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ENCUENTRO CIUDADANO EN GALÁPAGOS

Puerto Ayora, octubre 29 / 2017

¡Qué refrescante es venir a Galápagos!

Galápagos es un sitio al que uno siempre pide y quiere volver. Es

una maravilla de la naturaleza.

Y, claro está, también hay que reconocerlo: su gente –sus

hombres, sus mujeres, sus jóvenes, sus niños– han ayudado a

que esto se convierta en uno de los principales atractivos del

mundo, si no el principal atractivo.

Si acá no se consigue mayor número de turistas es porque hay

limitaciones, porque hay que mantener esta joya natural. Y

también porque nos falta un poco de promoción, que la vamos a

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poner por intermedio de nuestros embajadores y nuestros

consejeros.

Antes los embajadores pasaban ‘de película’, no por culpa de

ellos: es que no tenían mucha actividad y los momentos

desocupados no los invertían en una actividad productiva.

Ahora hemos aunado esfuerzos para que los embajadores sean

también promotores del país.

Hay todo un sistema que permitirá a embajadores y cónsules

promocionar el Ecuador y trabajar al unísono con las misiones

comerciales.

Querida Lorena (Tapia, gobernadora de Galápagos), estimado

señor alcalde. Estimadas autoridades, de forma particular mi

saludo cordial al señor asambleísta Washington Paredes, aquí

presente. Y que espero de todo corazón que, sin ningún tipo de

óbice, esté participando en las mesas (de diálogos) que están...

(El asambleísta advierte de viva voz sobre falencias en el proceso

de diálogo. Y el Presidente responde)

Si así ha sido, lo vamos a corregir. Más importante que haber

ganado las elecciones, es haber tendido la mano a todos los

ecuatorianos.

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Para que todos aquellos que están identificados con los grandes

objetivos nacionales, tiendan también su mano generosa, su

mano amiga, su mano cordial por los objetivos de la Patria. Y lo

estamos logrando.

Y si aquí en Galápagos ha faltado algo, lo vamos a corregir. De

eso se trata: los seres humanos estamos diseñados para cambiar.

(...)

Siempre estuve a favor del diálogo.

La situación se hizo compleja por una razón sencilla. Reconozco a

la primera etapa de la Revolución Ciudadana como

extremadamente productiva:

La Constitución de Montecristi, los mejores servicios a la

ciudadanía, principalmente a los más pobres.

Pero también reconozco que la segunda etapa, hace tres o

cuatro años, empezó a volverse una situación siniestra.

Nos peleábamos con todo el mundo: con los ecologistas, con los

alcaldes, con los prefectos, con los profesores, con los médicos,

con los militares, con los indígenas.

¡Peleados con todo el mundo! Eso no puede ser. Así no avanza el

Ecuador. ¡Así no avanza el Ecuador!

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Me di cuenta de que la situación estaba extremadamente

polarizada. Y no en el asunto ideológico, sino en el asunto

humano. Ya no era un desprecio a tu ideología –que hay que

respetar–, era la diferencia con el ser humano.

Y lo peor que puede hacer un ser humano es tachar a otro ser

humano por su derecho a pensar, por su derecho a tener una

forma diferente de interpretar la vida.

(...)

No solo estamos unidos por el idioma, por la religión, por las

costumbres, por el pasado histórico, por la música que nos gusta.

¿A quién no le gusta Jota Jota, por ejemplo? ¡A todos, inclusive a

los jovencitos! Por ahí, oí el otro día que (unos jóvenes)

empezaban a cantar a Jota Jota, a Benítez y Valencia.

Compañeros queridos, estamos en la misma línea: hace dos mil

años un loco –tan loco que lo metieron a la cárcel– dijo que hay

que amar al prójimo como a uno mismo.

Nosotros nos damos el gusto de preconizar que somos

“cristianos”, y sin embargo no cumplimos ese precepto.

En las elecciones agarramos un carácter contradictorio terrible.

Por eso, lo primero que hice es llamar al diálogo: conversar,

hablar, saber cómo opina el otro.

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Eso me criticaron –o sea dialogar es criticable– y me dijeron que

era “contra nuestros principios”. Y yo les pregunté ¿y con quién

hay que dialogar?

¿Con los que piensan igual? No señor. Si uno se enriquece es del

pensamiento diverso, del pensamiento diferente.

Con el que piensa igual dialogamos, pero no nos enriquece. La

tolerancia enriquece. Por eso tendimos la mano a todos los que

quieran acercarse a donde nosotros.

Y así se debe hacer acá (en Galápagos), mi querida Lorena,

siempre hay espacio para hacerlo. Vamos a generar diálogo. Por

favor, que el diálogo sea tolerante de ida y vuelta, que sea

enriquecedor de ida y vuelta.

Ahora el Ecuador está más unido, se han reconciliado padres con

hijos, entre primos, entre hermanos que estaban distanciados,

marido y mujer que se divorciaron por cuestiones políticas.

Gente de la calle, del trabajo, distanciados, impidiendo que se

realice un buen trabajo en la empresa y en el sector público.

Nos hemos vuelto a unir. Por eso, tiendan la mano al hijo que se

disgustó, al padre o madre que se enojó, al hermano. ¿Saben

quién es el mejor en esa relación? El que lo hace primero: tiende

la mano cariñosa, generosa, afectuosa, al amigo que se fue.

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A mí me dijeron de todo, de todo, y además se cruzó la línea roja

–que nunca se había cruzado– de ofender a la familia.

Sin embargo, lo acepté estoicamente y volví a tender mi mano a

todos los que querían conversar conmigo.

La gente de la Conaie fue bastante dura, agresiva, pero nosotros

estamos reconociendo sus derechos.

Les hemos vuelto a entregar un edificio que se les dio en

comodato hace casi 40 años, creo que fue (el gobierno de)

Rodrigo Borja. Y nuestro gobierno, que estaba peleado con todo

el mundo, se los quitó.

Les volví a entregar, no solo ese sino adicionalmente otro,

porque ya habían crecido. De eso se trata el diálogo: de obtener

consensos mutuos.

A lo mejor no puedo ceder en todo. A un diálogo, todos tienen

que ir dispuestos a ceder.

Washington (asambleísta opositor), por favor, hay que ir

dispuestos a ceder: (no decir) “Si no me dan todo, no dialogo”.

No.

Lorena, Washington, el grupo de CREO, dialoguen y obtengan los

mejores resultados. Señor alcalde, autoridades, participen en el

diálogo.

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¡Por favor, no se peleen por los políticos! ¡No vale la pena!

Mark Twain decía que los políticos son como los pañales de los

guaguas: hay que cambiarlos a cada rato (risas). Y por la misma

razón: porque lo que hace el guagua, también hace el político.

Mi abuelo decía que los políticos son como las alpargatas: da lo

mismo el de izquierda que el de la derecha.

Evalúen la actividad, los buenos deseos, las buenas intenciones,

el pasado de cada político, para poder designar.

Y por favor, formen nuevos liderazgos.

Jóvenes, jóvenes. Hace un momento habló Pablo (Flores, de la

nueva generación política de Galápagos) y habló Yadira (Larrea

Saltos, gerente de la cooperativa cafetalera) y también Geovanny

(Sarigú, del sector ganadero). Los tres jóvenes hablaron tan bien,

tan positivamente... ¡Ahí están los políticos del futuro!

La política no es mala. Yo recuerdo que una vez hice una broma,

y decía: ¡tan fea es la política, que a la suegra le dicen madre

política! (risas)

No le tengan miedo a la política. Como se la ha practicado, en

términos generales, es una política sucia, lesiva, agresiva, sin

cesión, sin diálogo.

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¡Vamos a transformar la política con los jóvenes!

Hay que incentivar a los jóvenes, independientemente del

pensamiento que tengan, con todo derecho, respeto y

tolerancia, incentivar a los jóvenes.

Queridos amigos, no creo en las reelecciones indefinidas. No

creo en reelecciones indefinidas.

No se trata de que el concejal, el prefecto, el alcalde, el

asambleísta o el presidente o el vicepresidente no tengan

méritos. A lo mejor los tienen, y muchos.

Pero, como decía Simón Bolívar: es peligroso permitir que una

persona se quede permanentemente en el gobierno, porque los

pueblos se acostumbran –se aborregan– y los gobernantes creen

que tienen derecho a mandarlos permanentemente; ahí surge la

autocracia, la dictadura en que se transforma la democracia, y la

corrupción.

Necesitamos sangre nueva, fresca. Los adultos, por supuesto

deben estar ahí presentes, nadie dice que no. Pero, por favor,

demos oportunidad a los jóvenes de intervenir en política.

Por eso he planteado siete preguntas. Todos me han criticado

que faltan, que sobran, que ésta no, que ésta sí...

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Bueno, dejemos que el pueblo lo decida, porque es el supremo

juez. Un mandatario debe acudir a la voluntad del pueblo, tantas

y cuantas veces sea necesario, por motivos importantes para la

Patria.

¡Yo invito a decir SÍ a las preguntas!

Para seguir sancionando a los que han violado niños, para no

permitir que eso prescriba, porque con el tiempo, por el miedo,

el niño no reclama. ¡Que (ese delito) no prescriba nunca!

Que las personas corruptas devuelvan con sus bienes lo que se

han llevado. Hay que seguir la ruta del dinero. No es fácil,

compañeros, ha habido mucha corrupción, no es fácil.

Antes de ayer decía en la reunión de Alianza PAÍS, que por favor

la gente de Alianza PAÍS no se sienta lesionada. Todo lo

contrario, recuperemos el espíritu de Montecristi, que dice

claramente “alternabilidad en el poder”.

¿Saben lo que ocurre? Muy claramente lo mismo que pasa en las

empresas, en las instituciones: se forma una “rosca” política,

económica, administrativa, electoral, alrededor de esa persona.

Y le hacen creer al candidato que es el elegido, que tiene que

violar la ley, que él mismo tiene que llevar a la Corte

Constitucional. ¡Él mismo!

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A mí francamente me da vergüenza ajena: si yo quiero una

reelección, por lo menos dejo que otro la lleve. Pero él mismo

fue a dejar con el argumento de que ampliaba derechos.

No compañeros, no amplía derechos: coarta los derechos de 17

millones de ecuatorianos que también están a la expectativa de

tener derecho a ser gobierno.

El Consejo de Participación Ciudadana no ha cumplido con su

función. Entiendo que a lo mejor le han faltado recursos

administrativos, económicos, humanos. Lo entiendo.

Pero de la forma cómo fue designado, no suena a transparencia.

Un mandatario debe ser transparente, no puede haber

absolutamente nada que le tachen, porque, si no, mejor se va a

su casa.

Por eso les pido: por favor, cuando detecten actos de corrupción,

con una carta siempre nosotros damos atención.

Entonces, ¿de qué se trata? De también votar SÍ en esa pregunta,

para que el Consejo de Participación Ciudadana se vaya a su

casa. No porque sean mala gente o porque sean corruptos. Lo

que pasa es que no han cumplido a cabalidad su función.

Si yo nombro un contralor, y le califico con 100% a un contralor

que ha sido el pivote de actos de corrupción, ¡no puedo pedirle

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al pueblo que me mantenga! ¡Tengamos un poquito de sangre

en la cara!

Los señores tienen que irse. Y los nuevos miembros del Consejo

de Participación Ciudadana serán escogidos –de manera

transparente– entre los mejores hombres de la Patria,

temporalmente, porque luego los elegirá el pueblo ecuatoriano.

Creo que es la mejor forma, hay que acudir al pueblo para tomar

esas decisiones.

Luego tenemos unas preguntas que tienen relación, en primer

lugar con la plusvalía. Se dijo que se había socializado la ley de

Plusvalía. Mentira. ¡Nos mintieron!

Yo pensé que se había socializado, e inclusive algún momento

dije que estaba a favor. Compañeros, el ser humano tiene

derecho a cambiar. No tan frecuentemente, por supuesto, pero

yo tengo derecho a cambiar.

Pensé que la ley de Plusvalía era buena, porque se presentaba

como una ley para evitar la “especulación”, un término un poco

rechazado por la gente.

No es verdad, la especulación puede ser mala o buena: sí

especulas en tu negocio, para hacer más ventas, eso es

especulación.

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Cuando tú te casas y compras un departamento de medio cuarto

más medio baño y le dices a tu esposa: “Mi hijita, esto como está

en Galápagos y tenemos una bonita vista, va a subir de precio y

te aseguro que luego, con un crédito del IESS, con el programa

Casa para Todos vamos a tener nuestra casita más grande”. Eso

es especulación.

Uno especula sobre el futuro; especula si se cambia de trabajo o

no y arma un escenario. Qué pasa si me cambio de trabajo:

pierdo el sueldo, pierdo la seguridad, pierdo el grupo de amigos,

pierdo los clientes, etcétera. ¿Y qué gano?: gano libertad, gano

nuevas expectativas, gano incertidumbre...

A veces nosotros tenemos miedo a la incertidumbre. Acá ustedes

tienen un abanico precioso de oportunidades, ya lo decían Yadira

y Pablo.

Miren ustedes, la leche y los hatos de Galápagos son apreciados

en todo el mundo; el café de Galápagos es apreciado en todo el

mundo.

Pero no se queden allí, compañeros. Nadie, ningún pueblo,

ninguna nación sale adelante únicamente exportando materias

primas. Tenemos que elaborarlo: que el café se transforme en

café instantáneo, en cosméticos, en licores.

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El aroma de café es extraordinario. Y si se mezcla el café de

Galápagos –lo he hecho yo– con el cacao fino de aroma del

continente, se obtiene el moca. No puede haber cosa más

sabrosa.

Ojalá algún momento, con los créditos que están dando el Banco

de Desarrollo y la Corporación Financiera, ustedes puedan

instalar una fábrica de procesamiento de café, para poder

exportarlo.

Pero siempre tomar en cuenta que los países responsables

prefieren los productos que sean: primero, producidos sin

afectar el medio ambiente; segundo, que en la producción no se

violen leyes laborales ni fiscales; y tercero, la calidad del

producto.

Ustedes lo tienen. Sin duda alguna, la principal fuente de riqueza

que tenemos es Galápagos.

Han tenido que pasar casi 200 años para que empecemos a

evidenciar que a Galápagos hay que mimarlo.

Por eso estamos hablando ya con el señor alcalde, con la

ministra, acerca de solucionar integralmente los problemas de

Galápagos.

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Necesitamos gestionar óptimamente la cobertura entre las islas y

el continente. Ya hemos gestionado con el BEDE un crédito de 15

millones de dólares para construir un puerto especial para

productos de Galápagos, aquí y en Guayaquil.

Estar alejado del continente no es fácil, principalmente para la

provisión (de productos).

Por eso cuando incautamos el barco chino, utilizado

perversamente para dañar nuestro medio ambiente, lo primero

que se me ocurrió es que debe servir para traer la carga para

Galápagos.

(Hay un reclamo sobre el tema, a viva voz, desde el público. Y el

Presidente se dirige a quien lo hace)

Compañero, me voy a sincerar. No es que no se le puede

entregar (el barco) al pueblo de Galápagos. Lo que pasa es que,

imagínense ustedes lo que ocurriría si hay un paro, aquí o allá.

¿Quién se responsabiliza de la falta de aprovisionamiento? ¿No

podría ser utilizado políticamente?

Hay que reconocer que con los militares no hay ese problema:

los militares no hacen paros y, por lo menos, tendríamos

garantizado el abastecimiento permanente de Galápagos.

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Vamos a conversar con el Instituto de Estadística y Censos, para

que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) corresponda a los

sueldos y también a los costos de la canasta básica. El IPC debe

ser definitivamente reformado.

Sabemos que existen problemas de salud, que los hospitales, los

centros médicos no se abastecen o no dan buena salud. Por eso

he pedido a la ministra de Salud que uno de los polos para

desarrollar el sistema “Médico del Barrio”, sea Galápagos.

El médico del barrio es el médico de cabecera que siempre

acudía a la casa. Para evitar que los centros médicos –que vamos

a repotenciar– y los hospitales se abarroten.

Imagínense qué horroroso: una persona enferma y en una fila

larga. El (programa) “Médico del Barrio” va a ayudar a solucionar

este problema: va a atenderte en la casa.

Les comento que en el Plan Nacional de Desarrollo “Toda una

Vida” tenemos un programa que se llama “Agua para Todos”,

que incluye sanidad, alcantarillado y tratamiento de aguas

servidas.

En el Ecuador la principal causa de desnutrición no es la falta de

alimentos. El principal problema es el agua de mala calidad que

consumen niños, jóvenes y adultos. Pero principalmente niños,

dejando laceraciones físicas y sicológicas permanentemente.

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Compañeros, no vayan a creer que de la noche a la mañana

vamos a tener todo cubierto. No es fácil.

Hay que cambiar leyes, hay que cambiar la mentalidad de la

gente, la actitud de alcaldes, de presidentes de juntas

parroquiales. Pero vamos a lograrlo con el apoyo de ustedes.

¡Agua para Todos, qué satisfacción!

(...)

Hace dos meses el ministro de Telecomunicaciones me dijo:

Lenín, qué opinas de llevar fibra óptica a Galápagos. Y yo le dije

¡mil doscientos kilómetros de fibra óptica, estás loco! Y él me

dice, Lenín, hay que hacer el sacrificio.

Bueno, empezaremos a trabajar en el tendido de la fibra óptica.

Ya están destinados 40 millones de dólares para fibra óptica para

Galápagos.

Para que nuestros jóvenes estén al día, para que no te pelees del

enamorado porque no le mandas un Whatsapp.

Vamos a proveer de fibra óptica a Galápagos. En buena hora,

compañeros, porque es una necesidad del mundo moderno.

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¿Cómo hacen negocios ustedes que tienen hoteles,

restaurantes? ¿Cómo hacen negocio sin internet? El Internet

tiene que convertirse en un derecho. ¡Internet para todos!

(Un maestro habla desde el público. Y el Presidente responde)

Hemos pensado también en este tema. Parece que las mallas

curriculares de Galápagos están obsoletas. Y se ha empezado a

trabajar con el secretario de SENESCYT, Augusto Barrera, para

actualizar esas mallas curriculares.

Que las mallas no solamente provean el conocimiento, sino que

al ser humano, al niño, al joven, le enseñen a formarse en

valores.

Le enseñen a cuidarse de los agresores: le enseñen lo que es la

vida, lo que es la sexualidad. A veces tenemos cierto recelo de

hablar con los niños de sexualidad.

(...)

(Alguien pregunta algo sobre la Ley de Plusvalía. Y el Presidente

responde)

La Ley de Plusvalía hay que tumbarla por una razón sencilla. No

porque no tenga cosas buenas, lo que pasa es que ha detenido la

construcción en el Ecuador.

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Estamos en índices que cifran el -8% en la construcción, y los que

sufren son los más pobres. No sufre la gran empresa

constructora, ellos se abastecen siempre, ellos tienen plata en el

exterior.

Los que sufren son el pequeño arquitecto o ingeniero, el albañil,

el carpintero, el ceramista, el vidriero, el cerrajero, el pequeño

ferretero. Y por último, la señora que en la esquina vende

plátanos con queso. Todos ellos sufren.

Por eso queremos tumbar esa ley, y luego enviar una que sí

tenga características de impedir la especulación perversa.

Compañeros queridos:

Estamos recibiendo aquí en Galápagos la gentil visita de la

presidenta Michelle Bachelet, de Chile. La hemos invitado para

que venga a saludar a los galapagueños, y también a empaparse

de la belleza de este mundo natural, y sobre todo humano.

Ustedes tienen un tesoro inconmensurable y cada quien irá

descubriendo esos tesoros.

Yo me maravillé por una historia que la conté a Stephen

Hawking, el gran físico cuántico que ustedes conocen. Se la conté

y se quedó enamorado de la historia. Él tenía que venir hace 4 ó

5 años, pero se enfermó. Esta es la historia:

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Cuando Charles Darwin iba en el “Beagle” –su embarcación–,

saliendo de Galápagos y dirigiéndose a Oriente, tomó los dibujos

del dibujante que siempre llevaban los naturalistas, y encontró

que el pinzón de playa tenía el pico curvo, y el pinzón de pared

de origen volcánico tenía el pico recto.

Entonces le reclamó al dibujante, le dijo has dibujado mal. “No

señor, así son” (respondió).

Ese momento se maravilló Charles Darwin, porque entendió el

fenómeno y principal fundamento de la evolución: el

aislamiento.

Estos pinzones tienen un mismo origen. Pero como el uno

necesita sacar de la pared volcánica los insectos, tiene el pico

recto. Y el otro, como necesita sacar su alimento de los

caracoles, de las conchas, tiene el pico curvo.

¡Qué maravillosa la naturaleza! Por eso Charles Darwin adoraba

las Galápagos. Y eso hay que repetirlo.

¡Que nuestros niños, que nuestros jóvenes sepan contar “El

cuento de las Galápagos”! Y lo digo cuento, porque está lleno de

verdades, de leyendas y de mitos.

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No importa, no se preocupen por la elaboración de mitos o de

leyendas. Todo eso son símbolos que ayudan a fortalecer (la

magia de Galápagos).

Cuando yo fui a República Dominicana me encontré en la playa

La Romana. Arriba había un cañón y un castillo, que no tenía

nada. Solo (había) un muro pequeño y un cañón.

De repente se me acercaron cinco niños, que me decían: “¿Le

cuento la historia, le cuento la historia?”

¿Qué historia? “De aquí pues, del fuerte”. Y decían.

“Usted no lo va a creer: el pirata Morgan estuvo acá, acá Francis

Drake”, etcétera. Tal rey estuvo acá, etcétera. Cuentan la historia

y al final los jóvenes reciben una propina.

Es importante no solamente por el dinero que ganan los jóvenes.

A los niños a lo mejor les puede servir para un helado, por lo

menos.

No es importante eso, sino porque se empiezan a embeber del

amor por las Galápagos, del amor por esta tierra. Ustedes son

privilegiados, viven en un paraíso terrenal.

Hay que reconocerlo. A lo mejor los servicios no son los mejores.

¡Vamos a componerlos, pues! ¡Vamos a dotar de servicios

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completos a Galápagos, no faltaba más! Ustedes para mí son

mimados, lo digo con toda franqueza.

Yo soy ecologista y dos preguntas de la consulta tienen ese

destino. Hay ciertas cosas que ya no hay como tocar. Redujimos

apenas a 200 hectáreas (la explotación petrolera en) el parque

Yasuní. Y nos encargaremos de que esa explotación sea con los

más altos índices de calidad, de conservación.

Les vuelvo a decir: no se equivoquen y sientan cuando ven una

buena intención, cuando ven buena fe. Los seres humanos nos

equivocamos con frecuencia.

Por último, les cuento un cuento. Perdónenme, porque deben

estar tan acalorados como yo:

Todos los años mi esposa recogía juguetes y caramelos para

entregar en los pueblos, principalmente a las personas con

discapacidad.

Cuando fui vicepresidente, fuimos a un pueblito que se llama

Oyacachi, en la provincia de Napo, pero se ingresa por Cayambe.

Es un pueblo casi páramo.

Mi esposa empezó a entregar juguetes, mientras yo esperaba en

el carro y veía con agrado cómo los niños se llevaban su juguete.

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De repente se acercó un niñito y me dijo: vicepresidente,

¿podrías darle por favor esta carta al Niño Jesús?

Yo me sentí un poco presionado a no tomarlo, porque no sabía

cómo decirle al niño que a lo mejor el Niño Jesús no era el que

traía los juguetes, y que lo hacía por intermedio de otro. Pero al

mismo tiempo me sentí presionado de solucionar al niño (su

pedido).

Cogí la carta y le dije: ten la seguridad de que voy a entregarle al

Niño Dios tu carta.

Que me perdone el Niño Jesús porque me tomé la libertad de

abrir la carta, que decía:

“Niño Jesús: Este año me he portado bien, he sido bueno, he sido

obediente con mis maestros, con mis padres, así que por Navidad

solamente te pido 100 dólares”. (Risas)

Yo nunca llevo plata en el bolsillo, así que les dije al comandante

(edecán) y a las personas que me acompañaban, por favor

ayúdenme. Y cada uno me prestó un poco de dinero.

Reunimos 70 dólares. Yo dije suficiente. Metí en la carta los 70

dólares, la sellé y llamé al niñito, y le dije: ¡Mira qué rápido, Jesús

ya te manda la respuesta! El niñito agarró la carta y salió

corriendo, como alma que lleva el diablo.

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Al año siguiente volvimos a Oyacachi. Y no me van a creer: veo

que se acercaba el mismo niño, con otra carta. Y yo dije, otro

sablazo ¿no? (risas). Cojo la carta y le digo no te preocupes, yo le

doy la carta al Niño Jesús.

Y cuando la abrí decía:

“Niño Jesús: te agradezco por el dinero que me mandaste por

Navidad. Este año también me he portado bien y te pido por

favor que este año también me des 100 dólares. Pero no mandes

con el pillo del vicepresidente porque el año pasado se robó 30”.

(Risas)

O sea que yo no solamente estaba poniendo la plata, sino que

además era ofendido.

A veces nos pasa a todos. A veces somos llenos de buenas

intenciones, y a veces la gente no comprende.

Lorena, señor alcalde, ¡siempre pensar en hacer el bien! No

importa lo que piense, tarde o temprano la gente se alinea con

quienes de corazón queremos servirla. Quienquiera que sea, de

cualquier partido político que sea, lo importante es que lo

hagamos de corazón. ¡Eso es lo importante!

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Gracias por haber soportado este calor y este sol maravilloso. Mil

gracias por haberme recibido tan cariñosamente, por estar aquí

presentes.

Sigue fiel el compromiso de atender a nuestra querida provincia.

(El presidente lee un cartel) “El sector pesquero de Santa Cruz

Copropac, le da la bienvenida a Puerto Ayora”.

¡Muy gentil, muchas gracias por este cariño! ¡Gracias, gracias!

Tenemos todo, de todo. Y diversidad maravillosa.

A veces no tomamos en cuenta la diversidad: yo veo desde aquí

pelos blancos, rubios, colorados, negros, cafés. Y ojos

seguramente del mismo color. Tez morena, negra, blanca,

mestiza.

¡Eso es lo que le hace maravilloso al Ecuador!

Vamos a hacer una campaña de valores. Que no va a ser nuestra,

no va a ser del gobierno, va a ser de todos.

Una campaña de valores para evitar que haya atropellos a la

dignidad, para evitar que haya agresividad, para aumentar la

tolerancia, para aumentar el respeto, el diálogo, el consenso, los

acuerdos mínimos.

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El tema de la carga, igual. Los muelles ya están presupuestados y

en ejecución.

El barco, acá diferimos con el compañero Paredes con respecto a

de quién debería ser el barco. Pero lo podemos analizar.

De todas formas, si usted es tan amable, mándeme su sugerencia

o hágala llegar a través de Lorena, con el fin de saber cuáles son

las ventajas.

Por favor, estimado asambleísta, hágame llegar la propuesta

para ver si podemos mejorarla.

¡Sí, a trabajar juntos, a estar unidos siempre!

Somos hermanos. Inclusive con los animalitos somos hermanos.

No se olviden que estamos compuestos por los mismos

elementos químicos que tiene una iguana, que tiene una tortuga.

Respetarlos, respetar principalmente esa biodiversidad que le

hace tan singular, tan particular a las islas Galápagos.

Yo les doy un abrazo cariñoso, les deseo una buena tarde.

Que Dios los bendiga.

Muchas gracias.

(Al despedirse, el presidente retoma la intervención)

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Quiero ver el letrero que puso la señora, por favor. (Lo lee) Sí, en

eso estamos, señora querida. Así es, problemas de criminalidad,

de drogas han ido creciendo acá.

Estamos por revisar tablas y todo lo demás, veamos los

resultados que dan. Yo pedí a la estimada amiga Cinthya Viteri,

que fue mi opositora en la candidatura, que por favor nos

proporcione la tabla de drogas, para estudiarla, para analizarla.

(Alguien reclama sobre la urgencia de combatir las drogas)

Así es, señor, pero el asunto no es tan fácil. No se olviden

ustedes que el trabajo en la casa es importante. Que ustedes

tienen una potencialidad extraordinaria.

¿Por qué un niño –o un joven– se dedica a la droga? Porque

encuentra que la vida no le proporciona los elementos como

para emocionarse, como para que haya explosión de

sentimientos.

El momento en que desde pequeñito le enseñamos al niño, al

joven a amar los animalitos, a amar los árboles, la tierra, el

paisaje, a amar los arreboles de un amanecer, de un atardecer en

Galápagos. Ayer vi un atardecer que se inflamaba el cielo.

Enseñémosles a los niños a amar la amistad, a amar el cariño de

los seres queridos.

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Para poder producir serotonina, la hormona anti-depresiva por

excelencia, es necesario que tú hagas un acto de amor.

Cuando una hijita empezó a decirme que andaba con la “depre”,

¿saben lo que hice? Le dije que me ayude a hacer unos

sánduches. ¿Para quién son papá? Para los viejecitos.

Y luego la llevé para entregarlos. Nunca he visto una persona tan

feliz. ¿Por qué? Porque nada te hace más feliz que servir a los

demás.

¡Háganlo, háganlo! La rueda de la vida da la vuelta y siempre lo

que das con amor te regresa multiplicado. Por favor, no se

olviden del principal valor: el amor a los demás.

Así se evita el consumo de drogas. Amando a los otros seres

humanos, amando a la familia, a los animalitos, a la flora, la

fauna. Amando el paisaje, amando el mar maravilloso que tienen

ustedes, de un azul precioso.

Créanme que son un pueblo privilegiado. Lo único que nos falta

es decirles a los jóvenes que aprendan a amar lo que tenemos.

Les doy un abrazo cariñoso. Muchísimas gracias por haber

venido.

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(Alguien pide: Señor presidente, los niños de narices rojas

quieren regalarle un fuerte abrazo. Se hace una foto con el grupo

y vuelve a solicitar el micrófono).

A mí me besan aproximadamente trescientas personas –mujeres,

mujeres y hombres– (risas). Pero las únicas que me atinan en la

boca son la viejecitas (risas). Bueno, a veces también les permito

ese exceso (risas).

Muchísimas gracias, les doy un abrazo cariñoso. Vamos a

escucharles a todos, no se preocupen.

Gracias. ¡Hasta siempre, muchas gracias!

LENÍN MORENO GARCÉS

Presidente Constitucional de la República del Ecuador