Entrenamiento en el Fútbol Español

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de la nueva labor de Gento como entrenador de la cantera del Madrid, nada más retirarse en 1971, AS Color expli- ca, a través de un exper- to, como se entrena en España. ENTRENAMIENTO La mejor vía para ganar es jugar bien y el requisito para hacer esto es entrenar correctamente Pero en la práctica se incurre en multitud de errores en la aplicación de la metodología de entrenamiento, que vamos a explicar cómo debe ser para que tenga éxito. EN EL FÚTBOL ESPAÑOL JESÚS CUADRADO PINO ENTRENADOR NACIONAL DE FÚTBOL, NIVEL III. MÁSTER PROFESIONAL EN FÚTBOL (CESFÚTBOL Y UNIVERSIDAD DE MURCIA) ESPECIALISTA EN ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID. MÁSTER EN ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO POR EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL. EX-PREPARADOR FÍSICO DE U.D. SALAMANCA Y REAL VALLADOLID. DIRECTOR DE LA REVISTA TRAINING FÚTBOL. DIRECTOR DEL MÁSTER PROFESIONAL EN FÚTBOL (CESFÚTBOL Y UNIVERSIDAD DE MURCIA). [email protected] TEORÍA Y PRÁCTICA DE UNA METODOLOGÍA APLICADA M e parece adecuado co- menzar con una frase que, como profesor, en los apun- tes de mi asignatura del Máster Profesional en Fútbol para Entre- nadores Nacionales y Licenciados en Educación Física, indico tex- tualmente: “Los principios del en- trenamiento deportivo, por sí so- los, no dotan al deportista de un adecuado rendimiento en su es- pecialidad. Para rendir a buen ni- vel en una especialidad concreta se exige una adaptación concre- ta. El proceso de entrenamiento ha de estar enfocado a la diná- mica y par ticularidades de las ac- ciones inherentes a cada depor te. Por ejemplo, tanto un lanzador de peso como un jugador de fútbol necesitan de la fuerza como ca- pacidad biomotora, pero cada uno manifiesta la fuerza de forma muy diferente en sus respectivas com- peticiones, por lo tanto, cada uno precisa una metodología distinta para el desarrollo de la fuerza”. En fútbol, no se trata de ser más resistente ni más rápido ni más fuer te que el rival, se trata de ser más eficaz en el juego. Aunque no debemos olvidar que se necesita la resistencia, la rapidez y la fuer- za. Esto nos lleva a una reflexión que yo repito mucho a los entrena- dores: la técnica, la condición físi- ca y la capacidad mental son he- rramientas muy impor tantes, pero siempre han de estar al servicio de la táctica y del juego. Para planificar el proceso de trabajo en fútbol, los entrenado- res debemos orientarnos en las ciencias del entrenamiento, pero para conseguir una verdadera transferencia a las exigencias de 54 55

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A propósito de la nueva labor de Gento como entrenador de la cantera del Madrid, nada más retirarse en 1971, AS Color expli-ca, a través de un exper-to, como se entrena en España.

A propósito ENTRENAMIENTO

La mejor vía para ganar es jugar bien y el requisito para hacer esto es entrenar

correctamente Pero en la práctica se incurre en multitud de errores en la aplicación de la metodología de entrenamiento, que vamos a explicar cómo debe ser para que tenga éxito.

EN EL FÚTBOL ESPAÑOL

JESÚS CUADRADO PINOENTRENADOR NACIONAL DE FÚTBOL, NIVEL III.

MÁSTER PROFESIONAL EN FÚTBOL (CESFÚTBOL Y UNIVERSIDAD DE MURCIA)

ESPECIALISTA EN ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID.

MÁSTER EN ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO POR EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL.

EX-PREPARADOR FÍSICO DE U.D. SALAMANCA Y REAL VALLADOLID.

DIRECTOR DE LA REVISTA TRAINING FÚTBOL.

DIRECTOR DEL MÁSTER PROFESIONAL EN FÚTBOL (CESFÚTBOL Y UNIVERSIDAD DE MURCIA).

[email protected]

TEORÍA Y PRÁCTICA DE UNA METODOLOGÍA APLICADA

Me parece adecuado co-menzar con una frase

que, como profesor, en los apun-tes de mi asignatura del Máster Profesional en Fútbol para Entre-nadores Nacionales y Licenciados en Educación Física, indico tex-tualmente: “Los principios del en-trenamiento deportivo, por sí so-los, no dotan al deportista de un

adecuado rendimiento en su es-pecialidad. Para rendir a buen ni-vel en una especialidad concreta se exige una adaptación concre-ta. El proceso de entrenamiento ha de estar enfocado a la diná-mica y particularidades de las ac-ciones inherentes a cada deporte. Por ejemplo, tanto un lanzador de peso como un jugador de fútbol

necesitan de la fuerza como ca-pacidad biomotora, pero cada uno manifi esta la fuerza de forma muy diferente en sus respectivas com-peticiones, por lo tanto, cada uno precisa una metodología distinta para el desarrollo de la fuerza”. En fútbol, no se trata de ser más resistente ni más rápido ni más fuerte que el rival, se trata de ser más efi caz en el juego. Aunque no debemos olvidar que se necesita la resistencia, la rapidez y la fuer-

za. Esto nos lleva a una refl exión que yo repito mucho a los entrena-dores: la técnica, la condición físi-ca y la capacidad mental son he-rramientas muy importantes, pero siempre han de estar al servicio de la táctica y del juego.

Para planifi car el proceso de trabajo en fútbol, los entrenado-res debemos orientarnos en las ciencias del entrenamiento, pero para conseguir una verdadera transferencia a las exigencias de

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la competición tenemos que apli-car el modelo de competición en fútbol. Modelo que tenemos que considerar desde dos parámetros: las características del fútbol como deporte y el análisis del juego. El fútbol, por sus características y la dinámica de su juego, requiere varios modelos de entrenamien-to que resumo en el gráfi co su-perior.

El modelo globalizado y el mo-delo estructurado son los que producen mayor transferencia a la competición, pero dentro del proceso de entrenamiento es necesario el modelo analítico en determinadas ocasiones. Lo que sucede actualmente en la prácti-ca, sobre todo en nuestro país, es que muchos creen que el modelo analítico sólo sirve para el desa-rrollo de las capacidades condi-cionales y no para el trabajo téc-nico o táctico.

La resistencia en fútbol.Hay que desarrollar el metabolis-mo anaeróbico láctico y el metabo-lismo aeróbico. Cada uno de ellos proporciona unos benefi cios al fut-bolista: el metabolismo anaeróbi-co láctico permite realizar los es-fuerzos a un ritmo alto y acceder a esfuerzos de alta intensidad a lo largo de la temporada. El metabo-lismo aeróbico permite una bue-na recuperación entre esfuerzos y mantener una regularidad en el rendimiento durante toda la tem-porada. Además, hemos de tener presentes los dos subtipos de cada uno de estos dos metabo-lismos, lo que supone cuatro sis-temas energéticos de la resisten-cia: capacidad aeróbica, potencia aeróbica, capacidad láctica y po-tencia láctica. Debemos conside-rar que el aumento de la capaci-dad aeróbica no es signifi cativo a partir de los 18 años, por eso es-timo que no es aplicable en el fút-bol adulto.

La fuerza en fútbol. Me parece muy acertada la cla-sifi cación de fuerza de la escue-la italiana, encabezada por Carlo Vittori, que tiene en cuenta los tres componentes del músculo: componente contráctil, compo-nente elástico y componente re-fl ejo. Aplicando esta clasifi cación al fútbol, clasifi co las cuatro ma-nifestaciones de fuerza que debe trabajar el jugador: fuerza máxima dinámica, fuerza explosiva, fuerza explosivo-elástica y fuerza explosi-vo-elástico-refl eja. Además de es-tos cuatro tipos de fuerza, para organizar el entrenamiento y pla-nifi car la orientación de los ciclos a lo largo de la temporada tene-mos que hacer referencia a cuatro conceptos: fuerza general, fuerza dirigida, fuerza especial y fuerza compensatoria.

La velocidad en fútbol.Desde hace mucho tiempo sos-tengo que la velocidad en el fút-bol no existe desde el punto de vista anatómico ni desde el punto de vista fi siológico. Sin embargo, a nivel externo, el fútbol contiene muchas manifestaciones de velo-

cidad. Dentro del aspecto físico te-nemos: velocidad de reacción, ca-pacidad de aceleración y velocidad de traslación. Dentro del aspecto técnico-táctico tenemos las velo-cidades mental, gestual y técnica. En este punto quiero hacer una re-fl exión muy particular: los estímu-los máximos (carreras a máxima velocidad sobre distancias cortas) son un método de entrenamiento utilizado en casi todos los equipos con la pretensión de mejorar la ca-pacidad de aceleración y la velo-cidad de traslación. Sin embargo, con este método es imposible con-seguir las mejoras pretendidas. La capacidad de aceleración y la velo-cidad de traslación dependen del potencial del músculo. Por eso, únicamente con trabajos de fuer-za pueden desarrollarse. Los estí-mulos máximos pueden mantener sus niveles, pero ni las desarro-llan ni las mejoran.

El error de olvidar el tra-bajo de fuerza compensa-toria. El trabajo de fuerza compensato-ria es imprescindible para forta-lecer grupos musculares que no se desarrollan en forma paralela a los más requeridos por el futbo-lista. Se trata de evitar lesiones en músculos antagonistas o si-nérgicos de las acciones de com-petición. En muchos equipos pro-fesionales de nuestro país no se hace este trabajo, especialmente se descuida el trabajo de isquioti-biales (semitendinoso, semimem-branoso y bíceps femoral), no se les somete a ejercicios de forta-lecimiento y fl exibilidad. Aquí te-nemos una causa de que se pro-duzcan tantas lesiones en este grupo muscular. Entre los años 92 y 96, en el Salamanca y el Valladolid, fabriqué un aparatito para cada jugador, con gomas de

fonendoscopio, con el fi n de tra-bajar los isquiotibiales de forma concéntrica, isométrica y excéntri-ca. No tuvimos lesiones de este tipo. Muchos jugadores se lleva-ron el aparatito cuando fi charon por otros equipos.

El abuso de los rondos.En casi todos los equipos profe-sionales se emplea gran par te de las sesiones de entrenamien-to ejecutando rondos. Abusar de ellos, convir tiéndolos en tareas esenciales, significa confundir un trabajo complementario con un trabajo fundamental, provo-cando un gran défi cit en el entre-namiento del equipo. El rondo no tiene connotaciones ni similitudes con el juego: se desarrolla en un espacio delimitado y fi jo, hay mu-chas líneas de pase, los pases siempre son cor tos y al pie, en posesión del balón sólo existe el objetivo de pasar, no se provo-can desmarques de ruptura, el jugador que defi ende se limita a interceptar el balón. Los rondos no tienen transferencia a la com-petición, pueden servir como ca-lentamiento o como recuperación activa o para tareas recreativas, pero no pueden emplearse como tarea integral con el objetivo de que produzcan una mejora especí-fi ca del juego. Lamentablemente, existe una excesiva utilización de ellos, de la misma forma que exis-te una equivocación al denominar rondos a múltiples tareas de en-trenamiento que no son tales.

El déficit en el entrena-miento de la táctica. Para el fútbol, hace años establecí la siguiente defi nición de táctica: todas las acciones colectivas e in-dividuales que se desarrollan con el objetivo de neutralizar y supe-rar al adversario; la táctica es una lucha directa contra el oponente. Posteriormente añadí que la ver-dadera táctica es la capacidad del jugador para tomar decisio-nes durante el juego. Salvo hon-rosas excepciones, la táctica se entrena mal, porque se confunde el entrenamiento globalizado y es-tructurado con un revoltijo de ejer-

cicios físicos, técnicos y tácticos mezclados sin criterio. Se hacen tareas con balón que no contie-nen un diseño táctico apropiado. El objetivo de las tareas tácticas debe ser desarrollar el proceso cognitivo del jugador para que mejore su capacidad de interpre-tación ante las cambiantes situa-ciones del juego. Además, hemos de tener presente que los jugado-res aprenden con lo que hacen, no con lo que se les dice. Muchos entrenadores profesionales pre-tenden que su equipo juegue de una forma concreta simplemen-te por sus indicaciones verbales. Esto sólo conducirá a soluciones erróneas, como muestra metafó-ricamente el siguiente gráfi co, que he tomado del libro ‘El aprendiza-je de las acciones motrices en el deporte’, de Robert Singer, edita-do en 1986 y que mantiene una gran vigencia.

Por sus características, el fútbol requiere varios modelos de entrenamiento: globalizado,

estructurado y analítico

La velocidad en el fútbol no existe desde el punto anatómico ni fisiológico, pero existen manifestaciones de ella

En muchos equipos españoles se descuida el trabajo de

isquiotibiales, y de ahí tantas lesiones en esta zona

La meta de las tareas tácticas debe ser que el jugador sepa adaptarse a las situaciones cambiantes del juego

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LA METODOLOGÍADE ENTRENAMIENTO EN FÚTBOL

1.- SE JUEGA MAL PORQUE SE ENTRENA MAL.

La labor esencial del entrenador profesional de fútbol es entrenar efi cazmente para que su equipo juegue bien con el objetivo de ganar. La mejor vía para ganar es jugar bien. El requisito para jugar bien es entrenar bien. Pero en la práctica se incurre en multitud de errores en la aplicación de la metodología de entre-namiento. No se parte de un buen análisis del juego y de las variantes tácticas, y abunda la aseveración de “hay que ganar como sea”. Sin embargo, está muy claro que esta frase es un tópico, una mentira y, lo que es peor, una coartada para la incapacidad. Los que dicen que “hay que ganar como sea” entrenan “como sea”, por eso juegan tal mal sus equipos.

2.- LAS RECETAS O EL ENTRENAMIENTO IMITATIVO.

Son muchísimos los entrenadores que se dedican a observar entrenamientos, sobre todo entrenamientos de equipos del más alto nivel, para apuntar lo que ha-cen y luego hacerlo ellos con sus respectivas plan-tillas. Además, su publican muchos ejercicios este-reotipados como si sirviesen para todo y muchos les copian al pie de la letra, a modo de receta. Lo impor-tante no son las recetas, sino los conceptos. Todo no vale para todos. En un ejercicio de técnica no basta con describir su desarrollo, es totalmente necesario crear unos elementos de corrección para buscar la mejora. Si se trata de una tarea táctica, se hace im-prescindible dotarla de un fundamento que sea apli-cable a la competición en función de las característi-cas de cada equipo.

3.- DEL CAMPO AL BANQUILLO.No pretendo indicar que los que hayan jugado en un alto nivel profesional no puedan ser buenos entrena-dores. Hay ejemplos de grandes jugadores que des-pués han sido grandes entrenadores. Lo que indico es que pasar directamente del campo al banquillo es un error. Reafi rmo que jugar no es una garantía para entrenar, en medio se necesita una formación. Pero en nuestro país es una norma muy extendida: jugador famoso que pasa a entrenar a un equipo profesional en cuanto deja de jugar. Lo cierto es que jugar y entre-nar son dos actividades completamente distintas que requieren capacidades distintas. Quienes consideran que haber jugado al fútbol a un alto nivel es una ga-rantía para entrenar bien están en un error. Se lo argu-mento con cinco razones muy concretas: 1ª.- Se juega por cualidades y se entrena por conocimientos. 2ª.- A la gran mayoría de los jugadores sólo les gusta jugar, pero no les gusta el fútbol; prueba de ello es que, mientras están en activo, no ven los partidos que se televisan, porque no les interesan y están pendientes de otras cosas. 3ª.- Cuando juegan, tienen una visión muy parcial del juego y un desarrollo muy limitado del mismo, porque sólo le observan desde la perspectiva de su puesto. 4ª.- Tienden a entrenar por imitación, copiando sin análisis ni rigor lo que han hecho ellos con los entrenadores que han tenido. 5ª.- Como la edad ya no les permite seguir jugando, quieren man-tenerse, ahora como entrenadores, en una actividad a la que han estado muchos años ligados; no son entre-nadores por vocación, sino por seguir la inercia de una actividad que puede permitirles un puesto de trabajo. Muchos de ellos, recientemente pegaban patadas al balón y ahora pegan patadas a la pedagogía.

4.- LAS MODAS INUNDAN LAS SESIONES DE ENTRENAMIENTO.En nuestro fútbol profesional actual abundan los en-trenamientos por simple moda. Hace muchos años la moda era el entrenamiento de resistencia, luego se pusieron de moda los partidos de los jueves, más tarde los estímulos máximos y el trabajo de reactivi-dad de los viernes, después los rondos, siguieron los ejercicios de posesión en espacios reducidos, luego el entrenamiento globalizado, a continuación el traba-jo de fuerza publicado por Guilles Cometti, actualmen-te vemos la panacea en lo que se ha dado en llamar “periodización táctica”, que proviene de la escuela portuguesa. El aumento del rendimiento en todos los deportes se debe en gran parte a la progresión en los métodos de trabajo, pero resulta estéril, además de perjudicial, utilizar modelos de entrenamiento sólo porque supongan una moda. Los “modernos” hablan ahora del ataque previsto (del que Benito Floro habla-ba en los años 90 y explicaba ejercicios muy efi caces para desarrollarlo), emplean muchos una formación 1-4-2-3-1 (que Juan Manuel Lillo puso por primera vez sobre un terreno de juego en la temporada 91-92 con la Cultural Leonesa y continuó en la Unión Deportiva Salamanca, culminando con un ascenso desde Se-gunda B a Primera en sólo tres temporadas), comen-tan sobre el trabajo táctico diferencial por grupos (que ya desarrolló Jorge D’Alessandro hace más de diez años). Sin embargo, todavía no analizan ni emplean los principios fundamentales del juego, las zonas ac-tivas del juego, las especialidades en ataque y en de-fensa, y el proceso de acción del jugador; aspectos que yo he introducido como básicos en su concepción teórica y aplicación práctica, y que llevo desarrollan-do hace muchos años en conferencias y apuntes. Con suerte, dentro de unos quince años, se incluirán en la enseñanza ofi cial para entrenadores.

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7.- ENTRENAMIENTO DE LA SITUACIÓN DE DEFENSA, OLVIDO DE LA SITUACIÓN DE ATAQUE.Dentro de lo poco y desacertadamente que, en gene-ral, se entrena la táctica, hay bastantes equipos que entrenan los movimientos defensivos y no hacen lo mismo con las acciones colectivas de ataque. Más o menos, vemos bastantes equipos que se repliegan bien, que hacen las coberturas adecuadamente y eje-cutan correctamente las vigilancias defensivas. Pero con el balón no tienen la más mínima coordinación colectiva. Entrenan la situación de defensa y no ha-cen lo mismo con la situación de ataque. Este hecho me resulta sorprendente, porque en ataque hay más variantes que en defensa, mucha más riqueza tácti-ca. Estos entrenadores suelen decir que la defensa se prepara y el pase de gol aparece, no obstante, de-berían tener presente que los movimientos ofensivos bien desarrollados favorecen muchísimo la aparición del pase de gol. Demasiados equipos que defi enden, digamos, de forma correcta y que están perdidos y sin rumbo en ataque. Así, podemos observar multitud de errores de jugadores de altísimo nivel en sus movi-mientos sin balón en la zona de fi nalización.

8.- A PESAR DE TODO ESTO, LOS EQUIPOS ESPAÑOLES ESTÁN A GRAN NIVEL MUNDIAL.

Así es. Pero esto se debe principalmente a que com-pran muchísima calidad técnica. Fichan a base de ta-lonario a los mejores jugadores del mundo. Tienen mucha técnica y mucho talento individual alquilados. Este talento y técnica de muchos de sus futbolistas les ofrece un gran rendimiento, sobre todo cuando se enfrentan a equipos con presupuestos mucho más ba-jos. Pero lo único que están haciendo es sumar juga-dores, sin embargo jugarían mucho mejor y consegui-rían mejores resultados si en vez de sumar jugadores, lo que hiciesen fuera coordinar jugadores. El máximo rendimiento de un equipo de fútbol se expresa con la coordinación de todos sus futbolistas, no con la sim-ple suma. Esta coordinación debe estar basada en un efi caz desarrollo de las acciones tácticas con el apor-te de una buena condición física específi ca. Aspectos que sólo se logran a través de una buena metodología de entrenamiento.

5.- TAREAS TÁCTICAS EN LAS QUE PRIMA LO CONDICIONAL.

Considero que en fútbol debería seguirse una máxi-ma inalterable para aplicar al entrenamiento: cuando se haga una tarea globalizada mediante juegos em-pleando el balón, siempre debe prevalecer el aspecto táctico. Pero observo que esto no sucede en la prác-tica. Más bien al contrario, se diseñan tareas con ele-mentos tácticos, técnicos y físicos simultáneos y en su desarrollo sobre el campo de entrenamiento casi siempre se incide sobre lo condicional. Se exige velo-cidad, esfuerzo, empeño máximo. Se descuidan las correcciones técnicas y, sobre todo, tácticas. Ello lleva a un aprendizaje erróneo que produce en los partidos falta de precisión y equivocadas tomas de decisiones en los futbolistas. El esfuerzo y la velocidad sin preci-sión no sirven para nada. Hay que aplicar la máxima velocidad que nos permita la precisión.

6.- F. C. BARCELONA: MODELO DE JUEGO, MODELO DE ENTRENAMIENTO.

Entre la gran confusión terminológica que existe en el fútbol está la frase “modelo de juego”. Cada juego, o juego deportivo, es un modelo en sí mismo. Así tene-mos que el fútbol, baloncesto, balonmano, rugby… son modelos de juego. Cada uno es un modelo suje-to a unas reglas y a una dinámica de desarrollo muy concreta. Lo que ocurre es que dentro de cada uno de ellos se pueden utilizar unas u otras variantes tác-ticas para adaptarlas a cada equipo. Por eso, perso-nalmente, considero que cuando queramos referirnos a la forma de jugar de un equipo de fútbol deberíamos hablar de “modelo táctico” en vez de “modelo de jue-go”. Por encima de esto, considero que el buen equi-po de fútbol no es el que emplea una defensa adelan-tada o intermedia o retrasada, ni el que desarrolla un ataque indirecto o directo o contraataque. Considero que el buen equipo de fútbol es el que tiene entrena-das todas las variantes tácticas y emplea unas u otras durante cada partido, según convenga a la situación de juego que se presente. Todo el mundo dice que el Barcelona tiene un modelo de juego muy afi anzado, lo que representa la clave de su éxito. Desconocimien-to. En primer lugar, emplean mal la frase porque a lo que se refi eren es a un “modelo táctico”, como expli-co anteriormente. En segundo lugar, se equivocan al decir que el Barcelona tiene una forma sistemática de jugar. Lo que ocurre es que entrenan perfectamente las situaciones del juego en relación a la toma de deci-siones que deben tomar todos sus jugadores cuando tienen el balón, cuando le tiene un compañero y cuan-do le tiene un jugador rival. Entrenan mediante lo que ellos llaman tareas simuladoras preferenciales para actuar efi cazmente a nivel colectivo e individual ante las cambiantes circunstancias del juego. Su modelo de juego es el fútbol, su modelo táctico es interpretar bien las situaciones para obrar en consecuencia. Si el Barsa juega bien es, fundamentalmente, porque todos sus futbolistas saben interpretar perfectamente las si-tuaciones que se les pueden presentar en el desarro-llo del partido, merced a una cultura táctica desarro-llada con efi caces tareas de entrenamiento.

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