Enterocolitis Necrotizante 00

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CIRUPED, Vol 1, No 2, Diciembre de 2011 57 Enterocolitis Necrosante Mariano Boglione*, Marcelo Barrenechea Servicio Cirugía General, Hospital de Pediatría Profesor Dr. Juan P. Garrahan Buenos Aires, Argentina La enterocolitis necrosante (ECN) es una entidad descrita en 1967 y es la causa más frecuente de cirugía en los pacientes internados en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) 73 . Esta entidad hace su aparición con el desarrollo tecnológico creciente que acompaña la complejización de los cuidados que requiere el paciente crítico neonatal. Podría decirse que la ECN es una “enfermedad de la terapia intensiva”. Esta enfermedad compromete con mayor frecuencia a recién nacidos (RN) de bajo peso y se caracteriza por presentar un íleo intestinal con imágenes radiológicas de enfisema en las paredes de las vísceras huecas, conocido como “neumatosis” y un compromiso de la vitalidad intestinal variable en su extensión. Un número importante de pacientes requiere intervención quirúrgica 33 . Se presenta en todo el mundo sin predominancia racial o geográfica 65 . La ECN es más frecuente en RN pretérmino, o con bajo peso para la edad gestacional 23 . Menos de un 10% de los casos se presentan en niños nacidos a término 60 . La mayoría de los niños afectados padecen trastornos respiratorios, malformaciones congénitas u otra entidad que altera la estabilidad del recién nacido 28 . La incidencia varía de 2 a 3 casos cada 1000 RN vivos, y representa entre el 2% al 8% del total de internaciones en las UCIN 36 . Existen antecedentes perinatológicos pre- disponentes para el desarrollo de la enfermedad, como hipoxia perinatal, hipotermia, apnea, hipotensión, enfermedad pulmonar, cardiopatías congénitas 12,21 , exsanguinotransfusiones repetidas 12,14 , alimentación enteral hiperosmolar, instrumentación con catéteres de los vasos umbilicales 60 , poliglobulia, alimentación parenteral total 53 , y malformaciones digestivas como gastrosquisis 59 . Localización La ECN puede afectar cualquier área del tracto gastrointestinal pero compromete con mayor frecuencia el sector ileocecal. En la mitad de los pacientes involucra un segmento intestinal continuo y el resto tiene lesiones segmentarias. El 44% presenta compromiso del íleon y del colon derecho, el 30% se localiza en el intestino delgado y el 26% en el colon izquierdo. La predilección por el compromiso ileocecal podría atribuirse a que la vascularización de este sector intestinal es dependiente de las ramas terminales de la arteria mesentérica superior, hecho que hace más vulnerable al intestino ante injurias por hipoxia o hipovolemia. La lesión comienza en la mucosa intestinal. Una vez comprometida la barrera de protección, se inician los cambios inflamatorios con la consecuente filtración de gérmenes que invaden la pared intestinal produciendo enfisema en dicha zona dando la típica imagen radiológica de la ECN llamada neumatosis intestinal. Avanzada la enfermedad se producen úlceras mucosas, necrosis intestinal y perforaciones. La gangrena puede provocar la digestión de un segmento completo del intestino hasta hacerlo desaparecer. En ocasiones existe ascitis y menos frecuentemente peritonitis. La evolución no siempre es hacia la necrosis y la perforación. Se pueden encontrar áreas con compromiso de la vitalidad, cambios en el color del intestino y lesiones de hemorragia intramural, pero sin llegar a la gangrena. En etapas avanzadas es posible encontrar un plastrón bloqueando una zona de perforación o necrosis. La presencia de estenosis intestinales se produce como secuela alejada de una lesión isquémica localizada que cicatrizó con fibrosis. Servicio Cirugía General, Hospital de Pediatría Profesor Dr. Juan P. Garrahan, Buenos Aires, Argentina e-mail: [email protected] Recibido: Octubre 2011 Aceptado: Noviembre 2011 www.ciruped.org

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CIRUPED, Vol 1, No 2, Diciembre de 2011

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Enterocolitis Necrosante

Mariano Boglione*, Marcelo Barrenechea

Servicio Cirugía General, Hospital de Pediatría Profesor Dr. Juan P. Garrahan

Buenos Aires, Argentina

La enterocolitis necrosante (ECN) es una entidad

descrita en 1967 y es la causa más frecuente de

cirugía en los pacientes internados en las

Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales

(UCIN)73. Esta entidad hace su aparición con el

desarrollo tecnológico creciente que acompaña la

complejización de los cuidados que requiere el

paciente crítico neonatal. Podría decirse que la

ECN es una “enfermedad de la terapia intensiva”.

Esta enfermedad compromete con mayor

frecuencia a recién nacidos (RN) de bajo peso y se

caracteriza por presentar un íleo intestinal con

imágenes radiológicas de enfisema en las paredes

de las vísceras huecas, conocido como

“neumatosis” y un compromiso de la vitalidad

intestinal variable en su extensión. Un número

importante de pacientes requiere intervención

quirúrgica33.

Se presenta en todo el mundo sin predominancia

racial o geográfica65.

La ECN es más frecuente en RN pretérmino, o

con bajo peso para la edad gestacional23. Menos

de un 10% de los casos se presentan en niños

nacidos a término60. La mayoría de los niños

afectados padecen trastornos respiratorios,

malformaciones congénitas u otra entidad que

altera la estabilidad del recién nacido28.

La incidencia varía de 2 a 3 casos cada 1000 RN

vivos, y representa entre el 2% al 8% del total de

internaciones en las UCIN36.

Existen antecedentes perinatológicos pre-

disponentes para el desarrollo de la enfermedad,

como hipoxia perinatal, hipotermia, apnea,

hipotensión, enfermedad pulmonar, cardiopatías

congénitas12,21, exsanguinotransfusiones

repetidas12,14, alimentación enteral hiperosmolar,

instrumentación con catéteres de los vasos

umbilicales60, poliglobulia, alimentación

parenteral total53, y malformaciones digestivas

como gastrosquisis59.

Localización

La ECN puede afectar cualquier área del tracto

gastrointestinal pero compromete con mayor

frecuencia el sector ileocecal. En la mitad de los

pacientes involucra un segmento intestinal

continuo y el resto tiene lesiones segmentarias. El

44% presenta compromiso del íleon y del colon

derecho, el 30% se localiza en el intestino delgado

y el 26% en el colon izquierdo.

La predilección por el compromiso ileocecal

podría atribuirse a que la vascularización de este

sector intestinal es dependiente de las ramas

terminales de la arteria mesentérica superior,

hecho que hace más vulnerable al intestino ante

injurias por hipoxia o hipovolemia.

La lesión comienza en la mucosa intestinal. Una

vez comprometida la barrera de protección, se

inician los cambios inflamatorios con la

consecuente filtración de gérmenes que invaden la

pared intestinal produciendo enfisema en dicha

zona dando la típica imagen radiológica de la

ECN llamada neumatosis intestinal. Avanzada la

enfermedad se producen úlceras mucosas,

necrosis intestinal y perforaciones. La gangrena

puede provocar la digestión de un segmento

completo del intestino hasta hacerlo desaparecer.

En ocasiones existe ascitis y menos

frecuentemente peritonitis.

La evolución no siempre es hacia la necrosis y la

perforación. Se pueden encontrar áreas con

compromiso de la vitalidad, cambios en el color

del intestino y lesiones de hemorragia intramural,

pero sin llegar a la gangrena. En etapas avanzadas

es posible encontrar un plastrón bloqueando una

zona de perforación o necrosis. La presencia de

estenosis intestinales se produce como secuela

alejada de una lesión isquémica localizada que

cicatrizó con fibrosis.

Servicio Cirugía General, Hospital de Pediatría Profesor Dr. Juan P. Garrahan, Buenos Aires, Argentina

e-mail: [email protected]

Recibido: Octubre 2011 Aceptado: Noviembre 2011

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Boglione, Barrenechea, Enterocolitis Necrosante

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Histología

Los hallazgos histológicos en los primeros días

son edema, inflamación aguda, ulceración,

hemorragia, gérmenes y aire en las paredes

intestinales, necrosis y peritonitis. En la etapa

crónica se identifican inflamación crónica y

cambios de reparación como regeneración

epitelial, tejido de granulación, atrofia vellositaria

y fibrosis.

Fisiopatología

La patogenia de la ECN es motivo de

controversia. La etiología es multifactorial pero

existen tres condiciones que desencadenarían la

enfermedad: la isquemia intestinal, la

colonización bacteriana del intestino y la

alimentación enteral con fórmulas

hiperosmolares2,18. La mayor parte de los RN

internados en UCIN tienen uno o más de los

factores de riesgo que comentamos, pero se

desconoce el motivo por el cuál algunos

desarrollan la enfermedad y otros no.

La teoría más aceptada indica que el inicio de la

enfermedad se provocaría por una isquemia

selectiva en la circulación intestinal. Cualquier

trastorno que produzca una disminución del flujo

circulatorio esplácnico, aumente la viscosidad de

la sangre o altere la oxigenación, puede

desencadenar trombosis plaquetaria en la

microcirculación con consecuencias directas en la

vitalidad intestinal.

Los prematuros que reciben leche materna tienen

menor incidencia de ECN debido a la protección

inmunológica que proporcionan elementos como

macrófagos, linfocitos T y B y globulinas

inmunitarias maternas como la Inmunoglobulina

A secretora66. Si bien la ECN puede presentarse

en RN que aún no recibieron alimentación enteral,

el mayor número de casos tiene como antecedente

haber recibido fórmulas lácteas hiperosmolares.

Dicha alimentación no tiene por sí misma una

contaminación bacteriana riesgosa pero favorece

la colonización, que en un intestino normal no

traería complicaciones infecciosas. Pero en el

intestino de un recién nacido prematuro con

factores de riesgo que comprometen la circulación

visceral puede producirse la penetración de

gérmenes en la pared intestinal debido a la

alteración de la barrera de protección de la mucosa

como consecuencia de la inadecuada irrigación.

Esta barrera es fisiológica e inmunológicamente

inmadura en los RN de pretérmino28. Hay una

escasa secreción de enzimas

gastroduodenopancreáticas e insuficiente

producción de moco a nivel enteral agravada por

el déficit de lisozimas y otros elementos

inmunoprotectores22. Debilitada la defensa de la

barrera, debido a su propia inmadurez y agravada

por la isquemia intestinal, comienzan los cambios

inflamatorios en la mucosa29. Existen mediadores

que impulsan dicho mecanismo como el factor de

activación plaquetaria, el factor de necrosis

tumoral, la interleukina-6, y el amiloide A

sérico9,17,19,25. Estos marcadores se elevan

francamente en los RN prematuros con ECN40,54.

Contrariamente, otros mediadores se encuentran

reducidos en pacientes que desarrollan ECN:

proteína inhibidora inter alfa en plasma20 y B-

defensina-2 humana en materia fecal16 .

Luego de producida la alteración circulatoria y

habiéndose colonizado el intestino entra en juego

la infección microbiana. Se identifican

microorganismos nocivos reconocidos y flora

normal del intestino neonatal que se transforman

en patógenos o invasivos56. El aislamiento de

Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli y

Clostridium dificcile es documentado

frecuentemente46. La infección producida,

evidentemente será polimicrobiana, pero es

conveniente identificar el germen predominante

para instaurar el tratamiento específico4.

Existen agentes farmacológicos que aumentan los

riesgos de producir ECN. Las metilxantinas

inhiben la motilidad gastrointestinal permitiendo

el sobrecrecimiento bacteriano, que pueden

invadir así la mucosa dañada77. La vitamina E no

aumenta los riesgos de ECN administrada por vía

parenteral, pero sí predispone a la presentación de

la enfermedad cuando se recibe por vía oral ya

que es administrada en una fórmula hiperosmolar.

La indometacina bloquea a la prostaglandina

sintetasa causando una vasoconstricción intensa

que produce disminución y enlentecimiento del

flujo mesentérico con el consiguiente riesgo de

isquemia intestinal34. La incidencia de ECN en

hijos de madres adictas a la cocaína es alta, debido

a los efectos vasoconstrictores de la droga,

produciendo reducción del flujo sanguíneo

uterino, hipoxemia fetal, insuficiencia placentaria

crónica y circulación esplácnica disminuida49.

La ECN se presenta más frecuentemente en

pacientes intervenidos quirúrgicamente por otras

patologías debido a que aumentan los factores de

riesgo. Hay una incidencia muy importante en los

RN operados de cardiopatías congénitas

complejas que requieren derivación

cardiopulmonar, hipotermia profunda o paro

circulatorio con la consecuente caída del flujo

vascular a nivel esplácnico35. En la atresia de

intestino en “cáscara de manzana” la circulación

intestinal es precaria y cualquier situación que

altere mínimamente la irrigación visceral puede

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CIRUPED, Vol 1, No 2, Diciembre de 2011

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provocar un cuadro de ECN. Otra malformación

congénita en la cual el desarrollo de ECN en el

postoperatorio es muy elevada es la gastrosquisis,

siendo los motivos muy variados, como los

trastornos circulatorios del intestino

comprometido y el íleo postoperatorio

prolongado32.

La fisiopatología expuesta explica en buena

medida el desarrollo de la ECN pero no logra

establecer por completo la comprensión del

mecanismo de producción de la enfermedad que

aún permanece confuso.

Existen reportes que avalan la administración de

suplementos probióticos enterales para la

prevención de ECN severa en recién nacidos

pretérmino5,15,14,69,27,48. Entre los probióticos

descriptos se encuentran el Lactobacillus casei, el

Lactobacillus acidophilus y el Bifidobacterium.

Presentación clínica

En todos los pacientes se encuentran factores de

riesgo al indagar los antecedentes. Prácticamente

no hay descripciones de ECN en RN de término

con peso adecuado para la edad gestacional, sin

patología perinatal y sin anomalías asociadas. Por

lo tanto, conocer los datos perinatológicos, nos

orientará hacia la sospecha de la enfermedad26.

El cuadro clínico puede comenzar en el primer día

del nacimiento74, pero lo habitual es que debute en

el transcurso de las primeras dos semanas de

vida43 (Cuadro 1).

Signos y síntomas

Gastrointestinales Sistémicos

Distensión, tensión

abdominal

Residuo gástrico

Vómitos

Peritonismo

Masa abdominal

Eritema pared

Sangre oculta materia

fecal

Hematoquezia

Inestabilidad térmica

Letargo

Dificultad

respiratoria

Afectación estado

general

Acidosis

Mala perfusión

Shock

Plaquetopenia Cuadro 1: Signos y síntomas de ECN

Los síntomas más precoces son distensión

abdominal (Figura 1), letargia, intolerancia

alimentaria, vómitos biliosos y hemorragia

digestiva baja41. A medida que progresa la

enfermedad van apareciendo nuevos signos y

síntomas con distinta traducción radiológica

(Cuadro 2).

En el examen físico encontramos un recién nacido

con compromiso del estado general, con el

abdomen distendido, tenso y doloroso. Si existe

necrosis o perforación intestinal se encuentra

edema y flogosis de la pared abdominal. La

presencia de ascitis es frecuente, pero a veces

difícil de diagnosticar debido a la distensión

abdominal. En algunos casos se palpa un tumor

inflamatorio localizado (plastrón), consecuencia

de una zona localizada de necrosis o perforación

que se ha bloqueado con las asas intestinales

vecinas.

Figura 1: Distensión abdominal.

Estadíos clínicos Estadío Signos

sistémicos

Signos

abdominales

Signos

radiológicos

Sospecha Inestabilidad

térmica

Letargia

Distensión

Residuo gástrico

Hematoquezia

Normal

Ileo moderado

Definida Acidosis

Trombocitopenia

Celulitis

Masa abdominal

Dilatación asas

Neumatosis

Portograma

Avanzada Hipotensión

Apnea

CID/neutropenia

Peritonitis

Tensión abdominal

Ascitis

Neumoperitoneo

Cuadro 2. CID: Coagulación intravascular diseminada.

Métodos complementarios

La radiología simple de abdomen es el método

complementario más utilizado para el diagnóstico

y seguimiento de los pacientes con ECN. Puede

observarse inadecuada distribución del aire y asas

intestinales dilatadas que persisten en los

controles radiológicos como imágenes centinela

(“asa fija”) (Figura 2).

El hallazgo más característico de la enfermedad es

la neumatosis intestinal, que es la visualización

radiológica de aire en la pared intestinal. Se

observa como una imagen de “miga de pan” en

las zonas comprometidas (Figura 3). La extensión

de la misma es variable pudiendo abarcar grandes

sectores de intestino (Figura 4). La ausencia de

neumatosis no descarta la presencia de ECN.

Deben evaluarse cuidadosamente las radiografías

ya que en algunas oportunidades el meconio

puede dar una falsa imagen de neumatosis67.

Page 4: Enterocolitis Necrotizante 00

Boglione, Barrenechea, Enterocolitis Necrosante

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Figura 2: Asa fija.

Figura 3: Rx tangencial. Neumatosis.

Figura 4: Neumatosis y edema de pared intestinal.

Figura 5a: Portograma aéreo. Nótese la neumatosis extensa.

Figura 5b: Portograma aéreo.

Figura 6: Neumoperitoneo. Véase imagen laminar subdiafragmática.

El portograma aéreo es la expresión radiológica de

aire en el área hepática como consecuencia de la

invasión de gérmenes en el sistema venoso portal.

Sin embargo, no es un indicador de gravedad por

sí mismo (Figuras 5a y 5b).

El neumoperitoneo es el signo más buscado en el

seguimiento radiológico del paciente (Figura 6).

Puede encontrarse una gran cantidad de aire libre

dando una imagen de neumoperitoneo en “alforja”

(Figura 7) o “pelota” (Figura 8), pero si la

perforación es pequeña, está bloqueada y no hay

demasiado aire intraluminal puede ser dificultosa

la certificación radiológica de la presencia del aire

libre (Figura 9).

Las radiografías deben ser realizadas en posición

vertical y de frente para evaluar los niveles

hidroaéreos y especialmente investigar las zonas

subdiafragmáticas en busca de neumoperitoneo. Si

existen dificultades para movilizar al paciente, las

radiografías se toman con el paciente en decúbito

dorsal, de perfil, con el foco tangencial para ubicar

el aire libre por debajo de la pared abdominal

(Figura 10). La falta de visualización de aire libre

no descarta la perforación intestinal.

El intervalo con el que deben efectuarse los

controles radiológicos varía de acuerdo al estado

general del paciente y al del abdomen en

particular. Ante la sospecha de perforación

inminente se efectúan radiografías cada cuatro a

seis horas.

La presencia de ascitis puede sospecharse

radiológicamente, pero la ecografía abdominal es

más fidedigna para definir la cantidad de líquido

libre.

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CIRUPED, Vol 1, No 2, Diciembre de 2011

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Figura 7: Neumoperitoneo. Nótese aire libre debajo de ambos hemidiafragmas.

Figura 8: Neumoperitoneo. Nótese gran cantidad de aire centroabdominal.

Figura 9: Rx frente. Neumoperitoneo. Nótese la hiperclaridad central por debajo de la silueta cardíaca.

Figura 10: Rx tangencial. Neumoperitoneo.

Tratamiento médico

Cuando se sospecha la presencia de ECN debe

implementarse inmediatamente el sostén

hemodinámico, fundamentalmente de la

circulación esplácnica, para disminuir los riesgos

de necrosis intestinal.

Es importante implementar la descompresión

visceral mediante sonda nasogástrica y aspiración

intermitente.

Se realizan cultivos de sangre, líquido

cefalorraquídeo y orina.

La administración de antibióticos de amplio

espectro cubriendo especialmente a los gérmenes

anaerobios y Gram negativos del tracto

gastrointestinal es mandatoria.

Frecuentemente se necesitan transfusiones de

glóbulos rojos para corregir la anemia, asimismo

plasma fresco o concentrados plaquetarios para

tratar las alteraciones en la coagulación.

Es habitual que cuando se sospeche ECN gran

parte del tratamiento ya esté instaurado, porque el

paciente seguramente cursa una internación por

prematurez con factores de riesgo aumentados

para el desarrollo de la enfermedad y algún foco

infeccioso ya medicado.

Existen reportes que estadifican a la ECN con el

propósito de efectuar trabajos comparativos

multicéntricos. La clasificación más utilizada es la

descripta por Bell y colaboradores sobre la base

de datos clínicos y radiológicos11, pero la

evaluación es dificultosa porque la ECN es muy

variable en su forma de presentación.

Indicaciones cirugía

Absolutas Relativas

Neumoperitoneo

Paracentesis

positiva

Eritema pared / Peritonitis

Masa abdominal fija / Plastrón

Asa abdominal fija en Rx seriadas Cuadro 3: Indicaciones de cirugía en enterocolitis necrosante

Page 6: Enterocolitis Necrotizante 00

Boglione, Barrenechea, Enterocolitis Necrosante

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Indicación de cirugía

Aproximadamente la mitad de los RN con ECN

son intervenidos quirúrgicamente. Lo habitual es

que se confirme la presencia de neumoperitoneo

como diagnóstico de certeza de perforación o

necrosis intestinal para indicar la cirugía. Sin

embargo, el punto de mayor controversia es lograr

indicar la exploración quirúrgica cuando existe

necrosis pero sin perforación. Sin la certeza de

gangrena es arriesgada la operación porque existe

la posibilidad de localizar una extensa zona de

intestino comprometido pero sin saber con

exactitud que sector resecar o donde realizar una

eventual ostomía; además al ser una enfermedad

de evolución dinámica, sectores que aparecen

como normales pueden evolucionar hacia la

gangrena más tarde.

Si en la semiología se observa que la pared

abdominal se encuentra edematosa y con flogosis

localizada, puede inferirse la presencia de

gangrena intestinal. La palpación de una masa o

plastrón abdominal delimitado y fijo es indicación

de exploración quirúrgica pero sin la emergencia

de una perforación evidente.

La persistencia de un asa intestinal dilatada, fija y

con neumatosis son signos radiológicos de mala

evolución y de muy probable indicación

quirúrgica58.

La presencia de aire en el sistema venoso portal,

es un signo transitorio que puede observarse tanto

radiológica como ecográficamente, y sugiere un

compromiso extenso del intestino; pero no

constituye en sí mismo un signo particularmente

ominoso.

La acidosis metabólica persistente y la

plaquetopenia por debajo las 100.000 plaquetas

por milímetro cúbico son parámetros de

laboratorio de evolución desfavorable64.

La paracentesis está indicada ante la presencia de

líquido libre intrabdominal, porque puede orientar

sobre el grado de compromiso visceral, siempre

que no exista riesgo de lesionar un intestino

dilatado y en contigüidad con la pared abdominal.

El aspecto macroscópico del material es muy

importante porque si el líquido es purulento,

turbio, enteral o de color marrón oscuro la

necrosis intestinal es muy probable e indica

cirugía; mientras que la presencia de material

citrino nos orienta a una conducta expectante. Se

envían muestras de examen directo para

documentar gérmenes y se efectúa un estudio

citoquímico, pero estos resultados no son tan

fidedignos como la evaluación macroscópica del

líquido para decidir una conducta quirúrgica. La

presencia de gérmenes constatada mediante

tinción de Gram en el líquido obtenido avala la

indicación de laparotomía exploradora (Cuadro 3).

Tratamiento quirúrgico De acuerdo al estado general del recién nacido,

entrenamiento del personal y equipamiento

técnico, la cirugía se realizará en la Unidad de

Neonatología o en el Quirófano.

Previo a la cirugía es conveniente compensar al

paciente y estabilizarlo lo máximo posible para

efectuar el procedimiento. En oportunidades es

necesario drenar el abdomen mediante la

colocación de una lámina para disminuir la

distensión abdominal y la elevación

diafragmática, consecuencia del neumoperitoneo,

y poder mejorar los parámetros ventilatorios25,39.

Los principios básicos de la cirugía son resecar el

intestino necrótico, efectuar una ostomía en una

zona de vitalidad asegurada y preservar la mayor

longitud posible de intestino38 (Cuadro 4).

Principios tratamiento quirúrgico

-Eliminación tejido necrótico / perforado

-Preservación intestinal

-Descompresión y desfuncionalización

-Eliminación pus, detritos, materia fecal

Medir longitud intestino remanente

Cuadro 4: Principios del tratamiento quirúrgico

La vía de abordaje más utilizada es la laparotomía

transversa derecha paraumbilical o infraumbilical;

aunque también ha sido descripto el abordaje

mínimamente invasivo mediante laparoscopía47.

Debe explorarse desde el estómago hasta el recto

porque la ECN puede comprometer cualquier

sector del tubo digestivo en forma continua o

aislada (Figura 11).

Figura 11: Gangrena localizada.

Nótese neumatosis en la pared intestinal.

Si bien existen trabajos contradictorios, la exéresis

de la totalidad del tejido necrótico no prolonga

demasiado el tiempo quirúrgico y suprime un foco

Page 7: Enterocolitis Necrotizante 00

CIRUPED, Vol 1, No 2, Diciembre de 2011

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de infección persistente y causal de sepsis62. La

ostomía se realiza lo más baja posible y en una

zona vital, el intestino distal es conveniente

abocarlo al exterior pero si la necrosis involucra a

todo el sigmoides se puede cerrar el recto según

técnica de Hartmann. Debe tenerse presente, que

las ostomías no están exentas de complicaciones

(Cuadro 5).

Complicaciones

Del

ostoma

De la

herida

Abdominales

Prolapso

Retracción

Necrosis

Eritema

Absceso

Dehiscencia

Fístula

enterocutánea

Absceso

intraabdominal

Estenosis intestinal

Cuadro 5: Complicaciones de las ostomías

Es importante medir la longitud de intestino

dejado in situ para un adecuado manejo

nutricional posoperatorio ya que la ECN es la

principal causa de síndrome de intestino corto en

edad pediátrica. En ocasiones la colocación de

láminas de drenaje es de utilidad para el manejo

posoperatorio del paciente porque nos orientan, de

acuerdo al débito, del estado del intestino y

pueden dirigir una fístula enterocutánea.

Si la gangrena compromete un área tan extensa

(Figura 12) que la resección condenaría al recién

nacido a un intestino corto incompatible con una

vida normal, es conveniente no efectuar

resecciones extensas en una primera cirugía,

estabilizar al máximo el paciente, y programar una

segunda intervención para pocas horas después e

intentar rescatar parte del intestino

comprometido44. Esto se conoce como “segunda

exploración” o “second look” en la literatura de

habla inglesa.

Figura 12: Gangrena extensa.

Las ostomías proximales en zona vital dejando al

intestino necrótico en la cavidad abdominal son

presentadas por algunos autores como una opción

válida50. Otras estrategias empleando sondas

siliconadas que enhebran el intestino afectado con

múltiples perforaciones en recién nacidos de muy

bajo peso, han sido reportadas con el propósito de

evitar resecciones extensas13.

Hay publicaciones que recomiendan, en casos

seleccionados, la resección y anastomosis de la

zona comprometida cuando ésta es limitada y el

resto del intestino presenta buena vitalidad1,18.

En el cuadro 6 se muestran las distintas conductas

pasibles de ser adoptadas de acuerdo al grado de

extensión de la enfermedad (Cuadro 6).

La hemorragia hepática grave intraoperatoria está

descripta como una complicación poco frecuente

de la ECN75 y de resolución muy dificultosa72,

desconociéndose su mecanismo de producción70.

En RN menores de 1000 gramos con perforación

intestinal puede efectuarse como único

tratamiento quirúrgico la colocación de drenajes

abdominales. Un porcentaje significativo de

pacientes sobrevive y reconstituyen el tránsito

intestinal sin necesidad de otros

procedimientos7,8,39.

Tratamiento quirúrgico

Hallazgos Conducta

ECN focal

(necrosis localizada)

Resección segmento

comprometido

Anastomosis término-terminal

Ostomía

ECN difusa

(involucra múltiples

segmentos)

Resección segmentos

comprometidos

Lavado cavidad

Ostomía

¿Drenajes?

ECN total

(mayor al 75 %)

Lavado cavidad, drenaje, cierre

Laparotomía diferida (“second

look”)

Resección masiva (intestino

corto)

Resección segmentos más

afectados

Ostomías

¿Drenajes?

Cuadro 6: Manejo quirúrgico

Evolución

Los pacientes que no requieren cirugía son

tratados durante 7 a 14 días hasta sobrepasar el

período de complicaciones agudas. Las medidas

incluyen el control de la sepsis, asegurar una

adecuada circulación esplácnica y un soporte

nutricional parenteral precoz. No es conveniente

reiniciar la alimentación antes de los tiempos

citados, aunque el niño presente una recuperación

rápida, debido a que el adecuado funcionamiento

intestinal demora varios días luego del episodio de

Page 8: Enterocolitis Necrotizante 00

Boglione, Barrenechea, Enterocolitis Necrosante

64

ECN por la atrofia mucosa provocada por la

enfermedad.

La alimentación parenteral total es administrada

desde los primeros días y debe tenerse presente la

longitud intestinal hasta la ostomía para reponer

las pérdidas adecuadamente. Frecuentemente se

utilizan catéteres centrales semiimplantables para

el correcto manejo nutricional.

Para la reconstrucción del tránsito intestinal deben

evaluarse el estado general y nutricional del niño,

la dificultad en el manejo de la ostomía y el medio

social donde se reintegrará el paciente una vez

externado6. Si la derivación intestinal es muy

proximal y el control de las pérdidas por la

yeyunostomía o de los cuidados de la piel es muy

dificultoso, se efectuará el cierre de la

enterostomía lo antes posible. Si el niño tolera sin

inconvenientes la derivación intestinal, está

aceptado diferir la reconstrucción del tránsito para

luego del alta del paciente. Previo a cualquier

decisión sobre el cierre de las ostomías y

anastomosis intestinales se debe documentar la

adecuada recuperación nutricional con un

proteinograma normal para disminuir las

posibilidades de dehiscencia de las suturas

intestinales55. También es imprescindible realizar

un estudio contrastado de la permeabilidad distal

del tubo digestivo para descartar secuelas de la

ECN.

Las resecciones intestinales extensas o de

segmentos importantes que impiden una correcta

nutrición por vía oral son habituales y la presencia

del síndrome de intestino corto es la consecuencia.

El tratamiento es muy complejo y riesgoso,

incluyendo la nutrición parenteral domiciliaria y

complicadas cirugías para ampliar la capacidad de

absorción intestinal. En casos de extrema

gravedad la única alternativa es el transplante de

intestino, pero por el momento los resultados no

son alentadores y existen pocos centros en el

mundo que lo realizan.

En todo paciente con clínica y radiología de ECN

deben descartarse estenosis intestinales secuelares.

Las mismas constituyen una complicación

habitual de la enfermedad, tanto si fue tratada

quirúrgicamente en la etapa aguda o si resolvió

con tratamiento médico24. La necrosis localizada

sin perforación y la consecuente fibrosis es la

causa de las estenosis, pudiendo ser únicas o

múltiples. Se localizan con mayor predilección en

el colon izquierdo, luego en el colon derecho y

excepcionalmente en intestino delgado (Figura

13). Las estenosis pueden formarse en el período

agudo de la enfermedad o demorar varias semanas

en establecerse. En el seguimiento del niño el

colon por enema debe efectuarse de rutina para

evaluar el calibre del colon, pero es discutible si el

estudio contrastado se realiza previo al alta de

internación o en el seguimiento por consultorio

externo10. El cuadro clínico de las estenosis

posteriores a ECN es de oclusión intestinal

mecánica baja, pero frecuentemente los niños no

presentan síntomas y se diagnostican en la

pesquisa radiológica. Si el paciente está

sintomático, la indicación quirúrgica es evidente

pero cuando es un hallazgo radiológico el cirujano

evaluará cada caso en particular y, sin hay una

marcada estrechez, estenosis múltiples, dilatación

colónica proximal, trayectos filiformes extensos o

dificultad en el adecuado seguimiento del niño por

motivos sociales, es conveniente indicar la

cirugía45. Lo habitual es efectuar una resección del

segmento comprometido y reconstituir el tránsito

mediante anastomosis primaria, pero si se realizan

varias resecciones intestinales se puede optar por

una ostomía proximal de protección. Esta

intervención puede efectuarse mediante cirugía

convencional o mínimamente invasiva51 (Figura

14). La ostomía se cierra dos a tres meses más

tarde.

Las fístulas enteroentéricas o enterocolónicas son

secuelas menos habituales de la ECN. Pueden

formarse entre segmentos intestinales

comprometidos por la enfermedad pero lo habitual

es que sean secundarias a una obstrucción

mecánica distal debido a las estenosis descriptas71

(Cuadro 5). La clínica dependerá de la anatomía

de la comunicación pudiendo presentar distensión

abdominal, diarrea o síndrome de malabsorción.

Figura 13: Corrección quirúrgica. Zona de estenosis.

Figura 14: Colon por enema. Estenosis de colon

pos enterocolitis con pasaje filiforme a nivel

del ángulo izquierdo del colon.

Pronóstico

El pronóstico y la expectativa de sobrevida en

ECN son variables siendo muy difícil comparar

grupos de pacientes. Depende del peso de

nacimiento, de las patologías asociadas, de la

extensión de la enfermedad y de la necesidad de

efectuar cirugía31. La mortalidad oscila entre 15%

y 55% de acuerdo a las distintas publicaciones63.

Page 9: Enterocolitis Necrotizante 00

CIRUPED, Vol 1, No 2, Diciembre de 2011

65

Con la optimización de las UCIN, es cada vez más

frecuente que pacientes con prematurez extrema o

patologías muy complejas sobrevivan al período

neonatal78, siendo éstos niños una población de

riesgo para desarrollar ECN37.

La bibliografía sobre ECN es muy amplia y

variada y frecuentemente contrapuesta en los

resultados obtenidos y como en muchos temas

médicos las conclusiones dependerán de los

autores seleccionados.

La prevención es la única medida de utilidad para

disminuir la incidencia de esta enfermedad, y

consiste en evitar la isquemia esplácnica

producida por hipoxia o hipovolemia, preservar la

función inmunológica de la barrera mucosa

intestinal y retrasar la colonización bacteriana

precoz del intestino.

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