En La Tormenta

315

Transcript of En La Tormenta

Page 1: En La Tormenta
Page 2: En La Tormenta

ENLATORMENTA

TAYLORADAMS

TraduccióndeMercèDiago

Page 4: En La Tormenta

ParaRiley

Page 5: En La Tormenta

Enviado:23/12,18.52hA:[email protected]:[email protected]

Loharemosestanoche.Despuésnecesitaremosunsitiodondedormirduranteunascuantassemanas.Ynecesitosaberacienciaciertaqueestáspreparadoparaloquehablamos.Envíamelascantidades.Luegoeliminaestecorreoyyoeliminaréeltuyo.EstoycolgadoenunáreadedescansodealgúnlugarperdidodeColorado,latormentadenieveescada

vezmásintensayestoyapuntodehacerunacosaquenotienevueltaatrás.Ah,yfelizNavidad.

Page 6: En La Tormenta

CREPÚSCULO

Page 7: En La Tormenta

19.39h

23dediciembre

—Queteden,BingCrosby.DarbyThornehabíaascendidoyanuevekilómetrosporelpuertodemontaña

de Backbone Pass cuando se le rompió el limpiaparabrisas y la voz de bajo-barítonoentrabaenelsegundoestribillo.Estababienclaro:CrosbytendríaunasblancasNavidades.Ahorayapodíaquedarsecalladito.Giróeldialdelaradioconelpulgar(nadaapartedeinterferencias)yobservó

elaleteoquehacíaelbrazodellimpia,comosituvieraunamuñecafracturada.Seplanteópararparaengancharloconcintaaislante,peroelarcéndelacarreterahabía desaparecido bajo unos muros de hielo sucio que la flanqueaban aizquierdayaderecha.Detodosmodos, ledabamiedoparar.Hacíaunahoraymedia, cuando pasaba por Gypsum a toda velocidad, caían copos de nievegrandesaunqueenclenques,quesehabíanvueltomáspequeñosycompactosamedidaqueganabaaltitud.Ahoraresultabanhipnóticosbajolosfarosdelcocheenmarcha,unparabrisasdeestrellasquesedifuminabanalavelocidaddelaluz.Segúnelúltimoavisoquesehabíacruzado,eraobligatoriollevarcadenas.Darby no tenía cadenas para la nieve. Todavía no, por lo menos. Era su

segundo año en la Universidad del Colorado en Boulder y nunca se habíaplanteado aventurarse fuera del campus más allá de Ralphie’s Thriftway.Recordóregresarprecisamentedeahíapieelmesanterior,medioborracha,conun grupo de conocidos de su residencia, y cuando uno de ellos le preguntó(aunqueleimportaramásbienunamierda)dóndepensabapasarlasvacaciones

Page 8: En La Tormenta

deNavidad,Darby le respondió sin tapujos que haría falta unmilagro divinoparahacerlaregresarasucasa,enUtah.PuesparecíaqueDioslahabíaescuchado,porquehabíabendecidoalamadre

deDarbyconuncáncerdepáncreasenfaseterminal.Seenteróayer.AtravésdeunSMS.RASCA-RASCA.Lahojadobladadellimpiavolvióagolpearelcristal,peroloscoposestaban

lobastantesecosyelcochecirculabaasuficientevelocidadcomoparamantenerelparabrisaslimpio.Elverdaderoproblemaeralanievequeseacumulabaenlacarretera. Las líneas divisorias amarillas ya estaban ocultas por varioscentímetrosdeblancurareciéncaídayDarbynotabacómolosbajosdelHondaCivicibanrascandocontralasuperficieaintervalosregulares.Sonabacomounatoshúmeda,unpocopeoracadapaso.Laúltimavezhabíanotadoqueelvolantele vibraba entre las manos, que lo sujetaban con fuerza. Si el paisaje seguíaempolvándose, sequedaríaallí tirada,adosmil setecientosmetrosporencimadelniveldelmarconuncuartodedepósitodegasolina,sincoberturademóvilyconsuspensamientosatribuladoscomoúnicacompañía.Y también, suponía, con la voz estridente deBingCrosby, que canturreó el

últimoestribillomientrasDarbydabaunsorboalRedBulltemplado.RASCA-RASCA.Todoeltrayectoigual,unaobligaciónborrosayconojosinyectadosensangre

a través de kilómetros de estribaciones y llanuras cubiertas de maleza. Sintiempoparaparar.Loúnicoquehabíacomidoentodoeldíaeraibuprofeno.Sehabíadejadoencendidalalámparadelescritoriodesuhabitación,peronosediocuenta hasta salir del aparcamiento de Dryden, y entonces estaba demasiadolejosparavolver.Saborácidoen lagarganta.Escuchando los temasdePiratedSchoolyard Heroes y My Chemical Romance en bucle en el iPod (ahora sinbatería). Letreros verdes que pasaba a toda velocidad con calcomaníasdescoloridas de comida rápida.Boulder se había desvanecidopor el retrovisor

Page 9: En La Tormenta

trasero alrededor delmediodía, y luego la silueta neblinosa deDenver con suflota de jets en tierra y, por último, el pequeño Gypsum tras una pantalla decoposdenieveencaídalibre.

RASCA-RASCA.White Christmas de Bing Crosby se apagó y sonó la siguiente canción

navideña.Yalashabíaescuchadotodasdosveces.ElHondadiounafuertesacudidahacialaizquierda.ElRedBulllesalpicóen

la falda. El volante se le quedó rígido entre las manos y forcejeó contra élduranteunsegundoconelestómagoencogido(«giraconelpatinazo,giraconelpatinazo») antes de recuperar el control del vehículo y seguir cuesta arriba,aunqueperdiendovelocidad.Perdiendotracción.—No,no,no.Pisóelacelerador.Los neumáticos de uso universal se agarraron y se soltaron en la nieve

fangosa,quezarandeabaelcocheconviolencia.Elcapódespedíahumo.—Vengaya,Blue...RASCA-RASCA.LlamabaBluealcochedesdelaépocadeinstituto.Ahorarozabaelacelerador,

en busca del efecto sensorial de la tracción. Por el retrovisor vio cómo selevantabanunpardechorrosdenieve,deun rojoencendidoporefectode losfarostraseros.Unfuertetraqueteo,losbajosdeBluequevolvíanarascarcontralasuperficienevada.Elcochepatinóycoleó,convertidoenunaespeciedebarcoy...

RASCA...La hoja del limpiaparabrisas izquierdo se rompió y se desprendió dando un

giro.Selecayóelalmaalospies.—¡Oh,mierda!Enesosmomentosloscoposdenieveseadheríanalhemisferioizquierdodel

parabrisasyseacumulabanconrapidezenelcristaldesprotegido.Habíaperdido

Page 10: En La Tormenta

demasiadavelocidad.Encuestióndesegundoslavisióndelacarreteraestatal7habíaquedado reducidaaun túnelyDarbygolpeóelvolante.Sonóel claxon,quenadieoyó.«Asímuere lagente—advirtióestremecida—.Enuna tormentadenieve, la

gentequedaatrapadaenzonasruralesysequedasingasolina.»«Muerencongelados.»DiounsorboalRedBull,yavacío.Apagólaradio,seinclinóhaciaelasientodelpasajeroparaverlacarreterae

intentó recordar cuándo había visto un vehículo por última vez. ¿Cuántoskilómetroshacía?EraunquitanievesnaranjaconlasletrasCDOT(DepartamentodeTransportedeColorado)estarcidasenlapuerta,arrimadoalcarrilizquierdoysoltandounanubedeesquirlasdehielo.Hacíaporlomenosunahora.Todavíahabíasol.Ahora el sol no eramás que un farol gris que se deslizaba entre los picos

recortadosmientraselcieloseapagabacontonosmorados.Losabetosheladosiban convirtiéndose en siluetas recortadas. Las llanuras oscurecían y seasemejabana lagosdesombra.Segúnelcartelde laestacióndeservicioShellquehabíapasadocincuentakilómetrosatrás,latemperaturaeradequincegradosbajocero.Ahoraseríainclusoinferior.Entonceslovio:enunabarreradenieveasuderecha,uncartelverdemedio

enterrado. Se le fue revelando poco a poco hasta que los faros delanteros ysucios del Honda lo iluminaron con un destello: 365 DÍAS DESDE EL ÚLTIMO

ACCIDENTEMORTAL.Probablementelacuentanoestuvieraactualizadaporculpadelatormentade

nieve, pero le pareció fantasmagórico de todosmodos.Un año exacto, lo queconvertíaesanocheenunaespeciedeaniversariosombrío.Leafectódemanerapersonal,comounodesuscalcosdelápidas.Delantedeella,otraseñal.ÁREADEDESCANSOPRÓXIMA.

Page 11: En La Tormenta

Vistauna,vistastodas.Una estructura alargada (centro de visitantes, lavabos, tal vez un pequeño

colmado o cafetería gestionada por voluntarios) acomodada entre abetosazotadosporelvientoyladerasrocosasagrietadas.Unmástildesnudo.Eltocónde un viejo árbol en forma de tambor. Una multitud de estatuas de bronceenterradas hasta la cintura; arte financiado por los contribuyentes en honor aalgún médico o pionero local. Y una zona de aparcamiento improvisada conunos pocos coches estacionados, otros conductores atrapados como ella,esperandolallegadadelasquitanieves.DarbyhabíapasadopordocenasdeáreasdedescansodesdeBoulder.Algunas

mayores, lamayoríamejores, todasmenos aisladas. Pero, por lo que parecía,aquellaeralaqueeldestinoleadjudicaba.¿CANSADO?,preguntabauncartelazul.CAFÉGRATISENELINTERIOR.Yotromásnuevo,que lucíael sellodeláguiladeSeguridadNacionalde la

épocadeBush:SIVESALGO,CUÉNTALO.El último letrero, situado al final del carril de salida, tenía forma de «T».

Dirigíaa loscamionesyautocaravanashacia la izquierdaya losvehículosdemenortamañohacialaderecha.Darbyestuvoapuntodepasarporencimadelcartel.Ahoranoveíanadaa travésdelparabrisasporculpade lagrancantidadde

nieve. El limpia de la derecha también había empezado a fallarle, y por eso,sacandoelbrazopor laventanilla,habíaabiertouncírculoenel cristal con lapalmadelamano.Eracomonavegarmirandoporunperiscopio.Nisiquierasemolestó en buscar una plaza de aparcamiento —las líneas pintadas y losbordillosnoresultaríanvisibleshastamarzo—,porloqueacurrucóaBluedetrásdeunmonovolumengrissinventanillas.Apagóelmotor.Despuéslosfarosdelanteros.Silencio.Todavía le temblaban las manos. Los retazos de adrenalina del primer

patinazo. Cerró los puños con fuerza, primero la mano derecha y luego la

Page 12: En La Tormenta

izquierda(«inhala,cuentahastacinco,exhala»)ycontemplóloscoposdenievequeibanacumulándoseenelparabrisas.Elcírculoquehabíaabiertodesaparecióen diez segundos. En treinta quedó rodeada por muros de hielo que ibanoscureciéndose,yenfrentándosealhechodequenollegaríaaProvo,Utah,antesdelmediodíadeldíasiguiente.AquellahoradellegadaestimadaconoptimismolehabíahechodesearvencerlatormentadenievequecaíasobreBackbonePassantes de medianoche y llegar a Vernal a tiempo de echar una cabezada pararecuperarsealastresdelamadrugada.Yaerancasilasochodelatarde.Aunquenopararaparadormirniparaorinar,nollegaríaahablarconsumadreantesdela primera operación. Esa posibilidad quedaba DESCARTADA POR COMPLETO, aligualquepasarotropuertomásdemontañasegúnsuappdenoticias.Tendráqueserdespuésdelaoperación,pues.Seráentonces.AhoraelHondaestabatotalmenteaoscuras.Lanieveseacumulabacontrael

cristalportodaspartescomosideunacuevadelÁrticosetratara.ComprobóeliPhoneentrecerrandolosojosparaverelbrilloeléctrico:noteníacoberturaylequedabaunnueveporcientodebatería.ElúltimoSMSquehabíarecibidoseguíaabierto. Lo leyó por primera vez en la autopista, cerca de Gypsum, mientrascruzaba un paso elevado resbaladizo por el hielo a toda pastilla, a casi cientocuarenta kilómetros por hora, con la pantallita temblándole en la palma de lamano:Ahoramismoestábien.«Ahoramismo.»Eraunaexpresiónaterradora.Ynisiquieraeralapartemás

aterradora.Devon,lahermanamayordeDarby,pensabaconemoticonos.Susmensajesy

entradasdeTwitterleteníanalergiaalapuntuación;muyamenudoeranráfagasdepalabreríaenbuscadeunpensamientocoherente.Peroaquelno.Devonhabíadecidido escribir bien y acabar cada frase con un punto. Aquellos pequeñosdetallesseacomodaronenelestómagodeDarbycomounaúlcera.Noerannadatangible,perosíunapistadequeloquesucedíaenelhospitalUtahValley,fuera

Page 13: En La Tormenta

lo que fuese, no estaba nada «bien» pero no podía expresarse a través de unteclado.Apenascuatropalabras.Ahoramismoestábien.Y ahí estaba Darby, la segunda, la hija que rendía por debajo de sus

posibilidades,atrapadaenunáreadedescansosolitariajustodebajodelacimadeBackbonePass,porquehabíaintentadoenfrentarsealapocalipsisnevadoenlasRocosasyhabíafracasado.Amilesdemetrosporencimadelniveldelmar,atrapada por la nieve en el interior de un Honda Civic del 94 con loslimpiaparabrisas rotos, el teléfono a punto de morirse y un mensaje de textocrípticoapuntodeexplotarleenlacabeza.«Ahoramismomamáestábien.»Asaberquédemoniossignificabaeso.De pequeña la muerte le fascinaba. No había perdido a ninguno de sus

abuelos,porloquelamuerteeratodavíaunconceptoabstracto,algoquevisitary explorar en calidad de turista. Le encantaba calcar lápidas; fijando papel dearroz contra una lápida y frotando con barras de pastel o cera negras seconseguía una reproducción detallada. Eran preciosas. Su colección privadaconstaba de cientos de calcos, algunos enmarcados. Algunos de personasdesconocidas.Otrosdepersonasfamosas.Elañoanteriorhabíasaltadounavallaen Denver para conseguir el de Buffalo Bill. Durantemucho tiempo le habíaparecidoqueaquellararezasuya,aquellafascinaciónadolescenteporlamuerte,laprepararíamejorparalarealidadcuandollegaralahoradelaverdad.Puesno.DedicóunosmomentosaleeryreleeraoscuraslaspalabrasdeDevonenel

coche.Pensóquesipermanecíaenelinteriordeaquellacriptafríaacompañadaúnicamentedesuspensamientos,seecharíaallorarapesardequeenlasúltimasveinticuatrohorasyaeraloquemáshabíahecho.Nopodíaperderempuje.Nopodíacaerdenuevoenesepozo.AligualqueBluesehabíaidoatascandoenlafuertenevada, a kilómetrosdedistanciade ayudahumana; te engullía si se lopermitías.

Page 14: En La Tormenta

«Inhala.Cuentahastacinco.Exhala.»Avanza.Así pues, se embolsó el iPhone, se desabrochó el cinturón de seguridad, se

enfundóunanorakencimade lasudaderaconcapuchadeBoulderArtWalkyconfióenque,ademásdelapromesadecafégratuito,aquellaáreadedescansocutretuvieraWi-Fi.

Enelinteriordelaoficinadeturismopreguntóalaprimerapersonaquevio,queseñalóhaciaelcartelplastificadoenplanbaratoquehabíaenlapared:«Wi-Fiparanuestrosclientes,¡cortesíadelafantásticacolaboraciónentreelCDOTyRoadConnect!».Elhombresecolocódetrásdeella.—Di...dicequetecobrarán.—Pagaré.—Esunpocoabusivo.—Pagarédetodosmodos.—¿Loves?—Señaló—.3,95dólarespordiezminutos.—Solonecesitohacerunallamada.—¿Dequéduración?—Nosé.—Porque si vas a hablarmás de veinteminutos, quizá te interese el abono

mensualdeRoadConnect,quedicequesolocuestadiezdólarespor...—Joder,tío,medaigual.Darby no contestó así a propósito. Hasta ahora no había visto bien al

desconocido,bajolaluzasépticadelosfluorescentes,cincuentaymuchosaños,chaqueta amarilla Carhartt, un pendiente y perilla canosa. Como un pirata demiradatriste.Serecordóqueprobablementetambiénestabaallíatrapadoyquesolointentabaayudar.De todos modos, su iPhone no encontraba la red inalámbrica. Fue

Page 15: En La Tormenta

desplazándoseporlapantallaconelpulgaresperandoqueapareciera.Nada.Elhombreregresóasuasiento.—¿Karma,eh?Ellanolehizonicaso.Aquellugardebíadeserunacafeteríaquefuncionabaporeldía.Peroaquíy

ahoralerecordabaunaestacióndeautobusesahorasintempestivas,conexcesode iluminación y desértica. El puesto de café (LaColina del Espresso) estabacerrado a cal y canto tras una persiana de seguridad. Detrás, dos cafeterasindustriales con botones analógicos y bandejas para el goteo ennegrecidas.Pastas pasadas. Una carta en una pizarra en la que figuraban unas cuantasbebidascarasysofisticadas.Laoficinadeturismoeraunaúnicaestancia,unrectángulolargoqueseguíala

columna vertebral del techo, con lavabos públicos al fondo. Sillas demadera,una mesa ancha y bancos a lo largo de la pared. Cerca, una máquinaexpendedora y expositores de folletos turísticos. La sala daba sensación deestrechez y resultaba cavernosa, además de despedir un fuerte olor adesinfectante.¿Y lapromesadecafégratuito?EnelmostradordepiedraymorterodeLa

Colina del Espresso había una pila de vasos de poliestireno, servilletas y dosjarrasenplacasdecalorprotegidasporlapersiana.UnadeellasetiquetadacomoKAFÉylaotraCOCO.«Algúnfuncionarioestatalnotieneniideadeortografía.»Advirtióqueelmorteroestabarajadoalaalturadeltobilloyqueunadelas

piedras estaba suelta. Bastaba una patada para hacerla caer. Aquello molestósobremaneraaunreductoobsesivo-compulsivodelcerebrodeDarby.Comolanecesidaddearrancarseunuñero.Oyótambiénunsuavezumbido,similaralrasgueodelasalasdelalangosta,y

sepreguntósiellugarseabastecíaconsuministrodeenergíadeemergencia.Tal

Page 16: En La Tormenta

vez por eso se había reseteado elWi-Fi. Se volvió hacia el desconocido de laperilla.—¿Hasvistoalgúnteléfonopúblicoporaquí?Elhombrealzólavista,comodiciendo«¿Ah,todavíaestásaquí?»,ynegócon

lacabeza.—¿Tienescoberturademóvil?—preguntóella.—DesdeWhiteBendyano.Se lecayóelalmaa lospies.Segúnelmapade la regiónquecolgabade la

pared,aquellaáreadedescansosellamabaWanapa(queveníaasignificaralgoasícomo«Diablillo»,cortesíadelatribulocaldelospayutes).Atreintaycincokilómetros al norte había otra área de descanso, con el nombre similar deWanapani, que venía a ser algo así como«GranDiablo», y quince kilómetrosmás allá, colina abajo, se encontraba el pueblo deWhiteBend.Esa noche, envísperasdelapocalipsisoarmagedónnevado,oNievezillaoloquefueraquelollamaranlosmeteorólogos,WhiteBendbienpodríaestarenlaluna...—Tengocoberturafuera—dijootravozmasculina.Detrásdeella.Darbysevolvió.Elchicoestabaapoyadocontralapuertadeentradaconuna

manoenelpomo.Habíapasadoporsuladoalentrar(«¿cómoesquenimehefijado?»). El joven era alto, de espalda ancha, y debía de ser uno o dos añosmayorqueella.BienpodríahabersidounodeloschicosdeAlphaSigconlosquesalíadejuergasucompañerodepiso,conunamatadepelolaciaybrillante,unanorakverdedeNorthFaceysonrisatímida.—Aunque solo una raya y solo durante unos minutos —añadió—. Mi

compañíaes,ejem,T-Mobile.—Lamíatambién.¿Dónde?—Ahí,juntoalasestatuas.Darbyasintióyconfióenquelequedarasuficientebateríaparallamar.—¿Sabes...eh...algunodevosotrossabecuándovanavenirlasquitanieves?Losdoshombresnegaronconlacabeza.ADarbynolegustabaestarenmedio

Page 17: En La Tormenta

delosdosporqueteníaquegirarlacabezacontinuamente.—Creoquelasemisionesdeemergenciahanterminado—dijoelcincuentón

señalando una radio de AM/FM de la década de los noventa que emitía unzumbidoenelmostrador.Elorigendelasinterferenciasquelehabíanparecidoelaleteodeun insecto.Estabaencerradodetrásde lapersianadeseguridad—.Cuando he llegado, estaban dando noticias sobre el tráfico y el Smart HomeArenacada treintasegundos—añadió—.Peroahoranoemitenada.Talvezelrepetidorhayaquedadocubiertodenieve.Alargólamanoporentrelarejillayenderezólaantena,locualhizoquelas

interferenciascambiarandeintensidad.—SiguesiendomejorqueBingCrosby.—¿QuiénesBingCrosby?—preguntóeljoven.—UnodelosBeatles—respondióelhombremayor.—Ah.Poralgúnmotivoelcincuentónlecaíabienysearrepintiódehabersidotan

bruscaconélporlodelWi-Fi.—Nosémuchodemúsica—reconocióeljoven.—Senota.Sefijóenqueenlamesagrandehabíaunabarajadenaipesconlasesquinas

dobladas.Unaversiónestándarparajugaralpóquer,queserviríaparauniradosdesconocidosatrapadosenunatormentadenieve.Seoyólacadenadeunváterdesdelosbaños.«Tresdesconocidos»,calculó.Sevolvióaguardarelmóvilenelbolsillodelosvaquerosysediocuentade

quelosdoshombresseguíanteniendolavistapuestaenella.Unodelanteyotrodetrás.—MellamoEd—dijoelcincuentón.—Ashley—dijoeljoven.Darbynolesdijocómosellamaba.Salióporlapuertaconloscodosabiertos

y volvió a adentrarse en las temperaturas gélidas del exterior, las manos

Page 18: En La Tormenta

hundidas en los bolsillos del anorak. Dejó que la puerta oscilante se cerraradetrásdeellayoyócómoelhombremayorpreguntabaaljoven:—Oye,¿tellamasAshley?¿Comounamujer?—Noessolounnombredemujer—refunfuñó.Lapuertasecerró.El mundo exterior había oscurecido bajo las sombras. El sol ya se había

ocultado. Los copos de nieve que caían se veían anaranjados por culpa de laúnicaluzexteriordelaoficinadeturismo,queteníaformadeplatilloycolgabapor encima del umbral de la puerta. Pero el apocalipsis nevado parecía haberamainado ligeramente por momentos; los picos lejanos quedaban recortadoscontra la nocheque caía.Esquirlas de roca escarpada,medioocultas entre losárboles.Sesubióbienelcuellodelanorakytiritó.Elgrupodeestatuasqueeljoven,Ashley,habíamencionadoquedabaaleste

deláreadedescanso,pasadoelmástilylazonadepicnic.Cercadelcarrilporelque había salido. Desde ahí, apenas las veía. No eran más que unas siluetasmedioenterradasenlanieve.—Eh.Darbysediolavuelta.Volvía a serAshley.Dejó que la puerta se cerrara con un clic y la alcanzó

dandozancadasenlanieve.—Hetenidoque...queiraunsitioenconcreto.Eselúnicolugarenelquehe

encontrado cobertura, y solo tenía una raya. Quizá solo puedas enviar unmensaje.—Conesomebasta.Sesubiólacremalleradelanorak.—Teloenseñaré.Siguieron sus pisadas anteriores y Darby se dio cuenta de que ya estaban

medio llenas de varios centímetros de nieve polvo reciente. Aunque no se lepreguntó,seplanteócuántotiempollevaríaélallíatrapado.

Page 19: En La Tormenta

Cuandoestuvieron a cierta distanciadel edificio, también sepercatódequeaquellaáreadedescansoestabaenclavadaenunprecipicio.Detrásde laparedposterior (los baños), las copas de los árboles erosionadas marcaban undespeñadero escarpado. Ni siquiera veía claramente dónde empezaba adescender el terreno puesto que elmanto de nieve ocultaba la inclinación.Unpasoenfalsopodíaresultarmortal.Lafloradealláarribaeraigualdehostil,lospinosdeOregónhabíanadoptadoformasgrotescasporculpadelasventolerasyteníanlasramasirregularesyrígidas.—Gracias—dijoDarby.Ashley no la oyó. Seguían avanzando dando bandazos por la nieve que le

llegabahastalacinturayconlosbrazosextendidosparamantenerelequilibrio.Fueradelsendero,lanieveeramásprofunda.YateníalasConverseempapadasylosdedosdelpieentumecidos.—¿OseaquetellamasAshley?—preguntó.—Sí.—¿NoAsh?—¿Porquéibaallamarmeasí?—Solopreguntaba.Darby volvió a echar unamirada hacia la oficina de turismoy advirtió una

siluetadepieenelbrilloámbardelaúnicaventanadeledificio.Lesobservabadesdedetrásdelcristalcubiertodehielo.Noalcanzóadistinguirsisetratabadelhombremayor(Ed)odelapersonaquenohabíavisto.—Ashley no es solo nombre de mujer —dijo mientras avanzaban

pesadamente—.Tambiénpuedeserunnombremasculino.—Oh,claro.—ComoAshleyWilkesdeLoqueelvientosellevó.—Justoloqueestabapensando—dijoDarby.Enesosmomentosleapetecía

vacilarunpoco.Detodosmodos,lapartemássuspicazdesucerebro,delacualnunca acababa de librarse, se preguntó: «¿Conoces esa película del año de laperaynosabesquiénessonlosBeatles?»

Page 20: En La Tormenta

—OAshleyJohnson—dijoél—.Elfamosojugadorderugby.—Esetelohasinventado.—Queno.—Señalóalolejos—.Eh,sevelacolinadeMelanie.—¿Qué?—LacolinadeMelanie.—Semostróazorado—.Perdona,llevoaquícolgado

mucho tiempo y he leído todo lo que he encontrado en el mostrador deinformación. ¿Ves esa colina grande de ahí? Un tío le puso el nombre de sumujer.—Quétierno.—Talvez.Anoserquefueraunamaneradellamarlafrígidaeinhóspita.Darbyrioentredientes.Para entonces ya habían llegado a las estatuas con carámbanos. Había un

montón.Probablementehubieraunaplacaenterradaenalgúnsitiobajolanieveque informara del significado de todo aquello. Las esculturas parecían niños.Corriendo,saltando,jugando,fundidosenbronceyrecubiertosdehielo.Ashleyseñalóunaqueblandíaunbatedebéisbol.—Ahí.Alladodeljugador.—¿Aquí?—Sí.Aquíesdondeheencontradoseñal.—Gracias.—¿Quieres...?—Vaciló,lasmanosenlosbolsillos—.¿Queme...eh...quede?Silencio.—Enfin.Merefieroaquesi...—No.—Darbyesbozóunasonrisasincera—.Estoybien.Gracias.—Esperabaquedijeraseso.Haceunfríodecojonesaquí fuera.—Desplegó

unasonrisafácildelassuyasyregresóalaslucesnaranjasdespidiéndoseconungestodelamanoporencimadelhombro—.QuelopasesbienaquífueraconlosNiñosdePesadilla.—Seguroquesí.Darbyno fue conscientede lo inquietantesque resultaban las estatuashasta

Page 21: En La Tormenta

quesequedósolaconellas.Alosniños lesfaltabanpedazos.Se tratabadeunestiloartísticoqueyahabíavistoantes—elescultorutilizabapiezasdebroncesinpulirylasfusionabasoldándolasdeunaformacuriosaycontraintuitivaquedejabajunturasyhueco—pero,aoscuras,suimaginaciónlasconvertíaenalgosiniestro.Elniñodelaizquierda,elqueblandíaelbatedebéisbolalqueAshleyhabía llamado «jugador», tenía las costillas al aire. Otros lucían brazoslarguiruchos y mutilados, a los que faltaban pedazos de carne. Como unamultituddevíctimasdeunpitbullrabioso,medioroídoshastaelhueso.¿CómoleshabíallamadoAshley?«NiñosdePesadilla.»Élestabaa seismetrosdedistancia,convertidocasienunasiluetacontra la

luzanaranjadadeláreadedescanso,cuandoDarbysediolavueltaparallamarle.—Eh,espera.Élvolviólavistaatrás.—Darby—dijoella—.MellamoDarby.Élsonrió.«Graciasporayudarme—queríadecir—.Graciasporseramableconmigo,un

absolutodesconocido.»Laspalabrasestabanahí,ensucabeza,peronoeracapazde articularlas. Dejaron de mirarse de hito en hito y el momento se fuedesvaneciendo...«Gracias,Ashley...»Élsiguiócaminando.Sevolvióaparar,pensativo,ehizounúltimocomentario.—SabesqueDarbyesnombredechico,¿verdad?Ellaseechóareír.Le observó mientras se marchaba y entonces se apoyó contra el bate de

béisboldelaestatua,heladoamediobalanceo,yalzóeliPhoneendirecciónalcielo contra los copos de nieve que caían. Entrecerró los ojos para mirar laesquinasuperiorizquierdadelapantalla.Sincobertura.Aguardóenlaoscuridad,sola.Enlaesquinaderecha,labateríahabíabajado

Page 22: En La Tormenta

al seis por ciento. Y el cargador enchufado en una toma de corriente de suhabitación.Atrescientoskilómetrosdedistancia.—Porfavor—susurró—.Porfavor,Dios...Seguíasintenercobertura.Respirabaporentreelcastañeteodelosdientesy

releyóelmensajedesuhermana:Ahoramismoestábien.«Bien»eslapeorpalabradeunidioma.Sincontexto,escomonodecirnada.

«Bien»podíasignificarquesumadreMayaestabamejor,queestabapeoryqueestaba...pues«bien».Sedicequeelcáncerdepáncreasesunasesinorápidoporquelamuertesuele

sobreveniralcabodesemanasoinclusodíasdeemitirseeldiagnóstico,peronoescierto.Tardaañosenmatar.Loquepasaesqueesasintomáticodurante lasprimeras fases, se multiplica de forma invisible dentro de su huésped y noprovocaictericianidolorabdominalhastaqueesdemasiadotarde.Eraunaideaescalofriante que el cáncer ya estuviera en el interior de su madre mientrasDarby iba al instituto. Ya estaba cuando Darby mintió sobre las etiquetas deSears rotas dentro del bolso. Ya estaba cuando volvió a casa en coche undomingoa las tresde lamadrugada,aturdidaporhaber tomadoéxtasismaloyconunbrazaleteverdefluorescenteenlamuñeca,ysumadreseechóalloraryla llamó desvergonzada y degenerada. Esa criatura invisible estaba allíencaramadaasuhombrodurantetodoaqueltiempo,escuchandoahurtadillas,yellahabíaidomuriendopocoapocosinqueningunadelasdoslosupiera.HablaronporúltimavezeldíadeAccióndeGracias.Lallamadaconsistióen

másdeunahoradecrucedeacusaciones,perolosúltimossegundosselehabíanquedadograbadosenlamemoria.«Papá nos dejó por culpa tuya», recordó haber dicho. «Y si hubiera podido

elegirloaélenvezdeati,lohabríahecho.Sinpensármelo.»«Sinpensármeloniunaputavez,Maya.»Sesecólaslágrimasconelpulgar,queyaselecongelabanenlapiel.Exhaló

contra el aire gélido. Estaban preparando a su madre para una operación, en

Page 23: En La Tormenta

aquelinstante,enelhospitalUtahValley,yahíestabaDarby,atrapadaenunáreadedescansodemalamuerteenmediodelasRocosas.Sabía que no tenía suficiente gasolina para dejar a Blue en punto muerto

demasiado rato. Por lo menos, la oficina de turismo tenía calefacción yelectricidad.Legustaraono,tendríaquecharlardecualquiernimiedadconEd,Ashleyyquienquieraquehabíatiradodelacadenadelváter.Selosimaginó,ungrupodedesconocidosatrapadosenunatormentadenieve,comolosbuscadoresde oro y los colonos debieron de haber compartido refugio en esas mismasmontañas siglos atrás, sorbiendo café aguado e intercambiando historiasalrededor de la hoguera, y escuchando la radio para tener alguna ideaindescifrabledecuándollegaríanlasquitanieves.TalvezhicieraalgúncontactoparaFacebookyaprendieraajugaralpóquer.OquizásesentaraenelHondaamorircongelada.Ambasopcionesresultabanigualdeatractivas.Lanzóunamiradaalaestatuamáscercana.—Va a ser una noche larga,muchachos.—Comprobó el iPhone por última

vez,aunqueparaentoncesyahabíaperdido laesperanzadeque fuerael lugarmágicoconcoberturaquelehabíadichoAshley.Loúnicoqueestabahaciendoahífueraeragastarbateríayexponersealacongelación.—Menudanochelargademierda.RegresóaledificiodeWanapaynotócómolamigrañaasomabaporelborde

de sus pensamientos. El apocalipsis de nieve arreciaba de nuevo, el viento seaceleraba detrás de ella, hacía crujir los abetos y le tensaba la chaqueta.Inconscientemente contó los coches del aparcamientomientras caminaba: tres,mássuHonda.Unmonovolumengris,unafurgonetadecargarojayunvehículonoidentificado,todosellosmedioenterradosbajodistintascapasdeescarcha.De camino decidió rodear aquella pequeña colección de coches varados y

cruzar el aparcamiento. Sin motivo aparente. Más tarde esa misma nocherememoraríaaquelladecisióngratuita infinidaddevecesysepreguntaríacuán

Page 24: En La Tormenta

distintahabríaresultadolaveladasisehubiera limitadoaseguir lashuellasdeAshley.Pasójuntoalahileradevehículos.Primeroestabalafurgonetaroja.Sacosdearenaenlabancada,cadenaspara

los neumáticos.Menos nieve acumulada que en los demás vehículos, lo cualsignificabaquenollevabaahímuchotiempo.Calculóqueunostreintaminutos.Elsegundococheestabaenterradodeltodo;noeramásqueunmontículode

nieve inidentificable.Ni siquieradistinguía el color de la carrocería; podía serperfectamenteuncontenedordebasura.Algoanchoycuadrado.Eraelquemástiempollevabaallídeloscuatro.El tercero era Blue, su infatigableHondaCivic. El coche con el que había

aprendidoaconducir,elcochequesehabíallevadoalauniversidad,elcocheenel que había perdido la virginidad (no todo elmismodía). Seguía sin tener ellimpiaizquierdo,tiradoencimadeunmontículodenieveunkilómetroymedioatrásenlacarretera.Eraconscientedequehabíatenidosuertedepoderllegaraunáreadedescanso.Elúltimoeraelmonovolumengris.Ahí fue donde Darby decidió cortar por entre los vehículos estacionados y

tomarelsenderoqueconducíaalapuertaprincipaldeledificio,situadaaunosquincemetros.DecidiópasarporentreelmonovolumenyelHondayseapoyóenlaspuertasdesucocheparanoperderelequilibrio.En el lateral del monovolumen había un zorro naranja que parecía un

personajededibujosanimados,comounaimitacióndeNickWildedeZootopia.Empuñaba una remachadora, igual que un agente secreto blande una pistola,parapromocionaralgunaespeciedeserviciodeconstrucciónoreparaciones.Elnombre de la empresa quedaba cubierto por la nieve, pero el eslogan rezaba:ACABAMOSLOQUEEMPEZAMOS. Elmonovolumen tenía dos ventanillas traseras.La derecha estaba cubierta con una toalla.La izquierda estaba despejada y enella se reflejóunhazde luz cuandoDarbypasó.Atisbóuna cosapálida en elinteriordelacamioneta.Unamano.

Page 25: En La Tormenta

Unamanominúscula,comodemuñeca.Separódegolpeycontuvoelaliento.Aquellamanitasujetabaunaespeciederejillatraselcristalhelado.Losdedos

blancossesoltaronconsuavidadunoauno,conlafaltadecoordinaciónpropiade un niño que todavía no coordina su sistema nervioso, y entonces, conbrusquedad,seretiróenlaoscuridad.Dejódeverse.Todoocurrióentres,talvezcuatrosegundos,ydejóaDarbymudadeasombro.«Nopuedeser.»Noseoíanadaprocedentedelinterior.Volvíaaestarinmóvil.Seacercóconsigiloyahuecólasmanoscontralaventanillaparaatisbarenel

interior con ojos entrecerrados. Las pestañas parpadearon en el cristal frío.Apenas visible en la oscuridad, cerca de donde había desaparecido lamanita,distinguió una pequeña medialuna, un reflejo apenas visible de luz tenue devapor de sodio. Era un candado circular con combinación que sujetaba unenrejadodebarrasmetálicas, elque tenía sujetoelniño.Comosi estuvieraenunajaula.EntoncesDarbyexhaló,menudoerror,yelcristalsetornóopacoporculpade

sualiento.Perolohabíavisto.Nohabíaformadenegarlo.Seapartóydejó lahuelladesumanoen lapuertamientrasnotabacómo le

palpitabaelpulsoenelcuello.Aunritmocadavezmásintenso.«Hay...»«Hayunniñoencerradodentrodeestacamioneta.»

Page 26: En La Tormenta

20.17h

Entródenuevoeneledificio.Ashleyalzólamirada.—¿Hahabidosuerte?Norespondió.Estaba sentado a lamesa demadera jugando a las cartas con Ed. También

habíaotramujer,laesposadeEd,porloqueparecía,sentadaasulado.Eraunamujerquisquillosadeunoscuarentay tantosañosconelpelonegrocortadoatazónyun anorak amarillo arrugado,muy afanadahaciendo explotar burbujasanimadasensutabletaelectrónica.Eraellaquienhabíaidoalbaño.Cuando la puerta se cerró con un clic detrás de Darby, contabilizó tres

posiblessospechosos:eldicharacheroAshley,EdeltristónylaranciaesposadeEd.Asípues,¿dequiéneraelmonovolumengris?«Oh,Diosmío,hayunniñoahífueraenelmonovolumen.»«Encerradoenunajaulaoalgoparecido.»Derepentecayóenlacuenta.Notóunsaboraostrascrudasenelfondodela

boca.Laspiernasleflaqueaban.Necesitabasentarse,peroledabamiedo.«Lohahechounadeestaspersonas...»—Asegúratedequelapuertaquedebiencerrada—dijoEd.El juego de naipes continuó como si nada. Ashley comprobó la mano que

teníaymiródereojoaEd.—¿Cuatrodecorazones?—¡Pesca!¿Dosdepicas?—No.Darbyllegóalaconclusióndequealgonocuadraba.Losnúmerosnosalían.

Page 27: En La Tormenta

Habíatrescochesenelexteriorapartedeldeella.Tressospechososahí.PeroeracasiseguroqueEdysuesposaviajabanjuntos,¿no?Oseaquedebíadehaberunatercerapersonaeneláreadedescanso.Pero¿dónde?PasóconlamiradadeAshleyaEd,alamujerdeEd,escudriñandolasalade

delante atrásmientras un terror resbaladizo se iba apoderando de su corazón.¿Enquéotrolugarpodía...?Entoncesnotóunalientocálidoenlanuca.Habíaalguiendetrásdeella.—Jotadetréboles.—Pesca.Darby se quedó inmóvil con el vello erizado. Un escalofrío le recorrió la

espalda.Queríadarselavueltaperonopudo.Elcuerponolerespondía.«Lotengojustodetrás.»Notaba cómo la respiración le bajaba por la nuca. Una bocanada que le

erizaba el vello y le hacía sentir un cosquilleo en la piel. Le pasaba silbandosuavementejuntoalaoreja.Poralgúnmotivosabíaqueesecuartoconductoreraunhombre; lasmujeresno respirabande esemodo.Estaba amenosdemediometrodeella.Lobastantecercacomoparatocarlelaespaldaorodearleelcuelloyapretarlelosdedoscontralatráquea.Deseósercapazdedarselavueltaymiraralacaraalacuartapersona,fuera

quienfuese,peroteníaunasensaciónextraña,comosiestuvieraflotando.Comointentardarunpuñetazoduranteunapesadilla.«Vuélvete—seinstó—.Vuélveteya.»Eljuegodenaipescontinuabaanteella.—¿Reinadecorazones?—Ah,toma.—¿Nuevedediamantes?—No.La respiración se detuvodurante unos segundos detrás de ella, lo suficiente

como para confiar durante unos instantes en que lo había imaginado, todoaquello, y entonces inspiró tomando una bocanada de aire. Respiraba por la

Page 28: En La Tormenta

boca.Sentadaahíenunsilenciorígido,sediocuentadequehabíavueltoahacerlomismo.Habíaentradoenlasalasinmirarporelrabillodelojo.«PorDios,Darby,vuélvetedeunavez.»«Míralealacara.»Alfinal,lohizo.Se dio la vuelta lentamente, como si nada, con una palma alzada, como si

fuera a acceder a lapeticióndeEddeasegurarsedeque lapuerta estababiencerrada.Sevolvió,sevolvióhastaqueseencontrócaraacaraconelhombre.Llamarle «hombre» era exagerar. Era un chico alto pero encorvado,

esquelético,dediecinueveañoscomomáximo.Teníaperfildecomadrejaensurostropobladodeacné,todopicadoporencimadeunmentóninformeenvueltopor unas patillas formadas por poco más que pelusilla. Gorro de punto deDeadpool y anorak de esquí color azul cielo. Tenía los hombros estrechosmojados por la nieve derretida, como si él también acabara de estar en elexterior. La miraba de hito en hito, por lo que ella lo miró también: pupilasdiminutas color avellana, ojillos de roedor con lamisma expresión estúpida ymonótona,yledevolvióunasonrisatímida.Elmomentoseemborronó.A Cara de Roedor el aliento le olía a leche chocolateada mezclada con la

acidez terrosa del tabaco demascar.Alzó el brazo derecho sin previo aviso yDarby dio un respingo, pero lo que intentaba era presionar la puerta paracerrarla.Lacerraduradeseguridadhizoclic.—Gracias —dijo Ed antes de dirigirse de nuevo a Ashley—. ¿As de

corazones?—No.Darby apartó la vista y dejó al hombre junto a la puerta. El corazón le

palpitabacontralascostillas.Suspasossonabanexagerados.Cerróambasmanosenunpuñoparadisimularel temblory tomóasientoa lamesacon losdemás.ColocóunasillaentreAshleyylaparejademedianaedadylaspatasdemaderachirriaronencontactoconlasbaldosas.

Page 29: En La Tormenta

Ashleycastañeteólosdientesaloírelruidodesagradable.—Eh,nuevedecorazones.—Mierda.LamujerdeEdlediouncodazo.—Esalengua.Darby sabía que Cara de Roedor la seguía observando fijamente con esos

ojillostenues.Sediocuentadequeestabasentadamuyrígida,demasiado,porloqueserepantigóunpocoenelasientoyfingiójuguetearconeliPhone.Alzólasrodillashastalaalturadelamesa.Estabahaciendoteatro:eraunaestudiantedeArteconexcesodecafeínaenlasvenasyunHondallenodecalcosdelápidasylabateríadelmóvilagotada,atrapadaenelabismodelacivilizacióncomotodoslos demás. No era más que una inofensiva estudiante de primer curso de laUniversidaddeColoradoenBoulder.Élpermaneciójuntoalapuertasinquitarlelavistadeencima.Entonces Darby empezó a preocuparse. ¿Lo sabía? Tal vez hubiera estado

mirandoporlaventanaquedabaalesteylahubieravistoatisbandoelinteriordesumonovolumen.Talvezhubieravistosuspisadas.Oquizásucomportamientolahubieradelatadoencuantohabíaentrado, temblorosa, enel edificiocon losnerviosaflordepielyelcorazónenunpuño.Seledababienmentir,peronoesanoche.Noentonces.Intentóencontrarunaexplicaciónmundanaa loqueacababade testimoniar,

como que una de esas personas que estaba en el área de descanso no habíamencionadotodavíaquesuhijoestabahaciendolasiestaenlapartetraseradelmonovolumen.Eraposible,¿no?Erade lomáshabitual, lasáreasdedescansoeranparaeso.Paradescansar.Peroesonoexplicabaelcandadocircularquehabíavislumbrado.Nilarejilla

quelamanosujetaba.O,yapuestos,lacolocaciónexpresadelastoallasenlasventanillastraseras,paraocultarloqueocurríaenelinterior.¿Verdad?«¿Acasoestoyreaccionandodeformaexagerada?»Talvezsí.Talvezno.Teníapensamientosinconexos;seleestabapasandoel

Page 30: En La Tormenta

efectodelacafeína.Necesitabaunputocafé.Hablando de reaccionar de forma exagerada, ya había intentado llamar al

númerodeemergenciacuandoestabafuera.Seguíasintenercobertura.LohabíaintentadovariasvecesmáscercadelosNiñosdePesadilla,enel lugarmágicoqueAshleylehabíadescrito.Nada. Inclusohabía intentadoenviarunSMSal911,porquerecordabahaber

leído en una ocasión que los SMS ocupaban apenas una fracción del ancho debandarequerido,yqueeranlamejormaneradepedirayudaenzonasdondenohabía cobertura. Pero tampoco había funcionado: Secuestro infantil matrícula delmonovolumengrisVBH9045carreteraestatal7áreadedescansodeWanapaenviarpolicía.Elmensajedetexto,etiquetadocomoSINENVIAR,seguíaabierto.Locerró,no

fueraaserqueCaradeRoedormiraraporencimadesuhombro.También había intentado abrir la puerta trasera del monovolumen (lo cual

podíahabersidouncrasoerrorsielvehículollegaateneralarma),peroestabacerradaconllave.Porsupuesto,¿porquéibaaestarabierta?Permanecióunratoallí,contemplandolaoscuridadconlasmanosahuecadas,dandogolpecitosenelcristalconlosnudillos,intentandoquelasiluetamenudavolvieraamoverse.Nohabía tenido suerte.El interior delmonovolumen estaba oscuro comobocadeloboyhabíaunmontóndemantasytrastosapiladoscontralaspuertastraseras.Solohabíaentrevistolamanitaunospocossegundos.Perolehabíabastado.Noselohabíaimaginado.«¿Verdad?»Verdad.—Asdepicas.—Joder.—Esevocabulario,Eddie...—Por el amordeDios,Sandi, estamos atrapados enColoradoen este antro

pagadoporloscontribuyentesyescasiNochebuena.Pondréveintepavoseneltarrodepalabrotascuandovolvamosacasa,¿vale?Lamujerdepelonegrocortadoa tazón,que respondíaalnombredeSandi,

Page 31: En La Tormenta

por lo que parecía, cruzó lamesa con lamirada en dirección a Darby y dijomoviendoloslabios:—Perdónale.Lefaltabaundientededelante.Sobrelafaldateníaunbolsocondiamantesde

imitaciónque llevabagrabadoSalmos100,5:PORQUE EL SEÑOR ES BUENOY SUAMORETERNO.Darby le devolvió la sonrisa con expresión educada. Podía soportar unas

cuantaspalabrotas.Además,AshleyseguíapensandoqueBingCrosbyeraunodelosBeatles,yesoconvertíaaEdenuntipopasable.Pero... se dio cuenta deque sentada ahí estaba creandootro ángulomuerto,

igual que cuando había entrado en el edificio sin mirar a los lados. Tenía lacorazonadadequeCaradeRoedoreraelconductordelmonovolumengris.Peroera una suposición. Sabía que el secuestrador/maltratador infantil podía sercualquiera de ellos.Cualquiera de los cuatro desconocidos atrapados en aquelrefugiodecarreterapodíaser,no,erasospechoso.¿Ashley? Ahora mismo estaba arrasando con las cartas. Era ingenioso y

amable, el típico encantador optimista con el que habría salido una vez peronuncamás, pero tenía algo que no acababa de inspirarle confianza. No sabíadecir exactamente qué era. ¿Acaso era su afectación? ¿Las palabras queempleaba? Le parecía «falso», gestionaba cuidadosamente los compromisossociales,igualqueeldependientedeunatiendaqueponebuenacaradelantedelosclientesperoloscriticaencuantosevan.¿YEdySandi?Eranamables,perotambiénteníanalgoraro.Noparecíaque

estuvierancasados.Nisiquieradabalaimpresióndequesecayeranbienelunoalotro.¿YCaradeRoedor?YadeentradaeraunaalertaAMBERandante.Ahítodoseranculpableshastaquesedemostraralocontrario.Darbytendría

queemparejaracadapersonaconunodelosvehículosdelexterioryentoncespodría estar segura. Pero no podía preguntar abiertamente o el secuestrador/maltratadorsabríaqueellaestabaalacecho.Tendríaquesonsacarlainformación

Page 32: En La Tormenta

deformadiscreta.SeplanteópreguntaraAshley,EdySandiaquéhorahabíanllegado y deducirlo por la cantidad de nieve acumulada en los vehículos delexterior.Aunqueesotambiénpodíallamardemasiadolaatención.Pero¿ysiesperabademasiadotiempo?El secuestrador no se entretendría ahí. En cuanto la tormenta de nieve

amainara o llegaran las máquinas quitanieves del CDOT, él (o ella o ellos) selargaríandeColorado.YdejaríanaDarbyconladescripcióndeunsospechosoyunnúmerodematrícula.Elmóvilqueguardabaenelbolsilloemitióuntrinoquelasobresaltó.Cinco

porcientodebatería.Ashleyalzólamiradahaciaellaporencimadeunpuñadodenaipesroñosos.—¿Cobertura?—¿Qué?—¿Hastenidosuerteconlacobertura?¿Juntoalasestatuas?Darbynegóconlacabezayaprovechólaoportunidad.Sabíaqueelmóvilno

leaguantaríatodalanocheporloqueeraunmomentoadecuadoparapreguntar,haciendosupapel.—¿PorcasualidadalgunodevosotrostieneuncargadordeiPhone?Ashleynegóconlacabeza.—Losiento.—Yono—repusoSandi, dandouncodazoaEd.Su tonopasódeamable a

ponzoñoso—.¿YtúEddie?¿Siguesteniendoelcargadordelmóvilotambiénloempeñaste?—EnelsigloXXIyanoseempeñanada—afirmóEd—.Sevendeporinternet.

YnoesculpamíaqueApplesepaseconlospreciosdesu...—Esalengua...—Bazofia.Ibaadecirquesepasanconlospreciosdesubazofia,Sandi.—

DioungolpeconlosnaipesenlamesaymiróaAshley,queesbozóunasonrisaforzada—.UnavezrompíuniPhonequellevabaenelbolsilloporquemesenté

Page 33: En La Tormenta

encima.Un aparato queme había costado setecientos dólares destruido por elmerohechodesentarse.Esamierdecillasepartiócomounahojacontrami...—Esalengua.—Cadera. Mi cadera. ¿Ves? A pesar de lo que piensa Sandi, soy

perfectamentecapazdeacabarunafrasesinrecurrira...Ashleyleinterrumpió.—¿Cuatrodetréboles?—Mierda.Sandiexhalóunsuspiroyreventóotraburbujadesutableta.—Cuidado,jovencito.Edesdelosquetiralamesacuandopierde.—Fueuntablerodeajedrez—matizóEd—ysolohapasadounavez.Ashleysonrióycogiólacartaconloscuatrotréboles.—¿Sabes, Eddie? No vas a encontrar otro trabajo si no controlas las

palabrotasquesueltas.—Sandidiountoquealapantallaconlauñadelpulgaryseoyóelsonidotípicodelosdibujosanimadosdecuandoalgovamal:bua,bua,bua.Edesbozóunasonrisaforzada.Sedispusoadeciralgo,peroselorepensó.Lasalaseenfrió.Darbysecruzódebrazosyfueasimilandoloquehabíaoído;conclusión:no

habíacargadorblancodeAppleenvarioskilómetrosalaredonda.Calculóqueasumóvillequedabanunosnoventaminutosdebatería.CaradeRoedornohabíarespondidoasupregunta,claro,nisiquierahabíaabiertolaboca.Seguíadepiejuntoalapuertadelantera,bloqueandolasalidaconlasmanosenlosbolsillos,labarbillaconpelusillabajadayconelgorrodepuntodeDeadpoolrojoynegroqueletapabalapartesuperiordelacara.«Meestáobservando.Igualqueyoaél.»Tenía que comportarse con naturalidad. En una ocasión, sumejor amiga le

habíadichoquepadecíaCPA«caradepocosamigos»,ysí,eraciertoqueDarbyrarasvecessonreía.Noporquetuvieramalauvaoestuvieraamargada.Sonreírlaacomplejaba.Cuando tensaba losmúsculos de la cara, salía a la luz, tan clara

Page 34: En La Tormenta

comounahozblanca,lacicatrizlargaycurvadaqueteníaencimadelaceja.Lateníadesdelosdiezaños.Laodiaba.

CHASQUIDOREPENTINO.Eraunsonidoirregular,comoalrasgarunatela,yDarbysesobresaltóenel

asiento.Laradiosituadadetrásdelapersianadeseguridadcobrabavida.Todosalzaronlavista.—¿Esoes...?—Sí.—Edsepusodepie—.Lafrecdeemergencia.Havuelto.Darbysabíaquelosmilitaresllamaban«frec»alafrecuencia.Otroburbujeo

de interferencias que llegaban al nivel demensaje confuso.Comoun teléfonosumergido.Darby no se dio cuenta de que Cara de Roedor se había acercado

sigilosamente hasta que lo tuvo junto al hombro izquierdo, respirando todavíapor la boca, sumándose al grupo con atención gélida mientras el antiguotransistordeAM/FMSonyfiltrabaunaespeciedegranizadoelectrónicodesdeelmostrador. Bajo el ruido de acoplamiento reconoció... sí, había... un débilrumor...—Unavoz—dijo—.Hayalguienhablando.—Yonooigonada.—Unmomento.Edalargóelbrazoporentrelarejilladeseguridadygiróeldialdelvolumen,

con loque levantó algunos fragmentosmetálicosdemugre.Sonaba comounavozautomatizada,forzadaconpausasinhumanas:«...haemitidounaal-ertadetor-men-tain-vr-nlquefectaBabk-nePassconcondicionesdeto-me-tadeni-veyprec-pita-conesextr-mas.Lacarreteraestatalsi-teestácerradaaltr-ficoentrelassal-dascuar-entaynu-veylasesentayochohas-tanu-voaviso...».Ashleyparpadeó.—¿Enquépuntokilométricoestamos?Edalzóundedoygolpeteólapersiana.—Chitón...

Page 35: En La Tormenta

«Los -qui-pos de e-gencia y de man-eni-ento de carreteras prevén retrasossignificativos de entre se-s y ocho horas debido a m-ltiples colisiones y a lafuertene-ada.Sere-omiendaatodosloscon-ucto-esqueseab-ten-andeci-cu-aryqueseque-enencasaha-taquemej-renlascon-iciones.»Unapausalargayconinterferencias.Luegounligerobip.Todosaguardaron.«Els-rviciomet-or-lógiconacionalhaemitidounaal-ertadetor-men-tain-vr-

nlque fectaBabk-nePass...», repitió laemisión,y todossedesanimaronen lasala.Edbajóelvolumenyresopló.Silencio.Sandifuelaprimeraenhablar.—¿Entreseisyochohoras?ADarbylaspiernascasiseledoblaron.Habíaestadomediodepie,arqueada

hacia delante para escuchar, y entonces se desplomó en el asiento como unamuñeca de trapo. El resto de la sala procesó la información en susurros,arremolinándoseasualrededor.—¿Esohadicho?—Entreseisyochopuñeterashoras.—Enfin,todalanoche.—Másvalequenospongamoscómodos.Sandihizounmohínycerrólatapadecuerodesutableta.—Cómono,ahoraqueyaestoyenelúltimoniveldeSuperBubblePop.«Toda la noche.» Darby se balanceó en la silla barata con los nudillos

apretadosalrededordelasrodillas.Leembargóunaextrañasensacióndealarma,unaespeciedehorror lento,comoelquehabríasentidosumadrealnotarseelprimer bulto en la axila. Ni pánico, ni lucha, ni huida, solo ese instante deestremecimientoenelquelavidadiariasetornarancia.«Pasarátodalanochehastaquelleguenlasquitanieves...»CaradeRoedorcarraspeó,ungorgoteojugoso,ytodoslemiraron.Seguíade

Page 36: En La Tormenta

piedetrásdelasilladeDarby,quenotabacómosurespiraciónlebajabaporlanuca.Sedirigióatodalasalaconpalabraslentasytorpes.—MellamoLars.Silencio.—Me...—Tomóaireporlaboca—.Mellamo...Lars.Nadierespondió.Darby sepuso tensay sediocuentadequeprobablemente fuera laprimera

vez que Ashley, Ed y Sandi le oían hablar. Era evidente que la situaciónresultabaembarazosa.—Eh...—Ashleydesplegóunadesussonrisasfacilonas—.Gracias,Lars.—Sabéis qué... —Lars tragó saliva con las dos manos hundidas en los

bolsillosdelachaqueta—.Comovamosa...estar...aquíunbuenrato.Mejorquenospresentemos.Oseaquehola,mellamoLars.«... y probablemente soy el tipo que tiene a un niño encerrado en el

monovolumen.»ADarbylebullíaelcerebro.Teníalospensamientosdesbocadosylosnervios

aflordepiel,echandochispascomocablesdelacorriente.«Yestamosatrapadoscontigo.»«Enestaáreadedescansodiminuta.»«Todalanoche.»—Encantado de conocerte —dijo Ed—. ¿Qué opinas de los productos de

Apple?

Alcabodeveinteminutosdecharlaestratégicaeintrascendente,Darbyteníatodoslosvehículosestacionadosemparejadosconsusconductores.ElenterradopertenecíaaAshley.Habíasidoelprimeroenllegar,aesodelas

tresdelatarde,ysehabíaencontradoeláreadedescansodesérticaconunaradioquemurmurabayelcafépasado.Noteníaprisaporcruzarelpuertodemontaña

Page 37: En La Tormenta

yprefiriónoarriesgarse.Eraestudiantedeuniversidad,comoella,enelInstitutoTecnológicooalgoasídeSaltLakeCity.Unavezrotoelhielo,Ashleyeraunacotorra,consusonrisadeorejaaoreja

llenadedientesblancos.DarbysabíaahoraqueplaneabaunviajeaLasVegasconsutíoparaverunespectáculodemagia.Sabíaqueodiabaloschampiñonesyqueleencantabaelcilantro.Diosmío,miraquehablaba:—YAshleyesunnombreperfectoparaunhombre.—Ajá—corroboróEd.Elhombreylamujerdemedianaedaderanmásreservados,peroDarbysabía

ahoraqueelF150rojoeradeSandi,nodeEd,talcomohabíaimaginadoenunprincipio.Tambiénsesorprendióalenterarsedequenisiquieraestabancasados,aunque la verdad es que se peleaban tanto que podrían estarlo.Eran primos eibanaDenveravisitaralafamiliaparaNavidad,conSandialvolante.Unviajedeunasoncehorasdeduración,por lovisto.Ed sehabíametidoen algún líorecientementedadoquenoteníanicochenitrabajofijo,alparecer.¿Encerradoenlacárcel?Talvez.Teníaelaspectodeserunmachovarado;unaespeciedehombre-niñodecincuentaytantosañosconpendienteyperillademotorista,yaSandi parecía encantarle tratarle como a un bebé, ni que fuera para tener unaexcusaparaodiarle.Asípues,Darbyhabíaeliminadotresconductoresydosvehículos.SoloquedabaLars.No había vuelto a abrir la boca desde que les dijera su nombre, por lo que

Darbynoconseguíahacerseunaideaclaradecuándohabíallegadoexactamente,aunqueajuzgarporlaacumulacióndenieveestimóquehabríasidounamediahoraantesqueEdySandi.ObservóaLarsmientrassellenabaconCOCOunvasodepoliestirenoyregresabaasupuestodecentinelajuntoalapuerta,altiempoquesorbíacomosifueraunniño.Nolehabíavistosentarseniunasolavez.Mientras se tomaba su dosis de droga particular, KAFÉ, Darby intentó

planificar sus siguientes movimientos. Pero había demasiadas incertidumbres.No podía implicar a Ed, a Ashley ni a Sandy, todavía no, porque entonces

Page 38: En La Tormenta

perdería el control de la situación. Implicar a otras personas era el últimorecurso. No se puede volver a poner la anilla en la granada. Allí y en esemomento contaba con el efecto sorpresa, y lo peor que podía hacer eradesperdiciarlo.De todosmodos, en sumente conjuraba los peores escenarios. Se imaginó

contandoaAshley(elmás jovenyenmejor formafísica)quesospechabaquecompartían oxígeno con un corruptor de menores, y que Ashley se quedabablanco, como era de imaginar. Lars se daría cuenta, se sacaría una pistola delanorakazul cieloy losmataría a todos.EdySandi serían testigos,por loquetambiénmorirían.Cuatrocadáveresacribilladosenuncharcodesangrebrillante.TodoporqueDarbyhabíaabiertolaboca.Ylaotracaradelamoneda:¿ysinohabíaningúnniñoenelmonovolumende

Lars?«¿Ysiesfrutodemiimaginación?»¿Ysiloquehabíavistoeralamanodeunamuñecadeplástico?¿Lapatade

unperro?¿Elguantevacíodeunniño?Aquellonoexplicaríalosbarrotesnielcandado,perobueno,todopodíaserfrutodesutorturadaimaginación,unefectode la luz y la sombra y, de todos modos, apenas había durado unos pocossegundos.Lacabezaledabavueltas.Media hora antes estaba convencida, pero de repente la convicción la había

abandonado.Imaginabaunadocenadeescenariosmásfactiblesqueaquel.¿Quéposibilidadeshabíadeencontrarseporcasualidadconunsecuestro?¿Atrapadaen un área de descanso nevada? Todo era demasiado fantasioso como paraformarpartedelavidadeDarby.Intentóreconstruirlaescenaensumente.Pasoapaso.Laventanillatraserade

la camioneta estaba cubierta de hielo. El interior estaba a oscuras. ¿YDarby?Estaba fatal, angustiada, faltade sueño,con la sangrecirculandoa todocorrerporculpadelRedBull,viendoestrellasqueleestallabandetrásdelospárpadossecos.¿Ysinose tratabamásquedesu imaginacióndesbocadayLarsnoera

Page 39: En La Tormenta

másqueunviajero inocente como losdemás?Si lo atacabanoharíamásqueganarseuncargoporagresión.«Simeequivocoacercadeesto...»Apuróelcaféy,poralgúnmotivo,suspensamientossedesviaronrápidamente

haciasuhermanamayor.Devonteníaveintitrésañosysehabíahechosuprimertatuajeenelomóplatoderecho.Unoscuantoscaractereschinos,biendelineadosyelegantes.Veníanasignificaralgoasícomo«Fuerzaenchino».¿Moraleja?Compruébalotododosveces.Necesitabavolver a salir a donde estaba elmonovolumen.Necesitaba ver a

eseniño.Verlodeverdad.Peronopodíaactuardeformaprecipitada.Disponíadeunmontóndetiempo;

entreseisyochohoras,dehecho.Yteníaqueestarseguraantesdeactuar.«¿Verdad?»Verdad.Se frotó lapieldegallinade losbrazosyescudriñó laestancia.En lamesa

habíanacabadodejugaraPesca,AshleyestabaintentandoconvenceraEdparajugar a Guerra, otro juego de cartas. Sandi había sacado un libro de bolsilloamarillentodelbolsoy lososteníaalzadocomosi fueraunmurodefensivo.YLars, la estrella de la pesadilla del día, seguía vigilando la puerta delantera,dandosorbosasuvasodeCOCO.Darbyloshabíacontado,eralaterceravezqueseservía.Prontotendríaqueirallavabo.«Entonces será el momento», decidió. Entonces saldría a hurtadillas. La

última vez se había encontrado con la escena de repente, desprevenida yasustada.Estavezestaríapreparada.AshleybarajólascartasintercalandodosmontonesdespuésdedejaraEdpor

imposibleyasintióendirecciónallibrodeSandi.—¿Quélees?—Unanovelademisterio—respondióconungruñido.—Megustanlasnovelasdemisterio.—Vaciló—.Bueno,enrealidad,paraser

Page 40: En La Tormenta

sincero,noleomucho.Supongoqueloquemeatraeeslaideadelasnovelasdemisterio.Sandi esbozóuna sonrisa forzaday pasóunapágina. «¿Para quépreguntas,

entonces?»ApenashabíantranscurridodoshorasdesdequeDarbyhabíallegadoalárea

de descanso y ya empezaba a estar harta de Ashley. Era dicharachero, sí. Yseguíaactuandocomounjuguetedecuerda,conlasgarrasclavadasenSandi:—¿Cuántos...eh...cuántoscapítulosllevasya?—Nomuchos.—¿Lavíctimayahasidoasesinada?—Sí.—Megustaquehayasangre.¿Hahabidosangre?Ed semovió incómodoen el asientoy la silla crujió.Observó aSandi, que

pasabaotrapáginayquenisiquierahabíarespondidoalaprimerapreguntadeAshleycuandolelanzóotra.—¿Suponesquiéneselasesino?—Todavíano—dijoellaconsequedad—.Deesosetrata.—Siempreeseltipobueno—aseveróAshley—.Insisto,laverdadesqueno

leo,perohevistounmontóndepelículasyesoesinclusomejor.Quienpareceelpersonajemásagradablealcomienzoacabasiendoelcabrón.Sandinolehizonicaso.«Porfavor,dejadehablar»,pensóDarby.«Paraya.»—Esafurgoneta—continuó,mirandoporlaventana—.Estuya,¿verdad?—Ajá.—Merecuerdaunchiste.¿QuésignificaFord?—Nosé.—Enlassiglaseninglésseríacomo«Encontradomuertoenlacarretera».Sandiemitióungruñidoysiguióleyendo.Alfinal,Ashleycaptólaindirecta.—Perdona,yatedejoleer.

Page 41: En La Tormenta

Larscontemplólaescenadesdelapuerta.SehumedecióloslabiosyaDarbyle sorprendió lopequeñosque tenía losdientes.Apenasdoshilerasdepepitasesmirriadas,comodientesdebebé,amedioformar,encastradastodavíaenunasencíasrosadas.TragóloquelequedabadeCOCOyarrojóelvasovacíoalcubodelabasura,peroerróeltirounosdiezcentímetros.Nadiehizoningúncomentarioalrespecto.NisiquieraAshley.Darbyobservócómoelvasogirabaenlasbaldosasysepreguntó,suponiendo

que sus sospechas se confirmaran, si podría forzar la cerradura delmonovolumen de Lars y trasladar al niño o niña en silencio a su Honda.Esconderle a él o a ella, en el asiento trasero, quizá, bajo la pila de papel deembalarqueutilizabaparaloscalcosdelápidas.Omejoraún,enelmaletero,sihabíasuficienteoxígenoycalor.Cuandollegaranlasquitanievesaldíasiguienteporlamañana,todospodríanproseguirsucaminoyLarsquizásemarcharíasinsiquieradarsecuentadequesupresahabíaescapado.No. Aquello era hacerse ilusiones. Dado que iban a pasar la noche ahí

atrapados, Lars tendría que poner enmarcha elmotor de vez en cuando paramanteneralniñocaliente.Sedaríacuentadequesucautivoestabadesaparecido.Tomóaireconunasacudida.Contóhastacincoantesdesoltarlo,talcomole

habíaenseñadosumadre.«Ahoramismo,yojuegoconventaja.»«Nopuedodesperdiciarla.»Deseóserotrapersonaenesa situación.Alguienmás listo,valiente, formal,

máscapaz.AlguiendelprogramadelCuerpodeEntrenamientoparaOficialesdelaReservadesuuniversidad,unadeesaschicassudorosasconcamuflajedigitalurbanoquecarganconmochilaspesadasarribayabajodelcampus.Alguienquesupierajujitsu.Joder,cualquieraquenofueraella.Peroeraellaynootra.Nadie más que Darby Thorne, la chica rara que se escondía de las fiestas

encerrándoseenunahabitacióndelaresidencia,empapeladaconcalcosdecera

Page 42: En La Tormenta

negra robados de las lápidas de desconocidos, como si fuera una especie devampiroespiritual.Mientras la tormentadenievese intensificabaenelexterior,deslizóeldedo

poreliPhoneyescribióotromensajerápidamente.Noeramásqueunborrador.Unacopiadeseguridad,porsiocurríaloimpensable,aunquedetodosmodoslehumedeciólosojosdelágrimas.

Mamá, si encuentras estemensaje enmimóvil, es quemehapasado algo.Esdenocheymientrasescribo esto estoy atrapada en un área de descanso, y una de las personas que está aquí quizá seapeligrosa. Espero que no seamás que producto demi paranoia. Pero si no... que sepas que lo sientomuchopor todo.Por todo loque tedijey tehice.Siento laconversaciónque tuvimospor teléfonoenAccióndeGracias.Notemerecesnadadetodoeso.Mamá,tequieromuchísimo.Ylosientomucho.Tequiere,tuhija.

Alcabodeuncuartodehora,Larsfuealbaño.PasójuntoalasilladeDarbyyellasefijóenalgocurioso.Sehabíaquitado

losguantesdeesquínegrosyhabíadejadoaldescubiertolapielpálidadeldorsodelamanoizquierda.Loteníasalpicadodegranitospequeñosyabultados,comopicadasdemosquito.Oquizáfueratejidocicatricial,aunquelecostabaimaginarquéherramientaespeluznantepodíahacerleaquelloaunamanohumana,apartedeunralladordequeso...EntoncesLarspasódelargoarrastrandolospiesydesaparecióenelservicio

decaballeros.Lapuertaemitióunsilbidoalcerrarseyparecióqueelclicfinalnoacababadellegarnunca.«Ahora.»Darbyapartósusillarápidamenteyselevantóconrodillastemblorosas.Edy

Ashleyalzaron lavistahaciaella.Había llegadosuoportunidad,sumargendetreinta segundos para salir al exterior de forma discreta y confirmar loimpensable.Móvil enmano, se dirigió a la puerta delantera con los pulmones

Page 43: En La Tormenta

hinchados por culpa de la respiración contenida, pero, a medio camino, sesorprendióaellamisma.Hizoalgototalmenteilógico.Se acercó a la segunda jarra, la que llevaba por nombre COCO y rellenó

enseguidasuvasodepoliestirenodeuncuartodelitro.Nisiquieralegustabaelchocolatecaliente.«Peroalosniñossí,¿verdad?»Oyólacadenadelváter.Larsregresaba.Dio un sorbo rápido a la bebida caliente y se dirigió de nuevo a la puerta

delantera,tiródeellaparaabrirla,conscientedequeAshleyseguíamirándola.—Vaya,Darbs,¿adóndevas?«Darbs.»Nolahabíanllamadoasídesdequintodeprimaria.—Voy a volver a comprobar si tengo cobertura.Mi madre tiene cáncer de

páncreasyestáenunhospitaldeProvo.Sin dar tiempo a queAshley respondiera, salió a la tormenta ululante y se

estremeciócontraelmurodeairegélido.Recordóundichoinventadoquehabíaoídodecirasumadre:«Lasmentirasmásfácilesdedistinguirson lasquesonverdad».

Page 44: En La Tormenta

NOCHE

Page 45: En La Tormenta

21.25h

DarbysedirigióprimeroalosNiñosdePesadilla.Formabapartedesuplan,puesresultaríasospechosoirdirectaaloscoches,y

tenía que suponer que Larsmiraría por la ventana al no verla con los demásdespuésdesalirdelbaño.Además,queríadejarhuellasenlanieve.ReconociólassuyasdehacíaunahoraylasdeAshleyylasdeLars(susbotasdelnúmero39eranmuchomáspequeñasque lasde loschicos).Todas llenasdecoposdenieve.Esanoche,todaslasdecisionesdejaríanhuella.Hablando de decisiones, el chocolate caliente había sido una tontería. Tan

tontocomoeltatuajede«Fuerzaenchino»deDevon.Nosabíaporquésehabíaentretenido sirviéndose una bebida mientras un posible maltratador infantilvaciaba la vejiga en la estancia contigua. Pero lo había hecho. Y se habíaquemadolalenguaalsorberellíquido,comounaperfectaimbécil.Pasó alrededor de las estatuasmordisqueadasy luegodioun rodeohacia la

oficina de turismo. El edificio se tambaleaba al borde del risco, un precipicioangostopordetrásdelmurodecontención,queparecíamásestrechoporculpade las mesas de picnic apiladas. En la pared posterior del edificio vio dosventanasmás.Unapara cada lavabo.Eranpequeñasy rectangularesy estabansituadasaunostresmetrosdelsuelo,enclavadasbajoelalerodeltejado,llenodecarámbanos.EstabaconvencidadequeLarsyahabíaterminado,pueshabíaoídola cadena del váter hacía unos minutos, pero de todos modos se movió consigilo.Caminó colina arriba fingiendo ser la chica sin cobertura en el móvil. Por

supuesto,eliPhonenocaptabanada.Intentóreenviarsumensajedeemergencia

Page 46: En La Tormenta

al911cadavariospasosperonuncaseenviaba.Solo lequedabaelcuatroporcientodebatería.Desde ahí arriba dominaba toda el área de descanso, dispuesta como un

diorama.Wanapa,«diablillo»enla lengualocal.Elpequeñoedificiosólido.Elmástil.Eltroncodecedro.LosNiñosdePesadilla.Losmontículosqueformabanlos vehículos cubiertos de nieve. Sobre todomiraba la puerta delantera de laoficinadeturismo,esperandoaqueLarssalieraalexteriorbajoelbrillonaranjadelalámparadevapordesodio.Esperandoaversileseguíaelrastro.Lapuertanoseabrió.NirastrodeCaradeRoedor.LacolinadeMelaniesealzabaporlaizquierda,comounasombrainclinada.

Lanevadaintensísimaescondíabuenapartedelamontañaperoseguíasiendolamásaltaalavista.Seríaunbuenpuntodereferenciaparaorientarse.Desde aquel sitio ventajoso también veía la carretera estatal 7, inundada de

círculos de luz interior del coche. Parecía una rampa de esquí gigantesca,resplandeciente gracias al polvo blanco recién caído. Totalmente intransitableparatodosellosexceptoquizálafurgonetadeSandi.Bluenopodíanisubir(nibajar)unmetroporahí.Esperómientrasloscoposdenieveseposabansobresucabello,escuchando

lasráfagasdelvientoamayoresaltitudes.Entreellas,unsilenciodesoladorenelque los pensamientos atormentados deDarby se descontrolaban, como en unacámaraderesonancia.«Papánosdejóporculpatuya.Ysihubierapodidoelegirloaélenvezdeati,

lohabríahecho.Sinpensármelo.»«Sinpensármeloniunaputavez,Maya.»Antes de colgar, su madre había respondido: «Si él te hubiera querido de

verdad,Darby,tehabríallevadoconsigo».Diootrosorboalchocolate.Estabatibio.AhoraqueestabaseguradequeLarsnolaseguía,porfinpodíaacercarseal

monovolumen.Cruzóel carrilde saliday llegóalvehículodesdeelnorte, sin

Page 47: En La Tormenta

apartar lamiradade la fachadaprincipaldeWanapa.Desde laventana interiordeledificioseveíaelladoderechodelacamioneta,peronoelizquierdo,yteníaque suponerqueLars estaría alerta.Caminar connieve tanprofunda resultabaagotador;levantabaunapiernatrasotraentrejadeosyacabóporverterlabebida.Elaireleresultabacorrosivoenlagarganta.Lanarizlequemaba.Notabacómolahumedadselehelabaenlaspestañasylashacíacrujir.Sinembargo,curiosamentenosentíafríoenelcuerpo.Leardíalasangrepor

la adrenalina. Se sentía radioactiva. Ni siquiera llevaba guantes, pero tenía laimpresióndequeseríacapazdepasartodalanocheahífuera.Cuando cruzó la zona de aparcamiento destinada a las caravanas y los

semirremolques,estuvolobastantecercadeledificioparadistinguirlassiluetassentadasatravésdelcristalemborronado.VioelhombrodeAshley.LacoronillamediocalvadeEd.PeronirastrodeLars,locualderepentelapreocupó.¿Ysialfinallahabíaseguidohastaelexterior?¿Ysihabíasalidodeledificiocuandoellaestabadetrásyahoraseguíasuspisadasenlaoscuridadconsigilo?Noacertabaadecidirquéleresultabamásaterrador,siveraCaradeRoedoro

noverle.Elchocolateestabaapuntodecongelárseleenelvaso.Siguió avanzando hacia el monovolumen misterioso y el zorro dibujado

flotabamáscercaacadapasotambaleantequedaba.Eleslogan:ACABAMOSLO

QUEEMPEZAMOS.Lanievedelaparcamientoeramenosprofunda,lellegabahastaeltobillobajounacapadehielo.Durantelasúltimasveinticuatrohoraslohabíanlimpiado,locualresultabareconfortante.Seacercóporlaizquierdayutilizóellargodellateraldelmonovolumenparaocultarse.Seacercóalaspuertastraserasdelvehículo.UnChevroletAstro.Supusoque

AWDsignificabaqueteníatracciónenlascuatroruedas.Ajuzgarporeldesgasteera un modelo antiguo. Rascadas sucias en el parachoques. La pintura grismarengo pelada en forma de ampollas con costra. A la derecha reconoció lasilueta débil de las pisadas que había dejado hacía una hora, situadas entre elmonovolumen y su Honda, y que acababan justo ahí. Allí era donde habíaocurrido.Allíeradondelanochehabíadadounvuelcobrusco.

Page 48: En La Tormenta

Yahorahabíallegadolahoradelaverdad.Dejó el vaso en la nieve y se inclinó hacia las ventanillas rectangulares

traserasdelAstro,mediotapadasporloscuchillosqueformabalaescarchaquedescendía. Volvió a ahuecar las manos contra el cristal y observó el interior.Estaba inclusomás oscuro de lo que recordaba.No se distinguían siluetas, nimovimiento.Tansolounaoscuridadturbia,comomirarelinteriordelarmariodeundesconocido.Dioungolpecitoenelcristalcondosdedos.—Eh.Nohuborespuesta.—Eh,¿hayalguienahí?—Resultabaextrañohablarleaunmonovolumen.Nada.LaúnicapresenciaeraladeDarbyThorne,ahídepiecomounamerodeadora

decoches,quesesentíamásraraacadaminutoquepasaba.SeplanteóutilizarlalinternadeLEDdel iPhoneperoentoncesse leacabaría labateríay, loqueerapeor,brillaríacomounasupernova.SiporloquefueraLarsestabadecaraalaventana,sindudalavería.Dio un par de golpecitos con los nudillos en la puerta metálica, justo por

encimadelamatrículadeCalifornia,yesperórespuesta.Nohabíaactividadenelinterior.Nadadenada.«Meloheimaginado.»Sedistanciódelapuertaeinhalóunabocanadadeairefrío.—Escucha—siseóconvoz ronca—.Sihayalguienahí atrapado,haz algún

ruidoahoramismo.Omemarcho.Estuúltimaoportunidad.Seguíasinhaberrespuesta.Darbycontóhastaveinte.«Meheimaginadolamanita.Esoesloquehapasado.»Ahora, con la perspectiva del tiempo, sabía exactamente por qué se había

entretenido llenándose un vaso de chocolate en la oficina de turismo. Era suformadenegarlarealidad.Habíahecholomismolanocheanteriordespuésde

Page 49: En La Tormenta

queDevonleenviaraunmensajequehabíadinamitadosumundo:Llámame,mamátienecáncer.¿Yquéesloprimeroquehizo?Guardóelmóvil,seenfundóunanorakysefuecaminandodeDrydenHallal

edificio del sindicato de estudiantes y se pidió una hamburguesa con queso.Observó cómo se la acercaban, grasienta y chafada, pagó 5,63 dólares con unbilletearrugadodediez,buscómesaen lacafeteríadesérticaydiodosbuenosbocados antes de salir disparada hacia el baño y vomitar. Llamó a Devonentonces, desde el compartimento del baño, con los codos apoyados en laporcelanadesinfectadaconlejía,mientraslasmejillasleardíanporefectodelaslágrimas.Lanormalidadesunrefugio,sierescapazdeaferrarteaella.SiguiócontandoenelexteriordelmonovolumendeLars.Paraentonceshabíallegadoacincuentaytodavíanohabíanirastrodeaquel

niñoimaginario.Teníasentido,¿verdad?Igualquepersonasdelomásracionalesjuranhabervistolucesrojasenelcieloofantasmasenespejosoalabominablehombre de las nieves en los parques nacionales, Darby Thorne se habíaimaginado lamanodeunniñoenel interiordelvehículodeundesconocidoycasiselohabíatomadoenserioycasihabíaactuadoconviolenciaporculpadeeseespejismoentrevisto.Lavidarealeraasí.Ytodoellonoeramásqueunmalentendido,unafalsaalarmay,derepente,a

Darby le entraron unas ganas enormes de regresar a la pequeña oficina deturismo donde el ambiente ya empezaba a cargarse.Ahora la compañía no leparecíatanmala.IntentaríaponerseajugaracartasconAshley,charlarconEdySandi.TalvezecharaunacabezaditaenelbancohastaqueelCDOTactualizaralafrecuenciadeemergenciasydieramásdetallessobrelaclimatología.Porque, al fin y al cabo, Lars no era un secuestrador. Era un asqueroso y

tartamudeaba y tenía un problema de piel en las manos, eso seguro, pero elmundo estaba lleno de gente asquerosa. La mayoría resultaban inofensivos.DadoqueelpropietariodelAstrotambiénloera,searmódevalor,presionóel

Page 50: En La Tormenta

móvilcontralaventanillatraseradelacamionetayactivólalinterna,queemitióuna luzblancoazuladacegadora.Soloparaacallarsusúltimassospechas,paraconfirmarquenohabíanada...Elrostrodeunaniñaledevolviólamiradadesdedetrásdelcristal.ADarbyselecayóelteléfono.LaluzdeLEDaterrizódeladoasuspies,enfocandohacialaoficinadeturismo

deWanapacomosifueraunfaroyproduciendosombrasrecortadasenlanieve.Se abalanzó sobre ella, la cubrió con lasmanos ahuecadasybuscó el botón atientas.Enlacamionetavolvíaareinarlaquietud.Laniñasehabíaretiradodenuevo

alaoscuridad.Darby, al igual que la vez anterior, apenas la había visto un instante. Pero

gracias a la luminosidad de la linterna, la imagen persistía en su retina, comodespués de mirar al sol. Los detalles seguían presentes. La forma oval de surostro. Tenía unos seis o siete años y el pelo enmarañado. Ojos grandes, queparpadeaban por la luz. Una cinta negra pegada cruelmente en la boca, quebrillabapor losmocosquelecaían.Estabadetrásdealgometálicoyenrejado,comouna jaulade alambrenegro.Tal comohabía sospechado laprimeravez.Unajaulaparaperros.«Oh,Diosmío.Tienelabocatapadaconcintaaislanteyestámetidadentrode

unajauladeperro.»Darbyseestremecióporprimeravezdesdequehabíasalido.Diolaimpresión

de que todo el calor de su cuerpo se esfumaba en un único instante de vigor.Todoquedabaconfirmado.Todoeracierto.Todoeraexactamentetalcomohabíasospechado.Todoestabasucediendo,enaquelinstante,encoloresvivos;lavidade una niña estaba en juego y el gran combate de esa noche sería entre unaestudiantedeartefaltadesueñoyundepredadorhumano.Volvióaponerseenpie.VolvióaprobarlapuertatraseradelAstro,comounaestúpida.Seguíacerrada

conllave.Esoyalosabía.Probóentonceslapuertadelconductor.Nopensaba,

Page 51: En La Tormenta

actuaba por instinto. Solo reflejos, con los nervios a flor de piel. Forzaría elmonovolumendeCaradeRoedor.Ibaasacaraesaniñadeallí,costaraloquecostase,yaesconderlaensuHonda.Enelmaletero,quizá.Ahíestaríaasalvo,¿no?Sirompíaelcristalharíaruidoydejaríapruebas.Encambio,Darbyatisbópor

la ventanilla del conductor. El interior delAstro estaba lleno de recibos en elsalpicadero y de envoltorios amarillos de hamburguesa en los asientos. Losposavasosestabanllenosdevasosdeplásticovacíosdetamañogigante.Apartólanievereciéncaídaybuscóelsegurodelacerraduradetrásdelcristalhelado,sí,ahíestaba.Menosmalqueerauncocheantiguo...«Darby,piénsatebienloqueestáshaciendo.»Se agachó y se arrancó el cordón de la zapatilla derecha. Apretando los

dientes,hizounnudocorredizoenelmedio.Lotensó,comounlazoparaganadoenminiatura.Solohabíahechoaquellounavez.«Darby,para.»Deningunadelasmaneras.Retirómásnievedelapartesuperiordelapuerta

con la palma de la mano y fueron cayendo pedacitos de hielo. Introdujo elcordónporlaesquinasuperiordelapuerta.Sujetóelmetalytiróconlayemadelos dedos, lo suficiente para disminuir la presión entre la puerta y el marco.Apenasunmilímetroodos.Alcabodetreintasegundosdeforcejeo,elcordónsedeslizóporelhuecoyquedócolgadodetrásdelcristal.«Para.»No podía. Fue bajando el cordón milímetro a milímetro hasta que el nudo

llegóalseguro.Entoncesseprodujounmilagro:el lazocayójustoencimadelseguroylorodeóenelprimerintento.Eralapartemásdifícil,lapartequehabíatardadocuarentaycincofrustrantesminutosensuperar laúltimavezpero,porincreíblequepareciera,Darbyahoralohabíaconseguidoalaprimera.Eraunaseñalprometedora,comoqueDiosestabadesulado.Deseóqueasífuera.Supartemássensataseguíaprotestando.«Darby,noseasimpulsiva.Cuando

Page 52: En La Tormenta

laliberes,¿qué?Nopuedesllevarladentro.NopuedesesconderlaenelmaleterodeBluetodalanoche.Paraempezar,daunpasoatrás...»No.Nopodíapensarenotracosaqueenlaniña.Laimagendeaquellacarita

aterrorizadaleardíaenlamente.«Piénsatelobien...»Sesituóalaizquierdadeslizándosealolargodelperímetrodelapuertaytiró

del cordón en sentido horizontal. El nudo corredero se tensó alrededor delseguro, como una soga alrededor de un cuello. Acto seguido, se recolocó ensentidovertical, sujetóbien el cordóny tiró conunpocomásde fuerza (si seexcedía, el cordón se saldría del seguro y tendría que volver a empezar) y unpoco más, y otra vez, y el cordón tembló por la tensión y el seguro chirrió.Entoncessesintióobligadayyanofuecapazdeparar...«Darby,estanochevasamorir.»CLIC.Lapuertasedesbloqueó.Mientraselcorazónlelatíaconfuerza,Darbysujetóeltiradordelapuertayla

abrió y, para su horror, la luz del habitáculo delAstro se encendió.Un brillodeslumbrante.

LarsonGravervioluzenelexterior.Estaba agachado junto al expositor de folletos, leyendo el cuadernillo de

ColoradoAireintentandodiscernirsisuhelicópterodeturbinaRobinsoneraunR66 o un R44 cuando se dio cuenta. Un brillo en el extremo de su visiónperiférica. Un destello insonoro de la zona de aparcamiento, que se reflejabahaciaatrásenlaventana.Procedentedesumonovolumen.Leentróelpánicoysintióunnudoenelestómago.El resto de las personas que había en la sala permanecían ajenas a todo

aquello.AshleyyEdseguíanjugandoalascartas,susvocesseintercalabanconsuavidad:

Page 53: En La Tormenta

—Nuevedediamantes.—Ah,mehaspillado.Larscontuvoelaliento.Elánguloqueteníadelaluzdesconocidadelexterior

no era lo bastante bueno; quizá no fueramás que un reflejo en el cristal.Asípues, se guardó de cualquiermanera el folleto deColoradoAir en el bolsillo,donde se encontraría con Springs Scenic (un Cesna 172) y Rocky Vistas (unDHC-3Otter),yseacercócorriendoalaventanadepaneles.Alargóelcuelloparavermejor...

Darbyencontróelbotóndelaluzdelhabitáculoylopulsó.Oscuridaddenuevo.«Putamierda.»Lanzóungritoahogadoconelcorazónpalpitante.Lepitaban

los oídos por culpa del exceso de sangre.Había cometido una estupidez.Unaimprudencia.Erapeligroso.Habíaactuadosinpensaryhabíaestadoapuntodedelatarseporculpadelaluzactivadaporlaaperturadelapuerta.Detodosmodos,nadielahabíavisto.«Nohaypenasindelito,¿no?»«¿No?»La camioneta olía a sudor rancio. Le recordó el vestuario de un gimnasio.

Notó la funda del asiento de cuero pegajosa en contacto con los dedos. Unamaqueta de un avión en el salpicadero. El suelo era un mar de bolsas derestaurantesdecomidarápida,viscosasytransparentes,congrasasolidificadaenelinterior.Buscóatientaslaguanteracentralylaabrió,rebosantedebasura.Seimaginabaqueencontraríaunapistolaoalgoasí.Queríaprobarlaguantera,perosabíaqueahíhabríaotraluz,prestaaencendersecomouncabledetrampa.Nopodíavolveracorrerelmismoriesgo.Encontróloscierresinterioresenelpaneldelapuerta.CLIC-CLIC.Las puertas traseras delmonovolumenyano estabanbloqueadas.La cabina

estaba separada de la zona de carga por una rejilla metálica, como un

Page 54: En La Tormenta

confesionario católico.Con cuidado, salió rápido al exterior, recuperó el nudocorrederodel cordóndezapatos,palpóel seguroycerró suavemente lapuertadelconductorconlaspalmasdelamano.Veíalaventanadeledificioporencimadelcapódelmonovolumen.Temíaver

la silueta de Lars tras el cristal, intrigado por la luz del habitáculo, pero laventana seguía vacía. Solo veía la coronilla deEd y una parte del hombro deAshley,mientrasseguíanjugandoalascartas.Porahora,nopodíaquejarse.Darby recorrió con discreción el lateral izquierdo del monovolumen,

volviendo sobre sus pasos más allá del estúpido zorro de dibujos animados,pisando con dificultad los montículos de nieve. Se guardó el cordón en elbolsillo de los vaqueros; no tenía tiempo de volver a poner el cordón en lazapatilla. Rodeó la parte trasera delAstro, sujetó el tirador de la puerta de laizquierdaytiróparaabrirla.Laniñaestabadentrodeuna jaulaparaperros.Unadeesas jaulasde rejilla

negra que pueden plegarse para almacenarla plana.Aquella podía albergar unperrodeltamañodeuncollie,reforzadaconuncandadoydocenasdebridas.Laniñaestabaarrodilladaporquenohabíasuficienteespacioparaponersedepie.Sujetabalasrejasconsusmanitascomosiestuvieraenlaceldadeunaprisión.Teníalabocatapadaconcintaaislante,queformabaunasdoblecestorpes.Darbyolióunaacidezhúmeda.Orina.No fue capaz de hablar durante unos instantes. ¿Qué podía decir en esa

situación?Nohabíapalabras.Con labocapastosa,comosi sehubiera tragadouna cucharada de mantequilla de cacahuete, al final fue capaz de mover loslabiosydecir:—Hola.Laniñalamirabaconlosojoscomoplatos.—¿Es...estásbien?Laniñameneólacabeza.«Bueno,¿enserio?»

Page 55: En La Tormenta

—Soy...—UnaráfagadevientogélidohizoestremeceraDarbycuandocayóenlacuentadequenohabíapensadoningúnplanmásalládeaquelmomento—.Bueno,voyaquitartelacintaaislanteparaquepuedashablar.¿Deacuerdo?Laniñaasintió.—Alomejorduele.Laniñaasintióconmásfuerza.Darby sabía que le dolería; la tenía pegada hasta en el pelo. Lars la había

adheridoperezosamente alrededorde la cabezay eradel tipode cinta aislantequeseusapara loscableseléctricos. Introdujo lasmanospor loshuecosde lajaula y encontró el inicio de la cinta con las uñas. Despegó con cuidado laprimeravueltayluegolasegunday,mientraslaniñasequitabaelresto,Darbylepreguntó:—¿Cómotellamas?—Jay.—¿Conocesalhombrequeconduceestacamioneta?—No.—¿Tesecuestró?—Sí.—¿Entucasa?—Darbyreformulólapregunta—.Unmomento,Jay,¿dónde

vives?—1145FairbridgeWay.—¿Dóndeestáeso?—Alladodelgranalmacén.—No.¿Cómosellamalaciudaddondevives?—SanDiego.Darbyseestremecióaloíraquello.Nuncahabía idoencochehasta lacosta

Oeste.Larsdebíadellevarvariosdíasconduciendo,conesaniñaenjauladaenlaparte trasera. Eso explicaba los restos de comida basura. Echó un vistazo alinteriordelmonovolumenamedidaquelaspupilasseibanacostumbrandoalaoscuridad, llena de mantas y alfombras amontonadas para tapar la jaula.

Page 56: En La Tormenta

Estanteríasdecontrachapadoenlasparedes,todasvacías.Unascuantasbotellasde cristal deCoca-Cola, tintineaban por el suelometálico. Serrín. Clavos.Unbidónrojodegasolinaconunpitorronegro.RopainfantilhechaunhatilloconbolsasdeK-Mart,aunqueDarbydudabaqueLarshubieracambiadoaJayniunasolavezdesdequelahabíasecuestradoensuciudad.TanlejanacomoelsurdeCalifornia.—JustoalladodeCostco—explicóJay.Darbysefijóenel logocircularde lacamisetade laniñay loreconoció:el

dispositivocirculardelosjuegosdePokémon.UnaPokéBall,recordódelaappdel iPhone que durante algún tiempo había causado furor en el campus de suuniversidad.—¿Cómotellamasdeapellido?—Nissen.—¿Es...?—Darbyagitóelcandadocircularquecerrabalapuertadelajaula

—.¿Jayeslaabreviaturadealgúnnombre?—Jaybird.—No,merefieroaunnombremáslargo.Como...¿Jessica?—Jayasecas—respondiólaniña.«JayNissen.Sieteaños.DesaparecidaenSanDiego.»Darbycayóen lacuenta:habría salidoen lasnoticias.Acababade forzarel

vehículo de un hombre (lo cual ya era delito de por sí) y estaba tomandodecisiones,enesemismoinstante,queconposterioridadtendríaquerecitarenlasaladejuicios.Losabogadosseríanmuyquisquillososcontodoslosdetalles.Sisobrevivía, tendría que dar explicaciones acerca de todas y cada una de lasdecisionesquehabíatomado,lasbuenasylasmalas.Hastaelmomento,loúnicoquehabíaconseguidoerapreguntaralaniñasecuestradaconlabocatapadaconcintaaislantesiestaba«bien».ADarbysiempreselehabíadadofatalhablarconniños.Nicuandohacíade

canguro se le había despertado el instinto maternal. Los niños eran un rollo,pequeñas criaturasbelicosasque la estresaban.Amenudo sepreguntaba cómo

Page 57: En La Tormenta

habíaconseguidosumadrelidiarconella,sobretodoteniendoencuentaqueelembarazonohabíasidoplaneado.Suhermanamayorhabíasidounahijadeseada,porsupuesto.Laprimogénita

estimada.Pero tres añosdespués llegóDarby, trasuna separaciónmatrimonialdemoledora. El papeleo del divorcio, el pago del alquiler con retraso y lasnáuseasmatutinas. «Pensabaque teníaunagripe estomacal envezde a ti», ledijosumadreenunaocasiónconunasonrisasocarrona.Darbynuncasupocómosentirseantetalcomentario.«Penséqueteníaunagripeestomacalenvezdeati.»«IntentématarteconTheraflu.»EntonceslaniñasecuestradalevantólaotramanoparasujetarlajaulayDarby

sediocuentadequeestabavendada.Jayteníalapalmaenvueltayselladaconmásvueltasdecintaaislantedeformachapucera.Estabademasiadooscuroparadistinguirlosdetalles.DarbytocólacintayJayseapartóconbrusquedad.—¿Te...tehizodaño?—Sí.Leembargóunarabiaprofunda.Noselopodíacreer...esanocheempeorabaa

cada segundo que pasaba... pero calmó la voz y preguntó, castañeteando losdientes:—¿Quétehahechoenlamano,Jay?—Sellamatarjetaamarilla.—¿Tarjetaamarilla?Laniñaasintió.Darbynosabíaquépensar...¿Comoenelfútbol?Jaybajó lamanoheridayal recostarse la jaulachirrió.Darbynotóqueuna

especiedecostrarecubríalosbarrotes.Sedescamóencontactoconlayemadesusdedosydespidióunoloracobre.Escamasdesangreseca.«Tarjetaamarilla.»«Eseeseltipodepsicópataalquemeenfrento...»

Page 58: En La Tormenta

Aquincemetrosdedistancia,lapuertadelanteradeledificioseabrióy,actoseguido,dioungolpealcerrarse.Jaysequedóparalizada.Unos pasos se acercaban con rapidez. El hielo crujía bajo las botas. Darby

vaciló en el sitio, inclinada hacia el interior de la parte trasera del ChevroletAstro del secuestrador de la niña. Con medio cuerpo dentro y el otro mediofuera.Temíamoverse,temíaquedarse.Paralizadaporelcrecienteterror,miróalosojosabiertoscomoplatosde laniñamientras laspisadas seacercabanconpasodecididoenlaoscuridad.Yotrosonido,queseacercabarápido.Respirandoporlaboca.

Page 59: En La Tormenta

21.39h

¿Huiroesconderse?Cuando Lars se acercó a sumonovolumen, Darby optó por esconderse. Se

deslizó rápidamente al interior del vehículo, dobló las rodillas y cerró concuidadolapuertatrasera,peropillóunatoalla.Lospasosdeélcrujíanmáscerca.—Mierda...Tiródelatoallahaciadentroycerrólapuertaconcuidadohastaqueemitióel

clic deseado. Entonces se encontró cerrada dentro del monovolumen deldepredador,encajadaentrelapuertatraseraylajauladeperrodeJay.Seagachóalmáximo,contorsionándoseafindecaberenaquelespacioreducido.Setapócon un montón de mantas y alfombras ásperas. Las botellas de Coca-Colatintineabandebajodeella.Eloloracerradodelasmantasparaperro.Lafrentepresionadacontra la fríapuertademetal,elcododerechoformandounánguloextraño detrás de la espalda. Se esforzó para controlar la respiración, parasilenciar las bocanadas de aire que daba con desesperación: «Inhala. Cuentahastacinco.Exhala».«Inhala.Cuentahastacinco.Exhala.»«Inhala.Cuentahasta...»Entonces oyó los pasos de Cara de Roedor rodeando el lado derecho del

vehículo,dejandoatráseldibujodelzorroqueempuñaba la remachadora,másalládellemaACABAMOSLOSQUEEMPEZAMOSypasarentreelmonovolumenysuHonda. Notó en la boca el sabor mareante de una mezcla de susto yreivindicación: sihubieradecididohuirenvezdeesconderse,él seguroque lahabría visto. Seguía acercándose, resollando ligeramente entre los dientes

Page 60: En La Tormenta

excesivamentepequeños,yDarbyviopasarsusiluetajuntoalaventanatraseraporencimadesucabeza.Separóallí,miróal interior,a treintacentímetrosdeella,mientrassualientoempañabaelcristal.Darbycontuvolarespiración.«Siabreesapuerta,estoymuerta....»Pero no la abrió. Siguió caminando y completó la vuelta alrededor del

monovolumenhastallegaralapuertadelconductor.Cogiólamanecilla.Darbyoyóelchirridode lapuertaen lasbisagrasviejasy la suspensióndelvehículocedió con el peso de una tercera persona que se inclinaba en el interior. Eltintineodelasllavesdelcocheenuncordelrojo.Con un ojo destapado y con cuidado de no tocar las botellas de cristal que

rodabandebajodeella,Darby lanzóunamiradaaJay,queseguíadentrode lajaula,ysellevóuníndicetemblorosoaloslabios:«Sshh».Jayasintió.Larssesorbiólosmocosenelasientodelconductor,seinclinóhaciadelantee

introdujolallaveenelcontacto,perosingirarla.Darbyoyóunaexhalaciónlargaymeditada.Actoseguidollegóelsilencio.Demasiadosilencio.«Algonovabien.»Esperó mientras notaba pitidos en los tímpanos por culpa del aumento de

presión. Los músculos del cuello se le tensaron. La respiración se le quedóatrapada en los pulmones hinchados. Cara deRoedor era una silueta negra alvolante,separadaporunamamparaderejillayrecortadacontra lanieveopacaen el parabrisas. Con el ojo que tenía destapado,Darby vio que Lars tenía lacabezagiradadelado.Estabamirandohaciaarribayhacialaderecha.HacialaluzdelhabitáculodelAstro.Laluzqueellahabíaapagado.«Oh,no.»Imaginabalospensamientosqueibanformándosecentímetroacentímetroen

lamentedeél.Seestabapreguntandoporquéla luznosehabíaencendidodeforma automática al abrir la puerta del conductor, como era habitual. ¿Qué

Page 61: En La Tormenta

sugería aquello? Que alguien más había entrado en el monovolumen. Que,habiendo examinado con cuidado las huellas del exterior, alguien seguía en elinterior del vehículo, enterrado bajo una alfombra mohosa de los navajos,sudandoytemblandoporculpadelpánicoquelaestabasacandodequicio...Larsgirólallave.ElmotorseencendióconsuavidadyDarbyexhalóaliviada.Larsseencorvó

haciadelanteenelasientoyorientólasrejillasdeventilación.Giróelbotóndelacalefacciónalmáximo.ColocóelgorrodeDeadpoolenelsalpicaderojuntoalaviónenminiaturaehizocrujirunenvoltoriodecomidarápida.Darbyoyómovimientoasulado.EraJay,quevolvíaasellarselabocaconla

cintaaislante.«Chicalista»,pensó.Los siguientesveinteminutos leparecieronhorasmientraselmonovolumen

seiballenandodecaloryhumedad.Larsdejóelmotorenpuntomuertoybuscóunaemisoraderadio.Soloencontródistintosnivelesdeinterferenciasconfusas,la voz robotizada de la transmisión del CDOT y, de nuevo, el puto WhiteChristmasdeBingCrosby.«Nopuedo librarmedeesacanción»,pensóDarby.«Seguroque la tocanen

mifuneral.»Siemprehabíaimaginadoqueparaentoncesyasehabríaninventadolos coches voladores. Ahora, escondida de cualquier manera en la camionetahúmedadeunsecuestrador,respirandoporlanariz,noestabatanconvencida.Como era de esperar, Lars escuchó toda la canción, lo cual significó que

Darbytambién.Elhechodeescucharlaletrahizoquelaapreciaraunapocomás.Darbysiemprehabíasupuestoquehablabadelanieve,peroresultaqueteníauncomponente de añoranza y melancolía. Mientras Bing Crosby canturreaba,imaginóaunpobremuchachogranjeroreciénsalidodel instituto,agachadoentierraextrañayhelada, luchandoenunaguerraquenada teníaqueverconél,soñando con los seres queridos que había dejado en su hogar. Se identificababienconesaúltimaparte.ProbablementeLarsnoestuvierapensandotantoenlacanción.Mascabauna

barritadeBabyRuthhaciendoruido.Semetióeldedoenlanarizyobservósus

Page 62: En La Tormenta

hallazgosgraciasalbrillodelsalpicadero.Setiródospedos.Elsegundolehizoreírse comoun tontoyde repente sevolvióy sonrióhacia laparte traseradelmonovolumenconlabocallenadedientespequeñosypuntiagudos,yaDarbyseleencogióelpecho;teníaelcorazónenunpuño.—Localientoporti—dijo.Estabamirandola jauladeJayen laoscuridad,perono teníani ideadeque

tambiénmirabadirectamenteaDarby,cubiertaapenasporunacapadetejidoyconunojofuera.Bastaríaconunpocomásdeluz.«Meestámirando.»La sonrisa de Cara de Roedor se desvaneció, pero seguía teniendo la vista

clavadaenalgúnpunto.«Dios mío, me está viendo», pensó Darby, que sintió calambres en los

costados,comosiunasarañas le treparanpor lapiel.«Estáacostumbrando losojosalaoscuridadyahorasabequeestoyaquíy,ohDiosmío,vaamatarme...»Setiróuntercerpedo.«Olootro,supongo.»Fueunolargo,comounbocinazo,yluegosoltóunacarcajadasecaquesonó

comoungritoaltiempoquegolpeabaelasientodelpasajero.Estabasumamentesatisfechodesímismomientraslanzabapalabrasatropelladasasucautiva:—Denada... de nada por este pedo colosal.Calentito y agradable, ¿verdad,

Jaybird?Darby oyó que la cinta aislante de Jay se arrugaba al inclinar la cabeza

ligeramente.Imaginóquelaniñaponíalosojosenblancocomodiciendo:«¿Vesloquehetenidoqueaguantar?»EntonceslasrisasqueLarssacabadelestómagosetransformaronentos.Era

unatoshúmeda,burbujeante,comosituvierasinusitis.Aquelloexplicabalodelarespiraciónporlaboca.Darbyteníalospiesapoyadoscontraelbidóndegasolinadequincelitrosque

habíavistoantesyentoncessefijóenqueasuladohabíaunsegundorecipiente

Page 63: En La Tormenta

blanco. Llevaba el logo de Clorex, apenas visible con la luz del salpicadero.Probablementefueralejía.«Quincelitrosdegasolina.»«Ylejía.»¿Productosparalimpiarlaescenadeuncrimen,quizá?Después de que la radio emitiera unas cuantas canciones navideñas más

(GrandmaGotRunOverByaReindeer,queél tarareó,ySilentNight,quenocantó),LarsapagóelmotordelAstroyseguardólasllavesenelbolsillodelachaqueta.Paraentonceselmonovolumeneraunhornoaveinticincogradosylasventanas estaban empañadas por efecto de la condensación. Gotas de luzbrillabanenelcristal.Atrapadabajolamantaasfixiante,Darbyteníalasmanoshúmedas y frías por culpa del sudor y la nieve derretida. Las mangas se leadheríana lasmuñecasy, debajo, tenía la sudaderadeArtWalk empapadadesudorporelmiedo.Larssaliórápidamente,seencasquetóelgorrodeDeadpoolyvolvióamirar

hacialaluzdelhabitáculo.Todavíalesorprendíaunpocoesedetalle.Peroactoseguido se dio la vuelta, se tiró un último pedo con toda la intención en elinteriordelvehículo,loventilóconlapuerta,cerróaJay(yaDarby)alládentroysemarchó.Darby escuchó cómo se iban apagando sus pisadas. Luego, a lo lejos, oyó

cómoseabría lapuertadelanterade laoficinade turismoysecerrabaconunsuaveclic.Silencio.Jaysedespególacintaaislantedelaboca.—Setiramuchospedos.—Yamehedadocuenta.—Creoqueesporculpadelashamburguesas.Darbysequitólamantapinchudadeloshombrosyseapartólosmechonesde

pelohúmedodelacara.AbriólapuertatraseradelAstrodeunpuntapiéysalió.Fue como salir de una sauna. Tenía las Converse empapadas, los calcetines

Page 64: En La Tormenta

blandos ymojados en el interior y a la zapatilla derecha todavía le faltaba elcordón.—Le pone salsa ranchera a todo—continuó Jay—. En los restaurantes de

comidarápidaparallevarenelcoche,pideunvasoconlasalsaparamojarlaspatatas,peroesmentira.Lavierteporencima...—Bueno.Darby no la estaba escuchando. La temperatura bajo cero resultaba

vigorizante, como despojarse de veinticinco kilos de jerséis. Volvía a sentirseágilyviva.Sabíaquéhacer,loquepasaesquenosabíacómodemonioshacerlo.Retrocedió,alzóeliPhoneehizodosfotosrápidas.Jay no parpadeó, seguía sujetando los barrotes de la jaula con los dedos

manchadosdesangre.—Tencuidado.—Lotendré.—Prométemequetendráscuidado...—Teloprometo.La niña le tendió la mano ilesa a Darby. Al comienzo pensó que quería

estrechársela,oquequeríaentrelazareldedomeñiqueoalgúngestoparecidodesupropiainfancia,peroJaydejócaerunacosaenlapalmadeDarby.Unacosapequeña,metálica,fríacomouncubitodehielo.Eraunabala.—Laencontréenelsuelo—susurróJay.EramásligeradeloqueDarbyhabríaimaginado,comounpequeñotorpedo

romo.Lahizorodardeizquierdaaderechaensupiel.Letemblabalapalmayestuvoapuntodequeselecayera.Noesquefueraunasorpresaprecisamente,perosíunaconfirmaciónfunestadelpeordelosescenariosposibles.«Porsupuesto,Larstieneunapistola.»«Porsupuesto.»Tenía que haberlo imaginado. Aquello era Estados Unidos, donde tanto la

policíacomolosladronesllevanarmas.Donde,talcomopredicalaAsociación

Page 65: En La Tormenta

Nacional delRifle, lo únicoquedetiene aun tipomalo conpistola es un tipobuenoconpistola.Suenacursi,peroesunaverdadcomountemplo.Nuncahabíamanejado un arma ymuchomenos disparado, pero en esosmomentos habríavendidosualmaporcontarconuna.SediocuentadequeJayseguíaobservándola.Normalmenteodiabahablarconniños.Siemprequesequedabaatrapadacon

sus sobrinas o con los hermanos pequeños de sus amigas los trataba comoadultos tontos demenor tamaño. Pero ahora le parecía fácil.No le hacía faltamedirlaspalabras.Decíaloquepensabaynoteníaqueadaptarellenguajeparadarlemáspoder.—Jay,teprometoquetesacarédeaquí.Tesalvaré.

Page 66: En La Tormenta

22.41h

Darby no había visto a su padre en once años, pero hacía dos años, comoregaloporacabarlasecundaria,leenvióunanavajasuiza.¿Lomásgracioso?LatarjetaHallmarklafelicitabaporhabersegraduadoenlauniversidad.«¿Cómo?»Peroelregalonoestabamal.Eraunadelasvariantesrojasdelejércitosuizo

quesedesplegabaenformadeabanico:sacacorchos,cortaúñas,limadeuñas.Y,porsupuesto,unahojadentadadecincocentímetros.Sololahabíautilizadounavez,paraayudaraabrirelrevestimientodelpaquetedetaponesparalosoídosdesucompañeradehabitación;luegosehabíaolvidadodeellaparaelrestodesusestudios.LaguardabaenlaguanteradeBlue.Ahoralateníaenelbolsillo.Comoelcuchillodeunaprisión.Estabasentadaenelmostradordepiedradelcaféconlaespaldaapoyadaenla

persianadeseguridadylasrodillasdobladasjuntoalpecho.Desdeahídominabatodalasala:EdyAshleyqueacababansuenésimapartidadePesca,SandiqueleíasunovelayLarsquevigilabalapuertadesdesulugarhabitual.Del asiento trasero delHonda que tenía fuera, de debajo de las láminas de

papeldearrozparaloscalcosdelápidas,tambiénhabíacogidounlápizazulyunadesuslibretasdepapelpautadodelauniversidad.Lateníasobreelregazo.Enlaprimerapáginahabíagarabatos.Formasabstractas,sombreadas.Enlasegundapágina,másgarabatos.¿Yen lapágina tres?PosiblementeDarbyhabíahechoelmejoresbozo,que

ocultabaconcuidado,deunrostrohumano.Eracasiperfecto.HabíaobservadoaLars, cada centímetro de su cuerpo encorvado. Sus patillas rubias, los dientesdelanteros superpuestos, su mandíbula con pelusilla y la frente inclinada. La

Page 67: En La Tormenta

forma en «V» pronunciada del nacimiento del pelo. Incluso había captado eltenue brillo de sus ojos. A la policía le resultaría útil; incluso quizá lodifundieranenlosmediosparaayudarenlapersecuciónsubsiguiente.Tambiénteníalamarca,elmodeloylamatrículadelmonovolumen.MásunafotoborrosadelaniñadeSanDiegodesaparecida.QuedaríademaravillaenlaCNN,ampliadaenlaspantallasLCDdecuarentapulgadasdetodoelpaís.Pero¿bastaba?Ahoraeraimposibleconducir,peroalamañanasiguiente,cuandollegaranlas

quitanieves y abrieran Backbone Pass al tráfico, Lars cogería a Jay y semarcharía. Aunque Darby consiguiera llamar al 911 de inmediato, la policíatendríaqueempezaraactuarapartirdelaúltimaubicaciónconocida.Alomejorlopillaríanoalomejorno.Tendríatiempomásquesuficienteparaescabullirsepor la red viaria desigual, de desvanecerse en elmundo, lo cual supondría lapena de muerte para Jay Nissen, de siete años. Jaybird Nissen, o como sellamara.Segúnelmaparegionaldelapared,lacarreteraestatal7secruzabaconotras

doscarreterascercadelpuertodemontaña.Ademásdeunacarreterainterestatalimportantequediscurríacomounavenahaciaelnorte. IndependientementedequeLarsfuerahaciaelesteoeloeste,dispondríadeinfinidaddevíasdeescape.Trasunexamenmásdetallado,tambiénseenteródequeeláreadedescansodeWanapa (Diablillo) se encontraba treinta y cinco kilómetros colina abajo. Enrealidad ellos se habían quedado atrapados en Wanapani. Antes habíainterpretado mal el mapa. Estaban treinta y cinco kilómetros más lejos de lacivilización.Enpayute,Wanapanisignificaba«GranDiablo».Noeradeextrañar.Darbyseguíateniendolabalaenelbolsillo.Lahabíaobservadobajolasluces

verdes del fluorescente del servicio de mujeres. El extremo romo de la balaestaba dividido en cuatro cortes transversales que parecían deliberados, poralgún motivo desconocido. La parte inferior, el borde de latón, tenía los

Page 68: En La Tormenta

siguientescaracteresinscritos:.45LIC.Enlaspelículasdepolishabíaoídohablarde pistolas que se llamaban «del cuarenta y cinco». Pero le estremecía pensarqueahíteníaunadeverdad,enlamismasalaqueella,ocultabajolachaquetadeLars.Apenasaunosmetrosdedistancia.HacíamásomenosunahoraqueDarbyhabíatenidoesacorazonada,peropor

fin lo estaba asimilando. La descripción de un sospechoso y una foto borrosamedio chapucera no bastarían. A los medios les bastaría para calificarla deheroínasilacosasalíabien,peronoeransuficientesparagarantizarelrescatedeJay.Posteriormente, si la policía nunca encontraba a Lars, ¿qué diría ella a los

pobrespadresdelaniña?«Sientoquevuestrahijahayamuerto,perollaméalapolicía,anotélamatrículayrecurríatodosloscanalesadecuados.Einclusohiceundibujo.»No,teníaqueactuar.Ahí, esanoche.Enaquellaáreadedescansoaisladapor lanieve.Teníaque

inmovilizaraLarsantesdequelasquitanievesllegaranalamanecer.Dealgunamanera.Hastaahíllegabasuplan.Diounsorboalcafé.Erael terceroquesetomaba,amargoynegrocomoel

azabache.Siemprelehabíanencantadolassustanciasestimulantes,elcafésolo,el Red Bull, Full Throttle, Rockstar. Pastillas de cafeína. El Adderall de sucompañera de habitación. Cualquiera cosa con tal de conseguir el efectoestimulantealqueeraadicta.Eraelcombustiblequelahacíapintaralóleoyalpastel como un cohete. Las sustancias depresivas, como el alcohol o lamarihuana, eran el enemigo. Darby prefería ir por la vida con los ojos bienabiertos,atormentada,corriendo,porquesinuncadejasdecorrer,nuncatepillan.DabagraciasaDiosporello,porelsubidónqueleprovocabalacafeínaácida.Porqueesanoche,deentretodaslasnoches,necesitabamantenersuagudezaalmáximo.Sefijóenunviejo relojanalógicosituadoencimadelmaparegional,con la

Page 69: En La Tormenta

temáticadeGarfield.Enel centroGarfieldcortejabaalpersonaje femeninodecolor rosa, Arlene, con un puñado de flores apenas esbozadas. La manecillapequeñadel reloj indicabaqueeracasimedianoche,perosediocuentadequeiba una hora adelantado. Alguien se había olvidado de realizar el cambio dehorariodeinvierno.Todavíanoerannilasonce.Siseparabaapensarlo,noestabaseguradequé leresultabamásenervante,

quedarsesintiempooquelesobrara.Mientrasterminabaelesbozo(sombreandolafrenteabultada,quelerecordabaaunfetohumano)sediocuentadequeLarsporfinempezabaacongeniarconlosdemás.Porlomenos,ahorahabíaunpocomásdedinámicadegrupo.AshleyenseñabaaLarsyaEdun trucodecartas,algoquedenominó«rotaciónmexicana».PorloqueDarbyoyó,dabaslavueltaa una carta utilizando otra que tuvieras en la mano, aunque en realidad lascambiabas.Delantedelasnaricesdetodos.ALarslehabíafascinadoeltrucoyAshleyparecíaencantadodetenerpúblico.—Oseaqueporesoganascontinuamente—dijoEd.—Notepreocupes.—Ashleydesplegóunasonrisadepícaroyalzólasmanos

—.Teganocontodaslasdelaley.Perosí,sisemepermitefardarunpoco,unavezganélamedalladeplataenunconcursodemagia.—¿Ah,sí?—bufóEd.—Sí.—¿Yesoesimportante?—Porsupuestoqueesimportante.—¿Ensegundodeprimaria?—Lo cierto es que fue en tercero. —Ashley barajó las cartas—. Muchas

gracias.—¿Llevabasunesmoquinpequeño?—Esobligatorio.—¿Cómoestáelmercado laboralpara losmagosquegananunamedallade

plata?

Page 70: En La Tormenta

—Cadavezpeor.—Ashleyaparcólosnaipesconunchasquidodelalengua—.Estudiéparasercontable.Y,adecirverdad,ahíesdonderadicalaverdaderamagia.Edseechóareír.Lars había estado escuchando la conversación, frunciendo los labios con

pelusilla,yaprovechólapausaparaintervenir.—Vaya...oseaque...¿lostrucosdemagiaerandeverdad?La tormentadenieve se intensificó en el exterior.Laventana crujía bajo la

presión de las ráfagas de viento. Ashley lanzó una mirada a Ed para ver sisonreíacomplacido(«¿Lamagiaesdeverdad?¿Enserio?»)yDarbyleobservómientrasdecidía si contestaba tal cual o si sepermitíaunpocode sarcasmoaexpensasdelsecuestradorinfantilqueibaarmado.«Nolohagas,Ashley.»AshleysevolvióhaciaLars.—Sí.—¿Enserio?Ashleydesplegóunaampliasonrisa.—Totalmente.Darbynotóque elmiedo le provocabaun temblor en el estómago cadavez

mayor.Comosertestigodelosinstantesqueprecedenaunaccidentedetráfico.Elchirridodelosneumáticosbloqueados,elpodercinéticopertinazdelimpulso:«Déjalo,Ashley.Notienesniideadeconquiénestáshablando...».—¿Oseaqueesdeverdad?—susurróLars.«Para,para,para.»—Oh,estodoverdad—repusoAshley,sacándoletodoeljugoalasituación

—. Puedo manipular el tiempo y el espacio, sacarme sorpresas de la manga,cambiar los recuerdos de las personas. Puedo engañar a la muerte. Esquivarbalas.Soyunhombremágico,Lars,hermano,yyo...—¿Sabescómocortaraunachicaporlamitad?—preguntóLarsderepente.Lasalaquedóensilencio.Laventanacrujióbajootroaullidodelviento.

Page 71: En La Tormenta

Darbybajódenuevolamiradayfingiógarabatearotravezconellápizazul,peroadvirtióconuntemoramargoqueLarslamirabadesdeelotroextremodela sala. Lars, el secuestrador infantil que parecía un niñato, con el gorro deDeadpool y una fascinación infantil por los trucos de magia, la mirabadirectamenteaella.Ashleyvaciló.Selehabíaatascadolamáquinadecontarmentiras.—Yo...pues...bueno...—¿Sabescómocortaraunachicaporlamitad?—volvióapreguntarLarscon

impaciencia.Mismo tono,misma inflexión.Seguía teniendo lamiradaclavadaenDarbymientrashablaba—.Yasabes.Laponesenunacajademaderagrande,comounaespeciedeataúd,yentoncesla...¿lacortasconunasierra?Edbajólavistaalsuelo.Sandidejódeleer.—¿Sabescortaraunachicaporlamitad?—repitió.Darbysujetóellápizconmásfuerza.Apretólasrodillasmáscontraelpecho.

CaradeRoedorestabaaunostresmetrosdeella.Sepreguntó,enelcasodequeél hiciera ademánde sacar la pistola del 45 de debajo de la chaqueta, si seríacapazdesacarse lanavajasuizadelbolsillo,desplegar lahojaycruzar lasalaconlarapidezsuficienteparaclavárselaenlagarganta.Apoyólamanoderechaenelmostrador,quelequedabacercadelacadera.Larsinsistióenvozmásalta:—¿Sabescortaraunachica...?—Sí—respondióAshley—.Perosologanaselorosisobrevive.Silencio.Noeraespecialmentedivertido,peroEdsoltóunarisitaforzada.Sanditambiénrio,aligualqueAshley.Larsinclinólacabeza,comosituviera

quehacerpasarelchisteporelengranajedesucerebro,yalfinalcedióyrioconellosylasalaquedóinundadadecarcajadassonoras.LasrisasresonaronenelambientecargadohastaqueDarbyvolvióasentirmigrañayleentraronganasdecerrarlosojosconfuerza.—Yaves,conseguílaplata—puntualizóAshley—.Noeloro...

Page 72: En La Tormenta

Bajo otra oleada de risas tensas y desplegando una amplia sonrisa, Lars seapartórápidamentelaprendadeabrigoysetocóalgoenlacintura.Darbysujetólanavajaque llevabaenelbolsillo...peroresultóqueélseestabaajustandoelcinturón.«Madremía.»Porlospelos.Detodosmodos,Larssehabíamovidoconrapidez.Fueconscientedequesi

hubieracogidolapistola,podríahabermatadoatodoslospresentes.Larsdabalaimpresióndeserlentoytorpe,hastaqueatacabaporsorpresa.—Medalla de oro —bromeó riendo entre dientes, tirando del cinturón

alrededordelculoesquelético,yseñalandoaAshleyconelpulgar—.Jaja,megustansuschistes.Esgracioso.—Oh,escuestióndetiempo—dijoAshley—.Acabaréresultandocrispante.Cuandosedesvanecieronlasrisasfalsas,Darbyprocesóotrainformación.Un

pequeñodetalle,perohabíaalgosumamenteinquietanteenlaformadereírdelsecuestrador. Daba la impresión de estar demasiado alerta. La gente normalparpadeaybajalaguardia.PeroLarsno.Reíaconlacara,perosusojosseguíanobservando.Escudriñóel rostrode todos losdemás,asimilando lasalacon laspupilas, calibrando la situación con frialdad mientras enseñaba su dentadurapuntiaguda.«Eselrostrodesonrisaestúpidadeldiablo,»concluyóDarby.«EselrostrodeunhombrequesecuestróaunaniñadesucasadeCalifornia.»Laslucesparpadearon.Unataquedeoscuridadgélida.Todosalzaronlavista

hacialosfluorescentespero,mientrasrecobrabanvidaylaestanciaseiluminabadenuevo,DarbyobservabaelrostroconpelusilladeLars.«Meenfrentoaesteelemento.»

Existe una hora, en la profundidad de la noche, en la que se dice que lasfuerzasdiabólicasestánensumáximoapogeo.LamadredeDarbysolíallamarla«lahorabruja»conunligerotonodevudúenlavoz.

Page 73: En La Tormenta

Esalastresdelamadrugada.Supuestamente se trata de cuando el demonio se burla de la Santísima

Trinidad.Deniña,Darbyhabía respetadoesta supersticiónaunquenunca se lahabíaacabadodecreer:¿cómoeraposiblequeunahoradeldíafueramásvilquecualquier otra? De todos modos, a lo largo de su niñez, siempre que sedespertabadeunapesadillaconlarespiraciónentrecortadayconlapielperladadesudor,mirabael teléfono.Erasobrecogedorquelahorasiemprerondaralastresdelamadrugada.Todaslasvecesquerecordaba.¿La noche que soñó que la garganta se le cerraba en la clase de sociales

cuando iba a séptimoyquevomitabaungusanodediez centímetros, pálido ehinchado,queseretorcíaensuescritorio?Las3.21h.¿La vez que un hombre la seguía obsesivamente camino del SevenEleven,

silbándole, y la acorralaba en los baños, sacaba una pistola diminuta y ledisparabaenlanuca?Las3.33h.¿Lavezqueunfantasmaalto,unamujerdepeloblancoconunafaldafloreada

ylasrodillastanflexiblesqueseledoblabanhaciaatráscomolapatastraserasdeunperro,apareciódandobandazosporlaventanadelahabitacióndeDarby,medio flotando y medio caminando, ingrávida y etérea, como una criaturasubmarina?Las3.00enpunto.Menudacoincidencia,¿verdad?«Lahorabruja»,solíadecirsumadremientrasencendíaunadesusvelasde

jazmín.«Cuandolosdemoniostienenelmáximopoder.»Entonces cerraba con un chasquido su encendedor Zippo para darle más

énfasisasuspalabras,clic.AhíeneláreadedescansodeWanapaninoeranmásquelasoncedelanoche,

peroDarbyseguía imaginandounaoscuridadquese ibaapoderandode lasala

Page 74: En La Tormenta

juntoconella,contodosellos.Algodotadodesentidosqueseagazapabaentrelassombras,aguardandolaviolenciaconciertovértigo.TodavíanohabíadecididocómoatacaríaaLars.Ya tenía memorizada la planta de la oficina de turismo. Era sencilla, pero

estaba repletadedetalles significativos.Unvestíbuloprincipal rectangularcondos baños separados por sexos, unas fuentes de agua potable deslucidas y uncuartoparasuministroscerradoconllaveconelletrerodeSOLOEMPLEADOS.Unmostrador de café de piedra y argamasa que rodeaba una cafetería cerrada,cortada al paso por unas persianas de seguridad con candado incluido. Unapuertadelanterabienvisibleconunabisagrachirriante.Unaventanaampliaquedabaalazonadeaparcamiento,mediobloqueadaporunsalientellenodenievetransportada por el viento. Y una pequeña ventana triangular en cada baño,encajadaeneltecho,atresmetrosdelsueloembaldosado.Igualquelaventanadeunaceldadeprisiónperosinbarrotes.Lorecordabaporqueleparecíaqueeraundetallequeotrosolvidarían.El exterior parecía otro planeta totalmente distinto. La luz de la luna

amortiguadaporlasnubes.Latemperaturahabíadescendidohastalosdieciochogradosbajocero,segúneltermómetrodemercurioquecolgabafuera.Lanieveacumuladaseamontonabahastalaalturadelaventana,procesoquenoparecíatenerfin.Elvientoaparecíaamododeráfagasestridentes,arrojandotorbellinosdenievesecaquegolpeteabanelcristalcomosifueranguijarros.—Ahoramismonomeiríamalunpocodecalentamientoglobal—dijoEd.Sandipasóunapágina.—Elcalentamientoglobalesunengaño.—Loúnicoquedigoesquemenosmalqueestamosdentro.—Esoesverdad—murmuróAshley,inclinandolacabezaendirecciónaLars

—,hastaquealguienacabaencerradoenunacajademaderaylocortanporlamitadconunasierra.CaradeRoedorhabíavueltoaapostarsejuntoalapuertamientrasechabaun

vistazoalexpositordefolletos.Darbynoeracapazdeasegurarquehubieraoído

Page 75: En La Tormenta

el chiste de Ashley. Deseó que dejara de tentar a la suerte. Era imposiblesostener aquella situación ochohorasmás.Tarde o temprano,Ashley acabaríapisandounaminaterrestreverbal.«Entoncesllegaránlasarmas.»Así es como podía acabar la noche. Que Darby supiera, aquella área de

descanso pública era tan inofensiva como una guardería. En la barra de lacafetería,másalládelaspersianasdeseguridad,nohabíamásquetenedoresycucharasdeplástico.Platosdepapelyservilletasmarrones.Habíauncuartodemantenimiento,peroestabacerradoconllave.Nipalancas,ni lanzabengalasnicuchillos de carnicero. Por desgracia, su mejor opción ofensiva era la hojaserrada de cinco centímetros de su navaja suiza. Se dio una palmada en elbolsillodelosvaquerosysetranquilizóalnotarqueseguíaahí.¿PodíaapuñalaraLarsconella?Ylomásimportante,¿lodetendríaasí?Nolo

sabía.Apenaspodíaconsiderarseunarma,pueserapocoprobablequepudieraatravesar las costillas. Tendría que pillar a Cara de Roedor desprevenido yclavárseladirectamenteeneltejidoblandodelagargantaoenlosojos.Nohabíatiempoparavacilaciones.Sabíaqueeraposible,peronoeradesdeluegoelplanA.«Elmorterorajadobajoelmostrador»,recordó.«Lapiedrasuelta.»Aquellopodríaservirle.Se levantó y se acercó almostrador de café fingiendo llenarse otro vasode

poliestireno. Cuando nadiemiraba, alzó el pie derecho, lo apoyó en la piedrasueltayseinclinóhaciadelante.Aplicóunpocodepresiónyfueaumentándola,altiempoquetoqueteabalapalancadelKAFÉparadisimularelruido,hastaquelapiedrasesoltóycayóconunclacenelsueloembaldosado.Lars,EdyAshleynisedieroncuenta.Sandialzólevementelamiradayluegosiguióleyendo.Cuando la mujer volvió a tener la vista fija en el libro de bolsillo, Darby

recogiólapiedra.Eraunpocomenorqueundiscodehockey,lisayconformadehuevo.Lobastantegrandeparapartirunoscuantosdientesoparalanzarcon

Page 76: En La Tormenta

fuerza.Seguardóenelbolsillo lapiedrafríayregresóasuasientodelbanco,haciendouninventariomental.Unanavajadecincocentímetros.Unapiedramediana.Yunaúnicabaladepistoladelcalibre45.«Voyanecesitarayuda»,concluyó.Porsupuestoquepodía intentarabatirellasolaaLars.Sorprenderle,herirle,

quitarle la pistola del bolsillo y tenerle inmovilizado hasta que llegaran lasquitanievesalamanecer.Atarlodepiesymanosconsucintaaislante,quizá.Ysiseibatodoalamierda,supusoqueestabapreparadamentalmenteparamatarle.Pero intentarlo entonces, sola, sería una gran irresponsabilidad. Necesitabacompartiresedescubrimientoconalgunodelospresentes,porsiLarsconseguíadoblegarla y esconder su cadáver sin que los demás se percataran. No podíasalvaraJaysiLarsacababamatándolaantesaella.¿Cuáleraladiferenciaentreunhéroeyunavíctima?Laoportunidadtemporal.Ashley,juntoalamesa,desplegabalascartasenformadeabanico,todasboca

abajoexceptounúnicoasdecorazonesbocaarriba.—Yestaestucarta.Larssoltóungritoahogado,comouncavernícolaaldescubrirelfuego.Edseencogiódehombros.—Noestámal.Desde el banco,Darby calibró a sus posibles aliados.AEd le faltaba poco

parallegaralossesentayteníaunabuenabarriga.SuprimaSandibienpodríaestarhechademaderadebalsaylacadepelo.Ashley,porelcontrario,pormuyhabladory crispanteque fuera, teníaunaespaldaancha, eramusculosoyágil.Porlaformacomosemovíapararecogerlascartasquecaíanalsuelo,laformacomo esquivaba las sillas... tenía una soltura en las extremidades superiores einferiorespropiadeunjugadordebaloncesto.Odeunmagosobreelescenario.Unmagodignodeunamedalladeplata.

Page 77: En La Tormenta

—Hazotro—loinstóLars.—Esteeselúnicotrucodeverdadquerecuerdo—reconocióAshley—.Todo

lodemáseracosadeniños.Mangasfalsas, trampillasenlosvasos,esetipodecosas.—Deberíashabertededicadoaesto—dijoEd.—¿Sí? —Ashley sonrió y, durante una fracción de segundo, Darby atisbó

dolorensumirada—.Bueno,lacontabilidadtambiénmolamucho.Larssesituócomounalmaenpenajuntoalapuerta,decepcionadoporquese

habíaacabadoelespectáculo.DarbyllegóalaconclusióndequesupróximopasoteníaqueserAshley.Por

lomenoseralobastantefuerteparaluchar.Lopillaríaasolas,enelbaño,quizá,y lecontaría lode laniña.Seaseguraríadequecomprendía lagravedadde lasituación; que, en esos momentos, la vida de una niña corría peligro en elexterior.AsítendríarefuerzoscuandoescogieraelmomentodeatacarydeteneraLars...—¡Oh!—Ashleydiounapalmadaquesorprendióatodoelmundo—.Yasé

cómopodemospasarelrato.Podemosjugaralahoradelcorro.Edparpadeó.—¿Qué?—Lahoradelcorro.—¿Lahoradelcorro?—Sí.—¿Quécoñoeslahoradelcorro?—Mitíaesmaestradepreescolar.Utilizaestaactividadpararomperelhielo

con grupos pequeños. Básicamente estamos todos sentados en círculo, comoahoramásomenos, y acordamosun tema, como«mimascotapreferida»o loquesea.Yentoncesnosvamos turnando,enel sentidode lasagujasdel reloj,compartiendolarespuesta.—Ashleyvacilóyfuerecorriendolosrostrosconlamirada—.Yporeso...poresosellamalahoradelcorro.Silencio.

Page 78: En La Tormenta

Alfinal,Edhabló.—Dispáramealacara,porfavor.Todoelmundovolvíaaestardistraído,porloqueDarbyregresóalmostrador

deLaColinadelEspressoycogióunaservilletamarrón.Laescondiódentrodelalibreta,sacólapuntadelboliconunclicygarabateóunmensaje.—Chicos,estamosaquíatrapadosporlanieveytenemosotrassietehoraspor

delante—insistióAshleyconvalentía—,venga.Vaaentrarnosclaustrofobiasinonosabrimosyhablamosunpocomás.Edsoltóungruñido.—Ahoraestamoshablando.—Puesentonceseslahoradelcorro.—Yoempiezo.—Portodoslossantos,Ashley,simehacesjugaralahoradelcorro,mañana

porlamañanacuandolleguenlasquitanievesseencontraránunáreadedescansollenadecadáveresensangrentados.Darbyocultólapuntadelboliconotroclic.«Esperemosqueno.»—Amímegustalahoradelcorro—tercióLars.Edexhalóunsuspiro.—Sí,claro,nomeextraña.—Bueno. Un buen tema para romper el hielo son las fobias, o vuestros

mayores miedos —dijo Ashley—. Así pues... empezaré yo esta ronda y oshablarédemimayortemor.¿Osparecebien?—No—repusoEd.Larshabíadejadoelfolletoyestabaescuchando.—Todos vais a pensar quemi fobia es rara—advirtióAshley—.No es un

miedonormal,comoalasagujasoalasarañas...Darbydobló la servilletadosveces conelmensaje en el interior.Sabíaque

estabaapuntodehaceralgoparaloquenohabíavueltaatrás.Eraelpuntosinretornodelanoche.Apartirdeentonces,unamiradaequivocadaounapalabrafueradelugarpodíanprovocarunestallidodeviolenciaeneláreadedescanso.

Page 79: En La Tormenta

—Pues bien, yo me crie en las Montañas Azules —explicó Ashley—. Depequeñosolíacaminarporlasvíasdetrenyexplorarlasviejasminasdecarbóncubiertasdetablas.Ahílascolinassoncomoelquesogruyer.Yaquellaminaenconcretonofigurabaenmimapa,peroporahíselaconocecomoChink’sDropo«lacaídadelchino».Sandifruncióelceño.—Ya.—Bueno—dijoAshley—,yasabéisquenoseapreciabamuchoaloschinos

enlaépocadelasminas.—Sí,yameloheimaginado.—Supongoqueunminerodebiódemorirporculpadeunacaíday...—Yalopillo.—Ydebíadeserchino.—Lopillo,Ashley.—Perdón.—Vaciló—.Así pues, eh, yo tengo siete años y soyun tonto del

bote.Paséarastraspordebajodelabarricadaeibasoloporquenoselohabíadichoanadie,yllevabaúnicamenteunalinternayunacuerda.ComounIndianaJonesenminiatura.Y,bueno,alcomienzodabamiedo.Meinternécadavezmásen el túnel, que iba estrechándose, más allá de las vagonetas demineral, poraquellasvíasdetrendelsigloXVIIIdestrozadas,cruzandounapuertabloqueadatrasotra.El sonidose transmitedeuna formacuriosaalláabajo, todo trinosytintineos.Yyocruzounaviejapuertademaderayapoyolamanoenlabisagracorroídaduranteunsegundomásomenos.Y...sucedealgoterrible.Darby advirtió que Lars había vuelto a centrar la atención en el folleto de

ColoradoAir,porloqueaprovechólaocasión.BajódelbancoysusConverseempapadasentraronencontactoconelsueloemitiendounchapoteo.Ashleyhizounmovimientobruscoparasimularuncorte.—Lapuertasecierra.Labisagrasecierra,comodosmandíbulasmetálicasy

oxidadas, y me machaca el pulgar, me fractura tres metacarpianos. Bum. Alcomienzo no me dolió. Me quedé conmocionado. Y la puerta pesaba ciento

Page 80: En La Tormenta

cincuentakilosderoblemacizo,imposibledemover.Yahíestabayo,soloenlaoscuridadmásabsolutayaochocientosmetrosbajotierra.Darbyseacercóaél.—Dos días sin comida ni agua. Me dormí unas cuantas veces. Sueños

horrendos. Fatiga, deshidratación. No tenía ninguna navaja, pero me planteéseriamentecortarmeelpulgar.Recuerdoobservarloconlalinternaquecadaveziluminaba menos y preguntarme con cuánta fuerza tenía que apoyar mi pesocorporalcontralabisagrapara...yameentendéis.Edseinclinóhaciadelante.—Todavíatieneslosdospulgares.Darby rodeó la silla de Ashley y dejó caer la servilleta en su falda con

disimulo.Comolosjóvenesquesepasannotasenelinstituto.Él se dio cuenta, pero acabó la historia tranquilamente y levantó el pulgar

haciaEdenungestoirónico.—Correctísimo.Resulta que lo únicoque tenía quehacer era esperar.Unos

adolescentes de otro pueblo entraron a la fuerza en Chink’s Drop y seencontraronconmigode repente.Mesalvéporuna suertede lomás tonta,metocólalotería.—Y...—Sandilomiró—.Tufobiacuáles...¿Quedarteatrapado?—No.Lasbisagrasdelaspuertas.—¿Lasbisagrasdelaspuertas?—Odio las bisagras de las puertas—reconocióAshley, estremeciéndose de

formaexagerada—.Meaterran,¿sabes?—Ah.Darbyseparójuntoalaventanaysepusoaobservarloscoposdenieveque

golpeabanelcristal.EsperóaqueAshleyleyeralanota.Porelrabillodelojolevio levantar la servilleta y desdoblarla bajo el borde de la mesa para leerladisimuladamente encima de la rodilla, sin queEd y Sandi le vieran. En colorazul chirriante Darly había escrito: REÚNETE CONMIGO EN EL BAÑO QUIERO

ENSEÑARTEUNACOSA.

Page 81: En La Tormenta

Élsequedóparado.Entoncessesacóunlápiznegrodelbolsillo,cavilóunosinstantesygarabateó

una respuesta. Acto seguido se levantó y se acercó a la ventana con gestodespreocupadoyalpasardeslizólaservilletaenlamanodeDarbycomosi talcosa.Lohizoconlanaturalidadpropiadeuncarterista.Darbyladesdoblóyleyóloquehabíaescrito.TENGONOVIA.Darbyexhalóunsuspiro.—Diosmío.Éllamiró.Ellalehablómoviendosololoslabios:«Noeseso».Élhablómoviendoloslabios.«¿Qué?»«No.Es.Eso.»Entoncesestaban losdosdepie juntoa laventanaenactitudsospechosade

espaldasalasala.ProbablementeLarslesestuvieramirando,preguntándosequéseestabandiciendocontantodisimulo.EdySanditambién.Ashleyletocóelhombroyvolvióapreguntarsinemitirningúnsonido:«¿Qué?»Darbysintióesaparálisisconocidaquelebloqueabaloshuesos.Comosubira

unescenarioyolvidarsedeldiálogo.Sihablaba, losdemás laoirían.Sino, searriesgabaamontarunnumerito.Elmundoenteroestabaalfilodeunanavaja.Se atrevió a echarunamiradapor encimadelhombroderecho, endirecciónaCaradeRoedory,talcomosetemía,lesestabaobservando.Tambiénsefijóenotrodetallequelehelólasangre.Lars había dejado una cosa blanca en el expositor de folletos. Un vaso de

espumadepoliestireno.Eldeella.ElcuartodelitrodeCOCOmalescritoquehabíallenadocomounaimbécily

habíallevadofuerahacíaunahora.Lohabíadejadoenlanieve,juntoalapuerta

Page 82: En La Tormenta

traseradelAstro, justoantesde forzar lacerradurayhablarconJay.Luegosehabíaolvidadodelvasoylohabíadejadoahífueraenlaoscuridad,dondeéllohabíaencontrado.Cercadeunmontóndepisadassuyas.«Lo sabe», concluyó. Y llegó a otra conclusión incluso peor, que ahora el

peligrosilenciosoeradedoblefilo.«Piensaatacarme.»«Igualqueyopiensoatacarleaél.»—Atrapadoenunaminadecarbón—SandirepitióparaEd—.Menudosusto.—Eh.—Edseencogiódehombros—.Yomehabríacortadoelpulgar.—Meparecequenoestanfácil.—Es un decir. Cuando tienes por delante un almuerzo con la dama de la

guadaña,¿quémásdanunoscuantoshuesecillosytendones?Larscontinuóobservándolesensilencioy loquemásasustóaDarby fueel

sosiego profundo y mudo de sus ojos. Un criminal con cierto instinto deconservación ya habría sacado la pistola. Pero Lars mostraba un desinterésescalofriante,despreocupado,susojillosinsulsoslaobservabancomosinofueraalgomásurgenteopeligrosoqueunvertidoenelsueloquehabíaquesecarconlafregonaenelplazodeunahoramásomenos.Esoeratodo.Otro pensamiento funesto se filtró en sumente y, en cierto sentido, estuvo

convencida de que se trataba de una profecía, que aparecía como una de lascartasdel tarotdesumadrequeolíanacerrado:«Estanocheesehombrevaamatarme».«Moriréasí.»VolvióamiraraAshleyylesusurró:—Sígueme.Ahoramismo.

Page 83: En La Tormenta

23.09h

SelocontótodoaAshleyenelserviciodecaballeros.Lacamioneta.Lajauladeperro.LaniñadeSanDiegoquesellamabaJay.La

cinta aislante, la mano ensangrentada, la amenaza desconocida de la tarjetaamarilla.Inclusolospedos.Ypormuybajitoquesusurrara,teníalaimpresióndeque sus palabras resonaban en el lavabo, rebotaban en las baldosas y en laporcelana.Estabaconvencidadequelosdemáslaoían.Ashleyexhalóclaramenteafectado.Lascuencasdelosojosseleoscurecieron

bajo los fluorescentes, comomoratones, y por primera vez en toda la noche,parecíaigualdecansadoqueDarby.Yotranovedad:sequedómudo.Darbyleobservabaintentandointerpretarsuexpresión.—Eso.—¿Eso?—repusoél.—Pueseso,quetenemosquehaceralgo.—Esobvio,pero¿qué?—Tenemosquepararle.—¿Pararle?Esoesmuyambiguo.—Ashleyvolviólavistaatrásparamirarla

puertadelbañoyseacercómásaella—.¿Terefieresamatarle?Darbynoestabasegura.—Diosmío,hablasdematarle...—Sinohaymásremedio.—Oh,Diosmío.—Ashleysefrotólosojos—.¿Ahora?¿Conqué?Darbyabriólahojadecincocentímetrosdesunavajasuiza.Ashleyahogóunacarcajada.—Seguroquetienepistola,¿sabes?

Page 84: En La Tormenta

—Losé.—Noestaráspensandoen...—Hedichoquelosé.—Darbyleenseñóelcartuchodepistoladelcalibre45

conunapalmatemblorosa—.Porqueséacienciaciertaquetieneunapistola.Élobservólabala.—Entonces¿quéplantienes?—Quelodetengamos.—Esonoesunplan.—Poresotelohedicho.Y¿sabesqué,Ashley?Ahoraestásimplicado.Son

lasonceydiezdeunjuevesporlanocheyhayunsecuestradordeniñosenlasalacontiguayunaniñaencerradaenunmonovolumendemierdaahí fuerayestaeslamanoquenoshanrepartido.Yahoralapreguntaes:¿meayudarás?Entoncesélparecióentender.—¿Estás...estássegura?—Segurísima.—¿QueLarslasecuestró?—Sí.—Selorepensó—.SiesquesunombreauténticoesLars.Ashley se pasó unamano por el pelo y dio un paso atrás. Se apoyó en la

puertadelcompartimento.APEYTONMANNINGLEGUSTAQUELEDENPORDETRÁShabíangarabateadoenla

puerta. Ashley respiraba con dificultad mientras se miraba los pies, como siintentaranodesmayarse.Darbyletocóelbrazo.—¿Estásbien?—Esquetengoasma.—¿Notienesuninhalador?—No.—Sonriótímidamente—.Esquenotengoseguromédico.Darbyadvirtióquequizásehabíaequivocadoal juzgaraaqueldesconocido

alto y moreno. Tal vez Ashley, exmago, parlanchín, estudiante del InstitutoTecnológico de Salt Lake City, no era tan capaz como había pensado. Pero

Page 85: En La Tormenta

entoncesrecordóelimpresionantejuegodemanosquehabíahechoaldevolverlelanota.Nisiquierasehabíapercatado.Laservilletasehabíamaterializadoentresusdedos,como...porartedemagia.Esoeraunagranhazaña,¿no?Ahorayahabíarecuperadoelalientoylamirófijamente.—Necesitopruebas.—¿Qué?—Pruebas.¿Puedesdemostraralgodetodoesto?DarbypasóconelpulgarlagaleríadeimágenesdesuiPhone.Detrásdeella,

lapuertadelbañoseabriódegolpe.EraLars.Cara de Roedor entró pisando fuerte, sus botas húmedas crujieron en las

baldosas.Así,derepente,elsecuestradorestabaenlamismaestanciaqueellos,respirando el mismo aire. La mente de Darby gritaba «¡Estamos acorralados,estamos los dos desprotegidos, no hay tiempo de escondernos en uncompartimento!»y la figura encorvadadeLarsgiróbruscamentepara situarsefrenteaellos,esacarasinmandíbulayconpelusillaquerespirabaporentreunosdientesdebebé...EntoncesAshleysujetólacaradeDarbyconlaspalmasenlasmejillas...—Unmomento...YpegósubocaaladeDarby.«¿Qué?»EntoncesDarbycomprendió.Trasotro segundodecorazónpalpitante, entró

eneljuegoypresionósucuerpocontraeldeél,entrelazándolelosdedosdetrásdelanuca.Ashleylemanoseólaespalda,lascaderas.Teníasualientocálidoenelinteriordesuboca.Durante varios segundos que se hicieron eternos, Lars les observó. Luego

Darbyvolvióaoírsuspisadaschirriantesendirecciónaloslavamanos.Ungrifoque se abrió.El agua que brotó.El dispensador de jabón presionado una, dosveces.Seestabalavandolasmanos.

Page 86: En La Tormenta

DarbyyAshleysiguieronalosuyo,conlosojosbiencerrados.ParaDarbynohabía resultado tan extrañamente embarazoso ya que, desde tercero desecundaria,Tolonohabíadejadodesobarlaydepellizcarladondenotocabaconla respiración entrecortada. O besaba de puta pena o es que ni siquiera lointentaba; la lengua de él era como una babosa muerta en la boca. Tras unadolorosaeternidad—«Nopares,nopares,él siguemirándonos»—,oyóqueelaguadejabadecorreryqueLars rasgabayarrugabauna toalladepapel.Otrolargosilencioy,porúltimo,saliódelbaño.Lapuertasecerróconunclic.DarbyyAshleysesepararon.—Elalientotehuelefatal—dijoél.—Losiento,hoymehebebidoseisRedBull.—Casinada...—Toma.—Empujóelmóvilhaciaél:unafotooscuradeJayenjauladadetrás

de los barrotes. Solo estaban enfocadas las uñas ensangrentadas de la niña—.¿Querías pruebas? Esto es lo que nos jugamos. Está ahí fuera, en elmonovolumen, a ciento cincuenta metros de este edificio, aquí mismo, ahoramismo.Ashleyapenasmirólafoto,yateníalaprueba.Asintiónerviosoytomóotra

bocanadadeaire.—No...nohavenidoaquíalavarselasmanos.Havenidoavigilarnos.—Yahoratútambiénestásmetidoenesto.—Deacuerdo.—¿Deacuerdo?—Deacuerdo.—Exhalóunsuspiro—.Pues...hagámoslo,supongo.Darbyasintióconfuerza.Perosumentesehabíadesviadorápidamentehacia

elcáncerpancreáticodesumadre.Todo aquello... las penosas veinticuatro horas que conducían a esto... le

parecían como una vida entera; una vida de la que se apartaría gustosa. Elrecuerdo la alcanzó como un perdigón en el estómago. Todavía no había

Page 87: En La Tormenta

conseguidocoberturaenelmóvil.Todavíanohabíadescifradoelsignificadoqueocultabael textocrípticoyestúpidodeDevonqueahorahacíayavariashorasquehabíarecibido:«Ahoramismoestábien...».—¿Darby?Ashleylaestabamirando.—Vale, sí.—Se serenó, se secó la salivadeéldel labioyparpadeóbajó la

fuerteluz—.Tenemosquepillarporsorpresaaesecabrón.Ydadoquesospechaquelosabemos,nonosquitaráelojodeencima.—Aunque seael caso,nonosvaabastar conesecuchilloparamantequilla

quetienes.—Oseaquelegolpeamosenlacabeza.—¿Conqué?—¿Túquétienes?Ashleycaviló.—Tengo...tengoungatoenelcoche,creo...Erademasiadoevidente,pensóDarby.Nopodíaesconderse.Peroseleocurrió

unaideamejor.IntrodujolamanoenelbolsillodelosvaquerosysacólapiedradecorativaquehabíahechocaerdelmostradordecafédeWanapani.—Estoirámejor.—¿Unapiedra?—Quítateelzapato.Ashleyvacilóyluegoseapoyóenlapuertadelcompartimentoysequitóel

zapatoizquierdo.—Ahoraelcalcetín—instóella—.Porfavor.—¿Porquéelmío?—Loscalcetinesdemujersondemasiadocortos.Ashleyletendióuncalcetíntobillerodecolorblanco,cálidocomounapretón

demanosyuntantoamarillento.Élhizounamueca.—Tengolalavadoraestropeada.Darbytensóelcalcetín,deslizólapiedraenelinteriorylocerróconunnudo

Page 88: En La Tormenta

equilibradoyprieto.Balanceóelcalcetínunavezylogolpeócontrasupalma.Elmovimientoenformadearcoimpulsóconfuerzalapiedrecilla;bastabaconungirorápidodemuñecaparafracturarlacuencadeunojo.O,porlomenos,esaeralaidea.AshleymirólapiedrayluegoaAshley.—¿Quéeseso?—Sellamaelcalcetínrelleno.—Ya...entiendo,supongo.Darbylohabíavistoenunprogramadetelevisióntipo«Supervivientes».—Elcalcetínrelleno—repitió.—ElarmapreferidadeElGato.Darby sonrió, por loquedejó ligeramentevisible la cicatriz que tenía en la

ceja.—Deacuerdo.—Calibróelpesodelarma—.Miideaeslasiguiente:aLarsle

gustasituarsejuntoalapuertadelanteraycontrolarlasalida,¿verdad?—Verdad.—Unodenosotros, laPersonaA, caminarápor su ladoy cruzará lapuerta.

Unavezfuera,sedirigiráhaciaelmonovolumen.Ahorayaestásobreaviso,porloqueseguiráalaPersonaAalexterior.Nolequedarámásremedio.Paraello,cruzaráelumbraldelapuertaytendráquevolverlaespaldaalaPersonaB.Golpeóelcalcetíncontralapalma.Dolía.—LaPersonaB,queesmásfuertequelaPersonaA, irádetrásdeLarsyle

golpeará en la parte posterior del cráneo. Basta con un buen golpetazo paradejarloinconsciente.Perosinoeselcaso,laPersonaA,quetienelanavaja,segiraráyambosharemosuntag-team...—¿Terefieresaunbloqueo?—Sí,untag-team.—Nosignificalomismo.—Bueno, seguro que me has entendido. —Darby se mostraba ambigua

expresamenteconrespectoalaacción.Enteoría,bastaríaconungolpetazocon

Page 89: En La Tormenta

lapiedra.Siseproducíaunapelea,seguiríansiendodoscontraunoyahoraellosdosibanarmados.Larsquizáfueraunpsicópataviolento,pero¿hastaquépuntopodíaestarpreparadoparaunataquesorpresadesdedosdirecciones?Y lo más importante: ¿con qué rapidez podía sacar su pistola del 45 y

disparar?Ashleyempezabaaentenderlasituación.—OseaqueyosoylaPersonaB,¿no?Darby colocó el calcetín en la mano de Ashley y cerró los dedos a su

alrededor,unoporuno.—Eresmásfuertequeyo,¿verdad?—Pues...confiabaenquefuerasluchadoraprofesionalcomoRhondaRousey

oalgoasí.—Puesno.—Entoncessupongoquesoymásfuerte.—Doscontrauno—repitió,comounmantra.—¿Ysilomatamos?—Lotiraremosalsueloylevaciaremoslosbolsillos.Lequitaremoslapistola.

Lecogeremoslas llavesdelcordelquellevaenelcuello.Sioponeresistencia,seguiremos luchando.Heestadodentrode lacamionetaconél.Séaquiénnosenfrentamosylecortaréyomismaelcuellosiesnecesario...Hizounapausa,sorprendidaporloqueacababadedecir.Sorprendidatambiénporquelohabíadichoenserio.—Nohasrespondidoamipregunta—dijoAshleyacercándose—.Yparaque

teenteres,Darbs,sinosequivocamosnosacusarándeagresión.Lo sabía, pero también sabía que no se equivocaba. Se había pasadomedia

hora sudorosa boca abajo en el monovolumen de Lars bajo una manta india,escuchando a esa criatura de ojos planos comer, echarse pedos y reír entredientes con una niña de siete años retenida en una jaula de perro. Sabía queindependientemente de lo que ocurriera, vería esa sonrisa lasciva en suspesadillas: «La he calentado para ti, Jaybird». Pero, por lo que a Ashley

Page 90: En La Tormenta

respectaba,puesbueno,comprendíaquealbergaraciertasdudas.Todoesoselehabíavenidoencimacomoundesprendimientoderocas.Enunosdiezminutos.En su otro bolsillo seguía teniendo la bala del calibre 45. Bien presionada

contra elmuslo.Aquel era su verdadero temor, la pistola deLars.No tendríareparosenutilizarlasinolograbanabatirlerápidamente.Aunquesoloalcanzaraadispararunaodosvecesaciegas,habíaespectadoresatenerencuenta:EdySandi.LociertoesqueDarbynuncasehabíavistoimplicadaenunapelea,porloquenosabíaacienciaciertaquéesperar,peroloquesíteníaclaroeraquenoseríacomoenlaspelículas.—Sipuedes—añadió—,intentamantenerunojocerrado.—¿Porqué?—Vamosa enfrentarnos a él en el exterior, tal vez en laoscuridad.Asíque

intenta tener ahora un ojo cerrado,mientras estás en el interior, con luz, y asítendrásunojoconunpocodevisiónnocturna.¿Tienesentido?Ashleyasintiósindemasiadoentusiasmo.—Y...¿hasdichoquetienesasma?—Unalevefaltadealiento.Lohetenidodesdequeeraniño.—Bueno, cuando yo era pequeña—dijoDarby—, tenía ataques de pánico.

Muyfuertes.Hacíanquehiperventilaraymedesmayara.Mequedabaenelsueloenposiciónfetal,ahogándomeconmispropiospulmones,ymimadresiempreme sujetaba y decía: «Inhala. Cuenta hasta cinco. Exhala». Y siemprefuncionaba.—Inhala.Cuentahastacinco.¿Exhala?—Sí.—Osea«respira»,enotraspalabras.Genial.—Ashley,intentoayudar.—Losiento.—Miróhacialapuerta—.Esque...esquetodoestomecuesta.—Yalehasvisto.—Hevistoauntíoraro,comotantosotros.—Suspiró—.Yahoraestamosa

puntodedarleunapaliza.

Page 91: En La Tormenta

—Losiento—dijoella,tocándolelamuñeca—.Sientomuchohabertemetidoenesto.Peroyotambiénmehevistoobligada.Ynopuedosalvarlasola.—Losé.Teayudaré.—Si no actuamos enseguida, Lars podría atacarnos primero por sorpresa.

Cadasegundoqueesperamos,esunsegundoqueleentregamosaélparadecidircómolidiarconnosotros.Siesotefacilitalascosas,dejadepensarenlavidadeesaniñahipotética,aquiennohasconocido.Piensaenlatuya...—He dicho que lo haré—declaró mientras la batería de luces parpadeaba

detrásdeél.—Gracias.—Nomedeslasgraciastodavía.—Lodigoenserio,Ashley.Gracias...—Ayudaré —dijo con una sonrisa nerviosa—, si me das tu número de

teléfono.Darbydesplegóunaampliasonrisa,tododientes.—Sipormíledasunapalizaaunperfectodesconocidoconunapiedra,hasta

mecasocontigo.

Larslesviosalirdellavabo.Volvíaaocuparsupuestodecentinela,aunospocospasosaladerechadela

puertadelanteraenelpequeñoángulomuertodelvestíbulo. IntentabaenvanovolveradoblarunmapadeMountHood,pero inclinó la cabezapara seguir aDarby y a Ashley mientras cruzaban la estancia. Darby mantenía la cabezagacha.LasConversegrisesrechinabanyloscalcetineschapoteabanporculpadelanievederretida.Nohubocontactovisual.Darbyllegóalaconclusióndequesalirdelbañoalavezhabíasupuestoun

grave error. Tanto Ed como Sandi se habían dado cuenta y sacarían susconclusiones.Detrásdeella,Ashleytropezócontraunasilla.Tranquilo.

Page 92: En La Tormenta

El corazón le latía con tanta fuerza que le sorprendió que los demás no looyeran.Sentíalasmejillasrojascomountomate.Sabíaqueestabavisiblementeagitada,locualinclusoresultabaapropiadoparalaescenita.SihubieraquedadoconundesconocidoparaecharunpolvorápidoenellavabomássuciodetodoColorado,esepaseítodelavergüenzadediezpasoslahabríadejadomuytocada.Llevabalanavajasuizadisimuladaenlacarainteriordelamuñeca.Elmetal

gélidoencontactoconlapiel.TeníaqueestarpreparadaporsielprimergolpedeAshleynoabatíaaCaradeRoedor,puestendríaqueclavarlelanavajaenelcuello.Lacara.Enesosojillosapagados.«Lecortaréelcuellosihacefalta.»PensóenJay,queestabaenelChevroletAstradelexterior,agazapadaenuna

jaula de perro mojada con su propia orina, con la mano ensangrentada yvendada,conquincelitrosdegasolinayunabotelladelejíaCloroxchapoteandoallado.Sepreguntóquéseríadeesapobreniñasifracasaban.SeguíaenfadadaconsigomismaporhabersalidodelbañoalavezqueAshley.

Menudaestupidez.Edseguroquesehabíadadocuenta.—Oslohabéisperdido.—¿Perdidoelqué?—preguntóAshleyirritado.—La informacióndeemergenciasehaactualizado.Malasnoticias.Haciael

esteelcaminoestábloqueadoporuncamiónconremolquequehaderrapadoalpiedelaladera.Hahabidovariasvíctimasmortales.—¿Aquédistanciaestándenosotros?—Estánenelpuntokilométrico160.Oseaqueaunosdiezodocekilómetros.«Demasiadolejosparairandando.»DarbyexhalóunsuspiroyvolviólavistahaciaelgranmapadeColoradoque

había en la pared.Aquello situaba el accidente cerca deCoalCreek, amediocaminoentrelospuntosazulesquemarcabanlasáreasdedescansodeWanapa(Diablillo) y Wanapani (Gran Diablo). Resultaba un poco surrealista ver laperfección con la que estaban atrapados, entre una tormenta de nieve que

Page 93: En La Tormenta

avanzabadesdeeloesteyelaccidentecausadoporuntráilerdedieciochoruedasa doce kilómetros colina abajo en dirección este, con lo que no había ruta deescapeposible.Eracomounaemboscada,contodosloselementos,igualquelaescenaqueestabanapuntodeprotagonizar.Sepreguntósilahoraestimadadellegadadelequipodeasistenciaencarreteraseguíasiendoelamanecerosi sehabíaretrasadohastalatarde.Siasíera,seríaunsuplicioretenerauncriminalapuntadepistola.Ashleyalargólamanoporlarejadeseguridadyajustólaantenadelaradio.

Entrecerrólosojosparaobservarelpuestodecafé,paravermejorlazonaoscurasituadabajolosmostradores.—Y...¿creesqueahípuedehaberunaradiodedosvías?—¿Cómo?—¿Unemisoryreceptorderadio?¿Ounteléfonofijo?Seguroquesí.«Ashley,tranquilo.»—¿Sí? —gruñó Ed—. Si lo tienen, es propiedad del estado, cerrado con

llave...Ashleyseñaló.—Cerrado con un candado de tienda de todo a un dólar. Con un buen

golpetazoconalgopesado,estaspersianassubenenunsantiamén.—Todavíanoheentradoenmododelincuente.—Puesalomejorteloreplanteasenlospróximosminutos—declaróAshley.Darby sabía que así sería. Se quedó junto a la ventana intentando parecer

tranquila y miró hacia el exterior en dirección a los árboles ensombrecidos.Seguíahabiendocoposdenieve,algunossealzabanyotroscaían,captabanlosretazosdeluzdesodiocomolascenizasdeunahoguera.Aunospasosdetrásdeella, oyó que Ashley exhalaba entre los dientes, que castañeteaban. Tenía elcalcetínrellenometidoenlamangaderechahastaarriba,preparadoparadejarlocaerenlapalmadelamanoybalancearlo.Habían acordado una señal secreta. Cuando Ashley estuviera preparado,

tosería una vez. Eso sería lo que daría pie aDarby para acercarse a la puerta

Page 94: En La Tormenta

delantera,pasarjuntoaLarscaminodelexterioreiniciarlaemboscada.Comoaccionarunatrampaparaosos.¿Elúnicoproblema?QueAshleynoestabapreparado.Estabarondandoporahí,haciendorechinarlosdientesytomandobocanadas

de aire.Darby confió en que sus problemas de respiración no supusieran unacomplicación.Menudasuertelasuya,«Meprocurolaayudadeltíomásjoven,másaltoyelqueparecemáscachasdelosalrededoresyresultaquetieneasma».Fantástico.Ynisiquieraeracapazdeimaginarloquelerondabaporlacabezaalpobre Ashley. Hacía una hora, le había hecho una demostración de rotaciónmexicana a su víctima y ahora le pedían que se le acercara sigilosamente pordetrásyledieraungolpetazoenelcráneo.Sediocuentadequedeberíahacerloella.«SoyunacobardeparaserlaPersonaA.»Talvez.Peronocabía lamenordudadequeAshley teníamás fuerza física

queella.Poresoeramás lógicoqueella fuerael anzueloyAshley la trampa.Soloquenoleacababadeparecerbien.—Eh.—Larscarraspeó—.Eh...disculpad.Darbysevolvióparamirarle,mientrasnotabamariposasenelestómagoyla

navajasuizaocultaenlamanga.Ashleyhizolomismo.—¿Alguien...?—Elsecuestradorinfantilseguíajuntoalapuerta,mirandocon

ojos entrecerrados otro folleto turístico—. ¿Alguien sabe qué significa estapalabra?Sandibajóellibroqueleía.—Dila.—Res-plen-den-te.—Resplendente.Significa«muybonito».—«Muybonito.»—Larsasintióunavez,deformamecánica—.Vale,gracias,

Sandi.—Volvióadirigirlamiradaalfolleto,peromientrasinclinabalacabeza

Page 95: En La Tormenta

seencontróconlamiradadeDarby,queestabaalotroladodelasala.Durantemediosegundoellaquedóatrapadaenlaestupidezintensadesusojos.Élpronunciólapalabramoviendoloslabios:«Muybonito».Darbyapartólamirada.Yahabíantranscurridomásdesesentasegundos.Ashleyseguíadepiejuntoa

ella, con los pies bien plantados en el suelo, y Darby había empezado apreocuparse. No podía arrastrarle otra vez al baño para darle una charlapreparatoria;laprimerayahabíallamadosuficientelaatencióndelospresentes.Noteníamásremedioqueesperarsuseñal.«Venga,Ashley.»Deseó que hubiera inhalado un poco de polvo y que le entrara la tos, así

tendría una excusa para acercarse a la puerta e iniciar el ataque. Presionó elpulgarcontralahojadelanavajasuiza.Lesatisfizonotarloafiladaqueestaba.«Tose,porfavor.»Leobservóvacilarcomounniñoanteuntrampolínalto.Anteshabíasidomuy

guay,meloso y seguro de símismo, y ahora daba la impresión de haber sidotestigodeunasesinato.Darbynotóciertaopresiónquelesubíaporlagarganta.Sehabíaequivocadoeligiendoalaliadoyahora lasituaciónseestabayendoapique.«Tose.Onosdelatarás...»Edsediocuenta.—Ashley,quécalladoestásderepente.—Es...estoybien.—Oye,mira,sientolodelahoradelcorro.—Nopasanada.—Meestabametiendocontigo...—Estoybien.Deverdad.—Ashleyseajustólamangamientrashablabapara

evitarqueelcalcetínrellenosecayerayseviera.Ed sonrió y tamborileó en el borde la mesa con dos dedos. Un latido de

Page 96: En La Tormenta

corazón apagado y de repente el silencio reinó en la sala. Darby notaba esesonidoenloshuesos.—Tumayortemores...Dijistequeeranlasbisagrasdelaspuertas,¿verdad?Ashleyasintió.Sandidejóellibro.—Elmíosonlasserpientes.—¿Lasserpientes?—Ajá.Eddiounsorboalcafésindejardetamborilear.—Elmíoes...Bueno, laverdadesqueno sabía cómodecirlo conpalabras.

Perocreoqueahorapodré.Otra ráfagadevientoy las lucesdel techoparpadearon.La sala amenazaba

conquedaraoscuras.Larsobservabacomosifueraunasombra.Ashleysehumedecióloslabios.—Pues,ejem,escuchémoslo.—Vale.—Ed tomóairecon incomodidad—.Pues... aquí tenéisuna lección,

chicos,aprendidaabasedegolpes.¿Queréissaberelsecretoparaarruinaroslavida? Nunca es una gran decisión entre el blanco y el negro. Es la suma demuchasdecisionespequeñas, lasque tomamos todos losdías.Enmicaso, sonsobre todo excusas. Las excusas son un veneno.Cuando era veterinario, teníabuenasexcusasdetodotipo,como:«Esteesmimomento.Meloheganado».O«Nadiepuede juzgarmeporestabebida;acabodeoperaraungolden retrieverquesequedóclavadoenunaverjadealambredeespinoyalquelecolgabaelglobooculardeunhilo».¿Loveis?Horrible.Asíescomounoseengaña.Yundía, hace unos años, estaba en casa de Jan, la hermana de mi mujer, para larecepciónde labodademiahijada.Vino,cervezaartesana.Yollevéchampán.Pero tambiénunabotelladewhiskyRichandRareparamí,y laescondíenelbaño,dentrodelacisternadelváter.—¿Porqué?

Page 97: En La Tormenta

—Porquenoqueríaquenadievieselomuchoquebebía.Silencio.Darbysefijóenquehabíadejadodetamborilearenlamesa.Ashleyasintiócongestocomprensivo.—Mimadretambiénluchócontraeso...—Pero...—EddiountoqueaSandienelhombro—.Enfin,quedoygraciasa

DiospormiprimaSandi, aquípresente,porqueme llamóayera lasdosymedijoqueibaallevarme,megustaraono,aDenverparacelebrarlaNavidadenfamilia.Sinexcusas.Sandisesorbiólosmocos.—Teechábamosdemenos,Eddie.—Sí,ya.—Edsepusomásrecto—.Comorespuestaalapreguntadelahora

del corro, mi mayor temor son estas Navidades en Aurora.Me temo que mimujerymishijosestaránencasadeJackmañanaporlanoche.Ytodavíamedamásmiedoquenoestén.Todosguardaronsilencioduranteunosinstantes.Ashleytragósaliva.Habíarecuperadociertocolorenlasmejillas.—Eh...gracias,Ed.—Denada.—Seguroquenoerafácilcontarlo.—Nolohasido,no.—¿Llevassobriodesdehacetiempo?—No—reconocióEd—.Estamañanahebebido.Silencio.—Vaya,eh...—Ashleyvaciló—.Quépena.—Dímeloamí.Otrosilenciovolátilylaslucesvolvieronaparpadear,mientrascincopersonas

compartíaneloxígenodeesapequeñasalacontresarmasescondidas.—Lasexcusassonunveneno—insistióEd—.Esdurohacerloquetoca.Es

fácilconvencertedelocontrario.¿Tienesentidoloquedigo?

Page 98: En La Tormenta

—Sí —admitió Ashley—. Más de lo que imaginas—. Entonces miróintencionadamenteaDarbyysellevóunpuñoalaboca.Tosióunavez.La trampasepusoenmarcha.Darbyempezóacaminara lavezquenotaba

cómoelvelloseleerizaba.MiróaLarsalosojosmientrassedirigíaalapuertadelantera; él alzó la vista desde el panfleto y la observó al pasar, girando elcuellodelgaduchopara seguirla, y entoncesDarbyabrió lapuertadeun tirón.Una ráfaga de aire gélido. Viento cortante. Copos de nieve arenosos que lesalpicabanlosojos.Diounpasoalexteriorconloshombrostensosyelcuchillobiensujetoentre

losnudillos.«Sígueme,CaradeRoedor.»«Acabemosconesto.»

Page 99: En La Tormenta

23.55h

Larsnolasiguió.Lapuertasecerró.Darbydiounoscuantospasostemblorososenelexterior,

lasConverseselehundíanenlanievereciéncaídayelcorazónlepalpitabaconfuerza.EstabaconvencidadequeLarslaseguiría.Deberíaestarjustodetrásdeella,siguiéndola,consucuerpoencorvadoocupandoelumbraldelapuerta,deespaldasalasalaparaqueAshleydieraelgolpe...Puesno.Darby se estremeció y observó la puerta. No tenía necesidad de ocultarse;

sujetaba lanavajasuizacomounpicahielosmientrasseencontrababajo la luzanaranjada,esperandooírelchirridodelapuertaalabrirse.Perono.¿Quéhabíafallado?«Elcontactovisual.»SediocuentadequeelcontactovisualconLarshabía

sidoexcesivo.Selehabíaidodelamano.Yahoraelcriminalarmadoseguíaenelinteriordeledificio,conAshleyylosdemás,ylatrampahabíafallado.«Bueno.»«Bueno,vale.»Ahorateníadosopciones.«¿Regresoalinterior?¿Osigocaminandohaciaelmonovolumen?»Otroaullidodelvientohizoqueselellenaralacaradenieveyquedócegada

duranteunosinstantes.Parpadeóconfuriayseapretólosojosconlospulgares.Cuandorecuperólavisión,elmundohabíaoscurecido.Sediocuentadequelalámparadevapordesodioquecolgabaporencimadelapuertadelaoficinadeturismosehabíaagotado.Otromalpresagioqueañadiralalista.«Cadasegundocuenta»,serecordó.

Page 100: En La Tormenta

«Decide.»Yesohizo,decidióseguircaminandohastaelmonovolumendeLars.Abriría

lapuerta,miraríaquétalestabaJayyencendería la luzdelhabitáculo.Talvezincluso las largas.AsíLars tendría otromotivopara salir.YAshley tendría laoportunidad de atacar, si es que seguía preparado. Si es que la emboscadatodavíapodíallevarseacabo.Se le ocurrió otra cosa mientras caminaba... ¿Y si había una pistola en el

monovolumen? Su primera búsqueda había sido breve y desesperada. EstabaclaroqueLarsllevabauna,pero¿ysihabíaotra?Sí,unapistoladaríaunvuelcoalasituación.Suestómagosequejó.Tuvoquehacerungranesfuerzopararecorrerloscientocincuentametrosque

laseparabandelmonovolumendeLars; lanieve le llegabahasta las rodillaseibagolpeteandoconlazapatillaizquierdaporquelefaltabaelcordón.Lanievesehabíavueltoaacumularenelparabrisasyhabíaendurecidolascapasdehielodonde se derretía. Se había asegurado de dejar sin cerrar la puerta trasera delAstroysealegródehaberlohecho.Rodeó el monovolumen para llegar atrás. Pasó junto a la descolorida

calcomanía con el dibujo del zorro, las letras borrosas de ACABAMOS LO QUE

EMPEZAMOS,ysepreguntósiLarshabíacompradoelvehículodeunaempresaque hubiera caído en bancarrota. O tal vez hubiera matado a alguien por él.Quizá Cara de Roedor fuera «manitas» por cuenta propia. Tal vez por esoentrabaen lascasasymirabaen lashabitacionesde losniños,abríacajonesyolisqueabaalmohadas.Darby miró por encima de su hombro, hacia la oficina de turismo de

Wanapani. La puerta delantera seguía cerrada. La lámpara, apagada. No sedistinguíansiluetasjuntoalaventana,locualeraextraño.EsperabahabervistoaLarsobservándola, opor lomenos aAshley.Ni siquieraveía aEdy aSandi;estaban sentadosdemasiado al fondo.Apartedel tenuebrillo ámbarquehabíadetrásdelcristalmedioenterrado,eraimposiblesaberqueenaquellaestructuradiminutahabíagente.

Page 101: En La Tormenta

«¿Quéocurreahídentro?»«Esperemosquenada.Porahora.»Se planteó entrar rápido en su Honda y apretar el claxon, así seguro que

llamaríalaatención.Larssindudasaldríaainvestigar.PeroquizátambiénEdySandi. La situación podía salirse de madre. Se desperdiciaría el elementosorpresa.Quizáhubieradisparos.Lasbalaspodíanrebotar.Tiróde lamanecillade lapuerta traseradelAstra.Seguíaabierta.Chirrióy

cayóunmantodenievequedejóentreverunaoscuridadasfixianteenelinterioramedidaquelaspupilasseajustabanalafaltadeluz.—Hola—susurró.Silencio.—Jay.Nopasanada.Soyyo.Otro momento de tensión, lo bastante largo como para que Darby se

preocupara.Alfinal laniñasemovió.Seagarróa losbarrotesde la jaulaparamantenerelequilibrio.Laestructuraemitióunsonidogangoso,comodecablestensos. Darby introdujo la mano en el bolsillo de los vaqueros para sacar elmóvil y encender la linterna pero no lo encontró. Se palpó el otro bolsillo.Tambiénvacío.Sehabíadejadoelmóvilenelbolso.Enelbordedellavamanosdeporcelana,dentrodelbañodehombres.«Imbécil,imbécil,imbécil.»Percibió los mismos olores en el interior del monovolumen, mantas para

perro,orina,sudorrancio,eidentificóunonuevo.—Hevomitado—susurrólaniña,compungida.—No...nopasanada.—Losiento.Meduelelabarriga.«Amítambién»,pensóDarby.Seinclinóhaciaatrásyatisbóalrededordela

gélidaluztraseradelAstra:sí,lapuertadeledificioseguíacerrada.—Lo siento, Jay. Las dos estamos pasando una noche horrorosa. Pero lo

superaremos,¿vale?—Noqueríavomitar.

Page 102: En La Tormenta

—Nopasanada.—Nuncavomito.Nunca.—Créeme,Jay,esocambiaráenlauniversidad.—¿Launiversidadtehacevomitar?—Másomenos.—Odiovomitar.Siesoesloquepasaenlauniversidad,nopienso...—Bueno, Jay, escucha. —Darby tocó la jaula y los deditos de la niña

apretaronlosdeellaatravésdelosbarrotes—.Voyaayudarte.Paraeso,primeronecesitoquemeayudestúamí.¿Entendido?—Entendido.—Necesito que intentes recordar. El hombre que se tira pedos... ¿Puedes

describirlapistolaquelleva?—Espequeña.Negra.Selaguardaenelbolsillo.—Claro.—Se inclinó otra vez y volvió amirar hacia la puerta del edificio

principal,queseguíacerrada,ypreguntó—:¿Lehasvistoalgúncuchilloaquí?¿Bates?¿Machetes?—Nosé.—¿Algunaotrapistola?—Unamás.ADarbylediounvuelcoelcorazón.—¿Dónde?—No,noesunapistolanormal...Darby empezó a pensar en infinitas posibilidades... y apenas fue capaz de

articular:—¿Porqué?¿Esmayor?—Disparaclavos.—Como...—Darbyvaciló—.¿Unaremachadora?Jayasintió.—¿Estás...estássegura?Laniñaasintióconmásfuerza.

Page 103: En La Tormenta

«Unaremachadora.»Igualqueelzorrodibujadoenelmonovolumen.Darbyrecordóelvendajeque

llevaba Jay en lamano, lamancha de sangre en la palma, y todo encajó. ¿Elcastigoporun intentodehuida,quizá?O talvezaquello,aquelloqueélhabíallamado «tarjeta amarilla», no eramás que un aperitivo del horror del primerplatoqueLarsteníaenmenteparaellaencuantolallevaraasucabañaaisladadelasRocosas.Levolvíanatemblarlasmanos.Nodemiedosinoderabia.«Unaputaremachadora.»«Asíeseltipodepsicópataalquenosenfrentamos.»—¿Y la remachadora está aquí? —preguntó Darby—. ¿Está en el

monovolumenconnosotras?—Creoquesí.Darbydudabaqueunaherramientaeléctricapudiera ser rivalpara lapistola

del45deLars,perosuponíaunamejoraconsiderableencomparaciónconunanavaja suiza.Nuncahabía utilizadouna remachadora y ni siquiera había vistoningunafueradeunaferretería,peroconfiabaenquefuerafácildeusar.¿Aquédistancia podía disparar un clavo? ¿Pesaba? ¿Era ruidosa? ¿Si disparaba unclavoalcráneode lavíctimalamatabaosolo lahería?Bastabaconapuntaryapretarelgatillo,¿no?TocólamanoderechadeJayatravésdelosbarrotesysediocuentadequela

niñade siete años tenía losdedos resbaladizospor culpademás sangre.Se ledebíadehaberrotolacostradelapalma.«Apuntaryapretar.»Darby juró matar a Lars esa misma noche. Tal vez cuando ella y Ashley

acorralaranalpsicópatayledieranunabuenapalizaqueacabaraconélhechounpedazo de carne quejumbrosa, bueno, pues entonces a lo mejor ella seguiríaasestándole puñaladas. Tal vez le cortara el cuello. Y a lo mejor disfrutabahaciéndolo.Talvez.

Page 104: En La Tormenta

Seinclinóhaciaatrásyvolvióamirareledificio;seguíasinhaberactividad.AhoraempezabaapreocuparseporAshley,EdySandi.¿EraposiblequeLarsestuvieraahí tan tranquilo,dejandoqueDarbycuriosearaporelaparcamiento?¿Despuésdeencontrarelvasodepoliestirenoenlanieve?¿DespuésdeseguirlesaellayaAshleyalservicio?¿Despuésdequeellalemiraraconconocimientodecausaalsalirporlapuerta?Cielos...¿quépuñetasestabapasando?Los escenarios sangrientos se sucedían en su mente como flashes de una

cámara.Sepreparó,medioesperandoelruidosecodeundisparo.Peronohubonada.Solounsilenciogélido.Soloelgemidodistantedelviento.SoloJayyella,de

pieconpiernastemblorosaseneseaparcamientodesolado.Laremachadora,decidió.La remachadora de Lars era su nuevo objetivo. La encontraría, descubriría

cómousarlay entoncesvolvería corriendoal interiorde laoficinade turismo,abriríalapuertadeunpuntapiéy,almargendeloqueestuvierasucediendoallídentro,dispararíaunclavodirectamentealacaraconpelusilladeLars.Patapum.Uncabrónmenos.Unaniñainocentesalvada.Findelapesadilla.Funcionaría.VolviólavistahaciaJay,quecastañeteabalosdientes.—Bueno. ¿Dónde crees que Lars guarda la remachadora? ¿Aquí atrás o

delante?—Elotrolaguardaenunacajanaranja.—¿Dóndelaguarda?—Solíaestaraquíatrásperocreoquelacambiódesitio...Pero Darby no la escuchaba. La vocecilla de Jay iba apagándose y, en un

instantedepánicoardiente,lafraseanterioraparecióensumenteyresonó:«Elotrolaguardaenunacajanaranja».«Elotro.»«Elotro.»

Page 105: En La Tormenta

«Elotro...»Resbalando y tambaleándose en el exterior, se golpeó las rodillas contra la

nieveendurecida,seirguióapoyándoseenlaluzdefrenosyatisbóalrededor...Ahoralapuertadeledificioestabaabierta.Larsseencontrabaenelumbral.Ashley,asulado.«Elotro.»La miraron a ciento cincuenta metros de distancia, enmarcada por la luz

interior.Parecíanestarhablandoentreellos,ensusurros,paraqueEdySandinolesoyerandesdedentro.Susrostrosquedabanenpenumbra,impenetrables.PeroLarsteníaelbrazoesqueléticoconelcododobladoenelinteriordelachaqueta,apoyadoenlaempuñaduradelapistola.YAshleyteníaelcalcetínrellenoenlamanoderecha.Lobalanceaba.Logolpeabacontralapalma.

Page 106: En La Tormenta

MEDIANOCHE

Page 107: En La Tormenta

00.01h

Doscontrauno.Enesonosehabíaequivocado.Ashleyestabaimplicadoenelsecuestro.Lehabíamentido...acercadequeel

otrococheeradeél,acercadequenoconocíaaLars,acercadetodo.Lehabíaseguidoelrolloenelbaño.Lehabíametidolalenguaenlaboca.Habíasidotanauténtico, tanconvincentementehumanoyasustadizo.Ellase lohabía tragadotodo.Selohabíacontadotodo.Todosuplan, todassusopciones,susprocesosmentales,sustemores.Ellaselohabíadadotodo.Incluidaunanuevaarma.SevolvióparacolocarsedecaraaJay.—Nomedijistequeerandos.—Pensabaquelosabías.—¿Cómoibaasaberlo?—Losiento...—¿Porquécoñonodijistenada?—Losiento.—AJayselequebrólavoz.Darbysepercatódequeleestabagritandoaunaniñadesieteañosalaqueno

mucho antes le habían atravesado la palma con un clavo de acero. ¿Quémásdaba?LaculpaeradeDarby.Sehabíaequivocado.Habíacometidounerrordecálculogarrafalynefastoyahoraerandoscontrauna,yellasdoscorríanpeligrodemuerteoalgopeor.Unadelassiluetasempezóacaminarhaciaellas.ADarbyseleparóelcorazón.—Bueno,¿dóndeestálaremachadora?

Page 108: En La Tormenta

—Nolosé.—¿Delanteodetrás?—Nolosé.—Laniñasesorbiólosmocos.Teníaqueencontrarlarápido.¿Debajode losasientosdelanteros,quizá?Esa

cajanaranjateníaquesergrande;nocabíaencualquiersitio.Fuerápidamentealapuertadelladodelconductoryselehundieronlospies,

como si corriera sobre arenas movedizas. Se atrevió a echar una mirada porencimadel hombro; la figuraque avanzaba estaba amedio caminode ellas: aveinte pasos, pero daba grandes zancadas. Reconoció el gorro, el caminarencorvado.EraLars.Vioelbalanceodesumanoderechaalpasarporunhazdeluzydistinguióunaformacompacta.Lapistoladelcalibre45.—Jay—siseóDarby—.Cierralosojos...—¿Quévaapasar?—Cierralosojos.—AlargólamanohacialapuertadelconductordelAstroy

la golpeó con ambas manos mientras oía gritos en su interior: «Busca laremachadora. Mata a ese cabrón. Y luego quítale la pistola y mata a esasabandijadeAshley...».Tiródelamanecilladelapuerta.Cerradaconllave.Selecayóelalmaalospies.Porque...porqueLars lahabíavueltoacerrar.Por supuestoquesí; él erael

últimoquehabíaestadoallí.Estabacerrada,cerrada,cerrada.—Le...ah...pedisteamihermanoquemematara—sonólavozgorjeantede

Lars,cadavezmáscerca—.¿Es...esverdad?«Sonhermanos.»«Mierda.Mierda.Mierda.»Pasosquecrujían,comosipisaranhuevos,queseacercabanaella.—Dice que... le pediste que me machacara el cerebro. —Su voz sonaba

aterradoramentepróxima.Ronca, traqueteandoenelaire frío,cálidaalexhalarvapor.

Page 109: En La Tormenta

NohabíanadaquehacerconlapuertadelconductordelAstro.Darbyregresócomo pudo a la parte trasera del monovolumen y se sujetó en la puertaentreabiertaparanoperderelequilibrio.Volvióamiraralinteriordelvehículoaoscuras, a los ojos de Jay, rebosantes de lágrimas de pánico, llenos de la luzreflejada.Alasmejillasconunsarpullidorojo.Asusuñasdiminutas.—Corre—suplicólaniña.LospasosdeLarscrujieronmáscerca.Darby presionó la navaja suiza contra los dedos extendidos de la niña y a

puntoestuvodecaérsele.—Usaesto—dijo,tocandoelextremodentadodelahoja—.Muévelacomosi

rascaras,¿vale?Paraserrarlosbarrotesdelajaula...—Yaviene.—Hazlo,Jay.¿Meloprometes?—Teloprometo.—Siguecortando.Asísaldrás.—¿Quévasahacer?Darby retrocedió y cerró la puerta trasera de un golpe, por lo que cayó un

manto de nieve. No había respondido a la pregunta de Jay porque no teníarespuesta.«Notengonipuñeteraidea.»

—¿Porqué...eh,porquécorres?—gritóLars.Darby corría como podía por la nieve. Fuera del camino le llegaba a la

cintura; era como andar en una piscina para niños, arrastrando su propio pesounayotravezacadapasoquedaba.Respirabacondificultadysinaliento.Leescocíalagarganta.Leardíanlaspantorrillas.—Eh.Soloquierohablar...Ajuzgarporlaclaridadconlaqueescuchabasuvoz,estabaamenosdetres

metrosdeella.Laperseguía.Surespiraciónporlabocasehabíaconvertidoen

Page 110: En La Tormenta

unjadeocontinuo.Bajo,gutural,similaraldeunlobo.LazapatillaizquierdadeDarby,queseguíasincordón,quedóatrapadaenlanieve.Ellalacogióysiguió,mediodescalza,mientrasoíadetráslarespiraciónjadeante.Sabíaquelaestabaalcanzando.Encuantoestuvieraunpocomáscerca,lasujetaríaporeltobillo...—Voya...voyapillartedetodosmodos...Untraqueteometálico.Lapistola,quesebalanceabaensumano.Detodosmodos,sabíaquelapistolasoloeraparaintimidarla.SiLarshubiera

queridodispararlerealmente,yalohabríahecho.EsopondríasobreavisoaEdyaSandi,porloqueprobablementeAshleyhubieraordenadoasuhermanoquelaagotara,lamataradiscretamente,estrangulándolaopartiéndoleelcuello...Suhermano.Suputohermano.Darbypasójuntoalmástilvacíoymiróhaciaatrás.Larseraunasombraque

le perseguía. Había perdido el gorro de Deadpool. Vio un pelo rubio ralo,lechoso bajo la luz tenue, con entradas. La niebla furiosa de su respiración.Había dejado de gritarle; ahora le faltaba aire. La profundidad de la nieveresultabaextenuante.Eraunapesadillaacámaralenta.«Vaapillarme»,concluyóDarby.Ya estaba cansada. Los músculos le palpitaban. Sentía las articulaciones

sueltas.«Vaaabalanzarsesobremíaquífueraymerodearáelcuelloconlasmanos

paraestrangularmehastaquememuera...»Enesosmomentosloteníajustodetrás.Olíasusudorsalado.Habíacedidola

posicióndominanteyentregadosusdosarmas:elcalcetínrellenoaAshleyylanavajasuizaaJay,yahoraloúnicoquelequedabaeraunabalaenelbolsilloyunazapatilladel39enlamano.SeplanteólanzárselaaLars,perosololehabríaocasionadounamolestia.Laesquivaríasinnisiquieraperderelpaso.Detodosmodosnoteníaadóndecorrer.Ashleyestabaapostadoenlapuerta

delanteradeledificiocontodalaintención.Noteníalasllavesdelcoche,porloqueencerrarsedentrodeBluequedabadescartado.Correr tampoco;solohabía

Page 111: En La Tormenta

kilómetrosa la redondade taigaescarpadadelColorado,gélidaydesapacible.Solo abetos que crujían, poco terreno para esconderse y caídas fatales ocultaspor la nieve. ¿Cuánto duraría antes de sucumbir a la muerte paulatina porhipotermia?«Nopuedoseguircorriendo.»Se planteó parar, quedarse en terreno resbaladizo y enfrentarse a Lars.Mal

pronóstico.—Datelavuelta—resoplóLarsdetrásdeella—.Vamosa...vamosahablar...Tenía que decidirse. Si se paraba entonces, tendría unos segundos para

recobrar el aliento antes de la pelea. Pero si seguía corriendoy él le hacía unplacaje,estaríaagotadaytendríainclusomenosposibilidades...O...LevinoalamenteladistribucióndelaoficinadeturismodeWanapanicomo

un destello. Paredes, rincones, ángulos muertos. Aunque Ashley seguíabloqueando la puerta principal, el edificio tenía otra entrada. Las pequeñasventanas triangulares de los baños. Había visto una en el baño de caballeros,poco más que una puertecilla para un perro. La veía desde ahí, filtrando unsuspiro de luz naranja entre carámbanos, por encima de las mesas de picnicapiladas.Subolsoestabadentrodeesebaño.Conlasllavesyelmóvil.«Bueno.»«Treparéaesasmesas,forzarélaventanayentraré.»Cambiódedirección.Larssediocuenta.—¿Adónde...dóndevas?Noteníaplanparacuandoestuvieradentro,perofueaportodas.Porque,tal

comodecíaSandi,elinfiernodelinterioreramuchomejorqueeldelexterior.EdySandiestabanallídentro,yAshleyyLarsnoseatreveríanamatarladelantededostestigos.¿Osí?

Page 112: En La Tormenta

Nohabíatiempoparaelucubraciones.Las mesas de picnic estaban apiladas bajo esa ventana, con una costra de

nieveencima,porloquesesubióaellascomosifueranescalonesgigantescos.Una, dos, tresmesas se tambalearon bajo su peso. Pero consiguió alcanzar laventana triangular del edificio extendiendo los brazos. El cristal esmeriladobrillaba con la luz del interior y tenía bultos de hielo.Demasiadogruesopararomperloconuncodazo.Detodosmodos,eraunaventanabatiente,queseabríahacia fuera con una bisagra corroída por el óxido que además parecía estartorcida, por lo que palpó los bordes a tientas y los sujetó con dedosentumecidos...Larsseechóareír.—¿Quéestáshaciendoahíarriba?Uncarámbanodeveinticincocentímetroscayódeltejadoyrebotóenlamesa

queteníaallado.Darbyhizounamuecayapretólosdientes,tirandoyclavandolasuñasenlajunturadecauchodelaventana...—Oye,chica...«Tira...tira...»Cayó otro carámbano y, al romperse, la salpicó de motas de hielo. Como

esquirlasdecristalenlasmejillas.—Chica,voyaporti...Aderecha e izquierda cayerondos carámbanosmás, que le estallaron como

dos disparos en los tímpanos, y la mesa de picnic se tambaleó bajo su pesomientras Cara de Roedor trepaba hacia ella, ayudándose de codos y rodillascomounanimalescurridizoyrápido.Sinembargo,Darbyestabacentradaenlabisagradelaventana,eneseresplandorcálidodedetrásdelcristal,tancercaqueparecíaburlarsedeella,enlosdedosquesujetabanytirabanparaabrirla...«Tira...»«Tiratiratira...»Elmecanismoserompió.Laventanasesoltó.Ladejócaerysehizoañicosencimadeunamesadepicnichelada.Larsalzó

Page 113: En La Tormenta

unamanoparaprotegerseelrostrodeloscristales.«Oh,cielos,estájustodetrásdemí»,yaDarbyseleagotabaeltiempo.Selanzóalinterior,decabeza,ehizounsaltodelángelaladesesperadaporlapequeñaabertura...Unosdedosgélidoslaagarraronporeltobillo.—Tepillé...Ellapataleóparazafarse.

Page 114: En La Tormenta

00:04h

Cayódesdeunaalturadecasidosmetrosyfueapararauninodoro.Deespaldas,chocócontraelbordedeporcelanaconlarabadilla.Rodópara

alejarsedeélygolpeóundispensadordepapeldeváterquehabíaenlapared,porloqueseabriólapuertadeuncompartimento.Fueadardecabezacontraelsueloembaldosado.Veíalucecitasdetrásdelosojos.Seaccionólacadenadelváter.Seirguiócomopudo,volvióagolpearseconlapuertadelcompartimentoyse

diolavueltaparasituarsedecaraalaaberturadelaventana.Noeramásqueuntriángulo de oscuridad. Los copos de nieve entraban formando remolinos. Laabertura parecía demasiado pequeña para que Lars entrara por ella, pero nopodíacontarconello.Además,Ashleyseguíarondandoporahí.Caminó marcha atrás desde la ventana, por el largo rectángulo que era un

baño,pasandopor los compartimentos,dejandoatrás elAPEYTONMANNINGLE

GUSTAQUELEDENPORDETRÁS,dejandoatráslosurinariosmanchados,hastaquechocócontraellavamanosconlaespaldadolorida.Otroestallidodedolor.Habíadejado el bolso allí. Lo recogió y palpó su interior para notar el tintineotranquilizadordelasllavesdelHonda.YsuiPhone.Tresporcientodebatería.Contuvolarespiraciónyaguzóeloído.OíalospasosdeLarsalotroladode

laventanayelsiseodesurespiraciónbucalentreelululardelviento.Estabaenun brete: no quería trepar y arriesgarse a que se le quedara el culo huesudoencallado,noqueríadejardevigilarelventanucoydarunrodeohastalapartedelantera. Resultaba sobrecogedor. Había dejado de hablar con ella. Sologruñidosyresoplidospropiosdeunanimal.

Page 115: En La Tormenta

«Siguemoviéndote,Darby.»Oyóvocesdesdeelvestíbulode laoficinade turismo.Amortiguadospor la

puerta.EraprobablequeEdySandihubieranoídolacaída.Yreconocióeltonorobotizadodelaradio,otraactualizacióndelCDOT.¿Cuáleralahoraprevistadellegadadelosserviciosdeemergencias?Elamanecer,¿verdad?¿Dentrodeseishoras?¿Siete?«Nopiensesenello.Siguemoviéndote.»Ashleyestabacercaperonosesabíadónde, locual laaterraba.Encima, iba

desarmada.DeseóqueJaypudiera serrar losbarrotesde la jaulacon lanavajadentada, de lo contrario todo habría sido un desperdicio. Solo tenía queproporcionar tiempo suficiente a laniñaparahacerlo (suponiendoquepudierasobrevivirlosminutossiguientescondosasesinosenlasproximidades)yluegollegarambasaunlugarseguro(suponiendoqueBluepudieraavanzarenmediodelapocalipsisnevado).Ensuma,tressuposicionescolosales.«Pocoprobable»nisiquierabastabaparacalificarlas.No, Blue estaba bloqueado por la nieve. Ahora la nieve era demasiado

profunda...Pero¿ylafurgonetadeSandi?Cadenas para la nieve, buena suspensión... Sí, aquel vehículo tenía

posibilidades.Cerróelpuñoalrededorde las llavesydejósobresalir losextremosafilados

entrelosnudillos.Conunpocodesuerte,podíacausaralgúndañoenelrostrodeun agresor o reventarle un ojo. La llave de su habitación deDrydenHall eraespecialmenteafilada,comouncuchillodefiletear.Oyóquealguienarrastrabalospiesalotrolado.Sequedóparalizadayaguzó

el oído. Algo pesado semovía y rascaba, seguido de un golpe seco de nievedesplazada. Una mesa de picnic que alguien movía. Sabía que Lars estabaintentando,porsegundavez,treparalapilademesastambaleantesparaseguirlaal interior. En cualquier momento esa carilla sin mentón aparecería en laventana,sonriendocomoundemente...

Page 116: En La Tormenta

«Hallegadoelmomentodesalir.»Darbysecalzólazapatillaizquierda.Sehizoundoblenudoconelcordón.Se

colgóelbolsoalhombro,sinsoltarlasllavesquesujetabaentrelosnudillos,ysalióconconvencimientoalvestíbulodelaoficinadeturismodeWanapani.Edestabatoqueteandolaantenaderadioatravésdelapersianadeseguridad.

La miró dos veces con expresión confundida, y con razón. Había salido deledificio hacía unos diez minutos y ahora regresaba por el baño. Más allá dedondeseencontrabaEd,Sandidormitabaenelbancoconlaspiernasrecogidasyconlosojostapadosconellibrodebolsillo.—¿Hasencontradocobertura?—preguntóEd.Darbynorespondió.Mirómásallá,pasadoLaColinadelEspresso,hacia la

puerta delantera. Ahí es donde estaba Ashley bloqueando la salida con suespaldaancha.Lamirabadehitoenhito.Elasmáticoasustadizoynerviosoconel que había hablado hacía una hora había desaparecido, como un trucodescartado.EstenuevoAshleyestabaquietoyfirme,conunamiradaintensayobservadora. Lamiró de arriba abajo: tenía nieve en las rodillas, las mejillasenrojecidas,lapielpegajosaporelsudor,lasllavesdelHondabiensujetasenelpuño.Yentonceséldesviólamiradahacialamesacentral,comosileordenaraquetomaraasiento.Ella le devolvió la mirada, apretó los dientes e intentó parecer valiente.

Desafiante.Comounaheroínavalerosarodeadadefuerzasdelmal.Peroestabaapuntodeecharseallorar.Ahorasíqueestabasegura:moriríaesanoche.—Eh.—Edseinclinóentreellosehizounesfuerzoporrecordarsunombre

—.¿Estás...estásbien,Dara?«PorelamordeDios,mellamoDarby.»Ellatragósalivayhablóconunhilodevoz.—Estoybien.No lo estaba. Notaba los sollozos atrapados en el pecho, espasmos

temblorososqueluchabanporsalir.Ledolíalaespaldaenelpuntoenelquese

Page 117: En La Tormenta

habíagolpeadocontraelinodoro.Teníaganasdedarunsalto,sujetaraEdporlos hombros, gritarle al amable veterinario mayor y a su prima dormida:«Corred,porelamordeDios,echadacorrer».Pero¿adónde?Ashleyasintiódenuevoendirecciónalamesa,conmásfuerza.Alasilladeella.Darbysefijóenunobjetomarrónbiencolocadoenelcentrodesuasientoy

reconociósuservilletamarrón.Lamismaservilletaquehabíanempleadoantes,cuandoellalotomóporunaliado.Seacercóalasillaycogiólaservilleta.Ashleyhizounamuecadedesprecio.

Eraelcomienzodeunasonrisaengreída,quepasódesapercibidaaEdyaSandi.Desdoblólaservilletacondedosentumecidosytorpes.SISELOCUENTAS,LOSMATOALOSDOS.

Page 118: En La Tormenta

00:09h

Ashley se acercó a la mesa y se sentó directamente frente a Darby. Habíacruzadolaestanciaensilencioyentoncessesentóapoyandoambaspalmaseneltablero.Teníalasmanosgrandesyencallecidas.Darbyvolvióadoblarlaservilletayladejósobresufalda.Laradioemitióunruidodefondo.—Estoy harto de Pesca—dijo Ashley secamente—. ¿Y si jugamos a otra

cosa?Ellanodijonada.—¿Ysijugamos...?—Sepusoapensar—.¡Oh!¿YsijugamosaGuerra?DarbymiróaEdyaSandi...Ashleychasqueólosdedos.—Eh,estoyaquí,Darbo.Notepreocupesdelasnormas.Guerraesmuyfácil.

MásfácilquePesca,incluso.Tienesquesepararlabarajaendospartes,¿ves?,yrobarpor turnos,unodetrásdeotro,yveraquién lesale lacartamásalta.Lacartamásaltacogelasdosylasañadeasubaraja.Esporquetodaslasguerrasselibranbatallaabatalla.Ashleysonrió,pagadodesímismo,ybarajólosnaipesconsolturadelantede

ella.Acontinuación,abarquillólascartashaciaatrásconundurocastañeteo.—Ganaquienacabateniendotodalabaraja.—Lamiróalosojos—.¿Yquién

pierde?Puesquiensequedasinnada.Ed,detrásdeella,presionó la jarradeKAFÉpara llenarseelvasoyvolvióa

emitiresegritoahogado.Comopulmonesconaguaqueborbotea.Algodeeseruidohizoqueletemblaranlosomóplatos.—Malas noticias, amigos.—Ed golpeteó la persiana de seguridad—. Se ha

Page 119: En La Tormenta

acabadoelcafé.Ashleypusolosojosdesorbitadosfingiendoestarhorrorizado.—¿Qué?¿Nohaymáscafeína?—Metemoqueno.—Bueno,puesahorasupongoquevamosaempezaramatarnoslosunosalos

otros.Ashleybarajólascartasunaúltimavez.Darbyfuecayendolentamenteenla

cuenta de que aquellos naipes roñosos nodebíande ser propiedaddel área dedescansodeWanapani.Elexpositordefolletosestabaatornilladoylaradioyelcaféencerradostrasunapersianadeseguridad.Ashleyhabíatraídoesascartas.Porqueeraunaespeciededemoniojuguetónalquefascinabanlosjuegosylostrucos.Losjuegosdemanos,lassorpresasylasmalversaciones.«Soyunhombremágico,Lars,hermano.»Todaslaspistashabíanestadoallí.Ellanolashabíacaptado.—Deberíasdescansarunpoco—ledijoAshley—.Setevecansada.Sentíaquesugargantaeracomopapelseco.—Estoybien.—¿Sí?—Sí.—Nohaydescansoparalosmalvados.—Sonrió—.¿Verdad?—Algoasí.—¿Cuántodormisteanoche?—Losuficiente.—Losuficiente,¿eh?¿Cuántoeseso?—Yo...—Selequebrólavoz—.Una,doshoras...—Oh, no, no basta.—Ashley se inclinó hacia delante, hizo crujir la silla y

partió la baraja en dos partes.ADarby lemaravilló ver lo escalofriantementediestroqueeraconlosdedos.—Loshumanosdeberíandormirentreseisynuevehorasaldía—ledijo—.

Yo duermomis ocho horitas cada noche. No es una recomendación, cielo, es

Page 120: En La Tormenta

biología.¿Sabes?Menosqueesominatufuncióncerebral.Yesoloestodo:losreflejos,laestabilidademocional,lamemoria.Inclusotuinteligencia.—Asíestaremosalapar—repusoDarby.Edrioporlobajomientrasregresabaasuasiento.—Daleunapaliza.Porfavor.Pero Darby no cogió las cartas. Ni Ashley tampoco. Se observaron

mutuamente en silencio mientras el viento ululaba en el exterior. Una ráfagaentró por la ventana abierta del baño de hombres e hizo golpetear la puertacontra las bisagras. La temperatura de la sala iba descendiendo, pero hasta elmomentonadiesehabíapercatado.—Porsuerteparati—dijoAshley—,eljuegodecartasGuerraescuestiónde

suerte.Yasabes,adiferenciadelaguerradeverdad.Darbyleobservólosojos.Eranenormes,deunverdeesmeraldacondestellos

ámbar.Buscó algo identificable en ellos, algohumano con lo que conectar—miedo,cautela,concienciadesímismo—,peronoencontrónada.Porcasualidad,enunagaleríadearteeloctubreanteriorhabíaaprendidoque

losglobosocularessesustentabanenunostallos.Habíaolvidadoelnombredelartista,perosemezclóconlamultitud,sorbiendounDosEquis,explicandoconregocijo que había incorporado fotos de autopsias reales en su trabajo. ParaDarby,laformadelosnerviosoculareshumanosseparecíainquietantementealadelosinsectos,comolasantenasdeunababosadejardín.Teníanalgoqueleponíalapieldegallina.AhoraimaginabalosgrandesojosdeAshleycolgandode las cuencas, lanzando señales eléctricas junto con esos tallos caídos en elinteriordelosbuclesdesucerebro.Eraunmonstruo,unmanojoalienígenadenerviosycarne.Totalmenteinhumano.Yseguíamirándola.—Adiferenciadelaguerradeverdad—repitió.Losdosmontonesdenaipesseencontrabanentreellossinquelesprestaranla

menor atención. Los interrogantes revoloteaban en la mente de Darby como

Page 121: En La Tormenta

pájarosatrapados,cosasquequeríapreguntarcondesesperaciónperonopodía.NomientrasEdySandipudieranoírles.«¿Porquéhacéisesto?»«¿Porquésecuestraraunaniña?»«¿Quévaisahacerconella?»Y esos ojos verdes de dragón seguían devolviéndole la mirada, llenos de

secretos. Fulgurantes, le escudriñaban el cuerpo, calibraban sus dimensiones,repasaban contingencias y posibilidades. Destilaban una inteligencia queasustaba, así como Lars había resultado tremendamente bobo. Pero era unainteligenciagélida.Leasaltabantambiénotrasdudas:«¿Cuánrápidoeres?¿Cuánfuerteeres?Si

terajaralacaraconlasllavesdeBlue,¿podríadejarteciego?Ahoramismo,sicorroalapuertaprincipaldeledificio,¿llegaré?»Seabrióunapuerta.Unacorrienteheladasefiltróenlasala.Edalzólavista.—Hola,Lars.Ashleysonrióconsatisfacción.Pasandoporentreunremolinodevientodesviado,CaradeRoedorseapostó

junto a la puerta con la mano derecha hundida en el bolsillo de la chaqueta,sujetandolaempuñaduradelapistoladel45negra.Ahorayalahabíavisto, lahabíaatisbadodosvecesmientraséllaperseguía.Sabíapocodearmasdefuego,pero identificó que esta tenía cargador, lo cual implicaba que albergaba másdisparosqueloscincooseisdeunrevólver.Apenasdistinguíalasiluetabajoelanorakazul,unbultoenlacaderaderecha,perosoloporquesabíaloqueera.Ednosehabríapercatado.YSandidormía.Darbyvolvíaaestarrodeada.AshleyalamesayLarsapostadoenlapuerta.

Lahabíantenidovigiladatodoesetiempo, llevabantodalanochecoordinandodeformatácitasusposiciones,aunqueconfiabaqueelsaltodelángelquehabía

Page 122: En La Tormenta

hechoporlaventanadelbañoleshubierasorprendido.Nohabíadudadequelehabíasalvadolavida,porlomenosunascuantas...—Dara —dijo Ed sobresaltándola—. No has llegado a responder a la

pregunta,¿verdad?—¿Qué?—Sí, la pregunta de la hora del corro. Tumayor temor.—Giró el vaso de

poliestirenovacíoenlamesa—.Yohedicholomío.Ashleynoshacontadosuhistoriasobrelabisagradelapuerta.Sandiodiaalasserpientes.¿Ytú?Todaslasmiradasseposaronenella.Darby tragó saliva. Todavía tenía la servilleta con el SI SE LO CUENTAS, LOS

MATOALOSDOSagarradaconfuerzaenlafalda.—Sí.—Ashleyreprimióunasonrisa—.Cuéntanos.¿Quétedamiedo,Darbs?Laspalabasselequedaronbloqueadasenlagarganta.—Yo...yonosé.—¿Laspistolas?—instóél.—No.—¿Lasremachadoras?—No.—¿Quetematen?—No.—Nosé.Quetematendamuchomiedo...—Negativo—dijoella,interrumpiendoaAshleyymirandodehitoenhitosus

ojosverdes—.Mimayortemoresequivocarmeenunadecisión,fallarypermitirquesecuestrenomatenaalguien.Silencio.Sandiserevolvióensueñostumbadaenelbanco.—Es...—Edseencogiódehombros—.Bueno,esraro,perogracias.—Ella es...—Ashley se disponía a decir algo, pero se calló. Ed no se dio

cuenta,peroDarbysí,yseestremeció.¿Quéhabíaestadoapuntodesoltar?«Ellaes...»

Page 123: En La Tormenta

«Ella»,JayNissen.LaniñadeSanDiegodelmonovolumendelexterior,cuyavidapendíadeunhiloenesosmomentos.No era más que un pequeño error, apenas una fracción de una frase, pero

Darby sedijoquehabíapilladodesprevenido a su enemigo.Tal vezAshleyyLars la hubieran infravalorado, a ella, una estudiante de arte de Boulder deapenascincuentakilosdepeso,quehabíadescubiertoporcasualidadsutramadesecuestro. Seguro que no habían imaginado que escaparía por la ventana dellavabo.Sesentíaorgullosadeeso.Esperóqueempezaranaestarhartosdeella.«Noquierenmatarmeaquí,delantedetestigos.»PorqueentoncestambiéntendríanquemataraEdyaSandiyesoparecíaser

laúltimaopción.Probablementefueramásfácilgestionarunhomicidioenvezdetres.Habíanqueridomatarlaodejarlaincapacitadaenelexterior,deunmododiscreto,pero leshabía superadoenastucia: sehabía tiradodecabezaporunaventanadiminuta,sehabíacontusionadolaespaldacontrauninodoroysehabíaregaladodiezminutosdevidaadicionales.Esosdiezminutosyacasihabíanconcluido.«Inhala», se recordó. «Cuenta hasta cinco. Exhala.» Tenía que mantener la

respiracióncompletayregular.Nopodíaecharloaperder.Ahorano.«Inhala.Cuentahastacinco.Exhala.»Ashley lanzó una mirada por encima del hombro, hacia su hermano, y le

dedicóun asentimientode cabezadiscretopero autoritario.Nocabía lamenorduda de que él era elmacho alfa. SiDarbymataba a uno de ellos esa noche,tendríaqueseraél.Sepreguntóhastaquépuntoloquehabíadichoeracierto.Elcocheenterrado

delexteriornoerasuyoenrealidad.¿DeverdadestudiabacontabilidadenSaltLakeCity?¿RealmentehabíaestadoapuntodemorirenunaminadecarbóndeOregón con el pulgar aplastado en una bisagra oxidada? Ashley parecíaembriagadoporelactodementir,dedarindicacionesequivocadas,deinterpretar

Page 124: En La Tormenta

distintospapelesypresentardistintasversionesdesímismo.Eraun jovenqueinterpretabaunespectáculodemagia.Yaeramásdemedianoche.Darby teníaquesobrevivir seishorasmáshasta

que las quitanieves delCDOT llegaran al amanecer y abrieran la carretera parapoderescapar.Eranmuchosincrementosdediezminutos.Perolointentaría.No sabía el significado del asentimiento que Ashley había dedicado a su

hermano—por ahora, Lars seguía pegado a la puerta delantera—, pero no legustaba.Losdoshermanosacababandehacerotrajugadadeajedrezensilenciocontraellayahoravolvíaaestaraladefensiva.«MientrasEdySandiesténaquí,nomematarán.»Alzólavistahaciaelrelojdelaparedy,duranteuninstantedesolador,pensó

enlomuchoquefaltabaparaelamanecer.Enlooscurayfríaqueeralanoche.En cómo la superaban en número y en fuerza. Podían matar a todos lospresentes.Talvez lohubieranplaneado.Talvez laamenazade laservilletanofueramásqueunjueguecito.Ashleysonriódeorejaaoreja,comosilehubieraleídoelpensamiento.«Estepuntomuertonovaadurar.»—Bueno, chicos—anunció él con alegría—. Jugar a Guerra contra Darbs

parecemisiónimposible.¿Quiéntieneganasdeotrarondadelahoradelcorro?Edseencogiódehombros.—Bueno.—Vamos a... ¿primer trabajo? No. Vamos a hablar de nuestras películas

favoritas.—Ashleylanzóunamiradaalrededordelasaladeambientecargadocon la expresión radiante de un presentador de concursos—. ¿Os importa quevuelvaaserquienempieza?—Venga,aportodas.—Vale. En realidad... pues no tengo una única película preferida sino más

bienungénerodepelículaspreferidas.¿Todoelmundoloacepta?Edhizoungestode«quémásda»conlamano.—Laspelículasdemonstruos—dijoAshley,dirigiendolamiradarápidamente

Page 125: En La Tormenta

aDarby,queestabaalotroladodelamesa—.Nodemonstruospequeñoscomohombreslobo.Merefieroamonstruosgigantescos,deveintepisosdealto,comoGodzilla y Rodan. En Japón les llaman películas kaiju. Ya sabéis a qué merefiero,cuandoalgomuygrandeaterrorizaaunaciudadyva lanzandocochesporahícomosifueranjuguetes.Edasintióaunqueenrealidadnoestabaescuchando.Inclinabasuvasodecafé

enunintentoporcapturarlasúltimasypreciadasgotas.DabaigualporqueAshleysolomirabaaDarbymientrashablaba,conpalabras

clarasyserenas,revelandolablancuradesudentaduraperfecta.—Esque,jolín,meencantanlaspelículaskaiju.Y...loquemefascinadeellas

esqueloshéroeshumanos,BryanCranstonyelsosodelsargentoVanilla,enlaversióndeGodzillade2014,porejemplo,nosonmásqueapoderados.Sonunosdon nadie para el público. ¿Estos humanos penosos tienen algún peso en elargumento?Dejóquelapreguntaretóricaflotaramástiempodelnecesarioenelambiente.—Puesno—concluyó—.Cero.Supapelenlahistoriaestotalmentereactivo.

Godzilla,Mothra,elMUTO,lasverdaderasestrellasdelespectáculo,vanalucharyaresolversusasuntos,yloshumanosnopuedennisiquierapretenderimpedirlacarnicería.¿Leveissentido?Darbynorespondió.—Hagas loquehagas, losmonstruosvanahacerde las suyas.—Ashleyse

inclinó hacia delante, hizo crujir la silla y a Darby le llegó el olorcillo de sualientohúmedomientrasbajaba lavozy la convertía enungraznido ronco—.Losmonstruosvanalucharyaderrumbarrascacielosyadestrozarpuentes,yloúnicoquepuedeshaceresquitartedeenmediooacabasmachacado.Silencio.Darbyeraincapazdeapartarlamirada.Eracomoobservarunanimalrabioso.Su aliento resultaba intensísimo. Como yemas de huevo hervidas y café

amargo,mezcladoconolor a carne.Hacía sesentaminutos, su lengua lehabíaparecidounababosacálidaenlaboca.Yahoraotravezlucíasusonrisainfantil,

Page 126: En La Tormenta

comosisehubieravueltoaponerunamáscaradeHalloweendegomayenunabrirycerrardeojosvolvieraa serelparlanchín jovialquehabíaconocidoalprincipio.—¿Ytúquédices,Darbs?¿Cuálestutipodepelículapreferida?¿Demiedo?

¿Defantasmas?¿Porno-tortura?—Lascomediasrománticas—respondióella.Larsriodesdelapuerta,unruidoásperoquelerecordóaunasierramecánica

en punto muerto. Ashley intercambió miradas con su hermano y frunció loslabiosunpocomientraslanievesearremolinabacadavezmásenelexterior.—Va...vaaserunanochedivertida.«Talvez»,pensóDarby,mirándolealosojos.«Peroprometoquenolopondréfácil.»—Aunque reconozco que mataría por una taza de café —dijo Ashley,

frotándoselosojosconunasomnolenciaorquestada.—Laverdadesque...—seplanteóEd—.Puesresultaquetenemosunpocode

caféenlafurgoneta.Esinstantáneo,deesosdepolvoquehayqueañadiralaguacaliente.Sabeaaguasucia,peroescafé.¿Aalguienleinteresa?—¿Café de vaquero? —Ashley desplegó una amplia sonrisa, como un

buscador que acabara de encontrar oro. Había planeado aquello—. Seríafantástico.—Sandiloodia.—Bueno,porsuerteestádormida.—¿Sí?¿Os interesa?—Edseenfundóunosguantesde inviernonegrosyse

encaminóalapuerta—.Enseguidavuelvo...—Notepreocupes.—Ashleyampliólasonrisa—.Tómatetutiempo,amigo.Darbyintentópensarenalgoquedecir—Espera,para,porfavornotevayas

de aquí—, pero tenía la cabeza espesa. Pasó el momento y se le revolvió elestómago,Edyanoestaba.Lapuertadelanteradelaoficinadeturismosecerró,aunquenodeltodo.Larslaempujó:clic.

Page 127: En La Tormenta

Los dos hermanos intercambiaron una mirada y luego dirigieron la vista aDarby.Enunmicrosegundo, lapresióndelairede la salacambió.Estaban lostressolosduranteeltiempoqueEdtardaraendirigirsealafurgonetadeSandi,rebuscar en el equipaje, encontrar el café instantáneo y regresar. ¿Sesentasegundos,quizá?EnesosmomentosloúnicoquemanteníaaDarbyconvidaeraSandi.Ynisiquieraestabadespierta.Roncabacomoungatoronroneadoenelbanco

azul,conlosbrazoscruzadosencimadelvientreprominente,ellibrodebolsillohaciéndoleequilibriosencimadelacara.Lamenorbrisalodesestabilizaría.Porprimeravezentodalanoche,Darbyconsiguióvereltítulo:Lasuertedeldiablo.Durante los siguientes sesenta segundos aproximadamente, la vida de Darbydependíadelaprofundidaddelsueñodeaquellamujerdemedianaedad.—Comediasrománticas—mascullóAshley—.Quétierno.—MejorqueGodzilla.—Bueno,Darbs,estoycansadodedarrodeos.—Ashleyhablóconvozbaja,

controladaysindejardeobservaraDarbyporelrabillodelojo—.Estoesloquevaapasar.Voyaofrecerteuntrato.Ella escuchó, aunque en el fondo de su mente iba contando los segundos,

comolamaquinariadeunreloj:«Edtardarásesentasegundoseniryvolveralafurgonetadesuprima».«¿Cincuentasegundos,ahora?»—Estaofertavoyahacértelaunasolavez,Darbs,yluegodesaparecerápara

siempre.Nohabrá segundas oportunidades.Así pues, piénsatelo bien antes detomarunadecisión...—¿Quéestáishaciendoconesaniña?Ashleysehumedecióloslabios.—AhoranoestamoshablandodeJay.—¿Vaisamatarla?—Esonoesrelevante.—Paramíesmuuuuyrelevante...

Page 128: En La Tormenta

—Darby.—Empezabaaestarfastidiado:enseñabasudentaduraperfectaysuvozeraunsusurrocontenido—.Estonovadeella.¿Noloentiendes?Estovadeti y de mí, y de mi hermano y de todos los que estamos atrapados en estaencrucijada en esta área de descanso. Esto va de la decisión que vas a tomar,ahoramismo.«Cuarentasegundos.»Pensó en Lars, que custodiaba la puerta detrás de ella, y se le revolvió el

estómago por el miedo mareante que sentía. Su sonrisa desdeñosa, el tejidocicatrizadobrillantequelesalpicabalasmanos,susojillosmonótonos.Nocreíapoderdecirloenvozalta,perolodijo:—¿Acaso...Larsvaaviolarla?—¿Qué?—Ashleypusolosojosenblanco—.Puaj.Quéasco.Darbs,nome

estásescuchando...—Respóndeme—dijoella,lanzandounamiradaaSandi—.OtejuroporDios

queempezaréagritar«asesinos»ahoramismo...—Venga,hazlo.—Ashleyserecostóenelasiento—.Verásloquepasa.DarbyseguíateniendolasllavesdelHondaentrelosnudillos,sobreelregazo.

Sujetabalamásafilada,ladelahabitacióndeDrydenHall,entreelpulgaryeldedoíndice.Peronoseveíacapazdesalvarladistanciaquelesseparabaenlamesaconlarapidezsuficiente.Ashleyveríavenirlaagresión;alzaríaunamanoparaprotegersurostro.Nofuncionaría.Noeranilobastantefuertenilobastanterápida.—Venga,atrévete—susurróél—.Grita.Darbyestuvoapuntocumplirsufanfarronada.PeroentoncesAshleylanzóunamiradaporencimadelhombrodeDarby.Él

volvióaasentiryDarbyadvirtióconunestremecimientodepavorqueLarsseencontrabadirectamentedetrásdeella.Nolehabíaoídoacercarse,peroentoncesoyóelrocedelanorakdeLarsalflexionarseaescasoscentímetrosdetrásdeella.Como el instante en que se habían conocido. Ella dio un respingo, medioesperandoqueesasmanosconcicatriceslerodearanelcuelloyapretaranpero,

Page 129: En La Tormenta

encambio,Larssearrodillóylecogióelbolsoqueteníaenelsuelojuntoauntobillo.—Mío.—Sellevóelbolsoalapuerta.Ashleyvolvióamirarlamientrassemordíaellabioinferior.—Darbs,aver siquedaclaro,voyadarte laoportunidaddeenmendar todo

esto.Comoapretarunbotóngrandedecolorrojopararesetear.Además,esfácilporque loúnicoque tienesquehaceresnohacernada.Solomantener labocacerrada.«Veintesegundos.»—Lo ves, Darbs, todos estamos de acuerdo en que este pequeño accidente

nuncahaocurrido.Nosotros...mihermanoyyo...fingiremosquenohasforzadola cerradura del monovolumen. Fingiremos que nunca viste a Jaybird. Noslimitaremos a... a borrar las últimas horas de nuestros cerebros, y cuando lasquitanieves lleguen aquí retumbando al amanecer, nos subiremos al coche ytomaremoscaminosdistintos.Unaresoluciónpacíficaparatodos.Poppop.Lars abrió el cierre de la cartera deDarby.Las tarjetas de crédito

cayeron al suelo haciendo clic clac. Olisqueó, echó un vistazo a su carnet deconducir de Utah y desdobló un billete arrugado de veinte dólares, que seembolsó.«Diezsegundos.»—Voyasertesincero.—Ashleyseinclinóhaciadelante—.Deseodeverdad

de labuenaquemireshaciaotro lado.Quedescanses.Estáscansada.Se tevefatal. No tienes ninguna posibilidad contra Lars y yo. Así que... deja que losmonstruoshagandelassuyas,¿vale?«Cincosegundos.»—Porfavor,Darbs.Serámásfácilparatodosnosotros.—Lanzóunamiradaa

Sandimientraslodecía,comosilaamenazanoquedaralobastanteclara.Darbynotócómoleardíanlasmejillas.—Nopuedo.—Novamos a hacerle daño a Jay, ¿sabes?—Inclinó la cabeza—. ¿Es eso?

Page 130: En La Tormenta

¿Esoesloquetemes?Porquesieselcaso,teprometoque...—Mientes.—Nadiesufriráningúndañoestanoche,sicooperas.—Séquemientes.—Nolepasaránada—afirmóAshley,moviendolamano—.Oye,porcierto.

Viunmontóndepapelesenelasientotraserodetucoche.Unospapelesnegros.¿Quéestodoeso?—¿Quémásteda?Ashleyendureciólaexpresión.—Tú has fisgoneado en los asuntos de la familia Garver. Así que yo he

fisgoneadoenlostuyos.Respondealapregunta.—Son...papeles.—¿Paraqué?—Calcosdelápidas.—¿Yesoquées?—Cojo...Usoceraspara,ejem...,paracalcarlápidas.—¿Porqué?—Porquelascolecciono.—¿Porqué?—Porquesí.—Odiabaquelaobservara.—Eresunachicaconunaespeciedepasadooscuro—declaróAshley—.Me

gusta.Ellanosepronuncióalrespecto.—Y tienes una cicatriz encima de la ceja.—Se inclinó sobre lamesa para

observarlamejorbajoelfluorescente—.Debedehabersido...¿Cuántos,treintapuntos?Solosetenotacuandofrunceselceño.Osonríes.Darbybajólamiradaalsuelo.—¿Poresonosonríesmucho,Darbs?Leentraronganasdellorar.Teníaganasdequeacabara.—Sonríe—susurróél—.Vivirásmásaños.

Page 131: En La Tormenta

«Yahapasadomásdeunminuto.»¿Dónde narices estaba Ed? Un sinfín de posibilidades se agolpaban en su

mente.Talveznoencontraraelcafé instantáneo.Talvezestuvieraechandountragofurtivo.Oquizá...quizáhubieradescubiertoalgunapistasutil,reconstruidolatramadelsecuestroyahoraintentababuscarcoberturaparallamaralapolicía.O...¿ysiJay lograbacortar losbarrotesde la jaulaycorrerhaciaél?Seríaunsegundo testigo. Eso dejaría a Ashley y a Lars con una única salida, que eraempezaradisparar.Lossegundosparecíanvolatilizarse.AlzólavistahaciaelrelojdeGarfield,y

Ashleysepercató.—Vaunahoraadelantado,¿sabes?—Losé.—Nosonmásquelauna.—Losé.Ashley se humedeció los labiosmientrasmiraba el reloj. La imagen de un

GarfieldenamoradoqueleofrecíarosasaArlene.—Oye,¿cómosellamaelgato?¿Eldecolorrosa?—Arlene.—«Arlene.»Esunnombredechicabonito.Comoeltuyo.—Eltuyotambién—dijoDarby.Élsonriócomplacido,disfrutandodeltirayafloja,yvolvióafijarseenlaceja

deella.—¿Cómotehicisteesacicatriz?—Enunapelea—mintióella—.Enelinstituto.Habíachocadoconlabicicletacontralapuertadeungaraje.Encasodeque

pudierallamarse«pelea»,lapuertadelgarajehabíaganado.Veintiochopuntosyunanocheenelhospital.Suscompañerosdeclase lahabíanrebautizadocomo«Frankenstía».NosabíaacienciaciertasiAshleylahabíacreído.Élsehumedecióloslabios.—Debería advertirte, Darbs, si... es que tienes intención de enfrentarte a

Page 132: En La Tormenta

nosotrosestanoche.¿Tienes?—¿Sitengoqué?—¿Intencionesdeenfrentarteanosotros?—Meloestoyplanteando.—Bueno,siesasídeberíassaberlo.Siemprehesidountantoespecial.—Yquelojures.—Pues... no es que tenga suerte... es que estoy protegido, creo. De las

consecuencias.Escomounamagiaqueposeo.Alfinal,siempremesalgoconlamía. —Se le acercó todavía más, como si le estuviera confiando un secretodelicado—.Podríasllamarlosuerte,perocreosinceramentequesetratadeotracosa.Cuandosemecaelatostada,porasídecirlo,lamermeladasiemprequedaarriba.—Enrealidadnotienesasma,¿verdad?—sevioobligadaapreguntarle.—No.—¿YestudiasenelInstitutoTecnológicodeSaltLake?Ashleyampliólasonrisa.—Meinventéelnombre.—¿Ylafobiaalaspuertas?—Alasbisagrasdelaspuertas.Esoesverdad.—¿Enserio?—Sí.Meponen lospelosdepunta.—Se llevó lamanoal corazón—.Te lo

juroporDios.Nopuedotocarlas,intentonomirarlas.DesdequeestuveapuntodeperderelpulgarenChink’sDrop,meproducenunmiedoterrible.—¿Lasbisagrasdelaspuertasnormales?—Sí.—Estabaconvencidadequeeso también te lohabías inventado.Noparecía

real.—¿Porquéno?—Porque no me parecía que fueras tan gallina —repuso Darby con

tranquilidad.

Page 133: En La Tormenta

Unodelostablerosdelsuelocrujió.Ashley le devolvió la mirada con frialdad, como si hubiera desafiado su

valoración inicial, y las luces parpadearon encima de su cabeza. Entonces élsuspiró,tragósalivaunavezyvolvióahablarconvozmáscontrolada:—Estásjugandoconlavidadeunaniña.Noloolvides.Hoypuedetenerun

finalfeliz,peroloestásponiendoenpeligro.—Notecreo.—No va de sexo—dijo Ashley, frunciendo el ceño con expresión de asco

exagerado—.Vadedinero.Siesqueteinteresasaberlo.Sandi volvió a moverse en el banco. La suerte del diablo se deslizó unos

cuantos centímetros por su rostro. Darby se preguntó si estaba realmentedormida.¿Ysifingía?¿Ysihabíaescuchadotodalaconversación?—Merefieroaque...ahoratecuento.—Ashleyreprimióunasonrisayvolvió

a relajarse. Su comportamiento iba cambiando por fases, lo cual resultabaespeluznante;de la luza laoscuridadydevueltaa la luz—.Deberíasveresacasa, Darbs. Parece la mansión del señor Burns. Papá es el dueño de unaempresadetecnologíareciéncreada,algorelacionadoconunlectordevídeo.Yasabes,informática,locualestámásalládemicapacidadmental.Yosoymásdecosasmanuales,másprácticas.Motivoporelquenoshemos llevadoa Jay; lallevamosalasRocosasunassemanitas,paraquepapáymamásepreocupendeverdad y saquen el talonario de cheques, y cuando nos compensen congenerosidadpornuestrotrabajo,cobraremosyladejaremosenunaestacióndeautobusesdealgúnpueblodemierdaenKansas.Noleharemosdaño.Serácomounasvacaciones. Joder, si a lomejor incluso le enseñamosahacer snowboardmientrasestamos...—Mientesotravez.Susonrisasimplonadesapareció.—Yatelohedicho,Darbs.Intentaestaralcaso.Noleharemosdaño...—Yalehabéishechodaño—gruñóella,medioesperandoqueSandiestuviera

despierta bajo el libro, escuchando de verdad—. Le habéis disparado un puto

Page 134: En La Tormenta

clavo en lamano.Y juroporDios,Ashley, que si tengoocasión, te haré algopeor.Silencio.Lars,juntoalapuerta,volvióaguardarlacarteradeDarbydentrodelbolso.—Entonces...—Ashleyhizounapausa—.¿LehasvistolamanoaJay?—Sí.Ashley caviló acercade su respuestaduranteunosmomentos al tiempoque

volvíaalamerseellabioinferiorconunaespeciedesorbetóndelagarto.—Bueno. Vale. —Endureció el semblante, otro cambio sobrecogedor de

actitud—. Bueno, bueno. Fantástico, diría incluso. Vamos a sacarle algunaenseñanza a este momento, ¿vale? Si lo que más me interesa es mantener aJaybirdconvida,conmocionadaperoviva,yayerpor lamañana,hartodesusgimoteos,lepresionéunaremachadoracontralapalmayapretéelgatillo,pues...bueno, Darbo, imagínate lo que le haría a alguien a quien no tengo por quémantenerconvida. Imagina loque leharíaaestaáreadedescanso.Loque leharíaaEdyaSandi.Loqueteharíamirar.Yseríaculpatuyaporquetecreestansuperiormoralmentequeteniegasacooperar.Asíquetelopidootravez,Darby.Y te lo advierto, piénsatemuy bien lo que dices a continuación porque, si noaciertas,teprometoquenoseráslaúnicaquemuereestanoche.Ellalemiródehitoenhito,sinatreverseapestañear.—Además—añadióél—,tesangralanariz.Darbysetocólanariz...Ashleyseabalanzóhaciadelante,leagarróunmechóndepeloylegolpeóla

caracontraeltablerodelamesa.Fuegosartificialesdetrásdelosojos.Undolormareante.Elcartílagodelanarizemitióuncrujidohúmedoyellaretrocedió,porloqueestuvoapuntodecaersedelasillallevándoseambasmanosalacara.Sandisedespertódeunsaltoalotroladodelasala.Ellibrocayóalsuelo.—¿Qué...quéhapasado?—Nada,nada—contestóAshley,mirandoaDarby—.Estamosbien.Darbyasintiómientrassepellizcabalanariz.Lasangrecalientelecorríapor

Page 135: En La Tormenta

lasmuñecas, de un rojo intenso.Le escocían los ojos e intentaba contener laslágrimas.«Nollores.»—Oh,cielo,lanariz...—Sí,estoybien.—Darbynotósaboracobreentre losdientes.Dosgotones

cayeronenlamesa.Teníalosdedospringosos.—¿Quéhapasado?—Laaltitud—dijoAshleytantranquilo—.Labajapresiónatmosférica.Nos

afecta.AmímehasangradolanarizcomoungrifoenElkPass...Sandihizocasoomisodeél.—¿Necesitasunpañuelodepapel?Darby negó con la cabeza con fuerza mientras se apretaba las narinas. La

sangre le bajaba por la garganta como una bebida coagulada. Las gotas lesalpicabanlafalda.«PorDios,nollores.»Sandi cruzó la estancia balanceando el bolso grande que llevaba. Cogió un

puñado de servilletasmarrones delmostrador de café y lo dejó en la falda deDarby.Letocóelhombro.—¿Estássegura?Esque...sangrasmucho.Darbynotóque lacarase le tensaba,comosi leestuvieranestirando lapiel

alrededordelcráneo.Notabauncalorabrasadorenlasmejillas.Seleempañólavistaporculpadelaslágrimas,surespiraciónsiseabaentrelosdientesmientrasAshley laobservaba tan tranquilodesdeelotro ladode lamesacon lasmanossuperpuestasenelregazo.«Nollores,Darby,onosmataráatodos.»—Estoybien—dijoconvozestrangulada—.Eslaaltura...—Tomé mi primera cerveza a dos mil cuatrocientos metros de altura —

intervinootravezAshley—.Mecortélamanoconunfluorescenteysangréaguarojadurantedosdías...—Oh,cállatelaboca—sequejóDarby.

Page 136: En La Tormenta

Élsequedóinmóvil,asombradoporsufuriarepentina.TendríaquehabersidootropuntoparaDarby,otromomentilloenelquelapresapilladesprevenidaaldepredador,peroenseguidasediocuentadequehabíacometidoungraveerror.PorqueSandisehabíadadocuenta.—Yo...—La señora vaciló y levantó las palmas.Miró a uno y a otro y su

parka amarilla hizo ruido con sus movimientos—. A ver, ¿qué está pasandoaquí?Silencio.Ashley se mordió el labio con aire pensativo y acto seguido dedicó un

asentimientoaLars.«No,no,no...»Larsintrodujolamanoenelbolsillodelanorakparacogerlapistola.Perola

puertadelanteraseabrióderepente,golpeócontralaparedylesobresaltó...—Por fin he encontrado el café. —Ed entró, sus botas crujieron y

desperdigaroncoposdenieveporelsuelo.DejódegolpeunpaquetedecafédeColombia molido cerrado con un clip en la mesa, entre ellos—. Lasinstrucciones sondos cucharadas por cada doscientos cincuentamililitros de...¡Oh,joder,haysangre!—Laaltitud—dijoDarbyconvozestrangulada.Sandinodijonada.—Vaya.—EdmiróaDarbydearribaabajo—.Lahaspilladobuena.Mantén

lapresiónenlanarizeinclínatehaciadelante,nohaciaatrás.Darbyinclinólacabezahaciadelante.—Bien.Haciadelantecoagula.Haciaatráscaeporlagargantaysetellenael

estómago de sangre. —Se sacudió la nieve de los hombros—. Coge esasservilletas.Songratis.—Gracias.MientrasEdpasabadelargo,DarbymiróhaciaSandiyestablecióuncontacto

visualtembloroso.Sandisospechabaalgo,abríaunosojoscomoplatosymiraba

Page 137: En La Tormenta

de un hermano al otro. La silueta de la pistola que escondía Lars quedabaplenamenteensombrecidaporlaluzdeltecho.Darbysellevóeldedoíndicealoslabios:Chitón.Sandiasintióunavez.Almismotiempo,AshleydebiódehacerunaseñalconlamanoaLars.Darby

sevolvióysolovioelmovimientofinal,peroparecíaquesellevabalamanoalcuelloenungestodesesperado:«Para,para,para».Eraeso; lasalaacababadeestaraunamilésimadesegundodesumirseenunestallidodeviolencia.Ednotenía ni idea de que quizá acababa de salvar la vida de todos entrando atrompiconesconunpaquetedecafésoluble.Actoseguido,introdujolamanoporlapersianadeseguridadydispensóagua

caliente.—Nollegaahervir,peroestá lobastantecalienteparaun té.Deberíabastar

parauncaféaguado.—Manácaídodelcielo—dijoAshley—.Vivalacafeína.—Sí,deesosetrata.—Eresmihéroe,Ed.EdasintióaunqueempezabaahartarsedelparloteodeAshley.—Mealegro.Sandiretrocedióysesentóenelbancodelaesquina,desdedondedominaba

toda la sala.Darbyvio cómo levantaba el libro, pero lo sostenía en el regazo.Teníalaotramanodentrodelbolso,traslasletrasbordadasdelosSalmos100,5.Quizáestabasujetandounespraydepimienta.«Porfavor,Sandi,nodigasnada.»El área de descanso de Wanapani era un polvorín. Bastaba con una sola

chispa,aquellasalaeratodafricción.Concuidadoysinservista,DarbyabriólanotadeSISELOCUENTAS,LOSMATOALOSDOSenelregazo,pordebajodeltablerode la mesa, y escribió otro mensaje apoyándose en el muslo. Tapó el boli yvolvióadoblarbienlaservilleta,aunquedejóunahuelladesangre.—¿Quiénmásquierecafé?—preguntóEd.

Page 138: En La Tormenta

—Yo—dijoLars.Sandiasintió,peronohabló.—Yotambién—dijoDarbyal tiempoquese levantaba,sujetándose lanariz

doloridaytendiéndolelanotaaAshleyantesdedarselavueltahaciaEd—.Sinazúcar ni leche. Y que sea cargado, por favor. Esta noche va a serendemoniadamentelarga.Detrásdeella,oyóqueAshleydesdoblabalaservilletaconavidez.Entoncesleyósumensaje.

Page 139: En La Tormenta

01.02h

TÚGANAS.NOABRIRÉLABOCA.Ashleysonriócomplacido;Darbynoteníaniideadeloacertadaqueestaba.AquellachicadelauniversidaddeBouldereraunacomplicacióninesperada,

peroyalahabíacaladoantes.Habíavistoaotrasdesucalaña,aunquenuncadecarneyhueso.Resulta queDarbyElizabethThorne eraunaheroína auténtica.EraunadeaquellostranseúntesdelagrabacióndeunaestacióndeservicioShellquearrebatalapistolaalladrónoayudaalempleadoensangrentado.Eradeltipoqueselanzaríabajolasruedasdemoledorasdeuntrenparasalvarauncompletodesconocido.Protegeralosdemás,hacerlocorrecto,erainstintivoparaella,losupieraono.Encontradelacreenciapopular,esonoeraunafortaleza.Era una debilidad porque hacía que esas personas fueran predecibles.

Controlables.Y,porsupuesto,conapenasunaconversacióndemediahora,conmediarondadelahoradelcorroyunjuegodecartasfrustrado,Ashleylahabíacalado.¿Partirlelanariz?Esonohabíasidomásqueunpequeñojuegodivertidodel

quesalirvictorioso.Y se había sorprendido al ver hasta qué punto disfrutaba viendo a Darby

contenerlaslágrimasdelantedeEdySandi,mientraslanarizlesangrabacomoungriforojo.Habíaalgograndeenlasituación,algoquenoeracapazdeseñalarconeldedo.Estabahumillada,sufríaenpúblico,comosucedíaenalgunasdesuspelículaspornopreferidas.Leencantabanaquellasenlasquesalíaunachicaqueen secreto llevaba unas bragas con vibrador por la calle o en un restaurante,intentandodisimular.Intentandocontenerse.

Page 140: En La Tormenta

También ayudaba que Darby fuera un bellezón, que poseyera una bellezaferoz.Elpelocastañocaobaacentuabaesacualidad.Niellamismasabíaloduraquepodíallegaraser,llevadaallímite.Leencantaríaponerlaenesasituación.Leencantaría llevarlaaRathdrum, ir encocheconellahastaelyacimientodegrava y enseñarle a disparar la SKS de su tío. A apoyar la culata de maderasoviética en su pequeño hombro, guiar su uña pintada alrededor del gatillo,olisquearsusudornerviosomientrasalineabalamiradehierrograduada.Quélástima,pues,quetuvieraquematarlaestanoche.Noqueríahacerlo.Estrictamentehablando,AshleyGarvernuncahabíamatadoanadie,asíque

esanoche se estrenaría.El casomásaproximadoque se leocurría eramásunhomicidioinvoluntarioqueunasesinato.Ynoporculpadelaaccióndirectasinodelainacción.Habíaocurridoensuniñez.FueunoodosañosantesdeestarapuntodeperderelpulgarenChink’sDrop.

O sea que tenía cinco o seis años. Por aquel entonces, en verano, sus padressolíanendosarlosaélyaLars(queapenasgateaba)atíoKenny,quevivíaenlaspraderassecasdeIdaho.SehacíallamarelGordoKenny(«¡Hey,hey,hey!»),yAshleyentendíaahoraqueeraunriffdelGordoAlberto.Eraunhombrealegrequeresoplabaalsubirescaleras,fumabacigarrillosdeclavoysiempreteníaunchisteamano.«¿Quéselediceaunamujerconelojomorado?»«Haberescuchado.»«¿Quéselediceaunamujercondosojosmorados?»«Nada.Yaselohandichodosveces.»Cada año, Ashley regresaba al colegio armado con un arsenal de chistes

tronchantes.Cadaseptiembreeraelniñomássolicitadodelpatio,ydejabaquesehicieranvirales.Llegadosalmesdeoctubre,eldistritoescolarcelebrabaunareunióndeemergenciasobrelatolerancia.PeroeltíoKennyeramuchomásqueuncachondo.Tambiéneraelpropietario

Page 141: En La Tormenta

de una gasolinera en una carretera de un solo carril al sur deBoise, que sologustaba a los camioneros. Ashley solía trepar a losmanzanos con Lars y vercómoentrabanysalíanesosvehículosdedieciochoruedas.Avecesaparcabanen la finca de Kenny, mascando terrones sucios y embarrados en la hierbaamarilla, llegabanaúltimahorade lanocheypartíanalamanecer.CasinuncaentrabanencasadeltíoKenny,aunquesíibanalrefugioparaciclones.Eracomounbúnkerantinuclear,conunatrampillaquesobresalíadeentrelas

malas hierbas a dieciocho metros del lavadero. La puerta subterránea estabasiempre,siemprecerradaconcandado.Hastaunamañanaenque,bajounvelodenieblahúmeda,descubrióquenoloestaba.Asíqueentró.Ashleyrecordabapocosdetallesdelcuartooscurosituadoalfinaldelalargay

podrida escalera. Sobre todo los olores, una rancidez húmeda y dulce queresultaba pútrida y curiosamente atractiva a partes iguales. No había vuelto aolernadaigualdesdeentonces.Cementofríobajosuspies.Cableseléctricosenel suelo; focos grandes dispuestos en trípodes. Formas indefinidas queacechabanenlaoscuridad.Sedisponíaamarcharse,subíayalasescaleras,cuandounavozfemeninale

llamó:—Eh.Al volverse a punto estuvo de tropezar. Aguardó unmomento que se hizo

largo,medioen las escalerasymedio fuera, conpieldegallina en losbrazos,preguntándosesiselohabíaimaginadohastaque,porfin,volvióaoírselavozdelamujer.—Eh,tú,niño.Se quedó paralizado, pues no entendía cómo era posible que la mujer del

sótano le hubiera visto. Estaba oscuro como boca de lobo.De adulto,Ashleyhabía empezado a comprender que las pupilas de ella se habían adaptado a laoscuridad,adiferenciadelasdeél.IgualquehabíahechoDarbyconeltrucodecerrarunojo.

Page 142: En La Tormenta

—¿Eresbuenchico,verdad?Sehabíaencogidoenlospeldañosysehabíatapadolosoídos.—No,notengasmiedo.Túnoerescomoellos.—Lavozfantasmagóricabajó

de volumen, como si estuviera contando un secreto—: ¿Puedes... eh... puedesayudarmeconunacosa?Élnohabíarespondidopormiedo.—¿Puedestraermeunvasodeagua?Noestabaseguro.—¿Porfavor?Alfinal,cedióysubiólasescaleraspodridasatodaprisa,corrióalaranchera

desutíoyllenóunvasoazulenelfregaderodelacocina.Ahíelaguadegrifosabíaahierro.Cuandovolvióasalir,tíoKennyestabaapostadojuntoalapuertaabiertadelsótano,conlosbrazosenjarra,enlascaderasfofas.ElpequeñoAshleysequedóparalizadoyselecayóunpocodeagua.Pero tío Kenny no estaba enfadado. No. Nunca estaba enfadado. Era todo

sonrisas, enseñando sudentaduraamarilladecaballo,y cogióelvasodeentrelosdeditospetrificadosdeAshley.—Gracias,chico.Estábien.Selollevaré.Oye,¿porquénodasunpaseocon

tuhermanitohastalagasolinerayoscogéisdosflautasdepollo?Invitalacasa.Las flautas estaban secas comopapelde lija,marchitasdebidoa la lámpara

térmica.ALarsnoleimportó,peroAshleynoselapudoacabar.Esemismoaño,unoodosmesesdespués,AshleyregresóacasadeltíoKenny

porsegundavezparaelfindesemanadeldíadelosCaídosyrecordabahaberencontrado la misma puerta del sótano abierta del todo, con un ventiladortraqueteanteque sacaba airehacia fuera.Aquel día, cuandobajó las escaleras,encontrólaslucesencendidasyaparecióunbúnkerdesnudo,hechopolvo.Losmurosdehormigónhúmedospor lacondensación.Conmarcasde fregarenelsuelo.Eloloracrealejía.Lamujerhabíadesaparecido.Hacíatiempo.Inclusoatantiernaedad,Ashleysupoquedeberíaplantarcaraasutíosobre

Page 143: En La Tormenta

eltemao,aúnmejor,contárseloasuspadresyhacerquellamaranalapolicía.Yhabíaestadoapunto,dándolevueltasaesaideatodoelfindesemanacomosifuera un arma cargada. Pero ese sábado por la noche, tío Kenny preparómacarronesconqueso,jalapeñosytirasdebeiconenteras,ylescontóunchistetandivertidoqueAshleyescupióunbocadomediomasticado.«Oye,Ashley,¿cómosabessiunnegrohaestadoentuordenador?»«¿Cómo?»«Yanotienesordenador.»AlfinalloquepasóesqueelGordoKennylecaíademasiadobien.Eramuy

divertido.YseportabademaravillaconelpequeñoLarsdecuatroaños,puesledejabacogerherramientaseneltaller,leenseñabaadispararacornejasconunaescopeta de aire comprimido. Así que, en conclusión, lo que los camioneroshicierancon lamujerdelbúnkerpoco importabaaAshley.Habíaarchivadoelincidenteenelconfínmásrecónditodesumente.Aquellohabíapasadohacíadiecisieteaños.Yahora,eneláreadedescansodeWanapanienColorado,lagélidanochedel

23 de diciembre, los papeles se habían mezclado, como en una serie detelevisiónclásicaquesereponeconunelenconuevo.AshleyeraelnuevoGordoKennyqueseesforzabaporprotegerunsecretodañino.YDarbyera la testigoaccidental.Lahistorianoserepetíaexactamente,pero,joder,eraevidentequeseparecía.Edalargólamanomásalládelapersianadeseguridad,quevibraba.Probóel

dispensadordeaguacalienteyluegoseparódosbolsitasdecafésoluble.—Hecogidounotorrefactofuerteyotromássuave.—Cualquieramevabien—dijoSandi.—Yoeltorrefactofuerte,porfavor—pidióAshley—.Lomásfuerteposible.Enrealidadnoteníaningunapreferencia;soloquelegustabacómosonabalo

de «torrefacto». Tenía las papilas gustativasmediomuertas, así que todos loscaféslesabíanigual.Pero,joder,sihabíaunanochepropiciaparauncaféfuerte,sindudaeraaquella.SeguardólaservilletamarróndeDarbyenelbolsillodelos

Page 144: En La Tormenta

vaquerosysefijóenqueestabamanchadoconlahuelladactilardelasangredeellaenformademedialuna.Sepercatódequelahabíaperdidodevista.Escudriñó la sala rápidamente. Ed estaba ahí junto al mostrador de café

cerrado;Sandi,sentadacomoungruesoabejorroamarillo;Lars,apostadojuntoalapuertadelantera,perosí,Darbyhabíadesaparecido.Sehabíaesfumado.Habíaaprovechadosudespisteylehabíahechounajugada.Pero no pasaba nada. Nada de qué preocuparse. Ashley Garver también le

haríaunajugada.«¿Baños?»Baños.Asintióhaciasuhermano.

Darbyeraconscientedequeapenasdisponíadeunossegundos.Cerrólapuertadelbañodehombresdetrásdeellasindejardecaminar,pasó

junto a los urinarios manchados, mientras su doble la seguía en los espejos.Cicatrizvisible,comounahozblanca.Ojosatormentadosenelcristal.Sí, el área de descanso de Wanapani era una olla a presión. Casi había

conseguidoquemataranaEdyaSandi.Necesitabasalir.Necesitabareenmarcaraquellabatalla,cambiarladeescenario.Enalgúnlugardondenohubierariesgosdecausardañoscolaterales.«Correré»,decidió.«Correrécarreteraarriba.Lomásrápidoy lomásfuerte

quepueda.Nopararéhastaqueencuentrecoberturaypuedallamaral911.»«Omueracongelada.»Comprobó otra vez el iPhone. La pantalla debía de haberse roto cuando se

golpeóconelinodoroyeraunatelarañaderajasprofundas.Yasololequedabaundosporcientodebatería.Alzólavistahacialaventanavacía,unarodajatriangulardecielonocturnoy

copas de árboles. Estaba a unos dosmetros ymedio del suelo. Pasar por ella

Page 145: En La Tormenta

habíasidofácilgraciasalasmesasdepicnicapiladasenelexterior.Salirporellaseríamuchomásdifícil.Aunquesepusieradepuntillas,nollegabaalmarcodelaventana.Necesitaríavolarprácticamenteparaalcanzarloniquefueraconlasyemasdelosdedos.Tendríaquecogercarrerilla,ymucha.Retrocedió más allá de los compartimentos verdes, más allá del A PEYTON

MANNINGLEGUSTAQUELEDENPORDETRÁS,hastalapuerta,deespaldasalapared,yelbañorectangularseextendióanteellacomosifueraunapistadeseismetrosconellinóleolisobajolospies,resbaladizoporlahumedad.Arqueólaespada,seagachócomosifueraunatletaycerrólasmanosenformadepuño.Respiróhondoynotóeloloramargodelamoníaco.Exhalólamitaddelaire.«Ya.»Corrió.Espejos, orinales, puertas de compartimentos, los dejó todos atrás a toda

velocidad.El aire le silbaba en las orejas.No tenía tiempo de pensar en nadamás.No tenía tiempode tenermiedo.Aplanó lasmanoscomosi fueranpalas,bombeando las piernas, y dio un salto en plan kamikaze hacia la pequeñaabertura...Cuandoestabaenelaire,pensó:«Mevaadoler...».Dolió. Chocó contra la pared embaldosada con las rodillas, se magulló el

mentónysequedósinaireenlospulmonespero(¡sí!)habíaalcanzadoelmarcodelaventanacondosdedosdesesperados.Lasuñasclavadasenlaviejamaderaempapada.ApoyólaConversehúmedaenlapared.Volvióaarquearlaespalda,clavó los codos y se impulsó hacia arriba respirando entre dientes apretados,comoenlabarradeflexionesmásinfernaldelmundo,ysubió,subió,subió...Oyóquealguienjadeaba.Enelexterior.«No.»«No.No.No,porfavor,quenoseadeverdad...»Perosí,loera.Justoenelexterior,alotroladodelapared.Eseresuellosuave

que tan bien conocía, aquel resoplido jugoso. Lars, Cara de Roedor, había

Page 146: En La Tormenta

rodeadoeledificioylaesperabaenelexterior.Observabalaventana,pistolaenmano,dispuestoadispararleenlacabezaencuantotreparayasomaralacabeza.¿Ahoraqué?Se quedó allí colgada con dedos doloridos y los pies a unmetro del suelo,

deseando desesperadamente haber malinterpretado los aullidos del viento delexterior.Perosabíaqueno.SabíaqueAshleyhabíaenviadoalobedientedeLarsa impedirle la huida. Lo cual dejaba sin aparecer a un enemigo mucho másastutoypeligroso.Entoncesoyócómosecerrabalapuertadelbaño.«Estáenellavabocon...»UnabolsadeplásticocubrióelrostrodeDarbydesdeatrás.Ellagritó,perola

teníapegadaalaboca.

Page 147: En La Tormenta

01.09h

JayNissenserróelúltimobarrotedelajauladeperros.Loshabíaidocortandounoporunoconlanavajadentadatalcomolehabía

dicho la chica del pelo rojizo. Como una taladora de árboles en miniatura.Notaba pinchazos de dolor en lamano izquierda, por lo que el proceso habíasidolento.Endosocasioneshabíasoltadolanavajayhabíatenidoquebuscarlaa tientas. Una de las veces había temido que rebotara fuera de la jaula y seperdieraparasiempre.Perolaencontró.¿Yahora?Elenrejadocayódeunempujónychocócontralapuertadelmonovolumen.Eralaprimeravezquelajaulaseabríadesdequelahabíanapresado.Nosabía

cuántosdíashabíanpasado.Noloshabíacontado.Sipasabamásdeunanochesin sus inyecciones se sentía atontada y por eso se había sumido en un ritmoirregularyenfermizodesiestasdecuatrohoras.Elsolhabíasalidoysehabíaocultado, alzándose y bajando desde distintas ventanillas.El olor a ketchup, asalsaranchera,alsudorrancioquesecondensabaenelcristal.Elcrujidodelosenvoltorios del restaurante Jack in the Box. Los murmullos, los chistestronchantes de Ashley, el zumbido del asfalto, el tic apremiante de las lucesintermitentesdelmonovolumenalgirar. ¿Habríapasadoyaunasemana?¿Quéestabanhaciendosuspadresenesosmomentos?Cuandollegaronasucasa,elmandodelaWiiseestabacargando.Jayestabaenchufandoelcablegrisenelpuertodelaconsolacuandooyóun

único toque fuerte en la puerta principal. Como una pelota de tenis. Habíacorreteado hasta la puerta y la había abierto unos centímetros, gracias a lacadenitadelatónconlaquequedabalapuertasujeta,yfueentoncescuandolo

Page 148: En La Tormenta

vioporprimeravez,alqueahorasabíaquesellamabaLars.Enaquelmomento,todavíanoestabaacatarrado.Habíadesplegadounagransonrisaylehabíadichoque era de la empresa de reparación de tejados Fox, que su padre, «el señorPete»,leshabíadadopermisoparaentrarenlacasa.Jaydijoqueno.Lars se lo pidió unas cuantas veces más, de maneras distintas. Daba la

impresióndequepensabaque«elseñorPete»estabaenelcolmado,locualerafalso (su padre la había llamado desde la oficina para decirle que la canguroestaba enferma y que había sobras deMongolian Grill en la nevera). Inclusoentonces,JayhabíatenidolaimpresióndequeLarsnoeracomootrosadultosdesuvida.Supusoqueincluso,asuedad,yaeramáslistaqueél.Larsselopidiódeformamenoseducada.Seinclinóhaciaellaynotóquela

bocaleolíaahojassecas.Jaycerrólapuerta.Cuandosevolvió,elqueahoraconocíacomoAshleyestabasentadojuntoala

mesa oval de la cocina. Sus botas habían dejado huellas embarradas en elparquet.La habíamirado como si nada,mientrasmordisqueaba un puñado dechips de plátano de un cuenco de cerámica. Jay seguía sin saber cómo habíaentradoenlacasa.¿Porlaventana,quizá?¿Porelgaraje?Corrióhaciaelsalón,peronollegó.Aquíy ahora, JamieNissen—oJay, tal como la llamabandesdeprimero—

salió a cuatro patas de la jaula de perro, por encima de las mantas y toallasrasposasdebajodelascualessurescatadorasehabíaescondidohacíadoshoras.Lasbarrasmetálicas traqueteabanyemitíanunsonidogangosoasualrededor;esperó queAshley yLars no estuvieran cerca para escucharlo.Estiró lamanohacia la puerta trasera del monovolumen, pensando que estaría cerrada. Larssiempre se había asegurado de cerrar con llave las puertas delmonovolumen,cadavezque...Lamanecillahizoclicentresusdedosensangrentados.Lapuertaseabrióderepente.

Page 149: En La Tormenta

Jaysequedóparalizadaacuatropatas,mirandohacialaoscuridad.Milesdecopos de nieve arremolinados. Una ráfaga estremecedora de viento nocturno.Una zona de aparcamiento de un blanco liso e intacto, cristales de nieverutilantes. Resultaba extrañamente apasionante. No había visto tanta nieve entodasuvida.«¿Ahoraqué?»

—¿Ahoraqué,Darbs?Darby no podía respirar ni ver. Tenía la cara cubierta por el plástico tenso,

succionándolacontralosdientesdelanteros.Unasmanosnudosaslerodeabanelcuello,retorcíanlabolsa,leconstreñíanlasvíasrespiratorias.—Chis,chis.Darby se resistió pero Ashley era demasiado fuerte. Le había retorcido las

manos en la espalda en una especie de llave de luchador. Tenía los dosomóplatos casi juntosy lasmanosmuy lejoshacia atrás, sujetas e inservibles.Era como luchar contra el abrazo de una camisa de fuerza. Pataleó, buscandoconlospieslapareddelbañoparahacerpalanca,peronoencontrómásqueunvacío.Lecrujiólacolumnavertebral.—Noteresistas—susurróél—.Estátodobien.Lapresión se le acumulabaenelpecho.Leardían lospulmones,hinchados

contra lascostillas.Sintió suúltimoaliento,ungritomedioahogadoque se leatascóenlagargantacuandolehabíapuestolabolsa,atrapadocontrasurostro,neblinoso y húmedo. El cobre cálido que se le esparcía por lamandíbula. Levolvíaasangrarlanariz.Seresistiódenuevo,retorciéndose,moviéndosesincontrol.Dabapatadasal

aire.Poníalosdedosenformadegarrayrascaba;encontróellazodelcordeldesu chaqueta. Las llaves tintinearon. Pero no había pistola, ningún arma quesujetar.Además,estabaperdiendoenergía.Aquelvapuleohabíasidomásdébilqueelprimero.

Page 150: En La Tormenta

«Yaestá»,sedijo.«Voyamoriraquí.»Allímismo,enunosserviciossuciosdelacarreteraestatal7.Alladodelos

inodoroslavadosconlejía,delosespejostallados,delaspuertasdesconchadasydecoradascongrafitisdeloscompartimentos.Allímismo,enaquelinstante,conelsabordeldesinfectantetodavíaenlaboca.—Chitón. —Ashley movió la cabeza, como si mirara por encima de su

hombro—.Yacasiestá.Déjatellevar...DarbygritóensilencioenelinteriordelabolsadeZiploc.Elplásticoformó

unapequeñaburbuja.Luegosuspulmonesinhalaronconunmovimientoreflejo,untragovigorizante,peronoencontraronmásquepresiónnegativayaspiraronapenasunoscentímetrosdeairereutilizado.—Séqueduele.Lo sé.Lo siento.—Labolsa se retorció todavíamás, enel

sentido de las agujas del reloj, y entonces vio la ventana.A través de un ojoamordazado,borrosoporculpadelplásticoturbioylaslágrimas,violapequeñaventanatriangular,acasidosmetrosymediodelsuelo,empolvadadecoposdenieve.Tancerca.Unacercaníaagonizante.Enciertomododeseóqueestuvieramáslejos,alotroladodelbaño,inaccesibleeinalcanzable.Perono,estabajustoahí,ycasipodíaestirarelbrazoytocarla,sinotuvieralasmanosatadas.Pataleó una tercera vez, pero sin coordinación ni fuerza. En esta ocasión

Ashley apenas tuvo que sujetarla. Darby sabía que era la última vez; que eraimposible que hubiera un cuarto asalto. Estaba acabada. Ed y Sandi seencontrabanenelmismoedificio,alotroladodelapared,atresmetros,ajenosalhechodequeestabamuriendoestranguladaamanosdeunasesino.Sintióqueel tiemposedilataba.Unasensacióndereposodensoycómodoseapoderódeella,comounapesadamantadelana.Odiósentirsetanbien.—Ahora descansa.—Ashley le plantó un beso húmedo en la coronilla que

hizocrujir elplástico—.Lohas intentadocon todas tus fuerzas,Darbs.Ahoradescansaunpoco.Quélejanalesonóentoncessuvozrepugnante.Sonabacomosiestuvieraen

Page 151: En La Tormenta

otra sala.Hablándole a otra persona.Asfixiando a otra chica paramatarla. Eldolor que sentía en lospulmones se iba apagando.Todas aquellas sensacionesterribleslasteníaotrapersona,noDarbyThorne.Su mente divagaba, desconectada, a la deriva, hacía balance de todos los

temas inconclusos de su vida. Su pintura culminante aún sin pintar. Suspréstamos para Stafford, sin pagar. Su contraseña de Gmail, bloqueada parasiempre.Sucuentabancariacon291dólares.Suhabitacióndelaresidenciadeestudiantes.Supareddecalcosdelápidas.SumadreenelhospitalUtahValley,despertándose de la operación, a punto de enterarse de que su hija había sidoasesinada sin motivo aparente en un área de servicio a trescientos cincuentakilómetrosde...«No.»Seresistió.«No,no,no...»Seaferróaeso,aMayaThorne,decuarentaynueveaños,quelanguidecíaen

laUCI.PorquesiDarbymoríaahí,ahora,enelbaño,nuncallegaríaadisculparsepor todo lo que le había dicho a su madre el día de Acción de Gracias. Lahistoriano sepodríacambiar.Ningunade laspalabrashorriblesque sehabíandicho.Derepentedejóde tenermiedo.Yano.Saboreóalgomuchomásútilqueel

miedo,laira.Estabacolérica.Estabarojadeiraporlainjusticiadelasituación,por loqueAshleyintentabahacerleaellayasufamilia,bramandoconfuerzacontralaoscuridadcircundante.Yalgomás...«Simueroaquí,nadiesalvaráaJay»,comprendió—...¿Darbs?Arqueólaespaldayordenóasuspesadospulmonesquerealizaranunaúltima

tarea:abrirseeinhalarlomásfuerteposible.Hacerleelvacíoalplásticocontrala boca abierta, de forma que estuviera contraído entre sus dientes frontalescomounchicleapenasuncentímetro...Darbymordió.

Page 152: En La Tormenta

Noconlafuerzasuficiente.Elplásticoseledeslizófueradelaboca.—¿Cáncerdepáncreas?—LoslabiosdeAshleyserpentearonjuntoasuoreja,

comosilehubieraleídoelpensamiento—.Tumadretiene...Hasdichocáncerdepáncreas,¿verdad?Darby volvió a intentarlo. Succionó la bolsa hasta tensarla abrasándose los

pulmones.Mordió.Nada.—Quécurioso,¿no?—Lafuerzaconlaquelaasía,suvozpodrida—.Estabas

tanseguradequeenterraríasatumadre...yahoraresultaquevaaseralrevés,tontadelculo,porqueellatevaaenterrarati...Darbyvolvióamorderyelplásticoserasgó.Unagujeritodeaireheladosilbóenel interior.Leentrópor lagargantacon

ímpetu,apresión,comosiinhalaraporunapajita.Ashleyhizounapausa.—Oh.Yenmediosegundodeconfusión,suavizólafuerzaconlaquelaagarrabay

las zapatillasdeDarby tocaron el suelo.Nonecesitómásquemedio segundo.Recuperóelequilibrio,seimpulsóenlosazulejosyseabalanzósobreél.Ashleysetambaleóyperdióelequilibrio.Ellaseguíacorriendohaciaatrás,empujándole...—Espera,espera,espera...—dijojadeante.Ellaleembistió,deespaldasparaquechocaracontraunlavamanos.Vértebras

contraporcelana.Elgrifoseabrió.Élgruñóylasoltó.Darbyliberólosbrazos.Finalmente tenía lasmanos libres.Cogió la bolsa húmeda, se la arrancó de lacara y por fin respiró hondo. Un grito invertido, atascado por la sangre, losmocosylaslágrimas.Volvióaverencolor.Aireenlasmejillas.Oxígenoenlasangre.Seapartóde

élconrodillas temblorosasycayóalsueloconunapalmaextendida.Baldosasfrías,salpicadasdesusangre.

Page 153: En La Tormenta

Detrásdeella,Ashleysesacóunacosadelbolsillo.Alzóunbrazo...

...eintentódarleungolpeconelcalcetínrellenoenlanuca,trazandounarcoconla piedra como si fuera una bola de helado, preparado para el crujido deporcelanahúmedadelcráneodelachica,peroDarbyyaseestabalevantandoyseapartaba.Elcalcetínlerozóelpelo.Élseabalanzósobreella,desequilibradoporlaoscilación,ylapiedrachocó

contra la pared que tenía a la izquierda y descascarilló un azulejo. Se dio ungolpe en las rodillas y contempló cómo ella se alejaba corriendo por el baño,hacialapequeñaventanatriangular,mientraslabolsadeplásticoaleteabadetrás.«No loconseguirá», sedijoél.Peroenun instanteDarbysaltóalmarcode laventana,sesujetóconlasuñaseimpulsóelcuerpoporlapequeñaaberturacomosifueraunagimnasta.Tobillosarribayfuera.Así,sinmás.Desapareció.DerepenteAshleyGarverseencontrósoloenlosbaños.Sepusoenpiecomo

pudoyestuvoapuntoderesbalarconlabolsadeZiplocensangrentada.Mientrassealisabaelpelohaciaatrásconlapalmadelamano,recobrandoel

aliento, llegóa laconclusióndequedaba igual.HabíaapostadoaLarsalotroladodelaparedtrasera, juntoalasmesasdepicnicapiladas,precisamenteporeso. Su hermano, armado con la leal Beretta Cougar, era su refuerzo. Darbyhabía escapado de su zona de muerte en el baño, sí, pero al hacerloprácticamentesehabía lanzadoa losbrazosdeLarsyahoraseguroqueestabademasiadodébilparapeleardemaneraproductiva...La puerta del baño se abrió de un golpe detrás de él. Se volvió de repente

esperando ver la expresión aturdida deEd, intentando averiguar el porqué deljaleo.Ya teníaun rollopreparado—«He resbalado conel suelohúmedo, creo

Page 154: En La Tormenta

que me he golpeado en la cabeza»—, solo que no se encontró con Ed en elumbraldelapuerta.EraLars.Ashleylediounapatadaalabolsadeplástico.—Oh,vengaya.—Mehaparecidoque...eh...necesitabasayuda...—Sí,tenecesitabaahífuera.—Oh...—Ahífuera.—Ashleyseñalóenfurecido—.Fuera,nodentro.Lars abrió unos ojos como platos, que pasaron de su hermano mayor a la

ventanavacía.Sediocuentade loquehabíahecho,de loquehabíapermitidoqueocurriera,ehizounamuecaysesonrojóentrelágrimasempalagosas.—Losiento.Losientomucho,yonoquería...Ashleylediounbesoenloslabios.—Céntrate, hermanito. —Le dio una palmada en la mejilla—. El

aparcamiento.Ahíesadondesehaidocorriendo,ahoramismo.Confió en ser capaz de correr, él también.Notaba un dolor palpitante en la

zona lumbar donde la pelirroja lo había empotrado contra el lavamanos deporcelana. Y mientras se serenaba se dio cuenta de otra cosa: una repentinaligerezaenelbolsilloderechodelosvaqueros.Sullaverohabíadesaparecido.—Y...esazorrasehallevadonuestrasllaves.

Darbyaterrizóconfuerzaen lasmesasdepicnicapiladas.Se lecayeron lasllavesdeAshleyenlanieveperolasrecuperóyselevantócomopudo.La cinta roja de las llaves se le había enganchado en el pulgar durante la

refriega.Depuracasualidad,laverdad.Cuandoleempujócontraellavamanosysehabíasoltado,lacargaútildelasllavestintineanteshabíaidoconella.Ahoralasteníaellaynoél.

Page 155: En La Tormenta

Le tintineabanen lapalma.Mediadocenade llavesdistintasyunpendrivenegro.Seguardóelconjuntoenelbolsillomientrasunnuevoplanibatomandoformaensuinterior.«¿Quéhaymejorquecorrerparapedirayuda?»Robarelmonovolumendelossecuestradoresyconducirparapedirayuda.ConJayenelinterior.Unajugadadesesperada.Seguíaenestadodeshock,losdedospegajosospor

el sudor, todavía respiraba a sacudidas. Los pensamientos de pánico seagolpabanensumente.NosabíasielAstropodíallegarmáslejosqueBlueenelapocalipsisnevado,peronopensabadejardeintentarlo.Pisaríaelaceleradorafondo, haría retumbar la tracción en las cuatro ruedas, lo probaría todo.No lequedaban otras opciones. Si permanecía en Wanapani, Ashley y Lars lamatarían.Rodeó el edificio esquivando los ventisqueros y notando el escozor de la

nocheenlagarganta.DejóasuizquierdaalgrupodeNiñosdePesadillamedioenterrados. Siluetas de bronce mordisqueadas en la oscuridad, víctimasmalheridasdeunpitbullcongeladasalahoradelrecreo.Elmástildesnudo,quesemecíabajootraráfagadevientocortante.Enfrente,elaparcamiento.Loscoches.Elmonovolumen.Apenasquincemetrosmás...Lapuertadelanteradelaoficinadeturismoseabrióconunchirridodetrásde

ella.SurgióunrectángulodeluzqueproyectólasombratambaleantedeDarbyen la nieve. Unos pasos crujieron detrás. La puerta se cerró y su sombra sedesvaneció.—No.—LavozdeAshley,firme,comosiriñeraaunperro—.Noledispares.Darbyresbalóysehizouncorteenlarodillaconelhieloescarpado.Siguió

corriendo.Lospasosquelaseguíanlaflanquearon.Unoaladerechayotroalaizquierda.Comolobosquerodeanasupresa.Losreconocióporlarespiración:el jadeo congestionado de Lars a la izquierda, los resuellos controlados de

Page 156: En La Tormenta

Ashley a la derecha. Siguió corriendo y se centró en el Astro. Las llaves letintineabanenlamano.—¡Lars!¡Nodispares!—Intentarobarnoselcoche...—¿Quieresunatarjetaamarilla?Darby volvió a resbalar y se enderezó. El bolso le rebotaba en la rodilla.

Ahora estaba a diez pasos del monovolumen de los secuestradores. Veía eldibujodelzorroenellateral,cadavezmáscerca,armadoconesaremachadoranaranja...—Noiráaningúnsitio.Haydemasiadanieve...—¿Ysiloconsigue?—Noloconseguirá.—¿Ysiloconsigue,Ashley?Darbypatinóparallegaralapuertadelconductor,elcorazónlepalpitabaen

lagarganta.Sacudiólanievedelacerraduraconlapalmadelamanoypalpólasllaves del llavero, pero estaba demasiado oscuro para identificar la llave delmonovolumen.Habíaporlomenostreslobastantegruesascomoparaserllavesdecoche.Probólaprimera.Noentró.Probólasegunda.Entró,peronogiraba...—Estáabriendolapuerta...Probóconlatercerallave,laintrodujoenlacerraduraheladayentoncesnotó

algoasuizquierda.Undetallemenor,perototalmentefueradelugar.LapuertatraseradelAstro.Deberíahaberestadocerrada...peroestabamedioabierta,elcristal reflejaba

una guadaña de luz procedente de una lámpara, el borde superior ibaacumulandocoposdenieve.Darbynolahabíadejadoabierta.EraimposiblequeLarsoAshleylahubieranabierto.Soloquedaba...¿Jay?Larsjadeó.—Seha...sehaparado.—Losé.—¿Porquésehaparado?

Page 157: En La Tormenta

Cuando los dos pares de pasos estuvieron más cerca, Ashley entendió lasituación.—Oh,mierda.

Page 158: En La Tormenta

01.23h

Darbynoloveíabiendesdesuposición.Perosabía loquehabíavistoAshley: la jauladeperroen laqueestabaJay,

serrada con torpeza desde el interior, la puerta trasera del Astro abierta y lashuellasdeunaspisadaspequeñasenlanieveinternándoseenlaoscuridad.AshleysequedóboquiabiertoyanonadadoantesdedirigirlamiradaaDarby.—Siintentaescapar,dispárale.Darby se dio la vuelta, pero Lars ya había rodeado el monovolumen y

apareció detrás de ella blandiendo la pistola corta a la altura de la cintura yapuntándolealvientre.Darbycontuvolarespiración.Volvíaaestarrodeada.—Nome...Nomelocreo.Ashley caminaba de un lado para otro con los dedos clavados en el cuero

cabelludo y Darby se fijó en que tenía tantas entradas como su hermanopequeño,soloquesedejabacrecerlosmechonesparataparloshuecos.No pudo evitar sentir una sombría satisfacción. Le encantaba. A pesar del

engreimientoypostureodeAshleyesanoche,ellahabíaconseguidodesbaratarbuenapartedesuplan.LapequeñaJaybirdandabasuelta.AshleydiounapatadaallateraldelAstroyabollólacarrocería.—Nomepuedocreerestaputamierda...Larsretrocedió.PeroDarbynopudoresistirlatentación.Demasiadaadrenalinabulléndoleen

lasvenas.Hacíaunosminutosseestabaasfixiandoconunabolsadeplásticoyseguíaenfurecidaporello,embargadaporunaenergíacargadadetemeridad.—Oye,Ashley,nosoyexpertaensecuestros,pero¿nofuncionasolosihayun

Page 159: En La Tormenta

niñoahídentro?Élsevolvióparamirarla.Darbyseencogiódehombros.—Esmiopinióndeamateur.—Deberías...—Larsalzólapistola—.Deberíasparar...—Y tú deberías tomarte una pastilla mentolada para el aliento. —Darby

volvió a mirar a Ashley, y con una voz temblorosa que iba desenroscándosecomo un hilo añadió—: ¿Estás seguro acerca de ese discursito tuyo? ¿Loshumanosimpotentesquedejanquelosmonstruosgrandesytemerosossesalgancon la suya? Porque me parece que acabo de influir en la trama, cabrón demierda...Ashleyfuehaciaelladandograndeszancadas.Darbyparpadeó,«Oh,cielos,seacabó,soymujermuerta»,yAshleyalzóel

calcetínrellenomientrasseleacercaba,dándolevueltasparaasestarleungolpeque lepartieraelcráneo,peroenelúltimoinstanteéldiounpasoal ladoy lolanzó.Darbyabriólosojos.Habíaapuntadoaunafarola.Aseismetrosdedistancia.Trasunosinstantesde

vuelo, lapiedrahabíagolpeadoelpostedeplenoyhabía rebotadoenelmetalconunclancqueparecióuntrino.Elecoselodevolviódosveces.LamayoríadelosquarterbacksdelaNFLeranincapacesdetalhazaña.—Magia—susurróLars.«Soyunhombremágico,Lars,hermano.»Darby se percató de que llevaban toda la noche jugando con ella.

Manipulándola. Fingiendo ser desconocidos, trabajándose la sala, soltandomentirasflagrantesypistasobtusasparavercómoreaccionaba.Comounratónenunlaberinto.«¿Puedescortaraunachicaporlamitad?»«Sí.Perosoloconsigueselorosilachicasobrevive.»Esasrisasansiosasquellenaronlasalavolvieronaresonarensumente,con

Page 160: En La Tormenta

unsonido tanmetálicocomoeldeunmicrófonoqueseacopla.Volvíaa tenermigraña.Ashley se secó la saliva de los labios y se volvió hacia Darby; su aliento

formabavolutasenelairedelamontaña.—Todavíanolohascaptado,Darbs.Nopasanada.Todollega.«¿Quéesloquenohecaptado?»Sintióunescalofríoenfermizo.Teníalaadrenalinaatope,unarrojoalocadoy

estúpido; todo iba desvaneciéndose, apagándose como un débil zumbido.Doscervezas,adivertirsemientrasdureelefecto,quenolleganialpostre.Larsechóunvistazoalinteriordelmonovolumen.—¿Cuántotiempohacequehaescapado?Ashleyseguíacaminandodeunladoaotro.Pensando.El silencio incomodaba a Darby. Como buen showman, era difícil calar a

Ashley, quien se dedicaba a transmitir su violencia en plan telegráfico cuandoquería.Suhermanomenorseguíaapuntándola,obediente,conlapistola,sinqueelcañónletocaralaespalda.Sindejarquelaoscilacióndelarmapermitieraqueellalaagarrara.—¿Cuántotiempohacequehaescapado?—volvióapreguntarLars.Ashleytampocorespondió.Separóconlasmanosenlascaderas,observando

las huellas de Jay en la nieve. Se encaminaban al norte. Lejos del área dedescanso.Haciael terrenoelevado,másalládelpuertodemontaña,a lo largodelcarrildeincorporación.Hacialacarreteraestatal7.LaspalabrasdeAshleyibancociéndoselentamenteenelinteriordeDarby.«Todavíanolohascaptado,Darbs.»«Todollega.»Ajuzgarporlanievequesehabíaacumuladoporencimadelapuertatrasera

del monovolumen, Jay se había liberado y huido hacía unos veinte minutos.Antes de la agresión en el baño, por lo menos. Las huellas de la niña yaempezabanadifuminarseporefectodeloscoposdenievequeibancayendo.—¿Quéeseso?—preguntóLars.

Page 161: En La Tormenta

Ashleysearrodillópararecogerunacosa,comounapieldeserpientenegrayarrugada.PeroDarbyloidentificó:lacintaaislanteconlaquehabíanselladolabocadeJay.Lahabíadejadoahítiradaalhuir.Jayhabía tenidolasensatezdeevitar laoficinadeturismoporquesabíaque

AshleyyLarsestabanensuinterior.Oseaquesehabíadirigidoalacarretera,probablementeconlaesperanzadepararalgúnvehículoyllamaralapolicía;lomaloeraquelachiquillanosabíadóndeestaba.Nosabíaqueestabanlejosdelas afueras de Gypsum, mucho más allá de cualquier pueblo mínimamentedestacado,adosmilsetecientosmetrosporencimadelniveldelmar.Nosabíaquehabíaquerecorrermásdediezkilómetroscuestaarribaparallegaralacimay bajar quince para llegar a la gasolinera; que aquel tiempo desapacible yventosopodíapertenecersinproblemasalaAntártida.JayeraunaniñaricadeSanDiego,unatierradepalmerasdeyuca,sandaliase

inviernosconquincegradosdetemperatura.Darbyseestrujóelcerebro,queahora lemartilleabacomosi tuvieraresaca.

¿Qué ropa llevaba Jay cuando estaba dentro de la jaula?Un abrigo fino.UnacamisetarojadePokéBall.Unospantalonesfinos.Singuantes.Ningúntipodeprotecciónparaelfrío.Alfinal,horrorizada,cayóenlacuenta.IgualqueLars.—Vaamorircongeladaahífuera...—Seguiremossushuellas—dijoAshley.—Peroquizáhayarecorridomásdeunkilómetroporlacarretera...—Lallamaremos.—Novendrásinosotroslallamamos.—Tienesrazón.—AshleyasintióendirecciónaDarby—.Perosísilallama

ella.Entonceslosdoshermanosselaquedaronmirando.Durante unos instantes, el viento dejó de soplar y el aparcamiento quedó

sumidoenelsilencio.CuandoDarbysediocuentadeporquéAshleynolahabía

Page 162: En La Tormenta

matadotodavíasoloseoíaelsuavetamborileodeloscoposdenievequecaíanasualrededor.—Bueno,puesvamosallá.—Seencogiódehombros—.Supongoqueesonos

sitúaenelmismobando,¿no?NingunodenosotrosquiereencontrarseaJayconlosdedosnegros.Bromas.Paraéltodoeraunabroma.Darbynodijonada.Ashleyencendióunalinternadebolsilloeiluminólashuellasdelaniñacon

un haz de luz led blanco azulado. Los copos de nieve se iluminaron comochispas.Actoseguido,apuntócon la linternaa lacaradeDarby,unbrilloquehizoquelelloraranlosojos.—Venga,llámala.Darbysemirólospiesynotóunsaborácidoenlagarganta.Unaespeciede

ardordeestómagograsientoyrancio,quebullíaconpensamientosterribles.«Nodebería haberle dado la navaja. ¿Y si, por el hecho de haber intervenido, heempeoradolasituación?»«¿YsiacabanmatandoaJaypormiculpa?»LapistoladeLarslepresionóconfuerzacontralacolumna,ungestobrusco

quesignificaba«camina».Sihubieraestadopreparada,sehabríadadolavuelta,lehabríaafanadolapistolaytalvez,solotalvez,sehabríahechoconelcontroldelamisma.Peroesaoportunidadyahabíapasado.—SellamaJamie—dijoLars—.PerollámalaJay.—Venga. Sigue las pisadas y empieza a dar voces. —Ashley iluminó las

huellas con la linterna y luego la miró a ella con expresión sombría—. ¿Notenías tantas ganas de salvarle la vida? Pues bien, Darbs, aquí tienes unaoportunidad.

Laspisadasdelaniñalosllevaronalalargodelcarrildeincorporación,hacialosarcenesdehielosuciodelacarreteraestatal7,antesdevirarmontañaarriba

Page 163: En La Tormenta

endirecciónalbosque.Porunaladerarocosadeventisquerosyabetosescasos.Acadapasoquedaba,Darby temíaen silencio llegaral finalde laspisadasyencontraruncuerpecitocaídoconunacamisetarojadePokéBall.Sinembargo,ocurrióalgopeor:lashuellasdeJaysencillamentedesaparecieron,borradasporlanievequearrastrabaelviento.Darbyahuecólasmanosyvolvióagritar.—¡Jay!Yahabíantranscurridotreintaminutos.Teníalavozronca.Ahíarriba,elúnicopuntode referenciaera lacolinadeMelanie,aleste.El

terreno se tornaba más empinado a medida que ascendían. Había rocasredondeadasquesobresalíanentrelanieve,rostrosdegranitovidriadosconhilosde hielo. Allí los árboles se tambaleaban por culpa de las raíces huecas,inclinandosusramasflácidas.Lasramitasquepisabanrestallaban,comohuesospequeñosquesepartíanenlanieve.—JayNissen.—Darbybarríaelterrenoconlalinterna,proyectandosombras

recortadas—.Simeoyes,acércateamivoz.Nohabíarespuesta.Soloelcrujidorígidodelosárboles.—Estásasalvo—añadió—.AshleyyLarsnoestánaquí.Odiabamentir.Pero convencer a Jay de que volviera era la única manera de que la niña

tuvieraalgunaoportunidaddesobrevivir.LatansoloposiblemuerteamanosdeloshermanosGarvereramejorqueunamuerteseguraenunatormentadenievecon temperaturas bajo cero. ¿Verdad? Tenía sentido, pero de todos modos sedespreciabaasímismapormentir.Resultabahumillante.Hacíaquesesintieradesnuda.SesentíacomoelperritoguardiándeAshley,hablandoobedientementeensunombre,aunquetodavíatuvierasangreresecaenlasnarinasporculpadelgolpetazoquelehabíaasestadocontralamesa.Los hermanos la seguían, pero semantenían a cierta distancia, a unos diez

pasosaizquierdayderecha.EnvueltosenlaoscuridadmientrasDarbyllevabalaúnica fuente de iluminación, la linterna de Ashley. Todo dispuesto según los

Page 164: En La Tormenta

planes deAshley. Jay no se atrevería amostrarse si veía a sus secuestradoresacechándoladetrásdeDarby,reteniéndolaapuntadepistola.Porlomenos,esaeralaidea.Porelmomentonohabíafuncionado.JamieNissen.Lahijadesaparecidadeuna familiaacaudaladadeSanDiego

conunárboldeNavidadquesealzaba juntoaunmontónderegalossinabrir.AhoraestabaenalgúnlugardelassalvajesRocosas,mientraslasyemasdelosdedos se le ennegrecían por culpa de la congelación, los órganos se le ibanapagando,enterradosporlostorbellinosdenieve,altiempoquelaslágrimassele congelabanen lasmejillasy el frío lehelaba lospárpadosy se los cerraba.Podían haber pasado perfectamente por encima de su cuerpecito, hacía cincominutos,sinnisiquieradarsecuenta.Lamuerte por hipotermia es sosegada, recordó haber leídoDarby en algún

sitio.Alparecer,laincomodidaddelfríopasarápidoyessustituidaporuncálidoaturdimiento.Uno nomuere sino que casi deriva hacia un sueño entumecido,ajeno al terrible daño que sufren las extremidades.Dedos crujientes, ampollasnegrasdecarneulceradaquesenecrosanydebencortarseconuncuchillo...peromentalmenteunoestámuylejos,arropadoconunamanta.Darbyconfióenquefueraverdad.EsperabaqueJaynosufriera.Volvióallamarlaenlaoscuridad.Siguiósinrecibirrespuesta.Asuizquierda,oyóqueLarssusurraba:—¿Cuántotiempomás?Asuderecha:—Elquehagafalta.Sabía que Ashley no tenía un pelo de tonto: estaba haciendo los mismos

cálculos que ella en su interior. Treinta minutos siguiendo las huellas medioenterradas, más veinte minutos de ventaja (por lo menos), implicaban pocasposibilidadesdequehubierasobrevividoenesosbosquesgélidos,ydisminuíanconcadasegundoquepasaba.

Page 165: En La Tormenta

Sin muchas ganas, Darby calibró sus propias opciones mientras laamenazabanapuntadepistola.¿Pelear?Recibirundisparo.¿Correr?Recibirundisparoenlaespalda.Seplanteódarmediavueltayapuntarconlalinternaalospistoleros para cegarlos, pero llevabanmediahora rodeadosde esa luz, por loque las pupilasya se les habían acostumbrado.Ese era el primerproblema.Yaunque pudiera cegarlos durante unos pocos segundos, el terreno nevado erademasiadoabruptoparahuirconrapidez,locualeraelsegundoproblema.Lars,asuizquierda,seestabaponiendonervioso.—¿YsihemosmatadoaJay?Asuderecha.—Nolahemosmatado.—¿Ysihamuerto?—Nosotrosnolahemosmatado,hermanito.—Unapausa—.Aunqueellaalo

mejorsí.AquellaspalabrasseclavaronenDarbycomounadagaqueseretorcíaensu

vientre,cuándolorosamenteacertadoestabaAshley.Teníasentido,deunaformamalévola.Siellanohubieraintervenidoesanoche,Jayseguiríaencerradaenlajaula de perro del interior del monovolumen, cautiva pero vivita y coleando.Unos dedos helados le rodearon el estómago y despacio, muy despacio,empezaronaapretar.«¿Porquéhetenidoquemeterme?»«¿Por qué no me he conformado con llamar a la policía mañana por la

mañana?»Intentócentrarseensupropiasupervivencia,ensolucionarelprimerproblema

(laluz)yelsegundo(elterreno),peronopudo.Deseó poder rebobinar esa noche horrible y corregir sus decisiones. Todas

ellas.Todaslasdecisionesquehabíatomado,desdelaprimeravezqueatisbóporesaventanaheladayviolamanodeJaysujetandoelbarrotedelajaula.Deseóhaberse contentado con jugar a los detectives y recabar información. Podríahaberesperadodiscretamentehastalamañanasiguiente,aprovechadosuventaja,ytalvezcuandollegaranlasquitanieves,ycadaunodelosrefugiadosdelárea

Page 166: En La Tormenta

de descanso siguiera su camino, podría haber seguido con disimulo elmonovolumen de Ashley y Lars en su Honda. Unos quinientos metros pordetrás, con unamano en el volante y la otra en el iPhone, dando informacióndetalladaa lapolicíaestataldeColoradoparaquepracticarasudetención.AsípodríahabersalvadoaJay.(«Aunquemamáseguiríateniendocáncerdepáncreas.»)Perono.Envezdeeso,DarbyElizabethThorne,unaestudiantedesegundo

cursodeuniversidadconnulaformaciónmilitaroenelcumplimientodelaleyyel orden, había intentado tomar cartas en el asunto. Y ahora ahí estaba,caminandopor losbosquesmientras la apuntabana la espaldaconunapistoladel45,buscandoaunaniñamuerta.Asuderecha,unarisamalsana.—Tengoquereconocer,Darbs,quecomobuenasamaritanatellevaslapalma.

Primero confías en uno de los secuestradores y luego consigues matar a lasecuestrada.Tefelicito.ParaAshleyGarvertodoeraunchiste.Inclusoaquello,enciertomodo.Cielos,cuántoleodiaba.Peroahorasepreguntabasilehabíadicholaverdadenrealidad.Talveztodo

fueraunatramadesecuestrodemanual,talcomoselohabíadescritoAshley,ydespuésdelpagoloshermanosrealmenteteníanlaintencióndedevolveraJayconvidaasufamilia.Selosimaginódejándolaencualquierparadadeautobússoleadaenalgunazonadeinterior.LapequeñaJaybirdparpadeandobajoelsoldeKansastrasdossemanasdeoscuridad,corriendohaciaelprimerdesconocidoquevieraenunbanco,rogándolequellamaraasuspadres...Hasta queDarby intervino, claro está.Y entregó a la niña unanavaja suiza

para permitirle huir a un clima hostil para el que no estaba ni por asomopreparada. Y otro pensamiento ponzoñoso se deslizó en su mente: se sentíaculpablesolodepensarlo,teniendoencuentaloqueyahabíapasado,peroseleclavabacomounaastillaynodesaparecía.«Ahoravanamatarme.»

Page 167: En La Tormenta

Darbyestabaconvencidadeello.«AhoraqueJaysehaperdido,ahoraquenonecesitanmivoz.Yahoraque...»

Ahora que no les oía nadie desde el área de descanso, Lars esperaba elpermisoparadispararaDarbyenlanuca,yAshleyporfinhabíaaccedido.Lafrase«Tellevaslapalma»eraelsoplo.Significaba«matar».Se llamaba Código Espía. Desde niños, Ashley había incluido docenas de

mensajes secretos en los diálogos cotidianos. «Qué suerte lamía» significaba«Quédate». «Qué suerte la tuya», significaba «Márchate». «Extra de queso»significaba «Corre como alma que lleva el diablo». «As de picas» significaba«Fingequenonosconocemos».SiLarsnoobedecíaunadeesas indicaciones,recibía una tarjeta amarilla al instante; por eso los dedos de Lars estabanmarcadosporlascicatricespálidasdeerrorespasados.Esanocheyalehabíaidoporlospelosenunaocasión;casiselehabíapasadoporaltoun«asdepicas»eneláreadedescanso.Perosabíaqueestabaporllegar.Notaba la pistola gélida en las manos. La piel adherida al metal. Era una

BerettaCougar,unarmarobustaycortaquesenotababajoelanorakycon laquenunca acababade sentirse cómodo entre lasmanos.Era como sujetar unagominola gigante. La recámara de la Cougar solía alojar una bala de nuevemilímetros, pero esemodelo en concreto era el 8405, por lo quedisparabauncartuchodelcalibre45deunaColtautomática.Mayorpoderderetención,peroun retroceso con más garra y menos balas en el clip (el «cargador» insistíaAshley).Ochodisparos,unodetrásdeotro.ALars le gustaba bastante. Pero en secreto había deseadoposeer laBeretta

92FS, como la icónica pistola que el curtido agenteMaxPayne empuña a dosmanosen su seriede juegospara laXbox.Por supuesto,nunca lo reconoceríaanteAshley.Lapistola se lahabía regaladoél.Nunca jamás secuestionan los

Page 168: En La Tormenta

regalosdeAshley,nisuscastigos.Asísonloshermanosmayores:undíaletrajouna gata callejera de la protectora de animales. Una cachorro (de color entrecarey y atigrado) que ronroneaba con fuerza. Lars la llamó Rayitas. Al díasiguiente,AshleyrocióaRayitascongasolinaylaarrojóaunahoguera.«Comotodosloshermanosmayores,yodiyyoquité.»LarsalzóentonceslaBerettaCougar.Apuntaba a la nuca deDarbymientras caminaba (cuantomás cerca,menos

posibilidades de errar el tiro). Las dosmiras nocturnas estaban alineadas: dospuntosdeneónverdedescribíanunalíneaverticalalfinaldesucolumna.Seguíayendounospasospordelantedeellos,barriendo losárbolescon la linternadeAshley, mientras su silueta quedaba perfectamente recortada por la luz quellevaba.Ellanoteníaniidea.Élapretóelgatillo.A su derecha, Ashley se tapó el oído, preparado para el disparo. Y Darby

siguió caminando con pesadez por la nieve hundiéndose hasta la rodilla,apuntandolalinternahaciadelante,ajenaalhechodeestarviviendolosúltimossegundos de su vida, ajena al hecho de que el índice de Lars se enroscabaalrededor del gatillo de la Beretta, aplicando una suave presión, a escasosmilímetrosdeperforarlaconunabaladepistoladelcalibre45...Apagólalinterna.Oscuridad.

Darbyoyólasvocesdesorpresadetrásdeella.—Noveo...—¿Quéhaocurrido?—Haapagadolalinterna...—Dispárale,Lars...Darby corrió como alma que lleva el diablo. Se tambaleaba en la nieve

profunda. Los fuertes jadeos le provocaban escozor en la garganta. Los había

Page 169: En La Tormenta

dejadoalosdosaoscuras.Noleshabíacegadoconlaluzleddelalinterna,alaque sus pupilas ya se habían acostumbrado, sino que la había apagado derepente.Sehabíaestadoprotegiendolavistaparaconservarlavisiónnocturna.Aquella era su solución para el primer problema. Con respecto al segundoproblema...LavozdeAshleydetrásdeella,sosegadaperoapremiante.—Damelapistola.—¿Laves?—Damelapistola,hermanito...Incluso colina abajo era como correr con agua hasta la cintura. Dando

bandazospor losventisqueros,esquivandoárboles, tropezando,golpeándose larodilla contra rocas heladas, recuperándose, con los latidos del corazónpalpitándoleenlosoídos,sintiempoparadetenerse,«nopares...».Ashleyalzólavoz:—Yalaveo.—¿Cómoquelaves?«Ha mantenido un ojo cerrado», se percató ella, cada vez más presa del

pánico.«Talcomoleenseñé...»Ashleygritóhaciadondeestabaella:—Graciasporeltruco,Darbs...En esos momentos la apuntaba, adoptando la postura de tirador. Sintió un

hormigueo por culpa de la mira pintada de la pistola como si fuera un láser.Ineludible. Sin ninguna posibilidad de correr más que él.Microsegundos queibanreduciéndosemientrasAshleyapretabaelgatilloyDarbyponíaenprácticasusolucióndesesperadaalsegundoproblema...«¿Quéhaymásrápidoquecorrer?»«Caer.»Selanzócolinaabajo.Elmundoquedóinvertido.Vioun torbellinodecielonegroyramasheladas

mientras caía libremente durante medio segundo y luego un muro de granito

Page 170: En La Tormenta

recortadosealzópararecibirla.Ungolpeatronador.Violasestrellas.Perdiólalinterna.Rodóapoyadaenrodillasycodos,salpicandocoposdenievemientrasdabavolteretasyacumulabamorados...—¿Dóndeestá?—Laveo...Diezvolteretasmásabajo,elterrenovolvióaaplanarseyDarbyaterrizódeun

golpetazo,mareada.Sepusoenpiecomopudo.Siguióadelante.Seprecipitópormatorralesespinososconlasmanosextendidas,lasramasserompíancontrasuspalmasylerajabanlapieldesnuda.Entonceselterrenovolvióadescenderyellavolvióacaer...Susvocessonabanmáslejanas.—La...laheperdido.—Ahí,ahí...Ahorasedeslizababocaarriba.Lostroncosdelosabetospasabanzumbando.

Derecha.Izquierda.Derecha.Estavezeraimposibleparar.Labajadacontinuaba,igual que ella, que iba resbalando y deslizándose por los ventisqueros queparecíanrampasylahacíanalcanzarvelocidadesdevértigo.Alzólosbrazosenun intentopor reducir lavelocidad,perochocócontraotrosaliente rocoso.Unnuevo impacto lequitóel airede lospulmonesy lazarandeóde ladocomosifuera una muñeca de trapo. Arriba y abajo dejaron de existir. Su mundo seconvirtióenunaviolentasecadora,uncalidoscopiointerminableyestrepitoso.Luegoacabó.Tardó varios segundos en darse cuenta siquiera que había dejado de rodar.

Había aterrizado boca arriba, le pitaban los tímpanos, una docena de nuevoscardenales le palpitaban en el cuerpo.Daba la impresión de que el tiempo sevolvíaborroso.Duranteunmomentodeensoñaciónestuvoapuntodeperderelconocimiento.Un abeto situado a su izquierda se estremecióde forma curiosa y dejó caer

unabrazadadenievequelasalpicóconesquirlasdemadera.Entoncesoyóunecoprocedentedeloaltodelacolina,comounrestallido,y

Page 171: En La Tormenta

comprendió a la perfección qué había sucedido. Se puso en pie con gestotambaleanteysiguiócorriendo.

Ashley parpadeó ante el destello de la boca de la Beretta y apuntó paradispararunasegundavez,perolahabíaperdidoentrelamalezaylasrocasquetachonabanelpaisaje.Demasiadosárbolesdonderesguardarse.Bajólapistola.Elhumoformóvolutasenelaire.—¿Lahasalcanzado?—preguntóLars.—Nocreo.—Seestá...seestáescapando...—No pasa nada. —Él la siguió colina abajo descendiendo con cautela,

buscandopuntos de apoyopara los pies en las rocas cubiertas de nieve—.Lapillaremosabajo.—¿YsivuelvealinterioryselocuentaaEd...?—Hacorridoen ladireccióncontraria.—Ashleyapuntócolinaabajocon la

pistola—. ¿Lo ves? Esa cabrona va hacia el norte. Se está internando en elbosque.—Oh.—Eláreadedescansoeshaciaelotrolado.Haciaelsur.—Vale.—Venga, hermanito. —Se guardó la pistola en el bolsillo del anorak y

extendióambosbrazosparamantenerelequilibrio,pueshabíaapoyadolasbotasenunapiedraresbaladiza.EncontrólalinternadeledclavadaenlanievedondeselehabíacaídoaDarby.Mientraslarecogía,sefijóenunacosaqueestabalejos,algoincongruente:la

sombrablancadelacolinadeMelanie.Elmismopuntodereferenciaorientaldesiempre, envuelto en nubes bajas, pero ahora se cernía por el horizonte de suderecha.Nodesuizquierda.Locualsignificabaqueenrealidadelsurestaba...

Page 172: En La Tormenta

—Oh.—Derepentecayóenlacuenta—.Oh,quéhijadeputa.—¿Qué?—Ha...noshadadolavuelta.Correhaciaeledificio...

Darbyyaveíaeláreadedescanso.Comounahogueraenlaoscuridad,acercándoseconcadapasodoloridoque

daba.Elresplandorcálidoyámbardelaúnicaventanadelaoficinadeturismo,loscochesestacionados,elmástilylosNiñosdePesadillamedioenterrados...Detrásdeella,enelbosque,Ashleyaullaba.—¡Daaaarby!Sinelmenorenunciado,sinmostrarlamenoremoción;solosunombre,quele

llegabaconunavozcantarinaychillonadesdeatrás.Lehelabalasangre.Habíaganadoalgodetiempo.Nisiquieradiezminutos,perolobastantepara

robarelAstrodeloshermanos(cuyasllavesseguíanenlapuerta)eintentarhuir.Tenía un cincuenta por ciento de posibilidades de salir del aparcamientototalmentenevadopero,joder,eramejorqueintentarloconsuHondaysindudalamejoropcióndetodalanoche.PensóenlapobreJaymientrascorríaylaidealagolpeócomounaolaquelaarrollara,unenjambredepensamientosterriblesquelaperseguíanylamordíancondientesmalvados...«¿Porquémehemetidoenesto?»Eraincapazderesponder.«Esculpamía...»«Ahorano.»«Oh,cielos,estanochehepropiciadolamuertedeunaniña...»Estaba acercándose al aparcamiento. Pasó junto a un letrero verde cuando

Ashleyvolvióagritarledesdelosárboles,ahoramáscerca;suvozprovistadeunfeotonoadolescente.—Vamosapillarte.ElAstroseencontrabaentoncesaquincemetrosdedistancia.Lanievenoera

Page 173: En La Tormenta

tanabundanteenelaparcamiento,porloquerecobrólaenergíaehizounligerosprint. Pasó junto a una forma indeterminada cubierta de nieve barrida por elviento,loqueenunprincipiohabíatomadoporelcochedeAshley.Desdeesenuevo ángulo, atisbó metal verde. Marcas de óxido en vertical. Un grabadoblanco.Bajolacapadenievenohabíauncocheaparcadosinouncontenedordebasura.«Teníaquehabermedadocuenta.Teníaquehabermiradodesdemáscerca...»Siguiócorriendo,levantandomucholospiesmientraselaireleescocíaenla

garganta, leardíanlaspantorrillasy ledolíanlasarticulaciones.SeacercabaalAstrodelossecuestradores.Deseó no haber parado jamás en la dichosa área de descanso. Deseó no

habersemarchado jamás de su pueblo para ir a la universidad el año anterior.«¿PorquénopuedosercomomihermanaDevon?EstátancontentahaciendodecamareraenlaCheesecakeFactorydePovo.Pasalaaspiradoraencasademamácada sábado por lamañana. Lleva tatuado “Fuerza en chino” en el omóplato.¿Porquésoycomosoy?¿Porquésiemprevoya lamíaymedistanciode losdemás?¿Porquéestoyaquí,akilómetrosdedistanciademicasa,corriendoparasalvarelpellejoenunaparcamientoheladodeColoradomientrasmamárecibetratamientoparaelcáncerdepáncreas?»Elmonovolumenestabaahoraanuevemetros.Aseis.Acuatro.—Cuandotepillemos,cabrona,teharésuplicarporlabolsadeZiploc...Llegó a la puerta del conductor del Astro y se frenó con las palmas de la

mano.Unospegotesdenievecayerondelcristalabultado.ElllaverodeAshleyseguía colgado de la cerradura, donde ella misma lo había dejado. Abrió lapuertaylanzóunamiradahaciaeledificiodeWanapani.Podíadarlavueltaalasllaves en el contacto, en ese mismo instante, e intentar escapar. Y quizá loconsiguiera.Quizáno.PeroesosupondríaunacondenaamuerteparaEdySandi.

Page 174: En La Tormenta

Seadelantóalosacontecimientosycayóenlacuentadequeloshermanosnotendrían más remedio que matarlos a los dos para conseguir las llaves de lafurgoneta de Sandi, por lo que perseguirían a Darby carretera abajo y lamatarían.«No,nopuedodejaraEdyaSandi.»«Nopuedopermitirquemueranadiemásestanoche.»Vaciló y se sujetó a la puerta paramantener el equilibrio.Tenía las rodillas

flojas; estuvo a punto de desplomarse en el interior. El contacto estaba ahímismo,alalcancedelamano.Elvolanteestabapegajoso,remendadoconcintaaislanteenalgunaszonas.UnmardemigajasdeTacoBellporelsuelo.Elaviónde plástico enminiatura deLars. El interior delmonovolumen seguía estandocalienteyhúmedocomounaexhalación, la tapicería seguíaapestandoa sudorhúmedo,mantasparaperrosyalpisyelvómitodelaniñamuerta.Elcontactoestabaahímismo.No.Lanieveerademasiadoprofunda.Habíavistolacarreteraconsuspropios

ojos.Lacarreteraestatal7estabaenterrada, irreconocible,convertidaenpolvointransitable. Con tracción en las cuatro ruedas o sin ella, el Astro volcaríaenseguida, la dejaría atrapada en el carril de incorporación y entonces loshermanoslaencontraríanyledispararíanporlaventanilla...«¿Ysinoesasí?»«¿Ysiahoramismoestaesmiúnicaposibilidaddeescapar?»Lasllavesletintinearonenlamanoderecha.Cerróelpuñoalrededordeellas.

Queríadeslizarsedesesperadamentealosasientosdelinterior,ponerelmotorenmarcha,ponerlamarcha,intentarconducir,paraprobar...—Daaaarby.—Cadavezmáscerca.«Decide.»Yasílohizo.Cerró la puerta de golpe. Se guardó en el bolsillo las llaves de Ashley y,

mientras loshermanosGarver la seguíandesdealgúnpunto, rodeóelvehículosintiendoqueledolíanloshuesosycorrióhaciaelbrilloanaranjadodelaoficina

Page 175: En La Tormenta

de turismo. Tenía que alertar a Ed y a Sandi. Tenía que hacer lo correcto.Escaparían todos juntosdeláreadedescansodeWanapani.Nadiemásmoriríaesanoche.«EdySandi,todavíaospuedosalvar.»Quedaban, como mucho, sesenta segundos antes de que Ashley y Lars la

alcanzaran.Sesentasegundosparaurdirunnuevoplan.Volviólavistahaciaelzorro dibujado, a la remachadora entre sus manos peludas y a ese estúpidoeslogan que ahora sonaba a premonición morbosa: ACABAMOS LO QUE

EMPEZAMOS.

Page 176: En La Tormenta

02.16h

Darbysequedóparalizadaenelumbraldelapuerta.Ed murmuraba algo («No hay cobertura desde hace...») y dejó la frase a

mediascuando lavio,amediocaminodeLaColinadelEspresso,Androidenmano.Sandiestabaderodillasjuntoalamesay,alvolverseparamiraraDarby,dejóentreverunapequeñasiluetadetrásdeella.Era...eraJay.«Oh,graciasaDios.»La niña tenía el pelo oscuro salpicado de copos de nieve. Las mejillas

pobladasdeun sarpullido rojo.Estabaenvueltaen laparkaamarilloavispadeSandiyparecíaunaenanaporculpadelasmangas,quelequedabanlargas.Erala primera vez queDarby veía a la niña con luz, fuera de la jaula de perro y,duranteunmomentoestremecedor,loúnicoquedeseófuecubrirladistanciaquelasseparaba,levantaralachiquillaqueapenasconocíayestrecharlaconfuerzaentresusbrazos.«Distelavuelta.»«Oh,graciasaDios,Jay,teperdimoselrastroperodistelavuelta.»Sandiselevantóalzandoelespraydepimientaenelpuñocerradoyconuna

expresiónduraenlamirada.—Noteacerquesniunpaso.Jaylacogiódelamuñeca.—No.Ellamerescató...—Sandi—siseóEd—.PorelamordeDios...LapuertasecerródegolpedetrásdeDarby,locualladevolvióalarealidad.

Page 177: En La Tormenta

Intentócalcular...¿Aquédistanciaestabanahoraloshermanos?¿Acienmetros?¿Acincuenta?Respiróconlágrimasenlosojosehizounesfuerzoparahablar.—Vienen.Estánarmadosyestánjustodetrásdemí...Edsabíaaquiénserefería.—¿Estásseguradequevanarmados?—Sí.—Pusoelcerrojo.—¿Conqué?—Tienenunapistola.—¿Lahasvisto?—Créeme,tienenunapistola.—DarbylanzóunamiradaentreEdySandi,y

se dio cuenta de que el cerrojo no servía de nada—.Y no pararán hasta queestemos muertos. Tenemos que coger vuestra furgoneta y marcharnos. Ahoramismo.—¿Ysinospersiguen?—preguntóSandi.—Nopodrán.—DarbyenseñólasllavesdeAshley.Eddejódecaminardeunladoaotrodetrásdeellaycavilóalrespecto.Diola

impresióndequeleagradabalaidea.Darbysediocuentadequeelexveterinarioblandíaunallavedecrucetaenla

mano derecha, media escondida bajo la manga de su Carhartt. Un armacontundente.PasójuntoaDarbymientrassesecabaelsudordelafrente.—Bueno,bueno,Darby,noteseparesdelasllavesdetuHonda.Nopodemos

permitirqueterobenelcocheynossigan...Jayselevantó.—Vamos,pues.ADarbyyalecaíabien.SefijóenunbrazaleteamarilloquebrillabaenlamuñecadeJay.Nolohabía

visto antes en laoscuridadmugrientadelmonovolumende los secuestradores.Parecíadeclínica.Duranteunosinstantessepreguntóquésería...Nohabíatiempoparapreguntar.Todosseagolparonenlapuertadelanteray

Page 178: En La Tormenta

Eddescorrióelpestilloconunmovimientorápido.Congregóalgrupo,comounentrenadornomuycontentoconsufunción.—Aladetres,nos...eh...todoscorremoshacialafurgoneta,¿vale?Darbyasintió,ynotóqueelalientoleolíaavodka.—Suenabien.—¿Estánahífuera?Sandiatisbóporlaventanaemborronada.—Yo...todavíanolesveo...—Vale, Sandi, tú llevarás a Jay al asiento delantero y pondrás elmotor en

marcha.Pisaelaceleradorypasadelaprimeraamarchaatrás,delaprimeraamarchaatrás...—Séconducirconnieve,Eddie...—YDara,tútepondrásenlasruedastraserasconmigoparaempujar.—Tratohecho.SeñalóhaciaJayychasqueólosdedos.—Yquealguienlalleve.Sandisecolocóalaniñasobreelhombro,apesardesusprotestas(«No,yo

tambiénpuedocorrer»)yvolvióamirarporlaventana.—Estánapuntodellegar.—No intentes pelear con ellos. Corre con todas tus fuerzas —susurró Ed

apoyándoseenlapuertayempezandoacontar—.Uno.«Correcontodastusfuerzas.»Darbyseencorvócomounacorredoraenlacoladelgrupo,detrásdeSandi,

notando cómo le ardían las pantorrillas cansadas. Sin armas... lo único queharíanseríaenlentecerles.Recordóqueelaparcamientoestabaaquincemetrosdeledificio,porunestrechosenderotrazadosobrelanieve.—Dos.—Edgiróelpomodelapuerta.Ensayó el siguiente minuto en su interior. Calculó que los cuatro podían

recorrerlosquincemetrosenquizá...¿veintesegundos?¿Treinta?Diez segundosmásparameterseatropelladamenteen la furgoneta,paraque

Page 179: En La Tormenta

Sandi introdujera como fuera la llave en el contacto.Más tiempo para que laFord empezara a moverse, con dificultad por culpa de la nieve densa. Y esosuponiendo queEd yDarby no tuvieran que empujar.O sacar los neumáticosexcavando.Orascarlasventanillas.Y de todos modos, en algún lugar del fondo de su mente sabía que había

pasadodemasiadotiempo.«AshleyyLarsestabanapenasaunminutodetrásdemí.»«Yahanvuelto.»—Tres.—Edabriólapuerta...Darbylocogiódelamuñeca,duracomoelmetal,yleclavólasuñas.—Para...—¿Quéestáshaciendo?—Para, para, para—dijo ellamientras el pánico le oprimía el pecho—.Ya

estánahí.Sehanescondidodetrásdeloscoches.Nosesperanahífuera...—¿Cómolosabes?—Losé.—VeoaLars—susurróSandidesdelaventana,ahuecandolasmanoscontra

elcristal—.Está...estáagachadoahífuera.Detrásdemifurgo.«Quélistossonesoscabrones.»—Yotambiénloveo—dijoEd.Darbyvolvióacorrerelpestillo.—Queríantendernosunaemboscada.Habría sido un desastre. Los hermanos los habrían abatido a todos a tiros,

pues irían desfilando en fila india por el sendero estrecho sin posibilidad dehuida. Práctica de tiro. Darby sintió un extraño subidón de adrenalina, tanamargocomoel tequila:habríabastadoconunasoladecisiónequivocadaparaqueleshubieranmatado.Sucorazonadaacababadesalvarleslavida.«Lista.Lista.Lista.»—¿Cómolohassabido?—volvióapreguntarleEd.—Es...esloqueyohabríahecho.—Darbyseencogiódehombros—.Ensu

Page 180: En La Tormenta

lugar.Jaysonrió.—Mealegrodequenoloestés.—CreoquetambiénveoaAshley—dijoSandi—.Detrásdelmonovolumen.DarbyseimaginóaAshleyGarverahífueraconelfrío,agazapadoenlanieve

conlosojosverdesclavadosenlapuerta.Esperóquesellevaraunadecepción.Esperó que estuviera dándose cuenta, en ese preciso instante, de que surepugnantetrampahabíafracasado,dequesupresalehabíasuperadoenastuciaporterceraocuartavezesanoche.Esperóquellevaralacuenta.Esperóqueelautoproclamado«hombremágico»seestuvieracabreando.Sandientrecerrólosojosparamiraratravésdelcristal.—Nosé...Noséquéestánhaciendo...—Estánvigilandoloscoches—dijoDarby.Las palabras de Ashley resonaron en la mente de Darby, como retazos

recordadosamediasdeunapesadilla.«Cuandotepillemos,cabrona,teharésuplicarporlabolsadeZiploc...»EdestabajuntoalaventanaytiródelhombrodeSandi.—Agáchate.—Yalesveo.Seestánmoviendo...—Apártatedelaputaventana,Sandi.Vanadispararte.DarbysemordióellabioporquesabíaqueEdestabaenlocierto:elcristalera

un punto débil estructural considerable. Bastaba con una bala, o incluso unapiedragrande,ylosdoshermanospodríantreparporelventisqueroydeslizarsealinterior.Darby se colocó en el centro de la sala, iluminada por la luz de los

fluorescentes, y recorrió con la yema de los dedos la superficie rayada de lamesa.Girótrescientossesentagradosconelcuerpotambaleanteparaescudriñarde este a norte, de oeste a sur.Cuatro paredes en unos cimientos de cemento.Una puerta delantera con un pestillo. Una ventana grande. Y dos de menortamaño,encadaunodelosbaños.

Page 181: En La Tormenta

«Nosotrostenemoseledificio.»«Peroellostienenloscoches.»—Estamosenunpuntomuerto—susurróDarby.Sandilamiró.—¿Yquépasaráacontinuación?—Harán su jugada —repuso Ed con expresión sombría—. Y nosotros la

nuestra.Cadajugadaseríaunriesgocalculado.Sisalíanalexterior,lesdispararían.Si

loshermanosatacabaneledificio,dejaríanloscochessinvigilar.Siunhermanoatacaba, se arriesgaría a una emboscada cuerpo a cuerpo. Las posibilidades yconsecuencias hacían que aDarby le diera vueltas la cabeza, como al intentaradelantarseaseismovimientosenunapartidadeajedrez.SepercatódequeJaysehabíacolocadoasuladoyquelesujetabalamanga

delasudadera,apretandoeltejidoconlospuñosbiencerrados.—Nocreas aAshley.Sediviertemintiendo.Dirá cualquier cosapara entrar

aquí...—No caeremos en la trampa—replicó Darby, buscando el apoyo de Ed y

Sandiconlamirada.Solo le respondieron con un silencio cansado. Tal vez «punto muerto» no

fueralaexpresiónadecuada,concluyó,inmersaenunatensióncadavezmayor.Talvezfueramásacertadohablarde«asedio».Sediocuenta,además,deotracosa:todoslamirabanaella.Loodiaba.Noteníamaderadelíder.Nuncasehabíasentidocómodasiendoel

centrodeatención,podíadecirsequelehabíaentradounataquedepánicoelañoanteriorcuandoloscamarerosdeRedRobinsehabíanagolpadoalrededordesumesapara cantarle el «cumpleaños feliz».Denuevodeseó fervientementequehubieraotrapersonaen su lugar.Alguienmás listo,másduro,másvaliente, aquientodoelmundopudierarecurrir.Peronoeraelcaso.«Soloestoyyo.»«Ynosotros.»

Page 182: En La Tormenta

«Ylosmonstruosquenosrodeanenelexterior.»—YtampocoinsultesnuncaaAshley—advirtióJay—.Al...alcomienzose

comportacomosinopasaranadaperoseloguardaparadespués.Ysevengasileofendes...—Créeme,Jay.Estanocheyahemossuperadolodelasofensas.DarbysevaciólosbolsillosydejóelllaverodeAshley,lasllavesdelHonday

eliPhoneenelmostrador.Actoseguido,desdoblólaservilletamarrónymostróelmensajequeellalehabíaescritoaAshleyyelqueéllehabíaescritoaella:SISELOCUENTAS,LOSMATARÉALOSDOS.Edloleyóyencorvóloshombros.Sandisoltóungritoahogadoysetapólaboca.—Cuando...cuandosedencuentadequenovamoscorriendoalafurgoneta

cambiarándetácticayvendránapornosotros—dijoDarbydirigiéndoseatodos—.No tienen otra opción, porque ahora somos todos testigos y tenemos a surehén.O sea que este edificio va a ser nuestroÁlamo.Durante las siguientescuatrohoras.Sesacóunúltimoobjetodelbolsillo,quecasihabíaolvidado,ylodejóenla

encimera de imitación de granito con un clic exagerado. Era el proyectil delcalibre45deLars,cuyobrillodoradodestellababajolaluzcegadora.Cuandoviolabala,Sandisedejócaerenlasillayenterrólasmejillasrojas

entrelasmanos.—Oh,Diosmío,novamosadurarnicincominutos...Darbyhizocasoomisodeella.—Primerotenemosquebloquearlaventana.—Deacuerdo.—Edseñaló—.Ayúdameadarlelavueltaaesamesa.

Ashleyobservócómoseoscurecíalaventana.Unasiluetaanchasemoviócontraelcristaldesdeelinteriordeledificio,rotó

Page 183: En La Tormenta

hacia arriba y redujo el brillo anaranjado a franjas luminosas. Se imaginó elcristalrajándoseporlapresión.—Oh,Darbs.—Escupióenlanieve—.Tequiero.Lars lanzó unamirada hacia él. Estaba agachado en una postura digna del

pistolero más concienzudo junto a la puerta trasera del Ford, con el codoapoyadoenelparachoquesyapuntandoconlaBerettaalapuertadelantera.—No te molestes —dijo Ashley—. No van a salir. Esa mujer acaba de

anticiparsealaemboscada.—¿Cómo?—Acabadehacerloahoramismo.—Selevantóydiounoscuantospasos,hizo

crujirlasvértebrasdoloridas,estirólaspiernaseinhalóelairealpino—.Cielos,¿noesfantástica?Meencanta...Meencantaesapelirroja.Ubicada contra una ladera de abetos, piceas blancas y cumbres rocosas, la

oficinadeturismodeWanapaniparecíaunanuezapuntodesercascada.Habíadejado de nevar; el cielo se había despejado y formaba un vacío prístino.Lasnubesibanclareandoypermitíanverunalunacrecientepálidayunasestrellasdeunbrillointenso.Elmundohabíacambiadoconella,atraídoporlassombrasdelpicahielosqueeralaluzdelaluna.Unalunaquemendigabasangre.Lomásdivertido,comodecostumbre,eradecidircómo.Sehabíacargadoa

docenasdemascotasdeLars:tortugas,peces,dosperros,másgatoscallejerosdelosqueeracapazdecontar;yyafueralejía,balas,fuegooelcliccarnosodeuncuchilloalencontrarelhueso,lamuertenoteníaningúntipodedignidad.Todacriaturavivientemuereconmiedo.Porastutaquefuera,Darbytambiénloaprendería.Ashleyguardósilenciounosinstantes,chupándoseel labioinferior.Alfinal,

sedecidió.—Cambiodeplanes—anunció—.Loharemosdentro.—¿Todosellos?—Sí,hermanito.Todosellos.

Page 184: En La Tormenta

—Armas—dijoDarby—.¿Quétenemos?—Elespraydepimienta.—¿Quémás?SandiseñalóhaciaelLaColinadelEspresso.—Merefieroaqueaquíhayunacocinasencilla,peroestácerradaconllave.—Unmomento.—Edcruzólasala—.Voyaprobarmillave.—¿Unallave?¿Dedóndehassacadouna...?Golpeólacerraduraconlallavedecrucetaysedesperdigaronfragmentospor

el suelo.Acto seguido, cogió la persiana de seguridad por el asa y la enrollóhastaeltecho.—LaColinadelEspressoabreparaNavidad.Darbysaltóporencimadelmostradory recibió la fuerzadel impactoen los

tobillos.Buscóporlapartedelantera:cafeteras,unatostadoradebagels,unacajaregistradora, botellas de sirope. A continuación, abrió los cajones, de abajoarriba.Bolsasdecaféengrano,vainilla,lecheenpolvo,cucharastintineantes...—¿Hayalgo?—Nadaútil.Edcomprobóquéteníadetrás.—Tampocohayteléfonofijo.—Tiene que haber alguno. —Darby buscó en la siguiente cajonera y

desenganchó un posit amarillo: RECORDATORIO, POR FAVOR FRIEGA LOS BAÑOS –TODD.—¿Algúncuchillo?—Cucharas ymás cucharas.—Cerró otro cajón con fuerza—.No haymás

quecucharas.—¿Enquéclasedecafeteríanohaycuchillos?—Pues en esta, por lo que parece.—Darby se secó el sudor de los ojos y

volvió la vista atrás, hacia la caja registradora (demasiado pesada), la caja debollería (no era un arma), la tostadora (nada), y las cafeteras que cubrían la

Page 185: En La Tormenta

encimera—.Pero...bueno,estascosassirvenaguahirviendo.Quealguienlleneunajarra,porfavor.—¿Comoarma?—preguntóSandi.—No.Paraunputocafé.—Yatenemoscafé.—Estabasiendosarcástica.Uncorreteodetrásdeella.EsperabaqueSandipasaradelante,peroeraJay.La

niñacogiólajarradeKAFÉylacolocóbajoelpitorro.Sepusodepuntillasparaapretarelbotón.Lamáquinaemitióungruñido.—Gracias,Jay.—Denada.Sandiseguíaen lapartedelanterade lasala.Atisbabaelexteriorderodillas

porunhuecodediezcentímetrosquequedabaentralamesavolcadayelmarcodelaventana.—AshleyyLarshanvueltoamoverse—anunció—.Están...ahoraestánjunto

asumonovolumen.—¿Haciendoqué?—Noloveo.—Manténlacabezagacha—lerecordóEd.—Deacuerdo.Darbyabrióelúltimocajónsituadobajolacajaregistradorayencontróalgo

quetintineabaenelfondojuntoconunosbolisyelrollodepapeldelostíquets:unallaveplateada.Lacogióydespegóotroposit:NODUPLICAR–TODD.«Elcuartodemantenimiento»,recordó.Corrióhaciaél,introdujolallaveygiróelpomo.—Porfavor,porfavor,Dios,quehayaunteléfonofijoaquídentro...Oscuridadenelinterior.Encendióuninterruptordelaluzyseencontróenun

cuarto de mantenimiento, de metro y medio por metro y medio, con unosestantestorcidosyexpositoresconcajasdecartónabombadas.Elolorcargantea

Page 186: En La Tormenta

moho. Un cubo con fregona en un rincón, lleno de agua gris. Y un botiquínblancoenelestantesuperior,cubiertodepolvo.Y,asuizquierda,atornilladoalapared...unteléfonofijodecolorbeige.—¡Oh,graciasaDios...!Cogió el auricular de plástico y se lo pegó a la oreja... No había tono de

llamada. Probó varios botones. Lo zarandeó. Comprobó el cable en espiral.Nada.—¿Hahabidosuerte?—preguntóEd.Sefijóenotropositquehabíaenlapared:LAFIBRAHAVUELTOACAER–TODD.

Colgóelteléfonodeungolpetazo.—EstoyempezandoaodiaraTodd.—Lajarradeaguacalienteyaestállena—anuncióJay.Darby salió del cuartomarcha atrás y estuvo a punto de chocar contra Ed.

Cogiólajarradedebajodelabandejadegoteo.—Gracias,Jay.Ahorallenaotra,porfavor.—Vale.Entoncesllevólajarrarebosantealapuertadelanteradelaoficinadeturismo;

notaba el vapor en la palma. El agua estaba lo bastante caliente como paraquemarlapielytalvezcegaraunatacanteduranteciertotiempo.Perotambiénseenfriabaconrapidez.Enunosminutosnoseríamásqueunajarrainofensivadeaguatemplada.Estaba amedio camino cuando se fijó en una cosa... una servilletamarrón

embutidabajoelasaplateadadelajarra.Suservilleta.Se paró y la desdobló. En un lado, su REÚNETE CONMIGO EN EL BAÑO y la

respuestadeAshley,queprobablementefuerafalsa:TENGONOVIA.Enelotro: SISELOCUENTAS,LOSMATOALOSDOS.Yporúltimo,debajo,conlacaligrafíatípicadelosniños,encontróelmensajedeJayparaella.

NOTEFÍESDEELLOS.«¿Qué?»

Page 187: En La Tormenta

Alzó la vista. Jay llenaba la segunda jarra, apretaba el botón rojo y laobservabaconexpresiónexpectante.—Quenomefíe...¿dequién?—susurróDarby.«¿EdySandi?»Jaynorespondió.Selimitóaasentirconmovimientosbreves.Gesticulabacon

disimuloparaquenolavieranlosotrosdosadultosdelasala.Darbyestuvoapuntodepreguntarenvozalta,peronopodía.«¿Porqué?¿PorquénopodemosconfiarenEdy...?»Sesobresaltócuandounamanolasujetóconbrusquedadporlaclavícula.—Tres entradas, o sea que hay tres posibles vías de ataque para Beavis y

Butthead—refunfuñóEd,contandoconlosdedos—.Puertadelantera.—Cerradaconcerrojo—dijoDarby.—Ventanadelantera.—Conbarricada.—¿Ventanasdelbaño?—Haydos.Yorompíunahaceunashorasparaentrardesde fuera.—Darby

dejócaerloshombrosenseñaldedesánimo—.Esoesloquemepreocupa.Noestabasolopreocupada;ahoraestabaconvencidadequeeralaprimeravía

de entrada que Ashley y Lars probarían. Las mesas de picnic apiladas en elexterior formabanunaescalerahacia laventanadelbañodehombres.EraotradebilidadestructuralyAshleyeraperfectamenteconscientedesuexistencia.EsanocheyahabíasalvadoaDarbyendosocasiones.Ed seguía planteándoselo y, de nuevo, Darby notó ese olor en su aliento:

vodkaoquizáginebra.«Porfavor—pensó—.Porfavor,noestésborracho.»—¿Cabenporella?—preguntóél.—Lointentarán.—Notenemosgrancosaparabloquearla...—Alomejor...—Darbycavilóalver la llavedecrucetaen lamanodeEd.

RecordóelespraydepimientadeSandi,máslasjarrasdeaguahirviendo.Salió

Page 188: En La Tormenta

disparadahacia losbaños,mientras las ideas se agolpabanen sumente—.Talvezpodamosaprovecharnosdeello.—¿Cómo?Abrió la puerta con un codo y señaló la larga estancia, más allá de los

compartimentosverdes,hacialaventanatriangularvacíadelapareddelfondo.—Ashley y Lars tendrán que trepar e intentar pasar, de uno en uno, para

entrar.Nopuedenhacerloconlospiespordelante.Tienenqueentrardecabezaparapodercubrirlasalaconlapistolayluegotendránquedarselavueltaycaerdepie.Edlaobservóimpresionado.—¿Túhastrepadoporahí?—Miplaneselsiguiente.Unodenosotros....Darbysecallóyrecordósuconversaciónenesemismobaño,bajolasmismas

luceszumbantes,conAshleyenpersona.HacíadoshorashabíandiscutidoquiénseríalaPersonaA(elatacante)yquiénseríalaPersonaB(elrefuerzo).«Apartirdeahora,estanoche,soylaPersonaA»,decidióconteniendoelaliento.«Seacabaronlasexcusas.»—¿Dara?—Me pegaré contra la pared —continuó ella, señalando el compartimento

másalejado—.Ahí,eneserincón,ynomeveráncuandotrepenparaentrar,y...Edsonrió.—Podemosrociarleconespraydepimienta.—Ycogerlelapistola.«Ymatarlosalosdos.»Los hermanos iban armados y eran físicamente más fuertes, por lo que

permitirqueunooambosentraranresultaríafatal.Peroaquellaventanaerauncuello de botella natural y sería su única vía de entrada realista, a no ser queconsiguieran reventar la cerradurao entrarpor laventanabloqueada.Además,DarbysabíaquesiAshleyentrabaelprimeroconlapistola,ellateníaalgunaqueotraposibilidaddeaturdirloconelespraydepimientaoconelaguahirviendo.

Page 189: En La Tormenta

Si conseguía arrebatarle la pistola del 45, la situación cambiaría de formadrástica.Edabriólapuertadelcompartimento.—Yovigilarélaventana.—No,yalohagoyo.—Dara,deberíaseryo...—Hedichoque loharéyo—espetóella—.Soy laúnicaquees lobastante

pequeñaparaesconderseahí.Ysoyquienempezótodoesto.«YnuncavolveréaserlaPersonaB.»«Mientrasviva.»Había esperado más resistencia pero Ed se limitó a mirarla con ojos bien

abiertos.Habíaestadotambiénapuntodecorregircómolallamaba,deunavezportodas,perosecontuvo.Joder,paraesanoche,Darayaseparecíabastanteasu nombre. Y agradeció no tener que mencionar el alcohol que destilaba sualiento.«¿Acaso...acasoporesoJaynosefía?»Edhizounapausa.—¿AsíquetúencontrasteaJay?—Sí.Laayudéaliberarse.—¿Yelloshanestadoviajandoconella?¿Estabaaparcadaahífuera,delante

denuestrasnaricesmientrasyojugabaaPescaconesecerdo?—Sí.—Diosmío.Eres...¿Sabesqueeresunaheroína,Dara?—Todavía no.—Darby hizo unamueca, bajó lamirada al suelo intentando

combatirunescalofríoenfermizo.Conelpasodelashoras,habíallegadoaodiaresapalabra—.Niporasomo.Nosipormiculpaosmatanatiyatuprima...—Esonopasará—dijoEd—.Eh,mírame.Darbylomiróaregañadientes.—Unaspalabrassabiasparati—dijo—.¿Sabesloprimeroquetedicenenel

Page 190: En La Tormenta

centro de rehabilitación deClairmont? ¿Cuando cruzas esa puerta por primeravezyregistrastuspertenenciasyfirmastodoslosimpresosytesientas?Darbynegóconlacabeza.—Yotampoco.—Edsonrió—.Perotelocontaré,¿vale?Darbyseechóareír.No hizo que se sintiera mejor. Pero fingió que sí, como si una charla

apresuradayaleccionadoraenunbañofuera loúnicoquenecesitaba.Sonrióypermitióquelacicatrizselematerializaraenlaceja.—Esperoquecumplastupalabra,Ed.—Yquelojures.Mientrasregresabaalvestíbulo,notóunbultoenelbolsilloderecho,elllavero

deAshley.Losacóyloinspeccionódesplegandolasllavesenlapalma.UnlápizUSB negro. La llave de un trastero de alquiler llamado Sentry Storage y, porúltimo,lallavemásimportante,ladelChevroletAstrodelsecuestrador.Acto seguido, cerró el puño alrededor de las llaves y, antes de poder

replanteárselo,laslanzóporlaventana.Emitieronungolpesuavealaterrizarenelexterior.«Consideradlounaofrendadepaz.»Una oportunidad para que Ashley y Lars evitaran problemas mayores,

cogieran el monovolumen e intentaran huir antes del amanecer. Antes de lallegada de las quitanieves. Antes de que llegara la policía con las armasdesenfundadas.«Cogedlasllaves,»teníaganasdegritar.«Nohacefaltaquemueranadieestanoche.»«Porfavor,cogelasllaves,Ashley,yquecadaunosigasucamino.»Fueunahermosafantasía.Pero,dealgunamanera,imaginóquenoeraposible

que aquella situación acabara sin derramamiento de sangre. Los hermanosGarver tenían demasiado en juego como para marcharse sin más. Ya habíaestadosentadafrenteaAshleyesanoche,lehabíamiradoalosojosyvistouna

Page 191: En La Tormenta

claridaddespiadadaenellos.Comolaluzquesereflejaatravésdeunajoya.Unjovenqueveíaalaspersonascomountrozodecarne.Nadamás.Ylahorabrujaseacercaba.Lahoradelamaldad,delosentesdemoníacos,de

seresquesearrastranyvivenen laoscuridad.Erasuperstición,peroDarbyseestremeciómientrasescribíaelborradordeotromensaje.

Hola,mamá.Siencuentrasestemensajeenmimóvil...

Vaciló.

...quieroquesepasquenodejédepelear.Nomerendí.Nosoyunavíctima.Decidí implicarme.Losientoperonoteníaotraopción.Quieroquesepasquesiempretehequerido,mamá,ypaseloquepasesiempreserétuhijita.Yqueestanochehemuertoluchandoparasalvaralahijitadeotrospadres.Tequiere,Darby.

Page 192: En La Tormenta

02.56h

Decaminoalvestíbulo,doblóelmensajecrípticoqueJayhabíaescritoenlaservilleta,NOTEFÍESDEELLOS,yseloguardóenelbolsillotrasero.«¿Por qué?» Se preguntó mientras notaba un vacío cada vez mayor y más

dolorosoenelestómago.«¿PorquénodeberíafiarmedeEdySandi?»Teníaganasdepreguntarlealaniña,peroEdestabademasiadocerca.—Jay,¿esoscabronesmencionaronadóndeiban?—preguntóél—.Merefiero

aantesdequedarseatrapadosenelpuertodemontaña.—No.—Jaynegóconlacabeza—.Estánaquíapropósito.—¿Cómo?—Buscabanestaáreadedescanso.Hoymirabanmapasen lacarretera,para

versilaencontraban...—¿Porqué?—Nolosé—reconociólaniña—.Soloséquequeríanveniraquí.«Estanoche»,pensóDarby,mientrasserecogíaelpeloenunacoladecaballo.

Otrapiezasueltadelrompecabezas.Otrofragmentosinresolver.Tenía dolor de barriga. No alcanzaba a imaginar por qué Ashley y Lars

querríanquedarseatrapadosahíarribaconsurehén,adosmilsetecientosmetrosdealtura,entreunpuñadodeviajeros.Anoserquetuvieranpensadomatarnosatodosdesdeunbuencomienzo.Los

hermanoshomicidasviajabanconunapistola,unbidóndegasolinayunabotelladelejía.TalvezAshleytuvieraalgomalvadoenmente.Mientrasseloplanteaba,EdpreguntóaJayunacosaquelellamólaatención.—¿Cogierontusmedicinas?¿Cuandotesecuestraron?

Page 193: En La Tormenta

Darbyaguzóeloído.—¿Medicinas?Jayhizounamueca.—¿Misinyecciones?—Sí.Medicinas,inyecciones,chutes.Comolellamentuspadres.—Creoqueno.—Bueno.—Edsuspiróyseechóelpeloralohaciaatrás—.Entonces,dime,

Jay.¿Cuánto...cuántotiempollevassintomarlas?—Meguardounaenelbolsilloparalasemergencias.Peroyalatomé.Hace...

—Contóconlosdedos—.Tres...no,cuatrodías.Edexhalócomosilehubieranpropinadounpuñetazoenelvientre.—Uf,vaya...—Losiento.—No,noesculpatuya.DarbycogióaEdporelhombro.—¿Dequévaesto?—Por lo que parece, tieneAddison.—Ed bajó la voz y señaló el brazalete

amarillo de Jay—. La enfermedad de Addison. Es una insuficiencia adrenal,relacionada con las glándulas endocrinas, que no producen suficiente cortisolpara que funcione el organismo. La padece una de cada... aproximadamentecuarentamilpersonas.Exigemedicacióndiariaoelniveldeglucosaensangredesciendey...—Secalló.Darby tocó la muñeca de Jay y leyó el brazalete: ENFERMEDAD DE

ADDISON/NECESITAESTEROIDES.Lediolavueltaconlaesperanzadeencontrarmásdetalles, como instrucciones de dosificación, el número de teléfono de algúnmédicoountratamientodeemergenciarecomendado,peronohabíanadamás.Esoeratodo.Cincopalabras.«Necesitaesteroides.»—Entonces¿qué?—preguntóDarby—.¿Ashleynosabíacómomedicarla?—La han estado medicando mal, creo. Probablemente esos capullos lo

Page 194: En La Tormenta

buscaranenGoogle,entraronarobarenunafarmaciaycogieronloprimeroquepillaron que tuviera el nombre de «esteroide». Lo único que han hecho esempeorarla...—Pensabaquehabíasdichoqueerasveterinario.—Asíes.—Edesbozóunasonrisaforzada—.Losperrostambiénpadecenla

enfermedaddeAddison.RecordóeloloracredelvómitoenelmonovolumendeLars.Lostembloresde

Jay,elagotamiento,lapalidezdesupiel.Aquelloloexplicabatodo.YentoncesDarby se planteó: si te recetan una inyección diaria de esteroides, ¿hasta quépuntoesgravequetesaltescuatro?SelopreguntóaEdmoviendoloslabios:«¿Grave?».Éllerespondiósinemitirningúnsonido:«Luego».—Ashley y Lars siguen junto al monovolumen —informó Sandi desde la

ventana—.Están...estánhaciendoalgo.Peronosédecirqué...—Preparándose para atacarnos —dijo Darby. No hacía falta suavizar la

situación.Paseódeunladoaotrodelasala,haciendouninventariodesuarsenal.Dos

jarrasdeaguacaliente.ElespraydepimientadeSandi.La llavedecrucetadeEd.Era un plan de batalla precipitado, pero tenía sentido. Cuando llegara el

momentodelataque,SandicontrolaríalapuertadelanteracerradaylabarricadaconJayeiríadiciendoavozengritolosmovimientosdelosagresores.Darbyvigilaríalaventanadelbañodehombres.Siloshermanosintentabanentrarporahí, tal como ella preveía, atacaría por sorpresa a Lars o a Ashley desde elángulomuertovertiéndolesaguahirviendoencima.YEd,consullave,rondaríaportodalaoficinadeturismoyacudiríaalládondeselenecesitara.—¿Qué...? —Sandi limpió su aliento del cristal y miró al exterior

entrecerrandolosojos—.Yahanpasadodiezminutos.¿Porquénohanintentadoentrartodavía?—Parajugarconnosotros—aventuróDarby—.Paraponernosnerviosos.

Page 195: En La Tormenta

—Puesfunciona.En el silencio creciente empezaron a pitarle los oídos. Notaba una presión

mayorenelambiente.Lasvigasdel techoparecíanmásbajas.Elsueloestabadesnudo,salpicadodeservilletassueltasymarcasdelafregona.Enciertomodo,elhechodemoverlamesahabíaocasionadoquelasalaparecieramáspequeña.El ambiente estaba cargado, compuesto por dióxido de carbono reciclado ysudor.Darbyseguíaesperandoquealguienhicieraunabromapararebajarlatensión.Nadielahizo.En el largo trayecto en coche desde Boulder, los tramos silenciosos entre

cancioneslehabíanresultadodetestablesporqueeraentoncescuandosumentesedisparaba.Recordandoimproperiosquelehabíalanzadoasumadre.Nuevosdolores.Nuevosreproches.Deprontoreflexionósobrelarespuestaquelehabíadado Ed cuando le había preguntado hasta qué punto era grave que Jay sehubierasaltadolascuatroúltimasinyecciones.Nohabíavocalizado«daigual».No,sediocuenta,desolada,dequehabíadichootracosa.Habíadicho«mortal».JaymoriríaesanochesihubieraseguidoalcuidadodeAshleyyLars.Aunque

nohubieraplaneadomatarla,noteníanniideadecómotrataresaenfermedad.Yseleestabaagotandoeltiempo.Pero la verdad era que tenía todo el sentido del mundo que los hermanos

Garverresultaranserunossecuestradoresdelomásineptos,conconsecuenciasfatales.SibienAshley teníaunavenacrueldeunkilómetrode largo,quedabaclaro que no era lo bastante metódico para dirigir una operación de rescate.Improvisabademasiadoyjugabaconsusvíctimas.¿YLars?Noeramásqueunniñoadultoconpatillas,conunapsiqueblandaysubdesarrollada.Esosdoscríosgrandotes no estaban preparados para la complejidad y el alcance de lo queintentabanconseguir.Noestabannidelejoscapacitadosparahacerlo.Nimuchomenos.En el aparcamiento oscuro de un Walmart hacía muchos años, mientras

Page 196: En La Tormenta

observaba a un adicto al crack con el pelo cortado al rape que forzaba lacerraduradelSubarudesdelaseguridaddelaslucesdelaseccióndeJardinería,recordó que su madre la sujetó por el hombro y le dijo: «No temas a losprofesionales,Darby.Losprofesionalessabenloquesellevanentremanosylohacendeformalimpia».«Aquieneshayquetemeresalosaficionados.»—Están... —Sandi ahuecó las manos contra la ventana—. Bueno. Ashley

acabadesacaralgodelmonovolumen.Una...cajanaranja.EdsearrodillóanteJay.—Cuandovengan, tevasaponerdetrásdelmostrador.Cerrarás losojos.Y,

paseloquepase,nosalgas,¿entendido?Laniñaasintió.—Vale.PorencimadelacabezadeJay,DarbyhablóconEdmoviendoloslabios:—¿Cómolatratamos?—Pues...pues la llevamosaunhospital.Es loúnicoquepodemoshacer—

susurró él acercándose aDarby—. Solo he tratado a perros y aun así solo hevistounospocoscasos.Loúnicoqueséesqueahorasucuerpohaentradoenfase de shock. Su organismo no segrega adrenalina, se llama «crisis deAddison»,asíquesilasituaciónsevuelvepeligrosaointensa,esposiblequesucuerpo desencadene un ataque, se quede en coma o algo peor. Tenemos quecontrolarsuniveldeestrés.Ymantenersuentornolomástranquiloypacíficoposible....Sandisoltóungritoahogadodesdelaventana.—Ashleytiene...Oh,cielos,¿esunaremachadora?—Sí—dijoDarbyvolviéndosehaciaEd—.Noseráfácil.

Ashley introdujo una batería en la remachadora Paslode IMCT sin cables yesperóaquelalucecitaverdeparpadeara.

Page 197: En La Tormenta

Enlaépocadesupadre(losañosdoradosdeFordContracting)senecesitabaun compresor de aire y varios metros de manguera de caucho para accionarcualquierremachadora.Ahorabastabaconbateríasycélulasdecombustible,conlocualpodíallevarseenelbolsillo.El modelo de Ashley era brillante, de un color naranja típico de Barrio

Sésamo.Ocho kilos. La calcomanía de Paslode ya estaba gastada. Los clavossalían de un cartucho cilíndrico que a Ashley siempre le había recordado altambordelametralletadeJohnDillinger.LalongituddelosclavossemedíaenpenniesenEstadosUnidosporalgunaantiguacostumbrequeseremontabaalaEdad Media, y esos eran de dieciséis pennies, más o menos unos nuevecentímetros.Estabandiseñadosparaatravesarmaderasde2×4.Podíanpenetraren la carne humana desde una distancia de tresmetros y, desde una distanciamayor,seguíansiendoesquirlasdemetalbrutalquegirabanysilbabanenelaireaunavelocidaddedoscientossetentaycincometrosporsegundo.Noestabamal,¿no?Por mucho que Ashley hubiera fracasado estrepitosamente en la gestión

cotidianadeFoxContracting,estabacontentísimoconlosjuguetitosquelehabíaproporcionado.Por suerte, supadre estabademasiadoocupadoolvidándosedesu propio nombre y cagando en una bolsa como para ver en qué se habíaconvertido el legado familiar bajo la gestión deAshley. Los dos especialistashabíansidodespedidossincontemplaciones,eldominiowebhabíacaducado,elteléfonotodavíasonabadevezencuando,perosaltabaelbuzóndevoz.Aveces,conducir el monovolumen de Fox Contracting con el personaje de dibujosanimadoslehacíasentircomositransportaraungrancadáver;elcaparazónsecoquealbergabalossueñosyeltrabajodurodesupadre.Resulta que cuando se produjo la caída de Wall Street, los federales

intervinieronyasumieronlaspérdidasconeldinerodelosdemás.Perocuandocae una empresa familiar, en fin... tienes que sacarte tú solito las castañas delfuego.AsífuncionaEstadosUnidos.AshleylevantólaremachadoraPaslode,palmeólabocaconlamanoizquierda

Page 198: En La Tormenta

ydesactivóelseguroconunempujón.Luegoapretóelgatillo...BUM.Unclavodedieciséispennies atravesóelneumáticodelanterodelHondade

Darby.Elcauchonegrosedesinflóemitiendounsilbido.Larsobservaba.Ashley le dio una patada al neumático y notó lo blando que estaba. Acto

seguido,seinclinóydisparóotroBUMalneumáticotraserodelHonda.—No te pongas nervioso, hermanito. Saldremos de esta.—Ashley rodeó el

cocheyperforólosdemásneumáticosmientrashablaba.BUM.BUM—.UnpocodetrabajosucioestanocheyluegoiremosaveratíoKenny,¿vale?—Vale.Bajólavoz,comosicompartieraunsecretopeligroso.—Yalgomásqueolvidémencionar.¿TeacuerdasdelaXboxOne?—¿Sí?—TieneelnuevoGearsofWar.—Vale.—La sonrisa de Lars se solidificó y Ashley sintió una punzada de

compasiónporsuhermanopequeño.Noestabahechoparaesascosas,peronoera culpa suya. ¿Cómo iba a serlo? No era el responsable de que su madreengullera dos viñedos al día estando embarazada. El pobre Lars había estadoincapacitado genéticamente antes incluso de respirar por primera vez. Unacabronadadelasgordas.Comprobó rápidamente la luz de la Paslode; seguía estando verde. El frío

afectabanegativamentealasbateríasysoloteníados.LoúltimoquequeríaeraquelaremachadorasequedarasinbateríacuandolapresionaracontralasiendeDarby.Menudobochorno.Conrespectoalapotenciadefuego,laBerettaCougardelcalibre45deLars

erasumayorbaza,puesunonoseplanteasalirvictoriosoenuntiroteoconunaremachadorasincables.Ynecesitaríaunoscuantosclavosdenuevecentímetrospara abatir con total seguridad a alguien. Y lo que es peor, los proyectilesdifícilmente penetran en algo que estémás allá de tresmetros. Pero aAshley

Page 199: En La Tormenta

Garverleencantabalaremachadora,talvez,portodoaquelloquelaconvertíaenunarmamuypocoprácticaparamataraunapersona.Leencantabaporqueerapesada,aparatosa,imprecisa,espantosayhorripilante.Todoslosartistasseexpresanatravésdesusinstrumentos,¿verdad?PueseseeraeldeAshley.—Venga, hermanito. —Le señaló con la remachadora—. Pon cara de

guerrero.El cartucho del cilindro de la Paslode albergaba treinta y cinco clavos de

nueve centímetros, dispuestos en pequeña hileras de cinco clavos. Habíadisparadocuatro.Seguíateniendomásquesuficienteparaconvertiraunhumanoenunpuercoespíngritón.Asu lado,Larsdeslizó lacorrederade laBeretta talcomolehabíanenseñado,comprobandodiligentementesihabíaunabalaen larecámara.—Gears ofWar 4, ¿verdad?—preguntómientras caminaban—. ¿No el del

añopasado?—Esohedicho.—Vale.—YnoteatrevasadispararleaDarby—lerecordóAshley—.Esmía.

—Yavienen.—Losé.—Ahoratienenunaremachadora...—Losé,Sandi.Jay se llevó las manos a las sienes como si quisiera ahuyentar el dolor de

cabeza,altiempoquesemecíacontralaspatasdelamesavolcada.—Porfavor,porfavor,nodiscutáis...—Ed,vanamatarnos...Laapuntóconlallavedecruceta.—Cállate.

Page 200: En La Tormenta

Darby cogió a la niña por los hombros y la apartó, lejos de la ventanabloqueada,haciaelcentrodelvestíbulodeWanapani.Todo estrés o trauma podría desencadenar un ataque. «Es literalmente una

cuestióndevidaomuerte.Tengoqueconseguirqueestétranquila.»¿Acaso era posible esa noche? Intentó recordar las palabras exactas queEd

habíaempleado,«¿UnacrisisdeAddison?»,yseagachóalladodeJay.—Eh,Jay,mírame.Ellalamiróconlosojosrepletosdelágrimas.—Jaybird,todoirábien.—No,noesverdad...—Noteharándaño—dijoDarby—.Teloprometo,nolesdejaré.Ladiscusiónseintensificójuntoalapuerta.—Ed,vanaentrar...—Puesentonceslucharemos.—Estásborracho.Siintentamoslucharcontraellos,moriremos.—Lavozde

Sandieracomounpetardeo—.Yomoriré,túmorirásyellamorirá...—Seequivoca.—DarbyalejóaJaytodavíamás,detrásdelmostradordecafé.

Diounapalmadaa laspiedrascompactas;eran lobastantesólidaspararepelerunabala—.PeroquédatedetrásdelmostradorcomohadichoEd,¿vale?Porsiacaso.—Amínomeharándaño—susurróJay—.Atisí.—Notepreocupespormí.—Recordóelmensajesobrecogedorescritoenla

servilleta y se le acercó más. Habló en un susurro para que los demás no laoyeran—.Perodime.¿PorquénoquieresqueconfíeenEdySandi?Jayparecíaazorada.—Yo...no,noesnada.—¿Porqué,Jay?—Meequivoqué.Noesnada.—Cuéntame.LadiscusióndeEdySandi junto a la puerta delantera alcanzóunvolumen

Page 201: En La Tormenta

atronador.Edblandíalallavecontrasuprimacomosifueraunarmayhablabaconvozexaltada:—Sicooperamos,nosmatarándetodosmodos.Elladespreciósuspalabras.—Esnuestraúnicaposibilidad...—Pensé...—Jayvaciló,yseñalóporencimadelmostradorhaciaSandi,antes

deresponder—:Alcomienzopenséquereconocíaalaseñora.Porqueesclavadaaunadelasconductorasdemiautobús.«ConlolejosqueestáSanDiego.»Darbysequedóparalizada.—Peroesoesimposible—dijoJay—.¿Verdad?Darbynoteníarespuesta.¿Quéposibilidadeshabíadequefueracierto?¿Qué

posibilidadesexistíandequeotrosdosviajeroshubieranvenidodesdelamismaciudaddelacostaOestequelaniñasecuestrada,deentretodaslasciudades?¿Ydequeestuvieranallí,acientosdekilómetroshaciaelinterior,atrapadosenunáreadedescansoremotadelacarreteraenlasmontañasRocosas?Tuvolaimpresióndequelasalasequedabasinoxígeno.«SanDiego.»—Pero...peronoesella—seapresuróaañadirJay,sujetándoselamuñeca—.

Esquesepareceaella.Esunacasualidad.«No,nadadeeso—queríadecirDarby—.Estanoche,no.»«Estanochenoexistenlascoincidencias...»Ed y Sandi habían dejado de discutir junto a la puerta. Ahora los dos

escuchaban,paralizadosyatentos.EntoncesDarby también looyó...unpardepasos amortiguados, botas que crujían en el manto de nieve del exterior,acercándosealapuerta.Unescuadróndelamuerteformadopordoshombres.Edseapartódelapuertaconelrostroenrojecido.—Oh,cielos.Preparaos...—Ed—dijoDarby—.¿Dedóndehasdichoqueerais?—Ahorano...

Page 202: En La Tormenta

—Respondealapregunta,porfavor.Edseñaló.—Estánjustoalotroladodelapuerta...—Respondealaputapregunta,Ed.Los pasos de los hermanos se detuvieron en el exterior. Habían oído que

Darbyalzabalavozyahoratambiénescuchaban.Ashleyestabaamenosdedosmetros, esperando al otro lado de la puerta de madera fina. Incluso se oía larespiración por la boca característica de Cara de Roedor, como si fuera elrespiradordeunhospital.—Hemos...venidodesdeCalifornia—respondióEd—.¿Porqué?—¿Dequéciudad?—¿Qué?—Dimedequéciudad.—¿Quémásda?—Respóndeme.—ADarbyletemblabalavozporefectodelaadrenalina:dos

desconocidos en el interior y dos asesinos en el exterior. Ellos tambiénescuchaban. Todo el mundo escuchaba. Todo dependía de lo que eseexveterinariodijeraacontinuación...—Carlsbad—dijoEd—.SomosdeCarlsbad.«NodeSanDiego.»Darbyparpadeó.«Oh,graciasaDios.»Edalzólosbrazos.—¿Qué,Dara,yaestáscontenta?Ellaexhaló,comosivaciaselospulmonesalsalira lasuperficiedespuésde

unainmersión.Noeramásqueunacasualidad.Jaysehabíaconfundido.Esfácilemparejar rostros entre desconocidos que se recuerdan amedias y, por lo queparecía,SanditeníaunadobleenSanDiegoalaqueletocabalarutamatutinadelautobús.Californiaeraunestadoconaltadensidaddepoblación,porloqueno era tan asombroso que Ed y Sandi fueran del mismo estado que la niñasecuestrada.Todolodemás...nervios.Meraparanoia.

Page 203: En La Tormenta

Silencioenelexterior.Loshermanosseguíanescuchandodetrásdelapuerta.—Telodije—susurróJay—.¿Loves?Meheconfundido...—Carlsbad —siseó Ed a Darby, con el rostro brillante por el sudor—.

Carlsbad, Estados Unidos. ¿Qué más necesitas saber, por el amor de Dios?¿Estado?California.¿Códigopostal?92018.¿Población?Cienmil...—Losiento,Ed.Esqueteníaqueasegurarmede...EravagamenteconscientedequeSandiseleestabaacercandopordetrásyse

diolavueltaparasituarsefrenteaellacuandoEdcontinuó:—¿Condado?CondadodeSanDiego.YesefueelúltimopensamientoclaroquecruzólacabezadeDarbyantesde

queunchorroapresióndeunlíquidogélidolerociaralosojos.Acontinuación,dolor.Undolorcandente.

Page 204: En La Tormenta

LAHORABRUJA

Page 205: En La Tormenta

03.33h

—¡SANDI...!—gritóEd.PeroelmundodeDarbysetiñódeunrojointenso.Unasalpicaduradeácido.

Notó las células de sus córneas crepitando ante tal profanación, ardientes ygélidas almismo tiempo.Como si tuviera lejía bajo los párpados. Embargabatodossuspensamientos.Cayó al suelo de rodillas con los ojos apretados, clavándose las uñas en la

cara,frotándoseparaquitarsegotasdeescozorquímico.Unosdedospequeñoslesujetaronelcodoytirarondeella.OyólavozdeJay.—Darby.Frótatelosojos...—Sandi,¿quécoñoestáshaciendo?—Eddie,losiento.Losientomucho....—Frótatelosojos.—LavozdeJay,másfuerte.Darbyselosfrotóconfiereza,mientrasemitíagritosahogadosdedolor.Los

machacóhastaquelosglobosocularesse ledespachurraronenlascuencas.Seobligóaabrirlospárpados,separándoselosconlasuñas,yviounasopanubosaderojoynaranja,emborronadaconlágrimasincendiarias.Lasiluetaacuosadelas baldosas del suelo. La sala giraba a su alrededor, zumbando como unescenariorotatorio.Tosió,lagargantadensaporlosmocosquebarbotaban.Viounasgotasnegrasquecaíanalsuelo.Levolvíaasangrarlanariz.—Quédatequieta.—Jayalzóalgopesado.Darbyestabaapuntodepreguntarsequéera,perounchorrodeaguacaliente

lecayóenlacara.Eraladelajarra,advirtiómientrassefrotabalosojos.«Chicalista.»Unassombrascoléricassemovíancercadeella.Pisadasfuertes.

Page 206: En La Tormenta

—Darby —Jay le tiró del codo con más fuerza, retorciéndoselo contra lacavidaddelhombro—.Darby,vamos.Acuatropatas.Acuatropatas.Obedeció.Conlaspalmasylasrodillassobrelasbaldosasfrías,mediociega,

sangrando. Jay laguiabacon tironesyempujones.Detrásdeella, lasvoces seintensificaron,resonabanenlasala,aumentabanlatensióndelambiente:—Sandi.Explícamequéestápasando...—Puedosalvarte.—Notoquesesapuerta...—Por favor, deja que te salve—jadeóSandi con tono de súplica—.Eddie,

cielo, esta noche puedo salvarte la vida por estúpida que sea, pero solo si tecallaslabocayhacesexactamenteloqueyotediga...Darbyoyóunclichuecoymetálicodetrásdeella.Leresultabafamiliar,pero

nofuecapazdeidentificarlo.Detodosmodos,lohabíaoídobastantesvecesesanochecomoparainterpretarlocomoundéjàvu.Actoseguido,entreunaneblinadedolor,cayóenlacuentaysumentegritó:«Cerrojo,cerrojo,cerrojo...».«Sandiacabadequitarelcerrojodelapuertadelantera.»

LamanecillagirósinproblemasenlamanodeAshley,locuallesorprendió.Apretólasyemasdelosdedoscontralapuertaylaempujóligeramente,yconunbarridolentofueapareciendoelinteriordelaoficinadeturismo.PrimerovioaSandiSchaeffer,depieenelumbral,conlasmejillasrojascomountomate.—Lastengo—dijojadeando—.Lastengoalasdos,atrapadasenelbaño...«¿Alasdos?»FueunalivioparaAshley.—Entonces¿Jaybirdestáaquí?—¿Porquénoibaaestarlo?—Esunalargahistoria.Sandihizounamueca.—Porsupuesto.Porsupuesto...—Todocontrolado.

Page 207: En La Tormenta

—¿Controlado?¿Enserio?Porqueacabodeusarelgaslacrimógeno...—Sí,gracias.—Loúnicoque teníasquehacerestanocheeraquedartequietoyaunasí la

hascagado.—Sanditosióporelvapordelespraydepimientaysefrotólanariz—.Merefieroaque,vayaporDios,¿cómohasdejadoquepaseesto?¿Cómohasdejadoquelasituacióndegeneredeestemodo?Ashleyestabahartodehablar.Entróalafuerzaylelloraronlosojosporculpa

del ambiente ácido. Sandi se tambaleó hacia atrás, asustada de repente, y ladureza de las palabras que acababa de pronunciar se le quedó atrapadamomentáneamenteenlagarganta.HabíavistolaremachadoraPaslodequeteníaenlamano.Cielos,miraquelegustabaelcacharroese.—Todocontrolado—leaseguróél—.Todobien.Larstambiénentró.Elanorakcolorazulcieloselehinchóbajounrugidode

viento,BerettaCougarenmano.—Estásenfermo—rugió lamujermientrasdabaotropaso temblorosohacia

atrás—.Losdosestáisenfermos.Noestabaprevistoquelehicieraisdaño...—Hemosimprovisado.—Nomeequivoquéacercadeti.Acercadevosotrosdos...—¿Ah,no?—AshleydioungolpecitoenelpechodeLars—.Escucha.Que

ahoravienelobueno.—Sabíaquenoeráismásqueunospalurdosdemierda.—Vaya,Sandi,hieresmissentimientos.—Escomo si intentaraisqueospillaran.—Sandi escupíamientrashablaba,

un hilillo de saliva le colgaba delmentón y seguía dando pasos tambaleantesmientras ellos avanzaban hacia ella blandiendo sus respectivas armas—. Medijiste... me dijiste que cada día le pondríais ropa limpia. Me dijiste que ospreocuparíaisdesualimentación.Queledaríaislibros.Meprometistequenoletocaríaisniunpelo...—Estrictamentehablandoescierto,elpelonoselohemostocado.

Page 208: En La Tormenta

—¿Cómoesposiblequeestoteparezcadivertido?Tevasapudrirenprisión.Túytuhermanoconsíndromealcohólicofetal...SiAshleynolahubieraempujado,nosehabríamordidolalengua.Noestabaenfadado.«Todoestácontrolado,¿recuerdas?»Pero de todosmodos la empujómás de lo que quería. Sandi resbaló hacia

atrás, los zapatos chirriaron y se golpeó el culo gordo contra elmostrador decafé.Laradiosevinoabajoylaantenaemitióunsonidometálico.Elhorrorosocortedepeloalotazónquellevabaletapólacara,yseagarróalmostrador.—Lohasestropeadotodo—dijoellaconvozentrecortada.LarsapuntósuBeretta.—EH.Ashley no se había fijado en Ed hasta entonces, pero sí, ahí estaba. El

exveterinario con perilla al que había dado una buena paliza en Pesca, queodiabalosproductosApple,cuyomayortemoreraenfrentarsealafamiliadelaquesehabíaseparadoenAuroraestasNavidades,estabaahorajuntoalosbaños,blandiendo una herramienta para neumáticos en forma de cruceta en lamanoderecha,dispuestoausarla.—Novoyadejarte—dijoEd—.Novoyadejarquetelesacerques.—Sandi—intervinoAshleyconvozqueda—,porfavor,dileatuprimoque

suelteesacosa.—Esunallavedecruceta,gilipollas.—Ed,hazloquetedice.PeroEdsemantuvofirme.Estabadeespaldasalaspuertasdelbaño.Teníala

frenteperladadesudor.Lallavedecrucetaletemblabaenlamano.Ashley no le quitaba los ojos de encima y dio un paso al lado para que su

hermanotuvieramejorángulodetiro.—Sandi—dijocontranquilidad,hablandoporlacomisuradellabio—,quete

quedeclaro.SituprimoEdnodejalallavedecrucetaenelsueloahoramismo,morirá.—Eddie,porfavor,porfavor,hazloquediceAshley.

Page 209: En La Tormenta

EdsesecóelsudordelosojosconlapalmadelamanoymiróhaciaSandiconcrecientehorror.Paraentoncesyadebíadehabérselofigurado,peroenesemomentolovioconclaridad.—Cielosanto,¿cómoesque...cómoesqueconocesaestagente?¿Quéestá

pasando?Sandihizounamueca.—Lacosasecomplicó...—¿Quéhacíasconesaniña,Sandi?—Suéltala —repitió Ashley dando otro paso adelante—. Suéltala ahora

mismoynoteharédaño.Teloprometo.A su derecha, Lars adoptó a conciencia una postura de tiro con la Beretta

Cougar, tal como su hermano le había enseñado en una ocasión. Dos manoscerradas,pulgareshaciaarriba,eldedoíndicealrededordelgatillo.PeroAshleysabía que no dispararía. No sin permiso. Estaba esperando —oh, pero quéobedienteera—laseñalparaejecutaraEd,lacualpodíamanifestarsedeformasmuydistintas,comoporejemplounareferenciaalbéisbol.Unagotadesudorcayóalsuelo.—Teprometoquenoteharemosdaño—insistióAshley—.Tienesmipalabra.—Eddie,porfavor.—Sandisuavizóeltono—.Estásborracho.Suéltalaytelo

explicarétodo.Tuvo mérito que Ed no cediera. Se mantuvo en sus trece, sin ni siquiera

reconocerlapresenciadelapistoladeLars,mirandofijamenteaAshley,soloaAshley, como si fuera la única persona delmundo.Ojos duros como piedras,retándoleahacerlo.Lallavedecrucetatintineabaporlaadrenalina.Cuandoporfinhabló,fuecomounrugidograve.—Sabíaqueteodiaba.—¿Ah,sí?—repusoAshley—.Amímehascaídobien.—En cuanto nos hemos conocido esta noche, cuando te estreché la mano,

pues... de algunamanera lo he sabido.—El viejomédico de animales esbozóuna sonrisa triste y extraña—.Vi un destello, creo, de quién eres en realidad.

Page 210: En La Tormenta

Detrásdelahoradelcorro,detrásdeloschistesmalosydelosjuegosdecartas.Ereslasumadetodoslosrasgosquesiempreheodiadoenunserhumano.Eresengreído,eresirritante,hablasdemasiado,noeresnilamitaddelistodeloquecreessery,debajodetodoeso,erespuramaldad.«Ytútepasasdelisto,»estuvoapuntodedecirAshley.Pero entonces Ed suspiró y algo se rompió en su mirada, como si por fin

reconocieralafutilidaddesuresistencia.Alzóambasmanosyabrióladerechaen un gesto de rendición renuente. La llave de cruceta cayó y golpeóruidosamente las baldosas del suelo. El eco resonó en el ambiente y Ashleydesplegóunaampliasonrisa.LarsbajólaBeretta.—Gracias.—Sandisuspiróconlágrimasenlosojos—.Gracias,Eddie,por...PATAPUM.Ed puso cara de bruto, como a un hombre que sorprenden con un eructo.

Durante un momento de confusión, siguió mirando de hito en hito a Ashley,igual que antes. Pero ahora tenía unos ojos abiertos como platos, llenos depánico,intentandocomprender...—Hasolvidadounacosa—ledijoAshley—.Quetambiénsoyunmentiroso.Bajólaremachadora.Ed la siguió con lamirada, que relucía por el horror contenido.Apretó los

labios húmedos, contrajo la carne, como si intentara hablar, pero ocurrió algosurrealista: lamandíbula no se lemovía.Ni un solo centímetro. La voz se leescapabaporlasnarinas,ungemidoestrangulado.Unaburbujarojizaybabosa,salivadensificadaporlasangre,explotóporentrelosdientesdelanterosyfueapararalsuelo.Ashleyretrocedióparaquenolesalpicaraloszapatos.Sandigritó.Fueunsonidoensordecedor.—Lars.—Ashleychasqueólosdedosyseñaló—.Contrólala,porfavor.Edsellevóambasmanosalcuello,enunclarointentoporgritartambién,pero

sucuerponoselopermitía.Teníalabocaclavada,literalmente,porunclavode

Page 211: En La Tormenta

acero que le había atravesado la parte inferior de la mandíbula formando unángulo ascendente y le había arponeado la lengua hasta el paladar. Ashley seimaginóqueleserpenteabacomounaanguilaensangrentada.Ysentíaverdaderacuriosidad por ver hasta dónde había llegado el clavo de dieciséis pennies.¿AcasoelextremopuntiagudocosquilleabalabasedelcerebrodeEd?Empujó al hombre con el pie. Ed se desplomó contra el mapa regional de

Colorado y se deslizó pared abajo, sollozando en silencio entre sus manosmientraslasangreleformabauncharcoenlaspalmaseibancayendogoteronesdeltamañodeunamonedaenelsuelo.—Siéntate.Deberíassaber,queridoEddie,queodioalosalcohólicos...Sandiestabahistérica.Volvióagritar,comounahiena,yotropegotegrande

democobrillanteselequedócolgandodelmentón.LarslepresionólacaraconlabocadelaBerettayellacallóenseguida.—Cambiodeplanes—dijoAshley,dandoungolpecitoenelhombrodeLars.

Los fluorescentesparpadearonporencimadeél—.¿Sabesqué,hermanito?Yahemos saturado este edificio con pruebas forenses y ni por asomo tenemossuficiente lejía, ni tiempo, para restregarlo y limpiarlo todo.Así que vamos ausarlaimaginación,yyasabespordóndevoy.Larsasintióunavez.Mensajerecibido.Ashley continuómientras esquivabaun charcode la sangredeEd cadavez

mayor.—PorloquerespectaaDarbyy...«Unmomento.»Sepercatódeunacosa.—Unmomento,unmomento...—SujetóaSandiporelcodoylechasqueólos

dedosenlacara—.Eh,mírame...HasencerradoaDarbyyaJaybirdenelbaño,¿verdad?¿Elbañodehombres?Ella se sorbió los mocos, alzó la vista hacia él con los ojos inyectados en

sangreyasintió.«No.»

Page 212: En La Tormenta

Larslomirótambién,sincomprender.PeroAshleysílocomprendía.«No,no,no...»TiróaSandialsuelo,pasóporsuladodandograndeszancadasendireccióna

losbaños,dejóatrásaEdyabriólapuertadeHOMBRESconelcodoparaver...que estaba vacío. Los copos de nieve entraban revoloteando por la ventanatriangular.Larssequedómirando.AshleyGarvervolvióasalirycerrólapuertaconvirulencia.—Quéhartoestoydelaputaventana...

DarbygirólallavedeSandiyelmotordelafurgonetaseencendió.Unrugidodediéselrompióelsilenciodelaparcamiento.Jaytrepóalasientodelpasajero.—¿YsiAshleynosoye?Darbypusolamarcha.—Acabadeoírnos.Yahabíaabiertounhuecopordondeverenelparabrisasyquitadonievecon

lasmanosalrededordelosneumáticostraseros.Losuficienteparaformarunasrampasheladas,paraganarunpocodeimpulso.Sandihabíavenidopreparada;aquel F150 era una bestia de furgoneta con neumáticos tachonados, cadenastintineantes y una suspensión descomunal de casi medio metro. Si alguno deaquellosvehículoseracapazdebajarporlamontaña,eraaquelcamión.Ysinopodía... En fin, Darby recordó el chiste malo de Ashley sobre el Ford:«Encontradomuertoenlacarretera».«Esperemosqueno.»Sefrotólosojosparaquitarseelescozorproducidopor

lasustanciaquímica.Todavíateníalacaraempapadaporelaguacalientedelajarra,queseleenfriabarápidamenteenlapiel.—Aquísontodosmalos—susurróJay.—Yono.

Page 213: En La Tormenta

—Sí,perotodoslosdemás...Darby intentó no pensar en ello. La cabeza todavía le daba vueltas. Al

comienzoAshley se había presentado como un aliado antes de traicionarla.Yahora Sandi había revelado su implicación en la trama del secuestro. LeresultabaimposiblediscernirquépapeldesempeñabaEdSchaefferentodoaquelcaos,perodeseóquesiguieraconvidaallídentro.«Siesqueestádenuestrolado,esoparaempezar.»Esperaba que sí, pero a cada segundo que pasaba, el área de descanso de

Wanapaniparecíatornarsemáshostil.Labolsadeplásticocontrasurostro.Susaliados que iban reduciéndose. Sus enemigos que se multiplicaban. Laconspiraciónresultabamareante.—¿Quéhaceaquílaconductorademiautobús?—preguntóJay.Darbysujetóelvolante.—Hallegadolahoradelaverdad.Apretó el aceleradory elFord avanzó ligeramente en lanieve fangosa.Los

neumáticos giraban con rapidez y soltaban placas de hielo endurecido. Unapresión constante bajo los dedos del pie. Ni demasiado fuerte ni demasiadosuave.Unchirrido,unpatinazo...perosemovía.—Venga.Venga,venga...—¿Estámuylejoslapolicía?—preguntóJay.RecordóelcomunicadodelCDOTqueEdlehabíadescrito.Eltráilerquehabía

derrapadoapiedelpuertodemontaña.—Adiezodocekilómetros.—Esonoeslejos,¿verdad?Darby giró el volante hasta lamitad como pudo e hizo que el vehículo de

Sandisedeslizarahaciaunterrenohelado,endirecciónsur.Colinaabajo,porelcarrildesalida,endireccióncontraria, siesquehabíaalgúncochecirculando.AshleyyLarsyahabíansidoalertadosporeltrotedelmotor,oseaquehabíandejadodeactuarahurtadillas.Ibanaporellaseneseprecisoinstante.—Lehasrobadoelcoche—susurróJay.

Page 214: En La Tormenta

—Ellamerocióconelespraydepimienta.Estamosenpaz.Laniñaserio,unsoniditofrágil,cuandounatajadadeluznaranjaaparecióen

elcristaldetrásdeella.Era lapuertade laoficinade turismoqueseabría.Unhazdeluzy,recortadaenél,unasiluetadelgada.EraLars.Cara de Roedor. Convertido en una sombra negra. La figura alzó su brazo

derecho,con lanaturalidadconquese levantaelmandodel televisor,yDarbycomprendió enseguida, sujetó a Jay por el hombro y la empujó para que seagacharaenelfríoasientodecuero....—Agáchate...CRAC.Laventanilladelasientodelpasajeroestalló.Lasesquirlasmelladasresonaron

porelsalpicadero.Jaygritóysetapólacara.Darbyseagazapóbajounatormentadeesquirlasqueibanacumulándose.El

disparoretumbócomounpetardoenelambientesilencioso.Sucuerpolepedíaquesemantuvieraagachadaelmáximoposible,bajola líneadefuegodeCaradeRoedor, pero sumente estabamás despierta: «Viene hacia nosotros.Ahoramismo».«Muévete,muévete,muévete...»Encontróelaceleradorconlapuntadelpieylopisóafondo.Elvehículose

impulsóhaciadelante,elmotorrepiqueteabaconenergía,ylasechóhaciaatrásenelasiento.Elmundosealzó.Elequipajegolpeteóruidosamenteen lapartetrasera.EntoncesDarbyseenderezócontraelcueropegajoso,miródesoslayopor encima del volante, asomando apenas un ojo un par de centímetros, ymaniobróelF150deSandihacialacarretera.Jaylesujetólamuñeca.—Darby...—Quédateagachada.—Darby,nosestádisparando...—Sí,yamehedadocuenta...

Page 215: En La Tormenta

CRAC. Una bala atravesó el parabrisas y Darby parpadeó. Una brisa heladasilbó a su izquierda; la ventanilla lateral también estaba destrozada. Entraroncoposdenievequelecortaronlamejilla.—Nospersigue—dijoJay—.Conducemásrápido...Eraloqueintentaba.Darbyaumentólapresiónenelaceleradoryelvehículo

coleó, pero aceleró. Los neumáticos dejaron escapar esquirlas de hielo queentraron por las ventanillas, por lo que el interior quedó salpicado de gravillahelada.Larsvolvióadisparar...CRAC...yelretrovisorlateralestalló.Jaygritó.Darbylaobligóaseguiragachadaconlamanoqueteníalibre.—Manténlacabezagacha.Todoirábien...—No,noesverdad.—Novaaalcanzarnos...CRAC. Otro orificio en el parabrisas, una abertura en forma de estrella

recortadaporencimadelacabezadeDarby.PerolosdisparosdeLarssonabandistintos.Sehabíanvueltomáshuecos,sedebilitabanalolargodeladistanciacadavezmayor.—Sí.—ElcorazóndeJaypalpitabaatodavelocidad—.Sí,sí,sí...—¿Quépasa?Ahoracirculabanporelcarrildesalidae ibanganandovelocidad.Graciasa

Diosporelimpulso,porlagravedad,porlabajadapronunciada.Darbyvolvióapisarconfuerzaelacelerador.Otrorugidodelmotor.Elmundoseinclinóhaciaabajo y los granos de vidrio de seguridad rebotaban sueltos alrededor de ellascomosifuerangravilla.—¿Loves?Telodije...Lars volvió a disparar, CRAC, pero no alcanzó el vehículo. Ahora estaba

demasiado lejos de ellas. Se estaban desvaneciendo. El brillo anaranjado deledificiodeWanapanitambiénsedesvanecía:susiluetafamiliaribahundiéndoseen laoscuridadnevadayDarby se alegraba sobremaneradeverlodesaparecertodo. Era como despertar de una pesadilla que te dejaba sudorosa. No queríavolveraverlo.Nuncamás.Atomarvientoeselugardemierda.

Page 216: En La Tormenta

Jayatisbóalrededordelasiento,observandoa travésde laventanilla traseraperforadalasiluetadeCaradeRoedorqueibaencogiéndose.—Mantenteagachada.Jayalzóunpuñotembloroso.Ylevantóeldedoanular.Darbytardóunosinstantesencomprender.—Eh...noesesededo.—Oh.—Jaysecorrigió—.¿Mejor?—Mejor.—Gracias—dijolaniñadesieteañoshaciendoungestoobscenoconeldedo

corazónhaciaarribaporlaventanillatraseraacribilladadeunafurgonetarobada.Darbyseechóa reír.Fue involuntario, lospulmones lepetardearoncomosi

fueratos.Nopodíaparar.«Oh,cielos,lohemosconseguido.»«Hemosescapado.»Solo les faltabandiezodocekilómetros.Sacóel iPhonedelbolsilloyse lo

lanzóaJay.—Eh. Mira la pantalla, ¿vale? Si ves que hay cobertura, me lo pasas

enseguida.—Casinoquedabatería.—Losé.Rodaron colina abajo. Los neumáticos del vehículo removían nieve polvo

como si fueran neumáticos de agua. Tocó el acelerador con suavidad paramantener elFord enmovimiento.Paraqueno se interrumpiera la inercia.Esoera todo loquehabíaentonces:un impulsohaciadelantedesesperadoycrudo.Como cruzar dos estados con el estómago lleno de Red Bull e ibuprofeno,luchandopormantenerel efectode lacafeínamientrasunmensajecrípticodeDevon le temblaba en la palma de la mano («Ahora mismo está bien»),enfrentándose al apocalipsisnevadoen el puertodemontaña.Avanza, avanza,avanza.Nopares.«Nopares,nopares...»

Page 217: En La Tormenta

Entoncesllegaronalacarreteraestatal7.Lasluceslargascortabanporencimademontículosheladosdenievebarridaporelviento.AhíDarbyteníaintencióndeincorporarsealcarrilqueibaendirecciónnorteypasarbajoelprimerplatillode luz. Darby notó otro atisbo de emoción en el fondo del estómago. Estabapasandodeverdad.Lohabíaconseguido.Seestabanescapandorealmente.Aunasí,seguíapreocupada:¿quépasaríasiloshermanosconseguíansacarel

monovolumen, hacerlo circular en la nieve y las perseguían carretera abajo?NotóotroestremecimientotriunfantecuandocayóenlacuentadequeAshleynisiquierasabíadóndeestabanlasllavesdelAstro.«Nomehavistolanzándolasporlaventanadelbaño.»Sí,sí,sí.Todoparecíademasiadobonitoparaserverdad.—Sosténelmóvilenalto.—Señaló—.Porfueradelaventana.Jay obedeció, apoyada en las rodillas para inclinarse hacia fuera por la

ventanilladelpasajero.DerepenteDarbyimaginóquefrenabadegolpeyquelapobre niña salía disparada como un muñeco en una prueba de resistencia aaccidentes.Seríadurocontárseloasuspadres.—Yabróchateelcinturón—añadió—.Porfavor.—¿Porqué?—Porqueesobligatorio.—¿Ysitenemosquesalircorriendo?—Pues...joder.Entoncestelodesabrochas.—Túnotelohasabrochado.—Oye. —Darby sonrió con expresión sombría y adoptó su mejor voz de

progenitorenfadado—.Nomehagasdarmediavuelta.Jayenganchóelcinturónconunsonidometálicoyseñalóelasientosituado

detrásdelacabezadeDarby.—Haestadoapuntodedarte.Darbytocóelreposacabezasqueteníadetrásdelacoladecaballo.Enefecto,

sus dedos palparon un orificio de salida irregular del que brotaban terronesesponjososdeespumaamarilla.LabaladeLarshabíapasadoadoscentímetros,

Page 218: En La Tormenta

comomucholehabíarozadoelcuerocabelludoantesdesalirporelparabrisas.Sehabíalibradoporlospelos,literalmente.Soltóunarisaronca.—¡Menosmalquemidometrosesenta!—Menosmal—dijoJay—.Mecaesbien.Darby condujo el vehículo de Sandi hasta la carretera y se incorporó a los

carrilesdesoladosque ibanendireccióncontraria.Encircunstanciasde tráficonormal,aquellohabríasidounamaniobrasuicida.Activódeformainstintivaelintermitentederecho,antesdesentirseestúpida.Todavíaletemblabanlasmanos.UncuriososilencioseapoderódelambienteyDarbycarraspeóparallenarlo.—Asípues...¿Sandieslaconductoradetuautobúsescolar?—LaseñoraSchaeffer,creo.—¿Eraamable?—Mesecuestró.—Apartedeeso.—La verdad es que no.—Jay se encogió de hombros—.Hizo de sustituta

duranteuntiempo.Apenaslarecuerdo.«Peroellaseguroqueatisí»,pensóDarby.«Seacordabadetiydetubonita

McMansiónydelhorariodetuspadresyuppies.»Unconductordeautobúseraun observador lógico para una operación de secuestro, y quedaba claro queAshley y Lars se ocupaban del trabajo sucio. Pero ¿por qué iba Sandi aarriesgarseareunirseconBeavisyButtheadenpersonatanlejos?¿Enunáreadedescansoremota,dosestadosmásalládelsuyo?Observócómoseextendíaanteellalacarreteranevadaynotóquelasangrele

volvíaa lasextremidades,preparándoseparaelairegélidoqueentrabapor lasventanillas. Hasta ese momento no empezó a ver el humor negro de aquelentuerto, por sumala suerte y sumal juicio.Había cometido la insensatez deconfiarenunsecuestradorporsegundavezlamismanoche.¿Yesajarradeaguahirviendo que había tenido intención de usar como arma? Jaybird se la habíavertidoentodalacara,locualleproducíaelescozorpropiodelasquemaduras

Page 219: En La Tormenta

deprimergrado.Nadahabíasalidodeacuerdoconelplan.Nopodíaevitarquelecastañetearanlosdientes.—Te juro por Dios, Jay, que la próxima vez que te parezca reconocer a

alguienporaquí...comoporejemplosiresultaqueelprimerpolicíadeColoradoquevemossepareceatudentistadeSanDiego...porfavor,dímelo,¿vale?—LociertoesquemidentistaviveenLosÁngeles.—¿LosÁngeles?—Sí.—¿Vasenaviónaldentista?Jayhizounamueca,avergonzada.—Aveces.—¿Enserio?—Esque...amispadreslesgusta...—Nojodas.¿TuspadresinventaronGoogleoalgoasí?—Meestástomandoelpelo.Darbysonrió.—¿Esdemasiadotardeparaquetesecuestreyo?—Alomejorno.—Jayledevolviólasonrisa—.Túeresquienconduceuna

furgonetaroba...Frenazoenseco.Diolaimpresióndequeelmundoenteroechabaelancla.Elvehículocayóen

picado en un muro de nieve profunda, los faros delanteros excavaron y seapagaron. Dos toneladas de piezas en movimiento chocaron de golpe con lafrenada. Una botella vacía de Gatorade salió disparada de la consola. Lasesquirlasdecristalrebotaron.Darbysegolpeólamandíbulacontraelvolante,semordió la lenguay,encuestióndesegundos,volvieronaquedarseatrapadasytodalaalegríaseconvirtióenamargaymetálica,comoelsabordelasangrequenotabaenlosdientes.«Oh,no.»«No,no,no...»

Page 220: En La Tormenta

Jaylamiró.—Menosmalquemehicisteabrocharelcinturón.

Page 221: En La Tormenta

03.45h

—Oh,mierda.Darbypusolamarchaatrás.Volvióaintentarlo.Pisóelacelerador,unayotra

vez. No hubo suerte; los neumáticos giraron hasta que el habitáculo olió acauchochamuscado.Elvehículoestabaahíatrapado,decaraal ladoequivocadoenel tramomás

rectoendirecciónnortedelacarreteraestatal7,justopasadoelcartelazulqueindicaba el ÁREA DE DESCANSO. Estiró el cuello para mirar hacia atrás por laventanilla trasera destrozada. En total, había recorrido menos de quinientosmetros de carretera, como mucho cuatrocientos metros desde el edificio deWanapani. Seguía viendo las luces naranja del aparcamiento por entre unaarboleda de pinos de Oregón recortados. Daba igual que Ashley y Lars noencontraranlasllavesporquepodíanalcanzarlasapie.—Mierda,mierda,mierda.—Golpeóelvolanteysinquererledioalclaxon.Jaytambiénmiróhaciaatrás.—¿Puedenalcanzarnos?«Sí,sí,sí,cienporciensí...»—No—repuso Darby—. Hemos conducido demasiado lejos. Pero quédate

aquídentro.—Abriólapuertadelconductoryesparcióporelsueloesquirlasdecristalantesdepisarlanieveprofunda.Sesentíaviejaycansada.Ledolíanloshuesos.Todavíaleescocíanlosojosporculpadelespraydepimienta.—¿Quéestáshaciendo?—Sacarnosdeaquíexcavando.RodeóelparachoquesdelanterodelFordyentrecerrólosojosparavermejor

porquelosfaroshabíanquedadomedioenterrados.Selecayóelalmaalospies

Page 222: En La Tormenta

cuando vio el enorme montículo de nieve desplazada, que formaba una boladelantedelarejilladelradiadordelvehículo.Debíadepesardoscientoskilos,talvezmás,yeratandensaydesesperanzadoracomoelcementohúmedo.Casisecayóalsueloalverlo.Alverlaenormidaddelobstáculo.Pero entonces posó la mirada en la niña que estaba detrás del parabrisas

rajado, a punto de sufrir una crisis deAddison. Una bomba enmomentos deangustia;auntrisdeunataque,elcomaoalgopeor.Asípues,Darbysepusoderodillasaunquelastuvieramagulladasyempezóa

excavar.—¿Teayudo?—preguntóJay.—No.Másvalequenoteagotes.Céntrateenmimóvil,porfavor.Avísamesi

haycobertura.—Levantóunarocadenievequeseestabadeshaciendoyladejóaunlado.Losdedosdesnudoslepalpitabandefrío.«Oncekilómetros»,pensómirandohaciaabajo.Oncekilómetrosparallegaraltráilerquehabíaderrapado.¿Deverdadqueeso

era todo? Imaginóun lugardelaccidente llenodegente,conquieneshubieranllegado primero, un hervidero de luces y movimiento. El pulso de las barrasluminosas rojas y azules de la policía. Los equipos de mantenimiento de lacarretera con chalecos reflectantes.Los técnicos sanitarios insertando tubos enlasgargantas.Lasvíctimasaturdidasevacuadasencamillaschirriantes.Todoelloaapenasoncekilómetroscarreteraoscuraabajo.Noparecíaposible.Oncekilómetros.Lacarreteraestatal7seelevabadondehabíachocado,puescoronabaelborde

superior de una vía que hacía zigzag. Las coníferas eran de lo más fino, elterreno rocoso y vertical.A la luz del día, con cielo despejado, seguro que seabría a un paisaje montañoso espectacular. Pero en esos momentos ycircunstancias, tal vez fuera el único tramo de Backbone Pass en que tuvieraalgunaposibilidaddecaptarseñalparaelmóvil.AlamierdaconlosNiñosdePesadilla deAshley.Con la perspectiva del tiempo, entendió que seguramentehabíasidootradesusmentiras.Otraartimañamalvadaparaquegastarabatería.

Page 223: En La Tormenta

Otra ráfagadeviento ascendiópor lamontañaypartió ramas, le tiróde lasmangas y levantó unos curiosos remolinos de nieve polvo que se deslizaron atravésdelacalzadacomosifueranfantasmaspasajeros.—Oye, Jay. —Jadeaba mientras excavaba, esforzándose por entablar

conversaciónparallenarelsilenciosobrecogedor,paraaparentarquelasituacióneraalegre,agradableyrelajada—.¿Qué...quéquieressercuandoseasmayor?—Notelovoyadecir.—¿Porqué?—Porquevolverásareírtedemí.DarbyasomólacabezaalotroladodelosfarosdelanterosdelFordparaversi

distinguía las siluetasdeAshleyyLars acercándosepor el carril de salidadeláreadedescanso.Todavíanohabíanirastrodeellos.—Vengaya,Jay.Medebesuna.Heacabadorociadadeespraydepimientapor

ti.—Noeraparamí.Estabadirigidoati.—Yamehasentendido...—Paleontóloga—respondiólaniña.—¿Qué?—Paleontóloga.—Deesasque...¿deesasquebuscanfósilesdedinosaurios?—Sí—confirmóJay—.Aesosededicanlospaleontólogos.Pero Darby no estaba escuchando. Se había fijado en que uno de los

neumáticos de la furgoneta se veía fofo y se le heló la sangre. Apartó otrabrazada de nieve y vio que un círculo de acero sobresalía del flanco delneumático.Lacabezadeunclavo.Entonceslooyó:elsuavesilbidoreptiliano.Unafugadeaire.Se acercó con paso lento al otro neumático.Dos clavosmás atravesaban la

bandaderodadura.«O, cielos, este ha sido el plan alternativo de Ashley desde un buen

comienzo.»

Page 224: En La Tormenta

Diounpuñetazoalanieve.—Mierda.«Ha dejado inservibles todos los coches por si conseguíamos escapar en

uno...»Peronoteníasentido...¿Porqué,entonces,habíadisparadotambiénclavosa

losneumáticosdelafurgonetadeSandi?¿Siellaeraparteintegraldelatramadelsecuestro?¿Despuésdehacertodoslosplanesparareunirseahíarriba,enlasgélidasmontañasRocosas?Jayasomólacabezaporlapuerta.—¿Quéocurre?—Nada.—DarbyvolviócomopudoalapartedelanteradelvehículodeSandi

ycontinuóexcavando,a todaprisa.Elcorazónlepalpitaba, legolpeabacontralascostillasmientrasintentabaaparentarsosiego—.Jaybird,dime.¿Cuál...cuálestudinosauriopreferido?—Megustantodos.—Sí, pero seguro que tienes uno preferido. ¿El T-Rex? ¿El raptor? ¿El

tricerátops?—ElEustreptospondylus.—No...notengoniideadecuáles.—Poresomegusta.—Descríbemelo, por favor. —Darby solo necesitaba mantener la

conversación,mientrassacababrazadasdenievey lospensamientos frenéticosse agolpaban en su cabeza. «Viene a por nosotras. Ahora mismo, va aalcanzarnos,yllevaesaremachadora...»—Escarnívoro—dijo laniña—.Caminaapoyadoen laspatas traseras.Del

períodojurásico.Tresdedosencadamano,parecidoalraptor...—Puesentoncespodíashaberdicho«raptor».—No.EselEustreptospondylus.—Suenaadinosauriochungo.—Nosabesnicómoseescribeelnombre—dijoJay,haciendounapausa—.

Page 225: En La Tormenta

Oh,elteléfonotienecobertura...Darbydiounrespingo,corrióa lapuertadelpasajero,estiróelbrazopor la

ventanilladestrozadaylearrebatóaJayeliPhonedelasmanos.Noselocreyóhastaquelovio...unaúnicabarradecobertura,queemitíaunaluzintermitenteyapremiante.—Tetocasacarnieve—dijo.—Quedaununoporcientodebatería...—Yalosé.Lapuertacrujióysaltaronmáscristales.Jaybajódeunsalto.Darbysostuvo

elteléfonocondedosenrojecidosymarcóel911conelpulgar,peroelteléfonolevibróenlamanoysesorprendió.LaburbujadeMENSAJENUEVOlebloqueólapantallatáctil.Estabaapuntodedeslizareldedoyhacercasoomisohastaquevioelnúmerodelremitente.Erael911.UnarespuestaasuSMS;elquehabíaintentadoenviardesdehacíahorasyque

se acababa de enviar automáticamente. Secuestro infantil matrícula del monovolumen grisVBH9045carreteraestatal7áreadedescansodeWanapaenviarpolicía.

¿Larespuesta?Encuentraunlugarseguro.AgenteencaminoHEL30.

Darbyestuvoapuntodesoltarelteléfono.HELqueríadecir«horaestimadadellegada».Debíandeser«30minutos»,¿no?Nopodíanserhoras,nidías...«Treintaminutos.»—¿Funciona?—preguntóJay,jadeandomientrassacabanieve.Darbynose lopodíacreer.Leparecíaestaralucinando.Parpadeó, temiendo

que todo se desvaneciera como en un sueño, pero las letras resultaban bienvisiblesmientrasletemblabanentrelasmanosentumecidas.Sumensajesehabíaenviado con éxito a las 03:56 h. Había recibido la respuesta de la central deemergenciasalas3:58h.Hacíaapenasunosminutos.«Oh,graciasaDios,lapolicíallegarádentrodemediahora...»Selehinchóelpechoporculpadelosjadeos.Notóunaelectricidadnerviosa

Page 226: En La Tormenta

en los huesos. Tenía interrogantes. Infinidad de ellos. Para empezar, no sabíacómoencajabaaquellocon lasituaciónde lasquitanievesdelCDOT.¿Vendríantambién las quitanieves en treinta minutos? ¿Llegarían antes? ¿Acaso subíantodosa lavezhaciaBackbonePass, lapolicíayelpersonaldemantenimientoviario,enungranconvoy?Nolosabíay,adecirverdad,ledabaigual,siempreycuandollegaralapolicíaylepegarauntiroenlacaraaAshleyGarver,eldelasonrisacomplacida.—Oh,Jay—susurró—.Tengoganasdedarteunbeso...Laniñahablóconvozchillona.—Darby,para.—¿Qué?Jaysecolocódecaraaella,depieenelresplandorcurvadodelosfarosdel

Ford.Con lavista fijamientras loscoposdenievese leacumulabansobre loshombros,taninmóvilqueresultabainquietante.Darbyintentómantenerlavozsosegada.—Jay,noentiendo...—Notemuevas.—¿Quépasa?—Estádetrásdeti—susurróella.Ashley justo estaba tirando del gatillo de la Paslode, preparándose para

clavarleunclavodedieciséispenniesenelcogotecuandoDarbysevolvióparamirarle.Losmechonescaobasedesplazaroncomounaplumaporsupómuloaldarse

la vuelta, los ojos giraron y se alzaron para encontrarse con él. Capturó unafranja de luz de luna, su piel suave como un algodón de azúcar. La cicatrizblancaseguíainvisible,anoserqueentrecerraralosojososonriera.Comounaactriz que da en el blanco, una ligera floritura enmarcada por el ojo de undirector de fotografía, igual que Eva Green saluda a Daniel Craig enCasinoRoyale.Solosehabíadadolavuelta.

Page 227: En La Tormenta

Pero,joder,menudaformadedarselavuelta.Bajoelanoraky losvaquerosque llevabaDarbyintuía lascurvas lujuriosas

de su cuerpo.Los hombros.Las caderas.Los pechos.Deseó poder grabar esemomento, aquella instantánea de belleza sobrecogedora, y conservarla parasiempre.Comoelartemásauténtico,nuncasabesacienciaciertacómotehacesentirenunprincipiohastaquedesentrañastussentimientosmásadelante.Yéltendríainfinidadquedesentrañar.Deseóquefueraalgosencillo,comolalujuria,porquelalujuriapuedesaciarseconPornhub,perodesdequehabíabesadoaesachicaenesebañocutre,loquesentíaporDarbysehabíavueltomásconfusoycomplejo.—Hola,Darbs.—Esbozóunasonrisaforzada—.Menudanochecita,¿eh?Ellanodijonada.Nohabíatemorenesosojos.Nisiquierauntemblor.Darby se limitaba a observarlo de arriba abajo, calibrándolo, como si esa

pelirroja de la Universidad de Colorado en Boulder en cierto sentido hubieraanticipado ese encuentro, hacía horas, y tuviera un plan de emergenciapreparado, locual,por supuesto, resultaba imposible.Lanochehabía sidounatormentamierdosallenadevuelcosysudor,decasualidadesazarosasysorpresasinesperadas.NisiquieraunmagocomoAshleypodíatenerlotodocontroladoentodomomento.Detodosmodospensó:«Ojalánotehubierasgirado».«Hacequeestoresultemásdifícil».Volvió a alzar la remachadora sin cables, presionó de nuevo la boca de la

Paslodecon lapalma izquierdaparaquitarleelseguro,apretóelgatillodedostiemposyapuntóconcuidadoconelojoizquierdo...Darbyniparpadeó.—Esoseríaunerror.—¿Qué?—Másvalequenomemates.—¿Ah,no?¿Yesoporqué?

Page 228: En La Tormenta

—Heescondidotullavero—dijo—.SédóndeestánlasllavesdetuAstroy,simematas ahora,nunca las encontrarás.Ahoraque la furgodeSandi está aquíatrapadayquemehaspinchadolasruedasdelHonda,tehasencerradotúsolo.Esemonovolumeneselúnicomedioquetúytuhermanotenéisparaescapardeestaáreadeservicioestanoche.Silencio.Ellaalzólasmanos,comosifueraelfinaldeunaactuaciónmagnífica.Y desde la parte delantera del vehículo de Sandi, Ashley oyó un extraño

gorjeo.Unsonidoquejamáshabíaescuchado.EralarisadeJay.

Page 229: En La Tormenta

04.05h

«Treintaminutos.»«Treintaminutos.»«Sobrevivelospróximostreintaminutos,hastaquelleguelapolicía.»Es lo que se repetía para sus adentrosmientras regresaban a pie al área de

descanso. Ashley le había ordenado que caminara la primera, Jay a su lado,mientras él las apuntaba con la remachadora por la espalda.También le habíaquitadoeliPhoneaDarby.SelohabíaarrebatadodelasmanosantesdetenertiempodeborrarelSMSdel

911. Él lo vio entonces. La pantalla iluminaba la nieve con un azul espectralmientras caminaban, y ella se iba preparando en silencio para la reacciónapocalípticadeAshleycuandoseenteraradelaverdad,quelapolicíaestabaalllegar.Peronoocurriónada.Caminaronensilencio.Darbyleoyórelamersemientras

ajustabalasujeciónenlaremachadoraeibarevisandoelcontenidodesumóvil,yentoncescayóenlacuenta:«Noestáleyendomismensajes».AAshleynoselehabíapasadoporlacabezaqueDarbyenviaraunSMSala

policía. Estaba revisando el historial de llamadas, buscando alguna que sehubiera realizado con éxito al 911.Lo cual, por supuesto, había intentadounadocenadevecesalasnueveyalasdiezdelanoche.Ashleylasestabarevisandofijándoseenlahora.—Llamada fallida —leyó—. Llamada fallida. Llamada fallida. Llamada

fallida...«Notienesniidea.»ADarbyleentraronganasdereír,peronopodía.

Page 230: En La Tormenta

«Lotienesentrelasmanos.»—Bien,bien—dijoAshleyconvozrelajada.DarbyapretólamanosanadeJayylehablóbajandolavoz.—Notengasmiedo.Nopuedematarmeporquesédóndeestánsusllaves...—Esverdad,Darbs—intervinoAshley—.Perosíquepuedohacertedaño.«¿Ah,sí?—leentraronganasdedecir—.Tienesmediahora,gilipollas.»Deseócontodassusfuerzasquetreintaminutosfueranunaestimaciónrealista

con respecto a la llegada de la policía y no una suposición infundada de lacentral de emergencias. Entre el tráiler que había derrapado y la tormenta denieve, había un sinfín de posibles complicaciones que quizá no resultaranvisiblesdesdeelcentroderecepcióndealertasbiencalentitodeunacomisaríaenalgúnlugar.¿Ysinollegabanenmediahorasinoencuarentaminutos?¿Unahora?¿Doshoras?Ashley la manoseaba mientras andaba. La remachadora le presionaba la

columna,leregistrólosbolsillosdelanterosytraseros.Lepalpólaspiernas.Lasmangasdelasudadera.—Solomeestoyasegurando—ledijo.Notócómosualientolebajabaporla

nuca.Estababuscandolasllaves.«Lo único que me mantiene viva ahora mismo es el dichoso llavero.» Se

imaginó entonces las llaves, cubiertas de nieve al otro lado de la ventana delbaño, donde habían aterrizado. Desapareciendo lentamente bajo un copo denievetrasotro.—Deberíasdecirmeahoraquéhashechoconellas—susurróél—.Resultará

muchomásfácilparaambos.Duranteunbuenratomientrascaminaban,Darbynoalcanzóaentenderloque

quería decir con eso. Pero poco a poco fue dándose cuenta, como una gransiluetaqueemergedelasprofundidadesyadoptaunaformamonstruosa.Cuando regresaran al interior de la oficina de turismo, Ashley pensaba

torturarla. Eso estaba claro.Le sacaría una tarjeta amarilla, o una roja, o algo

Page 231: En La Tormenta

peor, hasta que confesara dónde estaba el llavero.Y en cuanto se lo dijera, lamataría. Notó cómo el corazón le palpitaba inquieto en el pecho, como unanimal enjaulado. Se planteó echar a correr, pero él la apuntaba con laremachadora por la espalda. Y Ashley era demasiado fuerte como paraenfrentarseaél.El áreadedescansoyaestabacerca, iba tomando formaa la luzde la luna.

Parecía falsamente apacible, como unamaqueta en el interior de un globo denieve.Violoscoches,elAstrodeellos,suHonda,elcontenedorenterradoquehabía confundido al comienzo con el coche deAshley. Elmástil gélido, tiesocomounaaguja.ElgrupodeNiñosdePesadilladebronce.Yemergiendoenlaoscuridad,medioenterradoentrelanievearrastradaporelviento,conlalámparaestropeadaylaventanaconbarricada,laoficinadeturismodeWanapani.«GranDiablo»,significabaelnombre.EntoncesAshleylaobligóagirar.—Gira,gira.Y siguieron el sendero que iba del aparcamiento a la puerta delantera. Los

últimoscientocincuentametros.«YahesalvadoaJay»,serecordó.«Hellamadoalapolicía.Tienenarmas.Se

encargarándeAshleyyLars.Loúnicoquetengoquehaceressobrevivir.»Habíantardadounosdiez, talvezquinceminutosenregresar,supuso.Osea

queyahabíatranscurridolamitaddeltiempo.Solofaltabanquinceminutos.Amedidaqueeledificiosecerníacadavezmássobreellos,Darbysedaba

cuentadeunacosa:yanoteníamiedo.Enrealidadestabaeufórica,embriagadaporunaextrañaexcitación.Yalehabíandisparado,lahabíanrociadoconespraydepimientae intentadoasfixiarconunabolsadeZiploc,ycomounapuñeteracucarachahabíasobrevividoatodoaloqueAshleyyLars,e inclusoSandi, lahabían sometido. Contra todo pronóstico, Darby seguía en esa batalla. Erademasiado personal: el duelo psicológico de Darby contra Ashley duraba yaocho horas, todos los trucos y giros y victorias y fracasos.Y ahora tenía que

Page 232: En La Tormenta

presenciarsuespeluznantejaquemate.Queríaestarahícuandoseprodujera,verla conmoción en el rostro de Ashley cuando apareciera el primer coche depolicíaconlaslucesrojasyazules.Laemocionaba,deunaformasombríaqueeraincapazdedescribir.«Meharásdaño,Ashley.Meharásmuchodaño.Duranteestosúltimosquince

minutosmásomenos,soytodatuya.Perodespués¿qué?»«Serásmío.»«Ynotienesniidea...»—Oh,oye.—Ashleysedetuvo—.Has...hasrecibidounSMSenlacarretera.Elresplandorazulreapareció.Volvíaaleersuteléfono.ADarby le entró el pánico. El 911 debía de haberle enviado otromensaje.

«Por supuesto.» Desde la central de emergencias algún bienintencionado notenía forma de saber que la propiaDarby estaba bajo coacción, que sumóvilestabaenmanosdelasesino.—De...—Ashleyentrecerrólosojos—.Dealguienquesellama...Devon.EntoncesletendióeliPhonerajado,ycuandoDarbyenfocólamirada,loque

quedabadesumundosedesintegró.Haocurrido.Mamáhamuerto.

—Oh—dijoAshley—.Inoportuno.—EntoncespartióelmóvildeAshleyporlamitad—.Siguecaminando.

Lapuertadelanterasecerrócomoundisparo.Jay gritó al ver a Ed. Ashley sonrió complacido, todo dientes blancos, la

sujetóporelcuellodelacamisetaylaobligóamirar.—Guay,¿verdad?EdSchaeffersehabíadesplomadocomosiestuvierasentadobajoelmapade

Colorado. La parte delantera de su Carhartt brillaba por efecto de la sangreoscura. Inclinó la cabeza hacia arriba cuando entraron en la sala ymovió loslabiosconunaespeciedetemblor,comosiintentarahablar.

Page 233: En La Tormenta

—No te muevas, Eddie. —Sandi estaba arrodillada junto a él, intentandoenvolverlelamandíbuladestrozadaconlalongitudadecuadadegasamédica.Elbotiquínblancoestabaabiertoenelsueloyelcontenidodesperdigado—.Notemuevas,intentoayudarte...PorencimadelasmanostemblorosasdeSandi,EdalzólavistahaciaDarby.

Undestellodereconocimiento,yvolvióaintentarhablar,peroapenasconsiguióemitir un gorjeo en forma de gemido. Un trago de sangre, con coágulos queparecíanculebras,lechorreóentrelosdientescerradosylesalpicóenelregazo.Jaygritóyforcejeóparaapartarlamirada,peroAshleynoselopermitía.—¿Loves?—ledijoaloído—.Esoesunatarjetaroja.Lars, que estaba al otro lado de la sala, observaba la escena como un

espantapájaros,sosteniendolapistoladel45enunamanoyunbotedelejíaenlaotra,mientraselgritoestranguladodeEdalcanzabaunaintensidadprofundaenaquelespaciolimitado.TodoaquelhorrorapenasafectóaDarby.Noestabapresente.Noenrealidad.Estabaenotrolugaryelmundosehabía

vueltoresbaladizo,teñidodeaceite.Laslucesemborronadasenformadebarras.Sucuerpoeraunvestidofrío,loslatidosdesucorazónysurespiraciónseguíanunritmo lentoymecánico.Se imaginóunacriaturadiminuta, suverdaderoyoquizá, tirando de palancas y viendo imágenes fotográficas en el interior de sucráneo.Lohabíavistoenunapelícula:MeninBlack.RecordabahaberlavistoenDVD hacía años, con sumadre en el sofá del sótano,mientras compartían unamantadeSnoopy.«MegustaWillSmith»,lehabíadichosumadre,dandosorbosaunabebidaqueolíaamelocotón.«Mepuederescatarcuandoleapetezca.»Ahoraellayanoestaba,constatóDarby.ElcadáverdeMayaThornepermaneceríaenalgúnhospitaldeProvo,Utah,

peroelpequeñoserquevivíaenel interiordesucabezasehabíaperdidoparasiempre.EntoncesAshley le apretó lamano derecha, entrelazando sus dedos gélidos

con losde ella comodos adolescentes enamorados,y laguiopor la sala.Más

Page 234: En La Tormenta

alládeEdySandi,másalládelmostradordepiedra,másalládelascafeteras.Ella no sabía adónde la llevaba, ni tampoco le importaba. Advirtió medioatolondradaquesupiederechodejabahuellasrojas,pueshabíapisadoelcharcodesangredeEdsindarsecuenta.Comosideunapesadillasetratara, loúnicoquequeríaeraquetodoacabara.Queporfavoracabaratodo.Giró el cuello para echar unamirada al viejo reloj deGarfield de la pared.

Marcabalas05.19.Restóunahoraparaajustarsealhorariodeinvierno.Esosignificabaqueeranlas4.19h.HabíarecibidoelSMSdel911alas3.58.Elcaminoderegresohabíadurado

veintiúnminutos.Si se restabana los treinta, entonces faltabannueveminutosparaquellegaralapolicía.Nueveminutosescasos.«Sobrevivenueveminutosmás.»«Esoestodo.»Ashley la hizo parar con brusquedad, ahí, ante la puerta del cuarto de

mantenimiento. Seguía entornada desde que ella la había abierto con la llave.Ashley ledio lavueltaconsuavidad,comoenun tango lentoymareante,y laempujócontralapared.—Siéntateaquí—indicó.Ellanoobedeció.—Siéntate,porfavor.Ella negó con la cabeza y las lágrimas gotearon en el suelo. Le dolían los

senosnasales.—¿Nopiensassentarte?Darbyvolvióanegarconlacabeza.—¿Noestáscansada?Oh,estabaexhausta.Teníalosnerviosdestrozados,losmúsculoscomocarne

fofa. Los pensamientos, emborronados. Pero por algúnmotivo sabía que si sesentaba entonces, todo habría acabado. Perdería su fuerza de voluntad.Nuncavolveríaalevantarse.

Page 235: En La Tormenta

Durante unos instantes se planteó soltarlo, decir lo que no podía decirse:«Ashley,tirélasllavesporlaventanadelbañodehombres.Cayeronenlanieveaquizátresocincometrosdedistancia».«Puedesmatarme.Yaestoy.»Jay lloraba al otro ladode la sala.CaradeRoedor se arrodilló junto a ella,

intentandocalmarla.—NomiresaEd.Nolemires,¿vale?Estábien...EdhizootrainhalaciónatormentadaporlanarizmientrasSandileenvolvíala

mandíbula con otra venda antes de que emitiera un sonido extraño, como uneructohúmedo.Lagasablancaylimpiaseempapódesangre.—Estábien,Jaybird.¿Quieres...eh...jugaralahoradelcorro?—Estamos todos... —Sandi suspiró y se limpió la sangre de Ed de los

pantalones—.Vamos a ir todos a la cárcel el resto de nuestra vida. Lo sabes,¿verdad?Ashley hizo caso omiso. Era una sombra negra que se cernía sobre Darby

observándola. Seguía sujetándole lamuñeca, la tenía atrapada contra la puertadelcuartomedioabierta.Lerecorríaelcuerpoconlamirada.Darbyteníalavistafijaenelsuelo,ensusConversedel39,concortesporel

hielo y parduzcas por culpa de la suciedad y la sangre. Hacía diez días quehabíansalidodelacaja.—¿Tellevabas...?—Ashleycarraspeó—.¿Tellevabasbiencontumadre?Darbynegóconlacabeza.—¿No?—Laverdadesqueno.Élseinclinómáshaciaella.—¿Porquéno?Darby no respondió. Intentó zafarse de lamano que le sujetaba lamuñeca,

pero él respondió suavemente con la otramano y le presionó la remachadoracontraelvientre.Teníaelnudilloenelgatillo.Elcolordelaherramienta,deun

Page 236: En La Tormenta

naranja chillón comode rotulador fluorescente, la hacía parecer un juguete detamañoexagerado.Élrepitiólapreguntaysualientocálidoleprodujouncosquilleoenlanuca.—¿Porquéno,Darbs?—Yoera...eraunaespeciedehijahorrible.—Letemblabalavoz,perointentó

serenarse.Acto seguido, comoundiqueque se desborda, lo soltó todo—:Meaprovechaba de ella. La manipulaba. La insultaba. En una ocasión le robé elcoche, con un cordón de zapato. Desaparecía varios días seguidos sin decirleadónde iba o con quién. Le debí de producir úlceras. Cuando... cuando memarchéalauniversidad,nisiquieranosdespedimos.MesubíenmiHondaymelarguéaBoulder.Ydepasolerobéunabotelladeginebradelmueblebarantesdesalir.Recordó habérsela bebido sola en la habitación de la residencia. El ardor

amargo en la garganta, bajo un papel pintado desolador con tumbas dedesconocidos, con nombres y fechas de nacimiento dibujados con barras depastelocerasdecolores.Ashleyasintióyleolisqueóelpelo.—Losiento.—Nolosientes.—Sí.—Mientes...—Lodigoenserio—insistióel—.Sientotupérdidadeveras.—Yonolosentiría—dijoDarbyentredientes—.Sifueratumadre.Sintióquese leagolpabanmáslágrimasyqueleprovocabanescozorenlos

ojosirritados,perolasreprimió.Ahoranopodíaempezar.Esollegaríamástarde.Mástarde,mástarde,mástarde.Despuésdequelapolicíaderribaralapuertaapatadas y acribillara a Ashley y a Lars; después de que esposaran a Sandi,cuandoDarbyyJayestuvierana salvoenunaambulancia,envueltasconunasmantas de lana sobre los hombros. Entonces y solo entonces podría llorar lamuertedesumadrecomocorrespondía.

Page 237: En La Tormenta

Ashleyfruncióelentrecejo.—¿Cómoserobauncocheconuncordóndezapato?Darby no respondió. Era una historia de lomás corriente.Al Subaru de su

madre ya le habían forzado la cerradura antes y el ladrón de pacotilla habíadestrozado el contacto con un destornillador para intentar hacer un puente.Hacíanfaltadosllaves,unaparalapuertayotraparaelcontacto.Darbysehabíaagenciadounaperonolaotra.«Eres una cabrona de mierda,» le había dicho su madre desde el porche,

cuando vio regresar su propio Subaru a las tres de la madrugada. «Eres unacabronademierda.»—Ah... —Ashley ató cabos—. Así es como entraste en nuestro

monovolumen,¿no?Darbyasintióyotralágrimacayóalsuelo.—Vaya.Escomosiestuvieraescritoloquehaocurridoestanoche.—Ashley

volvióasonreír—.Siemprehecreídoquelascosaspasanporalgúnmotivo,siesquesirvedeconsuelo.Noservía.Sesuponequelamuertetetransformaypasasdeserpersonaaserunaidea.

Pero, para Darby, su madre siempre había sido una idea. En cierto modo,después de dieciocho años viviendo en lamisma casa de dos habitaciones enProvo, de comer la misma comida, demirar la misma tele, de sentarse en elmismosofá,nuncahabíasabidoquiéneraMayaThorneenrealidad.Nocomoserhumano.Sinduda,nocomolapersonaquehubierasido,siDarbynohubieraexistido.Sienrealidadhubierasidounagripe.«Oh,cielos,mamá,losiento.»Estuvoapuntodedesmoronarse.Peronopodía,nodelantedeél.Asíqueun

dolorqueleembotabaelalmaselequedópegadoconfuerzaenelpecho,comounatoallahúmedayanudada.«Cuántolosientoportodo...»Ashley la observó de nuevo largo y tendido. Otra respiraciónmeditada. El

Page 238: En La Tormenta

olordensodelsudor.Darbyoyóquemovíalalenguadetrásdeloslabios,comosi luchara con palabras que no se atrevía a articular. Cuando por fin volvió ahablar,suvozsonódistinta,embargadadeunaemociónqueDarbynoalcanzabaaidentificar.—Ojaláfuerasmiamiga,Darby.Ellaguardósilencio.—Me encantaría que tú y yo... que nos hubiéramos conocido en otras

circunstancias.Esto,todoesto,nosoyyo.¿Deacuerdo?Nosoymalo.Notengoantecedentes penales. Nunca he hecho daño a nadie antes de esta noche. Nisiquiera bebo, ni fumo. No soymás que el propietario de un negocio que seimplicóenunasuntoquesetorcióyahoratengoquedeshaceresteentuertoparaprotegeramihermano.¿Loentiendes?Ytútehasmetidoenmedio.Asípues,telopidootravez,antesdequelacosasepongafea...¿Dóndeestánlasllaves?Ellaledevolvióunamiradaduracomoelacero,sincederniunápice.Darby veía el reloj por encima del hombro de Ashley. Los personajes.

Garfield,decolornaranja, leofrecía las floresaArlene,decolor rosa.Fijó sumiradaborrosaenelminutero,casiestabaenvertical:04:22h.Faltabancincominutosparaquellegaralapolicía.—¿Mehas oído,Ashley?—Sandi se levantó—. ¿Estás sufriendoun ataque

psicótico?Conllavesosinellas,seacabó.Vamosaterminartodosenlacárcel.—No,deesonada.—¿Yquécreesquevaapasar?Ashleynorespondió,sinoquesusiluetaoscuravolvióadirigirseaDarbyy

cambiólaformacomolesujetabalamuñeca.Lerecorriólapielconlosdedoscomosifueranlostentáculoshúmedosyfríosdeunpulpo,recolocándolosporsu cuerpo, apretando. Y le levantó la mano deslizándola hacia arriba por lapared.Sandialzólavoz.—¿Quéleestáshaciendo?Darbyestiróelcuelloparaver: lesujetaba lamanoderechacontra lapuerta

Page 239: En La Tormenta

del cuarto de mantenimiento. Justo donde estaba la bisagra de la puerta.Presionándole los dedos en el interior de las fauces doradas, donde el latónestabamanchadodelubricanteviejoycavidadesparduzcasdeóxido.Darbyviolauñadeldedomeñiquepintadaconesmalteazulchillón, sucarnevulnerableallíposadacomounacabecitaenunaguillotina.«Cincominutos.»VolviólamiradahaciaAshley,conelestómagoretorcidoporelpánico.Él,conlaremachadoradebajodelaaxila,seinclinóparaasirelpomodela

puertaconlamanoqueteníalibre.—Quizánolorecuerdes,Darbs,perohaceunashorastehasreídodemíporla

fobiaquele tengoa lasbisagrasdelaspuertas.¿Teacuerdas?¿Teacuerdasdecómomellamaste?Darbycerró losojosparacontenerunas lágrimasácidas,deseandoque todo

pasara...—Sí,ups,¿cómo?... pero todo era real. Estaba ocurriendo realmente, justo entonces, y nunca

podríaremediarse,ysusdedosdeartistaestabanapuntodeseraplastadosporunmetalpocoamable.Sandisoltóungritoahogado.—PorDios,Ashley...—Nolohagas—suplicóJayforcejeandocontraLars—.Porfavor,no...PerolasombraelevadadeAshleyGarvernoescuchaba.Seinclinómáshacia

Darby humedeciéndose los labios y ella olió a algo ligeramente bacteriano,fétido,comocarneendescomposición.—Nomedejasotraopción.Simelodices, teprometoqueno teharédaño,

¿vale?Tienesmipalabra.Dónde.Están.Mis.Llaves.«Cincominutos,cincominutos,cincominutos...»Seobligóaabrirlosojos,aapartarlaslágrimas,aacompasarlarespiración,a

mirar almonstruo directo a sus ojos verdes.No podíamorder el anzuelo.Nopodíasometerseyentrarensujuego,porqueencuantosupieradóndeestabael

Page 240: En La Tormenta

llavero, la mataría. No tenía otra opción. Ashley Garver era muchas, muchascosas,peroporencimadetodoeraunmentirosocompulsivo.—Porfavor,Darbs,dímeloparaquenotengaquehacertedaño.Porque,sino,

meobligasacerrarlapuertadegolpe.Se arrodilló junto a ella para que viera el brillo apenado de su expresión.

Darby sabía que estaba todo preparado. Otra cabeza de la Hydra. Esanegociación era como cualquier otra de las actuaciones que había presenciadoesanoche,otraversióndeAshleyqueusaríaunratoyluegodesecharía,aligualqueunapitónmudasupielgrisyarrugada.Sehizoelsilencioentodalasala,alaesperadeunarespuesta.«Inhala.Cuentahastacinco.Exhala.»—Sitelodigo—lesusurróella—,cerraráslapuertadetodosmodos.Élensombreciólaexpresión.—Chicalista.Ylacerró.

Page 241: En La Tormenta

04.26h

De camino, el cabo de la patrulla viaria Ron Hill preguntó a la central deemergencias en dos ocasiones que le aclararan lo de la llamada 207, pero nohabíamásinformacióndisponible.Ningúnnombre.Ningúnantecedente.Solounvehículo (monovolumen gris), una matrícula (VBH9045) y una ubicaciónaproximada, todo enviado a través de un SMS al 911. No habíamás datos decontacto. Ninguna llamada. Todos los intentos de seguimiento habían sido envano, probablemente por la mala cobertura y por la tormenta de nieve, queestababatiendorécords.Sonabaajugarreta.Lasllamadasmásespantosassiempresonabanajugarretaenunprincipio.Su coche patrulla fue ascendiendo a trompicones, con los cilindros a pleno

rendimiento,laarenaylagravillaacribillabanlosbajosdelcoche.Enteoría,elCDOTteníaunaordenespecíficademantenimientodeesavíaaesaaltitud:quitarnieve,luegoelhielo,luegoechararenaydespuéssal,peroporloqueparecíasuequipoAsehabíatomadovacacioneseldíadeNochebuena.Todoaquelesfuerzoparecíaintentarconvertiraungrupodegatosenunrebaño,pagándolesademáshorasextra.Fisgoneandoporsusfrecuenciasderadioaficionados, lerecordólafrasedesuviejooficialalmandoparacuandolosmarinesdejabanlaformaciónysearriesgabanaexponersealfuegoenemigo:«Bandadademierda».Ronteníatreintayseisaños,caradeniño,yunaesposaquehabíaestudiado

diseñográficoperoquesehabíaconformadoconseresposa,yunhijodecincoaños que de mayor quería ser policía. Ella le odiaba por ello. Le habíanreprendidoendosocasionespordormirseencontrolesdevelocidadyunaporlo

Page 242: En La Tormenta

que en el informe se describía como «fuerza verbal innecesaria», lo cualRonseguíapensandoqueeraunacontradicción.Antesdel turnode las sietede la tardedeesedía, encontró lamaletade su

mujerenelarmario.Enposiciónverticalyamediohacer.Absortoenestospensamientos,estuvoapuntodesaltarseelletreroazulque

aparecióasuderecha,coronadodenieveydestellandoenlosposteselevados:ÁREADEDESCANSOA1.500m.

—Eh.—UnosdedoschasquearonanteelrostrodeDarby—.Teheperdidounsegundo.Darby tenía la impresión de haber sumergido la mano derecha en agua

hirviendo.Alcomienzo,nolehabíadolidonada,soloelzumbidodelairedesplazadoyel

choquedelapuertaalcerrarseconfuerzajuntoasuoídoderecho.Eldolorllegóalcabodeunosinstantes.Ensordecedor,demoledor.Conlacontundenciadeunmazazoy afilado comouna aguja.La arrojó fuerade su cuerpo, fuerade estemundo.Duranteuninstantefunestonoestuvoenningúnsitioy,alcabodeotroinstante, regresóa lacasapequeñadesu infanciaenProvo:volvíaa tenerseisaños,subíaatodaprisalaescalera,quecrujía,searrojabaalasmantascálidasdela cama de sumadre, refugiándose de las pesadillas de la hora bruja. «Estoyaquí»,lesusurrabasumadrealtiempoqueencendíalalámparadelamesitadenoche.«Hasidounsueño,cariño.»«Telohasimaginadotodo.»«Estoyaquí...»YentonceseldormitoriosedesangrócomosifuerapinturayDarbyvolvióa

aquella área de descanso de Colorado con fluorescentes y café pasado, aquellugar infernal del que nunca podría escapar. Se había desplomado al perder el

Page 243: En La Tormenta

conocimiento,deespaldasa lapuerta.Unsaboramargoen lagarganta.Temíaalzarlamiradahaciasumanoderecha.Sabíaloquehabíaocurrido.Sabíaquelapuertaestabacerrada,queporlomenosdosdesusdedosestabanchafadosensuinterior,pulverizadosentreunosdientesdelatóndespiadados...«Tetengo,Darby...»—LaTierra llamandoaDarby.—Ashleychasqueó losdedos—.Tenecesito

despierta.—Ashley—siseóSandi—.Estásloco.Hasperdidolacabeza...Darbysearmódevalorparamirarselamano,mientrasluchabaporcontener

unas lágrimas acuosas. Su dedomeñique y el anular habían desaparecido porencima de la bisagra, dentro de la mandíbula tipo tijera de la puerta.Desparecidos. Notó una sacudida nauseabunda y escalofriante. Su cuerpoacababajusto«ahí».Eraimposiblequefuerasumano,peroloera.Noalcanzabaa imaginar qué aspecto tenían sus dedos en el interior de la puerta: pielreventada, tejidos triturados,huesos rotosconvertidosenastillas.Los tendonesmachacados y mezclados como si fueran espaguetis largos. Había un pocomenosdesangredeloquehabíaimaginado;apenasunhilolargoybrillantequedescendíaporelmarcodelapuerta.Loobservómientraschorreabapocoapocoporlamaderaagrietada.—Ashley—bramóSandi—.¿Meestásoyendo?Darby intentó coger el pomode la puerta con lamano izquierda sana, falló

dos veces y al final consiguió cerrar lamano entumecida a su alrededor, paraabrir lapuertadelcuartoy liberar lamano lisiadaydejarasíaldescubiertoelhorrorosoydesgarradordaño,peroelpomodelapuertanogiraba.Elcabrónlahabíacerradoconllave.Ashleycruzólasaladandograndeszancadas,seguardólallaveenelbolsillo

yladejóallíencerrada.—Bueno,Sandi,hallegadoelmomentodesersincerocontigo.—Oh,¿ahoraeselmomento?¿Despuésdetodoesto?—Sandi,dejaqueteexplique...

Page 244: En La Tormenta

—Oh,claro...—Lelanzóelbotiquíndeplásticoyélloesquivó,porloquefueaparar almostradordepiedra—.Mediste tupalabra,Ashley.Se suponíaquenadieibaasufrirningúndañoporculpadetodoesto...Ashleyseleacercó.—Tengoqueconfesarteunacosa.—¿Ah,sí?¿Qué?Hablólentamenteyconprecisión,comouncirujanodandomalasnoticias.—Nuestracitaaquínoeraparaencontrarunlugarpúblicodiscretoparaque

medieras la llavede tu trastero.Me refiero aque, sí, ese era tuplan, yquizáutiliceesasinyeccionesdeesteroidesparaqueJaybirdvivamientrasduren...Sandiabrióunosojoscomoplatosanteelterrorgélidoquesentía.—Pero¿sabes?Yotambiénteníaunplan.—Siguióacercándose—.Yresulta

que«tu»plannoeramásqueunapartede«mi»plan.Sandi retrocedió otro paso, paralizada ante sus anchas espaldas, su

impresionantepresenciaylaslucesfluorescentesqueparpadeabaneneltecho.Silencio.—¿Sabes...?—Ashley se encogió de hombros—. Lo cierto es que pensaba

quellegadosaestepuntoyahabríasintentadohuir.Lohabíaintentado.Élfuedemasiadorápido.AshleylacogióporelcodoconesafuerzamusculosaqueDarbyconocíatan

bieny, conungiropropiodel aikido, arrojó aSandi al suelo.Unzapato saliódisparado.Alcaer,diounapatadaalamáquinaexpendedoraconelotropieyelcristal se rajó y quedó opaco.Ashley ya estaba encima de ella, obligándola aponersebocaabajo,inmovilizándolaconunarodillaenlaespalda.Edintentólevantarse,peroLarsapuntóconlapistoladel45.—Ah,no,no.EntoncesAshleysujetóa lamujerporelpelo,conlosdospuñoscerradosy

tiródelacabezahaciaatrás,contrasurodilladoblada.—Llamaste...Sandi,aver,alomejornoteacuerdas,perohaceunratodijiste

Page 245: En La Tormenta

unascosasmuyfeassobreLars,sobresucondición.Pordecisionesquenuestramadretomóhacevariasdécadas,cuandoélnoeramásqueunembrión.¿Esoteparecejusto?Vengaya,Sandi.Yasabesquequieroamihermanito...Sandigritóparaquelasoltara.—Retíralo, Sandi.—Le retorció el cuello todavíamás—.Retira lo que has

dicho.Ellagritó,solovocales.—Inténtalootravez.Noteoigo...Sandijadeó.—Yo...yo...loretiro.—Vale, bueno, bonito gesto. —Ashley miró a Lars—. Y bien, hermanito,

¿aceptasladisculpadeSandi?Larsdesplegóunaampliasonrisasaboreandoelpoderymeneólacabezados

veces.—Porfavor,porfavor,yo...Ashley agarró mejor a Sandi por el cuero cabelludo, plantó la bota en un

puntomás elevado entre sus omóplatos (para hacer palanca, tal como advirtióDarby)ytiróconfuerza.Alamujerseleacabórompiendoelcuello.Nofuerápidoniindoloro.Sandi

gritóhastaquedarsesinaire, lacaraselepusodeunmoradopodrido,losojossaltonesantesdeperderlavida,losdedosenformadegarra,pataleando.Ashleyhizounapausay sujetómejor aSandipara tirarlemásde la cabeza, cadavezmás fuerte, noventa grados hacia atrás, hasta que las vértebras acabarondislocándosele en una cadena húmeda. Como petar los nudillos. Si todavíahubiera estado consciente, habría experimentado el horror parapléjico de sucuerpoalentumecerse.Setratabadeunprocesodedistensión,torpeyllenodegruñidos,ytranscurrierontreintasegundoscompletosantesdequequedaraclaroquelamujerestabamuerta.Entonces Ashley la soltó y dejó que la frente de Sandi golpeara contra la

baldosa,conelcuellollenodehuesosseparados.Élselevantóconlacararoja.

Page 246: En La Tormenta

Larsestabaaplaudiendoconsusmanosmarcadas,riendodelaemoción,comosiacabaradevereltrucodecartasqueponíafinatodo.«Acabodepresenciarunasesinato»,pensóDarbyconapatía.«Ahoramismo.

Antemispropiosojos.»SandiSchaeffer,conductoradeautobúsdeSanDiego,cómpliceyconspiradoradeesteembrollodetramadesecuestro,habíamuerto.Unavidahumana,unalma,extinguida.Dabaigualquefuerasobrelasbisagrasde la puertao sobre el síndromealcohólico fetal deLars, si pronunciabasunafrasequenofueradelagradodeAshleyGarver,niquefuesedepasada,élnoloolvidaba.Tomabanotadeello.Yluegosellevabaloqueerasuyoatodacosta.—Eh,hermanito.—Recobróelalientoyseñalóelcuerpotibiodelamujer—.

¿Quieresreírte?Noesqueahoraimporte,pero¿tecontóestafanáticadeJesúsenquépensabagastarsesuparte?—¿Enqué?—En refugiosparamujeres.Cientosdemilesdedólaresdonados a hogares

paramujeresmaltratadasportodaCalifornia,comounaMadreTeresadenuestrotiempo.¿Notepareceincreíble?Larsserioconlavozquebrada.DarbyalzólamiradahaciaelrelojdeGarfield,peroseleempañólavistapor

culpadesuslágrimasespesas.¿Faltabanquizátresminutosparalallegadadelapolicía?¿Dosminutos?Nolosabíaacienciacierta.Sumenteeraunrevoltijodecuchillasdeafeitar.Volvióacerrarlosojos,deseandodesesperadamentevolveratenerseisaños.Deseóqueaquellofueraotrapesadilladelahorabrujadelaquesehabíadespertadoantesdeiral instituto,antesdeSmirnoffIceyel toquedequeda y las galletas de marihuana y Depo-Provera, antes de que todo secomplicara, envuelta en los brazos de su madre, conteniendo las lágrimas,describiendosinrespiracióna ladamafantasmagóricacon laspatasdeperroyarticulaciones que se doblaban hacia atrás que se había paseado por suhabitación...«No,noeramásqueunsueño.»«Estoyaquí,cariño.Noeramásqueunsueño.»

Page 247: En La Tormenta

«Inhala,cuentahastacinco,y...»Ashleygolpeteólapuertadelcuartodemantenimiento.Comopasarpapelde

lija por los nervios al rojo vivo, un dolor espeluznante y complejo serpenteódesde lamuñeca como si fuera electricidad.Darbygritó conunavoz ahogadaquenuncahabíaoído.—Lo siento, Darbs. Estabas dormitando otra vez.—Se secó el sudor de la

frente—. Créeme, se suponía que iba a ser un trabajo aislado. Recogíamos aJaybird de su mansión, conducíamos doce horas hasta un trastero de MooseHead, donde Sandi tenía un dinero escondido, las llaves de una cabaña, y lasdichosasinyeccionesdeadrenalinadeJay,todobajounnombrefalsoyconuncandado con una combinación de cinco dígitos uno-nueve-ocho-siete-dos.Cogíamos eso, desaparecíamos en la cabaña de la familia de Sandi, y nospasábamosunasemanitaodosnegociandounbuenrescate.¿Verdad?Golpeteólapuertaotravez;otrochirridodeviolínenformadedolor.—Puesno.DespuésdeadoptaraJayporsorpresaydehaberrecorridomedio

desiertodeMojave,nosenteramosdequesehabíaproducidounroboenelputoedificiode trasterosdeSandi,yque todos loscierresconcombinacióncorríanpeligro.¿Teimaginas?Oseaquevolvíanausarlasllavespordefecto,quesoloteníaSandi,alláenCalifornia.Ysegundoproblema:elseñorNissenllamóalapolicíaaunqueleordenamosexpresamentequenollamara,yentoncesSandiseconvirtióenelcentrode todas lasmiradas,dadoquees laputaconductoradelautobúsescolarquevioaJayporúltimavez.Mientrastanto,estamosaquíenlasRocosassinun lugardondealojarnosyunaniñaenfermaenelmonovolumen,azotadosporunatormenta.¿Quépodíamoshacer?¿Eh?Estiróelbrazo,comosifueraasacudirotravezelpomodelapuerta.Darby

hizounamueca,peroAshleymostróundestellodecompasiónysecontuvo.—Así pues, en el último momento, Sandi se sacó de la manga un viaje a

DenverparapasarlaNavidadenfamiliacomotapaderaparalapolicía,deformaque pudiera reunirse con nosotros en un lugar público y darnos la llave deltrastero para que tuviéramos acceso a las medicinas de Jay y a nuestras

Page 248: En La Tormenta

provisiones.Locualmellevaaltercerproblema.—Ashleyseñalóalexterior—.Esteputopaísdelasmaravillasinvernal.LaspiezasencajaronenlacabezadeDarby:«Elapocalipsisnevadolosatrapó

a todos en el punto de entrega. Y el pobre Ed ha quedado como atrezoinvoluntariodeSandi».«Yluegoaparecíyo.»Elalcancedelasituaciónlaempequeñecióehizoquesumentedivagara.A

las siete de la tarde, en pie gracias al Red Bull, pero exhausta, Darby habíaentradoenaquelnidodevíboras.Observólagotalargaybrillantedesusangre.Yacasihabíallegadoalsuelo.—No soy imbécil —declaró Ashley—. He visto suficientes películas para

saber que todo deja huellas dactilares. Dado que ahora la policía está alcorriente, cobrarle el rescate de Jaybird a papá y mamá es prácticamenteimposible.YlapolicíatambiénlesigueelrastroaSandi.Robólasinyeccionesde cortisol para Jay de la enfermería del colegio hace unosmeses, o sea queenseguida relacionarán el robo con ella.Y entonces lomás seguro es que nosdelate, lo cual la convierte en un lastre. O sea que subimos aquí a matarladespués de que nos diera la llave. Para hacer ver que era un robo que habíaacabadomalyquesehabíasaldadoconuntiroenlacara.Peronomeesperabalatormentadenieve,niquetrajeraasuprimoEd.Ytampocoteesperabaati,claroestá.Todoestabarelacionadoyteníasentido,pormacabroquefuera.Aexcepción

deunúltimoelementodesconocidoqueardíaenelfondodelamentedeDarbyconunatensiónnoresuelta.—Entonces...sinovaahaberdinerodelrescate,¿quévaisahacerconJay?—Eh.—Ashleylevolvióachasquearlosdedosenlacara—.Antesresponde

tú,¿vale?¿Dóndeestánmisllaves?—¿Quévaisahacerconella?Élsonrióconaireculpable.—Veoquenoestásdispuestaacooperar.

Page 249: En La Tormenta

—¿Ah,sí?¿Yquécoñoheestadohaciendotodalanoche?—Créeme,Darbs.Créeteloquetevoyadecir.—Selevantó,cargadoconla

remachadora naranja, y recorrió la sala—. Porque, aleluya, ya sé qué hacercontigo.Podríacerrarlapuertadeunportazoconcadaunodetusdedosunayotra vez hasta que salga el sol, hasta que tus manos se parezcan a unashamburguesassanguinolentas,yaunasínomedirásloquenecesitosaberporqueresultaquetúnoeresdeesetipodepersonas.Eresunaheroína,unadefensoradelascausasperdidas.Todatunochesehaidoatomarporculoporqueforzastelacerraduradelmonovolumenparasalvaraunadesconocida.Asípues,adivina...Aquítienesotraposibilidaddesalvaraotrodesconocido.Se agachó al lado deEdy le presionó la remachadora contra la frente.Los

párpadosdelhombredemedianaedadseabrieronamediasconaireaturdido.—Bueno,Darbs—dijoAshley—.Voyacontarhastacinco.Omedicesdónde

escondistemillaveroomatoaEd.Ella negó con la cabeza, meneándose de izquierda a derecha, una negativa

indefensa.ElrelojdeGarfieldmarcabalascincoymedia(cuatroymedia)enlapared.«Hanpasadotreintaydosminutos.Lapolicíaseretrasa...»Ashleyalzólavoz.—Cinco.—No.Yo...nopuedo...—Cuatro.—Porfavor,Ashley...—Tres.Vengaya,Darbs.—Golpeólabocadelaremachadoracontralafrente

deEdconcrueldadybrutalidad—.Mírale.Enesosmomentos,Edteníalosojosacuososclavadosenella.PobreEdward

Schaeffer, el exveterinario con una familia con la que ya no vivía y que leesperaba en Aurora, Colorado. Una tapadera humana; el daño colateralinvoluntariodeSandi.Volvíaamoverloslabios,amortiguadosporlagasarojahúmeda y fría, intentando formar palabras con una lengua empalada en el

Page 250: En La Tormenta

paladar.Darbynotabasumiradaenella,suplicándolequedijeraaAshleyloquedeseabasaber.Que«porfavor»selodijera...—Siselodigo—lesusurróDarbyaEd—,nosmataráalosdos...Eso estaba claro, pero deseó poder decirle otra verdad mayor para

tranquilizarle:«Lapolicíaestáapuntodellegar.Sehanretrasadounosminutos.EncualquiermomentovanaabrirlapuertadeunapatadaydispararánaAshleyyaLars...».—Dos.—No...nopuedodecirlo.—MiróaEd,conscientedeloquesignificaba,yun

sollozoatormentadoescapódesuslabios—.Yo...Oh,cielos,cuántolosiento...Ed asintió lentamente, con complicidad, mientras los pegotes de sangre

fibrosa le caían sobre el regazo. Como si de algún modo, aunque fueraimposible,loentendiera.Darbyteníaganasdegritarle:«¡Estánapuntode llegar,Ed!Lapolicíavaa

venirasalvarnos.Porfavor,Dios,quellegueya...»LapacienciadeAshleytocóasufin.—Uno.

—Diez-veintitrés.Acercándosealaestructuraapie.El cabo Ron Hill agarró la radio que llevaba al hombro, tropezó con un

montículodenieveyseenderezóconlapalmaenguantada.Ahíelhieloestabadurocomounaroca,comocementoesculpido.SeencontrabaaunospocospasosdelaoficinadeturismodeWanapa.Llegó a la puerta delantera pasando por debajo de la lámpara en forma de

platillo.Seguíasinrecibirmásinformacióndelacentraldeemergenciasapartedelmensajeinicialdel207,locualresultabafrustrante.LlamóalapuertaconsuMaglite.—Patrullaviaria.Esperórespuesta.

Page 251: En La Tormenta

Luego,convozunpocomásgrave.—Policía.¿Hayalguienahí?Oficialmentenoeramásqueunedificiopúblico,perollevólamanoderechaa

laculatadesuGlock17altiempoquesujetabaelpomodelapuertaysesituabaaunladoenlanievecrujiente,empleandoelmurodeladrillocomoprotección.Enlasmaniobrasdeentrada,losumbralesdelaspuertassellaman«embudos

fatales» porque son el punto central natural del defensor. No hay forma deesquivarlos,anoserquesederribeunmuro,oseaqueentrasdirectamenteenlamiradelvillano.Sirealmentehabíaun207agazapadoenelinteriordeláreadedescanso, ahora mismo estaría observando la puerta por el cañón de unaescopeta,agachadotalvezdetrásdelosrehenesparaprotegerse.O,quizá,solounasalavacíaeinofensiva.Enlacentralnolosabían.Una fuerte ráfaga de viento le tiró de la chaqueta de GoreTex y salpicó la

puertadecoposdenieveseca,yentonceselcaboHillnosupoacienciaciertaaquéesperaba.¿AqueSaraacabaradehacerlaputamaleta?Atomarporculo.Giróelpomodelapuerta.Lapuertaseabrióconuncrujido.

—Cero—dijoAshley.PeroDarby no estaba escuchando, porque se acababa de dar cuenta de una

cosa.MirabamásalládedondeestabaAshley,almapadeColoradodelapareddetrás de Ed, y se le cayó el alma a los pies, presa de un miedo pesado yempalagoso. La carretera estatal 7 era una línea azul gruesa en el mapa, queserpenteabaporunazonamontañosa,ylasáreasdedescansoestabanmarcadasconcírculosrojos.Wanapa,Wanapani,Colchuk,Nisqual.EstabaenWanapani.«GranDiablo.»NoWanapa.Pero ella había tecleado sumensaje antes al 911, a eso de las nueve de la

noche, antes de saberlo. Luego había regresado al interior, había vuelto a

Page 252: En La Tormenta

inspeccionar el mapa y se había dado cuenta del error: había confundido dosnombresparecidosdeunalenguadelosindiosamericanos,ambosrelacionadosconlosdemonios.«Por culpa de mi SMS, he enviado a la policía al área de descanso

equivocada.»Aotratotalmentedistinta,atreintaycincokilómetrosmásalládeBackbone

Pass. Al otro lado del tráiler con remolque y dieciocho ruedas que habíaderrapado. Al final no vendría la policía. Seguía a kilómetros de distancia,inalcanzable, con las indicaciones equivocadas. Nadie acudiría a detener aAshleyyaLars.Nadieacudiríaasalvarles.Leentraronganasdegritar.Sedejócaercontralapuertacerrada,notandocómoseleretorcíanlosdedos

en el interior del marco. Otra sacudida de dolor, como si estuviera en unapicadora de carne. Se sintió ingrávida, como en caída libre, desplomándose aalgunaprofundidaddesconocida.Deseóquetodoacabara.«Nadievendráasalvarnos.»«Estamossolos.»«Nosvanamatarpormiculpa...»Ashleysuspiróconairepetulante,comounniñofrustrado,yentoncescolocó

laremachadoraenlasiendeEdyapretóelgatillo...—Para—dijoDarbyconvozahogada—.Para.Tedirédóndeestánlasllaves,

si...simeprometesquenolematarás.—Teloprometo—dijoAshley.Darbysabíaqueeramentira.Porsupuestoqueeraunamentira.AshleyGarver

eraunpsicópata.Laspalabrasylaspromesasnosignificabannadaparaél;eracomo intentarnegociarconunvirus.PeroDarbysevinoabajoyse lodijodetodosmodos.Lasalaquedóensilencioabsoluto,suvozeraapenasunsusurroquebrado.—Enlanieve...alotroladodelaventanadelbaño.Laslancéporahí.Ashleyasintió.MiróaLarsyluegoaJay.Despuésvolvióamirarlayfrunció

Page 253: En La Tormenta

loslabiosformandounasonrisainfantil.—Gracias,Darbs.Sabíaqueacabaríasentrandoenrazón—dijo, llevando la

remachadoraalafrentedeEddetodosmodos.PUM.

Page 254: En La Tormenta

04.55h

—Nolamateshastaqueregreseconlasllaves—ordenóAshleyasuhermano—.Tengoqueasegurarmedequedicelaverdad.CaradeRoedorasintiómientrasvertíagasolinaporencimadeloscadáveres

deEdySandihastadejarlosempapados.Selesoscureciólaropa,elpeloselesquedóresbaladizoyseformaronremolinosenlasangredelsuelo.Unosvaporesacreshelabanelambiente.Entoncesvertióunrastroborboteanteenelsueloendirección a Darby, respirando por la bocamientras se le acercaba, alzando elbidóndegasolinaconambasmanos.Darbycerrólosojos,preparándoseparaloquevenía.Másdetreslitrosgélidoslecayeronencimadegolpe,legolpearonlanuca,le

corrieron por los hombros y le dejaron el pelo adherido a la cara. Las gotassalpicaronlapuertadetrásdeellayformaronuncharcojuntoasusrodillas,conunafrialdadasombrosa.Gasolinaenlosojos,enlaboca,unsaboracre.Escupióenelsuelo.Lars retrocedió hasta el centro de la sala mientras sujetaba a Jay por el

hombro.Dejó el bidón de gasolina y se oyó un chapoteo, pues todavía estabamedio lleno. Justo al lado, un rollo de papel absorbente y el ya familiardesinfectanteClorox.Ahoratodocobrabasentido.«Lejíaparadescomponer suspruebasdeADN.Papelpara lashuellas.Fuego

paratodolodemás.»ALarslecolgabaunacosablancadelbolsillotraserocuandoseinclinópara

limpiar la encimera.Darby lo reconoció: el calcetín relleno queAshley habíalanzadoalaparcamientohacíahoras, recuperadoobedientementeporLars.Loshermanos estaban ahora enmodo limpieza y se dedicaban a la ardua tarea de

Page 255: En La Tormenta

eliminartodaslashuellasforensesquepudieranrelacionarlosconlamasacreallíproducida.«Por eso las llaves son tan importantes—advirtió Darby sin capacidad de

reacción—.PoresoAshleynopuededejarlasaquí.»«Sonunaprueba.»¿Y lo peor de todo? Su claro optimismo estúpido. Esos hermanos no eran

mentescriminales.Niporasomo.Aunque redujeranacenizascadacentímetrocuadradodel edificio, la policía deColorado encontraría algo.Unpelo suelto.Unaescamadelapiel.AlgocaracterísticodelarodaduradelosneumáticosdelAstro.LahuelladeunpulgarenunodelosclavosdeacerodeAshley.Oinclusoalgún detalle circunstancial que relacionara a Sandi con ellos; algo que se leshubiera pasado por alto con las prisas por eliminarla antes de que se vinieraabajo al ser investigada por la policía.Habían sido descuidados. Toda aquellatrama de secuestro había sido ingenua y estúpida, y estaba prácticamentecondenada al fracaso, pero no antes de costarle la vida a varias personasinocentes,yparaDarbyesoresultabalomásofensivodetodo.Se apartó unmechón de pelo oleoso de la cara. Empapada de combustible,

momentos antes demorir quemada, sabía que debería estar aterrada, gritando,histérica,peronoeracapazdehaceracopiodefuerzas.Sesentíacansada.La puerta delantera chirrió: Ashley salía. Apenas quedaban unos segundos.

Iría detrás de la oficina de turismo y encontraría su llavero en la nieve, yentonceslavidadeDarbytendríatanpocovalorcomoladeEdyladeSandi.Unclavooun tiro en la cabeza si tenía suerte, yunacerillaprendida encasocontrario.Fueracomofuese,moriríaallí, con lamanoderechachafadaenunapuerta, y luego los huesos se le ennegrecerían en aquella tumba abrasadoramientras Ashley y Lars escapaban con Jay. La oficina de turismo quemadaresultaría una distracción útil hasta que las autoridades descubrieran los tresesqueletos del edificio siniestrado. Para entonces los hermanos Garver yaestaríanahorasdedistancia.Tiempomásquesuficienteparadesvanecerseenunmundoindiferente.

Page 256: En La Tormenta

Peroquedabauninterrogante.Unaúltimapreguntaacuciante.«¿QuévanahacerleaJay?»«Ashley había quedado aquí con Sandi paramatarla y cortar toda relación.

Pero¿quépasaconJay?Sinoesporelrescate...entonces¿qué?»Enaquelmomento,Jayseleacercó.—No. No te acerques más. —Volvió a escupir—. Estoy empapada de

gasolina.Peroellaseleacercódetodosmodos;suspasitoscrearonondasenelcharco

oscuro, y se sentó en silencio en la rodilla deDarby.Acto seguido, enterró lacaraenelhombrodelasudaderadeArtWalkdeDarby.Lajovenrodeóconelbrazosanoalahijaarrebatadadesuspadresyseacurrucaronahílasdosjuntas,fundidasenunabrazotemblorosoyabsortasensuspensamientos,mientraslospasosdeAshleysealejabancadavezmásenelexterior.—Nomehasdichoquesehabíamuertotumadre—susurróJay.—Sí.Acabadepasar.—Losiento.—Tranquila.—¿Eramalacontigo?—No.Yoeramalaconella.—Peroaunasí¿osqueríais?—Es...complicado—dijoDarby.Eralamejorrespuestaqueseleocurría,yle

partíaelcorazón.«Escomplicado.»—¿Tienes...tienesbienlosdedos?—Estánatrapadosenunapuerta.Oseaqueno.—¿Teduele?—Vamosacambiardetema.—¿Teduele,Darby?—Ahorameduelemenos—mintió,mientrascontemplabacómounasegunda

gotadesupropiasangre,másgruesaque laprimera,sedeslizabapocoapoco

Page 257: En La Tormenta

por elmarco de la puerta. Los vapores de la gasolina le nublaban lamente ymanchaban sus pensamientos como si fueran acuarelas—. ¿Podemos... oye,podemoshablarunratodetusdinosaurios?—No.—Jaynegóconlacabeza—.Noquiero.—Venga.—No,Darby...—Porfavor,háblamedetupreferido,elEustreptonoséqué...—Noquiero...A Darby se le saltaron las lágrimas, precisamente entonces. Unos sollozos

fuertesyquelaatragantaban,comounataqueenelpecho.Sevolvió.NopodíadejarqueJaylaviera.EntoncesJaycambiódeposturayDarbypensóquelaniñaseleacomodaba

en el regazo, hasta que notó que algo le tocaba la palma izquierda. Pequeño,metálico,fríocomoelhielo.Sunavajasuiza.Lahabíaolvidadoporcompleto.—Luego—susurróJay—.Luegotelocuento.Darby volvió amirarla y comprendió con un destello silencioso. Esos ojos

azulesvidriososlesuplicaban:«Aquítienestunavaja».«Porfavor,noterindas.»Peroerademasiadopoco,demasiadotarde,porquelahojadeseiscentímetros

estabamejor enmanosde Jayquede ella.Connavajao sin ella,Darby iba amorirenesecuarto.Estabaatrapada,conlamanodestrozadaentrelasbisagrasdeunapuerta,yAshleyibaavolverpararematarla.Eracuestióndesegundos.—Deberías quedarte el cuchillo—dijo a Jay—. Paramí... para mí será un

desperdicio.Ahoravasasalvartetú.¿Loentiendes?—Nocreoquepueda...—Ahora tododependede ti.—Darbycontuvo las lágrimasy sedevanó los

sesosintentandorecordarladistribucióndelAstro,susurrandoparaqueLarsnolaoyera—:Yo...bueno.Rompistelajaula,asíqueprobablementeteatenenlapartetrasera,bajolaventanilla.Perointentasoltarunpaneldelapareddedentro

Page 258: En La Tormenta

y,sillegasalinterior,cortatodosloscablesqueencuentres.Algunoquizáseaelde las lucesdefreno.Ysi las lucesdefrenonofuncionan, lapolicíaquizá lospare...Jayasintió.—Deacuerdo.Posibilidadesremotasdentrodeposibilidadesinclusomásremotas.Todoera

tan sombríamente fútil. Y la crisis adrenal de Jay era tan volátil como unagranadademano;cualquiertensiónadicionalpodríaprovocarunataquemortal.PeroDarbynopodíacederaladesesperación,ledabavueltaslacabeza,hablabadeformaatropellada.—Si...sisedescuidan,intentaapuñalaraunoenlacara.Enlosojos,¿vale?

Unaheridaquepreciseatenciónmédica,paraquetenganqueiralhospital...—Lointentaré.—Hazloquehagafalta.Prométemelo,Jay.—Te loprometo.—Losojosde laniñabrillabanpor culpade las lágrimas.

VolvióaalzarlavistahacialamanomachacadadeDarbyenlapuerta,incapazdeapartarlamirada—.Van...vanamatarteporculpamía...—No,noesporeso.—Sí,síqueloes.Todoestoespormí...—Jay,estonoesculpatuya.—Darbyforzóunasonrisaapesardelmareo—.

¿Sabesloquetienegracia?Nisiquierasoybuenapersona.Normalmenteno.FuiunahijapésimaypensabapasarlasNavidadessola.Mimadrecreyóqueteníalagripe cuando se quedó embarazada de mí. Intentó matarme con Theraflu. Aveces yo deseaba que lo hubiera hecho. Pero esta noche, en esta área dedescanso,soyalguienbueno,yni te imaginas lomuchoqueesosignificaparamí.Heresultadosertuángeldelaguarda,Jay.Heluchadoporunabuenacausa.Y pronto me marcharé, y te quedarás sola y tendrás que seguir luchando.¿Entendido?—Entendido.—Nunca.Dejes.Deluchar.

Page 259: En La Tormenta

Entonces,duranteuninstante,losvaporessedispersaronyDarbyseaferróaunaideacristalina.Todoselepresentóconnitidez.Alzó la vista hacia el horror de sumano derecha, a la parte superior de su

dedo anular, machacado entre los goznes de la puerta. El dedo meñique,irreconocible de lo destrozado que estaba. Las gotas de sangre exprimida querecubrían la bisagra, al igual que la mermelada roja sobresale de un donutrelleno.Sabíaqueparecíainútil,perono,habíaunaúltimaopciónquepodíaintentar.

Tal vez delirara por culpa de los vapores de la gasolina. Tal vez fuera merafantasía.Peroquizá,soloquizá...«Noestoyatrapada.»«Solotengodosdedosatrapados.»Sería horrible. Sería un gesto desesperado, desagradable y desgarrador, y le

dolería más de lo que alcanzaba a imaginar. Pero entonces lanzó una miradahacia la silueta sombríadeLarsonGarvercon suestúpidogorrodeDeadpool,que había acabado de limpiar huellas y que estaba en el centro de la estanciaapuntándolaaellayaJayconsupistoladel45.Darbyhizounaúltimapromesaconlosdientesapretados:«Teharémásdañotodavía,CaradeRoedor.Tequitaréelarma».«EntoncesmataréaAshleyconella.»«Laniñavaavolveracasa.»«Estanoche.»—Tengounaidea—susurróaJay,escondiendolanavajasuizabajolapalma

sana—.Unaúltimaidea.Yvoyanecesitartuayuda.

Larslasviosusurrando.—Eh.—AlzólaBeretta—.Dejaddehablar.DarbymurmuróalgoaJayaloídoylaniñaasintióenseguida.Acontinuación

Page 260: En La Tormenta

se levantó y se hizo a un lado con silenciosa determinación. Entonces Darbyclavólavistaenélconexpresióndura.—Dejademirarme.Darbynolehizoningúncaso.—Gírate.Ah,miraalsuelo.—Hizoademándeempujar lapistolahaciaella

paradarénfasisasuspalabras,peroellaniseinmutó.Lapistolahabíadejadodeserunaamenaza.Sehabíaconvertidoenunaccesorio.ADarbyyano ledabamiedo.Larsapuntó,perollevabatodoelratoapuntándolas;¿cómoconseguirparecer

másamenazador?Intentóamartillarlaconelpulgar,comoenlaspelículas,peroel percutor ya estaba amartillado. Ya estaba enmodo individual porque ya lahabíadisparado.Aella.Cincoveces.Darby seguía mirándole de hito en hito, haciendo que se le retorcieran las

entrañas.Habíaalgoensumirada.Algohabíacambiado.Darbyfuedeslizándosemuylentamentehaciadelante,juntólasrodillasyselevantóretorciendolamanolisiadadetrásde laespalda.Losmechonesdepelooscurose leadhirierona lacaraallevantarse,comoenunapelículademiedoquehabíavistoenlaqueunfantasmajaponésemergíadelsueloempapado.Larstitubeóyvolviólavistahacialapuerta.—Ashley—gritóhacialanocheoscura—.Yo...¿Has,eh...encontradoyalas

llaves?Nohuborespuesta.Suhermanomayorestabademasiadolejosparaoírlo.Seplanteóiralbañode

hombresygritarporlaventanareventada,peroparaesotendríaquecolocarsedeespaldasaellas.—¡Ashley! —volvió a gritar retrocediendo, por lo que chocó contra la

máquina expendedora rajada—. Algo... eh... algo ha cambiado. Ella me estámirando.Teníaganasdedirigirsea lapuertadelantera,peroparaeso también tendría

quedarlelaespaldaaDarby,locualleatemorizaba.Estabaclaroqueellaestaba

Page 261: En La Tormenta

ahíencerrada,conlosdedosatrapadosenunapuerta,peroporalgúnmotivonose atrevía a perderla de vista. Con la mano sana intentaba alcanzar algo, unpequeñopaneldeplásticodelapared,alquenohabíaprestadoatenciónentodalanoche,hastaeseprecisoinstante...Sepercatódequese tratabadel interruptorde la luzcuandolasalaquedóa

oscuras.—Ashley.—Hablóconvoztrémula.Laoscuridadperfecta.Larssearrodillóenelsueloylopalpóparaversiencontrabalalinternadesu

hermano.Laencontróconlasyemasdelosdedosjuntoalbidóndegasolina,lagolpeóyseleescapórodando.Lapersiguióconelcorazónpalpitante,encendióla linterna y apuntó la luz blanco azulada a la puerta del cuarto demantenimiento.Se sintió aliviado al ver que Darby seguía allí junto con Jay, las dos

iluminadasymirándoleconojosentrecerrados.Porsupuestoquesí.¿Porquésehabía asustado tanto? Estaba harto de aquello. Tenía ganas de disparar ya aDarby.Ahoramismo.YprenderfuegoaldichosoedificioconAshleyyacabarcon esa noche infernal, y llegar a casa de tío Kenny ymatar a unos cuantosgusanosenGearsofWar.—Ashley.—Hablóconvozronca—.¿Puedomatarlaya?Nohuborespuesta.Soloelchirridodelvientoenelexterior.—Ashley,porfavor,¿puedo...?Jaysemovióderepente,lesobresaltóycaminóalrededordelperímetrodela

salaaoscuras.LarslaapuntóconlaBeretta,yconlalinterna,siguiéndolacomosifueraunreflectormientraslaniñapasabajuntoaloscadáveresdeEdySandi,másalládelaventanaconbarricada.—Jaybird,eh,¿quéestáshaciendo?La niña no le hizo ningún caso y se paró en el umbral. Entonces cogió la

puertadelantera.

Page 262: En La Tormenta

Lacerródeunempujón.—Jaybird.Para.—SevolvióhaciaDarbyy laapuntócon la linterna.Ahora

dividíalaatenciónentrelasdoschicasdelasalaaoscuras,DarbyasuizquierdayJayasuderecha.Solopodíailuminaraunacadavez.Aquellonolegustaba.Nadadenada.Oyóunclicdetrásdeélysediolavueltaderepenteapuntandoelhazdeluz:

Jayestabadepuntillas corriendoelpestillo.Cerrando lapuertapordentro.Laniña se volvió para mirarlo, entrecerrando los ojos ante el resplandor, y élreconoció lamismaexpresión aterradoraquehabíavisto enDarby.Sí, lasdosestaban metidas en eso, una broma velada que Lars no pillaba. Era normal.Nuncapillabaloschistes.Lamayoríadelasveceseransobreél.Elvacíodolorosoquenotóenelestómagoleindicóqueesetambiénibasobre

él.ComoelmomentoantesdequeAshleylanzaraalagataRayitasalahogueradosveranosatrás:«Oye,hermanito,¿quieresverunaestrellafugaz?».—Jaybird—repitió.Nohuboreacción.—Jaybird,vasa...ah,vasarecibirunatarjetarojacuandoAshleyvuelva—

aseveró mirando hacia la izquierda, a la puerta del cuarto de mantenimiento,apuntandoconlalinternadenuevoaDarby...Habíadesaparecido.Sololapuerta.Unreguerodesangre.Yuntrozodecarnemachacadaencajada

todavíaenlapuerta,comoelinteriorjugosodeunahamburguesapocohecha;elcerebrolentodeLarstardómediosegundoendarsecuentadeloquepasabaenrealidad,deloquesignificaba,deloqueacababadesucederydeloqueestabaporvenir...

Darby golpeó de lado y con fuerza a Cara de Roedor y la linterna saliódisparadahacialazonasinluz.Noeramomentoparatemer.Gritódedoloryporladescargadeadrenalina,unasensacióncruda,oscuraysalvaje.

Page 263: En La Tormenta

SecolocóbajoelbrazoderechodeLars,debajodelapistola,ylaapartódeungolpe. Chocó contra el expositor de folletos. Tenía una posibilidad, unaposibilidadapremiante,ademásdetenerlanavajasuizadesupadreenlamanoizquierda («¡Felicidades por la graduación!»), la hoja casi roma, aunque lobastanteafilada,despuésdehaberserradolosbarrotesdelajaulaparaperrosdeJay,yDarbyselaclavódirectamenteenlanuez.LanavajapenetróenlagargantadeLarsonGarver.ADarbylesalpicósangreenlacara.Enlosojos,enlaboca.Elsabordelas

monedashúmedas.Larsleasestómediogolpeconlamano,conlasuñasafiladasle arañó la mejilla, pero él se dirigía a su propio cuello. Quería contener lahemorragia.Movió también laotramano.Casicegadapor la sangredeCaradeRoedor,

Darbycaptóunaimagenintermitente,unamanchaquesemovía...unapistola.Jaygritó.Lapistoladel45negra.Presadelpánicosediocuentadequeenrealidadnola

había soltado, el traqueteo que había oído debió de ser de la linterna, y Larsseguíateniendoelarmaenlamanocerradaygirabalabocahaciaelvientredeella...«Pistola,pistola,pistola...»Ashleysehabíaarrodilladopararecogerlasllavesdelanievecuandooyóun

solo disparo procedente del interior del edificio. Como un trueno atrapado,amortiguadoporlasparedesylaspuertasplanas.Noselopodíacreer.«¿Enserio?»Exhalóunsuspiro.—Malditasea,hermanito.Iluminó rápidamente el llavero con la linterna delmóvil, sí, ahí estaba. La

dichosa llave del trastero de Sandi, plateada, circular, con un pequeño A37grabado,delomáscorriente.Habíaencontradoelllaveromedioenterradoenlanieveallídondehabíaaterrizado,adiezmetrosdelaventanadelbaño.Darbyhabíadicholaverdad,másomenos.

Page 264: En La Tormenta

Yél lo agradecía. Si hubieramentido yLars le acababa de volar los sesos,dejaríanatrásunaminadeoroforensedehuellasperfectamenteconservadas.Ynunca tendrían acceso a las inyecciones de esteroides de Jaybird, lo cualsignificabaquelomásprobableeraquelaniñamurieramuchoantesdellegarasu destino. Y entonces todo —aquel desastre absoluto, la alerta AMBER enCalifornia,laparticipaciónmásqueprobabledelFBI,losasesinatosdeSandi,EdyDarby—, todo, seríaunapérdidade tiemposinganarun solocentavo.TodoporqueeldulceyqueridoLarssepusonerviosoydisparóaDarbysinpermiso.«Menosmalquehadicholaverdad.»Ashleyseguardóelllaverotintineanteenelbolsillo,levantólaremachadora

sincablesdelanieveyvolviócorriendoalaentrada.—Larson James Garver —aulló mientras corría, exhalando un aliento

enfurecido—.Teacabasdeganarunatarjetanaranja...

Darbyforcejeóparahacerseconelcontroldelapistola.EntoncesCaradeRoedorsepusoaladefensiva,setambaleóhaciadelante—

lasangrecalientelebombeabadesdelayugularhastaelcorazónacelerado—eintentó desesperadamente quitarse a Darby de encima, ganar la distanciasuficienteparacontrolarlaBeretta.Darbyno ledejaba.Sujetabaelarma, tenía losdedosresbaladizosalrededor

delamisma,biencerrados.Entoncessediolavuelta,cambiódedirecciónysezafó deLars, en el sentido contrario de las agujas del reloj, girando la pistolacontralasarticulacionesdelosnudillosdeél.LarseramásaltoymásfuerteperoDarbymáslista,ysabíacómoaprovecharlainerciacontraél...Enelinteriordelsegurodelgatillo,notóelchasqueodeldedoíndicedeél.Comounapequeñazanahoria.Larsgritócon losdientesapretados.Emitióunsilbidohúmedo;elairese le

filtraba por el orificio de la tráquea. La sangre le brotaba formando burbujasindependientes. Los dos daban vueltas, como en un tango, con las manos

Page 265: En La Tormenta

clavadasenel arma,chocaroncontraelbordedelmostradordecafé,volcaronsillas, dispararon al techo,CRAC,CRAC,CRAC, y desprendieron trozos de yeso,hicieronexplotarunfluorescente,hastaqueelpasadordelapistolasevacióyelgatilloquedóflojo.ChocaroncontraelmapadeColorado,sinqueningunode losdossoltara la

Beretta.Larslasoltó,porquesabíaqueestabavacía.Darbyresistió,sabiendoquetodavíaeraútil,yleasestóungolpeconellaen

los dientes. Lars se tambaleó alejándose de ella y sujetándose el cuello, perotropezóconloscadáveresdeEdySandi.EntoncesDarbysecolocóencimadeCaradeRoedorylegolpeóunayotravez,unayotravez.Lediounapalizaconla empuñadura de aluminio de la pistola. Le asestó un golpe especialmentecerteroyLarsnotócómoselerompíaelpómuloconuncrujidocarnoso.Éllaapartódeunapatadaysesepararon.DarbysedeslizóhaciaatrásenelsueloresbaladizomientraslaBerettavacía

hacíaruido.Intentóponersedepie,peroresbaló.Gasolinapor todaspartes.Seapoyóenlaspalmas,mediocegada,parpadeandoparaquitarselasangredelosojos.Elbidóndegasolinasehabíavolcadodurantelarefriegayestabadelado,haciendo gluglú mientras vertía su contenido. Cerca del bidón vio su navajasuiza,unasombradentadaquegirabaenlasbaldosas.Lacogió.Larsgateóparaalejarsedeella,hacialapuertacerradaconcerrojo.Peronolo

bastante rápido. Gemía palabras con voz pastosa, algo desesperado, con unamezcladelágrimasysangre.—¡Ashley,Ashley,mátala,mátala...!«Novaapasar.»«Estanoche,no.»—Mátala,porfavor...Darby le alcanzó y alzó la navaja muy por encima del cráneo de Larson

Graver,elmetal lanzódestellos reflejandouna luz led.Laspalabrasquehabía

Page 266: En La Tormenta

pronunciadohacíaunashorasresonarondenuevoensucabeza—«Lecortaréelcuellosihacefalta...»—,ymiródereojoaJay,queestabaalotroladodelasala.Laniñaobservabalaescena,sobrecogida.—Jay—dijoDarbyjadeando—.Nomires.

Ashleygiróelpomodelapuerta:cerrada.—Lars—dijojadeando—.Abrelapuerta.Nohuborespuesta.Miró por la ventana delantera, pero seguía bloqueada por la mesa que Ed

habíavolcado.Nohabíaacceso.Atisbóporelhuecoynoviomásqueoscuridad:laslucesestabanapagadas.Nervioso,volvióalapuertadelantera,perotropezóconlanieveamontonadaycasiselecayólaremachadora.—Lars—llamó.Lasalivaselehelabaenelmentón—.Porfavor...hermanito,

siestásvivoahídentro,dialgo.Nada.—Lars.Esos disparos contundentes repiquetearon en su mente: resonaban como

consecuenciadelpánicoqueleembargaba.¿PorquéibaLarsalanzarunaráfagade disparos? Aquello no habían sido tiros controlados sino el sonido de ladesesperación.«Disparayreza»,lellamaban.Asípues,¿quépasabaahídentro?Seguíasinhaberrespuesta.Retrocedióydiounapatadaa lapuerta.Elmarcocrujió,peroel cerrojono

cedía.—Lars, no estoy enfadado —dijo con preocupación—, ¿de acuerdo?

Respóndeme...Leinterrumpióunavoz.Noeraladesuhermanito.SinoladeDarby.—Ahoranopuedehablar—respondióella—,porquelehecortadoelcuello.

Page 267: En La Tormenta

AAshleyleflaquearonlasrodillas.Duranteunosinstantesdefuriasintióuncortocircuitoenelcerebroyseolvidódelcerrojoyvolvióagirarelpomo.—Estás...no,mientes.Séquemientes...—¿Quieressabersusúltimaspalabras?—Másvalequeestésmintiendo...—Gritótunombreantesdequelomatara.—Darby, te juro porDios que si de verdad hasmatado ami hermanito ahí

dentro,despellejaréaJaybird...—Aellanolavasatocar—declaróDarby,endureciendolaspalabrasconuna

certezaescalofriante—.Ahoratengolapistolaytúereselpróximo.Ashleydiopuñetazosenlapuerta.Un rayo de dolor desgarrador le explotó en el puño. Un eco tintineante le

palpitabaantebrazoarriba.Eraunerror,unerrorgarrafal,yapretólosnudillos,elalientoselearremolinabaentrelosdientesrechinantes,laslágrimascalientesseleagolpabanenlosojos.Roto.Comomínimofracturado.Gritó. Algo que no recordaría. Empezó, tal vez, siendo el nombre de Lars,

peroseconvirtióenunsinsentidoaullado.Teníaganasdegolpearlapuerta,unayotravez,romperselaotramano,darsecabezazoscontralapuerta,destruirseasímismocontraunobjetoinamovible.Peroesonosolucionaríanada.Mástarde.Yalloraríasupérdidamástarde.Se apoyó en la puerta, con la frente contra el fríometal, para controlar su

respiración.Todavíanoestabatodoperdido.Seguíaenesalucha.Todavíateníalaremachadorasincablesenlamanosana.Yunmontóndeclavosdeacerodedieciséis pennies, comprados de segunda mano y sin huellas, apilados en elcartucho. Preparados para su trabajo. El frío todavía no había debilitado labatería.Elindicadorverdeseguíaencendido.«Muybien,Darby.»«Has perdido a tu madre. Yo he perdido a mi hermano pequeño.» Su

sufrimiento de esa noche presentaba una simetría embriagadora. Dos almas

Page 268: En La Tormenta

heridas,tambaleantesporlapérdida,lasdosconlasmanoslisiadas,combinadasconundolordelomáscrudo...«Esnuestrobaile,túyyo.»Todavíanotabaelsabordesuslabiosdecuandolahabíabesadoenelbaño.

Nuncaloolvidaría.LaacidezdulzonadelRedBull,elcaféylasbacteriasdesudentadura.Lasencillezdetodoeso,laautenticidaddeunachicaguapaconmalaliento.«Somoslosgatosdelreloj.»«YosoyGarfield.TúeresmiArlene.»«Yagárratefuerte,porqueestaesnuestrasombríadanzaencírculos.»Seserenó,pusoenordensuspensamientos,conlosnerviosaflordepiel.—Muybien,Darbs.¿Quierespelea?Pues la tendrás.Voyaentrarahícomo

seayosdaréunatarjetarojaalasdos,yporcierto,zorra...—recuperóelaliento—.Hecontadolosdisparos.Séquetieneslapistolavacía.

.45 AUTO FEDERAL, rezaba el borde dorado. El cartucho que Darby habíallevadotodalanocheenelbolsillo,desdequeJayselodiera.Ahoraloteníaenlamano,rodandoensupalmatemblorosa.LointrodujoconelpulgarenlarecámaradelapistolanegradeLars,conuna

solamano,ydejóquelacorrederagolpetearahaciadelanteyaccionaraelmuelleconunestallidodeenergía.Jaylamiró.Elmecanismo de la pistola estaba cerrado. El percutor estaba echado hacia

atrás.Ahoraestabalistaparadisparar.Darbynosabíaporquéestabatansegura,peroloestaba.Laspistolasteníanunfuncionamientointuitivo.Losentía.—Lars—aullóAshleydesdeelotroladodelapuerta—.Hermanito,sisigues

vivoahídentro,porfavor,porfavor,mátalaya...DarbysedeslizórápidamenteporelsuelohúmedohastaJayylediounfuerte

abrazo.

Page 269: En La Tormenta

—Yacasiestá—dijo—.Estanocheestáapuntodeacabar.«Unhermanoabatidoyotroapunto.»Jayestabapálidayobservabalasituaciónhorrorizada.—Tumano...—Losé...—Tudedo...—Estábien.Todavía no se había mirado la mano derecha. Le aterraba hacerlo, pero

entoncessearmódevalorduranteunafraccióndesegundo,yenseguidaapartólavista.Lanzóungritoahogado.«Diosmío.»Seatrevióavolveramirarlaheridaconlavistaempañadaporlaslágrimas.

Teníabienelpulgar,elíndiceyelcorazón.Peroeldedoanularestabaencarneviva.Lauña estaba esquirlada,medio suelta y sobresalía hacia arriba como sifuerauncopodemaíz.Yeldedomeñiquenoestaba.Desdeelprimernudillohastaelfinal.Desaparecido,muerto,cortado,yanoformabapartedelcuerpodeDarbyThorne.Seguíaenelinteriordelabisagradelapuertadelotroladodelasala,machacadoeirreconocible...«Diosmío,Diosmío,Diosmío...»Curiosamente, el hecho de sacar lamano de allí no le había dolido lomás

mínimo.Sehabíasoltadoconunpardegirosrápidosenelsentidodelasagujasdel reloj.Apenasuna especiedemalestar borroso, atenuadopor la adrenalina.Pero ahora perdía sangre con rapidez, iba soltando un hilo continuo que caíacálidoporlamuñecaeibadejandocírculosemborronadosenelsuelo.Selatapóconlaotramano.Yanopodíaseguirmirándosela.Tal como Ed había dicho hacía unas horas: «Cuando tienes por delante un

almuerzoconladamadelaguadaña,¿quémásdanunoscuantoshuesecillosytendones?».Ymás voces que recordaba amedias, retorcidas y de tres al cuarto, que le

Page 270: En La Tormenta

llegabanenunremolinonauseabundo:«¿Sabescómocortaraunachicapor lamitad?».«Soyunhombremágico,Lars,hermano.»«Cuando seme cae la tostada, por así decirlo, lamermelada siemprequeda

arriba...»Mediomareada,buscóelbotiquínenelsueloydejólashuellasdesusmanos

pegajosas y rojas, mientras manoseaba las jeringuillas y las cajas de tiritas.Buscabalagasagruesa,peroyanoquedaba.Sandilahabíaacabado.—¿Pueden...?—Jayvaciló.—¿Puedenqué?—Pueseso...¿reenganchardedos?—Sí,seguroquesí—repusoDarby,intentandoparecertranquila.Sepreguntó

cuántasangrehabíaperdidoyaycuántamáspodíapermitirseellujodeperder.No esperaba encontrar gasa estéril, pero al lado de la lejía encontró algo

mejor:el rollodecintaaislantedeLars.Arrancóun trozocon losdientesy lopusoalrededordelamanoderecha.Seenvolviólostresdedosjuntosformandounbloqueprietoydejóelpulgarlibre.Asícontuvolahemorragia.Perotendríaquedisparar laBerettaconlamano

izquierda.Nuncahabíadisparadoyencimaeradiestra.Confióenpoderdarenelblanco.Soloteníaunabala.JayseguíaobservandolaheridaconsobrecogimientomórbidoyDarbysedio

cuentadequehabíaempalidecidosobremanera.Gris,comouncuerpodragadodedebajodelagua.—¿Ysi...?¿Ysinoencuentrantudedoenlapuerta?Porqueestádemasiado

chafado...—Pues ya me volverá a crecer —dijo Darby, cortando con los dientes el

últimotrozodecintaaislante.—¿Enserio?—Sí.—Nosabíaquelosdedosvolvíanacrecer.

Page 271: En La Tormenta

—Puessí.—TocólafrentedeJay,igualquesolíahacersumadreparasabersiteníafiebre,ynotóquelaniñateníalapielfría.Húmedayfría,comolaceradeunavela. Intentó recordar:¿cuáleseran lossíntomasqueEd lehabíadescrito?Niveles bajos de glucosa. Náuseas. Debilidad. Ataque, coma, muerte. Suspalabrasfueronresonandoporfragmentos:«Tenemosquellevarlaalhospital.Estodoloque...».—Daaaaarby.—Elmarco de la puerta principal recibió un buen golpe y el

cerrojosesacudió—.Acabamosloqueempezamos...—Está...—Jayseencogió—.Estátanenfadadoconnosotras...—Bien.—Darby salió disparada hacia la pared y levantó la pistola con la

manoizquierda,apuntandohacialapuerta.—Nofalles.—Nofallaré.—¿Meprometesquenofallarás?Lapistolaletemblabaenlamano.—Teloprometo.Una bala en la recámara. Como un destino sombrío, la había llevado en el

bolsillotodalanocheyporfinhabíallegadoelmomentodeutilizarla.La puerta emitió un sonido atronadormientrasAshley la pateaba de nuevo.

Darbydiounrespingoyrodeóelgatilloconavidezconeldedo.Queríadispararenesemismoinstante,atravésdelapuerta,perosabíaqueresultaríaarriesgado.Sabíadóndeestabaélymásomenosloaltoqueera,peronopodíacontarconque la bala atravesara la puerta con suficiente fuerza como para matarle. Nopodíadesperdiciarsuúnicabala.Tendría que esperar. Tendría que esperar a que Ashley Garver derribara la

puertay aque estuvieradentro con ellas paradispararle a bocajarro, entre losojos,aunadistanciadesdelaqueresultaraimposiblefallar...—Hasdisparadoalgunaotravez,¿verdad?—Sí—mintióDarby.Elmarcodelapuertaseastilló.Unaastillalargademaderagolpeóelsuelo.

Page 272: En La Tormenta

Ashleyaullabaenelexterior,mientrasaporreabalapuertaconlospuñospresodeunarabiaanimalysalvaje.—Pero este tipo de pistola... —Jay se estaba poniendo nerviosa—. Has

disparadoconunacomoesta,¿verdad?—Sí.—¿Tienesbuenapuntería?—Sí.—¿Inclusoconundedomenos?—Bueno,Jay,bastayadepreguntas...PATAPUM.Unsonidoagudoyneumáticolainterrumpió.La ventana quedó hecha añicos detrás de lamesa que la bloqueaba y unas

cuantasesquirlasseesparcieronpor todoelsuelo.Darbyvioalgo,algoquesemovíaenelhuecodequincecentímetrosquehabíaentrelamesayelmarcodelaventana.Eranaranja, romo,comounanimalgrandeybobodelexteriorqueasomaraelhocicoalinterior.Darbytardóunosinstantesenreconocerquéeraenrealidad.«¡Coño,claro!»ArrojóaJayalsueloyletapólacara.—¡Agáchate,agáchate...!PATAPUM.Elcristaldelamáquinaexpendedoraestallóenunsinfíndegránulos

blancos.LasbolsasdeSkittlesyCheetoscayeronalsuelo.La boca de la remachadora giraba, buscando la posición ideal. Los dos

primerosclavosdeAshleyhabíanidodemasiadoalto,porloqueapuntómejor.Pruebayerror.EraexactamenteelmismohuecoporelqueSandihabíaatisbadoconanterioridad,queahoraseusabacontraellas.—Leodio—susurróDarby, rodando sobre su vientre y apartándose el pelo

oleosodelacara—.Cuántoleodio...—¿Quéestáhaciendo?—Nada.—¿Nosestádisparandoclavos?

Page 273: En La Tormenta

—No pasa nada. —Tiró de la muñeca de Jay para que se incorporara—.Venga,venga....Se deslizaron hasta La Colina del Espresso y se refugiaron detrás del

mostrador de piedra mientras, PUM, PUM, PUM, una acometida de metrallaperforabaelambiente,rebotandoenelsuelo,lasparedesyeltecho.Lacajadebollería quedó hecha añicos. Los vasos de poliestireno brincaron. Una jarraresonó como un gong y golpeó el suelo a su lado y les salpicó agua caliente.Pero elmostrador y los armarios, una entrada de cuarenta y cinco grados, lasprotegíadelaartilleríadirectadeAshley.—¿Lo ves? —Darby dio una palmadita a Jay y miró si estaba herida—.

Estamosbien.—Hasdichoquenonosestabadisparandoclavos...—Sí,bueno,mentí.PUM,PUM.Dos impactosmartillearon en la zona de la pared que tenían por

encimayalgo lehizouncorteaDarbyen lamejilla.Fuecomounapicadadeabejadelaquesalióunchorritodesangrecaliente.SeagachóyprotegióaJaydemás rebotes,poniendo sucuerpodeescudo.Vio lágrimasen losojosde laniña.—No.No,Jay.Nopasanada.Nollores...PUM.UnclavoperforóelhombrodeEdShaefferyretorciósucuerpoenun

rictusdehorrorblandoyJaygritó.Darby sujetaba a la niña, haciendo caso omiso de la raja que tenía en la

mejilla,acariciandoelpelooscurodeJay, intentandodesesperadamentequesemantuvieranunidas.«Oh,Diosmío,yaestá.Estaeslaúltimadosisdeestrésqueescapazdesoportar.Voyacontemplar impotentecómosequeda inmóvilysemuere...»—Porfavor,nollores,Jay.Laniñasollozóconmásfuerza,hiperventilando,resistiéndosealasujeciónde

Darby...—Porfavor,confíaenmí...

Page 274: En La Tormenta

PUM.Unclavodioenunarmarioylassalpicódevirutasdemadera.—Jay, escúchame.Lapolicía está al llegar—dijo—.Sehan retrasado,pero

seguro que vienen. Comprobarán todas las áreas de descanso de la carretera,sobretodolasquetienenunnombrecasi idéntico.Nossalvarán.Solotenemosqueaguantarunoscuantosminutosmás,¿vale?¿Puedesaguantarunoscuantosminutos?Solopalabras.Nadamásquepalabras.Jay seguía sollozando, con los ojos apretados, preparándose para otro grito,

cuando,PUM,lacajaregistradoravolcóyseestrellójuntoaellas;losbotonesdeltecladosedesperdigaronporelsuelocomodientescaídos.Darby sujetaba a la niña de siete años con fuerza entre tanta violencia,

protegiéndolelacaradelametralla,intentandoreducirsupánico.Darbyestabaconvencida de que se había acabado, de que era imposible que el sistemanerviosodeJaysoportaraesetrauma,peroentoncesrecordóunacosa.Afloródeentre sus recuerdos, la voz cálida de sumadre junto al oído: «No pasa nada,Darby.Estásbien.Noeramásqueunapesadilla».«Loúnicoquetienesquehaceres...»—Inhala—dijoalaniña—.Cuentahastacinco.Exhala.PUM. El reloj de Garfield estalló desde la pared y las regó con trozos de

plástico.Darby sacudió los escombrosdel pelode Jay.Le tocó lamejilla y ledijoconvozcalmada:—Inhala.Cuentahastacinco.Exhala.¿Lohacespormí?Jaytomóaire.Contuvolarespiración.Exhaló.—¿Loves?Esfácil.Jayasintió.—Otravez.Volvióatomaraire.Exhaló.—Así.—Darbysonrió—.Siguesrespirandoy...—Daaarby.—Ashley lediounapatadaa lamesa,quecayóconestrépitoal

Page 275: En La Tormenta

suelo, y la superficie se rayó. Unos picos de cristal roto salpicaron desde laventana.Ashleyresoplabamientrasempujaba—.Podríashabersidominovia.Darbysepusode rodillas,mareadaporculpade losvaporesde lagasolina,

apartó los vasos de poliestireno caídos y apuntó la pistola negra de Lars porencimadelmostrador.Alineólamirapintadadeverdeconeldedoenelgatillo.—Nosueloserasí—bramóAshleydesdefuera—.¿Noloentiendes,Darbs?

Noibaamatarte.Nisiquiera...Merefieroaquenisiquierabebonifumo...Jayhizounamueca.—Va...vaaentrar.—Sí.—Darby cerró el ojo derecho y apuntó con la Beretta—.Cuento con

ello.—PodríamoshaberidoaIdaho.Juntos.—Ashleyvolvióadarleunapatadaa

lamesa,haciéndolaavanzarunoscuantoscentímetros,soltandoastillas.Suvozretumbabaenelambientepresurizado—.¿Noloentiendes?PodríamoshaberidoaRathdrum.Podríamoshaberalquiladoelloftquehayencimadelgarajedemitío.Yoharía trabajillosparaFoxContracting.Túseríasmichica,ydejaríamosnuestras ciudades atrás, tú y yo, y te enseñaría el río en el que crecí y elcaballete...—¿Dicelaverdad?—preguntóJay.Darbyexhalóunsuspiro.—Creoquenisiquieraéllosabe.AshleyGarver, unacriaturapatéticaque llevabamuchasmáscaras,yqueni

siquierasabíaquéaspectoteníadebajodeellas.Talvezseleestuvierapartiendoel corazón, inclusomientrasdescubríaque teníauno.O talvezno fueranmásquepalabras.—Podríashabersidomichica—gimió—,perolomandastetodoatomarpor

culo...Darby apuntó con la Beretta mientras la mesa seguía moviéndose. Pero

todavíanopodíadisparar.Tendríaqueesperar.TendríaqueesperaraqueAshley

Page 276: En La Tormenta

Garverresultaravisible,hastaquehicierachirriarlamesahastaunladoysaltaraporencimaatravésdelaventanarota.Entoncesysoloentoncespodría...«No.»Sequedóinmóvil,conelgatilloamedioapretar.Elpercutorhaciaatrás,auna

milésimadesegundodecaer.Seleacababadeocurriralgomás,algohorrible.«No,no,no...»El olor acre de la gasolina, intenso en su lengua. El bidón de combustible

vertidoyasehabíavaciadoporcompletoyhabíaformadounafinacapasobretodo el suelo. El ambiente estaba repleto de vapores, las paredes perladas desudor.«Si disparo la pistola deLars», advirtió con horror renovado, «la explosión

podríaencenderlosvaporesdelaire.»Lareacciónencadenaincendiaríatodalasala.Ahíhabíaquincelitrosvertidos.Elsueloseconvertiríaenunmardefuegoborboteante, como soltar elmayor cóctelmolotov delmundo.No habría ni lamásmínimaoportunidaddeescapatoria.Darby tenía la sudaderaempapadadegasolina, húmeda y adherida al cuerpo. Igual que la parka de Jay. Las dosmoriríanquemadas.Dispararelarmaahíeraunactosuicida.Darbybajólapistola.—Mierda.—Peroencimamatasamihermano.Ashleylepropinóotrapatadaalamesa.Exhalódetalmaneraqueparecióun

aullido de lobo. La mesa se desplazó unos pocos centímetros más y golpeócontraeltobilloflácidodeSandi.Ashleyyacasiteníasitioparacolarseporahí.Darbyestuvoapuntodearrojarlapistoladelorabiosaqueestaba.—Mierda,mierda,mierda...Jayletocóelhombro.—¿Qué?—Yo... —Darby se frotó los ojos para quitarse la sangre, reevaluando la

situación,trazandonuevosplanesaladesesperada—.¿Sabesqué?Daigual.No

Page 277: En La Tormenta

volveráatocarte.TejuroporDios,Jay,quesoytuángeldelaguardayAshleyGarvernuncavolveráahacertedaño,porquelemataré.—Temataréyoati.—Ashleydiootrapatada—.Eresunazorrademierda...Darbyselevantóyselimpiólagasolinadelasmanos.—Escúchame,Jay.Noestamosesperandoalapolicía.Noestamosesperando

que nos rescaten. Llevo esperando toda la puñetera noche y nadie me harescatado. Casi todas las personas en las que he confiado esta noche se hanvueltocontramí.Nosotrassomoselrescate.Dilo,Jay:«Nosotrasnosrescatamossolas».—Nosotrasnosrescatamossolas.—Másfuerte.—Nosotrasnosrescatamossolas.—Jayselevantóconpiernastemblorosas.—¿Puedescorrer?—Creoquesí.¿Porqué?Darbyteníaunaideamás.Decirqueeraunintentodesesperadoeraquedarse

corto.Cogióunpuñadodeservilletasmarronesdelmostradorylasintrodujodecualquier manera en la tostadora de bagels. Bajó el émbolo. Hizo clic, comocuando se cierra la recámara de una pistola y, en el interior, las resistenciascircularesdelatostadoraempezaronacalentarse.Jayobservaba.—¿Quéestáshaciendo?Sabía que tenía diez, veinte segundos quizá, hasta que las resistencias

estuvieranalrojovivo.«Nosrescatamossolasypunto.»Cogióunvasodecafésoloamediobeber,deEd,quizá,fríodesdehacíarato,

y lo engulló enmovimiento, apretando los dedos de Jay y corriendo hacia elbaño.Cogidasdelamano.Corriendohacialaventanadiminuta.—Nopares,Jay.Nopares...—¿Estássegurasdequelosdedosvuelvenacrecer?—Sí.

Page 278: En La Tormenta

Ashley entró a trompicones en la oficina de turismo. Saltó al interiorapoyándose en la mano sana, con cuidado de no cortarse la palma con loscristalesrotos,ytosióporeloloracre.Joder,quéfuerteera.Elbidóndegasolinadebía de haberse vertido y, mezclado con la lejía y el vapor del espray depimientadeSandi,habíacreadounambienterealmentepernicioso.Se frotó los ojos, que le escocían, apuntó la remachadora haciendo un

movimiento de barrido de izquierda a derecha. Primero vio los cuerposdesplomados de Ed y Sandi cerca del mapa de Colorado. Las piernasdespatarradasconla inmodestiaqueprovoca lamuerte.Lasangresemezclabaconlagasolinaformandointensosremolinosenelsuelo.Alladodeellos,suhermanopequeñoLars.«Oh,Lars.»Bocaabajo.Teníalacabezadeladoenunmarrojo,elpelorevuelto,losojos

todavíamedioabiertosysomnolientos.Lagarganta,untajocarnoso.Layugularcortadahastaelhueso;undispensadordecaramelosPezhumano.El chico esqueléticoquehabía llevadoun cascode excedente del ejército y

botas de combate los primeros años de instituto, al que le encantaba la salsarancheraenlascélebreshamburguesasdequesodeFamousStar,quehabíavistoLasbrigadasdelespaciohastaquelacopiaenVHSllenóelreproductordevídeode lazos negros... habíamuerto.Muerto para siempre.Nunca jugaría al nuevoGears of War en la Xbox One. Todo porque se había metido en el plan desecuestro fallido de una conductora de autobús. Porque entre las cerradurascambiadas,lapolicíaylatormentadenieve,lasemanaenterahabíadescarriladodemalamanera.Y,noobstante,todohabríasidomanejabledenoserporDarby.Darbs. Darbo. Esa fierecilla pelirroja de la universidad de Colorado en

Boulderquehabíaforzadolacerraduradesucocheconuncordóndezapatos,nadamásynadamenos,quehabíaproporcionadounanavajaaJayycambiado

Page 279: En La Tormenta

el rumbo de una noche ya de por sí volátil de manera irreversible. Ashleysospechabaque toda suvidahabía idoencaminadaa esaconfrontación.LadeDarbytambién.Ellaerasudestinoyéleldeella.Enununiversomejor,talvezsehabríacasadoconella.Peroeneste,tendría

quematarla.Y,desgraciadamente,tendríaquehacerledaño.«Oh,Lars,Lars,Lars.»«Mevengaréporesto.»«Teloprometo,me...»Oyó un zumbido a su derecha y giró en redondo, apuntando con la

remachadora,esperandoveraDarbyyaJaybirdagazapadasdetrásdelpuestodecafé.PeroLaColinadelEspressoestabavacía.Acribilladadeclavos,goteandogasolina, hechaundesastre por culpade losvasos caídosy los fragmentosdeplástico,perovacía.Noestabanallí.Sediocuentadequelatostadoraestabarepletadeservilletasmarrones.¿Eraelruidoquehabíaoído?Unanubedehumogrisformabavolutasdesdelasresistenciasalrojovivode

latostadora.Emitíauncrepitarmientraslasservilletassequemaban.Ashleysepasó la lengua por el labio superior y notó el sabor del vapor de la gasolina.Entoncesleencontrósentidoatodo.«Oh,vengaya...»

Unaboladefuegoentróatodavelocidadporlaventanarectangulardelbañoy empujó una ráfaga abrasadora de aire presurizado. Darby saltó al exteriormedio segundo antes del estallido y rebotó en una mesa de picnic antes deaterrizarconfuerzaenelsuelo,porloquesetorcióeltobilloizquierdo.Notóunplophorripilante.Jay,queibaunospasospordelante,sevolvió.—¡Darby!—Estoybien.

Page 280: En La Tormenta

Pero sabía que no era cierto.Notaba un palpitar ultradoloroso en el tobillo.Losdedosseleentumecieronalinstante;sentíaunintensohormigueodentrodelazapatilla,comodedosinvisiblesquelepellizcaranlosnervios...—¿Puedesandar?—Estoybien—repitió.Otralenguadefuegobramóatravésdelaventanarota

porencimadeellayahogósuvoz.Unacortinadeairecalientelehizocaerderodillasenlanieve.Laoficinadeturismoquedóenvueltaenllamasdetrásdeellas,laslenguasde

fuegoarrojabanunacolumnadehumosucio.Ascendíanhaciaelcieloformandounremolinofuribundodeascuasresplandecientes.Laenvergaduraycercaníadelfuego resultaban abrumadoras. Un calor pavoroso a su espalda, la succiónaulladoradelairedevorado.Eloloracarbóndelfuegovivo.Lanieveseiluminóconunaluzanaranjadacomosifueradedíaylosárbolesproyectaronsombrashuesudas.Jaylacogiódelamanoconfuerza.—Venga,levántate.Darbyvolvióaintentarlo,peroeltobilloseledoblóinertebajosupeso.Otra

ráfagadedolormareante.Avanzórenqueando.—¿Estámuerto?—preguntóJay.—Nocuentesconello.—¿Quéquieresdecir?—Quierodecirqueno.Darby se sacó la pistola de Lars de los vaqueros.No estaba segura de que

Ashley estuviera en el interior del edificio cuando se había declarado elincendio,peroconfióenquesuboladefuegoinesperadalehubieraquemadolascejaspor lomenos.Pero¿muerto?No.Noestabamuertoporquetodavíanolohabíamatado.Darbydescansaríacuandolehubieradisparadolabalarobadadecalibre45ensusonrientecaradesatisfacción.Noantes.—Esperoquelehayaspillado—dijoJaymientraselinfiernoseagrandabaa

Page 281: En La Tormenta

sus espaldas y convertía elmundo en un lugar neblinoso por culpa del humobajo.Lalunahabíadesaparecido.Losárbolessehabíanconvertidoenfantasmasde

silueta recortada contra la niebla iluminada por el fuego. El Gran Diablomantenía la silueta ennegrecidamientras ardía, una jaula de fuego envolventealrededordeunepicentrodecalorquepartíaloshuesos.Yentonceslasascuasresplandecientesdescendieroncomoluciérnagasdesde

laoscuridadyrociaronlanievequerodeabaaDarbyyaJay.Chisporroteabanencontacto con la nieve, cientos demeteoros diminutos quedespedían soplos devapor.Demasiadorápidoparaadelantarlos.—Jay,quítateelabrigo.—¿Porqué?—Porquetienegasolina.—DarbysequitósusudaderadeArtWalkylaarrojó

alanieve.Alcabodeunossegundos,unachispalaalcanzóyemitióunasllamasdecolornaranjaazulado,comounahoguera.Jaylovioysequitóelabrigoenseguida.—¿Loves?Yatelodije.Lescayeronmásascuasencima,másluciérnagasarrastradasporelviento,y

Darby siguió a Jaydandopaso tras paso congrandolor.Nopodía parar.Aúnteníaelpeloempapadodegasolina.Bastabaconunachispadescarriada.Habíallegadodemasiadolejosyluchadocondemasiadoempeñoesanochecomoparamorirporculpadeunaputachispa.Seapartóunmechónhúmedodelacara.—Elaparcamiento.NosmeteremosenBlue...—¿QuéesBlue?—Micoche.—¿Lehaspuestonombrealcoche?—Pondréelmotorenmarchaparaquenopasesfrío.Y...—Darbyperdióel

hilomientrascaminabanextenuadasenlaoscuridadllenadehumo,sinpermitirqueel siguientepensamientoescaparade sus labios:«Ymientras tú tequedas

Page 282: En La Tormenta

sentadaenelasientodelpasajerodeBlue,yoiréabuscaraAshleyylepegaréuntiroenlacara».«Yacabaréconesto,deunavezportodas.»Jay giró el cuello para observar las llamas furibundas por encima de su

hombro mientras corría, como si esperara que Ashley apareciera entre eldestrozo.—Tú...matasteasuhermano.—Sí,esverdad.Darby todavía no lo había acabado de asimilar: sí, hoy habíamatado a una

persona.Habíaapuñaladoaotroserhumanoenelcuello,lehabíarotoeldedoyel pómulo y le había cortado el cuello. Por gastada y mellada que estuviese,aquellanavajasuizahabíaentradotanbiencomosicortarauntrozodecarne(locual,estrictamentehablando,eraloquehabíahecho).Unasuntosucioyfunesto.Yantesdequeacabaralanochesabíaquetendríaquemataraotrapersonamás.Jaysepusonerviosa.—Quieremuchoasuhermano.—«Quería»,tiempopasado.—Novaaestarmuycontentocontigo...—Yo...—Darbyseahogóalsoltarunarisaronca—.Creoqueelbarcoyaha

zarpado,Jay.«Unomás.»«YahematadoaBeavis.SolomequedaButthead.»Cincuenta metros más atrás, el edificio del Gran Diablo gemía como un

monstruo que se revuelve en sueños. Las costillas ennegrecidas crujían yestallaban en el interior de la tormenta de fuego. La nieve derretida caía deltejadoyformabaunanubedevaporardiente.«Entonces...entoncesporfinpodrédescansar.»Habían llegado a los Niños de Pesadilla, esa docena aproximada de niños

mordisqueados y congelados durante un instante de juego apocalíptico,

Page 283: En La Tormenta

enterradoshasta la cintura en lanieve, cuando Jay sedetuvo señalandocolinaabajoypinchándolaconeldedo.—¡Mira,mira,mira!DarbyselimpiólasangredeLarsdelosojosytambiénlovio.Faros.AcercándosealcarrildeentradadeláreadedescansodeWanapanidesde la

carretera.Unaslucesgrandes,detamañoindustrial,porencimadeunamatrículacurvayplateadaquedibujabaunarcodeesquirlasdehieloretroiluminadas.PorfinllegabalaprimeraquitanievesdelCDOT.Jaymiróentrecerrandolosojos.—¿Es...esparanosotras?—Sí,esparanosotras.Aquella visión tranquilizó a Darby y le hizo pensar que el mundo exterior

seguía existiendo. Seguía estando allí, era real, estaba habitado por personashonestasquepodíanayudary,portodoslossantos,casihabíaconseguidosalirdeesapesadillaferozysanguinaria.EstabaapuntoderescataraJay.Apunto.Le fallaron las rodillas y cayó hasta quedar agachada en el suelo. Estaba

llorandoyriendoalavez.Surostroeraunamáscaratensa,ylacicatrizresultabatanvisiblecomounavallapublicitaria.Ledabaigual.Ahoraestabamuycerca.Observó cómo las luces amarillas flotaban acercándose en la oscuridad, comolinternasgemelas.Oyóeltraqueteodeunmotor.—Gracias,Diosmío.Oh,gracias,Diosmío...Había perdido el teléfono, pero sabía que eran casi las seis de la mañana.

Hacíanuevehorasquehabíaencontradoaesaniñaencerradaenunajaulaparaperros,apestandoaorina,enunmonovolumendesatendido.Alcabodeunahorasaldríaelsol.«Losequiposdemantenimientoviariohanvenidoantesdeloprevisto.»«Oesquehanrecibidoalgunaordenespecialdelapolicía,talvez,envistade

unmisteriosoSMSrelacionadoconunáreadedescansodenombresimilar...»—Darby.—Jaylasujetóporlamuñecaalzandolavozpresadelpánico.

Page 284: En La Tormenta

—¿Qué?—Leveo.Nosestásiguiendo.

Page 285: En La Tormenta

05.44h

—Daaaaarby.Sí, Ashley Garver las seguía, una sombra recortada contra el resplandor

clamoroso.Ahorallevabalaremachadoraenlamanoizquierda.Teníaladerechaherida,encajadabajolaaxila.Ibaunoscincuentametrospordetrásdeellas:eraunafiguradesastrosaconlaropaqueapestabaahumo,yalzólamanosanaparalimpiarselaboca.Ashleyestabademasiadolejosparadisparar.LapunteríadeDarbyerademasiadoinciertaynopodíadesperdiciarsuúnica

bala.Asípues,ocultólapistolaenlazonalumbar,mientraslaluzdelosfarosseintensificabaamedidaquelaquitanievesseacercabaresollando.Un asesino que se les acercaba por detrás y la ayuda de una persona

desconocidapordelante;deberíadehaberresultadounaelecciónfácil.Jaytiródeella.—Vamos...Y,enciertomodo,sediocuentadeque...seguíasiéndolo.—Darby,vamos.Tenemosquecorrer...—No.—¿Cómo?Darbyasintióendirecciónasutobillo.—Loúnicoqueconseguiréseráserunestorbo.Corretú.Jayadoptóunaexpresiónasustada.—¿Cómo?No...—Jay, escúchame. Tengo que pararle los pies. No puedo correr. Llevo

huyendodeéltodalanoche,todalaputanoche,yestoyharta.

Page 286: En La Tormenta

Los faros ganaron en brillo y abrieron vías entre la niebla y el humo,proyectandosombrasinhóspitasenlanieveresplandeciente.ADarbyleprovocóescozorenlosojos.Detrás,lasombradeAshleyGarversetambaleabacadavezmás cerca, a apenas veinte pasos ahora. Pero seguía sin ser lo bastante cerca.SujetólaBerettaconmásfuerza.—Tienesquecorrer.—No.—Corre—gritóDarby,conhumoenlagarganta—.Correhacialosfaros.Y

dile al conductor que dé media vuelta a la quitanieves y que te lleve a unhospital.Laempujóhaciadelante,peroJayseresistió.Laniñagritó,clavólospiesen

elsuelo,intentógolpearaDarbyenelhombro,perotodoacabóconvertidoenunabrazo. Un abrazo tembloroso y doloroso bajo unas luces cada vez másintensas...—Volveré —susurró Darby entre el cabello de la niña, y la meció—. Lo

mataréyluegovolverécontigo.—Prométemelo.—Teloprometo,Jay.—Estásmintiendootravez...—Te lo juro por el dedomeñique—dijo alzando lamanoderecha envuelta

concintaaislante.Jayhizounamueca.—Notienegracia.Algocortóelaireporencimadesuscabezasytiródeunmechóndepelode

Darby.Loprimeroque levinoa lacabeza fue«metralla»,pero lopensóbien.Era un clavo, un proyectil de acero que le pasó rozando el cuero cabelludo.Ashley arrastraba los pies en dirección a ellas, pero continuaba sin estar lobastantecercacomoparaqueDarbyarriesgarasuúnicabala.Todavíano.Apartóalaniña,endirecciónalosfaros.

Page 287: En La Tormenta

—Ahoracorre.JamieNissendiodospasostemblorososenlanieveymiróhaciaatrásconlos

ojosinundadosdelágrimasardientes.—Nofalles.—Nopiensofallar—dijoDarby.EntoncessevolvióparasituarsefrenteaAshley.«Nopiensofallar.»

Ashley se quedó perplejo al ver que se separaban: Jaybird corría hacia laquitanievesqueseacercabayDarbydiomediavueltaparaencararseaél.Ahoraestabanaveintepasosdedistancia.El puño derecho de Ashley palpitaba de dolor, como si lo tuviera lleno de

gravilla.Notabatensalapieldelasmejillasylafrenteylecosquilleaba,comoquemadaporelsol.Teníaloslabiosagrietados,partidos,ylesupurabanhaciaelmentón.Apestaba apiel ypeloquemados, despedíaunolordensoygrasientoque formaba volutas de humo. Su anorakNorth Face se le había derretido deformaextrañaenlaespaldaycolgabanunoshilosfundidos.Pero,joder,estabavivo.Nohabíadescansoparalosmalvados,¿verdad?Yesa

noche se sentía jodidamentemalvado. Le había partido el cuello a unamujersolo con las manos y había matado a un hombre inocente acribillándolo conclavos.SeríaunmaterialfabulosoparauncapítulodeForensicFiles.Parahacertodo esoy luego lanzarse por unaventanadeun edifico enplena explosiónysufrirsoloquemadurasdesegundogradohabíaquetenerunasuertedemoníaca.Latostadahabíavueltoacaerconlamermeladahaciaarriba,sinduda.EntoncessediocuentadequeDarbyse leacercabacojeando.Sealejabade

las luces brillantes que denotaban seguridad. Se alejaba de toda esperanza deescapar.Ibahaciaél.Contuvounarisaquesonóaladrido.Talvez...talvezsehabíavueltounpoco

Page 288: En La Tormenta

loca,también,enaquellanocheconvertidaenunaollaapresión.Nolaculpaba.Ni siquiera estaba convencido de poder odiarla; su cerebro era un subidónpotentedeglucosa,uncócteldesentimientosconfusoshaciaaquellazorratenaz.Pero dejando de lado los sentimientos, todavía tenía quemostrarle una tarjetaroja por habermatado a su hermanopequeño, así que alzó la remachadora endirecciónaDarby,entrecerrólosojosparaverentreelhumocalienteydisparódenuevo.Unclichueco.«¿Qué?»Volvióaapretarelgatillo...Otroclic.Sequedóhorrorizadoalverquelaluz

delabateríadelaPaslodeemitíaunparpadeorojoapremiante.Descargadaporelfrío.Alfinal,alfinalhabíaocurrido.—Oh,mierda...Alzólavistadenuevo.Darbyseguíaacercándosele,aproximándoseaélcomo

suángelde lamuerteparticular, cojeando,peroconunacalmasobrecogedora,inhumana. Y se dio cuenta de otra cosa. Llevaba algo en la mano que sebalanceabaasulado,quequedabaocultodetrásdelacadera,unasiluetaangular,entrevista...LaBerettadeLars.«No.»Seledisparatólamente.«No,esimposible...»

Jaycorrióhacialosfarosagitandolosbrazos.El quitanieves paró, las enormes ruedas quedaron inmovilizadas, patinaron

haciaunladocuandolosfrenosneumáticosemitieronunchirridoagudo.Quedórodeadaporlaluz,queiluminólanieveasuspies,másbrillantequelaluzdeldía.Noveíanadamás.Soloesosdossolesgemelos,desmesurados.Gritó...algoquenovolveríaarecordar.Elmotoremitióunaespeciederesoplido.Lapuertadelacabinaseabrió.El

Page 289: En La Tormenta

conductor eramayorque supadre, llevababarba, unagorrade losRedSoxyteníabarrigacervecera.Saltóycorrióhaciaella,sinaliento,ygritóalgo.Ellatambiénsehabíaquedadosinalientoyhabíacaídoderodillasenlanieve.

Éllaalcanzó,unasombranegraquedabafuertespisadasenloshacesdeluz,yelmotordelaquitanievesemitióotroresoplido.Comoeldelpastoralemándesutía.Elhombrelacogióporloshombros,acercósurostropeludoaldeellay,conunalientoqueapestabaaDrPeeper,laacribillóapreguntas.—¿Estásbien?Jaysehabíaquedadosinrespiración.Nopodíahablar.—¿Quéhapasado?Colina arriba, el tejadode laoficinade turismo sehundiópor efectode las

llamas, fueunestruendodemaderadevastadorque lanzómás luciérnagasa lanoche. El hombre alzó la vista hacia él y luego volvió a mirar a la niña,poniéndolesusmanosásperasenlasmejillas.—Ahoraestásasalvo...Jay quería hablarle deAshley, deDarby, de la remachadora, de la batalla a

vida o muerte que se producía a poca distancia más arriba. Pero no teníapalabras.Noeracapazdeordenarningúnpensamiento.Volvíaatenerlamentecomounagelatina.Empezóallorardenuevoyéllaestrechóensusbrazosylameció,yelmundosevinoabajo.Élsepusoasusurrarle,comosifuerauncántico:—Estásasalvo.Estásasalvo.Estásasalvo...«Darby»,queríadecirJay.«Darbynoestáasalvo...»Yentonceslovio...Unapalpitaciónrojayazuliluminólosárboles.Detrásde

laquitanieves,paradoconelparachoques tocandoelvehículo,habíauncochepatrulla. Gracias al brillo de los faros traseros del camión, leyó el rótulo dellateraldelapuerta.

PATRULLAVIARIA.

Page 290: En La Tormenta

AshleyGarvercorríacomoalmaquellevaeldiablo.«Imposible.Hecontadolosdisparos.»«LaBerettaestávacía.»Selorepitióunayotravez,peroaunasínoeralobastantevalienteparadarse

la vuelta y airear el farol deDarby. En vez de hacerlo, volvió corriendo a suAstroaparcado,dondesabíaquehabíadejadounasegundabateríatraqueteandoen el interior de la caja de la Paslode. Por lo menos podía recargar laremachadorayluegodecidircómolidiarconlanuevasituación.Tropezó con un montículo de nieve, e hizo una mueca de dolor ante la

perspectivaderecibirundisparoyunabalaenlacolumnaquenuncaloalcanzó.LlegóalAstro.Noestabacerradocon llave.Abrió lapuerta.Rebuscóenel

interior, palpódebajodel asientodelpasajero,derribó la estúpidamaquetadelavión A10Warthog del salpicadero y abrió la caja rígida de la Paslode. Dospestillosquecorrercondedostemblorosos.Había oído que Lars disparaba cuatro tiros durante la refriega. Estaba

convencido de eso. Uno, dos, tres, cuatro. Más los cinco tiros que habíadisparadoalafurgonetadeSandi,sumabannueve.LaBerettaconteníaochoenel cartucho individualmás uno en la recámara. ¿Cómo era posible queDarbyhubieraencontradootrocartuchodelcalibre45?Enelsuelodelmonovolumen,quizá; recordó que Lars había abierto la caja de Federal boca abajo y habíadejadocaercincuentabalasquerepiquetearonporelsuelo...Alfinalabriólacajaconrapidez.Latapagolpeócontralaguantera.Laprimeracajadebateríasestabavacía,asíquecogióotra.Arrancólacinta.

La dejó caer en su palma. Abrió el panel de la trampilla, extrajo la bateríagastada...Sequedópetrificado.Nohabíaoídonadapero,dealgunamanera,losabía.Algoqueteníaquever

conlamaneracomoselehabíaerizadoelvellodelcuello,comoporefectodelaelectricidadestática...«Estádetrásdemí.»

Page 291: En La Tormenta

«Ahoramismo.»Sevolviópocoapoco,muypocoapocoy,efectivamente,ahíestabaDarby.Lehabíaalcanzado,depieantelapuertadelconductordelAstroabierta.Le

apuntaba sujetando la Beretta Cougar con las manos entrelazadas. Habíaregalado esa pistola a Lars hacía seismeses y ahora le apuntaban con ella alcorazón. Increíble de cojones. Ahí estaba ella, la chica que había intentadoestrangularconunabolsadeZiplochacíaseishoras,enunintentodevengarse.Unángeldelamuertedenuevededosyalasnegras.Estabaahíporél,empapadadesangredesuhermano,conlapielsudorosaresplandecienteporelfuego.—¿QuéibaisahacerleaJay?—preguntóDarby—.Dímelo.—¿Qué?¿Enserio?Darbyapuntómásarriba,pasandodelpechoalacara.—Enserio.—Vale.—Ashleyseacomodóenelasientodelpasajeroconlaremachadora

escondidadetrásdelaespalda—.Solo...¿Sabesqué?Bueno.¿Loquieressaber?No tiene nada de especial. Tenemos un tío ahí arriba en Idaho, le llamamosGordoKenny,quedijoquemedaríadiezmildólaresporunaniñasana,máseldiez por ciento.Lleva una pequeña red en el refugio para ciclones de su casaparaalgunoscamionerosdefueradelestado.Tiposgrandesquellevantráilereslargos, jornadasdeveinticuatrohoras, lejosde susesposas, tíoscon... eh...,yasabes.Apetito.Darbynoparpadeó.SiguióapuntándoleconlaBerettaylacicatrizblancase

lemarcóenelentrecejo.Curvada,comounahoz.—Sí,esunaguarradaynoeslomío,peronecesitabarecuperarmedealguna

manera. —Ashley seguía hablando, ganando tiempo, mientras con la manoderechabuscabaellugardondeseinsertabalabateríaderecambiodelaPaslode.Entonceslacargaríaysorprenderíaaesazorraconunclavoenlacara—.Oseaque sí, te mentí, Darbs, cuando te prometí que no era un asunto de sexo. Sesuponíaqueibaaserunsecuestroypunto,peroentonceslapolicíasospechóde

Page 292: En La Tormenta

Sandi y tuve que cambiar el plan, y ahora es un tema definitivamente,absolutamente,unmillónporcientountemadesexo,ylosiento.Asuespalda,tocólabateríadelaPaslodeconlayemadelosdedos,aciegas

—«Ahíestá»—,ycerrólamanoasualrededor.—¿Cómosellama?—preguntóDarby.—KennyGarver.—¿Dóndevive?—EnRathdrum.—Dirección.—BlackLakeRoad912.—Ashleydeslizó labateríaen la remachadoracon

suavidad para queDarby no oyera el clic.Notó su propia sonrisa, a pesar deestarapuntadepistola.Sujetólaremachadoradetrásdelaespalda,preparándosepara levantarla y disparar—. Quiero decir, joder, me has pillado, Darbs. Túganas. Me rindo. Vamos a jugar una ronda de la hora del corro mientrasesperamosaquelapolicía...—Nadadeeso—dijoDarbymientrasapretabaelgatillo.CRAC.

Page 293: En La Tormenta

06.01h

Ashleydiounrespingoaloíreldisparo.Noesperabaestarvivoparaoírlo;sesuponequenooyeselquetemata.Perolohabíaoído.Ysí,estabavivo.¿Quéhabíaocurrido?Darby vacilaba al otro lado de la puerta del conductor del Astro,

tambaleándose en silencio y conmocionada. Bajó la Beretta de Lars ymiró aAshleyconunaexpresióndeintensoterrorenelrostro.Fueentoncescuandoéllo vio, justo debajo de la clavícula de ella. En la camiseta negra. Un círculoviscosoqueseibaagrandando.Sangre.—¡Hedichoquelasueltes!Movimientoporelretrovisorlateral.Ashleysediolavueltayvioaunguarda

forestal,unpolicía,oayudantedelsheriff,oloquefuera,depiedetrásdelAstro,con una mano en el faro trasero, recuperando el aliento con un sombrero deSmokyBearyapuntándoleconunaGlock.Volvióagritar.—¡Suéltala,chica!Darbygiróen redondoparasituarsedecaraalpolicía,moviendo los labios.

Intentabahablar.Acontinuación,laBerettaCougarcayóalanieve,sindisparar,y le fallaron las rodillas.Yasí,de repente, la ingeniosa, rudimentaria,valienteDarby Thorne se desplomó como una bolsa de basura en el aparcamientonevado.Ashleysequedóboquiabierto.«Imposible.»«Jodidamenteincreíble.»

Page 294: En La Tormenta

«Estoesalucinante.»—Notemuevas—ordenóelagente,sujetandolaradioquellevabaalhombro

—.Disparo,disparo.Diez,cincuenta,dos...Repantigándose en el asiento, Ashley ató cabos: el policía había llegado

alertado por el fuego y, como es natural, lo primero que aquel agente paletohabíavistoeraaDarby,ensangrentadayblandiendounapistola,persiguiendoauna víctima indefensa antes de acorralarla en el interior de unmonovolumen,mediosegundoantesdedispararle.Asípues,eseCapitánAméricadepacotillanoteníaotraopciónapartededisparar.Teníaquedispararle.Asísonlascosas,yasabes.Yresultabaperfecto.Deunaperfecciónasombrosa.Elmomento, la auténticamala suerte.Sí señor, siemprehabía sidoespecial.

Ahí obraban unas fuerzas sobrenaturales. Así era como un verdadero hombremágicoeludíasercapturado.Elpolicíaselesacercóconelarmaalzada,apartólaBerettadeDarbydeun

puntapiéylejuntólasmanosalaespaldaparaesposarla.Eraunbruto.Letiródelos codos hacia arriba como si fueran alas de pollo, pero a juzgar por el casimediolitrodesangrequecalentabalanieve,ellayaestabatomandounbrunchconladamadelaguadaña.Lasesposasseabrieronconunchasquidometálicoy,graciasalresplandordelasllamas,Ashleyleyóelnombrequeelagentellevababordado:CABORONHILL.Elpolicíaalzólavista.—Caballero,enséñemelasmanos...—Porsupuesto.—Ashleyalzólaremachadora.PUM,PUM.

Page 295: En La Tormenta

AMANECER

Page 296: En La Tormenta

06.15h

Ashley Garver silbaba White Christmas de Bing Crosby mientras seapoderabadelaGlock17,deunaTaseramarillochillónydelbastónpolicialdelcaboHill.Rebuscótambiénenelbilleterodelpolicíayseembolsódosbilletesdeveinteyunodediez,altiempoquesefijóenquelaesposadeltíoparecíaunaauténticacabraloca.El agente de la patrulla viaria había soltado una serie de disparos de forma

refleja mientras caía: había destrozado la ventana del pasajero de detrás deAshley,practicadounagujeroeneltechodelAstroyhabíalanzadounoscuantostirosmásal cielo.Parecíaqueunabala lehabía rozado lamejillaporquenotóqueselehabíaabiertounarajaenlapartesuperiordelpómulo.Oquizánofueramásquepielquemadaqueselehabíaagrietadoencontactoconelairealpino.Fuera como fuese, qué suerte la suya. Lamermelada en la parte de arriba,

desdeluego.Ashleydecidióquelosiguienteseríamataralconductordelquitanieves.Ese

camióndiéseldegranenvergaduraeracomountapónquecerrabaelaccesoalaparcamientodeláreadedescanso.LuegosortearíalosobstáculoscondestrezaenelAstroysaldríadelputoColoradoantesdeque llegaran los refuerzosdelcaboHill.Aunque...«Joder,quevengan.»Ashleypodíacontodos.Recorrió el largo aparcamientomientras la oficina de turismo deWanapani

ardíaysedesplomabadetrásdeél,acercándosealosfarosdelcamiónparado.Elcieloadoptabauntonopeltre,ungrisqueseibaencendiendomientraselsolsepreparabaparaasomarporelhorizonte,ycomprobólamuniciónquequedabaen

Page 297: En La Tormenta

laGlockdelpolicía.Aquelloscartuchosteníanmuescasenlaparteposteriorconnumeritos, para ver con facilidad cuántas balas quedaban. Vio por lo menosnueve.MásunsegundocartuchocompletoquelehabíaquitadoalcaboHilldelcinturón.Locargó,porsiacaso.Entoncessesituóenlaestelacegadoradelosfarosdelcamiónyseprotegióla

cara.EscondiólaGlockenelbolsillodelanorak,dondecabíaperfectamente.Noveíaatravésdelparabrisasdelaquitanieves,demasiadooscuro,perolapuertanaranja del conductor todavía estaba medio abierta y llevaba las siglas CDOTestarcidasenellateral.—¡Eh!—gritó—.¡Esseguro!Silencio.Sehumedecióloslabios.—ElcaboHill... eh...meenvióparadecirleque la escenaes segura,que la

situaciónestábajocontrol.Hadisparadoalasecuestradora.Ahoranecesitaquetransmitas un mensaje a los demás vehículos por la frecuencia deradioaficionados.Otrosilencioprolongado.Actoseguido,porfinlapuertacrujióyseasomóunrostrodesaliñado,quese

pusodepieenelreposapiés.—Yahellamadoyhandichoque...AshleyapuntólaGlock.CRAC.Laventanaestalló.Fallóporlospelos,peroelhombredetodosmodoscayó

deculoenlanieve.LagorradelosRedSoxacabóenelsuelo.Ashleyrodeólosfarosprotegiéndoselosojos.Elconductorsedesplomósobreelvientre,lostrozosdecristalcrujíanbajosu

peso.Sepusoenpiecomopudoyalcanzólapuertaabiertaparaimpulsarsedenuevoalinterior,CRAC,peroAshleyledisparóenelbrazo.Elhombregritóconvozronca.Ashleycerrólapuertadeunapalmada.—Caballero,nopasanada.

Page 298: En La Tormenta

—Nome mates.—El hombre se arrastró hacia un lado apoyándose en uncodoysujetándoselamuñeca.Lasangrecaliente lechorreabaentre losdedos,manchaba lanieveydejóun rastro rojo—.Por favor,cielos,por favor,nomemates...Ashleyleseguía.—Porfavor,no,no...—Dejademoverte.Yaestábien.Notemataré—dijoAshleyapoyandoelpie

en la espalda carnosa del hombre para inmovilizarlo—. Deja de oponerresistencia.Todovabien,teloprometo.—Mientraslodecía,presionólaGlock17contralanucadelhombre.Apretóelgatillo...peronohastaelfondo.Denuevohabíatenidolamismasensación.Esacuriosaelectricidad.Habíaalguiendetrásdeél.«¿Yahoraqué?»Se volvió,medio esperando ver el fantasma desriñonado deDarby Thorne,

dispuestaaejercersuvenganzasangrienta,perolasiluetaqueestabadetrásdeéleramásbajaypequeña.EraJay.LainofensivaJaybird,consucamisetarojadePokéBall, apuntode ser testigodeotro asesinato.Para ser sinceros, sehabíaolvidadototalmentedeella.Perosí,aunqueLarsestuvierafueradecirculación,seguía teniendo que entregársela al Gordo Kenny, y cobrar una cantidadconsiderablemientraslaniñadurara...Jayteníaalgoenlamano.EnunprincipiopensóqueeraelespraydepimientadeSandi.Peroentonceslaniñadesieteañosloalzóyenélsereflejóundestellodeluz

del fuego y Ashley se dio cuenta horrorizado y con un sobresalto de que setratabadealgomuchopeor:eralaBerettadeLars.DebíadehaberlacogidodelanieveenrojecidaquerodeabaelcuerpodeDarbycuandoélnomirabayahoraestabaahí,entrelosdeditostemblorososdeJaybird.Apuntándoleaél.Denuevo.Gimió.

Page 299: En La Tormenta

—Oh,vengaya...CRAC.

Page 300: En La Tormenta

06.22h

Ashley Garver volvió a estremecerse. De nuevo le resonaron los tímpanoscomorespuestaaundisparoquenuncahabíaesperadooír.Abriólosojos.Jayseguíaahídepiejuntoalaquitanieves,conlosojosbien

abiertos por el miedo. La Beretta con la corredera bloqueada en sus dedosblancos.Emitióunhumosucioqueformóvolutascontralaluzdelosfaros.Eloloracarbóndelapólvoraquemada.Habíaerradoeltiro.Ashleysediounapalmaditaenelestómagoyenelpecho,másquenadapara

asegurarse. No había sangre, ni opresión, ni dolor. Tenía bien el torso y lasextremidades.Se dio cuenta de que, efectivamente, Jay había fallado, desde unmetro de

distancia.A la niña le temblaba la mandíbula. Volvió a apuntar la semiautomática e

intentódisparardenuevo,peroelgatilloyanooponíaresistencia.Nisiquieraunclic.Elarmaestabavacía.Daba igualdedóndehabíaconseguidosacarDarbyaquelmilagrosocartuchoextra,porquehabíapasadosilbandosinrozarlaorejadeAshleyyhabíaacabadoaterrizandoenalgúnlugarentrelosabetoshelados.Habíadesaparecido,suúltimabocanadadeesperanza,yAshleyseguíaconvida.«¿Acasosoyinmortal?»Quésombríamentedivertidohabíasidotodo.La bola de fuego que lo lanzó por la ventana y solo le causó quemaduras

leves.Elpolicíaquehabía llegadoy,de formamilagrosa,habíadisparadoa lapersonaequivocadaenelmomentopreciso.¡Yahoraeso!LapequeñaJaybirdlehabía tenido en el punto de mira, a quemarropa, pero había fallado de todos

Page 301: En La Tormenta

modos.Sutostadahabíacaídootravezconlamermeladahaciaarriba.¡Contratodopronóstico!Reprimióunacarcajadasiniestra.Todasuvidahabíaestadoprotegido,aislado

delasconsecuenciasporunafuerzagenerosaydesconocida.Porejemplo,habíanacidoconelaspectofísicoylaastuciadeundepredadorqueLarsnuncahabíatenido. La forma como su padre había perdido la chaveta por culpa delAlzheimerjustoatiempodetraspasarselasriendasdeFoxContracting.Inclusoatrapado en las entrañas de una mina de Chink’s Drop, había sido rescatadograciasalasuertemásciegaytontaposible,yloshuesosdelpulgarselehabíansoldadoalaperfección,contraelpronósticodelmédico.Síseñor,habíallegadoa convertirse enunhombremágico, seguro, y no cabía lamenor dudadequeestabadestinadoagrandeslogros.¿Cuángrandes?Joder,quizáalgúndíallegaraalapresidencia.Nopudocontenerse;serio...pero,cosarara,nooyósurisa.Solounzumbido

enlosoídos.Siseparabaapensarlo,nisiquieraestabasegurodeestarmoviendolacara.—Buendisparo,Jaybird—intentódecir.Ningúnsonido.Jay bajó la Beretta. Entonces la vio sorprendentemente tranquila,

observándole,mirándoleconsuspequeñosojosazules.Noconterror,no,yano,sinoconcuriosidad.«¿Quécoño?»Ashleyintentóvolverahablar,estavezmásdespacio,moviendolalenguacon

cuidado.—Buentiro,Jaybird—dijo.Le salió como un único gruñido en forma de sílaba, pronunciado con

dificultadporsuslabiosanestesiados.Erasuvoz,sí,procedíadesuspulmonesytráquea,perosalíaconunretrasobabosoquenoreconocía.Eralasensaciónmásaterradoraquehabíatenidojamás.

Page 302: En La Tormenta

Entoncesempezóaverborroso.PrimeroJayseconvirtióenunamanchayluegolaviodoble.Entonceshabía

dos Jaybird que le devolvían la mirada y ambas bajaron sendas copias de lapistolaquelohabíamatado.Unahumedadcálidaleserpenteóporlacarayleprodujouncosquilleoenla

mejilla.Unolor extraño le llegó a labasedel cerebro, densoy amargo, comoplumasquemadas.Estabaenfurecido,temblabaderabiaeintentódeciralgomás,maldecir a Jay, amenazarla con una tarjeta roja, levantar el arma que le habíaquitadoalpolicíayhacerlacallarparasiempre,peroyaselehabíacaídodeentrelos dedos.Para su profundohorror, había olvidado cómo se llamaba.Recordóalgo...algoacabadoen«eno».¿Era«lleno»?¿«Relleno»?¿«Calcetínrelleno»?»Yanoestabasegurodenadaylaspalabrassemarchitaronycayeroncomohojassecas e intentó cogerlas con desesperación, alguna de ellas, y solo consiguiópillaruna...—Socorro...Brotócomoungemidoirreconocible.Actoseguido,elmundoseinvirtió:elcieloqueseibaaclarandopasóaestar

debajo,altiempoqueAshleycambiabadeinclinaciónylanievelequedabaalaespalda.Lapistolaestabaenalgúnpuntoa suderecha,peroestabademasiadopastosoparaalcanzarla.Nisiquieraeraconscientedehaberaterrizado,porque,en sus pensamientos fragmentados, Ashley Garver seguía volando, seguíaimpotente,seguíacayendo,cayendo,cayendo...

—Darby,seacabó.Ella también estaba cayendo cuando oyó la voz de la niña y la apresó. La

mantuvounidaalmundocomounacorreafina.AbriólosojosencostradosyviolasombradeJayencorvadacontraunvastocielogris.—Darby,seacabó.Hecogido tupistolayAshleyestabaapuntodematara

alguienmásyledisparé.

Page 303: En La Tormenta

Darbyobligóasuslabiosamoverse.—Bienhecho.—Enlacara.—Excelente.—Ati...atitambiéntehandisparado,Darby.—Sí,mehedadocuenta.—¿Estásbien?—Laverdadesqueno.Jaybirdseinclinóylaabrazó,cosquilleóelrostrodeDarbyconsupelo.Ella

intentó respirar, pero notaba una opresión en las costillas. Como si tuviera aalguiensubidoasupecho,queleaprisionabalospulmones.«Inhala»,ledecíasumadre.«Vale.»«Luegocuentahastacinco.Exhala...»—Darby.—Laniñalasacudió—.Vuelve.—¿Sí?Estoyaquí.—Estabascerrandolosojos.—Nopasanada.—No.Prométeme,prométemequenocerraráslosojos...—Deacuerdo.—Levantólamanoderechaenvueltaencintaaislante—.Telo

juroporelmeñique.—Siguesintenergracia.Porfavor,Darby.Lointentaba,peroseguíanotandoqueselecaíanlospárpados,untirónhacia

laoscuridadinevitable.—Jay,cuéntame.¿Cómosellamabatudinosauriopreferido?—Yatelodije.—Repítemelo,porfavor.—¿Porqué?—Soloquierooírlo.Laniñavaciló.

Page 304: En La Tormenta

—Eustreptospondylus.—Es...—Darbyriocondebilidad—.Quétonteríadedinosaurio,Jay.Laniñasonrióapesardelaslágrimas.—Detodosmodosnosabesnicómoseescribe.En cierto sentido, aquel terreno de hielo grumoso parecíamás cómodo que

cualquiercamadeplumasenlaquehubierayacido.Ahísentía todas laszonasmagulladas del cuerpo en perfecto estado. Como internarse en un sueño bienmerecido. Y de nuevo volvió a notar que se le cerraban los párpados. Ya nosentíadolorenelpecho,solounapresiónveladaqueibaenaumento.Jaysusurróalgo.—¿Quéhasdicho?—Hedichoquegracias.Darbysintióun ligeroestremecimientoynotóunmariposeoenelestómago

quenoera capazdearticular.Noestaba seguradequédecirle a Jay,de cómoresponder... «¿De nada?» Lo único que sabía era que si volviera a tener laoportunidad, repetiría lo que había hecho. Cada minuto de la noche. Todo eldolor.Todoelsacrificio.Porquesinovalíalapenamorirporsalvaraunaniñadesieteañosdeunosabusadoresinfantiles,¿porquécoñoibaavalerla?Yahora,mientrassedesangrabaen lanieve,observandocómolaoficinade

turismodeWanapani fundadapor el estadoeraconsumidapor las llamasy seconvertíaenunesqueletonegro,Darbytambiénsehundióenunapazprofundaysatisfactoria.Quécercaestaba.Quédolorosamentecerca.Solo lequedabaunacosaporhacer,yrápido,antesdeperderlaconciencia.—¿Jay? Un último favor.Mete la mano en mi bolsillo derecho, por favor.

Deberíahaberunboliazul.Unapausa.—Vale.—Pónmeloenlamanoizquierda.—¿Porqué?—Hazloquetedigo,porfavor.Yluegoquieroquevuelvasalaquitanieves.

Page 305: En La Tormenta

Dilealconductorquedémediavueltaytelleveaunhospitalahoramismo.Dilequeesunaemergencia,quenecesitasesteroidesparaevitarunataque...—¿Vasavenirconnosotros?—No.Voyaquedarmeaquí.Necesitodormir.—Porfavor,venconnosotros...—Nopuedo.La correa de Darby se había cortado y volvía a caer, caía por pisos de

oscuridad,sedeslizabaalinteriordesucabeza,volvíaaProvo,volvíaalacasadesuinfanciacontuberíasenmalestadoyeltechodepalomitas,envueltaenlosbrazosdesumadre.Lapesadillasedesvanecía.Lavozcálidadesumadreeneloído:«¿Loves?Estásbien,Darby.Nohasidomásqueunapesadilla».«Ahorayahaacabadotodo...»—Porfavor—susurróJay,muylejos—.Porfavor,acompáñame...«Inhala.Cuentahastacinco.Exhala.»«Vale.»«Así.Sigueasí.»Ensuspensamientosensombrecidos,recordólasúltimaspalabrasquelehabía

dichoAshleyysesubiólamangaderecha,lequitóelcapuchónalboliyescribióensumuñecaconlamanoizquierda.Haciendoruidoalescribir,dejandohuecossintinta,enmayúsculasensupropiapiel:

KENNYGARVERRATHDRUM,IDAHO.

912BLACKLAKEROAD.

Ahora síquehabía cumplido.Ahora Jayestaba salvaday todos los ángulosdelasquerosoplandeAshleysehabíaneliminado,arrastradoshaciaeldíaparaser enjuiciados. Dejó que el boli se le deslizara entre los dedos, por finsatisfecha.Cuando la policíadescubriera su cuerpo congelado ahí en la nieve,leeríansuúltimomensaje.Sabríanquelesquedabaunaúltimapuertaporabrirdeunapatada,ahíarribaenIdaho.

Page 306: En La Tormenta

«Estásconmigo,Darby.»«Vale.»«Notemas.Elfantasmadepiernaslargasnoerareal.»Entoncessumadrela

abrazóconfuerza,hastaellímite,yseunióaellaenaquelmomentoperfecto,ypor fin el terror terminó. «No ha sido más que una pesadilla y ahora ya haacabadotodo.Todoirábien.Y...¿Darby?»«¿Sí?»«Quéorgullosaestoydeti.»

Page 307: En La Tormenta

Borrador(noenviado)

24/12/1717.31hA:[email protected]:[email protected]

Siento el retraso, Ashley, aquí arriba también hemos tenido nuestro propio apocalipsis nevado. Elgranero de los vecinos ha acabado cediendo y los caballos se han puesto como locos. Ni siquierareconocerásellugar.Perosí,loqueríasporescritoy,yquelojures,hagámoslo.10.000poradelantadomásel10%detodo

loquesaquedespués.Hacetiempoquenohacemosunadeestas,perotengoelbúnkerpreparadoyadostíosinteresados,unodeMilwaukeeyotrodePortland.Estasmedicinasquevasaconseguirlapondránmejor,¿no?¿Almenosduranteuntiempo?Enferma

nopasanada,peroqueNOPOTE.Esperoquehayashechoun trabajo limpiocon laseñoradelbusescolar.Ahorayadeberíasestaren

Bozeman,asíquellegaréiseldíadespuésdeNavidad,¿no?Cuídate,límpialelosmocosaLarsyevitalascarreterasimportantes.Hablamospronto,hayalguienllamandoalapuert...

Page 308: En La Tormenta

Epílogo

8defebreroProvo,Utah

JaynosediocuentadequeelapellidodeDarbyseescribíaconuna«e»mudahastaqueloviograbadoenunalápidadecemento.Debajodelnombre,lafechadelfallecimiento:24dediciembre.UndíaantesdeNavidad.SietedíasantesdeAñoNuevo.Hacíacuarentayseisdías.Estaba en la ciudad natal de Darby con sus padres, en la ladera de un

cementerio que seguía cubierto de nieve derretida, porque su padre habíainsistidoenhacerelviaje.Enunprimermomento,habíaqueridoirhastaallíenavión mucho antes, en enero, pero la enfermedad adrenal de Jay se habíaexacerbado con dos ataques y había tenido que guardar cama y estar bajovigilancia.Alfinal,nohabíanconsideradoqueestuvieralobastanteestableparaviajar hasta la semana anterior. Mientras tanto, su padre había insistido:«Tenemos que volver a ver a Darby Thorne. Le debemos algo que no puedeescribirseenuncheque».—¿Esesa?—preguntóahora.Unospocospasoscolinaabajo,alcanzándolas.—Sí.Lashorasy losdíasque siguieron a la tragediade la carreteradeColorado

eran una mancha enfermiza, pero ciertos momentos se abrían paso en lamemoriadeJay.Eldolordelaagujaintravenosa.Elbramidodelaspalasdelosrotores.Lamaneracómo los técnicossanitarios lahabían rodeadoyaplaudido

Page 309: En La Tormenta

cuando la transportaron al helipuerto de Saint Joseph. El vago recuerdo de lamedicación. La forma cómo sus padres habían aparecido corriendo por esepasillo en una especie de cámara lenta borrosa, con los dedos entrelazados,cogidosdelamanodeunmodoqueellanoleshabíavistojamás.Hablandoconvocesahogadasquejamáshabíaescuchado.Elabrazoa tresbandasencimadesucamarechinante.Elsaborsaladodelaslágrimas.Lascámarastambién.Elembrollodelosmicrófonos.Losagentesdepolicía,

quesujetabansusblocsdenotasy tabletas, intercambiandopreguntassutilesymiradas de soslayo. Las entrevistas telefónicas con periodistas cuyo acentoapenasentendía.Elcamióndelnoticiarioaparcadoenelexteriorconunaantenaqueparecíaelmástildeunbarco.Laformareverente,casitemerosa,debajarlavoz cuando las personas hablaban de los muertos, como del pobre EdwardSchaeffer.Ydel caboRonHill, elpolicíade lapatrullaviariaquecometióunerrorpordécimasdesegundoquelecostólavida.YdeDarbyThorne.Quien loempezó todo.La inquietaestudiantedeartedeojosenrojecidosde

una universidad estatal enBoulder poco conocida, que cruzaba las Rocosas atodavelocidadconunHondaCivichechopolvo,quehabía sido laprimeraenencontrarseaunaniñaencerradaenelmonovolumendeundesconocidoyhabíadecididoactuarconheroísmoparasalvarla.Y,contratodopronóstico,lohabíaconseguido.«Darby llegó a esa área de descanso por algúnmotivo», le había dicho su

madrecuandoestabaenSaintJoseph.«AvecesDioscolocaalaspersonasenellugarprecisodondetienenqueestar.»«Aunquenolosepan.»Una ráfaga se filtró por el cementerio y circuló alrededor de las lápidas de

mayoraltura,locualestremecióaJay,yentoncessumadrealcanzóalgrupoysepusolasgafasdesolparaleerlaletramientrassefundíaconelpapel,cadavezmásclaroconcadatrazodelasceras.—Tenía...teníaunnombrebonito.

Page 310: En La Tormenta

—Sí,esverdad.La luz del sol se filtró entre las nubes y, durante unos instantes, Jay notó

calidez en la piel. Una cortina de luz barrió las tumbas, que emitió un brillotrémuloenelgranitoyenlasbriznasdehierbaheladas.Enseguidadesapareció,engullido por un frío cortante, y el padre de Jay deslizó las manos en losbolsillos del abrigo. Durante un largo momento, los tres guardaron silenciomientras escuchaban lasúltimaspasadas ásperasde las ceraspara transferir lalápidaalpapel.—Tómateeltiempoquenecesites—dijoél.Peroelcalcoyaestaba terminado.Lacintaadhesivaarrancadade lapiedra,

esquinaporesquina.Entonceselpapelseretiróydejóaldescubiertolasletrasgrabadas:MAYABELLEANGETHORNE.—¿Quéquisistedecir?—preguntóJay—.Cuandotepreguntésiosqueríaisy

respondiste«Escomplicado».Darbyenrollóelpapeldearroz,lointrodujoenuntubodecartón,selevantó

delatumbadesumadreylediounapretónaJayenelhombro.—Nopasanada—repuso—.Estabaequivocada.

Page 311: En La Tormenta

Unaniñasecuestradayencerradaenunafurgonetaenmediodeunatormentadenieve.

Nohayposibilidaddepedirayudaenkilómetrosalaredonda.¿Cómoliberarlayescaparconvida?

EseldíadeNochebuenayDarbyThorneatraviesasolaencocheel inhóspitopaisajedeColoradopara ir avisitarasumadrequetienequeoperarseurgentemente.Hantenidouna desagradable discusión telefónica y Darby quierellegaratiempoparahacerlaspacesantesdequesumadreentre en quirófano. Pero una fuerte tormenta de nieve lasorprendeylaobligaadetenerseenunmoteldecarreteradondeel teléfononofuncionayhaycuatrodesconocidosque también se han visto obligados a detenerse por la

tormenta. Cuando Darby descubra a una niña encerrada en una furgoneta,víctimadeloqueesclaramenteunsecuestro,sabequesolocuentaconsuastuciay suvalorpara rescatarla.Porqueunodeesoscuatroextraños tieneque ser elsecuestrador,pero,¿cuál?Y¿algunodeellosestarádispuestoaayudarla?

«Unthrillerdondelasorpresaylosgirosenlatramasonconstantes,estupendamenteescritoyquetemantieneenvilohastaelfinal.»

Goodreads

Page 312: En La Tormenta

TaylorAdamssegraduóenlaEasternWashingtonUniversity,queleotorgóelprestigioso premio Edmund G. Yarwood. Ha trabajado varios años en laindustriadel ciney la televisión.Es el autordel cortometrajeAnd IFeelFine(2008). Su trabajo como director ha sido exhibido en el Seattle's TrueIndependent Film Festival, y sus artículos publicados en el blog Fox Life deKAYU-TV. Taylor vive en el estado deWashington, y Aisladas es su cuartanovela.

Page 313: En La Tormenta

Títulooriginal:Noexit

Ediciónenformatodigital:juliode2018

©2017,TaylorAdamsPublicadoen2017porJoffeBooks,Londonwww.joffebooks.com©2018,PenguinRandomHouseGrupoEditorial,S.A.TravesseradeGràcia,47-49.08021Barcelona©2018,MercèDiago,porlatraducción

Diseñodeportada:PenguinRandomHouseGrupoEditorial/S.Gómez,G.PellicerFotografíadeportada:©Thinkstock

Penguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyright estimula lacreatividad,defiendeladiversidadenelámbitodelasideasyelconocimiento,promuevelalibreexpresióny favorece una cultura viva.Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar lasleyesdelcopyrightalnoreproducirnidistribuirningunapartedeestaobraporningúnmediosinpermiso.AlhacerloestárespaldandoalosautoresypermitiendoquePRHGEcontinúepublicandolibrosparatodoslos lectores.Diríjase aCEDRO (CentroEspañol deDerechosReprográficos,www.cedro.org) si necesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.

ISBN:978-84-666-6387-8

Composicióndigital:NewcomlabS.L.L.

www.megustaleer.com

Page 314: En La Tormenta

Índice

Enlatormenta

Enviado:23/12,18.52h

Crepúsculo

19.39h

20.17h

Noche

21.25h

21.39h

22.41h

23.09h

23.55h

Medianoche

00.01h

00.04h

00.09h

01.02h

01.09h

01.23h

Page 315: En La Tormenta

02.16h

02.56h

Lahorabruja

03.33h

03.45h

04.05h

04.26h

04.55h

05.44h

06.01h

Amanecer

06.15h

06.22h

Borrador(noenviado)

Epílogo

Sobreestelibro

SobreTaylorAdams

Créditos