Entrevista a Cameron Sinclair

2
22    N    e    w    s    u     i    c    2    8  .    m    a    r    ç   -     j    n    u    y     d    e    2    0    1    1 En Architecture for Humanity rápida- mente nos hicimos muy grandes. No porque hiciéramos algo excepcional, sino porque dimos la oportunidad a muchos arquitectos de hacer ese traba-  jo. En las universidades se enseña a di- señar una ópera, un museo, una casa…, pero no a trabajar en una comunidad indígena con construcciones de bajo coste. Y eso es lo que –pienso– vieron en nosotros. Ahora mismo yo diría que tenemos a miles de estudiantes traba-  jando con nuestros profesionales…; no tuvimos que ir a buscarlos, ellos vinie- ron a nosotros. Como una nueva universidad en práctica… Sí… forman parte de un proceso muy enriquecedor… No vale llegar ahí, estar unos días, y ya está. Tienes que estar un tiempo más o menos largo, para implicarte y que esas comunidades vean que realmente formas parte de ellos. Es importante que te des cuenta de que lo que estás haciendo va a conllevar cam-  bios… Hoy a menudo somos seducidos por nuestra creatividad y nos creemos tan buenos creativos que la gente tiene que estar encantada de disponer de nosotros… Pero no: hace falta algo más; hace falta esta implicación. ¿Qué es lo que marca la diferencia de su organización? Nosotros invertimos en personas, no en proyectos. Si trabajas con nosotros  vives con esa comunidad durante todo el proceso del diseño y construcción e involucras a la comunidad. A la  vez, nuestro gran reto es conseguir un equilibrio: que los arquitectos se impliquen, pero teniendo claro qué es lo que van a hacer. A veces se meten tanto en los problemas del lugar que acaban queriendo hacer un pozo de agua, una clínica… Y el dinero es el que tenemos, no más. ¿Sois bien acogidos? Sí, pero no puedes ir ahí como quien lo sabe todo, ni simplemente transportar contenedores y llamarlos “viviendas”. Tiene que haber una continuidad que genere puestos de trabajo duraderos para la comunidad. Pero, ante todo, hay que saber escuchar. De hecho, muchos de nuestros profesionales acaban pa- sando el primer mes ayudando a elimi- nar escombros, recoger basura, repartir comida…, para que entiendan cómo funciona todo el proceso. No puedes simplemente ir a wikipedia y decir: “a  ver, ésta es una isla católica, construyen así y son asá…”. Existen matices que tienes que descubrir. ¿Habéis cometido errores en este sentido? Una vez estuvimos trabajando en Sri Lanka para desarrollar una panadería cooperativa para mujeres que habían perdido a sus maridos. Durante el proceso, no sólo construíamos el edi- cio, sino que también ayudábamos a montar el negocio dando formación… A punto estábamos de comprar el equipo e iniciar, cuando todas las mujeres empezaron a recibir serias amenazas de muerte. ¿Por?  Aunque hubiéramos considerado la  viabilidad económica del proyecto y del modelo de negocio y después de tal desastre, no nos habíamos percatado de que seguía existiendo un cártel de droga en el pueblo y que había una única persona que vendía el pan…; era toda una maa, vamos. ¿Por qué esto no sale en los me- dios de comunicación? Lo que ocurre es que normalmente los medios llegan al lugar, se van todos al mismo hotel, con el mejor bar y restau- rante y sólo se aventuran dentro de un radio de ocho kilómetros. Si se molesta- ran en viajar más de media hora verían mucho más y empezarían a encontrar, por ejemplo, una escuela en la meseta central de Haití que acabamos de cons- truir, y otras seis más, en proceso… De todos modos, los medios ayu- dan a concienciar a la comunidad internacional, ¿no? Sí, claro. La prensa está ahí para contar la historia: no es el enemigo. En este sentido, nosotros tenemos una política muy abierta. Pero es mejor trabajar en  voz baja, enfocado sólo a la comunidad, sin esperar que aparezca en los medios. De hecho, me parece que si vas a tra-  bajar en reconstrucción post-desastre para salir en los medios, lo más seguro es que no lo estás planteando bien. La prensa se mueve en unos parámetros de inmediatez –tiene una fuerte presión internacional–, y una reconstrucción como lo de Haití conlleva años de trabajo. En ese país, además se añade una grave inestabilidad política –siguen sin presidente– y nadie sabe quién está liderando la reconstrucción. Supongo que ver todos estos desastres traerán reexiones… Parece como si nos estuvieran re- tando a que seamos más conscientes de quiénes somos y qué es lo que tenemos. No podemos olvidarnos de que somos sociedad: tú y yo pode- mos ser amigos en el facebook, pero ¿somos realmente amigos? Estamos tan desconectados que nos hemos olvidado qué signica realmente ser sociedad. Cuando trabajo en una pequeña aldea de Sri Lanka, o India, o Malawi… nadie tiene un ordenador, ni una radio; pero el valor de la vida y la relación personal es más fuerte que en cualquier lugar de Occidente. Hay muchos dilemas a los que te enfren- tas cuando tus ojos están abiertos… The end  T Cameron Sinc lair  Arquitecto. Architecture for Humanity Texto: Jaume Figa “No se trabaja en reconstrucciones POST-DESASTRE para los medios; ese es un mal planteamiento” En abril de 1999, ante el sangriento conicto albano-kosovar, los arquitectos Cameron Sinclair (38) y su colega Kate Stohr vieron la necesidad de poner en marcha un plan de creación de viviendas para los refugiados que tenían que regresar a un país totalmente desolado por las bombas. Ello les llevó a fundar Architecture for Humanity, organización sin ánimo de lucro con la misión de buscar soluciones arquitectónic as en zonas arruinadas por desastres naturales, conictos bélicos… Sinclair estuvo en la UIC –y por primera vez en España– para dar un seminario en el Máster International Cooperation: Sustainable Emergency Architecture, de la ESARQ.

Transcript of Entrevista a Cameron Sinclair

Page 1: Entrevista a Cameron Sinclair

8/7/2019 Entrevista a Cameron Sinclair

http://slidepdf.com/reader/full/entrevista-a-cameron-sinclair 1/1

22

   N   e   w   s   u    i   c   2   8 .   m   a   r   ç  -    j   n   u   y    d   e   2   0   1   1

En Architecture for Humanity rápida-mente nos hicimos muy grandes. Noporque hiciéramos algo excepcional,sino porque dimos la oportunidad amuchos arquitectos de hacer ese traba-

 jo. En las universidades se enseña a di-

señar una ópera, un museo, una casa…,pero no a trabajar en una comunidadindígena con construcciones de bajocoste. Y eso es lo que –pienso– vieronen nosotros. Ahora mismo yo diría quetenemos a miles de estudiantes traba-

 jando con nuestros profesionales…; no

tuvimos que ir a buscarlos, ellos vinie-ron a nosotros.

Como una nueva universidad enpráctica…

Sí… forman parte de un proceso muy enriquecedor… No vale llegar ahí, estarunos días, y ya está. Tienes que estarun tiempo más o menos largo, paraimplicarte y que esas comunidades veanque realmente formas parte de ellos. Esimportante que te des cuenta de que loque estás haciendo va a conllevar cam-

 bios… Hoy a menudo somos seducidospor nuestra creatividad y nos creemos

tan buenos creativos que la gente tieneque estar encantada de disponer denosotros… Pero no: hace falta algo más;hace falta esta implicación.

¿Qué es lo que marca la diferencia

de su organización?Nosotros invertimos en personas, noen proyectos. Si trabajas con nosotros

 vives con esa comunidad durante todoel proceso del diseño y construccióne involucras a la comunidad. A la

 vez, nuestro gran reto es conseguirun equilibrio: que los arquitectos seimpliquen, pero teniendo claro qué es lo

que van a hacer. A veces se meten tantoen los problemas del lugar que acabanqueriendo hacer un pozo de agua, unaclínica… Y el dinero es el que tenemos,no más.

¿Sois bien acogidos?

Sí, pero no puedes ir ahí como quien losabe todo, ni simplemente transportarcontenedores y llamarlos “viviendas”.Tiene que haber una continuidad que

genere puestos de trabajo duraderospara la comunidad. Pero, ante todo, hay que saber escuchar. De hecho, muchosde nuestros profesionales acaban pa-sando el primer mes ayudando a elimi-nar escombros, recoger basura, repartircomida…, para que entiendan cómofunciona todo el proceso. No puedessimplemente ir a wikipedia y decir: “a

 ver, ésta es una isla católica, construyenasí y son asá…”. Existen matices que

tienes que descubrir.

¿Habéis cometido errores en estesentido?Una vez estuvimos trabajando en SriLanka para desarrollar una panadería

cooperativa para mujeres que habíanperdido a sus maridos. Durante elproceso, no sólo construíamos el edi-cio, sino que también ayudábamos amontar el negocio dando formación… A punto estábamos de comprar el equipoe iniciar, cuando todas las mujeresempezaron a recibir serias amenazas demuerte.

¿Por? Aunque hubiéramos considerado la viabilidad económica del proyecto y del modelo de negocio y después de taldesastre, no nos habíamos percatadode que seguía existiendo un cártel de

droga en el pueblo y que había unaúnica persona que vendía el pan…; eratoda una maa, vamos.

¿Por qué esto no sale en los me-

dios de comunicación?Lo que ocurre es que normalmente losmedios llegan al lugar, se van todos almismo hotel, con el mejor bar y restau-rante y sólo se aventuran dentro de unradio de ocho kilómetros. Si se molesta-ran en viajar más de media hora veríanmucho más y empezarían a encontrar,por ejemplo, una escuela en la mesetacentral de Haití que acabamos de cons-

truir, y otras seis más, en proceso…

De todos modos, los medios ayu-dan a concienciar a la comunidadinternacional, ¿no?Sí, claro. La prensa está ahí para contar

la historia: no es el enemigo. En estesentido, nosotros tenemos una políticamuy abierta. Pero es mejor trabajar en

 voz baja, enfocado sólo a la comunidad,sin esperar que aparezca en los medios.De hecho, me parece que si vas a tra-

 bajar en reconstrucción post-desastrepara salir en los medios, lo más seguroes que no lo estás planteando bien. La

prensa se mueve en unos parámetrosde inmediatez –tiene una fuerte presióninternacional–, y una reconstruccióncomo lo de Haití conlleva años detrabajo. En ese país, además se añadeuna grave inestabilidad política –siguensin presidente– y nadie sabe quién está

liderando la reconstrucción.

Supongo que ver todos estosdesastres traerán reexiones…

Parece como si nos estuvieran re-tando a que seamos más conscientesde quiénes somos y qué es lo quetenemos. No podemos olvidarnos deque somos sociedad: tú y yo pode-mos ser amigos en el facebook, pero¿somos realmente amigos? Estamostan desconectados que nos hemosolvidado qué signica realmente sersociedad. Cuando trabajo en unapequeña aldea de Sri Lanka, o India,

o Malawi… nadie tiene un ordenador,ni una radio; pero el valor de la vida y la relación personal es más fuerte queen cualquier lugar de Occidente. Hay muchos dilemas a los que te enfren-tas cuando tus ojos están abiertos…

The end TCameron Sinclair Arquitecto. Architecture for Humanity

Texto: Jaume Figa

“No se trabaja en reconstrucciones 

POST-DESASTRE para los

medios; ese es un mal planteamiento”

En abril de 1999, ante el sangriento conicto albano-kosovar, los arquitectos Cameron Sinclair (38) y su colegaKate Stohr vieron la necesidad de poner en marcha un plan de creación de viviendas para los refugiados que teníanque regresar a un país totalmente desolado por las bombas. Ello les llevó a fundar Architecture for Humanity,organización sin ánimo de lucro con la misión de buscar soluciones arquitectónicas en zonas arruinadas por desastresnaturales, conictos bélicos… Sinclair estuvo en la UIC –y por primera vez en España– para dar un seminario en elMáster International Cooperation: Sustainable Emergency Architecture, de la ESARQ.