trabajo, o aunque sea al encargado del edificio, que alguien haga algo. Las relaciones interpersonales del redactor están en peligro. Desde ya, mu-chas gracias. Ya lo dijo el gran Gustavo Cerati: “Picnic en el 4° ‘B’, es una cues-tión de voltaje”.

[email protected]

Damian BarBarosch

No. FUE iMPOSiBLE ENCONTRAR UN MANTEL O LONiTA ROjA Y BLANCA A CUADRiLLé.

NUMEROS IMAGINARIOS

• La letra más modificada en las patentes es la “G” seguida por la “Q” y la “E”

• No sabemos si hay chapas con la letra “Ñ” o ésta siempre es adulterada

• Hay quienes alteran la letra “B” y la transforman en un “3”, lo que da la originalidad de una patente de cuatro números y dos letras. Todo da igual.

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8 - equilibrios / personas Domingo 9 de enero de 2011 - perfil

Staff Equilibrios

Producción integral: Intratopía SRL. Dirección: Ricardo Federici. Editor responsable: Sebastián Delfino. Subeditor: Ricardo Saidman. Colaboran en este número: Mariela Bosqui / Julieta Beldi / María Paz Míguez / Lucía Genovesi / Victoria Gallarza / Fernanda Shweinheim / Eric Cucit. Fotos: Damián Barbarosch. Publicidad: 5219-2420/21. Contacto: [email protected] / [email protected].

Una de las exponentes más notorias de la nueva genera-ción de cocineros televisivos dice que en esta época no es necesario importar costum-

bres alimentarias de ningún lado y que es preferible aprovechar el momento de nuestras frutas de carozo, que están en-tre las mejores del mundo. Disfruta –a su manera–, del primer embarazo de su vida (está de cinco meses) y adelanta que en 2011 esperará a ver cómo reacciona en este nuevo rol de mamá.

—¿Por qué comemos alimentos tan pesados en las fiestas?

—Son las costumbres. Pero no es que vinieron los gringos y las vendieron. Es que, por lo menos aquí, en Buenos Aires, la mayoría de nuestros abuelos vienen de lugares fríos. Mi tía, por ejemplo, que vivía en España, en el invierno de acá se iba al verano de allá para comprar turrones, los traía y los guardaba hasta las fiestas. Entonces, en Nochebuena te hacía comer eso, porque si no, para ella, no tenía sen-tido la Navidad. Pero el turrón estaba todo sudado, hacía un calor terrible, y es así.

—¿De dónde deberíamos importar las costumbres para comer mejor, o más li-viano, por lo menos?

—De ningún lado. Que sea nuestro; acá hace calor. Te pregunto a vos, en estas últi-mas dos semanas, ¿comiste duraznos?

—Eh, no.—Eeeh, ¿cómo que no?, ¿no comiste

duraznos, damascos y cerezas?—Este, ¿discúlpeme?—No, no sabés lo que te perdiste. Nues-

tras frutas de carozo son de las mejores del mundo, las cerezas son espectacula-res, ahora hay duraznos blancos que no se pueden creer lo buenos que están, los pelones están buenísimos, como para el que no le gusta la pelusa y todo eso. Y des-pués la fruta veraniega, como la sandía, ahora está mejor que nunca. Es el momen-to de comer eso. Nosotros somos un país que cocina al aire libre, mejor momento, imposible.

—¿Y para lo salado?—Habría que incluir la fruta ahí tam-

bién. Por ejemplo, el melón con jamón. El jamón crudo es algo que está caro y, por eso, es bueno comprarlo en una ocasión especial, es espectacular para comerlo ahora, que el melón está más rico que nunca, y en las fiestas quizás sí podés gastar un poco más en un jamón crudo que esté bueno.

—¿Qué suele preparar para estas épo-cas?

—Cosas chiquitas, que se hagan rápi-do. Por ejemplo, ensalada de tomates, que están buenísimas, higos, jamón crudo, bu-rrata y rúcula. Primero, porque uno corre y capaz que no tiene todo el tiempo para ponerse a cocinar por el trabajo, entonces trato de resolverlo con cosas así; hace calor, estamos cansados y, si hay chicos, no se puede hacer nada exótico, porque tampoco lo comen.

—Una vez dijo que el suyo era un caso más del dicho. “En casa de herrero, cu-chillo de palo”.

—Sí, y en las fiestas más, porque es la época en que más se trabaja. Para los que vivimos de la gastronomía, en estos días estamos en el horno, trabajamos como perros.

—Acá, con calor, vomito todo el día. Tengo que decir la verdad, no me siento muy bien (N de la R: lo dijo con otras palabras). Por ahora, toda esa parte hermosa del embara-zo todavía no me llegó, pero estoy contenta. Ni siquiera me cuido en las comidas, si des-pués vomito todo.

—Qué macana. El nacimiento sería entre abril y mayo, ¿cómo viene 2011?

—Y, no sé. Por ahora, tranquilo, espero. Trataré de ver qué me pasa a mí también, por lo menos, para la primera parte del año.

—¿Podría hacer algo parecido a cuando terminó la secundara, un año sabático?

—No, sabático no, porque me conozco, no podría. Pero tampoco puedo compro-meterme a hacer muchas cosas en los primeros meses, porque no sé cómo voy a reaccionar. Intentaré tener esa libertad, la posibilidad de elegir.

—La comparación con Doña Petrona es innecesaria, pero inexorable, ¿se podría hacer una equivalencia entre su tía (la acompaña en el programa) y Juanita, la históricamente castigada asistente?

—No. A mi tía no la puedo tratar así por-que me mata a trompadas, tiene un carác-ter…, con ella no se jode.

—¿Por qué usa tanto aceite cuando co-cina?

—En crudo, sí. En caliente, bastante po-co. El aceite crudo es mucho más saluda-ble, por ejemplo el de oliva, que es el que tiene más beneficios. Pero si freís en poco aceite, la comida absorbe mucho. Y si freís en mucho aceite, la comida casi no absor-be; cuanto más aceite pongas en la sartén, menos va a quedar en la comida. Aparte, las calorías no son mi tema, no creo que nos tengamos que preocupar tanto por eso como lo hacen algunos. Si comés de una manera más variada, no es necesario que hagas dieta, y mucho menos vivir a dieta. Estas fechas son un ejemplo, si vivís todo el año a dieta y ahora comés un montón, el cuerpo lo va a ahorrar, se va a quedar con lo que le des de calorías, porque va a decir: “Ah, no me vas a dar de comer otra vez”. El cuerpo trabaja así, en el modo ahorro.

—Consulta de soltero que cocina algo, más que nada, para no morir de inanición, ¿el olor a ajo se saca con el metal?

—Con acero. Igual, no todo el olor por supuesto, pero una parte se va a ir.

—¿Y se puede usar el mismo cuchillo con el que se corta el ajo?

—Te recomendaría que con el cuchillo no, prefiero la bacha de la cocina, por las dudas.

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damian barbarosch

“Argentina es un país que cocina al aire libre”NArdA Lepes

—Puede hacer un balance del año que se fue.

—Fue movido, hubo mucho cambio. Cambié de canal después de diez años (N de la R: se pasó de El Gourmet.com a Utilísima Satelital, para hacer el pro-grama Doña Petrona por Narda), lo que significa trabajar con un equipo nuevo, una idea nueva y otros proyectos, en un canal que también estaba cambiando, porque hay otro director y está bueno, no es que venís a tratar de incorporarte a una estructura que ya está armada y que

es inamovible, al contrario. Este proceso se trata de un aprendizaje mutuo. Por otro lado, estoy embarazada de casi cinco me-ses y ese es otro mundo.

—¿Y cómo está llevando el embarazo?

“PoR AHoRA, ToDA LA PARTE LINDA DEL

EMBARAzo No ME LLEGo, PERo ESToY

CoNTENTA.”