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Enero 2017 - Junio 2017 ISSN: 2410-1362 Revista Multidisciplinaria de Investigación Vol.1 Nº 1 Universidad Cristiana de Panamá Especializada en Ciencias Administrativas y Ciencias Tecnológicas Vicerrectoría de Investigación y Postgrado

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Enero 2017 - Junio 2017 ISSN: 2410-1362

Revista Multidisciplinaria de Investigación

Vol.1 Nº 1

Universidad Cristiana de PanamáEspecializada en Ciencias Administrativas y Ciencias Tecnológicas Vicerrectoría de Investigación y Postgrado

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Revista Multidisciplinaria de Investigación

ISSN: 2410-1362

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Universidad Cristiana de PanamáEspecializada en Ciencias Administrativas y Tecnológicas

Alfa y OmegaRevista Multidisciplinaria de InvestigaciónVol.I. N°1. Enero-Junio 2017: ISSN: 2410-1362

Vicerrectoría de Investigación y Post gradoVista Alegre, Arraiján Calle Omega, Teléfonos 251-3772 /6321-6619

Publicación Financiada con fondos de la Universidad Cristiana de PanamáEspecializada en Ciencias Administrativas y Tecnológicas

ISSN: 2410-1362

Portada: Arbol Otoñal Ubicación: Vista Alegre, Calle OmegaIntervención Digital: Dra. Zoleida Liendo Diseño de Portada y diagramación: Suar Archibold

VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADOUNIVERSIDAD CRISTIANA DE PANAMÁ

El contenido de los artículos es de exclusiva responsabilidad de los autores. Se permite la reproducción parcial y /o total de los artículos siempre que se señale la fuente, se reconozcan los créditos de la revista y de la autoría.

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Política Editorial

Alfa y Omega es una Revista Multidisciplinario que constituye una opción para la difusión de los productos de la investigación dentro de la UCP, así como para asegurar la vinculación con la comunidad científica regional, nacional e internacional; además de ser un requisito ineludible para la calidad de programas de postgrados y de nuestros investigadores.

La publicación de la Revista de Investigación UCP - Alfa y Omega responde al compromiso de la Universidad Cristiana de Panamá con la gestión del conocimiento generado en nuestra Casa de Estudios de Educación Superior y de nuestros aliados estratégicos tanta nacionales como internacionales. Promueve el intercambio de ideas, experiencias, convocatorias, relacionadas a la investigación e innovación que beneficien el desarrollo y crecimiento de iniciativas emergentes relacionadas con tendencias de la panorámica local y global.

La publicación de la Revista de Investigación UCP - Alfa y Omega se realiza atendiendo los siguientes parámetros:

Participantes:Docentes – investigadores de la Universidad Cristiana de Panamá Especializada en Ciencias Administrativas y Tecnológicas, (UCP) que participen dentro de convocatorias de investigación internas hechas por nuestra casa de estudios, debidamente acreditados por la unidad correspondientes. Docentes-Investigadores de la UCP que participen dentro de convocatorias de investigación hechas por otros organismos o instituciones que representen a nuestra casa de estudios.

Docentes-Investigadores de universidades que mantengan convenios videntes de cooperación mutua con la UCP o de otras universidades que estén realizando investigaciones de importancia para los quehaceres nacionales o internacionales debidamente certificados por la casa de estudios superiores correspondientes.

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ObjetivosPromover el desarrollo de la investigación en el quehacer académico de la UCP y de nuestros aliados estratégicos.

Auspiciar acciones que conlleven a investigadores universitarios a socializar los conocimiento generados en nuestras casas de estudio.

Investigar contribuye al desarrollo profesional de los involucrados en el proceso de investigación y de los que se benefician con su lectura y uso de sus resultados. Colocar de manera visible el conocimiento puede potenciar el financiamiento y desarrollo de nuestros proyectos.

La edición y publicación de la Revista de Investigación UCP tiene el propósito de establecer las condiciones necesarias para nuestros investigadores puedan compartir sus esfuerzos.

Población BeneficiadaSe espera beneficiar a la comunidad universitaria en general tanto a docentes,

administrativos y universitarios.

Presentación de la Publicación La publicación de la revista se efectuará en 14x21cm, doble columna, fuente Times

New Roman 9.4 regular, espacio sencillo.

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Política Editorial

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DirectorioPrudencia Raquel de Delgado

Comité EditorialZoleida Liendo Duran

Rosario Herrera de RodríguezInés MachadoIdania FloresCarlos Pérez

AsesoresNacionales

Reyes ValverdeJosé Cedeño

InternacionalesDr. Tomás Fontaines

(Universidad Técnica de Machala, Ecuador )

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Universidad Cristiana de PanamáEspecializada en Ciencias Administrativas y Tecnológicas

Consejo Técnico

Zoleida LiendoCoordinador General

Editor - jefe de Alfa y OmegaRevista Multidisciplinario de Investigación

Coordinador Unidad deInformación y Divulgación

Carlos Pérez

Líneas de Investigación Administracióny Planificación de Proyectos

Alba Bustamante

Desarrollo Humana y EducaciónZoleida Liendo

Administración de ProyectosAlba Bustamente

Investigadores activosZoleida Liendo

Alba BustamenteReyes Valderde

José CedeñoErnesto Barberena

Rosario de RodríguezRaquel de Delgado Mario Hernandez

Pavel Molina

VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADOUNIVER SIDAD CRISTIANA DE PANAMÁ

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La Dimensión Humana en las Aulas UniversitariasThe Human Dimension in the University ClassroomsAlba Sánchez Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt

Responsabilidad Social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios en Instituciones EducativasControl of management of Community Integral Educational Projects in Educational InstitutionsZoleida Liendo Durán Universidad Cristiana de PanamáRosario Romero ParraUniversidad Nacional Experimental Rafael Maria baralt

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de VenezuelaXXI Century Education and Training in Securities in the University of VenezuelaJenny Ocando Medina. Universidad del Zulia

Gestión de Riesgos como parte integral de la Dirección de ProyectosRisk management as an integral part of the Project ManagementLic. Yizel LapadulaUniversidad Cristiana de Panamá

La asociación agropesca y ecoturistica de quebro y la fundación agua y tierra a nivel nacional e internacionalThe agropesca and ecotouristic association of break and the foundation of water and land at national and internationalLic Hall, Dania - Lic.Jiménez DamianUniversidad Cristiana de Panamá

Contenido

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65Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digitalCyberjournalism and Multi-Literacy for Critical Appropriation of Content in the Digital AgeOscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo DuránUniversidad Cristiana de Panamá

Contenido

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Editorial

Sentar la cultura de publicar las investigaciones, como parte de la dinámica de socializar el conocimiento, ha sido una tarea verdaderamente retadora. Investigar, siguiendo los paradigmas que gobiernan la tarea investigativa ha involucrado el esfuerzo de docentes, administrativos y estudiantes, es un despertar de desaprender y reaprender cosas nuevas con una total reingeniería de investigación. No solo es acción de acceder a la información prescrita con anterioridad y que cuente con la debida validez y confiabilidad, sino también investigar para innovar atendiendo a políticas y líneas de interés institucional, nacional e internacional. La consulta ha sido amplia, y se ha hecho no solo atendiendo directrices acompañamiento nacional en cuanta a pautas de publicaciones, sino también a nivel internacional con el apoyo y orientación de nuestros aliados estratégicos.

Podemos decir que las fuertes corrientes globalizadoras que azotan el orbe llegaron a nuestra casa de estudios de educación superior. A parte de esta publicación inicial que involucra artículos de investigaciones docentes, artículos de investigaciones de participantes de programa de maestría, artículos de revisión de nuestros semilleros de investigadores, se cuenta con la sección de invitados de otras instituciones tanto nacionales como extranjeras. La publicación se hace eco además, de nuestras convocatorias anuales de investigación. Por otro lado, la introducción de los resúmenes o abstracts en Inglés nos preparan para nuevas posibilidades en otras latitudes que permitan la interacción de nuestros investigadores en otros medios más exigentes.

Esta revista de investigación es uno de los frutos del Tercer Congreso de Investigación y la Primera Jornada de Investigación Estudiantil “Múltiples Miradas en un misma Perspectivas”, que tiene carácter anual y que se celebra entre los meses de agosto y septiembre de cada año.

De igual forma, esperamos que Alfa y Omega, Revista Multidisciplinarios de Investigación se inserte en el intricado mundo de publicaciones seriadas en Panamá, no sólo con la intención de compartir nuestra labor investigativa, sino también para desarrollar un espacio académico con apertura a la confrontación de ideas.

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Alfa y OmegaRevista Multidisciplinaria de InvestigaciónVol.I. N°1. Enero-Junio 2017: ISSN: 2410-1362

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Editorial

En conjunto con nuestros colaboradores internacionales, la multidisciplinaridad que define el título de la revista, “es una forma de asegurarnos de que la revista contribuya a fragmentación del saber, sino que, por el contrario estimule la interrelación e integración de la diversas áreas y disciplinas mediante las cuales se materializa el conocimiento; puesto entendemos que la educación, como problema, está atravesado múltiples intereses y áreas conexas que le condicionan y/o coaccionan (Política, económica, sociología, historia, sociopolítica, geopolítica, pedagogía critica, filosofía, literatura, formación docente, desarrollo humano, desarrollo sociocomunitario, desarrollo sustentable, ciencias ambientales, entre otras)”

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Artículos y Ensayos

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La Dimensión Humana en las Aulas Universitarias�e Human Dimension in the University Classrooms

Alba Sánchez Universidad Nacional Experimental

Rafael María Baralt

El presente artículo representa los avances de una investigación doctoral, en la cual se pretende comprender cómo los atributos de la dimensión humana en el hecho educativo universitario, se reflejan en aprendizajes trascendentes que conllevan al crecimiento integral del estudiante que aspira formarse como docente. El trabajo se inserta en el paradigma interpretativo, con el uso del método etnográfico y de la Teoría Fundamentada propuesto por Strauss y Corbin (2002). La información se obtuvo mediante técnicas y procedimientos cualitativos, aplicados a los estudiantes de las asignaturas de formación docente, tales como la observación participante y las entrevistas. Se obtuvieron las categorías y subcategorías que dan respuesta a las interrogantes de la investigación.

Palabras clave: dimensión humana, aprendizaje trascendente, hecho educativo.

Recibido:02-08-2016 & Aprobado19-11-2016

Resumen

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Abstract

This article represents the progress of doctoral research, which aims to understand how the attributes of the human dimension in the educational university learning is reflected in the growth involving transcendent whole student who aspires to train as teachers. The works within the interpretive paradigm, using ethnographic method and grounded theory proposed by Strauss and Corbin (2002). The information was obtained through qualitative techniques and procedures applied to students in teacher training courses, such as participant observation and interviews. We obtained the categories and subcategories that answer the research questions.

Introducción

El ser humano, en la necesidad de interactuar con el ambiente y las exigencias que lo rodean, ha ido explorando sus potencialidades, tratando de desarrollarlas de tal manera, que le permitan responder adecuadamente a un mundo, signado por la rapidez de los cambios tecnológicos, que modifican el ritmo de vida y que van propiciando que se pierda de vista, poco a poco, lo que significa ser persona.

En esa carrera inalcanzable se han deteriorado aspectos que son inherentes a su

condición humana, producto de aceleración pragmática de la sociedad, en la búsqueda del crecimiento profesional, el ascenso en nuevas posiciones sociales y económicas y la marcada competitividad personal y laboral; favoreciendo la concepción del “tener” sobre el “ser”.

La educación tradicionalmente ha presentado una visión parcializada de la verdadera naturaleza del ser humano, pues ha concebido al hombre, mayormente por sus capacidades cognitivas y talentos especiales, descuidando aspectos como la emocionalidad, espiritualidad, la historia familiar, que forman parte de esa totalidad o globalidad compleja que es el hombre (Barrera, 2002).

La educación ideal debería contemplar tanto los aspectos intelectuales, morales, espirituales y afectivos, siendo su objetivo principal el perfeccionamiento del carácter, base del pulimento de la personalidad humana.

Sin embargo, a pesar de que las luces del nuevo milenio nos invitan a cambiar las formas tradicionales de enseñanza, siguen apreciándose evidencias de la marcada descomposición social que vive nuestro mundo.

Cada día se percibe mediante las incesantes noticias de violencia y tragedia (tanto humanas como eco-ambientales) que aparecen en los tabloides mundiales, un dramático desvanecimiento de los valores morales y de convivencia, que nos alerta de la progresiva deshumanización de las personas, que alerta sobre la inevitablemente destrucción de nuestros recursos naturales y aniquilación de nuestra especie, de no tomar conciencia y los cursos de acción necesarios.

Keywords: human dimension, transcendent learning, educational event

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Alba Sánchez

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La sociedad que hoy conocemos presenta grandes desafíos en lo que se refiere a la formación del talento humano, en todos sus niveles, pero en especial el que emerge de las universidades.

Las instituciones de educación universitaria en el siglo XXI, tienen la misión de

coadyuvar en la formación no sólo de los profesionales que llevaran las riendas de la nación, sino de los seres en relación que conviven en los diferentes escenarios sociales. Y se constituye de vital importancia en el caso de los programas de formación de los futuros educadores, quienes tendrán en sus manos la formación de la generación de relevo.

De allí radica la trascendencia que tienen las universidades, como cristalizadoras de una formación integral que contribuya al crecimiento humano del estudiante a partir del fortalecimiento holístico de todas las dimensiones (cognoscitiva, emocional y afectiva, espiritual, fisiológica, entre otras) que engloban lo humano.

De ello se deriva que el interés del presente estudio, sea comprender como la dimensión humana en el hecho educativo que vivencian los estudiantes de las asignaturas vinculadas a la formación docente del hecho educativo de la Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” en Venezuela se cristaliza en aprendizajes trascendentes.

Referente conceptualLa Comprensión de lo humano en la Educación

Partiendo de la premisa, de que la educación se basa en el ideal del hombre que se aspira formar, resulta necesario abordar, la definición de lo que se ha considerado a través del devenir histórico, como lo propiamente humano; así como de qué manera los atributos del hombre han sido vistos desde el enfoque cultural que le ha otorgado cada civilización.

En el caso del mundo occidental, ésta noción se consolidó mayormente a partir de

las cosmovisiones: griega, hebrea y romana, de las cuales se heredan tendencias educativas que se han visto cristalizadas en los sistemas educativos.

Con los griegos, se definió como el atributo esencial de la naturaleza humana, lo racional, aspecto que diferenciaba al hombre de los animales, y que fue reflejado en los planteamientos de uno de los grandes filósofos clásicos: Aristóteles, con su famosa sentencia del hombre como animal racional.

De allí que la cultura desde la antigüedad (exceptuándose los periodos de oscurantismo); ha tenido como centro a la ciencia y el conocimiento científico. Al atribuirse como cualidad humana por excelencia a la racionalidad; que se ha erigido como un principio teórico de legitimación que ubica el saber científico por encima de cualquier otro.

Así mismo, la racionalidad se convierte en el cimiento de los sistemas educativos

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La Dimensión Humana en las Aulas Universitarias

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occidentales, que en gran medida se han caracterizado, por el endiosamiento de los sistemas de pensamiento lógico con una comprensión atomicista del hombre.

Aunado a la visión aportada desde Grecia, la vertiente romana, confiere a lo humano, en el marco de la jurisprudencia y el derecho, la definición de persona, término que en su acepción latina: personare, significa reverberar, y que hace alusión a la máscara o careta, que utilizaban los artistas antes de salir a escena; siendo posteriormente el vocablo utilizado para identificar a el actor o personaje enmascarado.

Por tanto, en sus primeras acepciones la persona se identificaba con algo externo al ser humano, intuyéndose como algo artificial, producto de la cultura más no a la naturaleza biológica, psicológica y existencial del ser.

De esta manera el derecho romano, asigna una dimensión jurídica a la persona, como sujeto pensante y gregario, que se distingue de otros animales por sus nociones del bien y del mal; por su condición de ser pensante y que producto de esa capacidad, asume obligaciones y derechos, para vivir dentro de la sociedad.

De esta vertiente, asumen las instituciones educativas los códigos y normas de conductas establecidas, que se refuerzan especialmente en la educación tradicionalista, que aún hoy impera en varios niveles del sistema educativo e incluso en algunas aulas universitarias.

Por otra parte, la cosmovisión de lo humano en la tradición hebrea, que fue extendida en el mundo occidental por el cristianismo; se basaba en la búsqueda de la perfección y la trascendencia, a través de los valores que ofrece la religión, basados en la idea de un único Dios, y que marcó fundamentalmente la educación de la edad media y se consagró en la organización de las instituciones con marcada influencia clerical.

En conjunto, la convergencia de estas tres grandes vertientes del pensamiento occidental, se consolidan en el ámbito científico del siglo XX, en el área de la psicología, con las corrientes: psicoanalítica, conductista y la humanista; que dentro de su propia reflexividad filosófica y ontológica, han tratado de guiar sus prácticas a partir de la conceptualización del individuo, en lo que respecta a la condición como ser humano.

Dentro de ese largo transitar de la práctica psicológica y a su vez la educativa, se ha visto prevalecer la noción de que el principal atributo de lo humano, es lo racional, en detrimento de otros aspectos propios de la persona como las emociones, motivaciones, espiritualidad, entre otras. La primacía de la razón sobre otros aspectos de la integralidad humana, legitimó al ser humano solo en base a su intelecto, y por tanto, la educación centro su praxis sobre la base de esta premisa.

Pero el devenir del tiempo ha demostrado que el ideal clásico de la racionalidad ha resultado limitado en varios aspectos, la corriente humanista viene a refrescar las ciencias sociales al señalar que la naturaleza de la persona, es rica e ilimitada, dado

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Alba Sánchez

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que posee atributos que va más allá de las aptitudes racionales, ya que el ser humano muestra capacidad, y también deseo de desarrollar sus potencialidades, dada su tendencia natural a autorrealizarse (Martínez, 2009, p.69).

Esta autorrealización va en función de la capacidad que tiene de reflexionar sobre

sí misma, “entre todos los seres vivientes, el individuo es el único ser que necesita una interpretación acerca de sí mismo. Ningún otro tiene que preguntarse qué es, que fines y qué sentido tiene su vida” (Martins y Morán, 2007, p.35). Entonces comienza a vislumbrarse la necesidad de una formación educativa que potencie en los estudiantes la propia reflexividad y el deseo a ser cada día mejor en armonía con sus congéneres.

Vale la pena subrayar, que las personas nacen dotadas con potencialidades para

vivir plena y saludablemente y es la educación la que se niega a seguir e imitar el ritmo natural de la vida, cuando se enfoca en una apreciación parcelada de la naturaleza del educando, en muchos casos, deshumanizando al hombre al despojarlo de esa cualidad integral en la cual reside su ser.

En palabras de Morín (1999):

El ser humano es a la vez físico, biológico, síquico, cultural, social, histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser humano. Hay que restaurarla de tal manera que cada uno desde donde esté tome conocimiento y conciencia al mismo tiempo de su identidad compleja y conciencia al mismo tiempo de su identidad común a todos los demás humanos. Así la condición humana debería ser objeto esencial de cualquier educación (p.3).

En resumen, la educación debe definir sus fines y prácticas en base a la visión de que los estudiantes como personas, son seres que están constituidas por multidimensionalidades que son indivisibles, y que van desde lo biológico por su pertenencia a una misma especie, tienen un dominio de acción que se define como racional, que subyace en lo emocional y volitivo, y que pertenecen a un mundo social que ha permitido su propia hominización.

Recorrido Metodológico

Para lograr desentrañar de qué manera la dimensión humana, se ve reflejada en aprendizajes que trascienden los espacios educativos, se asume una perspectiva desde el paradigma interpretativo, visión que permite la comprensión de los actos humanos.

Al ser la educación un proceso eminentemente humano, el enfoque interpretativo permite, formar parte del grupo de actores sociales de la investigación; para dilucidar desde la vivencia, cómo los atributos que son inherentemente humanos, se manifiestan en la relación educativa y como ellos se convierten en elementos que consolidan el aprendizaje trascendente.

Igualmente, el presente estudio hace uso del enfoque cualitativo en virtud de la

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La Dimensión Humana en las Aulas Universitarias

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atención que se le otorga al contexto, tal como expresa Sandín (2003) “la experiencia humana se perfila y tiene lugar en contextos particulares, de manera que los aconteci-mientos y fenómenos no pueden ser comprendidos adecuadamente separados de aquellos” (p.125).

La perspectiva cualitativa, entiende a la persona como una globalidad que no puede ser separada en variables, y lo que pretende el presente estudio es comprender como ésta, con su carga de atributos y dimensiones personales y sociales, interactúa en espacios educativos con sus congéneres hacia la construcción de aprendizajes que vayan más allá de la mediación de los conocimientos.

Dentro de las metodologías cualitativas existentes, se hace uso del método etnográfi-co, ya que se busca la comprensión de la realidad de los actores de la investigación desde adentro, pues las manifestaciones de la dimensión humana que se producen en el hecho educativo, responden a una realidad concreta y multidimensional, que sólo puede ser entendida desde el punto de vista de sus protagonistas, dada su naturaleza sutil.

Se utiliza la etnografía educativa, que busca aportar datos valiosos acerca de los contextos, actividades y creencias de los participantes de los escenarios educativos, para ofrecer una descripción e interpretación de la cultura de la institución educativa (Yuni y Urbano 2011, p.112).

De esta manera, el empleo de la etnografía educativa en la presente investigación, busca comprender de mejor manera los acontecimientos y las intersubjetividades que se suscitan dentro del hecho educativo de las asignaturas relacionadas a la formación docente de la Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”.

Además del enfoque etnográfico educativo utilizado para la comprensión de la dimen-sión humana y los aprendizajes trascendentes, se hace uso del método de la Teoría Fundamentada propuesta por Strauss y Corbin (2002) para el análisis de la informa-ción y que es definida como:

Una teoría derivada de datos recopilados de maneras sistemáticas y analizadas por medio de un proceso de investigación. En dicho método, la recolección de datos, el análisis y la teoría que surgirá de ellos guardan estrecha relación entre sí (...) Comienza con un área de estudio y permite que la teoría emerja a partir de los datos (p.13-14).

Con éste método se pretende construir una teoría contextuada en el escenario real donde se suscitan los acontecimientos, que en el caso del presente estudio, se enmarca en el hecho educativo que se produce en las aulas universitarias de la Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt” en el estado Zulia; Venezuela. El diseño empleado en la investigación asume las fases de los diseños cualitativos, que abarcan la fase preparatoria antes del acceso al campo; la recolección de los captos en el contexto de la investigación; análisis de la información con las técnicas cualitativas pertinentes; así como una fase propia del método propuesto por Strauss y Corbin

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Alba Sánchez

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(2002) para la generación de la teoría sustantiva, para su posterior divulgación en la comunidad científica.

En cuanto a la fase de campo, la recolección de la información se hace mediante el abordaje de técnicas cualitativas como la observación participante y la entrevista a los informantes clave.

La observación participante se inicia en el mes de junio del año 2012 en las sesiones de aprendizaje de la asignatura: Estrategias para el aprendizaje y culmina en el mes de diciembre del mismo año con la cátedra: Práctica Docente Simulada en el Laboratorio, ubicadas en el V y VI semestre respectivamente de la malla curricular de la Licenciatura en Educación Integral.

Los actores de la investigación se constituyen con el Docente de la Asignatura, quien tiene una amplia experiencia profesional y académica en los distintos niveles y modalidades de la educación, con más de 17 años de experiencia facilitando asignaturas del eje pedagógico y de la formación docente en la universidad; así como los 28 estudiantes bachilleres (27 del sexo femenino y 01 masculino), cursantes de su primera formación profesional y cuya edad promedio oscila en los 23 años.

En la medida que se desarrollaron las observaciones participantes y las entrevistas se hizo uso de recursos como las grabaciones sonoras, fotografías y documentos, con la finalidad de recoger de manera más fidedignas posible la realidad que rodea a los actores de la investigación.

Avances de la investigación

El procesamiento de los datos cualitativos según el método de Strauss y Corbin (2002), pasa por varios momentos que se definen como codificación, en los cuales se examinan minuciosamente “línea por línea” el material protocolar hasta convertirse en teoría (p.63).

Este procedimiento consiste en establecer las categorías que manifiestan propiedades o atributos, que se aprecian de forma constante en las personas, situaciones o eventos en estudio, y que se agrupan en base a la similitud de sus aspectos inherentes. Por consiguiente la categorización, busca resumir o sintetizar en una idea o concepto, un conjunto de información escrita, grabada o filmada para su fácil manejo posterior (Martínez, 2006).

El proceso de categorización permite clasificar, conceptualizar o codificar en un término o expresión, de forma clara e inequívoca, el contenido de cada unidad temáti-ca o de sentido dentro de los aspectos recabados durante el proceso de investigación.

Dados los avances del estudio, hasta los momentos se tienen las categorías inicia-les, de las cuales se evidencia que para que exista trascendencia en el acto educativo, es necesario que se manifiesten de forma asertiva aspectos que van más allá de la organización de los contenidos académicos y las habilidades pedagógicas del docente, como lo es el establecimiento de un clima de apertura emocional y comunicacional

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La Dimensión Humana en las Aulas Universitarias

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dentro del aula, por parte del docente y de los estudiantes. La manera de expresarse el docente, la forma en que se comunican los contenidos,

que va acompañado de la expresividad corporal e inclusive el tono de voz y e inflexio-nes; intervienen de manera significativa la disposición de los estudiantes por apren-der; incluso más que la estructuración didáctica de los contenidos ofrecidos por el facilitador.

Otro aspecto visualizado en el proceso de recolección de la información, es la utilización de actividades dirigidas a la recreación y el disfrute del aprendizaje, favorecen la interacción humana entre los participantes del hecho educativo y permi-ten la compenetración con el docente del aula.

Resulta importante resaltar, que los valores juegan un papel preponderante en la dinámica de la clase, pues establecen un marco de referencia donde es posible el disfrute de las actividades, respetando el espacio personal y la integridad de cada estudiante.

En cuanto a las cualidades ideales de un docente facilitador en el hecho educativo universitario, los informantes clave destacan que es preponderante que el mismo, posea un dominio o maestría sobre la asignatura a administrar, pero que son sus carac-terísticas personales como individuo las que le otorgan el sentido de trascendencia al acto de enseñar.

Consideraciones �nales

A modo de conclusión, se puede definir a la persona plenamente humana como aquel ser que como habitante del planeta y del cosmos, es a su vez integrante de la especie humana, y posee una diversidad en cuanto a la especialización de sus estructu-ras mentales (cerebro tríadico), que le otorgan una cualidad de racional; pero que a su vez, esa racionalidad se funde con lo emocional, volitivo y espiritual, que le otorgan su condición de humanidad.

Y que se desenvuelve en unas esferas de vida que se materializan en la interrelación de lo biológico, lo cognitivo, lo afectivo y lo espiritual; donde la cultura es el ámbito que le ofrece a la persona, el poder realizar sus potencialidades y crecer en base a la relación con sus congéneres.

Por consiguiente, la educación y los sistemas educativos, deben concebir una práctica en la cual se conciba la verdadera naturaleza humana, y se potencie el desarrollo de todas sus dimensiones como persona, para que de esa manera, los apren-dizajes alcanzados sean para la vida y por la vida.

La universidad debe brindar los modos en que las personas se autorrealicen, donde el aprendizaje busque no solo la efectividad sino también la afectividad. El aprendiza-je debe ser un acto placentero, en donde su fin ulterior no sea solamente ciudadanos productivos, sino felices.

Así mismo, los docentes y profesores del siglo XXI deben estar capacitados para

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Alba Sánchez

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desarrollar en los estudiantes el espíritu del ciudadano comunitario; la empatía, la sabiduría y el pensamiento reflexivo.

Cultivar la capacidad de identificarse con el estudiantado y desarrollar la tolerancia y empatía para promover prácticas institucionales diferentes, que busquen la trascen-dencia del aprendizaje, en donde la educación sea un proceso para la vida y a favor de la vida.

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La Dimensión Humana en las Aulas Universitarias

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Responsabilidad Social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios en Instituciones Educativas

Control of management of Community Integral Educational Projects in Educational Institutions

Zoleida Liendo Durán Universidad Cristiana de Panamá

y Rosario Romero ParraUniversidad Nacional Experimental Rafael Maria baralt

Se analizó la responsabilidad social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC). El estudio fue descriptivo con un diseño no-experimental, de campo y transeccional. Utilizándose, para la recolección de datos la técnica de la encuesta con un cuestionario. Los resultados permiten señalar, en forma general, que la responsabilidad de los PEIC en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es ineficiente, en todos sub-indicadores: y control, atendiendo la opinión de los Docentes y los Miembros de la Comunidad, mientras que según los directivos es eficiente en todos sus aspectos.

Palabras clave: Responsabilidad, PEIC y Control.

Resumen

Abstract

The administration contralora was analyzed in the Community Integral Educational Projects (PEIC). The study was descriptive with a no-experimental design, of field and transeccional. Being used, for the gathering of data the technique of the survey with a questionnaire. The results allow to point out, in general form that the administration contralora of the PEIC in the Schools Bolivarianas of the Municipality Miranda of the State Zulia, is inefficient, in all their dimensions: administrative organization, phases and control, assisting the opinion of the Educational ones and the Members of the Community, while according to the directives it is efficient in all their aspects.

Keywords: Administration contralora, PEIC, Administrative Organization, Phases and Control.

Recibido:02-08-2016 & Aprobado19-11-2016

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Introducción

La educación es en esencia y por excelencia, el proceso mediante el cual, se transmite saber y cultura a las generaciones más jóvenes, por lo que sus deficiencias, así como atributo, inciden de una u otra manera en la formación de los ciudadanos, y consecuentemente, implica diseñar y construir la sociedad que a mediano y largo plazo será la destinataria de cada individuo, mujer y hombre, que pase por su sistema.

Ciertamente, la gran idea es entonces contextualizar el aprendizaje, lo que significa enseñar y exigir a los alumnos de acuerdo a su contexto, donde los docentes, así como cada uno de los miembros de la gran comunidad educativa, asuman sus roles y funciones, siendo precisamente este el contexto donde cobra valor y forma el Proyecto Educativo Comunitario Integral, el cual se concibe como un proceso integral, global y permanente de construcción colectiva, porque se busca a través de éste, la construcción y dinamicidad de la vida de las instituciones educativas que a partir de su identidad elaboran, desarrollan y consolidan de manera progresiva y continua su visión y misión organizacional.

Precisamente, este ha sido el tema seleccionado para desarrollar el presente artículo de investigación, el cual tiene como objetivo analizar la responsabilidad social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), en las Escuelas Bolivarianas de las Parroquias Altagracia y Ana María Campos del Municipio Miranda del Estado Zulia. Asimismo, el estudio a través de los resultados, pondrá en evidencia las debilidades que presentan las comunidades educativas adscritas a las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda en el desarrollo de los PEIC.

Además, se considera importante el artículo, porque brindará en primer término, reflexiones y análisis en torno a la aplicación de una función esencialmente gerencial como es la responsabilidad de los PEIC, en sus procesos y en sus recursos, concretándose a los miembros de la comunidad educativa de un segmento de las escuelas del Municipio Miranda (Escuelas Bolivarianas), y con énfasis en su personal directivo y docente.

Un aspecto fundamental en el desarrollo exitoso de las organizaciones modernas y que se traduce en factor de efectividad y eficacia, está vinculado estrechamente al modelo gerencial que se aplica en las mismas, y en este sentido, la presente investigación tiene como propósito fundamental determinar la responsabilidad social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), de las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia.

Asimismo, el estudio a través de las operaciones de campo que se ejecuten, pondrá en evidencia las debilidades y fortalezas que presentan las comunidades educativas adscritas a las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda, en el desarrollo de la organización, componentes y control de la responsabilidad social de los PEIC, lo que consecuentemente, atenderá de una u otra forma, a aspectos inherentes a la capacidad de liderazgo de sus agentes educativos, permitiendo de esta forma, recomendar acciones estratégicas que permitan reorientar su capacitación gerencial mediante sugerencias en materia de mejoramiento profesional.

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Problemática

La conducción institucional planificada es la combinación adecuada de conocimiento y acción, orientada por el objetivo trazado de una organización, y en este sentido, la planificación no sólo consiste en conocer la realidad, diseñar el futuro y estudiar las posibilidades estratégicas de realización del plan; se trata más allá de esto, en un proceso permanente e incesante de hacer, revisar, evaluar y rehacer planes que sólo fomenta la tarea en la decisión concreta del día a día.

En este contexto, han surgido gran número y variedad de modelos gerenciales aplicables a la educación, a sus procesos, técnicas y recursos, entre los que destacan por su pertinencia el denominado “gerencia participativa”, el cual, según lo refiere la Universidad Central de Venezuela (2003), consiste en formar líderes para el ámbito educativo, capaces de incorporar a las instituciones en los procesos de cambio.

En este sentido, se fundamenta o conceptualiza la responsabilidad social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC.), definido por Lozano y Lara (2001), como el conjunto coherente de operaciones y acciones que permiten modificar una situación educativa inicial determinada en una situación-objetivo, caracterizada por un conjunto de factores de orden social que permiten mejorar las condiciones educativas del contexto y de la población en donde se interviene.

Asimismo, en el plano metodológico la responsabilidad social en el proyecto educativo se convierte en la unidad más operativa del proceso de planificación, y es el que permite modificar la realidad, esto se efectiviza a través de la generación de servicios y producción de bienes educativos cada vez más adecuados a la comunidad, por lo que su importancia reside en la ruptura de los vínculos con el modelo prescriptivo de la planificación tradicional, ya que no se limita al diagnóstico y la programación, sino que incluye la acción colectiva.

Los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios

Los proyectos educativos en un sentido global, son definidos por Lozano y Lara (2001), como una acción cultural o acción instrumental con dos grandes tendencias sobre las concepciones inherentes al mismo. La primera, que entiende el proyecto como estrategia de carácter instrumental, que se perfila como una herramienta útil para la planificación técnica que favorece el logro de la eficiencia interna de las actividades y/o procesos educativos y pedagógicos, como plan de trabajo determinado y estático, orientado a la previsión de las condiciones administrativas que resulten más eficaces en periodos concretos.

La segunda concepción de los proyectos educativos, apunta hacia la definición de una estrategia cultural que centra su interés en la naturaleza del proyecto como proceso dinámico con sentido histórico, permitiendo articular entorno a éste, todo el quehacer educativo, destacando la importancia en cuanto posibilita a los actores que hacen vida en la comunidad educativa y local, reflexionar de manera crítica – deliberativa en la educación como una alternativa para la transformación de un país, de una región, de un municipio.

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En el caso concreto de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), son en definición del Ministerio de Educación y Deportes, citado por Morales (2006:34), una herramienta contextualizada en la nueva escuela comunitaria, que “en el escenario de la institución educativa, tiene como fundamento la formación integral del sujeto – ciudadano, como artífice de su propio desarrollo, en el contexto de una democracia participativa y protagónica con equidad social”.

Este tipo de proyecto educativo está cristalizado casi en toda América Latina como lo refiere la citada autora, con base en tres dimensiones características, las cuales están acompañadas de líneas prioritarias, las cuales buscan concretar como producto un ciudadano en situación de plena intervención en la gestión local.

Responsabilidad Social de los PEIC

Al abordar el tema de la responsabilidad social, Andrade (2007), indica que en el idioma español no se encuentra la palabra equivalente a “accountability”, quizás por carecer culturalmente del concepto al cual alude. Sin embargo, en la actualidad se ha comenzado a utilizar el término “responsabilidad” para transmitir los conceptos que el término inglés conlleva: responsabilidad ante la comunidad, rendición de cuentas que no sean necesariamente en dinero, y compromiso moral y legal ante otros.

Por su parte, Esthern (2006), explica que la responsabilidad debe ser entendida como el deber de los funcionarios o empleados de rendir cuenta ante una autoridad superior y ante el público por los fondos o bienes públicos a su cargo y/o por una misión u objetivo encargado y aceptado.

A pesar de ello, el término responsabilidad y consecuentemente su conceptualización, no se ha incorporado a los modelos o paradigmas de la acción social en el continente latinoamericano, y más concretamente en Venezuela. Para ello, es necesario analizar reflexiva y críticamente según lo refiere Andrade (2007), elementos que han caracterizado a estas sociedades durante décadas: embauque, irresponsabilidad, abuso de confianza, estafa, tráfico de influencias y uso irrestricto de la prebenda; los cuales han sido constantes en los sistemas de valores del hombre y la mujer del continente.

Este análisis es vital en la medida en que estos términos dejen de considerarse como simples delitos tipificados en los también anacrónicos códigos de derecho civil o penal, para entender a la responsabilidad es un acto colectivo, y por ende, público, que hace referencia a la obligación que tiene el servidor público, en este caso en particular directivos y docentes de escuelas básicas, así como todo ser humano que actúa por delegación de terceros, de rendir cuentas morales y de responsabilizarse para bien o para mal, de los resultados de su acción y gestión.

De esta apreciación se deduce, que responsabilidad social significa que no se puede actuar en el anonimato, ni escudarse en la inmunidad, ni acogerse a las prescripciones de ley, siendo solamente posible, en un Estado de derecho, en una sociedad comunita-ria, en el contexto de una comunidad participativa, y donde cada ciudadano asume la

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propia responsabilidad de medir con ecuanimidad y sabiduría a sus gobernantes o autoridades.

Por otra parte, la responsabilidad social como atribución universal enfrenta a las sociedades del Tercer Milenio a un nuevo reto: las responsabilidades, cargas y tareas compartidas, donde el ciudadano debe asumir a plenitud su propio rol; sabedor de que si tiene malas autoridades, es también en parte por culpa suya; que en la hora de elegir tiene su propia carga de obligaciones morales, y que es un actor activo y responsable en lo bueno y malo de su comunidad, su ciudad, su país y su gobierno.

Organización de los PEIC

Según Peñate y Santiago (2001), establecen que la organización administrativa y gerencial de un proyecto educativo, independientemente de su naturaleza y propósito, debe llevarse a cabo en atención a una serie de pasos o etapas, las cuales tienen como función orientar a quienes lo elaboran, aportando un método para proceder en cada uno de sus elementos constitutivos; y en tal sentido, dichos pasos se explican a continuación:

- Elaboración de la Agenda: este proceso se inicia con la convocatoria por parte de los gerentes o directivos de la institución educativa a los miembros de la comuni-dad educativa para la organización del Proyecto Educativo Integral Comunitario, rigiéndose por las normas preestablecidas; o bien, mediante la elaboración de líneas de conductas que regulen la vida en la escuela, así como fijando fechas límites a cada una de las actividades de los diversos procesos que se cumplirán en la adopción del proyecto.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (2003) lo asocia con: a) conforma-ción de un equipo promotor comunitario integrado por el personal directivo, docente, alumnos, administrativo, obrero de la institución, asociación civil, fuerzas vivas y otros actores de la comunidad, b) generar estrategias orientadas a incentivar los miem-bros de la institución y de la comunidad hacia la participación activa, c) reunión preparatoria con los miembros de la comunidad, informantes claves, personal de la institución para el abordaje y diagnóstico de la realidad educativa y comunitaria, d) promover la creación de Asambleas comunitarias para la discusión de la comunidad, desde la perspectiva que se tiene y la Escuela que se quiere.

Este proceso busca establecer estructuras interactivas apoyadas en el compromiso y la toma de decisiones, enmarcado en acciones comunitarias que incentiven la negociación y la unificación de criterios. Estos indicadores dejan claro que cualquier decisión u opción tiene que estar legitimada por los actores que interactúan en el hecho educativo.

- Conformación de Grupos: de forma democrática y participativa se eligen mediante un método conocido por todos, los miembros que integrarán los diferentes grupos deliberantes para que analicen las propuestas que definirán el Proyecto Educa-tivo Integral Comunitario. En el caso particular de esta fase, el director de la escuela básica o unidad educativa debe realizar una inducción a los padres y representantes, a

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los educandos, a los docentes, al personal administrativo y obrero y miembros del sector productivo y representativo de la localidad o zona de influencia de la institu-ción, destacando la responsabilidad que asumirá cada uno en la ejecución del Proyecto Educativo Integral Comunitario.

- Adopción del Proyecto: concluida la etapa de la deliberación, se procederá a consultar al Consejo Escolar, pa ra posteriormente revisar las diversas propuestas elaboradas por todos los grupos deliberantes con el propósito de estructurar el proyecto educativo que se adoptará.

- Plan Operativo: el director de la escuela básica o unidad educativa, procederá a presentar a la comunidad educativa, dentro de un tiempo prudencial posteriores a la adopción del proyecto, el plan operativo del mismo, el cual deberá contener metas, estrategias, recursos y cronograma de actividades necesarias para alcanzar los objetivos del Proyecto Educativo Integral Comunitario, y su evaluación.

En cuanto a la definición de este aspecto en concreto, señalan Peñate y Santiago (2001), que juega un papel importante lo realizado en el planteamiento institucional, pues los diferentes elementos del uno y del otro se conjugan y se interrelacionan, de tal manera que la filosofía educativa, las metas, las estrategias, y el Currículo Básico Nacional (CBN), aspectos que deben necesariamente ser programados en función de las necesidades diagnosticadas por la comunidad educativa local.

- Modificación del Proyecto: un proyecto educativo puede, no necesariamente, ser modificado durante su ejecución, decisión que dependerá de los obstáculos o limitaciones que se presenten en materia de recursos humanos, materiales, técnicos y/o financieros; sin que esto indique de manera categórica, la realización de cambios radicales en el mismo.

Control de Responsabilidad

Siguiendo al Ministerio de Educación y Deportes, citado por Morales (2006), el seguimiento y monitoreo de los proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), contempla una serie de acciones que resultan relevantes para alcanzar con eficiencia y eficacia las metas y objetivos establecidos en el planteamiento institucional de la escuela.

En este orden de ideas, el seguimiento consiste en realizar apreciaciones sobre la contribución de las acciones planteadas con respecto al propósito y objetivos del proyecto Educativo Integral Comunitario; mientras que el monitoreo, se concreta a través de indicadores que favorecen la medición del grado y calidad con que se está desarrollando el proyecto en cuestión.

A este respecto, se enuncian y describen los criterios generales para llevar a cabo el seguimiento y monitoreo del Proyecto Educativo Integral Comunitario:

- Análisis Periódico: concretamente del plan de acción, y se lleva a cabo con el propósito de establecer el grado de cumplimiento de las actividades y objetivos que

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deben propender al alcance de las líneas de acción con respecto a los resultados obtenidos en el desarrollo del Proyecto Educativo Integral Comunitario.

- Indicadores de Gestión: esto tiene como propósito dar concreción al seguimiento y monitoreo como parte del control en la gestión contralora. Se trata de un estadístico que permite medir el alcance del proceso, así como el impacto alcanzado en el desarrollo del proyecto con respecto a las metas propuestas. Los indicadores de gestión dentro del proyecto asume características comunitarias y se orientan por estándares conformadas por indicadores que se confrontan con las particularidades de gestión de la escuela y la comunidad, de tal forma, que permite recoger evidencias, confrontarlas con el estándar y tomar decisiones para emitir juicios de valor sobre las acciones logradas y por consolidar.

En tal sentido, un indicador de logro, busca facilitar según lo refiere Morales (2006), el seguimiento y monitoreo de la implementación de actividades y acciones inherentes al proyecto, así como el desempeño del mismo y de sus actores involucrados.

- Plan de Seguimiento: éste, presenta una serie de elementos, los cuales se describen a continuación: a) se estructura sobre la base de estrategias de socialización, acompañamiento y control de procesos, b) supervisión y control periódico de la ejecución del Proyecto Educativo Integral Comunitario por parte de las autoridades del plantel, de la comunidad, del equipo promotor, del coordinador académico del Municipio Escolar y del Equipo Técnico de la División Académica, autoridades educativas del nivel central.

c) Acompañamiento y asesoría, con ajustes y retroalimentación del Proyecto Educativo Integral Comunitario (PEIC), lo que requiere necesariamente la partición del Equipo Promotor del mismo, d) Medición de los indicadores de logros en bases a investigaciones o estrategias de diagnósticos con carácter participativos, e) Estrategias de socialización, las cuales abarcan encuentros, reuniones, asambleas de participación para el análisis de los avances y limitaciones, trabajo de las comisiones, complementariedad, sostenibilidad y vialidad del proyecto.

Componentes de Responsabilidad

En cuanto a los aspectos que abarca el concepto de responsabilidad social, Borrel (2006), señala que se trata de un proceso con los siguientes componentes:

- Responsabilidades directivas: a partir de estas funciones básicas, la responsabilidad actúa sobre el gerente o directivo de las escuelas bolivarianas orientándole en la adopción de medios humanos y materiales a una estrategia organizacional, viéndose exigido a persuadir, motivar, controlar y potenciar a subordinados, iguales o superiores en jerarquía. Para esta tarea ya no es suficiente dirigir, en el sentido de guiar o llevar, sino que resulta necesario incriminar en la tarea, responsabilizar a las personas e ilusionarlas. Estas funciones básicas son: a) conocimiento del entorno y la realidad de la empresa, b) desarrollo de una estrategia organizacional y/o institucional, c) adaptación de medios humanos y materiales a

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dicha estrategia, d). toma de decisiones y ejecución de las mismas.

- Conductas directivas generales: hoy en día se admite que no existe una manera única en liderar organizaciones o instituciones, independientemente de su razón social. Sin embargo, en todas, el mejor líder es la persona capacitada precisamente para adaptarse a una cultura organizacional concreta. ¿En qué consiste adaptar nuestra manera de liderar al entorno empresarial o institucional en el que actuamos? Una primera aproximación suele establecerse a partir de la cualificación de los trabajadores.

En este orden de ideas, se afirma que los trabajadores, en este caso los agentes educativos, poco cualificados tendrán necesidad de conductas coactivas, autoritarias y afiliativas. En cambio, las organizaciones que están basadas en profesionales, cuyo producto depende directamente de su creatividad, deberán basar los liderazgos en conductas democráticas, de fijación de ritmo y asesoramiento.

- Conductas Directivas de Liderazgo: en este orden de ideas, las conductas de un líder pueden ser de diversos tipos:

a) Coactivas se basan en:- Anunciar en los momentos oportunos los premios y castigos de que dispone el líder o responsable del equipo. - Utilizar cuando resulte apropiado dichas sanciones de manera justa pero discrecional. - Tener cierto distanciamiento afectivo con los subalternos.

b) Autoritarias consisten en:

- Saber encarnar la autoridad a nivel de gestos, miradas y lenguaje. - Saber ordenar sin acritud ni tensión, como algo natural. - Incrementar la presión emocional cuando se prevé escaso cumplimiento de la orden. - Crear vínculos estables con los subalternos, poniendo a cada cual "en su sitio" pero en un marco de cordialidad.

c) Afiliativas consisten básicamente en: - Aparecer frente a los demás compañeros como ejemplo de buen hacer técnico y humano. - Interesarse por los subalternos a nivel personal y ayudarlos cuando ello es posible. Permitir grados de flexibilidad en las normas cuando ello está justificado. - Saber apoyar y premiar conductas positivas. - Estimular en los subordinados emociones más de identificación y amistad que de miedo y aversión.

d) Democráticas se basan en:- Ofrecer información que capacite para saber el valor del propio trabajo. - Debatir periódicamente la marcha de la empresa. - Consultar determinadas decisiones.

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e) De Fijación de Ritmo de Trabajo son: - Pactar con el subalterno la calidad, cantidad y plazo de realización del trabajo. - Negociar cualquier desviación y estudiar las causas que la produjeron. - Supervisar los plazos de ejecución, proporcionando premios o sanciones a un nivel más emocional que material.

f) De Asesoramiento, las cuales implican: ofrecerse como experto en base a su capacitación técnica.

Finalmente, en atención a estas fases descritos, se deduce que es imposible diseñar, elaborar y ejecutar un Proyecto Educativo Integral Comunitario (PEIC), sin la figura (presencia y acción) de un líder educativo, quien asume en primera instancia la responsabilidad social del mismo, de la vida en la institución y en la comunidad educativa, así como local.

Esto es posible, porque los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), exige a todos los actores involucrados en el quehacer educativo y miembros de la comunidad, configurarse en un estadio superior como creador de un Ethos colectivo, es decir de un sistema de valores y creencias que dan significado a la escuela como organización y al esfuerzo público y colectivo.

Metodología

La investigación fue de tipo descriptivo con diseño transaccional y modalidad de campo. Se seleccionó como población tres grupos: el primero de directivos que estuvo constituido por ocho (8) directores y subdirectores; el segundo, por sesenta y cinco (65) docentes y el tercero por setecientos cuarenta y seis (746) miembros de la comunidad de las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia.

Para los grupos 1 y 2, no hubo muestra, puesto que se trabajó a través de un censo poblacional, mientras que, para determinar el tamaño de la muestra del tercer grupo de la población, se aplicó la fórmula planteada por Sierra (citado por Chávez, 2004). La cantidad de sujetos que constituyeron la muestra del segmento Miembros de la Comunidad, fue de doscientos sesenta y uno (261). El muestreo fue aleatorio simple, probabilístico y estratificado.

En cuanto al instrumento, fue un cuestionario para el registro definitivo de los puntajes por parte de la población de estudio. Presentando una escala de frecuencia tipo Likert, que tiene un total de tres alternativas, los cuales son: Siempre (S), Algunas Veces (AV) y Nunca (N).

El tratamiento estadístico es de carácter descriptivo, se utilizó el paquete estadístico SPSS, a través del cual se establecieron las medias aritméticas. Posteriormente, para la discusión de los resultados, se elaboraron tablas de distribución de medias aritméticas para la variable, dimensiones y los indicadores; las cuales fueron categorizadas según un baremo previamente establecido que se construyen con base en los intervalos que ofrecen las alternativas de respuesta planteadas en el instrumento.

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En la tabla 1 se observa la dimensión organización por indicadores, la cual logró una media aritmética de x = 79 mayor a x = 1,65 puntos en la elaboración de la agenda, siendo éste el puntaje más bajo, y el superior de x = 1,88 puntos en el plan operativo. En cuanto a los sujetos, el mayor puntaje fue obtenido por los directivos x = 2,72 puntos y el menor valor lo obtuvieron los docentes y los miembros de la comunidad con x = 1,33 puntos ambos.

Análisis y Discusión de los Resultados

En el cuadro 1 se puede ver la variable responsabilidad social de los PEIC por dimensiones, la cual logró una media aritmética de x = 1,85 puntos mayor a x = 1,83 puntos en control, observándose que éste es el puntaje más bajo, y el superior de x = 1,88 puntos en componentes. En cuanto a los sujetos, el puntaje más alto fue obtenido por los directivos x = 2,70 puntos y el menor valor lo obtuvieron los docentes junto con los miembros de la comunidad con x = 1,48 puntos respectivamente.

Atendiendo los criterios y rangos establecidos, se concretó con el valor de la media aritmética obtenida por la variable, que la responsabilidad social de los PEIC arroja respuestas deficientes. Y, en atención a los sujetos es significativo destacar que según la media aritmética obtenida por los directivos la misma se manifiesta de manera eficiente, mientras que según los docentes y miembros de la comunidad ésta es deficiente.

Cuadro 1Baremo ponderado para la media de la variable Responsabilidad Social

de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios

Categoría Ineficiente

Medianamente IneficienteMedianamente Eficiente

Eficiente

Fuente: Romero y Liendo (2015)

1 − 1,5 1,5 – 22 − 2,52,5 - 3

Rango

Tabla 1Distribución de Medias Aritméticas de las Dimensiones de la Variable

Responsabilidad Social de los PEIC

Fuente: Romero y Liendo (2015)

Dimensiones Sujetos Organización Componentes Control

x total por

sujeto Directivos 2,62 2,70 2,79 2,70

Docentes 1,47 1,48 1,36 1,43

Comunidad

1,48

1,48

1,34

1,43

x por dimensión

1,86

1,88

1,83

1,85

Responsabilidad Social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios en Instituciones Educativas

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 31

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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Atendiendo los criterios y rangos establecidos, se concretó con el valor de la media aritmética obtenida por la dimensión, que la organización de los PEIC se desarrolla de manera deficiente. Con relación a los sujetos, es importante señalar que según la media aritmética obtenida por los directores la misma se desarrolla de manera eficiente, mientras que según los docentes y miembros de la comunidad ésta es deficiente.

Tabla 2Distribución de Medias Aritméticas la Dimensión

Organización, por Indicador

Tabla 3Distribución de Medias Aritméticas de las Dimensión

Componentes, por Indicador

Elaboración de la agenda

Conformación de Grupos

Adopción del

Proyecto Plan

Operativo Modificación del Proyecto

x total por

sujeto Directivos 2,70 2,75 2,75 2,75 2,66 2, 72 Docentes 1,13 1,26 1,43 1,46 1,40 1,33 Comunidad 1,12 1,27 1,42 1,45 1,39 1,33 x por indicador 1,65 1,76 1,86 1,88 1,81 1,79

IndicadoresSujetos

Fuente: Romero y Liendo (2015)

Fuente: Romero, Romero, Basanta y Liendo (2007).

En la tabla 2 podemos observar la dimensión Componentes por indicadores, la cual obtuvo una media aritmética de x = 1,85 puntos mayor a x = 1,83 puntos en conductas directivas de liderazgo, siendo éste el puntaje más bajo, y el más alto de x = 1,88 puntos en conductas directivas generales. Haciendo mención de los sujetos, el mayor porcentaje fue obtenido por los directivos x = 2,70 puntos y el menor valor lo obtuvieron los docentes y miembros de la comunidad con x = 1,43 puntos ambos.

Cuando se compara con los criterios y rangos establecidos, se concretó con el valor de la media aritmética obtenida por la dimensión, que el control de los PEIC se lleva a cabo de manera deficiente. En atención a los sujetos, es importante destacar que según la media aritmética obtenida por los directores la misma se desarrolla de manera eficiente, mientras que según los docentes y miembros de la comunidad ésta se está realizando de una forma deficiente.

Indicadores

Sujetos Responsabilida

d-des Directivas

Conductas Directivas Generales

Conductas Directivas de Liderazgo

Directivos 2,62 2,70 2,79 2,70

Docentes 1,47 1,48 1,36 1,43Comunidad 1,48 1,48 1,34 1,43x por indicador 1,86

1,88

1,83

1,85

x total por

sujeto

Zoleida Liendo Durán - Rosario Romero Parra

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201732

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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En la tabla 3 podemos observar la dimensión Control por indicadores, la cual obtuvo una media aritmética de x = 1,86 puntos mayor a x = 1,81 puntos en indicadores de gestión, siendo éste el puntaje más bajo, y el más alto de x = 1,89 puntos en el plan de seguimiento. Haciendo mención de los sujetos, el mayor porcentaje fue obtenido por los directivos x = 2,62 puntos y el menor valor lo obtuvieron los docentes y miembros de la comunidad con x = 1,47 y x = 1,48 puntos respectivamente.

Atendiendo los criterios y rangos establecidos, se concretó con el valor de la media aritmética obtenida por la dimensión, que el control de los PEIC se lleva a cabo de manera deficiente. En atención a los sujetos, es importante destacar que según la media aritmética obtenida por los directores la misma se desarrolla de manera eficiente, mientras que según los docentes y miembros de la comunidad ésta se está realizando de una forma deficiente.

Consideraciones �nales

La responsabilidad social de los PEIC en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es ineficiente según los Docentes y Miembros de la Comunidad, ya que se encuentra asociada a conductas de un tipo de liderazgo que limita lo coactivo, es decir, gerentes que saben cuándo resulta apropiado sancionar de manera justa pero discrecional; y autoritaria, evidenciado en acciones que buscan incrementar la presión emocional cuando se prevé escaso cumplimiento de la orden.

Por otro lado, según los Directivos la responsabilidad social de los PEIC en las

Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es eficiente en todos sus aspectos.

La organización de los PEIC en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es ineficiente, según los Docentes y Miembros de la Comunidad. Presentando debilidades en todos sus aspectos, las cuales se evidencian en la falta de promoción de cursos de inducción para la comunidad educativa y la falta de convocatoria a representantes de la comunidad local para que participen en dichos

Tabla 4Distribución de Medias Aritméticas de la Dimensión

Control, por Indicador

Fuente: Romero y Liendo (2015).

Indicadores

Sujetos Análisis

Periódico

Directivos 2,58 2,62 2,66 2,62

Docentes 1,51 1,41 1,48 1,47Comunidad 1,52 1,41 1,52 1,48x por indicador 1,87

1,81

1,89

1,86

x total por

sujetoIndicadoresde Gestión

Plan deSeguimiento

Responsabilidad Social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios en Instituciones Educativas

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 33

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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cursos; la falta de consulta al Consejo Escolar finalizado el proceso de deliberación, a lo que se adiciona la no revisión de propuestas; la no presentación del plan operativo a la comunidad en tiempo prudencial. Sin embargo, atendiendo la opinión de los Directivos, la organización de los PEIC en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es eficiente en todos sus aspectos.

El control de los PEIC en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es ineficiente, según los Docentes y Miembros de la Comunidad. Puesto que, no se utilizan estrategias de socialización y acompañamiento, descuidando lo inherente a la supervisión periódica con representantes de la comunidad, dejando igualmente de lado, el uso de indicadores de gestión para la medición de logros y la auto-evaluación del desempeño; en otras palabras, no se hacen seguimiento a los proyectos, ni se analizan los avances en comisiones de trabajo, por lo que no hay retroalimentación.

Por otra parte, según los Directivos el control de la responsabilidad social de los PEIC en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, es eficiente en todos sus aspectos.

Con respecto a las conclusiones obtenidas, sobre el análisis de la Responsabilidad social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC) en las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda del Estado Zulia, se recomienda a los supervisores de éstas instituciones, lo siguiente:

a) Promocionar y ejecutar cursos y talleres de inducción; sobre la gestión contralora de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), para Directivos, Docentes y los Miembros de la comunidad educativa.

b) Convocar y estimular a todos los miembros de la comunidad educativa: directivos, docentes, personal administrativo y obrero, estudiantes, y sobre todo, miembros de las instituciones y organizaciones que pertenecen a la localidad, para que participen en los cursos y talleres de inducción, familiarizándolos con los Proyecto Educativo Integral Comunitario (PEIC).

c) Utilizar estrategias de socialización y acompañamiento, que permitan a la dirección de las Escuelas Bolivarianas del Municipio Miranda (Estado Zulia), llevar a cabo con éxito supervisiones periódicas con representantes de la comunidad, haciendo para ello uso de indicadores de gestión para la medición de logros y la auto-evaluación del desempeño.

d) Liderizar los planes de acción, conjuntamente con los miembros de la comunidad educativa, y más concretamente con los miembros de los grupos deliberantes y revisar constantemente, las propuestas educativas de las Instituciones.

e) Establecer una metodología normativa para la evaluación de problemas institucionales, por parte de los grupos deliberantes, haciendo uso de métodos y técnicas, para la formulación de sub–proyectos como parte del Plan de Análisis del Proyecto Educativo Integral Comunitario.

Zoleida Liendo Durán - Rosario Romero Parra

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201734

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 35

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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Zoleida Liendo Durán - Rosario Romero Parra

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201736

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

Xxi Century Education And Training In Securities In �e University Of Venezuela

Jenny Ocando Medina. Universidad del Zulia

El proceso de modernización y transformación de las sociedades contemporáneas implica en el ámbito educativo una seria revisión para comprender la dinámica universitaria, enmarcados en una visión humanista, critico, reflexiva, orientada a responder los problemas del entorno, es por tal razón que los recintos universitarios están cada vez más necesitados de invertir tiempo, esfuerzos, prácticas pedagógicas, dentro de paradigmas emergentes, para lograr la innovación educativa del siglo XXI, dentro de parámetros de calidad educativa, participación mediadora del docente como líder trasformador, rol del estudiante como ser abierto para el desarrollo de la personalidad, delineado en el sistema de valores implícito en el currículo, y el entorno como espacio para demostrar los conocimientos adquiridos. El presente ensayo se planteó como propósito fundamental analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario. En este trabajo se desarrolló un diseño de investigación documental, sobre diversas perspectivas que sostienen la apremiante necesidad de contribuir a la formación integral del estudiante universitario con proyección social, complementado con el análisis del basamento legal de la Constitución de la República Bolivariana (2009), Ley de Educación (2009), Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), Ley de Universidades (1970) y Ley del Servicio Comunitario (2005). En las consideraciones finales se sintetiza que la educación se fundamenta entre espacios de convivencia, y apertura a los valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias especializadas, así como también, la formación de un ser íntegro, bajo una perspectiva humanística reflexiva, capaz de responder a problemáticas sociales.

Resumen

Palabras clave: Educación universitaria, formación, valores, estudiante.

Recibido:02-08-2016 & Aprobado19-11-2016

Alfa y OmegaRevista Multidisciplinaria de InvestigaciónVol.I. N°1. Enero-Junio 2017: ISSN: 2410-1362

educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

Abstract

The process of modernization and transformation of contemporary societies in education involves serious review to understand the dynamics of the university, framed in a humanistic vision, critical, reflective, aimed at tackling environmental problems, it is for this reason that college campuses are increasingly need to invest time, effort, teaching practices within emerging paradigms to achieve educational innovation of the century, in terms of quality of education, teacher involvement as mediator transformer leader, student's role as being open for personality development, outlined in the value system implicit in the curriculum, and the environment as a space to demonstrate the knowledge acquired. This paper was presented as test analyze fundamental purpose and values education in universities axiological component of Venezuela, with emphasis on human development-social-ethical university graduate. In this article, we developed a research design documentary holding different perspectives on the pressing need to contribute to the integral development of the college student outreach, complemented with an analysis of the legal foundation of the Constitution of the Bolivarian Republic (2009), Education Act (2009), World Conference on Higher Education (2009), Universities Act (1970) and Community Service Act (2005). The final considerations that education is synthesized builds between living spaces, aperturando to basic values such as solidarity, dialectical rationality and participation, emphasizing the construction of training college student with great expertise, as well as, the formation of an integrated being under a humanistic perspective reflective, able to respond to social problems.

Jenny Ocando Medina

Introducción

Las sociedades enfrentan continuos cambios propios de la era que implican transformaciones en diversos sectores como económico, político, social, educativo, cultural y tecnológico. Sin embargo, en toda sociedad para poder afrontar desafíos que están envueltos en ella, debe buscar la manera más efectiva de relacionarse, aprender, comunicarse y comprender su entorno, a través del desarrollo del conocimiento, como principal valor de todo ciudadano.

En ese sentido, para enriquecer el conocimiento es necesario una educación de calidad, donde las universidades asuman el compromiso de promover alternativas efectivas para el progreso social, el cual subyace en la convergencia de la gestión de diversos sectores con el educativo, generando una relación sincrónica para el progreso de la sociedad, a través de planes estratégicos, que respondan a los problemas de las comunidades, sin obviar los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

Al respecto alude Celis (2008), que las universidades “enfrentan grandes presiones sociales en demanda de su transformación, debido a los cambios experimentados en el campo científico, tecnológico y económico que repercuten en la cultura y la educación.” (p.1) Por lo tanto, el sector universitario en su continua revisión curricular y políticas organizacionales para evolucionar en el tiempo y mantenerse en status de calidad, debe contar con profesionales de la docencia

Keywords: college education, training, values, student.

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201738

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 39

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

Jenny Ocando Medina

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201740

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 41

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

Jenny Ocando Medina

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201742

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 43

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

Jenny Ocando Medina

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201744

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 45

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Jenny Ocando Medina

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201746

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 47

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

Jenny Ocando Medina

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201748

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 49

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de Venezuela

Referencias Bibliográ�cas

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Disponible en http://www.oei.es/de/gb.htm.

Celis (2008) Experiencias innovadoras de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) en formación docente. Disponible en http://150.187.142.20/in-fo-general/eventos/Pregrado/Archivos/ExperienInnovaUPELFormaDocent.pdf

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 2009.

Ley Orgánica de Educación. (2009) Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. (Gaceta Oficial Extraordinario Número 5.929. 15-09)

Ley de universidades (Circular Nº 1 del Consejo Universitario de 13 de enero de 1978). Caracas, Venezuela.

Tovar (2010) Educación en valores en el contexto universitario. Perfil de valores de un docente universitario. Disponible en http://axiologiaxv2010.blogspot.com/2010/03/e-ducacion-en-valores-en-el-contexto.html

Conferencia Mundial sobre la Educación Superior - 2009: La nueva dinámica de la educación superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo (Sede de la UNESCO, París, 5-8 de julio de 2009). COMUNICADO.

Cristo, Miranda y Pérez (2009) Valores en la Educación Superior. Disponible en http://www.econlink.com.ar/node/2477

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educación de calidad que fomenta los sistemas de valores a través del compromiso social.

Perspectiva integral de la educación universitaria: calidad académica y servicio social.

La calidad educativa en Latinoamérica ha sido tema de interés en las últimas décadas, países como Brasil, Colombia, Venezuela, entre otros, han introducido un conjunto de herramientas vinculadas con el sector público, privado y productivo para la eficacia, la eficiencia, la productividad y la competitividad, por lo que refieren Vásquez y Urías (2010), lo siguiente:

La transformación académica como proceso evolutivo gira alrededor de oportunidades, amenazas, impactos y sobre todo del tiempo disponible para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas, de concebir los principios y valores, de concebir las estructuras académicas y de asumir nuevos comportamientos que demandan necesariamente una nueva forma de gestionar el conocimiento. (p.3)

De allí que, en aras de consolidar el saber y mantener la ética y el desarrollo social, se vincula sinérgicamente las funciones universitarias, dándole a estas una connotación epistémica de mayor amplitud, flexibilidad y complejidad puesto que se añaden un componentes curriculares básico que es la responsabilidad social, el cual va mas allá de la formación académica, es “la búsqueda de la formación como ciudadanos socialmente responsables y como profesionales con estándares de calidad, responsables, competitivos, éticamente orientados y socialmente comprometidos.” Preparados además a la parte técnica y al sector productivo (Tovar (2010) p. 100)

En acuerdo a ello, para contribuir a la formación integral del estudiante universitario, es necesario la proyección social implementadas en los establecimientos universitarios, estableciendo alianzas con diferentes organizaciones directamente relacionadas con es el Ministerio de Educación Superior, universidades públicas y privadas, además de organizaciones del sector público, privado, las comunidades organizadas entre otros, para contribuir a los planes de desarrollo de la nación.

Así lo señala Villegas y Castillo (2011):

La responsabilidad social de las instituciones de educación universitaria, tal como lo establece la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante d Educación Superior, (2005) deberá desarrollarse por medio de su proyección social y de su investigación aplicada hacia las comunidades con la participación de todos sus actores, en busca de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y satisfacer las necesidades existentes en ella. (p. 102)

Desde este punto de vista, la tendencia de las universidades es buscar la calidad educativa por medio del aprendizaje en servicio, el cual favorece significativamente la generación y transmisión del conocimiento, así como también de desarrollo el potencial creativo, pensamiento crítico, con criterios éticos y humanísticos de

solidaridad y excelencia a través de la formación para el trabajo social.

Al respecto, alude Hernández (2012)

El aprendizaje-servicio es una propuesta sustentada en el protagonismo estudiantil, con una intencionalidad académica y una transformación oportuna de la educación tradicional a una educación de calidad, innovadora, participativa, solidaria que genera profesionales con calidad humana, ética valores y sobretodo socialmente responsable. (p.5)

De tal manera que, las universidades en su rol determinante de transformador social, para construir el conocimiento y forjar labor social, se vale primeramente en procesos académicos que garanticen la consolidación del saber, que fortalezcan la formación integral de los estudiantes y transformen con sus propias experiencias nuevos lineamientos en el plano curricular en búsqueda de la excelencia académica y flexibilidad curricular, enmarcada en términos vivenciales, participativos y corresponsables.

Atendiendo a esta transformación académica es necesario implementar el aprendizaje-servicio, el cual está basado en un modelo que promueve actividades estudiantiles solidarias, no solo por atender necesidades de la comunidad, sino para mejorar la calidad académicas, así como la formación personal en valores y la participación ciudadana responsable.(Hernández, 2012 p.3)

Al igual, favorecer las dimensiones del aprender a ser, hacer, conocer y el aprender a convivir con la búsqueda continua de la excelencia académica con compromiso social y articulando las funciones universitarias. De allí, que la participación del propio estudiante como elemento potencial para la calidad educativa fortalece la innovación, la creatividad, la experiencia vivencial, y empatía tanto por las actividades académicas como por el trabajo colectivo. En función de estos nuevos escenarios, plantea Orozco (1994, p.79) citado por Reyes (2002):

Las universidades se inspiran en los principios de producción del conocimiento, formación humana y el servicio a la sociedad, en los cuales descansa la investigación, la docencia y la extensión; ésta última desarrollada para un servicio de múltiples modalidades a la sociedad: educación permanente, vinculación creativa con el sector externo, de la crítica cultural y de la generación de modelos de sociedad deseable hacia el futuro para la región. (p.79)

En consecuencia, el horizonte que transitan las universidades venezolanas hoy en día fortalece el desarrollo del individuo de manera integral, por ser el estudiante universitario parte de una comunidad y como tal es capaz de participar e interactuar en ella, conocer sus realidades y fortalecer sus conocimiento resolviendo problemas de su entorno, desde un papel protagónico de la acción social, de manera que se fortalece el proceso de aprendizaje como tal, así como también rasgos de la personalidad como lo son la ética, la solidaridad, la igualdad y la justicia.

Por esta razón, se hace oportuno aludir los planteamientos de Hernández (2012),

González, Marín y González (2007) La inteligencia ética: alternativa para el logro de organizaciones socialmente responsables. Disponible en http:// redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=90470204

Guzmán (2012), La Tic y la crisis en la educación. Algunas claves para su consideración. Disponible en http://www.virtualeduca.org/documentos/yanez.pdf

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Hernández (2012). Aprendizaje – servicio como elemento para el fortalecimiento de la calidad académica. Disponible en http://www.zerbikas.es/es/documento.asp?id=30806

Padrón (2004) El tejido pedagógico multidimensional: la trascendencia del docente reflexivo. Educere, vol. 8.p.11 Obtenido el 27 de mayo de 2010 en http://www.saber.ula.ve

Pachano, Reyes y García (2012) El docente universitario en el marco de la innovación curricular en Venezuela. Revista arbitrada Redhecs. Disponible en http://www.publicaciones.urbe.edu/index.php/cicag/article/viewArticle/364/86. Consultado el 2 de junio 2012

Reyes, U. y Garcés, D. (2002). La transformación de la universidad a través de la docencia, la investigación y la extensión.

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Jenny Ocando Medina

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201750

vanguardista, perfilados dentro de competencias innovadoras para enfrentar a los nuevos escenarios pedagógicos vinculando universidad y sociedad, dentro de una configuración humanista.

Es importante agregar los señalamientos de Pachano, Reyes y García (2012) que refieren:

“El reto fundamental de la educación es la superación del modelo tecnocrático por la reflexión sobre una concepción humanista que considera al docente como un mediador, descartando posiciones verticalistas, donde el conocimiento es concebido como el resultado de una interacción, de un diálogo entre el sujeto y el objeto como el rasgo definitorio para la trasformación social.”(p.2)

En tal sentido, las universidades venezolanas como organización social, y por su capacidad autónoma organizativa, académica, administrativa, económica y financiera, expuesto en el artículo 9 de la Ley de de Universidades (1970), se orienta hacia la perspectiva progresista, humanística y transformadora capaz de propiciar el aprendizaje, la innovación y el mejoramiento continuo en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales de la persona para el avance social, tal como queda plasmado en las disposiciones fundamentales de dicha ley.

En función de lo antes mencionado, el presente artículo de ensayo, se propone analizar la formación en valores como componente axiológico en las universidades de Venezuela, haciendo énfasis en el desarrollo humano-ético-social del egresado universitario.

Análisis de la Fundamentación Legal

En el preámbulo constitucional, el campo del saber asume una dinámica social, donde la comunidad universitaria desarrolla el quehacer educativo en espacios donde se propicia la reflexión crítica, la praxis ética, el trabajo colaborativo y el abordaje sociocultural e intersectorial de lo pedagógico.

De manera que, las universidades para responder a los cambios que demanda la sociedad, es menester considerar varios aspectos, principalmente el cumplimiento de lo plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 2009, el cual explica claramente en el artículo 2, el estado venezolano defiende, los valores principales que son: la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

En efecto, los recitos educativos tienen la gran responsabilidad de formar a egresados con visión prospectiva para participar en las fuerzas activas de la sociedad, bajo principios éticos y morales, contribuyendo al desarrollo del país. Por lo cual los universitario deben contar con espacios de diálogos, afianzando los derechos humanos, donde a la par de la formación científica, también se considere la voz del estudiante como núcleo de las necesidades propias de la comunidad, así como también, propuestas y análisis para la toma de decisiones en el diseño de proyectos

académicos integrados, involucrando a los actores de la comunidad universitaria, para generar herramientas básicas y afrontar la exigencia de la dinámica social.

En tal sentido, la Ley Orgánica de de Educación (2009) en el artículo 3 reconoce los principios de la educación aquellos relacionados con la participación, la corresponsabilidad y valoración social:

Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos. (LOE, p.2)

De modo que, las universidades en su énfasis de formación para la profesionalización, también se orienta a la formación integral que implica el desarrollo de cualidades morales, basadas en la educación en valores, donde el papel del docente se convierte en protagonista para delinear aptitudes humanistas en el estudiantado. Así lo plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 104:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica.

En ese sentido, el rol del docente es considerado dentro de una visión humanista e integral, capaz de aprender continuamente en el proceso dinámico del cual está inmerso; con capacidad de adoptar nuevos paradigmas pedagógicos, acentuando la ética y consolidando el conocimiento con la investigación y extensión universitaria. Al respecto refiere la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009) realizada en la sede de UNESCO; Paris que “para garantizar la calidad de la enseñanza es preciso reconocer la importancia de atraer y retener un personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido con su labor. (p.4)

En consecuencia, alude Padrón (2004) que el docente tiene:

…capacidad para orientar, mediar, facilitar, es decir, trascender hacia la verdadera comprensión del alumno; proponer y generar una gestión del conocimiento, que dista mucho de las apropiaciones meramente intelectuales, porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero, sin entropía y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural. (p.1)

Por otro lado, la universidad dentro de sus competencias curriculares y formalidades educativas, articuladas con los planes de la nación, conforma la

comunidad de ciudadanos dispuestos a responder a las exigencias de su entorno, por medio del aprendizaje en servicio social, a través de la consolidación del hacer, conocer, convivir y emprender, atendiendo los planteamiento de la Conferencia Mundial de la Educación Superior (2009), realizada en sede la UNESCO, Paris, señala en el artículo 4 lo siguiente:

La educación superior debe no sólo proporcionar competencias sólidas para el mundo de hoy y de mañana, sino contribuir además a la formación de ciudadanos dotados de principios éticos, comprometidos con la construcción de la paz, la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia. (p.2)

Considerando esta perspectiva, señala Rojas (2009), que la universidad orienta las actividades docentes bajo el currículo oficial, estructurado y diseñado de manera aislada a las realidades propias del quehacer cotidiano, por lo cual es necesario que exista un currículo subyacente con la fusión del currículo oficial y las dimensiones del currículo oculto para poder consolidar una educación en valores, creando espacios interdisciplinarios, dialógicos, para establecer los fundamentos de una práctica pedagógica axiológica y encausar al profesional excelente dentro del marco de una cultura humanista.

En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

“El papel de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que de sustento a una conciencia ética.” (p.256)

Por tanto, la formación de la ética, dentro del contexto universitario implica el elemento axiológico a cargo de los docentes dispuestos a formar a estudiantes en el marco de esas competencias, es decir la formación de individuos con una conciencia ética que les exija a pensar en el colectivo, en las consecuencias de sus actos y a responsabilizarse por ellos, “orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador” (LOE 2009p.5)

Asimismo, señala Tovar (2010) que el sector universitario en Venezuela ha desarrollado una importante papel para el desarrollo del el país, puesto que contribuye significativamente en la generación del conocimiento, la elevación de profesionales al servicio de la comunidad y sobre todo en arraigar la democracia, sin embargo también refiere que: “se debe convocar a la formación de un hombre más humano, más sensible a su entorno; en tal sentido, debe plantearse como meta

principal la creación de valores éticos: eficacia, eficiencia, transparencia y equidad.” (p.1)

Al respecto, la LOE (2009) refiere en los siguientes artículos lo siguiente:

Artículo 6:

d.- de desarrollo socio-cognitivo integral de ciudadanos y ciudadanas, articulando de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir, para desarrollar armónicamente los aspectos cognitivos, afectivos, axiológicos y prácticos, y superar la fragmentación, la atomización del saber y la separación entre las actividades manuales e intelectuales. (p5)

Artículo 27°:

La educación superior tendrá los siguientes objetivos:1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales y especialistas y promover su actualización y mejoramiento conforme a las necesidades del desarrollo nacional del progreso científico.2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la sociedad y del desarrollo independiente de la nación.3. Difundir los conocimientos para elevar el nivel cultural y ponerlos al servicio de la sociedad y del desarrollo integral del hombre.

Es por tal razón, que en la actualidad las universidades venezolanas hacen hincapié a la formación de valores, apoyada en los principios de responsabilidad social, tal como lo señala la Ley Orgánica de Educación en el artículo 13. La responsabilidad social y la solidaridad constituyen principios básicos de la formación ciudadana de los y las estudiantes en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo. (p.9)

Por otra parte, las universidades venezolanas para fomentar el principio de responsabilidad a través de la Ley del Servicio Comunitario (2005) se mencionan los siguientes fines:

1. Fomentar en el estudiante, la solidaridad y el compromiso con la comunidad como norma ética y ciudadana. 2. Hacer un acto de reciprocidad con la sociedad. 3. Enriquecer la actividad de educación superior, a través del aprendizaje servicio, con la aplicación de los conocimientos adquiridos durante la formación académica, artística, cultural y deportiva. 4. Integrar las instituciones de educación superior con la comunidad, para contribuir al desarrollo de la sociedad venezolana. 5. Formar, a través del aprendizaje servicio, el capital social en el país.

Lo antes expuesto ratifica que la escénica de la educación universitaria radica en una visión holística e integral donde la participación, el consenso, y la corresponsabilidad y la interdisciplinaridad, son los principales indicadores de la

“Al realizar prácticas comunitarias, en el marco de las transformaciones curriculares los estudiantes se orientan mejor a las realidades del mundo social, laboral, fortalecen su capacidad de iniciativa, competencias, sus habilidades de comunicación y ayuda a consolidar conocimiento” (p.9)

Por ende, la calidad educativa parte desde la premisa de poder tomar decisiones para aminorar los problemas de su comunidad, basándose en los conocimientos adquiridos por parte de los estudiante universitario y experiencias pedagógicas que brinda el docente mediador para concienciar sobre la realidad existente, el cual se evidencia el carácter integral que caracteriza las universidades como espacios de desarrollo humanístico, ético y social.

Principios curriculares para el desarrollo humanista en las universidades.

Para lograr que se produzca una transformación universitaria, es importante que en el ámbito curricular se atienda aspectos que a continuación se detallan:

Búsqueda de la excelencia con una visión humanista.

Para la búsqueda de la excelencia educativa, las universidades deben propiciar espacios de formación integral, es decir contribuir a la formación del personal docente, con competencias innovadoras, capacitados para los nuevos escenarios académicos, que estimule la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad a través del liderazgo emprendedor con visión global y progresista.

En este sentido, refiere la Conferencia Mundial de Educación Superior (2009),

realizada en sede UNESCO, Paris, en el marco de la nueva dinámica de la Educación Superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo:

Los criterios de calidad deben reflejar los objetivos globales de la educación superior, en particular la meta de cultivar en los alumnos el pensamiento crítico e independiente y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, estimulando la innovación y diversidad, con el personal docente y de investigación.

En consecuencia, un modelo curricular enmarcado en principios curriculares de desarrollo integral, se define como:

…una visión humanista, que enfatiza el respeto por la dignidad de la persona y promueve la confianza en la capacidad de aprender de los actores involucrados en el proceso educativo. Esta concepción sostiene la importancia de un clima favorable que permita la expresión de lo subjetivo y facilite las relaciones interpersonales y la integración de equipos de aprendizaje consustanciados y comprometidos con la formación permanente y el desarrollo humano. (Celis, 2008 p.40)

De manera que, el diseño curricular reposa en estrategias pedagógicas que enfatice en el desarrollo de la personalidad, el conocimiento y la convivencia, a través de proyectos de aprendizaje-servicio, estableciendo alianzas con las diferentes fuerzas

vivas de la comunidad, construyendo continuamente con las experiencias generadas en los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y vivencia de valores, como componentes curriculares en cada recinto educativo. Agrega Torre (2006), que “la sabiduría y el conocimiento de la organización tienen su base en un proceso de investigación y desarrollo continuo, la investigación alcanza un sistema de información que sirve de base para la toma de decisión asertiva.” (p.13)

Integración curricular.

Las universidades que atienden afinadamente las dimensiones del aprendizaje, facilitan herramientas de apoyo para consolidar el saber científico, generan nuevos conocimientos y propuestas transformadoras para fortalecer el sistema universitario.

Señala Vásquez y Uría (2010) que:

La integración curricular está vinculado directamente con las funciones académicas universitarias; el integrarlas en un modelo para que estas se articulen y acomoden en un todo sistémico, que contribuya al funcionamiento óptimo y de calidad del sistema de educación superior venezolana, es decir proponer un mecanismo para un funcionamiento integrado atendiendo a la misión de la universidad y a sus funciones de docencia, investigación y extensión, que para efectos de la modelación se denominarán formación integral, creación intelectual y vinculación social. (p.9)

En efecto, la educación universitaria, debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido ético, sistema de valores, responsabilidad individual, espiritualidad; a través de la educación, de un pensamiento autónomo, que les permita emitir juicios sobre que deben hacer en las diferentes circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de la vida. Agrega Rojas (2009) que: “los contenidos transversales dentro de los currículos deben responder a problemáticas sociales actuales y relevantes desde una dimensión ética, que supone formalizar una educación en valores y actitudes, presente a lo largo del proceso de formación.”(p.6).

De manera que el componente curricular en las universidades esta dado por un sistema de principios que garantice la formación del egresado a través de planes y programas cónsonos con características morales del perfil universitario.

Al respecto, Vásquez y Uría (2010) citados por Pachano, Reyes y García (2012)

refiere que:

el currículo universitario debe asumir como su tarea la formación de sujetos morales a través de procesos que afecten a todos los integrantes de la comunidad educativa; en congruencia con las necesidades y prioridades nacionales y regionales, buscando el fortalecimiento de la sociedad civil en el empeño por la implementación de procesos de formación para la ciudadanía y el fortalecimiento de lo público y de la democracia; esta sería la posibilidad de poner a dialogar, la imagen científica del mundo como fenómeno y su imagen moral. (p.9)

Sin duda que todos los planteamientos antes citados, convergen en la necesidad imperiosa de formación integral del individuo como base fundamental en la sociedad del progreso, donde la participación, la colaboración y cooperación representan los lazos del plexo valorativo.

Pertinencia social y académica.

En aras de consolidar y desarrollar la pertinencia de la gestión universitaria señala Romero (2004), citado por Tovar (2010), que:

“El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población”.

Por lo tanto, las universidades venezolanas para lograr éxito en su significativo rol social se hace asiduo el desarrollar nuevos ciudadanos que vinculen los conocimientos con su realidad, encontrar el verdadero significado de la educación. Cristo, Miranda y Pérez (2009) consideran que:

Facilitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral, abarcando todas las dimensiones humanas y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, es el eje central de la educación, para ello es necesaria una eficaz transmisión de valores que promueve y fomente la clarificación de estos. El desarrollo humano no es posible si no se incluyen los valores. Educar es contribuir a la formación del hombre en su integridad, y este proceso no puede llevarse a cabo sin una actitud consciente que conduzca al reconocimiento de que la transmisión de valores está detrás de toda acción humana. (p.1)

De igual manera, en las universidades venezolanas, para introducirse con mayor ímpetu a su realidad, estas deben establecer políticas que fortalezcan la investigación con pertinencia social mediante el estudio de los problemas educativos en un contexto sociocultural complejo, el cual representa ejes elementales del currículo.

Las Políticas Educativas del Estado Venezolano, demandan la formación de profesionales preparados para el trabajo inter y multidisciplinario y exigen en los docentes y las docentes la capacidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del medio, el trabajo colaborativo, la capacidad para el auto desarrollo y la incorporación de conocimientos nuevos en forma continua. (Celis, 2008 p.15)

Desarrollar el talento estudiantil a través de competencias integrales.

El desarrollo del talento estudiantil por medio de competencias integrales implica de manera explícita el desarrollo autónomo y crítico de la persona, ya que ésta representa la ruta central para el descubrimiento de nuevos conocimientos, relacionados con las necesidades locales que involucra la universidad, la comunidad

y su entorno. En efecto, las universidades vistos como aulas dinámicas donde se aprende, se reflexiona, se cuestiona, se participa, es en resumen una creación de espacios que desarrolla las dimensiones intelectuales e interviene el docente y alumno, permitiendo interactuar e influir en su entorno social para beneficiarlo.

Según González, Marín y González (2007):

La escuela debe educar para la vida, actuando como forjador de actitudes valores y habilidades sociales que posibilitan la enseñanza para la vida. En tal sentido, desde esta óptica, el proceso educativo debe considerar un medio para el desarrollo autónomo y crítico de la persona y cambiar la manera de pensar la vida. Esto implica el desarrollo que cuestione la visión parcelada y unilateral del mundo, los valores culturales desarrollados en el entorno y los modos de sentir y de actuar que nance de ello. (p11)

Por considerar la educación, como un eje estratégico para el desarrollo de las sociedades contemporáneas, por lo cual no pueden ser aceptadas como un proceso aislado sino como el proceso dinámico desarrollado en aulas abiertas que enfatice en las dimensiones del ser humano, su cultura, sus expectativas, experiencias de vida, valores y la participación ciudadana responsable.

En efecto, las competencias integrales son determinantes en el logro del desarrollo en dimensiones amplias y holísticas del egresado universitario. “Se trata de un proceso de construcción de eticidad dentro de las instituciones educativas, una construcción personal y colectiva a través de una concepción dinámica y transformadora de la cultura.” (González, Marín y González 2007 p.11)

Es por tal razón que la educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Añade Morín (2000), citado por González, Marín y González (2007), que “La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la acción humana. Los humanos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano” (p.5)

Conclusiones

Los espacios universitarios deben ser transformados en el marco de las nuevas tendencias y paradigmas educativos, enfatizando en la construcción de la formación del estudiante universitario con excelentes competencias técnicas o especializadas y con destrezas para aplicarlo, así como también, la formación de un ser integro, bajo una perspectiva humanística capaz de responder a problemáticas de la sociedad actual, logrando eliminar la disyunción entre lo humanista y lo científico.

El entorno universitario, conformado por la dinámica social de docentes, estudiantes y fundamentada con la estructura curricular universitaria, elementos de relevancia institucional ya que estos permiten el profesionalismo de los

egresados consolidando valores morales y perfeccionando consistentemente bajo criterios de calidad el proceso de enseñanza, consolidando las competencias universitarias.

Al analizar la formación del egresado no se puede obviar el perfil del docente, que tiene la gran responsabilidad de moldear la personalidad en dimensiones del plexo valorativo más sensible a su entorno, además el docente hoy en día es descrito con un ente mediador capaz de integrar conocimientos a través de competencias integradoras sin aislarse de la sociedad.

La legislación venezolana en materia educativa tiene relevantes contenidos en relación a formación en valores del egresado universitario, sin embargo es oportuna la actualización de leyes universitarias, así como planes y programas que exponga claramente la parte axiológica de la educación, como finalidad base.

La educación de calidad tiene sus basamentos en el currículo integral, donde se apertura la reflexiones, la interdisciplinaridad, valores básicos como son la solidaridad, racionalidad dialéctica y participación. Por lo tanto la universidad como eje epistémico debe lograr el acercamiento de los estudiantes y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

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Gestión de Riesgos como parte integral de laDirección de Proyectos

Risk management as an integral part of the Project Management

Lic. Yizel LapadulaUniversidad Cristiana de Panamá

La gestión de los riesgos es una parte integral de la dirección del proyecto, siendo un elemento clave en el proceso de toma de decisiones. Cualquier empresa que vaya a comenzar un nuevo proyecto se enfrenta al reto de invertir dinero en personal, equipamiento e instalaciones, formación, suministros y gastos financieros. El mejor modo de evitar el fracaso del proyecto, que en ocasiones puede llegar a originar la ruina de la organización, es la utilización de ciertas herramientas que permiten gestionar los riesgos. El Análisis de Riesgo realiza una predicción del futuro, basándose en el pasado histórico y un análisis cuidadoso de los eventos.

Palabras clave: Gestión de Riesgos, Dirección de Proyectos.

Recibido:15-08-2016 & Aprobado15-11-2016

Resumen

Abstract

Risk management is an integral part of project management, being a key element in the decision-making process. any company that is going to start a new project faces the challenge of investing money in personnel, equipment and facilities, training, supplies and financial expenses. the best way to avoid the failure of the project, which can sometimes lead to the ruin of the organization, is the use of certain tools to manage risks. the risk analysis makes a prediction of the future, based on the historical past and a careful analysis of the events.

Keywords: Risk Management Project Management.

Alfa y OmegaRevista Multidisciplinaria de InvestigaciónVol.I. N°1. Enero-Junio 2017: ISSN: 2410-1362

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Introducción

Como parte de la gestión del riesgo, es preciso definir una política de riesgos del proyecto con objeto de mantener los riesgos inherentes dentro de límites definidos y aceptados. Esta política debe estar de acuerdo con la política de riesgos de la organización, de manera que la identificación y el tratamiento de los riesgos sea consistente y homogéneo en todos los proyectos.

El análisis de riesgo se ha utilizado desde hace tiempo en proyectos de ingeniería y economía, su empleo en Salud Animal es reciente (Mac Diarmid 1997). Se ha incrementado su uso últimamente por los acuerdos sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT 1994) y las directrices de la Organización Mundial de Comercio, (1995). Se incorporan también la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, donde se plantean los principios de Análisis de Riesgo, Regionalización, Armonización, Equivalencia y Trasparencia.(1997).

Analisis de Riesgo en la Gestion de ProyectosEn el contexto de proyecto, riesgo implica las amenazas de sufrir daño o pérdida

(resultado negativo) y también incluye las oportunidades (resultados positivos). La administración de riesgo es el medio a través del cual la incertidumbre se maneja de forma sistemática con la finalidad de disminuir la probabilidad de ocurrencia de resultados negativos y aumentar la probabilidad de lograr los objetivos del proyecto.

La evaluación de riesgo es probablemente el paso más importante en un proceso de gestión de riesgos y también el paso más difícil y con mayor posibilidad de cometer errores. Durante esta etapa se deben identificar los diferentes riesgos existentes, determinar la probabilidad de la ocurrencia y las consecuencias que podrían generar, así como también clasificarlos. Es conveniente para mayor claridad agrupar los riesgos en grupos de acuerdo por ejemplo a su peligrosidad.

En segundo lugar se encuentran las técnicas y estrategias necesarias gestionar los riesgos que presentan mayores probabilidades de impacto, así como también, establecer las acciones a ejecutar en respuesta de estos eventos. Dichas acciones deben ser supervisadas de acuerdo a la eficacia de las estrategias y de los niveles de modificación de los riesgos a lo largo del proyecto.

Existen en la actualidad varias metodologías usadas para la gestión de proyectos, la mayoría de ellas consideran como factor importante dentro de la administración de proyectos, el análisis y gestión de riesgos; otras metodologías sin embargo han sido concebidas y creadas exclusivamente como un conjunto de pautas a seguir para descubrir y planificar las medidas oportunas para mantener los riesgos bajo control, en ciertos proyectos de tipo especifico.

Pasos Importantes en el Análisis de RiesgosPrimer Paso: Planificación de Riesgos

En esta primera fase llevaremos a cabo el plan de riesgos, esto es, como vamos abordar este proceso e integrarlo dentro de los procesos de planificación. Que

Lic. Yizel Lapadula

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documentación se generará, que roles se asignaran, categorías de riesgos etc El plan de riesgos formará parte del plan maestro del proyecto o Project Management Plan. El equipo se reunirá para generar el riskmanagement plan, los asistentes a esta reunión pueden ser: el project manager, miembros del equipo que puedan aportar valor y cualquiera en la organización con responsabilidad para gestionar la planificación de riesgos.

Segundo Paso: Identificación de los RiesgosEn esta segunda fase, deberemos identificar el máximo número posible de riesgos,

esto lo podemos llevar a cabo con el input que obtendremos de todos los stakeholders (interesados) del proyecto. La identificación de riesgos, será una tarea que deberemos mantener viva durante toda la vida del mismo ya que ciertos riesgos pueden aparecer o desaparecer durante la ejecución del proyecto.

Se derivan de las

tecnologías de sw o hw utilizadas.

Asociado con las

personas del

equipo.

Se deriva del

entorno organizacional en el

que se desarrolla

el proyecto.

Se derivan de

herramientas y de otro sw

de apoyo utilizado.

Se derivan de los

cambios de los

requerimientos del cliente y

su proceso de gestión.

Se derivan de los

estimados administrati

vos de las característic

as del sistema y

los recursos requeridos.

Riesgo deTecnología

Riesgo dePersonal

RiesgosOrganizacionales

Riesgos deherramientas

Riesgos derequerimientos

Riesgos deestimación

Indentificar según el tipo de riesgo

Indentificar según se clasificación

Clasificación del Riesgo

Riesgos de Negocios

Riesgos Asegurables

Internos o Externos

Riesgos Técnicos

Riesgo de la Organización

Riesgo de Gestión

Riesgos Externos

Categoría del Riesgo

Técnicas de diagramación como el diagrama de Ishikawa o de espina de pescado (útil para identificar causas de riesgos), diagramas de flujo de proceso (útiles para mostrar como se relacionan los elementos de un sistema y el mecanismo de causalidad).

Análisis de las hipótesis y escenarios utilizados en la planificación del proyecto.

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Gestión de Riesgos como parte integral de la Dirección de Proyectos

Herramientas técnicas para identificar riesgos

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Entrevistas a personal con experiencia por parte del responsables de identificación de riesgos.

Análisis de debilidades, amenazas, fortalezas, y oportunidades (DAFO). Este análisis ayuda a una mejor comprensión del proyecto y de los riesgos asociados a cada perspectiva del DAFO.

Lic. Yizel Lapadula

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201754

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4-

Tercer Paso: Análisis Cualitativo de los riesgosEn este tercera fase, recogeremos los riesgos identificados en la sección anterior y

llevaremos a cabo un análisis cualitativo basado en la experiencia y criterio del equipo (Project manager y miembros del equipo) y el input que podamos recibir de otros stakeholders o experiencias previas en situaciones y proyectos similares. Con esta información podremos definir una probabilidad e impacto para cada riesgo que incluiremos en la Matriz de Riesgos que hallamos definido para el proyecto, esta matriz será la que usaremos para llevar a cabo un seguimiento de los riesgos en la fase de control y monitorización de los mismos.

Cuarto Paso: Análisis Cuantitativo de los riesgosEn esta fase, deberemos realizar un análisis más exhaustivo y profundo de cada uno

de los riesgos identificados y analizados ya cualitativamente. Para ello emplearemos métodos matemáticos y probabilísticos, herramientas y técnicas como análisis de sensibilidad, análisis Montecarlo o calcular el EMV (Valor Monetario Esperado), con el resultado de estos análisis más específicos, obtendremos ya datos cuantificados del impacto que el riesgo podría tener en uno o más objetivos claves del proyecto (ya sea coste, tiempo, etc).

Quinto Paso: Planificación de las respuestas a los riesgosUna vez ya realizado los análisis cualitativos y cuantitativos, podremos definir los

planes de respuesta a los riesgos que se ejecutarán si finalmente aparece el riesgo, con el objetivo de mitigarlo o potenciarlo dependiendo si se trata de una amenaza u oportunidad. Por ejemplo transferir el riesgo a una tercera parte (contratar un seguro) para un riesgo negativo o compartir un riesgo positivo (como podría ser una joint-venture o partnership) para potenciar el impacto del mismo.

Sexto Paso: Monitorizar y Controlar los riesgosUna vez ya definido el plan de respuestas a riesgos y durante toda la vida del

proyecto, deberemos monitorizar y controlar los riesgos, esto es ir revisando los ya identificados para ver si su probabilidad e impacto ha variado, identificar y valorar nuevos riesgos que puedan ir surgiendo y revisar la eficiencia de los planes de respuesta a riesgos , así como su correcta ejecución, controlando los posibles riesgos secundarios (riesgos que se podrían dar al ejecutar en plan de respuesta) y vigilar los riesgos residuales (aquellos riesgos que aún han permanecido después de ejecutar el plan de respuesta al riesgo).

La Gestión de proyectos acarrea una serie de riesgos que han de tenerse en cuenta. En el siguiente párrafo enunciamos algunos de los problemas más comunes y riesgos que podemos encontrarnos en en Proyecto y se describe la acción a tomar para mitigar o atender el mismo:

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No existencia de unas normas de gestión del proyecto. [severidad: alta] Desarrollar unas Normas de Gestión del Proyecto adecuado que recoja la definición del proyecto, la planificación global, las decisiones tomadas en la reunión Kick-Off (principales mecanismos de gestión y ejecución del proyecto), responsabilidades y línea base aprobada para guiar la ejecución y control del proyecto.

Planificaciones no ajustadas a la realidad debido a: estimaciones erróneas, movilidad de los recursos, insuficiencia de recursos (cantidad y personal), fechas prefijada y cambios de requisitos. [severidad: alta] Utilizar los procedimientos, herramientas, técnicas y base de datos históricos adecuados para estimar el tamaño, el esfuerzo, el coste y los recursos necesarios para la planificación y seguimiento de proyectos.

No se tiene una visión del estado real de los proyectos y por ende ni visibilidad de la evolución del proyecto.[severidad: alta] Establecer hitos principales y reuniones de seguimiento periódicas para realizar informes del progreso del proyecto.

Retraso en la entrega de las aplicaciones e, incluso, reducción en las funcionalidades de las mismas. [severidad: alta] Realizar inventario de análisis de riesgos y problemas y mantenerlos actualizados durante todo el desarrollo del proyecto.

Falta de procedimientos de comunicación entre los grupos de las distintas direcciones en el ámbito de un proyecto. [severidad: alta] Desarrollar un Plan de Comunicación en el que se establezcan las necesidades de comunicación durante el desarrollo del proyecto.

Falta de una matriz de escalado. [severidad: alta] Identificar donde o a quien escalar antes de un bloqueo en el proyecto.

Falta de compromiso del cliente para el proyecto. [severidad: alta] Validar el plan de trabajo con el cliente, estableciendo compromisos del cliente para el proyecto y definiendo su participación dentro del mismo.

Falta de cumplimiento de acuerdos establecidos durante reuniones con el cliente. [severidad: alta] Generación de agendas y actas para cada reunión con el cliente, y validación de las actas por parte del cliente.

Existencia de personal del equipo de trabajo, sin que tenga establecida su participación en el proyecto. [severidad: alta] Definición de roles y responsabilidades de todos los miembros de equipo de acuerdo al plan de trabajo definido.

Documentación del progreso del proyecto obsoleto o sin cumplir con los estánda-res establecidos para su realización. [severidad: alta] Actualización periódica de la información en la carpeta de proyecto y revisión de los estándares de nomenclatura de todos los archivos.

Pérdida de contacto con clientes potenciales, para futuros proyectos. [severidad: alta] Mantenimiento del contacto con el cliente tras el proyecto, especialmente si existen oportunidades de continuidad (actualización de la BBDD de contactos).

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Gestión de Riesgos como parte integral de la Dirección de Proyectos

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Lic. Yizel Lapadula

Modificaciones del alcance en el transcurso del proyecto. [severidad: alta] Informar al cliente de los próximos pasos y de las tareas pendientes para gestionar expectativas y anticiparse. Mantener una comunicación constante de los responsables del proyecto – Reuniones de seguimiento. Revisar periódicamente las actas de reunión de kick-off y propuesta inicial con todo el equipo de proyecto.

Digrama de Comunicación en el análisis de riesgo

IDENTIFICACIÓNDE PELIGRO

ESTIMACIÓN DERIESGOS

COMUNICACIÓN DEL RIESGO

MANEJO DERIESGOS

Conclusión

El análisis de riesgos tiene como objetivo establecer una priorización de los riesgos del proyecto para su tratamiento posterior. También permite establecer una clasificación general de riesgo del proyecto, en relación a otros proyectos de la organización. Esta información puede ser utilizada para apoyar decisiones de inicio o cancelación de un proyecto, para realizar asignaciones de recursos entre proyectos, o para la realización de análisis costo-beneficio. La repetición de estos análisis proporciona información sobre tendencias que indiquen acciones a tomar para gestionar el riesgo.

Además de la importancia de este proceso dentro del Project Management es también una poderosa herramienta para justificar la necesidad de un Project Manager, una buena identificación, valoración y cuantificación de los mismos puede ahorrar costos en un proyecto. Un porcentaje muy elevado de los riesgos negativos (amenazas) de un proyecto pueden ser eliminados con una buena planificación.

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Referencias Bibliográ�cas

Project managementinstitute. Guía de los fundamentos para la dirección de proyectos. Guía del pmbok quinta edición editada por el pmi y disponible en su web: http://www.pmi.or-g/pmbok-guide-and-standards/pmbok-guide.aspx.

Clifford F. Gray / Eric W. Larson . “Administracion de Proyecto”- McGRAW-HILL/INTE-RAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V

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La asociación agropesca y ecoturistica de quebro y la fundación agua y tierra a nivel nacional e internacional

�e agropesca and ecotouristic association of break and the foundation of water and land at national and international level

Lic Hall, DaniaLic.Jiménez Damian

Universidad Cristiana de Panamá

La Fundación Agua y Tierra es una organización sin fines de lucro, creada en junio de 2011, está ubicada a la orilla de la playa Mata Oscura, corregimiento de Quebro, situada al sur del distrito de Mariato, Provincia de Veraguas, está conformada por profesionales y voluntarios, con la finalidad de dedicarse a la conservación de las cuatro de las cinco especies de Tortugas existente en el pacifico panameño, esta fundación trabaja en alianza con la Asociación Agropesca y Ecoturista de Quebro. El objetivo de este enseño es Divulgar en el territorio nacional e internacional la Asociación Agropesca y Ecoturistica de Quebro y la Fundación Agua Tierra.

Palabras clave: La Asociación Agropesca y Ecoturistica de Quebro y La Fundación Agua y Tierra

Recibido:20-08-2016 & Aprobado10-10-2016

Resumen

Alfa y OmegaRevista Multidisciplinaria de InvestigaciónVol.I. N°1. Enero-Junio 2017: ISSN: 2410-1362

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Abstract

Fundación Agua y Tierra is a non-profit organization created in June 2011, located on the shore of Mata Oscura beach, Quebro district, located in the south of Mariato district, Province of Veraguas, is made up of professionals And volunteers, with the purpose of dedicating themselves to the conservation of the four of the five species of Turtles existing in the Panamanian Pacific, this foundation works in alliance with the Association Agropesca and Ecotourism of Quebro. The objective of this teaching is to disseminate in the national and international territory the Asociación Agropesca and Ecoturistica de Quebro and the Agua Tierra Foundation.

Objetivos

Objetivos Generales

Divulgar en el territorio nacional e internacional la Asociación Agropesca y Ecoturistica de Quebro y la Fundación Agua y Tierra.

Objetivos Especi�cos:

Obtener apoyo financiero y donación es para la divulgación a nivel nacional e internacional, de la Fundación Agua y Tierra y las actividades que realiza a nivel nacional la Asociación Agropesca y Ecoturistica de Quebro.

Instalar antenas para señales de celulares e internet.

Adecuar las instalaciones actuales con equipos tecnológicos necesarios para facilitar la información a los visitantes.

Capacitación y educación a la población para el manejo de los desechos sólidos.

Establecer un plan de seguimiento y control para el cumplimiento de las acciones encaminadas a las mejoras contempladas para la zona y que estas se lleven a cabo de la forma correcta.

Antecedentes Teoricos

Plan de Acción Nacional para la Conservación de las tortugas marinas en la ZEE y territorios de la República de Panamá.

Plan de Acción Local para promover la Gestión de la Basura en el distrito de David, provincia de Chiriquí 2014.

Sistema Integral de Gestión de Desechos Sólidos año 2010.

Keywords: The Asociación Agropesca and Ecoturistica de Quebro and the Fundación Agua y Tierra

Lic Dania Hall - Lic. Damian Jiménez

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Informe de la Consulta Técnica sobre la conservación de las Tortugas Marinas.

Directrices para reducir la mortalidad de las tortugas marinas en las operaciones pesqueras.

Informe de Consulta de Expertos sobre la interacción entre las Tortugas y la pesca.

Metodología de la experiencia

La metodología empleada para desarrollar este trabajo fue basada en el Método Descriptivo, también conocida como investigación estadística, describen los datos y características de la población o fenómeno en estudio.

De acuerdo a la visita del lugar podemos indicar:

En cuanto a la conservación de la Tortuga Marina:

Patrullaje en la Playa Mata Oscura, en busca de tortugas anidando: Esta se realizó en grupo de 15 estudiantes guiado por el presidente de la fundación el Biólogo Jacinto Rodríguez y la profesora, en la gira realizada con el grupo de estudiantes de la Maestría en Planificación y Administración de Proyecto realizada del 8 al 10 de julio de 2016.

Recolección de huevos: El guía se encarga de ampliar el horificio realizado por la tortuga para extraer los huevos y posteriormente llevarlos al vivero.

Medición de la Tortuga: Cuando la tortuga está poniendo sus huevos se mide y se lleva un registro de la especie y se incluye las iniciales del que la encontró.

Depósito de los huevos en el vivero: El guía recolecto los huevos y los traslada en una bolsa plástica para ser depositados en el vivero.

Ver videos de la pesca de las tortugas.

Leer información de las diferentes formas de pescas en la captura de las tortugas.

Entreviste al biólogo Jacinto Rodríguez Murillo, presidente de Fundación Tierra y Mar y a voluntarios que se encontraban en el momento de nuestra visita a la fundación.

En cuanto a los desechos sólidos podemos indicar:

De acuerdo a la visita al lugar se pudo constatar que los residentes cercanos a la costa de la playa Mata Oscura, sitio donde se encuentra la fundación preocupada por la preservación de las tortugas marinas, esto ha motivado a los habitantes del entorno evitar arrojar basura a sus alrededores.

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La asociación agropesca y ecoturistica de quebro y la fundación agua y tierra a nivel nacional e internacional

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El servicio de la recolección está a cargo del municipio y se hace cada 15 días por un costo de tres dólares con cincuentas centésimos B/.3.50, por casa. La comunidad efectúa clasificación de las basuras en orgánicas e inorgánicas, las orgánicas son enterradas hasta que estos se descompongan y formen abono con los cuales se cultivan las plantas. Las latas de aluminio son recolectadas para su posterior venta los envases de tetra pack y de plástico se utiliza para cultivar plantas ornamentales.

Los envases plásticos por ser un residuo resistente y difícil de deteriorarse por si mimo la comunidad ha emprendido acciones enfocada al reciclaje, reutilización, y aprovechamiento a través de capacitación y cursos generando productos de artesanías, artículos de decoración ornamentales de manera tal que el 90% de estos desechos sean aprovechados por la comunidad evitando así que estos sean arrojados en las costas.

La comunidad de Mata Oscura, está efectuando una magnífica labor en cuanto a la gestión de la basura y los desechos sólidos.

Contexto de la experiencia

La experiencia se desarrolla en la comunidad de Mata Oscura, corregimiento de Quebro, situada al sur del distrito de Mariato, provincia de Veraguas.

Nosotros no teníamos conocimiento de la Fundación Agua y Tierra y de la Asociación Agropesca y Ecoturística de Quebro ni de las actividades que realizan, hasta que en la catedra de Impacto Ambiental dictada por la Bióloga Nurys Palacios en la Maestría en Planificación y Administración de Proyectos, la cual estamos estudiando, se realizó una gira a la Playa Mata Oscura para realizar una vista a la Fundación y ver como desovan las tortugas y ver los impactos ambientales que se dan en el área.

En la gira realizamos recorrido nocturno guiado por el biólogo Jacinto Rodríguez, presidente de la fundación, la cual consistía en patrullar la playa desde la 11:00 de la noche y ver si alguna tortuga llega a desovar para rescatar los huevos y llevarlos al vivero. Afortunadamente en nuestro recorrido nos encontramos con una tortuga lora con una medida de 68 cm de largo y 73 cm de ancho, la cual puso 110 huevos, los mismos se rescataron y se llevaron al vivero.

Es por esta experiencia vivida en la Playa Mata Oscura, en cuanto a la conservación de las tortugas que deseamos conseguir el financiamiento para realizar publicidad para dar conocer a nivel nacional e internacional la Fundación Agua y Tierra, para que más lugares se dediquen a la conservación de las tortugas que se encuentran en peligro de extinción, creando conciencia en los pescadores y en la comunidad en general para que brinden su apoyo en esta causa, atrayendo a mas voluntarios, ubicando más instalaciones y equipadas adecuadamente. A nivel nacional y una vez realizado estos pasos ir propagándola a nivel internacional.

Según información recopilada en el campo años atrás antes de que se creara la

Lic Dania Hall - Lic. Damian Jiménez

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fundación que actualmente está operando en el área carecía de la conciencia por el manejo de la basura y los desechos sólidos, posteriormente la comunidad es influenciada por la actividad de la fundación a tal grado que se empieza a gestionar el manejo de la basura y los desechos sólidos, se inicia y se pone en práctica actividades enfocadas al reciclaje de los materiales sólidos y evitar que estos residuos sean arrojados indiscriminadamente.

Como antes lo indicamos la recolección se efectúa cada 15 días por un costo de tres dólares con cincuentas centésimos B/.3.50, por casa. También pudimos apreciar las distintas manualidades hechas con material reciclado una gran experiencia dado que siendo un lugar apartado se concentran esfuerzos en pro de la conservación de la fauna y del medio ambiente.

Esta experiencia es un fuerte motivo por el cual deseamos promocionar la labor que está realizando la asociación llevarlo a un nivel que permita ser apreciado por más personas y hacer de esto una magnífica oportunidad para interactuar y participar con el cuidado del medio ambiente.

Caracteristicas de la experiencia

Una vez conseguida la fuente de financiamiento, la cual nos permita realizar la divulgación a nivel nacional e internacional para dar a conocer la historia de Fundación Agua y Tierra y las actividades que realizan en cuanto a la conservación de las Tortugas Marinas, atraer más voluntarios y poder construir más instalaciones y equiparlas a nivel nacional.

Conclusión

El medio ambiente es un elemento que es parte de nuestra vida y es importante establecer políticas encaminadas al aprovechamiento sostenible que permitan mantener el equilibrio y es necesario hacer énfasis en la participación de los distintos organismos para que esto sea una realidad. Actualmente somos testigo de grandes desarrollos que no están enfocados en un desarrollo que contemplen generar una sinergia positiva para el medio ambiente.

Este artículo tiene como objetivo esencial crear conciencia en el desarrollo y que se valore los recursos naturales porque si atentamos con la naturaleza atentamos con nuestra propia existencia.

Recomendaciones

Prestar mayor apoyo a los programas existentes de investigación y protección de las tortugas.

Seguir incrementando las charlas y seminarios en las comunidades y en las escuelas para crear más conciencia en la humanidad en cuanto a la conservación de las tortugas marinas y sus leyes,

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La asociación agropesca y ecoturistica de quebro y la fundación agua y tierra a nivel nacional e internacional

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Lic Dania Hall - Lic. Damian Jiménez

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Realizar congresos a nivel nacional y posteriormente participar en eventos internacionales con carácter y temas relacionados a lo que se pretende llegar en este caso el tema de la conservación, que permitan dotar de conocimiento y recursos necesario a las organizaciones que tienen este propósito.

Referencias Bibliográ�cas

ANAM (Autoridad Nacional del Ambiente). 2009. GEO 2009. Informe del estado del ambiente. Panamá, Editora Novo Art, S.A. 155 p.

Censos nacionales: http://estadisticas.contraloria.gob.pa/Resultados2010/cuadros.aspx

Programa de Fortalecimiento de la Capacidad de Gestión de la Autoridad de Recur-sos Acuáticos de Panamá para el Manejo Costero Integrado 2010.

2011, Directrices para Reducir la Mortalidad de las Tortugas Marinas en las Opera-ciones de Pescas.

CPPS. Programa de Capacitación de Basura Marina. 2013. Módulo I.

Abrego, Edgar E., 2015. Plan de Acción Nacional para la Conservación de las Tortu-gas Marinas en la ZEE y territorios de la República de Panamá.

http/fao.org/docrep/007/y5477s/y5477s04.htm-Informe de la Consulta de expertos sobre la Interacción entre las Tortugas y la pesca.

FAO, Informe de Pesca No.765 – Informe de la Consulta Técnica sobre la Conserva-ción de las Tortugas Marinas y la Pesca.

Construcción de capacidades en el manejo de agua y área costeras en américa latina y el caribe”, ing. Erick N. Vallester E., Director del CIHH-UTP-Panamá

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ANEXOS

Foto del grupo de 15 estudiantes con la tortuga Lora encontrada en el patrullaje en la visita a Mata Oscura

Grupo de estudiantes en la gira

Especies de tortugas marinas en Panamá

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La asociación agropesca y ecoturistica de quebro y la fundación agua y tierra a nivel nacional e internacional

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Deposito de huevos de tortuga en el vivero

Aprovechamiento de los desechos slidos para elaborar manualidades y artesanias

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

Cyberjournalism and Multi-Literacy for Critical Appropriation of Content in the Digital AgeLic. Oscar Liendo Durán Aviator

Dra. Zoleida Liendo DuránUniversidad Cristiana de Panamá

Alfa y OmegaRevista Multidisciplinaria de InvestigaciónVol.I. N°1. Enero-Junio 2017: ISSN: 2410-1362

La propuesta de artículo que presentamos se apoya conceptualmente en las tendencias del ciberperiodismo y la multialfabetización. La primera se enfoca hacia la instrumentación de los procesos de creación y producción de mensajes noticiosos e informativos para diferentes medios (impresos, audiovisuales y digitales), sustentados a su vez en la diversidad de soportes y aplicaciones tecnológicas que dinamizan y hacen más participativa y creativa la producción de contenidos digitales. Y, la segunda, tiene que ver con una estrategia que prepara a los ciudadanos de la era digital para la apropiación crítica de tales mensajes.

Se consideran enfoques teórico-conceptuales que apelan al carácter complejo y dinámico de la producción de contenidos en el escenario socio-cultural emergente, denominado ciberespacio y cibercultura, en los cuales se plantean nuevos retos a la generación y circulación de noticias.

Igualmente, se hace énfasis en la necesidad de instrumentar acciones de multialfabetización como mecanismos que facilitan la apropiación crítica de los contenidos que fluyen en distintos medios y soportes. El compromiso del comunicador social en la era digital no llega solo hasta la producción de contenidos noticiosos en plataformas tecnológicas diversas y múltiples, sino que se debe preocupar también por la apropiación crítica de estos contenidos por parte de las comunidades virtuales y las redes sociales.

Resumen

Palabras clave: Ciberperiodismo y Multialfabetización.

Recibido:01-12-2016 & Aprobado 24-12-2016

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Abstract

He article proposal we present is conceptually based on the trends of cyberjournalism and multi-literacy. The first focuses on the implementation of the processes of creation and production of news and information messages for different media (printed, audiovisual and digital), supported in turn by the diversity of media and technological applications that stimulate and make more participatory and creative The production of digital content. And the second has to do with a strategy that prepares citizens of the digital age for the critical appropriation of such messages.

Theoretical-conceptual approaches that appeal to the complex and dynamic nature of content production in the emergent socio-cultural scenario, called cyberspace and cyberculture, are considered, in which new challenges are posed to the generation and circulation of news.

Likewise, emphasis is placed on the need to implement multi-literacy actions as mechanisms that facilitate the critical appropriation of content that flows in different media and media. The commitment of the social communicator in the digital age does not only reach the production of news content in diverse and multiple technological platforms, but also the critical appropriation of these contents by virtual communities and social networks.

Lic. Oscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo Durán

Referentes Teóricos

Caracterización del contexto en el que surge el ciberperiodismo en el contexto de ciberculturas.

La abundante literatura del área de las ciencias de la comunicación concuerda en expresar la definición de ciberperiodismo como aquél periodismo que se sustenta y estructura con base al uso de recursos multimediales y digitales, sobre todo los recursos y aplicaciones de la denominada web 2.0, la cual se concibe como es un espacio para la generación compartida de conocimientos, para el trabajo cooperativo a distancia y para la publicación a escala universal de una gran variedad de contenidos presentados como textos, imágenes, sonidos y videos. Este hecho no fue posible en la web 1.0 o worldwide web, pues las herramientas de software disponibles para el momento no permitieron a los usuarios más que acceder a contenidos publicados por otros.

Se considera entonces, como un reflejo de la revolución social invisible en la que el usuario tiene a su disposición las herramientas para convertirse fácilmente en productor, y sobre todo tiene a su disposición un medio de tanto alcance como es Internet. Pero si algo hay que destacar de esta creatividad en masa propiciada por la Web 2.0 es el ejemplo de la co-creación.

Va desde lo más simple –como la concentración de pequeñas muestras de arte y creatividad del usuario aficionado que permiten sitios Web 2.0 como

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Keywords: Cyberjournalism and Multi-Literacy.

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YouTube o Flickr–, pasando por la aportación del trabajo individual en pequeñas piezas para dar lugar a un todo inabarcable, no ya por una única persona sino por las mayores empresas del mundo. (Domingo, C; González, J. y Lloret, O., 2008:40)

Se le denomina ciberperiodista al profesional de la comunicación social que, consciente del tiempo socio-histórico y cultural que se vive actualmente, apoya su trabajo informativo y noticioso en los recursos tecnológicos que permiten imprimir mayor participación e interactividad a los contenidos que se generan, todo lo cual permite cooperar e interactuar con sus pares, lo cual a través de las herramientas disponibles en la web 2.0 se hace accesible y alcanza ámbitos planetarios.

Publicar contenidos propios, comentar, valorar y promover contenidos ajenos, compartir fotografías, videos y enlaces de interés, cooperar con otros, comunicarse y compartir conocimientos por placer, son algunas de las actividades con las que los internautas han convertido a la Red en un nuevo espacio social y en una conversación. Mientras los medios tradicionales ensayan fórmulas y estrategias para redefinir su identidad en el cambiante escenario de la comunicación pública, la gestión de información disponible se ha convertido en un factor crítico para unos y otros (Orihuela, 2008:1).

Autores como Willis y Bowman (2003) y Gillmor (2004) consideran que en este nuevo escenario, los usuarios han dado muestras de cambios en su identidad, se han convertido en medios, al hacer uso de los servicios de publicación en línea cada vez más amigables, lo cual demuestra que se han apropiado de la tecnología.

Por su parte, la web 3.0 parte de la red semántica 2.0 pero incorpora la inteligencia artificial. Entornos en los que aparece la realidad ampliada como una posibilidad que mezcla la realidad y le añade o virtual, es decir que no aísla al sujeto del entorno real, y además la atención no está centrada en el computador. “El usuario tiene una visión de la realidad mejorada y aumentada, donde se focaliza la atención en el entorno y no en el ordenador” (Granollers, T.; Lorés, J; Raimat, G; Junyent, E y Tartera, E., 2002:1).

Desde finales de los noventa, ya se planteaba la evolución hacia “el desarrollo de la inteligencia colectiva, debido a que la comunicación por computadora y las redes digitales posibilitarían relaciones más flexibles y democráticas y cuyo ejercicio impulsan la reorientación de las ciencias cognitivas” (Lévy, 2004:7).

En este sentido, el intelecto colectivo se plantea como una sociedad sin nombre en la que cada miembro aporta su conocimiento como capital, sus conversaciones, su capacidad de aprender y enseñar. Al sumarse todas las inteligencias de los sujetos involucrados, éstas se exaltan creándose así una especie de cerebro compartido. Esta concepción llevada a los entornos virtuales, se ve enriquecida por el diálogo y cooperación de las individualidades de cada participante. “La web del futuro expresará la inteligencia colectiva de una humanidad mundializada e interconectada a través del ciberespacio” (Lévy, 2004: La construcción de la inteligencia colectiva se hace cada vez más posible gracias al desarrollo y la expansión de los recursos y herramientas de la llamada “web 2.0 o web social”, siendo ésta una evolución de la

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

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woldwide web o web 1.0 en función de la cual los usuarios no se limitan a consumir información, sino que utilizan la red para crear contenidos y cooperar en la puesta en escena de nuevos saberes que se sirven de las herramientas que han facilitado que el colectivo se comunique, coopere, comparta y publique de forma totalmente transparente. (O´Reilly, 2006:13)

La realidad ampliada a diferencia de la virtual, combina eficientemente la realidad con la virtualidad dentro de ambientes mixtos, no requiere componentes costosos para su uso, y emplea plataformas menos exigentes en desempeño. Para llevarla a efecto se requieren computadores o teléfonos inteligentes convencionales, capacidades de cómputo reducidas y recursos informáticos disponibles en programación que han logrado que los desarrollos ya utilizables permeen muchos espacios donde la visualización es necesaria.

En este contexto, la cibercultura es una “estrategia de comunicación, es una cultura/ cultivo de coordinación de acciones para el crecimiento y desarrollo de los actores participantes y del medio social”. Esto se debe a que la comunicación se articula por dos vocablos: el sufijo (ción), “acción de” y la raíz communis, que significa “hacer común” o puesta en común de acciones. A diferencia de la utilización cultural de la raíz etimológica en el término “communis”, González prefiere la connotación biológica: ver la comunicación al estilo que los neurotransmisores lo hacen en el sistema nervioso de los seres vivos. (González, 2003:12)

Es una complejidad socio-técnico-cultural que exige un tratamiento metódico para investigar y comprender sus consecuencias y de allí se desglosa que toda práctica cultural puede ser entendida como una hibridación que se encuentra relacionada mediada y condicionada artefactualmente, estabilizada e interpretada simbólicamente, articulada y realizada socialmente y situada ambientalmente. (Gordillo, 2010:5).

En este contexto, “la tecnología debe ser reconocida, más que como un instrumento o herramienta al servicio del hombre, como una práctica social en sí misma, y, en definitiva, como una cultura cuyo imaginario se construye y legitima desde la imagen digital y la convivencia en la red”.(Caballero, 2005:98).

Cabe considerar que cada cultura tiene un espacio físico que es lo que diferencia una cultura de otra. De tal manera, que en la Internet ocurre un gran desarreglo de esta concepción, rompiéndose ese espacio físico personal y unificándose de esa manera todas las diferenciaciones posibles por no existir en este ámbito el contacto físico.

Al igual que las comunidades locales territoriales, las comunidades virtuales crean sus propias reglas y códigos de interacción social. A falta del contacto visual que implica la comunicación cara a cara imperante en el mundo físico, sin la presencia de los modos acostumbrados de intercambio simbólico como los gestos y el tono de voz, las comunidades en la red han sido capaces de desarrollar códigos para transmitir afectos, emociones y sentimientos que también constituyen elementos importantes en la configuración de la identidad de los habitantes de los espacios desterritorializados. (Martínez, G., 2001:3)

Lic. Oscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo Durán

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Es por ello que, “Grupos de ciudadanos de manera informal en foros electrónicos, y otros desde redes de organización formal, cual comunidad comienzan a imaginar y sentir cosas juntos y perciben que pueden ser capaces de construir espacios para acciones colectivas translocales”. (Martínez, G, 2003:1)

Por otra parte sucede que “El sujeto de la red, se identifica en algunos casos con nombres (que no se sabe si son ciertos o no) y en otros con seudónimos a manera de quedar en el anonimato durante el encuentro y liberar más fácilmente su yo interno”. (Lozada, M., 2000:4-7)

De tal manera que la Web 2.0 “ofrece mayor interacción entre el usuario y la red, permitiéndole relacionarse con planos más allá de la tecnología, aterrizándolos en campos socioculturales” (Hernández, P, 2007:1)

Es muy probable que los cambios que ha sufrido la web, respondan más a lo social que a lo tecnológico. Pues ciertamente estos cambios se gestan por medio de las tecnologías de información y comunicación, pero a su vez reflejan la necesidad social que ha ido adaptándose a la par de la tecnología, teniendo como un primer referente, la tendencia de los programas de código abierto, que proponen una apertura no sólo en cuanto al acceso, sino también en lo referente a la colaboración en el desarrollo de los programas.

Puede verse como una forma de entender Internet que, con la ayuda de nuevas herramientas y tecnologías de corte informático, promueven que la organización y el flujo de información dependan del comportamiento de las personas que acceden a ella, permitiéndose no sólo un acceso mucho más fácil y centralizado a los contenidos, sino su propia participación tanto en la clasificación de los mismos como en su propia construcción, mediante herramientas cada vez más fáciles e intuitivas de usar.

De tal modo, que el usuario es quien tiene el control de la información y la misma es responsabilidad tanto de la compañía u organización que la genera, como de los usuarios. Ahora Internet ya no será un lugar donde una persona crea y publica su contenido para que los demás lo lean, sino también para que las personas compartan esos contenidos, los modifiquen y los mejoren, generándose nuevos conocimientos a partir del uso apropiado de la información consultada.

La web 2.0 es la que más se acerca a implementar de manera efectiva la visión de Internet como un “sistema nervioso compartido, como una inteligencia global distribuida, donde una estructura de significado emerge de los procesos colaborativos desarrollados por todos sus usuarios. Incluso cuando estos procesos son tan banales como etiquetar millones de fotografías y asignarles palabras clave” (De Vicente, J, 2005:3).

De tal manera que la transición más importante de la web 1.0 a la 2.0 es el cambio de la interacción a la colaboración sin dejar de lado todas las aplicaciones que se manejaban, por el contrario se asumen algunas de ellas pero incorporando cambios que se ajustan más a la personalización, aportación, intercambio y por supuesto colaboración en la conformación de comunidades o redes sociales.

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

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En ese sentido, la Ley de Universidades (1970) señala en el artículo 1: “La universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” (p.1). Es por ello, que los recintos universitarios son espacios para el intercambio de múltiples ideas, con visión futurista y emprendedora que convergen dentro de la plataforma científica, axiológica, ontológica, para lograr minimizar en gran medida los problemas de las sociedades. De allí que Tünnerman (2003) plantea:

Las redes sociales ofrecen una serie de funcionalidades, asociadas a servicios básicos de comunicación y presencia, que han logrado convertirla en un fenómeno en sí misma, tal como muestran las cifras de crecimiento registradas por algunos de los servicios más representativos. (Fumero, A y Roca, G., 2007:18)

En el paso de la web 1.0 a la 2.0 aparecen elementos marcados que la constituyen en una web semántica al presentarse los datos ya disponibles en la web 1.0 pero esta vez codificados para una más efectiva recuperación de la información. Este hecho lo hacen posible los metadatos que manejan las máquinas para la extracción de la información.

La web 2.0 introduce la inteligencia que le hacía falta a la web aunque en la interfaz

de usuario esto no queda evidentemente reflejado, los ajustes necesarios se dan a nivel de programación e infoestructura. Es esta característica fundamental la que da paso a la web 2.0 como la web semántica, donde la inteligencia hace posible la conformación de nodos humanos en las redes sociales.

En este marco referencial, aparece la web 3.0 o del “sentido común”, construida a partir de la web semántica pero con aportes de la inteligencia artificial.

La web 3.0 se establece en la explotación sistemática y consistente de los nuevos patrones generados por el usuario cada vez más (inter) activo, a partir del registro de todas y cada una de sus andanzas por la infociudad, así como de los procesos de inteligencia colectiva que emergen de la dinámica propia de la Web social. (Fumero, A y Roca, G., 2007:27)

La búsqueda de información, la percepción que se está buscando exactamente lo que se desea y de una forma acorde a las características del usuario, este hecho otorga una sensación de bienestar al estar recibiendo una respuesta satisfactoria a la necesidad de información.

Se convertirá, en “una guía inteligente una especie de asesor personal que ayude a muchas personas a encontrar la información que precisan, y sólo la que precisan, de una manera mucho más fácil, cómoda e intuitiva”. (Berners-Lee, T., 2007:4)

La necesidad de una multialfabetización como estrategia para garantizar la apropiación crítica de contenidos digitales.

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Ante la realidad de una cibercultura, de un ciberperiodismo que se sustenta en el uso de diversas de medios y aplicaciones tecnológicas, diversos autores han coincido en plantear la multimodalidad de la cultura de este siglo, la cual se expresa, produce y distribuye a través de múltiples tipos de soporte (papel, pantalla), por diversas tecnologías (libros, televisión, computadoras, móviles, DVD, internet, etc.), utilizando diversos formatos y lenguajes (texto, escrito, gráficos, íconos, hipertextos), Por ello se hace necesaria la incorporación de nuevas alfabetizaciones al sistema educativo, centradas en la adquisición de competencias informacionales y digitales. En torno a este respecto, Área, Gros y Marzal, (2008), proponen los siguientes tipos de alfabetización:

Alfabetización Audiovisual: Para formar al alumnado con destrezas para producir y analizar textos audiovisuales y para el consumo crítico de los medios de masa. Se implementó parcialmente en el sistema escolar en los años 80 y 90.

Alfabetización tecnológica o digital: Para desarrollar sujetos con habilidades para el uso de la informática en sus distintas variantes (hardware y software). Tuvo un desarrollo limitado en el sistema educativo durante los noventa aunque continúa en la actualidad.

Alfabetización Informacional: Procede de los ambientes bibliotecarios. Surge como respuesta a la complejidad del acceso a las nuevas fuentes bibliográficas distribuidas en bases de datos digitales. Persigue desarrollar habilidades para localizar, seleccionar, analizar y reconstruir la información.

Multialfabetización: Proviene del ámbito anglosajón formulado por el New London Group a mediados de los noventa. Defiende que en una sociedad multimodal debe prepararse y cualificarse al alumnado ante los múltiples medios y lenguajes de la cultura del tiempo actual con un planteamiento integrado de los distintos alfabetismos.

Lo realmente importante de este planteamiento, es el desarrollo de procesos que conlleven a formar sujetos con habilidades para el autoaprendizaje de modo permanente y para toda la vida, es decir, para aprender a aprender. Que sepa manejar la información y se cualifique laboralmente en el uso de las TIC, apoyando el proceso del conocimiento informal desde la percepción y la experiencia hacia el conocimiento sistemático, disciplinado y clasificado por una estructura curricular académica, para desembocar en el conocimiento transformador, y derivado de un análisis crítico y sustentador de nuevas hipótesis y nuevos descubrimientos.

Asimismo, la multialfabetización implica un replanteamiento integral de varios aspectos en la práctica educativa. Ésta, engloba todas las alfabetizaciones necesarias para la interacción del ciudadano con los medios y recursos tecnológicos, informativos y cognitivos de la sociedad del conocimiento. En este sentido, Área (2010), señala algunos aspectos importantes para ser tomados en cuenta al momento de elaborar cualquier proceso o método para la práctica educativa en materia multialfabetizadora:

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

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Lic. Oscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo Durán

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Alfabetización simultánea en lectoescritura, aptitudes audiovisuales, digitales e informacionales, para valerse de ellos y de esta forma aportar los recursos de información y conocimiento presentes dentro y fuera del contexto educativo de manera inteligente, crítica y ética.

Cuestionamiento sistemático y crítico de todo tipo de fuentes de datos, de información y de conoci¬miento independientemente del medio tecnológico empleado para su producción, fijación, conservación y difusión.

Metodología de enseñanza que ofrezca destrezas de aprendizaje para la construcción del conocimiento a través de técnicas de proyectos, en los cuales los alumnos articulen procedimientos de trabajo y desarrollen acciones necesariascon la tecnología, para establecer y obtener respuestas satisfactorias a problemas relevantes y con significado.

Actividades educativas que requieran expresarse y co¬municarse a través de recursos tecnológicos y diversos formatos hipertextuales, multimedia y audiovisuales.Empleo de la tecnología y de las herramientas 2.0 y siguientes para generar procesos de aprendizaje co¬laborativo.

Profesor como organizador y supervisor de activi¬dades de aprendizaje que los alumnos realizan con tecnologías, más que transmisor de información ela¬borada. La alfabetización es multimodal, es decir, el proceso alfabetizador debe desarrollar las competencias en múltiples lenguajes y medios, y debe partir de las ex¬periencias culturales que el alumnado trae de las fases educativas anteriores y del ámbito extraescolar.

Las actividades de multialfabetización son tareas integradas y transversales en todo el currículo, y no constituyen acciones separadas y al margen de los contenidos y objetivos curriculares.

La multialfabetización es, en definitiva, una acción formativa compleja que permite dotar a los ciudadanos de las sociedades digitales de las herramientas que les permitirán interactuar de manera efectiva con los diversos medios y aplicaciones disponibles para favorecer procesos de apropiación crítica de contenidos. El ciberperiodismo se entiende como una labor creativa, apoyada en la construcción de mensajes para ser consumidos por diversos sectores de la sociedad. Dicha labor debe ir acompañada del diseño de estrategias para que los contenidos generados en múltiples formatos y soportes puedan ser utilizados, creados y recreados por las personas que requieren de la información estructurada, con objeto de producir opinión pública y participar de modo más activo y protagónico en la construcción del tejido social.

La multialfabetización entonces tiene un doble propósito, por un lado, ofrece mecanismos para que los actores sociales se apropien de los contenidos digitales y, por otro lado, le otorga a la labor ciberperiodística posibilidades concretas para que exista una co-creación de contenidos, en razón de que en los nuevos medios digitales

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los usuarios no son solo consumidores de noticias, sino también que pueden participar activamente en la producción o validación de tales contenidos.

Fundamentación metodológica

El estudio que emprendimos se fundamentó bajo los principios y criterios de la investigación documental, sustentada en un diseño bibliográfico, que consiste en comparar la visión de los autores que han elaborado propuestas explicativas en torno al ciberperiodismo y la multialfabetización. En palabras de Galán (2011), la investigación documental es la construcción de un cuerpo de ideas sobre el objeto de estudio, lo cual permite descubrir respuestas a interrogantes, mediante la aplicación de técnicas como el cotejo, la compración de enfoques y el análisis conceptual.

Tales procedimientos se realizan con objeto de argumentar y aportar diversas

perspectivas sobre el objeto que se estudia. En el caso de la investigación que realizamos, pretendemos fundamentar la importancia del ciberperiodismo como alternativa emergente para la producción y circulación de mensajes, utilizando para ello diversas aplicaciones tecnológicas, sobre todo las aplicaciones de la denominada web 2.0.

Paralelo al diseño bibliográfico, se utilizó también la técnica de la entrevista en profundidad, la cual consistirá en consultar con expertos la opinión que tienen sobre el impacto del ciberperiodismo y la estrategia de la multialfabetización, entendida como una acción formativa compleja y múltiple que se orienta a dotar a los usuarios de los conocimientos, las habilidades y las actitudes necesarias para apropiarse de los contenidos digitales y producir nuevos mensajes valiéndose de los recursos tecnológicos.

Sobre la técnica de la entrevista existen diversas visiones. En este estudio, se asumieron los argumentos y principios metodológicos y técnico-operativos propuestos por Pérez (2005), según los cuales, la entrevista se instrumenta y desarrolla sobre una actividad que pueda ser comunicable y materializable en el diálogo y la conversación.

En virtud de que los objetos de estudio son el ciberperiodismo y la

multialfabetización, lo cual remite a las ideas de interconexión de saberes, de mensajes y de experiencias que se comparten. Por lo cual se requirió realizar una entrevista en profundidad, la cual permitió abordar las concepciones que sobre estos procesos tienen algunos expertos e investigadores de Universidades como la Universidad del Zulia y la Universidad Católica “Cecilio Acosta”.

Luego del análisis conceptual y la información generada de la técnica de la entrevista se integraron ambos resultados para generar conclusiones que permitieron configurar algunas estrategias para favorecer la apropiación crítica y con sentido de los mensajes que fluyen por los medios digitales.

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

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Lic. Oscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo Durán

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201774

Instrumentos de recolección de datos

Para sistematizar el proceso de recolección de información se diseñaron dos instrumentos: matrices documentales comparativas, en las cuales se integró información básica acerca de los planteamientos teóricos de los autores fundamentales (Ver instrumentos A y B). El otro instrumento de recolección de datos fue un guión de entrevista con preguntas abiertas, estructuradas con base en tópicos generales vinculados con los dos componentes que se están estudiando: el ciberperiodismo y la multialfabetización (Ver instrumento C).

El guión de entrevista en profundidad se aplicó a expertos, docentes e investigadores de las asignaturas referidas a periodismo digital o electrónico de la Universidad del Zulia y la Universidad Cecilio Acosta o de investigadores que estén desarrollando proyectos relativos a los usos y las aplicaciones de las tecnologías de

Resultados

Características esenciales de la definición

Autor 1. Islas, (2002)

Autor 2. Salaverría.(2003)

Autor 3. Velásquez (2013)

Procesamiento y transmisión de información periodística, sustentada en recursos informáticos y disponibles en internet.

Abarca no solo la producción de información sino también de hacerla accesible.

Periodistas, medios de comunicación, agencias de noticias.

Periodistas y medios de comunicación digitales.

Periodistas, medios de comunicación digitales, usuarios y audiencias.

Abarca la producción, circulación, sustentada en la investigación.

Abarca la producción, circulación y uso de la diversidad de medios de comunicación digital.

Especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para la investigación y difusión de contenidos periodísticos.

Periodismo que se vale de internet y las nuevas formas de comunicación para informar las veinticuatro horas del día.

Alcances

Actores e instituciones que participan

Redes sociales, dispositivos multimediales e hipertextuales.

Redes sociales. Redes sociales.Soportes, formatos y aplicaciones tecnológicas que se utilizan.

Instrumento AMatriz de análisis documental sobre ciberperiodismo

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Discusión de los resultados

Instrumento B Matriz de análisis documental sobre multialfabetización

Componentes que se incluyen en la definición.

Autor 1. Área (2010)

Autor 2. Pasadas-Ureña (2008)

Autor 3. Marzal (2009)

En una sociedad multimodal debe prepararse y cualificarse al ciudadano ante los múltiples medios y lenguajes de la cultura del tiempo actual con un planteamiento integrado de los distintos alfabetismos.

Textual, visual, informacional, tecnológico.

Acciones integradas entre las instituciones educativas y los servicios bibliotecarios y de información.

Acciones formativas que abarquen las instituciones educativas, los medios de comunicación y los servicios bibliotecarios.

Acciones formativas integradas: escuelas, medios, bibliotecas.

Emisión y recepción de mensajes en multiplicidad de medios.

Textual, icónica y auditiva.

Integra todos los alfabetismos que hay que dominar para ejercer la emisión-recepción de mensajes en los complejos procesos comunicacionales de la actualidad.

Competencia o capacidad lectora que faculte para comprender el significado del contenido de los hipermedios, cuya naturaleza poliédrica y transversal obliga a conocer signos diferentes (textuales, icónicos y auditivos), pero integrados y "escritos".

Tipos de alfabetismos que se plantean.

Estrategias para desarrollar los alfabetismos.

Los autores estudiados acerca del concepto de ciberperiodismocoinciden en plantearlo como una modalidad para producir contenidos noticiosos, sustentada en el uso de recursos digitales e interactivos, en la que se destacan características como la interactividad, la multimedialidad, hipertextualidad y participación en no solo en la apropiación de la información sino de la recreación y re-apropiación de tales contenidos.

El ciberperiodismo requiere para su instrumentación efectiva el dominio de competencias no solo comunicacionales e investigativas, sino también de creatividad en el diseño y producción de contenidos digitales, lo cual a su vez alude a un dominio estratégico de competencias tecnológicas y de tratamiento de la información para usuarios con diversos perfiles personales y académicos. Se habla de producción de noticias e información para usuarios globales, los cuales combinan aspectos socio-culturales diferentes.

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

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Lic. Oscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo Durán

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201776

En las definiciones estudiadas subyacen distintos alcances. En algunos casos, se alude solo al componente de producción y en otros al de circulación y disposición para el consumo de información y contenidos.

Los actores que participan en el proceso de producción de los contenidos son no solo los periodistas, sino también los usuarios, en tanto que receptores críticos de la información, conformando de esta forma una especie de comunidades de recepción informativa y de participación activa en la creación de nueva información, con lo cual se estaría avanzando hacia la conformación de una nueva racionalidad comunicativa, signada por la cooperación y personalización en la producción informativa.

Los autores analizados sobre el concepto de multialfabetización o alfabetización múltiple señalan este proceso como una competencia compleja, derivada de una acción pedagógica múltiple que no solo piensa en el desarrollo de habilidades de lecto-escritura en un sentido tradicional, sino que integra todos loa alfabetismos que son necesarios dominar para ejercer la emisión-recepción de mensajes que fluyen en diversos medios tecnológicos.

El propósito de la multialfabetización consiste en comprender el significado del contenido de los hipermedios, cuya naturaleza poliédrica y transversal obliga a conocer signos diferentes y habilidades diversas para apropiarse de la información hipertextual e interactiva que fluye en diferentes niveles por las redes.

Las definiciones hablan de una integración de todos los alfabetismos que es necesario dominar en la denominada cultura 2.0, generadora de una nueva gramática por medio de la cual se estructuran contenidos.

En cuanto a las estrategias para desarrollar los alfabetismos se plantea la necesidad de abordarlas desde acciones integradas, en las cuales no solo participen las instituciones educativas sino también los medios, en tanto que mecanismos no solo para informar sino también para formar nuevas y complejas competencias que habiliten a los usuarios para realizar procesos de apropiación y reapropiación de la información.

En cuanto a los resultados de las entrevistas en profundidad, se tiene que los expertos coincidieron en concebir el ciberperiodismo como una nueva forma de ejercer el periodismo, signado por las características y condiciones impuestas por la sociedad del conocimiento, en la cual se asiste a una popularización de las tecnologías de información y comunicación, las cuales han estado impactando los modos tradicionales de producir contenidos y también de participar y crear nuevos espacios de interacción socio-cultural.

De modo que ante la emergencia de nuevas formas de hacer periodismo muchos más horizontales y participativas, se habla entonces de nuevas y más creativas competencias para los periodistas, quienes no solo deben dominar el tratamiento de la noticia o del contenido con miras a generar matrices de opinión que favorezcan la participación. La multialfabetización surge entonces como la estrategia para garantizar la apropiación crítica y significativa de la información resultante de las acciones ciberperiodísticas.

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ConclusionesEl ciberperiodismo se define como aquél periodismo que se sustenta y estructura

con base al uso de recursos multimediales y digitales, sobre todo los recursos y aplicaciones de la denominada web 2.0, la cual se concibe como es un espacio para la generación compartida de conocimientos, para el trabajo cooperativo a distancia y para la publicación a escala universal de una gran variedad de contenidos presentados como textos, imágenes, sonidos y videos.

Lamultialfabetización implica un replanteamiento integral de varios aspectos en la práctica educativa. Ésta, engloba todas las alfabetizaciones necesarias para la interacción del ciudadano con los medios y recursos tecnológicos, informativos y cognitivos de la sociedad del conocimiento. La multialfabetizaciónseñala algunos aspectos importantes para ser tomados en cuenta al momento de elaborar cualquier proceso o método para la práctica educativa en materia de apropiación crítica de la información multimedial.

El ciberperidismo prepara la noticia y el contenido para que fluya por las diversas redes sociales y digitales, pero la multialfabetización forma las competencias necesarias para que dichos contenidos sean interpretados e interiorizados por parte de los usuarios, considerando la interactividad y diversidad de los medios y soportes tecnológicos que se pueden utilizar para ejercer la emisión-recepción de mensajes.

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

Referencias Bibliográ�cas.

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Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digital

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Normas para Colaboradores

Los trabajos deben ser enviados al director o directora de la Revista Alfa y Omega a través de la dirección de correo electrónico [email protected]

La revista solo aceptará trabajos inéditos, y se reservara el derecho de efectuar las modificaciones de forma que el comité editor considere pertinente.

El número de autores por trabajo de investigación es de tres (3) investigadores, el primero en calidad de autor y los segundos, como coautores. Para los trabajos producto de colectivos mayores al número de autores antes señalados, el comité editorial determinara su pertinencia.

Los trabajos podrán ser sobre: resultados parciales o finales de una investigación, de ensayo con reflexión teórica o discusión de problemas, de coyuntura desde cualquier perspectiva teórica- epistemológica.

Se aceptan también los siguientes trabajos de extensión corta (dos y cinco cuartillas): comunicación rápida para dar a conocer el derecho de propiedad intelectual; notas técnicas: descripciones de una técnica; cartas al editor: opiniones sobre tópicos nuevos o problemas de coyunturas; noticias: información actualizada sobre eventos científicos y postgrados en las ciencias sociales; bibliografías sobre temas específicos; reseñas: análisis y comentarios sobre literatura de reciente edición.

Las reseñas de libros y revistas publicados por otros autores y organismos. La presentación de la reseña se hará de la siguiente forma:

Página principal con el título en español; datos de filiación institucional del autor y dirección de correo electrónico.

La reseña deberá contar con:Título del libro a ser reseñado Datos biblio - hemerograficos de la publicación (Editorial, ISPN/ISSN, lugar

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Normas para Colaboradores

Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 201782

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y fecha de publicación, número de páginas, número, volumen, año)Datos del autor del libro: nombres completosResumen del textoAporte descriptivo, analítico y /o crítico del autor de la reseña.

Cualitativamente el trabajo debe poseer:

Vinculación estrecha con los objetivos y las áreas de interés de la revista.

Claridad coherencia en el discurso (el análisis y la discusión a profundidad se valorará especialmente).

Adecuada organización interna.

Calidad y actualización de las referencias y fuentes bibliográfica.

Aportes novedosos al objeto de estudio del cual se trata el trabajo.

Adecuada elaboración del resumen.

Pertinencia del título y subtitulo.

Contextualización de la temática.

La extinción de los trabajos será entre quince (15) a veinticinco (25) páginas a doble espacio en papel tamaño carta, en letra arial número 12, base a 25 líneas, con numeración arábica consecutiva de todas las páginas incluyendo las portadas, las ilustraciones y las referencias bibliográficas. Los márgenes deben ser superior, derecha inferior tres (3) cm.; el izquierdo, cuatro (4) cm. La portada de los artículos debe poseer: 1) título en español y en inglés, 2) Autores, comenzando por el principal, 3) resumen en español e inglés como máximo de doscientos cincuenta (250) palabras.

El resumen debe ser presentado en español en ingles con interlineado sencillo y tres (3) palabras clave; A pie de página institución de astricción o de apoyo financiero si fuera el caso; breve currículo y dirección electrónica del o los actores en un máximo de tres (3) líneas. En caso de los trabajos referidos a los resultados parciales o finales de investigación, el resumen debe tener la siguiente estructura: objetivos o propósitos, bases teóricas, metodología, resultados y conclusiones relevantes; para los ensayos el resumen debe contener la presentación del tema, desarrollo y reflexiones finales.

El cuerpo del trabajo debe dividirse en tres partes: introducción, desarrollo y conclusiones. Los comentarios o notas de ampliación deben reducirse al mínimo posible y colocarlos al pie de página.

Las tablas de ilustraciones deben estar plenamente justificadas presentadas en el

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Alfa y Omega - Revista Multidisciplinaria de Investigación. Vol. 1, No. 1. Enero - Junio 2017 83

Normas para Colaboradores

cuerpo del trabajo con títulos cortos y numeración arábica según orden de aparición; no deben llevar líneas para separar las columnas. Se debe identificar la fuente en caso de no ser del autor o autores. El título y subtitulo debe ser explícitos sin descripción detallada del contenido de la tabla o figura. Las imágenes deben ser originales de calidad y presentarse en escala de grises. Se deben adjuntas en archivos aparte.

Las citas bibliográficas o referencias deben hacerse en el cuerpo del trabajo con el sistema America Psicological Association (APA), señalando apellido del autor (es), año y número de página (s); ejemplo: rivera, 2003, PP 48-49). En el caso de fuentes con más de tres autores la primera vez que se cite deben ser nombrados todos. En citas posteriores se coloca solo el apellido del primer autor seguido de la expresión “et als.”, “Cols”, “y otros”, antes del año de la publicación. Deben evitarse toda referencia y documentos privados de difusión limitadas, no universalmente accesible. Las referencias deben ser citadas en el texto.

Las citas textuales menores a cuarenta (40) palabras se presentan entre comillas todas, inmersas en el párrafo, después del punto, se señala entre paréntesis, apellido del autor / Autores, año: y página. Para las citas textuales mayores a cuarenta palabras en párrafos aparte sin comillas, con interlineado sencillo, sangría de cinco espacios; después del punto se señala, entre paréntesis apellido del autor, / autores coma año dos puntos y páginas. Las citas indirectas o paráfrasis deben aparecer en el párrafo y estar identificas, entre paréntesis, con el apellido del autor/ autores coma y año.

Las referencias bibliográficas deben estar ordenadas alfabéticamente por el apellido del (primer autor). Las referencias de un mismo autor deben ordenarse por año de publicación, colocando en primer lugar la más antigua. En el caso de varias obras de un mismo autor en un mismo año deben diferenciarse colocando una letra después del año: ejemplo: 2007 a, 2007 b.

El orden para la presentación de las referencias bibliográficas debe ser: apellido (s) del autor, una coma, nombre (s), antes del año de publicación entre paréntesis título del libro, lugar de publicación: editorial. Ejemplo para la presentación de referencias:

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Libro de Autor:Beltran F., Luis. (2006). El Estado Docente. Colección clave de América. Caracas:

Biblioteca de Ayacucho.

Libros con Editor:Wilber, K. (ED.). (1997). El Paradigma Oleo gráfico. Barcelona: editorial Kairos.

Capítulo en Libro Editado o CompiladoRuíz, Roberto. (1999) Evaluación Académica y Educación Superior. En: Yarzábal,

Luis; Ruíz, Roberto y Vila, Ana (EDS). Evaluar para Transformar. (pp.31-87) colección respuesta N° 10 Caracas: Ediciones Iesalc- Unesco.

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Libros con dos o más autores. Colás B., Pilar; Buendía E., Leonor y Fuensanta H., Pina (1998). Métodos de Investi-

gación en Psicopedagogía. España: Mc Graw Hill.

Artículos en Fuente Electrónica: Muñoz C., Jesús Ríos de Deus, María P. y Abalde, Eduardo (2002). Evaluación

docente vs. Evaluación de la calidad. Revista Electrónica de Evaluación Educati-va, Vol. 8 (2). Extraído el 19 de febrero de 2004 desde http.www.uv.es/RELIEVE/-v8n2/RELIEVEv8n2_4.

Normas para Colaboradores

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Instrucciones para los árbitros

Título: Verifique si se ajusta al contenido del trabajo. Se deben evitar las siglas y acrónimos. La extensión máxima admitida es de dieciséis palabras.

Resumen: debe ajustarse a las normas establecidas por Escenario Educativo Revista transdisciplinaria de educación, las cuales aparecen en la sección normas para colaboradores. Las palabras clave deben reflejar el contenido principal del trabajo y ser indicativo para los lectores sobre la temática, a objeto de facilitar la consulta electrónica.

Claridad y coherencia del discurso: Compruebe si la redacción es apropiada en términos de sintaxis, coherencia textual y adecuación a la audiencia y a los contextos de las publicaciones científicas.

Organización interna del trabajo: Se debe examinar la relación existente entre objetivos, metodología, resultados y conclusiones. Además cerciórese de que los títulos de las secciones y subsecciones mantengan relaciones con el contenido y la secuencia lógica del trabajo. Se debe evitar el uso excesivo de secciones y subsecciones mantengan relación con el contenido y la secuencia lógica del trabajo. Se debe evitar el uso excesivo de secciones. Los encabezamientos de cada sección se escribirán a la izquierda y en negritas.

Dominio del conocimiento: Utilización de nociones, categorías y conceptos con propiedad y basados en el estado actual del campo o área disciplinaria de investigación.

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Consulte previamente las normas para colaboradores de Escenario Educativo.

Lea cuidadosamente el instrumento anexo: formato de evaluación de Artículos.

Coloque la fecha de recibido y cuando se efectuó el arbitraje,

Evalué objetivamente y rigurosamente los siguientes aspectos:

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Referencias Bibliográficas utilizadas: revise la pertinencia, actualización y justeza de las referencias según el área de conocimiento, cumpliendo con las pautas que se especifican en las normas para colaboradores. En las referencias bibliográficas solo deben aparecer los documentos citados efectivamente en el desarrollo del trabajo.

Sistemas de citas: Revise la adecuación, necesidad y función de la inserciones de citas textuales y no textuales en el cuerpo del trabajo, en función de cumplimientos de las normas.

Aporte al conocimiento del objeto: compruebe si los resultados del trabajo contribuyen a superar, incrementar o cuestionar el estado actual del conocimiento sobre el objeto de estudio, evidenciándose al aporte del autor.

Interpretación y conclusiones: Evalúe la lógica de la interpretación de los datos o fenómenos estudiados en función del tratamiento teórico- metodológico empleado y verifique la pertinencia, precisión y vinculación de las conclusiones presentadas en relación a los propósitos y desarrollo del trabajo.

Contribución a futuras investigaciones: valore si las propuestas temáticas y aportes de la investigación ofrecen la ocasión para explorar otros contextos de aplicación, campos de investigación afines o que se desprendan del objeto de estudio.

Apreciación general: reflexione acerca de la pertinencia y el valor final que presenta la investigación en el avance de la ciencia. Juzgue objetivamente el trabajo y justifique su veredicto.

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Instrucciones para los árbitros

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Formato de evaluación de artículos

1. DATOS DEL TRABAJO

2. ARBITRAJE

3. DECISIÓN

Título:Código asignado:Fecha de recepción en REF: / /Fecha de recibido por árbitro: / /

Item a evaluarTítuloResumenClaridad y Coherencia del discursoOrganización Interna del trabajoDominio del ConocimientoReferencias bibliográficas utilizadas Sistema de citasAporte al conocimiento del objeto tratado Interpretación y ConclusionesContribución a la investigación de las ciencias sociales.Apreciación general

VEREDICTOPublicable sin modificaciónPublicable con ligeras modificacionesPublicable con modificaciones sustancialesNo publicable

OBSERVACIONES

Exc.: Excelente. Bue.: Bueno. Reg.: Regular. Def.: Deficiente

EXC BLUE REG DEF Justificación

Fecha de envío al árbitro / /Fecha de evaluación / /

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Nota: de requerir modificaciones favor anexar hoja aparte donde se indique las mismas.4. DATOS SOBRE EL ÁRBITRO

NombreInstitución de adscripción Título del último trabajo publicadoRevista u otro medioFecha de publicaciónDirección postal y telfsEmail

Firma:

De existir observaciones en el texto favor adjuntarlas al presente formato de evaluación.

Formato de evaluación de artículos

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Institución:Apellidos:Nombres: Dirección:Telef. o Fax:Correo electrónico:Canje con la revista:Editada por:Fecha de convenio:

Firma

Institución:Apellidos:Nombres: Dirección:Lugar de Trabajo:Teléfono: Suscripción del Número:al número: Fecha:Correo electrónico:

FICHA DE CONVENIO DE CANJE

FICHA DE SUSCRIPCIÓN

Firma

Tarifas: Europa, Estados Unidos y América Latina: US S 50 (por año)

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Universidad Cristiana de PanamáEspecialidad en ciencias Administrativas

y Tecnológica

Autoridades

Mgtra.Prudencia Raquel de DelgadoRectora

Mgtra. Rosario de RodríguezVicerrector Académico

Dra. Zoleida Liendo DuránVicerrectora de Investigación

y Postgrado

Irma de RiveraSecretaria

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Alfa y Omega Revista Multidisciplinaria de Investigación, Vol. 1, Enero - Junio, se terminó de Imprimir en el mes de Enero de 2017, con un tiraje de 1000 ejemplares. Se utilizó papel bond 20, portada glazze 300.

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Revista Multidisciplinaria de Investigación

Contenido

Enero - Junio2017 Vol.1 Nº1

ISSN: 2410-1362

La Dimensión Humana en las Aulas UniversitariasThe Human Dimension in the University ClassroomsAlba Sánchez Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt

Responsabilidad Social de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios en Instituciones EducativasControl of management of Community Integral Educational Projects in Educational InstitutionsZoleida Liendo Durán Universidad Cristiana de PanamáRosario Romero ParraUniversidad Nacional Experimental Rafael Maria baralt

Educación en el Siglo XXI y la Formación en Valores en Las Universidades de VenezuelaXXI Century Education and Training in Securities in the University of VenezuelaJenny Ocando Medina. Universidad del Zulia

Gestión de Riesgos como parte integral de la Dirección de ProyectosRisk management as an integral part of the Project ManagementLic. Yizel LapadulaUniversidad Cristiana de Panamá

La asociación agropesca y ecoturistica de quebro y la fundación agua y tierra a nivel nacional e internacionalThe agropesca and ecotouristic association of break and the foundation of water and land at national and internationalLic Hall, Dania - Lic.Jiménez DamianUniversidad Cristiana de Panamá

Ciberperiodismo y Multialfabetización para la apropiación crítica de contenidos en la era digitalCyberjournalism and Multi-Literacy for Critical Appropriation of Content in the Digital AgeOscar Liendo Durán Aviator - Dra. Zoleida Liendo DuránUniversidad Cristiana de Panamá