Entrevista a Juan Gil de Araújo. La Voz de Galicia 8/7/2012

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La Voz de Galicia | Domingo, 8 de julio del 2012 | AROUSA | L7 Juan Gil de Araújo (Santiago, 1948) es persona de formas afa- bles. Ha vivido en primera per- sona la transformación del sec- tor hasta llegar a su actual situa- ción, en la punta de lanza de la industria agroalimentaria galle- ga. Mantener ese estatus es su gran obsesión ahora. —¿Vive el sector del albariño el momento más esplendoroso de su historia? —Sin duda. También es cier- to que vive algunas dificultades por el desequilibrio que se pro- dujo el año pasado entre la ofer- ta y la demanda, pero ese es un tema que espero sea coyuntural. En todo caso, vive un momento esplendoroso porque los merca- dos internacionales reconocen cada vez más nuestra calidad. —¿Cómo gestionar esta época? —Con un esfuerzo mucho ma- yor en comercialización. Lo es- tamos haciendo a nivel particu- lar y global. Las bodegas cuen- tan hoy con muy buenos equi- pos de comercialización y están realizando un gran esfuerzo in- ternacionalizador, que es el ca- mino que hemos de seguir. —Internacionalización se ha convertido en una palabra clave. —Sí, pero no debemos olvidar el mercado local, el español y el gallego en concreto. Debemos realizar un esfuerzo fuera, pe- ro también dentro porque tene- mos nichos de mercado que ex- plorar y competencia de otras denominaciones de origen a las que tenemos que superar. —¿En qué medida le afecta la crisis a un producto como el vino? —El consumo de vino en Es- paña lleva años cayendo. Es un tema preocupante porque so- bre todo entre la gente joven no hay renovación. Eso, sumado a la crisis económica, con menor consumo en hostelería y distri- bución, complica el escenario. —La excelente cosecha del año pasado generó tensiones entre productores y bodegueros. ¿Le sobra uva a Rías Baixas? —El año pasado podemos decir que le sobró uva, pero fue un año excepcional, que no se re- petirá fácilmente de nuevo. De «No vale producir mucha uva si después hemos de vender barato» El bodeguero defiende que sea una figura del sector quien lo represente Juan Gil de Araújo, en Pazo de Fefiñáns, la coqueta bodega de la que es propietario. MARTINA MISER MANUEL BLANCO PONTEVEDRA / LA VOZ JUAN GIL DE ARAÚJO PRESIDENTE DE LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN RÍAS BAIXAS todos modos, no podemos con- tar con cosechas pequeñas por- que la superficie plantada ha au- mentado y la gente se ha profe- sionalizado mucho, con lo que las pérdidas de cosecha han des- cendido notablemente. ¿Sobra uva? En líneas generales creo que no, pero el año pasado sí. Entonces, hay que tratar de ree- quilibrar la oferta y la demanda. —¿Será ese uno de sus retos? —El mayor reto que tiene el con- sello, los viticultores y los bode- gueros es el mantenimiento de la calidad del vino. No podemos competir en los mercados globa- les del vino blanco si no hacemos una calidad superior a los demás porque nuestros costes de pro- ducción son más altos. No pode- mos mecanizar grandes super- ficies de viñedo como en otras zonas y además tenemos unas peculiaridades de clima y oro- grafía que encarecen los costes. No nos podemos equivocar con visiones a corto plazo, querer co- ger mucha uva para vender mu- cho. Además, con frecuencia se da el caso de un viticultor que, con una producción mucho ma- yor, recibe menos ingresos. Eso es absurdo. —En el consello hay dos co- rrientes de opinión sobre qué se debe hacer con los rendimientos de las plantaciones, una que apuesta por incrementarlos y otra que propone reducirlos. ¿Con cuál coincide? —Coincido con aquella que pro- pone, si no reducir, si mantener y que la uva salga con calidad. No nos vale de nada producir cantidades muy elevadas si te- nemos que vender después muy barato. Tenemos que compe- tir en un mercado de prestigio. Nuestro vino es único e irrepe- tible y tenemos que mimar esa convivencia del pequeño viti- cultor y la pequeña bodega con las grandes bodegas. Este mode- lo nos permite además fijar po- blación y cuidar nuestro paisaje. —Su elección puso en evidencia también la existencia de dos visiones sobre la figura del pre- sidente, una que apuesta por un independiente y otra que pre- fiere a una persona del sector, que resultó ganadora. ¿Cómo conciliar estos intereses ahora? —Esa es una visión errónea. Se ha dicho que había un pacto pa- ra que nunca una persona del sector fuese presidente. Eso no es cierto. Se llegó a un pacto ha- ce cinco años de nombrar a una persona de fuera del sector por las circunstancias de aquel mo- mento, pero no fue un pacto ni escrito ni hablado. El hecho de que yo como bodeguero esté en el consejo regulador no dese- quilibra la paridad entre bode- gueros y viticultores porque yo dejo de ser vocal para ser presi- dente. Yo no soy vocal, soy pre- sidente. Y creo que el hecho de que esté una persona del sector al frente del consejo es positi- vo y no negativo. Nadie mejor que una persona de dentro pa- ra afrontar los problemas que surjan y, sobre todo, para de- sear que se resuelvan. «El año pasado sobró uva, pero fue un año excepcional» «Nadie mejor que alguien del sector para afrontar sus problemas» «No creo que sea este el momento para pensar en ampliaciones» Juan Gil es propietario de la bo- dega Pazo de Fefiñáns, una con- dición que, a su juicio, refuerza su interés en que el sector pros- pere en su conjunto. —Los sindicatos aseguran que el hecho de que sea un bode- guero el presidente rompe el equilibrio con los productores. —Pero es que eso no es correc- to porque yo no voy a ser vocal, voy a ser presidente. Por lo tan- to, habitualmente no votaré, y si algún día, en una circunstancia muy especial, tengo que ejercer el voto de calidad, lo haré con la responsabilidad del momen- to. Y no como bodeguero o vi- ticultor, sino como presidente del consejo. —Vilaboa y algunas otras zonas han mostrado su deseo de en- trar en la denominación. ¿Qué opina sobre estas peticiones? —Efectivamente, en su momen- to se plantearon algunas pro- puestas, pero los servicios técni- cos del consejo realizaron infor- mes que concluían que no cum- plían con los requisitos exigidos. Si más adelante vuelven a soli- citarlo, lo volveremos a analizar. En cualquier caso, no creo que sea este el momento para pen- sar en ampliaciones. —Bruselas quiere eliminar los derechos de plantación, lo cual permitiría producir y vender al- bariño en cualquier país con ese marchamo de calidad. ¿Es esa la gran amenaza que se cierne sobre el sector hoy? —Es una amenaza importante, y tanto el consejo como la confe- rencia de consejos como el mi- nisterio están presionando en la UE para eso no ocurra. —¿Cuáles son las previsiones de sus técnicos para la cosecha del 2012? —En calidad es muy pronto pa- ra saberlo. En cantidad, acaba de terminar la floración y todavía no hay estimaciones, pero no va a ser lo del año pasado. Previsi- blemente, habrá una caída [de la producción] del 30 o 40 %. —El albariño es hoy un vino universal. ¿Tiene aún más re- corrido a nivel internacional? —Podemos hacer muchas más cosas. Lo que ocurre es que lleva su tiempo. Hay mercados emer- gentes que están empezando a consumir vino. Brasil, por ejem- plo, tiene un potencial de con- sumo tremendo. Otros países de Sudamérica también y no diga- mos ya los mercados asiáticos.

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Entrevista a Juan Gil de Araújo, presidente de la D.O. Rías Baixas en La Voz de Galicia el domingo 8 de julio de 2012.

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La Voz de Galicia | Domingo, 8 de julio del 2012 | AROUSA | L7

Juan Gil de Araújo (Santiago, 1948) es persona de formas afa-bles. Ha vivido en primera per-sona la transformación del sec-tor hasta llegar a su actual situa-ción, en la punta de lanza de la industria agroalimentaria galle-ga. Mantener ese estatus es su gran obsesión ahora.

—¿Vive el sector del albariño el momento más esplendoroso de su historia?—Sin duda. También es cier-to que vive algunas difi cultades por el desequilibrio que se pro-dujo el año pasado entre la ofer-ta y la demanda, pero ese es un tema que espero sea coyuntural. En todo caso, vive un momento esplendoroso porque los merca-dos internacionales reconocen cada vez más nuestra calidad.

—¿Cómo gestionar esta época?—Con un esfuerzo mucho ma-yor en comercialización. Lo es-tamos haciendo a nivel particu-lar y global. Las bodegas cuen-tan hoy con muy buenos equi-pos de comercialización y están realizando un gran esfuerzo in-ternacionalizador, que es el ca-mino que hemos de seguir.

—Internacionalización se ha convertido en una palabra clave.—Sí, pero no debemos olvidar el mercado local, el español y el gallego en concreto. Debemos realizar un esfuerzo fuera, pe-ro también dentro porque tene-mos nichos de mercado que ex-plorar y competencia de otras denominaciones de origen a las que tenemos que superar.

—¿En qué medida le afecta la crisis a un producto como el vino?—El consumo de vino en Es-paña lleva años cayendo. Es un tema preocupante porque so-bre todo entre la gente joven no hay renovación. Eso, sumado a la crisis económica, con menor consumo en hostelería y distri-bución, complica el escenario.

—La excelente cosecha del año pasado generó tensiones entre productores y bodegueros. ¿Le sobra uva a Rías Baixas? —El año pasado podemos decir que le sobró uva, pero fue un año excepcional, que no se re-petirá fácilmente de nuevo. De

«No vale producir mucha uva si después hemos de vender barato»El bodeguero defi ende que sea una fi gura del sector quien lo represente

Juan Gil de Araújo, en Pazo de Fefi ñáns, la coqueta bodega de la que es propietario. MARTINA MISER

MANUEL BLANCOPONTEVEDRA / LA VOZ

JUAN GIL DE ARAÚJO PRESIDENTE DE LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN RÍAS BAIXAS

todos modos, no podemos con-tar con cosechas pequeñas por-que la superfi cie plantada ha au-mentado y la gente se ha profe-sionalizado mucho, con lo que las pérdidas de cosecha han des-cendido notablemente. ¿Sobra uva? En líneas generales creo que no, pero el año pasado sí. Entonces, hay que tratar de ree-quilibrar la oferta y la demanda.

—¿Será ese uno de sus retos?

—El mayor reto que tiene el con-sello, los viticultores y los bode-gueros es el mantenimiento de la calidad del vino. No podemos competir en los mercados globa-les del vino blanco si no hacemos una calidad superior a los demás porque nuestros costes de pro-ducción son más altos. No pode-mos mecanizar grandes super-fi cies de viñedo como en otras zonas y además tenemos unas peculiaridades de clima y oro-grafía que encarecen los costes.

No nos podemos equivocar con visiones a corto plazo, querer co-ger mucha uva para vender mu-cho. Además, con frecuencia se da el caso de un viticultor que, con una producción mucho ma-yor, recibe menos ingresos. Eso es absurdo.

—En el consello hay dos co-rrientes de opinión sobre qué se debe hacer con los rendimientos de las plantaciones, una que

apuesta por incrementarlos y otra que propone reducirlos. ¿Con cuál coincide?—Coincido con aquella que pro-pone, si no reducir, si mantener y que la uva salga con calidad. No nos vale de nada producir cantidades muy elevadas si te-nemos que vender después muy barato. Tenemos que compe-tir en un mercado de prestigio. Nuestro vino es único e irrepe-tible y tenemos que mimar esa convivencia del pequeño viti-

cultor y la pequeña bodega con las grandes bodegas. Este mode-lo nos permite además fi jar po-blación y cuidar nuestro paisaje.

—Su elección puso en evidencia también la existencia de dos visiones sobre la fi gura del pre-sidente, una que apuesta por un independiente y otra que pre-fi ere a una persona del sector, que resultó ganadora. ¿Cómo conciliar estos intereses ahora?—Esa es una visión errónea. Se ha dicho que había un pacto pa-ra que nunca una persona del sector fuese presidente. Eso no es cierto. Se llegó a un pacto ha-ce cinco años de nombrar a una persona de fuera del sector por las circunstancias de aquel mo-mento, pero no fue un pacto ni escrito ni hablado. El hecho de que yo como bodeguero esté en el consejo regulador no dese-quilibra la paridad entre bode-gueros y viticultores porque yo dejo de ser vocal para ser presi-dente. Yo no soy vocal, soy pre-sidente. Y creo que el hecho de que esté una persona del sector al frente del consejo es positi-vo y no negativo. Nadie mejor que una persona de dentro pa-ra afrontar los problemas que surjan y, sobre todo, para de-sear que se resuelvan.

«El año pasado sobró uva, pero fue un año excepcional»

«Nadie mejor que alguien del sector para afrontar sus problemas»

«No creo quesea este el momentopara pensar en ampliaciones»Juan Gil es propietario de la bo-dega Pazo de Fefi ñáns, una con-dición que, a su juicio, refuerza su interés en que el sector pros-pere en su conjunto.

—Los sindicatos aseguran que el hecho de que sea un bode-guero el presidente rompe el equilibrio con los productores.—Pero es que eso no es correc-to porque yo no voy a ser vocal, voy a ser presidente. Por lo tan-to, habitualmente no votaré, y si algún día, en una circunstancia muy especial, tengo que ejercer el voto de calidad, lo haré con la responsabilidad del momen-to. Y no como bodeguero o vi-ticultor, sino como presidente del consejo.

—Vilaboa y algunas otras zonas han mostrado su deseo de en-trar en la denominación. ¿Qué opina sobre estas peticiones?—Efectivamente, en su momen-to se plantearon algunas pro-puestas, pero los servicios técni-cos del consejo realizaron infor-mes que concluían que no cum-plían con los requisitos exigidos. Si más adelante vuelven a soli-citarlo, lo volveremos a analizar. En cualquier caso, no creo que sea este el momento para pen-sar en ampliaciones.

—Bruselas quiere eliminar los derechos de plantación, lo cual permitiría producir y vender al-bariño en cualquier país con ese marchamo de calidad. ¿Es esa la gran amenaza que se cierne sobre el sector hoy?—Es una amenaza importante, y tanto el consejo como la confe-rencia de consejos como el mi-nisterio están presionando en la UE para eso no ocurra.

—¿Cuáles son las previsiones de sus técnicos para la cosecha del 2012?—En calidad es muy pronto pa-ra saberlo. En cantidad, acaba de terminar la fl oración y todavía no hay estimaciones, pero no va a ser lo del año pasado. Previsi-blemente, habrá una caída [de la producción] del 30 o 40 %.

—El albariño es hoy un vino universal. ¿Tiene aún más re-corrido a nivel internacional?—Podemos hacer muchas más cosas. Lo que ocurre es que lleva su tiempo. Hay mercados emer-gentes que están empezando a consumir vino. Brasil, por ejem-plo, tiene un potencial de con-sumo tremendo. Otros países de Sudamérica también y no diga-mos ya los mercados asiáticos.