ENTORNO AL POSTCURSORISMO VIQUIANO DE LA MODERNIDAD...

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EN TORNO AL POSTCURSORISMO VIQUIANO DE LA MODERNIDAD PROBLEMÁTICA.* Jose M. Sevilla Vico pennite repensar la condición problemática de la misma modernidad en cuanto condición de "verosímil", (probable) y cómo consecuentemente hay elementos viquianos para ofrecer una visión más amplia y plural de esta modernidad. Se intenta aportar así un elemento más para comprender la modernidad en su configuración problemática, apreciando cómo pronto en ella se procesan ya los elementos de la crisis de la racionalidad: dimensión en la que se hallan aspectos que, representados en las ideas de Vico penniten repensar viquianamente, desde la contemporánea racionalidad emergente de la crisis, esa condición problemática de la misma modernidad en esta actitud postcursora moderna (Vico "postcursor" y "postcursivo"). Vico allows us to re-think the problematic condition of the very modernity when regarded it as a condition of''verosimile'' (likely) and consequently how we my arrange Vichian elements in order to offer a wilder and manifold view of this very modernity. We try to suply in this way another element to modernity in its problematic background, seeing al so within it how soon we can observe the elements ofthe crisis ofracionality: a dimension in which there are sorne aspects which, embodied in Vico's ideas, allow us in Viquian terros and from the stand point of the racionality springing out of the crisis, that very same problematic condition of modernity in this "postcursor" modern attitude (Vico"postcursor" and "postcursive"). Introito.- No es mi intención aburrirles -aunque desafortunadamente tal vez lo consiga- con una revisión histórica de las ideas de Vico, ni tampoco con un listado pormenorizado de reactualizaciones e influencias. Antes bien, desearía simplemente repasar con lápiz grueso una imagen ya dibujada con trazo fino, a partir de la cual es posible, en otro caso, apreciar también el interés que despierta Vico en nuestra época, sobre todo a partir de los años setenta. Pienso sinceramente que el interés viquiano no responde a ningún tipo de «moda» de pensamiento; sino, antes bien, a problemas en tomo a la realidad, la historia humana, la razón y la misma condición del filosofar. Creo realmente que el interés por Vico se incrementa, • Texto base de la ponencia expuesta en el Seminario «Giornata vichiana. Giambattista Vico in Italia e in Spagna nel250 Q anniversario della morte», Universidad de Barcelona, 10 de mayo de 1994. Cuadernos sobre Vico 4, 1994 53

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EN TORNO AL POSTCURSORISMO VIQUIANO DE LAMODERNIDAD PROBLEMÁTICA.*

Jose M. Sevilla

Vico pennite repensar la condición problemática de la misma modernidad en cuanto condiciónde "verosímil", (probable) y cómo consecuentemente hay elementos viquianos para ofrecer unavisión más amplia y plural de esta modernidad. Se intenta aportar así un elemento más paracomprender la modernidad en su configuración problemática, apreciando cómo pronto en ella seprocesan ya los elementos de la crisis de la racionalidad: dimensión en la que se hallan aspectos que,representados en las ideas de Vico penniten repensar viquianamente, desde la contemporánearacionalidad emergente de la crisis, esa condición problemática de la misma modernidad en estaactitud postcursora moderna (Vico "postcursor" y "postcursivo").

Vico allows us to re-think the problematic condition of the very modernity when regarded it asa condition of''verosimile'' (likely) and consequently how we my arrange Vichian elements in orderto offer a wilder and manifold view of this very modernity. We try to suply in this way anotherelement to ~nderstand modernity in its problematic background, seeing also within it how soon wecan observe the elements ofthe crisis ofracionality: a dimension in which there are sorne aspectswhich, embodied in Vico's ideas, allow us in Viquian terros and from the stand point of theracionality springing out of the crisis, that very same problematic condition of modernity in this"postcursor" modern attitude (Vico"postcursor" and "postcursive").

Introito.- No es mi intención aburrirles -aunque desafortunadamente tal vez lo consiga- conuna revisión histórica de las ideas de Vico, ni tampoco con un listado pormenorizado dereactualizaciones e influencias. Antes bien, desearía simplemente repasar con lápiz grueso unaimagen ya dibujada con trazo fino, a partir de la cual es posible, en otro caso, apreciar tambiénel interés que despierta Vico en nuestra época, sobre todo a partir de los años setenta.

Pienso sinceramente que el interés viquiano no responde a ningún tipo de «moda» depensamiento; sino, antes bien, a problemas en tomo a la realidad, la historia humana, la razóny la misma condición del filosofar. Creo realmente que el interés por Vico se incrementa,

• Texto base de laponenciaexpuesta en el Seminario «Giornata vichiana. Giambattista Vico in Italiae in Spagna nel250Q anniversario della morte», Universidad de Barcelona, 10 de mayo de 1994.

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tangencialmente, con la problemática -en la actualidad efervescente y a veces desbordante,aunque no siempre nueva- en tomo a la modernidad y también sus consecuencias. El plantea­miento que hoy deseamos simplemente dibujar en esta exposición no pretende «actualizar» aVico renovándolo en las discusiones actuales, sino que más bien está excusado en cuantointenta esbozar cómo Vico permite repensar la condición problemática de la misma moder­nidad (nocomo absolutamente verdadera o falsa, sino antes bien como «verosímil», probable)y cómo consecuentemente hay elementos viquianos para reconstruir una visión más amplia yplural de esta modernidad; entendiéndose que ésta no es algo a lo que nos «enfrentemos», sinomás bien algo de lo que venimos y somos.

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Yo enfocaría pues la atención primeramente hacia el intento de comprender la modernidaden su configuración problemática (y ¿por qué no?, crítica), apreciando cómo pronto en ella seprocesan ya los elementos de la crisis de la racionalidad: crisisen la que se hallan aspectosque,representados en las ideas de Vico, permiten repensar viquianamente desde la contemporánearacionalidad emergentede lacrisis, la condición problemática de la misma modernidaden estaactitud postcursora moderna.

¿Qué entendemos al decir «postcursOf»? Con tan petulante término queremos expresar, enla continuidad del movimiento del antes al ahora, una doble cuestión:

la) Frente a la imagen del pre-cursorismo de Vico, y no pocas veces de un «viquianismo invitro», podríamos alegar (parafraseando a Rataillon a propósito de Erasmo) que, como todo elmundo puede imaginarse, no se pretende recorrer la obra de Vico «llevando en la mano unascuantas muestras de actualidad rabiosa a manera de péndulo o varilla de zahorí, esperando queésta se incline hacia una corriente de agua subterránea o un filón metálico que sería unpresentimiento de nuestro tiempo» que hubiése descubierto Vico. «Eso sería tanto comoabandonarnos no poco neciamente a esa idea del precursor que Lucien Febvre denunció conrazón como ahistórica»!. Frente a la imagen general romántica del Vico supuestamenteadelantadoa su tiempo, recabamos la imagen de un Vico quedesde dentro del ámbito modernoes un CURSOR (atendiendo al sentido etimológico mecánico: una pieza pequeña que se deslizaa lo largo de otra mayor); yque llega a nuestros días como un ruptor de nivel en ese ámbito quees una dimensión de racionalidad plural y antidogmática, como él mismo concibe y propone ensu épocafrente aotros modos dominantes de razón (yaen 1708escribe sudisertación «De nostritemporis studiorum ratione»: «Sobre el método de estudio en nuestro tiempo» en polémica conla «ratio» cartesiana).

2a) Este postcursorismo es también postcursivismo (yen teorización viquiana también portanto «cursivo»). Vico permite plantear, tomando la acepción jurídica de «curso», la resoluciónde un expediente en «curso»: de un camino seguido con un movimiento animado, dinámico yprocesual; permítase decir, de una scrie de informes y acciones que abocan a la resolución deun expediente. Vico se mostraría, en este sentido, como recurso (<<ricorsi») o «postcurso» dela modernidad dimensionalmente problemática. «Ricorso» que, a su vez, constituye -comodecimos- viquianamente un nuevo «corso», algo en camino o itinerante. El carácter incoativo

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En torno al postcursorismo viquiano de la modernidad problemática.

opuesto al concluso, lo iterativo frente a lo absoluto en su sentido de acabado o perfecto(absolutus: perfectusf.

Por estas consideraciones iniciales, antes que acerca del viquianismo actual, me parece másadecuadoyoportunonarraraquí,en estaesbozante exposiciónalgunosprincipales planteamientosy posturas de este postcursorismo viquiano de la modernidad problemática. Pensándose así,desde ella misma, esa perspectiva, cual es la viquiana, que delata la crisis de la racionalidadcartesiana y se yergue como apertura al debate sobre la crisis misma de la modernidad. Quedaclaro que, como demandara en su día Harold Fisch, lo que Vico tuvo que decir en su época eslo que también puede al menos decir en la nuestra.

1.Modernidad. -Demarcando importantes parámetrosque reflejan la crisisde la racionalidad,Vico desarrolla en su época grandes temas que hoy también preocupan, centrados principal­mente en un nuevo modo de concebir la realidad y el conocimiento. Mencionando algunos, porejemplo: la integralidad relacional entre conocer y hacer -o entre razón e historia, o entre cienciay sociedad-; también, la historicidad de la verdad y el hecho de la temporalidad, ladesuniversalización de valores absolutos, o la relación teórico-práctica entre sabiduría ypolítica; señalemos además la exploración de las dimensiones de la creatividad humana, delproceso interpretativo en el que emerge la comprensión, la relación entre los modos deexpresión del lenguaje y la capacidad conceptual; y algo con lo que hay que contar además: suconciencia acerca de la negligencia del cartesianismo (<<neglegere»: inobservancia y falta deescrúpulos), como también habría que destacar su indagación de la lógica desarrollista de lassociedades y de la humanidad.

Cuestiones que, como hemos apuntado al comienzo, sirven además para encauzar la mismareflexión sobre dimensiones de la modernidad y los debates de nuestro tiempo en tomo a lasciencias,la racionalidad, la fundamentación (o desfundamentación) de la realidad, el «fin dela modernidad», e incluso sobre la Ilustración y su discutida herencia. Es decir, del discursofilosófico contemporáneo centrado en la crisis de la razón. Y cómo desde una perspectivateoréticamente reconstructiva podría apreciarse que la posición viquiana viene generada desdeuna propia condición en la Modernidad: donde Vico constituye una referencia inmediata de lamodernidad dimensional(<<bifurcada»)3 originariamente (ejemplificada diádicamente, v.g.:DescartesNico; Ilustración/Romanticismo; Razón/Mito; Filosofía/Filología; Logicismo/Re­tórica; universalidad de valores trascendentes/historicismo problemático; etc.).

Desmantelado ya hoy -gracias al trabajo de empeñados estudiosos como Badaloni, Garin,Costa, etc. y por mor de la labor historiográfica del napolitano Centro di Studi Vichiani- el mitode un Vico «aislado» en su época, y a la misma sazón del Vico «precursor», hay que reconocersin embargo que sus principales ideas fueron de oposición reactiva internamente respecto alpensamiento dominante en su tiempo (primero cartesiano, luego ilustrado), y que fueronmayormente incluso antagónicas. Del mismo modo, insostenible también otro mito recurrente,cual es el del «providencialismo barroco» (trascendentalismo cristiano), se entiende que,lejosde pensar en ella como «anti-moderna», lafilosofía viquiana configuró una nueva y diferentedirección dentro de la ya prefigurada novedosa modernidad. Pero su modernidad se sitúa enotra perspectiva que no es fundamentalista (o fundacionalista), de corte racionalista cartesiano,

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ni universalista y absolutista, ni tampoco optimista de precipitación ilustrada. En sus aspectosmás definitorios, Vico es un antagonista teórico de la modernidad racionalista e ilustrada;constituye, como dice Stephan Otto, la representación de «otra modernidad», no autofundanteni «omphálica», sino más bien historicista problemática y cuestionante, como han venidoesclareciendo Pietro Piovani, Fulvio Tessitore y Giuseppe Cacciatore principalmente. Justa­mente la modernidad que hoy en día estaría más capacitada para encarar sus crisis (crisis de laracionalidad pero también de la historicidad) porque esa misma problematicidad cuestionanteque muestra Vico es también conciencia de la racionalidad de la crisis, en tanto piensa ENhistoria, porque ella innova el carácter de «crítica de la razón antidogmática y conciencia deperenneautocrítica de la vida y de lascosas»,como muestraCacciatoreen surecienteobrasobreel tema4

El giro viquiano de crítica a la razón se define en su perspectiva de ciencia histórica (SN,349) debatiendo frente al hombre mecánico y geométricamente cartesiano al «hombrehistórico». Ocurre así que, por esta propia postura, puede encontrarse situado a Vico en el ojo·voraginoso de un troncal criticismo moderno en la actualidad y de optativas modalidadespostmodernas, que vienen a reclamarlo por su humanismo histórico y el innegableanticartesianismo, tanto como por su valoración de la retórica filosófica (tan reavivada ennuestros días), cuanto incluso por su condición antifundacionalista (o desfundamentalista);propiciándose así, a veces, una atracción por los tópicos, ya incluso vulgarizados, que puedenensombrecer valor en todo aquello que el esfuerzo de Vico ha volcado sobre su propia épocaSy que deviene recursivamente (o póstcursoramente) en nuestra contemporánea discusión.Ciertamente no es cuestión de meter con cuna un momento viquiano en toda teoría, modelo ocorriente filosófica porel mero hecho de que ésta se opongaal'cartesianismo o aún peor porquese le presuponga una manifiesta hÓstilidad anticartesiana. Aunque tampoco debe dejarse dereconocer que en esta «Post-era», como irónicamente Ílama Bernstein a esta época de «Posts»en que vivimos y decimos, y así pensamos, Vico hace muy bien las veces del admirado padreadoptivo (en estecaso, más bienadoptado) que supleal freudianamente aniquilado (Descartes).

2. Anticartesianismo.- El eslabón del anticartesianismo viquiano resulta efectivo en estadirectriz, y podría decirse que ha constituido el aspecto más propiciante de la recepciónviquiana en nuestro casi pretérito siglo. Pero tanto o más lo son también aspectos como sucélebre principio de convertibilidad (verum ipsum factum), con todas las consideracionesontológicas y epistemológicas que genera, su concepción histórica y humanológica del saber-más el primado de la historia sobre la filosofía (su historicismo antropo16gico6

)- y, en defi­nitiva, su concepción de una ciencia nueva de la sociedad y la cultura. La oposición reactivaal racionalismo dogmático, aleja a Vico y competitivamente lo enfrenta intelectualmentetambién con ciertas líneas fundamentales de la Ilustración. Vico se posiciona de manera críticaante cualquier absolutismo de la Razón (el autor de la Scienza Nuova considera a la razón unamodificación más de la mente humana); con igual fuerza cuestiona la presunta hegemonía dela Filosofía con mayúsculas (que ignora al mito y a la poesía, desconsidera la primacía dellenguaje y doblega a la retórica, y mira por encima del hombro a la historia); y es notorio quedebate el naturalismo cientificista y el mecanicismo (empeñados en tener ciencia de la

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naturaleza, en detrimento de verdaderos objetos de ciencia como son la sociedad y la cultura,a los que se imponen las leyes y métodos naturales). Por ende, critica e invalida la monopo­lizadora extensión del método geométrico, válido según Vico sólo en matemáticas, abogandoel filósofo napolitano por la pluralidad de métodos -acorde cada uno a la ciencia y al objeto quetrata, debiendo comenzar estos «donde lo hace la materia de que tratan»-; novedosamentepropugna para la Scienza principiada, en la articulación del «vero» con el «certo», el métodounitario defilología yfilosofía: la certeza verificada por la razón y la razón certificada por laautoridad: síntesis viquiana donde la aportación de la convertibilidad de verojallo se presu­pone como operativa aportación de metodología de la historia. Con mayor conciencia(filosófico-histórica), Vico gira la crítica de la razón hacia la desconsideración tenida para conla misma historia (en la que él reconoce el verdadero ámbito de operatividad-conocimiento: essabido su principio de que el hombre sólo tiene verdadero conocimiento de aquello que hace).Larazón se haceen la historia y lacríticade la razón se realiza desde las ciencias histórica, socialy cultural. Realmente, como ha escrito varias veces Berlin, Vico busca otros límites yposibilidades para la razón en su acceso al mundo de la vida humana; se propone nuevosmétodos que revelen los modos como los hombres se pensaron a sí mismos y a sus mundos,tratando de descubrir las visiones del mundo,las preguntas, las aspiraciones que determinaroncada sociedad particular, cada cultura propiamente. En este sentido, plegando la propia mo­dernidad, enfrenta el valor de lo cierto a lo verdadero (fundado geométricamente) y plantea elvalor de la razón problemática, la cual se despliega en lo verosímil y no se funda en la verdadgeométrica. Lo verosímil es reconocido como el ámbito de la verdad problemática. A loverdadero se opone lo falso, pero a lo cierto se opone lo dudoso, por lo que debido a suproblematicidad no puede ser más que «verosimile» o «probabile». Emerge pues una razónproblemática que tiene como ámbito lo probable más que lo necesario. El mismo esquemaviquiano vuelto sobre la modernidad nos presenta a ésta -en la que Vico está implicado ycontribuyendo- como modernidadproblemática, verosímil, cierta, antes que verdadera abso­luta y necesaria, dinámica y plural, dimensional, antes que monolítica y estanca.

Es también crítica hacia algunas de las más significativas creencias de la modernidadracionalista e ilustrada que hoy en día se muestran en decadencia, propiciando disolucionesde la historia y fragmentaciones del pensar. En tales críticas Vico analiza y señala, a la vez que-diríase- «rectifica», bastantes limitaciones de las perspectivas teóricas que continúan hoyafectando al pensamiento socio-históric01

• Apréciese, v.g., cómo frente a la idea de unanaturaleza racional abstracta e inmutable, al igual que situado ante la concepción sobre lanaturaleza de la sociedad (derecho natural) diseñada por el iusnaturalismo yel contractualismo,Vico propone «comenzar por el uomo bestione», sentenciando la historicidad de la naturalezahumana: homo nonintélligendofít omnia. Argumentaasí, con laafirmación del sensuscommunisa la base de la ordenación histórico-social (SN, 141-148), que el derecho natural «surge con lascostumbres de las naciones, que concuerdan entre sí gracias a un sentido común humano, sinreflexión alguna y sin que unas tomen ejemplo de las otras» (SN, 311). Desdeña por tanto laconfianza en que exista una «verdad» (metafísica) que la «razón» pueda adecuadamentedesvelar (cuando la verdad es algo que se «hace», que se desenvuelve con el hombre de formahistórica). Es decir, se opone a la directriz en el mundo físico y natural, que se ve trasvasada

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al humano, de un logos únicoencerradoen la realidad, aunque sea ocioso, prefijado o durmien­te, que larazón inmutablepuedadescubrirpostulándolocomouna trascendentalidad ideal; puesparaVico, ellogos surgeenaquelloque los hombres hacen: en ladialécticadel devenirhistóricoentre cambio constante de la realidad ymodificaciones de la mente humana, en el propio ordende cosas humanas hecho mediante ellenguaje8 y las expresiones prácticas de la experienciahumana (desde el mito hasta la intelecci6n abstracta más sutil).

El historicismo antropol6gico de Vico, categorizado con su concepto de <<filología», des­pliega la noci6n de que puede haber una ciencia de la mente humana que es la historia de sudesarrollo. En esacontribuci6n viquianaen la queacerca las ciencias humanas asu fundamentoprogramático, según el cual el hombre puede entenderse a sí mismo porque entiende en elprocesosupasado9, nosólamentese reconoce queel hombrehaga la historia, sinoqueel «génerohumano» (como un hombre, un pueblo, una naci6n o incluso todo el género) es reconocidocomo tal por Vico en cuantoautorde la historia. Se entiende entonces que con ese compromisomoderno con elfare humano, Vico no opte porasumir la perspectiva (que sin embargo tambiénes, en otra dimensión, moderna) optimista yprogresista mantenedorade la idea de un progresosostenido e indefmido como raz6n rectora de la historia y según el cual cada cultura ycivilización es sólo el logro hacia otra superior. En su proceso «autoral» histórico, los pueblos,las civilizaciones, surgen, progresan, se estabilizan, decaen y vuelven a comenzar desde la«barbarie» retomando las cosas humanas por la misma fuerza activa y operante del hacer. Esamisma fuerza actuante que genera los progresos, también contribuye a las decadencias(justamente por pérdida de actuación, de praxicidad -desintegraci6n de «sensus communis»,desinterés civil, egoísmo solipsista, ociosidad del lujo, «barbarie de la reflexión», etc.-).

Asumir, como hace Vico, la condición originaria en el «uomo bestione» en vez deprincipiarla en el «uomo sapiente», y comprender que cualquier humanidad sale del «statoferino», es otra apuesta te6rico-hist6rica por elfare que tiene su vertiente práxico-teórica deextrema modernidad: sólo se mantiene verdaderamente lo que se hace con constancia. Ante elpresuroso ingenuismo racional-iusnaturalista, podríaviquianizarse el lema napole6nico de quea veces resulta urgente esperar. Las academias surgieron de las plazas de mercado, éstas lohicieron de los poblados de chozas, y éstos a su vez de las selvas, viene a decir Vico en unsignificativo parágrafo de la Scienza nuova. Toda civilización ha partido de la barbarie naturaly, en definitiva, se erige contra esa «naturaleza» oscura y feroz, que Vico define como una granselva que la humanidad s610 consigue con esfuerzo desbrozar y vencer. PerO Vico, que comohemos dicho piensa EN historia más que pensar LA historia, esgrime como concepto de «na­turaleza» humana la originalidad constante, la génesis procesual, el «nacimiento»: conviertehumanizado el término «natura» con el de «nascimento». Idea en la que la «natura» humanacomo histórico «hacerse» del hombre no elimina para siempre del todo ese elemento oscuro ybárbaro que nunca se pierde definitivamente.

De la triple perspectiva con la que Vico enfoca la «barbarie)) (que ya fuera analizado en unanteriorestudionuestrolO),resulta interesantedestacaral casoargumentativo laquesintéticamenteresulta mássustancialen la metodología de la Scienza Nuova: es decir, entender «barbarie)) comoprincipio de significación de que la naturaleza humana es históricamente cambiante, que lanaturalezadel hombreviquiano -en palabrasdePiovani ycon ecosorteguianos- «noesnatura sino

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que es storia», y que ni siquiera en su estado más desarrollado puede mantenerse confiadamentesin trabajo, sin esfuerzo, posibilitada tanto a progresar cuanto a decaer. La natura, la se/va, quees metafóricamente la «barbarie», significa el origen (laingens sylva es el origen), «una selva quepuede serdominada», pero que nunca se erradicacompletamente, permaneciendo su posibilidaden toda civilidadconseguida, como bien interpretaPaci. Ypor tanto, comocorrectamenteexpresatambién Piovani, que en la historia para Vico la «barbarie» es la categoría histórica que marca laconstanteposibilidadhistórica; porqueparaelautorde laCienciaNueva,asumiendofilosóficamentela real finitud (<<gli uomini essendo in tempo»), toda civilización es conquista con trabajo pero asu vez mantenimiento con esfuerzo y no un ideal eterno sostenido por sí solo. Antes bien, es algoque en un procesoconstantedecambio hay que conquistar yse puedeconseguirconel hacer, peroque con el mismo hacer hay que mantener. l1

Se entiende que para Vico la naturaleza histórica implique y asuma igualmente comocategoría propia la «decadencia» además del «progreso», como también la constancia denuevos comienzos y desarrollos. La «barbarie», pues, no sólo es condición originaria históricaasumible al punto de partida de un progreso lineal indefinido, sino que es principalmentecondición que hace de cada momento humano algo fundamental y original. Esa condición«oscura» es un estado siempre permanente, un abismo bajo los pies de los hombres sobre el queéstos proceden civilmente pero siempre en peligro. No es «condición originaria» sino «másbien acechanza que estábajo cada sociedad histórica como incumbente precipicio al que puedehundirse si los mínimosciviles no fueran respetados» (Piovani). En estesentido,el conocimientohistórico (vero1atto) se extiende en la dimensión práctica del hacer-conocer (fatto-vero) comoperspectiva racio-vital ante el acecho que, en palabras del propio Vico, como ruina del sersocio-civil comunal humano más completo que son las «naciones», no sólo es posible sino quese llega a ella con la «corrupción» de los Estados y de las filosofías, máximos exponentys demadurez de la mente de un pueblo, y, por igual, surgida «la falsa elocuencia», con el«marchitarse» estospueblos en el malestar civil. De modo que, dice Vico, tal como se han hechociudades de las selvas llegan a hacerse «selvas de las ciudades y de las selvas, cubiles dehombres». Ruina que se refleja primero en el espíritu humano y en el desmoronamiento civil,ético y político, en la desintegración social; ruina que, según leemos en la Scienza Nuova, serefleja primeramente en la mayor soledad espiritual de los hombres (<<come bestie immani inuna somma solitudine d'animi e di voleri»), es decir, en la desligación y fragmentación de lamente que los une. Reflejo en hombres que, aunque refinados, sean en sus espíritus «comobestias crueles»; «pueblos, como bestias», como «fieras desmesuradas con la barbarie de lareflexión», pueden llegar a serlo aún los más civilizados. Una barbarie reflexiva «distinta dela barbarie del sentido» y más desmesurada y extrema que aquella originaria, de cuya «fierezagenerosa» era posible guardarse, mientras que la «malicia reflexiva» cubre todos los ordenesde la vida humana disolviéndolos.1z

Por eso, como indica acertadamente Berlin, Vico no cree en las sociedades perfectas, ni enlas épocas ideales, ni se prestaa idealizarlas, ni a suponer un valor absoluto para la propiaépoca.Por eso Vico diluye prácticamente en la responsabilidad del «hacer» humano cualquierpretendida suposición de que la modernidad hubiera de conducir a un mundo más feliz y másseguro como una conquista definitiva que borrase cualquier precario estado anterior.

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Del mismo modo problemático con que (reconociendo el valor de la pluralidad) desecha eleblocentrismo cultural o la fe en el progreso rectilíneo e indefinido (optimismo al que se oponeuna concepción evolutiva del mundo histórico y su teoría recursiva de la historia -conjugandoprogreso y decadencia-; y optimismo frente al cual afirma el valor intrínseco y propio de cadaépoca), puede apreciarse también en Vico, por tanto, la crítica de los métodos de investigaciónque se presentan afianzados en la creencia de que el conocimiento sea una red estática deverdades eternas, universales y claras, esto es, de una «mathesis universalis» cartesiana; ycrítica de la asunción de valores extratemporales y absolutos que pretenden dar coherencia ylegitimación ala «armonía»de un sistemaético ysocialglobalizadoque trasciendea los propioshombres!3. A tenor de ello, como hemos apuntado, Vico se presenta crítico de proyeccionessociales ahistóricas, de la noción de una naturaleza humana inmutable, de la filosofía políticageometrizada y abstracta ajena a la práctica humana y a la experiencia individual, de lateorización social ajena al sensus communis y a la «prudencia», y crítico del naturalismo,mecanicismo y materialismo que ahogan la vida del «espíritu» (viquianamente: humanidad).!4«Crítica» que él sustenta, asumiendosus propios preceptos metodológicos, sobrela basede unalaboriosa «tópica»; es decir, de una permanente tarea de descubrimiento e indagación del valorde lo histórico, de la realidad del certum.

Desde la revisión viquiana que venimos planteando, mediante la cual se filtra la modernidadretomando a Vico, es posible percibir que la perspectiva moderna de Vico emergente de suconciencia histórica no problematiza tanto lo «nuevo» con lo «antiguo» cuanto, en cambio, lo«nuevo»con lotambién <<nuevo» (como la«nuevaciencia»deGalileo, Vicollama también «nueva»a su «ciencia»).El modelo racionalistacartesianono resulta válidoparael ámbito másreal: el de seren el mundo, las dimensiones de la historia, de la política, del.añe, de la vida social, del lenguaje yla comunicación, etc. Estereino esdé la inventio (descub~iento, facultad de invención, acción deencontrar) más que de iudicio (juicio, con reflexión). Sin creaciones, sin ingenio, sin invención desoluciones, sin una «t6pica» ingenierae imaginativa, nopodría siquiera hablarse de «crítica» ni delógica, ni de «método» (v.g. geométrico). Para Vico no tiene sentido hablar de una razón lógica yabstracta, natural, cuando la razón es algo que se desarrolla con la vida, con las costumbres y conel lenguaje; cuando la razón es algo que se realiza en la praxis humana.

No resulta necesario remitir constantemente a la Scienza nuova (1725, 1744) para revisareste legado viquiano. Yaen su citadoDe nostri temporis studiorum ratione (1708) se alegaquelos asuntos del mundo civil, político y moral no admiten su explicación por una ley universal(ideal de la ciencia moderna), sino que son susceptibles de la prudencia, de la sabidurlapráctica. Frente a los sabios (<<sapientes»), los «docti vero imprudentes» educados en la críticay arropados entre verdades universales, rompen el camino de la experiencia práctica y deldevenir de lo particular (Los instruidos no sabios, dice Vico, doctos arriesgados, «quedescienden desde lo verdadero general hasta lo particular, rompen las contingencias de la vida»-De nostri, VII-). Conciertaconsonancia,en la ScienzaNuova, a la «boriadei dotti» contraponeVico el «senso comune» y la sabiduría vulgar o poética de todos los pueblos.

Se entiende justamente, que un carácter que también define a la modernidad (de «uominiilluminati dalla ragion naturale tutta spiegata» -SN, 394-), ejemplificada tanto en «filólogos»cuanto en «filósofos» a los que Vico critica, es esa docta imprudencia, que en ingenuidad ra-

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cionalista equivaldría también a docta ignorancia. El problema claustrofóbico de la razóncartesiana afecta a todos los niveles del conocimiento humano, tanto práctico como teórico;afecta alorden del mundo vital yalde laciencia. Poreso la«crisis»,parafraseandoa Paul Hazard,lo es ya originariamente de la conciencia moderna. A nivel metodológico y pedagógico (DenosmJ, «el método de estudios» de matriz cartesiana denota el carácter de los físicospresocráticos, encerrados en la conciencia del mundo físico y natural (<<hoy en día hemosretrocedido nuevamente al punto de los antiguos filósofos de la naturaleza», dice Vico). A nivelcientífico, los filósofos se empeñan en el conocimiento del mundo natural, ignorando elconocimiento más propio que es el del «mondo civile» (así se lee nada más abrirlaSN, 2 y 331).Filosofía crítica, ciencia cartesiana, se encuentran según el napolitano separadas de laprudencia; el divorcio del método científico (geométrico) y la práctica de la prudenciapregonado en el De Nostri, tiene parangón con el de las ciencias de la naturaleza y las cienciashumanas en la Scienza nuovaY

3. Filosofía del hombre.- El problema que genéticamente plantea Vico frente a la moder­nidad cartesiana, y por extensión crítica-práctica también a la razón ilustrada, puede planteraseque coincide con elproblema genético de la crisis de la racionalidad en la misma modernidad,que parece llegar hasta nosotros, por consunción, en crisis de la razón; aspectos que se en­cuentran destacados en esa «vanidad» (boria) que sustenta!ba parte de la condición modernainterceptadaporVico. Comoun «ricorso» de carizorteguiano, desde el ordenamiento científicode la conciencia racionalista moderna es imposible según Vico descubrir, reflexionar, conocery resolver los asuntos humanos (a pesar incluso de que en su último libro, cap. III «Descrizionedel mondo antico e moderno delle nazioni osservata conforme al disegno de' princlpi di questascienza», Vico reconoce cómo epocalmente en su tiempo «hoy parece haberse difundido portodas las naciones una completa humanidad»16). Asuntos por los cuales esa conciencia hadevenido, y asuntos (particularidades diferenciadas, experiencias socio-culturales) entre loscualescontinúan los hombres desarrollando sus vidas: el alejamientodel conocimiento humanodel mundo de la vida, del orden histórico, social y cultural, que lo es por tanto del orden de larazón en movimiento y del hombre como ser que vive en el mundo, que crea, actúa y secomunica, que comprende y no sólo que explica. Esta interpelación viquiana nos resultasumamente familiar hoy, cuando se experiencia que la estructura racional del orden centrali­zado en un absoluto armónico dador de significado y unificador se resquebraja, ante laemergencia de lo particular y distinto; y nos resulta familiar hoy en las actuales discusionesprincipalmente filosóficas y epistemológicas entre modernos, postmodernos y mediadores.

En cierto modo heredado pero a la vez innovado, frente al modelo de racionalidadtardocartesiana con sil raíz en la metafísica de la subjetividad, continuada por el idealismoalemán, el impulso de la filosofía viquiana recursivamente ha asumido también -como reco­nocen Garin, Vasoli, Mooney, Costa, Grassi, et al.- la herencia humanista de la tradiciónrenacentista (el valor del sensus communis, la prudentia, la phrónesis, la praxis, ellenguáje,ete.) y la conciencia del valor de un conocimiento no desligado de la naturaleza histórica de lascosas humanas yde laactividad social. Elgiro viquiano «moderno» sedesplaza hacia la comunidady la filosofía de la humanidad, considerando a las comunidades, los pueblos y las naciones como

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verdaderos individuos significativos, como sujetos y objetos de la historia y como ámbito deconocimiento.CiertamenteVicopodríaserincluidoenlalineadelhistoricismoproblemáticoycrítico(Dilthey,Meinecke),claramentedistanciadodel historicismoabsoluto -decorte hegeliano-; másaún,resultaconsiderableadmitirque Vicoestáal origen del historicismo críticocontemporáneo (comoha delineado principalmente F. Tessitore y mostrado G. Cacciatore y G. Cantillol '). Siendo, ésta,la vía a través de la cual cabría entender particuIarmente la desembocadura contemporánea de lafilosofía viquiana: la «crítica de la razón histórica».

La diferenciación y división entre «ciencias humanas» y «ciencias naturales» que seextiende en la realización de pensadores desde Herder a Dilthey, Weber e incluso Gadamer,tiene su apertura en Vico. Fue Dilthey quien considerara la Scienza Nuova como «uno de lostriunfos más grandes del pensamientomoderno» (Vida de Schleiermacher). Delaconvergenciade ambos historicismos, viquiano y diltheyano, cabe sefialar además de las premisas delconocidodebate entreNaturwissenschaften yGeisteswissenschaften, el valorde distintos tiposde conocimientos: en concreto la emergencia del status epistemológico del mundo históricosocial yhumano frente al mundo físico natural, ydel conocimiento filosófico históricoque Vicoprima como unafilosofía del hombre. Su instauración de la «filosofía de la historia» comohistorización del filosofar, resulta tan paradigmática que, como dijera Piovani, después de élla metafísica no puede sobrevivir excepto como «metafísica de la humanidad», «como unafilosofía de la mente humana en su desarrollo». Vico parece estar pues en la dirección no tantode la filosofía del espíritu y del historicismo absoluto (como lo encauzara Croce) sino en ladirección de la filosofía del hombre: o sea, la fundación de las ciencias del espíritu comocienciashumanasehistóricas (aldecirdeTessitore). Su mismoproyecto,abiertoposteriormentepor los giros filosóficos y hermenéuticos en las ciencias sociales, antropológicas e históricas,apunta a la demarcación de una <<filosofía sin naturaleza» (piovani), una filosofía como«humanología», que tiene como base el descubrimiento de la centralidad de la acción humanaindividual yel reconocimientode que la historia del hombre no tiene fines más allá de símisma.El hombre conoce lo que hace, y puede conocer verdaderamente su propio mundo; pero másaún, lo que el hombre es lo sabe a través de la historia, donde él mismo también se hace: laposibilidad de una ciencia humana reside en el hecho de que el hombre es un ser histórico.Tomando palabrasdeEnzoPaci: «En Vico hallamos anticipadamenteaquella críticade la razónhistórica que fue el ideal de Dilthey, y la hallamos en Vico de la única forma en la cual esposible, en una filosofía que no es ni una ciencia de la naturaleza ni una ciencia del espíritu, encuanto es ambas juntas, esto es, unafilosofia del hombre».18 .

DesdeestaperspectivaVicoenfrentaal orden ideal lógico inamovibleyabsolutista la fuerzade la experienciade loconcreto, laexperiencia histórica; yal modelode «mathesis universalis»,de racionalidad abstracta globalizante de toda la realidad humana, con un buen exponente enla Ilustración, opone la historicidad de la estructura social, de la creación de cultura, de laexperiencia histórica individual; de aquello que los hombres sienten, piensan y hacen y de porqué y cómo lo hacen en el devenir histórico: en definitiva, de cómo hacen su propio mundo. Elmodelo que propone Vico entonces es ya el de la creación y expresión de las experienciashumanas y la comprensión de éstas. Ahí se integran, por ejemplo, su ailustrada doctrina de laimaginación como la modificación de la mente humana que crea todo cuanto llamamos

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civilización y cultura, y también su revolucionaria concepción del mito, entendido comoexpresión histórico-práctica de la experiencia humana, tan revalorizada en nuestros días a partirde CassirerI9

); o su aportación metodológica histórica de la lengua como un hecho filológicoque contiene de manera objetiva la historia y la civilización de un pueblo, guardando en susimágenes (como dice Paci) la solución que aquellos quienes la hablan han dado de la relaciónentre naturaleza y espíritu (<<Insomma, non essendo altro l'uomo, propiamente, che mente,corpo e favella essendo come posta in mezzo alla mente ed al corpo» -SN, 1045-).

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4. Inquietud viquiana.- En el mundo no hay más sentido ni razón que lo que los hombresrealicen en él, dice Horkheimer en Los comienzos de lafilosofía burguesa de la historia: «Silo importante es descubrir en la historia legalidades cuyo conocimiento pueda servir deconocimiento para la realización de ese sentido y de esa razón, en ese caso, Vico, ese tempranofilósofo de la historia e intérprete de su sentido, ha sido una mente que ha abierto brecha». Laconcepción mítica de la civilización y la cultura, o la tesis de que las civilizaciones estáncondicionadas por sus mitos, mediante los que puede comprenderse sus condiciones moralesy sociales determinadas por ellos (interpretar los mitos históricamente es la propuesta viquiana),que tanto reclamara la atención de Horkheimer -quien considera a Vico «el primer filósofo realde la historia de la edad moderna»-2o, es también un rasgo inspirador romántico, y un claroejemplo de «apertura» postcursora.

También Horkheimer, que valora la oposición viquiana al cartesianismo y su críticaanticipada de la Ilustración, critica ciertos aspectos filosóficos de ésta, entre ellos, como Vico,el modelo matemático de comprensión humana, la oposición absoluta entre sujeto y opjeto-entre conocedor y conocido- y la concepción de la verdad como estática, inmutable ytranshistórica21 . Para una mejor comprensión de la Ilustración resulta eficaz la aplicación deldescubrimiento viquiano del «verdadero Homero» y la teoría del mito (interpretación social),que sirven para explicar los orígenes mismos de la sociedad ilustrada en el mito (pre-social)-el racionalismo es un mito del hombre que desea sobrevivir en una naturaleza hostil, «elracionalismo se convierte en mitología» (Dialéctica de la Ilustración)-; además, el ataque alcartesianismo y la fuerza epistemológica del criterio hacer-conocer en la historia, trasciendenlas limitaciones de la interpretación ilustrada y anticipan, según el frankfurtiano, la visiónmarxista de la ideología. Autores como Horkheimer, Collingwood o Berlin han llegado aadvertir en las innovaciones que aporta Vico desde la modernidad, una nueva concepción máscrítica y desmitificada de la misma Ilustración. La revaluación de la actividad imaginativa y dela operatividad inventiva también se encuentra como una contribución romántica y de críticaa la Ilustración, aunque es la perspectiva viquiana la que ha sido revalorizada como base de unmodelo de «filosofía de la imaginación» (p.e. D.P. Verene) o de un «pensamiento ingenioso»(p.e. E. Grassi)22.

También otras posiciones antagónicas del propio Vico propician su inclusión en importan­tes debates contemporáneos. Ya Croce, considerando que Vico «inventó la ciencia de laEstética» (Estética), introdujo en la discusión sobre la estética moderna las temáticas viquianas

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de la sabiduría poética. el mito y la metáfora. Vico se filtra también en el debate actual mismosobre hermenéutica (Betti. Gadamer. Habermas. Apel•...)23, del mismo modo que tambiénrelevantes teóricosdelpensamientosocialcontemporáneoydelashumanidadessonpolinizadoresde ideas viquianas que son arrastradas en el debate contemporáneo. reconociéndose porejemplo (J. Habermas) la polémica de Vico contra la filosofía social de su tiempo. eincidiéndose (R. Berstein) en que cualquier teoría sociol6gica que se pretenda adecuada nopuede dejar de enfrentarse con el problema de la racionalidad.

No está de más recordar c6mo Bemstein ha apuntado que una «nueva conversación»emerge entre los filósofos hoy día. resultando de este diálogo los comienzos de «una nuevacomprensión de la racionalidad» con importantísimas extensiones para la vida teorética ypráctica. Según Berstein. con evidentes resonancias viquianas. necesitamos exorcizar la«inquietud cartesiana» (<<cartesian anxiety») y liberamos de su atracción, eliminar la ansiedadque genera. Instrumentos de la SN como el sensus communis o la fantasía parecen relevantes.al menos como nociones. para enhebrar un diálogo entre hermenéutica y teoría política.permitiendoporejemplo -en pretensión bemsteiniana- una mediación dialógica entreGadamery Habermas.24

¿En qué ámbitos. si no se ignoran las contradicciones de la razón ilustrada y la crisis del"discurso centralizador y totalizante. tiene actualmente resonancia Vico y cuales aspectosreflejan la validez contemporánea de sus ideas? Considerando «la emergencia de la filosofíapostmodema» rompiente con el paradigma racionalista. Giorgio Tagliacozzo entiende que «laatm6sfera filosófica contemporánea 'es muy favorable a la apreciación del pensamiento deVico». con temas comuneslS

• En buena parte de las asunciones y reactualizaciones del pen­samiento de Vico. especialmente desde la tendencia int,etí>retativa angloamericana. se leprefigura como un paramoderno; és decir. un pensador que aportaba tanta novedad proble­mática ydiferenciaci6n de conocimiento. yrealizaba tál giro filosófico en su propia época quese presume ese pensamiento perteneciente al porvenir. o sea a nuestros días. donde elviquianismo se presupone una visión aperturista efectivamente contributiva a la comprensiónde la contemporaneidad. argumentándose cómo la cultura moderna puede volver a pensarse asímisma viquianamente. Esta tendenciaaencauzar las ideas de Vicoen una líneapostmodema.que puedeapreciarseen IosNew VicoStudies deNueva York. vieneabonada por los empellonesquehasufridola filosofía analíticaamericanayla vitalizaei6ndeldenominado«neopragmatismo»(a partir de Peirce. James o Dewey). fundamentalmente con Rorty. que ha propiciado ladiscusi6n de planteamientos viquianos. con frecuentes invocaciones a la tradición ret6rica entomo a la discusi6n misma de la filosofía ya la propia condición del filosofarU. Vico puede sertomado como el elemento articulador de las ciencias sociales y las humanidades. e incluso.como ha propuesto Stephen Toulmin. es posible hallar en él el modelo de interpretación quepuede intentar. desde la moderna hermenenéutica. superar la dicotomía decimonónica entreciencias humanas yciencias naturales (encuanto también humanas). Esta visión «actualizante»de Vico. contrasta -y a la vez se complementa. no se falsa- con el rigor historiográfico y«filológico» con que el napolitano Centro di Studi Vichiani sigue la directriz programática quemarcara su fundador Pietro Piovani a principios de los años setenta. En la línea italiana. 'larecepci6n viquiana en prestigiosos fil6sofos e historiadores. v.g. E. Paci. F. Tessitore. P. Rossi.

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N. Badaloni, E. Garin, C. Vasoli, G. Giarrizzo, G. Cacciatore, entre otros muchos, potencia elrastreo minucioso de la modernidad de Vico en la constitución y desarrollo de la Modernidad.Con ello se contribuye a la comprensión de la contemporaneidad desde el conocimiento delpasado y las etapas históricas (una aplicación del propio esquema viquiano). Una directriz, portanto, historizanle. Diversas tendencias que enriquecen el debate en tomo a Vico, generandouna mayor aportación en la comprensión de otros elementos que forman parte del marco generalde discusión filosófica en la actualidad. Y que tienen también su recepción en notables autoresgermanos, como p.e. S. Otto, E. Kessler, H. Viechtbauer, F. Fellmann o E. Grassi, además delos ya referidos. También es destacable, en el ámbito hispano, la línea investigante que vienemarcando el viquianismo, en autores como J.M. Bermudo, J.A. Marín, E. Hidalgo-Serna Yotrosmuchos notables colaboradores hispanos de los Cuadernos sobre Vico.27 Como hemos apun­tado, es innegable que gran parte del interés que el pensamiento viquiano -y también la propiaactitud de Vico- registra en nuestros días se debe a los propios despliegues -antes querepliegues- que el filosofar desarrolla vuelto a su propia relación -crítica- con la razón, y se debetambién al «viquiano» signo de un tiempo que mira sin recelo hacia «lo verosímil».

Recientemente, L. Veljak28 ha examinado críticamente la validez acerca de la modernidady actualidad de la filosofía viquiana, recabando tres aspectos de esta actualidad: 1) Respectode la teoría y praxis filosófica: la entrada viquiana en la discusión sobre lo moderno y lopostrnoderno no tendría una posición estrictamente definida, al situarse en «el contexto de lamás profunda controversia de la filosofía contemporánea» -aunque no nueva- que se plasma enel dilema entre la actividad filosófica y el servicio que la filosofía ofrece a la verdad, cuyo finno estaría en el puro saber, sino en el mejoramiento de las condiciones que garantizarían eldesarrollo óptimo del género human029

• 2) Respecto de la filosofía de la historia: la concepción«pesimista» viquiana de la historia [que tan bien definiera J. Ferrater en sus Cuatro visionessobre la historia universal] resulta igualmente actual, como crítica del exagerado optimismoprogresista moderno (desde R. Nisbet hasta I. Berlin, se coincide en que la teoría viquiana delmovimiento histórico es incompatible con la concepción ilustrada del Progreso). 3) Respectode la dimensión ontológica: la tesis del verumlactum introduce una nueva posibilidad en larelación entre la productividad y el dato de hecho y el moderno punto de vista tcórico­cognoscitivo de la verdad con una fundamental dimensión ontológica. La concepción viquianade la verdad tiende «hacia aquellas concepciones histórico-ontológicas de la verdad que vienensostenidas en la filosofía moderna en un modo por Heidegger y en otro por Bloch»30.

Consideremos también que el desplazamiento viquiano de la filosofía hacia el lenguajepropicia su recuperación en los debates desde la heideggeriana «cuestión del lenguaje» comocondición de la existencia y del «giro lingüístico del pensamiento». El programa filológico­filosófico viquiano tiene un reflejocontemporáneoen las actitudes filosóficas antilogocentristas.31

El anticartesianismo de Vico, tanto como su tradición humanista-renacentista, permitenapreciar, como señala Hayden White, que existe hoy un modo de explicación y una teoría dela transformación de la razón «que vuelve hacia Vico».32

Pero también, desde otra perspectiva de asunción retórica más humanista que lingüística,Ernesto Grassi ha puesto en circulación una reactualización del humanismo retórico, que tieneen Vico su mayor epígono y se afianza en la aportación de elementos viquianos tales como el

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valor de la tópica sensible, la historicidad del lenguaje, la defensa de la poesía, el primado dela fantasía ydel ingenio y la defensa de la metáfora, es decir, la revalorización del pensamientometafórico y del filosofar ingenioso; de la metafísica de la historicidad de la palabra frente ala metafísica abstracta y racionalista del ente, que viene incluso a replantear a Heidegger en lalínea del «humanismo» (retórico) en contra de la propia y -en mostración grassiana- equívocapercepción del humanismo que éste (Carta sobre el Humanismo) entendiera como «metafí­sica».33 El papel central del lenguaje en la formación de la racionalidad y la moralidad del serhumano, y la conexión de pensamiento, lenguaje y realidad (ideas-cosas-palabras) es unaspecto fundamental en laciencia de Vico que tiene una vitalidad actual en la moderna relación(viquianamente principial) de la filosofía con el lenguaje. Las claves de pensamiento ylenguaje, de sentido común, de formas cambiantes de la razón, se articulan en la poética y enla retórica (como relación de hacer-expresar-verdad): la poética acepta la realidad cambiantecomocreadora; la retórica, comoapunta Jacobi lti, en vez de aceptarque el mundo tiene un logosque hay que descubrir, sostiene que los hombres hacen su propio orden de cosas, mediante ellenguaje.34 La serpentina clave del lenguaje en la interpretación filosófica influye así enposiciones retórico-humanistas, cuanto hermenéuticas ontológicas y también de teoría de lainterpretación, a la vez que dibuja postcursivamente una línea de continuación pre- y post­heideggeriana del enfoque, subterráneo a la Ilustración.

Seflalemos por último, que en cuanto a los aspectos esenciales a través de los cuales sereactualiza la crítica histórica de la Ilustración y se aportan criterios al balance de pérdidas yganacias de su herencia, podría suscribirse que Vico, como ha mostrado empeñadamente Berlin,seoponea tópicos ilustrados, tales comola naturaleza humana inmutable, laabsolutez de la razón,el Progreso necesario e indefinido, el modelo estático de conocimiento, el sistema de valoresuniversales idealizados, el monismo cultural, etc. La razón del mito frente al mito de la razón esun acertado tropo de J.A. Marin para referirlo escuetamente, aunque ésta resulte una ubicaciónexcesivamente romántica3S

• En el caso concreto de Berlin, el pluralismo cultural y el relativismomoral, la tolerancia y el respeto a las minorías, han centrado un aspecto nuclear de su atenciónhacia la visión cultural e histórica de Vico, que se extiende a otros aspectos de interés como suteoría del conocimiento (ligada con la noción alemana de Verstehen, como un modo de cono­cimientoautónomo, particularypropio,decomprensión imaginativa) yel interpretaraVicocomobaluarte de un pensamiento contracorriente (que se extiende por Herder hasta Schelling y DeMaistre). Elementos todos que pueden considerarse con fuerza revulsivamente contributivos enla crítica actual, yque Berlin ha propiciado principalmente desde su excelenté estudio sobre Vicoy Herder y sus trabajos editados en Contra la corriente yElfuste torcido de la humanidalP'. Laactitud receptora que mantiene Berlin por lo que él denomina la tradición de la «Contra­ilustración» (y su interés no sólo por Vico o Herder, aunque sí principalmente, sino también poropositores reaccionarios como Burke, Maistreo Bonald) enfocaotro modo distinto derevalorizarcríticamente los aspectos positivos de la Ilustración, como puede resumirse en su respuesta aJahanbeg1oo: «me interesan más los críticos que los defensores de aquello en 10 que creo»37.

En tales sentidos y en otros además de los hasta aquí mostrados, parece oportunamenteobligada lacontinuación de la revisión historiográfica viquiana, pero también el repensamientofilosófico de la actitud de Vico en la modernidad y de su aportación configurante y distintiva

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en ésta, con objeto de llegar a comprender su vitalidad histórica y así -además de con«constancia» por «coherencia», que dijera Vico- comprender con un sentido únivoco más queanálogo la recepción de ideas viquianas en la actualidad y que este hecho no es simplementela búsqueda genealógica de antepasados más o menos parecidos que cada época se hace en laspretéritas.

NOTAS

* (AlglUlas ideas flUldamentales aquí tratadas o desarrolladas han sido planteadas sintéticamentetambién en nuestro escrito intitulado «De la crisis de la racionalidad a la racionalidad de la crisis.»,Daimon. Revista de Filosofía, Murcia, 1993, n. 7, pp. 41-60).

1. M. BatailIon, Erasmo y el erasmismo, Ed. Crítica, Barcelona, 1983 (2 ed.), pp. 14-15.2. Recordatorio de Paulino Garagorri, a propósito del relativismo, confrontable en su Introducción a

Ortega, Alianza Ed., Madrid, 1970, p. 216 n. 15. (Vid. pág. 205 sobre el «recurso»).3. He utilizado en otros escritos la expresión «bifurcada», con lUla carga imaginativa borgeana, para

referir los distintos y variados caminos en los que la modernidad se abre -que a veces se cruzan, otras seseparan y alglUlas se superponen- manejando unos presupuestos de <<novedad» comunes. Posteriormente,he hallado la expresión referida por Anthony Gidden (Consecuencias de la modernidad, trad. cast.,Alianza, Madrid, 1993) en un sentido más histórico-sociológico. Por eso matizo ya el términoentrecomilIadamente, para mayor abundancia metafórica.

4. G. Cacciatore, Storicismo problematico e metodo critico, Guida Ed., Napoli, 1993. Pág. 177. Cfr.pág. 37. Vico persigue el mismo fin que Dilthey.

5. Apréciese p.e. que, razonablemente, Eugenio Carin incardina la ScienzaNuova de Vico dentro delcontexto cultural en relación con la Ilustración (E. C., «Vico and the Heritage of Renaissance Thought»,en C. Tagliacozzo Ed., Vico: Past and Present, Humanities Press, Atlantic Highlands N.J., 1981; 1, pp.99-116), Y Custavo Costa apunta que el pensamiento viquiano «debe ser considerado como la másimportante contribución de Italia a la filosofía de la Ilustración» (C.C., «The Desert and the Rock: C.B.Vico New Science vís-a-vís Eigthteenth Century European Culture», Quaderni di Italianistica, 1985,6,pp. 10-110; p. 106).

6. Cfr. Jose M. Sevilla, G. Vico: metafísica de la mente e historicismo antropológico, Publicacionesde la Universidad de Sevilla, 1988.

7. Cfr. p.e. el planteamiento de Anthony Giddens, Consecuencias de la Modernidad, Alianza Uni­versidad, Madrid, 1993; p. 23.

8. Cfr. Edmund Jacobiui, «Political Thought and Rhetoric in Vico», New Vico Studies, IV, 1986, pp.73-88. Vico no acepta la primordialidad del pensamiento sobreel lenguaje (afirma -como Heideggerhabráde girar ontológicamente en nuestra época- que el lenguaje «crea» la realidad: la primacía del lenguajea la base del pensamiento). Contrariamente, profundiza en la preeminencia del lenguaje sobre elpensamiento.

9. Cfr. J.M. Sevilla, op. cit, espec. Parte SeglUlda, 1.5; y vid. Id., «Universales poéticos, fantasía yracionalidaID>, Cuadernos sobre Vico, 3, 1993, pp. 67-113, p. 75. Cfr. 1. Berlin, «Vico y su concepto delconocimiento», en Contra la Corriente, FCE, México, 1983, p. 180.

10. Vid. la triple perspectiva: filológica, filosófica y sintéticaen mi G. Vico: metafísica de la mente...,di, último cap. pp. 446-474, especialmente pp. 461-470.

11. Cfr. E. Paci, «Barbarie e civilta in C.B. Vico», en AA.VV., Aui del convegno internazionale sultema: CAMPANEUA E VICO, Acc. Naz. dei Lincei, Roma, CCCLXVI, 1969, n. 126, pp. 357-362.También, Id.,Ingens Sylva. Saggio sullafilosofia di G.B. Vico, Mondadori, Milano, 1949. Cfr. P. Piovani,

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«Vicoelafilosofiasenzanatura».enAA.VV.• Attidelconvegrwinlernazionalesultema:CAMPANEUAE VICO. cit., pp. 247-268. Cfr. J. Ortega y Oasset, Historia como sistema. VID «<el hombre rw tienenaturaleza. sino que tiene... historia. [...] Tampoco el hombre tiene otra naturaleza que lo que ha hecho»-O.C.• VI, p. 41-).

12. Vid. SN, 1102. 1106 Y1108. Cfr. tambiénSN, 239 y 241-245.1101-1111.13. Desde la perspectiva de Vico, el pensamiento moral debe incluir factores propios a la vida humana,

como el valorde lo particular, las circunstancias, el sentimiento, las costumbres, la tradición, etc.; elementosque suelen chocar contra esa utópica armonización y que Vico considera desde la realidad de lo particular.

14. Cfr. además de mi estudio citado en la Nota 6, mis trabajos: «La radicalidad de las ideas deprovidencia y progreso en la historia» (en Radicalidad y Episteme, ORP, Raigal n. 1, Sevilla, 1991, pp.39-106), «Universales poéticos. fantasía y racionalidad» (Cuaderrws sobre Vico, 3, 1993), Y «El con­cepto filosófico de lahistoriaen lamodernidad» (en Filosofia de la historia, EnciclopedialberoAmericanade Filosofía, Ed. Trotla, vol. 5, Madrid. 1993, pp. 65-84).

15. Cfr. el reciente trabajo de Alberto Damiani, «Teoría y praxis en De rwstri temporis studiorumratione», Cuaderrws sobre Vico. 3, 1993, pp. 53-66.

16. SN, 1089. Vico refiere algunos ejemplos ordenando estas naciones dentro de un esquemaclimático (recuérdese la importancia del clima para Montesquieu): «el frío septentrión», «la zonatemplada... empezando por el más lejano Oriente»; refiere el Nuevo Mundo, pero sobre todo prestaatención a Europa, donde «hay grandes monarquías humanísimas en sus costumbres». «In questa partedel mondo sola, perché coltiva scienze, di piu sono gran numero di repubbliche popolari che non siosservano affatto nell' altre» (SN. 1092). Ma dappertutto 1'Europa cristiana sfolgora di tanta umanitil, chevi si abbonda di tutti i beni che possano felicitare l'umana vita. non meno per gli agi del corpo che per glipiaceri cosi della mente come dell' animo» (SN, 1094).

17. Fulvio Tessitore, «Il Vico di Meinecke e la metodologia delle epoche storiche» (en AA.VV.•Omaggioa Vico. Morano. Napoli, 1968, pp. 587-693); Id., «Vico tr~due storicismi» (en Dimensioni dellostoricismo. Napoli, 1971, pp. 11-31); Id., «Vico, Dilthey, Croce,Meineckee lametodologiadelle epochestoriche» (en Storicismo epensieropolitico, Milano-Napoli, 1974. pp. 139-184). Cfr. OiuseppeCacciatorey Oiuseppe Cantillo, «Materiali su Vico in Oermania», Bollettirw del Centro di Studi Vichiani, XI, 1981,pp. 5-32. O. Cacciatore, «Vico e Dilthey», Bollettirw del Centro diStudi Vichiani. IX. 1979. pp. 5-34. Cfr.especialmente de O. Cacciatore su Storicismo problematico e critico, cit., donde se recoge también esteúltimo trabajo citado.

18. Pietro Piovani, G. Vico: Our Perennial Standard. 1st. Italiano di Cultura, NY, 1969. Id., «Vicoe la filosofia senza natura», citatus. E. Paci,Ingens Sylva, cit.. p. 249. Cfr. J.M. Sevilla, G. Vico: meta­fisica...• cit.; y O. Cacciatore. Storicismo problematico e critico, cit.

De acuerdo con Cacciatore, más que privilegiar en este caso direcciones unilaterales de la filosofíaviquiana dirigidas a justificar una u otra dirección de curso historicista, se trata de «comprender que la'grandeza' de Vico se halla justamente en haber puesto al centro del complexivo debate historicistaalgunos temas fundamentales a los que ciertamente han sido dadas soluciones divergentes y confrecuencia agudamente contrastantes: la relación entre conocimiento natural y conocimiento histórico, elpapel de lo individual y de lo particular en el proceso histórico. el emerger de las objetivaciones de esteproceso y la necesidad de normas comunes ordenadoras del complejo de las experiencias singulares.» (O.Cacciatore. op. cit..• cit., p. 43).

Cfr. F. Tessitore. «Vico tra due storicismi». en Dimensioni dello storicismo, Napoli, 1971, pp. 11-31,especialmente las últimaspáginasdel citado estudio, donde selee: «De este programa, que eseldel historicismoindividualizante, problemático y crítico, de Dilthey a Meinecke, Vico ha catado el problema y ha individuadola dirección problemática en el descubrimiento de la finitud del hombre, del hombre caído y débil a quien vaatribuida la 'historia de la humanidad gentil'» (p. 31). (Cfr. O. Cacciatore. op. cit., pp. 41-44).

68 Cuadernos sobre Vico 4, 1994

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En torno al postcursorismo viquiano de la modernidad problemática.

Vico intenta «una síntesis de las ciencias humanas», como indica Paci, «fundada sobre la historia»,es decir, «sobre la base que se pone como fundamento de todas las ciencias y de todas las obras humanas»(E. Paci, «Barbarie e civiltA in G.B. Vico», en AA.VV., Campanella e Vico, cit. pp. 357-362, p. 357. Cfr.Cacciatore, op. cit., p. 56).

19. Cassrrer mismo, que aprecia esta influencia en su propia teoría (Filosofía de las formas simbó­licas), señala a Vico como el «verdadero descubridor del mito» (Antropología filosófica) y el fundadorde las ciencias de la cultura (Las ciencias de la cultura) -también 1. Berlin considera a Vico «el padre deconcepto moderno de cultura» y el progenitor de la antropología histórica (El fuste torcido de la huma­nidad)- y aprecia en él al iniciador de la filosofía de la historia (La filosofía de la Ilustración), aunque noejerciera influencia en la filosofía de la Ilustración, pues su visión no se iluminaría hasta Herder (comoen cierta manera opina también Berlin). D.P. Verene «<Vico 's Influence on Cassirer», New Vico Studies,1985, pp. 105-111), muestra cómo el mismo Cassirer sitúa en Vico al fundador de la «cooperación»(Zusammenarbeit) entre filosofía y Geisteswissenschaften, colaboración necesaria para la nueva proyec­tada filosofía de lacultura (Kulturphilosophie). Cfr. también E. Paci,« Vico andCassirer (enG. TagliacozzoEd., G. Vico: An lnternational Symposium, The John HopkinsPress, Baltimore, 1969, pp. 457-463); YD.P. Verene, <<Vico's Science oflmaginative Universals and the Philosophy of Symbolic Forms» (enG.Tagliacozzo & D.P. Verene Eds., G. Vico'sScience ofHumanity, The John Hopkins U.P., Baltimore,1976, pp. 295-317).

20. Max Horkheimer, «Los orígenes de la filosofía burguesa de la historia» (en Historia, metafísicay escepticismo, trad. esp. M.R. Zurro, Alianza Ed., Madrid, 1982, pp. 13-119, «Vico y la mitología» pp.100-118), cit. pp. 109-110. Vico es «uno de los héroes intelectuales de Horkheimer» (Martin Jay, Laimaginación dialéctica, trad. esp. lC. Curuchet, Ed. Taurus, Madrid, 1984 reimpr., p. 96). Cfr. E. Garin,«M. Horkheimer su Vico» (Bollettino del Centro di Studi Vichiani, V, 1975, pp. 143-144). Vid. 1M.Sevilla «G. Vico en la cultura española: estudio y tratamiento en la década de los ochenta» (Cuadernossobre Vico, 2,1992, pp. 89-170), p. 97 y notas. Cfr. J. Maier, «Vico y la teoría crítica» (enG. Tagliacozzoet al. Eds., Vico y el pensamiento contemporáneo, trad. esp. de M.A. Díez-Canedo y S. Mastrangelo,F.C.E., México, 1981) pp. 413-423.

21. Cfr. P. Lewis, «The 'True' Homer: Myth and Enlightenment in Vico, Horkheimer, and Adorno»,New Vico Studies, 1992, pp. 24-35)

22. Cfr. JosephMali, «'The PublicGrounds ofTruth': The Critical Theory ofG.B. Vico»,New VicoStudies, VI, 1988, pp. 59-83; pp. 72-73).

Ernesto Grassi, por el lado del humanismo retórico, y D.P. Verene en la línea de una filosofía de laimaginación «<universales fantásticos»), apuntan hacia planos del filosofar desde un nuevo sustrato. Partede la extensa bibliografía generada por ambos autores puede verse recogida en mi «Universales poéticos,fantasía y racionalidad», cit., donde puede confrontarse también una breve exposición de ambas líneas.

23. Desde una posición, opuesta a la croceana, de teoría de la interpretación histórica, Emilio Bettiasume a Vico y lo introduce en el debate sobre la teoría de la interpretación y la objetividad delentendimiento en el trabajo hermenéutico. Vico penetra así en el debate actual sobre hermenéutica, en elcentro de una vasta polémica entre Betti y Gadamer (Betti contra la hermenéutica heideggeriana­gadameriana). Y se refléja también en el posterior debate entre Gadamer y Habermas. Todos ellos, enmayor o menor medida, receptores de ideas viquianas.

Cfr. Emilio Betti, Teoria Generale dell' lnterpretazione, Giuffré, Milano, 1955; Id., «The PrincipIesofNew Science of G.B. Vico and the Historical Interpretation», trad. ing., New Vico Studies, VI, 1988,pp. 31-50 -pub. original ital. en 1957-). Cfr. SusanNoakes, «Emilio Betti's Debt to Vico» (ibid., pp. 51­57).1 Habermas, «A Review ofGadamer's Truth and Method (en F.R. Dallmayr & Th. McCarthy Eds.,Understanding and Sociallnquiry, Notre Dame U.P., IN, 1977, pp. 335-363). Betti-Gadamer: cfr. de H.­G. Gadamer, Verdad y Método (trad. esp. A. Agud y R. Agapito, Ed. Sígueme, Salamanca, 1991,4 ed.

Cuadernos sobre Vico 4, 1994 69

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Jose M. Sevilla

[3 ed. revisada y complementada)) los pr610gos a las 2 y 3 ediciones. Habermas-Gadamer: cfr. Gadamer,ibid., «Epílogo,. en pp. 641-673 (resultan realmente significativas por la inclusión de Vico en su réplicaa Habermas las páginas 661 y 665); cfr. de ambos en K.O. Apel Ed., Hermene.utik und ldealgeschichJe(Suhrkamp V., Frankfurt, 1977) pp. 45-56,57-83 Y120-159.

24. RichardJ.Bemstein,BeyondObjectivismandRelativism:Science,Hermeneutics,andPraxis,Penn.U.P., Philadelphia, 1983. Cfr. F. Dallmayr (New Vico Studies, 3, 1985, pp. 215-219). La «cartesiananxie~viene a designar la sensación de encontrarse obligado a elegir entre optar por verdades stándaresy juicios prefijados o por un relativismo descomprometido que abandona toda condici6n de conocimiento(cfr. R.J. Bernstein,PhilosophicalProjiles: Essays ina Pragmatic Mode, Univ. ofPenn. Press, Ph.,1986).Vico parece ofrecer otra opci6n.

A partir de la modernaconsideraci6n horkheimeriana sobre Vico, se encuentra también cierto interésen Gadamer, en su «pretensi6n filosófica abarcante de la hermenéutica», algo que puede apreciarse desdelas primeras páginasde VerdadyMétodo. La ideade sensuscommunismerece toda laatenci6nde Gadamer,que la interpreta como consenso ético y como facultad de enjuiciamiento -derivando su noci6n de latradici6n retórica y Vico- semejante a la phr6nesis aristotélica: conocimiento práctico con dimensi6nética. El aporte viquiano para Gadamer está en que este sensus communis es el sentido que funda comu­nidad (H.-G. Gadamer, op. ciJ., p. 54: «la apelaci6n de Vico al sensus communis entra, como ya hemosvisto, en un amplio contexto que llega hasta la antigüedad y cuya pervivencia hasta el presente es nuestrotema,.).

También Habermas, como igualmente K.O. Apel, activos te6ricos del pensamiento social, reconocenen la crítica viquiana a la fIlosofía social de su tiempo la anticipaci6n de una tendencia que ha sidoplenamente afirmada s610 hoy. Aunque Vico en Habermas tiene una acci6n revulsiva: le recrimina (Vico,que ha librado a la raz6n histórica del cartesianismo y ha proclamado que el hombre conoce la historiaporque es quien la hace, no llega a ser sin embargo su verdadero sujeto, el completo autocreador delhombreen lahistoria-inTeoría yPraxis-) pero lereconoce sinembargo el interés del valorde laphr6nesis,sabiduríaprudencial y el modo de proceder t6pico, que Vico aboga enpleno auge de laepisteme cartesiana.«Vico, en contraposici6n con la filosofía social contemporánea, ya anticipa una tendencia que sólo seimpone hoyen día.» (J. Habermas,Teoría yPraxis, trad. esp. S. Mas y C. Moya, Ed. Tecnos, Madrid, 1987,p. 54). Habermas dedicaespecial atencióna Vico enel primero y enel último apartados del primercapítulo(op. cit., pp. 51-54Y82-86). Cfr. F. Tessitore, «J. Habermassu Vico (BollettinodelCentrodiStudiVichiani,1974); y desde una perspectiva crítica: S. Manfrin, «11 Vico di Habermas» (Filosojia Oggi, 1, 1978, 1).Tambiénes verdad que, a la inversa, en tanto el proyecto habermasiano de la autorreflexión emancipatorianecesita de una reconstrucción racional de las condiciones universales de la raz6n, y por tanto de las«ciencias reconstructivas» que asumen la presuntavalidez del legado ilustrado, Vico mismo no estaría deacuerdo con estos criterios de condiciones y universalidad de la raz6n. El intento de reconstrucci6nhabermasiano que fundamenta en una teoría de la racionalidad la orientaci6n· sociol6gica estaríacontrapuesto al intento viquiano que inversamente incluye en el desarrollo social la emergencia de todaracionalidad (la apertura a una «edad de la razón» es para Vico una consecuencia sociológica ­antropohist6rica-). Síen cambio coincide Habermas con Vico en la idea de que es necesario concebir unateoría sociológica en la que se puedan discernir las diversas formas de los procesos de racionalizaci6n (enbuena parte ese es uno de los aspectos de la Scienza Nuova).

Para Apel (L' idea di lingua nella tradizione dell' umanesimo da Dante a Vico, trad. ital., 11 Mulino,Bologna, 1975 -ed. orig. alemana de 1963-), Vico «ocupa una posici6n clave en el campo lingüístico­filosófico también en la situación presente» (p. 129); el «último de los humanistas», quien «entra en elIluminismo» con ese espíritu sustancialmente fiel al del Renacimiento. Este ensayo de fundamentaciónhistorica de la retórica ha dejado paso a otros más recientes de acercamiento a Gadamer y Habermas y desistematización sociológica (Transformation der Philosophie, 1973). Cfr. la nota de Andrea Battistini

70 Cuadernos sobre Vico 4, 1994

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En torno al postcursorismo viquiano de la modernidad problemática.

(Bollettino del Centro di Studi Vichiani, VII, 1977, pp. 204-207) Y F. Dallmayr, «Hermeneutics andHistoricism: Winch, Apel and Vico» (The Review ofPolitics, XXXIX, 1977, jan., pp. 60-81).

25. GiorgioTagliacozzo, «TheStudyofWorldwide and the FutureofVico Studies»,NewVicoStudies,1990, pp. 20-37, p. 34. De los temas afines señala Tagliacozzo los siguientes: 1) Anticartesianismo Iantifundacionalismo. 2) Enfasis clave en el lenguaje, la metáfora y el sensus communis. 3) Rechazo dela «Filosofíacon mayúscula», en compañía de lanoción de una verdadobjetiva, independiente del tiempo.4) Derribo de la tradicional distinción entre filosofía y retórica, con primacía de la última. 5) Hermenéu­tica. 6) Interdisciplinariedad.

26. Cfr. A. Megill, «The Identity of American Neo-Pragmatism; or, Why Vico Now?», New VicoStudies, 1987, pp. 99-116.

27. Las tres últimas décadas vienen reflejando el creciente interés por Vico, ilustrable en las trespublicaciones especializadas en la emergente filosofía del napolitano, las cuales, para mayor indicación,aunque surgidas cada una en una de las décadas no han venido relevándose sino compaginándose yarticulando diversas lmeas investigadoras defmidas por reconocidos y prestigiosos autores.

Eldecano Bollettino delCentrodiStudi Vichiani (desde 1971),sigueunalínea filológicae historizante,de investigación dinámica y continuada, indagadora y crítica, sin caer en el estancamiento ni elviquianismo forzado. Los americanos New Vico Studies (desde 1983), han consolidado en un climapostrnoderno su directriz actualizante de inmersi6n en el ámbito eidético de naturaleza viquiana,extendiéndose en la conjugaci6n de ideas viquianas afines con el pensamiento contemporáneo y que semuestran hoy especialmente relevantes; todo ello sin renunciar a la investigaci6n seria y en profundidad.Por último, los noveles Cuadernos sobre Vico (desde 1991) despliegan una dimensi6n investigante yala par difusora; obligados casi desde su comienzo a seguir, por aperturismo en el ámbito hispánico, unadirectriz desveladora, demostrar aVico a través de lacreaci6ny de laproducci6n alavez que lograrcentrarun núcleo hispano de investigaciones y debates viquianos.

28. Lino Veljak, «Lacontemporaneitildella filosofia vichiana», BollettinodelCentro diStudi Vichiani,XXI,1991.

29. Ibid., pp. 102 n. 6 y 196. Es un aspecto que también se refiere aladelimitaci6n del conocimientohumano y a larelaci6n entre teoríay praxis. Planteamientos mostrados por Habermas. Y que tiene especialinterés en la solución al conflicto entre derecho natural y socialidad humana, que resulta actualizable enlos conflictos entre filosofía y teoría social. Cfr. SN, 135: «Puesto que el género humano desde que se tienememoriadel mundo ha vivido y vive soportablemente en sociedad, este axioma por sí solo ha determinadola gran disputa en la que los mejores filósofos y te6logos morales aún contienden con Caméades elescéptico y con Epicuro (ni el mismo Grocio la ha desembrollado): si existía derecho en estado denaturaleza, o si la naturaleza humana es sociable, que significa la misma cosa».

30. Ibid., pp. 113-114.31. Aspectos de planteamientos de Vico que subyacen también en las recuperaciones nietzscheanas

del Nacimiento de la tragedia y en ciertas posiciones postestructuralistas y deconstruccionistas (según E.Said Vico vendría a ser considerado «el pensador moderno prototipo» hasta Foucault y Derrida) sobre lanaturaleza del lenguaje, el origen de la escritura, la primigeniedad del lenguaje poético y los aspectosmetafóricos que amasan la conciencia. Aspectos que permiten encontrar afinidades entre Vico y losprincipales planteamientos en obras de Foucault (como ha mostrado Struever, a pesar del inconcebibledesinterés del filósofo francés por Vico), y apreciar, como señala Hayden White, que existe unaproximidad entre Vico y Foucault.

Cfr.: D.R. KelIey, <<In Vico 's Wake» (en D.P. Verene, Vico and Joyce, S.U.N.Y.P., Albany, 1987).Edward Said, Beginning: Intention and Method (NY, 1975). ABan Megill, «Vico y Marx a la luz deNietzsche» (en G. Tagliacozzo [Comp.] Vico y Marx. Afmidades y Contrastes, trad. esp. S. Ordiales,F.C.E., México, 1990, pp. 351-361; p. 356). RaisBusom, «Ciencia Nueva y escritura» (Cuadernos sobre

Cuadernos sobre Vico 4, 1994 71

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Jose M. Sevilla

Vico, 1, 1991, pp. 155-164). Nancy S. Struever,«Vico, Foucault, and the StrategyofIntimateInvestigation»(New VicoStudies, 2,1984, pp.41-57). H. White, «Foucault Decoded: Notes from Underground» (HistoryandTheory, 12, 1973).

32. H. White, op. cit.. El mismo White, asume la teoría viquiana de los tropos para su retórica de lahistoria, dentro del marco de la Metahistoria (Id., Metahistory. The historical lmagination in Ninettenth­CenJury Europe, 1. Hopkins U.P., Baltimore & London, 1973) -Cfr. en relación con White mi «O. Vicoen la cultura española (II)>>, Cuadernos sobre Vico, 1,1991, p. 115 Ynotas-o

33. Se nos muestra, así, un Vico en la misma apertura heideggeriana al considerar que la poesía es ellenguaje original de la humanidad, creador y desvelador. En verdad, frente a la equiparación propia de lametlifísica tradicional entre subjetividad humana y racionalidad, Vico (como también es propio de la«pOstmetafísica») esgrime la vuelta al lenguaje como matriz de la razón humana.

Dado el amplio tratamiento de Orassi sobre el tema, para esta cuestión en concreto se puede cfr. deOrassi, por sucaráctersintético, «Larehabilitacióndelhumanismo retórico. Considerando el antihumanismode Heidegger» (Cuadernos sobre Vico, 2, 1992, pp. 21-34). Para los trabajos de Orassi vid. mi remisiónen la Nota 22.

34. E. lacobitti: cfr. Nota 8 anterior.35. Cfr. 1. A. Marín Casanova, «Ilustración y Romanticismo en la Scienza nuova» Cuadernos sobre

Vico, 2,1992, pp. 35-50.36. l. Berlin, Vico and Herder. Two Studies in the History ofIdeas, The Hogart Press, London, 1976

(trad ital. de A. Verri, Armando Armando Ed., Roma, 1978); ConJra la corriente. Ensayos sobre historiade las ideas, trad. esp. H. Rguez. Toro, F.C.E., México, 1983 (principalmente «El divorcio entre las cienciasy las humanidades» pp. 144-177; «La Contra-Ilustración» pp. 59-84; «Vico y el ideal de la Ilustración» pp.188-98; Y«Vicoy su concepto del conocimiento» pp. 178-187); Elfuste torcidode la humanidad. Capítulosde historia de las ideas, trad. esp. 1.M. Alvarez Aórez, Ed. PenÚlsula, 1992 (especialmente <<O. Vico y lahistoria cultural» pp. 65-83, Y«El supuesto relativismo del pensamiento europeo del siglo XVIII» pp. 85­101). Cfr. mi «O. Vico en la cultura española: estudio y tratamientó en la década de los ochenta» (cit., pp.101-103 Y143-144) Ymi «Universales poéticos, fantasía y racionalidad», cito

37. I. Berlin, I.B. en diálogo con RaminJahanbegloo (Anaya &M. Muchnik, Madrid, 1993)p. 105.«¿Por qué me interesan Vico y Herder? Soy fundamentalmente un racionalista liberal. Me identificoprofundamentecon los valorespredicados porpensadores como Voltaire, Helvétius, Holbach, Condorcet.(oo.) Si me interesan los puntos de vista de la oposición es porque comprendiéndolos uno afma su visión;los enemigos inteligentes y dotados de la Ilustración suelen señalar las falacias y vacuidades de supensamiento. Los ataques críticos que llevan al conocimiento me interesan más que la repetición y ladefensa de los lugares comunes de y sobre la Ilustración. (oo.) Yo no comparto, ni siquiera admiro mucho,la visión de los enemigos de laIlustración; pero he aprendido muchode ellos, porque muestranque ciertosconceptos centrales, la edad de la razón y, sobre todo ciertas implicaciones políticas son inadecuadas ya veces desastrosas.» (pp. 97-98).

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72 Cuadernos sobre Vico 4, 1994