Entrevista a Georgina Zarate Vargas

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Mi formación en Psicoanálisis se remonta a las pláticas con mis padres Georgina Zarate, psicoterapeuta sexual Esta entrevista fue realizada en el consultorio de la Psicoanalista, al terminó de sus citas del día. En punto de las 18 horas el timbre del edificio anuncia el arribo de este entrevistador, a través del intercomunicador se escucha una voz que pide esperar un momento antes de ser recibido. Minutos después ya ubicado en el consultorio, y sentado frente a la Psicoanalista la entrevista da inicio; la grabadora de voz esta lista y la primer pregunta es acerca de sus inicios académicos en el mundo de la Psicología. Más que un deseo especifico o una simple búsqueda de vocación, desde la secundaria me percate que yo me perfilaba para estudiar esto, más allá de este rollo de saber escuchar o ser quien atendía algunos de los problemas de mis compañeros, siento que mi forma de ser, de pensar y analizar, aunado a la amplia apertura de ideas inculcada por mis padres es como me encamino al mundo del psicoanálisis. Mis padres no eran personas con una educación formal, si así se le podemos llamar, sin embargo, eran lectores apasionados y de mente muy abierta –eran algo hippies-, en mi casa se hablaban de todos los temas incluidos los de la sexualidad, por ello, creo que esto es parte importante para que decidiera estudiar psicoanálisis y posteriormente obtener mi maestría en Teoría Psicoanalítica. ¿Dónde realizó sus estudios en psicología? —Cuando tuve la certeza de lo que deseaba estudiar me puse a revisar los planes educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al final me decido por el plan de la UAM, por su enfoque en lo social, mientras que la UNAM

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Mi formación en Psicoanálisis se remonta a las pláticas con mis padres Georgina Zarate, psicoterapeuta sexual

Esta entrevista fue realizada en el consultorio de la Psicoanalista, al terminó de sus citas del día. En punto de las 18 horas el timbre del edificio anuncia el arribo de este entrevistador, a través del intercomunicador se escucha una voz que pide esperar un momento antes de ser recibido.

Minutos después ya ubicado en el consultorio, y sentado frente a la Psicoanalista la entrevista da inicio; la grabadora de voz esta lista y la primer pregunta es acerca de sus inicios académicos en el mundo de la Psicología.

Más que un deseo especifico o una simple búsqueda de vocación, desde la secundaria me percate que yo me perfilaba para estudiar esto, más allá de este rollo de saber escuchar o ser quien atendía algunos de los problemas de mis compañeros, siento que mi forma de ser, de pensar y analizar, aunado a la amplia apertura de ideas inculcada por mis padres es como me encamino al mundo del psicoanálisis.

Mis padres no eran personas con una educación formal, si así se le podemos llamar, sin embargo, eran lectores apasionados y de mente muy abierta –eran algo hippies-, en mi casa se hablaban de todos los temas incluidos los de la sexualidad, por ello, creo que esto es parte importante para que decidiera estudiar psicoanálisis y posteriormente obtener mi maestría en Teoría Psicoanalítica.

¿Dónde realizó sus estudios en psicología?

—Cuando tuve la certeza de lo que deseaba estudiar me puse a revisar los planes educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al final me decido por el plan de la UAM, por su enfoque en lo social, mientras que la UNAM es de carácter conductual y no llamaba mi atención, mi búsqueda en el psicoanálisis era más para trabajar con el inconsciente.

— Por qué dar clases en la UNAM y no en su alma mater.

—Esa es una situación muy fortuita y afortunada, no fue algo que planeara, la circunstancia mayor para dar clases en esta institución es una relación amorosa con un profesor, quien por continuar con su formación académica tenía que abandonar sus clases en las que yo lo asistía fungiendo como una especie de adjunto no formal, por así decirlo.

La profesora Lucia Chávez Rivadeneira le ofrece cubrir el espacio que dejaba el profesor en el Sistema de Educación Abierta (SUA), a la par se abre un espacio en el sistema escolarizado y es invitada a impartir clases en ese sistema.

— ¿Alguna vez ha pensado impartir clases en la UAM?

—Nunca lo he descartado, por el momento disfruto mucho de dar clases en la UNAM, hay dos razones, la primera es: porque me gusta mucho trabajar con grandes

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grupos, y la segunda, es mi interés por romper la solemnidad de las clases, claro siempre con seriedad.

Los procesos terapéuticos como las clases deben tener esa parte de humor no se puede ser tan duro, el conocimiento puede y debe ser transmitido de una manera más rica, no tan rígida, la rigidez pone una barrera.

Cuando me enamore de esta carrera me provocaba un poco de flojera el ver la actitud tan seria y tediosa de algunos psicólogos, y eso no lo deseaba para mí, como lo mencione antes hay que romper un poco ese prototipo, esta razón me ha llevado a especializarme en terapia sexual de parejas y en terapia físico corporal.

“El psicoanálisis se ocupa mucho de cuestiones acerca de la sexualidad, me gusta en mis clases aportar mucho sobre lo sexual y los procesos de sexuación del ser humano”.

—¿Cuál es la faceta de su vida profesional que más disfruta?

—Es difícil poder decidir cuál etapa me ha causado más satisfacción, han sido muchos los momentos de mi vida profesional que me han llenado, en cada caso o historia que me ha tocado escuchar, me siento nutrida, me ha dejado ver las vicisitudes y vericuetos del ser humano.

Hoy día disfruto mucho de dar clases, aprendo mucho de mis alumnos, es un proceso donde tengo que estar en constante actualización, no solamente en la parte académica es indispensable conocer el momento y el entorno por el cual están pasando los jóvenes.

Sin embargo, hubo una época donde pude confrontar la parte psicótica, en un periodo de mi vida fui coordinadora de una casa de medio camino.

— ¿Casa de medio camino?

—Sí, las casas de medio camino son lugares para pacientes psicóticos que no están en una etapa de crisis fuerte y que no es necesario que tengan que ser recluidos en una institución psiquiátrica, es decir, no están para soportar un encierro psiquiátrico, y tampoco soportar un encierro en sus casas.

Muchas veces la familia y la sociedad son los causantes de estas crisis, la familia en ocasiones hace depositaria de sus locuras a estos individuos, porque así les conviene, por ello el trabajo de estas casas de medio camino se enfoca a mostrar la posibilidad de poder convivir con un psicótico.

Un psicótico no dejara de serlo, pero se puedo convertir en un individuo funcional y con el cual se puede convivir, solo es necesario hacer entender las condiciones bajo las cuales este tipo de pacientes se conduce, sin tener que estigmatizarlo.

Es complicado y a la vez enriquecedor trabajar en sitios así por la gran cantidad de experiencias que te deja, sin embargo, volviendo al punto inicial, hoy disfruto mucho ser profesora, no por nada tengo 25 años siendo maestra.

—Finalmente para concluir, cuáles serían las metas, proyectos o planes para el futuro.

—Desde hace mucho me ronda la idea de escribir, quizá algunos ensayos o un libro, pero el tiempo no me da para sentarme a escribir, es un proceso más complicado, por el

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momento hay algunos proyectos que me cruzan y los cuales puedo comenzar a realizar y llevar a cabo, tengo en mente iniciar con algunos talleres o grupos de terapia, de educación sexual para adolescentes, para gente de la tercera edad.

Esto es algo que funcionaria mejor y que es muy rico en cuanto a la manera de llevarlo, en un tiempo realice grupos de estudio con algunos alumnos de la facultad, aunque eran cuestiones más teóricas, es decir, análisis de textos y discusiones, ahora en estos grupos me gustaría atender cuestiones más vivenciales sin desatender la parte teórica.

De no ser por la rigidez que se maneja en el doctorado en psicoanálisis, seguramente me atrevería a realizarlo, lamentablemente no es así, la postura de quienes llegan a esas instancias es de mucha soberbia y son rollos que no van conmigo.

Por el momento la psicoterapeuta seguirá enfocada en la impartición de clases en la UNAM, y en un diplomado que imparte en el Instituto de Estudios Sobre Sexualidad y Pareja, donde esta próxima a finalizar sus estudios en Terapia Sico-corporal