LECTIO DIVINA Lectura orante de la Palabra de Dios

Enero 2013

Arzobispado de Santiago Vicaría Oeste

PRESENTACIÓN

En los domingos de este mes transitamos desde la fiesta de Epifanía en donde todavía resuenan los ecos de navidad, hasta el comienzo del ministerio público de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Los textos evangélicos que leemos tienen un rasgo que los une; todos parecen ser una carta de presentación, responden desde distintos ángulos a la misma pregunta: ¿Quién es Jesús? ¿Cuál es su lugar en la historia? ¿Cuál su misión? El niño del pesebre no es solo una escena conmovedora sino un acontecimiento único de la historia y sus consecuencias son de dimensiones universales y cósmicas. El Bautismo de Jesús reitera el tema de la manifestación de Dios: los cielos se abren y el Padre nos muestra a su Hijo muy amado. En Él su palabra se hace viva y presente. A Él debemos escuchar. En las bodas de Cana es María quien nos revela a Jesús y lo hace poniendo en marcha su ministerio con un milagro tan sugestivo como sorprendente. Jesús viene a hacer posible la fiesta del amor humano; el agua se convierte en vino en la medida que aprendemos a “hacer lo que Él nos dice. Finalmente, en la sinagoga de Nazaret es el mismo Jesús quien se presenta a sí mismo: Él es el ungido y el enviado del Padre. Su identidad se expresa plenamente en la misión que libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y anuncia la buena nueva a los pobres. Los cuatro textos nos señalan lo que en cierto modo expresa el texto de Isaías que Jesús hace propio: En su persona ha comenzado el tiempo de la gracia del Señor. Estos textos son un buen inicio para entrar en el año de la fe. Jesús que se nos presenta en la riqueza de su misterio se pone ante nosotros como la puerta abierta para entrar en la amistad con Dios. El acto de la fe es nuestra respuesta a esta invitación por la que iniciamos el camino de seguimiento a su persona y su misterio. Dios les bendiga

Pbro. Galo Fernández Vicario Zona Oeste

ACENTUACIONES PASTORALES 2013 Iniciamos un nuevo año civil, que nos trae nuevos desafíos y proyectos, anhelos, esperanzas y acontecimientos por vivir. Iniciamos un nuevo año, sí, que desde la perspectiva de la fe, viene iluminado por la presencia del Señor Jesús en nuestra vida. Y en lo más concreto, también por la invitación del Santo Padre a vivir un “Año de la Fe”, cuyos aspectos más importantes –de la Carta Apostólica Porta Fidei- vimos el mes anterior.

Así es que únicamente como recordatorio, baste decir que este Año de la fe no es un programa de actividades, sino un llamado a la conversión, un itinerario espiritual que nos llama a profundizar en lo central de nuestra fe y en el testimonio.

Así, celebrar el año de la Fe, es querer vivir un proceso de renovación, de crecimiento y de madurez; ya sea en lo más íntimo de nuestro corazón, o en el macro marco de las comunidades eclesiales a las que pertenecemos.

Justamente este año de la fe es la columna vertebral de las acentuaciones pastorales del año 2013, por eso veremos a continuación algunos aspectos que nos pueden ayudar en la profundización de ellas: 1.- El lema de las acentuaciones pastorales:

“Señor, aumenta nuestra fe (Lc 17,5) para crecer como tus discípulos misioneros”

La invitación en este año de la fe es a poder confiar plenamente en Dios: a abrir el corazón de par en par a su Palabra de vida y a asumir en la cotidianidad una actitud misionera; y de este modo generar en nosotros, una renovada y profunda dimensión espiritual que nos conecte con aquello que vive en lo más íntimo de nuestro ser, Dios mismo.

Es necesario mantenernos firmes en la fe para poder actuar mejor de acuerdo con ella. Pues si es verdad que la fe es la raíz de todos los bienes, no es menos cierto que sólo la fe y el amor nos hacen caminar, y por lo tanto actuar. Recordemos: Todo es posible para el hombre con una fe verdadera. 2.- Contexto de las acentuaciones pastorales del año 2013.

Este camino de santidad propuesto por las acentuaciones pastorales, nos invita a mirar más profundamente la sociedad que habitamos, a posicionarnos como discípulos en medio del pueblo, sintiéndonos siempre enviados por Jesús y desde ahí, ponernos al servicio de la vida que habita en el corazón de cada persona.

El llamado a evangelizar la cultura actual nos obliga a entrar nosotros mismos en un profundo proceso interno de evangelización. En este sentido podemos decir que nosotros mismos somos los primeros que debemos ser evangelizados como parte de esta humanidad en marcha.

En cuanto a la realidad que vivimos como Iglesia, señalemos el esfuerzo realizado por muchas comunidades para fortalecer el encuentro personal con Jesucristo a través de la lectura orante de la Palabra y de Eucaristías, el empeño por acoger, escuchar e integrar a los jóvenes; el esfuerzo de transformación misionera que realizan algunas comunidades…

Tanto el contexto teológico pastoral, social y eclesial, como las orientaciones de nuestro Pastor que nos insta a vivir un “tiempo del Espíritu”, hacen más oportuno asumir en el año 2013 el Año de la Fe.

Este Año de la Fe iluminará nuestros procesos de conversión personal y de renovación de las estructuras Eclesiales - como la Misión Joven - que estamos llevando adelante según el espíritu de Aparecida. Será también un aporte para superar las desconfianzas e inequidades existentes en diversos planos de la vida social, porque la fe pone a Dios en el centro de nuestras relaciones en la sociedad; y Dios pone a la persona humana en el centro de su acción pues el hombre es imagen de

Dios. Cuando se rompe esta relación entre Dios y el hombre, se genera la desconfianza y la injusticia.1

3.- Acentuaciones Pastorales 2013

A partir de los antecedentes señalados, la Vicaría General de Pastoral presenta a continuación las Acentuaciones 2013:

3.1.- Objetivo general en el Año de la Fe:

Para avanzar en el cumplimiento de este objetivo general, nos proponemos como Arquidiócesis dos grandes objetivos específicos:

3.2.- Objetivos Específicos:

Continuar renovando y profundizando nuestra fe.

Renovar nuestras estructuras eclesiales para anunciar y testimoniar mejor el evangelio de Jesucristo hoy.

Buscaremos hacer realidad cada uno de estos objetivos específicos a través de diversas Líneas de Acción. Algunas de ellas son continuación de lo que venimos haciendo. Otras, en cambio, surgen de la misma convocatoria al Año de la Fe, de la realidad que estamos viviendo y de la evaluación pastoral que hemos realizado.

4.- Principales líneas de acción

Como lo dice el título, indicaremos sólo las principales Líneas de Acción, que no pretenden mostrar todo lo que se hace o se puede hacer, sólo señalamos lo esencial, es decir, las Líneas de Acción válidas para todas las comunidades territoriales de la Arquidiócesis.

Corresponde a cada comunidad, de acuerdo a su propia realidad, hacer su Plan Pastoral a partir de ellas, planteándose las metas y acciones necesarias.

Los organismos Arquidiocesano y zonales aportarán los apoyos y subsidios necesarios.

1 Esta mirada se puede desarrollar leyendo y meditando la Carta Pastoral del Comité Permanente de la CECh “Humanizar y

compartir con equidad el desarrollo de Chile”, Santiago, 27.09.12. Ver también Gns. 13,9-10

Renovar y testimoniar nuestra fe como discípulos misioneros de Jesucristo al servicio de la vida para todos.

1. Para continuar renovando y profundizando nuestra fe, nos proponemos:

1.1.- Abrir la Puerta de la Fe, fortaleciendo los “lugares de encuentro con Jesucristo”.

1.2.- Acogiendo las propuestas y actividades que surgen del Año de la Fe.

1.3.- Recuperando el dinamismo de la lectura orante de la Palabra, en especial de la Lectio Divina.

1.4.- Cuidando las celebraciones litúrgicas, en especial la Eucaristía.

1.5.- Aprendiendo a descubrir en el pobre y necesitado la presencia de Jesucristo que nos llama a

servir a ese hermano con amor.

1.6.- Asumiendo decididamente una actitud misionera.

1.7.- Fortaleciendo las diferentes catequesis, en especial la CFIVE.

1.8.- Optimizando los procesos formativos de la Arquidiócesis.

2. Para renovar de nuestras estructuras eclesiales a fin de anunciar mejor el evangelio de Jesucristo hoy, nos proponemos: 2.1.- Fortalecer los decanatos (Instalarlos donde aún no funcionan). 2.2.- Seguir fortaleciendo los Consejos Pastorales.

2.3.- Promover la pertenencia de los Agentes Pastorales a Comunidades Cristianas de Base o pequeñas comunidades de vida (Invitando también a catequizandos y a cristianos sin responsabilidades en la comunidad) 2.4.- Seguir promoviendo hábitos de servicio misionero.

2.5.- Continuar con la Misión joven como proyecto de toda la comunidad.

Hna. Yessenia León Religiosa Marianita

Es muy importante recordar permanentemente que estas Líneas de Acción son en realidad PROCESOS PASTORALES que no se agotan en una actividad o en una estructura. Persiguen siempre un objetivo

superior – expresado en este caso en el Objetivo General y en el correspondiente Objetivo Específico - que hay que conocer y no perder de vista. Por eso toman tiempo y exigen perseverancia, creatividad y

revisión continua.

“Vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron”.

Domingo Solemnidad de la Epifanía del Señor

LECTIO DIVINA 06 de Enero de 2013- Ciclo C

“Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros”

I.- PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: Al prepararnos para leer, meditar, orar y contemplar la Palabra de Dios, tomo conciencia: ¿cómo llego hoy, qué hay en mi corazón, qué ruidos me distraen?

b. Oración Inicial: Iniciamos invocando al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, ven a nuestras vidas,

ven a iluminarnos con la Palabra de Dios, ven y muéstranos el camino firme,

para reconocerte como los reyes magos.

Envíanos tus dones para reconocer al Señor Camino, Verdad y Vida.

Para ser fieles y audaces discípulos misioneros, urgidos por darte a conocer,

y hacer de Chile, una mesa para todos. Amén

c. Petición: Señor, que podamos reconocerte y adorarte con pasión cristiana en la manifestación

que haces a todos los hombres.

II.- OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? La escucha orante de la Palabra exige atención, exige

que tu escuchar esté orientado a Dios sólo, con toda la disponibilidad de la que es capaz tu corazón. b. Lecturas: Lecturas: Primera Lectura: Isaías 60, 1-6; Salmo responsorial: 71, 1-2.7-8.10-13; Segunda

lectura: Efesios 3, 2-6; Evangelio: Mateo 2, 1-12

Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. «En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: “ Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel». Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje». Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los

precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

(Tomada del Leccionario Dominical)

c. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar, te

proponemos las siguientes preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te propone otras interrogantes, sigue su moción.

Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Quiénes se presentan ante Herodes y qué piden?

¿Por qué se desconcierta Herodes ante los visitantes?

¿Con quiénes se reúne Herodes y qué les pregunta?

¿A qué profeta corresponde la cita que hace alusión el texto?

¿Cuál es la opinión de Herodes respeto al Mesías?

¿Cuál es la actitud de los reyes de oriente con el Mesías?

¿Qué regalos le llevan los magos al niño recién nacido?

¿Qué mensaje reciben en sueños los Reyes Magos?

d. Claves del texto:

El relato evangélico es una catequesis que nos indica cómo se manifiesta el Señor en todo tiempo y cómo nosotros podemos encontrarlo. Por lo tanto, lo hemos de leer más como un relato de fe que como una narración de tipo histórico. Para una mejor comprensión del mensaje en 2,1-13 resulta más provechoso subdividir el relato de los Magos en dos partes siguiendo el criterio de los cambios de lugar: Jerusalén (2,1-6) y Belén (2, 7-12). Las dos ciudades constituyen el fondo de esta epopeya de los Magos y están unidas por dos hilos temáticos: la estrella (v 2.7.9.10) y la adoración del Niño (v 2.11).

Epifanía significa manifestación. Celebramos en este día la manifestación de Jesús, el Salvador, al mundo pagano, representado por los sabios de oriente, pues él ha venido con la misión de ofrecer la salvación a todas las gentes, de todos los lugares y de todos los tiempos. Es el día en que también nosotros, que no somos del pueblo judío por nacimiento, hemos recibido el don de la fe en Jesucristo, enviado del Padre para la salvación del mundo.

Los magos guiados por una estrella: esta estrella, según el relato guió a los magos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cabe destacar además que para la cultura judía, el nacimiento de un gran personaje estaba acompañado por un signo en el cielo o la aparición de nuevas estrellas; de manera que esto también indica la grandeza de Dios que se encarna y nace en Belén. Mediante el signo de la estrella y su búsqueda se plantea aquella realidad del deseo y búsqueda Dios que hace al hombre “hacer camino” tal vez por rumbos desconocidos.

Los magos adoran al niño: la identidad de estos “magos” no es el punto importante, sino más bien su ser extranjeros atraídos por el resplandor del Mesías: ellos son efectivamente el cumplimiento de la profecía de Isaías: los hombres de toda la tierra que en sus dones simbolizan el reconocimiento de la salvación ofrecida en el niño que ha nacido.

MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? Lleva a tu vida la Palabra que has leído. 1.- ¿Mi camino de fe es una adhesión confiada al Señor? 2.- ¿Qué dificultades encuentro en el conocimiento de Jesucristo? 3.- ¿Qué dones le voy a regalar al Señor? ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? En cada momento de nuestra vida el Señor nos va llamando a una entrega más generosa y total. Con mirada y escucha de fe, podemos percibir que el Señor nos convoca desde la realidad de los sucesos diarios aquellos que forman parte de nuestra experiencia de vida. Le cuento al Señor lo que hay en mi corazón. CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón A Jesús Niño, en brazos de María, que nos ofrece amorosamente a su Hijo. A los sabios (magos) que salvan dificultades y llegan gozosos donde Jesús. Y luego reemprenden un nuevo estilo de vida. Y con profunda esperanza deja que Dios realice su Epifanía en tu vida a través de su Hijo Jesús. III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Acción: ¿qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? Agradece siempre el don de la fe, que el Señor te regala desde el bautismo.

b. Signo para llevar a la vida: (Tener tres cofres o tres cajas) Como los reyes magos has la experiencia de postrarte y adorar al Señor.

Quédate por unos minutos en esta postura.

Luego presenta los regalos que le quieres ofrecer, para esto anota tres acciones que vas a realizar para llevar a cabo este propósito. Por ejemplo visitar el santísimo, ir a ver un enfermo, visitar a una persona que necesite el consuelo del Señor, etc.

Coloca cada actitud en uno de los cofres.

c. Oración final: Oremos con unas palabras del Papa Benedicto XVI, al anunciar en su carta “La puerta de la Fe” el festejo de los 50 años del Concilio Vaticano II y el año de la Fe:

Por la fe,

María acogió la palabra del Ángel y creyó… Por la fe,

los Apóstoles dejaron todo para seguir al maestro…. Por la fe,

los discípulos formaron la primera comunidad reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles, la oración y la celebración de la Eucaristía, poniendo en común todos sus bienes para atender las necesidades de los hermanos.

Por la fe,

los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del evangelio, que los había trasformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor con el perdón de sus perseguidores….

Por la fe,

hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida han confesado a lo largo de siglos la belleza de seguir al señor Jesús allí donde se les llamaba a dar testimonio de su ser cristianos: en la familia, la profesión, la vida pública y el desempeño de los carismas y ministerios que se les confiaba.

“Yo los bautizo con agua…, pero él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”.

Domingo Fiesta del Bautismo del Señor

LECTIO DIVINA

13 de Enero de 2013- Ciclo C “Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros”

I.- PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: Es tiempo de descanso para algunos y para otros de arduo trabajo. Entre estas dos realidades, ¿qué acontecimientos han marcado tu vida durante esta semana? (personales, familiares, nacionales) ¿De qué manera te impactan?

b. Oración Inicial: Prepara tu corazón con la siguiente oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo que aleteabas en las aguas de la creación y has guiado los pasos de Moisés en el desierto,

ven hoy sobre nosotros y sumérgenos en tí, para que nuestros pasos y sentimientos sean orientados hacia Cristo,

en la escucha de su Palabra.

Mora en nosotros, Espíritu del Padre, y guíanos a la verdad de nosotros mismos

y al conocimiento del Hijo de Dios que nos redime y nos hace ser una sola cosa con él,

para que en nosotros pueda también el Padre complacerse.

c. Petición Señor, te ruego que pueda vivir como hijo querido tuyo, al igual que Jesucristo.

II.- OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? Se celebra hoy la fiesta del Bautismo del Señor, con la

que concluye el tiempo de Navidad. La liturgia nos propone el relato del bautismo de Jesús en el Jordán según la redacción de san Lucas. Con un corazón dispuesto a dejarse transformar, lee atentamente la Palabra de Dios.

b. Lecturas: Primera Lectura: Isaías 40, 1-5,9-11; Salmo responsorial: 28, 1-4.9-10 ; Segunda Lectura: Tito 2, 11-14;

3,4-7; Evangelio: Lucas 3, 15-16.21-22

Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan Bautista no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: “Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego ”. Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”.

(Tomada del Leccionario Dominical)

c. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar, te

proponemos las siguientes preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te propone otras interrogantes, sigue su moción:

Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Con qué acontecimiento se inicia este relato?

¿Por qué las personas pensaban que Juan bautista era el Mesías?

¿Qué explicación da Juan Bautista sobre que él no es el Mesías?

¿Qué sucede cuando Jesús se acerca para bautizarse?

¿De qué forma se hace presente el Espíritu Santo sobre Jesús?, ¿Qué significa?

¿De quién es la voz que se oye?

¿Qué significa la frase “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”?

d. Claves del texto:

El pasaje de Lucas relata el acontecimiento del bautismo del Señor. El texto contiene dos partes bien definidas que son declaraciones sobre la identidad de Jesús, la de Juan (3,15-16) y la de Dios mismo (3,21-22). La primera está provocada por la reacción del pueblo a la predicación y al bautismo de conversión de Juan: ¿No será quizás éste el Mesías? (3,15).

Juan responde que hay una diferencia substancial entre el bautismo con agua dispensado por él y aquel en “Espíritu Santo y fuego” administrado por Jesús (3,16). La segunda proviene del cielo y es pronunciada durante el bautismo de Jesús. Al fondo de la escena está el pueblo de los bautizados, de los que sobresale la figura de Jesús, que uniéndose a ellos, se hace bautizar (3,21). El centro focal de la escena no está en la acción bautismal, sino en los hechos que le acompañan: se abren los cielos, el Espíritu desciende sobre él y se oye una voz que anuncia la identidad de Jesús. (3,22).

En el bautismo de Jesús se produce la manifestación del Espíritu Santo. Éste es el signo de la misión de Jesús. Jesús vino a salvar a todos los hombres. Él se manifestó en la realidad de nuestra carne, para derramar su gracia sobre todo ser humano. Acojamos la revelación del bautismo de Jesús como revelación de su mansedumbre, su humildad, y, por otra parte, como revelación de la extraordinaria fecundidad de su glorificación.

Hay una íntima correlación entre el bautismo de Cristo y nuestro bautismo. En el Jordán se abrió el cielo (cf. Lc 3, 21) para indicar que el Salvador nos ha abierto el camino de la salvación, y nosotros podemos recorrerlo precisamente gracias al nuevo nacimiento "de agua y de Espíritu" (Jn 3, 5), que se realiza en el bautismo. En él somos incorporados al Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia, morimos y resucitamos con él, nos revestimos de él, como subraya repetidamente el apóstol san Pablo (cf. 1 Co 12, 13; Rm 6, 3-5; Ga 3, 27).

Por tanto, del bautismo brota el compromiso de "escuchar" a Jesús, es decir, de creer en él y seguirlo dócilmente, cumpliendo su voluntad. De este modo, cada uno está invitado a vivir en Santidad, una meta que, como recordó el concilio Vaticano II, constituye la vocación de todos los bautizados.

MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? Para profundizar el evangelio se proponen las

siguientes preguntas:

1.- ¿Te sientes amado(a) por Dios?, ¿En qué lo notas? 2.- ¿Qué significado tiene en tu vida el bautismo? 3.- ¿De qué manera vives tu vocación a la santidad?

ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? El Bautismo nos ha hecho "hijos de Dios en el Hijo": la complacencia del Padre está también sobre nosotros y también nosotros somos ya sus "predilectos". Como hijo dialoga con tu Padre.

CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón En el silencio del corazón, revive en tu corazón la escena del evangelio que has leído, trata de asumirla, haciéndola tuya, y luego quédate en silencio para que sea Dios quien pronuncie en ti: “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”.

III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

aa.. Acción: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? Tomar conciencia de ser Hijos de Dios por el bautismo es una tarea constante y que nos anima a dar muchos frutos. ¿Qué compromiso concreto quieres vivir a partir de tu bautismo en tu familia, lugar de trabajo y comunidad de fe?

bb.. Signo para llevar a la vida: (figuras de paloma y lápiz)

Coloca las figuras de palomas en el altar.

Recuerda lo que meditaste en la primera pregunta ¿Te sientes amado(a) por Dios?, ¿En qué lo

notas?

Identifica con claridad las situaciones en que te sientes amado(a) por Dios.

En las palomas anota cada situación.

Déjalas en tu biblia durante esta semana.

c. Oración final: Finalizamos con la siguiente oración de entrega de Charles de Foucauld

Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí, y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre. Te confío mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque te amo.

Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con una infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.

“ Hagan todo lo que Él les diga”

Domingo segundo del Tiempo Ordinario

LECTIO DIVINA 20 de Enero de 2012- Ciclo C

“Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros”

I. PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: Corremos constantemente de un lado a otro, con muchos afanes: la casa, el trabajo, los hijos, los estudios… y pocas veces nos detenemos para saber cómo estamos. Por eso hoy, antes de iniciar la lectura orante de este domingo, descansemos un momento y veamos qué es de mi, cómo estoy, qué siento…

b. Oración Inicial: Te invitamos a orar al Espíritu Santo:

Ven, Espíritu Santo, ilumina mi mente, abre mi corazón, toma mis manos,

para que comprenda el mensaje de la Palabra, para que sienta la profundidad del amor divino,

para que camine abriendo mis manos a los que necesitan curación y misericordia.

Amén c. Petición: Señor, ayúdame a tener una actitud de servicio permanente, preocupado por todas

las personas que necesiten de mí y a reconocer tu gloria, tu salvación.

II. OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? Hemos finalizado el tiempo de navidad y retomamos el

tiempo ordinario. Fomenta en tu interior la actitud de escucha atenta para escudriñar la Palabra de Dios.

b. Lecturas: Primera Lectura: Isaías 62,1-5; Salmo responsorial: 95,1-3.7-10; Segunda Lectura: 1 Corinto

12,4-11. Evangelio: Juan 2,1-11

Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que Él les diga”. Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y, como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino y, cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”. Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.

(Tomada del Leccionario dominical)

c. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar, te

proponemos las siguientes preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te propone otras interrogantes, sigue su moción.

Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Qué se celebra en Galilea, según el relato?

¿Quiénes han sido invitados a esta celebración?

¿De qué se da cuenta María y qué significado tiene?

¿Por qué Jesús le contestó a María de esa forma?

¿Cuál fue la actitud de María ante la respuesta de Jesús?

¿Qué hace Jesús?

¿De qué se da cuenta el encargado del vino y que le dice al esposo?

¿Qué dice el evangelista respecto a este acontecimiento?

d. Claves del texto

El evangelio de Juan nos relata el milagro realizado por Jesús en las bodas de Caná, es un episodio programático, dotado de un sentido profundo. Una división del texto, para ayudarnos en su lectura: (1) Juan 2,1-2: Fiesta de las bodas. María presente, Jesús está invitado. (2) Juan 2,3-5: Jesús y su Madre ante la falta del vino. (3) Juan 2,6: Las tinajas de la purificación estaban vacías. (4) Juan 2,7-8: La iniciativa de Jesús y los sirvientes. (4) Juan 2,9-

10: El descubrimiento del signo por parte del encargado de la boda. (5) Juan 2,11-12:

Comentario del evangelista.

El texto se abre anunciando la boda que se celebraba en Caná y subrayando la presencia de María. Juan nos dice en tres versículos (2,1-3) cómo fue esta presencia de María. Ella no estuvo allí solamente como una invitada más disfrutando de la fiesta. La suya fue una presencia activa, atenta a aquello que se pudiera ofrecer. Ella, seguramente, notó el ir y venir angustiado de los sirvientes, anunciándole al dueño de la casa que las provisiones de vino se habían agotado, cosa que los demás comensales y hasta el mismo Jesús, parecen no haber notado.

María no espera que le pidan el favor, se adelanta, “sale al encuentro”. Sabe muy bien que el único que puede remediar la situación es su hijo y sin muchas palabras, solo tres, le plantea la situación: “No tienen vino”. Ella no se pierde en explicaciones, ni siquiera le pregunta a Jesús qué pueden hacer. Sabe que esas tres palabras son suficiente lenguaje entre ella y su Hijo para salvar la situación. Aunque la respuesta de Jesús no fue muy alentadora, ella no se desanimó. María no le insiste a Jesús. Simplemente actúa. ¡Algo hay que hacer! Ella ayuda a preparar todo, el resto lo hará Él. Y pronuncia una de las frases más bellas que en muchos momentos puede resonar en nuestras vidas: “Haced lo que Él os diga” (2,5). Es decir: ahora todo depende de Él, yo ya hice mi parte.

El evangelista concluye con palabras llenas de sentido en la gloria del Señor. La “gloria de Jesús consiste en ser el esposo de Jerusalén, en dar cumplimiento a la alianza entre Dios y su pueblo. El episodio de Caná es, en este sentido, un episodio programático, manifiesta cuál es la verdadera gloria de Jesús: la del amor generoso, que hace posible las bodas entre Dios y su pueblo. Los discípulos, que esperan la liberación de Israel, pueden comprender en Caná que Jesús es el esposo, el Mesías que viene de parte de Dios. MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? La Palabra nos invita ante todo a reflexionar mediante las siguientes preguntas:

1. ¿De qué manera vivo la invitación de María: “hagan lo que él les diga”? 2. ¿Cómo estoy sirviendo a mis hermanos? 3. ¿Reconozco a Jesús como Mesías, el salvador?

ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? Jesús el Mesías quiere inaugurar un tiempo nuevo también para ti. Un tiempo nuevo de: cercanía, intimidad, gracia y salvación. Te regala el vino generoso de su Espíritu y te invita al banquete de su amistad.

CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón Permanece en

silencio. Repite en tu corazón la frase del texto bíblico que más ha calado en ti. Contempla a Aquel que es la Palabra viva.

III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Acción: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? En momentos de tristeza y desilusión recordaré este texto, que me relata lo que hace Jesús por nosotros en todo momento. Pues Él, como en Caná y en tantas ocasiones, nos regala su alegría y quiere que vivamos su alegría y llevemos también a nuestros prójimos el sentido de la vida con Él.

b. Signo para llevar a la vida: Caná anuncia el misterio de la pasión, de la resurrección de

Jesús y de Pentecostés, el misterio de la nueva alianza, basada en el inmenso amor de Jesús al dar la vida por cada uno… en definitiva la gloria del Señor. En la tercera pregunta de la meditación reflexionamos sobre si: Reconozco a Jesús como Mesías, el salvador

Vuelvo a traer al corazón las situaciones, o personas en las que reconozco a Jesús como Mesías.

Las digo en voz alta y las ofrezco al Señor.

Extiendo las manos en actitud oferente.

c. Oración final: Finalizamos rezando un Ave María

“El Espíritu del Señor está sobre mí”

Domingo tercero del Tiempo Ordinario

LECTIO DIVINA 27 de Enero de 2013- Ciclo C

“Señor, aumenta nuestra fe para crecer como tus discípulos misioneros”

I. PREPARÉMONOS PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

a. Comencemos desde nuestra vida: La fe y la vida van unidas, por eso es importante mirar,

escuchar y ver que pasa a nuestro alrededor: ¿qué noticias me han impactado, qué hechos me han tocado en lo profundo?, ¿de qué manera me situó ante la realidad que constato?

bb.. Oración Inicial: Inicia la lectio divina con la siguiente oración al Espíritu Santo

Espíritu de vida, de la vida sin fronteras, ven y condúceme hasta los pastos abundantes

donde tu Palabra quiera conducirme, hasta las fuentes que has preparado para mí;

para que yo me sacie de tu presencia y goce con la sobreabundancia de tus dones.

Amén

c. Petición: Te pido la gracia de acoger la Buena noticia de Jesucristo y darla a conocer a otras personas.

II. OREMOS CON LA PALABRA DE DIOS: en el centro de la Lectio divina

a. LECTURA (Lectio). ¿Qué dice la Palabra? La lectura de este domingo nos muestra la importancia

de la Palabra de Dios, el evangelio nos cuenta el episodio que tuvo lugar en la sinagoga de Nazaret.

b. Lecturas: Primera Lectura: Nehemías 8, 2-6.8-10; Salmo responsorial: 18, 8-10.15; Segunda Lectura: 1

Corintos 12,12-30; Evangelio: Lucas 1, 1-4;4,12-21

Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquéllos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido. Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas de ellos y todos lo alababan. Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él. Entonces comenzó a decirles: “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.

(Tomada del Leccionario Dominical)

c. Algunas preguntas que nos ayuden a reflexionar el Evangelio: Para profundizar, te

proponemos las siguientes preguntas. No es necesario que las respondas todas, y si el Espíritu Santo te propone otras interrogantes, sigue su moción:

Marca los verbos más importantes, realiza lo mismo con los personajes, subraya las frases que te toquen el corazón.

¿Qué relatan los primeros versículos del evangelio de Lucas?

¿Quién es Teófilo?

¿En qué lugar geográfico se ubica el texto?

¿Por qué asiste Jesús a la Sinagoga?

¿Qué pasaje de las escrituras lee Jesús?

¿Qué hace Jesús después de leer el texto?

¿Qué dice Jesús sobre el texto leído?

d. Claves del texto:

El evangelio nos lleva a la sinagoga de Nazaret, para realizar una lectura cotidiana de la Biblia, que, no obstante, se vuelve extraordinaria. Se puede dividir el texto en dos partes: a) Prólogo: Lc 1, 1: presentación del Autor del Evangelio; Lc 1, 2-3: origen de las fuentes que maneja y destinatarios; Lc 1, 4: seguridad doctrinal que pide confianza. b) Misión en Galilea: Lc 4, 14-15: Presencia y enseñanza de Jesús en Galilea; Lc 4, 16-17: Contexto cultual de la intervención de Jesús; Lc 4, 18-19: Las promesas mesiánicas; Lc 4, 20-22: Vocación Mesiánica de Jesús y admiración de los suyos.

La primera parte se dirige directamente a “Teófilo” –literalmente amado de Dios-, probablemente un convertido cristiano. Es sin embargo llamativa su identificación por el evangelista Lucas como uno que “ya ha sido informado de antemano” y ahora está probablemente dispuesto y deseoso de aprender más sobre Jesús y el misterio de su persona y su misión. En la cultura de transmisión oral, e incluso ahora en los medios modernos de comunicación, para ser capaz de hablar a muchos, el comunicador debe al menos tener en mente una persona concreta. Lucas, excelente narrador, sigue este principio.

La segunda parte del evangelio de hoy es una introducción al ministerio público de Jesús. Fue un sábado en una sinagoga de Nazaret, Galilea, donde su pensamiento se había hecho adulto; estaba ante una asamblea que le conocía bien, como a su familia. Y ¿cómo hizo su presentación? Con un texto de Isaías anuncia Jesús el programa de su misión: “El Espíritu del Señor me ha ungido para anunciar una buena noticia a los pobres; me ha enviado para proclamar remisión a los cautivos... y proclamar el año de gracia del Señor.” El texto original de Isaías es parte de la profecía en el tiempo del regreso y reconstrucción de la comunidad judía tras el exilio, profecía que para el pueblo judío aún permanece incumplida, y por tanto aún a la espera del Mesías. Este fue el texto asumido valerosamente por Jesús al concluir solemnemente: “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír.”

Pidamos hoy al Señor estar verdaderamente disponibles para escuchar su Palabra, presente en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, en unión con todos los cristianos. La importancia de la Escritura es que a través de ella conocemos a Jesús para amarlo con profunda adhesión. La Iglesia se preocupa de ponernos en contacto con la Palabra mediante la liturgia. Nosotros debemos escuchar con atención, con disponibilidad, ésta es alimento

para nuestro espíritu, la fuerza para seguir adelante, la luz que nos guía en nuestro camino. Gracias a la Escritura, tenemos un contacto más vital con Jesús. MEDITACIÓN (Meditatio): ¿Qué me dice el texto? Meditemos la riqueza de este texto

1.- ¿Cuál es tu cercanía con la Palabra de Dios? 2.- ¿De qué manera hago vida las palabras de Jesús: llevar la Buena Noticia a los pobres, anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos? 3.- “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción”. Respecto a esta frase del evangelio: ¿Qué lugar ocupa en mi vida el Espíritu Santo?

ORACIÓN (Oratio): ¿Qué le digo a Dios con esta Palabra? A través de la Palabra puedo conocer a Jesús y establecer lazos de amistad con el Señor. A partir de esta amistad, ofrécele a él todo lo que hay en tu corazón.

CONTEMPLACIÓN (Contemplatio): Gusta a Dios internamente en tu corazón Esta escena de Jesús en la sinagoga es impactante por el contenido que posee: Jesús reconoce ante la asamblea que se ha cumplido la Escritura en él. Este hecho tiene de fondo la relación amorosa entre el Padre y él. Has también tú, esta misma experiencia.

III.- CELEBREMOS EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR: a. ACCIÓN: ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de su Palabra? Señor, que mi hoy sea el tuyo, para que ninguna palabra tuya pueda caer en vano en mi vida sino que todas puedan realizarse como granos de trigo en el surco helado del pasado, capaces de germinar con los primeros vientos de la primavera. ¿A qué me comprometo?

b. Signo para llevar a la vida: (La Biblia) Coloca la Biblia en tus manos.

Mirando la Biblia, trae a tu mente la frase bíblica que más te haya tocado el último tiempo.

Luego acerca la Biblia a tu pecho y repite la frase tres veces, en forma lenta y tranquila.

Quédate unos minutos con la biblia en tu pecho sintiendo solo tu respiración

c. Oración final: Termina esta lectura orante, con el salmo 118, 49-56

Acuérdate de la palabra que me diste,

con la que alentaste mi esperanza. Lo que me consuela en la aflicción es que tu palabra me da la vida.

Los orgullosos se burlan de mí como quieren, pero yo no me desvío de tu ley.

Me acuerdo, Señor, de tus antiguos juicios, y eso me sirve de consuelo.

Me lleno de indignación ante los pecadores, ante los que abandonan tu ley.

Tus preceptos son para mí como canciones, mientras vivo en el destierro.

Por la noche, Señor, me acuerdo de tu Nombre, y quiero cumplir tu ley.

Esto me ha sucedido porque he observado tus mandamientos.