Ensaladilla. Emilia Pardo Bazán. La Ilustración Artística. Num. 1017.Pag. 410.24.6.1901

download Ensaladilla. Emilia Pardo Bazán. La Ilustración Artística. Num. 1017.Pag. 410.24.6.1901

of 1

description

Facsímil del artículo "Ensaladilla" de Emilia Pardo Bazán en el semanario "La Ilustración Artística" dentro de la serie "La Vida Contemporánea".

Transcript of Ensaladilla. Emilia Pardo Bazán. La Ilustración Artística. Num. 1017.Pag. 410.24.6.1901

  • L A V I D A C O N T E M P O R N E A

    S irS AL A O ILU

    Vuelvo de Orense c oo e l t im a llena de infinita gra-titud, con provisidn de consuelo j d e a la r a pare Ottcho cmpo. Bata Tocac i n literaria o a , que uo ha dejado de costarme desazones y lututs, me Ka vi< lido tambin, en justa reeocnpensa, horas y das in -olvidables. Qu ms se puede pedir? T o d o lo que es combate se d fra en la s p e ra n a de una te to n a , d o -blemente deseada y saboreada si vence p or nosotros y eon nosotros una idea que vale ms que n osotros valem . Y o , cuando llegue t momento d e c o lg a r la s arcoas y desceir e l arns; cuando tenga que retirar-m e i la som bra de 1 rboles sombra ms obs-cura adn, no podr d ed r que do h e recogido e l fruto espiritual abundante y sataindo. Y a o se me repren-da esce pequeo desahogo personal, que las fiestas Je Orense v id a eofU taperuta soa, y d e ellas podra decir mucbo en esta c i n i , justam eale no me lo mcorbase e l pudor d e hablar de cosa propia, de algo que rae t o tan de cerca y tanto me hoora. N i una palabra ms arorca del radiante viaje ayer termirui- do; pesar de o c lum bre d e entera r a l lectores de L a iL U S ta A C t A b t &t i c a d e mis cere ras y etcursiones por Espaa y por fuera de Espaa, sea ves prescindo de toda nota pintoresca.

    Y a estn abiertas las Corles. Fuego de D i con las C tes y e l calor qne en ellos bocel N o compren-do por qu^ siempre se convocan las Cortes en t ri- g del verano, lo m ismo que si se aspirase qu e l padres d e la patria no salgan con vida de la empresa.

    Cuando digo que se convocan las C tes en el r i-gor d t verano, com eto una inexactitud: muchas ve-ces se convocaron con tiempo fresco, pero se prorro garon hasta los meses ms crueles. Las de 1850, en ese p&nlcular, anduvieron gobernadas por mano acor tada en graduar temperaturas. A briron en octubre. Algunas otras, com o las d e 6 1 .6 s , 64. en noviembre y diciembre. F cro desde t88o ae, noto la tendencia abrirlas en marzo, abril, m ayo y jim io, que tanto

    com o sentenesr t horno de Babilonia I quehsm de leA lr la parlamentaria batalla.

    M u y desBoeditado est eltstema. N o lo e s t aquf tan slo: en muchas naciones latinas, sobre lodo la ti-nas, corren m a l vientos pa/a l S in erabergo, no ha descubierto, hasta la fecha, cosa m ej . L a re-unin y la delibvradn pot msdo d e la palabra las encontramos cn e l origen mismo d e la v ida d e l pueblos, en I pases primitivos, en la pipa rofawr/ d e l gran coroejo indio, en la swmblca. de I ancia-nos de Israel, en la Hietda, donde, en m om en t de peligro, vem em o se juntan y deliberan I jefes, en forma realmente parlamentaria. M illn otorga a) parlamenlarifioio ms rancio abolcngojen e l Infierno nos describe lus sraiones de un parlamento de dt^ monioB.

    Enorm e* son sn duda I d e fe c l de que adolece Is iu tucan ; de seguro est tao enferma c o n o las dems, com o lo est on Espaa todo ; y no obstante, serla d n d l reemplasatls; n o se v e e l medio. Bs el parlamentarismo una d e las muchas cosas que aqu no

    feron porroencia, sioo porciim ulo de accidentes que an llegado v i a r 6 i encubrir lo eseaca l mismo. Se le ba ocurrido nadie pensar lo que seras, lo q w podrian ser uoas Corees anroras, unas Ctes tegidas llbrerDente poc la nacin, sin coacciones, sb infiuendaa, sin am a , sin ese eocasUlado que se parece a l k k tek ia d e l numdarinato en I palees sujetos t l it ig o y lo in flexible d e la jerarqua? Exsrirla espectculo ms hermoso? Qu no saldra de ah? N o enronlraHaraos, en eaa reunin de hom-bres verdaderamente delegad por Espaa, t fondo d e nuestra alma y de nuestra voluntad?

    H ay quien d ice y asegura que para cumplir este prodigio, no bascara que el gobierno tuviese un artan