Entrevista a Josu Balmaseda

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¿Cómo definirías el momento actual de crisis que estamos viviendo? Yo creo que la palabra fundamental es hablar de robo. Es un robo, porque están todos los agentes que se dan en un robo: quien ejecuta, quien ayuda y quien, por desgracia, sufre. Los que ejecutan son los poderes económicos, lo han sido siempre, lo han sido antes de la crisis y lo son siempre durante las crisis aunque adquieran un perfil diferente. Siempre hay un elemento común, que es el insaciable capital que intenta sacar mayor y mayor provecho de cualquier situación, y en una situación de crisis, más. También están los ayudantes necesarios: los partidos políticos, no la política. Todos los partidos políticos que tienen capacidad y potencial para gobernar tanto en el Estado español como en Hego Euskal Herria, como en el resto de Europa, tienen voluntad de colaborar con ese capital. En ningún caso es colaborar con quienes sufren el robo que son las y los ciudadanos. Ese es el tercer elemento, ¿quiénes estamos sufriendo?: la mayoría social. Por supuesto esto es el asunto de la escalera, si tu punto de partida es más bajo, antes te llega el agua al cuello, pero la realidad es que todos y todas las ciudadanas estamos sufriendo la crisis de una manera o de otra. ¿Cuáles son los principales problemas a los que nos enfrentamos? El principal problema para mí es poder revertir a esa clase política, obligarle a que gobierne hacia los y las trabajadoras, hacia la ciudadanía. Eso es lo funda- mental, lo que puede poner la línea roja, el freno al capital. Quienes ejercen los poderes desde el capital, llámese la banca, la gran industria…no van a dejar de hacer su labor que es intentar sacar el máximo beneficio de las situaciones y de las personas. El sis- tema capitalista es eso: intentar explotar al máximo a las sociedades en su conjunto para el beneficio de unos pocos. Lo único que puede parar eso son los gobiernos haciendo política real, ni de izquierdas ni de nada, de las personas. Haciendo eso se podría cambiar. Y esa es la dificultad central en estos mo- mentos: que no tenemos suficiente fuerza para obligar a esos políticos para que go- biernen mirando hacia la ciudadanía. DOSSIERRA Dossier 10 La sociedad no se cambia con y liberadas ni con profesio política. Eso es así. Se cambia y miles de personas militan en pro de En este número hablamos de la importancia de la militancia y el voluntariado, de lo que genera en cada persona y de lo que conjuntamente con otras personas podemos conseguir: casi magia y militancia para el cambio social, pero ¿qué queremos cambiar? Sobre eso, sobre nuestra actual sociedad, sobre sus fortalezas, debilidades y miedos charlamos con Josu Balmaseda, del sindicato ESK.

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En este número hablamos de la importancia de la militancia y el voluntariado, de lo que genera en cada persona y de lo que conjuntamente con otras personas podemos conseguir: casi magia y militancia para el cambio social, pero ¿qué queremos cambiar? Sobre eso, sobre nuestra actual sociedad, sobre sus fortalezas, debilidades y miedos charlamos con Josu Balmaseda, del sindicato ESK.

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Page 1: Entrevista a Josu Balmaseda

¿Cómo definirías el momento actual de crisis que

estamos viviendo?

Yo creo que la palabra fundamental es hablar de

robo. Es un robo, porque están todos los agentes

que se dan en un robo: quien ejecuta, quien ayuda y

quien, por desgracia, sufre. Los que ejecutan son los

poderes económicos, lo han sido siempre, lo han sido

antes de la crisis y lo son siempre durante las crisis

aunque adquieran un perfil diferente. Siempre hay

un elemento común, que es el insaciable capital que

intenta sacar mayor y mayor provecho de cualquier

situación, y en una situación de crisis, más. También

están los ayudantes necesarios: los partidos políticos,

no la política.

Todos los partidos políticos que tienen capacidad y

potencial para gobernar tanto en el Estado español

como en Hego Euskal Herria, como en el resto de

Europa, tienen voluntad de colaborar con ese capital.

En ningún caso es colaborar con quienes sufren el

robo que son las y los ciudadanos. Ese es el tercer

elemento, ¿quiénes estamos sufriendo?: la mayoría

social. Por supuesto esto es el asunto de la escalera,

si tu punto de partida es más bajo, antes te llega el

agua al cuello, pero la realidad es que todos y todas

las ciudadanas estamos sufriendo la crisis de una

manera o de otra.

¿Cuáles son los principales problemas a los que

nos enfrentamos?

El principal problema para mí es poder revertir a esa

clase política, obligarle a que gobierne hacia los y las

trabajadoras, hacia la ciudadanía. Eso es lo funda-

mental, lo que puede poner la línea roja, el freno al

capital. Quienes ejercen los poderes desde el capital,

llámese la banca, la gran industria…no van a dejar

de hacer su labor que es intentar sacar el máximo

beneficio de las situaciones y de las personas. El sis-

tema capitalista es eso: intentar explotar al máximo

a las sociedades en su conjunto para el beneficio de

unos pocos. Lo único que puede parar eso son los

gobiernos haciendo política real, ni de izquierdas

ni de nada, de las personas. Haciendo eso se podría

cambiar.

Y esa es la dificultad central en estos mo-

mentos: que no tenemos suficiente fuerza

para obligar a esos políticos para que go-

biernen mirando hacia la ciudadanía.

DOSSIERRA

Dossier

10

La sociedad no se cambia con liberados

y liberadas ni con profesionales de la

política. Eso es así. Se cambia con miles

y miles de personas militantes activas

en pro de un cambio.

“En este número hablamos de la importancia de la militancia y el voluntariado, de lo que

genera en cada persona y de lo que conjuntamente con otras personas podemos conseguir:

casi magia y militancia para el cambio social, pero ¿qué queremos cambiar? Sobre eso,

sobre nuestra actual sociedad, sobre sus fortalezas, debilidades y miedos charlamos con

Josu Balmaseda, del sindicato ESK.

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DOSSIERRA

Dossier

La sociedad no se cambia con liberados

y liberadas ni con profesionales de la

ica. Eso es así. Se cambia con miles

y miles de personas militantes activas

pro de un cambio.

¿Cómo se consigue ese empoderamiento?

No lo estamos haciendo mal, pero se consigue prin-

cipalmente estando en la calle. Es decir, la suma se

consigue luchando, no se consigue en los despachos,

ni en las reuniones ni debatiendo. Las reuniones, el

debate y la reflexión son necesarias, y lo estamos

haciendo, pero lo que es importante es que ocupemos

la calle, que pasemos el máximo de tiempo ocupando

la calle. Eso es lo que llamamos matxinada social,

necesitamos una revuelta social que obligue a esos

políticos a girar la cabeza.

¿Estamos suficientemente concienciados y con-

cienciadas como para llevar a cabo esa revuelta

social?

Bueno, hay de todo pero existe un elemento que pesa

mucho y es el miedo.

En estos últimos 30 años, en modo general y

amplio, hemos desviado la atención bastan-

te de donde teníamos que tenerla que es en

luchar por nuestros derechos. Nos hemos

dedicado al consumo y el consumo nos ha

atrapado a través de unas necesidades fal-

sas y creadas. Y la necesidad hoy de man-

tener esos niveles de consumo nos lleva, en

muchos casos, al miedo, al miedo a perder.

Y esto efectivamente está reteniendo la capacidad

para poder dar la vuelta a la situación.

Eso es cierto, pero no es menos cierto que todavía

hoy las y los ciudadanos, y lo van a seguir haciendo

a lo largo de la historia, son conscientes de lo que

están sufriendo por esta situación de crisis y por

no poder obligar a los partidos políticos a mirar

hacia la izquierda. Eso en sí está haciendo mover a

la gente. La pregunta que nos hacemos es ¿la gente

está preparada para hacer cambiar esta situación? Sí,

hay suficiente conciencia como para hacerlo. ¿Están

puestos los medios, las plataformas, los espacios?

No, están por crear. Y es verdad también, que por

las políticas de algunas organizaciones sindicales

mayoritarias que han mantenido el dialogo social

como elemento de referencia para cambiar las cosas,

hoy tenemos una desconfianza importante hacia el

movimiento sindical, aunque nada que ver con la

desconfianza que se tiene hacia la clase política. Ahí

están las más de 7 huelgas que, al menos este sindica-

to ha convocado a lo largo de este proceso de crisis

para demostrar que hay una fuerza en la calle como

para revertir esta situación.

No cabe duda de que estamos haciendo

historia. Estamos ante una crisis de sobre-

producción, ecológica…Ya no va a haber

una vuelta a atrás, nos vamos a mover en un

nuevo paradigma. El asunto está en cómo

nos preparamos para la salida y en cómo

cada cual se sitúa en esa salida. Y creemos

que no puede ser en clave capitalista.

Josu Balmaseda

Page 3: Entrevista a Josu Balmaseda

¿Qué hay de la gente joven y de su implicación en

el cambio?

A mí no me cabe duda que en todas las sociedades

la gente joven es un motor necesario y fundamental

para el cambio social, lo han sido siempre, lo van a

ser siempre y lo están siendo en estos momentos.

Hay una imagen falsa de que la gente joven no se

siente implicada, no están participando activamen-

te en la lucha por cambiar el modelo social o por

intentar paralizar estos recortes, pero no es cierto.

En todas las movilizaciones que venimos haciendo

hay una mayoría de jóvenes que están ahí presentes.

Aunque he de decir que la historia ha demostrado

que es la mezcla generacional la que ha conseguido

el éxito y el cambio. Pero si, en la historia los jóvenes

y las jóvenes, muy importante las jóvenes, han tenido

y tienen un papel importante y seguirá siendo así.

¿Qué papel tienen los siguientes elementos? Empe-

cemos por la educación.

La educación para poder jugar un papel tiene que

existir una educación para todo el mundo en igual-

dad de condiciones y lo que está ocurriendo en estos

momentos es que, una vez más en la historia aquí

ha jugado un papel muy importante la privatización

de la educación el partido que ha gobernado en la

mayoría del tiempo en este país, en la Comunidad

Autónoma Vasca. Ahora el Partido Popular quiere

convertir la escuela en una escuela para la competiti-

vidad, el valor más antisocial que puede existir.

La educación tiene que educar en valores

importantes para el cambio de modelo

como son la solidaridad, la justicia y la

libertad pero hacerlo desde el colectivo.

¿Qué me dices de los sindicatos?

Siguen siendo los movimientos con más potencia

que existen tanto por su capacidad de afiliación como

por su capacidad de respuesta. Más allá de que debe-

ría se debería dar más y con mayor presencia social.

¿Quizás trabajar la cohesión entre sindicatos

ayudaría?

No es un problema de de cohesión, sino de modelo.

Tenemos una serie de sindicatos que decidieron ges-

tionar el sistema capitalista y gestionarlo pactando

hasta con el diablo, pero no pactando en beneficio

de los y las trabajadoras sino en función de unas

minorías, y eso ha creado un problema social y una

división de los y las trabajadoras. Para ESK la unidad

sindical es fundamental, pero una unidad con conte-

nidos, que nos permita dar la vuelta que se da en los

centro de trabajo y fuera de ellos.

¿El papel de los movimientos sociales?

Fundamental. Entendemos los sindicatos como un

movimiento social más, específico como lo son todos

los movimientos sociales. Pero entendemos que tanto

la crisis como la salida de la ella no es especifica del

elemento empleo sino que es multidimensional y por

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DOSSIERRA

Dossier

Page 4: Entrevista a Josu Balmaseda

tanto afecta a todos los aspectos de la vida. Hay un

gran trabajo hecho, estoy pensando en movimientos

por la liberación sexual, en movimientos a favor de la

vivienda, el feminista, que es fundamental en toda la

estructura del cambio social…

Si no tenemos como referencia los plantea-

mientos del movimiento feminista volvere-

mos a meter la pata como la hemos metido

a lo largo de la historia…es fundamental

Militancia

Es una cosa que por desgracia no parece que vaya a

más. Hay serias dificultades pero, desde luego, para

organizaciones como es ESK la militancia es la clave

para seguir existiendo y para realmente cambiar la

sociedad.

La sociedad no se cambia con liberados y

liberadas ni profesionales de la política. Eso

es así. Se cambia con miles y miles de perso-

nas militantes activos en pro de un cambio.

La militancia es la sangre de los movimien-

tos sociales incluido el sindical.

LA TIRA

DOSSIERRA

Dossier

Itziar Pequeño

Hay una imagen falsa de que la gente joven no se siente im-plicada, no está participando activamente en la lucha por cambiar el modelo social o por intentar paralizar estos recor-tes y eso no es cierto.

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