Enseñanzas del Papa Francisco. No.77 Enseñanzas del Papa Francisco. No.77.
Enseñanzas del papa francisco no 42
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Enseñanzas del Papa Francisco. No.42
Enseñanzas del Papa Francisco. No.42
El 27 de febrero hablando de la lectura en la que las tribus de Israel ungen a
David como su rey, explicó el significado espiritual de
la unción: Sin ella “David habría sido el jefe de una empresa, de una sociedad política, que
era el Reino de Israel”, habría sido un simple
“organizador político”. En cambio, “después de la
unción, el Espíritu del Señor” desciende sobre
David y permanece con él. Y la Escritura dice: “Así David se iba
engrandeciendo cada vez más, y el Señor, el Dios de los ejércitos, estaba con
él”.
La unción, acerca a los obispos y a los sacerdotes al Señor y les da la alegría y la
fuerza “para llevar adelante , ayudar y vivir al
servicio de un pueblo”.Dona la alegría de sentirse “elegidos por el Señor, mirados por el Señor, con aquel amor
con el que el Señor nos mira, a todos nosotros”.
Así, “cuando pensemos en los obispos y en los sacerdotes, debemos pensarlos así:
ungidos”.
Cuántos obispos santos, cuántos sacerdotes santos que han dejado su vida al servicio de la diócesis, de
la parroquia; cuánta gente ha recibido
la fuerza de la fe, la fuerza del amor,
la esperanza de estos párrocos anónimos, que no conocemos. ¡Hay tantos!: “los párrocos del campo o
los párrocos de ciudad, que con su unción han dado fuerza al pueblo,
han transmitido la doctrina,
han dado los sacramentos, o sea la santidad”.
“‘¡Pero, podrán decir: padre, he leído en el
diario que un obispo ha hecho tal cosa o que un sacerdote ha hecho tal
cosa!’. ‘Si, también yo lo he leído, pero, dime, ¿en los diarios están las
noticias de aquello que hacen tantos
sacerdotes, tantos curas en tantas
parroquias de ciudad y del campo, la tanta caridad que hacen,
tanto trabajo que hacen para llevar adelante a
su pueblo?’. ¡Ah, no! Esa no es
noticia".
"Eh, lo de siempre: hace más ruido un árbol que cae, que un bosque
que crece. Hoy pensando en esta
unción de David, nos hará bien pensar en
nuestros obispos y en nuestros sacerdotes
valientes, santos, buenos,
fieles y rezar por ellos. ¡Gracias a ellos
nosotros hoy estamos aquí!”.
El 28 de enero dijo: “David danzaba con todas sus fuerzas delante del Señor”. Todo el Pueblo de Dios estaba en
fiesta porque el Arca de la Alianza volvía a casa”.
La oración de alabanza de David, "lo llevó a salir de cualquier compostura
y a bailar delante del Señor" con "todas sus fuerzas".
¡Esto era precisamente la oración de alabanza!.
Sara, después de haber dado a luz a Isaac, dice:
¡El Señor me hizo bailar de alegría!",
"para nosotros es fácil de entender la oración para pedir algo al Señor, también para dar gracias al Señor" o la "oración
de adoración". Pero la oración de alabanza "la dejamos de lado, no nos
viene espontánea".
Pueden decir: "'¡Pero, padre, esto es
para los de la Renovación Carismática,
no para todos los cristianos!'
No, la oración de alabanza es una oración
cristiana para todos nosotros! En la misa,
todos los días, cuando cantamos el Santo. Esta
es una oración de alabanza: alabamos a Dios por su grandeza,
¡porque es grande! Y le decimos cosas lindas, porque a nosotros nos
gusta que sea así.
'Pero, padre, yo no soy capaz... Yo debo...'
¿Pero sos capaz de gritar cuando tu equipo marca un gol y no sos capaz de
cantar alabanzas al Señor? ¿De salir un poco de tu compostura para
cantar esto? ¡Alabar a Dios es totalmente gratuito!
No pedimos, no damos las gracias: ¡alabamos!"
Debemos rezar "con todo el corazón" "es un acto de justicia, ¡porque Él es
grande! ¡Es nuestro Dios!"
David, "era muy feliz, porque volvía con el Arca, volvía con el Señor: también su
cuerpo rezaba con esa danza".
'Pero ¿cómo va mi oración de alabanza? ¿Sé alabar al Señor o cuando rezo el Gloria o rezo el Santo lo hago solamente con la boca y no con
todo el corazón?' ¿Qué me dice David, danzando aquí?
Y Sara ¿bailando de alegría? Cuando David entra en la ciudad comienza otra cosa: ¡una fiesta!"
"La alegría de la alabanza nos lleva a la alegría de la fiesta. La fiesta de la familia".Cuando David entra en el palacio, la hija del rey Saúl, Mical, lo reprende y le pregunta si
no le da vergüenza haber bailado de esa forma delante de todos,
él que es el rey. Mical, entonces: "despreció a David".
¿cuántas veces nosotros despreciamos en nuestro corazón a personas buenas, gente buena que alaba al Señor como le
viene, así espontáneamente, porque no son cultos, no siguen las actitudes formales? ¡Pero, Mical lo
despreció! ¡Y dice la Biblia que Mical quedó estéril
durante toda la vida por esto!
¿Qué quiere decir la Palabra de Dios aquí?
¡Que la alegría, que la oración de alabanza nos hace fecundos! Sara
bailaba en el momento grande de su fecundidad, a los noventa años!
La fecundidad que nos da la alabanza al Señor,
la gratuidad de alabar al Señor. Ese hombre o esa mujer que alaba al Señor, que reza
alabando al Señor, que cuando reza el Gloria se alegra de
decirlo, cuando canta el Santo en la Misa se alegra de
cantarlo, es un hombre o una mujer fecunda".
"aquellos que se cierran en la
formalidad de una oración fría, medida, quizá terminan como
Mical: en la esterilidad de su
formalidad". Por ello, imaginemos
a David que danza "con todas las fuerzas
delante del Señor y pensemos qué bello
es hacer la oración de alabanza".
hará bien repetir las palabras del Salmo 23: "Puertas, levanten sus dinteles, levántense,
puertas eternas, para que entre el Rey
de la gloria! ¿Y quién es ese Rey de la gloria? ¡Es el Señor,
el fuerte, el poderoso, el Señor
poderoso en los combates!”
El 29 de enero dijo refiriéndose al sacramento de la confirmación:
“es importante tener cuidado de que nuestros niños,
nuestros muchachos tengan este sacramento,
la Confirmación debe ser entendida en continuidad con el Bautismo, al que está
vinculada de manera inseparable.
Estos dos sacramentos, junto con la Eucaristía,
constituyen un único evento salvador que se llama la ‘iniciación cristiana’, en el que
somos insertados en Cristo Jesús muerto y resucitado, y nos convertimos en nuevas
criaturas y miembros de la Iglesia”.
Confirmación significa “unción”, “confiere un crecimiento de la gracia bautismal: nos
une más firmemente a Cristo; completa nuestro vínculo con la Iglesia; nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no sentir jamás
vergüenza de su cruz”.
Por supuesto, es importante ofrecer a los que reciben la Confirmación una buena
preparación, que debe tener como objetivo conducirlos a
una adhesión personal a la fe en Cristo y despertar en ellos el sentido de pertenencia
a la Iglesia”.
Cuando acogemos al Espíritu Santo en nuestros corazones, y lo dejamos actuar,
Cristo se hace presente en nosotros y toma forma en nuestra vida; a través de nosotros, será Él, a través de nosotros será el mismo
Cristo quien orará, perdonará, infundirá esperanza y consuelo,
servirá a los hermanos, estará cerca de los necesitados
y de los últimos, creará comunión y sembrará la paz”.
“¡Piensen en lo importante que es esto: que es a través del Espíritu Santo, que viene Cristo para hacer todo esto en medio de nosotros y para nosotros! Por esta razón, es importante
que los niños y jóvenes reciban este Sacramento”.
El 29 de enero dijo: La fe se conoce en
cuanto está unida al amor,
en cuanto el amor mismo aporta luz.
La comprensión de la fe nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma
interiormente y nos da ojos nuevos para ver la
realidad”,
Sin embargo, si es la verdad del amor, si es la verdad que se desvela en el
encuentro personal con el Otro y con los otros, entonces se libera de su clausura en
el ámbito privado para formar parte del bien común... En lugar de hacernos
intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino
y hace posible el testimonio y el diálogo con todos”.
El 31 de enero dijo: Un pecado grave, como por ejemplo el adulterio, disminuido a un
“problema de resolver”. La elección que cumple el rey David.
David se encapricha de Betsabé, mujer de Urías,
un general suyo, se la trajo y envió al marido al frente de batalla, causándole la muerte
y de hecho perpetrando un asesinato.
Sin embargo, adulterio y homicidio no lo impresionan tanto. “David se encuentra ante un gran pecado, pero él no lo percibe como un pecado”. “No le viene a la mente pedir
perdón. Aquello que le viene a la mente es: ‘¿Cómo resuelvo esto?’”.
“Todos somos pecadores y todos estamos tentados y la tentación es el pan nuestro de cada
día. Si alguno de nosotros dijese: ‘Pero yo jamás he tenido tentaciones’,
o eres un querubín o eres un poco tonto, ¿no? Se entiende…
En la vida es normal la lucha y el diablo no está tranquilo,
él quiere su victoria”.
“Pero el problema más grave en este pasaje
no es tanto la tentación y el pecado contra el
noveno mandamiento, sino cómo reacciona
David. Y aquí David no habla
de pecado, habla de un problema que debe
resolver. ¡Esto es una señal! Cuando el Reino de Dios viene a menos, cuando el Reino de Dios disminuye, uno de los
signos es que se pierde el sentido del pecado”.
Cada día, rezando el “Padre Nuestro”, pedimos a Dios
“Venga Tu Reino”, lo que quiere decir “crezca Tu Reino”.
Cuando en cambio se pierde el sentido del pecado,
“el sentido del Reino de Dios” y en su lugar, surge una “visión antropológica súper potente”, aquella por la cual “yo puedo
todo”.
“¡La potencia del hombre en lugar de la gloria de Dios!
Éste es el pan de cada día. Por eso la oración de todos los días a Dios ‘Venga tu Reino, crezca tu
Reino’, porque la salvación no vendrá de nuestras
picardías, de nuestras astucias, de nuestra inteligencia para hacer negocios. La salvación vendrá de la gracia de Dios y del entrenamiento diario que hacemos
de esta gracia en la vida cristiana”.
Recordando la célebre frase de Pío XII:
“el pecado más grande de hoy es que los hombres han perdido el sentido del
pecado”,
Urías, el hombre inocente mandado a la muerte por culpa de su rey. Urías, se
convierte entonces en el emblema de todas las víctimas de nuestra inconfesable
soberbia.
“Les confieso, cuando veo estas injusticias, esta soberbia humana, también cuando veo el peligro de que a mí mismo me suceda esto, el peligro de perder el sentido del pecado, me hace bien pensar en los tantos Urías de la
historia, en los tantos Urías que también hoy sufren nuestra mediocridad cristiana, cuando
nosotros perdemos el sentido del pecado, cuando nosotros dejamos que el Reino de
Dios disminuya”.
Estos, “son los mártires de nuestros pecados no reconocidos. Hoy nos hará bien rezar por
nosotros, para que el Señor nos dé siempre la gracia de no perder el sentido del pecado, para que el
Reino no disminuya en nosotros. También llevar una flor espiritual a la tumba de estos Urías contemporáneos, que pagan la cuenta
del banquete de los seguros, de aquellos cristianos que se sienten seguros”.
El 31 de enero dijo: Ser Iglesia
“no significa gestionar, sino salir, para ser
misioneros, para llevar a la gente la luz
de la fe y la alegría del Evangelio.
No nos olvidemos de que el impulso de nuestro
compromiso de cristianos en el mundo no es la idea de la filantropía o de un
humanismo vago, sino un don de Dios, que es el de la
filiación divina que recibimos en el Bautismo. Y este don es a la vez una tarea. Los hijos de Dios no se esconden, aportan, más bien, al mundo la alegría de su filiación divina”.
la Santa Iglesia siempre tiene necesidad de purificación.
Y eso significa que siempre debemos estar comprometidos con nuestra purificación, en
el Sacramento de la Reconciliación".
“La familia, que se encuentra en el corazón de la Iglesia evangelizadora. La base sobre la
cual se puede construir una vida familiar armoniosa es, sobre todo, la fidelidad
matrimonial. Por desgracia, en nuestro tiempo vemos que la familia y el matrimonio en los países del mundo occidental, sufren
una profunda crisis interna”.
Acerca de los párrocos dijo: la parroquia, “gran campo que el Señor nos ha confiado para que sea fructífero con el trabajo pastoral. Los sacerdotes y párrocos deben ser cada vez más conscientes de que su tarea de gobernar es un
servicio profundamente espiritual. El párroco dirige siempre la comunidad
parroquial, contando con la ayuda y al mismo tiempo con la valiosa contribución de los distintos compañeros de trabajo y todos los fieles laicos”.
“Hay muchas personas que están en búsqueda, aunque no lo admitan. Todo el mundo está
llamado; cada uno es enviado. Y no está dicho que el lugar de la llamada sea solo
el centro parroquial... la llamada de Dios puede llegar en cualquier lugar de la vida cotidiana”.
“Hablar de Dios, llevar a los hombres el mensaje de amor de Dios y de la salvación en
Jesucristo, para todos los hombres, es el deber de todo
bautizado. Y esa tarea abarca no solo el hablar con
palabras, sino todo el actuar y el hacer. Precisamente en
nuestro tiempo, cuando parece que nos convertimos en ‘pequeño rebaño’
estamos llamados como discípulos del Señor, a vivir como una comunidad que es la sal de la
tierra y la luz del mundo”.
El 1 de febrero dijo a miembros del camino
Neocatumenal: El Espíritu de Dios siempre llega antes que nosotros.
Esto es importante: ¡El Señor siempre nos
precede! Piensen en Felipe,
cuando el Señor lo envía por aquel camino en el que encuentra un administrador sentado en su carruaje. El Espíritu llegó primero: él
leía al profeta Isaías y no entendía, pero el
corazón ardía. Así, cuando Felipe se le acerca, él está
preparado para la catequesis y para el
Bautismo.
¡El Espíritu siempre nos precede! ¡Dios siempre llega antes que nosotros!
Incluso en los lugares más remotos, incluso en las culturas más distintas, Dios esparce por doquier la semilla de
su Palabra.
Evangelicen con amor, lleven a todos el amor de Dios.
Digan a los que encuentren por los caminos de su misión que Dios ama al hombre tal como es,
aun con sus limitaciones, con sus errores, con sus pecados. Y por eso ha enviado a su Hijo para que Él tomara nuestros
pecados sobre sí. Sean mensajeros y testimonios de la infinita
bondad del Padre y de su misericordia inagotable.
El 2 de febrero dijo acerca de la Presentación del niño en el Templo:
Aquel fue también un encuentro dentro de la historia del pueblo, un encuentro entre los
jóvenes y los ancianos: los jóvenes eran María y José, con su recién
nacido, y los ancianos eran Simeón y Ana, dos personajes que frecuentaban el Templo”.
“el evangelista Lucas, acerca de la
Virgen y de San José repite por cuatro
veces que querían hacer aquello que
estaba prescrito por la Ley del Señor. No una acción de
fachada, no es por cumplir la regla, ¡no! Es un deseo fuerte, profundo, lleno da
alegría. Es aquello que dice el
Salmo: ‘Tendré en cuenta tus
caminos. Mi alegría está en tus
preceptos… Tu ley es toda mi alegría’”.
“¿Y qué dice San Lucas de los ancianos? Subraya que estaban guiados por el Espíritu
Santo. De Simeón afirma que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel y que el Espíritu Santo estaba en él; dice que el
Espíritu Santo le había prometido que no moriría antes de ver al Mesías del Señor;
y lo hizo al final dirigiéndose al templo conducido por el Espíritu”.
“En resumen, estos dos ancianos ¡están llenos de vida!
Están llenos de vida porque son animados por el Espíritu Santo, dóciles a su acción,
sensibles a sus llamados… Y he aquí el encuentro entre la Santa Familia y estos dos representantes del pueblo santo
de Dios. En el centro está Jesús. Él es quien lo mueve
todo, y atrae a unos y otros al Templo, que es la casa de su Padre”.
También en la vida consagrada “se vive el encuentro entre los jóvenes y los ancianos,
entre observancia y profecía. ¡No las veamos como dos realidades que se contraponen! Dejemos más bien que el Espíritu Santo
anime ambas, y la señal de esto es la alegría: la alegría de observar,
de caminar en una regla de vida; y la alegría de estar guiados por el Espíritu, jamás
rígidos, jamás cerrados, siempre abiertos a la voz de Dios que nos habla, que abre,
conduce, nos invita a caminar hacia el horizonte”.
Antes del rezo del Ángelus, refiriéndose
a lo mismo, dijo: Esta ofrenda de sí
mismos a Dios “concierne a todos los
cristianos, porque todos estamos
consagrados a Él por medio del bautismo.
Todos estamos llamados a ofrecernos al Padre con Jesús y
como Jesús, haciendo de nuestra vida un don
generoso, en la familia,
en el trabajo, en el servicio a la Iglesia, en
las obras de misericordia”.
“Sin embargo, los religiosos, los monjes, los laicos consagrados que, con la profesión de los votos, pertenecen a Dios de manera
plena y exclusiva, viven esta consagración de un modo
particular”.
Así entendida y vivida “la vida consagrada se nos presenta como es realmente: ¡un don de
Dios! Cada persona consagrada es un don para el
pueblo de Dios en camino.
Hay mucha necesidad de estas presencias, que fortalecen y renuevan el compromiso de la difusión del Evangelio, de la educación
cristiana, de la caridad hacia los más necesitados,
de la oración contemplativa; el compromiso de la formación humana y espiritual de los
jóvenes, de las familias; el compromiso por la justicia
y la paz en la familia humana”.
“La Iglesia y el mundo necesitan este testimonio del amor y de la misericordia de
Dios. Por esto es necesario valorar con gratitud las experiencias de vida consagrada y profundizar en el conocimiento de los diferentes carismas y
espiritualidad”.
“Debemos orar para que muchos jóvenes respondan su
‘Sí’ al Señor cuando los llama a consagrarse totalmente a Él para un servicio desinteresado a los hermanos”.
“Por todos estos motivos, como ha sido ya anunciado, el año 2015 estará dedicado de
manera especial a la vida consagrada. Encomendemos desde ahora esta iniciativa a
la intercesión de la Virgen María y de San José, que, como padres de Jesús, fueron los
primeros en ser consagrado a Él, y a consagrar sus vidas a Él”.
En sus palabras posteriores al rezo del Ángelus, dijo:
“Extiendo mi saludo y mi aliento a las asociaciones, movimientos y a los centros culturales que participan en la defensa y
promoción de la vida. Me uno a los Obispos italianos en reiterar que ‘todo hijo es el
rostro del Señor, amante de la vida, don para la familia y para la sociedad’”.
“Que cada uno en su propio papel y en su propio campo, se sienta llamado a amar y a
servir a la vida, aceptarla, respetarla y promoverla, especialmente cuando es frágil y necesita atención y cuidados, desde el seno
materno hasta su fin en esta tierra”.
En twitter dijo: Queridos jóvenes, no se conformen con una vida mediocre. Déjense seducir por
lo que es verdadero y bueno, por Dios.
No me imagino un cristiano que no sea capaz de sonreír. Demos testimonio
gozoso de nuestra fe.
Nadie se salva solo. La dimensión comunitaria es esencial en la
vida cristiana.
A veces estamos tristes a causa de nuestros pecados.
No nos desanimemos: Cristo ha venido a liberarnos.
Él es nuestra paz.
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Que Dios te llene de bendiciones. Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.
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