Equilibrios 43 - Septiembre 2010

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Equilibrios Año 2 - Número 43 - Domingo 12 de septiembre de 2010 Espacio de publicidad Prohibida su venta por separado DAMIAN BARBAROSCH Closed Caption. Comunicación sin barreras Betty Elizalde. Historia de la radio. Cómo ser escuchados y lograr claridad en el mensaje. La voz de los maestros

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EquilibriosAño 2 - Número 43 - Domingo 12 de septiembre de 2010

Espacio de publicidad

Prohibida su venta por separado

DAmiAN bArbArosch

Closed Caption. Comunicación sin barreras

Betty Elizalde. Historia de la radio.

Cómo ser escuchados y lograr claridad en el mensaje.

La voz de los maestros

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La pregunta podrá ser ¿por qué cantamos? Desde tiempos inme-moriales la voz cantada está liga-da a la ofrenda, utilizada como vehículo del alma para a la ado-

ración de los dioses. También podemos pensar en cantar como una forma de con-jurar el dolor, si lo relacionamos con la ma-nifestación cultural devenida en arte, pero que nació de la necesidad de hacer más ameno el trabajo de los esclavos. Cantar consiste, desde la parte técnica, en hacer vibrar el aparato fonador, básicamente en un modo de respirar llenando la parte baja de los pulmones, para luego con una fuer-za que nace del abdomen enviar ese aire a reverberar en las cuerdas vocales para salir por la boca. Se canta con la técnica y con las entrañas. Se canta con el alma rota y, aunque no tengamos voz, cuando se quiere cantar, se logra. Armonías, notas, escalas, teoría, perseverancia. No es fácil y puede llevar años el aprendizaje que para algunos es lograr dominar su garganta y para otros es alcanzar la perfección. Pe-ro para muchos otros, cantar es abrirse y sacar todo aquello que no podemos decir hablando. Y si eso que está escondido ha de salir, no siempre será con una voz afinada: a veces rasposa, otras anudada, la cajita musical se esfuerza en sonar lo mejor posible. No hay etapa más fértil pa-ra el canto que la de la niñez, donde sin importar estilos ni condicionamientos, el canto se asocia al juego, y generalmente viene acompañado de unos buenos pasos de baile. Sin embargo, lo malo que tiene crecer es que vamos perdiendo la capaci-dad de asombro, de juego, y nos gana la vergüenza. Pero, ¿por qué y aún sin áni-mos de ser profesional hay quien quiere aprender a cantar? Se lo preguntamos a Mariana Melero, que es cantante, musico-terapeuta, docente, y además guía de quie-

SUBE y Baja

Cantamos como vivimosTerapia. EL CANTo SirvE PArA LibErAr EMoCioNES Y MuChAS vECES SE TrANSforMA EN ALgo CurATivo.

damian BarBarosch

nes eligen este camino. Y así, entre una versión de Redemption Song de bob Mar-ley, pasando por la delicada Black Bird de los beatles o Sina de Djavan, se suceden los relatos de personas tímidas que en el canto encontraron la forma de expresarse y mejorar sus relaciones interpersonales. Según Mariana, hay mucha gente que lle-ga con la idea estructurada y tradicional de estudiar y exigen elementos técnicos

entrega, mucho mejor.” Mariana logra que se pregunten, por ejemplo, ¿cómo es mi ser musical?, ¿cómo soy emocionalmen-te?, ¿en qué momento de la vida estoy? Porque cantar, desde el punto de vista de la salud, cura, si tenemos en cuenta que si queremos un verdadero proceso de cura-ción y no de obturación de los síntomas de algo que está pasando, la receta no es la medicina que cura al instante, sino saber por qué los síntomas siguen manifestán-dose. Mariana cuenta que en una clase pueden pasar muchas cosas, desde las emociones más profundas hasta el ánimo que infunden los compañeros cuando una voz se quiebra: “Más allá de la canción, el ejercicio de cantar encierra mucha riqueza. Si vos cantás y cantás, algo te tiene que pasar con la música, porque la música es transformadora”, afirma. Es cierto, como titularon Los Auténticos Decadentes a uno de sus discos, cualquiera puede cantar. Mariana asegura que es cuestión de ani-marse, porque “el canto es de todos, la voz la tenemos todos. No importa si está más o menos ejercitada, con disfonía, con anginas, porque hay algo que es más in-efable, que no es del orden de la palabra y que pasa cuando alguien esta haciendo música o está cantando. Y eso llega, tiene que ver con la intensidad con que vos lo abras y lo dejes salir”. Porque en definitiva, ¿qué es ser un cantante? Supuestamente quien tiene el dominio, la destreza. ¿Pero es eso, nada más?, ¿ese recorte? Melero cree que hay voces que son como diaman-tes en bruto, personas que desde siempre han tenido la posibilidad de ser muy flexi-bles, con mucho registro, mucho volumen, aún sin haber estudiado. “En otros casos –reflexiona-, ese material no está tan faci-litado pero en las clases se puede alcan-zar, y no siempre desde la destreza vocal, sino con trabajar al máximo el potencial que uno tiene. hay que animarse porque hace bien al alma. No pensar en ‘ay, no tengo buena voz’. No pasa por ahí, sino por venir a contar y a cantar. A dejar fluir.” Para más información, [email protected].

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para manejar la voz y desarrollarla. “otros creen que van a encontrar recetas para ‘cantar bien’, y los voy desestructurando y les digo: ¿qué es cantar bien? Yo siempre les aclaro que soy musicoterapeuta y que no voy a hacer que este límite entre lo que sería una clase, un estudio y un aprendiza-je del canto y la musicoterapia a través del canto, sea marcado. Ese límite se borra en un ir y venir, en un fluir y, si el alumno se

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La voz y el mensaje de los maestros

Ayer fue el Día del Maestro, un momento en el que muchos de los que ejercen esa profesión –por no decir todos– aprovecha-ron para descansar y encontrar

aunque sea un mínimo instante de silen-cio. Es que las clases, el bullicio de los chi-cos, el estado de las aulas y los avatares de la vida cotidiana conforman un combo que a veces aturde. En medio de ese lío están los maestros, que necesitan alzar la voz para ser escuchados. Merecían darle un respiro a sus cuerdas vocales.

Quizás por desconocimiento, muchas veces los males de la voz son reducidos a un resabio de gripes o resfríos mal cu-rados. Sin embargo, las disfonías pueden ser originadas por un mal uso, o abuso, de las cuerdas vocales que ocurren en las situaciones más cotidianas. Y, como prota-gonistas de algunas de esas situaciones cotidianas, aparecen los maestros, esos que, haciendo enormes esfuerzos por ser comprendidos, suelen poner su aparato fonador en problemas.

“Lo primero que debe tener en cuenta un docente es que la voz es un medio de comunicación y de conquista, y entonces debe ser usada con artes para atraer la atención de los chicos. Esto es algo que le cuesta: ellos piensan en los conocimien-tos, la metodología y la didáctica, pero no en la voz como gran captadora de la aten-ción”, dijo la foniatra y ex presidenta de la Sociedad Argentina de la voz, María Euge-nia Pérez ibáñez.

Las cuerdas vocales son músculos y, co-mo tales, deben ser entrenadas. El movi-miento y la unión de las cuerdas determina cuánto aire pasa por la laringe y permite que se produzca la fonación. Por eso, la respiración es la base para poder emitir sonidos y la voz sale a partir de contar con una buena columna de aire. “Somos un instrumento de viento”, dice la foniatra Nora Yelén, y agrega: “hay gente que dice ‘me falta el aire’, pero eso no es así. El aire no falta, sino que hay que aprender a dosi-ficarlo para evitar agotar el aire residual y terminar la frase con el sonido trunco”.

En las aulas suelen provocarse proble-mas de desorden justamente por voces que no atrapan el interés de los alumnos. La contrapartida lógica de estos escena-rios es que el docente usa la voz, justa-mente, para volver al orden. “Los gritos y los retos tensan al docente y hace que esa voz salga cada vez más tensa. Lo que sí tiene que entender es que debe desarrollar dotes de orador. A partir de ahí, los cuida-dos de la voz se resumen en no abusar de ella, tratar de encontrar cuáles son las situaciones en las que su voz requeriría un esfuerzo mayor para ver si puede ser suplido por otra situación, evitar que se llegue a la necesidad de un abuso vocal, de gritar”, agrega Pérez ibáñez.

“Es muy difícil. Cuando los chicos se descontrolan, empiezo a levantar la voz y a la noche no puedo ni hablar”, cuenta vi-viana, que da clases de historia en un par de colegios secundarios de zona norte, y reconoce que nunca pensó en consultar a un foniatra.

No obstante, hay muchas otras situa-ciones en las que el docente es inocente respecto de la necesidad del abuso que la situación impone: los ambientes ruidosos, aulas que dan a la calle, que no están sono-amortiguadas, o que dan al patio donde se hace gimnasia y los chicos gritan, exigen al docente un esfuerzo que satura. También está el frío, aulas destempladas que hacen que los músculos no estén listos para tan-ta acción. “Desde la Sociedad Argentina de la voz”, dice Pérez ibáñez, “damos estos

SER SanO

consejos: mantener el cuerpo constante-mente hidratado para que la voz fluya y que las mucosas tengan turgencia, no tomar bebidas astringentes en exceso, como té, café, mate, y compensar siempre con agua, obviamente no fumar porque reseca y daña a las mucosas. Pero sí tener en cuenta, desde lo terapéutico, que las voces deben tener un cierto nivel de llegada y penetra-ción del espacio dirigida a chicos que, en general, hablan muy agudo, por lo que el docente va hacia el agudo; los tonos en los que habla el docente suelen ser más agudos de los que habla en la cotidianidad y el problema se da cuando el docente se resiste a ese agudo, y provocan hipotonías cuando tiende a irse al más grave.”

Las consultas con un fonoaudiólogo no sólo son recomendables para los profe-sionales de la voz, locutores, cantantes

o actores. Tanto los docentes que dan muchas horas de clase, como cualquier disertante, deben prevenir malos hábitos, como hablar de corrido hasta agotar el aire o emitir sonidos que se alejen de su tono basal, extremadamente agudos o graves, que pueden dañar las cuerdas vocales y el resto de los músculos de la laringe.

Las patologías más frecuentes que pueden aparecer en los docentes son los nódulos, una dolencia que “se vuelve qui-rúrgica si el maestro hizo caso omiso a la sintomatología previa, y se bancó a los nódulos más de dos años”, explica Pérez ibáñez. “Se trata de un callito que hacen las cuerdas vocales porque se están cho-cando. En el abuso que el docente hace de la voz, el esfuerzo es tal que las cuerdas se chocan y, como el cuerpo humano es muy inteligente y dice ‘si me estás chocando me

voy a lastimar’, entonces hace un callito en la zona de choque, al igual que los callos que le salen a quienes agarran una escoba o una raqueta de tenis.”

“Esos callos no son nada grave. Pero cuan-do los tenés en las cuerdas vocales, pesan y cada vez podés hablar menos, baja el ren-dimiento y lentamente vas en un tobogán, bajando, porque el callo crece cada vez más y el esfuerzo es mayor”, tranquiliza la profe-sional, aunque aclara que “la cirugía no es mágica, porque va a sacar el callito, lo mismo que cuando vas al podólogo pero, si se insis-te en usar el mismo calzado que provocó el callito, se vuelve a tenerlo, es decir, si no se cambia la forma de utilizar la voz, volverán los nódulos.”

Muchas veces se superan gripes o res-fríos tomando antibióticos. Pero si, a pesar de eso, la sensación de malestar en la gar-ganta permanece por varios días, hay que acudir a un otorrinolaringólogo que podrá diagnosticar cuadros de hipotonía, una de-bilidad en la unión de las cuerdas vocales, o bien hipertonía, que es un exceso de esa unión. Luego se deriva a un fonoaudiólogo que, además de las técnicas de respiración y colocación de la voz, dan masajes para reducir la tensión muscular del cuello, la ca-beza y el área cervical. Se trata de consultar y prevenir para no poner en riesgo una de las claves de la comunicación humana, la voz.

Y, en el caso particular de los maestros, las foniatras coinciden en destacar la impor-tancia del entrenamiento vocal. “Que todas las mañanas hagan un pequeño calenta-miento de reconocer el aire, dónde están los músculos que soplan. Y, cuando termina el día y usaron mucho la voz, que hagan un enfriamiento corporal, otra vez con el aire. Porque además, el docente no usa su voz solamente en clase, después tiene su pro-pia vida en la que también la usa, entonces tiene que volver al ruedo”, completa Pérez ibáñez.

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BaLanCe. ADEMáS DE LoS CoNTENiDoS, LoS DoCENTES DEbEN LogrAr ATrAEr CoN LA voz.

damian BarBarosch

Cuidados de La voz

Para mantener las cuerdas vocales en buen estado hay que evitar los cambios bruscos de temperatura y levantar la voz en lugares ruidosos y cerrados, como un boliche. Cuando se habla por teléfono, es recomen-dable alejar un poco el auricular del oído, porque al ocluir un pabellón au-ditivo no nos escuchamos en estéreo y tendemos a elevar la voz. El ciga-rrillo es la principal causa de cáncer de cuerdas vocales, que son únicas y no se pueden transplantar.

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SaLUd

Alternativas para el cáncerSegún datos de la Sociedad Americana

del Cáncer, más de 7 millones de personas murieron de esa enfermedad

en el mundo durante 2007. Desde hace años, muchos laboratorios comenzaron a dirigir sus esfuerzos para desarrollar nuevos medicamentos y tratamientos oncológicos. De esta forma, aparecieron diversos métodos, como las terapias biológicas, que abordan la enfermedad, principalmente, desde el sistema inmunológico.

Hace cuarenta años, un fitólogo argentino, Juan Hirschmann, poseedor de una enorme colección de cactus, descubrió ciertas deformaciones en algunas de sus plantas, bultos que un principio, supuso, eran producto de una hormona que provocaba un crecimiento mucho más veloz que en el resto de su plantación. En sus intentos por aislar esta evolución acelerada, descubrió que podía disminuir y hasta hacer desaparecer, lo que luego entendió que eran células cancerosas.

Así apareció, tal como cuenta Hirschmann, “un nuevo método para curar el cáncer”, a través de un remedio basado en la memoria molecular de diversas plantas y minerales. El descubrimiento fue denominado método Homeopático Activador Natural del Sistema Inmunológico (Hansi) y, pocos años después, se fundó el Instituto de Medicina Integral Juan Hirschmann, enfocado a combatir enfermedades como el cáncer, HIV, asma, fatiga crónica y otras patologías que tienen

que ver con la disminución de las barreras inmunológicas.

Según médicos de Hansi, “a partir de estudios realizados por la Universidad de Buenos Aires, el laboratorio del Instituto Nacional de Farmacología y, en agosto de 1990, tras recibir permiso para su uso, consumo y venta por el Ministerio de Salud, quedó demostrado que el medicamento es inocuo y está libre de efectos secundarios o colaterales”.

La clínica, que está ubicada en José Bonifacio 2576, tiene, según el descubridor del método Hansi, algo que muchos “no han podido lograr: 5 mil casos de metástasis hepáticas y 2.500 de cáncer bipulmonar curados”. El medicamento, agregó, “no aumenta las defensas, sino que las estimula”. Incluso, no sólo se postula como una estrategia para combatir la enfermedad, sino que también aseguran que ayuda afrontar de mejor manera la quimioterapia.

El medicamento, explicó Hirschmann, es compatible con otras terapias o remedios. Asimismo, indicó que el método Homeopático Activador Natural del Sistema Inmune, a partir de “una compleja combinación de plantas y minerales”, varía su acción terapéutica dependiendo de distintos factores, como “método curativo o de mantenimiento” contra la proliferación del cáncer.

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accIOnES

Al entender que el derecho a ser informado es universal, y procurar que la información llegue a todos

los ciudadanos poniendo énfasis en aquellos que tienen más dificultades para recibirla, se propician la integración social y la participación ciudadana. Para las personas con discapacidad, es fundamental contar con vías de comunicación basadas, especialmente, en la posibilidad de acceso.

Sin embargo, ni el medio más masivo está preparado para garantizar la llegada a la sociedad sin barreras de ningún tipo. Sin ir más lejos, la televisión todavía cuenta con límites que, para las personas con discapacidad auditiva o visual, son completamente excluyentes.

Un avance en la materia es la producción de “closed caption” (CC), un subtitulado de diálogos y sonidos destinado a que las personas con disminución auditiva lean lo que ocurre en la pantalla, con la opción de activarlo u ocultarlo. La semana pasada, se reglamentó el artículo 66 de la Ley de Servicios Audiovisuales, que procura fijar el acceso a la comunicación por TV para personas con discapacidad, comenzando por seis horas diarias de subtitulado en los canales de aire más grandes.

La ex diputada y titular de la Asociación Civil para la Integración Social (ACIS), Mónica Bianchi, que además es hipoacúcica, asegura que los canales tienden a “considerar que el subtitulado afecta la rentabilidad de los programas”, pero así como dice el lema de la organización: “Acceder a la televisión es un derecho de todos y no el privilegio de

El derecho a la información sin barreras

muchos”. Para comprender un poco más de qué

se trata el CC, Pablo Pérez, director de Antarctica Captions, empresa dedicada a la producción de servicios vinculados a la accesibilidad en televisión y cine nacional e internacional, explica que no todos los equipos o soportes pueden reproducir los CC y que, pese a los avances legislativos en la materia, “no hay una norma técnica oficialmente establecida ni tampoco una exigencia para los fabricantes de televisores, aunque, sin embargo, estuvo la posibilidad de generarla”.

Para la directora de ACIS, “se deberá tener en cuenta que el artículo 66 y su reglamentación hablan tanto del subtitulado oculto como de audio-

descripción y lengua de señas para determinados programas. Eso implica el cumplimiento de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad en cuanto a asegurar la accesibilidad a los medios de información. Los canales no tendrán más remedio que empezar a subtitular progresivamente su programación”.

“Este es un mundo oyente, donde las personas con discapacidad somos minoría. Sólo tenemos que aprender a hacer valer nuestros derechos y en un esfuerzo mancomunado luchar para la integración total: que el otro nos conozca, salir de ese lugar de la lástima, superarnos y hacer el máximo esfuerzo para integrarnos. En definitiva, sólo se trata de aprender a convivir con lo diverso y diferente”, finalizó Bianchi.

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damian BarBarosch

En Accion. LAS

ProDUCTorAS DE

SUBTITULoS BrINDAN

EL SErVICIo qUE ESTA

ESTIPULADo EN LA

NUEVA LEy DE MEDIoS

AUDIoVISUALES.

damian BarBarosch

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cIUdadanOS

Durante mucho tiempo y en va-rios países del mundo, existie-ron figuras penales tendientes a criminalizar a aquellos que agredían, insultaban o lesio-

naban el honor de otras personas. Aquí se conoce como calumnias e injurias, que tie-nen por objetivo aplicar una pena a quien lesione el honor o le impute falsamente la comisión de un delito a otro. Lo cierto es que estas figuras, sobre todo en la década del 90, empezaron a ser usadas para acallar la opinión pública y fundamentalmente para evitar críticas a los funcionarios públicos. En 1993, Argentina derogó la figura penal del desacato, específicamente destinada a pro-teger el honor de los funcionarios públicos, pero con esta derogación se comenzaron a utilizar las calumnias e injurias para el mismo fin. Así, los juicios contra periodis-tas, investigadores y hasta humoristas se sucedieron sin pausa. Desde ese momento, tanto el Centro de Estudios Legales y Socia-les (CELS) como otras instituciones, activis-tas y periodistas empezaron a trabajar para despenalizar la crítica pública y evitar que estas argucias sean usadas para acallar y censurar. Entre varias estrategias, una fue el litigio de casos que no sólo llegaron a instancias superiores en el país, sino que trascendieron al obtener fallos internacio-nales considerados hoy paradigmáticos. Andrea Pochak es directora ejecutiva adjun-ta del CELS y nos cuenta que durante los 90 hubo en la Argentina una inflación de juicios penales contra periodistas iniciados por funcionarios públicos, y uno fue el de Eduardo Kimel, historiador y periodista que fue condenado por criticar en un párrafo de su libro sobre la masacre de los curas Palo-tinos, conocida también como masacre de San Patricio, la gestión del juez Eduardo ri-varola, que debió investigar ese caso y no lo hizo. Luego de agotar todas las instancias judiciales en la Argentina, ya que la condena fue incluso ratificada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el CELS patrocinó a Kimel en una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que luego elevó el caso a la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos (CIDH), y en 2008 se condenó al Estado argentino por la violación de la libertad de expresión del periodista. Al mismo tiempo, obligó a mo-dificar las figuras de calumnias e injurias para que casos como este no se repitan. Finalmente en noviembre de 2009, merced a esa condena internacional, el Congreso argentino casi por unanimidad reformó el Código Penal, limitó las calumnias e injurias sólo para casos privados y despenalizó las expresiones cuando se trataran de informa-ción u opiniones sobre asuntos de interés público, sean proferidas por periodistas o por cualquier ciudadano, y donde estén afec-tados funcionarios o cualquier otro persona-je público. Para Pochak, esta es una reforma bastante amplia que pone a Argentina en una situación de modelo a seguir por otros países de la región, además de beneficiar a los imputados actuales, retroactivamente. Al ser una ley penal más benigna porque limita el alcance del delito, puede incluso afectar a las causas penales que están en trámite. Esto significa que se aplica a todos los casos que están en trámite y los jueces tienen la obligación de sobreseer a los im-putados si se tratara de casos de interés público. Un asunto de interés público es, según lo que ha definido la Corte Suprema y el Sistema Interamericano, todas aquellas informaciones u opiniones que se refieran a asuntos que la ciudadanía tiene derecho a conocer. No importa si eso implica además la lesión al honor de una persona. El honor

¿Utilizar un destornillador como martillo? Cuando asume un gobierno, sea nacional, pro-vincial o municipal, se puede ir monitoreando su accionar en el modo que utiliza el aparato, la estructura, del Estado.

Las modificaciones en las distintas dependencias de la administración pública nos dan indicios de lo que se pretende hacer con los recursos del Es-tado. Se los puede usar como dinamizadores del empleo, o se los puede orientar hacia los be-neficios sociales.

Puede ser el Estado prestador de servicios, alentador de inver-siones o protector de la produc-ción local.

Se puede hacer del Estado un regulador de actividades, un árbitro o mediador de conflictos laborales o sociales, un promo-tor de cultura.

Puede, en síntesis, adquirir el Estado múltiples comportamien-tos que dependerán, en gran me-dida, de sus conductores. Así, el modo, la dirección que un gobier-no le da al Estado nos dice cómo es. Si se pretende analizar la po-lítica que aplican los diferentes poderes Ejecutivos, basta con observar de qué manera se utili-za la administración estatal.

Pero también define a un go-bierno el objetivo de esta acti-vidad estatal, a quién se dirige, sus destinatarios.

Por eso es importante la trans-parencia de los actos de gobier-no. Un gobierno es transparente cuando permite, a la mayor parte de la población posible, conocer la actividad del Estado.

que la población pueda saber cómo trabajan los distintos es-tamentos públicos, cómo van ejecutando sus tareas. que pue-dan los ciudadanos informarse del paso a paso presupuestario y que los responsables rindan cuentas de su gestión.

Un Estado no debe estar al servicio de sus funcionarios, ni estos deben beneficiarse con la información o recursos que detentan en el ejercicio de sus cargos.

Como espejo de esto último, tampoco un Estado debe utilizar sus dependencias y facultades de manera digitada en contra de personas físicas o jurídicas.

En definitiva, un Estado debe ser una herramienta que los go-biernos deben utilizar con el ob-jeto para el que fueron creadas.

Un destornillador nunca podrá ser un martillo.

OPInIOn

¿A quién servir?

Para no callar ninguna vozDr. HUGO B. QUINTANA,

PRESIDENTE FUNDACION EFORO

en este caso queda en un segundo plano porque lo más importante es proteger el derecho de la sociedad a ser informada. El caso Kimel fue emblemático porque consti-tuyó la primera decisión de la Corte Intera-mericana de Derechos Humanos vinculado a un tema de libertad de expresión contra Argentina y que tuvo el efecto de la reforma del Código Penal. Pero el CELS patrocina

otros casos en los fueros civil y penal y en el sistema interamericano. Eduardo Kimel falleció el 10 de febrero de 2010 y esta ley llevará por siempre su nombre, en defensa de la libertad de expresión y del derecho de la sociedad a estar informada sobre los asuntos públicos.

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TribunAlEs. TrAS UNA LArgA LUCHA, SE DESPENALIzAroN LAS oPINIoNES PErIoDISTICAS qUE SE rEFIErAN A ASUNToS DE INTErES PUBLICo.

damian BarBarosch

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un ingrediente para tener en cuenta en la cocina: es ideal para medialunas, magda-lenas y galletitas, debido a que mantiene los alimentos esponjosos después de ser horneados. Un arcaico pero sabio conse-jo para aliviar inflamaciones o dolores de garganta es tomar unas cucharaditas de miel en ayunas, debido a su suave acción expectorante y antitusígena.

¿Por qué reemplazar el azúcar por la miel? Si bien el aporte calórico es similar en ambos, la diferencia radica en que la segunda no aporta calorías vacías. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), la miel está compuesta por un pequeño porcentaje de minerales –como calcio, fósforo, hierro– y vitaminas A, C y ácido

pantoténico (vitamina B5).También cuenta con inhibi-

na, proteína que aporta una acción antibiótica y bacterici-da. Así, la miel ayuda a com-batir y cicatrizar infecciones en heridas superficiales. A su vez, presenta acetilcolina, que mejora la secreción de jugos gástricos, disminuye la acidez, estimula el peristal-tismo y favorece la irrigación sanguínea. Del mismo modo, calma alteraciones del siste-ma nervioso, como trastor-nos emocionales, depresión e irritabilidad.

Por contar con minerales y oligoelementos, diversas publicaciones de medicina alternativa aconsejan con-sumirla en casos de afecciones renales, estreñimiento, reuma, insomnio y artritis. Asimismo, por ser un alimento energético de fácil asimilación, es recomendable para personas con altas exigencias físicas e intelectuales. Sin embargo, puede resultar peligrosa para los bebés, ya que su orga-nismo no esta preparado para digerirla.

Todos los beneficios develan que el valor curativo que adquirió la miel a lo largo del tiempo no es errado. Esta dulce y antigua panacea continuará siendo un tónico ener-gético excepcional para todas las edades, en todas las culturas, al ser un producto de extrema pureza natural.

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aLImEntOS

Cantar, hablar, recitar, aconsejar, co-municar. La voz es uno de los ins-trumentos más importantes en la

interacción humana y, por tantos otros mo-tivos, hay que saber cómo cuidarla. Desde tiempos ancestrales, la miel es el legado natural más acertado para prevenir afonías y cualquier otra alteración en las cuerdas vocales. El secreto de sus poderes curati-vos radica en sus múltiples propiedades.

Para los egipcios, la miel era uno de los elementos rituales más importantes y la empleaban en el proceso de momificación. A su vez, tanto los griegos como los romanos la consideraban una sustancia sagrada por su capacidad terapéutica. Igualmente, los incas ela-boraban bebidas reconsti-tuyentes en base a miel y otros pueblos la utilizaban hasta como medio de pa-go.

¿Cómo se obtiene? las abejas, sabias alquimistas, liban el néctar de diferentes tipos de flores y lo combi-nan con la enzima inverta-sa, que se encuentra en su saliva. Luego, depositan esa sustancia dorada en las paredes de los panales pa-ra que sirva como sustento de sus larvas durante el invierno.

Su color oscila desde el blanco pardo hasta un castaño intenso, de acuerdo con su procedencia floral y el tipo de abeja que la fabricó. Se dice que cuanto más oscura es, mayor cantidad de minerales y vitami-nas B y C posee.

Más allá del placer de deslizarla sobre un pedazo de pan recién horneado, o de agregarle al té una cucharadita para endul-zar el día, la miel puede disfrutarse de muy diversas formas. Por su naturaleza astrin-gente y suavizante, se aprecia en tónicos y cremas cosméticas. Si se la mezcla con unas gotas de aceite de almendra ayuda a prevenir las arrugas. Por otro lado, es

Miel, la aliada más dulce

damian BarBarosch

RIncOnES

Ubicada en la calle Pizzurno, entre Paraguay y Marcelo T. de Alvear, la sede del Ministerio de Educación,

más conocido como Palacio Pizzurno, se levanta como una de las más preciadas joyas arquitectónicas que habitan en la Ciudad de Buenos Aires.

Dentro del fastuoso palacio, se encuentra La Biblioteca Nacional de Maestros, que tiene su origen a fines del Siglo XIX como producto de la generación del 80. Es Domingo Faustino Sarmiento quien decide establecer una “ofici-na de libros” que después se transforma en una Biblioteca Nacional. Este paso de crear una biblioteca que sirva a los docentes para que se capaciten, tengan bibliografía y pue-dan buscar los materiales más adelantados y las revistas de la época es potenciado en la década del 30 del siglo pasado por Leopoldo Lugones, que le da al proyecto un nuevo im-pulso. En esta época, la biblioteca tiene uno de sus principales pe-ríodos de esplendor y es Lugones quien ad-quiere textos valiosos, atrae a coleccionistas que donan sus piezas y da un giro al servicio para docentes, comprando obras de educación (libros de texto, didáctica, etc.) que hoy consti-tuyen una colección histórica extremadamente valiosa para poder hacer estudios comparati-vos entre lo que es la educación hoy y lo que se hacía en ese momento.

Por medio de computadoras, se puede acce-der a una base completa de todo lo producido por el país y por el Mercosur, una base sobre innovaciones educativas y otra, con todos los eventos que produce el ministerio, congresos, capacitación, etcétera. Además, hay una base de entidades relacionadas con la educación y otra, con novedades educativas, que se actua-liza cada 15 días. Pueden encontrarse obras valiosísimas, como la colección histórica de educación, libros exquisitos, raros y antiguos, la colección privada de Leopoldo Lugones, además de una completísima hemeroteca compuesta por revistas especializadas en educación de todo el mundo.

La gran casa de los maestros Desde 1903 hasta 1978, el Palacio Pizzurno

fue sede del Consejo Nacional de Educación. Disuelto con motivo de la transferencia de las escuelas nacionales a las provincias, reagrupó entonces a la mayoría de las dependencias del ministerio que habían ocupado edificios públicos de la zona, por ejemplo, el de Avenida Córdoba 831 y el de Madero 235. Desde entonces, y con diversas denominaciones (Justicia e Instrucción Pública, Educación y Justicia, Cultura y Educa-ción), el hoy Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, funciona en el mismo lugar.

Remodelación de 1980. Desde su instalación en la calle Pizzurno, el Palacio sufrió varias re-construcciones que incluyeron también la com-pra de propiedades cercanas y la restauración y ampliación para albergar a todas las oficinas.

La Resolución ministerial de 1979, firmada por el entonces ministro de Cultura y Educación, Juan Rafael Llerena Amadeo, aprobó un Anteproyecto General por el cual se au-torizaba la remodelación de la sede del Ministerio de Cultura y Educación, ex Consejo Nacional de Educación. Se llevó a ca-bo en 1980 y estuvo diri-

gida por el arquitecto Félix Ruiz Martínez. Incluía la totalidad de los inmuebles adquiridos, más el subsuelo de la calle Pizzurno y la Plaza ‘Paseo de los Maestros’, también propiedad del ministerio, para dar solución al problema del estacionamien-to. El proyecto de remodelación interior lo dotó de las condiciones arquitectónicas y técnicas necesarias para el adecuado funcionamiento del nuevo destino, con espacios adecuados para reuniones, seminarios, talleres y actos. Hoy, los cuatro salones más importantes del ministerio evocan a las destacadas educadoras argenti-nas Luz Vieyra Méndez y Rosario Vera Peñaloza; al ministro Luis MacKay y al escritor Leopoldo Marechal. El edificio alberga también los valio-sos tesoros culturales de la Biblioteca Nacional de Maestros, creada por Sarmiento en 1870, el Centro Nacional de Información Documental Educativa y una valiosa pinacoteca.

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damian BarBarosch

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EQUILIBRIOS - 7PERfIL - Domingo 12 de septiembre de 2010

maRca PaIS

La radio argentina cumplió 90 años

afInES

Nació como muchas de las cosas bri-llantes de la vida: mezcla de locura y esperanzas. Cuando tenía treinta

y pico, dijeron que estaba destinada al olvi-do, pero a fuerza de magia nunca perdió su lugar. El inexorable paso del tiempo le trajo sofisticación, pero no le quitó mística. Y ahí está la radio hoy, a sus 90 años, renovando el romance eterno que la une al corazón de muchos argentinos y prometiendo la compa-ñía de siempre, en la forma que sea.

Póquer de locos. “Miren, muchachos, si un día pudimos escuchar por radio el canto de un gallo, debe existir la posibilidad de transmitir la voz humana, o la música. ¿Se imaginan qué grandioso sería?.” Corría la segunda mitad de la década de 1910. Los muchachos escucha-ban con atención. El joven que les hablaba no era un aventurero desquiciado, aunque para-dójicamente la historia le regalaría el apodo de “loco”. Se trataba de Enrique Susini, de 25 años, un radioaficionado y estudiante de medicina al que, además, le sobraba curiosi-dad y talento para intentar contestar su propia pregunta.

Susini no estaba solo. Compartía la fascina-ción por los avances tecnológicos de la época con tres compañeros de facultad que también eran radioaficionados: Miguel Mujica, de 18 años, César Guerrico y Luis Romero Carranza, ambos de 22.

En 1920, realizaron lo que sería la primera transmisión de la radiofonía argentina. La fría noche del sábado 20 de agosto, los mucha-chos colocaron un potente micrófono en el punto más alto del auditorio del Teatro Coliseo de Buenos Aires. Tenían un transmisor de cin-co vatios que instalaron en la terraza del edifi-cio junto a transformadores y condensadores rudimentarios. Y entre el teatro y la cúpula de una casa que estaba en la esquina de Cerrito y Charcas, levantaron una antena.

Los señaladoresRetomamos la lectura del libro que

estaba al costado de la cama y, al rato, nos damos cuenta de que

estamos leyendo de nuevo las mismas páginas ya leídas.

¿Qué ocurre? ¿Es un “déjà vu”, o mar-camos mal las hojas por leer?

Es en esos momentos que nos perca-tamos de la importancia de un buen se-ñalador.

Los señaladores son compañeros silen-ciosos de nuestras lecturas. Ellos saben de textos que disfrutamos o no compren-dimos, de lágrimas huérfanas, de sonrisas y aburrimientos.

Están aquellos lectores que tienen un señalador favorito. Siempre el mismo, a lo largo de cuentos, novelas, ensayos. Por supuesto, también están los que varían cada tanto y los que siempre los pierden. Aunque un señalador que se pierde auto-máticamente deja de ser un señalador.

Hay señaladores sofisticados, metáli-cos, con imanes, con lápiz incluido, con imágenes. Se puede usar un pequeño pa-pel, una tarjeta, un boleto de colectivo, una etiqueta de la ropa, un hilo de lana.

Hay señaladores que se van moviendo al ritmo de nuestra lectura y otros que se quedan para siempre entre dos hojas, tratando de indicar un momento que nos pareció eterno.

En algunos libros de poesía puede ver-

se la flor marchita que señala el verso perfecto. Una flor inmóvil para sueños inquietos.

Vaya uno a saber cuántos señaladores habremos utilizado a los largo de distin-tos libros. ¿Dónde estarán? Y si los ha-lláramos, ¿qué nuevas historias podrían contarnos?

Números imaginarios. El material más usado para la confección de señaladores es el cartón, papel (82%) seguido del me-tal (12%). El menos utilizado es el vidrio (0,03%).

Alcides Lemos, un desertor y baqueano

Por distintos motivos, oyentes de todos los tiempos suelen decir que la radio es “mágica”, y no les falta razón: que todo ha-ya funcionado bien esa noche tiene que ver, en cierta medida, con la magia de algo que pronto sería parte de la vida cotidiana de los argentinos.

A las 21, la voz de Susini fue captada por las casi cien radios que había entonces en Buenos Aires: “Señoras y señores, la so-ciedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal, con la actuación del tenor Maestri, el baríto-no Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”.

Algunos dicen que Parsifal fue la primera transmisión radial del mundo, y es proba-ble. Por su osadía y el lugar desde donde

hicieron de las suyas, a Susini y compañía se los llamó “los locos de la azotea” y “los muchachos del Coliseo”.

Largo camino. Los 40 fueron los años de oro para la radio argentina. Aparecieron los programas humorísticos de Niní Marshall y Luis Sandrini. En la década siguiente, con la llegada de la televisión, se pensaba que la radio iba a desaparecer. No obstante, re-cobró fuerza con ciclos inolvidables, como el radioteatro Los Pérez García, La cabalga-ta Gillette, Argentinísima y Carburando. Co-mo testigo y portavoz de la historia, Radio Colonia se encargó de informar sobre los sucesivos golpes de Estado del país. En los 70, llegan voces como Hugo Guerrero Marthineitz, Betty Elizalde (ver página 8) y Julio Lagos. A mediados de los 80, con la emisión de una canción de los Rolling

Stones, nace la Rock & Pop, y en los 90 comienza a dibujarse gran parte del pa-norama que ofrecen las emisoras en la actualidad, con voces como Mario Pergo-lini, la negra Vernaci, Lalo Mir y Ari Paluch, entre otros.

Todo esto tuvo un telón de fondo: des-de aquel “atento Fioravanti”, hasta el “es un buen momentaa”, de Marianito Closs, pasando por el “barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”, de Víctor Hugo, las transmisiones de fútbol ocupan aún hoy un lugar central en la radio y no parecen sucumbir ante el avance de la televisión, incluso con la incorporación de la tan mentada alta definición.

La experiencia de Internet. Desde la mitad de la década pasada, Internet le permitió a las radios tener una vía más para interactuar con los oyentes. Ade-más, nacieron varias radios en la red con programación propia que también aportan al crecimiento del medio.

No obstante, desde principios de este año, se está dando una experiencia es-pecial. En lugar de que una radio cons-tituida en el éter tenga una página web donde reproduzca sus contenidos, hay una radio que genera su señal desde Internet, con estudios profesionales y es “levantada” por una emisora convencio-nal. Se trata de www.radiomano.com, que con su programa insignia, Sin falta, ame-niza la segunda mañana de FM La Isla.

Tanto en los años 20 del siglo pasado como en la actualidad, la Argentina sigue siendo vanguardia en materia de radio y eso es motivo de orgullo para oyentes y trabajadores del medio. Se enciende la luz roja, estamos al aire.

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damian BarBarosch

CLasiCa. LA PORTATIL Y EL FUTBOL CONFORMAN UN SOCIEDAD QUE NUNCA PASA DE MODA.

de las pampas, vivía huyendo de la ley, y, de puro aburrimiento, se convirtió en ávido lector, pese a sus dificultades escolares. Para él, acostumbrado a evadir y escon-derse, las pisadas eran las mejores indi-caciones. Por eso, cuando quería señalar alguna hoja de sus libros, se embarraba la bota y la pisaba. Ese era su señalador.

Renzo Calcaterra, capomafioso, había adoptado la tétrica costumbre de utilizar como señaladores los dedos índice reba-nados de aquellos que no pagaban sus deudas. Este hábito fue su perdición. No le resultó difícil a la Policía asociar los 641 dedos encontrados en su biblioteca con las consecuentes víctimas. En definitiva, los índices, acaso como nunca, cumplieron su función de señalar.

Ricardo Federici

Page 8: Equilibrios 43 - Septiembre 2010

8 - equilibrios / personas Domingo 12 de septiembre de 2010 - perfil

Staff Equilibrios

Producción integral: Intratopía SRL. Dirección: Ricardo Federici. Editor responsable: Sebastián Delfino. Subeditor: Ricardo Saidman. Colaboran en este número: Mariela Bosqui / María Paz Míguez / Julieta Beldi / Alejandro Absi / Fernanda Shweinheim. Fotos: Damián Barbarosch. Publicidad: 5219-2420/21. Contacto: [email protected] / [email protected].

Lleva cinco décadas de trayectoria en un medio que acaba de cum-plir 90 años y no duda en afirmar que aún siente placer por prepa-rar su programa todos los días.

Fue la sensualidad del éter y la conductora de audiciones periodísticas que quedaron en la historia. Hoy, desde Radio Ciudad, demuestra que sigue siendo la dueña de una voz privilegiada que se mantiene a pe-sar de la “desdicha” del cigarrillo. Es Betty, siempre Betty.

—Alguna vez dijo que se sentía “para-periodista”, ¿de qué se trata? —Creo que en el periodismo la forma-ción es fundamental. Yo trato de hacer lo que puedo, trabajo con la mayor honesti-dad posible, pero considero que no tengo una preparación periodística, por eso lo digo. Y a veces creo que soy aprendiz de paraperiodista, no es falsa modestia, es que me siento incómoda cuando me di-cen periodista, porque implica una gran responsabilidad. Me siento más en otro rol, de comentar cosas que pasan en la vida, en la política o en lo que fuere, pero desde otro lugar, más desde la mesa de café, pero con la responsabilidad de decir-lo en un medio, teniendo en claro que no soy una sólida periodista. Y además, creo que un periodista debe tener una sólida base de medio gráfico, porque la voz no deja rastro, pero en la gráfica uno deja los dedos marcados. Por eso, cuando me lla-man para escribir algo, me siento tan mal, porque estoy acostumbrada a escribir mis cosas, cuentos, una novela que alguna vez la terminaré, pero eso es completamente diferente.

—¿Cómo se hace para no perder vigen-cia? —Yo también me lo pregunto. Por un lado, creo que evidentemente tenía cuali-dades para estar en esto, un regalo de la naturaleza, y sobre eso he trabajado para mejorar. Toda mi vida tuve mucha fuerza e inquietudes por el mundo del sonido. Yo digo que nunca trabajé, siempre hice radio. Es un placer, nunca me he levantado sintiendo el peso de tener que ir a traba-jar, aún en circunstancias muy difíciles, cuando me tenía que producir mi propio programa económicamente, por ejemplo. Siempre he venido con el mismo entusias-mo y sentí que todo lo que me rodeaba era una alternativa válida para la radio. Tuve una época en la que estudié teatro, porque me encantaba, pero me di cuenta de que todo lo que estaba aprendiendo me servía para mejorar mi presencia frente al micrófono. Y después, sé que tengo que seguir yendo al cine, al teatro, a recitales, leer libros, no sólo por una inquietud per-sonal, sino porque la radio es un medio que chupa demasiado; si vos tenés todos los días tres horas al aire, debés contar con mucho material, no es sólo llegar y que el productor tenga una buena agenda y llame a alguien interesante para charlar. Y, si así fuera, tenés que tomarte el trabajo de saber de quién se trata. Racionalmen-te, puedo decir que siempre me ocupé, siempre fue muy central el trabajo en mi vida. Pero también hay algo misterioso; no puedo dar cuenta de por qué algunos permanecemos y otros no. En general, cuando uno ha tenido un buen recorrido en este medio y desaparece, creo que es más por razones personales que por fal-ta de interés de la audiencia, porque hay gente que hace mucho tiempo que no está en el aire y sin embargo se los recuerda. Además, a veces me pasa que ni recuerdo

cosas, somos pocos los que lo hacemos, (Héctor) Larrea lo hace. Y a pesar de haber incorporado tanta tecnología y la impresio-nante cantidad de material que puede tener un operador a mano, si no está comprome-tido con lo que pasa al aire... A veces pasa que hay como dos programas paralelos: por un lado, el conductor con lo suyo y, por el otro, el operador buscando en la computa-dora y, si encuentra algo, lo mete. Es distinto cuando hay una gran integración en el equi-po. El trabajo en radio implica equipo, que significa estar todos los días con la misma producción, el mismo operador, y vos tenés que ser el resultado de todo eso.

—Encendió un par de cigarrillos durante la charla, ¿se cuida la voz? —La calidad de la voz es un privilegio, un don de la naturaleza, como los ojos celestes o determinada estatura. Los foniatras me han dicho que tengo naturalmente una voz impostada, sin defectos, un aparato fónico en buenas condiciones. Nunca me he cuida-do. Hasta el día de hoy no sé lo que es una disfonía, sí hice bastante foniatría, cuando es-tudiaba teatro, obviamente trabajaba mucho la voz. Pero siempre me interesó todo lo que tenga que ver con la fonación, me fascinan las voces, voy a escuchar una ópera y hay momentos en los que me desengancho de lo que está pasando y estoy pendiente de lo que hacen técnicamente los cantantes, cuando ando cerca de alguno, les miro la panza, veo cómo mueven el diafragma, cómo respiran, los buenos cantantes me fascinan, les copio matices. Siento que sigo teniendo una voz bien colocada. A lo que me regaló la naturaleza, le agregué trabajo. El cigarrillo es una desdicha, como cualquier adicción. En dos o tres oportunidades, quise dejar; hice cursos y ya a esta altura he asumido que debo convivir con esta adicción y me hago cargo de las consecuencias, no fumo por ignorante. Igualmente, considero que he lle-gado bastante lejos, no tengo fantasías de inmortalidad.

—¿Pensó en el retiro? —No, porque no tengo proyectos de largo alcance. Vivo un día a día, así fui siempre, porque sé lo inestable que es este trabajo. Cuando me preguntan, tengo la sensación de que “hoy lo hice, mañana veremos”. Si por determinadas circunstancias, me tuviese que quedar afuera, sería muy duro; la radio es algo muy importante para mí. Igual, creo que tengo muchos recursos en la vida priva-da como para llevarlo con dignidad, por lo menos. Es muy difícil darse cuenta cuando llega el momento del retiro. Pero, como soy exageradamente autocrítica, en algún mo-mento, cuando llegue el deterioro, me voy a dar cuenta. Y, si no, ya se va a encargar el medio de borrarme.

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damian barbarosch

“Nunca trabajé, siempre hice radio”Betty elizalde

que hace 15 años leí algún cuento, y me encuentro con alguien en la calle que me agradece por haberle despertado fascina-ción por ese autor, eso me asombra. Ahí te vas dando cuenta de que la radio deja huella. Creo que ahí está la vigencia de algunos conductores, cada uno ha dejado algo en algún grupo de personas.

—¿Qué le falta y qué le sobra a la radio en la actualidad? —Cosas básicas: prolijidad de la pues-ta en el aire. Parece increíble que a esta altura uno tenga que repetir eso. No hay criterio para trabajar, por ejemplo, con lo que es una noticia trágica y la continuidad de un programa; termino de decir algo que

acaba de ocurrir, y con el “cambiemos de tema” creemos que solucionamos todo y podemos pasar a un nivel jocoso sin tomar en cuenta que la radio es clima. Esto es básico, que sea tan difícil de entender que dos personas al mismo tiempo no pueden hablar, es como si recibiera el diario con las columnas mezcladas o ver la televisión con lluvia. No se piensa en ese tipo de

“LA CALIDAD DE LA Voz ES uN PRIVILEgIo. LoS FoNIATRAS ME HAN DICHo quE TENgo uN APARATo FoNICo EN BuENAS CoNDICIoNES.”