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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    [email protected]

    www.oscar.gagliano.net.ar

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    Autor y Editor: Gagliano, Oscar

    ENREDADERAPrimera Edicin Buenos Aires - Argentina102 pginas 15cm x 21cmISBN: 978-987-05-6653-32011, Textos, imgenes interior, imgenes

    cubierta.Queda hecho el depsito que marca la Ley11.723

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    ENREDAD

    ERA[Narraciones y cuentos]Autor:

    Oscar Gagliano

    [email protected]

    argentina 2011

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    AUTOR

    Nace en marzo 27 de 1949, en la ciudad deBuenos Aires.Arquitecto y pintor. La escritura, aparece comocanal expresivo de las imgenes que necesitanexpandirse ms all de la pintura.

    Desde la plstica, genera caminos de bsqueda,virtuales y reales, medios habituales para verificarsus realizaciones con la opinin, en el mbitonacional e internacional.

    Publica diversas notas en medios, reflexionessobre la tarea de artes plsticas, opiniones delmbito social y cultural.

    Finalmente, despus de incursionar en variasformas de expresin literaria publica este libro,resumen de lo realizado hasta hoy en narraciones,poemas y novela corta

    DEDICATORIA

    A Graciela, mis hijos, familia, amigos y todos losque de una u otra manera me empujaron hastaaqu con su entusiasmo y afecto.

    Oscar

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    DE LA SERIE PALABRAS QUE MIRAN

    Cuentos y poesas que buscan una conexin conel entorno (natural o urbano) recreando unarelacin olvidada.El recorrido propuesto por la obra Palabras quemiran es atravesado por la percepcin pictricadel autor.Arquitecto y artista plstico, impregna sus

    escritos de imgenes detalladas, no con finesornamentales, sino para formalizar unaconstruccin por capas, donde el lector conservasu derecho a percibir a su antojo texturas ycolores.Este sistema de construccin pictrica, permitematizar ciertos quiebres como el permanentedialogo interior de los personajes, quienes demodo caprichoso insisten en interactuar con sumente de modo recurrente.

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    INDICE

    Narraciones de Oscar Gagliano

    o La enredadera

    o Bajo Flores

    o La mesa

    o Pelota

    o Todos somos una

    o Caminos al norte

    o El hospital

    o Madretierra

    o Magia

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    La enredadera

    La vi enredarse poco a poco - era su

    tarea despus de todo

    Mi barrio era un barrio como cualquier otro.

    Vereda despareja, rboles aosos, vecinas

    conversadoras, mitad adentro de sus casas y

    mitad afuera.

    Era una poca donde estar afuera era tan lindo

    como estar adentro, o casi lo mismo. Entonces los

    rboles y las plantas haban sido unos

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    compaeros de presencia constante, donde

    furamos estaban.

    Adems, como si hubiera que agregar algo la

    completaban con su perfume. En cada casa,

    conformando un ambiente ms, limitaban el patio.

    Las doas ponan tanto entusiasmo en el cuidado

    de sus plantas, les prodigaban tanto afecto, que

    se dira que no pasaba un da sin que conversaran

    con ellas, intercambiando opiniones sobre el

    tiempo y las alternativas de la economa.

    El barrio fue creciendo conmigo, pero las plantas

    no cambiaron mucho. Recuerdo a la enredadera,

    era la ms "inteligente" de todas, pareca tener

    vida propia.

    En este sentido, compart con ella gran cantidad

    de cosas, fuimos contemporneos. Cuando lleg a

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    casa, yo era tan chico que casi se alzaba sobre mi

    cabeza.

    La vi enredarse poco a poco - era su tarea despus

    de todo - con lluvia o sol, das felices o tristes. En

    todos estaba presente, acompaando, esperando

    el momento que alguien se acordara de ella,

    entonces pareca tomar un color y una presencia

    destacables. Escuchaba serena y calladamente en

    una primera fila, todas las trascendentes e

    intrascendentes conversaciones que se tratan en

    una familia.

    As vio nacer a mi hermano, el casamiento de mi

    prima -sacaron las fotos aqu, porque era ms

    pintoresco- y hasta las peleas fatales de mis tos.

    Pero a quien ms acompaaba era al abuelo

    -quizs por fidelidad propia de las enredaderas-

    intentando competir con el perro de casa.

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    Siempre estaba aportando sombra en el sector

    que el abuelo buscaba para hacer la siesta, en ese

    momento respetando el ritual, no permita que los

    pjaros ni los insectos se acercaran a perturbar el

    sueo de la tarde.

    El da que el viejo cay en cama, se llen el piso

    del patio con hojas rojas.

    Era otoo y nunca ms se levantara. Recuerdo

    que su habitacin, siempre protegida por las

    sombras de la enredadera, estaba siempre con un

    clima diferente al de la casa, en el resto la

    calefaccin nunca era suficiente y en el verano

    nos asbamos de calor, aunque all todo era

    adecuado.

    Pareca que al resto de los habitantes nos hubiera

    dejado de proteger y encima debamos atenderla y

    cuidarla reemplazando al viejo.

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    Pese a los esfuerzos que hacamos, las sombras

    del verano eran cada vez ms escasas, sus hojas

    ya no resistan atadas a sus ramas y los insectos

    y ratas se haban convertido en sus habitantes

    cotidianos, pareca que la haban tomado como va

    de trnsito obligatoria.

    Una tarde de verano ya no aguant ms, la

    presencia descarada de una rata mirndome

    desafiante desde una de sus ramas, me motiv

    para convertirme en su verdugo-podador. Sin

    esperar autorizacin ni consentimiento familiar,

    sin que haya una consulta histrico

    conservacionista, ah fui con las tijeras recin

    afiladas; la adrenalina mejoraba mi eficiencia en

    cada corte.

    Despus vino la calma. Haba un silencio al que

    estbamos desacostumbrados; ella tambin

    funcionaba como una barrera de los ruidos de la

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    calle, como el sol y el viento se comportaban

    distintos, todo tena un microclima especial.

    Al poco tiempo el abuelo falleci, a sus cenizas las

    guardamos en casa. Nos pareci que no podamos

    separarlo de su lugar... y su enredadera.

    Con el tiempo y los casamientos me qued solo en

    la vivienda de mi barrio de la infancia. Un da,

    cuando yo no estaba, se desmoron.

    Las paredes se quebraron y cayeron, segn los

    tcnicos peritos fueron los cimientos que

    cedieron... la humedad del terreno...

    Desde la verja del frente veo los despojos de la

    demolicin, las cosas del abuelo, que no puedo (no

    me animo) a sacar y una joven y creciente

    enredadera que saliendo de los cimientos no deja

    de crecer, envolviendo amorosamente los restos.

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    Bajo Flores

    El horario era el de siempre, ni muy

    tarde ni muy temprano.

    Era un da como cualquier otro.

    Iba camino al trabajo que ms me entusiasmaba,

    dar clases en un barrio del bajo Flores, zona por

    esos tiempos olvidada pero fundamentalmente

    desconocida y misteriosa para un gran sector de

    la sociedad.

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    Un tiempo que guardaba para m. Programaba la

    clase imaginando las situaciones que se

    presentaran, preparaba con prolijidad los

    documentos de planificacin escolar para

    adultos, todo como si fuera a compartir con otros

    la actividad, aunque en realidad estara solo al

    frente de la clase.

    El horario era el de siempre, ni muy tarde ni muy

    temprano, el suficiente como para tener bajo

    control cualquier imprevisto que se presentara,

    en particular lo nico que poda pasar era eso,

    solamente un imprevisto, en el viaje de colectivo.

    El de siempre el 76 antiguo tranva, generalmente

    se caracterizaba por su regularidad. Era

    pintoresco sentir como recorra, en parte del

    trayecto su antigua ruta y como queriendo

    recordar viejos tiempos. Para apaciguar su

    marcha intentaba ponerse como un equilibrista

    gigante, sobre las vas en desuso.

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    Convengamos, que en su ruta y segn el interno

    que tomase, lo nico posible librado a la sorpresa

    era la alternativa de un pequeo desvo por

    ejecucin de obras de autopista. Durante este

    viaje, lo ms entretenido que poda presentarse

    era que desde que tomara el colectivo hasta que

    llegase a destino, disfrutara del mgico periodo

    de la naturaleza que va de la luz a la sombra.

    Ese lapso tan corto de tiempo y tan esperado que

    se produce cuando amanece y al atardecer.

    -brevemente acontece un cambio espectacular en

    el mundo-, luego todo vuelve a la rutina.

    Como de costumbre el colectivo estaba a medio

    vaciar, donde yo lo tomaba y a las cuadras que

    invariablemente se vaciara.

    En realidad en muy poco tiempo, no solo la

    claridad del da iba a cambiar rpidamente, el

    barrio por el que a los saltos recorramos, el

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    contorno de las fachadas que se tornaba ms

    discontinuo y deteriorado y las calles que

    dejaban de verse pavimentadas y prolijas para

    dejar aparecer una sucesin de caries urbanas,

    como contagiadas.

    De vez en cuando tenamos un sobresalto para la

    rutina, un sacudn no previsto o una frenada

    brusca.

    El olor ambiente inundaba todo, dentro y fuera

    del colectivo. La tarde o noche? era muy

    calurosa, de modo tal que el adentro y el afuera

    era un todo unificado.

    Tambin las luces del ambiente, cambiaban y

    estaban en la dudosa situacin, en la que sus

    responsables aun no se daban por enterados

    respecto al cambio de calidad en la iluminacin.

    Si estuviramos en una zona ms cntrica, la

    necesidad de venta que tienen las avenidas

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    impondra la urgente necesidad de iluminar el

    paso nuestro.

    Pero aqu, excepto para quien vuelve a su casa, a

    nadie le interesaba demasiado dejarse ver.

    Recuerdo que como una especie de correlato

    entre los barrios cntricos y las comodidades de

    la comunicacin, pareca disminuir hasta la

    cantidad de cables que poblaban el horizonte,

    recordndonos que nos alejbamos de lo urbano

    y nos acercbamos a lo suburbano.

    All dentro, todo era pesado, nadie hablaba y peor

    aun pocos eran los despiertos.

    En la rutina entre, el sopor, el traqueteo, solo la

    ansiedad por bajarse cuanto antes nos invada a

    todos, como si el descuido en no bajar a tiempo

    se convirtiera en imperdonable y la urgencia por

    no abordar tierra desconocida a esa hora, tuviera

    un significado dramtico.

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    Nadie a la vuelta del da desea conocer mbitos

    que no le son propios, si alguien traspasaba por

    pocos metros, su parada habitual, se angustiara

    y era comn ver una pelea verbal con el

    conductor, hasta que finalmente este paraba

    para dejar bajar al descuidado, aunque el lugar

    de parada no fuera el oficial.

    Solo yo, era un extrao pasajero que iba a

    contramano. Iba, mientras la mayora volva y

    empezaba mi actividad, mientras los dems la

    terminaban. En realidad lo mo, ms que sopor o

    cansancio, era descubrimiento y observacin,

    entre el afuera y el adentro. Llevaba un libro,

    pero los saltos me haban mezclado las letras, al

    regresar en cada nuevo sacudn desubicaba mi

    ltima frase.

    La luz del colectivo se empezaba a notar

    realmente pobre y la noche ya era plena. El humo

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    ya colaboraba con la niebla desde infinidad de

    chimeneas sin fbricas.

    Que situacin ms inslita, un paisaje nocturno,

    inundado por nubes y bruma, pero nada de eso

    tena un emisor concreto.

    En realidad ante la falta de viviendas y el hecho

    de haberse abierto el horizonte, solo cada tanto

    una msera luz daba un toque de claridad

    ambiental a la escenografa. A esa altura mi

    equilibrista gigante se haba convertido en una

    solitaria nave en un mar borrascoso.

    La espesa nube, pareca en parte provenir de la

    misma tierra, que vaya a saber si por el calor o

    por desconocidas quemazones clandestinas no

    paraban de producir, pero de noche parecan en

    mxima actividad.

    Un tremendo sacudn nos sobresalto mas de la

    cuenta, casi le arrebataba el monedero al chofer.

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    Ya ramos muy pocos, creo que estaba tan lejos

    uno de otro que nadie aventuraba ningn

    comentario, dentro del colectivo la luz por

    entonces no exista.

    No s si a esa altura eran la construccin de

    historias que se me ocurran sobre el origen

    incierto de las cosas naturales, pero como tal,

    cosas que habitualmente son naturales, ese da

    no me lo parecan tanto.

    En el camino acostumbrado, en su ltimo tramo,

    se destacaba entre un grupo de rboles, algunas

    luces, habitualmente sin nada destacable, pero

    entonces... En realidad el paisaje era el rutinario,

    a lo lejos y era as, la lejana permita tomarse el

    tiempo para observarlo- un grupo de rboles,

    chatarra abandonada y una pequea

    construccin, en el fondo, mirada en detalle

    estaba como protegida, dificultando el acceso a

    posibles curiosos. Un hilo constante de nubes,

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    alentado desde una chimenea ahora pareca en

    plena actividad.

    Cuando estaba muy concentrado en el afuera, el

    gigante empezaba a disminuir su velocidad y a

    corcovear en su marcha, la luz tambin

    tartamudeaba, hasta que se apago, coincidi con

    la marcha y nos detuvimos, para colmo sin el

    tiempo para esquivar un tremendo charco final,

    con lo cual no solo estbamos sin luz, detenidos,

    sino estancados, ni con esperanzas de empujar

    nos dejo la situacin.

    El silencio total dejaba concentrarse

    detalladamente en el entorno y ms

    especficamente en nuestro escenario, diferente.

    Recorr rpida y visualmente el terreno, que el

    tiempo cunto tiempo habra que esperar!-

    permita recorrer con calma.

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    Estbamos lejos de cualquier construccin

    habitada, era el ltimo tramo de una ciudad

    donde todo era casi rural y antes de entrar en la

    periferia urbana. Periferia oculta y olvidada, un

    ambiente hmedo e inundado.

    Si quera divagar un poco dira que es una zona

    de purgatorio, generalmente al que se destinan

    construcciones con funciones inciertas.

    Entre parntesis ni se me ocurra cual sera el

    uso del pequeo grupo de casuchas con nubes de

    humo que las rodeaban, pero de seguir

    esperando a oscuras, en silencio y sin

    explicaciones, tendramos que salir a averiguarlo.

    Entre los usos de las masas descoloridas que

    rodeaban el predio, estaba un corraln con autos

    abandonados y el cementerio de Flores, hacia

    este lado abandonando su fachada elegante

    mostraba su parte ms derruida, muros

    deteriorados ni siquiera los escombros

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    recogieron-, senderos derrumbados por la

    constante humedad y tumbas descuidadas y

    hasta abiertas dejadas a su suerte, por parientes

    que haban olvidado visitar a sus muertos.

    Todo parece coincidir, en el sentido de unificar

    las cosas bajo el concepto de abandono, sin

    embargo nuestra fabrica, era el centro de la

    produccin en un ambiente que pareca el patio

    trasero de la ciudad.

    Aqu est todo lo que los dems no quieren ver,

    ni siquiera mencionar.

    Comenzamos a caminar en dos grupos hacia las

    casillas, en realidad era nuestro punto de

    atraccin ms prximo.

    No s qu cosa tenamos esperanzas de ver, pero

    haba que moverse, a nadie les gustaba pensar

    en que el tiempo pase en esa circunstancia.

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    ramos un grupo silencioso y presumo que como

    nos conocamos poco, era tarde para explicar

    nuestras inquietudes.

    Con grito fuerte e inesperado que sali de la

    bruma, el primer dudoso del grupo nos

    abandono, dijo que mejor nos esperara en el

    colectivo.

    Empez, a llover lo cual hacia ms pesada la

    caminata, pero seguimos. Las luces que a mayor

    distancia parecan destellos, evidentemente eran

    saltos de luz. Si las tuviese que comparar con

    algo dira que en las ventanas se vean -en menor

    escala-, imgenes de explosiones solares.

    Descontroladas pero a las que uno se ha

    acostumbrado, por aceptacin de los

    comportamientos de la naturaleza.

    Por delante de los reflejos veamos, aunque

    ninguno se atreva a esa altura a ensayar

    explicaciones, quizs esperbamos un poco mas

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    de camino, justo estbamos en el lmite de lo

    explicable as que mejor nos callbamos, como si

    fueran figuras humanas, que saltaban, sin

    control como empujadas unas contra otras.

    No conviene ni pensar en posibles funciones que

    puede tener una construccin, en este entorno y

    tan cercano al punto geogrfico lgico de

    cremacin de cadveres del cementerio local.

    Finalmente, tambin en este punto de la ciudad,

    otro de los posibles usos solo que a esa altura,

    nadie lo tuvo en cuenta- era una discoteca

    bailable, marginal, pero reconocida por los

    lugareos, que fueron cordiales y nos ayudaron

    con nuestro gigante estancado.

    En estas situaciones, donde exteriormente

    muchas cosas se parecen, es mejor esperar antes

    de sacarconclusiones.

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    La mesa

    El bar estaba casi vaco. Un estilo muy

    clsico.

    Sin saber cmo y porque, volva a caminar por

    aquella vereda.

    Esta vez muy lentamente, la conmocin del

    quirfano todava resonaba en mis sentidos.

    Todo haba sido tan rpido e inesperado, que no

    terminaba de tomar conciencia, que era yo la

    protagonista de esas imgenes que me

    revoloteaban.

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    Necesitaba escapar o al menos ver otra gente.

    Rogar que se llenara mi cabeza de otras escenas.

    Nada se genera solo, hay que ayudarlo, por lo

    tanto necesitaba disear otras escenografas no

    tan grises.

    Adems, en este desagradable y destellante

    escenario, del que fui forzosa protagonista,

    todava no haba tenido oportunidad de

    presentarme y decir eh! ac estoy yo, es a m a

    quien deben preguntar si quiero que esto sea as-.

    Sin haber tomado decisiones me convert, en el

    personaje central, ahora quera decidir algo sola,

    aunque no estaba en la mejor de las posiciones

    para hacerlo.

    Era joven, con un aspecto muy agradable para

    quien quisiera ver solo la cscara, pero desde

    dentro tena que empujar hacia afuera, para

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    sostener mi armadura, como aquel legendario Mo

    Cid, montado y puesto delante de su tropa una

    vez muerto- para generar fe en sus soldados y

    conducirlos a la batalla.

    Muy despacio, evaluando cada pisada, sin mirar a

    la gente necesitaba avanzar. Imaginar que a

    medida que caminaba recuperaba mis fuerzas y

    por otro lado pensaba que a medida que pasaba el

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    tiempo, mi edad, todo era ms pesado. Como

    imaginar el paso de los aos, si ahora me costaba

    tanto llevar la osamenta.

    Recordaba cuando era adolescente y recorra estas

    mismas calles. Era como volar, saltar de una

    vereda a otra, sin pensar que un da contara mis

    pasos.

    Debera buscar un lugar donde sentarme, ver de

    frente a la gente y entender un poco mas esto del

    paso del tiempo, que las caras de la misma gente

    me lo expliquen.

    El bar estaba casi vaco. Un estilo muy clsico.

    Pareca haberse quedado en el tiempo. Mucha

    madera, bruma y humo de cigarrillo. Si bien haba

    pocos parroquianos, pero lo cerrado del ambiente

    hacia que densas nubes de humo, estuvieran

    estancadas dndole a las formas una visin

    confusa.

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    Cuando las imgenes que nos rodean son tan

    poco claras, los colores tienden a ser ms neutros

    y menos definidos. Pensaba esto, mientras

    lentamente revolva mi caf, viendo como la tenue

    isla de espuma se iba deshaciendo.

    Dicen que un pocillo de caf aclara los dilemas,

    entonces Qu le queda a esta espuma como

    sabia descifradora? Cmo es que dibuja en su

    escasa vida una huella de la creacin e

    intervencin de su consumidor?

    Por primera vez despus de un tiempo, levantaba

    la vista. La necesidad de dar un sorbo de caf lo

    haca posible. El aroma era tentador, a travs de

    la neblina y las danzarinas formas que se colaban

    por los rayos de sol, me interese por lo que

    suceda en la mesa de enfrente.

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Dos escenas componan la escenografa del bar

    junto a la entrada. Ambas eran simtricas, con

    respecto a la ochava.

    Frente a m, un par de adolescentes, vestidas

    obviamente para ir o venir- del colegio, discutan

    apasionadamente.

    La que estaba de perfil escuchaba y la que me

    enfrentaba, estaba muy acalorada.

    Libros y cuadernos ocupaban toda la mesa.

    Gesticulaban, discutan y parece que no se ponan

    de acuerdo.

    No lo hicieron, as que pagaron la cuenta y se

    levantaron. La rubia, la que me enfrentaba, se fue

    realmente disgustada.

    Al ir por mi segunda probada de caf, ya estaban

    sentados, una pareja joven.

    l, amigable y callado escuchaba pacientemente a

    su pareja. Una llamativa chica de unos treinta

    aos que no paraba de agitar sus manos,

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    mientras que sin prestar atencin a sus gestos, ni

    intercalar actitudes seductoras, ocupaba todo su

    tiempo en llenar el espacio con frases.

    Pareca que estaba hipnotizando a su pareja y

    como en el do anterior, la ahora ocasional

    ocupante de esa silla, quera devorar a su

    interlocutor, en el sentido ms posesivo de la

    cosa.

    En un momento, el joven intento poner una mano

    sobre su brazo, para dominar la situacin desde

    otra actitud, pero como pareciendo advertir ella la

    maniobra de distraccin o intento de dominio, lo

    rechazo y continuo su explicacin.

    Cuando me distraje un momento, ya no estaban

    sentados y sus figuras iban desapareciendo por la

    puerta principal.

    As tambin vi sentarse, una pareja de amargados

    padres de familia que discutan acerca de sus

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    hijos, donde ella pareca estar abrumada por las

    complicaciones del da. Sus cabellos, secos y

    grises me contaban una historia de descuido y

    tensin.

    Ya estaba pensando en irme. Las caras que haba

    visto, no solo me recordaban mi propia vida, o lo

    que hasta ahora haba sido mi rutina diaria. Es

    ms, las mujeres que haban ocupado la silla de

    enfrente, haban visitado iguales personajes y

    curiosamente se me parecan.

    A la ltima visitante de aquel espacio, no la haba

    observado con atencin. Ya me estaba levantando

    para seguir mi camino y ella tambin. Realizando

    un movimiento similar me intercepto antes de la

    salida.

    Me vi obligada a pararme y mirarla.

    Era una dulce anciana, su rostro era el de una

    persona muy feliz, las arrugas que surcaban su

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    cara, solo eran marcas de felicidad y de tiernas

    experiencias. Rubia, muy bella y cerraba una

    semejanza necesaria entre las cuatro, aunque ella

    nos aventajaba en la forma gozosa en que pareca

    transitar lo que quedaba de su vida.

    Como si me conociera desde siempre me miro

    dulcemente, sus ojos reflejaban sabidura y

    profunda conviccin. Me dijo como susurrndome:

    -yo, entend... ahora lo tengo claro Por qu no lo

    intentas?-

    Muy satisfecha se coloco su sombrero rojo, monto

    a su bicicleta y desapareci calle abajo.

    -Por Dios! No s... si yo me atrevera algn da a

    ponerme semejante sombrero-.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Pelota

    Camin otra cuadra, entonces, y all

    estaba. Ahora no poda confundirme.

    Ese da, como me suceda a menudo, sal

    torpemente apurado, las cosas estaban imposibles

    en la oficina; ni siquiera haba tenido tiempo de

    hablar con Susana y cruc volando el jardn de

    casa.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Una vez ms tena por delante un viaje incomodo

    y la tensin del da, en realidad todo me estorbaba

    o por lo menos as lo senta, era como si los

    objetos se confabularan para interponerse con mi

    objetivo: tachos, cajas, basura juguetes

    inservibles... Tropezaba con ellos pero los pisaba

    sin detenerme; mi trabajo estaba en pleno ascenso

    y no poda perder tiempo.

    Qu fastidio, esa maana entre el resto de los

    trastos, haba una pelota -gastada y sucia - casi

    me hizo caer. Luego de propinarle la

    correspondiente maldicin, la apart de una

    patada.

    Rpidamente me acomod la corbata y corr hacia

    la esquina, sin dejar de ordenar mentalmente mi

    agenda del da.

    Al llegar a la esquina de nuevo los trastos

    callejeros...cajas, basura de los boliches, la zanja

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    y... la pelota... muy parecida... la misma! Que

    estaba...

    Bueno no tena tiempo de pararme, ni mirar... le

    di un patadn y a otra cosa. Pero, cmo haba

    sido que... bueno no me tengo que detener, en

    realidad debe ser el sndrome del imn, las cosas

    se me pegan y yo hago esfuerzos intiles por

    repelerlas.

    Camin otra cuadra, entonces, y all estaba. Ahora

    no poda confundirme. Esperndome como si

    fuera un salteador de caminos, aguardaba en el

    lugar por donde inevitablemente yo deba pasar.

    En la hondonada de una zanja, como previendo el

    inevitable destino. Como si escondindose pudiera

    evitar que yo la notara.

    A lo lejos un grupo de pibes jugaba en el baldo

    pegado a la escuela. Seguro que finalmente este

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    insoportable personaje esfrico encontrara su

    destino.

    Entonces, sin dudarlo y como disfrutando mi

    intento, calcul una tremenda patada, que me

    garantizara una despedida honorable. Pero...

    desafiando las reglas de la fsica, la pelota apenas

    realiz una triste parbola y a los pocos metros

    volvi a caer.

    Pareca que el disparo de un cazador escondido la

    hubiera derribado de muerte. No puedo negar que

    ver el baldo - en el cual jugaba de chico, sin

    responsabilidades a la vista - y luego, cuando la

    posicin de mi cuerpo se predispuso a encajar

    semejante patada, me hizo sentir por un

    momento, astro de ftbol y olvid,

    momentneamente, mis obligaciones.

    Ah estaba, una presencia oscura y muda -como

    objeto, que lo era- y al mismo tiempo una

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    sensacin de que en algn lado, en ella o en su

    cercana algo me deca: - "llevame, dale...

    arremangate los pantalones y vamos a patear un

    cacho". Desde el baldo me gritaban, ya no era

    patear fuerte lo ms indicado, sino irla llevando

    con el pie, acompaarla, imaginar un cao o una

    diagonal.

    El baldo y el arco ya estaban cerca, me iba

    motivando y escuchaba una hinchada inexistente.

    Cuando tuve a tiro el arco la sacud e hice un

    tremendo golazo, como en los mejores tiempos. Y

    as lo grit. Los chicos me agradecieron y

    siguieron jugando, mientras la pelota,

    imaginariamente deca: y vos debieras

    agradecerme a m no...?".

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Todos somos una

    El trmite era fue el habitual: darnos

    a luz, cuidarnos y mantenernos

    protegidas

    Nac en un grupo. Mis parientes me aseguraron

    que este era un conjunto muy especial, de lo

    mejor que haba salido en los ltimos meses.

    No es nada fcil, cuando una nace sola,

    acostumbrarse a la idea de que su vida va a

    transcurrir compartiendo todo en comunidad.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Tuve un nacimiento sencillo y me atendi un

    excelente equipo. Estbamos todas juntas desde

    el principio, a la temperatura adecuada y nos

    cubrieron y protegieron convenientemente. No

    nos queran anticipar la crudeza que nos

    esperaba en la calle.

    Pese a que nuestra naturaleza era estar

    preparadas para lo que nos esperaba afuera, el

    hecho de compartir tan de cerca todo con mis

    compaeras y desde el principio, me fortaleca.

    El trmite era fue el habitual: darnos a luz,

    cuidarnos y mantenernos protegidas en el

    perodo de fortalecimiento post nacimiento y

    luego a la espera de que nos vinieran a buscar.

    Nos pusieron en exposicin unos das, por

    suerte fueron pocos. Recuerdo que a unas tas

    las tuvieron ms de un ao a la expectativa. En

    esa poca no ramos muy requeridas, slo

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    lograron que el paso del tiempo las pusiera en

    malas condiciones para enfrentar el desgaste

    diario posterior.

    En fin, como sea, estbamos ahora con mi grupo

    gozando de un buen lugar de hospedaje

    provisorio, bien iluminado y mirando como

    desfilaban frente a nosotras infinidad de

    personas que se inclinaban cordialmente a

    mirarnos.

    Se mostraban muy elogiosos y clidos, incluso

    algunos nos acariciaban y comentaban entre

    ellos acerca de nuestras virtudes y cunto iban

    a disfrutar con nuestra presencia.

    Una pareja, muy simptica, lleg a fantasear

    sobre la posibilidad de hacer el amor en

    contacto con nosotros. Nunca imagin que

    furamos tan importantes en la vida de la gente.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Un da vinieron a vernos tres hombres,

    hablaban muy fuerte; no susurraban entre ellos

    como la pareja, ni nos buscaban con la misma

    finalidad, porque no les interesaba nuestra

    calidez o nuestro color junto al fuego de la

    chimenea, sino ms bien nuestra facilidad para

    limpiarnos o cepillarnos. Adems de discutir nos

    tocaban bruscamente, incluso nos golpeaban.

    Luego lleg un seor muy meticuloso, quera

    verificar todos los detalles de nuestro cuerpo,

    cunto medamos, pesbamos o como nos

    formbamos en fila.

    Por primera vez entend que para algunas

    personas era muy importante, cmo haramos

    para encajar entre nosotras.

    Estaramos una al lado de la otra o una por

    adelante y otra por detrs. Hasta ese da ramos

    slo un grupo, ahora empezaba a comprender

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    que, con un cierto orden, seramos un excelente

    conjunto.

    Tal vez nuestra naturaleza, era serlo, nunca ms

    individuos sueltos. De hecho, escuchamos al

    seor donde nos crearon escuchamos: "que no

    saldramos a la calle como unidades sueltas,

    sino como grupo". Y Resulta que ahora, segn

    ese seor que nos midi, estaramos organizados

    con ciertas reglas.

    Finalmente lleg el da, nos subieron a un

    vehculo y nos llevaron a nuestra casa definitiva.

    Lo digo, porque segn nuestros primos que

    viajaron al sur, cuando uno sale para un lugar

    es para toda la vida.

    Esperaba que fuera un buen lugar, ya que sera

    para "toda la vida". Despus de tantas visitas,

    parejas, comerciantes, familias con chicos,

    algunos con animales -estos ltimos no muy

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    recomendables segn dicen-, comenz nuestro

    viaje.

    El vehculo era incmodo, saltbamos, nos

    golpebamos cuando frenaban, apretadas, los

    viajes siempre eran as, segn escuch ayer a

    dos oficinistas que conversaban sobre sus

    indeseables traslados.

    Debo confesar que si algo se consolid, fue

    nuestro espritu de cuerpo. Despus de convivir

    tan cerca, pasar por las mismas dificultades y

    pensar que nuestro destino era fortalecernos

    estando juntas, sentimos que nos estbamos

    haciendo inseparables.

    Por eso decan de nosotras, que no era tanta la

    fortaleza individual que tenamos, como la que

    adquiramos al estar juntas; as ramos

    indestructibles.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Al llegar, aquello no me gust. Nos trataron sin

    todo ese cario, prometido en caricias

    compradoras, en aquel local tan iluminado.

    Llova, nos ensuciaron y nos arrojaron a

    distancias a las que nunca habamos llegado. Yo

    pens, si hablaban de nosotros con tanto

    cuidado e imaginaban el trato tan clido que nos

    bamos a prodigar entre todos, como poda ser

    que al llegar nos recibieran as.

    Tampoco el seor que nos midi estaba a la

    vista, como para que dijera si sta era su forma

    de manipular nuestro delicado cuerpo.

    Por varios das estuvimos a la intemperie: sol,

    lluvia, fro y viento. Por momentos llegu a

    pensar que ese destino clido y acogedor que

    so, con una familia, cerca de una chimenea,

    haba quedado para otras hermanas.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Pens en todo este tiempo cul cmo sera mi

    suerte, estar con un grupo de personas que

    tuviera tiempo para convivir con nosotras,

    hablar y jugar tranquilamente.

    Entonces llego el momento, unos seores, con

    ms cuidado, nos empezaron a valorizar como

    individuos. Nos tomaban cariosamente de a

    una, pareca que nos estaban despidiendo, en

    un ltimo contacto. Me dieron unos golpecitos

    cariosos, me mojaron y me ubicaron entre ocho

    amigas.

    A partir de entonces empez una nueva etapa en

    mi vida de baldosa.

    Resignamos nuestras aspiraciones a brillar, a

    vivir clidamente. Nos hicimos fuertes,

    resistentes al rigor cotidiano, pero esta forma de

    vivir nos hizo ms solidarias.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Tal como nos haban anticipado, el estar juntas

    nos volvi ms fuertes, no haba fisuras entre

    nosotras, cuando alguna ceda, las que estaban

    a su lado la acompaaban y para no dejarla

    sola, se hundan o movan con ella.

    Desde all vimos pasar muchas cosas, gente

    apurada, enojada, corriendo. Algunos que

    gritaban y les tiraban piedras a otros que a su

    vez les pegaban a los primeros, incluso algunos

    nos escriban encima.

    Pero nosotras, siempre juntas, ahora entend al

    fin nuestro ciclo de vida, nacimos como un

    grupo, cuando nos pensaron en colocar juntos

    fuimos un conjunto pero ahora nos hemos

    hecho hicimos solidarias, al acompaarnos ante

    las acciones y agresiones se que finalmente

    tendremos un destino comn.

    Al cabo de algunos aos nuestra apariencia de

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    dejadez y abandono era lamentable. Los surcos

    de humedad, corran desordenadamente entre

    nosotros, superponiendo a una trama -en su

    origen- prolijamente octogonal una otra

    terriblemente derruida, sin ninguna forma que

    impusiera una restauracin del orden.

    Deformando todo principio de organizacin que

    supimos tener en los primeros das.

    Nos acompaamos siempre, Incluso el viejo

    rbol levant a alguna de nosotras hasta el al

    punto de producir dramticos desprendimientos,

    pero nos mantuvimos en la nuestra.

    Yo ocupaba un lugar casi central, de modo que

    captaba todos los pasos esenciales: personajes

    importantes y apurados, seoras que a veces no

    mostraban la delicadeza que las envolva por

    dentro, en ese sentido tenamos grandes

    ventajas, ya que podamos conocer a las

    personas, casi en su intimidad.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Siempre cumpl honrosamente mi papel de lder

    del conjunto, pero la persistencia de esa una

    cruel y hmeda fisura, me hizo enojar. Se meti

    indiscreta y dolorosamente por debajo mo. Yo

    quera apartarme, separarme de semejante

    molestia y -cosa que nunca haba hecho- salt

    para escapar de ella.

    Cuando me di cuenta sobresala del resto, era la

    primera vez que haca algo que me destacara de

    las dems.

    No s cmo fue, pero casi en forma casi

    inmediata, un tremendo cuerpo se me cay

    encima. Un personaje irascible gritaba sin parar,

    mientras se tomaba la rodilla que le sangraba.

    Mis compaeras estaban atnitas y el personaje,

    enojado, me sealaba incriminatoriamente ante

    el dueo del edificio.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Enseguida vi al seor que nos trat con cario y

    nos coloc una por una, en aquellos das cuando

    todas ramos un conjunto de iniciadas.

    Pero esta vez vino con una pesada herramienta y

    comenz a pegarme. A m, a quien sobresala, y

    solo por ese motivo, Yo era un obstculo y haba

    que eliminarme.

    El grupo no importaba, tampoco el conjunto y a

    esta altura tampoco la solidaridad, estaban

    todas estaban en su trabajo y miraban para otro

    lado. Parece que haba un solo responsable.

    Me invadi la tristeza. Para qu tantos esfuerzos

    realizados por todas, no tena ni siquiera la

    entidad de un paquete de basura y seguramente

    terminara en entre los residuos.

    Pero inesperadamente, como si hubiese

    sucedido un milagro, el contrapiso cedi, atrs

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    tambin el piso y nuestro amigo golpeador que

    casi se cae.

    Ya no estaba sola; siguiendo la forma de la gris y

    hmeda fisura todo el grupo de amigas cedi,

    una tras otra y solo para no dejarme

    abandonada.

    Advirtieron que mi destino iba a ser solitario y

    prefirieron conservar nuestra naturaleza,

    ramos, seramos un conjunto hasta el final.

    Entonces nos golpearon a todas, hubo violencia,

    es cierto, hubo desagradables agresiones,

    contenidas, el - los: Por qu me fallaste? o me

    haban dicho que resistiras! Eran preguntas

    que surgan gritados entre dientes por los

    verdugos, pero nuestro destino era superior.

    Ese da todas fuimos una, a todas juntas nos

    llamaron: "escombro" - as denominan a los

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    personajes que como nosotras estn destinados

    a ser descartables.

    Pero estamos juntas y ms estrechamente

    ligadas que nunca. Seguramente de este modo

    seguiremos siendo fuertes en algn otro lugar.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Camino al norte

    Prevalecan, rojos, amarillos y sobre

    el paisaje los secundarios, violeta,

    terracotas y naranjas

    Estbamos decididos a no perdernos de conocer

    nada que apareciera a nuestro paso. Como era

    lgico a esa edad, andbamos transitando los

    veinte.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Terminbamos el secundario y nuestra entrada

    a la universidad, a la vuelta de nuestro viaje por

    el norte, nos esperaba sin apuro.

    En resumen contbamos con un par de meses,

    para recorrer lo que se nos presentara sin

    urgencias y que mejor que hacerlo recibiendo lo

    que la circunstancia dispusiera, para conocer

    los lugares que nosotros quisiramos y no que la

    industria del turismo dispusiera.

    Unas veces enganchbamos algn coche o

    camioneta que con suerte nos movilizaba varios

    kilmetros en forma continua, pero otras como

    en esta circunstancia, la caminata se haca

    pesada.

    Pero en fin, ese lugar de la quebrada, era

    particularmente colorido. Los cerros de siete

    colores, ofrecan un escenario semejante a la

    misma manta que las mujeres del lugar lucan

    en sus ropas y adornos.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Prevalecan, rojos, amarillos y sobre el paisaje

    los secundarios, violeta, terracotas y naranjas,

    dejando a las claras que la pintura que nos

    ofrecen comercialmente en pintureras de la

    ciudad tienen como base la riqueza de

    materiales que tenamos a la vista y en las

    rocas, en aquella circunstancia.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Mutando en cada momento.

    Haca rato que andbamos por el asfalto

    caliente, el cual deba hacerse sinuoso aunque

    no quera, la altura tcnicamente se lo

    demandaba.

    A medida que avanzbamos, la cantidad de

    vehculos se haca menor, casi ni pasaban, como

    contrapartida a menor murmullo que propona

    el progreso, comenzaba un mayor disfrute de la

    naturaleza.

    La sensacin era que a medida que nos

    metamos en el valle, las montaas formaban

    como una especie de cajn, y la vegetacin en

    forma atpica con respecto al paisaje que hasta

    ahora veamos; era tropical, frondosa y sugera

    presencia de agua en cantidad. Se ola en el

    ambiente.

    Por otra parte, como los cerros comenzaban a

    pocos metros del camino, esto tambin marcaba

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    una diferencia, en el sentido que hace pocos

    pasos atrs, todo horizonte era lejano, de pronto

    todo escenario estaba encima nuestro, lo

    podamos tocar, sentir.

    El sol ya no era una presencia tan molesta. Nos

    envolvan cada tanto los rboles, con lo cual le

    daba a nuestro entorno un sentido de referencia

    y contencin un poco mayor. Junto con la

    placidez del paisaje, otras sensaciones

    comenzaron a fluir, el olor empez a hacerse

    notar.

    Frutas y verduras frescas, cercanas, fueron la

    novedad, que nos provocaba, para averiguar de

    qu se trataba.

    Esto era un nuevo aporte de color y fragancia en

    el ambiente, cada tanto senderos muy

    estrechos aparecan entre las plantas.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Nada daba la impresin de estar en presencia de

    grandes plantaciones, sino ms bien dentro de

    un conjunto de pequeas huertas, familiares,

    ese tipo de chacras donde no se destacan las

    construcciones, porque pese a ser el producto

    del trabajo para una o varias familias, en

    realidad no dejaba de ser algo todava primitivo

    y armado con mucho esfuerzo, manufacturado

    por ellos mismos.

    Tal vez a lo lejos no fuera posible diferenciar las

    viviendas de las plantaciones.

    Haca rato ya haba pasado el medioda. Como

    de costumbre tenamos hambre y como siempre

    todo era cuestin de parar, acomodarse lo mejor

    posible y tomar como referencia algn elemento

    de la naturaleza.

    Un grupo de rboles, en una entrada del camino

    nos servira para el caso.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Todo estaba bien, lo nico que no pegaba con el

    resto, no acompaaba al clima buclico, era que

    nuestro almuerzo tena que basarse en un

    conjunto multicolor de latas, cuyo contenido no

    era fcil de describir.

    Entonces surgi la idea. Porque no comer lo que

    veamos y que adems nos invitaba a servirnos

    como de la planta al plato, como si esto fuera

    un popular anuncio comercial de nuestra lejana

    vida urbana.

    Hacia all nos dirigimos. Una mujer, mitad

    trabajando y mitad vigilando, apareci entre las

    plantas, como siempre la consigna del lugar era

    el silencio.

    Despus de intercambiar algunas breves

    palabras y gestos, le pagamos una poca

    cantidad y nos alejamos con un increble

    conjunto de tomates a punto de estallar, como

    nunca volv a ver en la ciudad.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Fue la primera vez que com una polenta, donde

    la salsa de tomates era el mayor componente y

    el cereal el menor, pero todo aportaba a la

    armona con la naturaleza. Otra vez estbamos

    en la ruta, cerca del pueblo.

    En realidad habamos visto un par de

    camionetas, pero solo irse del lugar, no

    habamos visto a nadie llegar. Mientras

    comamos entre las plantas de tomates,

    habamos escuchado el murmullo de un ro, que

    intuamos pero nunca encontramos, el causante

    de toda esta vegetacin se haca desear, pero al

    menos se dejaba escuchar.

    Ya estbamos en el acceso al pueblo, como era

    costumbre, pensamos en dar un rodeo y

    aparecer por algn lugar alto, como para

    entender de un vistazo areo, cual sera nuestro

    lugar de visita.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    As lo hicimos y all nos encontrbamos.

    Sentados, descansando y comentando lo que

    apareca ante nuestros ojos.

    En unas cincuenta manzanas se resuma la vida

    del pueblo. No eran completas en cuanto a su

    forma, las ms perifricas ni siquiera eran

    ortogonales.

    Los colores predominantes eran el ocre, el

    terracota y cada tanto unas manchas de verde.

    La manzana central se distingua ms prolija

    que el resto, confirmaba ser el orgullo de toda

    localidad.

    La iglesia, en uno de los lados de la plaza y

    detrs de esta, el cementerio por lo general

    presente en cada pueblo, pero si bien en otros lo

    habamos visto alejado del sector urbano, all

    estaba cerca, y adems pegado al templo.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    No debera ser demasiado el ceremonioso

    recorrido, -que seguramente era en s mismo un

    hecho cultural-, en estos casos al menos debera

    tener otro sentido, tal vez algn rito que

    deberamos descubrir?

    En fin como suele suceder, se mezclan las

    costumbres nativas con las importadas -a veces

    persuadidas, otras impuestas- por los

    espaoles. El rasgo distintivo era, muy poca

    gente y en particular ningn vehculo a la vista.

    Tan solo, un grupo de personas, irregular por

    las edades y colores, atravesaba lentamente en

    forma longitudinal la villa.

    El sonido que hacan llegaba hasta nosotros. No

    porque fuera demasiado estridente, sino porque

    todo era un gran silencio y ellos eran los nicos

    que hacan notar su presencia. Tambores,

    bombos y hasta trompetas, realmente

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    inesperados, para la ocasin y en particular la

    hora.

    Despus de medioda, sol a pleno, orgullosos

    mostraban los bronces y las pancartas. Sin

    embargo luego que pasaron, un largo silencio.

    Tal vez como si la estridente circunstancia que

    motivo la ceremonia, no tuviera mas vida que la

    propia del grupo humano. La naturaleza y los

    protagonistas, nada de observadores, un nuevo

    punto de vista para unos visitantes extraos.

    Desaparecieron por completo, como si ese grupo

    y en ese lugar, fuera tan fcil ocultarlo. El clima

    estaba cambiando y unas nubes comenzaban a

    instalarse enfrente de nosotros. Detrs, todava

    apareca un grupo de casas, como el resto,

    paredes de barro, algunas sin revocar.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Este grupo de construcciones estaba mas cerca

    nuestro que el casco urbano, donde antes vimos

    pasar la procesin.

    Dos de las casas, estaban tan cerca que casi

    podamos tocar con nuestras manos. De sus

    dinteles colgaban sogas, una en cada dintel

    representaban horcas y curiosamente ninguna

    puerta cerraba estas casas, como si la entrada

    fuera libre, la imagen era de invitacin o de

    abandono?

    Aprendimos que en el norte, tal vez sea lo mismo

    en otras regiones, segn los horarios y en

    determinado momento, las puertas estn

    abiertas sin ninguna precaucin y con la misma

    rutina en cierto momento todo se cierra y

    tampoco es posible ver a nadie.

    Comenzamos a descender lentamente de

    nuestro lugar de observacin. Desde abajo,

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    desde nuestros pies, nuestros cuerpos

    empezaban a mimetizarse con el suelo, ni

    siquiera podamos garantizar que eso era estar

    sucios, sino pertenecer la tierra misma y con

    cada paso aumentbamos esa integracin.

    A mitad de camino, otro par de casas con sus

    puertas abiertas y de nuevo la representacin de

    las horcas, nos acercamos un poco para verlas

    mejor. All colgaban, no podamos asegurar que

    era una representacin en el sentido de su

    ubicacin jerrquica y el extrao significado

    cultural que tena ese lazo, si uno lo

    emparentaba con el sentido de la muerte,

    quedaba muy poco espacio para el sentido del

    humor.

    Finalmente y luego de recorrer varias veces las

    calles polvorientas, lo nico que se repetan eran

    las puertas con sus horcas, abiertas y nadie a

    quien pedirle una explicacin.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Cayo la noche y teniendo en cuenta que ramos

    tres porteos, descuidados en cuanto a las

    costumbres locales, advertimos que el corte de

    luz general no le era extrao a nadie,

    simplemente llegaba la noche, no haba luz

    elctrica y al parecer la consigna era quedarse

    en las casas.

    Tal vez con la esperanza de encontrar un buen

    lugar para tirarnos a dormir y a esa altura creo

    que inconscientemente, buscbamos solo un

    lugar con sensacin de proteccin. Nos dirigimos

    a la iglesia all en el fondo de la calle, detrs del

    edificio se alzaba en un cerro desde donde se

    escalonaba el cementerio en cuya entrada se

    vea a lo lejos, nuestro smbolo infaltable.

    Preguntar a alguien si podamos descansar era

    intil, nadie en la calle y nadie en el atrio de la

    iglesia. Nadie dentro de la iglesia y nadie en la

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    construccin lateral, donde finalmente y casi al

    tanteo, conseguimos entrar.

    En las viejas habitaciones el aire era casi

    irrespirable no era polvo ni suciedad, pero todo

    era muy pesado. Tropezamos varias veces con

    un par de muebles, tocando notamos que uno

    de ellos tena cajones.

    Por suerte un par de velas nos ayudara a

    iluminar la noche. Al ver lo que nos rodeaba nos

    sentimos un poco ms cmodos. Cerramos la

    puerta, a esa hora ya haba refrescado, no hubo

    ms que sentarse en el suelo y disponerse a

    recibir el sueo. Queramos asemejar

    situaciones de circunstancias ms cmodas.

    Acaso si estuviramos en un hotel No leeramos

    un poco antes de dormir?, -vamos a probar lo

    mismo ahora- pensamos sin decirlo.

    Un escritorio y ramos tres, una vela y el

    cansancio que ya se haca notar. Los destellos

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    de luz de la vela sobre las paredes, me

    recordaban un cuento sobre el bajo Flores que

    hace poco haba ledo.

    Era difcil seguir la lectura del libro, empec a

    vagar por los alrededores del texto. La tabla del

    escritorio haba recibido otras visitas, que

    haban querido inmortalizar su paso. Entre los

    dibujos y leyendas, una horca centraba

    inevitablemente la atencin. Habra sido motivo

    de curiosidad, tambin para el pasajero de

    turno? Que larga seria la noche y que fuerte

    eran los susurros del viento.

    Como se amplifican los sonidos cuando uno los

    percibe pero desconoce como se producen. Que

    sensacin desagradable de castigo encierra la

    imagen de una horca. La noche y el sueo nos

    ganaron, el da todo lo cambio.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    La habitacin era tal como la veamos a la luz de

    la vela. Pero qu pasara con nuestro pueblo

    inexplicablemente vaco. Nos volcamos a la calle

    como si alguien nos esperara, ya era hora de

    continuar nuestro camino, nos iramos con

    varias preguntas sin responder. En una galera

    cercana un pequeo grupo, preparaba su

    mercadera para ofrecer a los pasajeros del

    micro que pasara a las once.

    Tal vez esta era toda la actividad diaria que

    alterara la vida del lugar, hasta los perros que

    se acercaban a olfatearnos parecan presentir

    que all habra actividad en pocos minutos.

    En una rpida recorrida final vimos que nada

    haba en los lugares donde colgaba una horca el

    da anterior, tampoco en la puerta del

    cementerio local y lo frustrante era que tampoco

    tenamos a nadie para que nos aclarara

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    repitiendo lo del el da anterior- que cosa fue lo

    que habamos visto.

    El micro desvencijado llegaba casi en horario,

    nos preparbamos para seguir viaje, todos

    ofrecan sus baratijas y algunos turistas se

    interesaban.

    Un chiquito se nos acerco y como si nos

    conociera, estirando la mano nos ofreci su

    trabajo, una pequea soguita, asemejando o

    representando- una horca, con una leyenda que

    deca: Recuerdo de Purmamarca.

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    http://c/Users/User/Documents/publicacion/NARRACIONES/Mis%20documentosCUENTOS%22%20l
  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    El hospital

    Desde el aire, seguramente se vera

    como una isla en un mar de

    montaas

    Estbamos cansados, hartos de viajar. Era el

    ltimo tramo, la recorrida en la caja posterior del

    camin recortando la silueta rocosa del norte

    jujeo que haca de fondo, nos haba dejado algo

    mareados.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Llegbamos cubiertos de tierra, el clima de esa

    localidad era particularmente seco. Pareca que lo

    ambiental necesariamente curta la piel de sus

    habitantes, en poco tiempo era inevitable que

    nosotros como nuevos vecinos -aunque sea en

    forma temporal-, comenzaramos a adquirir en

    nuestra piel los colores del suelo.

    La Compaa El Cndor, en ese entonces era un

    campamento minero, a 4500 metros sobre el nivel

    del mar enclavado en la puna jujea, una

    poblacin monocromtica. Desde el aire,

    seguramente se vera como una isla en un mar de

    montaas, donde prevalecan los techos metlicos

    y el gris como tonalidad general, aportada por el

    plomo. La nota sobre la uniformidad de las

    construcciones se debe a que todo el pueblo era

    propiedad de una misma empresa.

    Una lnea, la descripcin es casi textual- era la

    determinada por los cables del monorriel que traa

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    el material en bruto desde ms arriba, a 4800

    metros sobre el nivel del mar, plena montaa de

    donde se extraa.

    A regaadientes la montaa, soportaba con

    silenciosa aceptacin que se inmiscuyeran en sus

    entraas.

    No pasaba mucho tiempo hasta que uno adverta

    los cdigos del lugar. A la derecha del monocarril,

    las viviendas del personal tcnico y directivo de la

    empresa a la izquierda el campamento obrero. Por

    si para alguien no quedaba claro, un cerco de

    alambre serva de gua y recordaba los lmites.

    Recorriendo el campamento uno entenda porque

    se ordenan las mercaderas segn su tipo y color,

    para una mejor utilidad y eficiencia.

    En realidad, en nuestro pas y a esa altura del

    diseo de gestin empresarial, se supona que no

    era necesario diagramar un campamento con

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    criterios preindustriales, pero al parecer esto le

    brindaba a la Compaa como la solan llamar-

    una seguridad medieval en su ordenamiento.

    Como decamos, en el medio el monorriel, debajo

    una calle central territorio casi nico en cuanto a

    sus caractersticas democrticas ya que era el

    nico mbito geogrfico, donde se podan cruzar

    habitantes de ambos sectores en forma aleatoria,

    ya que el otro espacio era la zona de trabajo, pero

    ah estaba muy claro el rol de cada uno.

    Cerca de la calle vertebral se volcaban algunas

    actividades, las cuales en un ltimo acto de

    vergenza personal los proyectistas ubicaron, la

    Iglesia, el destacamento, la escuela y el hospital.

    No menciono la proveedura y los lugares de venta

    de comida, en este sentido ya la cuestin estaba

    perfectamente dividida.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    El habitante del lugar, era el vecino comn de la

    quebrada, silencioso, observador, con arraigadas

    creencias religiosas y como todava esperando que

    el paso del tiempo, le explique aquello que hace

    quinientos aos le hicieron a sus ancestros.

    El habitante de la parte derecha del

    campamento, no perteneca a ninguna

    caracterizacin sociolgica excepto que eran los

    que mandaban- en realidad, conformaban un

    grupo dispar de profesionales y tcnicos jvenes, a

    los cuales los una primero la aventura pero

    enseguida otro entretenimiento, la comidilla

    vecinal que se presentaba como la nica diversin

    local.

    No era nada difcil, luego de un periodo de

    convivencia obligatoria dentro de acotados limites,

    pasar de una glamorosa formacin urbana a un

    escandaloso corre-ve-y-dile conventillero.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Nuestra presencia all, -ser un grupo de

    estudiantes que en el verano hacamos una tarea

    de apoyo a la comunidad-, nos converta en seres

    pasajeros y extraos, portadores de mensajes

    desconocidos para ambos grupos de personas.

    Tenamos la rara posibilidad de recorrer, tanto un

    sector como otro, claro lo que para nosotros era

    normal, justamente para ellos significaba algo

    trasgresor. Imperceptible, si no modificbamos

    conductas diarias y cdigos locales, pero molesto

    si algo alteraba el orden.

    En realidad esa era la cuestin, el orden

    responda a cdigos claramente explicitados y

    como tal funcionaba, como sucede en estos casos,

    como una olla a presin, nadie sabe cunta fuerza

    acumula hasta que explota, recin entonces nos

    preguntamos cmo se pudo generar tal presin.

    Esa maana ya no aguante el dolor de muelas, si

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

    85/102

    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    bien soy enemigo de ir al mdico, la situacin no

    daba para ms, el tiempo que estuviera se iba a

    convertir en un calvario, algo me daran, para

    calmar el dolor.

    El camino por la calle central, desde la escuela

    donde nos alojbamos- hasta el hospital, me

    pareca interminable.

    Al llegar, comenc a ver escenarios que no

    conoca, en realidad esto siempre pasa con los

    lugares a los que uno prefiere no ir y cuando los

    conoce, descubre un submundo inimaginable.

    La fila de personas, se amontonaba

    silenciosamente en una galera. La mayora

    mujeres. Los hombres en su trabajo, deberan

    justificar muy bien su ausencia para concurrir a

    un hospital. En realidad la mayora de las

    mujeres, o bien venan para atender a sus hijos o

    porque no los podan dejar solos.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Nos sentamos a esperar en un rincn, en estos

    casos tiene que pasar un prudencial tiempo hasta

    que uno entiende como es el mbito donde est y

    cmo son las costumbres del lugar.

    Es fcil darse cuenta, ya que uno sabe o entiende

    cmo funciona un hospital, pero en este caso si

    bien el lenguaje formal de la construccin era

    universal podra ser la sala de guardia del

    hospital Pirovano o el Rivadavia- no se poda dejar

    de tener en cuenta que los personajes que

    intervenan en la puesta en escena eran de dos

    culturas distintas y extraas unas con otra.

    Entonces record lo que algunos compaeros de

    viaje me contaron. Las mujeres llegaban al

    hospital, por alguna dolencia menor y salan sin

    mayores explicaciones con una obturacin de

    trompas. Tendra la Compaa su propia

    versin de una poltica de planificacin familiar

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    independiente de la poltica global? En fin, sera

    otro tema sin conocer.

    A los cuarenta y cinco minutos ya mi ansiedad era

    incontenible, la gente del lugar pareca

    acostumbrada a esperas de este tipo. Mi carcter

    citadino no se debera imponer, dos veces me

    contuve de protestar en voz alta, a la luz de los

    comportamientos que vea, justamente no era

    momento para asimilarme al sector que

    representaba el poder, despus de todo los pobres

    mdicos, se vea que tenan trabajo a destajo, no

    eran momentos para molestar.

    Aquello era insoportable, -Realmente sera tan

    grande la necesidad de esa gente para atenderse

    justo en ese momento?-, y con el dolor que tenia!

    Esperara el momento de charlar con el mdico,

    hablar con un profesional de la salud, un

    guardin blanco, esto me daba esperanza, el estar

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    con alguien distinto mas all de las diferencias

    sociales, estaba all para salvar la salud de todos,

    estara con alguien que entenda lo profundo del

    ser humano, no todo estaba perdido.

    Despus de ms de una hora, pens que era una

    espera desproporcionada para un consultorio

    externo, si fuera algo grave lo que estaban

    atendiendo ya lo hubieran trasladado. Ya no

    aguante me pare y dispuesto a golpear me

    acerque a la puerta del consultorio.

    Antes que lo hiciera, un tumulto de voces se

    acercaba a la puerta desde el otro lado. El tono no

    era el esperado. Se notaba algaraba,

    evidentemente unos de los interlocutores no

    podan ni por asomo ser un habitante del lugar,

    generalmente tmido y callado.

    Al abrir la puerta, un medico estrechaba sonriente

    la mano de una mujer que se despeda muy

    agradecida por su atencin, llevaba en sus brazos

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    un acongojado pequeo paciente, envuelto en

    algunas mantas, asemejando a un nio la mujer

    acurrucaba un mono.

    Entonces si, como la olla a presin dije todas las

    cosas que durante ms de una hora me haba

    guardado; por querer buscar la forma de

    adaptarme al lugar donde estaba, por respetar los

    cdigos y no s cuantas pavadas.

    Estbamos de vuelta en la caja del camin,

    movindonos como frascos en un cajn,

    dispuestos nuevamente a tragar tierra durante un

    largo viaje, la nica explicacin que tenamos en

    una comunicacin era:, la Compaa se reserva el

    derecho a autorizar su presencia en nuestra

    comunidad...

    Y eso que ni siquiera habamos empezado a

    entender los cdigos, estaran mejor sin

    nosotros?

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Madretierra

    Finalmente el orden y el capital

    dieron en juntarse para proponer una

    solucin

    Cierta vez tres personajes, que por lo general

    transitaban separados por la vida, dieron en hacer

    coincidir sus caminos.

    El orden, el capital y los originarios eran sus

    nombres. El primero refiere a las normas de

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    convivencia y la legalidad, el segundo,

    representaba a quienes se auto-proclamaban los

    dueos del esfuerzo y por lo tanto del capital.

    Finalmente los originarios eran los considerados

    vagos y mal entretenidos, pero al fin de cuentas

    los nicos habitantes nativos que estaban en la

    tierra de la que hablamos antes de que ninguno

    de los otros llegara.

    Los originarios cierta vez decidieron ocupar una

    tierra y segn ellos deban cumplir all un legado

    histrico. El orden decidi intervenir ya que de l

    dependa la ley y la justicia y por lo tanto la

    generalizacin del caos en caso de permitirse tal

    situacin.

    El capital no poda entender como una vez ms,

    los vagos sin derecho a nada, se salieran con la

    suya. Despus de todo eran ellos -los hijos de

    inmigrantes- los nicos que haban hecho grande

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    este continente. Ellos son los que en su momento,

    tuvieron la necesaria picarda o visin

    empresaria como se lo quisiese ver- de tomar

    posesin de esa tierra.

    Finalmente el orden y el capital dieron en

    juntarse para proponer una solucin, pese a que

    ntimamente se odiaban. El primero porque

    pensaba que el otro con su dinero lo haca

    cumplir siempre sus caprichos y el segundo

    simplemente por sentirse superior.

    Decidieron entre ambos proponer un plan y

    ofrecer generosamente al originario una gracia

    que los sorprendera, vender esa tierra con

    facilidades a los ocupantes.

    Al fin de cuentas esa tierra, de promesas

    equivocas en aos pasados, se haba convertido

    en inundable y no era ms que un basural

    irrecuperable.

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  • 7/28/2019 ENREDADERA

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    Conseguiran con estas dos cosas traer la

    pacificacin general, con lo cual seran bien vistos

    y conseguiran la gracia eterna por su

    generosidad. Generalmente el capital tena otros

    bienes de los que preocuparse y esto no era ms

    que una mancha en su imagen. Pero los

    excluidos no quisieron, no aceptaron la

    propuesta.

    Cargaron sus muertos y ornamentos funerarios y

    continuaron su marcha ceremonial hacia algn

    lugar al oeste o al norte de esta tierra de Amrica.

    En realidad los extranjeros nunca entendieron

    que el motivo de la posesin, no era la ambicin o

    cumplir con una ley blanca ni siquiera quedarse

    con una tierra que no les corresponda, era

    simplemente devolver los hijos a su madre la

    tierra- ya que es de all de donde haban venido.

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    MagiaAs di unos pasos, creo que para ella

    tambin hubo un escenario buscado

    Normalmente una caminata al borde de la playa,

    no era ms que ver a la gente, gritando y

    corriendo cerca del mar.

    Los autos, pasando a mi lado, atropelladamente

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    [ Enredadera Oscar Gagliano ]

    cubriendo sus recuerdos de la ciudad, no

    permitindome olvidar y vivir en un mudo

    diferente, que buscaba afanosamente ya sin

    esperanzas, esperando algo mgico.

    Ni a un lado ni a otro, me parecan espacios

    propios, estaba esperando sin entender que y sin

    poder inmiscuirme en ninguno de esos mundos.

    As segu hasta la noche, quienes gritaban al agua

    ya no estaban, no entendan el mejor acto de esa

    obra, el silencio de la noche.

    Quienes huan rpidamente a algn lado, ya

    tampoco estaban no tena sentido para ellos

    detenerse ante una playa vaca.

    En el medio de aquello, empec a sentir en mi

    camino.

    As di unos pasos, creo que para ella tambin

    hubo un escenario buscado, se lo propuse y lo

    desandamos juntos. Al borde del horizonte, la

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    cornisa nos dejo entrar.

    Un viento suave nos acompao y baj con

    nosotros hasta el mar. Ahora s, nadie era su

    dueo y era solo la naturaleza que nos

    demostraba su tierna fuerza.

    nico ruido en la noche, el agua, acompaando,

    susurrando. La nube, era la tibia arena, todava

    de un sol que recin ahora, con su calidez se

    explicaba, quera estar, pero solo para ser ms

    gratos, proponernos llegar juntos a la misma

    temperatura, l y nuestros cuerpo clidamente

    equilibrados.

    Cuerpo, arena, viento y sal, el universo se asocia.

    No nos conocamos, pero nos atraamos,

    inevitablemente. Nuestros pies hundidos en la

    arena adoraban su desnudez. As lo hicimos,

    fuimos todo un solo cuerpo, camos en la arenosa

    nube. La tibieza se mantuvo, nuestra piel lo

    realizaba.

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    Una y otra vez lo hicimos. Como el mar revueltos,

    enloquecidos.Las suaves ondas del mar,

    dibujaban en el horizonte, las formas de dos

    cuerpos, movindose frenticamente en el oleaje

    amoroso. Las gotas del roco que brotaba de

    nuestro cuerpo, la inmensa ola de espuma

    amorosa, se derramo sobre ella, la espuma de una

    ola acompao el fuego, su concavidad atrapo mi

    nave, gozamos de un amor acunados por la playa,

    en un espacio nuestro, la magia fue posible.

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    ENREDADERA

    Oscar Gagliano

    Argentina 2009