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ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN EL POSTOPERATORIO INMEDIATO DE CARDIOPATÍA CONGÉNITA CIANOSANTE YUDI ALEXANDRA CARTAGENA TRUJILLO ESTEFANÍA VÉLEZ CHAVARRIA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA FACULTAD DE ENFERMERÍA ESPECIALIZACIÓN EN ENFERMERÍA EN CUIDADO AL NIÑO EN ESTADO CRÍTICO DE SALUD MEDELLÍN 2021

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ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN EL

POSTOPERATORIO INMEDIATO DE CARDIOPATÍA CONGÉNITA

CIANOSANTE

YUDI ALEXANDRA CARTAGENA TRUJILLO

ESTEFANÍA VÉLEZ CHAVARRIA

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESPECIALIZACIÓN EN ENFERMERÍA EN CUIDADO AL NIÑO EN ESTADO

CRÍTICO DE SALUD

MEDELLÍN

2021

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ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN EL

POSTOPERATORIO INMEDIATO DE CARDIOPATÍA CONGÉNITA

CIANOSANTE

YUDI ALEXANDRA CARTAGENA TRUJILLO

ESTEFANÍA VÉLEZ CHAVARRIA

Monografía para optar al título de Especialista en Enfermería en Cuidado

al Niño en Estado Crítico de Salud

Asesora:

Marcia Andrea Quiñonez Mora

Especialista en Cuidado al Niño en Estado Crítico de Salud

Docente Universidad de Antioquia

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESPECIALIZACIÓN EN ENFERMERÍA EN CUIDADO AL NIÑO EN ESTADO

CRÍTICO DE SALUD

MEDELLÍN

2021

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AGRADECIMIENTOS

A nuestras familias que siempre estuvieron acompañándonos en este camino,

su apoyo, cuidados y paciencia fueron fundamentales para culminarlo.

A nuestros pacientes, la razón de ser de nuestra profesión.

A la Universidad de Antioquía por acogernos y favorecer nuestro crecimiento

personal, académico y profesional.

A las instituciones donde laboramos y de práctica por la oportunidad y el

espacio brindado para formarnos como especialistas en nuestro campo

profesional.

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TABLA DE CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 8

1.1 JUSTIFICACIÓN ..................................................................................... 10

1.2 OBJETIVOS. ....................................................................................... 12

1.2.1 Objetivo general. ............................................................................... 12

1.2.2 Objetivos específicos. ................................................................... 12

2. METODOLOGÍA. ....................................................................................... 13

2.1. TIPO DE ESTUDIO ............................................................................. 13

2.2. CRITERIOS DE SELECCIÓN DEL MATERIAL .................................. 13

2.3. TEMPORALIDAD ................................................................................ 14

2.4. FILTROS ............................................................................................. 15

2.5. CRITERIOS DE EXCLUSIÓN ............................................................. 15

2.6. TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN ................... 15

2.7. PLAN DE ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN ...................................... 15

3. CRITERIOS DE RIGOR ............................................................................. 16

3.1. CREDIBILIDAD O VALOR DE LA VERDAD ....................................... 16

3.2. REFLEXIBILIDAD ............................................................................... 16

3.3. TRANSFERIBILIDAD O APLICABILIDAD ........................................... 16

3.4. RELEVANCIA ..................................................................................... 16

4. CONSIDERACIONES ÉTICAS .................................................................. 18

5. PRESENTACIÓN DESCRIPTIVA DE LA TEMÁTICA ............................... 19

5.1. ANÁLISIS DE LA LÍNEA DE TIEMPO. ................................................... 20

5.2. MATERIAL ANALIZADO ........................................................................ 21

6. ANÁLISIS INTERPRETATIVO DE LOS DATOS ....................................... 26

6.1 CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS ............................................................. 26

6.2. INGRESO DEL PACIENTE A LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO . 28

6.2.1. Monitorización. ................................................................................. 31

6.2.2 Valoración ......................................................................................... 34

6.3 VENTILACIÓN: MODOS VENTILATORIOS, SUCCIÓN, EXTUBACIÓN

TEMPRANA Y CUIDADOS DE LA VÍA AÉREA. ........................................... 37

6.4.1 PLAN DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA. ........................................... 41

6.4.1.1 Plan de cuidados en la transposición de grandes arterias ............. 42

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6.4.1.2 Plan de cuidados en el posoperatorio de Interrupción de arco

aórtico. ....................................................................................................... 44

6.4.1.3 Plan de cuidados en el posoperatorio de drenaje anómalo total. .. 45

6.4.1.4 Plan de cuidados en el posoperatorio de atresia tricúspidea. ........ 45

6.4.1.5 Plan de cuidados en el posoperatorio de truncus arterioso. .......... 46

6.4.1.6 Plan de cuidados en el posoperatorio de paciente con ventrículo

izquierdo hipoplásico. ................................................................................ 47

6.4.1.7 Plan de cuidados en el posoperatorio de tetralogía de Fallot. ....... 49

6.4.1.8 Plan de cuidados en el posoperatorio de cirugía de Fontan. ......... 50

6.4.2 Intervenciones de enfermería en el posoperatorio inmediato. ............. 50

6.4.2.1 Corrección de la hipotermia. .......................................................... 51

6.4.2.2 Valoración del sangrado. ............................................................... 51

6.4.2.3 Manejo de líquidos. ........................................................................ 52

6.4.2.4 Manejo nutricional. ......................................................................... 54

6.4.2.5 Manejo del dolor ............................................................................ 55

6.4.2.6 Tratamiento farmacológico. ........................................................... 57

6.5. COMPLICACIONES. .............................................................................. 59

6.6 OXIGENACIÓN POR MEMBRANA EXTRACORPÓREA ....................... 60

7. DISCUSIÓN ............................................................................................... 66

8. CONCLUSIONES ...................................................................................... 71

9. RECOMENDACIONES .............................................................................. 74

10. BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................... 75

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LISTA DE FIGURAS

Figura 1. Estrategias para construir estados del arte 14

Figura 2. Rutas para construir estados del arte 20

Figura 3. Análisis de la línea del tiempo 21

Figura 4. Material analizado durante la revisión monográfica, 2021 – 2021 23

Figura 5 Bases de datos consultadas 2020-2021 24

Figura 6 Metodología de textos analizados, 2020 – 2021 34

Figura 7 Tipos de estudios analizados 34

LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Los efectos hemodinámicos de los inotrópicos 58

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LISTA DE ANEXOS

Anexo 1. Matriz en Excel (CD) CD-ROM

Enlace Adjunto:

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1VLbgp5XIySJ1xavUULgZ2_C7GN5K

RHME/edit#gid=1732515885

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1. INTRODUCCIÓN

Las cardiopatías congénitas constituyen defectos estructurales y/o

funcionales del corazón y los grandes vasos, como consecuencia de un error en

la embriogénesis de estas estructuras (Sarmiento et al., 2013). Las anomalías

congénitas cianosantes son, en general, una alteración del flujo pulmonar sea

por obstrucción del corazón derecho o una mezcla de sangre oxigenada con no

oxigenada (Valentín Rodríguez, 2018). De ahí que se presente la característica

definitoria de la cianosis en la piel.

Las cardiopatías son, entre las enfermedades crónicas no transmisibles las

que han tenido mayor incidencia desde mediados del siglo XX y se han ido

incrementando hasta nuestros días a escala mundial, son responsables de más

muertes en el primer año de vida que cualquier otro defecto de nacimiento

(Baños et al., 2012).

Con el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas y el uso de tecnologías

innovadoras en torno a la cirugía cardíaca, se ha logrado corregir defectos más

complejos. Lo anterior, mejora la expectativa y calidad de vida de los niños con

estas alteraciones.

Estos pacientes con cardiopatías congénitas cianosantes son intervenidos de

manera quirúrgica sea paliativa y/o correctivamente. Dichas intervenciones son

complejas, lo que genera gran inestabilidad hemodinámica. Por ende, necesidad

de atención especializada en unidades de cuidado intensivo a cargo de un

equipo multidisciplinario entrenado.

Este tipo de paciente es crítico, posee alto riesgo de complicaciones y muerte.

Por lo anterior, presenta necesidades de cuidados especializados. El profesional

de enfermería es quien brinda y dirige los cuidados directos de manera

permanente a estos niños desde el ingreso a la unidad hasta su egreso. Por lo

tanto, tiene interés y necesidad de conocimiento en torno al tema pues se

requieren las mejores estrategias de atención para favorecer la recuperación de

los pacientes (Sánchez Cisneros, 2007).

Este conocimiento especifico gira en torno a lo relacionado con la valoración

del paciente, monitorización, plan de cuidados y compresión tanto de anatomía

como de fisiología. También es relevante conocer procesos propios de la técnica

quirúrgica como son la hipotermia y la circulación extracorpórea, así como el

cuidado integral del paciente crítico (Sánchez Cisneros, 2007). Ya que en la

práctica diaria se evidencian vacíos o ambigüedades en torno al tema, surge la

necesidad de dicho acercamiento.

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Es por esto fundamental revisar, analizar e interpretar de manera crítica el

conocimiento científico actual sobre el fenómeno de estudio para dar solución a

problemas de la práctica clínica. Las intervenciones de enfermería basadas en

la evidencia generan un impacto positivo para la profesión, ya que mejoran la

calidad de los cuidados a través de la ejecución de intervenciones oportunas,

disminuyendo así la morbi-mortalidad en estos niños.

Esta es una investigación documental, sobre la enfermería basada en la

evidencia del cuidado al niño en el postoperatorio inmediato de cardiopatías

congénitas cianosantes. Esta temática aborda estrategias de cuidado basadas

en la mejor evidencia científica disponible para el cuidado integral de los niños

con malformaciones cardíacas congénitas cianosantes, los cuales son operados

y requieren atención permanente.

Se analizó mediante revisión bibliográfica el fenómeno de estudio. Se logró

describir el estado de desarrollo de esta temática y comprender de manera crítica

dicho conocimiento, con el fin de mejorar las prácticas de cuidado. Además, se

logró identificar vacíos de conocimiento en torno al tema.

Para esto se consultaron fuentes de información avaladas por pares

académicos y reconocidos en la comunidad científica de la salud.

Específicamente en revistas indexadas, en textos clásicos de cardiología y

enfermería no solo recopilando información, sino analizando a profundidad cada

uno de los temas.

En esta revisión se evidencia el grado del desarrollo del tema dado el

volumen amplio de publicaciones y la calidad de la evidencia, con aportes desde

la cardiología pediátrica, cirugía cardiovascular, cuidado crítico, anestesia y

enfermería. Demostrando la trascendencia del tema y el grado de evolución.

En este estudio se abordan los siguientes tópicos: la transferencia del niño

de cirugía a la UCI, la admisión en el servicio que incluye la valoración, la

monitorización y la aplicación del proceso de atención de enfermería. Se analizan

las intervenciones de enfermería y la importancia de la detección temprana de

complicaciones. Además, se hace un acercamiento a la compresión de los

procesos en torno a la cirugía como la ventilación y la circulación extracorpórea.

Donde el eje central es el cuidado integral del paciente crítico.

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1.1 JUSTIFICACIÓN

Con esta revisión documental se llegó a una comprensión del fenómeno de

estudio a través de la evidencia científica disponible acerca de las acciones de

cuidado del personal de enfermería en el posoperatorio inmediato de los

pacientes con cardiopatías congénitas cianosantes.

Actualmente este tipo de patologías se han convertido en una de las

principales causas de ingreso a las unidades de cuidado intensivo pediátrico y

suponen un reto en la atención. Por esto, los profesionales de la salud

encargados de cuidar el paciente en el posoperatorio, ya sea correctivo o

paliativo, deben garantizar calidad y seguridad en la atención para así aportar a

la mejoría de su proceso de salud - enfermedad. (Tassinari et al., 2018)

Los pacientes pediátricos en postoperatorio de cirugía cardiovascular son

críticos y hemodinámicamente inestables en su ingreso a la Unidad de Cuidados

Intensivos. Por tal motivo se necesitan profesionales de enfermería altamente

capacitados para brindar cuidado integral, acertado y oportuno, basado en

evidencia científica, que impacten positivamente en la disminución de la morbi-

mortalidad de estos niños.

Para proveer cuidados de calidad se requiere que el personal de enfermería

tenga conocimiento suficiente, comprenda la anatomía y fisiología de los

defectos congénitos, así como su técnica quirúrgica. Adicional, es necesario que

conozca la evidencia de la práctica avanzada y el manejo del paciente crítico con

este tipo de patologías.

Es fundamental que las instituciones y equipos de salud cuenten con

protocolos y procedimientos definidos para el periodo postoperatorio de estos

niños basados en la mejor evidencia científica y en resultados de investigaciones

propias disciplinares.

La presente construcción de estado de la cuestión surgió del interés por

compilar literatura actual relacionada con las cardiopatías congénitas

cianosantes en pediatría, que pueda abarcar diversas perspectivas sobre el tema

y que muestre diferentes recomendaciones útiles para la práctica de enfermería,

adicional que genere herramientas para brindar cuidados a un paciente

pediátrico en su postoperatorio inmediato, permitiendo al profesional de

enfermería estar a la vanguardia de los avances científicos globales relacionados

con la cirugía cardiovascular pediátrica.

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La investigación fue viable ya que se contó con los recursos necesarios para

llevarla a cabo, facilidad de acceso a la información, pertinencia ya que es un

tema que deber ser explorado dada las necesidades del personal de enfermería

de obtener conocimiento claro y confiable sobre el fenómeno de estudio,

generación de impacto para los profesionales de enfermería en su práctica diaria

mejorando la calidad de los cuidados y disminuyendo la morbi-mortalidad de los

pacientes con cardiopatías cianosantes.

En este análisis documental se logra evidenciar el rol transcendental del

profesional de enfermería en el cuidado de este tipo de pacientes. Además de la

importancia de la aplicación de las teorías de la enfermería en el proceso de

atención del niño, que llevarán a mejores prácticas de cuidado, donde es

fundamental la anticipación y la detección temprana de complicaciones para

disminuir la morbimortalidad. Por lo tanto, obtener y aplicar dicho conocimiento

es imprescindible para otorgar cuidados que mejoren la supervivencia,

pronóstico y calidad de vida de estos pacientes.

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1.2 OBJETIVOS.

1.2.1 Objetivo general.

● Analizar mediante una revisión documental, las intervenciones de cuidado

descritas en la enfermería basada en la evidencia para la atención al niño

durante el postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas

cianosantes.

1.2.2 Objetivos específicos.

• Describir el estado de desarrollo de la enfermería basada en la evidencia

en el cuidado al niño en el postoperatorio inmediato de cardiopatías

congénitas cianosantes.

• Comprender de manera crítica el conocimiento acumulado sobre el

fenómeno de estudio, con el fin de aportar evidencia para mejorar las

prácticas de cuidado.

• Identificar vacíos de conocimiento en relación con la enfermería basada

en la evidencia en el cuidado al niño en el postoperatorio inmediato de

cardiopatías congénitas cianosantes.

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2. METODOLOGÍA.

2.1. TIPO DE ESTUDIO

El estado del arte al cual se llegó mediante revisión documental fue sobre la

práctica basada en la evidencia en el cuidado del paciente pediátrico en el

postoperatorio inmediato con cardiopatías congénitas cianosantes.

Hoyos (2000, p. 44 como se citó en Calderón et al., 2014) propone cinco

etapas como estrategias metodológicas: la preparatoria, la descriptiva, la

constructiva, la interpretativa y la extensión, las cuales se encuentran

sintetizadas y consignadas en la siguiente figura:

Figura 1

Estrategias para construir estados del arte.

Fuente: Londoño, O., Maldonado, L., Calderón, L. (2014).

2.2. CRITERIOS DE SELECCIÓN DEL MATERIAL

Se revisaron y analizaron de forma sistemática artículos científicos de tipo

cuantitativo y cualitativo con enfoques retrospectivos y prospectivos. Además de

reportes de casos y revisiones bibliográficas, escritos en los idiomas español,

inglés y portugués en bases de datos, revistas indexadas y textos clásicos sobre

cardiopatías congénitas publicados en los últimos 14 años (2007-2020).

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Se hicieron las búsquedas bibliográficas en las siguientes bases de datos:

Cochrane, PubMed, Biblioteca virtual de Salud México, Redalyc, Scielo, Dialnet

y Medigraphic. Además, en Ciberindex, Sciencie Direct, SAGE, OVID, Google

académico, Embase, Clinical Key, Elsevier, Wiley online y springer Link.

También, en revistas Científicas como Archivos de Cardiología de Colombia,

España y México. Además, en la publicación Anales Españoles de Pediatría, en

la Revista Española de Cardiología, Revista Argentina de Cardiología y Revista

Chilena de Pediatría, entre otras.

Además, se buscó en textos clásicos de cardiovascular y cirugía

cardiovascular pediátrica, de cuidado crítico pediátrico y enfermería. Textos

ampliamente utilizados en el campo científico y en específico en el área

cardiovascular pediátrica.

Se utilizaron las palabras clave de: práctica basada en la evidencia,

enfermería, cardiopatías cianosantes, postoperatorio, cuidados en idiomas

español, inglés y portugués.

Se seleccionaron los textos de mayor relevancia con relación al tema y de

acuerdo con la línea del tiempo establecido; posteriormente se analizaron de

manera crítica obteniendo datos con validez científica, buscando transmitir al

lector información clara, oportuna y confiable. Los artículos científicos o capítulos

de textos clásicos fueron analizados en fichas y posteriormente clasificados en

matriz de vaciado en Excel.

Es importante mencionar que, para el desarrollo de este tema, las disciplinas

de la salud como la cardiología, el cuidado crítico, anestesia y cirugía

cardiovascular aportaron a los conceptos o diferentes puntos de vista que

permitieron comprender de una mejor forma dicha temática.

No solo se realizó recopilación de la información, sino que se analizó a

profundidad, los hallazgos fueron significativos e importantes para el profesional

de enfermería en la medida que tendrá una fuente de información sobre las

prácticas basadas en la evidencia en el cuidado del paciente pediátrico en el

postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas.

2.3. TEMPORALIDAD

La revisión bibliográfica se realizó con una línea del tiempo entre los años

2007 y 2020.

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2.4. FILTROS

En seres humanos, menores de 18 años, en el idioma de español, inglés y

portugués.

2.5. CRITERIOS DE EXCLUSIÓN

Publicaciones anteriores al 2007, guías de práctica clínica, trabajos de grado,

cardiopatías congénitas en adultos.

2.6. TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN

La revisión bibliográfica se realizó por medio de bases de datos mencionadas

anteriormente con reconocimiento científico, libros y revistas desde 14 años

atrás. Con relación al material impreso se tuvieron en cuenta revistas indexadas

y libros con reconocimiento en la comunidad de cardiología pediátrica,

cardiopatías congénitas y sociedades de enfermería cardiovascular pediátrica.

2.7. PLAN DE ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN

El plan de análisis se realizó mediante la elaboración de fichas analíticas y

consignación en matriz de vaciado:

En el desarrollo de este estado del arte se buscó coherencia entre el tema

central, los objetivos y la metodología para hacer una aproximación importante

al fenómeno de estudio, siguiendo estrictamente la metodología propuesta.

Se recopiló la mayor información posible y pertinente sobre el tema

seleccionado y se consignó dicha información en fichas, lo que permitió estudiar

la bibliografía seleccionada para tener una mayor comprensión del tema

estudiado. En dichas fichas se consignaron los conceptos básicos y unificadores,

para luego pasar a su interpretación y elaboración de la estructura del texto final.

(Calderón et al., 2014)

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3. CRITERIOS DE RIGOR

3.1. CREDIBILIDAD O VALOR DE LA VERDAD

“El criterio de credibilidad o valor de la verdad, se refiere a la aproximación

que los resultados de una investigación deben tener en relación con el fenómeno

observado, así el investigador evita realizar conjeturas a priori sobre la realidad

estudiada” (Noreña et al., 2012). Relacionado con el objeto de estudio, se

pretende con este criterio que los hallazgos sean verdaderos y tomados de

fuentes bibliográficas científicamente avaladas; adicional que sean informantes

claves, y que genere sensibilidad la temática estudiada. Además, en cuanto a la

relevancia que los aportes que se hagan generen nuevas teorías.

3.2. REFLEXIBILIDAD

Denominado también neutralidad u objetividad, bajo este criterio los

resultados de la investigación deben garantizar la veracidad de las

descripciones realizadas por los participantes. La confirmabilidad permite

conocer el papel del investigador durante el trabajo de campo e identificar sus

alcances y limitaciones para controlar los posibles juicios o críticas que

suscita el fenómeno o los sujetos participantes (Noreña et al., 2012).

3.3. TRANSFERIBILIDAD O APLICABILIDAD

La transferibilidad o aplicabilidad consiste en poder transferir los

resultados de la investigación a otros contextos. Si se habla de transferibilidad

se tiene en cuenta que los fenómenos estudiados están íntimamente

vinculados a los momentos, a las situaciones del contexto y a los sujetos

participantes de la investigación (Noreña et al., 2012).

Es fundamental mencionar que se buscó que la información analizada e

interpretada sirviera como punto de partida para la realización de nuevos

estudios con el fin de desarrollar dicha temática y como justificación de la

importancia en la intervención de enfermería desde la práctica basada en la

evidencia para proporcionar el cuidado de pacientes con cardiopatías congénitas

cianosantes en el postoperatorio inmediato.

3.4. RELEVANCIA

Noreña (et al.), señalan: “La relevancia permite evaluar el logro de los

objetivos planteados en el proyecto y da cuenta de si finalmente se obtuvo un

mejor conocimiento del fenómeno o hubo alguna repercusión positiva en el

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contexto estudiando, por ejemplo, un cambio en la actividad desarrollada o

en las actuaciones de los sujetos participantes”.

Este criterio también se refiere a la contribución con nuevos hallazgos y a

la configuración de nuevos planteamientos teóricos o conceptuales. Se

podría afirmar que la relevancia ayuda a verificar si dentro de la investigación

hubo correspondencia entre la justificación y los resultados que fueron

obtenidos en el proceso investigativo”. (Noreña et al., 2012, p. 268)

En la recolección de los datos y luego del análisis se procuró identificar

documentos que tuvieran relevancia científica para que los resultados obtenidos

contaran con veracidad y se pudiera proponer un producto de calidad y, de ser

posible, ser aplicado en nuevos estudios o a protocolos institucionales, y sentar

unas bases teóricas sólidas para justificar la implementación de intervenciones

de cuidado en pacientes con cardiopatías congénitas. Es importante mencionar

que las bases de datos son de gran reconocimiento y credibilidad en el campo

de la salud.

Se elaboró una descripción importante de las prácticas basadas en la

evidencia del cuidado al paciente pediátrico en el postoperatorio inmediato de

cardiopatías congénitas cianosantes, el conocimiento que se obtuvo es aplicable

en la práctica clínica del personal de enfermería que brinda cuidados directos a

pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas en la fase posquirúrgica

inmediata. Este estudio es importante, ya que se obtuvo un mejor conocimiento

sobre el fenómeno de estudio ampliando su compresión, lo que mejorará las

prácticas de cuidado.

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4. CONSIDERACIONES ÉTICAS

Los estudiantes de posgrado de Enfermería de la Universidad de Antioquia

en la especialización de cuidado al niño en estado crítico elaboraron un estado

del arte en el curso de Seminario monográfico III, asesorados por un enfermero

e investigador especialista en el enfoque cualitativo y en el cuidado del niño en

estado crítico.

Se llevó a cabo un estado del arte sobre las prácticas basadas en la evidencia

de los cuidados al paciente pediátrico en el postoperatorio inmediato de

cardiopatías congénitas cianosantes, teniendo en cuenta que este es un tema

de gran relevancia para los profesionales de enfermería que brindan cuidados

especializados en unidades de cuidados intensivos, con la intención de impactar

en la calidad disminuyendo la morbimortalidad de estos pacientes.

De acuerdo con la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud de

Colombia, por la cual se establecen las normas científicas, técnicas y

administrativas para la investigación en salud, y según el Artículo 11 de la misma,

la presente se clasifica como una investigación sin riesgo, puesto que emplea

técnicas y métodos de investigación documental.

Los elementos de validez y confiabilidad a la investigación se consiguen por

medio de la citación de fuentes de organismos oficiales, estudios de revistas

indexadas y documentos actualizados, textos clásicos de cardiología que

aseguraran información actualizada y de calidad. La citación y referentes

bibliográficos, se hizo siguiendo los lineamientos de normas APA siempre

respetando los datos obtenidos y los derechos de autor como lo exige la ley de

derechos de autor en Colombia, Ley 23 de 1982 y su adición la Ley 1403 de

2010.

Para el procesamiento de la información se utilizó Microsoft Excel, mediante

fichas de análisis y una matriz de vaciamiento.

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5. PRESENTACIÓN DESCRIPTIVA DE LA TEMÁTICA

El estado del arte realizado se hizo mediante una revisión documental sobre

Enfermería basada en la evidencia en el cuidado del niño en el postoperatorio

inmediato de cardiopatía congénita cianosante.

Este es un estudio comprensivo, heurístico y hermenéutico, un estado del

arte que se define como una modalidad de la investigación documental que

permite el estudio del conocimiento acumulado escrito dentro de un área

específica, su finalidad es dar cuenta del sentido material documental sometido

a análisis, con el fin de revisar de manera detallada y cuidadosa los documentos

que tratan sobre un tema específico (Calderón et al., 2014).

Figura 2

Rutas para construir estados del arte

Fuente: Londoño, O., Maldonado, L., Calderón, L. (2014).

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5.1. ANÁLISIS DE LA LÍNEA DE TIEMPO.

Figura 3

Análisis de la línea del tiempo.

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5.2. MATERIAL ANALIZADO

En total el material revisado fue 96 artículos, de los cuales se incluyeron

63 artículos y capítulos de texto clásicos de cardiología y enfermería; se

descartaron 32 artículos por no cumplir con los criterios de inclusión ni generar

grandes aportes a la temática desarrollada, adicional a que en el análisis se

detectaba que tenía un enfoque médico, aportando en menor cantidad

conceptual a los cuidados de enfermería. La evaluación se realizó a través de

los instrumentos para la lectura crítica CASPe.

Del material incluido, se analizaron 23 capítulos de Libros y 40 artículos

de revistas indexadas avaladas por pares académicos.

Figura 4

Material analizado durante la revisión monográfica, 2021 – 2021

.

Fuente: Elaboración propia

Con relación a los textos base de la literatura analizados, se consultaron

los siguientes libros de literatura clásica de cardiología: cuidado de enfermería al

niño con cardiopatía, el manual de cuidado intensivo cardiovascular pediátrico y

cuidados críticos del niño con patología cardíaca. Además, la publicación

cardiología y cirugía cardiovascular pediátrica, monitorización y soporte

hemodinámico pediátrico y neonatal.

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Gráfica 2. Base de datos consultadas, 2020 – 2021.

Por otro lado, los artículos académicos fueron obtenidos principalmente

en las siguientes bases de datos: PubMed, Ciberindex, Medigraphic

ScienceDirect, SAGE, OVID, Google Académico, Embase, ClinicalKey, Elsevier,

Wiley Online, Springer Link y Scielo.

Figura 5

Bases de datos consultadas 2020-2021

Fuente: Elaboración propia.

La metodología de los textos analizados fue un 36.5 % de textos bases

de la literatura sobre cuidado intensivo cardiovascular en pediatría de disciplinas

como la cardiología y enfermería. Donde llama la atención el número importante

de publicaciones en torno al tema en Colombia, demostrado el grado de

desarrollo de la especialidad en el país. Los artículos científicos de revistas

indexadas fueron en 31.7% de tipo cualitativo donde se describen los principales

cuidados de enfermería en torno al paciente pediátrico postoperado de cirugía

cardiaca en artículos de revisión. Por otro lado, los artículos cuantitativos

representan el 28.6% y un artículo tiene metodología mixta que representa el

3.2%.

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Figura 6

Metodología de textos analizados, 2020 – 2021

Fuente: Elaboración propia

Los tipos estudios fueron, en general, artículos de revisión relacionados

con el fenómeno de estudio y publicados en reconocidas revistas científicas.

Además, se analizaron revisiones sistemáticas en un 12%, estudios

observaciones tanto prospectivos como retrospectivos en un 27%. También 15%

son estudios de caso. Y en una menor proporción entrevistas semiestructuradas

y casos y controles.

Fuente: Elaboración propia

Figura 7

Tipos de estudios analizados.

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24

Con relación a las revistas de enfermería avaladas por pares académicos

más consultadas está Enfermería Intensiva, Evidentia, Enfermería Cuidados

Críticos, Revista de Enfermería en Cardiología. También la Revista Mexicana de

Enfermería Cardiológica, Enfermería clínica de Cuidados Críticos de América del

Norte y Especialista de Enfermería Pediátrica.

En cuanto a las revistas de cirugía cardíaca pediátrica más consultadas

están la Revista mundial de cirugía cardíaca pediátrica y congénita, Cirugía

Cardiovascular y la Revista de cirugía cardíaca. Y con relación a las revistas de

cuidado intensivo cardiovascular se revisó Medicina de Cuidados Críticos

Pediátrico, Cuidados intensivos pediátricos, Archivos de cardiología de México y

Pediatric Critical Care Medicine.

Por otro lado, las revistas de cardiología pediátrica más consultadas son

la Revista Colombiana de Cardiología, Heart Views, Revista Española de

Cardiología, Anales de pediatría, Cardiología pediátrica y International Journal of

Pediatrics and Adolescent Medicine. Las revistas de anestesiología más

relevantes en este estudio son la European Journal of Anaesthesiology, Ann

Card Anaesth y Pediatric Anesthesia.

Las disciplinas que aportan al desarrollo el objeto de estudio son la

enfermería, cardiología pediátrica y cuidado intensivo cardiovascular pediátrico.

Adicionalmente cirugía cardiovascular pediátrica, anestesiología e infectología.

Las intervenciones de enfermería desarrolladas en los artículos son el

proceso de atención de enfermería, North American Nursing Diagnosis

Association (NANDA), los resultados de la Nursing Outcomes Classification

(NOC) y las intervenciones de la Nursing Interventions Classification (NIC).

Varios artículos se apoyan en la teoría de 14 necesidades de Virginia Henderson,

los patrones funcionales de Maryori Gordon y el modelo de adaptación de Roy;

además de la teoría del confort de Katharine Kolcaba.

Dentro de los autores más relevantes identificados en la revisión se

encuentra el grupo de enfermería egresado de la Universidad Nacional de

Colombia y especialistas en cuidado crítico pediátrico de la Universidad de la

Sabana que elaboraron el libro Cuidado de Enfermería al niño con cardiopatía

congénita de la Fundación Cardiología infantil.

Por otro lado, se encuentra Gabriel Cassalett Bustillo intensivista Pediatra,

jefe de la unidad de cuidado intensivo pediátrico de la Fundación Clínica Shaio

de Bogotá, miembro del Board of directors World Federation of Pediatric

Intensive and Critical Care Societies (WFPICCS), de la junta directiva de la

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25

Sociedad Latinoamericana de Cuidado intensivo Pediátrico (SLACIP); de la

Sociedad Colombiana de Cardiología y la sociedad Latina de Cardiología

Pediátrica. Adicionalmente miembro Fundador Asociación Colombiana de

Medicina crítica y Cuidado Intensiva y la Sociedad Latinoamericana de Cuidado

Intensivo. Este con la publicación de: Manual de cuidado intensivo

cardiovascular.

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26

6. ANÁLISIS INTERPRETATIVO DE LOS DATOS

6.1 CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

Las cardiopatías congénitas constituyen defectos estructurales y/o

funcionales del corazón y los grandes vasos, como consecuencia de un error en

la embriogénesis de estas estructuras sobre todo en la tercera y décima semana

de gestación. Las cardiopatías congénitas constituyen un grupo heterogéneo de

defectos morfofuncionales del corazón y los vasos sanguíneos. Algunas de ellas

son evidentes al nacimiento, mientras otras no lo hacen hasta días o meses

después del parto (Sarmiento Portal et al., 2013). Por otro lado, se clasifican de

acuerdo con la manifestación física de cianosis en la piel, en acianóticas y

cianóticas (Sánchez et al., 2017). En este análisis se pretende dar un abordaje

a las cianóticas.

En cuanto a la epidemiología las cardiopatías son, entre las

enfermedades crónicas no transmisibles, las que han tenido mayor incidencia

desde mediados del siglo XX y se han ido incrementando hasta nuestros días a

escala mundial (Baños et al., 2012). Tienen una frecuencia de 8 por cada 1000

nacidos vivos en el mundo, con ligero predominio del sexo masculino, con un

rango entre 4 y 12 por 1000 nacidos vivos, y siendo esta mayor en mortinatos,

abortos y lactantes pretérminos (Sarmiento et al., 2013). Hasta el momento solo

el 15% de los defectos cardíacos importantes se diagnostican en la etapa

prenatal. Según la Asociación Estadounidense del Corazón, aproximadamente

35.000 bebés nacen cada año con algún tipo de malformación congénita

cardíaca. Las cardiopatías congénitas son responsables de más muertes en el

primer año de vida que cualquier otro defecto de nacimiento (Valentín Rodríguez,

2018)

Colombia no es ajena a este fenómeno, presentando un aumento

importante en la incidencia y mortalidad. El Instituto Nacional de Salud reporta

una incidencia de 15.1 por cada 10.000 nacidos vivos y una mortalidad de 2.77%

(Tassinari et al., 2017). Por otro lado, las guías de práctica clínica del Ministerio

de Salud Colombiano reportan prevalencias de alteraciones cardiacas entre 7 y

8 por cada 1.000 recién nacidos, con una mortalidad del 3% y el 46% por

malformaciones congénitas. En el primer año de vida mueren el 18% de los niños

y hasta el 4% fallecen hacia los 16 años (Ministerio de Salud y Protección Social

[MPS], 2013)

Cabe resaltar que en las cardiopatías congénitas cianógenas se presenta

una alteración del flujo pulmonar secundaria a la obstrucción del corazón

derecho o bien, por la mezcla total de sangre oxigenada con no oxigenada. Esto

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27

es consecuencia de cortocircuitos entre los flujos pulmonar y sistémico por

diferencias de presión. Se pueden presentar por hipoflujo pulmonar como la

tetralogía de Fallot, la atresia tricúspidea y de la válvula pulmonar. Por otro lado,

por hiperflujo pulmonar que incluyen transposición de las grandes arterias y el

drenaje anómalo total de venas pulmonares. Además, se puede presentar el

tronco común, el síndrome corazón izquierdo hipoplásico y el univentricular

(Valentín Rodríguez, 2018).

Estas alteraciones requieren ser intervenidas paliativa o correctivamente.

Este tipo de cirugía va a depender de la cardiopatía que tenga el niño, siendo

este un proceso complejo. A través de estos procedimientos quirúrgicos mejoran

la expectativa de vida de los pacientes y se disminuyen complicaciones.

Requiriendo posteriormente atención en unidades de cuidado intensivo

especializadas.

En la tetralogía de Fallot se realiza un abordaje inicial que es paliativo,

hasta llegar a una corrección total bajo circulación extracorpórea. En primer

lugar, el equipo quirúrgico hace una fístula sistémica pulmonar y finalmente, se

corrige el defecto con el cierre de la CIV y liberación de la obstrucción del tracto

de salida del ventrículo derecho. Además, se realiza reparación de la estenosis

de las ramas pulmonares y de anomalías asociadas (Blanco, 2015).

Así mismo, en la atresia tricúspidea se hace un abordaje mixto. La primera

etapa que es paliativa, donde se realiza una fístula sistémico pulmonar. Después

se le practica un Glenn bidireccional, que se refiere a la anastomosis de la vena

cava superior con la arteria pulmonar derecha. (Ávila et al., 2015)

Por otro lado, en la transposición de grandes arterias se realiza un

tratamiento paliativo, una atrioseptostomía que facilita la mezcla sanguínea y

reduce el flujo pulmonar a través del cerclaje de la arteria pulmonar. En cuanto

a las técnicas correctivas, estas se dividen en fisiológicas y anatómicas. La

primera incluye la técnica Mustard y Senning, la cual consiste en invertir el

cortocircuito a nivel auricular. Así mismo, en la técnica anatómica encontramos

intervenciones llamadas Jaténe y la Rastelli, estas tienen como fin conectar las

grandes arterias a sus respectivos ventrículos. (Ávila et al., 2015)

En el truncus arterioso se efectúa una corrección completa, la cual se

realiza bajo circulación extracorpórea. En el síndrome de ventrículo izquierdo

hipoplásico la intervención inicial es paliativa, recibiendo el nombre de Norwood

y Norwood híbrido. Es decir, se restablece el flujo sistémico mediante

reconstrucción aórtica. También se realiza una corrección univentricular y un

Glenn Bidireccional (Garzón, 2015b).

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28

Además, en la anomalía de Ebstein el tratamiento es conservador

mediante plastia de la válvula tricuspídea, con colocación de derivación aorto

pulmonar. Terminado la corrección de la atresia tricuspídea a través de cirugía

de Glenn y Fontan (Marín, 2015).

6.2. INGRESO DEL PACIENTE A LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO

El ingreso del paciente a la unidad de cuidados intensivos procedente de

cirugía es un momento complejo y decisivo. Es uno de los pasos iniciales en el

proceso de atención del niño en el postoperatorio inmediato en la unidad. Este

es un suceso que requiere planificación y anticipación, debe ser estructurado e

involucra a todo el equipo multidisciplinario del área. Este proceso incluye

conocer la historia clínica del paciente, la preparación de la unidad y la

transferencia del cuidado.

Previo al ingreso se debe realizar valoración de la patología y la historia

clínica del paciente, esto por parte de una junta de especialistas en cardiología

y terapia intensiva, donde se determinan las posibilidades del paciente y el

manejo, esto a través de un profundo análisis. Esta información la debe conocer

todo el equipo quirúrgico y el personal de cuidado intensivo.

En relación con el ingreso del niño, los siguientes son asuntos relevantes

para su recepción y deben ser siempre tenidos en cuenta. En primer lugar, la

preparación completa de la unidad y de los insumos según las necesidades de

esté. Como lo expresa Sánchez Cisneros (2007), la preparación de la Unidad

juega un papel importante en el proceso de admisión del paciente, pues de su

organización depende su pronta estabilización. Esto incluye tener monitoria

completa, el sistema de ventilación y el equipo de succión. También bombas de

infusión para la administración de medicamentos, insumos para la obtención de

muestras y el marcapasos externo. Adicional otros elementos como sistemas de

calentamiento, electrocardiógrafo e instrumentos de medición.

Con relación al espacio físico a preparar para el ingreso del paciente en

el postoperatorio, lo más importante es impactar en el confort y la seguridad del

niño. En cuanto al tipo de cama donde se debe recibir, González et al., señalan:

“En el caso del lactante pequeño con una talla menor a los 70 cm, usar una cuna

térmica garantizando una fuente de calor y en el niño con una talla superior a los

70 cm, disponer de una cama quirúrgica” (2014, p. 191).

Esta indicación es importante, y debe ser tenida en cuenta, pero en

algunos casos el tipo de asignación de cama va a depender de la disponibilidad

Page 29: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

29

de cada institución, ya que en muchos centros se cuentan con recursos limitados.

Es el profesional de enfermería quien debe garantizar la disponibilidad de la

unidad antes del procedimiento programado y verificar que se tenga

disponibilidad de todos los insumos requeridos.

Por otro lado, es fundamental evitar desconexiones accidentales e

interrupción de infusiones, durante la transferencia del cuidado, siendo necesario

que todo el personal a cargo de dicho proceso tenga claridad sobre sus

funciones. Cassalett. (2007) sostiene que este proceso requiere de todo el apoyo

interdisciplinario, el equipo que interviene consta de intensivista, cardiólogo,

anestesiólogo y cirujano, además del profesional de enfermería y terapeutas

respiratorios.

En cuanto al profesional de enfermería, tendrá por prioridad garantizar la

seguridad del paciente. Esto evitando complicaciones durante el traslado como

retiro accidental de dispositivos y goteos incorrectos. Además, aplicar barreras

de seguridad para disminuir el riesgo de extubaciones accidentales, deterioro

hemodinámico e hipotermia. Ya que las complicaciones derivadas de

interrupciones o accidentes pueden llevar al aumento de la morbilidad y

mortalidad.

Con relación a las funciones del personal de enfermería, (González et al.,

2014; Sánchez Cisneros, 2007), coinciden en que profesional de enfermería

debe iniciar la ventilación mecánica, verificando permeabilidad de la vía aérea.

A su vez, debe transferir el monitoreo hemodinámico, lo que incluye calibración,

fijación y nivelación. Conectar tubos de succión, inspeccionado la permeabilidad

y valorando el sangrado. Además, debe instalar las infusiones de medicamentos

al goteo correcto. Comprobar el funcionamiento del marcapasos, la posición y

drenaje de sondas gástricas y de orina. Adicionalmente, tomar muestras de

laboratorio, solicitar placa de tórax y verificar la disponibilidad de desfibrilador en

buen estado.

Justamente, Clavero et al. (2018), resaltan la importancia de la

auscultación cardiopulmonar, el control de la presión arterial, presión venosa

central y presiones pulmonares como parte de la monitorización hemodinámica.

También, la de favorecer el recalentamiento y la revisión de la perfusión

periférica. Además, la toma de electrocardiograma, gases arteriovenosos, el

examen físico completo y el manejo del dolor.

Así mismo, González et al., señalan que antes de la admisión del

paciente:

Page 30: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

30

El enfermero designado para recibir el caso deberá comprobar los

datos particulares del paciente y plasmarlos en la hoja de registro, con

los siguientes datos: hora, nombre completo, edad, número de historia

clínica, peso y talla (actualizado), cardiopatía de base, operación

propuesta, grupo sanguíneo y factor Rh. También, fecha de realización

de la operación, número de tubo endotraqueal colocado en el

quirófano, alergia a medicamentos, sangrado permisible por drenajes

pleuromediastinales para el primer día, según el peso del paciente en

Kg., rangos normales de tensión arterial, frecuencia cardíaca y presión

media. (2014, p. 191)

Puesto que, durante la transferencia del cuidado se debe hacer especial

énfasis en obtener información completa y confiable del estado del paciente. Por

ende, el equipo quirúrgico debe transmitir todos los datos relevantes sobre el

procedimiento, ya que a partir de ello se programarán los cuidados y será más

fácil detectar complicaciones. Para esto se deben implementar diferentes

estrategias, tales como el uso de listas de chequeo, formatos y protocolos que

brinden procedimientos estándar de entrega de paciente, que vayan en

concordancia con la calidad y seguridad requerida por el niño en el posoperatorio

inmediato. Tal como se evidencia en el siguiente estudio.

En Gante, en Bélgica, Karakaya et al. (2013), proponen una lista de

chequeo de transferencia de información, la cual incluye los siguientes datos:

edad, historia médica y alergias, medicamentos de uso diario, patología de base

y resultados de estudios previos. Con relación a la ventilación, el tamaño de tubo

orotraqueal, fijación y modo ventilatorio. Sumado a esto, información sobre los

catéteres y el marcapasos. Sobre la cirugía el tiempo de pinzamiento aórtico, de

bypass y complicaciones. Además de medicamentos e infusiones administradas.

Por otro lado, se ha demostrado que las escalas de estratificación del

riesgo en la cirugía por cardiopatía congénita, tanto ABC como RACHS-1 son

útiles. Tienen una fuerte asociación con la mortalidad hospitalaria y la duración

de la estancia. Por ello es importante conocer su valor al ingreso para determinar

el riesgo asociado a la intervención y dirigir los cuidados (Al-Radi et al., 2007).

Por lo tanto, dicha información debe ser proporcionada por el equipo quirúrgico

al personal de terapia intensiva, para realizar la planificación de las posibles

situaciones clínicas derivadas de esta estratificación.

En resumen, el profesional de enfermería debe encargarse de las

funciones hemodinámicas del paciente. De la que hacen parte los accesos

venosos y arteriales, entre otros. Realiza conexión de la monitoria, entre ellos

electrodos, saturador y tensiómetro; analiza valores e interviene alteraciones. Se

Page 31: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

31

responsabiliza de los demás dispositivos del paciente tales como tubos y realiza

conexión de estos a succión, se encarga de la verificación de drenajes y posición

de las invasiones. Dicho profesional a través de sus acciones de cuidado impacta

sobre la seguridad y confort del paciente. En cuanto a la responsabilidad del

manejo de la ventilación y la vía aérea, se difiere, ya que en los centros

especializados del país se cuenta con profesionales de terapia respiratoria,

aunque esto no desliga al enfermero de dicha atención y conocimiento.

6.2.1. Monitorización.

La monitorización consiste en hacer observación continua de varios

parámetros vitales, gracias a esto, los valores que se obtienen guían decisiones

clínicas. La finalidad de la monitorización según Monroy es la de “conocer de

forma objetiva y constante al paciente, sus alteraciones fisiológicas y tendencia

de los signos vitales, anticipar y prevenir morbi-mortalidad, dirigir intervenciones

y asegurar la perfusión con medidas terapéuticas” (2015, p. 46).

Cabe resaltar, que la monitorización en la unidad de cuidados intensivos

puede ser invasiva o no y este es un proceso dinámico que va desde la obtención

de los datos hasta su correcta interpretación teniendo en cuenta la clínica y el

tipo de cardiopatía congénita del paciente pediátrico.

González et al. (2014) expresan que, durante la atención de estos

pacientes, se debe contar con un monitor y con sus aditamentos.

Adicionalmente, es necesario chequear la limpieza y estado óptimo de su

funcionamiento. Finalmente es obligatorio verificar que en cada línea profunda

existan soluciones que las mantengan permeables.

Por su parte, Sánchez Cisneros señala: “tradicionalmente el monitoreo

hemodinámico después de una cirugía cardiovascular incluye el monitoreo

electrocardiográfico, de presión arterial sistémica, de presión arterial pulmonar y

de gasto cardíaco” (2007, p. 49).

Con relación a los tipos de monitorización, se clasifican teniendo en

cuenta diferentes aspectos, según el punto de vista de ciertos autores. Esto,

según Monroy (2015) se divide en estándar y adicional, donde se debe evaluar

la perfusión periférica, la temperatura y el llenado capilar, además, el color de

piel, pulso y frecuencia cardíaca. Sumado a esto, las presiones que incluyen la

arterial, la venosa central, de la aurícula izquierda y de la arteria pulmonar. Sin

olvidar el trazado electrocardiográfico permanente. También hace énfasis, en la

monitoria de la pulsioximetría y capnografía y no menos importante, el gasto

urinario y exploración del corazón por medio del ultrasonido.

Page 32: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

32

Por el contrario, Gil et al. (2018), la clasifican en monitorización

hemodinámica, respiratoria y neurológica. La hemodinámica a su vez se divide

en básica y avanzada. La básica se centra en el electrocardiograma y en la

medición de presiones ya mencionadas, además de la presión intraabdominal.

Por su parte, de la avanzada hace parte la ecocardiografía Doppler, la saturación

venosa de oxígeno, el gasto cardíaco mediante termodilución transpulmonar y la

espectroscopia cercana al infrarrojo (NIRS).

En cuanto a la observación respiratoria, es necesario evaluar el patrón

respiratorio y valores de pulsioximetría, gasometría y capnografía. Además, de

la mecánica ventilatoria a través de las presiones de la vía aérea, curvas y

volúmenes pulmonares. Por otro lado, con relación al seguimiento neurológico,

se debe valorar la actividad metabólica cerebral, esto también a partir del uso de

la espectroscopia cercana de infrarrojo (NIRS) y marcadores bioquímicos como

el lactato y el PH sanguíneo. Además, valorar el flujo sanguíneo cerebral con el

uso del Doppler transcraneal y de la actividad eléctrica cerebral mediante

electroencefalograma. (Gil et al., 2018)

De igual forma, Horta y Parra. (2015) indican que el monitoreo rutinario de

la saturación venosa de oxígeno y del CO2 es importante debido a la utilidad que

estos tienen para la valoración del gasto cardiaco. Concuerdan en este caso con

los otros autores, en que el monitoreo hemodinámico debe incluir: frecuencia

cardiaca, saturación de oxígeno, presión arterial y presión de aurícula izquierda.

Siendo fundamental la valoración hemodinámica y respiratoria, esto para

identificar cambios que indiquen deterioro del paciente y riesgo de parada

cardiorrespiratoria.

En particular, la espectroscopia cercana de infrarrojo (NIRS) para la

medición de oxigenación tisular de manera no invasiva, permite medir la

saturación regional de hemoglobina, reflejando el balance entre el aporte de

oxígeno y su consumo. El valor habitual cerebral es entre 55%-80%, siendo

anormal un valor inferior al 50% o una caída del 20% con respecto al valor basal

(Gil et al., 2018).

Es posible medir la oxigenación tisular en ambos hemisferios cerebrales

o cerebral y somático. Cuando se monitoriza la saturación cerebral y la renal

simultáneamente es necesario tener en cuenta que los valores renales suelen

ser 15-20% mayores a los cerebrales. En este estudio recomiendan la aplicación

combinada cerebral-renal (Gil et al., 2018). Aunque el uso predominante ha sido

cerebral, también se ha utilizado para medir la oxigenación somática, en

particular la gastrointestinal y renal. (Garvey & Dempsey, 2018).

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33

En este sentido, la monitorización continua cerebral mediante el NIRS en

patologías pediátricas especialmente en cirugías cardíacas y cuidado crítico

pediátrico apuesta a evitar lesiones cerebrales secundarias a hipoxia, ayuda a

prever cambios en la entrega y demanda de oxígeno e inicio de metabolismo

anaeróbico a nivel intracelular para poder intervenir oportunamente y evitar

lesiones (Puentes et al., 2020).

Por ello, los estados de hipoperfusión, en el postoperatorio inmediato de

cirugía cardíaca en niños, se deben identificar, ya que un prolongado descenso

de la SrcO2 hasta un valor de 45% por un periodo de 180 min se ha asociado a

la aparición de lesiones cerebrales (J. García et al., 2013).

Por otra parte, la temperatura corporal se debe monitorizar

estrechamente, ya que es fundamental en este tipo de pacientes. Esto a través

de un sensor a piel, termómetro rectal o transesofágico, sin desmeritar los datos

arrojados por el termómetro digital, a los cuales se les debe hacer seguimiento.

Esto lo demuestra la literatura científica sobre el tema, en los datos señalados a

continuación.

Como lo indican Bayter et al., (2007) con relación al lugar ideal para tomar

la temperatura: “los sitios más precisos para medir la temperatura central son la

membrana timpánica, la nasofaringe, el esófago distal y la arteria pulmonar”

(2007, p. 51). Además, se consideran centrales cuatro sitios de monitorización a

arteria pulmonar, esófago distal, membrana timpánica y nasofaringe. Otros sitios

de monitoreo de temperatura son la sublingual clásica, que sigue siendo una

buena estimación de la temperatura central, la axila y la vejiga. La clave es

seleccionar un sitio y método de monitoreo apropiado, según las necesidades

del niño (Sanjuán & Abad, 2011).

Sobre la monitorización de la presión venosa central, es importante en

este tipo de pacientes, dado que determina las condiciones de precarga. Su

medición se realiza a través de un catéter venoso central (Duarte et al., 2011).

Sumado a esto, es necesario contar con un trazado de

electrocardiograma de manera permanente. Se debe facilitar la realización de

ayudas diagnósticas prioritarias como la ecocardiografía. Las cuales hacen parte

de la monitorización y son fundamentales. Con relación a las mediciones

invasivas es importante verificar su veracidad, evaluando las infusiones

instaladas a través de los perfusores y las características de las curvas de dichas

mediciones (Monroy, 2015b).

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Los valores de saturación periférica de oxígeno se obtendrán por medio

de oxímetros de pulso. Se instalarán preferiblemente preductal y los valores de

referencia serán de acuerdo con la patología corregida. El CO2 se mide también

de manera no invasiva a través de la capnografía, donde se deben evaluar los

valores y las curvas de la monitoria (Monroy, 2015b).

El niño en el postoperatorio inmediato tiene necesidades específicas de

monitorización, estas deben ser tenidas en cuenta como prioridad durante su

estancia en la unidad de cuidados críticos, y los objetivos en este tipo de

pacientes deben estar dirigidos a la adecuada perfusión y oxigenación tisular,

guiando las diferentes acciones de cuidado.

Es necesario tener en cuenta que se debe tratar al paciente y no el

monitor. Conjuntamente, configurar adecuadamente los equipos que serán

utilizados para las mediciones. Se deben usar dispositivos específicos, además,

las alarmas deben ser fijadas según las necesidades del paciente, corroborando

los datos de manera manual en la medida de lo posible cuando se dude de la

veracidad de estos o no concuerde a la clínica del niño (Monroy, 2015b).

Los valores de la monitorización integral reflejan el estado fisiológico del

paciente, especialmente de los sistemas cardiorrespiratorios, fundamentales en

la homeóstasis del organismo. Dichas mediciones deben ser seguras y esto es

posible lograrlo a través del análisis de curvas, calibración de equipos y uso

correcto de dispositivos biomédicos, información de la cual hace falta sustento

teórico en el área específica.

La inestabilidad clínica de los pacientes en el postoperatorio inmediato

suele mostrar la presencia de signos de hipoperfusión, y sobre todo alteración

de la presión arterial, que se relaciona según el conocimiento obtenido con la

mortalidad en las unidades de cuidado intensivo.

6.2.2 Valoración

El ingreso del niño y la atención en general en el postoperatorio inmediato

implica la necesidad constate de observa y analizar de manera crítica el estado

del paciente en sus diferentes dimensiones humanas. La valoración del paciente

permite planificar el proceso de atención a través una evaluación física completa,

de signos vitales y variables psicosociales, que involucran al individuo, el

entorno, familia y la condición de enfermedad. Las técnicas de valoración deben

permitirle al profesional de enfermería detectar complicaciones y generar

acciones de cuidado.

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35

Como lo expresan García y Casique (2011) “la valoración es la etapa

inicial del proceso de atención de enfermería. Es la base de todas las fases y

tiene como objetivo reunir información sobre el estado de salud del paciente

mediante un proceso planificado, sistemático, continuo, y deliberado” (2011, p.

93).

Para la valoración se propone un instrumento llamado Valoración de

Enfermería del Paciente Pediátrico con Cardiopatía, elaborado con relación a la

experiencia de profesionales de enfermería que cuidan niños con cardiopatías

congénitas. Está basado en los constructos teóricos de los patrones funcionales

de Gordon y otros instrumentos de enfermería, generando una visión integral del

paciente. Este propone evaluar y obtener los siguientes datos: la percepción de

salud, nutrición, eliminación y actividad. Además, el ejercicio, descanso y sueño,

el estado cognitivo-perceptivo, la autopercepción y autoconcepto. De igual

manera el rol y las relaciones, la sexualidad, adaptación y tolerancia al estrés,

valores y creencias y seguridad, todos de una forma minuciosa y aplicando

diferentes métodos (Romero, 2015).

Es importante también conocer la percepción de salud del niño y su

familia, para lograr brindar información completa que los llevará entender su

proceso de salud-enfermedad. A través de esto, es posible llegar a brindar el

apoyo necesario, que los lleve a lograr un afrontamiento eficaz (Romero, 2015).

Continuando el esquema de observación Cadena et al., indican que:

A través de la valoración hemodinámica y respiratoria es posible identificar

tempranamente cambios, que indiquen deterioro del paciente y riesgo de

parada cardiorrespiratoria. En relación con el marcapasos transitorio es

importante que no se presenten desconexiones accidentales y registrar el

modo, la amplitud, sensibilidad y frecuencia.

Durante el ingreso del paciente a la unidad de cuidados intensivos, en

primera instancia se realiza una valoración a través de la auscultación

cardiaca y pulmonar. Por otro lado, la palpación de los pulsos radial,

carotídeos y pedios; el llenado capilar; el estado hemodinámico. Toma y

registro de signos vitales cada 15 minutos en la primera hora del ingreso,

cada 30 minutos en la segunda hora y posteriormente cada hora. Y la

captura del marcapasos epicárdico. (2013)

Es importante resaltar que determinar el tiempo para la toma de signos vitales

no exime la obligación de una valoración constates de dichos valores, no es un

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36

protocolo estricto el que rige la valoración de niño, en cambio sí lo es la condición

clínica del paciente.

En relación con la nutrición se debe contar con el peso y talla del niño,

siendo esto fundamental para el cálculo de dosis de medicamentos e infusiones.

Conjuntamente, se debe evaluar la permeabilidad de la sonda vesical, el tipo de

eliminación y llevar un control estricto de la diuresis, manteniendo un gasto

superior a 1 ml/kg/hora. Es necesario lograr el control de líquidos administrados

y eliminados, en falla cardiaca es importante mantener un balance negativo y

tener restricción hídrica. Posteriormente, valorar los tubos de drenaje con lo que

cuente el paciente y contabilizar la cantidad y las características del drenaje,

estando atentos a posibles obstrucciones (Romero, 2015).

Sumado a esto, se debe hacer una completa valoración neurológica en

busca de complicaciones del sistema nervioso, siendo necesario aplicar la

escala de Glasgow, evaluado la reactividad pupilar, tono muscular y sensibilidad

(Monroy, 2015b).

Además, valorar el dolor del paciente pediátrico en el posoperatorio de

cirugía cardiovascular según (Horta y Parra, 2015) requiere el uso de las

siguientes escalas:

CAAS, MAPS, COMFORT, COMFORT-B y FLACC. Se sugiere el uso de

la escala COMFORT debido a que actualmente es la única disponible, en

español. Se recomienda realizar una valoración objetiva y periódica. La

cual permite identificar la presencia de delirio en el niño, para lo que se

sugiere la utilización del instrumento CAPD-D (Cornell Assessment of

Pediatric Delirium) 24 en su idioma original hasta contar con el mismo

validado en español. (2015, p. 133)

También es importante valorar las circunstancias que puedan causar

problemas de salud adicionales aplicando diferentes escalas. Entre ellas la

escala de Braden modificada para el riego de lesiones por presión y evaluar el

riesgo de caídas de acuerdo con la edad, la escala Humpty Dumpty y la escala

J. H. Downtown (Romero, 2015).

Por otro lado, la elección de un instrumento de valoración por parte del

profesional de enfermería va a depender de sus preferencias metodológicas.

Cabe resaltar que, en Colombia, en una de las instituciones con mayor

experiencia en el cuidado cardiovascular pediátrico, tiene como referencia los

patrones funciones de Marjorie Gordon (Romero, 2015). Por el contrario, en

México se basan generalmente el enfoque de Virginia Henderson y su teoría de

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las necesidades humanas. Esto evidenciado en la literatura analizada (Carreño,

2011).

Los instrumentos de valoración abordados durante la revisión bibliográfica

dan cuenta de su importancia metodológica para conocer la respuesta del

paciente a procesos vitales o problemas de salud, reales o potenciales,

generando diagnósticos de enfermería que aborden las necesidades prioritarias

del paciente y permitan intervenciones acordes.

6.3 VENTILACIÓN: MODOS VENTILATORIOS, SUCCIÓN, EXTUBACIÓN

TEMPRANA Y CUIDADOS DE LA VÍA AÉREA.

La correcta oxigenación y el manejo ventilatorio del paciente es

fundamental en el adecuado cuidado del niño en el postoperatorio inmediato. El

sistema cardiaco y respiratorio están estrechamente relacionados, siendo

necesario buscar el equilibrio entre estos para alcanzar la estabilidad

hemodinámica. Por lo tanto, el profesional de enfermería interviene en los

cuidados de la vía aérea, a través de trabajo conjunto con el terapeuta

respiratorio.

La dinámica ventilatoria incluye la correcta fijación del T.O.T y el uso de

barreras de seguridad que eviten extubaciones accidentales que llevarían al niño

a tener una vía aérea aún más difícil. También, son importantes los cambios de

posición y el retiro de exceso de humedad de los circuitos ventilatorios. Es

fundamental el manejo correcto de ventiladores y los diferentes modos de brindar

ventilación. Adicionalmente, la succión de la vía aérea y las estrategias que

lleven a una extubación programada y temprana.

En relación con la alteración de la respiración, se debe tener en cuenta

que se puede presentar un desequilibrio en la ventilación-perfusión. Esta

necesidad alterada el profesional de enfermería la interviene y logra objetivos a

través del soporte ventilatorio que pueda brindar y los cuidados de la vía aérea.

En este sentido Cadena et al., mencionan lo siguiente: “gracias a la

profesionalización, el uso de la evidencia científica de enfermería y el

autoaprendizaje, el profesional de enfermería tiene la capacidad para

tomar decisiones en la terapéutica del paciente. Ejemplo de ello es la

programación de los parámetros ventilatorios y la progresión del paciente

hasta su extubación. Basándose en una valoración integral en conjunto

con el médico tratante para limitar las complicaciones y la reintubación

endotraqueal”. (2013)

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Es por ello que el acompañamiento, observaciones y análisis del

profesional de enfermería son fundamentales, ya que evitan la injuria pulmonar,

logran objetivos terapéuticos y alcanzan la extubación temprana con menor

riesgo de falla. Conocer la dinámica pulmonar y el correcto manejo de los

trastornos de la oxigenación perfusión, llevarán a dicho profesional a tomar

decisiones sobre el manejo ventilatorio del paciente.

Por otro lado, en muchos casos enfermería es quien realiza el manejo de

la vía aérea siendo necesario tener en cuenta los siguientes aspectos. La

aspiración por tubo endotraqueal usa aspiración negativa, por lo cual debe

considerarse de alto riesgo en pacientes cardiópatas, por disminución temporal

del aporte de oxígeno. Es ideal que la decisión de manejar la vía aérea esta

sustentada en la presencia de secreciones abundantes visibles, teniendo en

cuenta las evidencias clínicas tales como, capnometría por encima de 45 mmHg

y presiones de insuflación indicadas por el ventilador mecánico por encima de

30 cm de agua (González et al., 2014).

En cuanto al sistema de succión Horta y Parra, (2015) señalan que: “no

hay beneficios claros sobre el sistema de succión cerrada o el sistema abierto,

se debe usar aquel método en el que se tenga experticia. Y sobre la

preoxigenación los pacientes deberían recibir niveles de oxígeno inspirado

elevados por un período breve previo a la succión (< 60 s), no es recomendada

en neonatos” (2015, p. 132).

En general se debería utilizar un dispositivo de succión cerrado, dado que

permite continuar oxigenando al paciente mientras se aspira. Esto también

ayuda a disminuir infecciones asociadas al cuidado, sin el requerimiento de una

técnica estéril. El tamaño ideal, será según el calibre del tubo, y se debe usar

una presión negativa entre 20 - 50 mmHg (Horta y Parra, 2015).

Con relación a las normas de asepsia durante dicho procedimiento Horta

y Parra proponen: “que no es necesaria una técnica estéril estricta, pero el

personal de salud debe adherirse estrictamente a las medidas de control

infecciosas para protegerse a sí mismos y a los pacientes. La solución salina no

debería usarse de manera rutinaria para la succión y las maniobras de

reclutamiento no deberían realizarse de manera rutinaria luego de la succión

endotraqueal” (2015, p. 196).

Por su parte González et al., con relación al manejo de la vía aérea

indican:

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“Las aspiraciones deben realizarse al menos cada 8 horas para verificar

la permeabilidad del tubo endotraqueal, mantener vigilancia de la

monitorización del paciente y siempre realizar la aspiración con la ayuda

de otro profesional. Auscultar los campos pulmonares e hiperoxígenar

antes y después del procedimiento. Colocar la presión de succión entre

20 y 50 mmHg. Sólo si las secreciones están muy densas, se deben

fluidificar con suero fisiológico al 0,9% 1 ó 2 décimas por Kg de peso,

hasta 1 ml. El tiempo recomendado de succión debe ser inferior a 10

segundos y dejar 1 minuto de descanso entre succiones que necesiten

reiterarse. Si el paciente pudiera ser movilizado, se realizan

lateralizaciones de este y vibraciones o percusiones del tórax para

favorecer el desprendimiento de las secreciones”. (2015, p. 196)

Con relación a esto, es posible que, para verificar la permeabilidad del

tubo, no sea necesario aspirar secreciones por horario, dado que se puede

auscultar, visualizar el tubo, verificar expansión torácica y evaluar el monitoreo

gráfico del ventilador. Además, según la edad, el peso del paciente no siempre

es necesario la presencia de dos profesionales a la hora de aspirar y en algunos

casos requerirá más presión negativa de 50 mmHG. En el postoperatorio será

difícil lograr movilizaciones, dada la condición clínica del paciente, pero podría

ser valioso en las secreciones de difícil manejo.

Por otra parte, se debe planear la extubación del niño desde el momento

que es intubado, ya que de esto dependerá su independencia respiratoria y la

posibilidad de disminuir complicaciones asociadas a la ventilación. Se deben

conocer los factores de riesgo para pensar en una intubación prolongada, los

cuidados básicos del paciente ventilado y favorecer siempre una ventilación

gentil. Es muy importante disminuir la presencia de atelectasias, barotraumas,

volutraumas o infecciones asociadas al ventilador (Sivarajan & Rotta, 2017).

Es por esto que el término extubación temprana se usa para definir la

retirada del tubo endotraqueal a los pacientes dentro de las 6 a 8 h después de

concluido el procedimiento quirúrgico. Aunque para algunos autores también

puede incluir la extubación dentro del quirófano, al final de la cirugía (Chaparro

y Abeldaño-Zuñiga, 2019)

La extubación traqueal precoz de los niños después de una cirugía

cardíaca congénita no es un concepto nuevo, pero ha recibido una atención

renovada con la evolución del tratamiento de vía rápida para pacientes

quirúrgicos cardíacos. En la práctica significa evitar la ventilación mecánica

rutinaria (Sivarajan y Rotta, 2017).

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Los objetivos de la extubación temprana son prevenir las extubaciones

accidentales, el trauma laringotraqueal; la acumulación de mucus en el tubo

endotraqueal y las crisis hipertensivas pulmonares. También las complicaciones

asociadas a la ventilación mecánica y las infecciones como ya se mencionó.

Además, se puede agregar que los pacientes que son extubados de manera

precoz podrán ser movilizados más rápidamente. Y se puede reiniciar la

alimentación por vía oral de manera temprana, con lo que la función intestinal se

podría recuperar más rápidamente. En general, es una práctica poco frecuente,

pero lleva a un alta temprana de la unidad de cuidados críticos (Chaparro y

Abeldaño-Zuñiga, 2019).

Por otro lado, las ventajas de la extubación temprana son que disminuyen

la necesidad de sedo analgesia, reduce infecciones asociadas al cuidado,

proporciona mayor tranquilidad y confort al paciente y su familiar. Además de

ayudar a generar un alta temprana de la unidad de cuidados intensivos. Por lo

cual es importante evaluar y programar la extubación temprana del niño

postoperado de cardiopatía congénita cianosante, siempre que su condición

clínica lo permita (Chaparro y Abeldaño-Zuñiga, 2019).

Por su parte, se ha demostrado que la extubación temprana en pacientes

seleccionados es segura sin un aumento asociado de la morbilidad o la

mortalidad. Los resultados combinados de los estudios que informaron la

mortalidad hospitalaria mostraron una menor incidencia de mortalidad en el

grupo de extubación temprana en comparación con la cohorte de control

(Alghamdi et al., 2010).

Lograr esto es un proceso que incluye a todo el equipo multidisciplinario,

requiere la valoración del estado respiratorio y hemodinámico del paciente.

Además de los diferentes factores que influyen en la permanencia de esta, tales

como el tiempo quirúrgico, estabilidad hemodinámica, manejo de la sedación y

complicaciones operatorias. Esto implica la observación y valoración

permanente de la dinámica respiratoria del paciente como esfuerzo respiratorio

y requerimientos de oxigenación. Siendo enfermería quien dirige este proceso a

lo largo de la atención al cuidar de manera permanente y cercana al paciente.

Es trascendental hacer una correcta valoración de la radiografía de tórax

antes de programar una extubación, siendo necesario descartar escapes aéreos,

derrames, atelectasias o neumonías. Además, se debe tomar e interpretar la

gasometría arterial. También se requiere evaluación continua de capnografía y

oximetría para tener datos de la oxigenación y la ventilación de manera

permanente. Finalmente es importante valorar el estado del abdomen y su

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perímetro, dado que la ascitis puede llevar a retracción pulmonar, desestimando

la extubación temprana (Sánchez Cisneros, 2007).

Una vez extubados, la mayoría de los pacientes requieren oxígeno

suplementario a través de una cánula nasal estándar. Otros, sin embargo,

requieren un mayor soporte, incluida la cánula nasal de alto flujo y la ventilación

no invasiva, mientras que un pequeño subconjunto requiere reintubación. La

cánula nasal de alto flujo es un método cada vez más común para el tratamiento

de pacientes que requieren asistencia respiratoria leve a moderada (Ofori &

Cheifetz, 2013).

6.4.1 PLAN DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA.

El cuidado del niño en el postoperatorio inmediato debe estar basado en

el conocimiento científico. A través del proceso de atención de enfermería, el

cual es un método ordenado y sistemático para obtener información e identificar

las necesidades del individuo y su familia. Esto con el fin de planear, ejecutar y

evaluar el cuidado. De este proceso hace parte la valoración del paciente, los

diagnósticos de enfermería y la posterior planeación de las intervenciones.

Siendo necesario el planteamiento de prioridades y de objetivos. Para finalmente

ejecutar y evaluar el proceso (García y Casique-Casique, 2011).

Brindar cuidados a estos pacientes es un reto de atención, requiere de un

proceso estructurado y planeado, en el cual el profesional de enfermería

desempeña un papel fundamental. Para ello es necesaria la utilización del

proceso de atención de enfermería como herramienta metodológica en la

atención, ya que facilita el reconocimiento de necesidades y problemas

específicos, así mismo, la interpretación de signos clínicos dentro de un contexto

particular. Esto con la finalidad de proporcionar los mejores cuidados con alto

sentido humano, recuperando el estado de salud y calidad de vida (Carreño,

2012).

Cadena (2009), sustentado con la teoría del déficit de autocuidado de

Dorothea Orem, permite relacionar el cuidado del niño en el postoperatorio

cardiovascular con la práctica de la disciplina de enfermería. Las variables que

se tienen en cuenta para valorar el paciente son los requisitos de autocuidado,

desarrollo y desviación de la salud. Logrando identificar el déficit y capacidades

del paciente y su familia, con la final aplicación metodológica del proceso de

atención de enfermería.

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6.4.1.1 Plan de cuidados en la transposición de grandes arterias

Específicamente en la transposición de grandes arterias, se presenta una

alteración que consiste en que la aorta y la pulmonar emergen del ventrículo no

indicado. La aorta sale del ventrículo morfológicamente derecho y la pulmonar

sale del ventrículo izquierdo, conectados a sus respectivas aurículas. El

tratamiento quirúrgico se divide en técnicas paliativas como atrioseptostomía o

Raskhind para facilitar la mezcla o reducir el flujo pulmonar a través de un

cerclaje de la arteria pulmonar. Por su lado, las técnicas correctivas son

fisiológicas como Mustard, Senning o anatómicas como Rastelli y Jaténe (Pérez,

2015).

Con relación con el plan de cuidados en el postoperatorio inmediato debe

centrarse en las posibles complicaciones, el manejo de ventilatorio, de líquidos

y el control de factores que pueden generar infección. Estar atentos a las señales

de complicación, cambios en las presiones, el sangrado y el soporte respiratorio

que se le brindará al paciente. Las intervenciones deben estar encaminadas al

control de eventos que puedan afectar la estabilidad del paciente (Pérez, 2015).

En el postoperatorio de Fístula sistémica pulmonar modificada, en un

agente con déficit de autocuidado, del tipo de la transposición de grandes

arterias. Se aplicó un instrumento de valoración con el enfoque teórico de

Dorothea Orem, detectando las necesidades del niño. En este se tiene en cuenta

los requisitos de desviación de la salud y de autocuidado, los cuales incluyen el

aire, agua, alimentos, eliminación, actividad y reposo. Además, la interacción

social, peligros para la vida y normalidad (Cadena, 2009).

En esta, se debe valorar el estado respiratorio del paciente y la necesidad

de soporte de oxigenoterapia, las infusiones que se le administran, hidratación y

condición hemodinámica. Sin omitir la antropometría, el tipo de nutrición y la

eliminación, el estado del sistema osteomuscular y actividad, siendo importante

la tranquilidad y el confort del niño, evaluando los efectos de la sedoanalgesia.

Adicional, es necesario detectar los factores de riesgo y peligros a los que se

enfrenta el paciente para intervenir de manera oportuna (Cadena, 2009).

Posterior a la valoración, se desprenden los siguientes diagnósticos de

enfermería e intervenciones según Cadena (2009): Déficit de volumen de

líquidos relacionado con la pérdida excesiva de fluidos a través de vías

anormales y uso de diuréticos, donde las principales intervenciones son reponer

volumen, llevar un balance de líquidos y valorar constantes vitales. Además del

control de laboratorio de electrolitos y hemograma.

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Este mismo autor presenta el diagnóstico de “Disminución del gasto

cardíaco relacionado con alteraciones de la precarga". Las principales

intervenciones están encaminadas a la hidratación, administrando soluciones

coloides, con cristaloides y hemoderivados. Así mismo, es necesario monitorizar

el estado ácido-base e hidroelectrolítico, a través de pruebas de laboratorio.

Además de detectar alteraciones en el patrón respiratorio secundarias a

congestión pulmonar tras la administración de volumen, y brindar oxígeno para

mantener SaO2 > 80% previniendo hipoxia tisular (Cadena, 2009). Entre otros

diagnósticos y cuidados enfocados al manejo de la vía aérea, el control de la

temperatura y el riesgo de infecciones. Donde las intervenciones que se le

realicen al niño estarán basadas en la anticipación y la observación permanente.

Las principales actividades de cuidado son la monitorización continua

invasiva, la detección temprana y registro de arritmias, valorar signos de bajo

gasto cardíaco y control de le líquidos administrados y eliminados, con una

restricción hídrica de 50% para el primer día del postoperatorio, segundo día con

75% y tercer día con 100%. Adicionalmente pasar sonda vesical si no la tiene,

controlar el sangrado y tener succión permanente de los tubos de drenaje (Pérez,

2015)

En este caso la hidratación o restricción hídrica va a depender de la

presencia de signos de sobrecarga hídrica en el paciente o signos de

deshidratación, por lo tanto, es necesario de un análisis profundo del estado

hemodinámico del paciente para aplicar las actividades de cuidado

recomendadas por estos dos autores sobre el manejo de líquidos. Asimismo, es

fundamental valorar la función renal y la administración de inotrópicos.

Con relación al componente respiratorio, con el diagnóstico de enfermería

de deterioro de intercambio gaseoso, las intervenciones son de manejo

ventilatorio, de acido básico, de la vía aérea, monitorización respiratoria,

aspiración de la vía aérea y ventilación mecánica. En este caso, las actividades

de cuidado están encaminadas al manejo dinámico del ventilador, manejando un

volumen corriente y PEEP alto (Pérez, 2015).

Otro asunto importe en este postoperatorio especifico, es la necesidad de

solicitar y facilitar la monitorización de la función cerebral por medio de un

electroencefalograma ampliado y la imagen cerebral a pie de cama, dado el

riesgo de isquemia que supone la traslocación de las arterias coronarias, por lo

tanto, esta medida es obligatoria (Rodríguez et al., 2018).

Finalmente, tras la cirugía cardiaca, la mayoría de los pacientes requieren

mantenerse con el esternón abierto o la piel afrontada con una membrana de

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politetrafluoroetileno, el esternón se suturará posteriormente, cuando el paciente

se encuentra estable y el proceso inflamatorio ha disminuido. La participación

del profesional de Enfermería es la piedra angular en el cuidado posquirúrgico,

ya que su conocimiento y competencias, son fundamentales (Cadena et al.,

2013).

6.4.1.2 Plan de cuidados en el posoperatorio de Interrupción de arco

aórtico.

En el análisis del plan de cuidados en el postoperatorio de corrección de

interrupción de arco aórtico en niños, la arteria aorta se caracteriza por la pérdida

de su continuidad entre la ascendente, transversa y descendente, estas quedan

unidas al ductus arterioso y, por lo tanto, a la pulmonar. Con relación a la

corrección quirúrgica, esta consiste en la reconstrucción del arco aórtico, el cierre

del ductus y de la CIV con parche. En dicho caso se debe propender un gasto

cardiaco adecuado (Malpica, 2015).

El mismo autor (2015) aborda esta patología de manera integral, propone

diferentes diagnósticos, posterior a una completa valoración, entre los cuales se

resalta el deterioro en el intercambio gaseoso con relación a la hipertensión

pulmonar, donde la principal intervención es el control de la oxigenación.

También es posible que se presente alteración en el gasto cardíaco relacionado

con la disfunción ventricular, siendo necesario intervenir el estado de la precarga,

poscarga y contractilidad.

Este autor propone, además, el diagnóstico alto riesgo de arritmias,

teniendo relación en muchos con desórdenes electrolíticos, siendo importante el

control de valores en sangre, reponer alteraciones y monitorizar el trazado

electrocardiográfico. Por otro lado, estos niños tendrán alto riesgo de déficit de

volumen de líquidos si presentan hemorragias, por lo cual estas deben ser

controladas. En cuanto a la función renal afectada por los episodios de hipoxia y

sobrecarga hídrica, señala como diagnóstico la alteración de la eliminación por

la disminución del flujo sanguíneo renal, donde es importante un control estricto

del balance de líquidos, gasto urinario y uso de diuréticos (Malpica, 2015).

Este niño también tendrá un alto riesgo de infección relacionado con el

procedimiento quirúrgico e invasiones, por lo tanto, las actividades deben estar

encaminadas a la prevención, aplicando medidas que eviten la colonización

bacteriana, como el lavado de manos, valorando signos y síntomas de infección,

además de la monitorizando heridas, acceso y drenajes (Malpica, 2015).

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Es por esto muy importante que el profesional de enfermería determine

las principales necesidades de intervención que requiera el paciente, a partir de

planes de cuidado específicos, encaminados a controlar desviaciones de la

salud. Evitando complicaciones que deterioren el estado paciente, de la

observación, anticipación e intervención de enfermería dependerá en gran

medida la recuperación del niño.

6.4.1.3 Plan de cuidados en el posoperatorio de drenaje anómalo total.

Con relación a la cardiopatía de drenaje anómalo pulmonar total, donde

la sangre oxigenada retorna desde los pulmones a la aurícula derecha o a una

vena que fluye hacia el ventrículo derecho y no al lado izquierdo del corazón.

Siempre requiere un tratamiento quirúrgico, donde en el postoperatorio se puede

presentar bajo gasto cardiaco por falla cardiaca izquierda, requiriendo restricción

hídrica, control del dolor guiado por objetivos y siendo necesario optimizar la

ventilación (Monroy, 2015a).

En el postoperatorio inmediato presentan hipertensión pulmonar, por lo

que es importante monitorizar con línea arterial pulmonar, minimizando el riesgo

de mortalidad. Es recomendable sedar y relajar el niño, además de estar atentos

a signos de hipertensión pulmonar, dado, que es muy probable que se presenta,

por lo tanto, está indicado el uso de óxido nítrico y la milrinona (Monroy, 2015).

También es importante el manejo de las arritmias, ya que es probable que

se presente, por lo tanto, se debe evaluar su presencia, administrara

antiarrítmicos, y el manejo del marcapasos (Monroy, 2015).

Las principales complicaciones que se pueden presentar durante la

atención de enfermería son la ansiedad y temor de la familia por

desconocimiento, riesgo de perfusión tisular ineficaz y bajo gasto cardíaco,

alteración neurológica, respuesta inflamatoria, riesgo de infección y hemorragia

(Monroy, 2015). Estas deben ser abordadas de manera integral, controlando los

factores desencadenantes.

6.4.1.4 Plan de cuidados en el posoperatorio de atresia tricúspidea.

En la atresia tricúspide, definida como la ausencia de conexión de la

aurícula y ventrículo derecho, los niños requieren varias cirugías. Inicialmente

implantando una fístula sistémico pulmonar. Y en los niños menores de tres

meses que presentan saturaciones de oxígeno por debajo de 74%, de 2-4 años

se realiza un Glenn bidireccional, hasta llegar al Fontan (Garzón, 2015a).

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En el postoperatorio inmediato de la fístula es importante brindar el aporte

hídrico necesario para mantener un gradiente de presión funcional y está

indicada la extubación temprana. Por su parte, el Glenn bidireccional es bien

tolerado y se deben valorar las posibles complicaciones tales como el sangrado,

derrame pleural, quilotórax y el síndrome de vena cava superior. En el

posquirúrgico del Gleen se debe mantener la cabecera de la cama a 30 grados,

mejorando el drenaje venoso, también está indicada la extubación temprana,

porque facilita el flujo anterógrado hacia la circulación pulmonar (Garzón, 2015a).

Los principales diagnósticos de enfermería que propone dicho autor están

enfocados al manejo del dolor y el disconfort. Por otro lado, estos niños pueden

presentar un bajo gasto cardiaco relacionado con complicaciones como la

hipovolemia, arritmias y alteraciones de la poscarga, tendrán un riesgo inminente

de sangrado y conjuntamente de desequilibrio de volumen de líquidos. También

deterioro en el intercambio gaseoso con relación a alteraciones en la ventilación

perfusión (Garzón, 2015a).

Algunas intervenciones son el manejo ambiental: confort, manejo del

dolor, administración de analgésicos y monitorización neurológica. Asimismo, la

monitorización hemodinámica, de líquidos y electrolitos, cuidados cardiacos,

manejo de arritmias, regulación hemodinámica y manejo de la medicación.

Además, monitorización respiratoria, oxigenoterapia y cuidados con los drenajes

torácicos(Garzón, 2015).

Sí al paciente se le realiza la fístula sistémico pulmonar, esta normalmente

no presenta complicaciones, se debe auscultar para evaluar su permeabilidad,

esta indicada la extubación temprana.

En cambio, después de la cirugía de Fontan y sus modificaciones no se

descartan complicaciones. En el postoperatorio inmediato se debe mantener la

cabecera de la cama elevada a 30 grados para facilitar el drenaje venoso,

favorecer la extubación temprana para retornar las presiones intratorácicas

avalores negativos durante la inspiración facilitando el flujo hacia la circulación

pulmonar (Garzón, 2015) Siendo importante la aplicación de dicho conocimiento

en el cuidado de estos niños en la unidad de cuidado intensivo.

6.4.1.5 Plan de cuidados en el posoperatorio de truncus arterioso.

El truncus arterioso se caracteriza por la presencia de una sola arteria que

sale del corazón dando origen a las arterias coronarias, pulmonares y a la aorta

ascendente. El tratamiento es quirúrgico y se realizará bajo circulación

extracorpórea con protección cerebral. El paciente en el postoperatorio se debe

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sedar y relajar, evaluando de manera constante el estado neurológico. Necesita

monitoria invasiva de presión arterial, de la arteria pulmonar y de la aurícula

izquierda. Además, se ventilará con fio2 alta más óxido nítrico, tendrá soporte

inodilatador, vasopresor e inotrópico. También es necesario manejar la falla renal

y los trastornos electrolíticos. Normalmente estos pacientes tendrán cierre de

tórax diferido, drenaje pleural y a mediastino (Garzón, 2015b).

El plan de cuidados debe ser minucioso, con intervenciones dirigidas al

control de los tubos de drenaje, la mínima manipulación para evitar las crisis

hipertensivas y el manejo ventilatorio con fio2 alta y óxido nítrico a 20 ppm. Es

además importante evaluar e informar los signos de bajo gasto y la observación

estrecha de los valores de presión arterial, esto para determinar el manejo

vasodilatador e inotrópico. Siendo el inodilatador mandatorio para disminuir la

presión pulmonar, por lo cual es importante una buena hidratación aumentando

el volumen de líquidos compensando la hipotensión refractaria (Garzón, 2015b).

Dado que es un paciente que fue sometido a circulación extracorpórea,

se deben evaluar y corregir estrictamente los valores de electrolitos, de esta

manera se evitan complicaciones del ritmo y de conducción. Además, importante

la valoración clínica y la observación del electrocardiograma. Por otra parte, se

debe propender la protección renal a través del manejo de la volemia y

administración de diuréticos, favorecer el equilibrio en la ventilación perfusión, lo

cual se logra monitoreando la respuesta respiratoria del paciente y manejando la

vía aérea a necesidad, más específicamente, con el correcto control de las crisis

de hipertensión pulmonar (Garzón, 2015b).

Es importante la valoración de los signos de bajo gasto y el deterioro en

el intercambio gaseoso, se deben administrar cristaloides a 10 mililitros por

kilogramo de peso e inicio de diálisis peritoneal en algunos casos. Es vital el

manejo del marcapasos y tener el equipo y entrenamiento para la cardioversión.

Puede ser necesaria la administración de protamina y ácido tranexámico si hay

trastornos del calcio de manera profiláctica, se debe instalar calcio en infusión

por vía central a 10 mg/k/h como inotrópico. Necesitará control de la

metahemoglobinemia, administrar vasodilatadores y manejo dinámico de

parámetros ventilatorios. (Garzón, 2015b)

6.4.1.6 Plan de cuidados en el posoperatorio de paciente con ventrículo

izquierdo hipoplásico.

El ventrículo izquierdo hipoplásico, es una cardiopatía congénita muy

compleja es un conjunto de alteraciones en las cavidades izquierdas del corazón

con obstrucción del flujo de salida del ventrículo izquierdo. Requiere varias

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intervenciones para su corrección e inclusive progresar hasta el trasplante

cardiaco (Pérez, 2015).

Los objetivos en el postoperatorio del Norwood son optimizar el gasto

cardiaco, teniendo la presión arterial media de 50-60 mmHg con el uso de

dopamina, norepinefrina, adrenalina y en algunos casos vasopresina. La presión

venosa central debe estar entre 6-12 mmHg asegurando adecuada precarga,

pudiendo requerir bolos de albúmina al 5% y cristaloides. El gasto urinario

indicado, es superior a 1 ml/KG/H, a través de hidratación, uso de diuréticos e

incluso de diálisis peritoneal. Se debe favorecer un hematocrito mayor a 42%,

saturación arterial de oxígeno entre 75-80%, y saturación venosa 45-55% y, el

lactato como indicador de perfusión tisular inferior a 4 mmol/l (Pérez, 2015).

Los principales diagnósticos de enfermería están relacionados con el

manejo de la ventilación, la perfusión adecuada, del dolor, de los líquidos y la

protección. En las alteraciones de la oxigenación, ante situaciones de hipoxemia

se deben descartar alteraciones pleuropulmonares. Por otro lado, brindar un

manejo adecuado de la sedación para evitar aumentos súbitos de la presión

pulmonar (Pérez, 2015).

En el caso que se presenten aumentos de la saturación es necesario

descartar edema pulmonar por aumento del flujo pulmonar, los aumentos en la

PEEP son efectivos para su manejo. Ante la sobre circulación pulmonar se deben

instaurar medidas que aumenten la resistencia vascular pulmonar, como permitir

un aumento CO2 entre 40-50 mmHg, disminuyendo frecuencia respiratoria, el

volumen tidal y la fio2 (Pérez, 2015).

Por otro lado, en el aumento de la saturación venosa por encima de 60%,

es recomendable aumentar las resistencias vasculares sistémicas con

inotrópicos y disminuir las resistencias pulmonares con el óxido nítrico. También

puede ser efectivo favorecer la alcalosis respiratoria, a través del aumento de la

frecuencia respiratoria y mantener una adecuada sedación, evitando la

sobreestimulación, además de administración de bicarbonato y milrinone (Pérez,

2015).

En las alteraciones del gasto cardiaco se debe hacer control de

complicaciones tales como el sangrado, el taponamiento cardiaco, arritmias,

hipovolemia y presencia de falla cardíaca. Las alteraciones neurológicas deben

ser evaluadas a través de la respuesta pupilar, palpando las fontanelas y con la

disminución temporal de la sedación. El uso de la sedación debe estar mediado

por objetivos y dirigido por enfermería, valorando signos de abstinencia con el

consecuente manejo de los síntomas (Pérez, 2015).

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Carreño (2011) también destaca el proceso de atención de enfermería

bajo el enfoque de Henderson. En la valoración de enfermería se detectan varias

alteraciones en el niño, entre ellas, de la oxigenación, la nutrición, hidratación y

la eliminación, además del descanso y el sueño, estos evaluados con la escala

de Ramsay. Los principales diagnósticos de enfermería son deterioro del

intercambio gaseoso con relación al flujo sanguíneo alterado y la limpieza

ineficaz de las vías aéreas. También el exceso de volumen de líquidos por el

compromiso de mecanismos reguladores como la falla renal, y el afrontamiento

familiar comprometido por el proceso de enfermedad del niño.

6.4.1.7 Plan de cuidados en el posoperatorio de tetralogía de Fallot.

En la tetralogía de Fallot los pacientes presentan una combinación de

cuatro defectos congénitos que afectan la estructura del corazón y la manera en

la que la sangre fluye a través de este. Esos defectos son la comunicación

interventricular, la estenosis pulmonar, la hipertrofia ventricular derecha y la aorta

desplazada. A estos niños se les debe operar y realizar una reparación

intracardiaca completa que incluye corrección de CIV, infundibulotomia derecha

y parche de pericardio transanular en el tronco de la arteria pulmonar (Blanco,

2015).

En este caso el proceso de atención de enfermería debe estar

encaminado a optimizar el gasto cardiaco, corregir hipotermia, mantener

permeabilidad de tubos torácicos, facilitar la extubación precoz, proporcionar

comodidad, apoyo emocional y control de complicaciones. Es importante hacer

un examen físico completo, realizando valoración por patrones funciones y

realizar un plan de cuidados de enfermería individualizado (Almache et al., 2018).

Almache et al., (2018) señalan como principal diagnóstico el patrón

respiratorio ineficaz con relación a malformación congénita o cirugía cardiaca,

como lo evidencia la dificultad respiratoria y secreciones espesas, que presentan

estos pacientes. En cuanto a las intervenciones es importante el manejo

respiratorio, donde las principales actividades son mejorar la posición, controlar

secreciones y administrar oxígeno.

El ideal del manejo postoperatorio es el empleo de milrinona o

dobutamina, es posible que requieran una precarga alta para mejorar el gasto

cardiaco, pero se debe titular muy cuidadosamente los bolos de líquidos para

evitar una sobre distensión de la fibra miocárdica. Estos pacientes deben ser

extubados precozmente en la UCI o en la sala de cirugía. Algunos pacientes van

a presentar disfunción del ventrículo izquierdo y necesitan el uso de

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50

medicamentos vasoactivos tipo epinefrina o norepinefrina. Si la ampliación del

tracto de salida es satisfactoria no existe ninguna contraindicación para su uso

(Cassalett, 2016).

6.4.1.8 Plan de cuidados en el posoperatorio de cirugía de Fontan.

Por otra parte, la cirugía de Fontan no es un procedimiento específico

para una sola patología. Es una alternativa quirúrgica que separa la circulación

pulmonar de la sistémica. El manejo postoperatorio está dirigido a optimizar el

gasto cardíaco con la menor presión venosa central posible y el control de

complicaciones. Los principales diagnósticos de enfermería están relacionados

con la necesidad de respiración, comodidad y estabilidad hemodinámica.

Además, el manejo de la volemia, el gasto cardiaco, el equilibrio ventilatorio y de

perfusión (Sánchez et al., 2008).

Con relación a la sedación, el intercambio gaseoso y la estabilidad

hemodinámica las principales intervenciones son las de aplicar las escalas que

evalúen la sedación y el estado neurológico. Además, el manejo y cuidados

generales de la vía aérea, con búsqueda activa líquido en cavidad pleural o

peritoneal, ya que esto puede afectar el intercambio gaseoso (Sánchez et al.,

2008).

En cuanto al manejo de la volemia es mandatorio el monitoreo

hemodinámico invasivo, a través de accesos centrales, administrando líquidos y

medicamentos según necesidades. Para sostener el gasto cardiaco es necesario

el manejo dinámico de inotrópicos y controlar la diuresis (Sánchez et al., 2008).

6.4.2 Intervenciones de enfermería en el posoperatorio inmediato.

El objetivo de analizar de manera crítica las intervenciones de enfermería

en el cuidado del paciente pediátrico en el postoperatorio de cardiopatías

congénitas cianosantes permite crear pautas de manejo y de control de

complicaciones. Esto para disminuir la variabilidad en el manejo de los niños en

el postoperatorio inmediato de cirugía cardiaca, mejorar resultados y evitar

complicaciones. Además, resaltar el trabajo conjunto del equipo de terapia

intensiva cardiovascular y fomentar el liderazgo y la formación continua,

impactando en el cuidado de estos pacientes.

Se abordarán tópicos tan importantes como la corrección de la hipotermia,

la valoración del sangrado, el manejo de líquidos, de la nutrición, del dolor y el

tratamiento farmacológico de frecuente uso en estos pacientes.

Page 51: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

51

6.4.2.1 Corrección de la hipotermia.

Sánchez (2007), menciona que los pacientes con cardiopatías congénitas

cianosantes que son sometidos a circulación extracorpórea, generalmente a su

ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos lo hacen con temperaturas inferiores

a 36 °C, lo que contribuye a deprimir la contractilidad miocárdica, a aumentar la

vasoconstricción periférica y con ello al aumento de la resistencia vascular

periférica.

Los cuidados de pacientes que son operados de cardiopatías congénitas

cianosantes, están dirigidos a aumentar gradualmente la temperatura corporal y

se debe realizar: según Sessler (2016), la medición de temperatura corporal se

realiza usando medición en piel y de también origen central, promoviendo que

no se presente un gradiente térmico mayor a 1 - 2 ° C, uso de sábanas térmicas

dependiendo de los recursos y de compresoras de aire caliente, calor radiante o

con los recursos con los que se cuente institucionalmente, siempre asegurando

la integridad del paciente.

6.4.2.2 Valoración del sangrado.

Los pacientes con cardiopatías congénitas tienen factores predisponentes

a sangrado postoperatorio. A pesar de que los avances en la cirugía

cardiovascular pediátrica han disminuido la mortalidad y morbilidad, el sangrado

postoperatorio quirúrgico aún presenta un reto en el manejo postoperatorio

(Cassalett, 2016d).

Cassalett además brinda recomendaciones prácticas para el manejo del

sangrado postoperatorio:

Se deben establecer unos límites de sangrado permitido durante las

primeras horas postoperatorias de acuerdo con la volemia. Se sugiere

establecer los siguientes límites como criterio de reintervención: Primera

hora máximo 10% de la volemia, segunda hora 8% de la volemia, tercera

hora 6% de la volemia y cuarta hora 5% de la volemia. Cualquier paciente

que en los primeros quince minutos tenga un sangrado mayor del 55 %

de la volemia, la presencia de sangrado arterial por los drenes del tórax o

mediastino es criterio de reintervención. Ante la presencia de sangrado al

ingreso a la UCI se be tomar de inmediato niveles de ACT, si se encuentra

prolongado se puede administrar una dosis de protamina de 1 mg/kg

máximo 50 mg. Ante la presencia de un paciente con una rata de

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52

sangrado alta que súbitamente deja de sangrar, sospechar obstrucción de

los drenajes. Esto no es inusual después de la administración de ácido

tranexámico. Si presenta elevación de las presiones de llenado con caída

de la tensión arterial hay un taponamiento cardiaco inminente y se debe

intentar remover los coágulos con una sonda de Forgarty mientras el

paciente es llevado a cirugía, iniciar una infusión de adrenalina

inmediatamente. (Cassalett, 2016d)

Con relación a los tubos de drenaje obstruidos Sánchez enuncia que:

El asegurar la permeabilidad de estos dispositivos evita la acumulación

de líquido en la cavidad mediastinal y el taponamiento cardíaco, las

técnicas de permeabilización siempre son un tema controversial, sin

embargo, entre las más utilizadas se encuentran la técnica de ordeñado

y la de desplazamiento del coágulo mediante dos pinzas Rochester. En

este rubro cobran importancia los resultados de laboratorio que se

obtuvieron al ingreso, pues al valorar las características y cantidad de

líquido drenado deberán cotejarse los resultados para descartar

sangrados por déficit de algún componente sanguíneo; esto a su vez

influye en la participación de enfermería en la transfusión de

hemoderivados y con ello la necesidad de monitorear signos de

reacciones postransfusionales, las cuales se presentan en el 10% de los

pacientes receptores de sangre o de algún hemoderivado. (2007, p. 52)

6.4.2.3 Manejo de líquidos.

La sobrecarga de líquido se asocia con resultados subóptimos en los

lactantes después de la cirugía cardíaca, a menudo acompaña a una lesión renal

aguda significativa, requerimiento de terapias de reemplazo renal y se ha

correlacionado con resultados deficientes y una mayor mortalidad. En ese

sentido, es un predictor de mortalidad independiente de la gravedad de la

enfermedad. Para los supervivientes, se relacionado con el aumento de la

duración de la ventilación mecánica, la estancia prolongada en cuidados

intensivos y en el hospital y el tiempo de recuperación renal (Loscalzo, 2011).

Cassalett menciona:

Que los pacientes que son sometidos a circulación extracorpórea reciben

un volumen grande de líquidos durante el acto quirúrgico, antes de salir

de cirugía se usa hemofiltración convencional y hemofiltración modificada,

a pesar de esto y el control estricto de líquidos durante la cirugía, la

mayoría de estos pacientes están hipovolémicas al llegar a la UCI. El

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53

manejo de líquidos en la UCIP se basa en la restricción hídrica en mayor

o menor proporción dependiendo del estado del paciente, los cambios

hemodinámicos producidos por la cirugía le dificultad al corazón el manejo

adecuado de la volemia.

Se debe hacer un control estricto de líquidos y electrolitos, dependiendo

de la glucometría al ingreso se recomienda el empleo de soluciones

dextrosa al 5% o 10%. Las recomendaciones del manejo de líquidos es el

siguiente: Para pacientes recién nacidos a preescolares (hasta 12

kilogramos de peso corporal o dos años): Sin circulación extracorpórea:

Postoperatorio inmediato y primer día postoperatorio: Dextrosa al 5% o

10% 1000-1200 ml/m2 de superficie corporal. Sodio 20-40 mEq/m2/día,

potasio 20 mEq/m2/día, calcio100 mg/kg de gluconato de calcio,

magnesio 25-50 mg/kg de sulfato de magnesio. Posoperatorio inmediato:

DAD al 5% o 10% 1000 ml/m2de superficie corporal, sodio 20

mEq/m2/día, potasio 10 mEq/m2/día, calcio100 mg/kg/día de gluconato

de calcio máximo 1000 mg, magnesio 25-50 mg/kg. (2016b, pp.)

Los pacientes con presiones de llenado (PVC-PAI) bajas, taquicardia

sinusal y signos de hipoperfusión o hipotensión se podría usar bolos de 5 a 10

mililitros por kilo. El tipo de líquido a usar en estos bolos dependerá de la

fisiología del postoperatorio, del hematocrito, del estado de coagulación y de los

líquidos que se estén perdiendo. Si el hematocrito es adecuado y el sangrado es

adecuado entonces se pueden usar cristaloides o coloides. Si el paciente está

anémico sin sangrado se podría considerar transfusión. Si el paciente está

anémico, pero está sangrando además de transfundir con glóbulos rojos y

reponer volumen con cristaloides se debe considerar transfundir con plasma,

crioprecipitados o plaquetas según perfil de coagulación (Cassalett, 2016c).

En las primeras 12 horas de cirugía el gasto urinario se puede esperar

que sea 1 a 2 ml/k/h, luego de estas 12 horas el gasto urinario puede bajar un

poco y puede ser el momento para iniciar el uso de diuréticos. Se recomienda

usar furosemida 1 o 2 mg/k o infusiones continuas de 0.1 a 0.5 mg/k/h (Cassalett,

2016c).

Es fundamental la participación de enfermería en la realización de un

balance hídrico estricto y conteo del gasto urinario hora a hora, para determinar

las necesidades del paciente con relación a la fisiología del posoperatorio.

Page 54: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

54

6.4.2.4 Manejo nutricional.

Valencia y Cassalett (2016) mencionan que la desnutrición es un

desorden relacionado con todos los sistemas, que afecta la función del corazón,

respiratoria, la inmunocompetencia, la cicatrización y la función gastrointestinal.

Puede causar tanto compromiso que inclusive la desnutrición leve o moderada

aumenta la morbilidad y mortalidad, por lo tanto, el soporte nutrición debe ser

prioridad en el postoperatorio.

Las metas en el soporte nutricional en la unidad de cuidados intensivos

son las de minimizar los efectos deletéreos del aumento de metabolismo y el

catabolismo inducido por el estrés de una cirugía mayor o la enfermedad crítica

y promover mejores resultados nutricionales (Valencia y Cassalett, 2016).

Las complicaciones esplácnicas derivadas de disminuir y/o aumentar los

tiempos en el inicio de nutrición, son la isquemia mesentérica no- oclusiva, la

colestasis, hepatitis isquémica, insuficiencia hepática aguda, pancreatitis, la

enteropatía perdedora de proteínas, hemorragias, gastritis y úlceras por estrés

(Valencia y Cassalett, 2016).

Si no hay contraindicación absoluta se debe preferir la alimentación

enteral, estableciendo las barreras para esta. Es recomendable un protocolo de

nutrición enteral con las estrategias para facilitar y las indicaciones para nutrición

parenteral (Valencia y Cassalett, 2016)

Por otro lado, la hipoalbuminemia es un predictor bien reconocido del

riesgo quirúrgico general. Factores como la nutrición, los factores no

nutricionales como la inflamación crónica, las infecciones, las lesiones hepáticas

y renales, la función gastrointestinal alterada. Además, el aumento de la presión

del corazón derecho, la dilución por sobrecarga de líquidos y los medicamentos

pueden influir en la concentración de albúmina sérica. Es importante resaltar

que estos estados se encuentran con frecuencia en pacientes con cardiopatía

congénita cianótica y en respuesta a la circulación extracorpórea, el aumento de

la cianosis genera deterioro en su estado nutricional (Kapoor et al., 2016).

En conclusión, dentro de los cuidados postoperatorios de cardiopatías

congénitas cianosantes es no se puede perder de vista el componente nutrición,

instaurando tan pronto como sea posible la vía enteral para disminuir de esta

manera complicaciones sistémicas.

Page 55: ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA DEL CUIDADO AL NIÑO EN ...

55

6.4.2.5 Manejo del dolor

La sedoanalgesia tiene como finalidad impactar en la disminución del

dolor producido por el procedimiento quirúrgico al que estos pacientes fueron

sometidos, para de esta manera favorecer la estabilidad hemodinámica. Se

debe evitar la subvaloración del dolor y guiar el tratamiento de acuerdo con las

necesidades del niño (Riaza et al., 2018).

González et al. (2014), señalan que la sedoanalgesia es fundamental,

pero no se deben dejar del lado las medidas no farmacológicas, como aliviar la

ansiedad y el dolor con los masajes, técnicas de relajación, higiene del sueño y

acompañamiento permanente. Así mismo indican que el pobre control del dolor

genera inmunosupresión, coagulopatía, estado catabólico, estrés postraumático

y alteraciones en el neurodesarrollo.

Las estrategias de sedación han experimentado cambios significativos

durante los últimos años, con el uso de escalas de evaluación validadas y

protocolos para promover la terapia ajustada e individualizada. Los protocolos

deben apuntar a una sedación mínima de niños despiertos, sin dolor y tranquilos,

que toleren las diferentes terapias (Hanser et al., 2020).

La sedoanalgesia debe ser guiada por objetivos, la necesidad de tener en

cuenta los efectos adversos de esta, como el síndrome de abstinencia y el

delirium. Por otro lado, recomiendan el uso de las siguientes escalas para valorar

el dolor: Escala FLACC para niños entre 1-3 años y pacientes no colaboradores,

escala multidimensional del dolor 1 mes a tres años, escalas de analgesia para

mayores de tres años, escala ESUM y la escala COMFORT (González et al.,

2016; Riaza et al., 2018).

Por otro lado, Horta y Parra con relación a la evidencia disponible sobre

el uso de escalas plantean:

Las escalas disponibles para valorar el dolor del paciente pediátrico en el

posoperatorio de cirugía cardiovascular son: CAAS (Cardiac Analgesic

Assessment Scale), MAPS (Multidimensional Assessment of Pain Scale),

COMFORT, COMFORT-B (Comfort Behavior Scale) y FLACC (Face,

Legs, Activity, Cry, Consolability Scale). Su uso permite una identificación

temprana del dolor y una intervención oportuna para su control, así como

la evaluación periódica de la respuesta al cuidado brindado. Se sugiere el

uso de la escala COMFORT debido a que actualmente es la única

disponible en español. No se puede recomendar una sola medida para

valorar el dolor de todos los niños o en todos los contextos. (2014, p. 133)

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56

Desde la posición de Hanser et al. (2020), se recomienda el uso de la

escala COMFORT B, que es una versión ajustada del puntaje COMFORT

basado en elementos de observación tales como: estado de alerta, calma,

respuesta respiratoria en pacientes ventilados o llanto en no ventilados, tono

muscular, movimiento físico y tensión facial. Un puntaje de 12-18 demuestra un

rango óptimo de sedación, superior a 18 infrasedación y menor de 12 indica

sobre sedación.

Por otro lado, son importante los protocolos con relación al manejo de

dolor, ya que permiten la evaluación de los niveles de sedación y el manejo de

las dosis de medicamentos. Guiados principalmente por personal de enfermería

de cuidados intensivos, quienes evalúan más de cerca y durante más tiempo las

necesidades de los pacientes, debido a la su presencia al lado de la cama

(Hanser et al., 2020). En este sentido, se deben implementar protocolos

estandarizado dirigido por personal de enfermería y dirigido a objetivos para la

analgesia y la sedación para niños en el postoperatorio de cirugía cardíaca.

(Abou Elella et al., 2015).

Los medicamentos más usados en este caso son los sedantes,

analgésicos y relajantes. Dentro de los sedantes se encuentran la ketamina, el

propofol, thiopental, etomidato, dexmedetomidina, midazolam, diazepam e

hidrato de clora. Dentro de los analgésicos los opiáceos y no opiáceos y dentro

de los relajantes, los despolarizantes y no despolarizantes (González et al., 2016;

Riaza et al., 2018)

Horta y Parra afirman que una de las intervenciones de enfermería en el

manejo del dolor es: “promover el uso de la dexmedetomidina como sedante,

debido a que permite alcanzar adecuados niveles de sedación, tiene escasos

efectos hemodinámicos y acorta el tiempo de ventilación mecánica” (Horta y

Parra, 2015).

Con relación a las medidas no farmacológicas en el manejo del dolor, el

papel de la enfermería es fundamental para guiar una terapia individualizada

usando música, técnicas de relajación, juegos o alguna otra actividad. Las

técnicas que se podrían emplear son la realización de masajes y terapias de

relajación, las cuales han mostrado ser positivas, ver videos también, que han

mostrado disminuir los requerimientos de sedación durante procedimientos

como durante la toma de ecocardiogramas. Los beneficios de la música han sido

muy bien documentados, disminuyendo la ansiedad, sedación y promoviendo la

relajación, para de esta manera fomentar un ambiente más confortable y reducir

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57

la necesidad de agentes sedo analgésicos (Horta y Parra, 2015; Staveski et al.,

2018).

Los objetivos de la aplicación de intervenciones para prevenir el delirio en

el niño posoperatorio de cirugía cardiovascular están enfocados a: permitir la

presencia de los padres y brindarles información, brindar confort táctil y verbal.

Es preciso entonces implementar estrategias como, la música familiar, fotos y

juguetes favoritos, mantener horarios de iluminación. Adicional evitar cualquier

factor ambiental o físico que sea corregible y causante de disconfort para los

niños debe ser abordado, junto a la introducción de agentes farmacológicos. Un

patrón normal de sueño debe ser fomentado, se debe dar atención primordial a

la iluminación, el ruido ambiental y la orientación de los pacientes (Horta y Parra,

2015; Riaza et al., 2018).

En esta revisión se evidencia la importancia del disminuir el dolor y

ansiedad en los niños en el postoperatorio inmediato de cirugía cardiovascular,

donde se deben aplicar medias farmacológicas y no farmacológicas para

modularlos. Es fundamental la aplicación de escalas que evalúen el dolor, no se

determina cual se debe usar, instan a un análisis profundo para según el contexto

elegir la que responda a las características de cada paciente. Al identificar

alteraciones es necesario que el personal de enfermería promueva

intervenciones que favorezcan la tranquilidad y el confort.

La nueva evidencia demuestra que los protocolos de cuidado intensivo

para el manejo del dolor deben estar guiados por personal profesional de

enfermería entrenado. Donde según sus valoraciones objetivas se titule la

terapia farmacológica según las necesidades de cada paciente.

6.4.2.6 Tratamiento farmacológico.

El síndrome de bajo gasto cardiaco es una de las principales

complicaciones que se presentan tras la cirugía cardiaca mediante circulación

extracorpórea que conlleva importantes alteraciones hemodinámicas y

fisiopatológicas. Su incidencia en los pacientes pediátricos varía según las

distintas series publicadas. Afecta al menos al 25% de los intervenidos (Pérez,

2017).

El uso de inotrópicos en el paciente postoperado de cirugía cardiovascular

en cardiopatías congénitas cianosantes, se brinda en respuesta al síndrome de

bajo gasto cardiaco, donde se presentan alteraciones de precarga, postcarga,

contractilidad, relajación y/o ritmo cardíaco. El cuidado de enfermería es una

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58

medida de sostén, el cual favorece la disminución del consumo de oxígeno,

ambiente térmico neutro y estabilidad metabólica (Garzón, 2014).

Para el profesional de enfermería la preparación, así como la

administración de medicamentos implica una de las responsabilidades más

importantes. El tratamiento farmacológico está encaminado a mejorar el ritmo, la

función contractilidad cardiaca, la función de los vasos sanguíneos, la presión

arterial y la coagulación de la sangre (Cadena, Teniza, y Olvera, 2013).

Los fármacos más utilizados son la dopamina, dobutamina, adrenalina,

milrinona, norepinefrina, nitroprusiato y nitroglicerina, donde se debe tener en

cuenta el mecanismo de acción, la dilución, perfusión y efectos secundarios

(Pérez, 2017). Las dosis se calculan, en su gran mayoría en mcg/kg/min

(Cadena, Teniza, y Olvera, 2013). Con relación a ese tema, el profesional de

enfermería posee una gran responsabilidad, al ser quien prepara, administra y

titula dichas infusiones, por lo tanto, es necesario un abordaje que permita

conocer las diferentes propiedades farmacológicas, mecanismos de acción y

tecnología aplicada a la seguridad del paciente.

Por otro lado, los efectos hemodinámicos de esos medicamentos se

analizan en la siguiente tabla:

Tabla 1

Los efectos hemodinámicos de los inotrópicos

Fuente: Cadena, Teniza, y Olvera. (2013)

La administración de medicamentos en estos pacientes es de absoluta

competencia para le profesional de enfermería, ya que son de alto riesgo con

estrecho margen terapéutico, por lo tanto, es necesario que este aplica todas las

medidas necesarias para favorecer la calidad y seguridad en el cuidado del

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59

paciente. Este es un tema amplio y valioso en el cuidado postoperatorio por lo

cual requiriere mayores investigaciones y un acercamiento más profundo.

6.5. COMPLICACIONES.

El personal de enfermería debe tener la capacidad de detectar

complicaciones reales y anticipar aquellas de riesgo como disfunciones

ventriculares, sobrecarga hídrica, alteraciones del equilibrio ácido base,

sangrado, alteraciones del ritmo y/o conducción, alteraciones pulmonares como

atelectasias, neumotórax e hipertensión pulmonar (Monroy, 2015a).

Con base a Cassalett (2016c) las principales complicaciones que se

deben tener en cuenta son:

● Hemodinámicas: Aumento del agua corporal total, disminución del

volumen sanguíneo circulante, edema miocárdico, isquemia miocárdica y

disfunción ventricular.

● Respuesta inflamatoria sistémica: Daño endotelial, aumento de la

permeabilidad vascular, activación del complemento, aumento de mediadores

inflamatorios (tromboxano, citokinas, PGs), aumento de la agregación

plaquetaria.

● Hematológicas: Hemodilución (disminución de factores de coagulación) o

hemoconcentración, sangrado (anemia), trombocitopenia y disminución de la

adhesividad plaquetaria, hemólisis (hemoglobinuria), aumento de la fibrinólisis

● Metabólicas: acidosis metabólica, hipo o hiperglucemia, hipo o

hipernatremia, hipo o hiperkalemia, hipocalcemia.

● Respiratorias: Edema pulmonar, disminución de la compliance pulmonar,

disminución de la capacidad residual funcional, aumento de RVP y D (A-a)02

● Renales: Disminución de la filtración glomerular, aumento de las

resistencias sistémicas; aumento de renina, angiotensina, vasopresina y

catecolaminas.

● Infecciosas: Sepsis relacionadas con catéter, neumonía asociada al

ventilador, mediastinitis y enterocolitis necrotizante.

● Hiperlactatemia: los niveles de lactato son indicadores valiosos en el

período después de la cirugía cardíaca pediátrica. El enfermero de cuidados

críticos debe ser consciente de las implicaciones del aumento de los niveles de

lactato y alerta a la descompensación inminente o lesiones en esta población

vulnerable. Los datos disponibles sugieren que las mediciones de lactato en serie

pueden ser útiles evaluación clínica y la consideración de factores de riesgo para

predecir o disminuir complicaciones (Draben, 2018).

La hiperlactatemia, a menudo se asocia con alteraciones en la perfusión

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tisular, un mayor riesgo de complicaciones en el período postoperatorio y

mortalidad del paciente. La medición es fácil y no invasiva para obtener datos

útiles sobre un deterioro clínico inminente en un paciente aparentemente estable

(Draben, 2018).

Lo expuesto por Casalett, hace referencia a la realidad del paciente en

unidades de cuidado intensivo y con mayor número de complicaciones o efectos

desafortunados derivados de la presencia de una complicación, siendo en mayor

proporción en pacientes operados de cardiopatías congénitas.

6.6 OXIGENACIÓN POR MEMBRANA EXTRACORPÓREA

Los niños en el postoperatorio inmediato de corrección o paliación de

algún tipo de defecto congénito cianosante son inestables hemodinámica y

respiratoriamente, por lo cual tienen necesidad de soportes especiales para

sobrevivir, ya que el abordaje quirúrgico es en general complejo requiriendo

circulación extracorpórea para corregir los diferentes defectos. Muchos

pacientes lograrán estabilizarse, por el contrario, otros necesitarán soporte de

oxigenación por membrana extracorpórea en la unidad de terapia intensiva con

el cuidado permanente el personal de enfermería especialista en el tema o

perfusionistas.

Como indica Cassalett (2016d) la oxigenación por membrana

extracorpórea (ECMO) es un soporte derivado de la circulación extracorpórea,

para proveer apoyo cardíaco y de intercambio gaseoso. Esta terapia mejora la

ventilación-perfusión, disminuye el trabajo del corazón y/o pulmón y la necesidad

de soporte inotrópico. Es una forma de brindar soporte cardiopulmonar de

manera prolongada.

Los componentes del circuito incluyen una cánula venosa en la aurícula

derecha o vena cava, un reservorio venoso y un oxigenador de membrana.

Además, un intercambiador de calor, una bomba, un microfiltro y una cánula

arterial. Las cánulas se aseguran en su lugar con suturas en jaretade de prolene

(Ailawadi & Zacour, 2009).

Dicha terapia está indicada como apoyo cardiaco para condiciones

reversibles, tales como choque postcardiotomía, intervenciones arteriales y

coronarias intracardiacas de alto riesgo. Además, como apoyo respiratorio tras

la reanimación. Por otro lado, la canulación puede ser veno - venosa si el

requerimiento de soporte es pulmonar o veno-arterial si es cardiaco y de

oxigenación (Ailawadi & Zacour, 2009).

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61

Para detectar de manera rápida la necesidad de esta terapia existen

distintos marcadores pronósticos postoperatorios, los más conocidos son la

saturación venosa de oxígeno y el lactato sérico. Y entre las variables que tiene

mayor poder predictivo de mortalidad son el tiempo de circulación extracorpórea

durante la intervención quirúrgica y la puntuación inotrópica. Además, el lactato

venoso al ingreso del paciente, la velocidad de aumento de este, el pico y el

tiempo de hiperlactatemia (García-Hernández et al., 2012).

Estos autores además indican que los pacientes que la van a necesitar

son aquellos que hayan precisado un tiempo de circulación extracorpórea mayor

de 149 minutos, un lactato al ingreso ≥ 5,8 mmol/l y un pico de 7 mmol/l. Por

ende, estos pacientes tienen altas probabilidades de fallecer, siendo necesario

estar alerta para iniciar de manera precoz dicho soporte, antes de que la

situación sea irreversible (García-Hernández et al., 2012).

En este sentido, el éxito de la terapia va a depender del compromiso

hemodinámico del paciente y la complejidad del defecto reparado.

Adicionalmente el tiempo de pinzamiento aórtico y lo reversible que pueda ser la

patología de base. Estos pacientes requieren una valoración estrecha y

permanente en terapia intensiva a cargo de personal médico y de enfermería

entrenados en el tema (Solís et al., 2017).

Por lo invasivo de esta técnica es posible que se presenten múltiples

complicaciones, las cuales están relacionadas con la manipulación de la volemia,

el uso de heparina, las pérdidas sanguíneas, la probabilidad de generar trombos

y el riesgo inherente ante la inestabilidad del paciente (Cassalett, 2016b).

En consecuencia, las principales complicaciones son la hipovolemia, la

trombosis, las infecciones, el sangrado y la hemólisis. Los sitios de sangrado

más frecuentes son el sitio de canulación, la herida quirúrgica y mucosas.

Además, se puede presentar sangrado gastrointestinal, urinario o del sistema

nervioso central, en este último caso es importante mantener control de la

presión arterial, evitando la hipertensión (Cassalett, 2016b).

Estas complicaciones por otro lado se clasifican en las relacionadas con

el paciente y las relacionadas con el dispositivo. Dentro de las complicaciones

que tienen que ver con el paciente se encuentran las neurológicas. Estas en

general, son eventos cerebrovasculares, convulsiones o muerte cerebral.

También, se encuentran las complicaciones hemodinámicas como la

hipovolemia, hipo- perfusión, dilatación del ventrículo izquierdo, taponamiento

cardíaco y paro cardiorrespiratorio. Por otro lado, están las hematológicas tales

como el sangrado, tromboembolismo y trombocitopenia inducida por heparina.

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Sin olvidar las vasculares, entre ellas la isquemia de extremidades. Además, se

pueden presentar infecciones, daño pulmonar e hipotermia (M. García y Eiguren,

2017).

La hipovolemia, se puede presentar con frecuencia, dado el alto riesgo de

sangrado, además, se requiere un volumen de sangre considerable para

mantener funcional el circuito. Está complicación se manifiesta con la aparición

de taquicardia, hipotensión, presión venosa central baja, saturación baja y

presión de extracción negativa. Las medidas principales al presentarse son

disminuir revoluciones por minuto, identificar el punto de pérdida de sangre y la

revisión minuciosa del circuito. Siendo vital detener el sangrado, administrar

cristaloides y hemoderivados, tomar laboratorios indicados y ajustar de

anticoagulación según corresponda (M. García y Eiguren, 2017).

Otra complicación frecuente es la isquemia de la extremidad donde está

instalada la cánula, la causan diversos factores que se derivan del soporte con

el dispositivo de ECMO y de manera significativa con el lugar de canulación.

Entre ellos se encuentra la formación de trombos, embolia distal al sitio de

canulación, compresión local por cánula contigua o hematoma local, y estasis

vascular por canulación venoarterial en la misma extremidad. Por ende, son

medidas importantes valorar diariamente perfusión de extremidad canulada,

además de monitorizar mediante oximetría y niveles de lactato (M. García y

Eiguren, 2017).

En cuanto, a las complicaciones relacionadas con el dispositivo, estas

tienen que ver con el circuito, el oxigenador, la centrífuga y la canulación. Esta

última incluye sangrado en sitio de canulación, pseudoaneurisma, el mal

posicionamiento de las cánulas, tamaño inadecuado y decanulación arterial o

venosa accidental. Estas complicaciones pueden aparecer durante la

canulación, durante la conexión y el mantenimiento del circuito o durante la

desconexión de este, y pueden estar relacionadas con el paciente, con las

cánulas o con el circuito en sí (M. García y Eiguren, 2017)

Estas complicaciones son frecuentes y algunas de ellas implican un riesgo

vital para el paciente, el éxito del soporte va a depender en muchos casos del

reconocimiento precoz de las complicaciones, la elaboración de pautas de

actuación concisas y claras, así como la adecuada formación de todo el personal

implicado en la asistencia a estos pacientes.

Por otro lado, para determinar si el paciente se encuentra en paro

cardiaco, dependerá de la asistencia que esté recibiendo el paciente (veno-

venoso o veno-arterial). El paro cardiaco en el paciente con ECMO veno-arterial

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aparece con el aplanamiento de la onda arterial (pérdida de la pulsatilidad) y

disminución de la presión arterial media. Es necesario verificar el funcionamiento

de la línea arterial y tomar el pulso. En este tipo de ECMO no se presenta

actividad eléctrica sin pulso, dado que la pérdida de la pulsatilidad es secundaria

al pobre gasto cardiaco o la poca apertura de la válvula aórtica que lleva a pulso

no detectable (Rubiano et al., 2018).

Las medidas en este caso son verificar ritmo cardiaco y presión de pulso,

reconocer si el ritmo es desfibrilable o no, realizar búsqueda de la causa y

tratarla. Es muy importante no realizar compresiones cardiacas, particularmente

si es central, a menos que la causa sea fallo de bomba, decanulación o aire

masivo. En este caso no suspender soporte ECMO al paciente a menos que se

presente fallo de bomba, decanulación o aire masivo (Rubiano et al., 2018).

El paciente con ECMO veno-venoso requiere de inmediato maniobras de

reanimación y llamar de manera urgente al equipo ECMO, siendo necesario

descomprimir neumotórax o taponamiento cardiaco. Además, corregir

alteraciones electrolíticas y de ácido base. Es importante no suspender soporte

ECMO al paciente a menos que se presente fallo de bomba, decanulación o aire

masivo. En este caso se debe considerar conversión a ECMO veno-arterial

(Echeverri, 2020) (Rubiano et al., 2018).

En relación con los cuidados generales, es importante la revisión horaria

del circuito con linterna en busca de coágulos, los sitios donde es más frecuente

encontrar trombos es en las llaves de tres vías y los conectores luer, y la

membrana del oxigenador. Se debe aumentar la necesidad por un periodo corto

el flujo del circuito para retirar coágulos, control por horario según necesidades

del paciente de tiempos de coagulación, fibrinógeno y electrolitos, eso las

primeras 24 horas cada 6-8 horas. Cada 24 horas control de función renal,

hemoglobina libre y dímero d, y hacer glucometría de 8-12 horas (Cassalett,

2016b).

También se debe mantener al paciente con el mínimo grado de sedación

posible, realizar valoración neurológica completa cada hora (pupilas, reflejos,

respuesta motora, respuesta verbal, respuesta a estímulos). Mantener valores

de glucemia normales. Monitorización estrecha que incluya el NIRS, valoración

de gases arteriales, venosos, lactato y gasto urinario contabilizado cada hora

(Cassalett, 2016b).

Es necesario el uso heparina para mantener anticoagulado al paciente y

disminuir complicaciones, se administra un bolo inicial de 50-100 unidades por

kg. La infusión se inicia una vez se tiene ACT alrededor de 200 segundos, en

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una infusión de 10-20 ui/kg/h, la meta es tenerlo entre 160-180. Para evitar la

aparición de trombos es muy importante no suspender la heparina, solamente

se suspenderá cuando el resto de tratamiento para combatir el sangrado se haya

agotado (Cassalett, 2016b)

En cuanto a la administración de medicamentos es importante tener en

cuenta que la membrana del oxigenado y el circuito van a atrapar un porcentaje

de los medicamentos. Por lo que se debe tener en cuenta que en sedación y

analgesia va a requerir dosis más altas. No se recomienda relajación de forma

rutinaria, solo en los momentos que se vaya a revisar las cánulas o en los

traslados. El uso de benzodiacepinas debe ser limitado su adherencia a la

membrana y circuitos es importante y puede causar hipotensión. El retiro

inotrópico debe ser gradual y puede requerir infusión de milrinone (Cassalett,

2016b)

Los principales diagnósticos de enfermería son diversos; según las

necesidades más alteradas con esta terapia, el deterioro del intercambio

gaseoso, disminución del gasto cardiaco, riesgo de sangrado y riesgo de

infección.

La disminución del gasto cardiaco y deterioro del intercambio gaseoso

como etiquetas diagnósticas principales prevalecen en este tipo de pacientes.

Las necesidades alteradas están relacionadas con la necesidad de oxigenación

y circulación directamente relacionada al defecto cardíaco y a otras respuestas

humanas que producen un cuadro severo de falla cardiaca. Por lo tanto, es

necesario priorizarlos en el postoperatorio de corrección de cardiopatías

congénitas con soporte de oxigenación de membrana extracorpórea (Solís et al.,

2017).

Las metas en el plan de atención de enfermería son mantener una

adecuada mecánica pulmonar que le permita al niño tener una saturación óptima

mediante una adecuada mezcla de aire y oxígeno. También favorecer una

óptima precarga por medio de la administración de líquidos intravenosos o

diuréticos. Además, que el paciente respire sin dificultad, aportando suficiente

oxígeno y así lograr una adecuada perfusión tisular (Solís et al., 2017)

Por otro lado, los criterios para desmontar la terapia son presión arterial

media normal, saturación arterial de oxígeno mayor de 94%, saturación venosa

de oxígeno mayor de 70%, mejoría en control radiológico de tórax y fracción de

eyección mayor a 30%. En este sentido, si el paciente cumple con los criterios,

el proceso de retiro se inicia (Cassalett, 2016b).

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Cassalett (2016b) propone:

En primer lugar, se aumentan los parámetros ventilatorios, inician

inotrópicos a dosis bajas, se comienza descenso gradual del flujo del 10%,

se espera una hora antes de continuar y se toman gases arteriales y

venosos. Según comportamiento hemodinámico continuar descenso, al

llegar a 25-30 ml/kg/min, se toman nuevamente gases arteriovenosos, si

hay estabilidad se deja abierto el puente y se prepara para decanular.

Finalmente se pinzan los circuitos y se deja recirculando el puente de 60

min a 120 min antes de decanular el paciente. Se suspende

anticoagulación de 30 a 60 min antes de iniciar el procedimiento.

(Cassalett, 2016b)

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7. DISCUSIÓN

En la recopilación del material bibliográfico incluido con fines académicos en

la presente construcción, se puede decir de forma general, que las cardiopatías

son un problema de salud grave en la población pediátrica, siendo una causa de

morbilidad y mortalidad elevada, que requieren de gran inversión de recursos y

unidades de cuidado especializadas.

Las cardiopatías congénitas pueden comprender un grupo de

malformaciones que inciden en demostrar un aumento de la severidad, del

manejo y del tratamiento de las mismas. El tratamiento quirúrgico es complejo,

generan inestabilidad hemodinámica además de trastornos en la ventilación

perfusión (Sarmiento Portal et al., 2013). Por lo cual, se requieren intervenciones

desde el grupo de cuidado que disminuyan las posibles complicaciones. Y esto

se logra a través de las acciones de cuidado integrales llevadas a cabo por todo

el equipo interdisciplinario. Es por esto que el profesional de enfermería requiere

conocimientos actualizados sobre el tema.

El profesional de enfermería debe realizar sus prácticas clínicas basadas en

la evidencia en el cuidado de paciente con cardiopatías congénitas, con

conocimientos que proporcionen un juicio clínico, profundizados en las

complicaciones posibles de acuerdo con cada patología, objetivos claros

dirigidos al mejoramiento de la calidad entregando siempre cuidados con un

conocimiento fundamentado.

También apuntando a objetivos claros para evitar complicaciones, donde es

fundamental que se tengan establecidas funciones para cada uno de los

miembros del equipo de atención, de tal forma que tengan conocimiento con

anterioridad de lo que deben de realizar cuando ingresa el paciente, logrando así

garantizar un orden y seguridad en la atención.

La seguridad del paciente es fundamental y transversal en la atención del

niño críticamente enfermo en el postoperatorio inmediato, por lo tanto, durante

la transferencia del cuidado entre el servicio quirúrgico y la unidad cuidado

intensivo es importante reconocer la utilidad en estrategias como listas de

chequeo de transferencia de la información (Karakaya et al., 2013), e integrarlas

en la práctica diaria. En contraste, se debe tener claridad que todo el equipo de

trabajo debe intervenir en la transferencia de la información, ya que, no es un

asunto exclusivo del enfermero, los datos son multidireccionales y necesarios

para todos planificar la atención y el cuidado.

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67

En definitiva, el traslado del paciente postoperado de cardiopatía congénita

cianosante de la sala de cirugía a la unidad de cuidados críticos es un proceso

decisivo, en el cual se pueden presentar múltiples complicaciones, para evitarlas

es necesaria la intervención de todo el equipo multidisciplinario, esto incluye a

los servicios que intervienen en la transferencia del cuidado. El profesional de

enfermería es fundamental y tiene funciones definidas (González et al., 2014;

Sánchez Cisneros, 2007), estas garantizan la estabilidad y el cuidado integral

del niño. En este sentido la planificación y anticipación son la clave para generar

mejores resultados en la atención.

Con relación a la monitorización del paciente en la UCI el personal de

enfermería es fundamental para instalar, verificar e interpretar los distintos datos

obtenidos, además de hacer seguimiento al estado de la monitoria y aplicar

mantenimiento. Por lo tanto, es un campo específico de la profesión y merece

especial atención. Adicionalmente, participar en las decisiones de disponibilidad

del recurso y la obtención de insumos según las necesidades específicas,

teniendo en cuenta la evidencia de prácticas en la medición de monitoria y que

con el pasar de los años y la introducción de nuevas tecnologías se cuenta con

más y mejores equipos para monitorizar al paciente pediátrico postoperado de

cirugía cardíaca.

Dado que el profesional de enfermería es quien brinda cuidados directos y

permanentes al niño críticamente enfermo en el postoperatorio inmediato, tiene

capacidad de identificar y valorar el comportamiento hemodinámico del paciente.

Para de esta manera garantizar intervenciones oportunas y minimizar

complicaciones Monroy (2015).

En este sentido, los datos de la monitorización deben ser analizados en

conjunto, correlacionado la clínica del paciente con las mediciones y valores,

siendo fundamental el conocimiento de valores de referencia según la edad y

patología de base, tópico en el cual no se encontró mucha información en esta

investigación (Monroy, 2015b).

En consecuencia, se evidencia en el análisis realizado a los datos que la

monitorización del paciente en el postoperatorio debe ser holística pero también

va a depender de la complejidad del paciente, y el objetivo terapéutico de los

clínicos, aunque es posible predecir que dada la inestabilidad de la mayoría de

estos pacientes será necesaria una monitoria invasiva y en muchos casos

avanzada, que incluya el monitoreo tanto hemodinámico, respiratoria como

neurológico. Donde también se podrían enlazar con los datos metabólicos que

nos orienten a mejorar la perfusión del paciente crítico.

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Es por esto que, el profesional de enfermería debe contar con entrenamiento

de las diferentes técnicas de monitorización, conocer los valores normales y

significados de las curvas en monitoria, dado que es tan importante monitorizar,

cómo analizar los valores para lograr intervenciones efectivas y garantizar la

sobrevida de los pacientes. En este sentido, son necesarias más publicaciones,

dado que en la literatura consultad no se encontró información sobre

instrucciones de instalación de invasiones, análisis de curvas y valores normales

para los postoperatorios específicos.

Referente a la valoración de enfermería, el cual es un proceso dinámico,

transversal y permanente. Es importante utilizar los diferentes instrumentos para

que sea completa. Teniendo en cuenta que no es solo una valoración física, sino

que implica trascender lo humano e indagar en lo que no siempre es visible a

primera vista para brindar un cuidado integral. Con relación a todos los aspectos

analizados, se resalta que: “La enfermería de terapia intensiva, que cuidan este

tipo de pacientes, deben poder anticipar los problemas prioritarios en el

posoperatorios, reconocer las tendencias en el estado clínico y desarrollar un

plan de atención adecuado” (Jones, 2018, p. e5).

Este tipo pacientes deben ser valorados a través de la teoría de

enfermería que el profesional considere acorde según sus preferencias

metodológicas. Posterior a la valoración, en su mayoría, según lo analizado, los

niños presentan alteraciones en la precarga, poscarga y contractilidad cardíaca,

siendo necesarias intervenciones rápidas y precisas que permitirán corregir

complicaciones, donde la monitoria de signos vitales es prioritaria,

especialmente de manera invasiva.

El conocimiento acumulado de la disciplina de enfermería provee al

profesional de gran sustento teórico a la hora de abordar la valoración integral

del niño en condición crítica, donde es fundamental la aplicación del

conocimiento científico propio de la profesión.

En cuanto al manejo de vía aérea, adicionando a lo señalado por Cadena et

al. (2013), muchas de las instituciones de salud, cuenta con personal profesional

en terapia respiratoria, por lo que se debe desde enfermería es realizar un

acompañamiento desde el rol enfermero ejecutando cuidadas integrales

enmarcados en la atención segura y el conocimiento científico. Esto para mejorar

las prácticas de cuidado en el manejo de la vía aérea. El profesional de

enfermería no solo acompaña la terapia respiratoria, lidera el cuidado integral.

Con relación a la extubación temprana parece segura y se asocia con una

reducción de la duración de la estancia en la UCI sin efectos adversos sobre la

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69

recuperación del paciente según los artículos analizados (Sivarajan & Rotta,

2017). Por lo tanto el profesional de enfermería, debe valorar el estado del

paciente, analizar la monitorización ventilatoria y propender por una extubación

temprana.

Estos pacientes tendrán en general alteraciones en la ventilación - perfusión,

con necesidad de apoyo en la respiración y oxigenación a través de sistemas de

ventilación apropiados a su condición. También riesgo de alteraciones hídricas y

electrolíticas, donde es importante un control estrecho y reposiciones oportunas

y balances hídricos apropiados y oportunos. Además, es necesario brindar un

abordaje integral al dolor y el confort, inicialmente con mediciones a través de

escalas acordes a la edad del paciente, interviniendo con medidas

farmacológicas y no farmacológicas para controlarlo.

Es claro que durante la revisión expuesta se evidencia que estos pacientes

son críticos e inestables, por ello, es fundamental la elaboración de planes de

cuidados individualizados y acordes a sus necesidades. De esta manera se

aplican los conocimientos propios de la disciplina y se favorece el cuidado

integral y estructurado basado en la mejor evidencia.

La elaboración de planes de cuidado de enfermería debe ser basados en la

mejor evidencia disponible en la literatura y la práctica de enfermería.

Actualmente desde la práctica en la mayoría de las instituciones se tienen planes

estandarizados que se relacionan en lugares visibles para el equipo de atención,

de tal forma que se considere de forma visual consideraciones importantes

como: valores de monitorización de acuerdo con la edad, plan de cuidados y

posibles complicaciones. Esta estrategia permite tener una visión general y a pie

de cama en la atención de este tipo de pacientes, los cuales son críticos e

inestables.

El profesional de enfermería es esencial en la prevención de complicaciones

derivadas de su propia complejidad y/o de la atención clínica brindada por el

personal (Cassalett. 2007). En primer lugar, es importante considerar en las

instituciones tener un recurso humano altamente calificado, en lo posible

especializado en cuidado intensivo y entrenado en el manejo de este tipo de

pacientes; en segundo lugar, es fundamental que las unidades cuenten con el

recurso biomédico (medicamentos y equipos) con la mejor tecnología y desde

las necesidades propias que traen consigo la atención de este tipo de pacientes,

debido a que una inadecuada medición por fallas en el equipo, o una disminución

de efecto en el medicamento, podría incurrir en el aumento de la mortalidad de

este tipo de pacientes.

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70

Con relación a la literatura sobre el manejo de del dolor, el profesional de

enfermería tiene toda la competencia para guiar la titulación de la sedoanalgesia

aplicando la escala indicada para cada paciente, interpretando los datos y

modificando dosis según el estado clínico del niño, especialmente en el

postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas.

Adicionalmente según lo revisado durante el análisis de la información, se

hace evidente la necesidad de suficiencia de personal, debido a la complejidad

y cantidad de intervenciones en tiempo y calidad que debe ejecutar el personal,

en este caso es fundamental profesionales de enfermería y de practica

avanzada, en las unidades de cuidado intensivo donde se presta este tipo de

atención para planear y bridar cuidados de la más alta calidad. Si esto no se

logra en las instituciones, imposibilita que se aplique este tipo de conocimiento a

gran escala y que el profesional de enfermería tenga que delegar funciones en

el personal auxiliar.

Finalmente en el cuidado del paciente con terapia ECMO, es importante

mencionar que, si bien es cierto que en las unidades de cuidado intensivos en

las que se cuenta con esta terapia se cuenta con profesionales especialistas en

el manejo de esta tecnología. Es necesario que el profesional a cargo del cuidado

de este tipo de pacientes tan inestables tenga conocimientos básicos sobre las

características de la oxigenación extracorpórea, las principales complicaciones

y cuidados. Para de esta manera lograr un cuidado integral, donde se minimicen

riesgos y logre los mejores resultados en la salud del niño recién operado y se

encuentra inestable.

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8. CONCLUSIONES

La enfermería basada en la evidencia del cuidado al niño, en el postoperatorio

inmediato de cardiopatías congénitas cianosantes cuenta con un amplio sustento

teórico, con aportes científicos desde diferentes disciplinas, abordando el

cuidado de una manera multidimensional e integral.

En Colombia se hace evidente el desarrollo de la investigación y

publicaciones en torno al tema, al contar con múltiples artículos científicos y

textos base de la literatura que buscan acercar a los profesionales a las mejores

estrategias de cuidado disponibles, de la mano del desarrollo científico y

tecnológico mundial en el contexto de los recursos disponibles. Países como

México, Estados Unidos y Canadá brindan un sustento teórico importante al

estado de desarrollo del fenómeno de estudio.

La enfermería basada en la evidencia del cuidado al niño, en el postoperatorio

inmediato de cardiopatías congénitas cianosantes brinda un sustento teórico

sobre el proceso de ingreso del niño críticamente enfermo a la unidad de cuidado

intensivo, el cual incluye la transferencia del cuidado, la monitorización y

valoración integral, basado en el conocimiento científico de la disciplina y el

desarrollo de nuevas técnicas de monitoria.

En este sentido, durante el momento crucial de la transferencia del cuidado

de la sala de cirugía a la unidad de cuidado intensivo, la literatura actual sugiere

la necesidad del liderazgo del profesional de enfermería para captar los datos

más trascendentales entorno al paciente y el procedimiento quirúrgico, además

de la aplicación de listas de chequeo de transferencia de información, que

favorezcan la seguridad del paciente.

Por otro lado, el profesional de enfermería y el profesional de terapia respiratoria

deben propender un trabajo articulado que garantice el manejo integral del niño

en el postoperatorio inmediato de cardiopatías congenias cianosantes, con

relación al manejo ventilatorio. El profesional de enfermería hace parte del

equipo multidisciplinario de atención, liderando el cuidado integral y apoyando el

soporte ventilatorio, siendo necesario obtener bases teóricas sobre dichas

temáticas.

El profesional de enfermería brinda atención directa y permanente en el

postoperatorio inmediato, generando, a través de sus análisis y acciones,

favorecer la recuperación de la salud y la disminución de complicaciones de los

niños con dichas afectaciones. Es así como las competencias específicas,

entendidas como la suma de conocimientos, habilidades y actitudes, le permiten

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72

detectar de manera temprana cualquier complicación e intervenir

oportunamente.

El proceso de atención de enfermería es el eje central del cuidado, esta

basado en el método científico y hace parte del conocimiento especifico de la

disciplina. Es una herramienta fundamental para detectar necesidades

particulares, generar diagnósticos de enfermería y bridar intervenciones acordes

en el postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas cianosantes. Siendo

necesario aplicar las teorías de la disciplina para mejorar los resultados en la

atención y los alcances de la profesión.

Dentro de la atención también se resalta las intervenciones que mejoran el

estado del paciente y evitan desviaciones adicionales de la salud del niño. Estas

son indispensables para obtener mejores respuestas en la recuperación del

paciente. Realizar determinaciones exactas de monitoreo de órganos vitales,

identificar problemas reales en cada uno, realizar las intervenciones de

enfermería, valorar y modificar las acciones de enfermería.

En este sentido, la valoración integral del niño críticamente enfermo en el

postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas cianosantes, requiere de la

aplicación de las diferentes teorías de la disciplina, donde se aplicará el método

que se ajuste a las necesidades de atención y preferencias metodológicas. Esta

es la base para aplicar los diferentes cuidados, ya que permite la identificación

de los problemas reales o potenciales de pacientes.

Los planes de atención de estos niños deben ser individualizados acordes a

sus necesidades específicas, guiando el rol especializado. Donde se requiriere

para su utilización de un alto grado de juicio clínico y capacidad de decisión,

Favoreciendo la calidad, seguridad y disminución de errores.

Pese a la complejidad de los defectos cardiacos corregidos y las condiciones

clínicas adversas en estos pacientes, se ha demostrado que la extubación

temprana en pacientes seleccionados es segura sin un aumento asociado de la

morbilidad o la mortalidad y favorece un egreso temprano de la unidad de

cuidado intensivo.

Las intervenciones de enfermería deben estar encaminadas a corregir la

hipotermia de manera gradual, valorar el sangrado y detectar necesidades de

transfusión o reintervenciones quirúrgicas. Además del manejo estandarizado de

líquidos y electrolitos según el día del postoperatorio y el uso de circulación

extracorpórea. Sin dejar de lado, el manejo nutricional.

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73

Con relación a la administración del tratamiento farmacológico, aunque se

encontraron estudios que abordaran esta temática, se hace evidente la

necesidad de generar investigaciones sobre el tema, por parte del profesional de

enfermería, siendo un tópico de importante relevancia para la profesión, dado

que es el profesional de enfermería quien prepara infusiones, administra

medicamentos y en la práctica avanzada titula infusiones según constantes

vitales.

Las principales complicaciones que se pueden presentar en el postoperatorio

inmediato de cardiopatías congénitas cianosantes son de tipo hemodinámicas,

metabólicas, renales, respiratorias e infecciones. Donde el profesional de

enfermería es fundamental para detectarlas de manera temprana.

En este sentido, la hiperlactatemia, a menudo se asocia con alteraciones en

la perfusión tisular, un mayor riesgo de complicaciones en el período

postoperatorio y mortalidad del paciente. Los datos disponibles sugieren que las

mediciones de lactato en serie pueden ser útiles evaluación clínica y la

consideración de factores de riesgo para predecir o disminuir complicaciones.

La tendencia mundial en el manejo del dolor en niños críticamente enfermos se

basa en la aplicación de escalas que determinen la titulación de analgésicos

guiados por objetivos y liderando por enfermeras de práctica avanzada.

Muchos de los niños en el postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas

cianosantes, según su condición clínica, podrán requerir soporte de oxigenación

por membrana extracorpórea, terapia en la que el profesional de practica

avanzada tiene un rol crucial y cuenta con conocimiento científico actualizo sobre

el manejo de dicha tecnología, la aplicación el proceso de atención de enfermería

y el manejo de complicaciones.

Por otro lado, son necesarias más investigaciones sobre técnicas de monitoria,

para realizar un acercamiento más profundo a la interpretación de gráficas,

instrucciones específicas de manejo de dispositivos biomédicos relacionados y

sus aditamentos. Además, de valores de referencia ajustados a la complejidad

de dichas cardiopatías congénitas.

A partir de esta investigación documental, se logra un acercamiento importante

del tema, describiendo el estado de desarrollo en la actualidad del fenómeno de

estudio y de esta manera generar un sustento teórico que contribuya a mejores

prácticas de cuidados. Además, se logran evidenciar vacíos de conocimiento en

algunos tópicos, de injerencia directa del profesional de enfermería. El

conocimiento actual, debe ser aplicado en la práctica diaria.

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74

9. RECOMENDACIONES

Hacer extensivo este estudio a los diferentes centros especializados de la ciudad

en torno a la cirugía cardiaca congénita, para de esta manera impactar en el

grado de conocimiento y actualización del personal de salud que cuida niños en

el postoperatorio inmediato de cardiopatías congénitas cianosantes.

Por otro lado, es necesario favorecer la investigación y publicación en las

unidades de terapia intensiva que atiende niños de cirugía cardíaca, con el fin de

integrar el personal asistencial de estos lugares a las investigaciones de los

posgrados de enfermería, a fin de aumentar el sustento teórico publicado de las

enfermeras de la ciudad que brindan cuidados a este grupo poblacional.

Podrían aplicarse el conocimiento analizados sobre el fenómeno de estudio en

protocolos y guías de manejo basadas en la evidencia, para de esta manera

aplicar el conocimiento obtenido.

Los esquemas de sedación y analgesia deben ser guiados por personal de

enfermería especialista en cuidado intensivo a través de la aplicación de las

diferentes escalas de valoración que lleven a lograr objetivos.

Finalmente, el profesional de enfermería debe ir de la mano del desarrollo

alcanzado en torno al cuidado posquirúrgico de alteraciones cardiacas

congénitas cianosantes, buscando brindar cuidados basado en la mejor

evidencia científica disponible. Para de estar manera logrará mejores resultados

en la atención y el entrenamiento del personal a cargo.

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75

10. BIBLIOGRAFÍA

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