Entre Napoleón y los tulipanes

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  • Cat DArossi

    Entre Napolen

    y los tulipanes

    Existe la felicidad?

  • Ttulo Original: Entre Napolen y los tulipanes

    Cat DArossi 2010

    [email protected]

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser

    reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema

    de recuperacin de informacin, en ninguna forma ni por ningn medio, sea

    mecnico, fotoqumico, electrnico, magntico, electroptico, por fotocopia

    o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

  • Para:

    Rebeca y Ana, quienes comenzaron el crculo.

    Yolanda y Tamara, quienes le dieron forma.

    Camilla, Marina y Franois, quienes lo completaron.

    Porque los amigos son la familia que nos permitimos elegir,

    este libro va dedicado a ustedes,

    y a todos los quetzales que me ensearon a volar.

  • Querido lector:

    En tus manos, posees un trozo de m.

    De lo que fui, de lo que soy y de lo que espero ser.

    Cat DArossi

  • No ser nadie, sino t mismo,

    en un mundo que est haciendo todo lo posible,

    da y noche,

    para que seas alguien distinto,

    significa luchar la batalla ms difcil

    que cualquier ser humano pueda enfrentar

    y nunca detenerse

    Edward Estlin Cummings

  • Primera Parte

  • 14

    Uno

    He cometido el peor pecado que una persona puede cometer.

    No he sido feliz

    Jorge Luis Borges

    equeas gotas de sudor fro se deslizan por mi sien, se escurren

    a lo largo de mis pmulos y caen sobre el cuero negro del sof,

    estrellndose contra l como la lluvia en el asfalto.

    Jugueteo con los pulgares y agito una pierna impacientemente,

    mientras remuerdo mis labios carmes, hacindolos lucir blancos.

    Tengo una extraa sensacin de incomodidad, no s si sea porque

    estoy en medio de tres individuos que me aplastan las costillas o

    porque estoy nerviosa. Creo que es un poco de ambas. Despus de

    todo, jams imagin encontrarme en una situacin como esta:

    compartiendo el sof con tres inadaptados sociales y frente a una

    psicloga que no deja de tomar apuntes en su libreta marrn.

    Me siento estudiada, como un gorila verde encerrado en una jaula.

    El tipo que est a mi izquierda no ha parado de hablar en los ltimos

    veinte minutos. Podra levantarme en este preciso instante para

    taparle la boca con sus calzoncillos y creo todos me daran las

    gracias, en especial la adolescente gtica que est sentada a un

    extremo del sof. Ella s que quiere mandarlo al diablo

    P

  • 15

    Bostezo con disimulo. Mi brazo derecho empieza a entumecerse, lo

    movera, pero los enormes senos de la mujer que est junto a m me

    lo impiden.

    y, entonces, le pregunt: Qu pasa, Yasmin? Por qu

    ests evitndome? Y ella dijo: no estoy evitndote, es solo

    que no aguanto tener una conversacin contigo. Pueden

    creerlo? Digo, s que tengo un pequeo problema para

    controlar mi lengua, pero ella debera entenderlo. Cre que

    haba una chispa entre nosotros

    S, mi brazo derecho no puede moverse, pero mi izquierdo est,

    realmente, considerando la posibilidad de callar a ese tipo con un

    buen golpe.

    puedo soportar que no est interesada en salir conmigo,

    pero qu tiene Barry, del Departamento de Archivos, que

    no tenga yo?

    No conozco a Barry, pero, si tuviera que elegir entre l y un

    papagayo con forma humana, no slo me quedara con Barry, sino

    que luchara por l como una tigresa en celo.

    Algo me dice que estn teniendo amoros en el trabajo, y eso

    va en contra del cdigo laboral

    De acuerdo, Ted! exclama la doctora Scheffer, alzando la

    voz con autoridad Has llenado tu espacio de veinte

    minutos, continuaremos en la prxima sesin

    Dios bendiga los lmites de tiempo de los loqueros.

  • 16

    quiero que sigas practicando los ejercicios de autocontrol

    que te ense la semana pasada. Est bien?

    Ted mueve la cabeza de arriba a abajo. Por su semblante de

    pesadumbre, deduzco que an tena muchas cosas que contarnos

    sobre su miserable existencia.

    Excelente. Ahora, es el turno de nuestra nueva participante:

    Helena

    Doy un respingo de alarma. La doctora Scheffer me observa con

    total atencin, como si esperase que yo le contara el verdadero

    motivo por el cual la gallina cruz la calle.

    Qu te trae a nuestra terapia grupal de autoayuda?

    Me rehso a contestar. No por carecer de respuesta, sino porque an

    no estoy segura de que mi problema sea, en realidad, un problema.

    Comencemos por lo bsico contina ella, al notar mi

    escasa voluntad de romper el hielo Cmo fue tu

    infancia?

    Mi infancia? Fue tan buena que me parece mala.

    Bastante normal, creo yo

    Adelante

    Mis padres me enviaron a la escuela ms costosa de la

    ciudad. Queran que me codeara con nios adinerados

    Prosigue

    Cuando cumpl los 16, mi madre quiso enviarme a un

    internado agustino en Pars aunque yo deseaba ir a

    Londres

  • 17

    Detengo el relato para dejar escapar un disimulado suspiro de

    lamento. Londres. El Big Ben el London Eye los soldados que

    no pueden moverse

    Y qu sucedi? pregunta la doctora Scheffer, curiosa ante

    mi silencio.

    Lo que suele suceder cuando no se es hurfano respondo,

    en tono sarcstico.

    La mujer ignora mi chiste y toma apunte en su libreta. Acaso no

    tiene sentido del humor?

    Cmo fue tu vida en ese colegio?

    Una vez ms, permanezco callada. Los Campos Elseos el Arco

    del Triunfo las excursiones a la Catedral de Notre Dame los 175

    actos que, segn el padre Franois, son pecado, y otras 80

    excursiones a la Catedral Voil la France!

    No puedo quejarme

    Vuelve a tomar nota. Habr notado que estoy mintiendo?

    No creo. Es psicloga, no consultante del tarot.

    Y a qu te dedicas? indaga, aumentando su inters.

    Soy subastadora

    Oh, subastadora! Cmo va eso?

    Muy bien bien creo

    Por tercera vez, la mujer posa el bolgrafo sobre el papel.

    Me inquieta el hecho de que est analizndome; por lo general, soy

    yo quien disfruta analizando a los dems.

    Qu me dices de tu familia? Cmo son ellos?

  • 18

    Mi familia? Pues

    Dudo. En 20 aos, jams he podido hallar la descripcin adecuada;

    todas son demasiado benvolas.

    Mi abuelo es subastador retirado, al igual que mi padre

    Ah, es una tradicin familiar!

    Algo as

    Ya veo. Qu hay de tu madre?

    Mam? Es la encargada de invertir el dinero.

    No trabaja

    Al menos que pueda considerarse un trabajo el despilfarrar los

    ingresos monetarios

    Ama de casa?

    Definitivamente

    La doctora Scheffer acomoda la espalda en el reclinar del asiento.

    Y qu tal el plano amoroso?

    Bueno salgo con alguien hace un par de meses

    Hblame al respecto

    Que hable de mi vida sentimental? Es eso necesario?

    Su nombre es Patrick

    Contina

    Contina. Prosigue. Qu me cuentas de eso? Qu hay de aquello?

    Es lo nico que esa mujer sabe decir?

    Mi concepcin de la psicologa acaba de ser cruelmente violada por

    el interrogatorio simpln del que soy objeto.

    Es empresario. Su familia tiene una cadena de hoteles

  • 19

    Patrick Watson - Creek? Oh, eres Helena Fakker!

    Magnfico! Ahora, mi nombre aparecer en la portada de Magazine

    Gossip con la doctora Scheffer dando testimonio de la inestabilidad

    emocional que me condujo a su terapia.

    Creo que necesitar un abogado.

    S respondo, entre dientes, apesadumbrada por mi falta de

    reserva.

    Un momento; para algo ha de servir el contrato de confidencialidad.

    Al fin y al cabo, las terapias con los loqueros son como las

    confesiones sacramentales, y se supone que ningn religioso debe

    andar por ah, contando tus pecados a diestra y siniestra

    Y cmo va su relacin?

    Eh bien! Muy bien. Patrick es maravilloso

    La doctora Scheffer vuelve a tomar nota. Quisiera saber qu tanto ha

    podido discurrir sobre m con ese incmodo mtodo inquisitivo.

    Creo que ya han sido suficientes preguntas, Helena. Ahora,

    quiero que nos cuentes por qu ests aqu

    Inclino la mirada, no para huir de su pregunta, sino de la inminente

    respuesta.

    El ocaso abraza el cielo con osada, puedo saberlo porque se filtra el

    matiz naranja por la ventana de cristal. El suelo se pinta con el

    reflejo de la tarde esa tarde que siempre enfra mi alma,

    convirtindola en toneladas de hielo que se desprenden y van a dar a

    la boca de mi estmago.

  • 20

    Un molesto nudo se forma en mi garganta y la aprisiona, como

    aquellos tediosos nubarrones de invierno que enclaustran al sol

    detrs de sus cuerpos etreos. Comienza a emerger esa insoluble

    tristeza, de la nada, y se aferra a mi pecho, como una dolorosa

    enredadera de espinas.

    Estoy aqu porque algo me falta. Cada noche, el sueo se rehsa a

    envolver mis ojos. Doy giros desesperados y exhaustivos sobre la

    cama, tratando de hallar un rincn donde no me sienta sola.

    Los das han comenzado a parecerme montonos y deprimentes

    iguales, unos a otros. Intento ignorar esta nostalgia sin fundamento,

    pero, cada vez que trato de contenerla, el frgil manto de mi corazn

    se desgarra y gotas de roco lastimero se cobijan sobre mis prpados.

    No soy feliz, y a eso se resume mi presencia en este acogedor

    consultorio de Manhattan...

    El sbito timbre del telfono mvil me pone los nervios de punta.

    Parpadeo repetidamente y sacudo la cabeza, queriendo volver a la

    realidad.

    Lo siento, olvid apagarlo me excuso, mientras intento

    hallar el mvil en el interior de mi bolso negro.

    Mi mano se topa con la chequera, el monedero y las tarjetas de

    crdito, antes de encontrar el telfono entre las llaves del auto y el

    espejo de bolsillo.

    El identificador de llamadas me causa estremecimiento. Ojeo mi

    reloj de pulso llevo media hora de atraso! Me disculpo con la

    doctora Scheffer y le digo que regresar en otra ocasin, lo cual,

  • 21

    probablemente, no haga, ya que no pienso pagar para que una mujer

    me interrogue como si fuese sospechosa de un crimen.

    Salgo del consultorio, reprendindome a m misma por haber

    perdido el tiempo de una manera tan tonta. Acaso he olvidado que

    soy una adulta racional y que, por ende, la felicidad no es ms que

    un tab? Cmo se me pudo ocurrir sentarme junto a cuatro

    desconocidos para compartir mis inquietudes sobre la vida?

    Y pensar que todo este embrollo surgi por un escrito del siglo

    pasado

    Felicidad. Joder! En qu estaba pensando cuando me pregunt si

    era feliz? Cualquier persona con dos dedos de frente que quiera

    mantener el balance emocional de su vida, sabe que no debe

    preguntarse tal barbaridad.

    Yo soy una persona con dos dedos de frente o lo era, hasta que me

    top con una dichosa carta atribuida a Borges. Y digo dichosa en

    sentido irnico.

    Pienso que nadie debera escribir semejante cosa y hacerla pblica,

    de manera que no apruebo a Borges, por el contrario, condeno su

    revelador manuscrito como algo sumamente perjudicial para los que

    preferimos vivir en la ignorancia supina, respetando las normas de la

    sociedad y manteniendo una buena conducta estereotpica.

    Qu hay de malo en hacer lo que todo el mundo hace? Poner el

    trabajo y, por ende, al dinero, en primer plano. Dejar a los amigos y

    al amor de ltimo, porque son como el viento: vienen y van

  • 22

    Qu hay de malo en querer tener las cosas bajo control? No salir sin

    haber revisado el pronstico del clima, por ejemplo.

    Creo que Borges no tena idea de lo que hablaba. Era un anciano

    prximo a su muerte, deliraba, eso es todo.

    Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la prxima, tratara de

    cometer ms errores. No intentara ser tan perfecto, me relajara

    ms. Sera ms tonto de lo que he sido, de hecho, tomara muy pocas

    cosas con seriedad... Correra ms riesgos, hara ms viajes,

    contemplara ms atardeceres, subira ms montaas, nadara ms

    ros. Ira a lugares a donde nunca he ido

    Tendra ms problemas reales y menos imaginarios.

    Yo fui una de esas personas que vivi con sensatez cada minuto de

    su vida. Claro que tuve momentos de alegra, pero, si pudiera volver

    atrs, intentara tener, solamente, buenos momentos. Por si no lo

    saben, de eso est hecha la vida: slo de momentos. No te pierdas el

    ahora.

    Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte sin un

    termmetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un

    paracadas. Si pudiera volver a vivir, viajara ms liviano.

    Si pudiera volver a vivir, comenzara a andar descalzo a principios

    de la primavera y seguira descalzo hasta concluir el otoo.

    Contemplara ms amaneceres y jugara con ms nios, si tuviera,

    otra vez, vida por delante

    Pero ya ven, tengo 85 aos, y s que me estoy muriendo.

  • 23

    ajo del auto, aseguro la puerta y cruzo la calle a paso rpido.

    Me detengo unos instantes para admirar el impetuoso letrero

    que se levanta sobre la marquesina.

    Casa de Subastas Fakker

    No dice Casa de Subastas Helena, de modo que no me pertenece.

    No es mi esencia lo que me mantiene atada a ella, sino mi apellido.

    Cruzo el umbral de la puerta, atravieso el recibidor y entro al

    auditorio; no hay un solo espacio libre en las quince hileras de

    butacas. Noto que algunas personas murmuran entre s al verme

    llegar, supongo que critican mi demora. Es lo que mejor se les da:

    criticar.

    Lo siento, se me hizo tarde

    Hola, cario

    Patrick se inclina para darme un beso. Han pasado varios meses y,

    aun as, no termino de acostumbrarme a l

    Espero que tengas una buena excusa

    La voz de mi madre posee un incmodo tono de hosquedad.

    No tengo intenciones de contar a nadie sobre mi visita a la doctora

    Scheffer, as que miento diciendo que el trfico era una locura.

    El trfico te detuvo una hora? Eso no tiene sentido, vivimos

    a quince minutos de aqu

    B

  • 24

    Maldicin. Mi coartada acaba de ser desmantelada.

    Tambin hubo un accidente

    Qu clase de accidente?

    Un auto arroll a una cebra

    Maldicin. Mi nueva cortada es tan estpida

    Cebra? Pero el zoolgico est del otro lado de la ciudad!

    Por qu dije cebra? Ovni hubiese sido ms creble.

    El abuelo me observa con suspicacia, pero no hace comentarios.

    Sospecho que me someter a un interrogatorio profundo en cuanto

    tenga la oportunidad. Mi madre ladea la cabeza con desaprobacin,

    es evidente que no cree ni media palabra de lo que he dicho.

    No hay tiempo para discusiones ridculas interviene pap,

    como por encargo divino 45 minutos de atraso, es ms que

    suficiente. Helena, sube a la tarima y comienza con la

    subasta

    Helena, haz esto y haz aquello. Es tu deber, tu responsabilidad,

    aunque no hayas movido un dedo para adquirirla y aunque no

    tengas el mnimo inters en llevarla a cabo.

    Londres? Para qu quieres ir a Londres? Francia es la cuna del

    pensamiento moderno! Montesquieu, Diderot, Voltaire, todos eran

    franceses. Tu madre es francesa! Irs a Pars.

    Estudiar dibujo? No lo necesitas. Tu deber es hacerte cargo del

    negocio familiar

  • 25

    Antes de cumplir los 17, ya haba hecho un doloroso descubrimiento

    en mi vida: mi futuro estaba planeado y poco importaba mi voluntad.

    Londres fue tirado a la basura como un trapo viejo. Obviamente, le

    ech la culpa a Montesquieu y a sus amigos enciclopedistas.

    Mi empleo, la profesin que ejercera hasta llegada la vejez, haba

    sido escogido sin mi consentimiento. Opt por culpar al abuelo de

    mi abuelo y a su maldito sueo de tener una casa de subastas.

    Est en la naturaleza humana el querer buscar culpables, nos alivia

    saber que la responsabilidad no recae sobre nosotros

    Alea iacta est. La suerte estaba echada, y no haba nada que yo

    pudiera hacer al respecto. Rebelarme? Jams habra sido capaz de

    hacerlo, mi familia haba invertido mucho dinero en mi educacin y

    yo senta la necesidad de corresponderles.

    S, lo s tener conciencia es un asco.

    En fin. Me dej esclavizar y opt por afiliarme a la poltica del

    hombre de las cavernas: vivo atado de manos y pies en la oscuridad

    de una cueva, no conozco el fuego y no tengo inters en hacerlo. Me

    conformo con lo que tengo a mano, no intento ver ms all de lo

    debido, porque s que la luz lastimara mis ojos. No hago preguntas

    ni analizo mi existencia. Simplemente, estoy aqu. Observo lo que se

    me es permitido y sigo el ejemplo de mis compaeros, quienes

    nunca se quejan por no poder salir al exterior.

    Soy un esclavo satisfecho.

    Eso, hasta que apareci Borges

  • 26

    Lote n 225. Primera carta de Napolen a Josephine.

    Despierto lleno de pensamientos sobre ti. Tu retrato y la

    intoxicada tarde que pasamos ayer, han dejado mis sentidos

    en la agitacin. Dulce, incomparable Josephine, qu efecto

    extrao tienes en mi corazn! Ests enojada? Veo tu

    mirada triste? Ests preocupada? Mi alma duele de pena,

    y no puede haber descanso para ti, amada. Pero, todava

    hay ms guardado para m, cuando, rendido a los

    sentimientos profundos que me abruman, dibujo desde tus

    labios, desde tu corazn, un amor que me consume con

    fuego?

    Hago una pausa y elevo la mirada, slo para darme cuenta de que el

    auditorio entero tiene los ojos puestos en m.

    La subasta abre con una oferta de 100 mil anuncio,

    afanada por deshacerme de la incmoda sensacin que me

    produce el tener cientos de miradas apuntndome.

    Un sonoro cuchicheo se apodera de la sala. La esposa del senador

    Jones le susurra algo; el hombre se limita a observarla con el rabillo

    del ojo, mientras gira el tronco para echar un vistazo al auditorio.

    Nadie ha levantado la mano. Su mujer le da un codazo en la costilla,

    hacindolo sobresaltarse. l la mira con nerviosismo. En su mano

    derecha, sostiene un cartel con el nmero 484. Comienza a erguir el

    brazo

    100 mil! exclama un sujeto regordete, sentado en la parte

    trasera del saln.

  • 27

    El peluqun falso, las gafas cuadradas, el bigote abundante es

    Lipin Coles, uno de los empresarios ms reconocidos del pas. Tiene

    fama de ser un excntrico irremediable.

    El seor Coles ofrece 100 mil, alguien est dispuesto a

    superarlo? cuestiono, mirando de reojo al senador Jones.

    El pobre parece estar siendo reprendido por su esposa, ya que se

    estremece cada vez que sta se inclina sobre su odo para

    murmurarle.

    El cuchicheo persiste.

    170 mil!

    Un hombre vestido de vaquero, levanta el nmero 315 y lo agita con

    efusividad.

    Esa es una oferta muy decente, seor comento, a manera

    de cumplido.

    El vaquero sonre con una pizca de arrogancia y le dirige una mirada

    desafiante a Lipin Coles. El empresario le devuelve el gesto.

    Las cosas van a ponerse feas

    200 mil!

    El senador Jones intenta secar el sudor de su frente con la manga del

    saco, mientras mantiene el brazo levantado con el nmero 484.

    225 mil! vocifera un hombre calvo, en la tercera fila.

    240 mil! rie una mujer pelirroja, sentada junto a la

    primera dama.

    El farfullo consume el auditorio. Lipin Coles frunce el entrecejo con

    inquietud; el vaquero le da un golpecito al borde de su sombrero

  • 28

    blanco, y, en la segunda fila, el senador discute en voz baja con

    Marta Jones.

    Me pregunto qu ha trado a esta gente a la subasta de hoy a la de

    hace una semana tres meses a las subastas de los ltimos 10

    aos! Qu satisfaccin puede brindarles el invertir su dinero en este

    tipo de cosas?

    Puedo entender el consumismo tecnolgico, los vicios, las apuestas.

    Incluso, puedo justificar la prostitucin como la necesidad que tiene

    el hombre de recibir afecto, pero subastas? Qu clase de persona

    gasta miles de dlares en algo que slo servir para adornar su sala?

    El inconfundible siseo de la puerta me hace levantar la vista. Una

    desconocida acaba de entrar al saln; de espaldas, intenta ajustar el

    cerrojo sin hacer ruido. No puedo ver su cara, pero tiene un hermoso

    cabello azabache, largo y liso, que se agita mientras gira la

    cerradura.

    Da media vuelta, y nuestras miradas chocan entre s con tal

    intensidad que percibo un efmero fulgor consumindome los ojos

    270 mil!

    La voz de Lipin Coles me parece distante y vaga, como un

    pensamiento olvidado que no me molesto en escuchar. Siento que mi

    conciencia es arrancada sbitamente y contenida en ese inexplicable

    cruce de sentidos.

    300 mil!

    El resto del mundo ha dejado de importarme. Ya ni siquiera s si

    estoy despierta! Una profunda calidez me abraza el pecho, como la

  • 29

    acogedora toga del alba que consume el fro de la noche. De pronto,

    ella pestaea, y, apartando su mirada de la ma, camina tras la ltima

    hilera de asientos, donde no puedo verla.

    350 mil!

    Mi frgil mente es arrastrada con violencia de vuelta a la subasta. La

    realidad me abruma. Ladeo la cabeza disimuladamente; mis ojos se

    niegan a dejar de buscarla

    500 mil!

    El vaquero agita su brazo con desesperacin. Tiene semblante de

    angustia y su cara luce sudorosa. Me observa de manera suplicante,

    mientras sacude el cartel 315 sobre su cabeza.

    Miro a Lipin Coles; el tono rojizo de sus pmulos y el entrecejo

    fruncido con aire malhumorado, me hacen suponer que no tiene una

    oferta mejor que la de su rival.

    500 mil a la una, a las dos!

    785 mil!

    Un inesperado bramido proveniente de la segunda fila, me

    interrumpe en el ltimo instante. Dijo 785 mil? No puedo evitar que

    una expresin de pasmo se dibuje en mi rostro.

    La seora Jones sujeta con fuerza el brazo de su marido,

    mantenindolo en el aire. Por un momento, tengo la impresin de

    que el senador est siendo manipulado.

    La multitud enloquece. El vaquero baja su cartel y, quitndose el

    sombrero, se recuesta al asiento con resignacin.

  • 30

    785 mil a la una, a las dos, y a las tres! Primera carta de

    Napolen a Josephine, vendida al senador Jones y a su

    esposa.

  • 31

    Dos

    Qu cosa tan extraa es la felicidad! Nadie sabe por dnde , ni

    cmo, ni cundo llega. Y llega por caminos invisibles, a veces

    cuando ya no se le aguarda.

    Henrik Johan Ibsen

    i mundo ha sido ineludiblemente alterado. La notable

    felicidad que consume a la seora Jones, el plido

    semblante de su marido, la frustracin que invade al vaquero, el

    enfado que Lipin Coles desborda con refunfuos todo me parece

    ajeno, apartado y ambiguo.

    Sin saber por qu, la busco entre la multitud. Un incontrolable

    desasosiego por hallar su mirada, perturba mi respiracin. Nada de

    esto tiene sentido

    Helena!

    La voz de mi madre me hace recuperar la consciencia. La veo

    hacindome seas para que deje la tarima. Por qu sigo en la

    tarima?

    Estuviste maravillosa exclama el abuelo, hacindome un

    gesto de cario en la mejilla.

    Me limito a sonrerle.

    Helena!

    M

  • 32

    Doy media vuelta. Una mujer esbelta, de labios carnosos y brillante

    pelo negro se aproxima con aire malicioso. Viste un traje carmes, de

    escote provocador.

    Conozco esa mirada de suspicacia intimidante, y nunca me ha

    agradado

    Betty Tale saludo, aparentando cortesa.

    Debo felicitarte por tu lectura, fue inspiradora

    Noto una pizca de irona en su comentario, pero, por el bien de las

    dos, fingir demencia.

    Gracias

    Betty, querida, ests radiante mi madre la saluda con ese

    presuntuoso beso europeo que siempre me hace dudar de mi

    posicin geogrfica - Quin ha diseado tu vestido?

    Quin va a ser? Filipo

    Lo supuse, tiene el porte Materazzo -

    Dios las crea y ellas se juntan.

    Dime, Helena qu se siente estar en el quinto lugar?

    Quinto lugar?

    Deberas leer las revistas locales ms a menudo. Patrick y t

    ocupan la quinta posicin en la lista de parejas con mejor

    trasfondo econmico

    As que ahora nos galardonan por tener dinero y asistir a eventos

    sociales tomados de la mano

    Qu se supone que debo hacer, brincar sobre una pierna?

    Fantstico ironizo, levantando las cejas.

  • 33

    Me preguntaba si no te molesta concederme una entrevista -

    No, no me molesta. De hecho, me hasta.

    Sera un honor mascullo, haciendo un esfuerzo por colocar

    mi educacin de antemano.

    Magnfico! Dnde est tu novio?

    Giro la cabeza de un lado a otro. Acabo de darme cuenta de que

    Patrick no est.

    Dijo que volvera pronto. Espera un rato sugiere mi madre.

    Odio cuando hace sugerencias, en especial, porque yo termino

    afectada.

    Lo hara si pudiera Betty ojea su reloj pero tengo un

    compromiso dentro de media hora. Te parece si lo dejamos

    para otro da?

    Por supuesto!

    Una mueca de recelo en la cara de mi madre, me hace sospechar que

    mi alegra es evidente.

    Nadine, te veo en el saln de belleza o en el spa

    El doble beso vuelve a repetirse y, dando media vuelta, Betty Tale se

    marcha.

    Qu alivio me da ver su petulante existencia alejndose de m!

    Las carcajadas de Marta Jones resuenan en la entrada del auditorio.

    Parece jactarse del cuadro con marco plateado que lleva entre las

    manos. Ah va el nuevo utensilio decorativo de la esposa del

    senador! Seguramente, lo colocar en la sala, cerca del vestbulo,

  • 34

    para que todo el que llegue de visita se revuelque de envidia al

    verlo

    Menos mal que siguen aqu

    La voz de Patrick resuena a mis espaldas. De haber aparecido diez

    segundos antes, me habra visto obligada a responder las incmodas

    preguntas de la seorita Tale.

    Bendito sea el hombre que invent el reloj! O debera bendecir a

    Dios, por inventar el tiempo?

    Doy media vuelta La vida se detiene ante mis ojos.

    El hermoso resplandor de sus pupilas, sumerge mi mundo en un

    dulce delirio de irrealidad. Ah est ella, mirndome fijamente, como

    si supiera que, por alguna razn, inquieta mi universo.

    Helena, te presento a Sophie. Mi prima

    Es un placer conocerte

    Ella sonre con dulzura y extiende la mano derecha.

    Encantada respondo, tratando de ocultar mi perplejidad.

    Nos damos un ligero apretn de manos. Su piel acaricia mi mueca

    suavemente, y, en un delicado desliz, nuestros dedos se entrelazan

    provocando tal calidez que mis latidos se descontrolan.

    Ellos son Harold y Nadine Fakker. Les presento a mi

    prima

    He dejado de pensar; mi realidad est contenida en su presencia. El

    hermoso cabello azabache que brilla con las luces del saln, la tierna

    sonrisa que remarca sus pmulos color rosa, las dos estrellas verde

    oscuro que tiene por ojos y que me desnudan el alma con lentitud

  • 35

    El seor Abraham Fakker

    Ah, pero todos me llaman Apu!

    Parpadeo una y otra vez, en un tenue esfuerzo por reprimir las

    emociones que se desbordan dentro de m.

    Sophie es la hija de mi to Charles, el encargado de los

    hoteles en Inglaterra lo cual explica el apretn de manos

    No crees que es demasiado pronto para comenzar con tu

    crtica a la reserva inglesa? le cuestiona ella, entre dientes.

    No responde Patrick, en tono juguetn.

    As que has venido desde Gran Bretaa? la faceta

    inquisitiva de mi madre, cobra vida.

    S. De hecho, fue algo de ltimo momento: era mi padre

    quien deba venir a la reunin de junta directiva, pero surgi

    un imprevisto y me ha pedido que le reemplace

    Qu est pasndome? Por qu me resulta tan inquietante su

    mirada? Y qu es ese aroma que emana de su cuerpo, parecido al

    perfume de la brisa primaveral?

    Debiste avisarme que llegaras hoy. Habra ido por ti al

    aeropuerto

    No haca falta, conozco la ciudad

    Es tu primera vez en Nueva York

    S, pero me gusta leer los folletos tursticos

    Sophie me sonre con ternura. Le devuelvo el gesto, aunque con algo

    de timidez.

  • 36

    Y cunto tiempo te quedars? inquiere mi padre,

    acomodndose la corbata.

    Slo un par de das. Tengo que volver a Londres el domingo

    por la tarde, de modo que, Patrick, tienes poco tiempo para

    mostrarme el sueo americano

    Puf! sta vez tendr que fallarte. Maana temprano viajo a

    Tokio, para cerrar el trato con Harusame

    Hablas en serio?

    Patrick asiente. Sophie deja escapar un bufido de decepcin.

    Entonces tendr que pasar toda una semana dando vueltas

    en el lobby del hotel?

    Lo siento, cario. Aunque

    Han sentido esa misteriosa presin que suele sentirse cuando

    estamos convencidos de que van a pedirnos un favor?

    Helena conoce toda la ciudad, estoy seguro de que le

    encantara darte un recorrido. Cierto, linda?

    El corazn me da un vuelco. Su mirada vuelve a desviarse hacia m,

    atrapndome en un perturbado mar de emociones que torna violentos

    mis latidos.

    Un cosquilleo me recorre el cuerpo, hacindome dar un salto que

    procuro disimular.

    Eh bueno yo balbuceo.

    Podran ir al MET sugiere Patrick, rodendome los

    hombros con un brazo.

  • 37

    La sensacin de su mano frotando mi piel, me resulta algo

    incmoda.

    Tu prima slo tiene un par de das para conocer Nueva

    York, no creo que quiera perder el tiempo en un museo

    De hecho interviene ella, entrecerrando los ojos con una

    pizca de provocacin Adoro los museos

    Infinitas gotas de agua se deslizan, suavemente, en la cristalina

    ventana de mi habitacin. La primera lluvia del ao ha ocultado las

    estrellas con lgubres cortinas grises, que se alzan, tiranas, en el

    firmamento. Detesto las noches fras, que, en su despiadado afn por

    entumecer mi cuerpo, me hacen recordar que no hay nadie junto a m

    para abrigarme.

    Siempre he tenido problemas para dormir. Miedo, tal vez. No a la

    oscuridad de la noche, sino a la de mi alma.

    S, a mi alma, como suele pasarle a todos los adultos cuando llegan a

    la madurez y se dan cuenta de que no pueden seguir ahogando la voz

    de sus corazones con tal de seguir los consejos de la razn.

    Porque una cosa es hacer lo correcto y, otra, hacer lo normal. Yo,

    por ejemplo, he llevado una vida normal, pero completamente

    incorrecta. Y s, estoy al tanto de mi error, pero una cosa es saberlo

    y, otra, querer corregirlo.

  • 38

    La lluvia se hace cada vez ms intensa, reflejndose el parpadeo de

    los relmpagos en la ntida alfombra del dormitorio. Doy vueltas

    sobre la cama, de un lado a otro, intentando sofocar la cotidiana

    nostalgia que me mantiene en vela.

    Mi recmara acostumbra ser ms solitaria por las noches, cuando la

    penumbra me obliga a convivir conmigo misma, sin poder

    refugiarme en la calidez del balcn. Y, cuando a tal desgracia me

    veo sujeta, es decir, cuando debo estar a solas con mi moribundo yo

    interno, slo hay algo que logra apaciguar la desgraciada sensacin

    de amargura que me consume: Napolen.

    No, no son delirios de una mente perturbada por el poco dormir y el

    mucho pensar. Son las cartas de Napolen a su amada Josephine el

    nico abrigo que me resguarda de la tormenta.

    Enderezndome poco a poco, extiendo el brazo para encender la

    lamparilla. Tomo el libro de solapa gris que yace innime sobre la

    repisa, y lo abro en la tercera pgina.

  • 39

    Italia, 1796

    No he pasado un da sin amarte; no he pasado una noche sin

    estrecharte en mis brazos; no he tomado una taza de t sin maldecir

    la gloria y la ambicin, que me tienen alejado del alma de mi vida.

    En medio de las tareas, a la cabeza de las tropas, al recorrer los

    campos, mi adorable Josephine est sola en mi corazn, ocupa mi

    espritu, absorbe mi pensamiento. Si me alejo de ti con la rapidez de

    la corriente del Rdano, es para volver a verte ms pronto. Si, en

    plena noche, me levanto para trabajar, es porque ello puede

    adelantar, en algunos das, la llegada de mi dulce amiga

    Adis, mujer, tormento, dicha, esperanza y alma de mi vida, que

    amo, que temo, que me inspira sentimientos tiernos que me llaman a

    la naturaleza y movimientos impetuosos tan volcnicos como el

    trueno. Yo no te pido amor eterno ni fidelidad, sino, simplemente, la

    verdad franqueza ilimitada. El da que me digas - te amo menos -

    ser el ltimo da de mi amor, o el ltimo de mi vida.

    Napolen

  • 40

    l mundo est sumido en la perdicin. No deberan

    publicar este tipo de cosas en los medios! se queja

    mi madre, indignada.

    En la mano derecha, sostiene la portada del News Follower, uno de

    los peridicos ms ledos de la ciudad.

    Es lo que llaman libre albedro justifica Apu, con aquella

    inmutable serenidad.

    Yo lo llamo pecado

    Nadine tiene razn, pap. No hay excusa para las

    aberraciones

    Aberracin es una palabra muy fuerte replica el abuelo.

    Es una ofensa para Dios! Cmo quiere que lo llamemos? -

    Modernismo

    Mi madre deja caer el peridico sobre la mesa. Finalmente, luego de

    10 minutos presenciando la misma discusin, logro ver la portada

    del tabloide: Aprueban matrimonio homosexual en el estado de

    California.

    Harold, tu padre est endemoniado

    Mi padre no est endemoniado

    No estoy endemoniado!

    Entonces deje de decir blasfemias!

    Blasfemia tambin es una palabra muy fuerte

    E

  • 41

    Ya es suficiente, los dos grue mi padre Qu no

    podemos desayunar tranquilamente?

    Helena, dile a tu abuelo lo errado que est refunfua

    Nadine Fakker, en un tono lo suficientemente agresivo como

    para hacerme entender que debo apoyar su posicin.

    Pap, podras revisar el?

    Soleado

    Y en la tabla de?

    Los Yankees

    Qu hay de?

    Helena!

    Doy un respingo y vuelvo los ojos hacia la mujer que me dio la vida.

    Tal parece que fingir sordera, en esta ocasin, no es una alternativa

    viable.

    La biblia dice que es pecado, Apu murmuro, al caer en

    cuenta de que es imposible rehuir el asunto.

    Odio tener que darle la razn a mi madre, pero es la nica manera de

    ahorrarme una agobiante perorata sobre la voluntad divina. La

    meteorloga del News Follower ha pronosticado un hermoso da de

    sol y los Yankees van ganando la serie; har lo que sea para defender

    este corto momento de paz espiritual.

    Mam le dirige al abuelo una mirada triunfante. Parece quedar

    satisfecha con mis palabras, puesto que da el dilogo por terminado

    y abre su tema preferido: la vida ajena.

    El hijo del senador Jones acaba de comprometerse

  • 42

    Ya era hora! Un hombre de su edad que an vive en casa de

    sus padres, no es bien visto

    Que sea hombre no tiene nada que ver, Harold. Tambin

    aplica a las mujeres

    Su comentario cae sobre m como un balde de agua fra, haciendo

    que me atragante con el zumo de naranja.

    Es mi imaginacin o pretender insinuar algo? Adis, paz

    espiritual!

    Patrick es un caballero, como pocos. No se me ocurre un

    mejor partido. Estela!

    Bueno, debo admitir que me agrada. Parece un hombre

    decente corrobora pap.

    Qu opinas, Helena? Si l tuviera intenciones de casarse

    contigo, aceptaras sin pensarlo, no es cierto?

    No s si est preparada para casarme

    Pero por supuesto que ests preparada, tienes 30 aos! No

    pensars quedarte soltera No, eso ni en broma. Qu dira

    la gente? La prensa nos destrozara!

    Nadine, no exageres espeta mi padre, sin apartar la mirada

    de la seccin de economa.

    Quin exagera? Yo no exagero. Esos columnistas

    difamadores que trabajan en los peridicos locales, no

    dejaran pasar la oportunidad para escribir atrocidades sobre

    nosotros. O has olvidado la humillacin que tuvo que

    soportar Mary Eth Albright? Estela!

  • 43

    Lo que le pas a la seorita Albright, fue lamentable

    murmura Apu.

    Lamentable? Fue humillante! No la culpo por haberse

    mudado a las Islas Canarias. Estela!

    Madame?

    Tuve que llamar tres veces

    Disculpe, Madame, pero

    Mi t adelgazante y mis barras de avellana

    En seguida

    Estela sale del comedor a la velocidad del rayo. No deja de

    sorprenderme su fortaleza para aguantar semejantes atropellos da

    tras da.

    Ves a lo que me refiero, Helena? exclama mi madre,

    haciendo un ademn despectivo Un buen matrimonio pudo

    haber salvado a nuestra mucama de tener que limpiar

    inodoros para sobrevivir

    Cambio de emisora y me encuentro con una vieja cancin de Los

    Beatles: la vida es la serie de cosas que van sucediendo cuando

    ests ocupado haciendo otros planes

    Estara de acuerdo con ellos, de no ser porque, indudablemente, me

    hizo falta hacer ms planes.

  • 44

    Tengo 30 aos y he llegado a un punto en el cual no s en qu punto

    estoy. Mi vida se ha convertido en una sarcstica parfrasis de la

    Divina Comedia: a mitad del camino, en una selva oscura me

    encontraba, porque mi ruta haba extraviado Yo no s repetir

    cmo entr en ella, pues dormido me hallaba en el punto que

    abandon la senda verdadera.

    A qu se refera Dante? A un turista europeo extraviado en un

    oscuro callejn de Brooklyn, o a un hombre extraviado en la

    vastedad de su propia consciencia? Porque ambas cosas, debo decir,

    me resultan aterradoras.

    Vuelvo a cambiar de sintona; no estoy de nimo para canciones

    hippies.

    En mayo de 1967 fue publicado un artculo llamado Concete a ti

    mismo. La persona que lo escribi, dijo que todo hombre, a menos

    que sea un simple ente sin ambicin y sin conciencia, a menos que

    sea un cretino, se enfrenta con seis preguntas fundamentales que

    debe resolver de alguna forma: De dnde? Cundo? Dnde?

    Cmo? Por qu? Y a dnde?

    De dnde, cundo, dnde, cmo, por qu y a dnde Pamplinas!

    Todo el mundo sabe que semejantes preguntas conllevan un colapso

    existencial que nos priva de la cordura. Es mucho ms razonable que

    cada quien se dedique a lo suyo y no pierda el tiempo preguntndose

    por qu est vivo. La Gioconda es un buen ejemplo: no sabemos ni

  • 45

    estamos, si quiera, cerca de averiguar el verdadero motivo de su

    sonrisa. Podemos suponer, como lo hacemos siempre que deseamos

    explicar lo inexplicable; diramos, entonces, que la Mona Lisa sonre

    porque est feliz, porque planea algo siniestro, porque, en ese

    momento, coqueteaba con el pintor, o, siguiendo el ideal feminista,

    que sonre porque es mujer. Cualquiera de estos argumentos podra

    ser el correcto, o, quizs, ninguno lo sea. Por qu seguimos

    preguntndonoslo? Han pasado 500 aos y dudo que Da Vinci tenga

    intenciones de levantarse de la tumba para desentraar el misterio.

    El problema es que el hombre ha olvidado que, algunas cosas, no

    fueron concebidas para explicarse.

    Vuelvo a cambiar de emisora, rogando, para mis adentros, que sta

    vez me tope con algo consistente y digno de una adulta racional que

    conduce hacia el Museo Metropolitano de Arte.

    Un estudio reciente ha conducido a un importante descubrimiento

    sobre los elefantes: resulta que los mamferos ms grandes del

    mundo, y los nicos cuadrpedos que no pueden saltar, no slo le

    temen a los ratones, sino tambin a la picadura de las abejas.

    En el mismo estudio, se ha llegado a la conclusin de que los

    elefantes poseen una especie de alarma que los advierte cuando una

    abeja se aproxima

    Bienaventurados los animales clarividentes, porque nunca sern

    sorprendidos! Era mucho pedir que Dios nos fabricara con una

  • 46

    alarma anti - desdichas? Algo que nos previniera de las desilusiones

    amorosas, los polticos mentirosos y las amistadas falsas?

    No, pensndolo bien, es mucho ms cmodo aferrarse al beneficio

    de la duda

  • 47

    abes? ste es uno de los mejores museos de arte en el

    mundo. Podramos llamarlo: el Louvre de Amrica

    Y has estado en el Louvre?

    Oh, infinidad de veces! Estudi en Pars durante tres aos

    La ciudad de las luces Pars es un pozo profundo!

    Cuando limpian un stano, descubren otro; debajo hay una

    cripta y, ms abajo, una caverna

    Debajo de ella, un sepulcro, y, ms abajo, un abismo

    Te gusta Vctor Hugo?

    No es mi escritor favorito, pero s, me gusta mucho

    Quin es tu favorito?

    Antoine De Saint-Exupry

    El aviador?

    Sophie asiente con la cabeza y bosqueja una sonrisa inocente que

    hace destellar sus ojos.

    No he ledo ninguno de sus libros excepto El pequeo

    prncipe comento, mientras ingresamos al departamento de

    Arte Asitico.

    Tambin yo

    Observo a mi acompaante, perpleja. Medito la posibilidad de

    preguntarle cmo es que, siendo su escritor favorito, slo ha ledo

    una de sus obras, pero, antes de que pueda abrir la boca para decir

    algo, ella se detiene frente a un alucinante grabado que muestra un

    oleaje levantndose sobre la cima de una montaa.

    S

  • 48

    La gran ola de Kanagawa murmuro, dejndome embelesar

    por el cuadro.

    Qu crees que significa? me pregunta.

    Es arte impresionista

    Y qu crees que significa? repite.

    Su interrogante me desorienta. He venido al Museo Metropolitano

    de Arte cientos de veces; Patrick suele conformarse con una ficha

    tcnica y mi madre se enorgullece de poder diferenciar una acuarela

    de un gouache. Pero a Sophie no le interesan los formalismos, sino

    el significado de la pintura. Su esencia su razn de ser.

    Observo el cuadro en silencio durante unos instantes. Esa imponente

    ola se acerca al Monte Fuji con aire amenazador, como si deseara

    tragrselo de un bocado.

    Lo inevitable contesto, luego de unos segundos.

    Ella entrecierra los ojos con incredulidad.

    Qu ves t? le pregunto, ponindome a la defensiva.

    Esperanza

    Mi sensacin de pasmo surge con presteza. La imagen de un tsunami

    acechando la costa de Japn, no me resulta, para nada,

    esperanzadora.

    Si observas con atencin contina ella notars que el

    cielo est despejado

    Volteo en direccin al lienzo, escudrindolo con la mirada.

    El violento mar se agita envolviendo tres barcas entre las olas. La

    cresta de agua se alza contra la cima del monte, produciendo un

  • 49

    cuadro abrumador, pero, a pesar del turbulento ocano y del tono

    grisceo sobre la cumbre del Fuji, el firmamento luce despejado.

    Cmo perder la esperanza, si an hay luz en el cielo?

    La benevolencia de sus palabras me sobrecoge de tal manera que un

    vaivn hace brincar mi corazn. Cmo es posible que jams haya

    notado ese pequeo detalle? O, mejor dicho, cmo es que Sophie

    pudo notar ese pequeo detalle?

    Una persona normal no se fija en el color del cielo: se supone que

    est demasiado ocupada visualizando la catstrofe marina.

    O acaso a alguien le importa de qu tamao es la cabeza de Van

    Gogh en su Autorretrato? No, es la ausencia de su oreja lo que nos

    interesa.

    Retomamos el paso en total mutismo, pero, curiosamente, y en

    contra de lo que suele pasarme durante los espacios tcitos

    prolongados, no me siento incmoda, sino reconfortada.

    Aqu, vagando en los pasillos del ala sur, contemplando,

    paradjicamente, mundos antiguos al alcance de mi mano, hallo en

    el silencio al ms sublime de los lenguajes. Pienso que podramos

    permanecer calladas durante horas sin riesgo a que ninguna de las

    dos sufriese, en algn momento, de un ataque de histeria causado por

    el terrible miedo que los humanos le tenemos a la ausencia de la

    palabra.

    No obstante, es mucho ms grande mi sed de conocimiento que mi

    habilidad para hablar sin abrir la boca, de manera que reanudo la

    pltica.

  • 50

    Y cmo es el negocio de los hoteles?

    Muy fructfero, supongo. No s mucho al respecto

    Cre que trabajabas con tu padre

    No. Renunci a mi patrimonio hace un par de aos, cuando

    me di cuenta de que no me apeteca invertir mi vida en algo

    as

    Oh Y Qu dijo tu familia?

    Mi abuela estuvo en el hospital 8 das, luego de sufrir una

    crisis nerviosa; mi abuelo fingi estar agonizando para tratar

    de persuadirme y mi padre amenaz con dejarme sin

    apellido. Lo tomaron bastante bien responde, haciendo

    gala de la inherente destreza que poseen los britnicos para

    la irona.

    Dejo escapar un resoplido de gracia, mientras inclino la mirada con

    aire pensativo. La imagen de Sophie y el trmino bohemia forman

    una perfecta correlacin en mi mente.

    Y en qu decidiste invertir tu vida? le pregunto, luego de

    tomarme unos instantes para imaginrmela vestida de gitana.

    Soy fotgrafa. Tengo mi propia revista en Londres

    Suena fascinante! exclamo, con admiracin Cmo

    supiste que era la profesin adecuada para ti?

    Bueno

    Sophie se lleva las manos a los bolsillos de su pantaln vaquero y,

    encogindose de hombros, como quien no termina de entender lo

    que est a punto de afirmar, responde:

  • 51

    Un da abr los ojos y me di cuenta de que, algunas cosas, no

    pueden explicarse con palabras

  • 52

    Tres

    "Hay personas que nos hablan y que no escuchamos; personas que

    nos hieren y no dejan cicatriz, pero hay personas que, simplemente,

    aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre"

    Cecilia Meireles

    engo un sueo, un slo sueo seguir soando. Soar con la

    libertad, con la justicia, con la igualdad y ojal ya no tuviera

    necesidad de soarlas!

    Soar a mis hijos, grandes, sanos, felices; volando con sus alas, sin

    olvidar nunca el nido. Soar con el amor, con amar y ser amado,

    dando todo sin medirlo, recibiendo todo sin pedirlo.

    Soar con la paz en el mundo, en mi pas, en m mismo, y quin

    sabe cul es ms difcil de alcanzar!

    Soar que mis cabellos, que ralean y se blanquean, no impidan que

    mi mente y mi corazn sigan jvenes y se animen a la aventura.

    Sigan nios y conserven la capacidad de jugar.

    Soar que tendr la fuerza, la voluntad y el coraje para ayudar a

    concretar mis sueos, en lugar de pedir por milagros que no

    merecera. Soar que, cuando llegue al final, podr decir que viv

    soando, y que mi vida fue un sueo soado en una larga y plcida

    noche de la eternidad.

    T

  • 53

    Mi abuelo cierra el libro y suspira con nostalgia. Parece que l

    soaba con lo mismo.

    Son casi las ocho, el ocaso pinta las nubes y un agradable viento del

    norte hace bailar nuestros cabellos. Ninguno lo dice, pero, desde la

    terraza, ambos nos sentimos como el rey y la reina de la ciudad que

    nunca duerme. l tiene un cetro: aqul misterioso libro que ha

    comenzado a leer por las tardes. Yo, en cambio, tengo un

    computador porttil en el que intento realizar un tedioso informe de

    ventas.

    Tal vez sea ms acertado decir que l es el rey y, yo, la plebeya.

    Qu hermosa lectura, no crees, Helena?

    S, preciosa respondo, sin apartar la vista del monitor.

    Y, a propsito Apu acomoda la espalda en su vieja silla de

    caoba La cebra sobrevivi?

    Lo miro con nerviosismo. Saba que, tarde o temprano, el tema

    saldra a colacin, pero tena la esperanza de que no fuera hoy ni

    maana ni el prximo mes.

    Pongo en cdigo rojo a mis neuronas y les ordeno pensar en algo

    para escabullirnos de sta. Rpidamente, surgen ideas:

    1. Decirle que la cebra muri. Cuntas posibilidades hay de

    que hubiese sobrevivido?

    2. Decirle que, aunque recibi un fuerte impacto, el animal se

    constituy como un verdadero ejemplo de la seleccin

    natural.

  • 54

    3. Contarle que nunca hubo tal accidente y que el motivo de mi

    retraso fue una cita con la loquera, donde pretenda hallar la

    razn por la cual me siento tan infeliz.

    4. Fingir demencia.

    Todas las ideas me parecen estupendas, a excepcin la tercera, claro

    est. Luego de analizar y re analizar, me decido por la segunda, ya

    que est cientficamente respaldada por Darwin.

    Sabes, querida? Nunca he dudado de tu inteligencia, pero

    debo admitir que la historia de la cebra es una de las cosas

    ms estpidas que he escuchado

    Su comentario me toma tan desprevenida que soy incapaz de

    defenderme. Aunque, mentalmente, le doy la razn: era un momento

    crucial y necesitaba hallar una rpida excusa para contener a mi

    madre. A problemas necios, soluciones ridculas!

    No tengo pensado atormentarte para que me digas la verdad,

    he vivido muchos aos y s reconocer los momentos en los

    que debo tragarme mis preguntas pero me aliviara mucho

    saber que todo est en orden. Lo est?

    Por supuesto

    Segura?

    S

    Bien

    Intercambiamos miradas silenciosas. Ninguno toma la palabra; yo s

    que miento y l sabe que miento, eso es todo, cualquier comentario

    est de ms.

  • 55

    Abuelo, puedo hacerte una pregunta?

    Desde luego

    Es normal sentirse triste?

    Eso depende

    De qu?

    Del motivo de tu tristeza

    Y si te dijera que lo desconozco?

    Respondera que es imposible

    Qu es imposible?

    Desconocer el motivo de tu tristeza

    Permanecemos callados, mientras el tono rojizo del crepsculo se

    descie en formas abstractas y el suave murmullo del viento pasa

    rozando nuestros odos.

    Yo

    Creo que es buen momento para hablarte de algo

    interrumpe l, con un tono enrgico poco usual Y espero

    que puedas perdonarme la demora

    Bueno, yo

    Helena, estoy preocupado

    Preocupado?

    Por ti. Por tu futuro

    Me sorprende que estemos teniendo esta conversacin. No tengo 17

    aos, ni una vida por delante; al contrario, tengo 30 y he llegado a lo

    que la mayora de las personas considera la madurez. De modo que,

  • 56

    cul es el objetivo de esta pltica? No habra sido ms atinado

    tenerla hace qu se yo 10 aos, quizs?

    He comenzado a creer que nos equivocamos contina,

    pasando por alto mi expresin de desconcierto No te

    dimos opciones, ni la oportunidad de elegir tu propio

    camino

    Sigo pensando que ya es demasiado tarde para esta charla, aunque,

    en definitiva, tengo curiosidad por saber cundo cay en cuenta de

    su error.

    Siento esta zozobra este peso de conciencia, por no

    haberte apoyado con esa disparatada idea de aventurarte a

    Londres

    S, pero

    T queras ser dibujante, una profesin bastante dudosa,

    debo decir, pero J! Hay tantas cosas dudosas que

    terminan siendo indudables!

    Unas cuantas carcajadas secas acompaan su ltimo comentario. Por

    alguna extraa razn, un puado de agujas de veinte centmetros ha

    comenzado a bordarme el pecho.

    Dios sabe que he tenido una vida muy afortunada y que no

    me quejo de ella, pero tambin sabe que estoy arrepentido de

    todas las cosas que jams tuve el valor de hacer. Y creme,

    si pudiera volver a vivir, no desperdiciara el tiempo de la

    manera que lo hice

    Qu es esto? Borges se ha apoderado del cuerpo de mi abuelo?

  • 57

    S, he vivido infinidad de aventuras y he aprendido mucho.

    Algunas de mis lecciones fueron a golpes; otras no me

    causaron ningn dolor, pero llegaron demasiado tarde,

    cuando ya no poda hacer nada para ponerlas en prctica. Es,

    precisamente, una de esas lecciones tardas de la que me

    siento obligado a prevenirte

    Estoy atnita. El legtimo Apu fue abducido por una nave

    extraterrestre sin que me diera cuenta y sustituido por un ser de

    apariencia fsica idntica, pero con el espritu de un escritor

    argentino.

    Debera llamar a los Hombres de Negro o contactar al Hangar 51?

    Helena, lo que he aprendido es que el verdadero sentido de

    la vida se reduce a una sola cosa: la bsqueda de la felicidad.

    He aprendido que, sta bsqueda, puede llegar a tomar

    mucho tiempo, y que el tiempo, querida ma, es demasiado

    corto

    Hace una pausa para humedecerse los labios, y contina:

    Soy tan viejo que me cuesta recordar lo que he dicho o

    hecho en el pasado, de forma que, si en algn momento, dije

    algo que pudiera ir en contra de los tres principios que acabo

    de revelarte, quiero que lo olvides. De acuerdo?

    A falta de la lucidez necesaria para hacer que mis cuerdas vocales

    funcionen, me limito a asentir con la cabeza.

    Y, en cuanto a tu pregunta el abuelo clava sus fatigados

    ojos en los mos. La sombra que precede la noche, le cubre

  • 58

    con un manto oscuro, pero el brillo de su mirada es tan

    intenso que desplaza la penumbra Nunca, bajo ningn

    precepto, puede ser normal

  • 59

    Italia, 1796

    No le amo, en absoluto, por el contrario le detesto. Usted es una

    sin importancia, desgarbada, tonta Cenicienta. Usted nunca me

    escribe; no ama a su propio marido. Sabe qu placeres sus letras me

    dan, pero, aun as, no ha escrito seis lneas informales a las

    corridas.

    Qu hace todo el da, seora? Cul es el asunto tan importante

    que no le deja tiempo para escribir a su amante devoto? Qu

    afecto sofoca y pone a un lado el amor, el amor tierno y constante

    que usted me prometi? Qu nuevo amante reina sobre sus das, y

    evita darle cualquier atencin a su marido?

    Josephine, tenga cuidado! Una placentera noche, las puertas se

    abrirn de par en par y ah estar

    Estoy muy preocupado, mi amor, por no recibir ninguna noticia

    suya; escrbame rpidamente sus pginas, pginas llenas de cosas

    agradables que llenarn mi corazn de las sensaciones ms

    placenteras. Espero, dentro de poco tiempo, estrujarla entre mis

    brazos y cubrirla con un milln de besos bajo el Ecuador.

    Napolen

  • 60

    Te refieres a mi libro preferido?

    No necesariamente. Hablo de tu historia favorita, ya sea que

    la hayas ledo o que alguien te la contara

    En ese caso, hay muchas historias que me parecen

    fascinantes, pero, antes de que insistas para que elija una, te

    dir que me quedo con Napolen y Josephine

    Es tu historia favorita?

    Aj

    Por qu?

    Es sencillo: creo que representan el amor verdadero

    Pensaba que ambos haban sido infieles

    S, lo fueron, pero eso no define su relacin

    No lo hace?

    Por supuesto que no. Al menos que creas que un fruto

    echado a perder significa que el rbol ha dejado de ser frtil

    No, no lo creo

    Entonces, sabrs reconocer que Napolen y Josephine se

    amaron intensamente, a pesar de sus infidelidades, y que se

    amor puede comprobarse leyendo sus cartas

    Lo reconozco, pero bajo ninguna circunstancia puedo

    aceptar que representen el amor verdadero. Para amores

    verdaderos, est mi historia favorita

    Cul es tu historia favorita?

  • 61

    Y me encantara escucharla

    Dicen que, en la antigua Persia, existi un prncipe

    locamente enamorado de una doncella. Un da, le lleg la

    noticia de que ella haba sido asesinada, as que mont su

    corcel blanco y cabalg durante horas, hasta llegar a una

    escarpada lo suficientemente profunda, desde la cual se

    lanz. Cuando su cuerpo se estrell contra el suelo y su

    sangre qued esparcida en la tierra rida, brot un tulipn

    rojo, como smbolo de su amor perfecto, verdadero y

    apasionado. Es por eso que, en la cultura popular, el tulipn

    rojo significa declaracin del amante arriesgado

    Tienes un concepto muy romntico del amor verdadero

    susurro.

    Y t, uno muy condescendiente

    Conmutamos miradas de complicidad y nos detenemos frente a un

    afiche, en el Planetario Hayden del Museo de Historia Natural.

    El universo est formado por 100 mil millones de galaxias y se

    extiende 13 mil millones de aos luz en cada direccin

    Debera creer esto? Como buena catlica, me siento obligada a

    refutar cualquier dato cientfico que atente contra la teora

    creacionista; es lo que la iglesia nos ha enseado. Como aquella vez

    en que la Santa Inquisicin estuvo a punto de quemar a un tipo por

    atreverse a decir que la tierra giraba alrededor del sol

  • 62

    Cul era su nombre? Ah, s! Galileo. Y sin embargo, se mueve

    Papi, quiero ver el Big Bang!

    Derek, no corras, o acabars con un hueso roto!

    Un nio de 6 o 7 aos pasa junto a nosotras a tal velocidad que me

    cuesta distinguir el color de su cabello. Siento compasin por el

    hombre que le persigue, dando trastabillones.

    Volteo en direccin a Sophie y, fingiendo que me he olvidado de

    nuestra pltica, le pregunto:

    Te gustara ver la creacin del universo que tom ms de

    seis das?

    El pblico entra y se coloca alrededor de un gran ocular que yace en

    el centro del teatro. Aqul nio y su padre logran ponerse en primera

    fila dando empujoncitos sutiles, lo cual causa cierta molestia en el

    resto de los espectadores y frustra mi plan de querer hacer lo mismo.

    Me conformo con un espacio angosto en la segunda hilera, entre un

    hombre de altura mitolgica y una hermosa fotgrafa londinense que

    no deja de sonrerme.

    Como he dicho antes, mi condicin de catlica fiel a la causa me

    impone una conducta subjetiva en cuanto a temas cientficos. Y es

    que, francamente, no imagino qu feligrs estara dispuesto a aceptar

    que desciende de primates tan agraciados como los del Planeta de

    los Simios. Resulta ms esttico suponer que fuimos creados a

  • 63

    imagen y semejanza de Dios. De sa manera, podemos imaginar a

    Dios a nuestra imagen y semejanza.

    Qu pas antes del nacimiento de nuestro universo? Muchos

    cientficos imaginan que hubo un vaco, existiendo por s mismo o

    dentro de un universo mayor. En ese vaco sin forma, las burbujas

    del espacio, mucho ms pequeas que los tomos, fueron naciendo y

    desapareciendo de nuevo. Hace 13 mil millones de aos, una de

    esas pequeas burbujas creci y, repentinamente, se dispar en una

    gigantesca explosin, llamada Big Bang

    Un fuerte estruendo provoca que algunos miembros del pblico se

    sobresalten. Una mujer deja escapar un gritito ahogado que me

    resulta mucho ms aterrador que los efectos de sonido. El granduln

    que est junto a m se tambalea de forma amenazante, haciendo que

    tema por mi seguridad.

    Cunto puede pesar un hombre de casi dos metros? Cien, ciento

    cincuenta kilos? Me aplastara antes de poder gritar: Auxilio, Goliat

    est cayendo!

    Observo a Sophie con el rabillo del ojo. Me llama la atencin el

    semblante risueo de su faz, parecido al del pequeo que est del

    otro lado de la sala

    El espacio en s estall en fuego csmico, dando a luz a toda la

    energa y la materia en nuestro universo. La expansin llevaba,

  • 64

    consigo, nubes de materia. El universo se enfri al tiempo que se

    expanda. La gravedad junt enormes grupos de materia las

    semillas de lo que seran las galaxias. Dentro de ellas, se formaron

    las primeras estrellas

    Estrellas, como las que brillan en sus ojos. Diminutos luceros verdes

    que me roban el aliento, al punto de hacer que mis latidos se

    detengan por fracciones de segundo. No puedo dejar de mirarla, aun

    sabiendo que, el hacerlo, desencadena un torbellino de emociones

    inexplicables que suspende mis sentidos en el tiempo y el espacio.

    Un impulso acrrimo por tomarla de la mano acecha mi mente mi

    consciencia mi cuerpo. Me remuerdo los labios con nerviosismo,

    incapaz de centrar mi atencin en otra cosa. No existe nada ms en

    lo que pueda centrar mi atencin! Ni el Big Bang, ni el teatro, ni el

    pblico. Slo estamos Sophie y yo, en la creacin del universo, en

    medio de las nubes de materia y las estrellas nacientes. No existe la

    nocin del tiempo, sino lo infinito la absoluta perfeccin de

    nuestros cuerpos separados por veinte centmetros

    Veinte centmetro que quisiera desaparecer con un tenue soplo.

    Hoy en da, usando telescopios de microondas, an podemos ver el

    resplandor del Big Bang a nuestro alrededor...

    Me apresuro a girar la cabeza de vuelta al ocular, pero no tiene caso,

    contino sintiendo aquella incontrolable palpitacin queriendo

    atravesarme el pecho. Basta con su aroma surcando el leve aire que

  • 65

    roza mis mejillas. Basta con la cercana de nuestras manos, que se

    tocan a propsito con tal de acariciarnos la piel.

    Lucho contra mi voluntad, rehusndome a fijar la mirada en su

    silueta. Trato de convencerme de que mis sentimientos son

    normales, que no hay razn para perder la calma y que, a pesar de

    los gritos incesantes que golpean las paredes de mi alma, Sophie no

    despierta, en m, nada fuera de lo comn Nada.

    Un aplauso resonante prorrumpe en el teatro, tomndome por

    sorpresa. El espectculo ha finalizado de golpe, dejndome

    desorientada y sin recuerdo alguno de media narracin.

    Ya han terminado de crear el universo?

    Fue una exhibicin fantstica comenta ella, mientras

    bajamos las escalinatas.

    Su mirada luce encantadora, como la de una mujer inglesa que

    recorre Nueva York por primera vez.

    Eh? S lo fue

    Opinara ms al respecto, pero mi posicin es la de una gua turstica

    cautivada por la mujer inglesa a la que est mostrando Nueva York

    por primera vez.

    Es curioso que haya un planetario en Manhattan, con lo

    difcil que es ver las estrellas desde una ciudad como sta

    aade, manteniendo aqul entusiasmo infantil.

  • 66

    S, es cierto. Muy pocas veces logramos ver ms que la

    luna

    Sabes? Algn da ver la cada de la noche en un rincn

    apartado En medio de Asia y Europa

    Asia?

    S. Sueo con ir a Kazajistn

    Nunca sent devocin por la geografa, pero el hecho de no saber en

    dnde rayos est Kazajistn me hace sentir ignorante.

    Descuida, pocas personas saben que existe, aunque es ocho

    veces mayor que Alemania se apresura a decir, al notar mi

    momento de crisis intelectual.

    Oh y por qu quieres ir a ese sitio?

    Slo por los tulipanes

    Tulipanes?

    Crecen en las estepas de Kazajistn. Siempre he querido

    fotografiarlos

    Planea hacer un viaje a un pas que el 90% de la poblacin mundial

    no conoce, slo para fotografiar una planta que puede encontrar en

    cualquier floristera? Acaso est demente?

    Eso es una locura

    Cuando caigo en cuenta de mis palabras, stas ya han sido emitidas

    por mis cuerdas vocales, atravesado el aire en forma de ondas,

    llegado a los odos de Sophie y procesadas por su cerebro; de

    manera que est consciente de que pongo en tela de juicio su

    cordura. Para mi sorpresa, no luce ofendida.

  • 67

    Es lo que dicen todos responde, con la misma

    conmiseracin de quien explica una frmula aritmtica a un

    nio por dcima vez Pero yo no lo veo de esa manera. Los

    tulipanes de Kazajistn no pueden compararse con el resto.

    Ellos son diferentes, han crecido en un paraje desolado,

    donde todo apuntaba a que perecieran Te parecer

    extrao, pero creo que son como una buena lectura antes de

    irse a dormir

    Su comparacin me aturde. Una buena lectura antes de irse a

    dormir? Acaso comparte mi problema de insomnio? Deseara

    preguntrselo, pero no creo que sea un tema de conversacin lo

    suficientemente discreto como para ser sostenido entre dos adultas

    racionales. Todo el mundo lo sabe, es la primera norma de

    convivencia social: nunca discutas tus problemas con nadie, al

    menos que sa persona forme parte de tu crculo de confianza.

    La razn? Es sencilla: los seres humanos tenemos un defecto de

    fbrica, cuando le preguntamos a alguien por su estado de nimo

    esperamos una respuesta positiva, no estamos programados para

    recibir lamentaciones y, al no saber cmo reaccionar, sufriramos un

    cortocircuito. De manera que recurrimos a la mentira y decimos:

    estoy bien, gracias por preguntar, en lugar de: mi vida es una

    porquera y necesito desahogarme contigo

    Sophie parece darse cuenta de lo difcil que me resulta dar

    continuidad a nuestra charla, ya que, luego de observarme con

    expectativa durante varios segundos, decide facilitarme las cosas.

  • 68

    Cmo va tu relacin con Patrick?

    Retracto lo dicho, eso no es facilitar las cosas. Qu bueno que estoy

    programada para responder esa pregunta!

    Muy bien. Patrick es un hombre maravilloso

    Lo amas?

    Maldita sea, mi programacin no da para tanto. Doy por sentado que

    debo recurrir a la funcin manual, antes de que mi avin caiga al

    tringulo de las Bermudas y sea transportado a la dimensin

    desconocida.

    Es una persona muy especial

    Pero no lo amas

    Eso no fue lo que dije

    Fue lo que quisiste decir sin tener que decirlo

    Eh? Bueno yo

    La mirada desafiante de Sophie congela mis msculos, haciendo que

    me detenga en plena vereda.

    Supongo que espero llegar a sentir algo ms fuerte

    murmuro, posando la vista sobre su boca.

    Una parte de m, enloquece porque sus labios hmedos besen mi

    cuello. La otra, lucha con bro con tal de hacerme recuperar el juicio.

    El tronar de los clxones me parece tan lejano como el sonido de una

    gota de agua cayendo al suelo. A penas y puedo notar las siluetas de

    los transentes que cruzan la acera y los improperios que dos taxistas

    se gritan en la bocacalle.

  • 69

    Sophie da un paso al frente y entrecierra los ojos, como si estuviese

    preparndose para capturar un borrego inofensivo.

    Soy yo ese borrego?

    Algo ms fuerte, como qu? pregunta, con tal perspicacia

    que termino ahogndome con mi propia respiracin.

    Abro la boca con insistencia, queriendo hallar el valor necesario para

    responder, pero no logro dar ms que intiles bocanadas de aire.

    Mi corazn est a punto de estallar y un hormigueo constante dibuja

    crculos en las palmas de mi mano.

    La sensacin de que el mundo se detiene suelto, al fin, en

    un hilo de voz similar al suave murmullo del viento que se

    filtra por mi ventana a medianoche.

    Mi pecho se abrasa entre llamaradas de fuego salvaje que se

    extienden dentro de m como granos de arena en el desierto. El

    placentero impulso de sentir sus dedos acariciando mi piel desnuda,

    es tan agresivo e impetuoso como su mirada. No controlo mis

    pensamientos, ni mi voluntad Soy, tan slo, una mujer cuyo

    corazn ha sido arrebatado por una hermosa extranjera de origen

    ingls.

    Una sbita ventisca hace descender un ptalo dorado que se estrella

    contra mi mejilla. Sophie se apresura a levantar la mano y,

    acariciando mi pmulo bajo la excusa de retirar la hojilla, pregunta:

    An no lo sientes?

    Trago saliva con dificultad, temblando ante la clida caricia que

    emana del roce de nuestras pieles.

  • 70

    No estoy segura respondo, al borde de la locura.

    Ella retira el brazo, con el ptalo de oro entre el ndice y el pulgar; lo

    lanza al viento con la gracia de quien libera una paloma y bosqueja

    una sonrisa comprensiva.

    Si no ests segura concluye, retomando el paso Significa

    que no ha sucedido

    La veo alejarse lentamente, danzando su cabello negro en errantes

    espirales de brisa pcara. En un esfuerzo sobrehumano, rompo los

    dos bloques de hielo invisible que me mantenan arraigada al asfalto

    de la vereda; tomo un hondo suspiro, me enjugo la frente con el

    antebrazo, y la sigo, procurando que la distancia que nos separa no

    sea imposible de recorrer.

  • 71

    Cuatro

    Si quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho

    no analices

    Joaqun Bartrina

    e estaba esperando

    A m?

    Ya est listo el informe de ventas?

    Eh no, an no

    Cmo? Pero si llevas una semana trabajando en l!

    Dame un poco ms de tiempo

    Tiempo? No tengo tiempo, Helena. Necesito ver esas cifras

    antes de arriesgarme a invertir en la bolsa

    Desde cundo inviertes en la bolsa?

    No cambies el tema

    No estoy

    El informe, Helena, el informe!

    El? Oh, s! Ir a terminarlo

    Qu sucede contigo? Parece que alguien te golpe en la

    cabeza con un sartn

    T

  • 72

    Estoy bien. Slo ir a terminarlo

    Ignoro la mirada desconfiada de mi progenitor y subo a mi alcoba.

    Pienso que es inconcebible la manera en que soy recibida en mi

    propio hogar: bast con poner un pie en el vestbulo para que mi

    padre saliera disparado del estudio y me abordara al final de la

    escalera exigiendo su maldito informe de ventas. No hubo saludos,

    ni preguntas sobre mi da turstico. De hecho, creo que pude haber

    sido asaltada o agredida por un grupo de delincuentes y, al llegar a

    casa, lo primero que habra escuchado sera la frase informe de

    ventas conjugada con el verbo terminar.

    Echo seguro a la puerta, lanzo mi bolso sobre la cama y me dirijo al

    escritorio, donde yace la pura encarnacin del tedio: mi computador

    porttil.

    Es cierto que llevo una semana trabajando en lo mismo, pero no es

    mi culpa que, fortuitamente, me haya topado con la carta de Borges

    el mismo da que comenc a preparar el informe, como tampoco es

    mi culpa que ese escrito haya sido tan abrumador que me hizo

    desarrollar un complejo de rechazo a todo lo que guarda relacin con

    mi empleo. De manera que, si mi padre busca culpar a alguien por el

    atraso de su inversin en la bolsa, yo postulo a Jorge Luis Borges y

    al momento de crisis coexistencial que atraves a los 85 aos.

    Que es ridculo culpar a un escritor que ni siquiera pertenece a este

    siglo? Y qu otra cosa puedo hacer? Es mi naturaleza.

  • 73

    Reviso el documento pgina por pgina, sin poder hacer nada para

    evitar la frustracin que me apremia. Cmo termin malgastando

    mi vida tras un escritorio, llenando un estpido cuadro de ingresos?

    En momentos como ste, cuando la nostalgia que anuda mi garganta

    es lo suficientemente dolorosa como para hacer que mis prpados se

    humedezcan, suelo preguntarme qu habra pasado si hubiese tenido

    agallas para seguir mis sueos. Imagino que tendra ms tiempo para

    alzar la vista y maravillarme con el hermoso vuelo de las gaviotas

    surcando el atardecer. Imagino que notara, ms a menudo, la

    ausencia de las estrellas en el cielo neoyorquino. Me sentara bajo la

    luz del alba para ver el encuentro del horizonte con el sol. Viajara

    para dibujar la sombra que refleja el Big Ben cuando el crepsculo

    cae sobre Londres, y, estando ah, paseara a orillas del Tmesis

    mientras leo los sonetos de Shakespeare. Me detendra justo cuando

    el ocaso envuelve el firmamento y, en medio de ese juego de luces,

    una sonrisa de satisfaccin hara gala en mi rostro, porque, slo

    entonces, tendra la certeza de que estoy viva

    Yo quera ser diferente a lo que soy, pero me di cuenta de que es

    ms fcil convertirnos en algo que no deseamos y ms fcil vivir si

    no le pedimos mucho a la vida.

    Despertamos ms temprano de lo que queremos, sin ninguna

    motivacin para levantarnos de la cama, ms que el miedo a lo que

    podra suceder si rompemos la rutina. As que hacemos un esfuerzo

    y dejamos que nuestros pies toquen el suelo. Tratamos de

    convencernos de que es un nuevo da, que todo ir bien que, por la

  • 74

    noche, nos parecer ridculo el haber buscado excusas para

    quedarnos bajo las sbanas.

    Intentamos amansar nuestra frustracin pensando que, sin importar

    lo detestable que sea nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros

    amigos, incluso nosotros mismos, siempre habr alguien mucho ms

    miserable Como la desdicha ajena nos sirve de consuelo,

    terminamos dndonos la razn. Ignoramos el vaco que llevamos

    dentro y ponemos frente a la vida, queriendo aparentar que todo est

    bien.

    Aunque se trate de un engao, nadie tiene por qu enterarse.

    Una farsa pattica? Un engao cruel? Puede ser, pero es la nica

    manera de que las cosas funcionen: fingiendo que funcionan.

    Me toma toda la tarde completar el cuadro de ganancias, lo cual es

    una tontera, ya que hacan falta menos de diez cifras. Reviso mi

    reloj de mano; son poco ms de las siete. Imprimo el informe y se lo

    llevo a mi padre, con la esperanza de que me deje tranquila de una

    buena vez.

    Al bajar las escaleras, advierto la silueta de una mujer en el divn de

    la estancia. No tardo en darme cuenta de que es Betty Tale, quien

    zarandea una pierna con inquietud mientras se retoca el maquillaje.

    Qu hace esa detestable periodista sentada en el mueble italiano de

    mi casa? Por qu no fui avisada con tiempo de su presencia? Habra

  • 75

    tenido oportunidad de escapar por la ventana y no regresar hasta que

    se hubiese marchado

    Suelto un bufido de fastidio y bajo los dos ltimos escalones. Odio

    el diseo arquitectnico de este edificio: es necesario cruzar la

    estancia para llegar al estudio.

    Betty Tale saludo, entre dientes, haciendo un esfuerzo por

    ocultar mi contrariedad.

    Helena!

    No saba que estabas aqu contino, mientras intento

    deslizarme con rapidez hacia el otro lado de la sala Has

    venido a ver a mi madre?

    S. Iremos al teatro

    Suena maravilloso; que tengan una linda velada

    Escuch que tu novio est de viaje

    Betty se acomoda en el divn, de forma que su malvola mirada se

    clava directo en mis ojos.

    Asuntos de trabajo contesto, sin dar tregua a mi intento de

    huida.

    Cundo regresar?

    En dos das

    Ya veo Por cierto, hace cunto salen? Siete, ocho

    meses?

    Nueve

    Y cmo va su relacin?

  • 76

    Est tratando de hacerme una entrevista o son delirios de una mente

    paranoica?

    Muy bien, gracias por preguntar respondo, con cierta

    aspereza.

    Sabes, Helena? A mucha gente le parece extrao que an

    no te hayas comprometido. Eres una mujer hermosa y de

    buen status social; si yo fuera t, me dara prisa cuando

    los rumores estallan, difcilmente puedes controlarlos

    Me detengo a dos pasos del estudio. He visto documentales sobre el

    comportamiento animal muchas veces y suelo enorgullecerme de ser

    una criatura civilizada que no recurre a la violencia para solucionar

    nimiedades. Pero, teniendo a Betty Tale frente a m, observndome

    con esa arrogancia provocadora, deseara olvidar la evolucin que ha

    tenido mi especie y convertirme en una bestia salvaje, slo para

    mostrarle lo importante que es respetar el territorio de los dems.

    Gracias por tu consejo, lo tendr en cuenta

    Giro apresuradamente y, sin dejarle decir media palabra, entro al

    estudio y aseguro la puerta con esmero, aun sintiendo que la sangre

    me hierve de clera.

    Ests bien, querida? pregunta el abuelo, al ver mi estado

    de exasperacin.

    Hay una alimaa en la sala

    Todava no se marcha? refunfua mi padre, dando un

    golpe al escritorio.

    No, todava no. Toma, el informe

  • 77

    Le entrego la resma de hojas y me desplomo en el canap de cuero

    marrn, junto a Apu, mientras disfruto hacindome ideas de lo

    divertido que sera ver a Betty Tale siendo evacuada del edificio por

    el servicio de control anti plagas.

    285 mil ms 750 aj estas cifras se ven muy bien

    Qu tal tu paseo con la prima de Patrick? susurra el

    abuelo, con la ternura de un padre que desea averiguar cmo

    estuvo el primer da de escuela de su hija.

    Fue muy interesante respondo, notando que el cuerpo se

    me estremece con slo pensar en Sophie.

    Menos el pago mensual de la electricidad

    Me alegra or eso

    Sumando las dos ltimas ventas

    Abuelo, sabes dnde queda Kazajistn?

    Kazajisqu?

    Kazajistn

    Uh? Kazajis Kazajistn, Kazajistn Supongo que ha

    de estar muy cerca de Afganistn y Pakistn. Por qu me lo

    preguntas?

    Curiosidad, solo eso

    1 milln 650 mil! suelta mi padre, en un estruendoso

    alarido que me causa espanto.

    Buenas cifras, Harold, muy buenas cifras confirma el

    abuelo, ponindose de pie para caminar hacia el ventanal del

    estudio.

  • 78

    Creo que podramos invertir un 10 o 15 por ciento en la

    bolsa

    Desde cundo inviertes en la bolsa?

    Vaya, as que no soy la nica que tiene dudas en cuanto a eso!

    No invierto en la bolsa, pap, pero creo que es buen

    momento para hacerlo y, ahora que tocamos el tema, quiero

    hacerte una propuesta

    Apu se distrae viendo la cada de la noche. Se inclina hacia la

    ventana, movindose de un lado a otro para captar el cielo en su

    totalidad; se pone de puntillas y vuelve a inclinarse. A simple vista,

    parece que se encuentra en medio de una danza aborigen para

    invocar al Dios de la lluvia.

    Ejem! -

    Mi padre carraspea con impaciencia, tratando de recuperar su

    atencin. Luego de varios intentos, lo logra.

    Como te iba diciendo, podramos ganar mucho dinero

    invirtiendo el 10 por ciento de las ltimas ganancias

    T crees que valga la pena arriesgarse? La bolsa es un

    terreno muy escabroso

    Por supuesto que vale la pena. Confa en m

    Me apresuro a dirigirle al abuelo una mirada de advertencia, como

    queriendo decirle: si yo fuera t, no lo hara. l parece comprender

    mi lenguaje no verbal, pero, misteriosamente, se atiene a guiarme

    un ojo.

    De acuerdo, toma el diez por ciento

  • 79

    Hago una mueca de espanto, preguntndome qu demonios tiene

    Apu en la cabeza para atreverse a confiar en los dotes inversionistas

    de mi padre, quien, hace menos de un ao, nos hizo perder 50 mil

    dlares cuando quiso probar suerte en el hipdromo.

    Rocinante ganar, es un buen caballo; corre como un judo

    queriendo escapar de un nazi!

    S, claro

    El abuelo sonre con serenidad, quiz para hacerme ver que tiene

    todo bajo control y, retomando su danza aborigen, pronostica:

    Hoy ser una buena noche para ver las estrellas

  • 80

    ualquiera con ms de un ao residiendo en la Gran Manzana,

    sabe que ver las estrellas en el centro de la ciudad es tan poco

    probable como ver al monstruo del Lago Ness surcando el Canal de

    Panam. Pero, a quin le importan las probabilidades? A la gente

    racional? Pamplinas! Dejmoslas a un lado tan slo por un

    momento. No porque sean irrelevantes, sino porque, debido a algn

    motivo que an intento descubrir, sent la necesidad de hallar una

    excusa para ver a Sophie y, esa excusa, fue prometerle que la

    llevara a un sitio donde podra ver las estrellas

    Por cierto, cuando digo: sent la necesidad, me refiero a esos

    indescriptibles flashes de la vida en los que un ataque de ansiedad se

    apodera de nosotros y nos lleva a cometer actos que, luego, nos

    parecen de lo ms tontos y, an peor, hacen que sintamos vergenza

    de nuestro coeficiente intelectual.

    De modo que, por consideracin al orgullo y a la dignidad que,

    vagamente, acompaan a las personas que nos hemos sentido ms

    estpidas que el resto, evitemos hablar de probabilidades y

    centrmonos en necesidades.

    Mi necesidad, se llama Sophie. Sophie Watson Creek.

    Admiro el errtico movimiento del agua, que tirita y se esparce en

    ondas sin final. Las luces del puente de Brooklyn se reflejan sobre el

    East River, creando una aurora boreal que centellea ante mis ojos,

    hablndome en una lengua que hace mucho tiempo olvid. A lo

    C

  • 81

    lejos, se levantan los colosales rascacielos de Nueva York;

    monstruosos gigantes indiferentes que nunca se quedan a oscuras.

    El viento sopla dando tenues caricias a mi piel, escucho el canto de

    la noche susurrndome al odo, y el murmullo de las aguas

    despidindose de la costa.

    A mi lado, est ella, silenciosa, como las pocas estrellas que tiritan

    en el infinito. Sobre nuestras cabezas, la luna, vestida de un blanco

    tan intenso que mis ojos se entornan con slo levantar la vista.

    Deslizo la mano sobre la barandilla de metal, tersa y fra, como el

    piso de mi balcn durante la madrugada. La silueta de Sophie, flota a

    mis pies, doblndose y estirndose cada vez que el agua vibra por el

    roce del viento.

    Por qu crees que las estrellas son tan difciles de ver en

    Nueva York?

    Por la contaminacin lumnica respondo, con simpleza.

    No creo que sea el nico motivo. Pienso que tambin es

    culpa del cdigo laboral

    Arqueo las cejas por instinto, preguntndome si la mujer que est de

    pie, junto a m, estuvo ingiriendo alguna sustancia txica antes de

    nuestro encuentro.

    Qu te hace pensar eso? indago, algo temerosa de que su

    respuesta pueda ser ms descabellada que su comentario.

    El neoyorquino promedio trabaja un tercio de su vida. En

    qu crees que utiliza el segundo tercio?

    Vacaciones?

  • 82

    A algn paraso tropical, o a Europa, pero nadie se detiene a

    ver las estrellas, porque estn demasiado ocupados

    reponindose de la rutina diaria. Aunque siguen ah,

    brillando igual que siempre, ya no pueden verlas

    Dices que no se trata de un asunto atmosfrico, sino de una

    ceguera intencional?

    Lo que digo es que el ser humano moderno vive con los ojos

    cerrados, he ah la razn de que tropiece tan a menudo

    Sophie sonre levemente y se deja caer en una banca, frente al

    barandal. La imito. Intercambiamos miradas suaves, interrumpidas,

    tan slo, por el cautivador baile de su cabello negro, que se columpia

    hacia mi rostro formando espirales.

    Siempre quisiste ser subastadora? me pregunta, apoyando

    la cabeza al respaldar del escao.

    No no en realidad

    Mi respuesta aviva su inters, pero finjo no darme cuenta de que

    espera un relato detallado.

    Helena, ests consciente de que, hasta ahora, no hemos

    hablado de ti?

    Eso es porque no hay mucho de qu hablar

    O porque hay demasiado

    Le doy la razn guardando silencio.

    Menos mal que tenemos toda la noche agrega,

    encogindose de hombros.

  • 83

    La historia de mi vida podra resumirse en una sola palabra: basura.

    Y s, podra buscar sinnimos para hacerla menos desagradable,

    pero, entonces, ya no estara hablando de mi vida.

    Con la mirada de Sophie adherida a m, como una estaca en el

    corazn de un roble, se me hace imposible continuar evadiendo el

    tema.

    Quera ser dibujante

    Y qu pas?

    Mi familia tena otros planes para mi futuro

    El negocio familiar

    Precisamente resoplo con melancola Yo deseaba

    estudiar en Londres, pero, en lugar de eso, mis padres me

    enviaron a Pars. Creyeron que alejndome de mi sueo

    olvidara el asunto y entrara en cintura

    Y

    Y funcion

    Sophie guarda silencio durante un rato, lo cual en el fondo le

    agradezco, ya que me da algo de tiempo para desatar el nudo de mi

    sufrida garganta.

    Si tanto lo deseabas, por qu no luchaste por ello?

    pregunta con sutileza, como si temiera que sus palabras

    pudieran lastimarme.

    Llevarle la contraria a mi familia implicaba demasiado. En

    la vida, hay que saber cundo colgar los guantes

  • 84

    Y, el mejor momento para hacerlo, es al principio. De esa manera,

    nos ahorramos una fatiga tremenda.

    An sueas co