Entrevistas / Interviews

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12 www.eltiempo.com - SÁBADO 2 DE AGOSTO DE 2014 - EL TIEMPO

vivienda

Natalia SarmientoRedactora de EL TIEMPO

El cambio climático, lapérdida de la diversidad bio-lógica y la disminución delas reservas de agua dulce,reflejan el daño que han cau-sado los procesos y los com-portamientos humanos almedio ambiente y, por ende,la calidad de vida en el plane-ta, lo que a su vez se traduceen potenciales desequili-brios económicos y en unadisminución de los recursosnaturales disponibles.

Y es que cada actividad hu-mana genera un impacto am-biental, incluso las más co-munes como la construcciónde un inmueble, que, deacuerdo con la UNEP (Pro-grama de las Naciones Uni-das para el Medio Ambien-te), genera un 40 por cientomás de gases de efecto inver-nadero, responsables del au-mento de la temperatura enla Tierra.

Además, el IPCC, por su si-gla en inglés (‘Intergover-mental Panel on ClimateChange’), asegura que el en-torno edificado es responsa-ble, a nivel mundial, del con-sumo de agua potable, conun 20 por ciento; de un 40 porciento del uso de la energía y50 por ciento del gasto de lasmaterias primas.

Agregado a esto, una cons-

trucción tradicional tras sudemolición no deja recursosreutilizables, por consiguien-te es necesario seguir produ-ciendo materiales que re-quieren de grandes cantida-des de combustibles y mate-rias primas.

Por esta razón, es imperati-vo cambiar el modelo deconstrucción de un inmue-ble; “acá está la oportunidadpara cambiar nuestros hábi-tos de consumo que tanto da-ño causan al entorno”, seña-la, Cristina Gamboa, directo-ra ejecutiva del Consejo Co-lombiano de ConstrucciónSostenible (CCCS).

De ahí que en el mundo sehaya implementado una se-rie de estrategias para dismi-nuir la contaminación quecausa el proceso de edifica-ción, apuntándole a la llama-da construcción sostenible oecológica.

Gamboa señala que estanueva manera de hacerobras se basa en el análisisdel proceso de construccióno ciclo de vida.

En Colombia, aunque estatendencia ha tenido unagran acogida, son pocos losproyectos que buscan el desa-rrollo sostenible. Sergio Ba-llén, arquitecto experto enhábitat y vivienda, aseguraque es difícil encontrar losinsumos ecológicos y aun-que sí existen algunos son demuy alto costo.

Sin embargo, existen pin-turas naturales de origen ve-getal que no contienen sus-

tancias químicas, por lo tan-to no generan vapores o ga-ses nocivos como las conven-cionales. También hay ce-mentos que reutilizan resi-duos de otras edificacioneseliminando el proceso de cal-cinación de la materia prima(piedra caliza y arcilla) queemite gases de efecto inver-nadero.

A su vez, el diseño es fun-damental, según Ballén elbioclimático es una alternati-va, pues busca que la estruc-tura tenga confort interno,para que el uso de aire acon-dicionado o calefacción nosea necesario. Conjuntamen-te se pueden incluir sistemasde iluminación que la mayo-ría del tiempo requieran dela luz solar y cuando los espa-cios precisen de la artificialse recurra a sistemas de ilu-minación que se consuma me-nos energía.

Por otro lado, el ahorro delconsumo de agua se puede lo-grar usando las aguas lluviaspara los aparatos sanitarios.También crear espacios, co-mo las terrazas, que incluyanvegetación, puesto que estoayuda a regular el clima, pro-duce oxígeno y necesita pocomantenimiento.

Lo cierto es que se ha repor-tado en el panorama interna-cional que las construccionessostenibles minimizan el con-sumo de recursos y la genera-ción de residuos. A este puntode vista se suma Gamboa,quien afirma que con este tipode edificaciones hay un me-nor consumo de energía del 50por ciento y de agua del 40 porciento; menos generación deemisiones de gases con efectoinvernadero en su vida útildel 35 por ciento; además deuna mínima producción de es-combros de construcción y re-ducción en el uso de nuevosmateriales por reciclaje yreutilización del 70 por ciento.

Son 132 proyectos los que en Colombia quieren la certificación LEED otorgada por el Consejo de Construcción Sostenible de Estados Unidos

Consejo Colombiano deConstrucción Sostenible

Colombia ocupael cuarto lugarcon mayornúmero deproyectos concertificación LEED

Obras verdes

El único sistema decertificación en construcciónsostenible utilizado hastaahora en Colombia, es elsistema LEED (Liderazgo enEnergía y Diseño Ambiental)desarrollado por el Consejo deConstrucción Sostenible deEstados Unidos (USGBC).Este tipo de certificación se leotorga a las estructuras que

cumplan con requisitos como,el bajo impacto en el medioambiente, la utilización deenergías alternativas y laeficiencia del consumo deagua. En Colombia 39edificaciones se encuentranoficialmente certificadas.Bogotá y Medellín son lasciudades con másconstrucciones de este tipo.

¿Cómo saber si una edificación es sostenible?

Para la producción del cemento son necesarios 100 kg de carbón porcada tonelada de concreto, incrementando el impacto ambiental.

de vivienda de interés socialrural son los que han sidoentregados a la poblaciónvíctima de la violencia, entreseptiembre del 2012 y mayode 2014, por un valor totalde $223.627 millones.

Nuevo colegio beneficiaa 2.000 niños

Obras sostenibles:ayuda ambiental

Una evaluación lideradapor El DepartamentoNacional de Planeación,reveló un importantehallazgo, los subsidiospara la viviendarural reducen los índicesde pobreza,hacinamiento y lacarencia de serviciospúblicos.

IV etapa del conjuntoTorres del Camino

BREVES

Plazo hasta el 15 de septiembre de este año.

12.975SUBSIDIOS

EDUCACIÓN

En Ciudad Verde,Soacha, se construyó uncolegio que tendrácapacidad para 2.000estudiantes en solo tresmeses. La obra deMetálikos, empresaperteneciente al GrupoOikos, busca ser unejemplo de edificaciónambiental y eficiente.

RECURSOS PÚBLICOS

El proyecto de viviendade interés socialotorga a los compradoresun bono de,aproximadamente, 700mil pesos para gastos deescrituración. Estebeneficio aplica paraquienes separen elinmueble hasta el 15 deseptiembre.

Según la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el 95por ciento del daño ambiental es causado por las personas.

Programa de viviendade interés social rural

EN SOACHA

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La financiación de la educación superior es un asunto de política y de vi-da o muerte para la sociedad. El Ministerio de Educación no ha hecho bien las cuentas y pretende, con programas que escasamente resuelven problemas de acceso de la población de bajos recursos a la universidad, saldar la equidad y el desarrollo económico y social del país. Así lo demuestra un análisis de la Universidad Nacional de Colombia.

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

http://www.unperiodico.unal.edu.co • [email protected]á D.C. No. 131, domingo 14 de marzo de 2010

Ministerio de Educaciónvs. universidades públicas:

interpretaciones encontradas sobre presupuesto

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Salud EspecialInternacional CoyunturaTrasplantarán órganos de cerdo a humano

El petróleo en la disputapor las Malvinas

Descubren restos de prehistóricodepredador marino

Colombia no es ajenaa la amenaza sísmica

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Jorge Iván Bula, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UN, analiza la enorme brecha que existe entre las necesidades de las universidades y los recursos que le transfiere el Gobierno nacional.

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Sociedad

Vivienda de interés social, alternativa mal hecha

A pesar de que la creación masiva de viviendas de interés social se promociona como solución para las familias de escasos recursos, un estudio que ganó premio iberoamericano pone en tela de juicio su efectividad en la realidad.

Francisco Tafur,Unimedios

Hermógenes García Urquiza habita en una de las 11.949 vivien-das de la ciudadela El Recreo, uno de los proyectos de vivienda de interés social gestionados por la firma distrital Metrovivienda en Bogotá.

Su apartamento, ubicado en el cuarto piso de uno de los tan-tos edificios que integran esta “pe-queña urbe” de la localidad de Bosa, cuenta con todos los servi-cios públicos e, incluso, con señal de Internet. Sin embargo, aunque don Hermógenes lleva más de un año viviendo allí no conoce a sus vecinos más cercanos, se encuen-tra asediado por la inseguridad y tiene que armarse de paciencia cuando desea transportarse fuera de la localidad ante la falta de vías adecuadas.

Este es solo un ejemplo de los problemas que enfrenta actual-mente la vivienda social en altura o edificios de vivienda de interés social (VIS), tema que aborda el arquitecto Sergio Alfonso Ballén Zamora, magíster en Hábitat de la Universidad Nacional de Co-lombia. Él ocupó el segundo lugar en el Premio Iberoamericano de Tesis de Investigación sobre Vi-vienda Sustentable 2009, gracias al estudio titulado Vivienda social en altura: tipologías urbanas y direc-trices de producción en Bogotá.

Según la tesis expuesta por Ballén, actualmente la vivienda en altura puede considerarse como un fenómeno del mercado inmo-biliario sobre una localización es-pecífica, con el propósito de lograr el máximo aprovechamiento del suelo de acuerdo con los márgenes rentables. Márgenes que excluyen a la población de bajos recursos, como las personas de estratos 1 y 2, lo que provoca un aumento en la segregación de la ciudad, pues consolida la concentración de ac-tividades, población, servicios, conjuntos cerrados y condiciones urbanas aventajadas en una por-ción del territorio.

“Las condiciones urbanas en que se da la vivienda en altura para habitantes de bajo poder adquisi-tivo no tienen mayor atractivo. Las edificaciones están ubicadas en la periferia o en sectores marginales, su estructura es de baja calidad y no existe o no se aplica un patrón de ordenamiento territorial por parte del Estado en relación con la concentración de población y edi-ficaciones en determinadas zonas. Esto constituye una violación del derecho a la ciudad y la vivienda digna”, señala el autor de la tesis de maestría.

Viviendo apeñuscados

Nidia Ortega, otra habitante del lugar, señaló que en su apar-tamento, como en el de muchos vecinos, viven entre cuatro y cinco personas en un espacio que ape-nas supera los 30 metros cuadra-dos. Allí se encuentran “apeñusca-dos” la sala, el comedor, la cocina, un baño y dos habitaciones.

“Como si fuera poco, vivimos como en una isla. Después de las cinco de la tarde se vuelve un pe-ligro, sobre todo por la zona del caño, pues roban y atracan a las personas”, afirmó la señora Or-tega, quien sobrevive vendiendo arepas en un puesto improvisado en la esquina del barrio.

Su vecina, Marina López, co-incide en afirmar que no puede salir a los espacios públicos del

barrio por las constantes riñas y amenazas de pandillas que mero-dean el lugar.

“En este sentido, el multifa-miliar es mucho más que una sim-ple variación arquitectónica de la vivienda. Es decir, no solo es la simple suma de pisos en un mis-mo espacio regularizado dentro de una forma construida. Se trata de una representación particular de vivienda con características di-ferentes a la unifamiliar, a la que le falta exploración en su manera de ser ‘casa’. No existe un verdade-ro confort, una relación con los vecinos ni una interrelación con el espacio públi-co para acceder a los servicios y equipamientos urbanos”, afirma Ballén.

“De mane-ra que las pro-blemáticas que han surgido por la proliferación de las viviendas de interés so-cial en altura se presentan por la definición de las relaciones de vecindad en sentido ‘vertical’. Esto supone que las tradicionales tipologías de al-ta densidad, co-mo el bloque o la torre, tienen que ser revalua-das, así como las condiciones eco-nómicas y cultu-

rales de la población que impiden la mejor producción de viviendas de interés social dignas y de cali-dad”, agregó el arquitecto bogota-no de 27 años.

Soluciones

El reto que hoy enfrenta Bogo-tá y el resto del país es cómo tratar de manera articulada la renova-ción urbana con la producción so-cial de vivienda y el mejoramiento barrial. Para ello, es necesario que la intervención de cada uno de

estos elementos se centre en ase-gurar la vivienda social para la población más necesitada, puesto que las zonas más favorecidas hoy por la renovación son aquellas con mayor valor del suelo y con un po-tencial rentable demandado por y para población de altos ingresos.

En ese sentido, el estudio pro-pone, entre otras, las siguientes líneas de acción para la aplica-ción de VIS de altura en Bogotá: construir viviendas multifamilia-res de altura media, entre cuatro y seis pisos, sin extensas galerías de circulación interna, teniendo en cuenta la conformación de la arquitectura y la demografía den-tro de un sector de intervención; revaluar las características de una vivienda de apartamentos para la población desplazada, reasenta-da o de interés prioritario, en la conformación de los espacios, las actividades y en la aplicación de alternativas de producción econó-mica en el espacio público.

Así mismo, establecer políti-cas públicas dirigidas al control de la especulación en los precios del suelo urbano, y, finalmente, refor-zar con trabajo social las coopera-tivas o asociaciones comunitarias locales en los nuevos proyectos habitacionales para la población de bajos recursos, lo que implica la gestión del riesgo, el conflicto y la convivencia. “No está de más revisar los Planes de Ordenamien-to Territorial (POT) en relación con el tema del aprovechamiento del suelo y su articulación con una normativa de aumento de las den-sidades demográficas en la ciudad, que sea clara, precisa y con res-ponsabilidades para los diferentes actores”, finalizó Ballén.

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Las viviendas en altura para habitantes de bajo po-der adquisitivo se ubican en la periferia o en secto-res marginales, su estructura es de baja calidad y no se les aplica un patrón de ordenamiento territorial por parte del Estado.