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i 1 ^ I ^II'• MADRID JUNIO 1959 N.° 11-59 H EI p^no piñonero en las llanuras eastellanas Joaquín Ximénez de Emhún y González A rnao Ingeniero de Montes MINISTERIO DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITO Y CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION

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i1 ^ I ^II'•

MADRID

JUNIO 1959

N.° 11-59 H

EI p^no piñonero

en las llanuras eastellanas

Joaquín Ximénez de Emhún y González A rnaoIngeniero de Montes

MINISTERIO DE AGRICULTURA

DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITOY CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION

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EL PINO PIÑONEROEN LAS LLANURAS CASTELLANAS

1. Especie.

El P^iya^u,s pinea (L) es especie típicainente mediterráneay, como tal, vive en casi toda nuestra patria, donde recibemúltiples denominaciones. Se le llama «pino albar», en Se-govia, wila y^ralladolid; «pino doncel», en Cuenca y- Al-bacete ;«pino real» , en ^^ndalucía, y«pi vert», en Cataluña_^- Iialeare^.

Su porte y características son típicos ^^ por eso los fran-ceses le llaman «Pin parasol».

IĴn Italia Centro y Sur abunda ti- produce importantesrentas, formando parte del paisaje. De esta especie son losmundialmente conocidos «pinos de Rorna».

Utilizado desde siempre por sus trutos, ha sido cttlti-vado frecuentemente y tratado como sí solamente fueraun frutal, viéndose muy pocas veces dirig-ida su explotacióncon todo el rigor de la técnica selvícola.

2. Desarrollo en la Ilanura castellana.

(ieneral, como decimos, en la España mediterránea, sedesarrolla en las abruptas serranías del Centro-Sur y asi-mismo en las llanuras de las mesetas castellanas, en dondevamos a estudiarlo.

Especie indiferente a la cal, acepta la combinación delas arenas silíceas con cal o con arcilla mejor que el Pinusj^inaste^r^ (pino negral), con el que se mezcla en la mesetacentral ^- al que desplaza en aquellos terrenos rm poco pe-sacíos, arcillosos, gredosos de poco tondo o excesivamentecálidos.

La torma de su copa, su necesidad de luz y, por lo tan-to, la imposibilidad de mantenerse en espesura completa,su semilla pesada y comestible, hacen que los pinares deesta especie adquieran espaciamientos enormes y que se em-

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pradicen, sin conseguirse monte bravu bajo el fustal. Losaprovechamientos de «pastos y- brozas», las trecuentes y te-rribles podas y las plag^as, hacen que su apeo se dilate añosy años, con lo cual los pinares se vuelven decrépitos y demaderas chamosas, sin fruto y sin rendimiento, con lo cualse repite constantemente que hay que quitarlos todos «por-<^ue no producen».

Con ese solo prejuicio se les ataca ^in piedad, intentán-dose sustituirlos ^yiaciaarr iii.ili^tari.c (en este caso podríamos de-cir z^anu rej^obland^i) por pino negral, sin que muchísimasveces el suelo autorice tal cambio de especie, con lo que losfracasos son reiterados.

La ^elvicultura, si no lo depreció, no lo tomó en consi-<leración como especie de masa, debido a no existir en elCentro de Europa, cuna de la selvicultura ; con lo que paraunos no era más que un antipático frutal que crecía incó-modamente iuera del monte y para otros un indómito árbolescapado al uniforme y- monótono fiistal del tratamientomaderero.

Hoy no es así; es una especie más, netamente torestal;pero que necesita un específico tratamiento especial cienpor cien.

3. Introducción artificial.

Debe hacerse siempre por siembras. ^:legicío el terrenosi es de características aptas para este pino, se debe exami-nar si al desfondarlo continuará con las mismas caracte-rísticas. Hoy, en la era atómica, todos somos partidariosclel empleo de gigantescas máquinas; sin embargo, un ex-cesivo desionde puede cambiar la naturaleza del terreno,dando al traste con la aptitucl para la especie elegida.

^1 terreno se ciestoncla con tractor v tridisco.Normalmente se usan tractores de 3^ a 45 CV. en épo-

ca oportuna (marzo o abril). ^n agosto-septiembre se gra-dea el terreno surcándolo en cruz y, por último, a media-dos de septiembre se puede dejar el terreno listo con uncultivador, si ello es necesario.

Según sitios, tempero de la tierra y^ pelig-ro de las he-

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la^las, podrá sembrarse seguidamcnte o esherarse a finalescle febrero.

I.a teoría es seinbrar en seguida. ^.a hlanta ha ^le na-cei- antes de San Martín (ll de noviembre), 1>asar el in-vierno, crecer en primavera y estai- fuerte para la liegada^lel fiero verano. Pero las heladas son a veces terribles ^^lnieden matar la planta. Por otra 1>arte, si a causa ^le ha-

l:n ccnos sin fondo, rl ^^ino ^>ii^on:^ro se achapt^rri.

berse enfriado la t^ierra antes de lo ^lue creía^nos o nu ha-uer caído a tienipo las lluvias otoñales iio ha nacido la ^^lan-ta al ^necliar noviembre, no hor eso la ñabreinos ^^erdi<lo,l^ues h^sa aletai-gacla el invierno, hara nacer en mai-zo 0abril, sin más no^^e^lad que haber stiti-ido tres me^es 1^,^riesgos de rat^^^nes, l^ájaros ^ otros enemigos.

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'I'rozo de rama con fruto del pino piñonero (Pin-acs hineaJ, tanibién conocidocon ]os nombrc^s de «pino rioncel» ^^ «pino albar».

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La siembra puede hacerse con el cultivador marchandotras él en las iajas de 1'20 que cultiva y vertiendo semillaen tres sw-cos, que se tapan después con ramera que hacede escoba.

Puede también emplearse máquina de senlbrar gradua-da análoga a la que se emplea para ^embrar remolacha.Puede también sembrarse en pequeños surcos hechos conun arado romano tiraclo por un borriquillo, o puede hacer-se por las buenas, a mano.

En cualquier caso, en surcos sobre una iaja de 0'60 aun metro y separadas estas fajas por otras (labradas, per-osin sembrar ) de 1'40 a 1'60.

La semilla a echar son 50 kilos por hectárea, y antesde echarla conviene tenerla una sernana en agua, para quese ablande y eliminar la vana.

El tapado es sabido qtre siempre ha de ser dos veces _vmedia el espesor de la semilla.

Es, por consiguiente, algo más que para el pino negral,pero no una capa excesiva.

Cuando se siembra con el centeno como se hace con elnegral, debe echarse la semilla cuando se hace la segundalabor para el cereal.

Si la planta nace en seguida y se teme por ella, conven-drá echar sobre los surcos nacidos una capa de barrtrjo(aciculas secas de pino), que la protege de las heladas v desus enemig^os. ^

Nacida que sea la planta, puede en verano, julio y agos-to, binarse lateralmente por las zonas no sembradas conarado romano o vertedera, operación que será sumamentebeneficiosa.

Caso de fallos no totalmente continuos, puede emplear-se otro año el mismo procedimiento en las fajas alternasque se dejaron sin labrar, y por último, si no cabe otro re-medio, con plantaciones de primavera u otoño a raíz des-nuda, en cucuruchos o cepellón de bote con protección dela plantación con «casetita» de matorral, seg^tin se ha ex-plicado en otras Hojas Divulgadoras.

Con un poco de meticulosidad, pacicncia v suerte, es cle

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esperar que en tres o cuatro años se ubtenga un disemina-do en condiciones.

4. Diseminación natural.

Si se trata de una nlasa preexistente, lo mejor es gra-dear el suelo bajo el fustal inaduru. Enterrado así el ba-rrujo }- preparado el terreno, se señalan fajas de 10 a 12metros de ancho para cortar en ellas «a r^echo» todo e] pi-

Hodal de pino piñonem.

nar existente, alternando con tajas sin marcar de 20 a 25metros de ancho y en las que se prohibirá terminantementela recogida de fruto durante tres u cuatro años.

Cortadas las fajas señaladas, arrancando los tocones,tapadas las hoyas y vuelto a gradear, es muy fácil conse-guir (y si es preciso se ayuda con piñón) la diseminación.

Pero es de advertir que ni las fajas a cortar deberánser más anchas, ni acortarse los años ^le diseminación, nitolerarse la recogida de piña o el tránsito de ganado entales épocas.

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5. Monte bravo.

P^r un nlediu o por ^^tru ten^lremos entonces un m^mtecon surc^^ se^^arados 1'50, eri l^^s cuale^ habrá una enor-midad de pin^^,. f,os dejai-enios así durante cuatr<^ años,seg^ún el ^lesarroll<^, sitl a1^rnlarn^^s dein^siad^^ ^x^i- el asl>ec-to ahel^^t^^nad^^ de los ^^in^^s ĉ attt^^i-izándcm^^s tan sól<^ a eli-minar a ti-,iera^ los pin^^s que se ^^bserve ^^ue materialmenteestorban.

^nti<^nces _v sólo elitonces, v si es necesari^^, harem^^s en

ca<la surc^^ ^- también a tijera unas entre^acas clue n^s los

deje clistancia^los en dos uieti-os.

A los och<^ años se habrá obteniclo el in^>nte bravc^. L<^s^>initus tenclrán cle cinc^^ a<^ch^^ centitnetr^» cle ^liámetr<^^^ altttra de 1 a 1'2^ n^etr^^s. cii^t-as éstas, r^m^^^ sabem^^s,mtty aleatorias.

E3asta entonces ^^lc^ se habrá debicl^ ^ cíar, si se duiere,alg-una bina en verano entre las líneas.

I..lebaclc^ tal momento, se procederá a sul^riinir lúiea^enteras }- a l^odar los ^^inos que que^len !imitán^lose a una^^e^^ueñísima limj,ia ^l tijera ^le brc^tecit^^s rhu^xmes e infe-riores niuertos.

Esto hechc^ en in^-ierno, l^ara ser sebui^l^^ cle un iuerteg^radeu In-imaveral ^^ otro veranie^;^^^ en la su^^erñcie quehaya quedad^^ libre.

El númer<^ de pies que habrem^^s <lejad^^ ^xn- hectáreaserá cle 1.67^ a un marc^^ ^Ic 2 X 3 metr<^s.

6. Latizal.

Lsta densida^l ha de n^alitenerse hasta el moment^^ en^jtte el arbolaclo tenga cle 12 a 1S centiinetr^>s cle grues^. Den^^ ser así, l^^s espacianlicnt^^s n^^y^^i-es ^,rematt^r^^s y las p^-^las ^- olivaciones de los ansi^sus de leñ^^ daráu lug-ar a ár-boles bajos en form^ cle botella ec^n iin l^lumerito en lacor^^nación, totalmente iilhábiles para ^^rodticii- renta Tan1-Ix^c^^ se h^^drá mantener una densiclad ma^ ^^r hor incal^aci-^iad clel suel^^.

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I:viclenteinente, tc^dos l^^s años, si se huede, o cada tres<^ños, ha cle seg-uirse binando y enterrando el barrujo para1 ertilizar el suelo.

"I`enc1rá11 ent^mces lo^ l^in^^s ^le qttinr.e a dierio^h^, añ^^s.Elltunces y^ sólo ent^^n^^es es cuand^^ ha^- que hacer una

etitresaca dentro de cada surco, eliminand^^ la mita^l, c^m1^^ qtie obtendrenws }^a imix^rtantes pr<^^l^ictos ^- nos qtieda-rán a un nlarco de 4 X 3, es clecir, ^le ^30 j^or hectárea,ahrc^ximadamente.

L^>s hinos hat^ cle poda^^^e ent^^nces j><^r priinera ^^ez.I,a Ix^da heni^>s repeti^l<^ hartas vece^ quc ^irn e.c laacc^^^

leña, due n^^ clebe stthiT-se más dtte hasta l^^s ci^^s terci^^s cle.la altttra t^^t^al del árb^^l a l^artir ^íel suelo ^^ aun inen<^s,graduando sobre todo p^n- la altura ^le las r.c^rtezas muer-tas. Se eliminarán ramas interiores a fin cle que Ilegue aire^- lttz a los ramillos later^les, que s^^n los fructíteros, y seeliminar^n los chu^ones ^lue tiendan a suplantar la guíaterminal, que deberá cuidarse, toda vez qtte el árbol ha cleseguir ci-eciendo tanto en ^liámetro cotno en altura.

Scguii-ein^^s así cinco añ^>s, culi l^^ cual los hinos ten-clrán cle veinte a veinticiric^^ añ^^s ^le eclacl v diáuletr^^ de17 a 20 centímetros, ^- ent^^nces sul^riu^iii-emos otra vezlíneas entei-as, con l^^ dtte rios quedai-á el marco definitiv^><íé^^6 X 4, con tina deiisicla^l p^^i- hectát-ea de 416 hies.

Habr^í llegado 1^1 ^^c^sión ^íe olivar los pin^^s que qtteclen,labraren^os otra vez el terren^^^ ^- dej^remos madurar lamasa.

Entoiices en7hezará a verse va algítn i i-tlt^^.

7. Fustal.

C^mij>reu^lerá el tust^l j^wen y e1 i=ustal nzadurc^.

P^^sta^l joveri.-I^ura veinticincc^ añ^^s, durante los cua-les nos limitamos ^ rec^^g-er hs frutos ti- cuidar la masa,sin olivar más que iuu^^ lig^erainente cacla cinco años; cleningtina iuanera con nlás tt-ecuencia ni con intensidad, c?etal ^orma que jamás hal>rá por qué eliminar ramas cle diá-metr^> stiperior a los 12 centínletr^^s. Se Ilega así a los cin-

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cuenta años, edad en la que la copa no debe tocarse, puessi no está ya formada, no reacciona aunque se olive.

Fustal maduro.-Empieza a los cincuenta años. El pinotendrá, aproximadamente, 35 centímetros de diámetro y- yano debe tocarse más hasta su corta.

Ejemplar viejo de pino piñonero, en la dehesa El Sotillo, en Villa^^icicnade Odón, propiedad de la Diputación de Madrid.

El f ruto, aunque empezará a verse desde los dieciochoa veinte años, no podremos empezarlo a recoger con ver-dadero rendimiento hasta los veinticinco años ; es cíecir,apro^imadamente con 20 centímetros de diámetro.

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^:nt011CeS SC IlOS 1)reSeIltai-a eí ^)1-Obleffia (íe Vet- C^Lle tU]--

no elegiremos para íograr la mejor inversión de nuestro ca-i>ital monte.

A taí fin iormaremos dos tablas de evolución de unahectárea taí como ía venimos tratando clesde siete a cientocinco años, y la producción por pies y- por hectá^^ea encacía caso.

8. Producción de fruto.

í,a l^riinera dificultad es obtener eí incrementc^ de l^canticlad de f ruto que produce el árbol según avanza enedad. Primero, porque clel^endería de muchísimos factoresde situación del pino l^ara un misnlo diámetro, e^iad y al-tura ; l^ero, sr^bre todo, por la en^^r^ne variabiíida^l de unmismc^ hino.

Así, en cinr^^ añ^,s hodrem<^s c^mtar llaniancí^^ ^^ la a^-^echa

Primer año, cosecha ........................Se^undo año, cosecha ......................

0'S0 C2'SO C

Tercer año, cosecha ........................ 1'00 CCuarto año, cosecha ........................ 1'00 CQuinto año, cosecha ........................ 0'00 C

TornL ............ 5'00 C

Cosecha media = C.

Investig^ando el valor de C hemos lleg^ado a las l^roduc-ciones medias clue se dan en el cuadro. La producción íttil,descontada ía piña que se pierde o no sana, es sin embargotan sólo 0'67 c.

Es cierto que taíes produc^ciones 1>arecen bajas, pero hade tenerse en cuenta que los pinares que hen7os hodido es-tudiar están casi todos mal tratados _^- contintzamente ata-cados lx^r plagas.

L1n metr^ cítbico de piña de P. f^inea normaíinente seca,^^esa 560 kilos ^- tiene 2.0(10 l^iñas (datos medios).

.^^ su vez, ttn metro cúbico de piña proporciona 12U kiíosde piñón con cáscara.

To<ío ello midiendo el metro cíibico de piña ío mismo

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<lue se ^nide el inetro r.ítbico de grava para las carretei-as.Estos datos son, como vemos, en Castilla, alg<^ diferen-

tes a los obtenidos en Italia, qtte son : un metro cúbir^^ tie-ne 1.818 piñas, que ^^esatl 600 kilos. De él se ^^btienen ^I<^^hectolitros de piñón, que hesan 136 kilos.

Itndal de pinos piñoneros E^odados, en un monte afecto ^^I consorcio de la Di-putación Provincial dY Madrid con el Patrimonio Forestal del l^stado.

A continuación insei-tamos los cuadros clich^s. En ell^^s

^^leben^os hacer una im^x^rtante observación s^^bre cubica-

^ri<^nes.

Ls sabiclo que, l^ara cubicar uil árbol, se niicle el diáiile-ti-^ normal con corteza a 1'30 i7letros del stiel^^ ^- la alttt-ra. 1?1 eilinclro a^í cleterminacl^ se inultipliea por el «coefi-,cicnte mórfico» ^- am cll^^ se obtiene el ^^olttmen.

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I'er^^ la alttira es, sietrl^^re, ^Ibjetc^ de discusión ^1 cle-terminarla. ^i ^e llama «maderable» , se intrc^duce ttil coil-cept^I subjeti^^^I seg-ún 1^ clue el mediclor quiera entender^IOI- 111a^íel-a. Y si se dice «tronco», se c^^rl-e Ilelig-r^I cle n^^amceptnar más ^lue hasta el punt^ en que el ^írb^l se bifur-ra ^Iara 1^IrI1^ar la r^Il^a.

A fin de eliminar tfxi^^ ^fact^^r subjetiv<^ }- hacer l^^s da-t^^s c^m^^>arables en el esllacio ^- en el tiemlxl, llamarem^,s«tr^mc^^» a la alttu-a ^les^í^ el sttelo hasta la bii:urcacibn delillismo, ^^ «i^u^te» a la altura <lesde el sue1^1 hasta el Inm-t^t que tielle 10 retltíuzetrf» cle ^^rttes^i, con cfirteza. Este^IUnt^^ ^^tlede estar en línea rect^ del tr^^nco, es decir, en el«raberón» ;^Ierc^ utras ^^eces dehe seg-uirse una 1-ama l^rin-ri^>al (la nlá^ ^;rttes^ ^- vertical ^le t^xías) _^-, ^^^>r lc^ tant^i.es tI1Ia línea c^ttehracla. C<^n est^^s c^ncellt^s es cotn<^ hem^^s<íetermina<l^^ las llamada^ «altttr-a cle ftt^te» ^- ^-^ltimen ^le^III I^ic.

EVC)Ll"CIf)_A' DEI. VOLCbi:?V !^^I^DEItABI_E DE tiNA HEC1^aItEAT^F. «i'IVUS PiT^T:^>.

Diáme^ i>,Itura l^olumen \ olmuen \"olumentro F.dad de fuste de un pie \úmero \farco

de pies ore^istente

or Ha.eztra(do

- - - -p

Ha. --p

- -Cm. !lñoe m. m^ m. ms. m^.

^ j

10 L 2 0'015 1'670 3 X 3 25'OS^ 12'6001> 1R 3'5 0'OSO 830 4 X 3 41'S00 30'701120 3^ 5'0 0'120 ^16 -4 X h ^9'920

^ 2S 36 6'S 0'^30 416 4 X ^ t 9S'68030 4(, T> 0'350 416 -1 X 6 145'(00 -35 58 8'^ 0'S30 Z08 8 X ^t 110'240 ^i'780

^ 70 9'0 0'710 208 R X (i 147'G80 -45 85 9'5 0'95(1 130 R X 13 123'SOII 7?'40050 10^ 10'0 1'100 130 R X 12 143'(>OO -

"I'Irr.v . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l (i 1'480

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P}tODUCCION D1=: FItliTO DE «YINUS PINEA»

Diáme- Producción nor- Producción Y d ióYroyec- Cabida

tro F.dad mal por pie útil mediaro ucc n

rnedia an lción de cubierta Nropo^cióv

_ _ ^- por pie uaHa enHl

copa--

de cabidaKg. }II. o,ti^ c H1.

. .Yiñ

_ cubierta(:m. ;lños Piña Piña Piña

a m2. m2.

5 7 - - - - -- - -10 12 - - -

15 18 4.980 0'S020 26 10 4.160 0'4225 3b 5 0'089 0'060 24'966 12 4.992 0'5030 46 8 0'143 0'096 39'936 20 8.320 0'8335 58 14 0'250 0'168 34'944 .'S 5.200 0'S240 70 20 C'357 0'239 49'712 36 7.488 0'7545 85 26 0'46-1 0'311 40'430 áo 5.700 0'S250 105 32 0'571 0'383 49'790 ^0 6.500 0'65

9. Turno.

Se clemuestra técnicamente la cunveniencia de tulnar elf ruto com^ producción principal, y así las ^^osas, exalninan-du el cuadro veremos que de los setenta a ciento cinro añosya se incrementa la producción de fruto, pasado el ligerí-simo badén de la última entresaca ^- corta diseminatoria,pero que, en cambio, el volumen maderable permanere es-tático en valor absoíuto ^^ en crecilniento anual disminuye.I^abremos, pues, de cortar a un tttrno de orhenta ^- cinc^^a ciento cinco años, edades para las que ^-a el llinar se rn 1^vuelve decrépito ^- chamoso.

Tomaremos, pttes, cien como t>u-no del apro^-echamientu.

10. División del monte.

1^a1 como hemos visto, podremus tratar nuestru montecon todo rigor técnico y con la seguridad de haber logradola inversión más acertada.

La división del mismo ^r su organizarión l,ara que seaIui ente productor continuo, constante e ig^ual en el espacio}^ en el tiempo, depende de la superficie disponible y del es-tado del monte.

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Si es pequeño, no tendremos más remedio que proce-der a una entresaca reg-ularizada, pero en cuanto tengamosstzperficie apta podremos y-a acudir al clareo sucesivo uni-1'orme, con la ventaja de la posibilidad de empleo cíe mediosmecánicos de cultivo. Así, si tomamos 25 el período de re-producción, dividiremos nuestro turno ^•n cuatro partes, de

100modo que P= 4 = 25 ,^^ lo mislno el monte, que nos

quedará dividido en cuatro tralnos de edacíes escalonadas :Oa25,25a50,50a75y75a100.

Tendrelnos así el sig-uiente ^^^ti.a^lro teó^rico c^e explota-^cióii, al que conduciremos nuestm monte en diversas etapastransformadrn-as :

CliADltO TEOIZICO llE EXPLOTACION DEL PINAIZ

TramoBdad

O P E R A C I U N E SAños

f 0-25 Corta de los últimos árboles padres. Limpias, binas y for-

ll 25-50

mación de latizal en los rodales que estén en edad de ello(segím párrafo 6).

Clareo a las edades 26 y 46; binas y recogida de fruto (pá-

1[i 50-7ti

rrafo 6); podas de formación.

Recogida de fruto; a los seteuta años, primera corta di-

I`" 75-100

seminatoria por fajas (párrafo 7); cinco olivaciones deproducción; binas en las fajas que no se cortan.

Recogida de fruto. De los ochenta v ciuco a cien años, cor-tas disentinatorias por fajas. :^TO se dehen tocar ]as copas.

ll. Recogida de fruto.

Las tormas de recog^er el iruto precisa de pocas expli-^;aciones. ^e comprende que el vareo y el abusivo e inlno-derado empleo del gorg-uz y otras herramientas cortantesdaña en forlna importante al arbolado. Resulta, sin embar-go, impresionante y típico contemplar la recogida en los pi-nares maduros, donde por no bajarse del árbol los piñeros,lanzan su largo g-orguz desde un árbol a otro para, en cir-cense pirueta, pasar al otro árbol. No cabe aquí más que

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1"eCOnlenClaP 1)i"UClenCla, atenClÓn }^ SL11170 CU1(Iaclo en la I-e-

colección de las hiñas, hara no proclucir ^laños en el arbo-lado ^- evital- acciclentes a las ^ersonas.

12. Maderas y leñas.

^i el ^ino es sano, la madera e^ inclusu mejur ^^ másapreciada que la del Y. ^i^aastE^r, l^or su ina}-or homo^e-neidad }^ dureza, obtenida al ser los crecimientos n^á5 len-tos, pero más unitormes.

Las leñas que se ohtienen sun ^-eneralmente clesil;uale^^ torcidas.

En sll mecli^ia, nacla ,ig^nifica hablar ^lel estéreo. I^netecto, sabido es que estéreo es la leña que, conveniente-mente apilada, cabe en un cubo <le un metl-o de la^lo. Perola desigualdacl ^- torce^lura cle la leña ^- s^l cliversa lon^ituel^- <literencia en lo^ diámetros hare tutalmente inservible elenipleo de tal mecli^la clasucrática.

Precisa hablar ^lel cliámetro me^li^^ <Ie la leña due se tra-te y no usar los términos «g^rliesa» ^^ <u1e1^-a^la» sin especi-ficarlo; ya due, si no, to^lo <lat^^ ser^í ^ul^jetivo, l^ersonal,local y sin valol- I^ráctico.

La densidacl ^le la madera cle f'. j^if^^e^z recién al^ea<la }-con corteza, es eri las castellanas llanttrr^s ^le 0'^)SU. Estacifi-a es en I.talia ^le (Y9bS, ^^ en el M^ecliterráneo esl^añolllebará a ser ^le 0'^)^U. ^i es ^le c^^rtera la maclera ver<le,tiene 0'99^, ^^ en zonas ^lel Nle^literránco esl^añol lle^a atener 1'OO ti^ aun más.

Hecho hei-fectamente coml>utable, 1>ues i^ecién alleado ^-<Iescortez.a^lo no flota en el a^;ua <Ittlce, _^- malamente en la^lel mar.

^in clescorterar ^- al^ea^la la n^aclera en iebrero ^- deja-cla secal- lentamente a la somUra hasta septiembi-e, la den-sidad de 0'950 ^lescien^le hasta 0'800 ; es ^iecir, piercle un1 ^' ^ por 100.

Descol-tezada ^^ en las n^ismas concliciones hierde un29 por 100 de su heso, al^^allzan^lo la ^íensicla^í <ie 0'700. ^nla zcma mecliterránea e^ta l^ér^li^la alranza tln 3(1 l^or 10^.

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^^2 IeI18 I70 eS t811 (1e115a, 512I1C^0 IlOI'YI1a1ri1el1te COIl COt'-

teza 0'930 su densidad. Debe clasificarse cle g-ruesa t^da

Grupo de pinos piiioneros podados, en la Dehesa del Sotillo, monte afecto ^iFconsoreio d^ ]a Dipuiación de Madrid con el Patrimonio Forestal del Estado.

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aquella que tenga diámetro sul^erior a 10 centímetros, v_ del-^ada la que lo teng-a inferior

1'ara la leña verde, un estéreo de leña g^ruesa equivalea 0'570 metros cúbicos y pesa 530 kilos, y un estéreo deleña deláada equivale a 0'520 metros cúbicos y pesa 480 ki-los. Para la leña seca, un estéreo de gruesa pesa 45^ kilos.

Tanto con las leñas como con las piñas vacías puedehacerse carbón.

Ll rendimiento para la leña semis: ca es en peso tansólo de un 18 por 100, en tanto que el cisco elaborado conla piña vacía (como se comprende, periectamente seca) as-ciende hasta un 25 por 100.

13. Corteza.

La corteza, que tantas aplicaciones tiene en el Medite-rráneo español para teñir redes o por su tanino,"del quetiene del 1 S al 20 por 100 en peso, apenas se eml^lea indus-trialmente en las llanuras castellanas.

Los datos que sobre ella se dan son muy variables; tocíavez que la corteza puede ser muerta (comúnmente llamaclaroña), de densidad 0'450, o viva, de densidad 0'930. El vo-lumen del árbol disminuye de un 25 a un 30 Por 100 al des-cortezarlo, según montes, }' este J'250 metros cúbicos devolumen obtenido de corteza es de correza muerta, o roña0' 100 metros cúbicos, y es sólo la viva J' 150 metros cúbicos.

La densidad de la muerta es de 0'600, v la viva, 0'960.

Se obtienen, pues, por ttn metro cúbico de madera concorteza 140 kilos de corteza, que una vez seca se convierteen 7S kilos, con 11'25 kilos de tanino.

14. El monte irregula,r.

A veces, el monte es excesivamente 1>equeño ^- no per-mite las masas regulares o semirregulares. Hay que acep-tar entonces el monte en uniforme irregularidad en el quepies grandes y pequeños están íntimamente mezclados.

La especie se presta a ello, ya que la separación entrepies grandes es suficiente para que la luz llegue a las co-

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pas de pinos más pequeños, que así se desarrollan perfec-tamente.

Ta inconveniente más g^rave de esta clase de montes esque las podas son más necesarias y el crecimiento en alturamenor y, sobre todo, que ya no son tan f actibles ni bara-tas las labores del suelo que permiten ^l crecimiento rápidodel árbol.

Asimismo, el pastoreo y las retiradas de las brozas (cu-bierta, muerta o barrujo, piñote vacío, etc. ), que podíaaceptarse con cuicíaclo en los tramos II v III (edades detreinta a sesenta años), quedan proscritos en absoluto.

La distribución de pies de cinco en cinco centímetrosdebe ir entonces escalonada, según el método biológico, escíecir, de una media clase diamétrica ĉíebe haber 1' 1 piesmás que cíe la de diámetro inmediatamente superior en cin-co centímetros. Z'endríamos así por hectárea :

DA'1'OS SO}31tE YINU PIÑONl:ltO EN MONTr: 11tItJ~;GULAIZ

DiámetroNúmerode pies

(;cbidacuhierta

UiámetroNúmerode pies

Cabidacubierta

Cm. m^. C m. m'.

10 75 225 30 51 61215 68 272 35 47 1.17520 62 372 40 42 1.50725 56 560 45 39 1.560

50 35 1.750

La superficie total cubierta es de 8.034 metros cuadra-dos, mayor, como vemos, a la mayor parte de los estacíosque nos recorría el monte regular.

La cortabilidad se establece lo mismo, al diámetro 50.Aquí, el arranque cíe tocones y subsiguiente siembra de lahoya procíucida será una medida inexcusable.

15. Pastoreo y brozas.

El monte alto de coníferas, en la Ilanura castellana, nodebe pastarse.

Una explotación racional del monte, para una buena in-

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versión dineraria, inantiene un núnlercr ^le 1>ies ^^ una eshe-sura due imposibilitan toda existencia cle hierba en cual-quier época. Es, por lo tanto, inútil entrar ganado. Los da-ños ^casionados por los pastos son, además, gravísinzos,pues clesagregan la tierra e impiden el nacimiento y g^ermi-nación cle la piña.

En el nlonte r-egular-, v coino n^áxinw de concesiones,ho^lrá adrnitir-se, de los veinticinco a setenta ^- cinc^^ años,el ganado menor a razón de una cabeza h^r hectár-ea, per^>con un solo recorrido diario por el monte. lle ganado va-cuno no hay que hablar, salvo rarísimas a^ndiciones, y, des-de luego, e1 cabrío no puede admitir-se.

En el monte irregular ti-a dijimos que es imhosiblc a^itni-tir- g-anado.

^n cuant<r a Ias brozas, cc^mpuestas Ix>r hiñas vacías ^-barrujo, o capa de acículas caídas, n^^ ^lebieran extraerse,sino enterrarse ccrn las binas. También, como rnáxima a>n-cesión, puede hacerse c^e los veinticinco a setenta y cina^años de edad de1 pinar, extrayéndolo en invierno } cun ras-trillos de madera, de púas distanciadas ocho centín^etros,va que el rastrillo metálico, sobré cortar a lc^s pin^>s quenacen, apura demasiad<^, dejanclr^ el suel^ exresivamente^liinpio ^-^ rayaclo.

16. Vigilancia.

Esta clase cle pinares es strmamente sensible a l^^s ata-ques de sus enemigos. I^stos son múltit^les y- de toda clase.Desde el hielo al fuego; de la rata a la ardilla y al gorrión,pasando por la perdiz ; desde el muérdago a la hiedra. ^

Los honbos ^^ los insectos hacen estraa^^s ti_^ ^leberi vigi-larse, tant^^ en el árbol como en las piñas. ^

Pero todo ell^ es n^er-ecedor rle ^I^^jas T^ivulgador-asaparte.

DEPOSITO LEGAL M. 3.109-1958.GRÁI^7CAS UGUINA ^ MADRIU