Ensayo Pueden los Legos Ejercer el Análisis
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO
PLANTEL DEL VALLE
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
ENSAYO: ¿PUEDEN LOS LEGOS EJERCER EL ANÁLISIS?
QUE PARA CONCURSO DE INGRESO AL
DIPLOMADO EN TEORÍA PSICOANALÍTICA FREUD ˙ LACAN • 2009
PRESENTA LA ASPIRANTE:
ALEJANDRA DEL RAYO NOVOA MIRANDA
PASANTE DE LA LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA. UNAM. CAMPUS CU.
ANTE LA COORDINACIÓN Y PLANTA DOCENTE:
MTRO. ALIBER ESCOBAR SUSANO
MTRO. RAÚL CORONA FUENTES
MTRO. CARLOS GÓMEZ CAMARENA
MTRO. CÉSAR ILLESCAS MONTERROSO
MTRA. DIANA MONTES CABALLERO
MTRA. CRISTINA ORTEGA KANOUSSI
LUNES 06 DE JULIO DE 2009.
¿Pueden los Legos Ejercer el Análisis?
“… de aquí, también, que en el terreno psicológico no existan, por decirlo así,
respeto ni autoridad algunos. Todo mundo se considera con derecho a opinar…
si arriesgamos una afirmación psicológica, podemos estar seguros de que
nadie dejará de emitir su juicio… Todo el mundo tiene su vida anímica y se
cree, por ello, psicólogo.” (pp. 2916)
Esta cita con la cual doy comienzo al presente trabajo, entre algunas otras que
más adelante comentaré, me ha sido totalmente representativa, lo cual amerita
exponer mis razones de una manera muy sencilla y con cierto sentido del
humor, para dar a mi persona una cierta tranquilidad. ¿Por qué digo esto?
Porque en el desarrollo de mi vida profesional me he encontrado con diversas
dificultades entre las cuales se vislumbran: la falta de credibilidad de mi
profesión; el ejercicio de la misma por parte de personas no certificadas; el
gran número de teorías, corrientes y expositores que existen actualmente en el
campo de las ciencias de la salud; la realización de un encuadre que cuente
con las condiciones de la disciplina, la adaptación al sujeto en cuestión, las
necesidades sociales presentes y las posibilidades del profesional; la
necesidad de capacitarse constantemente frente a los elevados costos de
dinero y requerimiento de “energías” para hacerlo, lo cual lleva a que el costo
de las sesiones de “Psicoterapia” sea considerado elevado e inclusive la cura
de “los trastornos psicológicos” se vislumbre como un lujo y no como una
necesidad, dando así una connotación elitista al ejercicio de la profesión; el
aumento de enfermedades mentales y padecimientos nerviosos en la población
mundial debido al tipo de vida que lleva nuestra sociedad en la actualidad;
entre otros.
Antes de entrar directamente a aquello que me es de personal interés,
continuaré con el abordaje, desde el artículo en cuestión y alrededor de la
evolución de la problemática hasta el día de hoy, del tema principal que nos
concierne acerca del ejercicio del análisis por parte de los legos (no médicos).
En este sentido, podría decirse que “históricamente” yo misma sería un lego,
debido a que la práctica psicoanalítica se encontraba básicamente ligada a la
Medicina, debido a que los psiquiatras tomaban al Psicoanálisis como una
rama de ésta. Como es bien sabido, en aquél tiempo estaba la polémica del
ejercicio de la clínica analítica por no médicos en su máximo nivel, pero ya
Freud envuelto en tal circunstancia y defendiendo las características
particulares del trabajo que desarrolló nos dice que “… la mayoría de los
médicos merecen el dictado de curanderos. Practican, en efecto, el tratamiento
analítico sin haberlo estudiado ni comprenderlo” (pp. 2940) con lo cual nos
explica que de lo que se trata es de contar con “los saberes”1 que se requieren
para poner en práctica tal trabajo, distinguiendo varios niveles de saber: uno
ligado a la teoría psicoanalítica, otro relacionado a los fenómenos inconscientes
que surgen del análisis propio y por último uno ligado a la práctica analítica. Así
tenemos que: “Lo que exijo es que no pueda ejercer el análisis nadie que no
haya conquistado, por medio de una determinada preparación, el derecho a
una tal actividad.” (pp. 2943), es decir, que cuente con los saberes, que ya he
mencionado, requeridos para tal labor.
A pesar de su postura tan clara, Freud no logro convencer a sus “colegas” y la
discusión y desacuerdo mundial continuó por muchos años. En 1949, la gran
labor desarrollada por los psicólogos en la selección de personal militar y en el
tratamiento de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, da sus frutos al
ser reconocida la dimensión terapéutica de la Psicología Clínica, no siendo esto
sin la reacción inmediata de los psiquiatras norteamericanos, que
fundamentalmente eran los que desde un inicio se encontraban en desacuerdo,
por considerar la “psicoterapia” como competencia exclusivamente médica.
Con todo y esto, la incorporación de psicólogos a la práctica psicoterapéutica
resultó imparable y se materializa con el Servicio de Referencia de Bajo Costo,
con el que se proporcionaba ayuda terapéutica a los pacientes más
desfavorecidos y así se oferta a los estudiantes en formación la posibilidad de
adquirir experiencia clínica, abriéndose a la par un Comité Clínico para la
supervisión de estos. En la década de los 50´s la sociedad norteamericana
demanda un mayor número de profesionales formados en salud mental, al
resultar insuficientes los médicos psiquiatras, lo que obliga a las instituciones a
contratar personal no médico para realizar tareas de evaluación psicológica. En
1952, la labor de difusión y consolidación del psicoanálisis, iniciada 4 años
atrás, da un paso más al ser editada la revista que para 1963 toma el nombre
definitivo, que ha permanecido hasta la actualidad, de “The Psychoanalytic
Review”. El talante abierto que caracterizó a la revista desde sus inicios se ha
plasmado en la publicación de artículos redactados por psicoanalistas de
distintas orientaciones teóricas (freudianos, lacanianos, junguianos, etc.). En
1956, se regula la actividad del Psicólogo Clínico y se le exigen elevados
méritos profesionales sin los cuales se impedía ejercer, como contar con una
experiencia clínica de 1400 horas; pero debido al uso inadecuado que algunos
realizaban de los seminarios y cursos para promocionarse, las fricciones
internas no cesaban provocando la adopción de estándares más débiles y con
ello la escisión. Así, después de 1961, se constituyeron diversos Institutos con
sus propios principios de formación, como la Psicología del Ego o la Teoría de
las Relaciones Objetales. El resultado de tantas décadas en conflicto es que se
configura más tarde, hasta 1967, el programa de formación universitaria del
psicólogo clínico, que hasta la década de los 80´s permaneció sin
modificaciones. Para los años 90´s se logró una adecuada adaptación de los
criterios requeridos a los estudiantes, lo que propició una comunicación más
fluida entre organizaciones. Así, se alcanza un rol social que antes no había
sido posible y se abren más claramente las puertas para la práctica del
psicoanálisis clínico, o cualquier otra psicoterapia, a los licenciados en
psicología del área clínica preparados al efecto.
Con todo lo expuesto anteriormente, podemos entender que se creó una
formación específica para poder ejercer la “Psicoterapia”, mencionando esto de
manera general por existir diferentes teorías para practicarla, siendo una de
ellas el psicoanálisis, que si se quiere ejercer como tal requiere de una
preparación extra y especializada. Así, es de comprenderse, que si a alguien le
interesa dedicarse a ello, deberá estudiar la Licenciatura en Psicología y
posteriormente un postgrado o formación psicoanalítica en alguna de las
Instituciones avaladas para ello. Sin embargo, muchos profesionistas externos
del área de la salud, en algún momento de su ejercicio profesional, llegan a
interesarse en dar psicoterapia y se inscriben en algún diplomado que les hace
creer que se encuentran ya capacitados para tal fin, ante lo cual yo he de
confesar que soy de las primeras personas en mostrar desacuerdo, debido a
que la psique humana es harto compleja así como el conocimiento de los
procesos implicados en la sociedad en la que vivimos, fundamento que explica
el que se requiera un estudio completo e integral, que siendo sinceros no
termina nunca una vez que se toma la decisión de dedicarse a ello.
Como puede verse en esta última parte de mi discurso, a pesar de los grandes
logros que se han tenido en el transcurso de 80 años, por decir algo,
actualmente, el estado de las cosas se sigue mostrando caótico, pues no hay
ningún control oficial sobre la práctica psicoanalítica (u otras intervenciones
psicológicas) que de hecho es ejercida por cualquier médico, psicólogo e
incluso cualquier otro licenciado universitario, lo que ha llevado a un
crecimiento desmedido de los analistas “a-silvestres” con una formación las
más de las veces de dudosa fiabilidad; con lo cual llegamos a ésta, la
explicación de que mi profesión cuente con poca credibilidad aún en nuestros
días, pues la población en general sigue teniendo la idea (imagino por la
exclusividad manejada por los psiquiatras desde sus inicios) de que la
asistencia con el psicólogo, a psicoterapia o análisis, está relacionada con que
uno se encuentra loco, y como “yo no estoy loco, no lo necesito”. Y como Freud
nos dice: “El método analítico es muy discreto… consiste tan sólo en el
intercambio de ideas. No ha de ser nada fácil probar a un profano el ejercicio
del análisis cuando el acusado afirme que se limita a oír a las personas que a
él acuden, aconsejarlas y ejercer una benéfica influencia, puramente humana,
sobre individuos precisados de ayuda espiritual.” (pp. 2944). Por lo tanto, es
más fácil que la persona que tiene cualquier dificultad se acerque con algún
familiar, amigo, consejero, trabajador social, sacerdote para que le escuche y le
de consejo, el cual generalmente carece de objetividad y aunque pueda o no
ayudarle si decide llevarlo a cabo, la persona solamente se desahogará, la
tranquilidad volverá, pero ¿por cuánto tiempo? Porque el conflicto no queda
resuelto desde sus orígenes. Sin embargo, las personas no valoran este hecho
y por eso echan en saco roto la posibilidad de recibir atención profesional,
hasta que llega un momento en el que la acumulación de sus tensiones le
demanda de manera urgente hacerlo, pero como comienzan a ver mejoría
superficial desertan al poco tiempo, repitiendo el círculo, que cada vez los que
nos dedicamos a la Psicoterapia vemos con mayor frecuencia.
Finalmente me queda por hablar de manera general acerca de la Teoría
Psicoanalítica, lo cual compete al contenido del Diplomado en cuestión. El
Psicoanálisis es siempre "Psicoanálisis Aplicado", el conocimiento de la Teoría
es fundamental, pero esto es tan importante como la posibilidad de ir
articulando: Teoría, Método y Técnica en los más diversos ámbitos, campos y
fenómenos, tal como lo muestra Freud en su producción escrita. Si observamos
el Índice de la Obra Freudiana podremos ver que lo que más llamó su atención
fueron cuestiones como las masas, la guerra, la cultura, el arte, la religión y una
gran diversidad de temas. Se cuestiona el concepto de "persona" o
"personalidad" (per-sonare, o prosophon, como se llamaba a las máscaras en
el teatro griego, que cumplían la función de los amplificadores actuales) en
tanto se concluye que es el epifenómeno de motivos inconscientes (pulsiones,
deseos, fantasías, etc.). Se produce así un descentramiento de los fenómenos
de conciencia, voluntad y personalidad. La elaboración por Freud del concepto
de Aparato Psíquico se relaciona más con una red, con un sistema abierto que
con un nuevo centro. Algunas concepciones actuales del Psicoanálisis tienden
a colocar al inconsciente como un nuevo centro.
Los "Psicoanalistas tradicionales" consideran al Psicoanálisis solamente una
cura médico – psicológica, dentro de la Clínica Tradicional (Clinos:
etimológicamente quiere decir cama, al lado de la cama del enfermo). Los
Psicoanalistas tradicionales consideran que se trata de Psicoanálisis cuando
hay: uso del diván, atención flotante (por parte del analista) y asociaciones
libres (por parte del paciente). Esto conlleva la adhesión rígida a una escuela o
autor con una sacralización de la Doctrina Psicoanalítica.
Cuando nos enfrentamos a diferentes campos de problemáticas: Jurídica,
Educacional, Clínica, Victimológica, Sanitaria, Comunitaria, etc. veremos que
ningún autor, corriente o escuela psicoanalítica, por sí solos bastan para
trabajar las diversas temáticas y campos de aplicación. Esto no quiere decir
"eclecticismo", puesto que ecléctico significa que todo da igual. Lo que interesa,
dentro del ejercicio del trabajo que competa a cada quién en este Diplomado,
en mi caso el de la Psicología, es que frente a diversos tipos de problemas y de
búsqueda de respuestas y acciones, deberemos seleccionar y categorizar de
donde surjan los aportes más adecuados a los mismos. Por este motivo
actualmente existe una inclinación integral en la formación de los profesionales
en el campo de las ciencias de la salud, que si bien se debe tener una
preferencia por cierta corriente o rama de trabajo con sus particulares
postulados teóricos, se debe mantener asimismo la apertura para ver más allá
de esto y buscar alternativas que más convengan de acuerdo a la problemática
del paciente, a sus características particulares y a su demanda, para poderlo
así tratar más adecuadamente. Además existe una consciencia multidisciplinar,
en la que debe haber relación entre diversos profesionistas para poder lograr
mejores resultados en el trato con el paciente.
Esta posición académica y profesional, a mí parecer, permite además de
trabajar en la Clínica Tradicional, a hacerlo en problemas tan diversos y que se
presentan con sus particularidades totalmente relacionadas con la sociedad
que nos reina hoy en día y sus conflictos de la época: como el de la violencia,
educación, minoridad, etc. Pero debemos recordar que hay personas y
profesionales que no toleran las diferencias (Freud lo llamó el narcisismo de las
pequeñas diferencias). Esto ha sido, entre otras cosas, muy cuestionado por
los tribunales de concurso, constituidos por psicoanalistas tradicionalistas, que
se encargan de tomar las decisiones del curso de la currícula de las escuelas
de formación de diferentes modalidades para profesionistas de la salud.
Es difícil a veces diferenciar, qué vamos a privilegiar, si el mercado de trabajo,
la oferta y demanda o el desafío de enfrentar nuevas situaciones, problemas y
proponer alternativas que pueden elaborarse desde la perspectiva que
presentamos.
Respecto a lo anterior y en función de las temáticas propuestas en el programa
designado para este Diplomado, con las que hace Freud a los más diversos
campos sociales de la vida humana; a mi entender se trata, de una praxis, es
decir de una compleja articulación teórico – práctica desde mis intereses y de la
aplicación que personalmente le daré. Frente a la adquisición de estos
conocimientos no debe sólo plantearse la opción de trabajar
psicoanalíticamente, es decir ejercer la profesión como psicoanalista (en el
sentido tradicional, más relacionada con la medicina clásica que
mencionábamos). Se trata también, y fundamentalmente a mi entender, que de
él se tomen herramientas, instrumentos que tienen importantes efectos, de
comprensión y poder llevar a cabo acciones que se manifiesten en
transformaciones en los más diversos ámbitos del quehacer profesional, en mi
caso del Psicólogo.
Esto implica un desafío, un camino por recorrer, es solo un inicio que ya he
emprendido desde hace algún tiempo, porque aún hay mucho que hacer al
respecto. Sus aportes pueden ser: cuestionadores, en el sentido de "poner en
cuestión" lo obvio, de interrogación y de instrumentos de aplicación en los
distintos campos de la Psicología contemporánea.
Es muy frecuente la confusión entre Psicoanálisis y Psicología Clínica, y mi
intensión es la de precisamente seguir aclarando mi camino, por lo que espero
obtener mayores conocimientos con respecto al Psicoanálisis. Lo que puedo
decir sobre éste es lo que en varios momentos les escuché como resumen a
mis profesores: La mayor parte de los textos de Freud tratan y aportan a las
temáticas más variadas de la vida social humana. Si bien Freud se interesó
como médico, muy tempranamente en la patología, cuando tiene que explicar,
transmitir lo que es el Psicoanálisis (Conferencias de Introducción al
Psicoanálisis, 1915 - 1917) parte de los fenómenos de la vida normal, de la
Vida Cotidiana. Los sueños, chistes, lapsus, olvidos, etc. Por último aborda un
campo: el de la Psicopatología Psicoanalítica: La doctrina general de las
neurosis. Esta Psicopatología, parte fundamentalmente, también, de la vida
cotidiana. Vamos a encontrar en los textos como van surgiendo, como va
construyendo sus conceptos, apoyados siempre en lo cotidiano (lo "normal") y
la psicopatología. Freud utiliza excepcionalmente el término anormal. En un
solo texto: Tres Ensayos de una Teoría de la Sexual (1905), intenta una
explicación, en donde lo anormal se diferenciaría de lo normal cuando cierto
tipo de fenómenos considerados "cuantitativamente", por su monto o intensidad
encuentran una expresión "cualitativa" diferente. Lo hace con un interés
específico, ir diferenciando los problemas psicológicos de los conceptos de
"degeneración biológica" de la época, por un lado, y por otra parte tratar de ir
estableciendo ciertos procesos o mecanismos psíquicos básico para elaborar
su psicopatología, particularmente las diferencias entre las neurosis, las
perversiones y las psicosis. Algo comúnmente olvidado en este aporte
freudiano es que no solamente trabaja las diferencias, sino también los
aspectos en común entre las mismas.
CONCLUSIONES
En los profesionistas de la materia que nos ocupa surge una postura ética que
denuncia con todas las letras cuando se encuentra frente a una anomalía. Sin
embargo, el quedarse varado en este camino que parece interminable contra
aquellos que no están éticamente en posición para ejercer produce que
inconscientemente se muera por aquello que se desea matar. Por lo tanto, en
el texto que trata sobre tal cuestión, Freud nos deja la enseñanza de que no
hay Nada que defender, nadie a quien convencer. Ofrece sólo una exposición,
donde un pensamiento se expone, aún a los propios riesgos de sus certezas y
por tal con el trabajo ético que las personas preparadas para tal ejerzamos, al
expandirse alrededor de nuestro núcleo social de acción, dará frutos la
credibilidad de los resultados vislumbrados a nuestra profesión.
Aún después de garabateado sendero que hemos recorrido, quedan más
preguntas que respuestas. Pero además de preguntas hay una tarea
pendiente. Concurre a mi recuerdo una frase de Freud con vistas al futuro, que
es nuestro presente: “se nos planteará la tarea de adecuar nuestra técnica a
las nuevas condiciones”2. Es, por tanto, nuestra ineludible tarea, seguir
fundando, creando, inventando al psicoanálisis y por ello debemos permitirnos
ensayar nuestra práctica en los nuevos contextos que nos convoquen. Por tal
motivo, concluyo que el interés particular que manifiesto en función de tomar
éste Diplomado, responde a la necesidad de tratar de comprender con mayor
detenimiento la sociedad actual que rige mi época y así aumentar mi acervo de
conocimientos y habilidades para la investigación psicosocial, los cuales pueda
ir incluyendo en mi práctica profesional y en conjunto con mi análisis personal
poder asentar con mayor fuerza las bases para mi formación psicoanalítica
futura.
BIBLIOGRAFÍA
Ψ FREUD, S. Obras Completas. Análisis Profano (Psicoanálisis y Medicina)
Conversaciones con una Persona Imparcial (1926). Traducción de López –
Ballesteros. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid, 1981
1 Rosario. Ensayo: Algunas Reflexiones Sobre el Saber del Analista.
2005.
2 Freud, S. Obras Completas. Nuevos Caminos de la Terapia
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Nueva. Madrid, 1981
Pérez, Emilse. Delivery de Psicoanálisis: Nuevos Contextos de la
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Sánchez – Barranco, Antonio; Sánchez – Barranco, Pablo; Balbuena,
Francisco. El Análisis No – Médico, ¿Una Controversia Superada?
Revista de la Sociedad Española de Neuropsiquiatría. Madrid, abr. – jun.
2002
De Brasi, Juan Carlos. A Propósito de Psicoanálisis y Medicina: ¿qué
significa dogmático e impensable en Freud? Espacio Psicoanalítico
de Barcelona.