Enfoque de la regulación y Economía Política Internacional: ¿paradigmas convergentes?

32
Enfoque de la regulación y Economía Política Internacional: ¿paradigmas convergentes? Pablo Bustelo Profesor titular de Economía Aplicada Universidad Complutense de Madrid E-mail: [email protected] Artículo en la Revista de Economía Mundial, nº 8, 2003 Resumen: Este trabajo expone las líneas generales del enfoque francés de la regulación (especialmente en su análisis de las relaciones económicas internacionales) y de las teorías anglosajonas de Economía Política Internacional (EPI), dos corrientes de particular alcance por haber generado numerosas contribuciones teóricas y empíricas. Se insiste en el interés del enfoque primigenio de la regulación y de la EPI heterodoxa. La conclusión principal es que esos dos paradigmas tienen varios aspectos interesantes en común, algunos de los cuales son además especialmente sugerentes para analizar la globalización. No obstante, son necesarios algunos ajustes en las dos corrientes con miras a establecer un programa común y fecundo de investigación. Abstract: The article outlines the main features of the French regulationist approach (especially as regards to its analysis of international economic relations) and of the Anglosaxon theories of International Political Economy (IPE), two strands of thought of particular usefulness as a result of their numerous theoretical and empirical contributions. The paper stresses the interest of the original regulationist approach and that of the heterodox branch of IPE. The main conclusion is that these two paradigms deliver several common insights, some of which are also particularly appropriate to analyze globalization. However, some adjustments are needed in both schools in order to develop a shared and far-reaching research program. Clasificación JEL: B50, O11, P16.

description

Se revisan los vínculos y diferencias entre el enfoque de la regulación y los planteamientos de la economía política internacional

Transcript of Enfoque de la regulación y Economía Política Internacional: ¿paradigmas convergentes?

  • Enfoque de la regulacin yEconoma Poltica Internacional:

    paradigmas convergentes?

    Pablo Bustelo

    Profesor titular de Economa AplicadaUniversidad Complutense de Madrid

    E-mail: [email protected]

    Artculo en la Revista de Economa Mundial, n 8, 2003

    Resumen: Este trabajo expone las lneas generales del enfoque francs de laregulacin (especialmente en su anlisis de las relaciones econmicasinternacionales) y de las teoras anglosajonas de Economa PolticaInternacional (EPI), dos corrientes de particular alcance por haber generadonumerosas contribuciones tericas y empricas. Se insiste en el inters delenfoque primigenio de la regulacin y de la EPI heterodoxa. La conclusinprincipal es que esos dos paradigmas tienen varios aspectos interesantes encomn, algunos de los cuales son adems especialmente sugerentes paraanalizar la globalizacin. No obstante, son necesarios algunos ajustes en las doscorrientes con miras a establecer un programa comn y fecundo deinvestigacin.

    Abstract: The article outlines the main features of the French regulationistapproach (especially as regards to its analysis of international economicrelations) and of the Anglosaxon theories of International Political Economy(IPE), two strands of thought of particular usefulness as a result of theirnumerous theoretical and empirical contributions. The paper stresses theinterest of the original regulationist approach and that of the heterodox branchof IPE. The main conclusion is that these two paradigms deliver severalcommon insights, some of which are also particularly appropriate to analyzeglobalization. However, some adjustments are needed in both schools in orderto develop a shared and far-reaching research program.

    Clasificacin JEL: B50, O11, P16.

  • 21. Introduccin

    Hasta los aos sesenta del siglo XX los anlisis de la economa mundialreflejaban por lo general una concepcin dicotmica: por una parte, seestudiaban las economas nacionales, generalmente sin referencia alguna a suintegracin en el espacio internacional y, por la otra, se investigaban lasrelaciones econmicas internacionales, entendidas como relaciones entreagentes independientes situados en territorios nacionales distintos.

    En los ltimos cuarenta aos, el fuerte crecimiento de esas relaciones(internacionalizacin) se ha combinado con la aparicin y el desarrollo de dosfenmenos nuevos, como son la multinacionalizacin y la mundializacin de laeconoma mundial. Por un lado, la consolidacin de agentes (empresas,instituciones financieras, ...) que organizan sus actividades de forma coordinadaen varios territorios nacionales (las unidades multinacionales o transnacionales)ha creado espacios homogneos que atraviesan y superan las fronterasnacionales. A causa de ello, una parte importante de las llamadas relacionesinternacionales ya no son relaciones entre agentes de distinta nacionalidad y/oindependientes (ejemplos de ello son el comercio intrafirma o lasubcontratacin internacional). Por otra parte, el auge de las interdependenciasy la aparicin de un sistema universal de referencia para las actividadeseconmicas han globalizado una parte notable de la economa mundial, lo que haconferido a sta, especialmente desde los aos ochenta, una dimensintotalmente nueva.

    De resultas de esas dos mutaciones, los anlisis tradicionales sevolvieron obsoletos y tuvieron que ser sustituidos por nuevos enfoques. Antela creciente complejidad de la economa mundial, una primera reaccinconsisti en multiplicar los estudios empricos sobre el auge de las inversionesen el extranjero, las empresas multinacionales y sus filiales, las sociedades decomercio internacional, la banca transnacional, etc.. La mayor parte de esosestudios analiz el auge de esos fenmenos sin apenas hacer referencia a suinterdependencia recproca y, sobre todo, a la relacin entre su comportamientoy los cambios tanto en las economas de origen de esas inversiones, empresas osociedades como en la propia economa mundial.

    Una segunda reaccin fue bastante ms ambiciosa: consisti en intentarprolongar la interpretacin de la economa mundial en trminos de sistema.Como es bien sabido, cabe destacar dos grandes variantes originales de lainterpretacin sistmica: el modelo centro-periferia y el anlisis de la economa-mundo. El primero fue popularizado durante los aos cincuenta por Prebisch yla CEPAL y en los aos sesenta y setenta por la escuela de la dependencia. Elsegundo, algo ms sofisticado, fue sugerido, desde principios de los setenta,por I. Wallerstein en trminos de un sistema mundial en el que la economa-mundocapitalista es determinante de todo cuanto acontece a nivel planetario, desde la

  • 3creacin de las instituciones del mundo moderno (los Estados) hasta lasposibilidades de desarrollo de cada una de sus zonas.

    Esos dos planteamientos, tendentes a dar respuesta a los fenmenos demultinacionalizacin y mundializacin, respectivamente, de la economa,hicieron aportaciones de gran calado pero slo lograron su objetivo a medias,pues se trat, en buena medida y desde el principio, de discursos rgidos,deterministas y parciales. Incluso si se acepta que sus proposiciones eranacertadas en el contexto de los aos setenta (lo que puede ser mucho suponer),lo cierto es que prcticamente nadie discutira que, con el auge de laglobalizacin en los ochenta y noventa, han ido perdiendo progresivamente noslo vigencia sino incluso pertinencia.

    Pocas alternativas rigurosas surgieron ante las insuficiencias de esosplanteamientos. Dos de ellas pueden ser consideradas interesantes, en el doblesentido de que han puesto sobre la mesa asuntos trascendentes y de que hangenerado una abundante literatura terica y emprica. La primera estcompuesta por el llamado enfoque de la regulacin (ER) y sus incursiones en elcampo de las relaciones econmicas internacionales. La segunda es la de lasteoras anglosajonas de Economa Poltica Internacional (EPI). Los dos enfoquesdieron sus primeros pasos a mediados de los aos setenta pero tuvieron escasarepercusin inicial entre los especialistas en economa mundial, quiz porqueel primero no tena un planteamiento internacional explcito y porque elsegundo proceda sobre todo de los especialistas en Ciencia Poltica.

    2. El enfoque de la regulacin y su aplicacin a la economamundial

    Como es bien conocido, los orgenes del ER se hallan en los trabajos dealgunos economistas franceses, especialmente de los agrupados en el Groupe deRecherches sur la Rgulation en Economie Capitaliste (GRREC) de la Universidad deGrenoble (G. Destanne de Bernis, fundamentalmente) y de los vinculados alCentre dEtudes Prospectives et de Recherches d'Economie Mathmatique Applique laPlanification (CEPREMAP) de Pars (M. Aglietta, R. Boyer y A. Lipietz son losms conocidos)1.

    La regulacin se define como el conjunto de regularidades de origeninstitucional que compensan la inestabilidad inherente al sistema econmico.Es la forma mediante la cual se impone la unidad a travs de la lucha de sus

    1 Obras de referencia son Boyer (1986) y Boyer y Saillard (dirs., 1995). Sobre ladifusin del enfoque de la regulacin en el mundo anglosajn, vase Jessop(1990 y 1997). El anlisis que se sugiere en las pginas siguientes se inspiraprincipalmente en el de la escuela del CEPREMAP, cuyas conclusiones parecenbastante menos rgidas que las de la escuela de Grenoble. Sobre las diferenciasentre las dos escuelas, vase Bustelo (1994).

  • 4elementos (Lipietz, 1983: 36). Los fundamentos tericos del ER son diversos(vase Coriat, 1994 y, en castellano, Bustelo, 1994). As, el ER: tiene una filiacin fundamentalmente marxista, en el sentido de que

    comparte la concepcin holista, dialctica y materialista del marxismo,aunque expurgada de los dogmas de su versin althusseriana;

    combina esos postulados con otros extrados de los anlisis de la regulacinen disciplinas distintas de la Economa de autores como H. Atlan, G.Canguilhem, I. Prigogine o R. Thom (Lichnerowicz et al., 1977);

    parte de una revisin crtica de la tradicin macroeconmica keynesiana ykaleckiana;

    se inspira en un institucionalismo renovado as como en la escuela histricade los Annales.

    2.1. Rgimen de acumulacin, modo de regulacin y sus fases

    El ER considera que un modelo de desarrollo tiene tres componentesprincipales: rgimen de acumulacin, modelo de organizacin del trabajo ymodo de regulacin (vase Lipietz, varios aos).

    Por rgimen de acumulacin se entiende el modo de transformacinconjunta y compatible de las normas de produccin, de distribucin y de uso.Es decir, un rgimen de acumulacin permite, durante un periodo largo,adecuar las transformaciones de las condiciones de produccin y los cambiosen las condiciones de consumo.

    Un rgimen de acumulacin descansa, a su vez, sobre un modelo deorganizacin del trabajo (o paradigma tecnolgico) que es el conjunto de losprincipios generales de organizacin del trabajo y de uso de las tcnicas.

    Por modo de regulacin se entiende el conjunto de normas, implcitas oexplcitas, de mecanismos de compensacin, de dispositivos de informacin, ...,que ajustan permanentemente las expectativas y los comportamientosindividuales a la lgica de conjunto del rgimen de acumulacin. Esas normasse refieren fundamentalmente a la forma de determinacin de los salarios, altipo de competencia entre empresas y al modo de gestin monetaria. Laestabilidad o reproduccin duradera de un rgimen de acumulacin dependede su articulacin con un determinado modo de regulacin.

    Pueden distinguirse, a lo largo de la historia de los pases desarrolladosen los ltimos 150 aos, dos regmenes de acumulacin sucesivos: el rgimen de acumulacin extensiva (hasta la Primera Guerra Mundial)

    caracterizado por la bsqueda de una mayor escala de produccin, connormas productivas constantes y centrado fundamentalmente en el sector debienes de produccin. El carcter extensivo de la acumulacin se pona demanifiesto en un dbil aumento de la productividad del trabajo, un creci-miento del consumo debido casi exclusivamente al aumento de la poblaciny un incremento de la tasa de actividad o del nmero total de horastrabajadas;

  • 5 el rgimen de acumulacin intensiva (desde los aos veinte) caracterizado por laprofundizacin de la reorganizacin y de la mecanizacin del trabajo, en elsentido de una mayor productividad laboral y de un mayor coeficiente decapital fijo, centrada en el consumo de masas, es decir, en la produccin debienes de consumo para la gran mayora de la poblacin. El carcterintensivo de la acumulacin se manifest en la fuerte aceleracin delaumento de la productividad del trabajo, el crecimiento del consumo percpita y la reduccin de la tasa de actividad y de la duracin del trabajo.

    Los modelos de organizacin del trabajo sobre los que descansan esosregmenes de acumulacin son el taylorista y su prolongacin fordista.

    El taylorismo consiste en la introduccin de la divisin social del trabajoen los talleres y en la separacin entre trabajo y saber del trabajador. Laaplicacin prctica del taylorismo a finales del siglo XIX permiti un fuerteaumento del rendimiento e hizo posible la entrada masiva en la produccin detrabajadores no cualificados, es decir, de una mano de obra con salarios msbajos y poco organizada. Pese a esas ventajas, el desarrollo del taylorismo sevio limitado por dos hechos: en primer lugar, los trabajadores conservaban elcontrol de su trabajo, con lo que podan hacer fracasar los intentos patronales dehacer ms intensa su actividad y, en segundo lugar, las diferentes operacioneseran ejecutadas independientemente las unas de las otras, de tal manera que ladireccin de la empresa estaba obligada a una vigilancia permanente de cadaobrero para asegurarse de que respetaba el ritmo establecido.

    El fordismo, como proceso de trabajo, es una prolongacin del taylorismoy consiste en la profundizacin tanto de la divisin del trabajo como de laseparacin entre el trabajador y su capacidad intelectual, mediante la intro-duccin de la cadena de produccin semiautomtica o lnea de montaje. Esaintroduccin lleva hasta el lmite la parcelacin del trabajo, permite lo queCoriat (1979) denomin una vigilancia panptica y supone un aumento delrendimiento y un mayor aprovechamiento de las economas de escala.

    El fordismo tiene en realidad dos vertientes. La primera, su vertienteproductiva, es la que se refiere a su carcter de proceso de trabajo, es decir altaylorismo ms la mecanizacin semiautomtica (Coriat, 1979). La segundavertiente es su vertiente regularizadora, relativa a la adaptacin continua delconsumo de masas a los incrementos de productividad. Esa adaptacin suponeventajas para trabajadores y empresarios. Los primeros slo aceptaronsometerse al proceso fordista de trabajo a cambio de un aumento continuo ensus salarios reales. Los segundos vieron en el incremento constante del poderde compra una garanta contra las crisis de sobreproduccin. De ah que, en losaos veinte y treinta del siglo XX, se llegase a lo que Lipietz llama el compromisofordista, es decir, el compromiso global y organizado entre patronal y sindicatospara redistribuir a los asalariados parte de las ganancias de productividad.

    No obstante, ese compromiso no fue suficiente o lleg demasiado tardepara evitar la Gran Depresin de los aos treinta, que se debi a la inadaptacin

  • 6del modo de regulacin imperante entonces, el competitivo, al nuevo rgimende acumulacin intensiva.

    Cabe distinguir histricamente dos modos de regulacin: el modo de regulacin competitiva (hasta los aos treinta) caracterizado por: 1)

    un ajuste a posteriori de la produccin y de los salarios en funcin delmovimiento de los precios; 2) una fuerte sensibilidad de los precios a lascondiciones de demanda y 3) una gestin monetaria y crediticia basada en lacirculacin de moneda de crdito y en el estricto respeto de la disciplinamonetaria;

    el modo de regulacin monopolista (desde la Gran Depresin) definido por: 1)una determinacin a priori de la produccin y de los salarios en funcin, yano de los precios, sino de las ganancias de productividad; 2) un mecanismode formacin de los precios basado en la posibilidad de que las grandesempresas administren sus precios mediante la aplicacin de un mark-up, conindependencia relativa de las fluctuaciones de demanda y 3) un tipo degestin de la moneda y del crdito basado en la sustitucin de la moneda decrdito por la moneda-mercanca metlica y en la posibilidad de relajarsistemticamente la disciplina monetaria.

    2.2. La articulacin entre acumulacin y regulacin en la historia delcapitalismo desarrollado

    Hasta la Primera Guerra Mundial, la acumulacin se bas en la simpleextensin de las capacidades de produccin sin cambios notables en laproductividad y en la composicin de capital y la regulacin consisti en elclsico ciclo de negocios, de forma que se aseguraron tanto un crecimiento de latasa de plusvala al menos igual al de la composicin orgnica del capital (y,por tanto, un mantenimiento o un crecimiento de la rentabilidad), como elseguimiento de una senda de crecimiento exenta de grandes sobresaltos.

    La fase siguiente (aos veinte) correspondi a la sustitucin progresivade la acumulacin extensiva por un rgimen intensivo, gracias a la fuerte ola deinnovaciones tcnicas de principios de siglo y a su aplicacin masiva a losprocesos de produccin (taylorismo y embriones de fordismo). Los locos aosveinte fueron testigos de un boom originado por el prodigioso crecimiento de laplusvala relativa. Sin embargo, esa transformacin en el rgimen deacumulacin no se vio acompaada por una mutacin equivalente del modo deregulacin, que conserv su carcter competitivo, de forma que los incrementosde productividad superaron ampliamente al modesto crecimiento del poder decompra de los asalariados, generndose las tendencias hacia una crisis derealizacin o de sobreproduccin. La Gran Depresin de los aos treinta puedeinterpretarse como la primera crisis de la acumulacin intensiva y la ltima dela regulacin competitiva.

    La edad de oro del crecimiento (1945-1970) fue el resultado de lageneralizacin del fordismo como rgimen de acumulacin, es decir, por una

  • 7afortunada combinacin de los principios de la organizacin cientfica deltrabajo con el consumo de masas, esto es, por lo que Boyer (2000b) denominauna sincronizacin sin precedentes entre la produccin y el consumo enmasa. Los incrementos consiguientes de la productividad del trabajo fueronsuperiores a los del capital fijo per cpita y el aumento de los salarios reales secombin, para generar un aumento constante del poder de compra, con laconsolidacin de una red de instituciones estabilizadoras del crecimiento de lasrentas nominales de los asalariados (convenios colectivos, Estado del bienestar,etc...), propia del modo de regulacin monopolista.

    La confluencia de la acumulacin intensiva y de la regulacinmonopolista sent las bases de un ciclo virtuoso de productividad y salariosreales (directos e indirectos). El aumento de la productividad permiti superarlos obstculos derivados del deterioro de la rentabilidad (crisis de valorizacin)mientras que el crecimiento del poder de compra impidi que se registrasenproblemas de insuficiencia de demanda (crisis de realizacin). El crecimientode posguerra se caracteriz, por tanto, por una gran estabilidad.

    La crisis que se produjo a finales de los aos sesenta y principios de lossetenta en los pases desarrollados obedeci principalmente a una crisis delfordismo interna (un anlisis clsico es el de Granou et al., 1979), aunque sta sevio amplificada por la creciente internacionalizacin de las relacioneseconmicas.

    La crisis del fordismo fue el resultado de un crecimiento del coste laboralsuperior al de la productividad del trabajo y de un incremento del capital fijorespecto del nmero de asalariados. El rechazo, por parte de los trabajadores,de las implicaciones de la organizacin cientfica del trabajo (separacin entrecompetencia profesional y ejecucin descualificada, subordinacin deltrabajador a la jerarqua empresarial y a la mquina, ...) provoc una oleada deconflictos laborales desde finales de los aos sesenta, que desembocaron en uncrecimiento de los costes laborales directos. Adems, aumentaron lascotizaciones sociales a cargo de las empresas y las pensiones de jubilacinmientras que se reduca la jornada laboral. Al mismo tiempo, disminuy elcrecimiento de la productividad del trabajo, como resultado inevitable de unproceso de trabajo que, al deshumanizar al trabajador, le volvi a la largaineficiente.

    La reduccin de la rentabilidad gener una menor inversin y un mayordesempleo. Adems, la repercusin del incremento de los costes en los preciosprovoc un proceso de inflacin de costes, autoentretenido por las alzassalariales. El desempleo y la presin para disminuir los salarios realesprovocaron una contraccin de la demanda, si bien la crisis de los aos setentano puede considerarse una crisis de insuficiencia de demanda sino una crisis deestructura productiva (o de oferta).

    La dimensin internacional de la crisis intensific su impacto. Lacreciente competencia internacional de pases como Japn, Alemania o losnuevos pases industriales (hacia los que se reorient la demanda mundial), los

  • 8efectos de los dos shocks del petrleo y las estrategias de redespliegueinternacional de las empresas multinacionales supusieron la prdida decoherencia de los espacios nacionales como base privilegiada de laacumulacin fordista. Los distintos pases perdieron soberana nacional en loreferente a la regulacin de sus economas. El empeoramiento de las balanzascomerciales impuso estrategias de enfriamiento econmico que agudizaron losproblemas de demanda.

    En los aos ochenta, el doble impacto de la globalizacin y delagotamiento del fordismo como forma de organizacin del trabajo pusieron encuestin la viabilidad de la rigidez de la relacin salarial en trminos decompetencia y de rentabilidad. Una primera va de salida fue la flexibilizacinde los mercados de trabajo (o del contrato salarial) junto con un control directojerrquico de la actividad de los trabajadores (lo que se denomina paradigmaneo-tayloriano). En palabras de Lipietz (2001: 24):

    esa va fue la elegida por los pases anglosajones, Europameridional y Francia: una brasilianizacin resultante en el neo-taylorismo, que mantuvo los principios tayloristas deorganizacin del trabajo, reforzada por las tecnologas de losordenadores, pero sin las ventajas que el fordismo ofrecapreviamente a los trabajadores.

    Una va alternativa fue la de la movilizacin de los recursos humanos (laimplicacin de los trabajadores en el proceso de produccin) con miras aalcanzar aumentos de productividad (paradigma neo-fordista). La implicacinnegociada de los trabajadores (en empresas, como en Japn; en ramas, como enAlemania y el norte de Italia; en la sociedad entera, como en los pasesescandinavos) se alcanz con la contrapartida del mantenimiento (aunquerelativo) de las ventajas sociales. En el caso de Suecia, por ejemplo, puedehablarse de paradigma kalmariano o dalmatiano en honor de las primeras fbricasautomovilsticas (de la empresa Volvo) reorganizadas segn el principio de laimplicacin negociada de los trabajadores.

    En suma, los pases de la OCDE, en los dos ejes rigidez/flexibilidad delmercado de trabajo y grado de implicacin/control de los trabajadores en elproceso de trabajo, se empiezan a distinguir de la siguiente manera:

    Estados Unidos y Gran Bretaa, que otorgan prioridad a laflexibilidad y que ignoran la implicacin, algunos pases queintroducen la implicacin negociada de manera individual(Francia), el Japn que practica la implicacin negociada a nivel delas (grandes) empresas, Alemania que la practica a nivel de lasramas y Suecia que es el pas que se encuentra ms cerca de ejekalmariano (Lipietz, 1995a: 4).

    A finales de los aos ochenta se poda incluso pensar que el fordismollegara a ser sustituido por un post-fordismo en el que se relacionara el consumo

  • 9de masas con la diferenciacin de producto, mediante la implantacin de losmtodos de trabajo del toyotismo o del ohnismo (Boyer y Durand, 1993). Sinembargo, la larga recesin japonesa de los aos noventa ha puesto en solfa esasalida a la crisis del fordismo.

    Por el contrario, se ha impuesto una doble pauta (Lipietz, 2001): enEEUU, Reino Unido, Francia y la Europa meridional un modelo neo-tayloriano(o flexible, o tambin liberal-productivista) seguido, en los pases anglosajones,de un rgimen dominado por las finanzas (Boyer, 2000b); en el resto de Europacontinental y en Japn, un modelo menos liberal, estrictamente fordista o neo-fordista. La primera pauta da lugar a una sociedad en forma de reloj de arena(sablier), en la que hay un nmero creciente de ricos, cada vez ms pobres y unimportante adelgazamiento de las clases medias. La segunda pauta genera unsociedad en forma de globo aerosttico (montgolfire), en la que hay pocos ricos,pocos pobres y muchos en el medio. La primera forma ha sido estudiada, parael caso de Francia, por Lipietz (1996).

    2.3. El enfoque de la regulacin y el anlisis de la globalizacin

    Al dar prioridad al anlisis de las formas institucionales sobre una basenacional, el ER tendi, desde el principio, a desatender la internacionalizacinde la divisin de trabajo y, por tanto, de la acumulacin (aspecto subrayado porRobles, 1994 y reconocido explcitamente por Boyer, 2000a).

    Sobre la globalizacin, los autores de esa escuela parten de una dobleconstatacin. En primer lugar, desde los aos ochenta se ha registrado unacreciente internacionalizacin comercial y productiva, manifestada en el augede los intercambios de bienes y de la inversin directa extranjera. En segundotrmino, la caracterstica ms llamativa (y la ms avanzada) de la globalizacineconmica es la globalizacin financiera, debida a la desreglamentacin de lossistemas financieros nacionales, al auge y a la difusin de innovacionesfinancieras y a la desterritorializacin de algunos mercados financieros (Boyer,1999).

    Las aportaciones principales del ER pueden resumirse en las dossiguientes: a diferencia del planteamiento liberal, para el que la globalizacin

    conducira a una creciente homogeneidad a escala mundial, se registra unadivergencia de los regmenes de crecimiento en los principales pasesdesarrollados (Boyer, 1999 y 2001) y una nueva forma de divisininternacional del trabajo entre los pases ricos y las naciones del TercerMundo (Dunford, 2000). Esas evoluciones dan lugar a nuevas formas deinterdependencia entre economas nacionales;

    se est generando un rgimen internacional dominado por las finanzas, quees manifiestamente inviable, a la vista de la amplitud y del alcance de lascrisis financieras recurrentes. El sistema financiero internacional esestructuralmente inestable (Aglietta, 1998).

  • 10

    Mientras que los pases anglosajones se adentran en un rgimen decrecimiento impulsado por la financiarizacin (tambin llamado rgimenpatrimonial), en el que las finanzas y la insercin internacional dominan larelacin salarial y las relaciones entre el Estado y la economa, los restantespases desarrollados intentan mantener un rgimen fordista o neo-fordista.

    En EEUU y el Reino Unido,numerosas macro-fusiones, movilidad del capital entre pases,presiones en la gestin empresarial, difusin de activos burstilesentre una mayor fraccin de la sociedad: todas esastransformaciones han sugerido que est apareciendo un rgimende acumulacin dirigido por las finanzas. Tal rgimen conduciraa un modo de regulacin completamente nuevo, que se llamaactualmente la nueva economa: ese rgimen combinara laflexibilidad del mercado de trabajo, la estabilidad de precios, eldesarrollo de sectores de alta tecnologa, los auges burstiles y ladisponibilidad de crdito para sostener el rpido crecimiento delconsumo, as como un optimismo permanente en las expectativasde las empresas. La capacidad de cada pas para adoptar y aplicartal modelo sera una variable bsica de los resultadosmacroeconmicos y determinara el lugar de ese pas en unaeconoma mundial jerarquizada gobernada por la difusin de unrgimen financiarizado de crecimiento (Boyer, 2000b: 116).

    En los restantes pases desarrollados, no se registra tal proceso. Latenencia de acciones y otros ttulos financieros en relacin al ingreso disponibleno es tan importante. El consumo no se financia en la misma medida con elrecurso al crdito. Los mercados burstiles no son mecanismos tan esencialesde distribucin del capital y de control de la direccin de las empresas. Todoello no es necesariamente un inconveniente en trminos de desempeoeconmico y de equidad social (Boyer, 2000a). Durante los aos noventa, laproductividad creci en Francia, Alemania o Japn casi al mismo ritmo que enel Reino Unido. Las tasas de beneficio empresarial fueron satisfactorias.Adems, la distribucin de la renta es mucho ms desigual en EEUU y el ReinoUnido que en el resto de los pases desarrollados.

    Se registra tambin una recontinentalizacin de la economa mundial(Asia oriental alrededor de Japn, Amrica en torno a EEUU, Europa con uncentro en Alemania) que se debe, en primer lugar, a que, con los modos degestin just in time, recobran importancia la distancia y los costes de transacciny, en segundo lugar, a los intentos de regular la macroeconoma mundialmediante acuerdos entre vecinos (Lipietz, 1995a).

    Aumenta la rivalidad entre los tres polos de la economa mundial por lamayor orientacin de la produccin hacia los mercados internacionales, dado elescaso crecimiento del mercado interior, y por la fuerte competencia por

  • 11

    realizar inversiones extranjeras en las economas emergentes y en los pases entransicin.

    Los pases desarrollados se han especializado en actividades intensivasen trabajo intelectual y cualificado realizado por los tcnicos que R. Reich hallamado analistas simblicos. Esos analistas desempean actividades de diseo,consultora tcnica y financiera, informacin y comunicacin, comercializacin,publicidad, servicios contables y de asesora legal, etc.. Los pases emergentes,adems de crear ms industrias intensivas en trabajo, han ampliado suactividad hacia la produccin de bienes intermedios y de capital y hacia losservicios financieros.

    Aparece as una tercera divisin internacional del trabajo (DIT), que sesuperpone a los dos anteriores (Lipietz, 1995a). La primera DIT consiste en elintercambio de productos primarios por bienes manufacturados, ambosobtenidos de forma diferente (por ejemplo, el comercio entre la Unin Europeay frica). La segunda DIT se produce cuando surge una especializacin endiferentes tareas dentro de una misma rama y producidos de manera tayloriana(por ejemplo, el comercio entre EEUU y los dragones asiticos). La tercera DITconsiste en el intercambio de bienes similares pero fabricados de maneradistinta segn el paradigma neo-tayloriano o neo-fordista adoptado por lospases (por ejemplo, el comercio entre el Reino Unido y Alemania).

    En cuanto a los efectos de la globalizacin, el ER los analiza de lasiguiente manera. A escala nacional, la globalizacin provoca un aumento delpeso de los beneficios en la renta nacional as como un menor crecimiento delos salarios respecto del de la productividad. Aumenta as el riesgo de crisis desobreproduccin, riesgo que sin embargo se ve contenido por la existencia deuna sociedad salarial (Estado del bienestar) en los pases desarrollados. Aescala internacional, la existencia de unos EEUU que ejercen de comprador deltima instancia y la creciente asalarizacin en las economas en transicin y enmuchos pases del Tercer Mundo contienen igualmente el riesgo desobreproduccin.

    Con todo, para evitar un escenario de crisis generalizada (ante la quiebradel Estado del bienestar, una eventual recesin estructural en EEUU y las crisisfinancieras recurrentes en las economas emergentes y en transicin), Boyer(2000a), propone: un nuevo rgimen de crecimiento asentado en la demanda interna y en

    inversiones en infraestructuras y no en la desinflacin competitiva; domesticar de nuevo, a escala mundial, las finanzas y el mercado para que

    vuelvan a ser medios para garantizar el bienestar de las sociedades y nosigan siendo fines por s mismos.

    En suma, el ER considera que la globalizacin no es un fatalismoeconmico sino el resultado de una eleccin poltica (Boyer y Drache, eds.,1996), tema en el que se acerca a algunos de los planteamientos de la EconomaPoltica Internacional.

  • 12

    2.4. Balance crtico

    Pueden resaltarse algunas ventajas e inconvenientes de las propuestasdel ER. En cuanto a las ventajas, parece claro que es muy positivo su intento deteorizar el desequilibrio, de combinar tradicin clsica y grandes heterodoxos(Marx, Schumpeter y Keynes), de relacionar historia y teora econmicas y detomar en consideracin los aspectos sociales en el anlisis econmico. Ademsde esos aspectos generales, algunos economistas anglosajones, de ordinarioextremadamente escpticos ante las aportaciones intelectuales francesas, hansealado que dos son los mritos principales del ER (vanse, por ejemplo,Ruccio, 1990 o Jessop, 1997 y 2000): en primer lugar, la idea de que la acumulacin capitalista no se autorregula,

    es decir, no responde exclusivamente a una lgica interna de reproduccin.En otros trminos, la acumulacin exige la presencia de un marcoinstitucional (de un modo de regulacin). Se trata de una concepcin social yno reduccionista del proceso de acumulacin de capital que hace posibleuna saludable superacin del finalismo del marxismo ortodoxo. Losregulacionistas, en palabras de Jessop (2000: 1),

    se centran en los conjuntos histricamente contingentes demecanismos y prcticas econmicos y extra-econmicos quepermiten que se registre una acumulacin relativamente estableen periodos relativamente largos a pesar de las contradiccionesfundamentales, tendencias a la crisis y conflictos generados por elcapitalismo.

    en segundo trmino, su intento de completar la dimensin internacional delproyecto marxiano de investigacin (los famosos e inexistentes libros 5 y 6de El Capital acerca del comercio y el mercado mundiales), sobre la que losregulacionistas han hecho algunas incursiones notables con, por ejemplo, elconcepto de fordismo perifrico de Lipietz (1985) o algunos de sus anlisis dela globalizacin.

    Sin embargo, el ER ha suscitado tambin crticas a su jerga (y a ciertaobsesin por los trminos). Tambin se ha acusado al enfoque de serfuncionalista y simplista, de presuponer que la accin consciente del Estadopuede borrar las contradicciones del capitalismo as como guiar la acumulacina travs de las crisis y de ser polticamente reformista. Como ha sealado uncrtico britnico,

    el problema principal de la teora de la regulacin es que enfoca,de manera unilateral, la regularizacin como un proceso socio-poltico en marcha, mientras que trata las inestabilidades comoaspectos tecno-econmicos y relega su anlisis a unas pocassimples proposiciones o frmulas. Tal cosa ha hecho que la teorade la regulacin haya sido acusada, por partida doble, de poner

  • 13

    demasiado nfasis en la estabilidad y de ignorar a los agentes. Loseconomistas neoclsicos consideran que las perturbaciones en elequilibrio se sitan fuera del modelo. Tales perturbaciones sedenominan shocks externos, cuya generacin no es analizada. Lostericos de la regulacin se toman las perturbaciones del sistemams en serio pero, al tratar las influencias desestabilizadoras slocomo factores tcnicos o econmicos, ponen demasiado nfasis enla capacidad de las normas e instituciones sociales reguladoraspara estabilizar la sociedad (Friedman, 2000: 61).

    Adems, algunos autores de la escuela, ante las crticas de la Economaconvencional, se han distanciado de los presupuestos iniciales para acercarse,buscando fundamentos microeconmicos aparentemente ms slidos, a laEconoma de las convenciones, provocando lo que Lipietz ha llamado un gransalto hacia atrs (Lipietz, 1995b). Jessop (1997) ha descrito el debate que hagenerado la aproximacin de algunos autores regulacionistas a unosfundamentos discutibles, basados en el individualismo metodolgico,extrados de enfoques de la eleccin racional, la teora de juegos, los costes detransaccin y la Economa de las convenciones.

    Por aadidura, Jessop considera que el ER ha tenido un doble fracasorelativo:

    ha fracasado en convencer a los economistas convencionales quela teora econmica debera dejar de concebir los fenmenosextraeconmicos como algo irrelevante o marginal, como aspectosceteris paribus; y ha fracasado en convencer a los cientficos socialesconvencionales de que la acumulacin no puede explicarse sinreferencia a mecanismos a la vez econmicos y extraeconmicos(Jessop, 2000: 28).

    Por ltimo, y este quiz sea el principal inconveniente del ER, suspartidarios todava no han desarrollado de manera suficiente la dimensininternacional de su anlisis. El problema estriba en que, al haber nacido de unintento de teorizar la evolucin histrica de los pases desarrollados, la escuelade la regulacin adolece de un sesgo metodolgico que dificulta la elaboracinde conceptos para el anlisis del capitalismo mundial.

    3. La Economa Poltica Internacional

    La Economa Poltica Internacional (EPI) o International Political Economy(IPE) es un enfoque sugerente para el anlisis de la economa mundial y, enparticular, de las relaciones econmicas internacionales, sean stas formuladasen trminos de economa internacional, organizacin econmica internacional oestructura econmica mundial. La EPI, siendo relativamente reciente, se ha

  • 14

    convertido ya en una materia impartida en numerosas universidadesanglosajonas y objeto de numerosos manuales o tratados2.

    Resulta sugerente porque parte de la premisa de que los asuntosmundiales no pueden estudiarse con un enfoque monocausal (econmico opoltico, nacional o internacional, estatal o no estatal) puesto que lo econmicoy lo poltico, lo nacional y lo internacional, y los Estados y los agentes noestatales estn estrechamente interrelacionados. Por tanto, la EPI es sobre todouna forma nueva de abordar problemas complejos en el sistema mundial,problemas que no pueden ser resueltos de manera satisfactoria por los anlisisestrictamente econmicos o estrictamente polticos.

    3.1. Definicin, supuestos bsicos e inters de la EPI

    La EPI puede definirse de manera estricta, esto es, como subdisciplinade la teora de las relaciones internacionales, o de forma amplia, comodisciplina, con todos los derechos, en las ciencias sociales. Por ejemplo, paraGilpin (1975: 22), la EPI es el estudio de la interaccin recproca ente loeconmico y lo poltico en las relaciones internacionales; para Milner (2000: 3),la EPI es una subdisciplina de la teora de las relaciones internacionales quetrata de la interaccin de variables econmicas y polticas en el sistemainternacional. Por el contrario, para Kbadjian (1999: 3), la EPI es un intentointerdisciplinario que pretende analizar la esfera de las relaciones econmicasinternacionales centrada en los fenmenos de riqueza (...), teniendo en cuenta susarticulaciones con la esfera de lo poltico, centrada en los fenmenos de poder.

    Hay autores que defienden una interpretacin eclctica (amplia) de laEPI: para Frieden y Martin (2001: 3), se trata de un enfoque que rene todos lostrabajos para los que los factores econmicos internacionales son una causa ouna consecuencia importantes.

    Existen partidarios de que la EPI se mantenga como sub-campo (subfield)de la teora de las relaciones internacionales (Gilpin, 1987): la EPI sera por tantouna subdisciplina (admisiblemente menor) de esa teora y se interesara portemas como la poltica econmica exterior, las organizaciones econmicasinternacionales, el comercio internacional o las polticas de tipo de cambio.

    Tambin hay defensores de la EPI como una nueva (inter)disciplinaheredera de la Economa Poltica clsica y/o radical (Underhill, 2000). En talcaso, la EPI sera una nueva disciplina dirigida especficamente al anlisis de laglobalizacin. Puede incluso defenderse la tesis de que la globalizacin saca,por as decirlo, a la EPI del marco de la teora de las relaciones internacionales.

    Los supuestos bsicos de la EPI pueden enumerarse de la siguientemanera (Underhill, 2000: 806):

    2 Algunos manuales y recopilaciones recientes de textos son Baylis y Smith(eds., 2001), Brawley (1999), Cohen y Lipson (eds., 1999), Cohn (2000), Frieden yLake (eds., 2000), Kbadjian (1999) y Stubbs y Underhill (eds., 2000).

  • 15

    las esferas poltica y econmica no pueden ser separadas de manera juiciosay hacerlo incluso entraa serios inconvenientes desde el punto de vistaanaltico;

    la interaccin poltica es uno de los medios a travs de los cuales lasestructuras econmicas se establecen y transforman;

    hay una conexin estrecha entre los niveles nacional e internacional delanlisis y los dos no pueden separarse entre s de manera aceptable.

    El inters de la EPI reside principalmente en los tres aspectos siguientes.En primer lugar, sus partidarios abordan temas de estudio muy diversos, como,por ejemplo, la globalizacin, el comercio internacional, las finanzasinternacionales, las empresas multinacionales, la integracin econmica, elmedio ambiente, el gnero y la insercin de grupos regionales de pases en laeconoma mundial, as como aspectos nacionales y sub-nacionales en suarticulacin con aspectos globales. Mientras que la teora convencional de lasrelaciones internacionales se centra en los Estados y en aspectos de seguridad,soberana y distribucin de poder, la EPI aborda las relaciones Estado-sociedad, los mercados, el dinero, la produccin, el comercio, las finanzas, etc..

    En segundo trmino, la EPI tiene un importante carcterinterdisciplinario, pues recoge aportaciones de la Economa, la Ciencia Poltica,la Sociologa, la Historia, la Geografa, los Estudios Empresariales (businessstudies), etc..

    En tercer lugar, la EPI ha hecho un destacado esfuerzo metodolgico, conmiras a buscar un anlisis adecuado de la globalizacin y de sus efectos en lasestructuras nacionales, en los Estados (y sus opciones de poltica econmica) yen el sistema econmico y poltico internacional. Por tanto, la EPI es punta delanza de que lo A. Payne ha llamado los estudios sobre globalizacin(globalization studies)3.

    3.2. Genealoga de la EPI4

    Puede fecharse el inicio de los estudios sobre EPI a principios de losaos setenta. Sobre la base de los trabajos de R. N. Cooper sobre lainterdependencia a escala mundial y de R. Vernon sobre las empresasmultinacionales, los investigadores procedentes del campo de las relacionesinternacionales (especialmente en EEUU) o del campo de la economainternacional (principalmente en el Reino Unido) empiezan a tomar concienciade la importancia de los aspectos transversales y transnacionales en el sistemamundial. Puede por tanto afirmarse que la EPI surge de la necesidad desuperar las distinciones conceptuales entre lo econmico y lo poltico y entre lointernacional y lo nacional.

    3 A. Payne, Foreword, en Germain (ed., 2000).4 Surveys de inters sobre la evolucin de la EPI son Katzenstein et al. (1998),Underhill (2000) y Woods (2001).

  • 16

    En 1971 R. Keohane y J. Nye coordinan un nmero especial de la revistaestadounidense International Organization, que sera publicado en forma de libroun ao ms tarde (Keohane y Nye, eds., 1972). Tambin en 1971, S. Strange creaen el Reino Unido el International Political Economy Group (IPEG), tras haberpublicado un artculo que criticaba el foso entre los estudios de economainternacional y los de relaciones internacionales (Strange, 1970). A finales de losaos setenta, Strange coordina un nmero especial de International Affairs(Strange, ed., 1976).

    La EPI tradicional

    La EPI estadounidense se inscribe en la herencia de los enfoques sobrerelaciones internacionales posteriores a la segunda guerra mundial. Como esbien sabido, pueden distinguirse tres escuelas: la realista, la liberal y laestructuralista.

    La escuela realista considera que el sistema internacional descansa sobrelas relaciones de poder entre los Estados, de manera que el anlisis pertinentees el de la distribucin de poder a nivel mundial y consiguientemente el delpoder en trminos de coercin. Sobre la base de los trabajos de autores realistascomo Hans Morgenthau y Kenneth Waltz, se desarroll el enfoque neo-realistaque insisti en la importancia de la estructura del sistema poltico internacional,incluyendo las interdependencias econmicas y tcnicas, para explicar elcomportamiento de los Estados. Autores como C. Kindleberger (1973) y R.Gilpin (1975, 1981, 1987) desarrollaron la teora de la estabilidad hegemnica, envirtud de la cual la hegemona de una superpotencia permite una estabilidadsuficiente a nivel mundial. Esa teora descansa en los supuestos de que elEstado dominante dispone de la capacidad para obligar a otros Estados aseguir sus opiniones y de que la cooperacin inter-estatal se manifiesta enorganismos internacionales cuyo poder emana nicamente del de los Estadosque los sustentan.

    Por el contrario, la escuela liberal (o pluralista) insiste en las relacionesde inters (mercantiles) entre los individuos, a travs de los Estados y/o de losmercados, que se consideran simples instrumentos para alcanzar fines sociales.El anlisis pertinente es el de los acuerdos mutuos y las relacionescontractuales entre los individuos, enfoque defendido, entre otros, por RobertDahl. De esa corriente surge un enfoque neoliberal: la teora de los regmenesinternacionales de S. D. Krasner (ed., 1983, 1985) y de R. Keohane (1984, ed., 1986),autor, este ltimo, procedente de las filas del realismo. Los regmenes sedefinen como principios, normas, directrices y procesos de toma de decisionespolticas en las que convergen las expectativas en un rea dada de lasRelaciones Internacionales (Krasner, 1982: 186). Otros autores de ese corrienteson J. Ruggie y O. R. Young, as como, ms recientemente, Gilpin (2000 y 2001),autor originalmente partidario del realismo.

  • 17

    En cuanto a la escuela estructuralista (y/o marxista), subraya que loimportante es el anlisis de la estructura econmica y/o de las relaciones deexplotacin. A escala internacional existen relaciones asimtricas entre el centroy la periferia, cuya evolucin deriva de las necesidades del orden capitalistamundial y, por tanto, de los intereses de las clases dominantes. De ese enfoqueson exponentes el enfoque de la dependencia (en la versin de Cardoso yFaletto)5 y el enfoque del sistema mundial de I. Wallerstein.

    Mientras que los enfoques de la dependencia y del sistema mundialreciben fuertes crticas (y no slo desde planteamientos ortodoxos, como seresume en Bustelo, 1998), los partidarios del realismo y del liberalismo seenzarzan en importantes polmicas. Hay que recordar, sin embargo, que elprimer intento de fusin entre los planteamientos realistas y liberales seencuentra precisamente en Keohane y Nye (eds., 1972). Algunos autores hanquerido ver en una aportacin posterior de esos dos autores (Keohane y Nye,1977) la primera contribucin genuina sobre EPI, por cuanto rechazaban la ideade la competencia estratgica entre Estados y la sustituan por la crecienteimportancia de los aspectos econmicos (vertiente liberal) y de la cooperacinentre Estados a travs de los organismos internacionales (vertiente neo-realista),al defender la tesis de la interdependencia compleja. Sin embargo, la polmicaentre realismo y liberalismo se mantiene en los aos ochenta y noventa (vaseBaldwin, ed., 1993).

    En cuanto a la EPI britnica6, cuya trayectoria es en muchos aspectosdistinta de la de su homloga estadounidense (Smith, 2000; Murphy y Nelson,2001), presenta menos controversias tericas internas. Se distingue de la EPIestadounidense en que considera que el poder no se concentra slo en losEstados, que lo poltico y lo econmico no pueden ser separados y que lasestructuras histrica, poltica y econmica son categoras analticas centrales.Sus partidarios se muestran contrarios al tipo de supremaca polticaestadounidense desde principios de los aos setenta y a que lo R. Cox llam elhiperliberalismo de los gobiernos de Reagan y Thatcher. Defienden la utilidadpoltica de la EPI (para algo y para alguien). Adems, analizan la estructurahistrica del poder, que depende de la hegemona de una potencia y quegarantiza la estabilidad del orden mundial (enfoque neo-gramsciano de R. W.Cox) o insisten en la autoridad difusa (en los Estados, las empresas, los lobbies,los mercados, las mafias, etc.) y en el forma en que el poder estructural de los

    5 El planteamiento del desarrollo dependiente de Cardoso y Faletto es, como esbien sabido, slo una de las escuelas del enfoque de la dependencia, siendo lasotras la del desarrollo del subdesarrollo (S. Amin, A. G. Frank, etc.) y la de lostericos procedentes de la CEPAL (C. Furtado, O. Sunkel, etc.). La primera fuela nica que tuvo cierta repercusin en EEUU. Vase Bustelo (1998).6 En realidad, la EPI britnica engloba a investigadores del IPEG, como S.Strange, F. Hirsch, R. Germain, R. Tooze y G. Underhill y a autores vinculados ala Universidad de York (Ontario), como R. Cox y S. Gill.

  • 18

    Estados y otras instituciones se ejerce y, sobre todo, en la cuestin de a quienbeneficia (el planteamiento de S. Strange).

    La EPI britnica se distingue, por tanto, por sus crticas a la EPIestadounidense y acaba dando lugar a publicaciones como la Review ofInternational Political Economy (RIPE, que se crea en 1994) y New Political Economy(NPE, creada en 1996), que surgen como alternativa a la ms conservadoraInternational Organization. Cuando se funda la RIPE, sus promotores decidendeliberadamente acoger a

    todas las escuelas de pensamiento que desafiaban la hegemonadel hiperliberalismo, a los admiradores eclcticos de SusanStrange, a los que se haban unido a Cox en hallar conocimientossobre la economa poltica global desde los trabajos de AntonioGramsci y de Karl Polanyi, a los dependentistas latinoamericanosy a los representantes de varias escuelas de teora tercermundistadel sistema mundial, la tradicin dominada por ImmanuelWallerstein (Murphy y Nelson, 2001: 400).

    Conviene destacar las aportaciones de Strange (1988 y 1996), de Cox(1987) y de Gill y Law (1988). Es de sealar tambin que la EPI britnica se abreenseguida a estudios nuevos, por ejemplo sobre gnero y medio ambiente.

    Los enfoques estadounidenses neo-realista y neoliberal entran en crisisen los aos setenta y ochenta. La teora de la estabilidad hegemnica aboga porla divisin y el enfrentamiento entre Estados mientras que la teora de losregmenes internacionales defiende un orden internacional espontneo. Sinembargo, durante esos aos, hay muestras sobradas de una cooperacin inter-estatal deliberada. Adems, ambos enfoques tienen unas bases comunes,inscritas en la economa poltica neoclsica (planteamientos neo-smithianos enel enfoque liberal y escuela del public choice en el enfoque realista), razn por laque son muy criticados por los partidarios de un planteamiento no neoclsico.Igualmente, comparten los supuestos de la separacin entre lo poltico y loeconmico y de la concentracin del poder en manos nicamente de Estadosconsiderados como agentes racionales. Los primeros aos setenta, con laquiebra del sistema de Bretton Woods a raz de una decisinfundamentalmente poltica y la ltima fase de la guerra de Vietnam, muestranclaramente las limitaciones de esos planteamientos.

    Desde los aos ochenta la corriente dominante en la EPI estadounidense(la neo-realista) se ve sujeta a los embates de la globalizacin. Lo internacionaldebe ser sustituido por lo transnacional, lo interestatal por las relaciones entreagentes no estatales y la poltica por la economa. La crtica a losplanteamientos de la EPI neo-realista fue expresada por S. Strange de lasiguiente manera,

    la autoridad de los gobiernos de todos los Estados, grandes opequeos, fuertes o dbiles, se ha visto debilitada comoconsecuencia del cambio financiero y tecnolgico y de la

  • 19

    integracin acelerada de las economas nacionales en un nicaeconoma global de mercado (Strange, 1996: 14).

    Una reaccin de los partidarios de la EPI estadounidense fue la deabandonar los supuestos realistas que haban mantenido en el pasado yempezar a considerar que las relaciones internacionales dejan de estardominadas por los Estados y pasan a estarlo por el mercado. La globalizacineconmica habra provocado el paso de un mundo dominado por los Estados aun mundo dominado por el mercado (Gilpin, 2000: 18).

    La Nueva EPI

    Otra reaccin, ms sugerente, de los tericos de la EPI fue la derecuperar el concepto de interdependencia compleja, lo que sienta las bases de unanueva EPI o Economa Poltica Global (EPG) o Global Political Economy (GPE),sobre la que es que gran inters la recopilacin de Palan (ed.), 2000.

    La nueva EPI se distingue de la anterior por no aceptar que los agentesprincipales son los sistemas estatales, esto es, unos Estados entendidos comounidades unitarias racionales con creencias y preferencias determinadas. Enotros trminos, las relaciones son relaciones transnacionales (lasinterdependencias entre Estados y sus sociedades) y no relacionesinternacionales (entre Estados).

    La nueva EPI tambin se distingue por su inters en recuperar las basesde la Economa Poltica (neoclsica, neo-neoclsica o heterodoxa, esto es, clsicay/o radical).

    En la EPG cabe distinguir dos grandes escuelas: el enfoque neo-utilitarista de la eleccin racional y el post-racionalismo o constructivismosocial. El enfoque de la eleccin racional considera que es posible determinarcules son las preferencias y los intereses de los Estados y de otros actores. Elconstructivismo social se pregunta por qu y cmo los Estados y otros actoreshan llegado a tener unas preferencias y unos intereses determinados.

    El enfoque racionalista puede, a su vez, dividirse entre los partidariosde la Economa Poltica de los agentes subestatales (sobre la base del enfoquede la eleccin racional y de la teora de juegos de R. Coase, de la teora delpublic choice de J. Buchanan, etc.) y los defensores del institucionalismo (sobre labase de la teora de los costes de transaccin de R. Coase aplicados a agentesestatales).

    La Economa Poltica de los agentes subestatales se interesa por lascoaliciones, los grupos de inters, los lobbies, los burcratas, etc. entendidoscomo agentes racionales (que buscan maximizar su utilidad en el sentidoneoclsico convencional o su satisfaccin en el sentido de la economa polticapositiva) en un contexto dado de incentivos y restricciones. La teora de laeleccin racional (y, en particular, la teora de juegos), desarrollada enEconoma por R. Coase, genera, cuando se aplica a las relaciones

  • 20

    internacionales, aportaciones como las de R. Axelrod sobre la cooperacininternacional. La teora del public choice aplicada a las relaciones internacionalestuvo como resultado el conocido trabajo de M. Olson sobre el auge y declive delas naciones.

    El institucionalismo evolucionista aborda las relaciones inter-estatalesdesde una perspectiva de los costes de transaccin de R. Coase (tema yaabordado por Keohane, 1984 y desarrollado por Milner, 1997). Ese neo-institucionalismo considera que los regmenes internacionales sirvenprincipalmente para reducir los costes de transaccin (costes de preparar,negociar y concluir acuerdos) por lo que subsisten en ausencia de una clarapotencia hegemnica (Keohane, 1984). Adems, puesto que los Estados tienenpolticas distintas a ese respecto, hay que tener en cuenta las influenciaspolticas internas.

    El post-racionalismo o constructivismo social se interesa por laconstruccin de preferencias en funcin de identidades, creencias o valores.Rene tres escuelas: la convencional (J. Ruggie), la crtica (el enfoque neo-gramsciano de R. Cox y S. Gill, el neo-estructuralismo de R. Palan, la economapoltica crtica de la globalizacin, etc.) y la post-moderna.

    La escuela convencional defiende que la naturaleza humana no puedeaprehenderse con el enfoque racionalista y que hay que estudiar, desde unaperspectiva histrica crtica, cmo surgen nuevos arreglos y cmo interactancon las estructuras existentes y los agentes que participan en ellas.

    La escuela crtica se interesa por los intereses presentes en una estructuraideolgica condicionada por los poderes hegemnicos (planteamiento neo-gramsciano de S. Gill y de R. Cox), defiende una propuesta neo-estructuralista(Gills y Palan, eds., 1994) o hace una crtica, desde planteamientos de EconomaPoltica, de los efectos de la globalizacin (Germain, ed., 2000; MartnezGonzlez-Tablas, 2000).

    Por ltimo, la escuela post-moderna rechaza el planteamiento cientficoen el campo social y se limita a denunciar las relaciones de poder inherentes atodo proceso de conocimiento y a toda forma de comunicacin.

    3.3. Un balance crtico

    La EPI convencional no ha resistido bien los embates de la globalizacin.La EPI estadounidense no marxista (neo-realismo, neo-liberalismo, sntesis ofusin) presenta algunos inconvenientes claros en la era de la globalizacin7.Sus planteamientos descansan en la autonoma absoluta entre lo econmico y lopoltico y en la importancia central de los Estados y de las relaciones inter-estatales.

    7 La EPI marxista ha sido objeto de innumerables crticas incluso antes deiniciarse el proceso contemporneo de globalizacin (vase Bustelo, 1998).

  • 21

    Difieren simplemente en la categora que presenta superioridad (losEstados en el enfoque neo-realista de Waltz y Gilpin; los mercados en elenfoque neo-liberal de Krasner y Young y los Estados y otros agentes en lateora de la inderdependencia compleja de Nye y Keohane). Ni siquiera losliberales han aceptado la tesis de que la creciente interdependencia econmicapone en cuestin la autoridad y la soberana de los Estados (Krasner, 1994).

    En cuanto a la EPI britnica, ha hecho aportaciones de mayor inters. Enparticular, Strange ha criticado la importancia otorgada, por la EPIestadounidense, al Estado, a su poder de coercin y a las relaciones inter-estatales. Por el contrario, Strange ha defendido: que el poder en el sistema mundial est descentralizado, de manera que el

    Estado ya no es el centro de la estructura poltico-econmica; que el poder estatal es difuso (soft power) y no un hard power (basado en la

    coercin); que la regulacin del sistema econmico mundial se produce como

    resultado de la negociacin (bargaining) entre Estados, empresasmultinacionales, organismos internacionales, zonas de integracin regionaly organizaciones no gubernamentales.

    Sin embargo, la EPI britnica convencional (y en particular, la aportacinde Strange) no ha sabido, segn algunos crticos, superar realmente la falsadicotoma entre lo poltico y lo econmico (esto es, reconstruir una EconomaPoltica genuina) y aceptar que sigue vigente la influencia (si bienadmisiblemente cada vez menor) de los Estados en el orden mundial. Enparticular, las ltimas aportaciones de Strange (1996 y 1998b) parecen sugerirun proceso en el que los mercados desbordan totalmente a los Estados.

    Mirando hacia el futuro, la globalizacin puede permitir que la EPIcomience a alejarse de la larga sombra de la teora de las relacionesinternacionales (IR theory) y se convierta en un campo de investigacinacadmica por derecho propio. Tal proceso puede ser el resultado de lossiguientes postulados: la globalizacin no es un proceso espontneo e ineluctable resultante de las

    fuerzas del mercado y de los avances tcnicos sino un proceso construido yreversible (moldeable o modelable) resultante de decisiones polticas;

    no existe una dicotoma Estados versus mercados sino que es necesariorecuperar una Economa Poltica genuina, esto es, basada en lasinterrelaciones dinmicas entre lo Econmico y lo Poltico, que no soncategoras analticas distintas; en la lnea de Polanyi (1944), es necesarioinsistir en que el mercado es fundamentalmente una construccin socio-poltica y un mecanismo que necesita del Estado para mantenerse;

    la EPI debe ser necesariamente interdisciplinaria, con una contribucin delos politlogos que facilite entender que la Economa no es, por lo general,lo suficientemente lgubre (dismal) en lo relativo a la globalizacin (Higgott,1999) y con una contribucin de los economistas que permita comprender ycuantificar los procesos econmicos (Mansfield, 2000).

  • 22

    La contribucin de la nueva EPI, como disciplina acadmica, a losestudios sobre la globalizacin puede ser, por tanto, la de superardefinitivamente los dos grandes enfoques que se han hecho sobre sta hasta lafecha. Por una parte, existe una amplia literatura (denominada en ocasionesglobalista) que insiste en que la globalizacin es el resultado de imperativoseconmicos ineluctables y que tiene como efecto una disminucin drstica delpoder y de la influencia de los Estados. Tal enfoque se presenta en dosvariantes: el planteamiento panglossiano neo-liberal que anuncia el final delEstado (Fukuyama, Ohmae, etc.) y un enfoque socialdemcrata que insiste enlos efectos perniciosos de la globalizacin sobre los Estados en trminos deretroceso drstico de su margen de maniobra en cuanto a impuestos, gastos orepresentatividad democrtica (Rodrik desde la Economa o Cerny desde laCiencia Poltica). Por otra parte, la segunda ola de estudios sobre laglobalizacin (de los autores escpticos) ha tendido a presentarla como un mito,en la medida en que sera una mera reproduccin o repeticin de la primera olade globalizacin (1870-1914), estara contenida a la trada formada por EEUU,Japn y Europa occidental y tendra como resultado, en el peor de los casos, lanecesidad (limitada) del Estado de ajustarse a la creciente internacionalizacinde las finanzas y del comercio: en suma, no habra cambiado nada sustancial(Hirst y Thompson, 1996; Doremus et al., 1998; Weiss, 1998).

    La tercera ola de estudios sobre la globalizacin (vase Mittelman, 2001)insiste que el la globalizacin actual no es tan importante ni tan novedosa comosuele creerse. No obstante, considera que supone ciertamente cambioscualitativos fundamentales que provocan, no tanto una superacin del Estado,que mantiene cierto margen de maniobra, sino una merma relativa de suinfluencia. Por ejemplo, la creciente movilidad internacional de capitalesvoltiles ejerce una fuerte restriccin sobre la autonoma de la polticamonetaria y genera importantes vulnerabilidades en los sectores financierosnacionales, que son dficiles de combatir con la poltica econmica. Pero eso nosignifica que la influencia de los Estados y la importancia de la gobernabilidadde la economa mundial hayan pasado a la historia.

    4. Hacia una convergencia entre el enfoque de la regulacin yla Economa Poltica Internacional?

    En aos recientes ha comenzado un dilogo e incluso una aproximacinentre el ER y la EPI crtica o heterodoxa (la EPI ortodoxa ni siquiera hamostrado inters por las aportaciones de los regulacionistas). Algunos ejemplosson los trabajos de Kbadjian (1998), Palan (1998), Vidal (1998) y msrecientemente Boyer (1999), Palombarini y Thret (2001) y Serfati (2001).

    Palan (1998) ha defendido tres argumentos principales. En primer lugar,la EPI crtica se ha inspirado en buena medida en el ER. En segundo trmino, elER no ha conseguido teorizar suficientemente lo internacional y, cuando lo hahecho, se ha separado de su enfoque primigenio y se ha acercado

  • 23

    (unilateralmente) a la EPI convencional. En tercer lugar, la EPI crtica y el ERpueden aproximarse si ambas corrientes consiguen teorizar lo internacionalcomo un aspecto de una teora general del cambio social.

    Veamos esas tres afirmaciones con algo ms de detalle. Palan (1998)sostiene que los enfoques crticos de la EPI (R. Cox, K. Van der Pijl, J. Hirsch, S.Strange, etc.) se han inspirado en el ER, especialmente en la llamada escuela deAmsterdam, en las aportaciones de los neo-gramscianos y en las obras deStrange (por ejemplo, Strange, 1998a). Por otra parte, el autor insiste en algo yamencionado anteriormente en estas pginas: las dificultades del ER paraextrapolar al campo internacional unos conceptos elaborados para realidadesnacionales. Las tesis novedosas de Palan son que, en las pocas elaboracionestericas del ER al respecto (Mistral, 1986 o Vidal, 1995), se percibe tanto unalejamiento de los postulados primigenios del enfoque como un acercamiento ala EPI convencional (Krasner, Kindleberger, Gilpin, etc.):

    la teora de lo internacional privilegiada hoy en da por laescuela regulacionista es contradictoria con sus fundamentosfilosficos y epistemolgicos (Palan, 1998: 64) yla tendencia actual en ese marco terico es la de tratar lointernacional como conceptualmente secundario ycronolgicamente posterior a las formas nacionales de regulacin.(...) Tal presentacin de la relacin entre lo nacional y lointernacional es incorrecta, insatisfactoria y supone una regresin.Adems, genera efectos secundarios como esa extraaaproximacin, ciertamente unilateral, entre la teora de laregulacin y las teoras de tendencia neoclsica de lo internacionalpropuestas por Krasner, Kindleberger y Gilpin (Palan, 1998: 64).

    Por ltimo, el autor sugiere que el dilogo entre la EPI crtica y el ERpodra desembocar en una verdadera aproximacin si los regulacionistaspotenciaran los estudios sobre la dimensin internacional del fordismo,comprendiesen mejor los factores internacionales de la crisis de ste yentendieran que la globalizacin es el resultado de las contradiccionesinherentes a la internacionalizacin del fordismo.

    En su respuesta a las tesis de Palan, Vidal (1998) se ha limitado a sealarque el ER s ha insistido en la dimensin internacional en su anlisis delfordismo y de la crisis de ste (por ejemplo, en Vidal, 1989). Tambin hasealado dos aspectos de desacuerdo con los argumentos de Palan. Por unaparte, ha sealado que los enfoques de la EPI ortodoxa pueden ser tiles, entreotras razones porque no es evidente que sean neoclsicos:

    los anlisis de la EPI ortodoxa siguen siendo interesantes para lateora de la regulacin. Por una parte, [la EPI] define el rgimeninternacional como un conjunto de reglas, normas yprocedimientos que orientan y aseguran la cohesin de lasdecisiones de los agentes internacionales. Esa definicin se

  • 24

    corresponde con la definicin de las instituciones en la teora de laregulacin. No estamos seguros que pueda calificarse deneoclsica a la teora de los regmenes internacionales, como haceR. Palan. Cuando el rgimen se explica por la potenciahegemnica, se deriva de la teora realista de las relacionesinternacionales, que aplica a las relaciones entre Estados lahiptesis fundamental, extrada de Hobbes, de que cada agenteest potencialmente en guerra con todos los otros; la teoraneoclsica no se inscribe en la filosofa poltica de Hobbes sinoms bien en la de Locke, segn el cual cada agente busca suinters personal y es capaz de comprender de dicho inters pasapor un comercio, en sentido amplio, entre los individuos. Cuandoel rgimen internacional se explica por el entendimiento bipolar omultipolar entre Estados, descansa en la teora de la racionalidadlimitada de H. Simon [...], que no es nada seguro que seaneoclsica (Vidal, 1998: 90-91).

    Por otra parte, Vidal (1998) subraya que hay similitudes importantesentre los dos enfoques (la crtica a los presupuestos neoclsicos) pero tambindiferencias notables: a su juicio, la EPI (incluida la versin crtica) aborda lasrelaciones econmicas internacionales desde el punto de vista de la CienciaPoltica (esto es, con un planteamiento funcionalista de las instituciones)mientras que el enfoque del ER es econmico, es decir, se interesa por laproduccin, distribucin y uso de la riqueza. En suma, acepta que losregulacionistas han teorizado insuficientemente los aspectos polticos perosubraya que la EPI radical no ha realizado suficientes anlisis econmicos.

    Esta polmica puede parecer, a primera vista, un dilogo de sordos perocontiene, de manera explcita o implcita, algunas proposiciones interesantes,entre las que cabe subrayar las dos siguientes:1. Aunque es cierto que ambas corrientes (EPI crtica y ER) rechazan la

    separacin de lo econmico y lo poltico, es seguramente verdad, comosostiene Palan (1998), que el ER en la versin de Mistral o Vidal ha supuestoun paso atrs respecto de los planteamientos primigenios de Aglietta oLipietz y que esa versin mantiene que hay una distincin entre lo nacionaly lo internacional, que el sistema internacional es estable y coherente(Mistral, 1986: 157) y que la unidad adecuada de anlisis son los Estadosunitarios de los que emana el poder (Mistral, 1986: 172). El ER podraprogresar si rechaza dicha distincin y si acepta que el sistema internacionales inherentemente inestable y que la unidad adecuada de anlisis es lanegociacin entre diversos agentes estatales y no estatales;

    2. Es cierto, como sostiene Vidal (1998), que la EPI crtica an no se ha alejadode la sombra de la teora de las relaciones internacionales y que seradeseable un mayor peso del anlisis econmico (en aras de unarecuperacin o reconstruccin de una Economa Poltica genuina) y una

  • 25

    aceptacin del margen de maniobra de los Estados que todava existe,aunque admisiblemente reducido en la era de la globalizacin.

    En suma, los campos en los que el dilogo entre el ER y la EPI crticapueden ser fructferos pueden enumerarse de la siguiente manera: la unidad nacional-internacional: el ER y la EPI se enfrentan al mismo

    desafo, el de poder superar la dicotoma habitual y falsa entre economanacional y economa internacional:

    en la perspectiva centrada en lo nacional, que hasta el momentoha sido privilegiada en la teora de la regulacin, lo internacionales tratado como una restriccin externa y como un campo deestudio separado del de la red de las economas nacionales. A lainversa, en la ptica de la EPI, centrada bien en el Estado(realismo) como en el individuo (liberalismo), las economasnacionales no tienen importancia (Kbadjian, 1998: 124);

    el carcter inestable y en ocasiones incoherente del sistema internacional:hay que rechazar por tanto la tesis de la estabilidad hegemnica retomadapor Mistral (1986) e insistir en la inviabilidad del tipo vigente deglobalizacin financiera, tanto por razones estrictamente econmicas (Boyer,1999; vase supra) como por motivos polticos y sociales:

    el dominio actual del capital financiero, junto con la hegemonade Estados Unidos, no generan estabilidad sino que muchospases e incluso regiones enteras acaben sumidos en el caos y laviolencia (Serfati, 2001: 7);

    un sistema internacional configurado en virtud de la negociacin(ciertamente asimtrica) entre agentes estatales y entre stos y agentes noestatales, en lugar de un rgimen internacional debido a la estricta coercininterestatal. Los agentes principales de las relaciones econmicasinternacionales no son los Estados y menos an unos Estados contempladoscomo agentes polticos soberanos y racionales cuyas actuaciones respondenslo a una lgica de poder;

    la necesidad de un mayor peso del anlisis econmico en la EPI y delanlisis poltico en el ER (con miras a crear un Economa Poltica genuina,como han sugerido Palombarini y Thret, 2001);

    la aceptacin de que existen an margen de maniobra del Estado: no haydesaparicin del Estado-nacin como consecuencia de la globalizacin sinoslo una merma relativa de su capacidad de influencia;

    el mantenimiento de la disparidad de las economas nacionales, de maneraque no existe convergencia de los modelos de desarrollo (Boyer, 2001), salvoen el sometimiento de todos ellos a las exigencias del mercado,sometimiento que no unifica al mundo sino que en realidad se manifiestareforzando las diferencias entre las formas institucionales del capitalismo.

  • 26

    REFERENCIAS

    AGLIETTA, M. (1998), Capitalism at the Turn of the Century: RegulationTheory and the Challenge of Social Change, New Left Review, n 232,noviembre-diciembre, pp. 41-90.

    BALDWIN, D. A. (ed.) (1993), Neorealism and Neoliberalism: The ContemporaryDebate, Columbia University Press, Nueva York.

    BAYLIS, J. y S. SMITH (eds.) (2001), The Globalization of World Politics, 2 ed.,Oxford University Press, Nueva York.

    BOYER, R. (1986), La thorie de la rgulation: une analyse critique, La Dcouverte,Pars [trad. esp. en Edicions Alfons el Magnnim, Valencia, 1992]

    BOYER, R. (1999), La politique lre de la mondialisation et de la finance: Lepoint sur quelques recherches rgulationnistes, LAnne de la Rgulation, vol. 3,pp. 13-76.

    BOYER, R. (2000a), Deux dfis pour le XXIme sicle: discipliner la finance etorganiser linternationalisation, CEPREMAP Couverture Orange, n 2000/08[trad. esp. en Revista de la CEPAL, n 69, diciembre de 1999]

    BOYER, R. (2000b), Is a Finance-led Growth Regime a Viable Alternative toFordism: A Preliminary Analysis, Economy and Society, vol. 29, n 1, febrero, pp.111-145.

    BOYER, R. (2001), The Diversity and Future of Capitalism: A RegulationistAnalysis, en G. M. Hodgson, M. Itoh y N. Yokokawa (eds.), Capitalism inEvolution: Global Contentions, East and West, Edward Elgar, Aldershot, pp. 100-121.

    BOYER, R. y D. DRACHE (eds.) (1996), States against Markets: The Limits ofGlobalization, Routledge, Londres.

    BOYER, R. y J.-P. DURAND (1993), Laprs-fordisme, Syros, Pars.

    BOYER, R. y Y. SAILLARD (dirs.) (1995), Thorie de la rgulation: ltat des savoirs,La Dcouverte, Paris.

    BRAWLEY, M. (1999), Turning Points: Decision Shaping in the Evolution ofInternational Political Economy, Broadview Press, Orchard Park.

  • 27

    BUSTELO, P. (1994), El enfoque de la regulacin en economa: una propuestarenovadora, Cuadernos de Relaciones Laborales, n 4, pp. 149-63.

    BUSTELO, P. (1998), Teoras contemporneas del desarrollo econmico, Sntesis,Madrid.

    COHEN, B. J. y C. LIPSON (eds.) (1999), Theory and Structure in InternationalPolitical Economy: An International Organization Reader, MIT Press, Cambridge,Mass..

    COHN, T. H. (2000), Global Political Economy: Theory and Practice, Longman,Londres.

    CORIAT, B. (1979), L'atelier et le chronomtre. Essai sur le taylorisme, le fordisme et laproduction de masse, C. Bourgois, Pars [trad. esp. en Siglo XXI, Madrid, 1982].

    CORIAT, B. (1994), La thorie de la rgulation: origines, specificits etperspectives, en M. Aglietta et al., cole de la rgulation et critique de la raisonconomique, LHarmattan, Pars, pp. 101-52.

    COX, R. W. (1987), Production, Power and World Order. Social Forces in the Making ofHistory, Columbia University Press, Nueva York.

    DOREMUS, P. N., W. W. KELLER, L. W. PAULY y S. REICH (1998), The Myth ofthe Global Corporation, Princeton University Press, Princeton, NJ.

    DUNFORD, M. (2000), Globalization and Theories of Regulation, en Palan(ed.), infra, pp. 142-167.

    FRIEDEN, J. y D. A. LAKE (eds.) (2000), International Political Economy:Perspectives on Global Power and Wealth, 4 ed., Oxford University Press, NuevaYork.

    FRIEDEN, J. y L. L. MARTIN (2001), International Political Economy: The Stateof the Sub-discipline, Harvard University, mimeo.

    FRIEDMAN, A. L. (2000), Microregulation and Post-Fordism: Critique andDevelopment of Regulation Theory, New Political Economy, vol. 5, n 1, pp. 59-76.

    GERMAIN, R. D. (2000), Globalization and Its Critics: Perspectives from PoliticalEconomy, Palgrave, Londres.

  • 28

    GILL, S. y D. LAW (1988), The Global Political Economy, Harvester Wheatsheaf,Nueva York.

    GILLS, B. K. y R. P. PALAN (eds.) (1994), Transcending the State-Global Divide: aNeostructuralist Agenda in International Relations, Lynne Rienner, Boulder, CO..

    GILPIN, R. (1975), US Power and Multinational Corporations: The Political Economyof Foreign Direct Investment, Basic Books, Nueva York.

    GILPIN, R. (1981), War and Change in World Politics, Cambridge University Press,Cambridge.

    GILPIN, R. (1987), The Political Economy of International Relations, PrincetonUniversity Press, Princeton, NJ.

    GILPIN, R. (2000). The Challenge of Global Capitalism: The World Economy in the 21stCentury, Princeton University Press, Princeton, NJ.

    GILPIN, R. (2001), Global political Economy. Understanding the InternationalEconomic Order, Princeton University Press, Princeton, NJ.

    GRANOU, F., Y. BARON y B. BILLAUDOT (1979), Croissance et crise, Maspero,Pars [trad. esp. en Siglo XXI, Madrid, 1984].

    HIGGOTT, R. (1999), Economics, Politics and (International) PoliticalEconomy: The Need for a Balanced Diet in an Era of Globalisation, New PoliticalEconomy, vol. 4, n 1, pp. 24-36.

    HIRST, P. y G. THOMPSON (1996), Globalisation in Question: the InternationalEconomy and the Possibilities of Governance, Polity Press, Cambridge.

    JESSOP, B. (1990), Regulation Theories in Retrospect and Prospect, Economyand Society, vol. 19, n 2, pp. 153-216 [tambin en Economies et Socits, t. 23, n 11,1989, pp. 7-62].

    JESSOP, B. (1997), Twenty Years of the (Parisian) Regulation Approach: TheParadox of Success at Home and Abroad, New Political Economy, vol. 2, n 3, pp.503-26.

    JESSOP, B. (2000), Twenty Years of the Regulation Approach, mimeo.

    KATZENSTEIN, P., R. O. KEOHANE y S. D. KRASNER (1998), InternationalOrganization and the Study of World Politics, International Organization, vol. 52,n 4, otoo, pp. 645-85.

  • 29

    KBADJIAN, G. (1998), La thorie de la rgulation face la problmatique desrgimes internationaux, LAnne de la Rgulation, vol. 2, pp. 101-27.

    KBADJIAN, G. (1999), Les thories de lconomie politique internationale, Seuil,Pars.

    KEOHANE, R. O. (1984), After Hegemony: Cooperation and Discord in the WorldPolitical Economy, Princeton University Press, Princeton, NJ.

    KEOHANE, R. O. (ed.) (1986), Neorealism and its Critics, Columbia UniversityPress, Nueva York.

    KEOHANE, R. O. y J. NYE (1977), Power and Interdependence: World Politics inTransition, Little Brown, Boston, MA.

    KEOHANE, R. O. y J. NYE (eds.) (1972), Transnational Relations and World Politics,Harvard University Press, Cambridge, MA.

    KINDLEBERGER, C. P. (1973), The World in Depression, 1929-1939, University ofCalifornia Press, Berkeley, CA.

    KRASNER, S. D. (1982), Structural Causes and Regime Consequences: Regimesas Intervening Variables, International Organization, vol. 36, n 2, pp. 185206.

    KRASNER, S. D. (1985), Structural Conflict. The Third World against GlobalLiberalism, University of California Press, Berkeley, CA.

    KRASNER, S. D. (1994), International Political Economy: Abiding Discord,Review of International Political Economy, vol. 1, n 1, pp. 13-19.

    KRASNER, S. D. (ed.) (1983), International Regimes, Cornell University Press,Ithaca, NY.

    LICHNEROWICZ, A., F. PERROUX y G. GADOFFRE (dirs.) (1977), Lide dergulation dans les sciences, Malouine et Douin, Pars.

    LIPIETZ, A. (1979), Crise et inflation, pourquoi?, Maspero, Pars.

    LIPIETZ, A. (1983), Le monde enchant. De la valeur l'envol inflationniste, Maspero,Pars.

    LIPIETZ, A. (1985), Mirages et miracles. Problmes de l'industrialisation dans le TiersMonde, La Dcouverte, Pars.

  • 30

    LIPIETZ, A. (1989), Choisir l'audace. Une alternative pour le XXIme sicle, LaDcouverte, Pars, 1989 [trad. esp. en Trotta, Madrid, 1997]

    LIPIETZ, A. (1995a), Le monde de laprs-fordisme, comunicacin a lasjornadas Prcarisation et Mondialisation (CNRS-INSERM-IRESCO), mayo,con una versin en ingls en Review of International Political Economy, vol. 4, n 1,primavera de 1997, pp. 1-41.

    LIPIETZ, A. (1995b), De la rgulation aux conventions: le grand bond enarrire?, Actuel Marx, n 15.

    LIPIETZ, A. (1996), La socit en sablier. Le partage du travail contra la dchiruresociale, La Dcouverte, Pars.

    LIPIETZ, A. (2001), The Fortunes and Misfortunes of Post-fordism, en R.Albritton, M. Itoh, R. Westra y A. Zuege (eds.), Phases of Capitalist Development.Booms, Crises and Globalizations, Palgrave, Londres, pp. 17-36.

    MANSFIELD, E. D. (2000), Quantitative Approaches to the InternationalPolitical Economy, Ohio State University, mimeo.

    MARTNEZ GONZLEZ-TABLAS, A. (2000), Economa poltica de la globalizacin,Ariel, Barcelona.

    MILNER, H. (1997), Interests, Institutions and Information: Domestics Politics andInternational Relations, Princeton University Press, Princeton, NJ.

    MILNER, H. (2000), The Analysis of International Relations: InternationalPolitical Economy and Formal Methods of Political Economy, ColumbiaUniversity, mimeo.

    MISTRAL, J. (1986), Rgime international et trajectoires nationales, en R.Boyer (dir.), Capitalismes, fin de sicle, Presses Universitaires de France, Pars, pp.167-201.

    MITTELMAN, J. H. (2001), Globalization: An Ascendant Paradigm?,International Studies Quarterly, vol. 3, pp. 1-14.

    MURPHY, C. N y D. R. NELSON (2001), International Political Economy: ATale of Two Hetherodoxies, British Journal of Politics and International Relations,vol. 3, n 3, pp. 393-412.

  • 31

    PALAN, R. (1998), Les fantmes du capitalisme mondial: lconomie politiqueinternationale et lcole franaise de la rgulation, LAnne de la Rgulation, vol.2, pp. 63-86.

    PALAN, R. (ed.) (2000), Global Political Economy. Contemporary Theories, Routlege,Londres.

    PALOMBARINI, S. y B. THRET (2001), Le politique, leconomique et ladifficile mergence des nouvelles rgulations, comunicacin al Foro de laRegulacin, Pars, octubre, mimeo.

    POLANYI, K. (1944), The Great Transformation: The Political and Economic Origins ofOur Time, Beacon Press, Nueva York [trad. esp. en Fondo de CulturaEconmica, Mxico DF, 1992].

    ROBLES, A. Jr. (1994), French Theories of Regulation and the International Division ofLabour, Macmillan, Basingstoke.

    RUCCIO, D. F. (1990), Fordism on a World Scale: International Dimensions ofRegulation, Review of Radical Political Economics, vol. 21, n 4, pp. 33-53.

    SERFATI, C. (2001), Le militaire, une catgorie ncessaire lanalyse du modede dveloppement du capitalisme contemporain, comunicacin al Foro de laRegulacin, Pars, octubre, mimeo

    SMITH, S. (2000), The Discipline of International Relations: Still an AmericanSocial Science?, British Journal of Politics and International Relations, vol. 2, n 3,octubre, pp. 374-402.

    STRANGE, S. (1970), International Economics and International Relations: ACase of Mutual Neglect, International Affairs, vol. 46, n 2, pp. 304-15.

    STRANGE, S. (1988), States and Markets. An Introduction to International PoliticalEconomy, Pinter, Londres.

    STRANGE, S. (1996), The Retreat of the State. The Diffusion of the Power in the WorldEconomy, Cambridge University Press, Cambridge.

    STRANGE, S. (1998a), International Political Economy: Beyond Economics andInternational Relations, conomies et Socits, Serie P, n 34, pp. 3-24.

    STRANGE, S. (1998b), Mad Money: When Markets Outgrow Governments,University of Michigan Press, Ann Arbor, MI [trad. esp. en Paids, Barcelona,1999].

  • 32

    STRANGE, S. (ed.) (1976), seccin sobre Transnational Relations, InternationalAffairs, vol. 52, n 3, julio.

    STUBBS, R. y G. UNDERHILL (eds.) (2000), Political Economy and the ChangingWorld Order, Oxford University Press, Nueva York.

    UNDERHILL, G. R. D. (2000), State, Market and Global Political Economy:Genealogy of an (Inter?)Discipline, International Affairs, vol. 76, n 4, pp. 805-24.

    VIDAL, J.-F. (1989), Les fluctuations internationales de 1890 nos jours, Economica,Pars.

    VIDAL, J.-F. (1995) Les rgimes internationaux, en Boyer y Saillard (dirs.), ob.cit., pp. 171-79.

    VIDAL, J.-F. (1998), La rgulation et linternational: remarques sur larticle deR. Palan, LAnne de la Rgulation, vol. 2, pp. 87-100.

    WEISS, L. (1998), The Myth of the Powerless State: Governing the Economy in a GlobalEra, Polity Press, Cambridge.

    WOODS, N. (2001), International Political Economy in an Age ofGlobalization, en Baylis y Smith (eds.), supra, pp. 277-98.