Enseñanzas del papa francisco no. 84

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Enseñanzas del Papa Francisco . No.84

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Enseñanzas del Papa Francisco. No.84

El 8 de diciembre el Papa Francisco dijo al presidir el rezo del Ángelus en

la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María:

“…Todo es gracia, todo es don gratuito de Dios y de su amor por nosotros”.

“El Ángel Gabriel llama a María ‘llena de gracia’: en ella no hay

espacio para el pecado, porque Dios la ha elegido

desde siempre como madre de Jesús,

y la ha preservado de la culpa original.

Y María corresponde a la gracia y se abandona a ella diciendo al

Ángel: ‘Hágase en mí según tu

palabra’”.

María “no dijo: ‘Yo haré según tu

palabra’. No, sino: ‘Hágase en mí…’.

Y el Verbo se hizo carne en su seno”.

“También a nosotros se nos pide que escuchemos a Dios que nos habla

y que acojamos su voluntad; según la lógica evangélica ¡nada es más activo y fecundo que escuchar y acoger la Palabra del

Señor! Que viene del Evangelio, de la Biblia, el Señor nos habla siempre”.

“La actitud de María de Nazaret

nos muestra que el ser viene antes del hacer,

y que es necesario dejar hacer a Dios para ser verdaderamente

como Él nos quiere. Es Él el que hace tantas maravillas en

nosotros”.

“María es receptiva, pero no pasiva.

Así como a nivel físico recibe la potencia del Espíritu Santo

después dona carne y sangre al Hijo de Dios que se forma en

Ella, del mismo modo,

en el plano espiritual, acoge la gracia

y corresponde a ella con la fe”.

Por eso, “San Agustín afirma que la Virgen ‘ha concebido primero en su corazón antes que en su seno’. Ha

concebido primero la fe, y después al Señor”.

“Este misterio de la acogida de la gracia, que en María, por un privilegio único, estaba sin el obstáculo del pecado, es una

posibilidad para todos”.

… “frente al amor, frente a la misericordia,

a la gracia divina derramada en nuestros corazones,

la consecuencia que se impone es una sola: la gratuidad”.

“Ninguno de nosotros puede comprar la salvación. La salvación es un don gratuito del Señor,

un don gratuito de Dios que viene a nosotros, y habita en nosotros”.

“así como hemos recibido gratuitamente, del mismo modo gratuitamente hemos sido llamados a dar; a imitación de María,

que, inmediatamente después de haber acogido el anuncio del Ángel,

va a compartir el don de la fecundidad con su pariente Isabel”.

“Porque si todo nos ha sido donado, todo debe ser devuelto. ¿De qué modo? Dejando que el Espíritu Santo haga de nosotros un don

para los demás. El Espíritu es don para nosotros. Y nosotros, con la fuerza del

Espíritu, debemos ser dones para los demás; que nos permita l legar a ser instrumentos de acogida, de reconciliación, instrumentos de

perdón”.

“si nuestra existencia se deja transformar por la gracia del

Señor…no podremos retener para

nosotros la luz que viene de su rostro,

sino que la dejaremos pasar para que ilumine a los demás”.

“Aprendamos de María, que ha tenido constantemente la mirada fija en el Hijo y su rostro se ha

convertido en ‘el rostro que más se parece al de

Cristo’…

El 9 de diciembre dijo en parte de su homilía: La alegría de la Iglesia es salir de sí misma para buscar a los

hermanos que están lejos, a las ovejas perdidas, …cuando no se hace esto,

la Iglesia se detiene a sí misma, tal vez con un organigrama perfecto, pero sin alegría, sin paz, como un museo.

…“El pueblo tiene necesidad de consuelo. La misma presencia del Señor consuela”,

un consuelo, que también existe en la tribulación. Y sin embargo “nosotros, habitualmente huimos del consuelo;

tenemos desconfianza; estamos más cómodos en nuestras cosas, más cómodos también en nuestras faltas, en nuestros pecados.

Ésta es tierra nuestra”.

En cambio

“cuando viene el Espíritu y viene la consolación nos

conduce a otro estado que nosotros no podemos

controlar: es precisamente el abandono en la consolación del Señor”.

“El consuelo más fuerte es el de la misericordia y la del

perdón”. …“es bueno repetir:

déjense consolar por el Señor, es el único que puede

consolarnos”. Si bien “estamos habituados a alquilar consuelos pequeños,

un poco hechas por nosotros”,

pero que después “no sirven”.

“cuál es el consuelo de la Iglesia. Así como cuando una

persona es consolada; cuando siente la misericordia

y el perdón del Señor, la Iglesia hace fiesta,

es feliz cuando sale de sí misma”.

… “La alegría de salir para buscar a los hermanos y a las hermanas que están lejos. Ésta es la alegría de la Iglesia. Allí la

Iglesia se convierte en madre, se hace fecunda”.

…“La alegría de la Iglesia es dar a luz; la alegría de la Iglesia es salir de sí misma para dar vida;

la alegría de la Iglesia es ir a buscar aquellas ovejas que están perdidas;

la alegría de la Iglesia es precisamente aquella ternura del pastor, la ternura de la madre”.

… “Que el Señor nos dé la gracia de trabajar, ser cristianos alegres en la fecundidad de la madre Iglesia y nos l ibre de caer en la actitud de ser cristianos tristes, impacientes, desalentados,

ansiosos, que tienen todo perfecto en la Iglesia, pero no tienen ‘niños’. Que el Señor nos consuele con la consolación de una Iglesia

madre que sale de sí misma y nos consuele con la consolación de la ternura de Jesús

y de su misericordia en el perdón de nuestros pecados”.

El 10 de diciembre dijo: “no podemos calif icar una familia con conceptos ideológicos,

no podemos hablar de familia conservadora y familia progresista. ¡La familia es familia!”.

“la misión de la familia cristiana” es “la de anunciar al mundo, con la fuerza del Sacramento

nupcial, el amor de Dios”.

“A partir de este mismo anuncio nace y se construye una familia

viva, que pone el foco del amor en el

centro de todo su dinamismo humano

y espiritual”.

…“Estamos llamados a revisar nuestro estilo de vida que está siempre expuesto en riesgo de ser 'contagiado' por una mentalidad mundana –individualista, consumista, hedonista– y encontrar siempre de nuevo el

camino maestro para vivir y proporcionar la grandeza y belleza del matrimonio y la alegría de ser y hacer familia”.

El 11 de diciembre dijo en parte de su homilía: … “Dios nos ama gratuitamente como una mamá a su niño”.

Y el niño “se deja amar”: “ésta es la gracia de Dios”. Sin embargo, “nosotros, tantas veces, para estar seguros,

queremos controlar la gracia” y “en la historia y también en nuestra vida tenemos la tentación de cosificar la gracia”, hacerla

“como una mercancía o una cosa controlable”, tal vez diciéndonos a nosotros mismos: “Pero, yo tengo tanta

gracia”; o “tengo el alma limpia, estoy en gracia”:

… “la gracia de Dios es otra cosa: es cercanía, es ternura. Esta regla sirve siempre. Si tú en tu relación con el Señor no

sientes que Él te ama con ternura, aún te falta algo, aún no has comprendido

qué cosa es la gracia, aún no has recibido la gracia que es esta cercanía”.

…“Tú eres justo porque Dios se te ha acercado, porque Dios te acaricia,

porque Dios te dice estas cosas bellas con ternura:

ésta es nuestra justicia, esta cercanía de Dios, esta ternura, este

amor”. …“si nosotros tuviéramos el valor de

abrir nuestro corazón a esta ternura de Dios,

¡cuánta libertad espiritual tendríamos!”.

“Si tienen un poco de tiempo en su casa”, en la Biblia al profeta Isaías, capítulo 41 desde el versículo 13 hasta el 20. ahí se puede ver “esta ternura de Dios, este Dios que nos canta a cada uno de nosotros la

canción de cuna, como una mamá”.

El 12 de diciembre dijo en parte de su homilía, en la fiesta de Nuestra

Señora de Guadalupe: …Nuestra Señora de Guadalupe, …

Cuando se apareció a San Juan Diego en el Tepeyac, se presentó

como "la perfecta siempre Virgen Santa

María, Madre del verdadero Dios” (Nican Mophua); y dio lugar a una nueva visitación. Corrió premurosa

a abrazar también a los nuevos pueblos americanos, en dramática

gestación. Fue como una «gran señal

aparecida en el cielo… una mujer vestida de sol,

con la luna bajo sus pies» , que asume en sí la s imbología cultural y

religiosa de los indígenas, y anuncia y dona a su Hijo a los nuevos pueblos de mestizaje

desgarrado.

La Santa Madre de Dios no sólo visitó a estos pueblos sino que

quiso quedarse con ellos. Dejó estampada misteriosamente su sagrada imagen en la "tilma"

de su mensajero para que la tuviéramos bien presente,

convirtiéndose así en símbolo de la alianza de María con estos

pueblos, a quienes confiere alma y ternura.

Por su intercesión, la fe cristiana fue convirtiéndose en el más rico tesoro del

alma de los pueblos americanos, cuya perla preciosa es Jesucristo: un patrimonio que se transmite y

manifiesta hasta hoy en el bautismo de multitudes de personas,

en la fe, esperanza y caridad de muchos, en la preciosidad de la piedad popular y también en ese ethos de los pueblos que se muestra en la conciencia de dignidad

de la persona humana, en la pasión por la justicia, en la solidaridad con los más pobres y

sufrientes, en la esperanza a veces contra toda esperanza.

…Suplicamos a la Santísima Virgen María, en su advocación

guadalupana –a la Madre de Dios, a la Reina,

a la Señora mía, a mi jovencita, a mi pequeña, como la l lamó

San Juan Diego, y con todos los apelativos cariñosos con los que

se dirigen a Ella en la piedad popular–, que continúe

acompañando, auxil iando y protegiendo a nuestros pueblos.

Y que conduzca de la mano a todos los hijos que peregrinan en estas tierras al encuentro de su Hijo,

Jesucristo, Nuestro Señor, presente en la Iglesia,

en su sacramentalidad, y especialmente en la Eucaristía,

presente en el tesoro de su Palabra y enseñanzas,

presente en el santo pueblo fiel de Dios,

en los que sufren y en los humildes de corazón.

Que así sea. ¡Amén!

El 14 de diciembre en sus palabras previas al rezo del ángelus dijo:

“Toda familia, todo pueblo aspira a la felicidad”, la alegría a la que está llamado el cristiano para vivir y testimoniar. “Es aquella que viene de la cercanía de Dios, de su presencia en

nuestra vida”.

La llegada de Jesús a la historia, con su nacimiento en Belén,ha hecho que “la humanidad haya recibido el germen del Reino de

Dios, como un terreno que recibe la semilla, promesa del futuro

recogido”.

“no se trata de una alegría que hay que esperar

o pospuesta hasta el Paraíso: que aquí en la tierra estamos

tristes, pero en el Paraíso estaremos jubilosos”, sino que “es una alegría real y se puede

experimentar ahora”.

“Jesús mismo es nuestra alegría, y Con Jesús la alegría está en casa.

“Sin Jesús no hay alegría”, porque “Él está vivo, es el Resucitado,

y obra en nosotros y entre nosotros, especialmente con la Palabra

y los Sacramentos”.

Los bautizados “estamos llamados a acoger siempre nuevamente la presencia de Dios en medio de nosotros y a ayudar a los otros a

descubrirla, o a redescubrirla en el caso de que la hubieran olvidado”.

Esto es “una misión bell ísima, similar a aquella de Juan

Bautista: orientar la gente a Cristo –

¡no a nosotros mismos! – porque es Él la meta hacia la

cual tiende el corazón del hombre cuando busca la alegría

y la felicidad”.

…“ser misionero de la alegría”.

Se trata de “orar con perseverancia,dar siempre gracias a Dios, secundar su Espíritu,

buscar el bien y evitar el mal”.

Cultivar esto ayudará “a descubrir que en Jesús está la salvación”porque “en Él es posible encontrar la paz interior y la fuerza para

afrontar cada día las diversas situaciones de la vida, también aquellas más pesadas y difíciles”.

“Nunca se ha escuchado de un santo triste o de una santa con cara de funeral. ¡Jamás se ha

escuchado! Sería un contrasentido.

El cristiano es una persona que tiene el corazón rebosante de

paz porque sabe poner su alegría en el señor también

cuando atraviesa los momentos difíciles de la vida.

Tener fe no significa no tener momentos difíciles, sino tener

la fuerza de afrontarlos sabiendo que no estamos solos. Y ésta es la paz que Dios dona a

sus hijos”.

Ante la proximidad de la Navidad testimoniemos “que Jesús no es un personaje del pasado”…

 En twitter dijo:

Aprendamos de la Virgen María a seguir la Palabra de Dios con ánimo generoso.

La familia es una comunidad de amor, en la que aprendemos a relacionarnos con los demás y con el mundo.

La cuestión ecológica es vital para la supervivencia del hombre y tiene una dimensión moral que atañe a todos.

Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros.

Hoy es el aniversario de mi ordenación sacerdotal.Les ruego que recen por mí y por todos los sacerdotes.

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Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.