• Arquitectura

EN LAS AULAS J. ARTURO ÜCAÑA PONCE

Maestro en Administracion Pública Eoresado del Instituto Nacional de Administración Pública :,

Profesor e Invest igador de la Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad Autónoma del Estado de México

gueremein@hotmail .com

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1 NTRODUCCIÓN La definición clásica de Arquitectura revela que es «el con­

junto de modificaciones y alteraciones introducidas en la su ­

perficie terrestre, con el objeto de satisfacer las necesidades

humanas», pero podemos ampliarla tomando en cuenta a

William Morris, «( ... ) abarca la consideración de todo el am­

biente físico que rodea la vida humana, no podemos sustraer­

nos a ella mientras formemos parte de la civilización».

Una de las experiencias al ser catedrático de la carrera de Ar­

quitectura enseña el gran desconocimiento que existe acerca de lo que es realmente esta disciplina, tanto en los muchachos que ingresan a estudiarla, como en el resto de la sociedad.

Por lo general , se tienen conceptos equivocados y deforma­dos sobre lo que es arquitectura . Casi siempre se cree que son suficientes saber dibujar y el éxito obtenido en las ma-

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~IVISIA Legado • , temáticas en la secundaria, o la capacidad de realizar ma­quetas agradables para «hacer edificios bonitos».

No obstante, la arquitectura, como arte y como ciencia, ha ocupado una función vital en el desarrollo de los pueblos y

de la cultura en el mundo entero y en distintas épocas. En México comienza a ocupar el lugar que le corresponde, gra­cias al prestigio internacional de sus arquitectos.

Dado el momento histórico que se vive, se puede afirmar que en la actividad diaria , en casi todo lo que el hombre usa, está presente el diseño. No se puede imaginar a un publicista, sociólogo, educador, político, psicólo_go, estudiante o ama de casa que no lo tome como instrumento para satisfacer algún fin .

¿Pero qué es realmente el diseño arquitectónico? Algunos diccionarios coinciden en señalar que el diseño es «traza, delineación de un edificio o de una figura» y que diseñador es «el que diseña o dibuja». Es decir, el diseño trata de hacer visualmente comprensibles una idea, un pro­ceso de realización , o una creación terminada; ya sea de una imagen, una silla , un tazón o una casa.

La arquitectura es útil en la medida en que sirva al hombre, pues está hecha para él, a fin de satisfacer sus necesidades. Requiere un conocimiento profundo y un estudio constante de las conductas sociales, psicológicas y fisiológicas, que son las que regulan el comportamiento de los hombres en el que­hacer histórico; y al arquitecto le corresponde, desde su posición humanista, ayudar a orientar esas conductas y valo­res por medio de su obra.

La misión del arquitecto radica en moldear espacios que se­rán habitados por los hombres y comprometerse a satisfacer determinadas necesidades en un sitio dado, con los recursos

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fijados de antemano, en un medio cultural existente. En otras palabras, el arquitecto debe interpretar todos los elementos que el usuario, consciente o subconscientemente, cuenta, y

traducirlos a términos espaciales.

EL ESPACIO ARQUITECTÓNICO Puede definirse como una concretización del espacio existencial, o bien, el concepto psicológico que denota los esquemas de habitación, desarrollados por el hombre que interactúa con su medio ambiente, para desempeñarse sa­tisfactoriamente.

Lo anterior quiere decir que un arquitecto debe buscar con arte el modelaje del espacio para la actividad humana; por lo tanto, debe poseer una educación humanística con un objetivo social que le permita ser un miembro activo del equipo que organiza el espacio urbano. Su formación estará comprometida con las disciplinas científicas, pero deberá desarrollar una gran intuición para fijar en un todo: función, forma , material, dimensión y estructura .

OBJETIVO DE LA ARQUITECTURA La arquitectura es un hecho de creación, que tiene como propósito plantear la vida como informaaora de la forma ar­quitectónica, y como orientadora hacia la persecución de lo auténtico, pues el hombre es el sujeto del tema y el prota­gonista de la arquitectura.

La arquitectura nace del estudio profundo del sitio y del tema, de un sistema de vida que permitirá definir una metodología que lleve a la creación arquitectónica. Una escuela de arqui ­t~ctura no tiene como fin formar arquitectos simplemente,

~mo ~rep~~ar a seres humanos en todas sus capacidades, como 1magma~1on, sensibilidad y discernimiento, para que con un buen metodo de investigación, de creación y de autocrítica, se forme él mismo a lo largo de la experiencia profesional.

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R"'"A L~do . , LA ARQUITECTURA y LA DOCENCIA En este aspecto cabe destacar la importancia que tiene en el campo de la docencia explotar las cualidades humanas, como formación ética, mentalidad ordenada, responsabilidad, autocritica, interés en la investigación cultural y científica y una meta más noble que el simple lucro, así como el estudio de las diferentes disciplinas propias de la carrera .

Si un mapa no es el territorio real, ni un proyecto la arqui­tectura o un diseño el proyecto, no debe olvidarse que el verdadero objetivo de la educación, además de transmitir conocimientos, es provocar el entusiasmo por un mayor es­fuerzo, con el objetivo de preparar a los estudiantes para la vida práctica, pero sin que pierdan contacto con la totalidad de la vida.

Asimismo, es fundamental la orientación espiritual para que puedan medir más allá de los conocimientos prácticos profe­sionales y desarrollar su creatividad, no sólo su intelecto. Cuantas más aspiraciones espirituales tengan, mejor domi­narán los problemas materiales . Sólo un ser que ha aprehen­dido lo más sublime de las irrealidades puede dar forma a la realidad más elevada.

APRENDIZAJE DE LA ARQUITECTURA Como primer principio: no existen ni «dogmas» ni «fórmu­las» para el estudio de la arquitectura. El aprendizaje nace de un criterio eminentemente práctico, de las necesidades reales, en espacio y tiempo del país, de contar con el cariño y la pasión por el arte de la arquitectura. De ahí que exige del arquitecto un estudio constante y riguroso del cambian ­

te ser humano.

La meta de una escuela de arquitectura, cualquiera que ésta sea , no debe ser sólo informativa, sino formativa. Además de los conocimientos inherentes a su carrera , los docentes

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deben ser capaces de transmitir a sus educandos una sólida

base humanistica y una visión de conjunto sobre diversos cam ­

pos de la actividad humana. Todo profesional que se precie

de serlo, tiene una responsabilidad social que cumplir. Entre

profesores y alumnos debe existir un diálogo permanente Y

abierto , donde los dos puedan aprender en una labor de equi ­

po; se deben estimular las inquietudes de los estudiantes,

respetar su dignidad personal y desarrollar su espiritu al ser­

vicio de la sociedad con una visión patriótica y clara.

Lamentablemente, la formación del arquitecto se ha orien­

tado hacia el diseño y «de la fachada hacia adentro». Esto es

un error; el edificio no es un ente aislado; es parte del entor­

no, del barrio y de la ciudad a la que todos tenemos derecho.

No es suficiente aceptar que el énfasis estético y volumétrico

lo justificará el cliente, ya que es él quien da toda la infor­

mación requerida al arquitecto para el diseño. Se debe tener

una visión más amplia, porque la labor del arquitecto tiene

que apoyarse en informaciones estadísticas y en un profundo

conocimiento de la realidad social y económica. La plena

identidad está en el edificio, el cual no debe ser el «módulo»

de trabajo, pues se debe adoptar el barrio como punto de

partida para el diseño arquitectónico, asi como de base para

su participación en los estudios urbanos, rurales , regionales y nacionales.

EL RAz_oNAMIENTo COMO BúsQUEDA v NECESIDAD

La actitud de investigar, deseable en todo arquitecto, así no

sea maestro _de su arte Y de su técnica, es un deber. El arqui ­

t~cto, estudiante o profesor, investiga cuando lee de lo pro­

pio Y de aquello que le es en apariencia ajeno, cuando inda­

ga en su mente lo que capta Y lo anota, cuando escribe la cosecha de su propio pen • . . , . sam1ento; cuando d1buJa trazos ra-pidos Y sugestivos de un rincón encantador de la ciudad : una

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~•v.rA LEgado · , esquina, un detalle de la ventana, los espacios escondidos

que aparecen de pronto. Es importante que no pierda , en el

acomodo de una destreza gráfica, un distintivo del intelec­

tual capaz de expresarse de palabra y por escrito.

Si queremos que el arquitecto se destaque profesionalmente

Y que consiga que la arquitectura desempeñe un papel en la

vida de nuestro México, debemos utilizar el elemento básico

de su formación -el razonamiento- y complementarlo con un

profundo conocimiento del hombre, individual y colectiva­

mente considerado.

Si el arquitecto se forma en el estudio constante, de todas

las disciplinas académicas y humanas como ya se ha dicho,

hay que estar muy atento y vigilante, en cómo se da esta

formación integral al educando, desde su inicio profesional

en las aulas; en el tipo de evaluación de dicho aprendizaje al concluir sus estudios universitarios, así como en su práctica

profesional .

En la medida en que no cumpla con este requisito ético, puede converti rse en un magnífico diseñador, pero día t ras

día se estará alej ando cada vez más del verdadero significa­

do de lo que es hacer ARQUITECTURA.

BIBLIOGRAFÍA

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