Entre gays, lesbianas, transgéneros, suicidas y emos te veas

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En este documento se analiza una de las campañas mediáticas difundidas hace un par de meses, que se enfocaban en contra de agrupaciones de jóvenes; campañas en las cuales quedaba invisibilizada la participación de sectores del ala de la ultraderecha mexicana para la persecución, señalamiento y agresiónde estos grupos

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Entre gays, lesbianas, transgéneros, suicidas y emos te veas: entre el

mito de los mass meddia y una juventud aniquilada

Esta ponencia va dirigida a la mesas de trabajo de Religión, cambio social y globalización y Emergencia de movimientos culturales, identidad y jóvenes.

Abstract[En este documento se analiza una de las campañas mediáticas difundidas hace un par de meses, que se

enfocaban en contra de agrupaciones de jóvenes; campañas en las cuales quedaba invisibilizada la participación de sectores del ala de la ultraderecha mexicana para la persecución, señalamiento y agresión

de estos grupos].

Dirvin Luís García Gutiérrez.1

email: [email protected]éfono: 2281105202

Con la mirada perdida hacia un punto en el infinito que trasciende más allá del enorme y

lacio fleco oscuro que cubre la niñez y ternura de sus ojos negros trastocado de polvos

purpúreos y rosas, y ornamentado de tres argollas que perforan sádicas sus negras y

bien delineadas cejas, camina Sergio atravesando el oratorio Salesiano Lupita en sus

tenis Vans con cuadros a blanco y negro, enfundado en un Levi´s 521 que deja escapar

tenuemente la sensualidad de su sexo abultado por debajo de la cremallera fría plateada

que combina con los remaches de su cinturón y los de sus muñecas. En su espalda,

carga una pequeña mochila con un cuaderno de apuntes y tres libros de texto de

secundaria. Se quedó de ver en el parque frente a la Secundaria Técnica 64 con Ivette y

Julio para hacer la tarea en casa de Marcos... “¡Pinches jotitos! ¿Qué, las tres no quieren

cochar? ¡Pinches putos, porque no se mueren! ¡Jotos!”, les gritaban unos jóvenes

“Punketeros”, caminando sobre el corredor del parque, mientras la gente que paseaba

por la arboleda sólo lanzaba miradas de extrañeza y condena hacia los tres jóvenes

víctimas de las ofensivas.

1 Licenciado en Sociología por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA) y actual estudiante de Maestría en Ciencias Sociales en el Instituto de Investigaciones Histórico -Sociales (IIH-S) por la Universidad Veracruzana (UV).

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¿De qué forma se pueden entender las agresiones físicas y simbólicas que se

ejercen en contra de los grupos de jóvenes autodenominados emos, ya sean como

actores políticos? Para abrir la discusión, fue pertinente emplear una metodología que

implica un análisis mediático: se leyeron notas periodísticas tanto locales como de

circulación nacional, así como la revisión de la barra de opinión que en cadena nacional

se expuso acerca del las agresiones en cuatro estados de la república contra los emos.

Básicamente, el interés primordial fue desarticular el mito con respecto a los presuntos

agresores y, en segundo plano, un análisis del discurso de la nota.

Al principio, resultó interesante encontrar en la barra de opinión de noticieros

televisa, el programa de debate periodístico, Contrapunto presentado por Denisse

Mearker, donde entrevistaron a tres de los posibles ejecutantes de actos presentados

como “violentos” y “represivos”: eran jóvenes entre los 17 y 21 años, que se hacían

llamar metaleros. Los argumentos por los que justificaban los ataques eran la carencia

de autenticidad del grupo, la persecución de una ideología carente de sentido o como un

mero consumo cultural por un parte y un sentimiento de angustia por estilo arrogante

que la estética emo se hace significar. Por poner un ejemplo sobre el empleo de las

figuras discursivas actuantes las narrativas de los testimonios de los chicos, uno de ellos

concluyó la entrevista con la siguiente frase; “está bien que cada uno tenga sus propios

gustos, pero una cosa es que lo hagan en privado, a escondidas donde nadie los vea y

otra cosa es que lo hagan ahí nomás al aire libre”, seguido de “si aquí nos van a estar

provocando con su presencia, y si es necesaria la pelea, pues habrá pelea”. De alguna

manera, el discurso imperante en las estructuras narrativas del acontecimiento mediático

noticioso presente en el espacio público proyecta o trata de persuadir a la opinión

pública, que los actores del conflicto son grupos juveniles de punk (etos)s, dark(etos) y

rockeros. Lo cierto es que como dijo un joven representante del movimiento emo en el

D. F. es que son pseudopunks y pseudodarks, y al ver a esos tres chicos agresores.

Incluso un vocero de la comunidad dark del mercado del Chopo, mencionó al periódico

La Jornada el pasado lunes 31 de marzo, que eran “infiltrados” los que lanzaban

agresiones en la marcha que iniciaba en la Glorieta de Insurgentes del sábado 27 de

marzo.

El conflicto trasciende espacios y fronteras y en gran medida se debe a la

velocidad de información que los medios de comunicación han facilitado. Es sabido por

muchos, que videos como los del Anticristo en youtube que califica a los jóvenes emo

como bichos excrementales y jotos o bien, la popularidad que han tenido las playeras

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que circulaban no hasta hace mucho en el mercado del Chopo en Ciudad de México con

los slogans “Haz patria y mata a un emo”, “mata a un emo y gánate un chesco”, entre

otras, que los media han sabido difundir al tejer una campaña de descalificación hacia

esta tribu urbana. El hecho de la difusión de mensajes cargados de homofobia hizo eco

en hace unos meses en Ciudad Juárez al interior del centro comercial Misiones.

En su mayoría, las notas periodísticas hacen evidente que la construcción

discursiva de las agresiones parten de una lógica simplista, el manejo habilidoso de la

sinécdoque que pretende explicar pugnas inexistentes entre colectividades de jóvenes

construyendo escenarios de ficción y violencia en el acontecimiento mediático; las

bambalinas ocultan a los grupos de la ultraderecha mexicana, quienes han hecho

evidente optar por el mantenimiento enérgico de las buenas costumbres que abrir

espacios en sociedad para el desarrollo de las juventudes y sus potencialidades. De esta

manera, se está construyendo toda una campaña mediática que instala quiebres,

coyunturas y falsas discusiones que sólo han sabido mostrar una falsa imagen de las

diversidades de tribus urbanas conformadas por jóvenes y al abrir esa brecha, se

provocan profundos sentimientos de angustia, desesperación y morbo enfocado hacia la

sociedad adulta y de padres de familia, con el fin de deslegitimar el reconocimiento, la

participación pública y la acción política de las juventudes que luchan

desesperadamente por posicionamientos en el interior de sociedades demarcadas por las

negativas cargas simbólicas que representan el ser joven y la enorme presión social

sostenida por ser adulto, así como sus cada vez más difíciles exigencias que representa

esta imposición hoy en día: la actual crisis del capital global que frena por ejemplo, la

inserción de la juventud al mercado laboral.

Lo juvenil como construcción social, está íntimamente relacionado con lo que no

se es juvenil. Mi postura es que, este conflicto se debe a una ausencia total de diálogo

entre las sociedades juveniles y adultas, en donde estas últimas se han mostrado

renuentes debido a que sus posicionamientos se han ido gestionando en una base moral

cargada de prejuicios, bases de las cuales se pueden identificar a los actuales grupos de

la ultraderecha mexicana que es cada vez más activa y partícipe en la construcción del

entramado del espacio público y por lo tanto se han convertido en agentes políticos

importantes pues median y construyen el diálogo con la sociedad civil que, en este caso,

se ve representada por agrupaciones juveniles con prácticas en lo social concretas.

Los medios como líderes de opinión que son, han dejado bien claro en su

discurso la falta de autoridad de los padres hacia los hijos, más nunca dejan al

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descubierto que las agresiones perpetradas son hacia grupos vulnerables. Los emo

reportados en la nota impresa tienen entre 12 y 18 años, mientras que sus agresores

sobrepasan de los 17 años. Como lo dijo Castillo Berthier, estas expresiones juveniles

son intergeográficas e interclasistas en su ideología, pero también los son en sus campos

de acción, y no sólo eso, estas nuevas manifestaciones ya no operan bajo el

reconocimiento material y su disputa (el barrio), sino que operan bajo un esquema de

representatividad del individuo en un plano que transgrede los espacios físicos.

Tomando esto a consideración, la represión emo no se puede explicar a través de la

disputa y reconocimiento de éstos en un espacio físico en particular, aun así, este tipo de

inferencias, se contexualiza en los medios masivos como motivo de las agresiones.

A lo anterior difiero, por lo que en mi opinión mencionaría, las manifestaciones

de las tribus urbanas, y en este caso los emos, no solamente van en un sentido de

pertenencia y reconocimiento a través de la disputa territorial, sino que también se

manifiesta en estas tribus, una pugna por la aceptación en sociedad a su estética y esto

conlleva a un análisis más profundo: una total transgresión al modelo tradicional

masculino, suplantado por un esquema aniñado, andrógino, transexual, un ser que

juega y se apropia de los códigos sígnicos del sexo indistinto. Baudrillard habla de este

juego no como juego por el reconocimiento de la diferencia sexual, sino que más bien se

trata del reconocimiento por la indiferencia sexual, a la indiferencia del sexo como

goce. No se está hablando de una operación quirúrgica que convierte al individuo en

transgénero, sino que más bien se trata de una lógica que opera en la decodificación

semiótica; signo u órgano, se trata de prótesis y, cuando como ahora el destino del

cuerpo es volverse prótesis, resulta lógico que el modelo de la sexualidad sea la

transexualidad y que ésta se convierta por doquier en el lugar de la seducción

(Baudrillard: 1991; 26). La estética emo ha decodificado la indiferencia sexual.

Durante el jueves 12 de marzo, el señor Adán Rodríguez, realizó una llama al

noticiero de las diez de la noche en el canal local 2 de televisa: “estos jóvenes tienen

fuertes tendencias a la depresión puesto que sufren fuertes trastornos de personalidad,

aunado a sus problemas de falta de identidad sexual, acaban en muchos casos en el

suicidio. ¿Ustedes saben lo que sus hijos hacen en la calle? ¿Quién los vigila?”

Comentó este señor Rodríguez quien dijo era pastor de una iglesia protestante. Muchos

de los discursos en las notas impresas y algunos de los programas de revista, se percibía

el mismo discurso que hacia énfasis en el estigma de lo no heterosexual, la vigilancia, y

el control por parte de los padres de familia.

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El jueves 27 de marzo, salió una nota en el periódico el Universal en donde se

entrevistó a Héctor Castillo Barhier, coordinador de la Unidad de Estudios sobre la

Juventud del Instituto de Investigaciones de la UNAM, aclaró lo siguiente; “hay una

ofensiva de la extrema derecha conservadora contra esos grupos, utilizando las nuevas

tecnologías de la información y toda esta imagen de las tribus, para hacer creer que

están peleando". Además el cientista social agregó; "esta agresión no surgió entre las

tribus como se ha difundido mediáticamente, sino que la extrema derecha pretende

aprovechar su imagen para impulsar una campaña homofóbica”, siendo la expresión

emo, un manifiesto estético homosexual, transgénero, en un fetish de la cultura pop.

¿Qué hay de los agresores? En la nota de Bertha Teresa Ramírez publicada en La

Jornada publicada el 30 de marzo, ella se entrevistó con un presunto agresor, al cual la

periodista preguntó al agresor, que quiénes les habían proporcionado las playeras con

frases antiemo, el no respondió, pero al preguntarle cómo es que es llegaron ahí y desde

donde venían los demás compañeros de él para reunirse, dio cuenta de lo siguiente: los

jóvenes recorrían distancias enormes, venían desde Ciudad Neza, Tlanepantla y

Xochimilco en camiones blancos ¿quién facilitaría camiones especiales para la cita en la

Glorieta de Insurgentes? En la misma nota de Teresa Ramírez, se da evidencia de que

dichos camiones eran de uso del Instituto Marisma y del Instituto Cumbres. Esta última

institución educativa, fundada por los Legionarios de Cristo en 1954, cuyo líder

espiritual y financiero fue el polémico sacerdote Marcel Maciel, mientras que el

Instituto Marisma fue fundado por el Opus Dei. Tanto el Opus Dei como los

Legionarios, son sectas de alta exclusividad dentro de la iglesia católica, ambas

ubicadas en el ala ultraconservadora de México y España, pues como es sabido, el Opus

Dei se fundó con José María Escrivá de Balaguer en 1928, quien en vida fuera persona

de entera confianza del genocida Francisco Franco y del nada menos grato dictador

Augusto Pinochet.

En México, los Legionarios de Cristo han tenido una muy fuerte influencia en la

política, la educación y la economía del país, desde la fundación de Universidades con

perfiles empresariales como el mismo Instituto Cumbres, la Universidad Anáhuac y la

Universidad del Mayab, en donde han desfilado apellidos como los Azcárraga, Slim,

Salinas, Calderón, entre muchos otros, donde se pueden destacar los abolengos de las

élites empresariales y políticas de México. Actualmente, los Legionarios que encabezan

el Movimiento Regnum Christi, tienen el poder sobre 150 colegios, 21 institutos

superiores y nueve universidades, mientras a nivel internacional se suman más de 630

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centros de educación no formal, donde según Natalia Gómez y Julián Sánchez dicen

que, anualmente asisten miles de laicos, en una actividad que en algunos países ha

llegado a desplazar a las órdenes que tradicionalmente tuvieron como característica el

ámbito educativo, con una presencia en 16 países (Gómez, Natalia y Julián Sánchez:

2009).

De esta manera, queda de manifiesto que la participación de la iglesia católica en

México tiene una gran participación en el escenario público y no sólo es un actor social

que no se limita al catecismo, sino que tiene una gran fuerza en la política nacional

como lo es el movimiento Pro Vida que se ha encargado de legislar la criminalización

del aborto en los diferentes Estados de la República; fungen como consejeros y dotan de

recurso humano para la dirección de grandes corporativos de diversos giros, desde

bancos, cadenas televisivas, editoriales, e inmobiliarias. Por último y no menos

importante, es un ente capaz de movilizar grupos sociales con el fin de hacerlos

ejecutores de una cacería de brujas en el nombre de las buenas costumbres, sin importar

que el objetivo de esta absurda campaña, son grupos cada vez más vulnerabilizados,

como lo son las juventudes contemporáneas.

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Bibliografía

Baudrillard, Jean; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona.

Notas periodísticasGómez, Natalia y Julián Sánchez; Ordena Papa investigar a Legionarios de Cristo, El Universal, artículo publicado el 31 Marzo 2009, en la dirección electrónica http://www.diario.com.mx/nota.php?notaid=0c987580371c3e29a97aaf9da07658ad

Morales Alberto; Agresiones a emos, debido a homofobia, El Universal jueves 27 de marzo de 2008. Obtenido el 28 de marzo de 2008 de la dirección electrónica http://www.eluniversal.com.mx/notas/493331.html

Morales Alberto; Sembraron en internet odio hacia los ‘emos’, El Universal, Viernes 21 de marzo de 2008, artículo publicado el 27 de marzo de 2008 de la dirección electrónica http://www.eluniversal.com.mx/notas/491654.html

Ramírez Bertha Teresa; Infiltrados, quienes portaban playeras antiemo, dice dark; La Jornada, lunes 31 de marzo de 2008, artículo publicado el 31 de marzo de 2008 de la dirección electrónica http://www.jornada.unam.mx/2008/03/31/index.php?section=sociedad&article=043n1soc

Programas de televisión

Contrapunto, cadena nacional, martes 25 de marzo de 2008

Noticiero, canal 2 local, jueves 27 de marzo de 2008, 10:45 p.m.

Noticiero, canal 44 local, viernes 28 de marzo de 2008, 10:30 p.m.