Entrevista

Después de tres años en la Universidad de Derecho y un año de servicio cívico en una

asociación, Mathilde decidió hacer un servicio voluntario porque quería seguir con el

voluntariado, y también viajar. Alissa en su caso había hecho un año en la facultad de Arte de

los Espectáculos y quería dedicar un año en un trabajo social para aprender de manera

informal.

Entonces empezaron a enviar candidaturas a varias asociaciones de Europa sin tener una

motivación particular para España.

Siendo ambas sensibles en los temas de educación y los problemas sociales, les gustó el

proyecto de trabajar tanto con los niños/as como con las mujeres.

Además, les agradaba que fuera en España por su riqueza cultural y su idioma. Es así que

descubrieron con sorpresa que Ceuta estaba en la frontera con Marruecos porque nunca

habían oído hablar de esta ciudad. Finalmente fue una buena sorpresa porque siempre

tuvieron curiosidad por la cultura marroquí.

1. ¿Qué os parece la ciudad de Ceuta?

Habíamos leído algunas cosas para aprender más sobre esta ciudad pero nos llevamos una

gran sorpresa a la llegada. De repente nos apareció una bonita ciudad marítima con bonitos

edificios y arboles exóticos pero rápidamente conocimos que había mas cosas a descubrir

como los barrios muy cerca de la frontera que no tienen nada que ver con el centro donde

vivimos y también todas las zonas de naturalezas que tuvimos al placer de descubrir sus

playas, el Monte Hacho y sobre todo el bosque de Benzú y sus lagos.

Nos gusta también su diversidad de gente pero nos damos cuenta que la interculturalidad es

todavía difícil.

A parte de eso nos encanta que este cerca de Marruecos a donde nos gusta mucho ir y

descubrir esa cultura muy rica.

Aunque es siempre difícil cruzar la frontera sin darse cuenta de todos los problemas que hay

que mejorar.

2. ¿En que consiste vuestro trabajo?

Nuestro trabajo consiste en varias cosas. Por la mañana podemos trabajar en la oficina en la

ayuda humanitaria: ordenando y repartiendo la ropa, material y comida a las personas que los

necesitan. Pero la mayoría del tiempo estamos de apoyo en las clases del proyecto integra 2

que permiten a niños sin documentación de un aprendizaje. Podemos tanto ayudar los niños

durante las clases que proponer actividades especiales como arte plástica, taller de

sensibilización a los problemáticas ambientales, taller de teatro…Todo eso es muy interesante

porque nos permite comprender más el funcionamiento de una escuela.

Por la tarde estamos de apoyo en clase de alfabetización con mujeres marroquíes y a menudo

sin documentación. Es muy conmovedor ver la motivación y la ilusión de cada una.

Además de eso, hacemos otras actividades puntuales como actividades en un colegio, dar

apoyo individual a los estudiantes del PCPI de la asociación, compartir juguetes…y hemos

organizado un mercadillo solidario.

3. ¿Que retenéis de esta experiencia y que podríais comunicar a otros jóvenes

interesados en hacer un SVE?

Nos damos cuenta de todas las dificultades y todo el trabajo necesario que encuentra una

asociación para sobrevivir aunque sus ideas estén tan llena de esperanza y de humanidad. Allí

comprobamos cuanto trabajo y esfuerzos se quedan en el tema social y todas las cosas que se

podrían mejorar. Pero en el mismo tiempo estamos siempre encontrando a gente nueva.

Vivimos con una chica alemana y con ella descubrimos otro modo de vivir y otras costumbres.

Ahora podemos decir que aprender a vivir juntas nos enseña mucho. Además, hemos

encontrado a otros voluntarios/as de todo el mundo (de Europa hasta América y Asia) durante

las formaciones que propone el SVE y eso es genial de compartir tantas experiencias de vida

diferentes que por fin llegan a una misma motivación. Encontramos también a profesionales

que comparten con nosotras sus pasiones y sus experiencias como profesores/as,

educadores/as sociales…Es una gran suerte que te ayuda a pensar en tu propio recorrido y

ambiciones.

Gracias a esta experiencia, vemos que hay gente que se preocupan de esos problemas sociales

pero no se quedan suficientes y siempre serian bienvenidas otras personas motivadas para

luchar contra las injusticias y desigualdades.

Lo que queremos comunicaros seria sería que si sois sensibles y estáis preocupados de los

problemas sociales actuales y que tenéis energía y cualidades para compartir.

El SVE es una experiencia muy provechosa en muchos lados porque permite por ejemplo

conocer una nueva cultura, nueva gente y nuevo idioma. Cada día es un día intenso. Para

concluir, haciendo eso voluntariado tenemos la agradable sensación de hacer nuestra parte y

eso nos gusta.

Mathilde LEMERCIER y Alissa GIANNI