En este libro presentamos una experiencia clínica renovada ... · En este nuevo libro reunimos...

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En este libro presentamos una experiencia clínica renovada ante la cual no podremos permanecer indiferentes.

����������� ��������������������������������������� ������������-man las primeras conjeturas: somos criaturas en periodo de aprendizaje, en el lugar que nos es dado para experimentar-aprender, por lo que es sensato atender, cuidar y ayudar.

Encaramos de nuevo una nueva investigación en Terapia Regresiva, en un conjunto de casos que fortalecen las anteriores investigaciones, respaldando que la visualización no es solo una herramienta productiva y terapéutica, sino que de igual modo nos puede permitir percepciones elevadas y determinantes, que nos permitan caer en la cuenta de nuestra principal naturaleza superior.

La técnica de la respiración, la relajación subsiguiente, el trance leve, moderado o profundo y la visualización, nos abren puertas y ventanas a una realidad duradera superior: Somos seres de luz; solamente tenemos que indagar para poder consentírnoslo.

Vicente Ortiz es profesor y psicoterapeuta. Director del Más-ter de Psicoterapia de Base Antropológica en la Fundación Cencillo de Pineda (Madrid). Imparte distintos cursos de creci-miento personal en dicha Fundación y las disciplinas de Psico-terapia, Hipnoterapia y Enfermedad Mental, en las facultades de Psicología, Psicopedagogía y Terapia Ocupacional de la Universidad de Salamanca. Vicedecano de Infraestructuras y Economía de la Facultad de Psicología de Salamanca.

Ha escrito, individualmente y en colaboración, una docena de libros, entre los que destacan: La matriz relacional de los procesos cognitivos, 1994; Antropología Personalidad y Tratamiento, 2002; Los riesgos de enseñar la ansiedad de los profesores, 2007; Hipnoterapia, Acceso a vidas pasadas, 2009; El secreto del caso 11, 2011…

Sus intereses profesionales tienen que ver con la psicoterapia, la educación humanista y el crecimiento personal.

Los intereses personales pretenden persuadir sobre la posibilidad del acceso superior, la expansión de conciencia y la necesidad de caer en la cuenta del sentido espiritual esencial común del hombre, más allá de cultura, credo, raza o religión…

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TERAPIA REGRESIVA

© Vicente M. Ortiz Oria, 2013 (Versión papel)

©Vicente M. Ortiz Oria, 2014 (Versión electrónica)

Reservados todos los derechos.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley ,cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (art.270 y siguientes del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) vela por el respeto de los citados derechos.

Ediciones Díaz de Santos Email:[email protected] www.editdiazdesantos.com ISBN: 978-84-9969-795-6 (Libro electrónico) ISBN:978-84-9969-424-5 (Libro en papel)

VII

ÍNDICE

Índice ................................................................................................VII

Agradecimientos .................................................................................. IX

Aclaración .......................................................................................... XI

Introducción ..................................................................................... XIII

Capítulo 1. Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso .................................1

Capítulo 2. Autores relevantes en hipnosis regresiva ......................35

Capítulo 3. Terapia regresiva ...........................................................51

Capítulo 4. Nuevas aportaciones clínicas ........................................79

Capítulo 5. Las experiencias de casi muerte ..................................139

Capítulo 6. Abreviaturas psicofísicas emocionales .......................167

Capítulo 7. A modo de preguntas y respuestas ..............................185

Lecturas recomendadas para pensar más .......................................221

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AGRADECIMIENTOS

¡Siempre y primero a Dios! Que se encuentra en nuestro interior constantemente, en una ade-

cuada proporción… De igual modo, es la energía inteligente que gobierna el universo,

que se representa cómo y cuando quiere, pero que no tiene prisa en de-mostrárnoslo, porque la gracia consiste precisamente en darse cuenta.

Seguramente, usted también se podrá dar cuenta, solamente tiene que tranquilizarse, mirar hacia su interior, respirando honda y rítmica-mente; con serenidad, humildad y paciencia, diríjase a Él, hoy, maña-na y pasado agradezca, y cuando la evocación sea pura, le contestará en su mente, suave e imperceptiblemente, casi al tiempo de su pensa-miento. ¡Se sorprenderá, nada que ver con una alucinación!

Este libro está dedicado a TODOS, y especialmente a los que han padecido abatimiento y no encuentran el sentido de la vida, inmersos en la soledad, el dolor y el sufrimiento, perdiéndose en la búsqueda del camino y la luz interior.

A mi padre, hombre cabal y ejemplo de nobleza, que transitó el día en que cumplía noventa años, pidiendo la cena.

A María, Francisco, Luis y Marilyn por su ayuda.A Héctor en el dolor. A Peter y Ángeles por su apoyo. A Edu y Elenita para que no pierdan lo que tienen.

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A Cris-Je, Río por su refuerzo.A mis alumnos.A Raúl Pérez por su punto de vista.A los amigos de la Fundación Cencillo de Pineda.También a todos mis amigos y a los que han sentido que debían ser

nombrados y se escurrieron en los laberintos de las palabras y en las memorias del tiempo…, es muy probable que nos volvamos a reencon-trar.

Para los más pequeños, que vienen de nuevo con la impronta lu-������������ ������������������������������� �����������mensaje y enseñanza, sobre todo a Guiller y Álex.

XI

ACLARACIÓN

Las regresiones son recapitulaciones de la historia de la vida psíquica de cada cual cuando se produce una relajación profunda.

El psicoanálisis ya habló y escribió tanto de la regresión que no merece la pena abundar más en su naturaleza; es una posibilidad de todas las personas revivir acontecimientos del pasado.

La hipnosis en el marco de la Terapia regresiva permite una re-lajación mayor, en la que se posibilita la regresión, normalmente se atiende a sensaciones-vivencias de la vida concreta y del mismo modo de otras vidas anteriores.

En este nuevo libro reunimos algunas ideas sobre la naturaleza del hombre y nuevos casos de hipnosis regresiva, que tratan de formalizar una idea recurrente de lo que acontece en el proceso vital.

Algunas de las ideas pueden tener concordancias con otras anterio-res, pero pretenden, en esta forma de libro nuevo, una unidad didácti-ca que tenga operatividad en sí misma.

Así, si han leído otros trabajos, encontrarán alguna cuestión ya es-bozada irremediable e inconscientemente en ellos, y más conscien-temente, en la reelaboración de la historia de la hipnosis regresiva, que nos resulta capital para comprender que este asunto tiene ya su historia.

Seguramente mis apreciados alumnos habrán leído alguno, y para las personas que no hayan leído los anteriores, este es un trabajo que pretende repensar cuestiones de investigación clínica de Terapia re-

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gresiva, en el desarrollo del paradigma de vidas pasadas, (TVP), que ����������������������������� ����������������������� ���-da, sobre todo en algunos ámbitos restringidos, neopositivistas.

Como se puede colegir, se trata de nuevas evidencias. Así nueva-mente presentamos un conjunto de historias clínicas novedosas de co-laboradores en la investigación, psicólogos, personas normales y sa-nas, que les llenarán de perplejidad e interrogantes, como también me ocurrió a mí en un principio, por ello entiendo la postura de sorpresa en un primer momento y de confusión, en los que algunos no entien-den el transitar energético. Así que les invito a que no se cierren y se consientan una posibilidad evidente.

De la misma forma, si encontraran alguna errata, solicito toleran-cia y divertimento, ya que no perder el humor es substancial en la época que vivimos. Por mi parte me comprometo a buscar un buen gato, como el de Schrödinger, que seguramente sobrevivió a la prueba, porque el mío con la edad se asusta de los ratones.

Deseándoles a todos que la lectura les aporte nuevas ventanas al interior y diferentes aires de cordialidad, confío en su felicidad y en la satisfacción habitual de la vida grácil, que ya es comúnmente mucha, aunque no la advirtamos siempre, enfrascados en tareas, trabajos y obligaciones, por lo que insisto y deseo que broten las mejores ideas para el bienestar personal, familiar y social.

Un abrazo afectuoso para todos.

VICENTE M. ORTIZ ORIA

XIII

INTRODUCCIÓN

En este trabajo presentamos una investigación clínica simple, hemos aplicado el protocolo de hipnosis regresiva de B. Weiss una vez más a un grupo de pacientes, y los resultados de esta investigación y de las anteriores nos llevan a pensar que el pasado tiene su gracia y el pasado del pasado mucha más, ya que ilumina el futuro al posibilitarse en la relajación, la visualización operativa y comprender desde la focaliza-ción de conciencia meditativa las cadenas asociativas energéticas de vidas pasadas.

Es muy factible que las experiencias anteriores hayan dejado algún poso en nuestra sensibilidad y experiencia actual. Desde dichas expe-riencias anteriores, y en su reelaboración consciente podemos atisbar el presente y diferentes problemas conformados a lo largo de nuestros aprendizajes vitales.

Este texto está diseñado en siete apartados, más el de la invitación a la lectura, que mostraremos progresivamente, desde la concepción cultural del hecho religioso, a la comprensión de las experiencias de �������� ������������� �����������sobre la base y la altura de la constitución humana, asumiendo la naturaleza luminosa y energéti-ca que nos conforma.

Parece que tanto las diferentes culturas como las reconstrucciones religiosas inculcadas desde la noche de los tiempos y transmitidas por los hombres, en diferentes formatos culturales inspirados, sagrados o intuidos, apuntan a la misma dirección, y es que el hombre no está

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XIV

solo en el universo. Todas estas culturas y religiones parecen haberse puesto de acuerdo en una misma cosa con distinto lenguaje, que tiene que ver con la capacidad y el deseo de trascendencia humana.

Esta posibilidad de ascender está inscrita en nuestra materia vi-bracional y es una potencia, deseo y capacidad, a los que no hemos prestado atención en su dación y recurrencia constante.

Pero en la medida en que la edad y las experiencias de vida, y de las vidas acumuladas nos impactan, vamos prestando atención a dife-rentes indicadores precisos que surgen al caminar.

Los mecanismos intermedios por los que conectamos eslabones entre lo espiritual y lo cultural nos ofrecen la posibilidad de diseñar pasarelas de experiencia, que son vías, entre otras posibles, que se conforman también a partir de la investigación clínica de la hipnosis regresiva.

Nada de lo que nos ocurre nos pasa realmente desapercibido, en tan-to algunas de las cuestiones que ya hemos divisado, tal vez podamos habernos preparado para ellas progresivamente y con más perspicacia.

La hipnosis regresiva, como hemos defendido a lo largo de estos tres lustros, no es más que una concentración relajada para poder, en la subsiguiente focalización, conseguir la visualización desde la clari-videncia del trance.

Esto, como ilustraremos, ya se ha realizado en diferentes épocas con mayor o menor fortuna y en diferentes rituales desde los tiempos remo-tos: Eleusis, Egipto,Grecia, el Medievo, la Edad Moderna, el siglo XX.

La consecuencia que conlleva esta práctica tiene que ver con que algunos pacientes alcanzan una posibilidad perceptiva que está impli-cada en la aclaración de lo experimentado en el marco de la terapia de vidas pasadas. En otros casos no es posible progresar en intensidad y simplemente se quedan en la relajación placentera.

La consecución de esta conexión les permite una experiencia emo-cional correctora auténtica y la subsiguiente rehabilitación espiritual, que nos permite, desde la disposición fascinante de este material, esta-blecer conexiones, comprensiones y grados de agudeza y conocimien-to sin par, desde la experiencia transpersonal al crecimiento interior.

Se trata por tanto de conectar con dichos estados, que proporcionan crecimiento singular y expansión de conciencia hacia dentro y hacia

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Introducción

arriba, tendencia que es inquebrantable en el espacio-tiempo, que nos implica de forma determinante, considerando por ello que las cuestio-nes que nos permiten visualizar la información referida son auténticas.

La clave de todo este asunto tiene que ver con la evidencia de los datos y las referencias impactantes de las narraciones de los pacientes, que nos permiten comprender el sentido del sinsentido aparente, a par-tir del trance y de la lógica de dichas descripciones.

En la experiencia de focalización relajada y libre de conciencia, la persona se encuentra con menos resistencias y abierta a una dimen-sión dinámica elevada, que le conforta y le permite revivir y recordar diferentes informaciones propias y ajenas, recobrando el sentido, la tranquilidad y la paz.

Es habitual que ese mensaje de tranquilidad y paz se lo ofrezca ���� ������ ��� �� ��������� � �������� ��� ��� �������� ��� ���������muerto del paciente, que se encarga de protegerle y de guiarle, y que le tranquiliza poniéndole imágenes o hablándole de aspectos determi-nantes de su vida, en la que se desprende la tutela y la protección que recibe, sin ser consciente, hasta que rebaja el control y se abre en la meditación guiada de planos y dimensiones similares en la conexión semiinconsciente.

Señalamos semiinconsciente porque no tiene que ver con la vida in-consciente tal y como la conocemos (para aclarar estas diferencias véase el trabajo de Luis Cencillo, El Inconsciente. (Madrid. Marova, 1974).

La naturaleza semiinconsciente, en tanto es posibilitada en una di-rección doble: desde un plano superior ascendente que se garantiza, en la medida que podemos conectar con el mensaje del interlocutor, y desde el terapeuta, que nos tranquiliza y ayuda para progresar en dicha distensión comunicativa.

Esta posibilidad tiene que ver con un acceso y quizás también se pueda entender como una potencia de la comunicación inconsciente, pero ya la naturaleza del inconsciente, que es información no accesi-ble en un momento determinado, está muy cargada de tareas como la emergencia pulsional, libidinal, las emociones, el afecto, el deseo, el lenguaje, el patrón cultural, la cognición.

Tal vez tenga que ver con el inconsciente radical de Luis Cencillo, pero es en ocasiones un acceso elevado y claramente espiritual.

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Mostrarse de acuerdo con estos asuntos no es fácil, ya que hemos colocado demasiada materialidad en nuestras asistencias cotidianas y estamos muy empeñados en planes y modelos cognitivos conductua-les, desatendiendo campos emocionales, afectivos, motivacionales y comunicativos, y revisar en profundidad la urdimbre psicosocial sig-�������������� ������� ������� �����������������������������-secuencia nos puede llevar a una apertura al mundo y a las diferentes ideas humanas.

Sabemos que revisar y cuestionar no es del agrado general, ni es habitual revisar los acontecimientos de la vida, ya que es costoso por-que damos muchas cosas por sentadas, y somos muy orgullosos y en-greídos de nuestro saber aparente.

����������������������������� �����������������������-����������������������������������������������������������� ���a su dinámica profunda y a la empatía universal consistente.

Pero no vamos a estar siempre negando lo que es menos aparente, pero puede ser más radical. En ocasiones, negarse a las cosas eviden-tes de la vida y de la muerte puede ser un empeño mayor en llamar la atención y mostrarse particular o irreductible, l´enfant terrible…

Esta posición puede, a su vez, estar teñida de una pose de prepoten-����������������������������������� ������������������� �-vistas y escépticas, que simplemente miran a lo externo, que no escu-chan la voz de su interior, que observan y no experimentan o practican la mirada profunda.

De igual forma, podemos encontrarnos con posicionamientos in-fantiles negativos, que pretenden atrincheramientos racionalistas exa-cerbados. Pero no hay prisa en el progreso espiritual: ante el abandono de algunas ganancias menores, nos resistimos a progresar hacia la luz interior.

"�������������������� #������������� ���������������������radicales, nos lo aclara. Y si no queremos escuchar y comprenderlo en esta vida, llegará la siguiente, porque de nuevo no hay prisa, pasa como en psicoterapia: el terapeuta no tiene prisa porque cuenta con las resistencias y los encariñamientos del paciente en sus objetos persecu-torios habituales.

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Introducción

Por eso, los nuevos terapeutas y los profesionales jóvenes tienen que curarse del furor sanandi, curandi, para no perseguir al paciente, y los artistas el pintandi, pintando, para no pintar en todos los lados más que en el que corresponde, y así sucesivamente…

En este trabajo tomamos en consideración los aspectos emociona-les ligados a determinadas secuencias densas del vivir, que tratan de comprender la conexión entre el espacio-tiempo y la plasticidad co-municativa de las diferentes energías, en su conexión y representación luminosa que aclara el existir, a veces, sin necesidad de hablar.

Para los que no se dan cuenta de que la energía nos conforma recuer-den los elementos (aire, agua, tierra y fuego, y la cábala, que señala el quinto, el espíritu), o piensen en el aire que respiran, los alimentos que consumen, y la transformación de los mismos, como parte inextricable y energética de las organizaciones vivientes que lo prestan, y si no se dan cuenta de estas conexiones energéticas tienen que abrirse y no cerrarse mentalmente, o volver a sentir, meditar, comprender.

¡Todo es energía! La materia es una forma de energía cuya vibra-ción permite que nuestros sentidos lo tomen por algo exclusivo y real. $�� ������������������������#������������ ������������%���� ���-dad haciéndonos olvidar la esencia interior. Y como se sabe, todo está lleno de átomos que son el pasaporte que nos anuda al universo.

Esta investigación, a lo largo de trece casos nuevos, nos podrá ten-der la mano para conducirnos en los laberintos del trance y de una emoción intensa, que nos abrirá puertas y ventanas hacia una expe-riencia posible y diferente de sentir y relacionarnos.

Es del todo comprensible que cada cual se encuentre en un estado personal de captación concreta, urgida por intereses particulares que inexcusablemente permiten mirar a un lado o a otro de las situaciones.

&�� ����������� ����������#���������������������� �-minamos el trabajo con un conjunto de dudas y preguntas que surgen habitualmente sobre las cuestiones de vivir repetidamente, y que se han desarrollado a partir de las dudas de los alumnos en clase, para quien va dedicado especialmente este trabajo, en la asignatura de libre elección, que impartimos durante los últimos años en la Universidad de Salamanca.

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La edad juvenil es abierta a las nuevas ideas, porosos a nuevas formas de pensar y organizar las experiencias, libres aún de prejui-cios, negatividades y paralizaciones adultas, como así nos demos-tramos cotidianamente; la luz que les ilumina es rosa y expresa su inocencia.

La vida es una evidencia cargada de sentido y sabiduría. Depende de cada uno de nosotros poderla atisbar, comprender y ensayar creati-va y positivamente en nuestros comportamientos más solidarios.

&����� ������������������������������� ��� ������ ����%�-bilidades perceptivas y comunicativas, por lo que no queda más reme-dio que poder cifrar las diferentes experiencias de una forma compo-sitiva, en un acceso particular y esencial.

Los humanos tenemos que encarar la obligatoriedad de desarro-llar, desde nuestros anclajes particulares, y ante la necesidad de evolu-cionar paulatinamente que es una tarea de milenios, en las diferentes cuestiones procesuales y vitales que se nos implican.

“El hacerse y el “enfermar” del ser humano es también proceso. Se %���� ��������������� ������ ����������� # ��������������������-za mineral, es decir, lejos de lo humano en cuanto humano. A esto han conducido los formulismos escolásticos, de una parte, y el mecanismo ��� ��������� ��'�$���������������� ����������������� ����������-prender la realidad humana y su naturaleza procesual. Por eso ni la ética ni la patología han llegado a estados de desarrollo mínimamente satisfactorios”. Cencillo (1988:11).

Estas investigaciones coruscantes, recordando a Ortega, como la obra de Cencillo también nos recuerda, nos han abierto a una com-prensión mayor del comportamiento humano.

Intentamos abrirnos a la realidad con más apertura, tolerancia y bondad, en un proceso afectivo y franco, tratando de comprender lo ������������������ ����������� ���������������������� �������#��delicada hacia el sufrimiento y a la incomprensión, por lo que la invi-tación a que cada interlocutor o lector saque sus propias conclusiones está servida.

¡Alguna idea le tiene que servir!Recordemos aquella máxima tan celebrada de J. Dewey, “dime

dónde estás para continuar”, a la que añadimos afectuosamente: toma

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Introducción

la mano de mi experiencia si te sirve y tu conocimiento para acumular lecturas y experiencias complementarias, incluyéndonos en el laberin-to del aprendizaje vital.

En esta introducción solo tratamos de señalar algunos aspectos que nos constituyen como humanos para así poder comprendernos en un ejercicio particular de búsqueda y experiencia.

&�������� ����������������������������������������������������pregunta y la respuesta, y es ahí donde reside la clave del caminante al conocer y experimentar, dudando, analizando, intuyendo y progresan-do hacia otro estadio diferente de lo corporal en lo elevado, una vez que lo físico se convierte en un elemento abierto, en su nimiedad ante el universo que es donde le corresponde estar.

����������� ������������������������������#����������-tas páginas, les sea útil.

Les deseo también que la vida, a pesar de los miedos y las angostu-ras, que son sobre todo mentales y no reales, no les quite el entusiasmo y les brinde lo mejor y lo más productivo de la misma a todos.

A los lectores, a sus seres queridos y a sus animales preferidos, hoy y siempre.

VICENTE M. ORTIZ ORIA

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�������������������� �������������������������simplemente hay que poder comprender.

Todos los pueblos de la tierra de una forma recreativa, precisan en-sayar y comprender su mundo, o darse una idea que les permita en-contrar orden en relación, principalmente, al sentido de la vida y la necesidad de cambio y trascendencia.

Este mismo dinamismo sumatorio sirve para entender los libros sagrados que revelan verdades de distintas religiones, inspiradas en un Dios indiscutible por sus profetas, no excluyentes de otras visiones complementarias, y que precisan una integración funcional actual, se-�*��������� �������%��� ����� �����������������%��������recurrente.

&���������������������%�%������������ ��������������cosmovisión operativa no tiene que generar escándalos en la supera-ción del milenio, acerca de la verdad de un único modelo. Más allá de las ambiciones corporativistas que cada grupo de poder religioso �� ��� ��� ���� ������������������������������������ ���para mantener su estatus, por lo que es razonable que se vaya progre-sando en una idea de comunidad abierta a la plural óptica universal espiritual.

Las contradicciones son el terreno en el que nos movemos los hu-��������� ��������������������������� �'�+���� �������������

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apoyarnos en los maestros y en las orientaciones que nos resulten comprensibles escalonadamente.

Todos los caminos son buenos si nos conducen a nuestra verdad fraternal de unión en la cultura planetaria.

Decimos cultural porque como dice Jaime Barylko (1992), en la publicación de El miedo a los hijos������������������� ��������������las bases de nuestra cultura, y por eso mismo es necesario preservarla en la medida en que es más positivo una idea adecuada y crítica de religión, que vivir sin referencias elevadas o atacarlas nihilistamente, en la imposibilidad de la nada, sin caer en la contradicción y el sin-sentido.

El Cristianismo es la doctrina que aprendimos de Jesucristo, en una nueva revisión y acoplamiento del Antiguo Testamento, que nos ense-ñó, en síntesis, un único mandato que somos incapaces de abordar y ��� ������������������� �����������������������#� ������� �����entre todos los humanos.

Más sencillo y más difícil a la vez no puede ser. Por el Cristianismo aceptamos efectivamente que Dios envía a su

hijo en un mensaje de amor supremo. Pasado el tiempo, nos equivocan algunos gobernantes, con ideas descaminadas acerca de lo que este Dios deseaba en un error y malentendido histórico: sangre, intoleran-cia, intransigencia, guerras, Cruzadas, Inquisición, falta de herman-dad, junto a la habitual destrucción siniestra de las diferencias de los otros, realizada en su nombre, para legitimar, en algunas épocas, poder quemar a quienes pensaban de manera diferente, además de torturar y masacrar a los inocentes.

Pero estas cuestiones no han sido hace tanto, sino que en la cotidia-nidad estamos observando constantes tropelías, revisen nuestra atra-biliaria e indocumentada torpeza cotidiana recordando que no hace mucho quemaban los libros de Freud, en el albor de la Guerra Civil española y en el preámbulo de otra gran estupidez humana: la Segunda Guerra Mundial.

No podemos resolver el malentendido sin abrir la ventana de la razón.

Las torpezas de la ignorancia producen más de lo mismo. Más con-cretamente, entre los seguidores de la religión cristiana judeoeuropea

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

surge un desencanto creciente, al olvidar defender a los “desfavoreci-dos”, poniéndose frecuentemente del lado de poseedores y dominan- �������������������������������������� ����'�

De nuevo la riqueza nos obnubila la mente y un mensaje de igual-dad y amor que en la práctica se revela contradictorio, porque escoge-������������#����������������� ������������������ ����������particular.

Estas elaboraciones sobre el comportarnos con los demás como de-searíamos que se comportaran con nosotros, ha sido una tarea que nos ha entretenido desde el principio de los tiempos, y que no hemos termi-nado de comprender del todo, en el denominado mundo civilizado, no pudiendo establecer mínimamente un quid pro quo.

Es una singularidad utópica que los grupos a los que denominamos “tribales” lo suelen organizar mejor, y que cuanto menos desarrolladas parecen estar las sociedades mejor parecen repartir los bienes consi-guiendo cotas superiores de justicia.

Algunas culturas denominadas “primitivas” tienen formas más evo-lucionadas de repartir la caza, los cultivos, organizar rituales y comu-nicarse con sus ancestros para dirigir al grupo y pedir ayuda en la ne-cesaria subsistencia.

Nos hemos preguntado en los últimos años, en el marco de las ����������� ������ ������������ ���<������������=���������� �������������������������������������� �������"���>+������������sudeste de India (con referencias distintas al estudiar desacuerdos re-ligiosos-culturales), tiene que ver con las consideraciones lógico-ma-terialistas más repetidas en Occidente.

La especie, en su deambular, ha frecuentado diferentes momentos de conocimiento que la han permitido entender de una forma particu-lar las cuestiones religiosas.

Una de las cuestiones, que ha sido patente a lo largo de todas las re-����������������������������������������������������������������� ������ �������������������������'

Como escribía Luis Cencillo, en sus seminarios de la Fundación, “lo real y el ponerse de acuerdo acerca de lo mismo está mediado por implicaciones proyectivas, pulsionales, libidinales y desiderativas, que volcamos en las relaciones y en la reconstrucción de lo real”.

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Las mismas experiencias transpersonales han dado pie a múlti-ples valoraciones que cada cultura diseña en una explicación, desde la transcripción emotiva, racional afectiva, a lo mágico simbólico, en diferentes alusiones al proceso de entrada y salida del cuerpo, en el marco de las culturas religiosas.

El mismo Ken Wilber (1998) señala que en la gran cadena de la Re-creación humana tienen sentido todas las experiencias y construc-ciones que los hombres realizamos desde la noche de los tiempos, para encontrar respuestas a nuestras preguntas existenciales recurrentes so-bre nuestra posición en el cosmos.

<�����������%����������������������� �������������������-no, y las personas nos encontramos en un callejón sin salida precisando ����������������������������������� ����� �������������'

Puede ocurrir que si levantamos la mirada, como decía Jung en aquella conferencia en Alemania, nos respondan o no. Pero es necesario y obli-gado intentarlo y mirar hacia arriba para pedir una vez y otra con bondad y humildad una respuesta, una salida, y podamos observar lo que pasa.

Tal vez no nos respondan con palabras, tal vez nos respondan con hechos, tal vez con una emoción profunda en nuestro corazón que te-nemos que saber acoplar a la demanda explícita realizada, sin atribuir-la a la casualidad sino a la causalidad.

Tenemos que aprender a escuchar con las emociones y en Occiden-te ha sido habitual comprender las discordantes explicaciones de la vida desde diferentes construcciones. Se acepta que determinados pro-cesos religiosos estén implicados en procesos culturales, ilustrativos y artísticos, mostrando la conexión del arte en las diferentes emociones y cosmovisiones religiosas.

Pareciera que la multitud de los caminos son buenos para llegar al ������������ ����������� ����� �������� ������������������del grupo social. De ahí que los primeros pasos marxistas hayan sido aceptados como una experiencia comunitaria, entendida ésta como una cara perfectible de una misma moneda de crecimiento social en la experiencia humana.

Precisamente la dualidad del Amor y su contrapuesto, el odio en su �� ������������� ���������� �������������������?���������������equivocado del Amor.

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

Luego el camino es claro cuando hay Amor en la vida y en las cul-turas para transcendernos a lo superior.

El Islamismo es la religión inspirada por Mahoma, que surge en la actual Arabia seiscientos años después de la venida de Jesús, y se sustenta en el libro sagrado del Corán.

El profeta llamado Mahoma se quedó pronto sin padres y fue edu-cado por sus abuelos y más tarde por un tío. Subsiguientemente se hizo pastor y se casó siendo joven con una rica y acaudalada viuda llamada Khadidja.

Se estableció entonces en La Meca como próspero comerciante. Como las cosas le iban bien, pudo razonablemente dedicarse a la vida contemplativa.

De nuevo la superación de los bienes materiales posibilita el acceso a los espirituales.

Consecutivamente, en el monte Hira, al norte de La Meca, Maho-ma dice haber tenido una visión en que le fue ordenado que predicase. Se dice que se le apareció el arcángel Gabriel, y le dijo que él era el profeta enviado por Dios a los hombres.

Básicamente, la diferencia con el Cristianismo en la prédica radica en que en el Islamismo no se ordenan sacerdotes, y se recomienda a los seguidores no beber bebidas alcohólicas.

El creyente tiene que orar, ayunar, cumplir el Ramadán, ejercer la hospitalidad, entender el sentido de la comunidad, dar limosnas y pe-regrinar a La Meca por lo menos una vez en la vida. Seguramente aparecen cuestiones más controvertidas sobre la tolerancia con los in-������������ ��������Z����������������������������������� �momento. Primordialmente esta religión está muy relacionada con el Judaísmo y sus creencias.

Las religiones en Asia presentan interpretaciones distintas. Repasa-remos algunas cuestiones elementales, breve y sucintamente, a través de diferentes posiciones:

El Brahmanismo, que está basado en una concepción panteísta de la realidad (coincidiendo con el panteísmo cristiano), y en la exis-tencia del Dios supremo Brahma, con quien el hombre debe unirse ������������������������������ ���Z�����������������������-rente.

TERAPIA REGRESIVA

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Seguramente para este acceso sea inexcusable trabajar en el terreno espiritual para evolucionar hacia la santidad.

Esta aceptación de la diversidad de vidas en los eslabones de la identidad es una reconstrucción concordante con lo que la hipnosis y la terapia regresiva nos enseñan.

El Hinduismo quizá sea la religión más numerosa de India. Su presencia se detecta desde por lo menos 3.500 años atrás. Se le de-nomina sañatama drarma, la religión eterna del sánscrito. Es una religión que incorpora múltiples cultos y dioses, sin tener que renun-ciar a ninguno.

“Hinduismo” es el nombre que en el siglo XIX recibió el mosaico de religiones en India. Bajo esta denominación se aglutinan un con-junto diverso de ritos y cultos, que responde a creencias similares en gran parte de Asia.

El Jainismo es una religión que surge a partir del S. VI a. C., fun-dada por Mahavirá. Está emparentada con el Budismo y es practicada por cinco millones de personas.

&��� ���� ���� �� �� � �� �������� ��� ���� � ������ ���� �����ecológica, armónica, responsable y no violenta, que tiene el origen en la compasión con los animales y de todos los seres vivos, sin maltratar ���� ������������������������������ ������'�

&�������������� �� ���������� ��� [����� �������������������� ���������������� ���������������� �����������������������������universo. Cuando uno se desenvuelve���������� ����������������todos los peligros interiores, el individuo estará capacitado para la co-nexión superior, al haberse liberado de los apegos y de las aversiones que nos atan a la vida material…

El Shinto o Sintoísmo�������������������������Z���������������-ses.

Los templos acogen a las divinidades o kamis. Es la religión más popular en Japón, y se basa en dar culto a los antepasados y a las fuer-zas de la naturaleza. Son importantes los pensamientos y las acciones. +� �������������������������������� ���������'�

El Budismo es una cosmovisión interesante basada en el mensaje de Buda, que fue uno de los profetas iluminados, y que tras grandes períodos de meditación consiguió acceder a estados de conciencia ele-

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

vados. Forma parte del corpus de las visiones reencarnacionistas de la cultura oriental.

El aumento de la comprensión y la tendencia budista parte de los axiomas de la vida expuestos en sus diferentes sermones, de cierta actualidad en nuestra sociedad; quizás tengamos que aceptar algunos de sus postulados, sin por ello renunciar a las singularidades más óptimas de nuestra cultura y religión, y sin tener por qué cambiar los hábitos de solidaridad y cooperación cambiando de religión, o vestirnos de naranja.

De sus diferentes aportaciones son reconocidas las “óctuples no-bles verdades” diseñadas en el denominado “Sutra de Benarés”, uno de los sermones más interesantes, plenamente compatible con nuestra cultura. Estas “óctuples nobles verdades” son expuestas en ideas de hermandad y vuelta a perfeccionar en distintas posibilidades, que al-gunas religiones relacionan con el desarrollo necesario individual y la mejora de las demás.

De forma breve las enseñanzas del príncipe nepalí toman en consi-deración la idea de sufrimiento como esencia del mundo.

De este sufrimiento, y para que cese el dolor, es preciso conocer las causas; este dolor es causa del deseo, que supone a su vez igno-rancia, y mediante la meditación, se puede acceder a una experiencia superior.

El sufrimiento, que no es necesario para evolucionar, quizá genere una dimensión nueva en el avance de los procesos psíquicos, que nos permiten reconocer informaciones profundas para la vida.

Parece previsible la existencia de un camino recto para el desarro-llo del hombre, que si no se reconoce como importante y necesario, malamente lo vamos a transitar.

&��� ��������� �� \����� �� ��� ��������� � ��� ������ ���������nunca han dado lugar a los desmanes y fundamentalismos varios de cristianos e islamistas, y por mucho que nos desagrade, tenemos que aceptar que por nuestro ideario cultural y religioso se han cometido las más grandes abominaciones e iniquidades con nuestros semejan-tes, desde las Cruzadas hasta la Inquisición y la quema en la hoguera de los denominados herejes en el nombre de un dios que existía en su mente incivilizada.

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¡No está mal el error y la estupidez individual y colectiva, como forma de atrocidad humana!

Reconocer componentes expresos auténticos, en algunas aportacio-nes del Budismo, no indica negar realidades de orden religioso presen-te. En nuestra cultura, de hecho, las experiencias nos indican que pue-de darse integración de aspectos teórico-prácticos, en la medida que el saber humano realiza, progresivamente, una reconstrucción parcial de la realidad.

]�� %�%�� �� ��� �� \������� ������ �� ��� �� ��� ����������� ��otras alternativas religiosas, enmascaradas en nuestra cultura occiden-tal judeo-cristiano-europea, no supone la invalidación de ninguna de ellas, ya que cada una de las reconstrucciones religiosas tiene nexos evolutivos útiles para cada practicante, y como la misma vida necesita integración.

Parece más sensato integrar puntos de vista y aunar cabos acopla-dos a la vida concreta, en una integración sabia funcional, adaptativa y acorde con los tiempos, que anclarse en el pasado y con las apor-taciones antiguas que producen incomprensión y rechazo, y más que avanzar hacia la evolución humana nos paralicemos en una involución espiritual creciente.

La epistemología subyacente de un único camino para todos no es correcta.

Cada humano inaugura una forma concreta de procesar y progresar y los pueblos y las nacionalidades no son una excepción. Aceptamos y comprendemos, por nuestro diferente nivel evolutivo, que todos los ca-minos pueden ser veredas adecuadas de tránsito y evolución, aunque ya sabemos que apartarse de las tendencias mayoritarias genera etiquetas y devaluaciones.

Cuando nos encontramos con matices y diferencias en los otros nos sentimos en peligro y dudamos de lo propio, y así no nos permitimos que cada cual ensaye sus decisiones y acumule sus experiencias.

Solemos rechazar lo diferente, y en ocasiones echamos mano de la etiqueta y el diagnóstico, y que, más allá de atraer las polarizaciones psicopatológicas al uso, pueden servir como arma arrojadiza y marcar

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el comportamiento ajeno. Patologizar principalmente a la sociedad de manera creciente, corresponde sobremanera a los que tienen intereses en la industria farmacéutica.

Enfatizar las diferencias puede atacar la sensibilidad evolutiva en su desigual desarrollo. Las consideramos externas o ajenas, de igual modo ������������������������������������������ ���%��� �������grupos emergentes. Todo ello se sustenta en las idealizaciones de per-fectibilidad y superioridad moral que pensamos sostener.

Cada uno de nosotros puede transitar diferentes rutas, es más, en su ������������������������������ �������� ��� ����������� �� ���-plio, denso y fecundo, como para entender que “visualizamos” aspec-tos determinantes y genuinos, que nos implican a todos, en diferentes diagramas y reconstrucciones asimilables.

Preguntarse por la naturaleza humana en su sentido último es una interpelación que resuena siempre en el cuestionamiento propio: ¿Por quién doblan las campanas?

No obstante, es necesario tener valor para la pregunta y para la respuesta, y no ceder ante la primera divagación, venciendo inseguri-dades y el adoctrinamiento alienante.

Responder con más detalle sobre el camino adecuado circunscri-be a la experiencia de cada concreto humano, y no nos es posible proponer soluciones sin saber en qué lugar se ubica cada cual, si no hacemos un acto de humildad y reconocemos que no tenemos res-puestas universales para cada experiencia individual, sino múltiples vías comprensivas para el desarrollo de individuos determinados.

Podemos apreciar que el sentido de la vida se encuentra en el cami-no, pero camino se hace al andar, meditar y experimentar, y pretende-mos transmitir desde nuestros recursos una experiencia particular para cada estado evolutivo particular.

Y sabemos también que desde una perspectiva lógica, lenguajes construidos sobre postulados diferentes, aunque no contradictorios, pueden llegar por encadenamientos lógicos a conclusiones contradic-torias.

Por ejemplo sabemos, desde la Teoría General de Sistemas, que ningún modelo puede encontrar validación en el mismo nivel de rea-lidad.

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]���� �# �������� �������_`����������������*����� ���puede desarrollar una axiomática universal que agote todas las posi-bilidades de un cierto campo de aplicación sin llegar a alguna contra-dicción.

La idea de caminar hacia la excelencia o de trabajar para la idea de evolucionar precisa encarar el esfuerzo con la humildad de aprender de todos y poder llegar a ser mejor.

Esta necesidad evolutiva se revela desde todas las ópticas del vi-vir y el sentir, cuando nos permitimos una apertura a las emocio-nes, sentimientos y pensamientos que nos pueden dar respuestas a ��������� ����#��������������������������������������� ������pregunta y de la respuesta a la vez. Esta advertencia paradójica que nos implica en la interrogación pretende señalar que es hacia dentro prioritariamente donde puede surgir la claridad y la respuesta.

No se trata de argumentos circulares, ni que nos queramos agarrar a una “tabla de salvación” o a un sistema de defensa, como algunos sostienen, sino que en la consideración de las emociones-sentimientos o intuiciones, se encuentran enmascaradas las respuestas establecidas.

Así el hombre decide y se comporta con una intención perenne en su proceder. Este podría ser el centro básico de todas las vertien-tes doctrinarias y metodológicas, pero sorprendentemente negamos el porvenir y por eso debemos aprender de nuestros maestros primero, para después seguir su senda. Una senda de paz interior, compasión, tolerancia y amor.

Piénselo. Permítanse, dense la oportunidad de abrir los ojos y cre-cer hacia la expansión del bienestar interior y aceptemos una visión de las cosas posibles y auténticas, como nos lo recuerda la psicología positiva del ciclo vital. Esto no es pretencioso, ya que, lo contrario, es ������ ������������ ��������� �������{�#������������|���������-rancia, etc. Y no escarmentamos con el dolor.

De la misma forma, podemos mirar y aprender de nuestros escrito-res y artistas más usuales y geniales.

}������� ��� ��������� �� +�� ��� ����� ��� �������"��� � ���� �cómo él desarrolló en su metafísica dos cuestiones interesantes: la esencia y la unidad, que no están de moda, pero que son capitales para entender el estudio y la naturaleza del hombre.

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León Tolstói, de igual modo, escribía:

“El hombre puede ignorar que tiene religión, como puede desconocer que tiene corazón. Pero, no puede existir sin ambas cosas.”

Miren al mismo Sócrates, un sabio maestro de la mayéutica, que nos recordaba el profundo misterio de la vida, y que poco o nada sabe-mos, desde luego, frente a lo que desconocemos.

Pero el camino precisa seguir indagando-meditando, preguntándo-nos sobre el sentido, sobre la idea de una materia evolucionada o sobre la evidencia de una energía creadora que cada uno “re-crea” en su vida concreta para que se produzca más vida y aparezcan en nuestra mente procesos de claridad cabales.

Aceptar con el Dalai Lama que late en nosotros la divinidad no es tan descabellado. Por eso reconocemos su presencia en las situaciones más traumáticas, y es ahí donde intuimos lo que hemos “olvidado” de nuestro conocimiento profundo.

]����� ���%�� ������#�������������� ����������������������~�-tega y Gasset, que decía que se evoluciona cuando avanza el pueblo, y reúne grandes dosis de verdad.

De igual modo, en palabras de Cervantes, en su re-creación de la ��� ����������������������������� ������������ ��������������-cos complementarios, desde la excelente practicidad de Sancho Panza, hasta la idealidad del caballero rayana en el delirio, en disputa con su escudero sobre la forma de ver la realidad y la vida en sus discursos y contrapuntos.

Por un lado, la grandeza perceptiva de D. Quijote, su altruismo y utopía, que irradia respuestas de gran nivel, y por otro, la concreción y sensatez de Sancho, que pasa por versado y también por sabio al devolver a cada interlocutor la responsabilidad sobre su pensamien-to-acción, como recoge nuestro juicioso escritor en aquella frase que remite a lo individual de cada particular visión y experiencia:

“Como quiera que se le alcance al caletre de vuestra merced.”

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Siempre podemos recordar a nuestros investigadores humildes, que se ajustan simplemente a la frecuencia de su demostración, y como prueba de su posición, no quieren saber nada que no sea demostrable, palpable, refutable, replicable y público en su proceder.

]��%��� ��������%����� ����� ������%������ �����������%��-bre es un conjunto material de elementos, y que con su muerte no pode-mos encontrar más que lo que la mirada corta rescata.

A poco que se medite sobre dichas referencias negadoras se alcanza a percibir que no miran del todo en su interior, y resulta una forma de posicionarse negativa de lo que puede resultar bienhechor, positivo, tranquilizante, y en lo que coinciden todas las religiones. Coinciden en que habita en nuestro interior un halo inextinguible.

No quisiéramos ofrecer una idea “circular”, pero desde luego se puede pensar de otra manera, frente a un realismo ingenuo, como nos demuestran los avances de la física cuántica sobre la percepción de lo real, al considerar que el espacio-tiempo es una ilusión de los senti-dos, por lo que no puede ser menos la parte del cuerpo que implica al espacio circundante.

Como escribe Luis Cencillo en El estado sin dolor sobre la cues-tión del vivir y el morir:

������������������������������������������������������en sus acciones y más allá de esta experiencia de cambio se revelara la existencia.”

No pueden por esto mismo equivocarse, todas las culturas a la vez, en su discurso trascendente. Algo sensato encuentran los diferentes pueblos, desde las sociedades más evolucionadas a las más precarias en la re-creación de la trascendencia, y sospechamos que están conec-tadas al universo o a su Creador.

Podemos observar a diferentes culturas: los europeos y americanos nos consideramos pueblo elegido y no nos hemos percatado de que, a lo largo de la historia, no solo no hemos conseguido la atribución moral para ese liderazgo, sino que nuestro comportamiento ha sido discutido y hemos realizado un servicio que se puede mejorar en el ideario de igual-dad, justicia y paz, y por supuesto, en la evolución moral de los pueblos.

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Desde siempre los hombres han pretendido, deseado y conquistado una idea de trascendencia, la cual ha sido mal interpretada y negada, con devaluaciones basadas en una crueldad recurrente.

A los humanos se nos ha amenazado demasiado con designios torturantes, con ideas siniestras de fundamentalistas, tenidos por re-ligiosos, tratando de imponer a los menos críticos “prohibiciones” en nombre de un dios que no habita en el corazón ni en la experiencia inteligente del hombre.

Es cierto que en nuestra cultura se prima la razón frente a la acep-tación del mundo diverso de singularidades y de emociones dispares, negando la utilidad de procesos meditativos que se pueden conjuntar en armonía.

Pero seguimos temiendo castigos extraordinarios, alejados de pa-���������������� ������������� �������������%����������������-valente, dubitativa, precaria y, tal vez, “relapsa”.

Nos han tratado de “condicionar” el comportamiento con “pre-mios-castigos”, que nos dan una idea mítica, manipulada y errónea de nuestro funcionamiento mental.

Un resultado de dicha cuestión es la idea de un dios martirizante, inexistente, propia de la construcción de hombres problemáticos que no han querido entender que la deidad es gratuidad tolerante, y por tanto, expresión máxima de amor, siendo la re-creación de cualquier conducta básica la que reside en un libre albedrío que puede o no ser responsable.

Se habla en nombre de un Creador que obra apartado de esta base universal lúcida, entendida desde una visión evolutiva y ascendente y se atribuyen intenciones, designios, voluntades, persecutorias y per-versas, para “controlar” la conducta de hombres “que se pierden en el laberinto de sus emociones”.

La alternancia de premio y castigo ya no es creíble hoy. La gente ha ��������������������� ������������������� �������� �������-dades maniqueas no tienen mucho sentido sobre el control de nuestra conducta y el sometimiento posterior culpógeno, y de que esta coer-ción no da los resultados operativos en la amenaza de las conciencias.

Sumergidos en esta relatividad cultural para poder discernir lo bue-no de lo malo, al hombre no le queda más camino que seguir su propia

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vía intuitiva contrastada en la razón, sin llegar a un pensamiento para-lizante, ya que pensar en exceso no resuelve, sino que puede detener.

Parece que la pedagogía del descubrimiento sirve para que cada cual retome lo mejor desde su momento vital.

El hombre necesita experimentar y después reubicarse en un orden a la medida de su “evolución”.

Y nos preguntamos:������ ��������� ��� ������ � ����� ���������� �� ���� ����� ���

intentan manipular la conducta de los demás? ¿Hemos captado la esencia del mensaje sustitutorio, que pueda

permitir el crecimiento, la madurez individual y/o grupal? ¿Tendremos que recurrir a las ideas orientales más comprensivas,

para liberarnos del sin sentido que nos produce el inconsciente colectivo social?

¿Nos podremos liberar ya de un juicio condenatorio pertinaz y de su subsiguiente castigo eterno?

�=����� ��� ������ �� � ����� �� ���� ���� ���� �������� ��seguiremos buscando castigos crueles también para los demás?

Convendremos que la idea de juicio, y su consecuencia negativa, tiene vigencia en la medida que realizamos un juicio habitual sobre nuestras elaboraciones y decisiones, que van a codirigir el comporta-miento inmediato y posterior, propio y también ajeno.

Enjuiciamos como adecuado este y aquel comportamiento, o ta-chamos de inadecuadas estas y aquellas conductas, en un ejercicio de proyección masiva.

Pero no somos concientes de que ni ostentamos la verdad ni debe-mos enjuiciar el comportamiento que precisa evolucionar y caer en la cuenta de sus abusos.

Es cierto que en ocasiones podemos ayudar, pero si esto no es un arte es mejor callar.

En última instancia le atribuimos carácter de “realidad”, de “ver-dad” y del “así son las cosas” a nuestras acciones más elementales y ����������������� �����������������������#�������������������� �'

Posteriormente desarrollamos conceptos y teorías a partir de la sistematización de lo anterior, y nos volvemos rígidos e inamovibles frente a una realidad que nos muestra el cambio sin darnos cuenta de

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que este cambio constante es la realidad y el sentido humano, y de que las cosas no pueden ser iguales ahora que como hace dos mil años.

Si las lecciones inspiradas en la antigüedad sirvieron en su momen-to, no pueden ser útiles ya, salvo en la medida que hablen de nuestra naturaleza y verdad adecuada y acompasadamente.

Las mismas limitaciones nos oprimen en la aceptación de la “im-perfección” de otros, ya que todos tendemos a lo perfecto, lo que nos hace creer que estamos en posesión de la verdad, y criticamos y con-denamos comportamientos pasados propios en otros.

No recordamos que no solo los hemos visto y realizado cerca, en nuestro tiempo inmediato infantil, juvenil o adulto, ahora o antes, sino que se nos ha olvidado su proximidad.

Relegamos demasiado deprisa. Perdemos demasiada memoria y no aprendemos las lecciones propias, repitiendo errores, apenas repuestos de los sufrimientos que se nos imponen una y otra vez en una circula-ridad sospechosa.

¡Siempre tropezamos en piedras similares!

O la compulsión a la repetición de Freud. Algo ocultan las conduc-tas, que recurrentemente chocan con el mismo canto. Tienen que tener un nexo relacional común.

&�������������#��������������������#����� ��������%������ ���patrones y ciclos de acción que implican a lo más recóndito de la mente.

“El hombre es un animal dialéctico����������������� �����������la capacidad y la necesidad de conversión de una serie de elementos en sus contrarios, conservando lo mismo cambiado de signo. Así lo colectivo se convierte en propio y personal, lo personal se socializa, lo irreal utópico se realiza y lo real se convierte en arquetipo y símbolo.” Cencillo (1988:13).

Una de las constantes que se nos ha impuesto periódicamente, en nuestras últimas experiencias, tiene que ver con la idea de no conde-nar, y posibilitar otra oportunidad al que se equivoca y lo pasa mal, porque dando una oportunidad más, nos la damos a nosotros mismos y nos sirve de modelo y de posible corrección.

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La consideración del error lo advertimos ante nuestras exigencias y los caminos evolutivos diferentes que queremos imponer a los demás:

�� Exígete tú más aún, y tolera a los otros en sus objetivos meno-res.

�� Nos preguntamos asimismo: �� ¿Cómo podremos vivir sin realizar estas pequeñas elaboraciones

acerca de lo cotidiano y decidir sobre las cosas y sus conveniencias si no realizamos un pequeño contraste comparativo?

Consideramos que las decisiones acerca de los objetos no pueden apartarnos diametralmente de las decisiones sobre las personas, y cuando así ocurra, estaremos elaborando juicios y decisiones erróneas.

De estas representaciones se deduce que en nuestra mente podemos desconsiderar la unidad humana que conformamos y que generamos en un principio de correspondencia constante, como nos recuerdan las experiencias de otros y nuestra propia vida.

La idea de evolución, mejora, desarrollo y perfección, se nos impo-ne una y otra vez en nuestras conductas e intenciones.

Apuntamos hacia el esfuerzo de intentar grados de bondad, a pesar de que nos encontramos en ocasiones sin fuerzas, y todas las mañanas nos hallamos reconfortados sin saber muy bien si eso obedece al sue-ño reparador o a otra suerte de reenergetización más consistente.

Los individuos, sobre todo en Occidente, hemos evolucionado para salir de algunas ideas caducas, y anclarnos en un materialismo alienante de nuevo que no “acaba de despegar” y que no nos permite reconocernos y desarrollarnos en lo mejor de nosotros mismos, por lo que desconocemos la realidad profunda que anida en nosotros, y realizamos divisiones en lo que no precisa.

Es cierto que muchas cuestiones nos resultan desconocidas y no imaginamos su proceder, pero la experiencia y la vida no debieran ����� ��������� ����� ����������������������������� ������������en los demás, a pesar de que nos encontremos en caminos sin aparente salida.

No debemos dudar de que siempre aparece una salida, surge una ��� �� �� �� ���� �� ���� ����� ���� ���� � �� ����� ��� ������ ��

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nuestra sensibilidad perceptiva, creativa y bondadosa, y esconde, bajo la racionalización y el pensamiento defensivo, lo mejor de nosotros mismos, volviéndonos “duros, negadores, rígidos, competitivos y egoístas”. Con nosotros y con los demás.

En resumen: nos alejamos de los caminos de la bondad, la toleran-cia y la concordia por cualquier motivo baladí.

No podemos desconsiderar que las demás personas constituyen otra gota de agua en el río de la vida. Nadar en él armónicamente es lo que nos corresponde. La vida cotidiana nos lo hace difícil a veces, y olvidamos de nuevo hasta que nos permite despegar al sentir algo más elevado.

Intentar nadar en armonía y en la apertura nos hará evolucionar y derribar el muro de la diferencia y el rechazo relacional de la “alteri-dad”.

Asimismo, parece dato antiguo considerar que la denominada cul-tura oriental ha superado a la occidental en su discurso espiritual y en la respuesta a preguntas sobre la rueda de la vida, o sobre la idea cada vez más irreemplazable de que vivimos más de una vez, y es curioso cómo el sentido común popular va creciendo en esta dirección. Incluso en el argot se invocan en frases atrabiliarias “la madre que te volvió a parir”, “la que te recontra parió”…

Cada vez es más evidente en nuestra desfondada, opulenta y narci-sista conciencia occidental, que las formalizaciones religiosas orien-tales presentan una experiencia rica en espiritualidad y meditación. Que los occidentales debemos incorporar en nuestro sistema diario, en exceso tecnológico y ensimismado asumiendo que desarrollo sin evo-lución da desaparición, y que lo comunitario y altruista la diversidad enriquece.

Parece una falacia que el hombre occidental se considere “evolu-cionado” frente a culturas denominadas “no evolucionadas” y tenga que depredar, engañar, abusar y despilfarrar, frente a los débiles y precarios, o grupos que nos gusta denominar “primitivos”.

Esto es especialmente cierto en la diferencia económica de los países, pero lo vemos mejor si recordamos a grupos enraizados en la naturaleza, por ejemplo los bosquimanos, que efectúan una relación “casi religiosa” con el medio adverso. Este pueblo respeta y cuida su

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“precariedad”, intuyendo que si cambian de comportamiento, aumen-tarían el peligro a desaparecer como grupo.

En el sudeste de la India nos enseñan con su conducta a respetar a las organizaciones vivientes. Por ejemplo, es conocida la risa que produce en Occidente el respeto a las vacas “sagradas”, y cómo la po-blación sin embargo pasa penalidades.

Igualmente ellos saben que manteniendo vivas las vacas, ellos tam-bién permanecerán vivos.

Desde luego, no van a sufrir la enfermedad de las “vacas locas”, y nosotros tenemos que arriesgarnos una vez más a dicho trámite, en la explotación y el recurrente maltrato animal.

Las ideas que desprende una economía solidaria con las especies, que no comprendemos bien en Occidente, a pesar del discurso sobre el desarrollo sostenible, se ridiculizan, aunque cada vez menos.

Las culturas “ecológicamente más adaptadas”, al no depredar más allá de lo sostenible, tienen asegurado un grado superior de control instintivo del azar.

Curiosamente, estas cuestiones se las enseña su cultura-religión, y siguiendo los mandatos de Buda saben reconocer el respeto para con el resto de las organizaciones vivientes, plenas de armonía y dignidad, que nos enseñan a cooperar, compartir y meditar para evo-lucionar.

También es cierto que cuesta discrepar con un medio condicionante y es difícil ir aceptando y esforzándose en admitir el adagio de que el hombre sabio come lo que arranca y no lo que camina.

Queremos recordar que este posicionamiento respetuoso está muy alejado de la depredación occidental habitual, y que practicar este respeto para entender las diferencias y costumbres de otros pueblos, a los que toleramos momentáneamente porque no entendemos del todo, supone una falta de comprensión propia, en la medida que no nos desatendemos a nosotros mismos.

El respeto a las organizaciones plurales y la consideración de nues-tro ambiente relacional ecológico es determinante en una idea de sos-tenimiento, de equilibrio y de viabilidad armónica de la vida, tomando ������ ���������� ��������� ������� ������������������������-tas no se cansan de señalar.

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Tenemos que aprender a vivir sin meter ruido, a pasar por la vida con cierta suavidad, de puntillas. Siendo justos con nosotros mismos conseguiremos una vida más plena y eso nos reportará concordancia y equilibro con lo mejor de nosotros mismos.

Pero para esta perspectiva, también tenemos que acceder a ciertas correspondencias superiores y caer en la cuenta de que no somos dueños de nada y de que todo es prestado por un tiempo y que se nos regala.

Pero no terminamos de entender la base y la altura de la constitu-ción humana, y conservamos múltiples discordancias y construimos la idea de un ser supremo creador, negador de su obra y en contradicción con la idea de Amor.

Atribuimos un origen incorrecto al hombre, desde la imperfección del pecado original a la erótica amorosa.

La relación amorosa, sin embargo, no puede ser devaluada, pues puede producir la enajenación transitoria más fructífera y re-creativa de la vida, en una satisfacción fecunda, exquisita y milagrosa, que nos afecta y nos une con el otro más allá de lo que sospechamos en un or-gasmo profundo y que puede retraer en determinadas organizaciones y circunstancias el posterior alumbramiento.

Otra cosa es la devaluación constante y a destiempo que se hace de la genitalidad mecánica, en una alocada y frenética relación instru-mental que persigue relajar tensión y disminuir la ansiedad mal canali-zada, buscar el goce mínimo en la descarga. Separada esta genitalidad de una comunión superior, ciertamente es una vía que empobrece, au-sente de un afecto denso y constituyente, en una considerada ritualiza-ción que precisa control y oportunidad.

La concupiscencia puede ser cuestionable, pero no lo sería lo que fundamenta el Amor, y no entendemos cómo puede ser mala la rela-ción sexual cuando todo el mundo coincide en que “¡es buenísima!” ���������������������������������� ������ ���������� ����-tima y fomentadora de vida, que nos puede ayudar en la búsqueda del sentido.

La relación amorosa, sexual y genital es la columna constitutiva que nos hace ser en este plano, y sin embargo suele ser desvalorizada �������������������������������%�����'�

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Ahora bien, se puede sublimar para alcanzar grados de elevación superior, por la sencilla razón de que pretender cotas elevadas de in-formación, conocimiento y progresión, supone dejar distractivos de la vida cotidiana y encarar el entrenamiento del acceso luminiscente.

Es cierto que si se pretende una evolución en la comunicación lu-minosa superior, hay que demandarla desde aquí y cerrar el plano del hedonismo genital no constructivo.

~ ������ ���������������������������Z���������������������-lizar conductas erróneas, en una limitación derivada de considerar el cuerpo lugar de imperfección.

Ciertamente, de nuevo, estamos ante una valoración y una posibi-lidad vital de crecimiento, y esto sencillamente nos puede permitir el acceso y la autorealización vital.

Le otorgamos al “Creador” la propiedad de habernos generado de su misma sustancia, siendo parte suya, y sin embargo, nacemos peca-dores por concepción.

Estas ambivalencias, apartadas de una verdad, son obra de personas de mente estrecha, de polígrafos dudosos e historiadores complacien-tes, o de hombres condicionados por el poder y sus componendas, que diseñan los dictámenes morales atendiendo a intereses particulares.

������ ����� � ������������� ���������� ����� ���� ���doble lenguaje!

Cómo se puede contaminar tanto la idea de Dios con estas recrea-ciones humanas negativas y temerosas, censuradoras y persecutorias, ����������������������������������������� �����%������� ���'

No podemos dudar tanto de nuestra verdadera naturaleza amorosa, bondadosa, compasiva y tolerante, creada a la imagen de su Creador.

Ciertamente, lo mejor que tenemos brota de nuestro corazón, nos hace más grandes y luminosos.

Lo peor nos oscurece y apesadumbra rebajándonos en la adecuada vibración.

Así nos viene a la mente que las entidades en sí pueden tener dife-rente valoración y contenido, no son malas ni buenas, y que habitual-

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mente las cosas son producto de una relación que tienen un progreso y una transición, y que una cosa no puede ser mejor ni peor más que en un momento de la observación, en el que nos podemos ver obligados a tasar, por lo que tenemos que preguntarnos cuál es el momento más adecuado para evaluar, cuándo decidimos valorar y por qué nos vemos impelidos a la apreciación.

Evaluar, contar y medir, puede ser una suerte de detención que nos haga reaccionar pero también nos pueda paralizar, y nos podemos pre-guntar en un orden superior:

“¿Qué fue primero?: ¿Dios o la religión?” Seguramente Dios. O, “¿qué fue primero, Dios o la fe?” Dios, posiblemente, sin em-

bargo ha sido el vínculo de la fe el que nos ha hecho acercarnos a Dios. Pero la experiencia preclara nos permite también recorrer el cami-

no sin el riesgo de la duda.¿Qué es primero el pensamiento o el lenguaje? Primero es el símbolo que atrae lo que determina el pensamiento. {=��������������������������������������������dos o más sig-

�����������niveles distintos por la mediación de un signo sensible. &�� �� ������ �� ������ ��� �� ��� �� ���� ������������ �� ������� ��������������������� �� ������������������cualitativamente diferen-tes, solo habrá una señal más o menos compleja, no un símbolo, cuya función precisamente consiste en relacionar ����������������� áreas de realidad diferentes”. Cencillo (1988:15).

¿Qué es primero, la luz o la vela? Necesariamente sería la luz. ¿Qué es primero el huevo o la gallina? De nuevo una buena cuestión irresoluble e interactiva, relacional,

como gusta denominar ahora a los diferentes teóricos.La cuestión relacional es básica para entender a las organizaciones

vivientes y los sistemas comprensibles, pero lo determinante y rele-vante es la relación conectiva, a través de la cual se elabora el olvido, la pauta que guía.

No se trata de saber qué es primero, puede que se trate de una im-plosión conectiva.

La causa es el vínculo que se establece.

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El que sea la gallina o sea el huevo es lo de menos, y no es una formulación correcta.

No podemos olvidar que la formulación correcta debe ser conside-rada para su adecuada respuesta.

La relación entre la pregunta y la respuesta implica a la disciplina. Así, manipular los textos históricos y las doctrinas negativas sobre

la creación interesó a algunos para detentar su poder y fomentar el sistema de control sobre los más inocentes.

Este no fue el mensaje por el que Jesucristo vino a mostrarnos el camino y fue martirizado en la Cruz, ni es el mensaje de los “maestros ascendidos”, de los sabios que nos precedieron, y que también nos ayudaron a comprender, aunque no los veamos habitualmente en la falta de apertura energética que nos constituye.

El mensaje fue proteger a los débiles, a los inocentes, amar al próji-mo y amar más a los que te aborrecen, ya que no se puede comprender la “Obra” en su complejidad y perfección divina, y menos desde la implicación con y en la materia.

El logro de ver un poco más allá de lo evidente es una conquista espiritual y surge cuando llamamos recurrentemente para que nos res-pondan.

Es reconocido por muchos que los planteamientos de alienación y falta de amor fueron formulados por personas radicales, manipu-ladores fundamentalistas, a lo largo de la historia de la evolución de las religiones, y que, a nuestro juicio, “interpretaron-acumularon” rí-gidamente las vías que se nos daban desde siempre para aprender, sin embargo “ocultaron”, tal vez, a quien predicaban.

A Dios seguramente no se le encuentra en la idea de castigo y pu-nición eterna, ¡qué dislate!, sino en la del perdón, compasión, amor y salvación.

De la misma forma, tampoco le preocupa qué hagamos con nuestro libre albedrío, ya que para eso nos lo ofreció, y precisamente ese es nuestro mayor temor, condenados a los laberintos de la elección y al continuo ejercicio de la libertad.

Nos asusta ejercer los grados de libertad conquistados, y cuando nos toca decidir, nos equivocamos tan frecuentemente que da risa, y

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

produce paralización a muchos el riesgo de equivocarse en la consabi-da falta de intuición sobre las cosas elevadas.

Tampoco consideramos que necesite de nuestros cánticos y rituales, aunque nosotros como especie sí los necesitemos, donde nos sentimos mejores por un rato, para olvidar después y, con renovadas fuerzas, segmentarnos, dividirnos, atacarnos y confundirnos con los demás.

Coincidiendo con la idea que tenemos de la vida, el hombre expe-���� �>����������������� ��������#���������������������������nuestra propia versión humana.

Esto supone recordar algunas propuestas éticas primordiales, que nos permitan ser bondadosos, tolerantes, amorosos y respetuosos con nosotros mismos, para poder serlo con los demás.

La idea de amor a la mismidad, al self, lejos de ser narcisista, es la base de la psicología del desarrollo vital, de la naturaleza humana, y del humanismo.

Esta idea de totalidad de especie moral, base de una ética primaria, quizás apareciera en las primeras vías que algunos erróneamente lla-maron mandamientos, en las enseñanzas de Moisés, que suponen un avance humano basado en la conquista de un comportamiento respon-sable, positivo y, tal vez, amoroso.

El mismo jefe indio Nube blanca no entiende del todo la lógica de los mandamientos instalado en la afabilidad de la vida de la pradera. De ahí señala a los mandamientos como órdenes promulgadas por un Dios enfadado, que no son leyes para cumplir, son vías para transitar y conectar con lo más elevado de nosotros mismos, premoniciones inscritas en el corazón de los hombres sensatos.

La ley del corazón es compatible con la ética del Sinaí. Los “com-promisos” de las tablas de la ley fueron una serie de “vías” que los hombres podían tomar para encontrar a Dios en su corazón. Estas fueron las posibilidades que Moisés recibió y mostró para acercarnos al mensaje de Dios. Estas eran las vías que podíamos transitar.

No eran las prohibiciones de un Dios que nos aporta el libre albe-drío y que por ejercerlo nos castiga eternamente. No eran las leyes de un Dios enfadado.

¡Un despropósito lógico mayor no se sostiene fácilmente!

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Si robas, si mientes, si eres agresivo con los demás y contigo mis-mo, si pretendes a la mujer o al hombre que está unido a otra persona, simplemente te estarás equivocando de ruta, porque hay muchas per-sonas libres que desearían conocerte y que no tienen compromiso. No tomes lo que no es tuyo. No luches con la mentira, porque te debilitará. No seas pendenciero, agresivo y ���, porque más dura resulta la pata-da de una mula. No luches para desposeer de sus bienes a tu amigo. No difundas comentarios nocivos, se ecuánime, respeta a tus semejantes porque son igual que tú. Reverencia y ayuda a tus padres, aunque les veas deteriorados, porque también en su día fueron jóvenes y fuertes y además te ayudaron a crecer, te proporcionaron la vida y te quieren e intentan proteger.

Es el proceso de amor y de falta de unidad el que no hemos com-prendido o cumplido. Es el que nos resistimos a desarrollar, y para ello organizamos erróneamente la idea de una deidad vengadora, punitiva, castigadora y represora, para calmar la comezón de nuestras obras ne-gativas, implicadas en la culpabilidad, emanadas del libre albedrío, sí, pero que precisan una catarsis y una liberación oportuna, y a veces, para ello, castigarnos para aprender y que no se nos olvide.

¡El castigo eterno no tendría sentido educativo ni posible enmienda moral ni comportamental futura!

De nuevo, surge la pregunta: si nos dan el libre albedrío, ¿de qué ��������������� ����$������������ ��>���������� ����� �la idea de que somos nosotros los que nos vamos a juzgar y los que no nos vamos a perdonar, y nadie más que nosotros, y mejor será enton-ces que nos perdonemos, cuanto antes mejor, errores y culpas.

Ahora bien, si alguno con su pensamiento, palabra y conducta trans-grede, y empieza por conculcar su ley, y se aparta de su esencia, y rea-liza conductas moralmente incorrectas, supondría que no sabe construir su ética, y eso ya es una limitación.

¡Que no exista disconformidad en los comportamientos es apropiado para que llegue la armonía interior!

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

La diferencia, como defendía Aristóteles, nos enseña la vía, y hay diferencia, como la hay entre noche y día, entre verano e invierno. Cada uno, desde su libertad, puede escoger y realizar lo que mejor le venga para su organización y desarrollo vital sin miedos.

El hombre teme más sus dudas y su arbitraje que lo amenazante del camino.

Tememos más a la serpiente imaginaria que a su picadura mortal. $������� ���#������������ �������������������Z������������� ��-yen fábulas frecuentes diferentes de todo lo que no comprendemos y de lo que entendemos a medias. Desde el Ángel caído al maligno demoníaco, que primero luchó contra Dios, ¡el colmo!, y se opuso a ��������������������������������������������������Z���������� ������el comportamiento erróneo propio, o el de los vecinos que lo niegan o lanzan la culpa a los demás.

Las referencias de un demonio surgen del Zoroastrismo del siglo VI, �'��'��������������&�������������������������������"���>+�������������������������Z��������� ����������������*��������������-critas en la cultura oral y en las metáforas, incluso en las transcripciones del Nuevo Testamento posterior, pero no son ni inspiradas ni cristianas.

La inspiración tiene armonía y poesía y cuando no, nos encontra-mos con la elucubración de mayor o menor gracejo.

No parece racional que estas cuestiones que se alejan del Amor, que es lo que hay, y es el Todo, vayan a ser inspiradas por la divinidad o los maestros ascendidos, o los profetas, o los iluminados, no es la prosa propia y adecuada para las cuestiones elevadas.

La narración elevada e inspirada se reconoce enseguida por su ca-dencia, ritmo y evocación. Son rimas superiores, y desprenden una connotación elevada, como el buen vino, diferente a la argamasa del traductor, o del corrector, o del censor de turno, que se puede encargar de manipular el texto de acuerdo a un interés político puntual, supues-to o inconsciente.

En cada cultura surgen las disputas de cómo surgieron el hombre, el universo y la vida, y si hay más culturas evolucionadas en relación entre sí, o a diferencia de la nuestra. Toda esta creación plural ha ge-nerado las disciplinas de conocimiento que se ocupan de poner racio-cinio a los asuntos del hombre, y todas las escuelas con sus aportes

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pueden colocar su granito de arena y estar acertadas en alguna medida, como por ejemplo, la implicación natural entre creacionistas y evolu-cionistas, reencarnacionistas y defensores de una sola oportunidad, en desmemoriada opción.

Todos cabemos en la misma cadena de la comprensión humana, dependiendo, como siempre, del punto de vista del observador.

Podemos pensar cualquier cosa sobre los enigmas de la vida y lo inefable, que hemos surgido del mar, que hemos progresado de una variante de primates, o que simplemente en sus inicios, como dicen ����� ���� ������������������ ������������ ��������������-rrollara la vida, y/o que nuestro Creador, con su capacidad, diseñó la obra de la que somos responsables en parte, y que la consecución y evolución de la vida a lo largo del proceso histórico ha puesto el resto, en la medida en que más de treinta mil reacciones químicas básicas no se desarrollan al azar (Walsch, 2001).

Consideramos, como hemos apuntado, que el mal no nos es ajeno como el bien, que está en nuestro interior, y en el cual nos podemos recrear.

Sin embargo, el discurso del mal apareció y se dispersó, y está pre-sente por nuestros miedos, recelos e inseguridades. No contentos con defendernos de la sospecha, nos hemos empeñado en negar la realidad en su trascender recurrente, y para colmo de errores, nos empecinamos en vivir una sola vida como la única peripecia de evolución posible.

¡Una simpleza sobre lo esencial del vivir no se puede decir con tanto convencimiento!

Tenemos que sugerir, y si no rindiéramos lo adecuado como en la pará����������������������� �������� ���������� ��� '�Si suspen-demos y no pasamos de curso, no se nos va a dar otra oportunidad para recuperar la experiencia o superar la disciplina no resuelta, a veces de la vida y el amor, que es la más peliaguda que conozco.

�� ����������������������������� ���������� ���� ��carrera!

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

Es una crueldad implícita no proponer las ayudas pedagógicas pre-cisas para su superación. Como los malos profesores, que se empeñan en suspender para siempre, por su sadismo disciplinar vital, y en hacer que el alumno abandone la carrera, recordando el dolor y la frustración de la expulsión durante toda su vida. ¡Qué error! ¡Qué estupidez! ¡Qué arrebato antipedagógico! Pretender pasar al recuerdo de algunas per-sonas, que fueron alumnos/as como ejecutor de dicho dislate.

De nuevo el hombre proyecta su debilidad a la altura de la creación de un superior perverso, y la idea de un Dios persecutorio e injusto se cuela de rondón por la proyección inconsciente en la rivalidad paterna negativa, que castiga a perpetuidad por no lograr su hijo la evolución esperada.

Ni el peor de los padres, en el peor de los arrebatos de la confusión enajenada, es capaz de tanta demencia, desvío y frenesí.

$������ ����������������������������������� ���������� �����como niños malcriados y antojadizos, ¡no se puede castigar a los niños por ser niños, por comportarse como niños, por jugar y no aprender!, y menos para siempre. Qué clase de padre sería ese, qué tipo de sa-dismo es este, qué despropósito o locura es esta, qué fabrica la mente humana para castigar a perpetuidad.

La idea de un Dios penalizador y persecutorio cabe en la cabeza de un hombre “sádico”, contrario a los que le consideran fuente de amor, compasión y perdón.

En la cabeza de un hombre “bueno”, “desarrollado”, “compasivo” y “responsable”, cabe la idea de un Creador a su medida, y que se comporta con sus semejantes con la misma nervadura.

Este contraste de diferencias resulta chocante. La idea del “Hace-dor supremo” no puede ser atormentadora y mucho menos cabría en la idea del propio Dios, si lo entendemos simplemente como sabio.

Empeñarnos en tener una sola oportunidad es anticonstructivo y suicida, cuando el tiempo de una sola vida representa un “par-padeo” encuadrado en el tiempo cósmico y en su inconmensurable ��������'�

Así que en tanto tiempo, en la eternidad algo hay que hacer, no nos vamos de vacaciones a sentarnos a la derecha del padre como algunos creen.

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La praxis habitual y la evolución, superarse y progresar, se revelan como una opción importante en la construcción inmediata y futura del hombre, arriba y abajo.

Igualmente se nos dice que tenemos que obedecer los compromisos, que se nos dan desde una ética compatible con las demás, y que se en-cuentran enmarcados en diferentes vías, con cuyo cumplimiento pode-mos reencontrarnos con una idea de Dios más acorde con la divinidad.

Insistimos, no se trata de obedecer nada. La base y la comprensión de estas posibilidades no son “normas”, ya que el humano está basado en el libre albedrío, y por lo tanto mal se le va a mandar “haz una cosa o su contraria”.

Así que nos dan la libertad de elegir una y otra vez para poder optar por cambiar nuestro rumbo y camino.

Aquí la visión budista es más tolerante y sabia, como vemos en el discurso de la ciudad de Benarés, y se acerca a una complementarie-dad que nos describe la experiencia regresiva.

¡Haz lo que desees y eso será bueno si tienes la fortuna de que salga del fondo de tu corazón!

Pero vivimos en exceso con la razón como para entender las leyes del corazón. Las leyes del corazón no pueden ir contra la lógica del progreso mental y personal.

La posibilidad de “progreso verdadero” se formaliza en la idea de encontrarnos a partir de ese camino, y si no lo andamos adecuadamente, es razonable que nos den otra posibilidad para evolucionar, ya que “si no hay exámenes de recuperación no nos dejarán acabar la carrera”.

Seguramente habrá una, y otra, y una más, y setenta veces siete, sin por ello perder nuestra esencia y mismidad, sin desaprovechar ni si-quiera el cuerpo verdadero, con conciencia y memoria. Este cuerpo es el “cuerpo astral”. No es el orgánico, ya que, como decimos nosotros, informados a medias y sin recordar, muere y se reequilibra, y cómo lo caduco, que es el cuerpo físico, va a resucitar, si no hace falta la carne en los átomos y la luz.

Podremos, desde la luz, reorganizar nuestra imagen física y esplen-dorosa de la forma en la que uno se quiera representar, pero la carne, la montura, es un vehículo que no tiene sentido más que en la dimensión terrenal y por eso se queda en el lugar al que pertenece.

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Equivalentemente es reconocido por múltiples corrientes y autores y por la propia terapia regresiva, que retomamos distintas formas tras-cendentes en distintas culturas, en un constante viaje de evolución y progreso vital.

Hemos vivido una vida, pero una, y otra, y otra más, y podría ser el revivir decepcionante, aburrido y tedioso, como dicen algunas perso-nas, avanzada la vida presente, y sin embargo, la paradoja está en que quizás se pueda elegir, y entonces ir y volver, retornar y evolucionar, y � ������������ ���������������������� �������������� ���-dad ni siquiera, como la nada, la podemos imaginar.

Los humanos no podemos soportar la idea de que la verdad se acer-que a nuestra bondad y al goce de estar siempre eligiendo nuestros potenciales grados de libertad en una constante evolución espiritual ������ �����'�����#���������� ����� �������������'�<����� ���vez hasta perfeccionar.

El amor humano, a modo y remedo del amor divino, nunca se deri-va de una comprensión exclusivamente intelectual, como tampoco la comprensión de Dios se alcanza en la mente psilogista, ni en las vías de Santo Tomás, ni en sus contrarias, ni en los caminos de la razón, sino que se encuentra en la verdad de las emociones, en la intuición y en los sentimientos de nuestro corazón (y San Agustín coincidía con Nube blanca, y tenían razón). La verdad está en el corazón.

Los mandamientos son vías para perfeccionar el alma, no son obli-gaciones dictadas en piedra por un Dios enfadado.

No es que esté el alma en el corazón o en el cerebro, o en el “Hara” o “Tan Tien” de los orientales, sino al revés, el cuerpo está sujetado por él (Walsch, 2001).

De la misma manera que las palabras sirven de poco para expresar las emociones, a pesar de que sean como el hilo de Ariadna y puedan servir para liberar a Teseo del Laberinto y del propio Minotauro que vive en nuestro interior, son los instrumentos maravillosos que nos permiten la comunicación adecuada.

Las palabras también pueden ser engañosas y resultar por ello “herramientas limitadas”, y cuando nos duele algo por dentro, en lo que llamamos no ya “intimidad” o “emociones”, sino “el alma”, como Jung, Dolto y múltiples pensadores aceptan, sentimos que po-

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demos saltar en pedazos, no ya de locura o confusión, sino de sufri-miento.

¡Y nos encontramos perplejos ante la inusitada presencia del desconcierto y el dolor!

Este sufrimiento amenaza, y puede resultar intolerable ante la falta de sentido, verdad y justicia inmediata, pero olvidamos las salidas, las vías reparadoras y los mecanismos oportunos que tenemos para progresar.

Cuando uno toca fondo de verdad ya no hay palabras. A pesar de nombrarlas, caen sin fuerza, pesadas, sin sentido, en la queja y el pa-decimiento intenso.

Lo real pierde rumbo, y uno cree que ya tocó fondo. Sin embargo, solo empezó a sufrir otra vez más, a pesar de pensar que esa podía ser una vez más, la última vez en que uno lo pasa mal.

Mal y bien, dualidad de una circularidad de experiencias y aprendi-zajes, desde el momento en que las personas tenemos que enfrentarnos con nuestra verdad, cuando estamos ante este dolor extremo, cuan-do esta experiencia nos encara en un desgarro, como la propia herida penosa de la muerte, reconocemos nuestro temor, nuestra debilidad y aquí ya no hay neutralidad. Entonces de nada sirve el materialis-�������� ������� ��������������������� ��������� ���� ���������probabilidad, ni el azar domesticado, ni los grados de libertad, ni la �������������������� ������������������������'�

Solo hay una fuerza que puede facilitar la comprensión de la esen-cia y el tránsito de la vida, que nos permite sentir y comprender la emoción, simple y necesariamente.

Si algo que amamos se nos muere y nos morimos por dentro, en-contramos nuestra verdad. Esa es la verdad de nuestro dolor, el cual ansía de forma instintiva recobrar la serenidad y el equilibrio, la tran-�������������������������������{��� ������������|'�

El que muere, ¡claro que subsiste en nuestra conciencia, recuerdo y sentimiento! No le podemos olvidar porque una parte de nuestro tiempo y memoria se fue ligada a él.

No es que el que se muere solamente perviva en la memoria, como se dice, para evitar aceptar una idea mayor y mejor de supervivencia, condenada a una visión miope de la carne desgarrada, sino que se

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

������������������������������������������ ������������������de verdad es el hombre cuando se va o se queda: luz.

Subsiste en ella, no se separa, ya que se anuda por los lazos inque-brantables y vibracionales del Amor.

Y también está cerca de nosotros, aunque no le podamos ver. Es cierto que cuando nos reunimos para tomar el té de las cinco, no lo bebe con nosotros y se le echa en falta, y no le solemos observar y no podemos disfrutar de su charla y compañía en la ilusión de la vida breve. Entonces nos cerramos ante el dolor y la incomprensión y lo damos todo por perdido.

Aquí, ante el dolor que sentimos en la pérdida, queremos ser ayu-dados, socorridos, sanados. Podemos llorar como niños desvalidos, lánguida o furiosamente y pedir ayuda gritando.

En ese instante justo, en ese profundo momento, es donde podemos reconocer a nuestro Creador, aunque sea como algunos, blasfemando y pudiendo desahogarse en este automatismo catártico, y ver al que se expresa en la luz de nuestra mirada y se inscribe en las leyes de nuestro corazón.

Así es el dinamismo de la vida, como el que transita la ley del movimiento, y se desplaza, y se sujeta al mismo tiempo en una gran y hermosa paradoja.

&�������� �������������Z��������� �������������������������y respondernos para volver a meditar.

Para este ejercicio vital, servirá de mucho la experiencia y el trans-curso de los años, ya que, como podemos colegir, esta evolución de “tejas arriba” va lenta. La vida, de “tejas abajo”, se acaba en un santia-mén, en ochenta añitos más menos presentamos fecha de caducidad y sin embargo nos sentimos con la mente joven y no podemos entender cómo tenemos el cabello blanco.

Luego será necesario revolver, por ello es en la meditación y apos-tando en la apertura de la verdad del corazón como van apareciendo las respuestas verdaderas, que justo para otros no lo son, porque no hay equiparidad evolutiva, y no hay vibración similar en nuestros des-pliegues diversos.

Es por la vía del desarrollo mental, como quizá podamos encontrar las “llaves-claves” de nuestro proceso evolutivo personal, por tanto,

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las respuestas que cada humano inaugura, en una nueva peripecia de existir-sufrir. Son recurrentes, como se detecta en la simple observa-ción de la realidad vital y fenoménica de los demás humanos y sobre todo de nuestro niño interior.

El niño interior se emplea como metáfora, pero también como rea-lidad de emociones y sentimientos internos estructurantes, aunque seamos ancianos y la regresión pueda ser más clara que nunca.

¡El niño habla como un anciano y el anciano especula como niño!

No lo es físicamente, para la elemental observación (un huevo es un huevo y no es una gallina), pero es reconocido que los niños, en su evolución, presentan similitudes acoplativas parejas al anciano en su desposesión, y cuando nacen, vuelven a presentar múltiples destrezas.

Los niños vienen al mundo con una sabiduría que hay que permi-tirles esbozar, pertrechados con mejores habilidades y herramientas de nuevo en el “vivir”, no solo nos dejan boquiabiertos con sus ocu-rrencias sabias de niños ancianos, sino que son capaces de mostrarnos ideas nuevas, que no caben en la tabula rasa del nacer y que no han podido colegir aún a su corta edad.

Desde luego, no existen en el lugar de la nada, pero sí desde un saber asimilado desde mucho tiempo atrás.

Observemos a los niños en sus ocurrencias, y cómo vienen las nue-vas generaciones, que nos sorprenden constantemente en su recapaci-tar, actuar y sentir (la salvación de la especie depende de ella misma), y serán individualidades las que de nuevo nos hagan progresar y nos “enseñen” una forma distinta de concebir, pensar y experimentar más acorde con lo que denominamos humanidad.

Lo que denominamos humanidad simplemente es esa capacidad de mejorar y evolucionar desde un encuadre más humano y auténtico, más acorde con lo que entendemos por sensibilidad progresiva de especie.

Pero parece más que evidente, esto se nota por todas partes, que estamos aún en un momento de “primitivismo cultural” que precisa rescatar lo mejor de nosotros como variedad, despejando fantasmas, tiranías, guerras y falsas ideas e inseguridades.

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Consideraciones preliminares en la reconstrucción de lo religioso

No debemos olvidar que a la humanidad “no le queda más remedio” para denominarse avanzada, que prosperar en justicia, paz e igualdad, y para esto tiene que elegir el camino que quiere transitar. En oca-siones, algunas ideas de progreso que engañan con prontas ganancias imaginarias pueden ser una ganancia secundaria y no una ganancia principal, al escoger involucionar.

Podemos cambiar hacia una funcionalidad mayor y mejorar aco-piando los mejores recursos y posibilidades, con una idea de sosteni-bilidad y de justicia mayor para todos y en especial para los despro-tegidos.

La idea de mancomunidad y ayuda nos permitirá comprender lo que denominamos acceso al crecimiento interior, que se observa en el despertar de determinadas conciencias, alrededor de esta fecha tan simbólica 11-11-11, que tardaremos en volver a concretar.

Todavía nos queda el asunto principal de la representación de nues-tra propia muerte y posterior desaparición, que nos angustia y paraliza a tantos, hasta el punto de negarla como experiencia de crecimiento interior, y muchos viven condicionados por esta manera de pensar, como si ésta no existiera, o como si existiera demasiado intensamente, produciendo tanta duda, tristeza y rencor.

���������� �������� ����������������������� �����������-carnar, el dolor del miedo y el sufrimiento aumentan, haciéndose in-sostenible de soportar.

��������������� ���������������������������� ��������������-dos por la duda, no podemos ver que es solo “tránsito, cambio e inno-vación” de la gran cadena de la experiencia de la vida en las múltiples vidas.

Simplemente:

Nacimiento, crecimiento, desarrollo, maduración, envejecimiento, transformación, en lo que llamamos muerte.

De nuevo, nacimiento a la vida, evolución…, y cambio en la rueda imparable de la vida.

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La historia tiene sus razones y nosotros la necesidad de rescatarla para aprender de sus lecciones.

Es evidente que el futuro está abierto a nuevas aportaciones diferentes hacia el crecimiento personal, y esta puede ser una de ellas.

Tenemos que señalar que algunas de estas ideas ya las hemos plan-teado en Hipnoterapia: ¿Acceso a vidas pasadas? (2009).

Retomamos algunos pensamientos ya diseñados anteriormente por la importancia que tiene presentar a los autores que han aclarado estas cuestiones, que ayudan a la comprensión del fenómeno tratado y que persiguen el convencimiento de que estos asuntos ya se desarrollaron antiguamente, si bien de una forma sistematizada lo encontremos en los albores del siglo XX.

La aplicación de la hipnosis con consecuencias terapéuticas trans-personales nos indica que es un asunto antiguo, que muchos ya señala-ron y que nosotros nos hemos encontrado por casualidad en la práctica de la psicoterapia y claramente no nos lo hemos podido inventar.

Hoy sabemos, y no nos avergüenza decir, que muchos terapeutas se han encontrado con cuestiones y realidades distintas, en algunos casos sorprendentes, que complementan teorías, y que no los hemos podido contrastar, pero que han desvalorado y desatendido en su práctica clí-nica, como le pasara al propio Freud tiempo después de volver de su estancia en el París de Charcot, aprendiendo la práctica de la hipnosis.

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Los autores anteriores ya nos mostraron diferentes experiencias, que nos permiten entender algunas experiencias psíquicas sorprenden-tes, considerándolo a veces una regresión “fantástica” o irracional al pasado inmediato o a otros pasados y procesos anteriores.

De igual modo, a pesar de ser una clínica repetida, no hemos acep-tado del todo la evidencia racional de vivir otras vidas, y queremos tal vez mágicamente que nos lo anuncien en una presentación solemne, a golpe de trompeta y espectáculo deslumbrante, aunque somos bási-camente sordos y oímos, como los “sordos que no quieren oír”, lo que nos interesa.

Pero hay muchos autores a lo largo del siglo que demuestran sin aprensión sus prácticas y las han defendido y publicado en diferentes formatos:

David Christie-Murray (1990) en el libro. La Reencarnación, señala que el doctor. Martis Stark, fue uno de los pioneros de la regresión, jun-to al sueco John Bjökem, quien publicó Hynostiska Hallucinationerna.

La doctora. Blanche Baker, de San Francisco, hacia 1950, utilizaba una técnica hipnótica ligera y de asociación libre, que facilitaba la regresión a vidas pasadas de sus pacientes.

Denis Kesley, psiquiatra reconocido en su tiempo, comienza a em-plear el hipnoanálisis en 1948, regrediendo a sus pacientes a la vida intrauterina y llevándolos al momento de la concepción, pero de igual modo, esto era habitual en algunos pacientes en tratamiento psicoa-nalítico.

La regresión al nacimiento aparee en múltiples protocolos de psi-coanalistas históricos, como por ejemplo Otto Rank, cuando señala en “el trauma del nacimiento” como una de las primeras angustias primi-genias que serán base de las subsiguientes experiencias estresantes.

La escuela inglesa del psicoanálisis también llamo la atención del mecanismo de la regresión y es habitual en la clínica dinámica moderna.

Pero fue en 1967, cuando Joan Grant y Denis Kesley, publican Many Life times (Muchas vidas), y relatan detalladamente su expe-riencia con la regresión.

El mismo Stanilav Grof, en su libro La mente holotrópica, apunta una regresión que realizó con dichos autores. Su nuevo trabajo, La emer-gencia espiritual, habla de las consecuencias de dichas experiencias.

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Autores relevantes en hipnosis regresiva

El reconocido autor de La enfermedad como camino, T. Dethlefsen publica: La terapia de reencarnación en 1976, trabajo realizado con distintos voluntarios, donde se encuentra a un joven que regrede a la vida intrauterina y, continuando un poco más, se sorprendió cuando el paciente comenzó a relatar, tras una breve pausa, una vida en Alsacia, señalando su propia muerte, cuando trabajaba de mozo de cuadra, al recibir la patada de un caballo.

���� �����������"��������#����$����� ���� ���� ��������del alma.

Este autor diseña lo que hoy él, y su grupo denominan “Terapia de Reencarnación”, enfatizando que la causa del comportamiento y la ac-titud equivocada hay que buscarla en las alteraciones del alma. En esto coincidimos todos.

La cuestión del alma era a lo que se aludía con la base del concepto psi, del griego psique, alma o espíritu.

Pero en la modernidad del estudio psicológico hemos aceptado que se al- �������������������������������� Z���������������������������������� �-diamos, si la ciencia del alma, del espíritu, o la ciencia del higo, y esto como comprenderán ayuda mucho a entender qué tipo de psicología se estudia.

&���������������������������������������������� �������� �������-tinaces de fármacos, no deja de ser un referente necesario, interesante y repetido desde la historia de la medicina y la psicología y tenido en cuenta en la psicoterapia moderna.

Más recientemente, en 1973, al hacer un curso de autohipnosis, en el instituto de Esalen, en EE UU, Edih Fiore, que no creía en la terapia de vidas pasadas y en el efecto terapéutico de la regresión, pone en práctica el diseño de hipnosis con un paciente que sufría problemas sexuales, y el paciente en trance comenta que era sacerdote en el siglo XVII.

Esta visualización le permitió conectar las claves de su imposición superyóica, y el paciente mismo encontró, mediante el esclarecimiento de la sesión, la causa de su trastorno sexual presente.

La moderna psicoterapia aludiría al trastorno superyóico, como causa determinante.

+������������� �������� ������� �������������������������� ���-tiva, concluyente, en su vivencia del presente.

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Edih Fiore consideró el relato como una fantasía, pero la sorpresa fue de nuevo la misma: el paciente se marcha diciendo que estaba curado y que no necesitaba volver a la consulta.

Después de estas experiencias, en las que el paciente, tras el insight profundo, comprende que algo de su historia psíquica queda aclarado irremediablemente después de la relajación.

De nuevo los terapeutas nos podemos equivocar y no estamos en po-��������������������������%��� ��������������������������%��� �����no encariñarse con ellas, y así conviene ser más cautos al dictaminar qué cosas son curativas y cuáles no cuando prestamos ayuda y observamos los testimonios de los pacientes de forma más detenida.

No es baladí preguntar en ocasiones:

�� ¿A qué le atribuyes la curación?�� ¿Has superado los síntomas por los que consultabas? �� ¿Qué es lo que consideras que te ha ayudado más?

En ocasiones nos sorprenderán las respuestas y las atribuciones tan dispares que ofrecen nuestros pacientes.

$ %� ���������������� ������������������� ���� � ������Vidas pasadas, cuya aportación radica en la incidencia de que no es nece-saria la hipnosis, para retrotraer a la conciencia determinados con-tenidos. Un terapeuta entrenado puede leer y tener en cuenta que el paciente, cuando entra en el consultorio, está en situación de poder elaborar de forma asociativa el trance de vidas pasadas, al permitirle su plasticidad captar su mundo emocional, hacia dentro y hacia fuera de la conciencia, y pudiendo elaborar la información que le surge. La situación de asociación conectiva, que no es frecuente, podría ser pa-recida a los estados de ensueño dirigido de Desoille.

La investigación más amplia sobre las cuestiones regresivas corres-ponde a I. Stevenson, de la Universidad de Virginia (con una muestra ������������� ������ ���������������� ��� � ��������������-tos de reencarnación.

Posteriormente revisó unos dos mil testimonios de distintas partes del mundo que recuerdan haber vivido en otro cuerpo, en una pobla-ción diferente a la actual, y con otra familia.

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Autores relevantes en hipnosis regresiva

Muchos de estos casos, en ocasiones eran niños, que recuerdan he-chos vividos de otro tiempo, reconocen objetos familiares distintos, a las personas con las que han convivido, en el momento en que lo relatan como el famoso caso, del que recientemente los medios de comunicación se hicieron eco: “El caso del niño Cameron Delaunay”, un chiquillo simpático y espabilado, nacido en Glasgow, que desde los dos años le dice a su madre, progresiva y repetidamente, que ha naci-do en otra familia (pónganse en el lugar de la madre actual y le darán los siete males), en la isla de Barra, al oeste de Escocia, frente al mar azul, en una casa blanca, y que su padre pilotaba aviones, que vestía habitualmente pantalones cortos y camisa blanca y que había muerto en un accidente de aviación.

Pueden imaginar la desazón que produjo en la madre, que afortu-nadamente “lo consulta”, y se dirigió a donde más tradición en estos temas había, y no era otro lugar que la Universidad de Virginia. Exa-minado el niño por el psicólogo Turker, profesor experto en dichas cuestiones, y siguiendo el legado de I. Stevenson, la madre, efecti-vamente, junto al experto pudieron comprobar que lo que relataba el chico era verdad.

Fueron a la isla de Barra, que no hay mejor cosa que ir al lugar de los hechos, y el niño incluso reconoció a algunos de los parientes, que, de avanzada edad, todavía estaban vivos.

Los recuerdos certeros y las experiencias singulares, que los fami-������ �������������� ������������ ��%�������������� ������ ���señalados en este caso por el psicólogo Tucker, siguiendo los protoco-los de la Universidad de Virginia.

De igual modo, es inevitable recordar las contribuciones de Pa-trik Drouot, Raimond Moody, Satanilav Grof, y un sinfín de autores menos conocidos, como los doctores Netherton, Verny, y Albert de Rochas, por ejemplo.

Ruth Simón y T. Dethlefsen llegan a las mismas conclusiones en sus trabajos.

... los pacientes aceptaban la unión con el cuerpo nada más nacer.

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Contamos a su vez con las aportaciones de Dolores Cannon, Henry Leo Bolduc, Alberto López, Javier Muñoz y la doctora Kübler Ross, con sus determinantes aportaciones.

Las investigaciones de Hellen Wambach, con una muestra de 750 pacientes, señalan que los pacientes que habían experimentado la hip-nosis, en un 35% aceptaban la unión con el cuerpo nada más nacer, mientras que un porcentaje similar lo hacían hacia el sexto mes del embarazo. Otra investigación importante es la que presenta Mclian en su obra Guía práctica a la regresión a vidas pasadas.

En España hemos conocido a diferentes terapeutas, que han enfa-tizado el procedimiento y la utilidad de la regresión: en Salamanca, el profesor Luis Cencillo, Pedro Villamarzo y Alejandro Meré, que desa-fortunadamente no se encuentran entre nosotros, presentaron casos si-milares de regresiones profundas y masivas, en diferentes seminarios, mostrando la regresión masiva de algunos de sus pacientes a la época intrauterina.

Mariano Bueno presentó su libro titulado: La muerte, el nacimiento a una nueva vida, mostrando las sesiones de hipnosis regresiva que realizó con José Luis Cabouli. Es reconocida la bibliografía del argen-tino José Luis Cabouli, utilizando la hipnosis regresiva, señala en sus numerosas publicaciones que vivimos una sola vida, pero en múltiples cuerpos y con personalidades diferentes, las cuales vislumbramos, y que no hacen más que reforzar la unidad esencial que nos sostiene en nuestra singularidad viviente.

En Cartagena hay un caso notorio en la actualidad. Se trata del médico Juan José López, pionero en el tratamiento de enfermedades psicosomáticas con técnicas regresivas, que realiza en la Seguridad Social. Es reconocido como el primer médico que trabaja con terapia de vidas pasadas.

Podemos señalar en investigaciones similares a los españoles, Eli-seo Nuevo González, Fernando Colavida, Cristina San Miguel y Ma-riat Bernabé, presidenta del Instituto Español de Hipnosis Regresiva.

Pues sí, en España, en Cataluña, tenemos un Instituto de Terapias Regresivas.

El periodista Pepe Rodríguez relata en su libro La muerte no es nada, una experiencia de casi muerte después de tener un accidente

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de circulación. También a Mariat Bernabé le ocurrió algo similar y se dedica en Barcelona al tratamiento regresivo.

Los dos autores han salido ilesos de sendos accidentes de circula-���������� ������������������������� �������������������sus investigaciones recientes que las publicaciones más novedosas de Estado Unidos.

En Valencia, un cirujano opera bajo los efectos de la sugestión ha-blada sin anestesia, el doctor Escudero, que realiza cirugía mayor en operaciones arteriales sin anestesia, aplicando una hipnosis basada en la palabra y en la fuerza del pensamiento.

La Anatheoresis de Joaquín Grau, que también es un autor es-pañol que practica la regresión con un equipo de trabajo amplio, concluye que no se puede descartar la reencarnación, sino que es un dato plausible.

Joaquín Grau vivió durante años con los Aucas, una cultura que utiliza la madera como instrumento básico de la vida en la selva ama-zónica.

No podemos olvidar el método Silva, que pretende investigar la reencarnación estudiando a niños pequeños. Básicamente se trata de potenciar un ritmo cerebral “alfa”, que se corresponde con un estado meditativo de conciencia.

Aceptar la mutación o la metamorfosis de la energía, en diferentes campos de transformación, es una cuestión que nos libera del miedo a la muerte, ya que bien entendida, no es más que un cambio de apa-riencia más allá de lo que la mirada puede informar al cerebro, como señala el intuitivo Jodorowski.

Hay muchos clínicos que presentan sus experiencias cada vez con menos miedo a ser mal interpretadas, y que desde hace tiempo generan inquietud en las principales universidades americanas.

R. Moody fue un pionero en esta temática regresiva y presentó un estudio detallado de más de 150 pacientes y siguió las investigaciones en Vida después de la vida, a comienzos de los años sesenta. Dichos pacientes dicen haber vivido una experiencia de salida del cuerpo.

De igual forma, su discípulo Bruce Greyson trabaja en el hospital de Charloteville de Virginia, con la escala F.M., para valorar la acumu-lación de dichas experiencias.

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Las prácticas tanto de regresión, como las experiencias de “casi muerte”, producidas en situaciones de peligro, permiten revivir y re-elaborar momentos determinantes de la existencia, al haber estado en coma o muerte clínica en diferentes momentos, y sin embargo “des-pertar” y relatar cuestiones asombrosas de lo que ocurría en el quiró-fano.

Incluso siendo la persona ciega de nacimiento, como nos lo aclara en el excelente libro La muerte un amanecer de la doctora Kübler Ross, se presentan dichas situaciones impactantes.

Hay a su vez varios casos muy documentados, entre ellos el de la invidente de nacimiento, Viky Noratuc, en Tucson, Arizona, que relató con toda suerte de detalles la operación a la que fue sometida, dete-niéndose en pormenores que para ella eran novedosos, como el color de su pelo, el de sus ojos, el anillo de casada que llevaba, y las perso-nas que estuvieron en el quirófano y que de ninguna manera ella podía conocer o percibir. Incluso fue capaz de describir un aparato nuevo que acababa de llegar al quirófano para su experimentación, y que no podía haber visto, recordemos que era ciega de nacimiento, sino que tampoco tenía noción del mismo.

Otro de los casos más conocidos es de la popular cantante Pam Reynolds, que sufrió una operación en la base del cerebro de un aneu-risma. Para esta operación se precisó efectuar una circulación extra-corpórea de más de dos horas de duración en la que el cerebro perma-neció casi en muerte clínica.

Esta paciente relató la salida del cuerpo por donde se le realizó la trepanación, y reelaborando la experiencia de cómo dialogó con sus familiares muertos, en especial con su tío que fue el que le enseñaba �� ����� ������ ������������� ������������������� ���� ����� �� �en la posterior carrera musical y el que la convenció, en que tenía que volver a cumplir las tareas pendientes de nuevo a la vida.

&�����������&���������������� ����� ������������������������experiencias de casi muerte, bajo el título de No existe la muerte. Pero no podemos desdeñar que uno de los fenómenos más interesante fue el extraordinario éxito de Raymond Moody, con su libro Más allá de la luz, y la investigación con un grupo amplio de pacientes, que abrió canino a las demás informaciones modernas.

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En todas estas experiencias se produce un proceso irreversible, que marca la vida de los sujetos para siempre; las personas temen relatar los fenómenos particulares a los demás, por miedo a ser tildados de visionarios o enfermos mentales.

Según relata el trabajo de R. Moody, las personas en este estado especial observan cómo seres luminosos les preguntan sobre si están preparados para morir o si han sido felices.

Asimismo, se vislumbran algunos acontecimientos de la vida, emi-tiendo cada cual su opinión al respecto.

Por ello, hablar de terapias regresivas no es tan extraño en la ac-tualidad, después de tantas evoluciones psicológicas, en cuanto todos recordamos algunas cosas ocurridas, en algún momento de la vida o en circunstancias anteriores.

Hay un conjunto de autores que nos vienen a la memoria de nue-vo con aportaciones complementarias comprensibles: los trabajos de Rose Marie Altea, Amalia Estévez, Florence Wagne, Francesa Rosse-tti, Barbara Brennan y Genevieve Lewis Paulson…

Barbara Brenan es una prestigiosa física, que ha publicado algunos trabajos, Manos que curan y Hágase la luz. A su vez realiza talleres sobre sanación y trabaja la energía con relajación y la imposición de manos. Nos enseña en sus libros cómo se conduce la energía por me-dio de las manos, que se convierten en instrumentos de curación, y por ejemplo, la posibilidad de superación de los sinsabores y malestares de la vida, que suelen ser una constante habitual en la narración clínica.

De igual modo es reconocido el prestigio del reiki en la actualidad, y de la utilización que cada día se realiza en la búsqueda de la reener-getización y del bienestar.

No obstante, estamos cada vez más sumergidos en la paradoja “del malestar del bienestar”, que resulta sorprendente en las sociedades modernas: cómo teniéndolo todo, no somos capaces de disfrutar de nada, y cómo a veces podemos llegar a experimentar una evidencia radical sobre los fenómenos de otras vidas, en tanto dicha experiencia suele cambiar mucho la presente.

De igual modo, hay diferentes escritores que han abundado en es-tas mismas circunstancias: Huxley, Wats, Maslow, Fromm, Castane-da, Aurovindo, Wilber, Graves, G. Vidal, Schumaker, Crinsnamurthi,

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Roszak, Rogers, Henderson, Capra, Bhon, Wolber, Grof, Tart, Wilson, Levine, Kripner, Feuerstein y Lovelock..., sin contar los trabajos del Dalai Lama.

En general, surge un paradigma que podríamos denominar de “Nueva conciencia”, que reúne aportaciones coincidentes y plurales desde la física a la psicología, que son complementarias y positivas en los dos últimos tiempos, que ya conjeturaba Jung, a partir de la sa-lida del cuerpo, que le produjo la herida en la pierna y el consiguiente infarto.

La experiencia de salida del cuerpo primero lo achaca a una aluci-nación, pero como ve que no pierde la capacidad racional de organizar la experiencia, enseguida se da cuenta, y según él mismo, le permite cambiar la perspectiva y reorienta radicalmente su obra y su concep-ción de la vida analizando su experiencia con toda lucidez.

Por otro lado están las aportaciones de R. Seldrake, que nos enseña �������%���������������������������������������������Z�����-�����{������>�������|���������#�������������������� ����-dular de aportaciones sugerentes y sorprendentes, en un modelo con-sistente y fascinante de crecimiento y desarrollo animal, demostrando cómo los animales son capaces de aportarnos importación relevante sobre acontecimientos habituales de la vida y la muerte.

A este respecto hay dos casos impactantes: el del gato Óscar, que previene y señala la muerte de los ancianos en el hospital de Rhode Island, y el del perro Canelo, que hace lo mismo en Granada y que justamente ha encontrado la muerte a manos de unos desaprensivos, que consideraron la necesidad imperiosa de matar al mensajero.

Los humanos somos tan pintorescos que, en múltiples ocasiones, determinadas conductas nos dejan sin aliento.

Para acabar esta reseña de personalidades destacadas, no podemos olvidar al psiquiatra de Florida, el autor paradigmático, que ha consti-tuido un fenómeno sociológico recurrente, nos referimos al psiquiatra de Miami, del hospital de Mont Sinai, B. Weiss.

Este psiquiatra consideraba la cuestión de la hipnosis como algo que no podía ser tomado en consideración seria, y estaba acostumbra-do a trabajar en la química del cerebro y en el papel de los neurotrans-misores, colinérgicos como la acetilcolina, los adrenérgicos como

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�� ���������� ������������ �������� �������������� ������������ �dopamina.

Los neurotransmisores tienen una perspectiva buena en la investi-���������������� �������� ��������������������'����%�������-cia es habitual en la comprensión moderna de las denominadas neu-rociencias, y todos lo aceptamos como una parte relevante, pero que supone aceptar, a su vez, que la comunicación humana retroalimenta respuestas similares coordinadas a partir de la propia interacción co-municativa.

Es decir, la comunicación de proteínas y dopamina, está ligada a la comunicación social, y no se puede entender la una sin la otra. Más claramente, no hay evolución cerebral sin un soporte psicosocial que lo sostenga, por lo que la palabra no deja de ser un instrumento radical en la descarga de dichos neurotransmisores. Esto es, ¡puede curar y matar!

El doctor B. Weiss ejercía una intervención psiquiátrica al uso, con fármacos e instrumentos de organización biopsíquica.

Pero llegó una paciente en 1980, Catherine, con cuadros de ansie-dad y crisis de angustia, y después de año y medio de intervención habitual con fármacos, que se pretendían resolutivos, resultaron im-productivos.

Desde nuestra experiencia clínica, si no empiezan las mejoras des-de el principio, algo puede estar fallando, y tenemos que aceptar que lo importante es dar con el método adecuado para cada paciente y a poder ser con un “fármaco personalizado”.

B. Weiss y la propia paciente deciden utilizar la hipnosis, y se pro-duce un gran impacto.

Cuando el doctor Weiss le invita a retomar el momento en que se inician sus síntomas, una vez relajada la paciente y abierta a una co-municación más profunda, esta comienza a relatar una vida en Egipto, 1.800 años antes de Cristo.

La sorpresa fue impactante, y la cuestión de nuevo está en consi-derar positivamente el sobresalto y la impresión de la paciente en la coherencia de la narración. Hay que señalar que aunque ninguno de los dos creía en la reencarnación, se repite el cuadro, de nuevo, a los quince días, comienza la mejoría y los síntomas van desapareciendo progresivamente.

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La historia señalada resultó impresionante, densa e impactante, y se puede comprobar en el libro: Muchas vidas muchos sabios.

]�������� ����������� ��������� ���������������Z����������que permite un acceso general de los lectores y una gran comprensión para las diferentes perspectivas.

Progresivamente, sigue investigando y publica media docena de libros en los que aparecen diferentes casos y su tratamiento pormeno-rizado.

Las numerosas experiencias clínicas defendidas por autores de dis-tintas nacionalidades aumentan recurrentemente en la actualidad y de-sarrollan el marco denominado de “Terapias regresivas”.

En la actualidad nadie se extraña de la práctica de las regresiones, pero hay que considerar que todo esto ya empezó en el modelo diná-mico con la aplicación de la regresión como concepto operativo en el trabajo mental.

A pesar de que en algunas personas la “focalización de conciencia” no tiene por qué ser un obstáculo, la posibilidad del trance, de igual �������������� �������������� ������� ��������������"� ��-pología y que no consiste más que en una concentración hacia lo vi-sualizado, de procesos tanto dentro como fuera del encuadre hipnótico.

Considerar que uno puede rememorar hechos de la infancia o de otras etapas de la vida, no es nada extraordinario. Tampoco lo es el revivirlo mediante la hipnosis. Lo que impacta y se incrementa de for-ma espectacular es cuando el paciente relata una historia emotiva, que se percibe como una vida anterior en el tiempo y se reconocen las secuencias vitales de otras “vidas pasadas” en la actual, y el propio paciente reconoce como parte de él mismo tanto al terapeuta como a él mismo.

Una pregunta repetida y realizada por los alumnos tiene que ver con cómo cae el paciente en la cuenta, y cómo se percata de ser la persona que dice advertir en hipnosis regresiva.

Cuando estamos en la situación narrativa, que es lo que puede ob-servar el terapeuta, los pacientes simplemente se inspeccionan a sí mismos o a otros en la representación de los hechos que visualizan, o mirándose a los ojos y reconcomiéndose en la secuencia que observan en la persona que se presenta en la regresión.

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Algo de la vida emocional se desata y concreta masiva y a veces involuntariamente, al ser un evocador de emoción profunda conectada a un sentimiento intenso de conexión emocional inextricable, que ex-perimenta al reconocerse en la visualización.

Resultaría interesante constatar las coincidencias interculturales con los resultados de la práctica regresiva, las cuales son plausibles, tanto como los maestros orientales-occidentales nos demuestran desde el siglo VI a. C. hasta la actualidad.

Recordamos que alrededor del siglo VI, las aportaciones reencar-nacionistas y la pedagogía de las vidas repetidas eran un camino ha-bitual de perfección enseñada por muchas de las personas doctas, e incluso por los profetas cristianos, como Orígenes, Isaías y Jeremías.

El Cristianismo en sus comienzos acepta el ideario de la pedago-gía de vidas repetidas, y nos ofrece un mensaje de amor y unidad, a partir de la venida de Jesucristo, que no excluye en su visión inicial y esencial las ideas anteriores (esto resulta evidente, hasta el año 553, alrededor del segundo concilio de Constantinopla, que comienza el ����������������������������� ����������������������������doctrinas de Orígenes).

���������������������������� ���������������� �� �������%������Justiniano, se decide y proclama la religión cristiana como la religión ����������[��������������������������������������� ���� ��������supuesta estratagema preconciliar, que supuso la manipulación de la Biblia, eliminando de ella todo vestigio de reencarnación.

Esto producía una gran ventaja, que se olvidaba la pedagogía to-lerante del Creador y se oprimía la dirección social en cuanto que era �#���#������������������������������������������������������*�����vida, que tener más posibilidades de recuperación.

Los maestros orientales, con sus experiencias y vicisitudes, como Buda, Confucio y Lao Tse, nos enseñan a “experimentar y evolucio-nar” transitando por distintas vidas, hasta desarrollarnos plenamente, objetivo que, como comprenderán, no se puede conseguir en una sola vida.

¡Yo por lo menos no!A poco complicada que consideremos la vida en su “pluralidad

mareante”, tenemos que pensar que no podemos conseguir una ex-

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periencia preclara viviendo una sola vez, siendo un humilde relojero, zapatero o pintor, educador, ebanista o carpintero…

En la experiencia clínica de la hipnosis regresiva, simplemente nos encontramos con dicha evidencia visualizada, como para dejar de con-siderarlo con una mínima seriedad.

Estamos ante una comprobación clínica, pero no por ello deja de presentar grados evidentes de realidad.

Justamente, las experiencias vividas dentro y fuera de la psicoterapia, y en especial en la hipnosis regresiva, nos permiten con los informantes incidentales y sus historias de vida recónditas entender la nuestra.

No vamos a mostrar más que algunas experiencias e informes con los que contamos después de estos últimos años de trabajo, que nos ayudan a comprender cómo surge este proceso hipnótico, que segura-mente puede que sea algo más que información de vidas pasadas.

=������ ��� �� ��������������� � ���������������������volver a vivir, pero que no es más que persistir siempre en un estado o en un cuerpo o en otro, nunca en formato animal, que ya lo somos los humanos bastante.

Es cierto que en algunas sesiones se aprecian la implicación tem-poral de la energía de un ser humano transcendido con un animal, pero en un breve lapso vuelve a su estado libre.

A nosotros, los primeros hallazgos de las sesiones, en que los pa-cientes acababan convencidos de sus experiencias de “vidas anterio-��|��������������������������������������������� ���'�����comienzos del año 1998, los materiales presentados y el contraste in-formativo nos ha permitido considerar las sesiones con datos de vero-similitud en cuanto a algunos aspectos históricos y personales.

Queremos apuntar que si una persona suministra información de una época concreta y se puede contrastar con algunas pesquisas de la historia, el relato adquiere mayor consistencia, no digamos que exac-titud, pero sí importancia.

Los usos, costumbres, modas y vigencias, coinciden además con la narración del paciente (que por supuesto no alberga información sobre dicho momento histórico, ni sobre las realidades hipnóticas). Lo na-rrado en las sesiones, comienza a mostrar una cara más comprensible y veraz de lo que en un primer momento podíamos sospechar.

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De igual modo, se percibe cuando, analizando lo leído, contrasta-mos los estilos narrativos y comprendemos los casos prácticos en su lógica interna y en la claridad de matices que nos muestran, porque presentan una conexión densa en su profundidad emocional y vital.

Las experiencias de vidas pasadas se sintetizan en los aprendizajes de la presente, aunque no nos percatemos aún con claridad, porque tal vez no nos permite caer en la cuenta de las experiencias de vidas acumuladas en la actual.

Claro está, esta última en la que estamos es la experiencia del aquí y ahora, la más concreta y fundamental, en la que podemos desarro-llarnos mediante un encuadre afectuoso, compasivo y tolerante, en la incomprensión paradójica del cuerpo viviente.

Podemos superar si nos abrimos la tendencia a embrollarnos en ideas difusas y vanas, en obstáculos, ofuscaciones racionalizadoras y rebeldías inútiles, al no dejarnos llevar con suavidad por el camino de la vida como un regalo, desarrollando la bondad, la tolerancia, el ������������ ���������������������������������*������������ #������paralizantes.

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Volver una y otra vez es nuestro destino.

Aclaramos que en este capítulo vamos a reseñar aspectos preliminares de la terapia regresiva, que va más allá de la técnica de la hipnosis, y que no vamos a concentrarnos en la hipnosis clínica, que sería la topografía de encuentro habitual en la clínica de sugestión, que pro-porciona la bajada de las defensas y la relajación (leve, moderada o profunda), que pretende eliminar estados de ansiedad, algunos sín-tomas psicológicos y determinados tics, sino que encuadrándonos en ella, nos referimos a una caracterización especial y dinámica, quizás la más abierta de la misma, la terapia regresiva, que seguramente tendría que ver en su aspecto técnico con las técnicas parahipnóticas.

La terapia regresiva es una modalidad de trabajo que supone revivir fundamentalmente, y revivenciar por el mecanismo de relajación-regre-sión, las diferentes experiencias pasadas de forma organizada, facilitadas en el desahogo que anteriormente ya fundamentó el psicoanálisis median-te la catarsis y la regresión.

La hipnosis regresiva es una técnica y a su vez una terapia, cuando se toma el tiempo añadido de reubicar y aclarar los contenidos de las sesio-nes. Es una técnica que sistematizó B. Weiss, y al que hemos seguido en ������������������������������������� �������������������� �cae en la cuenta de la implicación de sus síntomas y complejos anclados en diferentes situaciones pasadas, que nos implican en el tiempo, pero también se puede trabajar desde una perspectiva de investigación con pa-cientes dotados.

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Igualmente es una técnica que podemos aplicar dentro del encuadre de una terapia para progresar y acortar procesos de resistencias y producir el avance de las sesiones, en la medida que el paciente permita, mediante la relajación, acceder a lo reprimido o lo traumático que implica a la me-moria profunda.

Esta técnica se realiza en un encuadre de psicoterapia, habitualmente para nosotros desde un marco de orientación psicoanalítica, que facilita el trabajo con los núcleos reprimidos, prosiguiendo después en la libre asociación habitual de la sesión. En este caso, está puesta al servicio de la psicoterapia y de sus objetivos de estructuración, ajuste y eliminación de síntomas, junto a la potencialidad de la organización y mejora de la estructura de la personalidad hacia la conquista de una identidad.

No todas las personas pueden acceder a experiencias pro-fundas.

Es importante esta herencia, ya que pauta un estilo de intervención relajante poco persecutorio, nuestro interés persigue a su vez en la tera-pia regresiva la libre narración por parte del individuo, que puede venir a pedir ayuda por múltiples razones desde la investigación a la vivencia negativa producida por diferentes problemas vitales.

De igual modo, puede desarrollarse como terapia (en sí misma es una terapia), y por lo tanto la entendemos como terapia regresiva, en cuanto que la experiencia emocional correctora que consigue la persona es es-pectacular, porque proporciona la base y la altura del entramado existen-cial de forma decisiva, una vez que el individuo con síntomas o sin ellos, puede acceder a sus vidas pasadas y comprende y se acerca al encuentro radical de su esencia humana, lo cual marca de manera indeleble y sin posibilidad de olvidar.

No todas las personas pueden acceder a dichas experiencias profun-das, porque presentan dos niveles progresivos a desarrollar: en un primer momento, se utiliza la relajación corporal, mediante la respiración pro-funda o en cuatro tiempos, a la que todo el mundo llega en la conquista de la relajación; el segundo tramo es más complicado, porque no todos pueden percibir la luz que nos constituye y llevamos dentro, y desde la luz progresar hacia la comunicación superior.

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Terapia regresiva

Ese es todo el asunto extraordinario que tiene este diseño de terapia regresiva, luego está implicado en las singularidades básicas de los encuentros humanos.

Unos consiguen visualizar, otros no, por lo tanto es una terapia como todas, a la medida de la sensibilidad evolutiva de sus candidatos.

Recordamos que ya en la psicoterapia convencional (básicamente la de orientación dinámica o dialytica, breve, focal, regresiva o trans-personal) se defendía que cada persona encontraba el modelo terapéu-tico oportuno para el que estaba preparado, en la denominada comu-nicación de inconscientes, que Luis Cencillo relata en su excelente trabajo La práctica de la psicoterapia.

La terapia regresiva, como sostenemos aquí, es un acceso a la cap-tación semiinconsciente, que supone la potencialidad de involucrarse en la energía que nos constituye mediante el trance, que nos aclara las implicaciones relacionales y vitales que nos envuelven.

La información no está en el inconsciente, está anexada a la energía luminosa que nos conforma, que para algunos es el alma, o el espíritu, o la esencia superior del ser.

La relación y el análisis del trance son determinantes, del mismo modo podemos dudar del trance, pero podemos entrenarnos en la vi-sualización, en la meditación o el yoga, o en las psicoterapias, que nos puedan permitir una apertura mental que nos conducen al crecimiento personal, y eso ayudará mucho al ensanchamiento mental y usted mis-mo, seguramente, será la prueba de su evidente naturaleza superior.

Nada raro que no hayan demostrado otros autores en el trabajo de la clínica a lo largo de los tiempos, en cuanto al diseño habitual de de-manda implícita-explícita, a la “evaluación” que todos hacemos, o la vivencia de sentir un problema, una pesadilla o el desajuste de energías y emociones, o a la adecuación del proceso a elaborar y a la ejecución del mismo.

Pueden darse priorizaciones o diferencia de foco, pero todo es un camino hacia el progreso mental y el caer en la cuenta de la cuestión superior, la esencia espiritual que nos conecta a una entidad superior.

En cuanto al tiempo o la duración de la terapia, como todas las tera-pias que respeten el tempo mental del paciente, es una cuestión abier-ta, depende de cada caso particular y de su rendimiento operativo.

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Si se produce la productividad de las entrevistas iniciales en las que se explora el caso, ya podemos en las tres primeras introductorias ob-tener resultados, y aparecen explicitadas el número de las mismas y se observa cuántas se pueden realizar, y se circunscriben a la aplicación de un tiempo convenido, aclarando las conexiones de la emoción y la visualización percibida.

"�������������������������������������� ��������������acuerdo acerca de las dudas surgidas a lo largo de la misma, y las respuestas empiezan a cambiar en el mismo momento de la reviven-ciación por parte de la persona que se deja llevar y se conecta con un plano superior.

Prestamos atención a las circunstancias concretas del paciente para ������������������������� ������������ ���������������� ���������el terapeuta junto a las claves propias del caso, para aclarar en mayor profundidad lo visto y lo interpretado por cada individuo.

Cabe reseñar una diferencia radical, que muchas veces se investiga en este paradigma, sin que la persona tenga ningún malestar, simple-�� ����Z���������������������������������������������������para comprobar si consigue acceder a sus vivencias pasadas.

En estas situaciones, sí conviene anotar el material de la sesión, cuestión que si se desea se puede ayudar con la grabación.

Nosotros preferimos transcribir de primera mano, registrando la se-sión, pero en algunos casos nos hemos visto obligados a la grabación para una mejor incorporación de situaciones complejas o difusas que se podían perder en la anotación.

El encuadre es igual que para cualquier tipo de proceso terapéutico, se producen transferencia y respuestas transferenciales, se tiene que dar la ley de abstinencia, y de la distancia simbólica, aunque es un proceso tan cercano y a la vez lejano, que como decía Luis Cencillo en Transfe-rencia y Sistema de Psicoterapia, debe resultar más íntimo y necesaria-mente más lejano que ninguno, aunque en la naturaleza de esta terapia está el acceso al camino transpersonal y el crecimiento psíquico.

Es una terapia que pretende poner una base segura del camino hu-mano tratando de vislumbrar su conexión superior.

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Terapia regresiva

Revisamos el trance para comprender las implicaciones con la si-tuación actual.

A diferencia de la psicoterapia psicoanalítica, no es frecuente tra-bajar los sueños, aunque siempre pueden informar al paciente y al te-rapeuta de una situación no entendida, que nos permita comprender mejor los materiales que no observamos en el trance.

Todos recordamos que los sueños son una ventana abierta al uni-verso, pero como los fabricamos dormidos no apreciamos el envolto-rio trascendente, aunque escuchándolos y analizándolos uno consigue habitualmente una comunicación superior.

La técnica de intervención en la terapia regresiva es similar en ambos casos, e implica el acceso a una relajación profunda, y como consecuencia, una disminución de los recursos de la vigilia y de la capacidad de pensar analíticamente, que suele implicar al cerebro iz-quierdo, y puede, precisamente, conectarse a las visualizaciones que permitirán los estados de expansión de conciencia, que rige y potencia el hemisferio derecho cerebral.

Aunque es usado en la actualidad hacer estas diferencias, a no-sotros no nos convence mucho, y somos más partidarios de com-prender su funcionamiento en una delicada interacción integrada, ya que no podemos olvidar que el cerebro es función, y sobre todo es un sistema interactivo que trabaja a modo de red, por lo que estas potencialidades no implican que se descarten las interaccio-nes cerebrales derivadas de la función del cuerpo calloso, dando sentido a la totalidad informativa del mismo y dependiendo de cada caso, y del nivel de interacción de los hemisferios, en una unidad funcional orgánica junto a las hormonas, los fluidos y las diferentes energías.

Por ejemplo, hay pacientes que son capaces de analizar críticamen-te la situación en el trance profundo y hay otros que no pueden y se salen de la visualización.

������������������������ ������� ��� ����������������� ����y la posibilidad de alcanzar la visualización.

Es decir, a más trance y visualización menor capacidad de concen-tración fuera de la visualización.

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En la focalización del trance, observando y describiendo la escena, es difícil por ejemplo buscar palabras semejantes, porque esto hace que se escape el acontecimiento que visualiza, un contingente de re-cursos sensoriales que posibilita la representación en la visualización que la persona investiga y observa.

Si la persona que investiga en el trance dice ver caballos marrones, y le pides que describa las características del pelo, lo realiza, pero si le dices que busque otras palabras, que tengan que ver con el color, se distrae y no atiende a la visualización, o explica que no puede concen-trarse en lo que solicitas, porque teme perder el hilo de la imagen y de la situación que está produciéndose en la escena.

Por otro lado, comprender estos entramados va a suponer la posibi-lidad de tener o de desarrollar una gran sensibilidad captativa.

De igual modo suele ocurrir en estas experiencias que los animales posean diferentes cualidades, que no sospechamos habitualmente en el ámbito de la vida social.

Es sabido que los animales de compañía descritos en estas escenas y desde estas percepciones, tienen capacidades comunicativas mayo-res a las características que se les atribuyen en la vida cotidiana.

Hay que comprender y ser conscientes de que si no ha habido una experiencia vívida, o de lecturas en esta materia de conocimiento, las ideas que desarrollamos en estos trabajos pueden aparecer en un pri-mer momento un tanto “raras”, por la sencilla razón de que nuestro denominado patrón cultural y su subsiguiente estilo cognitivo nos aparta, en un adoctrinamiento cultural de referencia hacia un predo-minio racional, que puede llegar al racionalismo, y que naturalmente nos aporta una seguridad de transitar lo conocido, alejándonos de lo desconocido.

Las ideas que exponemos aquí presentan una misma unidad de sentido, sostenidas en la “mirada interpretativa”, de la psicoterapia y de la hipnosis regresiva, con distintas relaciones y encuadres, pero en última instancia con similares objetivos: acercarse a los grados de nuestra intimidad, a nuestra verdad interior y, sobre todo, a una verdad psíquica común y superior, en la tarea posible y reconciliable de la liberación de las propias cadenas del conocimiento, que supone crecer, darse cuenta y abrirse a la posibilidad de una lógica evidente superior.

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Terapia regresiva

La terapia regresiva, como cualquier terapia, persigue la elimina-ción del síntoma en función de un crecimiento vital, aunque sea a tra-vés de la relajación y la reorganización de la energía individual.

La terapia regresiva no es una excepción añadiéndole la potencia-lidad de una comprensión profunda y la búsqueda de una elevación subsiguiente.

Por lo que muchas de las personas que buscan ese crecimiento go-zan de buena salud y ausencia de síntomas.

La psicoterapia dinámica, por mucha crítica que se le haga, o a la psicodialytica, ya vio la cuestión fundamental, y dictó resolución en el denominado “amor de transferencia”, que no es más que una rama del mismo árbol, que cayendo la persona en la cuenta de la importancia de la conexión afectiva y energética superior, se encuentra el sentido individual y el grupal que nos anexa a los humanos entre sí, y nos puede ayudar a comprender el sentido y la realidad superior más allá del insight. Ciertamente, se busca una mayor comprensión desde el análisis del ciclo vital en la libre comunicación del trance.

La terapia regresiva formalizada a través de la hipnosis y su atenta concentración, nos enseña a atender y a concentrarnos en una cone-xión semiinconsciente que pretende aclarar un vínculo emocional en el trance, que se posibilita gracias al afecto profundo que nos sostiene a todos los humanos.

]� ���� ������������������������������ ������������ ������nuestra naturaleza elevada, que posibilita la comunicación superior y que muchas culturas reconocen en sus deidades protectoras, maestros �������������� �������������� �����

La captación sensitiva de lo sutil es a su vez una posibilidad abier-ta, solamente hay que llamar sin prisa y con modos, para ser contesta-dos. Esta llamada nos puede cambiar de actitud y modelo, pero a veces preferimos atender a nuestras exigencias momentáneas y despistarnos en nuestros encariñamientos particulares, ya que produce mucha satis-facción entretenerse en las veredas frondosas y sensuales, en las que creemos reconfortarnos en la foresta.

No obstante, no podemos olvidar que la vía auténtica está abierta y que ������������� ����������������������������� ���������%�����������el rumbo del camino con los encariñamientos y distractivos habituales.

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Es preciso tomar sentido de lo genuino y caer en la cuenta del ob-jetivo fundamental para volver de nuevo a caminar como lo hemos realizado durante las diferentes épocas de los tiempos, mirando hacia arriba.

Aludimos desde la impresión de esta experiencia que en la vida el camino es recto, cuando uno se pierde tiene que retornar los pasos para volver a la senda, esa es la ayuda que cualquier sistema de psi-coterapia pretende con el humano despistado, atribulado, obnubilado, atormentado.

Hay sistemas de ayuda que lo intentan de una manera y otros de otra. Unas monitorizan el sueño, la conducta, la cognición, la motiva-�������������� �������������������� ����������� ������������������y otras utilizan todas las estrategias posibles integradas y críticamente.

Muchos son los caminos para llegar a la meta, a cada cual le vale uno. La senda y el camino son lo fundamental para llegar al objetivo. Cuando no lo conseguimos, y esto puede ser normal, repetimos la lec-ción, en otro contexto, en otra cultura, en otra vida, en otro cuerpo, ����������������������������������������������������� ����para superar la prueba que nos proporciona una elevación superior.

La terapia regresiva, como toda experiencia capital, nos encara con una expansión de conciencia, como todas las terapias, pero en este caso es de mayor calado existencial y trascendente.

Lo que esta terapia nos enseña es a conectar nuestra pauta básica desde el suelo hacia un entramado superior. Todas las formas de perci-bir que tengan en cuenta la mejora y el crecimiento espiritual humano, serán seguramente efectivas, si tienen en cuenta las constantes vitales positivas y el desarrollo funcional de la vida trascendente.

La psicoterapia psicoanalítica tampoco yerra el sentido del creci-miento y desarrollo de la personalidad más allá del síntoma, preten-diendo orden en la estructura al tratar de cambiar el comportamiento a base de comprensión afectiva, de tolerancia amorosa y de captación simbólica en el no enjuiciamiento.

Todas las terapias deben perseguir abstenerse de señalar lo nega-tivo en la etiqueta, hasta que tenga una gran parte de los elementos a su alcance y puedan en su marco de referencia, con un terapeuta for-mado, comprender y comenzar a ayudar desde los recursos de la com-

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prensión empática, la actuación del proceso de la vida en el enfoque dialéctico o la mayéutica puesta al servicio del esclarecimiento vital.

Es una inconveniencia el rechazo y la manipulación de los compo-nentes inconscientes, y de ninguna manera el terapeuta debe condenar los comportamientos más o menos desajustados del paciente, que pre-cisan revisarse con acierto, orden y medida en el esclarecimiento del origen, la motivación inconsciente y frecuentemente aclarar límites y prevenir peligros.

Esta es la ventaja de la presencia del terapeuta que no se puede negar con la evidencia de la máquina, El terapeuta está, te ayuda a objetivar y te puede mostrar los peligros al ponerte delante la posi-bilidad del descalabro vital para que tú decidas sobre las cuestiones fundamentales. En todo tipo de psicoterapia y con la consecuencia de la experiencia de crecimiento interno, la cuestión radica en las diferencias de proceder, y nos puede sorprender positivamente las intervenciones cuando en el momento oportuno nos encajamos en la presencia de lo transpersonal.

La psicoterapia regresiva lo tiene más fácil porque precisamente encara estos recursos con más naturalidad y prontitud y puede ser ope-�� ������ �� ����������������������� ���� ������������ �����-mas de trabajo, y se operativiza en un camino particular y compatible, en la búsqueda de procesos curativos universales: ayudar, co-elaborar, re-aprender, participar, sanar...

En esta relación terapéutica se pretende una comunicación positi-����������������������� ���������������������������������������semiinconsciente (no disponible, en el momento de la manifestación del inconveniente), para que se produzca un ensanchamiento emocio-nal, en la experiencia emocional correctora y en el esclarecimiento radical.

Así en las psicoterapias surge la necesidad de aclarar, contrastar los diferentes mapas de la mente.

Conseguir las hojas de rutas particulares de los implicados y de los estilos afectivos-cognitivos comportamentales, precisan aclarar dife-rentes nexos de interpretación, laberintos motivacionales que pueden ser a veces inconscientes. Sin embargo, en la relación de la hipnosis regresiva se consigue una captación semiinconsciente que nos sitúa

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en la potencialidad interactiva de a tres anexada en la comunicación elevada del trance.

En la psicoterapia habitual se precisa la devolución-aclaración viable también, para ponderar la frustración medida y atender a la fuerza in-consciente del deseo, del lenguaje, de la pulsión repetitiva, la vacuidad de la conducta errónea, los sueños innegables y el más de lo mismo, que nos permitan aclarar el camino particular hacia la armonía interior.

&������ �������������������������������� ��������� �������comportamiento recurrentemente.

“Por los sueños, las fantasías, los eidetismos, los presentimien-tos, los estados emocionales y los gestos, además de los actos ����������������������������������������������������� �������-ber es “leer” y poseer, o manejar, códigos hermenéuticos ade-cuados.” Cencillo (1988: 26).

Fuerzas entroncadas en los pilares de la transferencia y la contra-transferencia que posibilitan el vínculo que nos anuda en el camino y la ayuda de evolución.

Dos resolutivos y compasivos recursos constitutivos, en la comuni-������� ���Z� �������� '�

A veces, estos requerimientos y trabajos han sido achacados de largos y complejos, y no han sido bien entendidos en sus objetivo evolutivos superiores desde modelos restrictivos o frustrantes, ocu-�������#������� ����������������������� ������������ ���������de los errores, en que las personas nos encontramos, sin recordar, que podemos recaer en una suerte de mito de Sísifo, la reproducción de esquemas y patrones, círculos de acción y de vida, que si pretendemos ���������������������� ���� ���� ���������������� ������estemos intentando cortar la enredadera arraigada que brotará con más fuerza.

La psicoterapia y la hipnoterapia����������������������������-pectiva afectiva, profunda y elevada, desde lo inconsciente a lo semi-inconsciente, que pretende anclar la base y la altura del humano, en la consecución de la armonía vital, basada en la tolerancia y en el acceso de la vida desconocida, que proporcione de una vez por todas el senti-do seguro de la base y la altura oportuna de la vida psíquica.

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El acceso a la vida semiinconsciente es particularidad de la tera-pia regresiva en la hipnosis concentrada, entendida como instancia elevada de comunicación trascendente. Y no podemos pensar que es erróneo o inexistente, imaginario o falso, simplemente porque no lo hayamos experimentado o vislumbrado.

La psicoterapia regresiva enfatiza la libre comunicación-asocia-ción, y en la focalización de conciencia meditativa conseguimos es-tados elevados que nos permiten cambios evolutivos de conciencia.

Esta experiencia que a Freud no le resultó operativa ocurrió porque revisó solo el pasado inmediato, y en seguida convino que no era ope-rativo, como aparece claramente en las cartas con Jung. Curiosamente uno y otro se interesaban en lo parapsíquico, pero devaluaban paradó-jicamente el entrar por la puerta que se lo permitía.

Sin embargo, era extraño en Jung, que desde la adolescencia era un joven preclaro, más abierto que Freud a la cultura y a sus implicacio-nes energéticas y rituales iniciáticos.

Algunos autores sostienen que era vidente desde muy joven y además comprendía la reencarnación, y sentía la vivencia y los retazos de otras vidas anteriores propias, que percibía con un sentimiento claro, como no puede ser menos, cuando se va comprendiendo el organigrama.

No obstante, él mismo vivió una salida del cuerpo a partir de una herida en un pierna que acabó en infarto, y relata cómo sale del cuerpo hasta los planos superiores y ve la Tierra, y distingue diferentes puntos del globo: Europa, el mar Muerto, las montañas de Suiza y cómo un cirujano está tratando de salvarle. Según él, intentaba con sus recursos retomar el cuerpo, y es a partir de esta experiencia cuando reescribe toda su obra.

Todavía no sabemos en profundidad lo que contienen sus cuader-nos rojo y negro. También resultó un poco sorprendente cuando soñó con desastres e inundaciones, como la subida del mar hasta las mon-tañas de Suiza.

No podemos olvidar que las preocupaciones del sentido de la vida y la búsqueda de la seguridad y de la excelencia, en la evolución per-������������������������� �������%������� ��������%�� ������con el psicoanalisis de Freud, Jung, Adler, Lacan y Klein…, y también en los trabajos del humanismo transpersonal del hombre autorreali-

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zado de Maslow, y del hombre en busca de sentido de Víktor Frankl. Parece probado que los malos tratos que sufrió en su infancia, Maslow, �������������������������� ����� �����*���������������������?��������� ����������� ��� ������������������ ����� ��� ���experiencia de los campos de concentración, donde la situación vivida de maltrato físico y moral le marca determinantemente y le ayuda a escribir algunos de su libros y ampliar el diseño de Freud, desde la urgencia de un sentido espiritual para el hombre en la Logoterapia.

Nuestro interés desde que comenzamos con esta práctica es simi-lar, y progresivamente nos centramos en las aportaciones e investiga-������%�� ������������%��������������������������������������conjunta en este denominado “paradigma reciente”, que tiene como consecuencia una apertura mental indudable, sistematizada ya desde hace por lo menos un siglo.

En los tiempos actuales estas cosas se pueden entender mejor, y se conciben de otra manera al estar imbuidos por la cultura de la imagen y familiarizados con la percepción de los movimientos de las pantallas de artefactos y teléfonos móviles.

El individuo está acostumbrado ya a revisar imágenes simplemente al mover con el dedo pulgar la pantalla, o el icono del móvil, pudiendo acceder a diferente información almacenada.

Bueno, pues la mente relajada puede conectarse a una información almacenada en el pasado en retención y recuperar las imágenes pasa-das y antiguas del entramado existencial.

La posibilidad de conectar con el pasado implica a la memoria pro-funda y conecta con el mecanismo de regresión y revivenciación de experiencias de vidas pasadas, que implica a la mente, a la energía y a la luz, tres realidades claves, en una reactualización vivencial de la memoria recóndita inutilizada, pero en este caso, con la relajación biomental, que permite conectar con experiencias pasadas y con la contingencia de los mecanismos de defensa atenuados.

La regresión, en la captura de volver al momento emocional opor-tuno, favorecido por la quietud y en la postura decúbito supino en el diván, proporciona revisar, revivir, volver atrás en el tiempo mental, en una posibilidad accesible, en la articulación mente-cerebro, y en su energía constituyente.

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Cuando la mente se aquieta, favorecida por un proceso de respi-ración-relajación (inhalación-exhalación), en una meditación-guiada ����� ��������������� � transitar otras vivencias, visualizaciones y etapas anteriores, conectadas por una vía indiscutible de doble sen-tido: un aprendizaje superior revivido mediante el amor y a veces, también desafortunadamente, por el sufrimiento y el dolor recurrente.

Como escribe el sistematizador de la hipnosis regresiva, Brian Weiss:

“Nuestras vidas no son el resultado de actos y acontecimientos fortuitos están previstas sabia y detenidamente para mejorar nuestra evolución [...] el espíritu es indestructible e inmortal siempre estaremos juntos.”

Aquí nos recuerda la paradoja de doble vía de amor-dolor en la meditación guiada, propiciadora de un estado de relax y tranquilidad que permite el acceso a la mente de las secuencias oportunas, en la lista de espera del dolor actual y anudado en ocasiones a vidas ante-riores.

La psicoterapia y la hipnosis regresiva son prácticas terapéuticas al servicio de una dinámica psíquica en retención de la intimidad huma-na, que sirven para comprender una serie de procesos semi e incons-cientes que el paciente vive en la focalización de conciencia.

Esta concentración propuesta resulta una técnica sugerente, libe-radora y poco contaminante para facilitar el acceso a un estado de semiinconsciencia, que facilita el trance: leve, moderado o profundo.

El trance es un estado productivo que nos ofrece una posibilidad importante de conocimiento propio olvidado, vivido, y posibilita el desarrollo de progresos evolutivos esenciales que se amplían en la captación mental superior.

Todo lo que se vive en el trance, desde una postura escéptica, no va a ser persecutorio, negativo, falso o alienante. Más bien, es liberador y positivo, como todo proceso meditativo, comunicativo y terapéutico.

La relajación suministrada al paciente que puede facilitar el tran-ce sería simplemente como encender el ordenador para conectarnos a Internet.

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Acceder a los diferentes pasajes de la mente y de la mente dormida depende de nosotros.

Y nos preguntamos si este mecanismo desdibujaría o desautoriza-ría el navegar en la red, por sugestivo, contaminante, adulterador o enajenante.

¿Podríamos valorar y temer a la navegación en la red como peligrosa o capaz de anular la voluntad del internauta?

Obvia e insistentemente no, pues esos son los peligros de la hipno-sis, efectuada con el afán de ayudar, de comprender, de acceder a las ������������������������������������������'�&�����������������simplemente inexistentes, si es realizada progresiva, gradualmente y con profesionalidad.

%������������������� &����� ���������#� ����������������������� �������������'����'���

Formaron parte del intento de aclarar la conexión psicosomática y mental de los desajustes, síntomas que implican a diferentes cuerpos, incluido el espiritual, y que desde la alteración energética a los sínto-mas autorizan a las enfermedades y a sus propuestas terapéuticas.

Así, tenemos que las personas viven experiencias distintas sorpren-dentes como la misma autopercepción de una vida pasada ante el cues-tionamiento de rutina de un clínico, que nos hacen cavilar. Unas más familiares y comprensibles que otras y, en algunos casos, sorprenden-tes, lo cual a poca apertura y singularidad que concedamos, no resulta tan compleja y descabellada.

}��������������������������������?���������%���� ��������-clinación posterior hacia la libre asociación y la constante reminiscen-cia en la regresión de procesos e historias de vida, en un tiempo-espa-cio que el paciente puede coorganizar con la ayuda del terapeuta. Por eso la introspección es un sistema más limitado en tanto le realizamos diariamente.

Así de a dos en la constitución de la psicoterapia es una opción importante de cambio en el proceso dinámico existencial. Aprende-mos a tener en cuenta nuestro discurso real en otros, a respetarnos a nosotros mismos, y a permitir que el otro, el diferente, hable y diga

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de su intimidad y dolor lo propio y particular sin por ello movili-zarnos.

Es decir, la hipnosis regresiva en la psicoterapia es más que una técnica de intervención, ya que moviliza los estados anudados por la represión.

Incidimos sobre los aspectos de una técnica que puede resultar po-sitiva en casos concretos, cuando la presencia de síntomas resistentes que otros procesos no resuelven, y que tienen en común una inquietud evolutiva, dirigida hacia el descubrimiento y la apertura de lo íntimo, oculto, reprimido, silente y marginado, aclaración que nos permitirá avanzar en el encuadre de la psicoterapia.

También, como hemos dicho, es una práctica para resolver proble-mas de personalidad, o una forma de evolución que conlleva, median-te el esclarecimiento, la comprensión y el crecimiento terapéutico.

Todos deducimos que revivir etapas de la evolución infantil y del recuerdo es una posibilidad frecuente en la vida cotidiana. De igual modo nos acordamos de cuando éramos niños y de algunas de nuestras experiencias determinantes.

Por ejemplo, de nuestros compañeros de la infancia, las experien-cias del colegio o del internado, los amigos de la adolescencia, nuestro paso por el servicio militar, la universidad y la vida en sus desencantos y vaivenes.

Dinámicas y cambios constantes que nos ofrecen las señas de iden-tidad que facilita la memoria profunda de vivencias y recuerdos, sin acceder particularmente a estados de conciencia superior.

En la terapia regresiva se nos presenta la hipótesis existencial de la reencarnación de humanos en humanos.

Si hacemos caso a los pacientes desde la vivencia primordial (dis-tintas vidas en una misma esencia espiritual), más allá de las dudas iniciales, que los analíticos occidentales sostenemos sobre dichas cuestiones, nos puede permitir una elaboración que usualmente la cul-tura oriental ha resuelto de forma habitual y fundada. La conclusión de vida después de la vida es evidente y sostenida por los diferentes autores ilustres.

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Las cuestiones de haber vivido ya diferentes vidas, es acumula-tivamente una propuesta repetida y considerada, cada vez con más ���������������� ������������������������������������������������culturas plurales y de las creencias espirituales crecientes en Occiden- ������������������� ����Z������������ ����������������� �� ���aportaciones de un nuevo paradigma que aclara mirando de vez en cuando al pasado: Terapia regresiva.

La investigación va por momentos y modas, y asimilamos o des-conocemos algunas experiencias de mayor calado. Por ejemplo, ha sido habitual minusvalorar el efecto de la vida inconsciente como algo pasado, y que los que no la aceptan la devalúan. Pero aquí se sostiene una necesaria revisión en la conexión del acceso semiinconsciente.

El resultado de estas intervenciones coincide un tanto con lo que se sostiene de forma similar en los proyectos de psicología transpersonal. Pretende esta una expansión de conciencia y un avance singular, y son muchos los profesionales que se han encontrado con datos similares en el discurso y los materiales de sus investigaciones y que, en algu-nas ocasiones, han olvidado.

Últimamente las neurociencias tienden puentes a dicha evidencia, de igual modo aparece una regularidad frenética en el ritmo de las investigaciones actuales versátiles, aunque su importancia hará volver ������ ��������������� ����������������������������������������en los procesos tenidos por superados.

Miremos a los niños, que en su inocencia son portadores de verdad.

Observemos los avatares infantiles y su desarrollo. Démonos cuen-ta cómo ellos tienen un conocimiento sensible de la realidad, que poco a poco van encubriendo con argumentos racionales, que pueden aca-bar maltratando la intuición en capas racionalizadoras.

]� ������ ��������������������������������������� #����-dientes de los procesos educativos, de generación en generación, como pediatras, educadores, enfermeras, asistentes, cuidadoras y psi-cólogos, sino que lo sostienen todos los padres y personas que tratan con niños desde la experiencia cotidiana habitual.

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B. Weiss comenta en uno de sus libros la propuesta tan sensata de Cicerón, que cuando se observa la evolución del proceso humano des-de la infancia produce sorpresas:

“Una prueba fehaciente de que los hombres conocen la mayo-ría de las cosas antes de nacer es el hecho de que cuando son simples niños llegan a entender innumerables fenómenos con tal rapidez que es evidente que no los están comprendiendo por primera vez, sino que los recuerdan, los traen a la memoria...”

Algunas controversias surgen y recordamos a continuación. A los diferentes maestros que nos precedieron en el pensar y en la observa-ción de las conductas de los infantes y sus enseñanzas. No vamos a re-cordar a los autores de la psicología evolutiva, o a los terapeutas de la psicoterapia infantil, sino también a pensadores y escritores históricos avisados en el observar y el vivir.

Hemos recordado algunos maestros a lo largo del trabajo, pero po-demos añadir una lista interminable de ellos que sostienen estas ideas, ����� &�������� &'� ���� ���� ��� ��� ������ _� %�� ��%�� ���������Whitman, Eugene O´Neill, Rossetti, Milton, sin citar a los orienta-listas Buda, Confucio y Lao Tse; y algunos profetas cristianos como Isaías, Jeremías y Orates, que vivieron alrededor del siglo VI a. C. Igualmente, no todos.

Hay otros escritores señalados como J. Krishnamurti, Tagore, Ghandhi, Khalil Gibram, junto a gran parte de la humanidad que así lo siente y experimenta.

“Los grandes autores literarios (poetas y trágicos incluidos) han percibido las estructuras del carácter, las dinámicas de la situación, los ��!����� ���� ����, la interacción social, los problemas de la identidad y de la agresividad, o de las relaciones existenciales con más lucidez que ninguna ciencia.” Cencillo, (1988:210).

Sería soberbia etnocéntrica y narcisismo de clase pensar que una cultura particular o planetaria estuviera en la cima de su evolución y las demás anticuados, cuando sabemos que están más adelantados que nosotros en la armonía con el entorno, son más felices, y viven una conexión genuina entre sí los grupos humanos que paradójicamente

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son señalados de primitivos, que los que nos consideramos elegidos y evolucionados occidentales, euroamericanos.

A poco atento que uno se encuentre sobre el hombre y la especie ante el estudio de la antropología, la historia de la vida y el estudio comparado de las religiones, observamos que muchas personas ex-perimentan la realidad “encarnacionista” y que no es solamente un asunto budista o asiático por lo menos hasta la época medieval.

El antecedente de que otros pensadores duden, o ciertas religiones no lo vean igual, se ha constituido después de grandes dudas ecuméni-cas en nuevos temores. Por ejemplo, la Iglesia católica estuvo dividida hasta bien entrada la Edad Media entre reencarnacionistas y no reen-carnacionistas. Sin embargo la Iglesia nunca se reunió en un concilio para atacar dicho postulado y condenarlo exclusivamente.

Por otro lado, si toman el evangelio de San Juan y algunos rituales cristianos, aparecen ideas expresas sobre esta cuestión.

+���������������� �������������������������������������������-zan también en diferentes culturas con el deseo de conseguir limpieza, apertura meditativa y espiritual.

Cuando Juan Bautista está encarcelado y manda a sus colaborado-res a escuchar la prédica de Jesús, el maestro habla del Bautista a sus apóstoles diciendo, “que era Elías que debía de volver y el que tenga oídos que oiga”.

Incluso en la pregunta de Jesús a sus discípulos, se detecta esta va-loración implícita al preguntar Él, sobre quién dice la gente que es el Hijo del hombre…, y contestan: “Unos dicen que eres Bautista otros que Elías o Jeremías o alguno de los profetas”. En Nuevo González (1991, 75:80).

Si no estuviera en el ambiente la aceptación de la encarnación no resultaría tan evidente en los textos relatados.

Igualmente Herodes, al decapitar a Juan el Bautista, teme que sea Jesús de nuevo Juan el Bautista, que se ha reencarnado en el nuevo predicador.

Seguramente este pasaje u otros se pueden interpretar de manera distinta, pero también los conocimientos y las experiencias humanas y clínicas pueden ser un dato sumatorio que ayude a integrar el cono-cimiento sesgado, y de hecho así lo son, en la medida que los saberes

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parciales representan una esfera de cada observador a lo largo de la historia.

Las recreaciones literarias, los compendios, las asimilaciones y co-rrecciones, de las que no se libra ni siquiera la Biblia, forman un con-junto de aportaciones a tener en cuenta para la mejor comprensión de lo que sostenemos. Ya en época de Orígenes, uno de los padres de la Iglesia más admirados, mantenía conocer en la época en la que vivió más de veinte biblias.

Todas las producciones humanas inspiradas, iluminadas o brillantes, que presentan relevancia en la gran cadena de la recreación de la vida y los orígenes, incluyen su propio proceso de evolución y de interpreta-ción de los hechos, en diferentes recreaciones culturales y en el mejor de los casos son complementarias en la constatación ascendente.

La misma evolución espiritual de los humanos se produce a lo lar-go de muchas vidas (por eso no podemos reencarnarnos en animales ����� ���������������%�������%����������������� ��������������experimentar-vivir, aquí y ahora, nuestra singularidad evolutiva y cre-ciente, puesto que en lo espiritual seguramente rigen otras reglas.

Cuando algunos cristianos hablamos de una vida, se trata exacta-mente de una vida espiritual plena a la que tenemos que llegar después de múltiples aprendizajes en distintas vidas.

Muchos son los caminos de llegar al destino, pero la terapia regre-siva resulta un proceso de redescubrimiento vital que nos aporta una notable certeza en la focalización concentrada.

Debo señalar, como nos comenta Neale Donald Walsch en sus dife-rentes libros: Conversaciones con Dios, que estas cuestiones las escri-bimos, pero sin embargo, ocurren y las rememoramos al encontrarnos con una explicación habitual de la escritura automática y los fenóme-nos psíquicos progresivamente que vamos comprendiendo.

Las experiencias mencionadas les han ocurrido a otras personas, también desde hace mucho tiempo, por lo que tenemos que decir que no hay originalidad por nuestra parte, ya que se han dado múltiples conexiones en formas distintas, que resuenan constantemente en una idea similar de cocreación.

Las ideas elevadas están al alcance de todos aquellos que deseen ennoblecerse y que tomen en consideración la solidaridad, el altruis-

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mo, la ayuda a los demás y el descubrimiento de una nueva forma de acercarnos a nuestra realidad cotidiana fraternal, hacia una nueva vía de interacción positiva, con meditación y ayuda, con psicoterapia o hipnosis o simplemente con humanidad sensible.

Y se preguntarán aún en qué consiste la terapia regresiva. Inicial-mente no es más que ���"����������, con consciencia limitada en dos direcciones, la externa del hipnotizador y la interna del hipnotizado, que al ser revisada y contrastada nos ofrece una experiencia superior.

El paciente puede conectar en una secuencia que transmite al tera-peuta información, y que actúa de canal relatando vivencias, imágenes o informes en el trance, que presentan la peculiaridad de referirse a un tiempo anterior sin límite y también a un posible futuro.

Escribe Brian Weiss, el sistematizador de la hipnosis regresiva:

“Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y Él está dentro de todos. Nuestra naturaleza básica subyacente es amor, paz, equilibrio y armonía. Nuestra esencia innata es compasiva, cariñosa y buena. Somos almas. En el transcurso de nuestras vidas va acumulándose un revestimiento de miedo, rabia, envidia y tristeza.”

Decíamos que no es extraño tal y como está el mundo, en el que todo parece que vale, que cada vez cobre más vigencia en nuestra ���������� ����������������������������� ����������� ���������-rios de ayuda y cooperación, humanistas, altruistas, que prediquen un hermanamiento de especie, y que sea patrimonio de humanos, por una necesidad de la experiencia práctica.

Así es la experiencia positiva la que retroalimenta la creencia, a partir de un estado del dolor o sin dolor, o por la aceptación de una ausencia del mismo precisamos trabajar en concordia y amistad.

No es necesario tomar lo que nuestros mayores nos prestaron en una instauración normativa rígida de la invariabilidad de las cosas, �������� ���������������������������������������������������������positivos desde la observación, el cambio, la experiencia particular y el proceso evolutivo individual, encontrando el grado proporcionado de armonización personal y el acceso a la felicidad concreta grupal.

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Recordar es habitual, revivir implica la conexión con hipnosis o sin ella.

La idea que nos queda a los que consideramos determinante para una �������������� ���������������� ����� �# ���������%����������������después de muchos estudios es similar: para unos es la narración de una experiencia que precisa rigor, para otros, una serie de secuencias que sur-gen en la experiencia vivida con total transparencia.

La limpidez está muy emparentada con la verdad, y estamos de acuer-do con la primera y con la segunda, en que la simple aceptación de que las órdenes hipnóticas por el terapeuta tienen una limitación ética, esto es; ordénese a un sujeto realizar algo contra su código moral, y no lo hará.

El mandato de atentar, agredir o poner en peligro la vida de alguien bajo hipnosis, si va contra su ética personal, le paralizará más que ningu-na sugestión hipnótica posible.

La persona tiene siempre el control hasta que por la conexión profun-da del trance precise ayuda para salir.

Hemos observado en los programas televisivos cómo realizan conduc-tas sorprendentes las personas que voluntariamente se someten a dicha experiencia. Ejemplo: el quitarse la ropa en los programas de televisión personas que no suelen tener inconveniente en desprenderse de la misma en la vida cotidiana, no añade ninguna singularidad; lo que en ocasiones se realiza sin hipnosis, se realiza con ella.

������ ���&� �$�(����� �������� �'������ �� �������� �� ��experiencia y la retroalimentación en la creencia.

Bien, nos preguntamos entonces: ¿cómo podemos deslindar la creencia y la organización ideológica, en la ciencia?

]� ������%�%��%��� ���������������������� ���������������������-ción de la vida cotidiana desde las diferentes experiencias.

Algunos dudan del trance hipnótico desde su naturaleza poco clara como de la luz; sin embargo cómo nos creemos y tomamos por ciertas las autovaloraciones que los estudiantes realizan de sí mismos al rellenar un cuestionario o un informe de indicadores antidepresivos constituido para �����'�

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También en estos se tiene que dar sesgo o sugestión, en tanto los ítems le solicitan una valoración depresiva, que pueden también sesgar.

����������������%������ ������������ ����������������������propuesto, y es cierto que hay contraste, en el que cada sujeto se “evalúa”, ������������������������� ���������������������� ��������� ������no se puede dudar de la misma. Pero si a la misma población le pasamos un cuestionario de felicidad y bienestar y los resultados son estadísticamente ������������� #�������������������� �����������%�������� ��� ��'

En las investigaciones solemos encontrar lo que buscamos y nótese que no suele aparecer ningún ítem que prescriba felicidad en el cuestio-nario de malestar.

De igual modo podemos dudar de cualquier constatación humana.Para algunos la hipnosis resulta de las creencias del hipnotizado, y

lo atribuye a que desean ver en el trance sus temores, sus deseos, sus ilusiones o complejos, pero sin embargo, al preguntarle al paciente sobre la sensación percibida después de la experiencia, señala que lo visto ha sido de tal intensidad que lo que entendemos por realidad se queda desdibujado, y las escenas vividas son más reales y densas que la vida que habían vivido hasta ese mismo momento, superando ex-pectativas y metas.

La persona que tiene la capacidad de entrar en trance, no acepta que sea una creencia o un desplazamiento psicológico, o una fantasía, la densidad de lo presenciado es de tal envergadura que al paciente le cambia la vida.

Porque le habla de hechos ocurridos con claridad y sencillez que tocan la sensibilidad y la emoción del alma sin dudas. Y de nuevo ���������������������Z����������%��� �������������� ������paciente en hipnosis y las que tiene en vigilia, o qué resultados se pro-ducen entre el que cree desde la experiencia y el que niega los hechos desde la misma.

Diversas experiencias nos enfrentan a su estudio, pero la hipnosis es una focalización de la conciencia libre en que la persona en trance, informa, narra y experimenta una realidad intensa.

Unas veces, en regresión a la experiencia infantil, por ejemplo, de maltrato, como ya expuso acertadamente el psicoanálisis.

Otras, hacia una parte de su historia actual traumática, y en oca-siones narran visualizarse realizando distintas tareas, en tiempo y for-

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���������������������������� �����������������������������������distintas a las presentes, que no son imaginadas, ni pueden ser en el más creativo de los casos, porque les toca el corazón en una emoción inexplicable.

Además, de lo que revive en las sesiones, si una persona no recuer-da sufrir maltratos personales en la relación familiar, o no recuerda abusos físicos o abusos sexuales, que son bastante habituales, pero duda y no puede aceptar si son fantasías o si le ocurrieron del todo, y después de la regresión voluntaria a una edad concreta, no induci-��������� ���� ��������� ��������������������������������������sospechadas, tenemos que pensar que no es una fantasía, que no es un temor, o que no es necesario contestar, puesto que ya contesta el paciente, que es el que lo vive con gran dolor.

Podemos preguntarnos, ¿qué es imaginado? Pero cuando hay otros registros clínicos que lo atestiguan, dudamos. Además del recuerdo que se recupera, o de los sueños, o simplemente el paciente dice que ese fue un asunto vivido y que le pasó sin más, ante eso no hay mucho más que añadir.

Cuando una persona toda la vida ha estado encariñado o ha odiado una secuencia determinada o un país, y en la hipnosis se aclara la se-cuencia temida, la muerte en el mismo lugar y de manera injusta, por ���������%������������������ �� �������#��������������� ���������de su asma o de su alergia y de las circunstancias que le impiden res-pirar-vivir aquí y ahora.

Qué podemos decir cuando el paciente se reconoce en una secuen-cia o en otra, con una conmoción sin cambio posible de los hechos vividos, que fue sugestión, quién le hechizó, nadie le sugestionó, para que acepten ideas o experiencias que vive en la sesión, y que tienen que ver con él de forma emocional y real.

La psicoterapia psicoanalítica ya se cansó de aclararlo como la ca-pacidad de almacenar y recrear del inconsciente, y aquí simplemente �������� ������������������������ ������ ����������� ����en la energía emocional no resuelta.

Además, el terapeuta le propone un modelo de concentración libre, en el planteamiento de la hipnosis, que él supera más allá de lo que los demás quieran o no comprender.

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Lo que resulta verdaderamente impactante es que uno no crea ni en sus deseos ni en sus temores, porque le resulten molestos, por ser “amenazantes”, y que por otro lado, se expongan con claridad meri-diana las evidencias de vivir otras vidas, en distintas épocas y tiempos relatados por distintos pacientes y autores, y en ocasiones ocurre, que el terapeuta que escucha el diálogo también puede reconocerse.

En un primer momento, la narrativa de las sesiones se estudia y se contrasta con la información de la época, por ejemplo, en la Biblioteca Nacional, y después uno no se molesta más, porque la realidad es muy tozuda, y se repite una y otra vez, en uno y en otro caso, y con distintos tintes y mensajes determinados para los interlocutores de la sesión: el paciente y el terapeuta, o algún amigo o familiar implicado.

Pero cuando le descubren a uno cuestiones ciertas sin que nadie supiera nada de lo propio, y el paciente lo transmite con datos precisos del pasado y sobre el presente, simplemente ya no interesa más siste-������������������������������������������������������������presentar el material reproducido para que cada cual lo lea, lo rechace o haga lo que le parezca oportuno con él.

%�������������"����������)���������������������������$*�������$����#�+/$ ������ �������� ��� ������� ������������������$�����"� ��"��#�"�� �

Asimismo, en la experiencia de lo que sin duda ya no es novedad,

coincide con la aceptación de vidas pasadas vividas y retomadas en la experiencia del trance, una y otra vez, incidiendo en la apertura emo-cional correctora del paciente.

Al ser esta una focalización de conciencia, a partir de un proceso de relajación reglado, hacia una focalización luminosa, como se pauta en el yoga, permite percibir y contrastar dichas realidades.

La terapia desde la hipnosis regresiva permite al paciente “or-ganizarse” libremente en su comunicación, por lo que no debemos defendernos tanto ante dicha comunicación, y sobre todo, devaluar negativamente aspectos tan singulares como los espirituales y pa-rapsíquicos.

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Terapia regresiva

La cuestión es de apertura y de no llevarse por la ideología particu-lar siendo terapeuta, y siendo paciente, aunque no todas las personas ����� ������� ������� ������ ��������������������� ����*������del sí mismo transpersonal, y consiguientemente, poder tener expe-riencias de crecimiento mental, que algunos a veces más evoluciona-dos, consiguen.

Se puede entender que neguemos y quitemos valor a las experien-cias vitales, clínicas ajenas, ya que no son propias, y sabemos que los humanos somos muy tendentes a reconocer y valorar aquello que nos resulta conocido y por lo mismo desautorizar lo desconocido.

La comprensión de la defensa y la negación por el miedo incons-ciente a dejarse llevar en una posición profunda de relajación y subsi-guiente trance, es habitual en múltiples situaciones.

No obstante, se precisan varios intentos, entrenamiento, compren-sión y relajación ante la presencia negadora del pensamiento parali-zante, o los propios temores, en una propuesta de ejercicio libre-siste-mático y reglado de la apertura hipnótica.

Introducirse en esta dimensión plenamente posible de realidades vitales es productivo, ya que nos aclaran puntos de la inmanencia-tras-cendencia, compatible en la meditación, procedimiento que ya utili-zaron algunas “personalidades” como Buda, Confucio, Aurovindo, Krishnamurti, Lao Tse, Gandhi, que en sus inspiraciones y comunica-ciones convencieron a muchos escépticos y en ocasiones cambian el ���������������������'�

Es asunto viejo el de vivir vidas anteriores y en los programas �� ���� ��#������$ ����$���������������

Igualmente en los ámbitos periodísticos, y hasta en los programas de más audiencia se toman en serio las cuestiones de hipnosis y expe-riencias verdaderas.

=���������������������������������������� ������ �������������sea matematizable o expreso mediante este sistema, puede no ser más que especulativo. Entre lo uno y lo otro hay gran distancia, hay gran diferencia entre la experiencia clínica y la especulación, o la demos-

TERAPIA REGRESIVA

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���������� �������������'�&������ �������������������������������debe tener rigor y sistema para que se le otorgue el peso y el grado de evidencias que presenta.

De nuevo recurrimos al mismo Jung, quien realizó su tesis doctoral sobre los fenómenos paranormales, lo cual suponía una vigencia que ����������������������� ���������Z�����������?��������ocuparse de lo parapsíquico. Lo tuvo en la hipnosis y no lo vio.

Asimismo, la intuición de Jung señalaba nexos sobre las circuns-tancias paradójicas de la vida.

Retomamos aquí una cita utilizada por B. Weiss, muy atinada:

“Siempre había tenido la sensación de que mi vida, tal y como ������#���������������������������������������$������#�����fragmento histórico, un paisaje aislado, al que no precede ni sigue ningún texto.

Podría imaginarme perfectamente que tal vez había vivido en siglos anteriores y me había hecho preguntas que todavía no era capaz de responder, que tenía que volver a nacer porque no había cumplido la tarea que se me había asignado.”

La posibilidad de aceptar un mensaje de apertura espiritual, no solo es necesario para visitar el “piso de arriba”, que supone lo para-psí-quico de forma reglada, sistemática y comprensiva, sino que vamos a tener que abrir estos espacios en los ámbitos de estudio de la Universi-dad para aprenderlos rigurosa y sistemáticamente, como se realiza en otros países de Europa y América.

Vamos a introducirnos poco a poco en un sistema de conocimiento nuevo y necesario para los tiempos que se avecinan de frustración y crisis económica, ante la necesaria valoración de los medios adecua-����������������������'�

Cuando imitemos en lo mejor a otros países más evolucionados y cooperativos, tendremos planes de estudios más abiertos y dedicados a la pluralidad de la ciencia humana, para humanos con menos censuras y limitaciones.

Las mismas enseñanzas marxistas, que dicen estar superadas hoy, suponen una ayuda adecuada para los más necesitados, en el reparto

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Terapia regresiva

de riqueza-pobreza o las plusvalías del capital producido, que no es más, en ocasiones, que la ayuda donada a países desfavorecidos desde Occidente.

Recordando el adagio, que pretendía, aunque por caminos restric-tivos, aquella vía tan factible en el desarrollo socioeconómico de los pueblos: “Dé cada cual según sus posibilidades y a cada quién según sus necesidades”.

Esta enseñanza no supone más que una conexión compartida y ple-namente vigente en diferentes ámbitos sociales, que en la cotidianidad conecta con el humanismo convencido.

El sentido de la vida y la solidaridad es posible hoy, llegando a compartir bienes y alimentos con grupos precarios, como la promul-gada caridad religiosa, que de facto no se aparta de los fundamentos compatibles en diferentes enseñanzas, cristianas, hinduistas y musul-manas.

Retomaremos aquí algunas representaciones de la experiencia clí-nica que nos permitirán ilustrar y comprender el sentido de lo expresa-do, de qué trata la hipnosis regresiva y las experiencias subsiguientes de su ordenación terapéutica.

Posteriormente a la experiencia es posible abrirse a sus consecuen-cias en la ampliación de conciencia, desde la información producida de nuevo por un conjunto de pacientes, que coinciden en relatar datos y experiencias auténticas, que concuerdan tanto las psicologías huma-nistas como las transpersonales.

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4����������������������������

De nuevo la propuesta del trance en la hipnosis es auténtica, ni manipulativa ni falsa, simplemente

eso sería imposible.

En este capítulo también presentamos un conjunto de pacientes, que curiosamente suman trece. Trece casos distintos, aunque un número de sesiones inferiores a la publicación de 2009.

De igual modo, la muestra es incidental y observamos, que las se-siones que se desarrollan son alrededor de una treintena, y las personas que se prestaron a la investigación la dejan al terminar la carreta por cambiar de ciudad, y ante la distancia de kilómetros desmotiva a se-guir con la indagación.

Esta sesión primera que vamos a exponer fue publicada en el libro de Hipnoterapia: ¿Acceso a vidas pasadas? 2009.

Sin embargo, por ser un caso singular, lo anotamos como preludio de aclaración, sobre la problemática a tratar, que se aclara compren-diendo y aceptando lo que dice el paciente en trance, como relato den-so y real.

No podemos pensar que es fruto de la fantasía desbordada, porque en cuanto se tenga un poco de experiencia en este tema, se apercibe que es no solo difícil, sino casi imposible manipular o engañar, sobre todo para los que somos pocos imaginativos.

De otra manera, como se puede pensar que las sesiones puedan ser imaginadas, esto no cabe en cabeza cabal y lo sospecha el que duda

TERAPIA REGRESIVA

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������������������������������manipula, quizás con el deseo de remediar, pero no el que respeta el sufrimiento y propone vías para su integración y superación desde la propia comprensión vital y tratando de estructurar la dinámica existencial inconsciente.

El que no conoce el paradigma, le sorprende. El que no sabe de qué se trata, se asusta, y el que no está acostumbrado a respetar el silencio y la idiosincrasia de cada persona para no allanarla con su ideología, se revuelve en su propia ansiedad, con el ansia del que se siente cues-tionado en la intervención.

Por ello el que estas aportaciones sean una invención es más com-plicado e inverosímil que la misma verdad.

%���0���'������������������ ��"������1������ ��verdad, nadie te creerá.

Mediante la aplicación de un proceso de hipnosis regresiva a una paciente de unos cuarenta años, nos percatamos de la naturaleza de la sesión narrada en los siguientes términos:

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Nuevas aportaciones clínicas

!����������"����������#������$%%&

Soy un chico moreno con el pelo corto y un bulto en la cabeza, vivo con mis abuelos en una casa pequeña de campo, no tengo padres, me veo con mis abuelos comiendo en cuencos y cu-biertos de madera, tomamos una especie de sopa rara, y nos ocupamos del cuidado de las ovejas.

Terapeuta) ¿Cómo te reconoces?

Siento que soy yo, además lo veo en mis ojos.Salgo con el rebaño por los campos, en los que el color ama-

rillo de las cosechas de trigo es predominante y lo llena todo.He crecido y sigo llevando la misma vida, mis abuelos ya no están, han muerto, soy mayor y me encuentro solo. Mi problema es la soledad.

T) ¿En qué época te encuentras?

Estamos en 1400.La vida es igual y monótona y me encuentro enfermo, tengo

miedo a morirme solo.

T) La paciente jadea y respira agitadamente en el diván.

No quiero morirme solo, me voy a la cuadra con las ovejas, pero me siento mal, después de un rato me vuelvo a la casa, me encuentro muy mal y me estoy muriendo.Silencio breve.

T) ¿Cómo te sientes ahora?

6�"���������� ��� ���� �������������������� ���� ����-po, y me elevo hasta encontrarme en un estado inmaterial, ���7�����

TERAPIA REGRESIVA

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����#�+��������� �� ����������� �����$���Me siento feliz y estoy acompañado de otras energías visi-

bles y presentes. 8��� ����������� � ���������� ������ ������ ���� )-

��������������������9�"�����������"������������������azul como el cielo, que puede moverse desplazándose por y con las nubes, así como aparecer y desaparecer.

� ��������������� ��� ���������� ��������������-dia mucho amor, quiero acercarme y asirme, pero con una dul-zura extraordinaria no me lo permite. Se eleva de este plano a otros inaccesibles para mí.

� ���� � ���$ ������������ (���������������� �� ����-bio-naranja largo, ojos azules, piel blanca, señala que la capa azul que porta se confunde en su suave ondular en la expan-sión del cielo.

T) La paciente señala que le están diciendo:

%����(��� ������������������������ ���������'�������tu ser.

� ������������� ������ ����������� ��� $���#� ��' ����� �����������������������

T) La paciente dice encontrarse turbada y abrumada por lo que �������#����)���������� ��'����������

Me siguen diciendo:“No debes temer acerca de la soledad, ya que no estás sola.

�����������&�������"����La vida no la podemos controlar, tenemos que aceptarla

como viene. Confórmate con lo que te ha sido dado. �� ����� ��� ���� "����� ���)������� "����� ���$�����

nuestra forma de interactuar con las personas.����������&������"���������������������������$���-

guir aprendiendo.

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Nuevas aportaciones clínicas

Estás llena de ira y de amor.El camino consiste en potenciar el amor a las personas e

irradiar luz, lo que des vas a recibir.;���������$�0������� �)�� �������"�������������� �� �(�

y la paz.”

�<�=���$�0�������7������>�

���$�0��� �� ��� ���&��� ����"���� �� ��(� ������ #� � ������espiritual.

El ángel está ahí y está conmigo, siento que me acepta, me comprende y no me censura, me dice:

“Este es un proceso lento que avanza muy poco a poco.”Se va, pero no quiero que se vaya.

T) Percibo cansancio y comenzamos el retorno.

Dentro de unos momentos.

T) La paciente al volver al estado de conciencia después de la hipnosis dice haber estado muy lejos y encontrarse agotada, �������������������/���������������(�#�' �����������acuerda bien de las cosas que la han pasado en la sesión, pero recuerda que se ha comunicado con un ángel.

TERAPIA REGRESIVA

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CASO 1, J.

!����������'����������#������'(()

Mucha luz, veo plantas y hay caballos, están sueltos, no hay nadie con ellos, solo corren y corren y parece que me miran, me siento observado por los caballos; uno me mira, como si tuviera algo contra mí, no puedo quitarme su mirada.

T) El silencio corto lo señalamos (Silencio.) Cuando sea superior a un minuto (Silencio…).

6�����������������#�������� ����������������$��$��#�túnica blanca, con cara bonachona y se alegra de verme, está muy apacible y tranquilo y me dice:

“Sé como yo, estate como yo; presenta una sonrisa encanta-�����������$ ���$���������B

Siento como si mi garganta y la boca fueran enormes y es-tuvieran abiertas, enormes, enorme como una cosa fea, una abertura dilatada enorme, desprendiendo una energía sin acla-rar.

(Silencio). Veo una mujer con cabellos largos, sonrisa amable y apaci-

ble, me quiere. Ahora veo un soldado de pie en una puerta, que da entrada

��������� ����"��(������ ����� ������������������De nuevo mucha luz, mucha luz, y una voz que me invita

y me atrae. Me intento acercar a la luz y veo al hombre de la barba, muy apacible y tranquilo con un bastón.

Ahora ya no veo luz, veo un árbol, es un pavo real muy visto-so y diferentes animales sin relación entre ellos.

(Silencio).Una mujer, con una cinta en el pelo, es una monja, no con-

����"� � ��������"�� ������"�G������$ �����#���$���������un Cristo a la cintura, y va descalza.

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Nuevas aportaciones clínicas

Me llama, y me quiere enseñar algo, vamos caminando por ����������������$��"����������'�����#��������������� �-pidas de piedra.

1���"������ �(������������ �(��������������)�����una catedral:

Yo era maestro albañil, en una catedral y me veo trabajando y está casi terminada.

Tengo una mujer y dos hijos, estoy en un andamio, algo ha pasado en el andamio y veo luz otra vez, mi cuerpo ha caído.

Yo soy una luz que va subiendo y estoy en forma de luz, y estoy conectado con el hombre de las barbas, pero él es la luz central y siempre sonríe cuando me ve y me pregunta que qué he aprendido, y yo le digo, que lo que más me acuerdo es del amor de mi mujer y de mis hijos, y dice que está contento, por-que he sido capaz de dar amor y de recibir amor.

���������������������#����#���'������� �(�+��������ahora veo aviones, estamos en la segunda guerra mundial, mil novecientos treinta y tantos; piloto un avión y mi avión cae dando vueltas, yo ya no estoy en él. Mi cuerpo cae con el avión, él cae y yo sigo y sigo ascendiendo y soy otra luz, y otra vez vuelvo a la luz grande, y me sale de dentro la palabra “Padre”.

Vuelve a mirarme otra vez y soy recibido de la mejor manera posible, sonríe y me vuelve a preguntar: “qué has aprendido”.

Que la vida es muy rápida y que en un momento se va todo, que la vanidad y el orgullo no sirven y que he vivido la vida desde allí.

Dice que no está mal y que he perdido dar y recibir amor, ����������������������#������"(�"� "����+�����#���$��-car algo.

Ahora soy un soldado; botas, mochila, casco y fusil, pero caen bombas por todos los lados y yo no puedo hacer nada, todo salta y sé que no quiero estar ahí y quiero estar en casa con mi familia.

Sé que ese día no tenía que estar y siento que algo malo va a ocurrir, tengo mujer y dos hijos y en el campo de batalla estoy

TERAPIA REGRESIVA

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indefenso en medio de un bombardeo, algo me da, sangro por un ojo y me retuerzo de dolor, sigo retorciéndome, sabía que no debía de estar y aún me aumenta más el dolor.

����#� ������ �� � �� �� ���������� ���� � �0��� �� �� �� ���campo de barro, fuego y muertes, botas puestas y ahí me que-do y subo y subo.

I����"(���#� �(��������� ������� ��� ����#���&����� ��gran bola de luz, con el padre que me llama y siento que me va a preguntar que qué he aprendido, y es un gusto volver a verle y es muy gozoso verle, y me pregunta que qué he aprendido, y que creo que he aprendido poco, y me dice que no debía estar en el campo, que no debí estar y que debía seguir a mi intui-ción, y yo le contesto que sí, pero que no he sabido cómo no estar en el lugar, me dice que ha habido intuiciones previas y de seguirlas habría evitado el estar allí.

Tienes que aprender para ser como yo, se necesitan muchas vidas para aprender muchas cosas.

No me quiero ir de ahí y me dice que no puede ser, que hay ����� ������������������������#������7 ��#���(����bajar otra vez y veo un gorro chino y un tejado, unas montañas muy altas y estoy agotado y me siento muy cansado.

�<�J������)���� ������� �������������������� �������revisan unas cuantas cosas.

�����#��������� ��"���������������������� ����������������������������� ������� ��� ���������������-bre todo al percibir un anciano venerable, al que estamos uni-���������������������7���������������������$�� �����-dizaje del Amor.

J������������������������/����������7������ ���������� �� �������� �)����"��� ������ ����� � �� �$���-dor como para el que lo lea, si realmente nos abrimos a dicha sensibilidad real, y si dudamos tendremos que seguir leyendo, aprendiendo, escuchando, caminando…

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Nuevas aportaciones clínicas

CASO 2, A.

!����������'����������#������'(()

Veo a la Virgen María, veo a dos personas que están en una cabaña con una hoguera al fondo, están tranquilos, hacen algo.

Por la ropa es la época de la Virgen María y San José.Están haciendo algo con paja, yo les observo, pero no se

percatan de mi presencia, se está a gusto y la cara de ella es ��#��� �������������$�� ����������������#��������

Ahora se expande la cara de la Virgen María y como que desaparece.

La otra persona sigue de espaldas, de repente todo es oscu-ro, se va la imagen y de repente es todo negro.

No están ninguno de los dos, hay algo redondo en la paja, como una bola de energía traslúcida, que se ha quedado en el medio e irradia luz, y es como si quisiera salir de la luz algo pero no pudiera.

Sigue estando muy acogedor, la lumbre al fondo y de la bola como si quisiera salir algo, pero siempre saliendo luz, como en ondas, y se notan como extremidades que quieren salir y no pueden, cada vez se notan más las extremidades.

T) ¿Qué extremidades?

Son brazos y piernas que salen de la luz, pero se ha hecho una sombra con los brazos abiertos y piernas abiertas, pelo largo, pero todo es sombra, barba y la corona de espinas.

Es Jesucristo y se me queda mirando.

T) ¿Y qué te dice?

No dice nada, me ha parecido oír que me ha dicho, Ana, tele-����������6�����)0������#���������$����7�������pero no expresa nada.

TERAPIA REGRESIVA

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Tiene unos ojos profundos, me quedo tonta mirándole los ojos.

Me vuelve la imagen de la Virgen, con mucha luz, mucha, mucha luz. Está como rezando a Jesús, agachada con las palmas �� ���������������#�O�*������+�����������������������luz y la imagen es tan preciosa.

W�� ���� �$��"���� �� #� O�*�� ��� ��� $��(��� /�������como en la cruz e irradia mucha luz.

La Virgen sigue arrodillada con la cabeza agachada e irradia mucha luz.

Hay otra persona en sombras. Una está delante de la Virgen #������"�� ��X��������) �#�O�*����'����

Se está haciendo la bola muy grande, la sombra tapa toda la imagen, ahora veo todo en sombra.

En la habitación no hay nada, todo negro, quiero ver lo que ��#���������"������������������������������������ ��hacia debajo, de nuevo comienzo a ver la imagen y a reaparecer.

Jesús está levitando y María me mira, se da cuenta de que estoy, le veo el rostro difuminado con las manos unidas.

Se levanta y se dirige hacia mí, sí viene, me agarra, me pone a su lado, me arrodilla al lado de ella, me siento como muy fa-miliar, me trata dulcemente.

Jesucristo sigue en la cruz arriba, yo también desprendo luz. Me quedo con ella hablando como dos amigas, seguimos

arrodilladas.Ahora ha desaparecido y me quedo yo y desaparezco tam-

bién.O�*�� ���� "������ #� �� ��� �� �� ���(� ���� 7 � ����)�����

hacia el suelo, y se hunde la cruz y desaparecen.������ ��)������� ��X�������� ��Z����$��(�����������

'��������)������������������������� �(�� ������ ����-guera y me mira, vuelvo a mirar al niño y me lo da, el niño llora, pero ya se tranquiliza e irradia mucha luz.

Parece que crece en mis brazos muy deprisa, el niño que me entrega la Virgen crece muy deprisa, asciende al cielo y yo me quedo perpleja.

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Nuevas aportaciones clínicas

����� ���� ����� �� �� ��$(�� ���������� ��� � �������como un sol con ojos y boca, aunque solo se ve la mitad del rostro, me mira y como si el cabello fueran los rayos solares, desaparece.

6��&��������&���� ��/���������������������)�������cerámica reluciendo, en la misma postura, como cuando me entregó al niño, yo la miro y ella se mira las manos sin el niño, y se echa a llorar y yo también, y dice: “dónde está mi hijo” me pregunta a mí, y yo le digo que se fue, y ella pregunta, cómo que desapareció, ascendió convertido en una fuerza de luz, como un sol y desapareció.

Ella llora y llora y yo no sé que hacer. No se cree lo que le he dicho, y yo comprendo que no se lo

crea, ya que yo tampoco lo podía comprender. X� "������������ ��)������� �(�#�������������-

quina luminosa y de nuevo desde esa esquina de luz veo a la Virgen María de luto llorando desconsoladamente.

T) Para esta sesión no tengo palabras, simplemente parece que la paciente tenía una relación muy cercana a la Virgen María y a Jesús. Su nombre actual es Ana.

TERAPIA REGRESIVA

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CASO 3, D.

!����������'&����*�#��������'((+

T) (Después de un largo silencio)

Me dan amor, no estoy preparada para estar con ellos.

T) (Ruedan las lágrimas por el rostro de la paciente)

T) ¿Quiénes son ellos?

Los maestros.Me dicen que tengo que aprender, que tengo que conse-

guirlo por mí misma, que tengo que afrontar la ansiedad y la ���������

Que voy a recibir lecciones importantes a lo largo de la vida, ���������#�����"��#����������'���

Estoy contenta porque ahora hay cambios.

T) ¿Dónde?

En mi vida, estoy haciendo cosas que no hacía antes, porque me puede el miedo, es como si hubiera aprendido algo que no sé.

De nuevo siento que tengo que ser paciente y esperar.Ya no hay nadie, creo que solo querían decirme que están

ahí.

T) ¿Conoces a tus maestros?

Sí, creo que me ayudan mucho, ellos saben lo que necesito.

T) ¿Qué necesitas?

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Nuevas aportaciones clínicas

Tranquilidad, fuerza para hacer las cosas, tengo que escuchar, ellos me van a hablar, pero tengo que estar preparada para es-cuchar.

Van a dejar que yo busque el camino porque saben que aho-ra estoy más preparada, pero ya se han ido.

T) Bueno, relájate y respira.

T) Podemos retomar.

Sí.

T) Aquí se termina el trabajo con esta paciente.

TERAPIA REGRESIVA

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CASO 4, F.

!����������$"�����#�������'((&

Comienza diciendo: Estoy en un bosque y veo muchos árboles grandes, estoy

quieto porque tengo miedo, de repente empiezo a correr, estoy huyendo.

�<�=\�7�����������>�

Soy un hombre que lleva botas, camisa blanca y un pantalón con cinturón amarrado.

Estoy perdido, voy corriendo, no sé si estoy huyendo.Me andan buscando, temo que me cojan, hay maleza en el

suelo y no me deja correr bien, estoy cansado.

T) ¿Por qué huyes?

Me quieren hacer daño.

T) ¿Quiénes?

Unos hombres, yo no hice nada malo, son muchos y van a aca-bar cogiéndome.

No quiero correr más. Vienen a caballo, oigo disparos y me caigo al suelo boca aba-

jo, me duele la espalda y tengo calor.Estoy en el suelo sangrando, no me puedo levantar, ya no

me duele, estoy durmiendo y no siento el cuerpo, ya no duele. ¡Es A!

T) ¿Cómo lo sabes?

Lo sé.

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Nuevas aportaciones clínicas

Me dispararon hombres a caballo, porque no les gusta lo que pienso, lo están jodiendo todo.

T) ¿Quiénes lo están jodiendo todo?

La guardia civil.

T) ¿En qué año estás? Siglo XX, segunda mitad.

Yo vivía en el bosque, con otros compañeros y salí corriendo, venían a caballo y tuve miedo y salí corriendo.

T) (Habla con acento cerrado, y llora gimoteando.)

Eran muchos a caballo y escapé, no fui un buen hermano de mis amigos y salí corriendo.

Silencio breve.

T) ¿Qué aprendiste?

\�������#�����$���������������� �������������� ��#�que hay que ayudar.

!����������''�����#�������'((&

^�#����)����������������&�������#������ �(��������������qué me hablan, hay mucho ruido.

Estoy agobiada, porque estoy sola, nadie me saca a bailar, todos me miran y se ríen, estoy disgustada, salgo corriendo y me voy.

8����������� ���)���������"� "�������� ���)������������se ríen de mí.

�<�=\�7�����������>

TERAPIA REGRESIVA

94

Soy una chica, con una falda marrón hasta los pies, es la España de 1700.

Me siento ridícula porque se ríen de mí, no les gusta mi cara, por eso no me sacan a bailar; dicen que soy fea, mis amigas no me hacen caso. Muero sola y sin hijos.

Hacía mucho calor, había un río grande con muchos barcos, muero de tuberculosis en la cama.

T) ¿Qué aprendiste?

Que la belleza se lleva por dentro. (Silencio).Estamos en una montaña de arena al sol ardiente, me piden

excavar un foso.

T) De repente el paciente se agita con mucha intensidad en el diván queriendo incorporarse, y gritando, sácame de aquí, sá-came de aquí. Le digo tranquilo y respira, calma, si no soportas las condicio-���+������������������������� ����������#��$��"��

Hay un grupo de hombres fuertes que vigilan a otros para hacer agujeros en la montaña.

T) ¿Qué hacéis?

Sacamos oro, no me gusta, me duele mucho la espalda y el cuerpo, siempre cavando.

Dicen que luego nos matan, cuando no haya oro.Llegan nuevos, soy viejo, y no me dan de comer, robo el pan,

ya no puedo cargar con el saco, me duele la espalda. � �������(���)0�����&����������� ��) ��#������������������

más. Me echa al foso, no llega la luz allí, hay cuerpos putrefactos,

y no se puede respirar, hace mucho frío por la noche, y mucho calor por el día.

95

Nuevas aportaciones clínicas

Tardaré en morir una semana.Estoy tumbado contra la pared, el estómago me cruje. Ya no

tengo frío, la rodilla está rota y de color negro.He salido del cuerpo y observo que estoy delgado, solo hue-

sos.Se acabó y ya está.

T) El paciente se ríe y le pregunto, ¿qué te hace gracia?,

Se acabó el cavar.

T) Ante el silencio, le propongo retomar la situación. Al desper-tar dice:

Me duele el estómago, no puedo respirar ni levantarme (se vuelve a tumbar), me duele el cuerpo (y expresa estar entume-cido y agarrotado).

¡Uf! Joder, que no puedo respirar.¿Qué me has hecho cabrón?

T) No respondo, parece que no se despega aún de la situación revivida.

����#���������#��������� ����������7������ ������� ����� �������������������� ������� ���

T) Le tranquilizo, le doy mantas y enciendo el calefactor, pero el frío era interno.

TERAPIA REGRESIVA

96

��!��"-�/

!����������'%�����#�������'((&

Estoy corriendo y no quiero volver, soy la elegida, solo soy una niña y no puedo hacerlo, quedamos muy pocos, se hace de no-che, pero no quiero verlos. Tengo que guiarles.

T) ¿Por qué no puedes hacerlo?

No sé nada, y nadie me ha enseñado.Pero ellos dicen que tengo que ser yo, mi pueblo, mi gente,

me pide que les guiara. Nos hallamos en una selva o un bosque, y nos tapamos el

cuerpo con unas pieles hasta los pies, hay cascadas y mucha vegetación.

�<�=\�7�����������>

Soy muy morena y muy pequeña y llevo el pelo rapado, estoy descalza y me sangran los pies.

Me he perdido de tanto correr, no sé dónde estoy. Voy a subir a una colina, también hay un volcán y está ama-

neciendo.Hay una especie de gatos salvajes y alguna pantera negra.Estoy llena de heridas y no me importa, se ve el mar bravío

y no sé qué hacer.

T) (Llora). Trato de tranquilizarla mediante la respiración.

Tengo que volver porque no puedo abandonarlos, tengo mie-do, no los encuentro, me meto en un árbol.

Sé lo que tengo que hacer, enciendo fuego y espero, ellos van a venir, estoy segura, me lo ha dicho él, lo he visto en sue-ños.

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Nuevas aportaciones clínicas

T) ¿Quién es él?

El maestro, el guía.

T) ¿Dónde se encuentra?

Murió, no está aquí, por eso me eligieron a mí, que tenía la marca; una luna en la espalda y el cuello, es una cicatriz.

T) ¿Cómo ocurrió?

Nací así, ya han venido la gente de mi pueblo, un hombre me abraza y es mi amiga Alicia (se ríe a carcajadas).

¡Pero es un hombre, qué bueno! Alicia es mi amiga, pero aquí es un pariente, ya no tengo

miedo.6��*��������������#�����������#������������������

me sonríe. Nadie se ha percatado que intenté abandonarlos. Solo mi

primo lo sabe.He crecido, ya no me sangran los pies, estamos preparán-

�������������(������ '����������������������� ������ �precipicio, la gente está nerviosa.

No sabemos si saldrá bien, va a ser una ofrenda a la diosa luna, mi protectora.

Solo lo hacemos una vez al año coincidiendo con el cambio. Recuerdo mi nombre (Chicué), somos veinte mujeres y

treinta hombres, los conozco a todos, son mis hijos y yo soy madre (espiritual), de todos y no puedo tener hijos, sin embar-go el anterior guía sí.

Llevamos adornos de dientes y plumas, todos llevan sanda- ����� ����������&�������������������$������������� �������� ��������

Estoy con los niños, vamos a ir hasta el mar, los padres se muestran preocupados y quieren ir con ellos, yo les digo que �������������������������������������� ���#��������

TERAPIA REGRESIVA

98

Estoy en una cueva, estoy haciendo una especie de ritual, ����������0���#���&���#�����+������������ 7�������'�����de pirámide.

����#����������� ��������G��������+��������Z� ��#�� ���así como una espada curva.

Pido permiso para la caza a la mujer más anciana, esposa del anterior guía muerto, no nos ha dejado.

Me dio algo antes de morir, es el amuleto del guía, ahora me lo da a mí.

Me dice que sea fuerte, nos despedimos de ella. Es de no-che, estamos alrededor del fuego para recordarla.

(Silencio…)Me voy a ir pronto, sé que voy a morir, tengo que elegir a

alguien. 6�������������0������������������������������No como nada durante tres días, solo tomo una pasta ama-

rilla.^�"� ����#���7�����7��"�#�����Z��������������������

�������#���������������������7 ���������������������Z��������������������#���

����������

T) ¿Qué le enseñas?

������������������������������������ ����������������� �������������������������������� `�����$����-����<����������$����������������������������������-����������������$��"��������������������$�� �"�����

%��0���� ��������������������$�""������ ����"-sado, me subo a los árboles, para no dejar huella y que no me pueda seguir, camino en círculos.

(Se ríe). Es muy listo me ha encontrado.(Silencio).Rehuyo a mi primo, porque si me mira lo sabrá, no quiero

que lo sepa, no quiero hablar con él.

99

Nuevas aportaciones clínicas

����#��������������7 ����$����� ���"���� �� ���#� ��� -gante y comprende (es una espiral tallada en pizarra negra).

;� �������������� ����/�������������������que me vaya, le digo que siempre cuidaré de mi pueblo, aun-que yo no esté.

Ya no estoy.

T) ¿Dónde estás?

Estoy en otro lugar que parece una plaza.

T) La paciente decide, ella misma, salir de la situación por can-sancio.� �)�� ��Z�����������$�����7� ��������$�������������muy bonito.

TERAPIA REGRESIVA

100

��!��)-�0

!����������%������5�����'((&

(Después de un silencio). Me veo en una playa perdida, mi madre me ha perdido de

vista y estoy llorando, veo el mar y la playa.¡Aquí está mi madre! Lleva un traje de baño amarillo, ya me siento mejor. Ahora ya no veo nada.

T) Respira suavemente.

Ahora veo a mi padre, estamos en nuestro coche, tengo cinco años y me quiere sacar un diente, ya que lo niños cambian la dentadura.

Tengo miedo del dolor, pero ya no me duele tanto.Entre los dos recuerdos hay una sensación desagradable en

la garganta, algo me duele, no sé, algo me duele y no me gusta. No me siento bien.

T) Puedes revivir la sensación.

No, porque me produce una sensación desagradable, no quiero verme en esa situación.

Ya no veo nada.Recuerdo algo que ocurrió pronto, tenía un año o así, no me

trata bien.Tengo frío.

T) ¿Quieres una manta?

Sí.

T) Al terminar reelabora el hecho de que no le gusta la sensa-������ ��* ����""������������"�����&������"��Z���#����$�������������������&�����#������������������(����

101

Nuevas aportaciones clínicas

No quise tocar otros aspectos de la sesión porque me pa-��&�� ��#� ���������� ���� � )�� � �� ������ ��� ���� ���������������

TERAPIA REGRESIVA

102

��!��+-��

!����������$%����6��������'((%

Veo una calle con una entrada amplia a la izquierda, estoy en la calle por fuera y no entro.

T) ¿Por qué no entras?

Porque no conozco el lugar.Hay una puerta grande alargada, pero está cerrada en el in-

terior, es oscuro y largo, un pasadizo en la parte de abajo, se hace cada vez más estrecho, hay maquinaria y polvo.

�<�=\�7���������������>�

Como de acero.

T) Para hacer qué.

Una presa, no logro saber lo que hacen allí, pero hay una es-calera que sigue bajando, hay unos barrotes de hierro y una ventana que da al interior, está vacío y el suelo es de madera muy vieja, está vacío, la puerta se puede abrir o cerrar hay un pasador, el lugar me es familiar pero me transmite soledad.

Hay cuartos y pasillos. Un hombre grueso con barba vigila ese lugar, quiere tener-

nos allí, hay más gente dentro, mi celda está abierta y me quie-ro ir, estamos presos, y no hemos hecho nada, hay niños más pequeños que no han hecho nada.

�<�=\�7�����������>

Soy una mujer con el pelo largo, estoy delgada y descuidada, me tomo algo en una vasija de metal.

103

Nuevas aportaciones clínicas

Al otro lado hay un niño, se le ve llorar. Quiero salir de allí, pero no puedo marchar. No quiero dejar al niño allí, pero mi puerta está abierta.

T) ¿Estáis presos?

Sí, en la calle la gente no sabe que eso está allí.

T) ¿En qué ciudad estás?

���������������#��������#�"0������������#�"0����������muchos años.

Más o menos entre 1800 y 1900.

T) ¿Qué país?

J������{�������'�� �������������#�'���� �)�� ���"�#���un prado verde, me cuesta salir de la ciudad, pero me veo en un prado verde, largo, muy largo, es un lugar precioso y una niña juega allí, hay árboles y una casa a lo lejos.

(Silencio…)

T) Te encuentras bien allí.

Sí, muy bien.

TERAPIA REGRESIVA

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��!��&-���

!����������$%������5�����'($(

Giro deprisa, estoy tumbada y hay un terremoto, sigue tem-blando en forma de círculo, ahora del lado contrario.

T) ¿Cómo es?

Contrario al reloj, siento gente, pero no puedo ver, estoy dando vueltas y girando.

Ahora es más fuerte, siento que vienen los que me están dando vueltas, me siento nerviosa, es como si fueran indios.

T) ¿Qué indicadores tomas?

Que hacen un ruido habitual, y hablan en su idioma extraño, me están moviendo y me agarran un poco por la pierna y otro por el brazo.

Siento como si estuviera en la selva, me están moviendo me acuestan en una piedra y ya se fueron.

Estoy libre pero no me puedo mover.

T) ¿Tomaste algo?

No. ���������#������+������������������"���$����������

alguien y no veo, estoy buscando a mi abuelo.

T) Tranquila y respira.

Ahora él está en el hospital, parece que le van a hacer algo, mi abuela y yo estamos tristes, yo la estoy abrazando a ella.

6��������������� &��#����#������+��������#� ���$��(���me pesan y me jalan hacia abajo y estoy atrapada.

105

Nuevas aportaciones clínicas

�<�� ��������������#����$�� �������

!����������')������5�����'($(

Estoy en la playa, estoy acostada allí y siento que mi papá está conmigo, pero no está, es como si estuviera en espíritu.

El agua me está mojando y yo me estoy riendo, pero no pasa ���������#������+��������� �������������������������pero su cuerpo no está.

������������������ ���� '������#��� ��#����#�+�������por el aire, veo todo blanco, voy a buscar a mi mamá, que me está esperando, todo es blanco, pero es como si fuera un labe-rinto porque no lo encuentro.

Ahora veo todo negro, la veo pequeña, estoy con mis her-manos cuando entramos en un cuarto jugando.

Veo gente que no conozco que están mirando.

T) ¿Dónde estás?

No sé, es como si fuera un lugar luminoso y blanco, y que no reconozco y la gente que está allí me mira.

Las personas están dando vueltas en círculo como si baila-ran, están celebrando algo, pero no sé qué es.

Ya no están, no puedo ver ninguna cosa. Estoy como corriendo buscando algo, pero no sé qué es. Hay muchas calles, y todas están cerradas, no puedo salir, es

����������������� �������������#��������������������puedo salir.

T) ¿En qué lugar estás?

Es un cuarto negro y me doy con las paredes.

TERAPIA REGRESIVA

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!����������$&����6��������'($(

Estoy en un espacio negro con muchas paredes, como si fuera un laberinto.

Hay alguien que me da tranquilidad, pero no sé quién es. ���������#������+��������� ����������#��� ��#���#���-

jaros, hace sol y estoy en el agua, me siento en paz, estoy como recordando lo que pasaba antes.

T) ¿Qué pasaba?

Las peleas entre mamá y papá, vine al agua, para olvidar todo, sigo en el agua.

T) ¿Por qué peleaban?

Mi papá se pasaba bebiendo y disputaban por el dinero.Estoy avanzando por el aire y llego a las nubes, estoy como

viendo a mi familia en una reunión, yo no estoy. Pero no sé por qué están allí. Tengo amigos, que están allí y yo les veo desde arriba, recos-

tada en una nube y les veo como en un local. Están en silencio, están tristes, pero no sé por qué, mi mamá

está llorando con mi papá, están todos mis amigos y creo que me pasó algo.

Es como si estuviera muerta, yo les quiero abrazar pero no puedo.

Sí, estoy muerta en un ataúd. Estoy como subiendo al cielo y veo a mi familia alejándose. Es como si lo que me pasó hubiera sido de noche y con fue-

go. Siento como si se me quemara el cuerpo por el lado dere-

cho, pero no sé dónde fue, quiero saber pero no veo a nadie para preguntarle, todo es negro.

Estoy en un hoyo y no puedo salir, estoy como atorada, es como si fuera de noche y estoy atorada.

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Nuevas aportaciones clínicas

Me están tratando de ayudar, alguien de blanco me está tratando de tranquilizar, estoy cubierta como de una luz y me estoy elevando, es como si me guiaran.

T) ¿Y cómo te sientes?

Relajada, ahora está todo blanco y estoy como en el aire, la �������������$�����������'������������#�+�����������el aire, pero no puedo avanzar.

TERAPIA REGRESIVA

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��!��%-��7�

!����������$����6��������'($(

Me siento ligera pero atascada para subir hacia arriba.

T) ¿Y no te dejas llevar?

;&��+������������$���������#������� ��������� ���������-ben y se dejan llevar por el aire.

Estoy tranquila, quiero ver algo pero no puedo, preferiría que las pelusas no estuvieran.

Es como si la luz se hubiera transformado en pelusas, por-que ahora hay menos luz.

Estoy debajo del agua y saco la cabeza, y veo a unos señores con unas caretas blancas y unos chubasqueros o trajes blancos con gorras.

Cuando saco la cabeza, me estaban hundiendo, vuelvo a en-trar en el agua. Estoy intentando salir y ellos me empujan hacia abajo.

¡Pobrecita!(Silencio…)

T) ¿Puedes avanzar en la escena?

���������#����� ���� ����������"(��+��������� ��������es muy denso.

T) ¿No estás en el agua?

No, ahora ya no.Yo quería sacar la cabeza, pero me empujaban hacia aden-

tro y estaba agobiada.No les caía muy bien, porque no me dejaban salir del agua,

pero no sé quiénes eran.Solo veo hacia arriba el cielo a través del agua.

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Nuevas aportaciones clínicas

!����������&����6��������'($(

X�������� �(��(� ��"������������"����'��� �#��� ���vacaciones con mi hermana pequeña y mi abuela, pero quiero ir más atrás y no puedo, se pone negro.

\�������������������"�������������������� ���#� "��en la mano una cuerda con una lata amarrada, y soy una niña que juega con una lata y mira en el escaparate, hay como una especie de semáforo de hojaldre, yo quiero uno de esos, como no me lo puedo comer hago más ruido.

Las calles están muy sucias y oscuras, pero me gustan más que las limpias, la gente que camina por la limpias nos mira peor.

Me llaman la atención los niños que reparten los periódicos, porque los veo una y otra vez, y veo a uno de los chicos de los periódicos, pero es más grande, rubio con un gorro.

Le pregunto si sabe leer, y me dice que sí, pero es que no. Se pone a dar el periódico, como en una escalera de piedra

y luego me lo encuentro en una taberna, está viviendo con más amigos y le saludo, hablo con él.

Hay una música en vivo, en el bar. Y le pregunto si le gusta la música y me dice que sí, y le pre-

gunto si sabe tocar el acordeón y me dice que sí, pero no sé si creerle, pero sí sabe, porque el otro día tocaba con el chico del acordeón, pero sabe hacer un poco de todo, porque toca la guitarra y a mí me dejan un violín.

J���������� "���������������������������� ������ ��sobran los violines.

Estoy buscando a mis padres, pero no les veo, tenía el pelo más oscuro que ahora, y no encuentro ninguna imagen para "� "����������#����"������������������*������#��� ���Z��que estaba conmigo en el escaparate con la que jugaba, le pilló un tren.

T) ¿En qué ciudad estás?

TERAPIA REGRESIVA

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No sé, pero es grande, no me suena, es muy sucia y todo gris, es una ciudad muy grande y con mucho hierro, menos cuando entras en los bares y hay música y las sillas y las mesas son de madera y se bebe cerveza, sobre todo cerveza.

Toco con ellos en el bar, toco bien el violín, es música folk, no es española.

Estoy pensando si me quiero ir o quedar, pero aunque es ������������������������������$ �������$���������������de Europa, no sabes qué hacer.

Quiero ir a tocar a París. Estoy viendo si nos vamos o no, creo que el chico de los

periódicos no se quiere ir, yo sí quiero ir, pero estoy un poco enferma y delgada, y me duele el pecho al toser, estoy delgada y a veces nos tenemos que tapar las manos al tocar.

Uno de mis amigos, Tomás, toca la trompeta, Charlie toca el ����������������������� �"� &���� �����$��������Z���por unas botas que había robado, son viejos, pero suenan bien, ���������������� �

��������������������������#������$�����#����� ������������������������������� ������������������la de Carlos, es el chico que me gusta ahora, es muy tranquilo pero habla menos.

T) ¿Cómo te llamas?

No sé.Sigo sin ver a mis padres. Me hago muy débil, tengo frío, veo nieves, nieve y nieve y

tengo mucho frío.

T) ¿Estás sola?

Sí, ellos me dan mucho calor, pero siempre estoy sola, siempre veía muchos gatos y me veía como ellos, pero prefería más a los perros que son más cariñosos.

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Nuevas aportaciones clínicas

En la nieve estoy boca abajo, creo que me he caído, el bra-zo derecho extendido y el otro debajo de mí, estoy tosiendo y tengo frío y calor.

Estoy pensando que es una pena, que no esté aquí el niño de los periódicos, porque me encuentro mal.

Necesito que alguien me dé la vuelta, pero no quiero que esté así, siempre conmigo cuidándome, no quiero que tenga esa imagen de mí, pero me da rabia y no sé por qué no está.

Creo que sí que se hubiera venido, porque yo le decía que estaba mala por la ciudad.

No sé por qué no vinimos, yo creo que perdió los billetes en el juego, se lo jugaba todo. A mí no me pasaba, aunque tam-bién me gustaba jugar, pero me daba miedo y costaba mucho conseguir lo que se perdía jugando.

Estábamos enfadados, y creo que fui a por los billetes, pero �������������

TERAPIA REGRESIVA

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��!��$(-��

!����������'8����������#������'($(

Veo unos niños correr en una montaña blanca con una cascada y yo los veo a distancia…

X������������������������� ��#�������������������Z������Parece que el carro trae ropa para lavar. Las señoras visten de marrón oscuro. Llevan el pelo recogido y una es cruel con los animales y

también con su compañera gritándoles constantemente.Todo lo malo se hace por la noche y a escondidas.Mi madre tose, está mala, yo me quiero ir y que me dejen

tranquila, quiero que todo esto termine de una vez.Veo una mujer de pelo hasta la cintura con dos trenzas lar-

���������� ��� �+�� ��� "�����"�����������������0�������� ��������������������������������������������0���azules super claros y vive en una torre, y siempre va acompaña-da de un gato negro, es una especie de princesa muy querida y a la vez muy odiada por la gente, que le pide favores y abusan de ella subiéndosele a la espalda.

Ella por su pueblo hace lo que sea, pero se ha enamorado de un plebeyo del que no puede enamorarse, y escoge el camino de la magia negra, para poder estar con su amado, está con su amado, sí pueden estar juntos, pero renuncia a la magia blanca y usa la negra.

\������ ��������&��������������#������� �����ella hizo, no quiere que siga los pasos malos, y me dice que lo deje todo por amor, ella sabe que lo dejé todo por amor, que dejé de ser yo por amor.

T) ¿Qué pasó?

Que lo perdí todo, la tengo frente a frente y se quita la capucha #������"� � ��������������������������������� �������cara que yo.

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Nuevas aportaciones clínicas

No puede ser que sea yo en otra vida. ¡No puede ser, no puede ser!

T) La paciente llora suavemente.

Ahora empiezo a entender, porque me gustaban ciertas cosas, pero esto de golpe y porrazo.

��������������������� ��"�����$��������������-bres a caballo, no por favor, tengo que preguntarle muchas co-�����*��������"�#�����������'�"���������"�#���� � ��(���+������

T) La paciente llora de nuevo. ¿Qué pasó?

Se fue, los personajes con armaduras la perseguían, no sé si la volveré a ver o la matarán.

T) No te preocupes, seguro que la volverás a ver.

���������(������ (��� ��������������#�� ���������

�<�=������7�)�� ���>�

Para ayudar a los demás. ������������ �������7��� �������Z���� ���'� ���� �����������

��7�����������Z������� ��7������������#�������������$����ella es princesa y yo plebeya, ella y yo lo dejaríamos todo por amor, lo que pasa es que aquí no existe la brujería, él no cree, yo sí.

Me enamoré de este excomulgado y llegó a ser tan impor-tante, que el niño quiere sus cosas, antes que las tuviera yo y ������������������#�����$��������#���� �*� ��#����#��quien trabajaba.

TERAPIA REGRESIVA

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T) ¿No te quería mucho?

Lo que quería era liberarse de mí y lo supo hacer haciendo daño psicológico, lleva ocho años y todavía no ha terminado la carrera…

Ya le queda menos, que sea un camarero y no un mantenido ���� �����0��������� �����$�������� ����)����#���� ����-��������"����� &�������)����#�������$���������#��

Le he querido más que a nadie y se ha comportado mal y su ���������'� ���~���� ��� ���� ���� �B�

!����������8(����������#������'($(

Ahora veo un gran campo verde y mucha luz, está muy ilumina-������#�����Z�����Z��0�������� "�����"���������������tres cuartos por debajo de la rodilla, color marrón.

Viene un señor a buscarla alto, corpulento y con bigote, atraviesan un campo y en unos minutos llaman a la puerta de una casa con tres señoras cocinando, ni jóvenes ni mayores, y le dice el padre a la niña: a partir de ahora esta va a ser tu casa, y se va sin más.

La niña se queda a la puerta llorando y una de las señoras le dice: no tengas miedo, aquí vas a aprender mucho y nadie te va a hacer daño, y vas a aprender a que los demás te respeten.

;��������� ����;����#���������������������� ����G���-tonia (con miedo).

��������������������#����������������&�� ���������"��a tu habitación para cambiarte de ropa. Y la llevan al sótano y ���������"����� �����#�������������

T) (Silencio…)

Es un día lluvioso, hay mucha tormenta.;�����������������$������� ��� ������������ ����

pociones y más pociones, están temiendo lo peor, las pociones

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Nuevas aportaciones clínicas

no dan resultado ya han pasado 40 años desde que la niña llegó #�;���� ��� ����� ���������$�������������������������-dos, decide despedirse de ellas tranquilamente, y que busquen otra pupila, que el aquelarre no debe perderse, y mientras se lo dice se va apagando lentamente.

� ��&�������� ���������#����� �������� �������� �Aquelarre, abre un libro de las sombras y escoge una letra al �(����������$��������6����� ���������� �����������������es plebeya o de la realeza, antes de un mes.

Vuelvo a ver a la princesa, ha conseguido escapar, está em-$���(��������������������������""��� ����� ���"������ -beya, hace las cosas del hogar y me está diciendo que el hecho de ser madre le ha hecho cambiar: que es mejor ayudar a los demás que ayudarse a sí misma.

Que busque lo que quiera antes que buscar en la magia ne-gra. Que si me quedo embarazada y tengo una niña, que haga el favor de ponerle un nombre castellano, porque tengo sangre de linaje real.

¿Qué nombre le pongo: Cayetana, Ginebra o Jimena?, ¡qué bueno!

A mí me gusta Catalina, que no le gusta mucho, pero que vale, me va diciendo que el chico con el que estoy ahora, que haga lo posible por no perderlo, porque me dan la oportunidad de poder tener una relación con alguien, sin que mis amigas y mi familia se metan por medio.

T) Pues atenta.

Lo digo un poco asustada, porque no sabía que me tenía que decir algo. Pero no tantas cosas.

T) Pues ya sabes.

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CASO 11, O.

!����������'8����������#������'($(

Estate tranquilo.Veo la playa de aguas turquesas, serena y blanca, siento una

luz que me protege y me cubre con sus alas blancas. ��������������������������������������������� ����

no lo siento con claridad, siento un águila y me coge y me sube ���������� �����������#������������

Bajo la escalera, me meto en la luz y está todo iluminado y hay más gente que me invita a pasar, todo blanco luminoso, pa-rece una cueva blanca, un pasillo de luz, como que en los late-rales aparecen presencias que me saludan, y una voz resonan-����~�� ������� ���B�����������������������)������blanco y resplandeciente, y por otro lado es una cueva blanca, me siento en un sillón, hay un escenario blanco resplandecien-te, un carro con un caballo negro, se me va la imagen.

(Silencio…)

T) Cómo te sientes

Ligero, me está entrando la energía, la energía está en mí, sana tu cuerpo sana tu mente.

T) Yo siento la energía cálida en la cara.

Siento como un caballo que viene a galope y monto en él y me cubre el jinete con una manta y seguimos a galope, es un jinete con capa y sombrero, y se envuelve en su capa y llegamos a una choza y me baja cogido entre la capa y me pone al lado del fue-go. Debo de ser pequeño, siento la manta y el calor del fuego. J�������"�� ��������#����������������������������una choza y el fuego otra vez, creo que hay dos planos: una mujer y el hombre y un perro. Están contentos.

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Nuevas aportaciones clínicas

Es una palloza celta, entre L. o G., siento como que hubiera habido forcejeo y han tenido que ir a recuperarme.

Me viene la idea de que tenía unos doce años, es como un poblado que realiza sus quehaceres: cazuelas hirviendo, las ga- ����#�#�����#�0���������������������#� ������������� �����-co de un árbol, la desclavo y vuelvo a jugar, como si fuera una época medieval y me siento ligero y denso.

Es una sensación buena, mi madre hace de comer, noto una preocupación por algo, ella se afana con la comida, estamos los dos solos.

Siento que el hombre que me trajo no está, me viene un pozo. Ahora me veo, como por encima de la aldea y la protejo y envío energía como si fuera un ángel y voy ascendiendo hacia lo alto.

Siento como que allí arriba fuera un maestro, tengo dos pa-los en la mano y realizo movimientos, a modo de entrenamien-to, pero hago siempre lo mismo, estoy aprendiendo a manejar la energía con la mano.

Ahora mismo hago una lucha desde arriba y se ve la aldea, la observo para protegerla.

Ahora me siento en lo alto y noto que me entra un rayo del � ���� �� /���� ���� ���������������$��"����������túnica y mira la luz, que entra por detrás y hace un gesto, “ya está preparado, ya está preparado”.

Ahora hay una presencia de luz, en la que sale una mano y la mete para la luz.

T) (Silencio…)

������������������� ����������� ����� ����������$��-zación que yo he hecho, alegre y contento.

La gente se conoce, me siento bien, estoy contento. Ahora siento una luz que se hubiera unido con el todo, yo soy

��� �(�����������������) ������������� �(����#����� �(�����) ����������������������� �(��W�������#����������� �(�$ �����destellante conectada.

TERAPIA REGRESIVA

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!����������8(����������#������'($(

Me vienen unos recuerdos de una excursión con mi madre, mi hermana y más gente. Yo no quería subirme en las ferias por-que tenía la sensación de que no había dinero, yo era pequeño y consciente de que no había dinero y lo sigo siendo.

Son recuerdos que surgen de mi interior, mi madre insiste #�#����������������$&��������������#�� ��������������������^�"���� ���)�� ������ �������&���

Ahora no hay de nuevo, es algo mágico, que te agarra, no debía de estar en esta situación, no es lógico y nunca llega, ���������������� ��#�#������������$���#�� ������0��y llevo dinero a mi casa, tengo que ayudarlos.

Me da mucha pena de mi madre, que ha tenido que luchar mucho y sufrir, ha habido escasez y tengo que sacarles.

Mi madre dice que hay que sufrir, yo no hago mal a nadie, soy honrado, pero el dinero se va, se apoderan de mí, de pe-queño tenía el dinero y lo guardaba porque no tenía.

T) El paciente llora suavemente.

De una bolsa negra basculan monedas de oro que llenan mi mano:

������ ��� ������ ������ ��� ������ "� "�� �� �������� ��� ����� ���������&����������� (�����#��������������-nido de donde sacar me han injuriado, habladurías contra mí, se lo han inventado, la envidia es lo peor que hay, no quieren andar por su camino, yo voy al mío y quieren el de todos.

¡Son envidiosos, ruines!Un caballo blanco ha venido a buscarme y galopamos en la

luz y me siento a gusto. ;�������������"��� �(��� ����������~�� &(� ��B� ������

es mundano, disfrútalo.

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Nuevas aportaciones clínicas

!����������'$����9�����#������'($(

��0�� ����� ���������������� ��������#��������� ����#�una cueva, y leía las palabras que escribí cuando mi padre mu-rió: estábamos mi hermana y yo, y mi padre no me soltaba la ������#�#�����$&�� ��������$���������#���'�������� ���No aguantó para la boda, estaba todo preparado.

¿Y qué hacemos? Hay que seguir, no sé, ¿qué vas a hacer? Estoy en la playa leyendo el papel, me voy a bañar, hago una

bola de papel y la dejo caer al mar, la letra se diluye en el mar, #������������������$���#�����#�$���7 ���������������#���� ��&��� #���"����7 � ����������#����'�������������������pero sí estuvo.

��&������������6���#������ ����"��� ��'������� &���-cedieron cosas, cambios para bien, necesitaba estar allí. Tenía ��������������������������������""��������������-carme con Dios.

Cambiar mi energía. 1����������&����� �(�� �� �(�� �� �(����$��������������

lo esperas.;�$��� ������ ����#��� ���������#���������Z�������&��

con una capa blanca ¿qué puedo hacer? 8��������������� ����������� ����$�������������� �����

������ ����� ���Ha habido malas compañías, no eran sinceros, no les metas

en esto.

T) (Silencio…)

Ya está todo, eso quiero. ���������#�����"������������������ ��W�� �������� ��

que quería. Todos mis deseos enterrados, en un puño y ente-rrados en el monte con una vela. ¡Ya está!

TERAPIA REGRESIVA

120

Soy un monje, o un noble, visito la catedral de P., que está hecha, hay movimiento y construcción; están tallando la piedra los maestros, paseo en un día soleado y se levantan los cimien-tos de la catedral.

¡La idea es mía, la idea es mía! X�� �����(��#�"�� �)�� ��""��� &����� �������� &��

yo estoy aquí, tú estás allí, es diferente, vete cuando quieras, estás en casa.

El monje vive y se pasea por allí, es un alma, solo se le ve la túnica, él está allí como alma y yo estoy aquí ¿qué quiere? nada, enseñar y ver las cosas y ha estado siempre allí, desde ������(��� ����0��� ����0�#�#����#�#��������������#�bien la relación.

Sí, me vuelvo atrás, estás otra vez haciéndola, hay una vin-culación en la construcción, tengo que comprender algo que no sé lo que es.

;�#������$ ���$��$��$ ������$��"������ ����0�����hacer la catedral, ese era el monje.

Me voy a mi casa por un camino, vivo en un palacio, tengo servicio y familia, yo vivo bien, estoy dentro de casa, es un palacete, tengo niños jugando, yo les quiero a todos, estamos bien, estamos felices, pues nada, pues que se haga, sí que se haga.

¡Hay que hacer la catedral! No acabo de ver bien todo, me quedo en blanco, ahora es-

toy en la cama, me agarra la mano, no sé si estoy muriendo, el monje me agarra y está de rodillas, me voy, vienen a buscarme, viene una luz y me fui.

El monje habla con gente y yo le vigilo desde lo alto, creo que consigue hacerla y él también acaba muriendo.

Creo que no le reconoce nadie lo que ha hecho, a mí tampo-co. No acabo de entenderlo.

8�� ������ �� ������ � ����0� ��������� � ������ �� ��pero la percepción es muy real, pero se me va, ¡se está hacien-do! yo me voy (faltan cosas por saber), vuelvo a casa con los

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Nuevas aportaciones clínicas

�Z�����������' ����� &��������$�����"�����)�������-cinas y estoy allí, pero no sé muy bien lo que hay allí.

� �)�� ��� �������� ���;��%���#�� ��������������

!����������:�������������'($(

Me llega una imagen de S. A. del pueblo de mi madre, pero no �� �����������)���"���6�"���� ������������������de fútbol y cómo me dieron un balonazo que me quita el aire, veo un pozo también, bajo las escaleras de nuevo y voy a la playa de T., y el agua es turquesa, están haciendo cosas en las ������������������� ����$��� ������ ������������������-ra, hay que tomar algo de la cocción que hacen.

La noche está estrellada y yo estoy por allí también, hay que tomar algún brebaje que realizan los ancianos.

����#������� ������ ��������������������� ������� ��hago caso como que me son indiferentes, viene un niño y me coge de la mano y me lleva hasta la hoguera, nos sentamos ������� �������� ��#�����������������#����"����� �brebaje, todos beben y yo no quiero, todos beben y yo estoy ������� �)�� �$$���

�<�{�����������#����+�0������� ���������������� �0����

����������������������������� ����������������$&���������� ��������������$������ ��������������������� ����unas raíces que te conectan al suelo.

Estoy más a gusto, ya no hay ese distanciamiento y se ponen contentos y me abrazan.

El viejo dice que ya está sano, que ya está sano de salud y de la mente, tengo la sensación de cómo tener valor y poder saltar al vacío.

Estoy bien y estoy ligero, nos vamos a bañar a un celote cer-���������'������#��������)�������� ����������� ��������aguas sagradas que dan energía y te impregnan de fuerza.

TERAPIA REGRESIVA

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T) Pone las manos en el pecho e inhala profundamente.Estoy tranquilo y relajado pero parece que no me llega más.

!����������$$�������������'($(

Tengo varios pensamientos salteados y no me acabo de centrar en nada, me vienen imágenes de Semana Santa, procesión en la catedral, veo un monje que lleva la cruz, también veo una ������������������������

Noto un cosquilleo en la coronilla de energía, que me entra a veces por todo el cuerpo.

Veo una mano llena de luz, que se abre y sale una mariposa volando y siento como una presencia que me abraza. T) ¿No reconoces la presencia?

No, es una presencia sin más.

T) Obras en la calle nos condicionan a posponer, pero parece ser una etapa.

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Nuevas aportaciones clínicas

CASO 12. N.

!����������$:�����#�������'($$

Veo a mi abuela que me da la mano y me dice que suba con ella pero no puedo.

�<��������������"���������"��#����������������#���-gún peligro.

Ahora sí.Me ha llevado de la mano a una playa y me ha dejado en

��#����#����$������ ��������������"�����$ �����#������������#���#������� ��#� ' (�����#������+��������������vueltas, me rodea una luz blanca, me entra como por los pies y sube para arriba, es como un cosquilleo.

T) ¿Cómo te encuentras?

Estoy sola, es como si mi abuela se hubiera marchado y me transmite este estado en el que ella se encuentra.

Silencio.

T) Me pregunto, ¿cómo estás?

Siento una fuerza y una tranquilidad grande, siento ahora más energía y veo a mi abuela otra vez, me ha cogido de la mano y me ha dado un beso en la mejilla y me dice que ya puedo volver.

T) Retomamos.

T) Al salir la paciente señala tener una energía en el cuerpo impresionante, que a duras penas puede contener el ansia de salir corriendo de alegría.

TERAPIA REGRESIVA

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!����������$'������5�����'($$

Estoy en un campo grande y verde.

T) ¿Qué haces?

Miro alrededor, llevo sandalias marrones, sí son marrones y un "�����$ ����������������������� �������������������

Estoy en una luz blanca y me dicen algo de un anillo, pero no sé que es.

Me dicen otra vez, que recuerde lo del anillo y me queman las manos mucho, es como que no podía expulsar la energía.

Creo que el anillo está en una habitación amarilla y tengo que saber dónde está, porque vienen los soldados a por el ani-llo de mi marido y si no se lo muestro se quedan con todo lo que nos corresponde.

Creo que estoy en Flandes, él ha muerto, me quieren quitar todo lo que tengo, pero el anillo sería la prueba de que es mío y no me lo podrían quitar.

Es tarde, me llevan a empujones y la gente me mira y me ob-servan a distancia, hay una mujer que llora porque me llevan.

T) ¿A qué lugar?

Fuera de la casa y me meten en una cárcel, en una celda y yo �����(������������������ ������"�����

������������������� ���#�#�������� ��� ���$�0����una baldosa. Se fue y le mataron.

����(����������� �����0������ �������6��������� ��madre de la mujer de mi hermano.

T) ¿Cómo la reconoces?

No lo sé, la veo. He salido de la cárcel y estoy en la luz naranja, pero no estoy

bien, tengo miedo.Sácame de ahí.

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Nuevas aportaciones clínicas

T) Bueno, tranquila y respira que retomamos la situación.Al salir la paciente se queja mucho de los brazos, del daño

que le han hecho al agarrarla y moverla a empujones…, se va con una sensación de malestar.

!����������$%������5�����'($$

Veo unas columnas muy blancas, es el exterior de un templo, hay alguien que habla y les dice a la gente que hay que luchar, creo que es mi padre, la gente está muy contenta pero no va a salir bien.

T) ¿Qué ocurre?

Me siento inmóvil y no puedo moverme.

T) ¿Qué observas?

Lo que va a pasar, pero no se lo puedo decir a nadie, lo van a ������������%������������$����� ������� �������#�����7�les vale.

Una mujer está gritando: ¡que ya vienen los hombres y lo van a quemar todo!, tenemos que ir al templo a refugiarnos, pero no cabemos.

Mi padre está detrás de la estatua alada. No entramos todos dentro, hay muchos gritos.

T) ¿Puedes observar por encima de la situación? No. El hombre del caballo va a entrar y me va a llevar con él, pero no puedo dejar a mi padre, lo van a matar, están quemando todo, está muriendo mucha gente pero no podemos hacer nada.

Tira de mí, no sé adonde me lleva, hay muchos hombres de los otros, más de una centena, sus espadas son cortas y muy �) ������#����"��������7�������� "���

TERAPIA REGRESIVA

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T) Tranquila.

Veo muchos árboles y una cueva, me obliga a entrar dentro, no es malo, pero no es como los otros, pero le obligan a hacer cosas horribles, ¡sus ojos! Es como si ya le conociera, me trata bien, pero soy una esclava, hace frío, la mujer me da ropa, yo no quiero su ropa, tengo que volver a ver a mi padre, está vivo, pero no puedo escapar, no quiero su comida, vienen desde muy lejos y no sé qué quieren de mi pueblo.

Mi nombre es María, mi padre quedó de rodillas detrás de la �)���� ����� ����$��� ���$� �������� "����������-blo, no es malo, pero no quiero ir con él, voy a ser una esclava en su pueblo.

Sus ojos, reconozco esos ojos, ya nos vamos, me ha atado las manos y voy con él en el caballo, llevo otra ropa y no la mía, la han quemado, me insultan y me llaman cerda siria, no sé por qué odian a mi pueblo, él quiere ayudarme a escapar.

Creo que es R., son sus manos, es R., pero no es su cara. Me va a ayudar a escapar, pero ahora no, por la noche…,

le han visto desatarme y vienen a por mí a caballo y me van a matar, no puedo correr más que sus caballos y me van a matar, sigo corriendo y no quiero verlo, no quiero verlo, me han clava-do la espada en el vientre, él les gritaba algo, desde atrás pero no pudo hacer nada.

Estoy subiendo, asciendo y estoy en una luz naranja, me ha-$ ��������0��������$� ��#����������������������-mino, que me guía y que no tenga miedo, dice que tengo que �������������������������� ��������

T) Bueno ya lo entenderás.

Estoy muy bien en la luz, me relaja. Retomamos.

T) Se marcha con una sensación de alegría y bienestar.

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Nuevas aportaciones clínicas

J������������ ������ ����������������������������"���#�otras producen dolor, pero nada extraño, como en la vida mis-ma.

!����������')������5�����'($$

Es de noche, con muchas estrellas, los niños corren entre las casas, se ve el mar, hay un barco, fuego detrás, es una hoguera #���#�����������������$$����#����&����������)�����está mi familia y mis hermanos cosen, mañana salen a pescar y van a tardar en volver, estamos celebrando, mi padre y mi hermano van, me asusta el mar y me da miedo que vayan, se meten en casa, yo no quiero entrar, no van a volver.

T) (Silencio…)

Veo una luz blanca muy fuerte, tengo una bata y estoy en el hospital, no tendría que estar aquí, no soy como ella, me asusta la gente, no tendría que estar aquí, estoy cansada y no puedo ���������������������7������������������$�����������'��-zas, no quiero volver a la habitación porque estoy sola, es muy triste, quiero escribir como antes, no sé por qué estoy aquí, no �7��������7������������� �������"��������"���

Tengo que salir de aquí, no me gusta, no me tratan bien, no me gusta la bata, quiero mi ropa, hace frío en la habitación, una mujer grita cerca, no quiero estar aquí.

Escribía mucho y cuando escribía, mi hija estaba fuera y pasó algo y se cayó al agua, yo no la vi, no pude cogerla, no la vi, tenía que haber estado con ella.

���� �(������"� ����#��������&���������$��#���������todo cambia.

Tengo luz en las manos. Me dicen:

Que piense en el camino. Que me centre en el camino. Que me centre en el camino. No sé quién me habla y ya se ha ido.

TERAPIA REGRESIVA

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T) Las vacaciones de verano son muy reparadoras, hasta el pun-to de que el que está bien mejora, y el que está mal se va a la playa.

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Nuevas aportaciones clínicas

CASO 13 G.

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��������$ ��������������$����������� �(��#�����'������el medio, carros por las calles, estoy buscando algo pero no veo nada.

Es de día y miro por la ventana, y veo una mesa y hojas escri-tas y una vela encendida, pero no veo a nadie, veo la iglesia con la torre elevada también cerrada a mis llamadas, está nublado, hace frío y me estoy saliendo del pueblo, hacia las arboledas, pero es más oscuro por lo árboles. Sigo avanzando y nada.

T) Tranquila.

Es como si viniese alguien, pero me escondo detrás de los ar-bustos, gente a caballo y un carromato que no se ve, los miro y me quiero esconder, que no me vean, tengo miedo, se van hacia el pueblo, pero yo quiero volver allí, como si buscara a alguien y sigo caminando. Estoy cansada, triste y sola.

También hay un riachuelo, una piedra alrededor, hace frío y �����$�������������$�������&��������(�������������que no veo y sé que con él voy a estar bien, porque me va a es-cuchar y me va a tranquilizar, pero no sé nada de él desde hace ������������������

T) ¿Quién es?

Es una persona con la que yo estuve, estuvimos juntos, pero nos tuvimos que separar, tengo como la sensación de que con él voy a estar bien, porque recuerdo la sensación de tranquili-dad.

Me viene la imagen de un joven con sombreo y abrigo lar-go, una persona segura, que sabía lo que quería, pero también

TERAPIA REGRESIVA

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muy independiente, me viene el recuerdo de pasear de su bra-(������ ��7�����#����7�����$��

Sigo en el bosque sola y sentada y no sé si ir al pueblo para ver qué pasa. Voy y veo en la plaza que hay mucha gente, con un escenario y muchas personas.

Es como si todo el mundo hubiera salido a la plaza, vuelvo a la casa de la mesa y hay alguien escribiendo; gafas, barba, rodeado de libros y la vela ilumina el ambiente.

T) ¿Quién es?

No le conozco, es muy mayor y solo escribe, pero me gusta ob-servarlo porque me da tranquilidad.

Todo aparece en silencio, llueve, hay tormenta y me mojo, porque no soy de allí y corro, vuelvo a ir al pueblo y llego a una casa de madera vacía con unas ventanas, están las puertas abiertas y me quedo a pasar la noche pero tengo miedo.

Ahora he subido a un plano superior y veo a mi alrededor como un grupo de niños que juegan, puedo mirarlos en una luz muy blanca, escucho reírse y me gusta porque mi abuelo está contento.

Me viene al pensamiento “la vida es cambio” y se repite otra vez y otra.

“La vida es cambio”.Ahora estoy sola en una blancura que lo inunda todo, estoy

tranquila y bien.

!����������':����������#������'($$

Veo un bebé pequeño envuelto en un pañal, sentado en una mesa de cristal sin patas con personas mayores a su alrededor, y se ríe, está feliz, alrededor del bebé hay luces blancas y grises. X�����������������������������������������'�� ��

Es como si todo estuviese rodeado de luz blanca y gris, por arriba blanco y por abajo gris.

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Nuevas aportaciones clínicas

Yo soy el bebé, me veo pero como si no lo entendiese.Mi abuelo se acerca y me habla y me coge de la mano, me

toma en sus brazos también y nos vamos de ese lugar hacia otro. Conforme vamos avanzando se pone más claro.

Me dice que no me preocupe y me pregunta si estoy bien y yo sonrío, pero es como si me estuviera preguntando en el momento actual.

Me estoy poniendo nerviosa y emocionada porque mi abue-lo no está vivo pero me habla.

T) La paciente se pone roja y le pregunto si está emocionada.

Sí, sí. De nuevo me dice que no me preocupe, que aunque las co-

sas no estén bien en un momento van a estar bien. Le pregunto que si va a estar a mi lado y me ha dicho que sí. Le he dicho que le necesito y me ha dicho que no me preo-

cupe, aunque las cosas se hayan puesto así, que no me preocu-pe, que estará a mi lado.

Que me quiere y que el resto de la familia también, que hay momentos, y que todo va a estar bien.

Que no estás sola, y nos damos un abrazo y soy grande des-de hace un rato y se va, sigue el camino hacia la luz y yo me quedo.

T) ¿Cómo te sientes?

Ahora ya mucho mejor. Ahora la luz se pone rosa toda a mi alrededor, es como si me

invadiera una sensación de tranquilidad, de calma y seguridad.Alguien me dice que no tenga miedo, que no me asuste,

����������"���+��������� �� �(�������

T) Retomamos.

TERAPIA REGRESIVA

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!����������$����������#������'($$

�������7������������#�"������������� �������#���#��������-bres a su lado, los dos están con traje y gafas y hablan con ella pero no les escucha. Hay una mesa, libros, una vela encendida siendo de día y ella dice que quiere escapar y que no quiere ���������#���� ���0�������� ���

;��������#� ������$�����$ �����$�� ������������hacer.

� �� �� ���� ������ ���� ��� ����� �� �� �� �� ������ (���Está cansada de la ciudad y de la gente.

Ahora está en un campo entre montañas y se está mojando, llora pero es feliz.

���������� �����"��������������������Quiere aprender de la naturaleza, quiere escucharla y sen-

�� ���������������'��� ����������� ���También está nublado pero ya sale el sol y escucha una voz

que le dice: Ese es el camino hacia la libertad que se deje llevar por los

��������Ahora siento que ella soy yo, sigo andando y quiero subir a

la montaña por alguna razón. Hay un círculo para mí, sé que es para mí. Siento en el círculo y soy como mucha gente que me rodea,

como gente sabia e inteligente, pero no sé lo que dicen, pero es ����������"���+�������� ������

Ahora soy como más pequeña pero hay que intentar com-prender despacio, pero atentos, poniendo atención, porque el baile de las hojas también habla y el susurro del viento.

������������������"���������������� "�����������-vel y bajara abajo de la montaña y observo a la gente que está ����������������� �"������#������������������������#�����más color y no me da miedo.

Busco a un anciano que lee mucho, y que está relacionado con la luz. Tengo su imagen en la mente.

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Nuevas aportaciones clínicas

Tiene gafas, barba blanca, y siempre está en el escritorio con muchos libros y una vela encendida, y observo desde una ven-tana, pero no es hoy el día. Tengo que hablar con él.

Ahora estoy aquí en la habitación y noto como si hubiera alguien en la esquina de la izquierda, pero no veo bien, no veo �������(��������������������$����������������$�������tengo miedo.

T) No hay nada que temer.

Es un hombre pero no le diviso bien, y siento el cuerpo muy pesado. T) Y ¿qué te preocupa? Quiero saber qué quiere. T) Pregúntaselo.

¡Que escuches! Tengo miedo.

T) Tranquila y respira profunda y rítmicamente de nuevo, de �$�0�����$���������������������)�� �����Retomamos.

!����������$"����������#������'($$

Estoy descalza en la arena de la playa y observo cómo las hue- ���"������������ �������������� ��)���������������� ���dedos de mis pies mientras ando por la playa, este es un re-fugio interior donde suelo acudir para recuperarme y aparcar problemas.

TERAPIA REGRESIVA

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��������)����� �#�������#�����Z���������������Z������� �� ����������� ��� ����(�������������&�#�0�����#��� ����para que juegue con él y me dice que está solo, pero que está bien y sonríe.

T) Pienso que este va a ser un niño especial. �����������Z������ ������������$� �������7�����7�forma pero debe tenerla. Me dice que escuche el silencio y que juguemos a escondernos y a encontrarnos, que a veces la vida es eso, buscar y encontrar lo que necesitas, pero que no siem-pre lo vas a encontrar cuando lo estás buscando.

A veces, es de repente y no cuando tú quieres, que no seas impaciente. Se ve un faro encendido a lo lejos, a pesar de ser de día y voy hacia el faro con el niño.

El faro es blanco y está apoyado en unas piedras negras y �������������������#��������"��������#�����"����la mente el hombre que escribe a la luz de una vela, como si estuviera arriba, y subo por una escalera y el niño queda abajo, y subo y no hay nadie y se puede ver todo desde arriba, ���������������$������������� luz, es una luz blanca, es como si desde arriba tuviera una belleza especial, porque se disfruta de todo lo que se ve de otra manera, y ya no estoy en el faro, y es como si estuviera en otra parte más elevada, ����������"���+������������� �(�$ ������� �����������muy bien.

El verdadero encuentro con uno mismo te hace feliz porque al encontrarte y saber quién eres se destruye el miedo.

Veo una gente como danzando con mantas blancas, son per-sonas mayores, algunas giran alrededor de mí en un círculo, es como si fueran gente que sabe un montón, y no me atrevo a preguntarles, pero me protegen y se está bien ahí.

Ahora es como si bajara otra vez a la parte superior del faro y miro hacia arriba y sé que lo que hay arriba es seguridad y conocimiento.

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Nuevas aportaciones clínicas

Se respira un ambiente de serenidad y bondad. Hay un sen-����������(�#�������#������"(��������������"��� ��inseguridad y el miedo.

Bajo por las escaleras y está el niño esperándome y sonríe, �������������0�������#����0�������� �����������#����-ra solo se me viene la palabra Amor, y como si todo tuviera una luz rosa que lo envuelve todo, y ya estoy sola otra vez, pero enredada en toda esa luz rosa. Es como si todo se alegrase y �� ��/��������

Hay que dejar pasar al Amor. Hay que ser consciente de que el Amor no muere. ^�#��������� ��"���

T) Claro, la misma palabra lo dice.

Solo siento tranquilidad, serenidad y mucha paz interior.

T) Retomamos.

!����������'(����������#������'($$

Veo un camino que lleva a una cueva, está nublado y llueve un poco, y entro en la cueva oscura, pero donde voy andando hay una luz, y las paredes pintadas, y el techo está más bajo. No me gusta la cueva porque da miedo y se estrecha y no puedo pasar.

T) ¿Para qué van a la cueva?

Es como si tuviera que ir porque necesito conocer de mí y no puedo acceder, me doy la vuelta y salgo afuera, y ya hace sol y hay gente, y una aldea de gente feliz y sonriendo, están traba-jando y observo a la gente y me trasmiten felicidad, son felices en una vida sencilla, trabajan para comer y están todos jun-

TERAPIA REGRESIVA

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�����������������/����� ���&����#� ����� �������������������/��������������'�����$�������

;�����������#������$� �����&������"���� ��� ���#� ������"���� ����"���

Quiero saber qué hay en la cueva, pero no sé por qué no puedo acceder.

Un campesino me dice que podría quedarme ahí, hasta que pueda estar más preparada: paciencia y sin miedo.

Hay una puerta de árboles que sirven para guardarla, pero está muy contaminada, aunque sirve, tengo curiosidad, como si todo se vuelve gris y tormentoso, nubes y llueve y me mojo y necesito buscar protección y busco por el camino, pero no se ve nada.

^�#�� ���������������������0��#��������� ������y le cuesta andar. Le sigo y vamos a una cabaña de madera, y ������������������ ������� �������0�����#�����" �����alumbra un montón, me dice que encuentre en mí lo que tengo y que lea, hay muchos libros en el suelo y un libro con pastas rojas que me llama la atención.

Me gustaría leer cuando esté sola. Me voy a un rincón y ya no está el hombre, y la primera hoja del libro dice “La historia de una vida empieza…”

Pero dejo el libro porque está empezando a llover y veo lo-bos, hay tres lobos, y un búho en un árbol, se hace de noche y voy a taparme con una manta, con el libro en mis brazos, y me ��������� ��� �����7��������������

Al despertar no estoy en la calle sino que estoy en la luz con una mesa de luz y el libro rojo, desconcertada porque no sé ���������������������#������ ��#�������$��"�������������������0������� ���$��"��������'�������$�����#� �pelo engominado hacia atrás, de unos treinta y tantos años, y me dice que la lectura de ese libro me ayudará.

Pero necesito soledad y oportunidad. Sí, está a la entrada, que empiece a leerlo, me dará una visión especial, tengo respe-to al libro, aunque no lo conozco.

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Nuevas aportaciones clínicas

El hombre de pelo negro engominado y bigote está sentado con las piernas cruzadas, es como si fuera una persona muy importante y yo le tengo mucho respeto porque le admiro y me gustaría aprender de él.

Estoy al lado de una puerta apoyada en la pared, dudando entre ir o no y me quedo porque tengo miedo.

Sé que si me quedo va a ser breve para mí, y sé que tengo que leer el libro.

Como si el libro se abriera y no hubiese contenido. El hombre con el pelo para atrás me dice que el libro rojo

es un secreto y que estaba ahí para mí, y de repente estoy en una habitación con una chimenea y una silla dorada y verde y muchos libros y el libro rojo está abierto en el suelo.

Me siento en la silla al lado de la chimenea y pienso si empe-zar, a veces sí a veces no, es como si fuera una tarea importante para mí, porque no es una tarea cualquiera.

Hay un reloj que marca las tres de la mañana, creo que es una señal pero no la sé interpretar.

Tomo el libro rojo de nuevo y lo pongo en mis rodillas pero he decidido no leer por lo menos ahora.

Creo que necesito irme de donde estoy, de mi casa a un lu-gar apartado y comenzar. Sé que es un encuentro conmigo mis-����J�)����� ����#������� ����

Es la mirada hacia el espíritu de la energía que nos envuelve #��� ������������� ��)����

Como si notara en el cuerpo mucho hormigueo, sobre todo ���� ��� ������ #� ��"����� ��� ������ ������� #� � ������ ��como si focalizase mucho frío en mi cuerpo, como si fuera una sensación de que algo sale, pero no del todo, como si me so-plaran en las manos. Parece que el aire que viene hacia mí va en contra de las manos, no me gusta la sensación.

T) Bueno, retomamos.

TERAPIA REGRESIVA

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Hasta aquí presentamos la información de los nuevos casos. En general podemos señalar muchos diferentes planos y se-

cuencias, podemos plantear la interpretación de lo presentado, pero es una tarea que dejamos al alcance de los lectores, no es el cometido de este trabajo. Trazamos la presentación en que cada cual desde su conjetura advierta, y si no surge esperar a otra ex-periencia más de las posibles que nos permita acceder.

Seguramente volver la mirada atrás en el tiempo nos ubica en la posibilidad de conectar la base y la altura de nuestra exis-tencia, tal vez precisemos cambiar el nombre de lo acontecido y plantear el salto hacia una nueva mirada, una nueva forma de hacer terapia, tal vez algunos tengan razón y el pasado nos pro-porcione una visión enaltecida, no tan regresiva, sino elevada hacia una terapia sapiencial.

Seguramente precisaremos observar la experiencia de la muerte más allá de lo que nuestra mirada nos informa pertinaz y repetidamente.

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";����<��������������������������

La muerte supone atender al reborde de la mirada ensimismada.

���%�������������� ����������%���������������������������la muerte. No vamos a realizar aquí un análisis exhaustivo sobre dicha �� ���������%��������������������������������� ��������-der la esencia de lo que se trata al salir del cuerpo, porque en nuestra intimidad hay más recursos que lo meramente observable, y hay mu-chos pensadores que se han ocupado de esta cuestión, y así a bote pronto preferimos la frase de León Tolstói, porque nos parece sencilla y acertada:

“La muerte no es más que un cambio de misión.”

De igual modo nos llama la atención la idea de Maximilien Ro-bespierre, revolucionario francés, cuando entiende la muerte de una forma preclara señalando:

“La muerte es el comienzo de la inmortalidad.”

No se puede ser más creyente. Entiendo, con un poco de sarcasmo, lo que Napoleón decía sobre el

miedo, que cuando no se teme a la muerte, se le hace penetrar en las líneas enemigas.

TERAPIA REGRESIVA

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Aunque uno de los últimos documentos modernos en la época del discernimiento lo hemos presenciado en el diseñador de Apple, Steve Jobs, que nos sorprendía recientemente en su despedida dirigida a un grupo de estudiantes recordando que “la muerte es el mejor invento de la vida, deja atrás lo que no sirve y permite el paso a lo nuevo”.

Cuando se dirige a los alumnos de Stanford, en el inicio de curso, les señala las directrices de la vida, desde la experiencia que toca a su ��������������������������������������������� ��������recomendar:

“Encontrad lo que amáis. Recordar que voy a morir pronto, es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque �%��������������&�����'�������������������%���������������������������#��������������&������������������������������-te, dejando solo lo que es verdaderamente importante.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir al corazón.

Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cie-lo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado a ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor inven-to de la vida. Es el agente de cambio de la vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.

Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro. Y lo más importante, tened coraje de seguir a vues-tro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres. Todo lo demás es secundario...”

¡En este caso sabias palabras de un hombre de ciencia!Por esta razón se comprende que, en ocasiones, puede ser menos

preciso el llegar, que el despegue del cuerpo achacoso, en la provecta edad.

La vuelta a casa, a la verdadera casa y al verdadero lugar, siempre es igual de tranquilizante y reparadora sin nada que achacar, una bo-

141

Las experiencias de casi muerte

rrachera emocional. La naturaleza del llegar a la auténtica casa está atada a la mismidad luminosa y reconocible, y asume, promete y ex-perimenta libertad.

El regreso a esta dimensión es siempre igual de tranquilizante, re-parador y maravilloso, como es evidentemente al llegar a casa, donde de verdad te encuentras en tu lugar, en el lugar que te corresponde y nada más, y no hay dudas porque a ese lugar se llega guiado, atrapado en una luz que nos concierne y nos permite acertar.

No es que vayamos a vagar por el universo extenso, es que nos corresponde llegar. Te corresponde un lugar en el que entiendes y re-conoces dónde estar.

La conexión es vibratoria, y se encaja sin dudar porque la naturale-za de dicha vibración te guía continuamente.

No están solo los más cercanos, los que se unen a ti por los lazos del amor, los que te quieren están.

Cuando estamos en el otro lado y ya dejamos el cuerpo, nos damos cuenta de lo que nos espera, y se reduce el miedo.

A veces, puede ocurrir que cuando llegamos a la vida y empeza-mos el camino, las cosas han cambiado inesperadamente respecto a los planes previos por la propia inercia, por el movimiento imparable de los acaecimientos, o por nuestra propia acción, y se han cambiado los planes en la dinámica imparable de la vida. Así los que debían es-tar no están, ya que el accidente, lo estocástico y lo imprevisible de la acción-reacción selló un rumbo diferente.

Por lo que en ocasiones resulta extraño e incomprensible en teo-ría, que al venir haya que improvisar, pero no es muy grave, porque la improvisación la realiza el que tiene armas para acoplarse a dicha realidad, aunque con nostalgia de no encontrar a quien espera, y en el transcurrir de la vida al buscar y al encontrar no se acopló con la esencia radical que le unía.

No es culpa de nadie, solo de la vida, del azar, de lo imprevisto y la consiguiente causalidad que marca diferencias en estos asuntos que el proceder ajeno acaba propiciando.

Pero siempre es mucho más fácil partir que llegar, salir del cuerpo que entrar en el claustro materno, en el que todo es mucho más pe-queño y constreñido, y hay que empezar a acoplarse y a recordar, y a

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��������������������������������������������� ���������������que duran poco. Se trata de un aparente y nuevo comienzo cuando tenemos que acoplar la extensionalidad a la intensionalidad y a los espacios reducidos de la nueva dotación; nuevas manos, ojos y cara, pero una esencia vieja y experimentada, que ya se reconoce y que por lo mismo un día tienes que abandonar.

No se entiende entonces que la experiencia del salir del cuerpo sea tan temida por tanta gente, que se enfrenta a ella con terrores, pánicos y alucinaciones, como sistema de defensa negador de lo que está por llegar y es irreemplazable y capital.

Expresaba C.G. Jung:

�������������������������������������%�������������-dad sino en la patología y tendrá que tenderse en la camilla y dejarse curar.”

El diván tan devaluado y sin embargo tan afortunado. Algunos di-rán pues mire usted, que no me hace gracia esta broma de mal gusto de tenderme ante otro que me pida que me disponga a descubrirme y ��� ������������������������%�����#��������� ���������� ��'�[��� ��������������� ���������������� ������������������self.

Nadie sensato te dirá lo que tienes que hacer. Las decisiones las to-mas tú, pero es ventajoso en ocasiones escuchar, comprender y dejarse guiar tumbado en el “diván” el terrible, ¡porque allí el más valiente se crece y el cobarde nunca ingresa!

Pues sí va a ser necesario despejar la broma de la tontería ���� �#��"������ �� '�������� �� ��������� ��"���#�de la muerte.

Lo fundamental de la vida es mirar para arriba y no creer que todo se juega abajo, en el aquí y ahora de la comida, el dinero, la fama, el éxito, el gobierno y los programas televisivos que adulteran la intimidad. No se puede estar en la vida ocupándose solo del bon vivant, puesto que esta ocupación nos toma desprevenidos y entrenados solo en lo que nos hemos ocupado durante ella y esas acciones no valen apenas.

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Las experiencias de casi muerte

"�������������������������������{��� |������������� �������� ������������������ ��������������{�� ����������|�����#���� �-mista, y esto se debe a que la mayor parte de nuestras referencias “mo-dernas” valorables se disocian de las virtudes, en la circularidad de la vida, divorciándola del anexo de la otra cara de la moneda, sin aceptar que forman parte de un mismo proceso de valor y aprendizaje vital.

La vida, engañosamente, pareciera estar inscrita en procesos de posesión, permanencia, belleza, éxito y juventud, como modelos o salvoconductos basados en ideas de triunfo, ganancias y riqueza, que pueden obturar negativamente el sentido, la mirada y la lógica del más calmado, desde la ineludible asignatura del avance mental hacia el obligatorio proceso espiritual.

En la vida se trata también de aspirar a planos más elevados y anhe-lar paz y luz interior, que tranquiliza y relaja una barbaridad, en tanto ����� ����������������������������������%������ �����������últimos tiempos, en Occidente, estamos mayormente viviendo de es-paldas a nuestras realidades más básicas y trascendentes, como si estas no fueran expresas en vías históricas, fenomenológicas o sapienciales, sino justamente en procesos de “apariencia, engaño y seducción” en el lo puedo tocar.

Nos estamos olvidando de lo que es capital, mirar hacia arriba, y nos olvidamos así del debido entrenamiento espiritual.

La “apariencia” está teñida también por nuestras percepciones de-������������������������� ����� ��������������� �������������sentidos olvidando la intuición que nos puede conducir al alejamiento de la virtud y a su negación.

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No es solo tratar de encontrar vías que nos permitan una conciencia

tranquila, con nuestra concordancia del sentido de la ética, sino tener claro que vivir conlleva el objetivo de evolucionar en cuerpo para de-sarrollar la luz superior que está adherida al alma.

Cuando esa luz no brilla ni vibra adecuadamente, comienzan la competencia, los odios, las mentiras y la no aceptación de la alteridad.

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También podemos negar la mente y recrearnos en lo particular y ni-mio al pensar que somos un conjunto de órganos sin más en una trama mecánica valiosamente especializada.

=�*��+���������%���������������� ��� ����%��������������de bóveda no llega por la ciencia ni por la tecnología, sino que la tiene que encontrar cada cual y acompañarla en sabiduría.

La sabiduría es un instrumento determinante que deriva del conoci-miento esforzado, y que nos permite realizar conclusiones veraces sobre nuestro deambular existencial y alumbrado por la contingencia vital.

Pero además existen vías fenomenológicas sensitivas, que nos dan información certera sobre lo que no podemos o no queremos mirar:

Las intuiciones profundas e inspiradoras que marcan el camino sin riesgo.

Las iluminaciones que determinadas sensibilidades se permiten.Las múltiples huellas del camino de la vida, que han quedado mar-

cadas por otros indeleblemente en los libros, los reconocimientos de los caminos populares y el arte.

La incapacidad de agotar las vías del conocimiento nada más que de una forma muy elemental.

El digerir el aprendizaje valioso lentamente a partir de múltiples ensayos.

La imposibilidad de vivir todas las vidas de una sola sentada en una. Las experiencias vitales aleccionadoras que nos abren los ojos

y nos permiten escuchar, comprender y caminar en los verdaderos aprendizajes.

Los insights esclarecedores sobre determinados acontecimientos vitales expresos en la rutina y en la costumbre de la constancia enmas-caradora.

Las experiencias parapsíquicas que todos o muchos hemos podido tener en algunos momentos de nuestra “precaria vida”.

El acceso místico, que en algunas circunstancias, nos sitúa frente a nuestra naturaleza auténtica en la marca profunda de nuestra identidad humana.

También está la fe, que consiste en creer lo que no se ve.La esperanza, que es lo último que se pierde ante los avatares com-

plicados de la vida y que no salió de la cajita de Pandora.

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Las experiencias de casi muerte

La caridad, que empieza con uno mismo y se puede repartir a los demás profusamente.

Tolerancia, con nuestros defectos y con los ajenos. Compasión, que solicita bien intencionadas razones, pensamientos

y obras, para con los demás al perdonarnos a nosotros y a los restantes en nuestros errores.

El perdón, a uno mismo y a los demás, y suele producir un ���������������(��

Una de las vías más reconocidas para poder comprender este asun-to, está en el desarrollo de la capacidad intuitiva, en su progreso sensi-tivo que se logra en la meditación y, cómo no, en la oración.

Todavía podemos necesitar unas gotas de angostura, que nos tiña ��������������� �������������#������� �������������'�

Toda esta capacidad de apertura presenta el corolario de una sig-natura que nos ayuda mucho a despegar en el ámbito espiritual, que es la desposesión de los bienes materiales y carnales, abriéndose a lo elevado y superior. Estas supuestas pérdidas son una ganancia, ya que la energía se conecta con las más elevadas en la inauguración ����� ���� ���������������� ��������������� �����������������aceptación de la nimiedad y de la escasa capacidad de conocimientos profundos y útiles que se poseen para el verdadero logro vital, sin ol-�������������������������������� � �� ���Z� �������������que cada cual puede recibir de sus respectivos maestros.

Por todo ello, podemos sentir el estar en el mundo, como si no fuéramos a acabar nunca, como si todo se jugara en una perpetuidad, desde el conocimiento al hacer, desde el logro a la conquista esencial del ser superior que formamos.

En nuestras intenciones, planes y deseos, pareciera uno tener la im-pronta de perpetuarse, como deseo irrenunciable, lo que se presenta al hilo de nuestra urgencia como una posibilidad emergente y precedente.

Esto no se debe a nada orgánicamente apreciable, como los proce-�������������������������� ������ �� �����������������������#��íntimo y profundo de nuestra intimidad y está conectado a los media-dores de sentido que nos proporciona la corporalidad.

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Luego es posible seguir existiendo al hilo de nuestras previsiones de perpetuidad, aunque el cuerpo ya no sirva y se destruya en un festín sin-gular, en una locura entrópica en la que los gusanos pasan a un primer plano de observación a mostrarse inconscientes en su atávico proceder.

La densidad humana no perece, ni se agota en este banquete, pasa a un nivel diferente de conexión, una vibración electromagnética dife-rente, y densamente incardinada en la energía esplendente.

La observación inmediata del cuerpo inerte descorazona y puede conformar una forma de negación, y expresar a su vez un doble senti-do paradojal de trascendencia, más allá de la mera desaparición de la observación del cuerpo físico.

Lógicamente en el cuerpo adecuado, el astral y prescindiendo del que sobra, que encontrará su equilibrio en su propia entropía.

Es que en verdad no desaparecemos, como nos enseñan los pueblos primitivos, capaces de “ver realidades complementarias en un plano superior de forma natural”, y lo que denominamos muerte se conforme en una experiencia concluyente de “salir fácil del cuerpo” y quizá sea ��������������������������������������������������������������� ��������������������� ��� ��������� �#��� ��������%�������� ���dimensión correcta espiritual.

Es cierto que la muerte supone una experiencia en coordenada pa-radójica extraordinaria, algo probablemente impertinente, como decía Castilla del Pino, medroso y tremendo, si nos empeñamos en no des-pegarnos de un cuerpo enfermizo pávidos de aprensión.

Salir del mismo cuando pesa y se hace difícil sostener tal vez sea el mejor sistema liberador y reconstituyente al independizarnos de un armazón achacoso.

Aunque lo que llamamos desencarnar no es más que un cambio gravitatorio, la apertura a un campo energético distinto, una longitud de onda ajena a nuestra percepción visual normal en la experiencia cotidiana.

El psicoanálisis nos enseña, y los psicoanalistas, entre otros, nos recuerdan, que en el humano la idea de muerte es relegada a otra di-mensión, a otro tiempo, para otro, ya que desde nuestra intuición pro-funda no lo consideramos real, y es evidente que la podemos comentar al observarla siempre en el que transita.

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Las experiencias de casi muerte

Es cierto que la muerte hasta que se la ve venir en uno mismo, siempre se la achacamos al vecino, en tanto la nuestra ya la divisamos desde otra dimensión, para poder argumentar lección comunicativa tenemos la telepatía, y no la podemos comentar más que brevemente, o como Sócrates con el efecto de la cicuta, señalando los abandonos ������������ ������ �� ��� �� ��� ���������� �� ���������� ����mostró.

Cuando perdemos la voz, ya no producimos la señal verbal. Podría-mos telepáticamente, para lo cual hay que buscar interlocutores abier-tos, que escuchen el mensaje tranquilizador, y no es fácil encontrar mentes abiertas y sensibles, porque precisamos al que escucha en el nivel adecuado de vibración, ya que muchos se cierran y simplemente no quieren escuchar, amparados en el dolor, duro, concreto y real, que asegura inconsciente y paradójicamente una densidad existente que nos aleja en el sufrimiento de la muerte, que es de la que el organismo se quiere apartar: una identidad dolosa alejada de la amenaza real de pérdida y del peor miedo de todos a la nada.

No podemos renunciar a la integración de los mensajes elevados, vengan de donde vengan, de diferentes credos e iluminados de distin-tas culturas, que nos alcanzan a modo de intuiciones preclaras. Tam-poco debemos negar o dudar de las palabras de sabiduría de los dife-rentes sabios y profetas ni de los distintos videntes o de las evidencias de los trances o de las plurales culturas.

Observamos consternados que no se tratan estos temas sensitivos y de experiencias en los ámbitos religiosos, en sus meditaciones o cate-quesis debido a que tal vez se prima una lucha corporativista, como en las demás organizaciones, que trabajan para su mantenimiento y poder.

La religión en Occidente no parece adaptarse a los tiempos moder-nos con sus formas de comprender la dialéctica y el proceso vital, des-pegue y salida en la capacidad de inmanencia-trascendencia, y resulta poco funcional y escasamente aclaratorio.

En lo primordial sirve para fortalecer la fe e iluminar el camino. Si seguimos el ejemplo de los verdaderos maestros y de alguno, tan ele-vado y amado, como Jesús de Nazaret, “El Nazareno” que fue martiri-zado, humillado y aguijoneado, tan salvaje, como injusta, sanguinaria e inhumanamente por hablar de paz, hermandad y Amor.

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¡Qué moverá este discurso que a los impíos asquea!

=����������������� ��������%��������������������������� ��������que muchos no quieran enterarse de lo que es importante ahora despis-tados con tanto artefacto cibernético.

No pretendemos ser patrocinadores de ninguna divinidad, ya que nos pertenece a todos, tanto al que se da cuenta como al que todavía no, en tanto nos damos cuenta de nuestro ideario, por elevado que se muestre, es siempre parcial, precariamente y habitualmente precisa de progreso.

Decía uno de los mayores investigadores en ciencias duras, que hemos tenido en la humanidad, el físico Albert Einstein, que todos éramos igual de ignorantes, la diferencia estaba en que cada cual ignoraba cosas distintas.

Tal vez podamos integrar los mensajes en un mínimo común deno-minador, en el que nos quedemos con lo importante, y salvaguardemos lo esencial.

Lo esencial es aceptar que estamos constituidos en la luz y la ener-gía, que algunos denominan Dios, y es que no queremos comprender que está en nosotros, y nos protege, aunque no nos demos cuenta aún de su presencia, envueltos en el bullicio de la vida cotidiana, en los ruidos y en el festejar, porque seguramente a Él le interesa la tranquilidad y la paz, no el ruido, la violencia o la agresividad. Habla muy suave y bajito y así no le solemos escuchar, cómo le vamos a entender.

Desde todos los ángulos del universo se observa que Dios, nues-tro Creador, desea claramente la paz y hermandad en sus caminos, y un reparto justo para todos, bienestar y justicia para sus todos. Esta sensación se hace presente cada vez con más intensidad en los tiempos que corren. Es la sensación de crecimiento mental, que nos ensancha el alma y el corazón en lo que Él regala, que es nuestra gran verdad.

Por eso existe la verdad y es distinta de la mentira, diametralmente opuesta, de la falsedad que se cobija en el recoveco de la ley, en la regla rígida sin excepciones, en la artimaña, en la asechanza, en la aplicación del rigor para con el otro, sin ver el sufrimiento y el dolor causado en ��������������������������������������������������� ��� ����������-tamiento y la tristeza que produce, en el desencanto de ver al hombre

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Las experiencias de casi muerte

devorado por el hombre, matando su sensibilidad y grandeza ampara-dos en la equivocación.

Y, ¿nosotros no nos equivocamos? ¡Para qué está el perdón! Y si no perdonamos, ¿quién nos va a perdonar a nosotros?

Convendremos que no somos perfectos, no podemos ocupar el lu-

gar de la ley más que desde una rigidez moral o desde la patología superyóica, muy poco estudiada.

No podemos tirar la primera piedra al otro sin sospechar que el tiempo nos la devolverá.

La verdad por eso es vida y amor irrenunciable, experiencia, en la que se agiliza el perdón, y por ello en la apertura podemos recibir mensajes y experiencias claras y constantes de gente más porosa y avanzada que nos ayuda, nos enseña y nos comunica.

Los mensajes superiores surgen si nos abrimos, llegarán en la onda meditativa de la relajación profunda, en la que se desea informar.

No esperéis evidencias divinas destruyendo la vida, o derrumbando una montaña. Somos nosotros los que tenemos que paliar las conse-cuencias de nuestras decisiones erróneas en el planeta y sus consecuen-cias imprevisibles.

Aunque no cabe duda de que nos tienden una manita constante y habitualmente, a pesar de que creamos, que estamos solos y que somos nosotros los que nos gobernamos, curamos, decidimos, escri-bimos.

Sí, operamos, escribimos, tecleamos, pero de vez en cuando esta-mos inspirados y nos inspiran, y no somos nosotros los que accedemos a la verdad, sino que ella nos visita todos los días en la elevación y nos la encontramos al despertar.

Pero para los incrédulos todo es demasiado abstracto, en su mente cerrada y restringida frente a lo real, y lo aparente va negando sensibi-lidad, experiencia, vibración, emoción y realidad.

"���������� �������������������������������������������-tos químicos, que es verdad, pero no podemos negar la propia energía luminosa que nos constituye, la capacidad de una inteligencia superior, y todavía somos incapaces de replicar dichos elementos, para crear un

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ser vivo, por ejemplo para crear un grillo, o un ave que a su vez sea capaz de hacer lo que hace un pardal. Por ejemplo, crear una semilla ������������������������Z�������������������������� �����������que hacemos el pan, o una madreselva, o los frutos del otoño, como el olivo y la vid de la viña o del parral.

No entender que la semilla es milagrosamente la que germina, su-pone aceptar que nosotros la podemos crear.

No aceptar que nosotros ponemos las manos en la intervención y que quien cura es la energía universal que nos protege es entender poco.

Como sabemos, no hemos creado ni el más minúsculo de los ani-males, ni siquiera la réplica de la oveja Dolly subsistió.

Ahora, si estamos sordos y ciegos, y no queremos ver la evidencia en los acontecimientos de la estabilidad de la vida cotidiana, que como poco dura ya varios cientos de siglos, y tener que caer en la cuenta de que algo se juega más allá de lo que nuestros ojos nos permiten ver, sin mirar, sin recordar, sin reconocer.

Las ideas de tránsito y salida del cuerpo no se expresan con clari-dad. Están ancladas en pautas decimonónicas, trasnochadas y dema-����������� ������������������������������� �����������������devaluado hoy por esta falta de racionalidad.

Dios no puede ser irracional y no puede comportarse sádica-mente como el más pulsional y confundido de los hombres.

La gente se vuelve incrédula, dubitativa, compensándose en una

idea confusa de ciencia salvadora, que sin embargo se ha revelado como la única salida, para algunos, a todos los abusos de la demagogia clerical durante siglos.

La religión ha propuesto habitualmente creencia ciega e irracional, basada en la fe, raramente habla de testimonio de experiencia de espi-ritualidad, pero con cierta racionalidad la ciencia plantea hipótesis de-mostrables, refutables, falsables. Entre ambos territorios de acción y de pensamiento se encuentra la realidad, simplemente esta se escapa en una gran parte que no entra en las estructuras������������������������ �����'�

De repente se ha formalizado una antinomia. Los rasgos de com-probaciones de la ciencia, con las asimilaciones de lo religioso, pare-

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Las experiencias de casi muerte

cen divergir, reduciendo la cuestión religiosa cultural al otorgamiento de la fe, en la creencia de esperar sin razonar, sin experimentar.

Por otro lado, las categorizaciones que permiten hallar los produc-tos de la ciencia, tienen no solo fecha de caducidad, sino que están expuestas a las modas y a las tendencias en la investigación o a los recortes subsidiarios y, por si fuera poco, si no son falsables o no se �������� �������������� �������� �������������� ������� ���la posibilidad de error para disfrutar de dicha peripecia. Así que lo ���%��������������������� ��������������������������������compasiva idea para hacer de la ciencia algo convencional, al socaire de los errores de cada grupo de investigación y de su fecha de cadu-cidad.

{"� "7����� ���������� �������������'��������-cil consenso y al albur del convenio de las ciencias.

Luego, para ser ciencia, no importa la virtud deseable de la verdad, solo la de la falsabilidad, por lo que sus resultados han de presentar la capacidad necesaria de provisionalidad.

No esperéis entonces que la ciencia nos resuelva el problema del alma, del tránsito de la vida o de la muerte, o del sentido de las vidas o de la eternidad, aunque nos ofrezca pistas, porque le pasa lo que al yogur, precisa fecha de caducidad. Luego nosotros que lo tomamos presentaremos indiscutiblemente interrupción.

Cuando en las ciencias humanas se exponen diferentes investiga-ciones y experiencias razonadas y razonables, sistemáticas y riguro-�����������*������������������������������ ������������������ser aceptados los dominios clínicos y educativos como una posibilidad seria y real de rigor y sistematicidad.

La consecuente oferta que nos depara la ciencia y la tecnología es prometedora en muchos campos, y conseguirá resolver múltiples pro-blemas creados y puntuales, aunque será todavía complicado avanzar en el camino mental y espiritual.

La ciencia, por otro lado, seguirá estancada, en tanto no se acepta nada que no sea cuestionable, y de momento lo problemático en cien-�����%������������������������� ������ �� ��������������������

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ciencias naturales, por su diferente naturaleza, en la que no podemos cotejar su naturaleza sin confundir su esencia.

Así que aquí los dioses de las religiones han sido suplantados por los del genoma, el mapa genético y la ingeniería biológica del tras-plante y el laboratorio, y todo lo que no pueda ser ensayado en el tubo de ensayo de forma replicable no se acepta como válido. Sin embargo con el tiempo los caminos del progreso mental y emocional pueden ir parejos desde las visiones más físicas a las parafísicas.

De igual modo surgen otras formas complementarias de entender la complejidad humana, atendiendo a sistemas meditativos, focaliza-dores y relajantes y al proceder de algunos estudiosos que se inspiran en el reborde de la experiencia elevada como humanistas, pensado-�������������� ���� ����������������� ������������������%�������comprensión mental, desarrollando temáticas transpersonales, de cre-cimiento psíquico, atendiendo al proceso evolutivo y a los cuidados a moribundos, con experiencias sorprendentes frecuentes.

Modernamente, esta disposición de cuidar a los enfermos postreros se le ha denominado “cuidados paliativos”. Algunos autores destaca-dos se atrevieron a utilizar caminos alternativos, a partir de la escucha de pacientes terminales, en sus manifestaciones postreras en los hos-pitales.

"���������� ��������������������� ����� ��������� ��-lidad al tratar de recordarnos cuestiones vitales del trascender que es asimilado en ocasiones por la maquinaria de lo novedoso.

Pero en el año 1857, siglo XIX, aparecieron ya los trabajos no re-cordados en la actualidad de Allan Kardec, explorador de las fenóme-nos denominados espiritistas.

Quizás, pueda tener conexión con esta temática una de las aporta-ciones más celebradas en los años sesenta, la de Raymond Moody, con sus contribuciones adelantadas, sobre la naturaleza de la experiencia de la vida después de la vida y el trabajo de más de ciento cincuenta pacientes en regresión que declaran haber vivido una experiencia im-pactante y tranquilizante en el más allá.

&�� ��������� &������� ����� �������� ��� ������ ���Z������ La muerte no existe, continuando una radical aportación de las experien-cias de los estados crepusculares.

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Las experiencias de casi muerte

�#�����#��� ����� ������������ ���� �#���������� ���� ����������que pueden condicionar las percepciones. Hay evidencias de investi-����������������������������������Z� ���������� ���������������������������������������#������������� ����'�

Igualmente es posible atender a realidades cercanas a nuestra per-cepción a fenómenos inexplicables antiguos, que nos ayudan a com-prender nuestras inseguridades modernas.

Las experiencias de la conocida psiquiatra suiza Elisabeth Kübler Ross, que se ocupó de la atención de los niños que padecían cáncer, representó un gran hallazgo, y puso gran cuidado en la atención a los moribundos con enfermedades terminales, que nos revelaron a su vez, con una gran sensibilidad, grandiosas enseñanzas.

Esta autora, entre otras, señala cómo las personas clínicamente muertas durante un tiempo importante, minutos, incluso horas y días, relatan verse suspendidos alrededor de la habitación, quirófano o lugar de accidente �observando a los familiares�, o visitando a sus familias de origen, a múltiples kilómetros de distancia.

En la experiencia denominada de casi muerte son habituales las personas que relatan la visión de un túnel (desde tiempos inmemoria-les) a partir del cual va apareciendo una luz al fondo que les proporcio-na una intensa sensación de amor, paz, armonía y felicidad. Alrededor �������������� *����� ������������������������������� ����luminoso que les animan a seguir adelante.

Estos sentimientos y experiencias son narrados por individuos que según la medicina de urgencia, han despertado del coma, y que una vez despabilados lamentan el encontrarse de nuevo en el hospital. Cuando a los familiares les produce alegría y a los médicos satisfacción, ellos se sienten de vuelta apenados, para realizar tareas pendientes que ne-cesitaban aún realizar y experimentar.

El tanatólogo argentino Rubén Bild señala que las personas que han podido anticipar la experiencia de muerte, han encarado la posi-bilidad de enriquecer determinante su experiencia posterior de vida humana.

Las cuestiones de la asistencia en cuidados a enfermos terminales gozan en nuestro país de similares ventajas en las atenciones.

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Más tarde, cuando ya llevamos medio siglo de trabajo en cuida-dos paliativos, algunos que han salido fuera, llegan a nuestro país e incorporan los acontecimientos más básicos, como si fueran nuevos y contrastados, cuando estamos aplicando vías resolutivas y creativas de igual capacidad y trascendencia operativa que en el exterior.

Las personas, cuando narran los episodios de casi muerte, relatan el impacto determinante y la vivencia de cambio radical en su forma de ver la vida por lo experimentado. Tras lo que denominan la salida del cuerpo, sostienen que la experiencia luminosa les ha permitido su-perar el miedo que caracterizaba su vida antes del accidente y después del coma cardiorrespiratorio.

Ante estos casos sorprendentes de ampliación de conciencia, los señalamientos de algunos autores críticos, que exclusivamente se centran en la mecánica cerebral, argumentan y señalan que el cerebro produce “engaños” ante la pérdida de oxígeno, o que también produce �� ���������� ������������ ������������������������������������������o los estados meditativos, cuya solución viene siendo siempre que los medios naturales de sanación, relajación y yoga alteran la percepción monocorde de la realidad y son alucinatorios.

¡Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedios! Sin embargo, las críticas devaluativas ante estos fenómenos de cre-

cimiento transpersonal, cada vez pierden más peso ante la capacidad humana de conectar con las realidades que nos transcienden y nos implican.

Las ideas que tratan de restringir nuestra identidad superior, cada vez van a encontrarse subyugadas y emocionadas, ante las experien-cias de crecimiento que se acumulan sin cesar progresivamente.

Las ideas negativas de sin salida, de cierre categorial o de materia sin energía cada vez son menos densas y comprensivas, para concebir la práctica del trayecto de vida y muerte, en las denominadas experien-cias de casi muerte.

No obstante el camino de la vida está lleno de señales y huellas que nos aleccionan si las sabemos leer.

A veces valdría con atender a la música y a las canciones a la poesía o a los artistas comprendiendo sus inspiraciones, que nos recomiendan actualmente eso de “respira, respira…”, que inspirar en profundidad,

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Las experiencias de casi muerte

rítmica y acompasadamente, produce relajación, crecimiento, apertura y satisfacción creativa (“cosas como la respiración y la forma de libe-rar tensión del cuerpo me son útiles para la interpretación”, Ryuichi Sakamoto).

Pero de nuevo algunos replican que la parada cardíaca, provoca ofuscaciones, o que los fármacos que se recomiendan promueven des-lumbramientos y procesos confusionales y que esa es toda la cuestión.

Las experiencias en el umbral de la muerte, o de casi muerte (Near Death Experience, NDE) suponen una realidad compleja que se estu-dia cada vez con más atención en diferentes universidades, y que no cede en su heterogeneidad a las explicaciones reduccionistas y organi-cistas exclusivamente. Por la sencilla razón de que el humano es más cosas que un conjunto de órganos primariamente evolucionados.

Incluso personas que no tenían la facultad de ver, ciegos de naci-miento, realizan descripciones precisas de su entorno físico hospitala-rio, y de las personas que les han intervenido junto a las características del quirófano, que no podían conocer, porque no estaban ensayadas aún, o detallar los aspectos concretos de un reciente aparato que ter-minaba de instalarse.

Naturalmente, lo más sorprendente de estos fenómenos relatados por las personas que se han encontrado en estos estados, es que la con-ciencia sobrevive a la denominada muerte clínica, y se percibe en y con los sujetos una sensación de felicidad, y una ausencia de dolor y bienes-tar creciente que les hace mirar la vida sin miedo y con una percepción global integrada.

Como señalábamos en alguna ocasión, la pérdida del miedo a mo-rir, y la sensación de tener compañía conocida en este trance, como en otros del proceso de la vida, se acentúan determinantemente, por lo que sería más correcto enunciar el proceso experiencial de vida y muerte, como la alternancia de encarnación-desencarnación (que no es más que aceptar que somos espíritus encarnados, que tenemos que aprender encerrados en el cuerpo una y otra vez, porque somos duros de entendederas, y no queremos aspirar a la luz complicados en las travesuras de la vida cotidiana).

La consecuencia es que hay múltiples testimonios que nos ayudan a comprender.

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Asimismo, el nudo central de toda esta realidad tiene varias cone-xiones que podemos sintetizar:

En primer lugar, que el estado inconsciente en el que se encuentran estas personas se recuerda siempre de forma precisa e imborrable.

Que a estos estados de comunicación se llegan también por la hip-nosis regresiva, o estado de concentración relajada, o de focalización de conciencia entrenada en la meditación.

Asimismo la temática descrita coincide con las experiencias na-rradas en otros procesos más conocidos por terapeutas experimenta-dos y quizas en este sentido hemos señalado a B. Weiss, psiquiatra de Florida, uno de los más representativos a la hora de fundamentar las experiencias de la hipnosis regresiva y la subsiguiente terapia.

Siguiendo su modelo de intervención, vamos a presentar a con-tinuación una sesión de hipnosis regresiva, en la que se transcriben algunas ideas llamativas sobre las secuencias de vida y muerte, de-mostrativas y aclaradoras en su comprensión sobre el asunto de salir del cuerpo.

Esta sesión aparece igualmente en el libro de Hipnoterapia, acceso a vidas pasadas.

Repetimos la secuencia por el interés radical que nos parece que tiene.

La paciente relata una serie de ideas que le comentan los “maestros y sus guías” en una de las sesiones de hipnosis realizadas:

!����������''����6��������'(((

La paciente relata que un hombre y una mujer le comentan:

%��"��� �������������#�����������"��������� ��"���como un periodo que sobrellevar, como un ciclo, el único ciclo, no existe como tal.

Aquí y ahora os abrimos las puertas de la sabiduría, os da-mos el conocimiento que os ayude a retomar vuestra esencia y �����)������"������"����� �"�������������� ������ �

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Las experiencias de casi muerte

Teméis dar el cambio, vuestra intuición ya lo presiente, pero vuestra mente distractora a lo largo del camino os desvía, y en-����������� �#�"���� �������������� ��������� �� �(��

La muerte tal como la nombráis no es más que un cambio, un paso que dar más allá de lo que vuestros dos ojos ven.

Una vez que habéis cumplido vuestras tareas, seréis atraí-dos hasta aquí, pero vuestra razón temerosa siempre de una 0�����������������"&������������������ ���������"(�abandonado vuestro cuerpo, buscáis planos inferiores, esta $*��������0��������� ���#������������� ���� �������esa memoria esencial que lleváis con vosotros, en esa vuestra memoria, no guardáis las sensaciones y la emoción, guardáis el dolor y la desazón, si vosotros, seres de luz, huís de esa verdad, la de la unidad y la del perdón, nuestra aparición deja de tener �������

Pero vuestro dolor, vuestro mayor dolor y verdadero temor es la soledad y sin embargo y como controversia es vuestra ca-beza, e implícitamente eludís nuestra compañía y la sometéis a #������� ����������������������������

Cuando otro ser aparentemente igual a vosotros, os mues-tra una pequeña parte del verdadero camino, lo tacháis y lo anuláis, sin embargo ese ser ya consciente de los verdaderos principios deja de temer y encuentra la paz.

Vivís primero guiados por seres cronológicamente mayores a vosotros, y después vivís guiando a otros seres que os rodean.

¿Cuando cabe en vosotros la auténtica guía? Eludís circunstancialmente el encuentro con vosotros mis-

mos, seres de luz, y llegado el momento de atravesar el plano, ����� "������ �������� �� '� ��� �� � ������ 0���)������una plenitud aparentemente proporcionada a otros por voso-tros.

Desarrolláis el cuerpo y evolucionaréis en mente, discrimi-nando a los que igualmente no lo hacen y sin embargo, eludís el mirar a través de sus ojos y comprender el porqué del brillo que llevan dentro...

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Lo tacháis y seguiréis luchando, hasta que vuestra voluntad escuchando los dictados de vuestra alma decida mirarse en el espejo y comprender.

J�������"(� ��������������������� ���� �0���)�������(������������������#��������������� �� ������������-rráis a otros o bien os desvinculáis, muy pocos desarrollan la fe.

Aquí, una vez esencia y como periodo de regeneración en-tre ciclos, decidís cuándo bajar y cuándo volver a subir. Es esa parte de vuestra memoria esencial, la que os avisa del cambio.

{���(��������������"��������)�������� ����0�����vuestra alma, porque vuestra mente interpreta, dejándose lle-var por una intención de sosegamiento.

Llegado el momento uno de nuestros seres de los planos superiores acude a vosotros al llamado de esa soledad, inscrita ��"������������#�������� ������������ �������������&��

El dolor que ahora os acontece no es más que la saturación de esa memoria que a gritos, con vuestros actos, con vuestro �� ���#�����"��������'�������������)��������"������razón pidiendo ser sanada.

Cuando el cuerpo perece y venís a esta otra forma de vida, la memoria viene con vosotros, porque es solo así cuando la voluntad decide actuar.

Después de que abandonáis el cuerpo, sois guiados por uno de nosotros al lugar que os corresponda, vosotros decidís el seguirnos o no, el viaje lo hacéis con vuestro cuerpo astral, el ���������������������"�������� �� ���������������-gía, pero esa energía no se paraliza, sino que sigue el movi-���������������� ���������� ���������$��� ��������

Después una vez entrada en contacto con otras energías presentes se equilibra, este es un nivel de semiinconsciencia � ����� ������������������"��������������

Algunos presenciáis el túnel, esto ocurre cuando hay marcha atrás, es un caso especial, cuando se os deja elegir el volver o no.

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Las experiencias de casi muerte

Esta sesión, que es un testamento vital, la repito en este trabajo por-que me parece algo excepcional, ya que supone un salvoconducto ex-traordinario para vivir y perder el miedo al morir, si uno se siente tocado en su lógica emocional y en su comprensión profunda, estupendo. Para el que no encuentre más que palabras atropelladas, que siga leyendo y se conceda aún nuevas oportunidades en la sensibilidad perceptiva.

De igual modo vamos a re-plantear una sesión que ya presentamos en el “Secreto del caso 11”, que sirve como aclaración del sentido de la vida y de la evolución mental, que tuvo un gran impacto y todavía lo tiene para mí.

Una sesión interesante, que aclara el hecho de ser juzgado o mal-tratado después de morir.

Presentamos aquí parte de la sesión.

!����������$8������� ��#������'($(

La luz que llevamos dentro es la verdad, y es la que te libera y fuera de la verdad no se existe, y no hace falta morir para com-prender, ese es el dilema.

Como niños repiten una y otra vez, son graciosos, como ni-ños juegan, pero no hay problema porque son luz, y ahí no hay ningún problema, todo está bien.

No van a ser juzgados por ser niños, a ningún niño se le juzga ���� ������������������"����� ����������������� ����Z����son lo que son.

Pero, dejarán de ser niños, algún día, quizás.Cada existencia es como una oportunidad, pero no importa,

������ �������� �(��;� �� ������$������� �����������������'��������;�

les dieras un trozo de mantequilla se aferrarían igual. Si les die-ran un clavo ardiente se aferrarían, y dicen:

Esto existe porque puedo tocarlo. Niños ciegos…, cuando uno ha andado, no hay vuelta atrás,

cuando uno ha empezado a ver no puede dejar de hacerlo.

TERAPIA REGRESIVA

160

Puede aferrarse a lo que ha dejado atrás, como cuando se intenta sacar un trozo de comida del fuego, se quemará al co-gerlo.

Expándete, no hay sufrimiento al mirar hacia arriba y hacia dentro, está lleno, el universo te llenará. La luz está en él, es él. Dios es él y él es Dios, todo es luz y no hay sufrimiento, no puede haberlo, no lo hay.

¡Puedes derramar la copa después de haberla bebido, pero nunca olvidarás su sabor!

Estás invitado a disfrutar del banquete. ¡Todos!, no a llenar sus tripas, a llenarse, a saberse…, no a llenarse de arena, ba-rrigas de arena, pies de arena, cabeza de arena, un soplido y desaparece ¡puf!

Eso es el hombre visto por el hombre. ;�� ��� �� �(�#�/��������������/������8������ ������

a ser arena, está llamado a ser Dios. ¡Estáis sordos! Hay hombres que quieren ser dioses de

arena, son los más pesados y no son nada y desaparecen ¡puf! Cuanto más peso de arena, más sufrimiento, más engaño.

¡Entender! Las trompetas lo dicen, si supiérais leer las palabras que te entregan, sería más sencillo, pero también las hacéis arena, libros de arena, palabras de paja y más peso.

Mira a los semejantes y mírales, abre los ojos y verás la luz, #������ ��"���������� ����0��� ������������

���������������������������� �����Z(������#����-$��������������������� ���������������� �� �(��� �(�������comprende, pero se trata de abrir los ojos y dejar las manos sin intentar cargarse de arena, llenar los bolsillos de arena, necesi-tarás bolsillos más grandes para meter más arena.

¡Es gracioso ver el mundo con los ojos de los hombres! ¡Es tan pequeño!

El mensaje: “El maestro ha marchado”. Tiene un nombre que no voy a revelar, pero se caracteriza

���� ���� �� ������) ����#����"�(�����������������������porque habla desde el corazón púrpura.

161

Las experiencias de casi muerte

Hay más, muchos más, pero pocos tan directos, solo soy el mensajero, el maestro es el mensaje.

El maestro es bromista, enseña, transmite, el alumno aprende y el mensajero transmite. ¡Todos somos alumnos del maestro!

Aparte, el maestro es el aprendiz de sí mismo.

T) Retomamos.

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]� �������������������������������� ����������������������al azar, sino todo lo contrario, al sentido.

Es una muestra de dirección y guía para los que queremos e inten-tamos andar, con la mirada hacia dentro y también hacia arriba, no siempre en el suelo.

Para caminar, es cierto que hay que mirar de vez en cuando al suelo, pero cuando automatizas el ritmo, ya no hace falta, y sí es con-veniente mirar hacia lo elevado tanto como al interior, hacia adentro, porque de allí es de donde surgen la inspiración y la posibilidad de crecer, para que no nos resulte confuso o desconocido el cambio y las transiciones.

Tenemos que abrirnos a la posibilidad de realizar un camino recto y elevado, mirando hacia arriba porque es el lugar de donde venimos y al que irremediablemente volvemos, en tanto no podemos dudar du-rante más tiempo que sea ese el lugar común de nuestra procedencia.

&������������������������%�%����������������������������vida, ya que la vida es lo que hay en la denominada muerte, es un cambio como el que señala Luis Cencillo en Tiempo ganado, tiempo perdido.

Los teólogos más avanzados concuerdan en que el cuerpo nuevo vie-ne desplegado tras la muerte, los órganos del cuerpo se descomponen.

El cadáver no “resucita”, la resurrección es una dotación material apropiada para que la persona se recomponga tras su muerte.

¡Pareciera reencarnacionista la nueva teología!¡Así lo determinante tanto en la personalidad como en la trascendencia

es la unidad conformada!

TERAPIA REGRESIVA

162

La capacidad humana de negar y de encerrarse en su estrechez de miras es incapaz de comprender y de interpretar en ocasiones la gran-deza de la realidad y su sentido sagrado.

Seria casi una opción psicótica esta negatividad y encerramiento, ante el proceso de abrirse en la intimidad y aclarar lo obvio de nuestra naturaleza trascendente.

Aunque para evitar las dudas y temores en la búsqueda de la verdad interior verdadera, el secreto hay que buscarlo dentro, en el corazón, ya que la fe y las experiencias místicas son portadoras también de la claridad del más allá.

Por ello no hay que tener mucho miedo y proyectar lo justo, en la vida cotidiana, y lo que supone morir sea quizá una experiencia libera-��������� ����� ����������������� �������������������������� �����la experiencia es una tendencia natural de la persona percibida y sabia.

Pensamos si leer, sentir, meditar y enriquecernos con la prepara-ción emanada de la vida, y de las propias experiencias vitales sobre la meditación del paso de la vida, pueden aportarnos tranquilidad, sere-nidad y paz, quizás pueda ser una experiencia similar o mejor que la proporcionada por la química.

Sí, es cierto que lo desconocido presiona, pero cuando en la vida ���������������%������ ����������� ��������� �� ����������-portan demasiado las cosas, y todo se vive con gratuidad despegada, posiblemente sapiencial, y aparece una cierta tranquilidad ante la ima-gen de la propia muerte.

A veces, presentida como algo liberador, porque hay cierta seguri-dad de lo que viene después, que seguramente no va a ser tan vacilante como lo que algunos timoratos señalan, y sí va a ser similar a la que algunos artistas pintan en sus lienzos y desarrollan en sus poemas.

A veces puede ser aburrida, como algunas de las vidas ya vividas pero siempre es sumatoria.

Pero no nos corresponde juzgarnos, y lo peor que puede ocurrir ����� ����������������� ������� �� ��������� ������������ ���������que tampoco está tan mal en su alegoría, y lo mejor para los que ex-perimentan otros planos de realidad la intuición, la comprensión de las cosas, o el rapto místico, la apertura luminosa radical, que supone percibir diferentes conexiones con lo supremo.

163

Las experiencias de casi muerte

No se pueden decir muchas más cosas sin repetirnos, pero recodar que nos queda la palabra y la comunicación con otros seres espiri-tuales, la totalidad de la apertura abierta sin miedo, la libertad y la plenitud, al reconsiderar el alma un verdadero instrumento para volver a “casa” al emprender decididamente el vuelo, como la mariposa lu-minosa que abandona el cuerpo inservible al salir del disfraz.

De igual modo, tenemos que reconocer nuestra nimiedad y aceptar que no somos los directores de la obra, y por ello tenemos que recordar que poco o nada sabemos.

+���������������������� ���������������������������%��del tiempo cronológico de un siglo escaso, y viene la obnubilación que ��������������������� �������������������������������#�������%��tiempo para todo y precisa el humano nuevas tareas, espacios, nuevas enseñanzas y preguntas en que dilucidar y retomar las lecciones no aclaradas, y encarnar nuevos retos, esto es, elegir un nuevo cuerpo al que proporcionar su experiencia para evolucionar y experimentar nue-vamente, en la medida que se precisen, nuevas lecciones que ejercitar y campos en los que comprender y sentir.

Mas alguien, desde su experiencia ya cansada en la vida, podría decir: “¡Una vez más, no, por favor!” sin recordar lo grandioso de la experiencia recurrente y eterna, en su elegir y, claro está, todo nos pa-rece cansino con las energías mermadas de la provecta edad.

Simplemente, quizás se trata de elegir y en última instancia es lo que tenemos, y con esto recordamos el libro de Erich Fromm, Miedo a la libertad, que nos puede permitir pensar que en el fondo nos toca elegir y ensayar la propia libertad.

Elegir la libertad y ensañarla tiene sus riesgos, pero es lo que hay, grados de constante libertad.

En resumen, yo diría que vivir y su tránsito de morir son secuencias de una cadena que ya hemos experimentado otras veces, y olvidado, en nuestra referencia cultural vigente.

Se trata de revivir-recordar quiénes somos y cuál de nuestras ideas más elevadas de ser, de re-crear nuestra propia identidad, queremos “ensayar, sostener, experimentar y ampliar”.

Y para esto no hay recetas, sino intuiciones emanadas del fondo de nuestra sensibilidad y las constantes ayudas de los maestros.

TERAPIA REGRESIVA

164

Para esta comunicación unas veces ayuda la experiencia de la vida, el sufrimiento y el dolor, la psicoterapia, los sueños y la meditación.

&������� ���������������������������%����������������������la localización de conciencia, en recapitulación de un proceso de cre-cimiento vital.

Las terapias transpersonales nos permiten un paso adelante, y mediante la terapia regresiva puede en ocasiones lograrse un nuevo proceso de evolución mental y una ampliación de conciencia deter-minante.

Señalando de forma complementaria que atender al marco de las ���������������� �����������������������#��������������������dicho, y repetido desde la noche de los tiempos, como ustedes tienen ��� ����� �� ������ � �� ���Z�� ������ ���� �� ���� �� ������� ����verdad y del marco de las verdades.

Porque las producciones humanas son una gota de conocimiento movido en el río de la vida.

Si percibimos asimismo que la luz que se expresa en nuestra mi-rada es luz divina y que no tenemos que buscarla en los escondites de la capacidad craneal o del aparto psíquico, o en los procesos de la intelectualización, sino que está en nuestra sensibilidad y en nuestro corazón, la paz y la tranquilidad nos invadirán, dando paso a la con-templación de las cosas, en su ritmo adecuado, en la experiencia pre-cisa, en la comprensión sagrada de la vida, de la evidencia, pudiendo llegar a la creencia, la subsiguiente proclamación y a su demostración. ������������� ������������ ��������� ����{�� � ������������������ ������#� �������� ����������������� ���� ����������������|'�

Asimismo, ante la vivencia de nuestro dolor difícilmente podremos ������������� ���������� ������������������������� ������-sar por totalidad una parte de lo que cada observador percibe: la per-cepción de un cuerpo al descomponerse es solo una parte del proceso, que decidimos como totalidad erróneamente, y que simplemente no necesitamos ya para nuestro cometido especial.

Precisamos uno nuevo, adecuado a un nuevo contexto, el astral. Pero es el cuerpo “astral” el cuerpo esencial y el verdadero cuerpo, el que regula la interacción entre la materia y la energía, de tal manera que ������ ���������������������#������������� ��'�

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Las experiencias de casi muerte

Es un elemento indiscutible de la naturaleza del ser en cuanto que acompaña al hombre en su vivencia, para que la persona se recompon-ga tras la muerte.

La estructura del cuerpo material cambia, pero el cuerpo astral es el cuerpo verdadero, más real y adecuado que el actual, más auténtico ������������������ ������ #����� ������������ �������������universal, esto es, la energía divina.

El cuerpo astral estaría interconectado con todos los cuerpos astra-les y ellos con toda la energía, ya que todos somos y formamos una misma energía.

El cuerpo astral, cuando entra en contacto con el material, le otor-ga las referencias inconclusas de vidas anteriores.

]������������������������������������������������������������ese cuerpo material que le quedan cosas por hacer y resolver aún.

Jubilosamente recordamos que la cosa no se acaba, sino que co-������������ �������#���%�� ��������� ����#�����#'

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)�#����������������>������5�

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Experimento en mi interior el Dios que bosqueja Espinosa, en el orden, la belleza de la

naturaleza, y la armonía del universo.

Probar la existencia de Dios, como su inexistencia, deja la partida en tablas para la cognición empeñada, divorciada en ocasiones de la emo-ción sensible que nos inunda de verdad.

]����������� ������������������������������������������������en nuestra pequeñez ante la pérdida vital es cuando en ocasiones, el dolor nos permite comprender. Así con el dolor y el desconocimiento de nuestra idea de lo substancial, la cosa cambia.

Por eso es posible abrirse y admirar la belleza y grandeza de las pe-queñas cosas, y de las grandes, gigantescas y colosales disposiciones del universo.

Apertura, que es opción posible y atinada para entender el TODO que es y qué lo sostiene en una integridad armónica y progresiva.

¡La colosalidad del universo nos otorga humildad y nos remite �� ���������������������

El sujeto de la observación, aunque atento, siempre tiene la par- ������������������������������ ���������� ������������ ����-

TERAPIA REGRESIVA

168

mos poco y sentimos menos, en una clausura operacional restringida, circunscritos a las constantes de longitud, altitud, amplitud, en una dinámica tiempo-espacio ilusoria. No obstante muestra apertura a di-ferentes dimensiones que coexisten, tal vez en paralelo, nos pueden brindar destellos, sobre todo porque los humanos, que somos formi-dables, vemos lo que queremos ver, o lo que nuestra mente nos per-mite delimitar.

������������������������������������������������������-des pequeñoburguesas cerrando nuestro discurso interior, en clave de progreso y consumo obnubilante.

Esta enfermedad de occidentales bien alimentados no nos permite a veces, observar grupos que presentan hambre de comida, de logros, de satisfacciones, y constantes del deseo recurrente, que nos ciegan una capacidad mayor al especular y no sentir, cavilando que lo sabemos todo y que la realidad es tal cual la observamos diferentemente cada uno de nosotros.

El campo perceptivo que nos circunda y nos ayuda a la interpreta-��������������������������������� ����������������� ������������de tal manera que puede ser complicado en ocasiones predicar de lo real, en tanto formaliza un proceso de realidad parcial. La realidad nos informa subjetivamente de una idea de límite y de cambio persistente, que presenta también una fecha concluyente.

Se pueden necesitar así, a mayores, una serie de artefactos interme-dios para lograr una captación sostenida y evidente de las diferentes mediaciones con la materia, de la ����������� y de sus convergencias inmediatas, que unos perciben y otros no tanto.

&���������������������������������� ���������������������������������� ������������������������������ �������� �������-tunas para ubicarnos ante las realidades que nos desbordan, y de las que no solemos dudar, aunque no sepamos explicarlas, o no podamos observarlas en su totalidad directamente.

La mediación perceptiva con los objetos nos proporciona una idea teñida de las cosas y la causa primera o ley básica de la naturaleza no se entiende con claridad (apreciamos como si la materia, en sus diferentes formatos, fuera una representación inteligente y relacional de la energía básica del universo), ya que responde en sus manifesta-

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

�������#������������������������������� �� �������� �����emocionales.

No obstante se dan un conjunto de constantes que hacen compren-������������������������������������ ������ �������� �������-��������������������������������������#������ ���������en grados de estabilidad:

El universo, en su armonía y dinamismo, parece a todas luces estar emparentado con su Creador.

Y según algunos intuitivos y visionarios, presentan conexiones in-tensas con la ciencia natural: átomos, protones neutrones, neutrinos, fuerza electromagnética, gravitacional, que por sí misma no es capaz de desautorizar las restantes interacciones; fuerte y débil, y dándose la energía general, libre, ligada o compactada, se pueda negar, la energía �� ���� ����� ���������������������������� ��������������-miento, y que algunos no tienen reparo en denominar Dios, o que la energía tensa la capacidad de transformase, comunicar y expresarse en la materia.

$��%���#�������������������� �������������������������������los santos, y cómo se expresa la claridad, la experiencia luminosa de la luz y del salir del cuerpo, lo cual no supone que ya se ha acabado la vida, sino que empieza con más intensidad y gracia, en tanto que las necesida-des de evolución de las personas son crecientes.

Algunos poetas y metafísicos lo expresan, y son tenidos por es-peculadores, aunque a nosotros nos resultan interesantes algunas de �������� ������������� ���������������������������� ���������detuviera caería en pedazos o se enmohecería. Si a la vez no fuera por un soplo vital que la regenera diariamente desde arriba no podría mantenerse la vida.

Asimismo nos preguntamos cómo es posible que se exprese el Gran Maestro, en la naturaleza cambiante.

Posiblemente, para más de una cultura, nosotros seamos ese ros- ���������������������%���� ������������ �������������� ������imagen y semejanza, colocándonos en el interior un “chip divino”,

TERAPIA REGRESIVA

170

además de las manos y el corazón. De igual modo nos dotó de una sensibilidad superior, en nuestro interior, que le representa y nos per-�����������%������'

De aquí al azar o a la casualidad, o al gen egoísta o al darwinismo más radical, hay distancia conceptual y práctica, reduciendo todo a un elemento de la naturaleza, o a una interpretación rígida de la evolu-ción. Pero hay mucha distancia y tantas variables intermedias que al ���������������������'

La experiencia nos va abriendo los caminos, y no en vano es la madre de la ciencia, que está precedida de intuición, sensibilidad, cu-riosidad, imaginación e inteligencia. La experiencia de la vida nos en-seña a mirar con admirada y desconcertada sospecha los milagros de la cotidianidad repetida.

Aparecen diariamente múltiples acontecimientos asombrosos de la existencia: casualidades, coincidencias, azares, sinergias, accidentes, sincronías, muertes prematuras y contiguas de personas, animales, mascotas vinculadas a sus dueños y a la pareja.

En suma, grados de sabiduría, a partir de saberse, llenarse y asirse, claro está de luz.

&������������� � �������� �����������������������������������se ve, es que presentamos escotomas, o tenemos grados de ceguera densa, y nos conformamos con una estabilidad engañosa y poco per-ceptiva, y olvidamos a los maestros de la sospecha, y nos cerramos adormecidos ante la apertura contagiosa de una matrización dinámi-ca en la que el universo nos protege.

Los cambios energéticos evidentes son solo eso, cambios, pero no alteran la esencia del ser, a pesar de que el ilustrado Saramago lo equi-vocara con la nada.

Así que no se disolverá en la nada, estimado escritor, a estas altu-ras ya lo ha experimentado, solo se disolverá por un rato, en la gran energía luminosa que nos sostiene y volverá usted, volverá, no lo dude.

Esta energía insobornable y sabia presenta cualidades sensibles, suprainteligentes y compasivas, discernimiento cósmico, del que par-ticipamos todos y a la que no está mal llamar Dios.

No hay más que mirarnos en la diversidad y en la graciosidad hu-mana y animal, y apenas hayamos salido del cuerpo, con meditación

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

o sin ella, en accidente circulatorio, cardiovascular o no, y hayamos percibido la fortaleza cósmica y mental de la que participamos, incor-porándonos vigorosamente en dicha conexión de energía-luz esplen-dente, desaparece el miedo y la soledad, y entonces comprendemos, pero hace falta entender antes, aquí abajo, la conexión, si uno se lo permite, si uno se abre, y no se cierra y no se empeña en comportarse como una piedra abroncada en el fondo de un río y contra corriente.

Es de sobra conocido que la luz interna que nos trasciende dicho chip luminoso, se expresa en nuestra mirada como referencia de nues-tra luminosidad interior. No es necesario morir para enterarse de lo que se trata al salir del cuerpo.

Tampoco tenemos que dejarnos embargar por el miedo y así, des-de la psicosomática, escogemos una forma de defensa para descarnar, aunque lo ganamos en intensidad, para situarnos en una inconsciencia reparadora, ya que posiblemente tememos y negamos, perdiéndonos la experiencia de despegue.

Pues sí, estamos unidos a la luz, que nos trasciende, en una luminis-cencia superior y eterna, y de la que no podemos desprendernos. Los orientales lo saben muy bien y no se preocupan mucho en defenderlo, porque lo saben. Ya se sabe, para qué se va a repetir, y yo lo repito por-que recién me rindo, para percatarme de la luz en mi interior: “el que no sabe a Salamanca, como yo” y ¡basta ya de racionalidades y rece-los, de obstáculos y rebeldías, de empeñarse en la ceguera y la sordera habitual con tanta duda de niño indeciso! Y si no, que se lo pregunten a R. Seldrake, que ya apuntó que hasta los perros sabían de sus amos antes de que estos se percaten de un sentido energético superior.

¡Está claro que los animales perciben cómo se mueve la energía y, que risa, nosotros no!

No vemos los bucles de energía a nuestro alrededor y nuestro perro sí. ¿No nos da vergüenza nuestro cierre sensitivo y categorial, nuestra inmovilidad perceptiva, nuestra escasez meditativa, nuestra imposible paralización energética? Cuántas vidas tenemos que vivir para perca-tarnos de algo de lo que importa, y desde lo cotidiano venga a hacernos

TERAPIA REGRESIVA

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cruces y preguntas ante la sagacidad y el discernimiento de su sensible ������'�[��������� ���������������������������������������������los ������(����, de Seldrake, que también negamos, ilusionados a veces, en la fenomenología paralizada y sugestiva de lo inmediato.

¡Tan difícil es darse cuenta de que somos energía que tiendeprioritariamente a la luz!

¡Es tan evidente comprender que hay miradas esclarecedoras y otras que no lo parecen!

¡Tan complejo aceptar que alteramos la naturaleza interpretativa de los objetos con nuestra mirada!

Cuando se entrena la sensibilidad y la meditación desde la obser-vación de la naranja, hasta su memorización interna, el cromatismo se interioriza y aprehende, en la apertura meditativa de las emociones, y nos damos cuenta de que estas permanecen, aunque solo sea por las vibraciones energéticas que desatan. Conexiones elevadas, anudadas al corazón, en experiencias ¡realmente duraderas!

¡La clave de la luz, por supuesto, no radica en el azar, sino en los átomos!

“Todo lo que existe está formado por átomos. Y los átomos por partículas subatómicas y partículas elementales que vibran con variadas propiedades interconectadas entre sí, estructurando un universo en el que todos formamos parte de un “todo” y nada está aislado.” Raúl Torres, (2006:17).

Ya el sabio maestro presocrático Empédocles, recordó aquella máxima de tanto calado, sobre los elementos de la naturaleza: aire, agua, tierra, fuego, y añadimos energía, luz, espíritu.

]����� ��������� ������������������������������\�� ������-����������������������������������������� �������������������� �����

Lo que es, es; lo que no es, no es; y la nada, nada es. Y la nada no es nada, ni siquiera se puede imaginar nada, ni pensar nada, ni sentir

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

nada ni tocar nada, ni hacer nada, ni hay nada; ni la vida, ni la mili, ni �������������������������������������������������������������������nada de lo existente, ni el momento anterior al Big Bang (proceso que si hubiera tenido una velocidad inicial, mínimamente superior a la actual no se condensaría la materia).

Simplemente no habría realidad, ni modernidad, ni la sugerencia de las últimas leyes de la física cuántica que a Hawking le permiten ����� ��������%��� ��������������������������� �����'�

¡Así, que antes de las #����������������…, el ateísmo po-���� ������� ���� ����� �������������� �����

Bueno, hay que pensar en el asunto, más allá de lo que algunos consideran una tautología de Parménides y Husserl.

"��#������������� �� ��������'�"������������������������������������������ ������������� ���������������������������-cias humanas, bastante hemos tenido en ocasiones con hacer ciencia, obviando el alcance consistente de nuestras enseñanzas, la relajación meditativa y focalizada, o comprobar las hipótesis, refutarlas, cuestio-narlas de nuevo, sobre todo al encontrar lo que buscábamos: al loca-lizar al mismo tiempo felicidad y malestar en una profesión como la docencia se nos presenta la paradoja atrayente, que es patrimonio de nuestra naturaleza.

Es cierto que somos paradójicos y nos toparnos con sorpresas inte-resantes en la vida, como las vacunas y las técnicas de mantenimiento de los alimentos, los avances en la comunicación, conseguir mandar un cohete a la luna, y más cosas derivadas de la ciencia, y de su hija endiosada, la tecnología. Sin embargo, en su meditación cotidiana el jefe indio podía ir a la luna cuando quería.

Entre lo uno y lo otro también hay aspectos racionales y sorpren-dentes. Reconsideramos con Raúl Torres, que nos recuerda frente a la casualidad y la creencia del azar, una imponderable cuestión:

“Una leve variación de la velocidad de la desintegración de los átomos de hidrógeno en el Sol, hubieran impedido la formación

TERAPIA REGRESIVA

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del carbono, imprescindible para la vida. En este caso sería imposible nuestra existencia.” Raúl Torres, (2006:59).

Es para dudar, de la mirada lineal en las cosas, que todo se dé por azar y, menos aún, que estemos aislados en el “maxiorganismo espa-cial” desconectados o incomunicados, como cualquier persona de pue-blo siente al despertar todas las mañanas y con sorpresa rememore:“he pasado la noche en una extraña posada”.

%�� "��� ������� ��)����� �� /���Z(�� ��� ���� �� �contraste de la intuición.

Y podemos preguntarnos si con una simple mirada circunspecta conseguimos comprender la multidimensionalidad de lo real, lo que el suelo que pisamos oculta, o lo que la bóveda distancia y parece disper-sar en caleidoscópicas transformaciones.

También se nos escapan múltiples realidades y frecuencias y no lo-gramos ver la invisible radioactividad que nos mata, o el gas liberado en una habitación cerrada actuando de forma letal, y tampoco observa-�������������������������������� �������� �����������'�

No podemos sentir la transposición de los neutrinos, que nos atra-viesan en cada segundo, como una lluvia delicada y que no podemos calibrar, o la fuerza de la naturaleza transformada en diferentes re-cursos energéticos, o la paradoja de la gravitación y la atracción de los campos magnéticos, los rayos gamma e infrarrojos, los agujeros negros con su radiación, que aparentemente devoran y sostienen ma-sas ingentes del universo, o los átomos de las estrellas muertas y los nuestros, restaurados en una nueva dotación.

+��������������� ������������ �������� ������������#��������de tan engorrosa y plural evidencia.

Por ello la mirada y el ojo que observa la realidad, presentan li-mitaciones espléndidas, que nos convierten cotidianamente en escép-ticos de lo propio y lo ajeno, lo que no podemos agarrar, tocar, asir, morder o devorar, que es a su vez una forma de afectación que impide en el rellano de nuestros objetos internos negar la experiencia de un tercero, del estremecimiento del otro, de la motivación oculta y fre-

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

cuente, del sentimiento y la emoción recóndita, que nos unen a todo y a todos.

Sin embargo existen dichos fenómenos, y nos son muy útiles en la constante evolutiva que nos hacen cada vez más conscientes y sensi-bles a los cambios de la energía y a las posibilidades sutiles que nos caracterizan, de las que tanto dudamos desde una cognición apresu-rada.

La física, en sus averiguaciones, ya defendió que somos energía que puede cambiar, que no se crea ni se destruye. Esta evidencia transformadora no es bastante para muchos escépticos, atrinchera-dos en la rigidez y el control paralizante. Los físicos suelen estar de acuerdo en que la energía, que es fuerza en acción, se transforma. Es una potencia que conecta todos los planos de la naturaleza en dispares resoluciones plurales de energías físicas, atómicas, motrices, eléctri-cas, magnéticas, moleculares, térmicas, vitales y prácticas.

A los niños se les enseña en la escuela que el aire que respiramos y los alimentos que ingerimos producen energía, resultando ser la ener-gía una combinación de procesos que posibilita la vida. Dicha energía puede aparecer libre en el universo, en movimiento o ligada.

El átomo es una representación plausible donde gravitan los elec- ���������� ������������� ��������������������������������������una característica mínima, pequeña y que no se ve sin instrumentos adecuados, y que en gran parte está vacía, como la materia más opaca.

La materia opaca y densa, si pudiéramos observarla mediante un instrumento apropiado, nos impresionaría percibir que está organizada por una red de vías huecas����������������������� ����������# �����y partículas atómicas en persistente interacción.

La metáfora de astros que giran alrededor del sol sería bastante acertada para aproximarnos a la realidad en la formación, desarrollo y resultado de la materia espesa, que podemos observar habitual y pas-mosamente, al mirar nuestra piel, como al atender al resto de nuestra corporalidad externa, que nos sugestiona y limita en su evidencia sen-sitiva e incuestionable. No obstante, ante la desintegración accidental o intencionada mudamos de color.

Pues bien, todo está formado por átomos, y los átomos, en su ni-miedad universal, forman la base de la conciencia y de la materia.

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Y como decía Einstein: “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Luis Cencillo nos decía que el hombre aprende por la piel y no ������ �����

Así que es comprensible experimentar primero desde la sensibi-

lidad propia, y atender consiguientemente a la pluralidad conjuntos estimulares, que conforman realidades que no percibimos a primera vista, ni a la segunda, y sospechamos que la realidad macrouniversal, y el mundo microatómico, tuvieran un cierto parecido a realidades abismales tal vez conectadas en una misma y posible conexión, y que no se dejan aprehender por el ojo del observador, en su limitación per-ceptiva, ni por nuestros espléndidos artefactos.

La información que confecciona el ojo y que este envía al cerebro empieza a ser bastante precaria, invertida y dudosa como sistema de discernimiento de la alteridad y de la realidad externa, y no sería muy erróneo pensar que lo que este maravilloso órgano advierte al cere-bro a modo de ventana, es complicado, cambiante, y habitualmente ���� �������� ������������������� ���� ���������� ������������������������������������ ���������� �������������������������edad, dignidad y gobierno.

Todo ello aceptando que con la edad se ve más, y sin embargo, se pierde vista, agilidad y prontitud, sin resolver cómo se aclara la mecá-nica perceptiva, en una luminosidad compleja, que parece no existir en el cerebro, en cuanto que la iluminación del ojo termina en la opacidad del nervio óptico.

Muchos de los fenómenos de la vida cotidiana conllevan a su vez diferentes miradas, dependiendo de la intención, el momento y el coe-���� ������������������������������������������� ���������cientí-���� y que irremediablemente es mediada por combinados sistemas de interacción con lo observado.

La interacción, la relación, el observador dentro del campo observa-do, ha sido motivo de ardua conversación, la denominación Obserent, como no podía ser menos, nos ofrece una forma distinta de computar lo real y de monitorear la experiencia. Lahitte, Ortiz, Barrón (1994).

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

La física, al decir de sus especialistas, no dice cómo es el mundo, sino cómo lo observan sus investigadores, lo cual es bastante sugeren-te y diferente, dependiendo de cada mirada, disciplina, especialidad, escuela y orientación de conocimiento.

1�������������������������� �������)����������manifestación.

La disparidad es la regla y tampoco nos ponemos de acuerdo con casi nada, ni siquiera con los valores tradicionales, llegando a darles las vueltas que sean para compaginar nuestros intereses puntuales. In-���������������������������������������������� �� ����������� ������guerra, lo realizamos campantemente.

Algunos no tienen inconveniente en reunirse en alguna isla, para di-señar lo que sea de interés nacional, y priorizar, en el mejor de los casos, sus emergencias inconscientes de hostilidad y ambición recónditas.

Así que cada uno ve una cosa diferente en el mismo cuadro, y no ���������������� ��� ��������������������� ����������������������en una lámina de papel en blanco, como nos demuestra el test de aper-cepción temática.

Cómo vamos a ponernos de acuerdo en cómo empezó y evolucionó la vida, o lo que es más difícil, en cómo la vamos a acabar. Y no es de extrañar, ya que ha pasado mucho tiempo y se nos han olvidado ��������������������������������������������� ���� ����������podemos confundir con el movimiento y la evolución en el espacio y con la edad durante el transcurso del tiempo.

Tampoco es fácil comprender el análisis de dicha interacción pri-migenia, compleja y tutelada más allá del azar.

El tiempo-espacio no deja de sorprender y no hay manera de ca-sarlo con el almuerzo del mediodía, tanto para comensales de a pie como para los físicos, aunque parece tener una constante implicación en nuestras vidas, incluso para poder terminar un trabajo y presentarlo a un congreso, hasta el punto de que para los expertos implica una misma unidad de sentido y no se pueden entender separados.

Precisamente, la palabra holam, del sánscrito, alude a esta unidad ���� ������� ��������� ��������� ����������'�+����������#������

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extraordinario Albert Einstein le resultaría familiar hablar de la unici-dad de su sentido y de su relación con la luz.

La luz es la clave del tiempo, y no la arena, y la arena es lo que algunos hombres utilizan incluso para medir el tiempo. De la forma diacrónica en la que organizamos nuestra vivencia inmediata del día a día nos doblegamos a una relativización de las cosas ante la imperiosa necesidad de concretar.

Pero la concreción nos acerca a una identidad transitoria y nos aleja de la cosmogonía trascendente.

Es cierto que lo concreto y lo operativo nos ayudan a desarrollar la interpretación psicológica de las cosas, y nos ofrecen densidad, pero este momentáneo estar en las cosas nos impide mirar con detenimiento al cosmos, absorbidos en el tiempo del reloj y, tal como entendemos �� ������� ������������ �����������������������%�� ������������������provecta edad.

Comprobar� ������ ��� � ����� �� �������� �� ��forma de medirlo, es una necesidad que no está en el reloj ni en la arena.

El universo no funciona en la paradoja del relojero, que equilibra las piezas, como si este fuera un inmenso reloj que genera límite e incertidumbre en su dinamismo.

El paradigma de la complejidad disputa con el de la simplicidad en una tarea convergente que nos vuelve a ratos escépticos, y a veces engreídos.

A todo ello se le une la clásica idea ya superada de que la tierra no es el centro del universo, que este estaba conformado como una realidad extraordinariamente compleja y cambiante de energía y de agujeros negros recientes, devoradores de materia que a su vez están en relación con el nacimiento, el desarrollo y el cambio de estrellas y galaxias, algunas con vida y otras en desvitalización.

Que el universo sea en una espiral o una identidad ondulada que a su vez implique un esqueleto de cuerdas ����, a modo de trama o argamasa atractora, que aglutina parte de la materia, no impide que, con todo, sea una extraordinaria y gigantesca espiral.

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

Cuanto más cerca de la luz superior estamos, menos necesidad de tiempo y de palabras para comunicarnos. Cuanto más cerca de densi-dad terrena, más necesidad de objetos, concreción y palabras.

Lo que se entiende como irremediable es que todo tiene una rela-ción entre sí, en lo alternante y diferente, y que predica de una gran paradoja universal de sentido: la noche y el día, verano e invierno, vida, muerte y vida, el constante cambio en el invariable movimiento de diferentes conformaciones: lo alto con lo bajo, lo lejano con lo próximo, lo maduro con lo joven, la belleza con la fealdad, el tiem-po-espacio y su dinámica.

Por mucho que se nos niegue esta realidad paradojal, nos impacta y nos proporciona la evidencia de que el tiempo tiene sus razones y que además cambia nuestra perspectiva del ahora y afecta a las relaciones inmediatas en tanto nos muda de aires de valores y prioridades.

Cambian nuestras células, nuestros ojos, nuestras manos, nuestra mente, nuestra sensibilidad y el corazón ya no es el mismo. Está heri-do, maltratado, dolido, partido, apuñalado, lo que nos importaba antes no nos impacta tanto y resulta, además, como si con el tiempo las co-sas perdieran un punto de gracia.

A veces los ritmos emocionales de las amistades en sus vaivenes nos sorprenden, sus primeras afectaciones y su subsiguiente desmayo deriva a su vez de los envueltos intereses puntuales.

Los gustos y las tendencias dejan de ser prioritarios para pasar a

serlo otra cosa, y esta complejidad y cambio nos permite pensar en las variables vocaciones, las profesiones de una vida o de varias.

Inconscientemente nos parece, quizás engañosamente, que cual-quier tiempo pasado fue mejor, ya que lo vivimos, ya pasó, y lo res-catamos idealizándolo o negativizándolo, y en su rescate nos presta seguridad y la grandeza inconsciente de ser.

Así convendremos, y no sería muy erróneo pensar, que el cambio ������������ ������ �������'�=������� ��������������������-cundante cuando volvemos a nuestra ciudad, y después de un tiempo de ausencia, no la conocemos, y parece repentinamente que no es la misma.

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El bar no está ocupando su lugar. El banco desapareció y el negocio cambió, el regente es hindú. Incluso después de unas breves vacacio-nes, acostumbrados fugazmente a la casa veraniega de la montaña, al regresar y en un primer impacto no reconocemos la habitual del curso y nos sorprendemos. Y cuando nos despertamos por la mañana no sa-bemos muy bien dónde nos encontramos, si acabamos de llegar de un viaje, si dormíamos en la ciudad o en el campo.

¿Todavía estamos en el lugar deseado? Imaginen esta sensación de unas semanas con el desacople de una vida, en su reacoplamiento diferente desde el nacimiento. ¿Cómo íbamos a recordar otra vida sin enloquecer? Hay que tener una estructura inequívoca de personalidad y no asustarse para darse cuenta de las conexiones que van surgiendo.

Igualmente nos parece algo desconocida la vida, a veces nuestro ámbito familiar está tan cambiado.

Nuestra madre no está, nuestro padre de provecta edad ya no es el que era, no agarra el potro por la oreja, no es el que precisa nuestro niño interior, nos lo ha cambiado el tiempo, la oxidación y los años. Y nuestra mirada ha cambiado de igual modo, en este tiempo que hemos estado fuera.

Además, ya no están los que estaban, y no están los que vivían. Se han cambiado progresivamente o se han marchado, y sin embargo nos valemos de manera moderada para aguzar los sentidos en la realidad, y conmemorar hechos e historias que ocurrieron en otro tiempo y revivir en la sensibilidad apercibida, una notable emoción, y la sensación de resurgir y recordar. Revivir de nuevo una vez más.

���� ������ � � ����� �� ���� �� ���� ������� ���� �����������los saberes, los idiomas, las edades, los ciclos evolutivos y más cosas.

No sabemos si somos niños o muy viejos, o si nos comportamos como chavales siendo ancianos, si estamos en casa de nuestra madre fallecida, hace cincuenta años recientes, o hablamos con ella en sue-ños o, no reconociéndola, la anhelamos.

Nos podemos poner de novio en la imaginación, con noventa años actuales, al impactarnos de la mocedad observada en la genial juven-tud, y que miramos con buenos ojos, tratando de atrapar o repetir la vida de nuevo, y aún se nos conmueve la entretela viril en la postri-mería vital.

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

De igual modo todo se nos queda ancho o estrecho, como la ropa usada, pequeña o grande, que nos parece menguar o crecer. Nos po-demos cambiar de ciudad, o tal vez era otra la ciudad soñada, la re-cordada, o a lo mejor teníamos que seguir de viaje, o visitar un túnel antiguo, premonitorio de otro túnel de luz necesario.

Ante el gran viaje en ciernes que se avecina inexorable, misterioso, temido, grandioso, al dejar lo conocido por el vuelo sin motor de lo ������������������� ��� �������������������������� �������#��temeroso, gigantesco y medroso.

El automatismo de la vida nos advierte que la vida es así, en el “qué sé yo!” del misterio, de la muerte y del despegue de la vida hacia la auténtica vida inexorable y la salida del cuerpo, pero sentimos que hemos estado, y notamos que dejamos también parte de nosotros aquí, y que vamos a volver a realizar tareas aún pendientes, y eso nos en-cadena de nuevo al formato futuro en una gran emoción, en una gran densidad vital que permanece y no se acaba.

Está claro que cuando nos morimos nos quedan tareas por hacer arriba y abajo, y, al observar la inocencia y la fe del niño gateando, nos devuelve al propio mundo infantil, en la llamada de la madre concreta, para otros alucinada, pero real, densa, vívida y afectuosa.

En los ojos luminosos del niño que empieza a caminar vemos la sonrisa nueva y repetida de la vida, y la expresión de la madre que le devuelve la seguridad del reaprendizaje, o cuando ensaya con sorpresa el redescubrimiento de un ritmo sincopado que atiende en una música al caminar, y lo trata de agarrar en su balanceo infantil, diciendo tam-bién con el cuerpo: “¡Oigan, je, je, esta música me suena!”

La variante y el vehículo son indiferentes si hay una base segura �������������� ���������� ������� ��� ��������������� ���� ������amorosas, etc. A la que se pueda llegar estará bien, sin que la genética prevea un formato ético reconstituyente, que no se vea consolidada por experiencia del camino de la vida educativa.

¡La emoción se implica en la energía y no muere, luego vivimos!

Revivir no supone inventar. No se pierde aquello que ocurría hace varias décadas, casi en la niñez, si tenía emoción densa, que en ocasio-

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nes tendemos a completar desde la cognición, sí, por alguna laguna de la memoria, que estiramos la idealización de los acontecimientos pue-de ser, al pretender la inconsciente perfección, que confundamos las galletas del horno, con magdalenas de Proust, pues no, hay diferencia ¡y no eran de chocolate!

"�������� ��� ����� �� ������������� ��������������� ����� ������panecillo materno, de plena conformación de afecto, seguridad y con-vicción, lugar mental de seguridad de lo concreto, lugar en el que la vida no necesitaba reubicar el sentido porque sobraba, enlatado en la lechera de la emoción, en el sentimiento de una verdad inquebranta-���������������������������#��������sostén materno.

Esta experiencia tan radicalmente diferente nos informa de que el tiempo y el espacio tienen algo que ver, y que, del mismo modo, no-sotros podríamos decir que este espacio-tiempo marca las relaciones con las personas cercanas, nos impacta y emociona, sin recordar que ya fueron, y olvidamos que son en el caminar.

Las elucubraciones nos extrañan durante un tiempo en el que vol-vemos a recuperarlo en nuestros animales queridos, con el recuerdo del gran Félix de la Fuente, de Poza de la Sal y no lejos de Sel.

Todas estas reconstrucciones estampillan y pautan la mente con la experiencia de los objetos internos del niño inmortal que somos, ligados al mundo inmaterial y a su capacidad simbólica de revivir y re-crear procesos en los que hemos formateado parte de nuestras per-cepciones primeras, todo ello consistentemente, si hacemos caso a las reconstrucciones de Freud y a sus aventajados discípulos: Jung, Adler, Lacan, y Melanie Klein, etc.

Partiendo de dichas experiencias diligentes, tomamos las ideas de cambio en la relación a dos tiempos diferentes: los vividos por el niño y los vividos por sus padres-tutores, o por sus abuelos y por sus ante-riores ancestros.

Retomando esta dinámica de experiencias familiares observacio-���������� ��������������������������� ����������������-tamos matrizados en una paradoja dinámica inacabable, y que por ���%������ ������������������������������������������������una energía superior, sabia y amorosa, que anulará paradojas, refu-taciones, objeciones, las dudas sin consecuencia de oposición, ante

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Abreviaturas psicofísicas y emocionales

cuya experiencia la incorporación será esplendente, y superior nues-tra emoción.

Lo más llamativo de este proceso es que los cambios no solo han afectado a nuestro medio circundante y a nosotros mismos, sino tam-bién a nuestras familias, las que han despegado de una forma sorpren-dente y se han multiplicado, y este desparrame exponencial, no sabe-mos muy bien si nos lleva a la conjunción de un tapiz desconocido que formamos o ante la pluralidad difuminar nuestra limitación.

Pareciera que, en este crecimiento y diversidad de verdades, expe-riencias y modelos relacionales, se expanden las personas, las familias y la sociedad: monoparental, biparental, tradicional, compleja, am-pliándose cada vez más en número y forma, y apareciendo diferentes posibilidades de ser y aprender.

De aprender se trata, de tomar referencias profundas que nos ex-pliquen lo larvado de nuestra personalidad, Kohut, tomando el víncu-lo edípico de Freud, que a su vez lo retoma de Sófocles, señala una composición positiva de aprendizajes vitales en la infancia, que se repiten en la adolescencia, y propician una asimilación armónica en el adulto.

Nos ayuda a entender este pasaje mental, la lectura de Fenelón, que pinta a Telémaco jovial y valiente, aquilatando una relación adecuada con un padre, el anciano Ulises, que vuelve a Ítaca al encuentro de Penélope, que espera su regreso tejiendo y destejiendo el tiempo para rechazar a los pretendientes.

Más allá de las bravuconadas adolescentes����������������Z��-����������������� ������������������ ����������������������������del padre, y coopera con el progenitor, ya cansado, a su vuelta de Tro-ya. El desastre implica a la familia de Ulises, y el joven Telémaco sabe � ���������� ����������������� �����������������������������%��contra los pretendientes, gracias a los ilustrados consejos del prudente mentor, Néstor. La instrucción educativa, casi terapéutica, de Néstor, nos ofrece un mensaje intenso y polivalente, que vuelve a retomar su enseñanza en la actualidad, más allá del regreso de la guerra de Troya, que puede entenderse como una metáfora de la vida.

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� ������������ 9� ����� ������������� ��"��� �����de los grupos familiares, conjuga un insondable de valores, que nos enseña a sobrellevar los aprendizajes basados en el amor.

&�� ���������� ��� �� ������ � ��������� � �������� �� ��� ���

creíamos perdido, y nos conduce al afecto donde todo puede estar aún presente en la impresión de energía que nos anuda a dicha conexión, en la emoción que nos inunda el pecho y la garganta, altera el equilibrio, y rescata sentimientos y emociones en la huida de una lágrima furtiva.

Las emociones nos avisan de que todo no está perdido, y que, a veces, en circunstancias oportunas y mediando mucho tiempo, desde la niñez olvidada, podemos revivir el olor a galletas del horno de leña de nuestra abuela. Este olor nos devuelve la seguridad y el aplomo, la intuición infalible, de que todo no desapareció y algo inmortal se halla aún coreando en los ecos del tiempo.

Esencialmente, una de estas experiencias de retomar el tiempo men-tal pasado en el denominado mecanismo regresivo, nos hace re-pensar en la conexión del psicoanálisis y la terapia regresiva que nos conduce a una elevación en un nuevo lenguaje sapiencial.

En este trabajo utilizamos una herramienta, que puede servir de ins-trumento de crecimiento personal en el encuadre de la hipnosis regre-siva, que permite revivir claves del conocer en diferentes experiencias.

La terapia de la hipnosis regresiva nos brinda la recuperación de esa energía emocional básica, que nos permite enlazar experien-cias de dolor y felicidad, en la revivenciación de vidas pasadas.

$������������������������������������������%�%���������%���los que las pormenorizan, desde la Universidad de Virginia a la de ���������=��������� ���������������������� ����� �������������dotación de hombres sensibles, que desarrollan un nexo energético y amoroso que nos reconecta al presente.

El presente no es más que un pequeño instante que nos hace pasar hoja hacia el futuro superando el pasado.

El presente es una revivencia de pasados intensos, que nos posibi-�� �������� ������� ��������� ������������������'

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+��������������������5�����������

La pregunta es siempre adecuada, es la respuesta la que debe ser atinada.

Wayne Dier, nos recordaba que “en verdad no puedes crecer y desarro-llarte si sabes la respuestas antes que las preguntas”.

La pregunta sospecha y la respuesta puede ser complicada. También nos recordaba Lévy Strauss que “el sabio no es el que

proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas”.

De preguntas se trata, y puede que después de lo leído, aparezcan diferentes respuestas.

Unas y otras desarrollan grados de verdad y diferentes controver-sias, que pueden haber surgido al hilo de la lectura, también brotaron a lo largo de mi experiencia clínica y a cargo de mis alumnos en clase.

Todas ellas y otras más nos pueden ayudar a deslindar de lo que se trata y pueden servir como ejemplo comprensivo.

Aunque no hagamos caso en este caso (valga la redundancia), del sentido artístico de Luis Armstrong, que pregonaba:

“Si tienes que preguntarlo nunca lo sabrás.”

No ignoramos que las dudas y los enigmas son considerables, y que desconocemos más de lo que conocemos, sobre todo por la cantidad

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de procesos que desechamos en el automatismo de la vida mental, y que pretenden resolverlo todo con la nada, o como señalan algunos críticos, procesos derivados de una imaginación desbocada, o redu-cirlo a la predisposición a rellenar huecos en la falsa memoria en una prueba diseñada para tal comprobación.

&��� ������ ����� ��� ��������� ������� �� ������� ���� �������� �más complejas cuando no se toca la tecla adecuada. Aunque se dieran estas cuestiones especiales y cien más desconocidas, aún no presentes en la crítica, no abarcarían la totalidad del fenómeno y la naturaleza del asunto a estudiar que presentamos.

¿De qué se trata?

T) Una terapia sugerente que revisando atrás eleva a los humanos.

¿Quiénes somos los humanos? T) Seguramente, personas que tratamos de experimentar en cuer-

po, evolucionar en mente y progresar en la energía espiritual…, que vivimos en un “tiempo-espacio” determinado “aquí-ahora”, como lu-gar conveniente, que nos permite una experiencia de cuerpo concreto, para nuestro desarrollo espiritual.

¿Existe el espíritu?

T) Claramente, desde la psicología más antigua se detecta, en las emociones, en los sentimientos y en el lenguaje, marcándonos el sen-tido de la vida.

Así que, ¿podríamos hablar de una terapia regresiva o elevada?

T) Básicamente, de la una a la otra, ya que nos muestra el camino de las vidas hacia una superior, desde la ciencia a la sapiencia, y sobre todo nos anuda a la lógica trascendente y espiritual del hombre.

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A modo de preguntas y respuestas

¿Qué hacemos en esta vida?

T) Aquello que elegimos, vivir sin perder de vista el proceso exis-tencial propio �transitar el Sanshara, o la rueda de la vida, para nuestra evolución�� experimentando la realidad de una forma particular, para llegar a conocer qué queremos desarrollar y quiénes hemos decidido ser.

¿A dónde nos dirigimos?

T) No nos cabe ninguna duda ya, a estas alturas de nuestro periplo vital, que nuestro destino es la conexión con lo absoluto, y esto es hacia arriba, ya que más abajo no podemos llegar.

Independientemente de si se quiere creer o no, o de si la medida y ����������������������������� �������������{����>��� |�����-ra de lo que viene siendo una realidad repetida por múltiples avatares y experiencias culturales.

La realidad tiene su dinámica y su verdad, y podemos negarla o aceptarla, y las supuestas diferencias hacen a culturas y hombres sepa-rarse, en cotas de desacuerdos, conocimiento y evolución. Pero la ver-dad es tan grande como la luna y el sol y no se puede ocultar siempre.

¿Qué relación presenta la hipnosis clínica y la regresiva?

T) La hipnosis clínica trata mediante la relación terapéutica, de al-gunos malestares, y por ello, podría entenderse a la hipnosis regresiva, dentro de la hipnosis clínica, como la estrategia dinámica de solventar problemas de crecimiento transpersonal, que se conoce en la actuali-dad al servicio del paradigma de vidas pasadas.

La regresión es un mecanismo, que ya utilizó el psicoanálisis para ���� �������������������������������������� �����������������'�Habitualmente, es una forma de retomar lo no resuelto de la vida psí-quica, aclarando sus coordenadas y posiciones vitales en el momento existente.

Hemos comentado que siendo un ejercicio clínico, la hipnosis re-gresiva pretende retomar nexos emocionales reprimidos, interconec-tados a los anudamientos energéticos en retención, ligados a nuestro

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ser, y que está también relacionada con la psicología del crecimiento interior, que persigue una ampliación de conciencia.

¿La hipnosis regresiva es una terapia?

T) La hipnosis regresiva, como queda claro en su noción, es focali-zar y dejarse llevar hacia una experiencia terapéutica superior.

La práctica comienza con la respiración en profundidad o abdomi-nal, en varios tiempos, y la relajación que surge es una consecuencia posterior, que implica a la disminución de los ritmos cardiorrespirato-rios y a la bajada del arousal cortical.

Esta disposición mental y energética nos permite captar diferentes ������������������������� ������������������� ������������la forma en que vivimos el presente, no se puede dudar de esta reali-dad, de que el pasado exista en nuestra información del presente, por-que simplemente es dar un pasito atrás en la actualidad y rememorar y revivir con emoción un asunto primordial vital, como por ejemplo, para algunas personas el desarrollo infantil que se anexan y coligan o los pasados infantiles.

El pasado, como sabemos, resulta unas veces más positivo y otras no tanto, estas últimas experiencias negativas tienen importancia en determinadas ocasiones para comprender los bloqueos, inhibiciones y repeticiones, o más concretamente síntomas anudados al cuerpo que se producen paradójicamente en la vida sin motivo aparente.

Nadie duda de que la crisis psíquica, cuando se instala, sea el resul-tado de una desarmonía anterior, por lo que es necesario organizar la desarmonía para evitar la crisis presente.

Algunas personas sin mucha fundamentación niegan que el pasa-do sea importante, sin embargo la hipnosis regresiva nos autoriza a pensar lo que el psicoanálisis ya demostró, que no solo el pasado es importante en el transcurso de la vida psíquica presente, sino que los ���������� ������������������������������������������� '�

Pero claro, en ocasiones no solo nos olvidamos del pasado inme-diato, sino que no queremos atender al presente. Así que en esta ob-nubilación tampoco nos abrimos al cambio ni percibimos el presente y menos el futuro.

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A modo de preguntas y respuestas

Aclarando pasados en retención, de experiencias anteriores, nos encontramos con una práctica utilizada en el paradigma de vidas pa-sadas. Estas prácticas pretenden armonía y curación, que resultan al comprender la organización de las circunstancias vitales y vislumbrar la cura como ausencia de síntomas en búsqueda de la armonía interior.

¿Puede falsear datos la hipnosis?

T) Este ejercicio de apertura ante un supuesto saber, que ostenta el terapeuta, alivia mucho en la des-automatización de las vivencias com-������� ������������ ���������������� ���������������������������� ������������������������� ���� �����������������%���� �'�

Falsear datos es una operación que precisa intención, e idealizar es otra. Es decir, la necesidad de agrandar el relato es una tendencia que requiere distancia, pero alterarlo seriamente requiere una posibilidad de estrategia y ésta no resulta tan fácil con las defensas desactivadas y nos conduce a la pérdida de conexión con lo visualizado.

¿Entre los mitos de lo que es o no la terapia regresiva, es cierto que el hipnotizador se apodera de la voluntad del hipnotizado?

T) Esta cuestión no es cierta. Aunque nos impacten los comporta-mientos sorprendentes televisivos diseñados para divertir, que realizan algunas personas, estas realizarían en un contexto favorable un com-portamiento similar, que efectúan mediante la hipnosis y la relajación.

Es decir, si para una persona no es problema quitarse la ropa en público, no tendrá repararos en hacerlo mediante hipnosis o sin ella.

También se puede implantar signo-señal, mediante un ejercicio restringido, en un sujeto para que olvide el paraguas, o no cuente el número cinco o cualquier actividad automática y elemental, que suele causar hilaridad, que es lo que buscan los espacios de divertimento.

¿Es positiva la exposición televisiva de este proceso esencial?

T) No cabe duda de que todo proceso televisivo tiene por lo menos dos vertientes:

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Una, que sirve para darlo a conocer y es positivo, ya que la hipnosis se reconoce más como fenómeno, y llega al público menos docto, y otra, menos positiva, que consiste en que se aparta de un formato ri-guroso y técnico de la intervención clínica e investigación, que en este caso queda manipulada.

En cuanto al fenómeno circense, en el que se le insta, por ejemplo, al voluntario a imitar el canto de una gallina, pues no aporta nada y cualquiera lo puede ensayar, pero deshonra la práctica clínica, gene-rando la falsa idea de que la hipnosis es palabrería y simpleza.

Desde luego, la faceta ridiculizante, poco seria y anecdótica, no %����������������������������� ������� Z�������������� ���Z�-ticos, y desde nuestro punto de vista resulta inoperante.

Sin olvidar por ello que es necesario considerar igualmente, que ������������������������ ��������������������������������������imitando ellos lo que observan en los padres.

¿Cuáles serían las aplicaciones “psicopatológicas” de la terapia regresiva?

T) En la hipnosis clínica, se trabaja con la herramienta de la impre-sión y se pretende aliviar síntomas persuadiéndolos de su negatividad de su pasado, de su inconveniencia de lo que ya fue, sobre todo en los cuadros menores de ansiedades, distrés, pequeñas tristezas y depre-siones, fobias y algunas conductas leves adictivas…, y desde luego es una técnica activa, que permite intervenir más operativamente, en el ámbito de la psicoterapia dialytica, regresiva o focal…

Ahora bien, también tiene su operatividad como psicoterapia, la denominada terapia regresiva, al reelaborar los contenidos de lo surgi-do en las sesiones o de las regresiones a vidas pasadas.

¿Qué es la terapia dialytica?

T) Un diseño integrador de psicoterapia, con una base antropoló-gica de especie y una elevación espiritual posible a lo trascendente, modulada en entrevistas, una articulación fásica del proceso y unos criterios de alta sistematizados por el antropólogo y psicólogo español Luis Cencillo.

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A modo de preguntas y respuestas

¿Cómo se realiza la terapia regresiva?

T) Es muy sencillo, se realiza mediante un ejercicio de relajación corporal en la técnica de la respiración abdominal, y después de que el sujeto está bien relajado, se vuelve a profundizar con la técnica de la luz, este diseño lo sistematizó el psiquiatra de Miami, B. Weiss.

A partir de esta conexión profunda, ya depende de lo que el pacien-te perciba y reviva.

Seguramente, podrá conectar con la luz que existe en el Universo, y con la conexión que coexiste en nuestro interior, y desde ahí encon-trará nuevas claves, imágenes y los mensajes correspondientes, que le servirán como ayuda en la vida.

¿Qué relación tiene la terapia regresiva con el sufrimiento el malestar y con los traumas de la vida?

T) Recuerdo asimismo algunas personas, que habían perdido se-res queridos, que mediante la terapia regresiva pudieron visualizar imágenes e incluso reconocer palabras en su mente, enunciadas por los seres desaparecidos, según los pacientes, que les produjeron tran-quilidad y paz al reconocerlos, por ejemplo familiares fallecidos en un accidente.

Los comentarios vertidos por los familiares sobre sus seres queri-����������������� ������� ������� �����������������������promesa de que se volverían a ver.

Desde luego, cuando alguien que ha sido una persona especial para ti y te informa con las palabras que te permiten reconocerle, que nos volveremos a ver, las cosas cambian en tu percepción y la emoción despertada no alberga dudas y además se convierte en una experiencia emocional imborrable.

]�����#� ���������������������������������� ����������������recuerdos, circunstancias y anécdotas, pequeños objetos cargados de afecto.

La rememoración de objetos que eran comunes para la madre, que ������ ��������������������������������������%���������������generaba un llanto en la mamá intenso, al oír al hijo en su enunciación,

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y concretar algo conocido por ella, constituyendo una sorpresa intensa para la madre el hecho de escuchar pasajes que incluso había olvidado y que se remontaban a una época infantil.

¿Es comprensible que los traumas psíquicos nos acompañen durante toda la vida?

T) Las heridas físicas suelen sangrar, las psíquicas no se ven pero duelen tanto o más, y acaban dejando huellas en la energía que nos conforma, y esta hace que estemos más predispuestos a determinadas situaciones. De lo dicho anteriormente se deriva la necesidad que te-nemos las personas, no solo de comunicar nuestro dolor, sino de recu-perar emociones y sufrimientos en retención, historias y obstáculos en esta nueva oportunidad vital de ensayar, en el cuerpo concreto lo que en él se puede encarar.

¿Incluso, pueden propagarse durante distintas experiencias vitales, como postula la terapia de vidas pasadas?

T) Evidentemente las cuestiones no solucionadas nos vuelven a acompañar hasta que las resolvamos. La alternativa curativa es el Amor.

Las asignaturas de la vida son una prueba, que cada cual tiene que resolver cuando se le presentan, y no pueden dejarse acumular para solucionarlas en el plano espiritual, porque parece ser que la gracia re-side en superarlas aquí. Si recordamos que somos energía en constante evolución y elevación.

¿Qué relación tiene la terapia regresiva con la aclaración de vivir-morir?

T) Desde luego, hay muchas personas que no tienen miedo a la muerte. Hay algunas, tal vez muchas, que por el contrario sí, pero lo van llevando. Una tercera opción lo niega y lo relega para otro día, ����� ������� ������ ��������� �� ��� ���� ������ �� ��� ��� ���*��destino, hasta que ocurra lo inevitable, va a ser mejor.

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A modo de preguntas y respuestas

=��� �������� �� ���������� � ��� ����� �� ���� ����� ��� ������ ����puede recobrar toda su virulencia y problemática.

Cuando se acerca el tránsito energético y empiezan los temores y las dudas y el no dormir y las crisis de ansiedad, generándonos zozobra e incomprensión, el problema se presenta entero en toda su dimensión.

Sobre todo, lo relatan los cuidadores constantemente: ¡No sabemos lo que le pasa! ¡Tiene mucho miedo y se despierta

gritando y llorando!, y hay que darle más calmantes, de diferentes co-lores, para no encarar la experiencia más interesante de la vida que es salir del cuerpo conscientemente.

Bien, las historias de vida y la ayuda a los pacientes nos han per-mitido, en sus narraciones, y con los distintos terapeutas que abundan por todo el mundo, una idea bastante clara de pervivencia espiritual.

Es decir, que la muerte solamente es un paso que dar, más allá de lo que nuestros dos ojos ven habitualmente, y que nos sitúa frente a estas experiencias de una forma directa.

¿Qué suponen la encarnación como hipótesis de trabajo clínico y las experiencias parapsíquicas?

T) La encarnación es una realidad global que nos permite compren-der que somos algo más que carne.

Se han estudiado recientemente los fenómenos de experiencias de casi muerte (NEAD), en las que el sujeto en pérdida de conciencia por accidente vascular, cerebral o de circulación…, es capaz de reconocer a los especialistas, habiendo estado con la medicación habitual de se-dación, y narrar los entresijos de la operación, incluso tratándose de ciegos de nacimiento, o de operaciones muy arriesgadas, con circula-ción extracorpórea total, por más de dos horas, como la que sufrió la cantante Pam Reynolds.

]� ������ ������������������ ��������������������������-te determinante en las experiencias de casi muerte.

Podríamos aclararlo con el símil de que no prestamos atención a un partido del que no nos enteramos porque no lo jugamos o no somos ����������'

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¿Qué ha supuesto esta experiencia tan intensa?

��� $�� ���� ����� �� ��� ������ ���%�� ��� ������������� � ���� �-periencias rígidas de cierre que caracterizan determinadas posiciones dogmáticas y negadoras sobre lo real, hasta tal punto, que algunos en su neurosis, e inconscientemente, desean la aniquilación total con la ��� ��������������������������������������� �'

¡Pero pásmense! Con tal de no escucharse, ni de atender o abrir los ojos de los que tienen cerca o, a los que tienen conocimiento y experiencia sobre las cuestiones elevadas, desean su aniquilación, de-masiado dolor inconsciente.

¡Es paradójica la pinturería humana!

T) Pero en el descarnar, la luz lo va arreglando y sobre todo el dolor…

"�������������� �� ����������#� ����������������� �� ������-prender la mente, de ahí la lógica del discurso psicoanalítico lacania-�������������������������������������������������� ��� �������la estructuración de la mente como un lenguaje que se aproxima bas-tante bien a una idea cabal y racional de la vida psíquica.

Tomemos la palabra Amor, que lo enuncia bien claro: �������������muerte.

Es curioso que siendo lo que hay en el universo, estemos tan rea-cios a compartirlo, más claro el agua.

En abstracto, las cosas no son como son y tampoco como parecen, sino como cada cual interacciona con ellas, lo cual genera mucha in-certidumbre, como ya nos enseñó Heisemberg.

Dicho autor nos recordó que era imposible medir simultáneamente, y de forma precisa, la posición y el movimiento lineal de una partícu-la, lo cual aportó una idea principal al desarrollo de la teoría cuántica. No obstante, no es fácil aceptar que las partículas tomen direcciones contrarias o se encuentren en dos partes diferentes, por lo menos en el cosmos, reaccionando de manera similar.

Estas proposiciones derivan a su vez de las ideas de Max Planck, quién ya expresó que la energía se radia en unidades pequeñas o cuan-

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A modo de preguntas y respuestas

tos, y sorprende pensar que una misma cosa, la propia energía, pueda tener realidad y representación simultánea.

Mismamente, es tan fácil y difícil como aceptar que la realidad que vemos es una co-construcción��������� ������������������������ ��por diferentes ojos y sensibilidades.

¡Por ello es tan divertida la vida! ¡Se imaginan todos en la misma vibración!¡Se imaginan todos iguales!¡Se imaginan todos con el mismo pensamiento!Cada persona se cree única, que es verdad, y se cree muy lista, que

también lo es, y en posesión de la verdad, que es más difícil.Parece ser que se empieza a hablar de la posibilidad de viajar en el

tiempo, mentalmente, y sin embargo, algunas personas no acabamos de comprender ni nuestro tiempo, ni nuestra interacción, ni sus con-secuencias.

Igualmente es conocido que la estructura del agua cambia y reac-ciona a diferentes observadores, incluso las sustancias densas, como los granos de arroz, se muestran más lozanos y brillantes, ante atencio-nes positivas del interlocutor, como las mismas plantas, y se apagan y �����%����� ������������������������� �� �'

¿Supone que las plantas y los animales responden a la sensibilidad y el buen trato?

��� ��� �������� ������ �� �� ��� ���� � ��������� ��������prosperan las plantas y con otras se marchitan y mueren como pueden morir los animales y las personas de pena ante la pérdida irreparable de un ser querido o del amor.

Es de sentido común que animales y plantas reaccionan positiva-mente ante la buena atención y disposición positiva de sus cuidadores.

Es reconocida y aceptada, en la actualidad, la necesidad de mejorar ������#��� ���������������������¢�������������������������-mativas) que se están desarrollando habitualmente en la Comunidad Europea.

Cuando se pone música y se les dan juguetes a los animales, mejo-ran no solo su rendimiento, sino su estado anímico.

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]���#����������� ���������������������� ����������������tiene cosas que aprender, las organizaciones vivientes merecen por ����������������������������������������������������������recurso alimentario.

También es cierto, como señala Juan Luis Arsuaga en La especie elegida, que el consumo de animales permitió a nuestros antecesores disponer de más nutrientes que favorecieron el desarrollo de sus fun-ciones cerebrales.

Al tiempo, hay culturas, por ejemplo los Inuit, que por sus caracte-rísticas y habitar en climas extremos necesitan basar su alimentación en el consumo de carnes y pescados.

Pero es obvio que los animales sienten y padecen como nosotros, y que sus estados emocionales tratan de transmitirnos señales y pro-cesos que no queremos ni nos atrevemos a comprender.

Que debemos priorizar el consumo de lo que se cultiva, lo que se arranca como las legumbres, verduras, frutas, leche, huevos y diferen-tes alimentos frescos, que no suponga maltratar a nadie que tenga ojos que te acusen de tanta insensibilidad.

La historia de la vida nos ha demostrado recurrentemente más allá de los mitos, la colaboración de animales de todo tipo con los huma-������������������������������������ ���������������#��������extraviados en el mar.

Las lobas, que no solo salvaron en la mítica Roma a Rómulo y Remo, sino que protegieron y dieron alimento a los niños lobo de todos los tiempos.

Los monos, que se han ocupado de rescatar personas y de cuidarlas como propias hasta que han podido sobrevivir.

Los elefantes, que se ponen al servicio del domador y que junto a los monos, trajeron comida a Buda, cuando apartado de los demás meditaba.

De igual modo están los santos de la Iglesia, como San Antonio Abad y San francisco de Asís, patronos de los animales, a los que amaban y respetaban.

Apuntaremos las conocidas experiencias de R. Seldrake y los denomi-������������������������������ ����������������������������� ��entre animales y hombres nos enseñan a comprender que se pueden pro-ducir cuadros comunicativos intensos y amor entre animales y dueños.

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A modo de preguntas y respuestas

De igual modo, este autor ha recogido innumerables ejemplos de lealtad y precognición de asuntos parapsíquicos, entre las mascotas y sus dueños. Incluso animales dotados, que pueden presagiar o avisar de la muerte de personas, como el conocido gato del geriátrico de Rhode Island, Óscar, o el perro Canelo, en Granada, y muchos ejem-plos diferentes, en cada pueblo y país, de lealtad y abnegación, incluso a costa de su propia vida.

Siempre se facilita la conexión inextricable entre animales y sus crías, en la lactancia, acusando su sufrimiento a distancia y como no podía ser menos, entre mamíferos evolucionados como la madre hu-mana y la percepción de los problemas de sus hijos, al sentir un incon-veniente, enfermedad o accidente de circulación.

¿Puede ser perjudicial la terapia regresiva para niños, jóvenes, adultos, ancianos...?

T) En un principio, es una práctica que hemos empleado solo con adultos sanos, o con ligeros desajustes caracterizados al albur de la vida cotidiana, con pequeños sufrimientos o grandes, por lo que en otros casos, no sabemos el resultado que tiene, pero con los adultos que pretenden una expansión de conciencia puede resultar bastante operativa.

Fácilmente, resulta una estrategia de crecimiento personal a poca respuesta que se encuentre y también la hemos utilizado con personas sanas desde la investigación del trance como sistema de comunicación superior, como en el libro El secreto del caso 11.

Aunque a los niños, cuanto más tranquilos se les deje en su desarro-llo evolutivo mejor será para ellos. Sin embargo, E. Kübler Ross tiene la idea de que los mensajes de los niños enfermos son directos del más allá, luego es posible que puedan disfrutar de una comunicación supe-rior sin ni siquiera utilizar la hipnosis.

Es cierto que los niños normales necesitan educación en valores y normas éticas, pero no conviene llenarles la cabeza con cosas compli-cadas, que no sean adecuadas para su edad y comprensión.

En la edad preinfantil, hasta los cinco años, viven un mundo emo-cional muy intenso y rico, a partir de esta edad se instala en la ra-

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cionalidad, en la que se suele olvidar o rechazar casi todo, menos la ���������������������� ������� �������� ��������%������������� ���se compensen mucho en este registro, olvidando otras herramientas de la inteligencia emocional, empática, afectiva, relacional, compor-tamental o musical...

Las técnicas de meditación y el Qi Qong no se enseñan a los niños, primero se trabaja el cuerpo desde las artes marciales, para trabajar con la energía se debe tener un nexo de conexión con la tierra y el entrenamiento físico aporta la conciencia de límites, que los niños e incluso los adolescentes no tienen.

¿Qué sería la terapia regresiva?

La terapia regresiva es un proceso dialéctico y procesual de desa-rrollo personal que utiliza la relajación profunda, que se puede utilizar como técnica activa, o también independientemente de las vivencias asociadas, recordadas, soñadas y visualizadas.

Es el retomar lo pasado en la conexión energética propiciada en la relajación mediante la respiración abdominal en cuatro tiempos.

Así, si podemos relajarnos y visualizar tenemos mucho ganado, para que aparezca la posibilidad de volver atrás y recuperar emocio-nes, ligadas a estas épocas anteriores, como la adolescencia y la in-fancia temprana, o de igual forma, re-conectar con otras experiencias anteriores, que nos van a permitir comprender y dar sentido tanto a los síntomas como a nuestra instalación vital inmediata.

La comprensión vital es tan importante y radical que el miedo des-aparece poco a poco, con los síntomas, como es sabido, y pierde con-sistencia la confusión, ante lo que se gana en visualización personal o escucha empática, posibilitando un camino de sanación hacia el equi-librio y la curación.

¿Qué pensamos cuando se argumenta que una persona no pueda dibujar o escribir como cuando era niño en el trance de la hipnosis, al ����������������������������*�����+�

T) Pues ya hemos dicho que ciertas tareas nos sacan de la visuali-zación porque toda la concentración está dirigida a la comprensión de

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A modo de preguntas y respuestas

������������ ��������������������� �� ��������� ����������������-tando en la vigilia, no puede dibujar como un delineante en la hipnosis.

Un niño puede pintar como un futuro genio si lo es, y el delineante en hipnosis no podrá dibujar como cuando está en su estudio porque hay una proporción de foco y de inervación indirecta.

Pero de igual modo es racional este cambio por varias razones, primero porque se da una relajación tan intensa que no puede tomar el lápiz, pero la más determinante es que el cerebro maduró anatómica y ������������ ���������� ��������������������� ������������-dad de su inmadurez, máxime en la relajación profunda del trance. No podemos pedir al adulto que se comporte como un niño porque ya no lo es, pero sí relatar su instalación de entonces con toda claridad en la situación de concentración meditativa.

La diferencia de la edad cronológica actual del paciente es deter-minante en la ejecución manual, pero no en la recuperación de la in-formación visualizada que percibe, observa y capta en ese momento de apertura hacia un campo diferente, desde la visualización que la hipnosis posibilita.

Supongamos que la paciente relata una experiencia infantil con-creta, no cabe duda, que habla de lo que vivió y quedó almacenado de alguna manera en la mente-cerebro, o en el aparato psíquico �en su memoria a largo o corto plazo�, o en la energía que se transforma pero se recupera.

Conjeturemos que relata un proceso de castigos y violencias físi-cas, o incluso de abusos sexuales, podremos tomarlos como ciertos o no, podemos pensar y atribuir que miente o que fueron datos de su ����������������������������������� ��?������������������ �-minados familiares directos… Pero la respuesta se encuentra en cada historia individual, por eso no prosperó la historia de la seducción infantil, aunque siempre la ha habido, si bien no podemos sostenerla como teoría general.

Pero, ¿podemos extraer la verdad? Si estamos atentos, tanto en el relato de la vigilia como si se puede

�������������� ������ ���������� ���������������������� ���grados de verdad y en el relato concreto se van aclarando los detalles con hipnosis o sin ella.

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Cuando uno observa el cambio emocional en la sesión hipnótica y percibe la diferencia de cómo el paciente, que en la vigilia ha estado tranquilo y en la visualización se queja amarga y entrecortadamente por lo que ve y percibe, podemos inferir que algo de la visualización le hace sufrir, y que el dolor de la experiencia está presente, y ante este dolor real y alejado de la representación teatral, poca falta hace aclarar más.

Si además, tenemos otros datos de las sesiones que nos informan de la situación vivida, la simulación o la invención no se sostiene.

También, recordemos que en estos momentos el paciente relata pormenorizadamente la agresión y seguramente lo vive como lo cuen-ta y si lo relata en diferentes momentos de la terapia, mal vamos a po-der dudar del sufrimiento, del dolor o del abuso, cuya práctica puede ser aún por desgracia frecuente.

Que la gente manipula, miente, rellena historias y falsea no lo po-nemos en duda, pero de nuevo la respuesta y la verdad es individual.

No podemos olvidar que estamos en el trabajo terapéutico y que ahí se dan muchas estrategias y situaciones para evaluar la verdad.

En suma, unas veces percibe y relata una parte de su historia, como ocurre en los sueños �fragmentos de su vida presente y pasada�, y otras los pacientes en trance hipnótico le son participados “informes” por “maestros”, que podemos denominar “advertencias”, o ayudas para enfrentar los avatares de su vida presente.

Estas ayudas, no es extraño que sean proporcionadas por algunos de sus familiares, desde otro plano de la realidad una vez transitado. Es lo que otros autores han denominado guías espirituales.

Desde estas realidades descritas por autores ya señalados, en la par-te histórica, y que progresivamente se aceptan cada vez más, se van ������������� ������� ������������������� ������ ��������������alejan determinantemente de la sospecha de fabulación.

Conjuntamente, observamos en la profundidad del trance, que cuando ocurren estos procesos en la práctica, se dan indicadores pre-cisos que hemos señalado.

Otra cuestión distinta es la potencialidad de ver y sentir, el pacien-te, una realidad u otra en el trance, y la capacidad de comunicarse y procesar adecuadamente la información, que recogida por el terapeu-ta, a modo de notario, puede llegar a manos del lector, con distinto

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A modo de preguntas y respuestas

grado de acercamiento a su concreción de realidad inmediata, pero que resulta habitualmente fascinante.

¿Qué relación encuentra entre la psicoterapia dialytica y la terapia regresiva?

T) En un primer momento recomiendo psicoterapia dialytica, para resolver problemas complejos, en tanto es un encuadre y un proceso más reconocido y operativo, pero subsiguientemente o en algún mo-mento se puede encarar el enfoque regresivo.

La psicoterapia regresiva sirve para el desarrollo transpersonal o el crecimiento espiritual, y cuando uno se encuentra ante cuadros fre-cuentes y dolorosos de muerte, o de seres queridos desaparecidos, cau-sa extraordinario dolor y se precisa intentar una solución de conexión superior.

&�������������� ����������� ���������������������������basan en la regresión, esto es controvertido para algunos que dicen no acordarse del pasado y sin embargo sufren ataques psicosomáticos incomprensibles, que no quieren entender, señalando que en el pasado sufrieron todo tipo de abusos, pero que los han superado, y no creen ��� ������������������������� ����� �������������������� ������psicosomática actual ligada por ejemplo a cuadros dermatológicos profusos.

Si se les invita a la investigación o a una mínima relajación, ponen todo de su parte para boicotearla, a esto se le ha llamado, desde la noche de los tiempos, resistencias a la curación, o reacción terapéutica negativa. Entender dicha cuestión supone adentrarse en los laberintos de la paradoja vital humana.

Bien, con estos mimbres hay que trabajar, para hacer creíble y posi-ble la historia psíquica de cada cual, que en ocasiones nos empeñamos en negar o borrar.

Queda aquí patente que el potencial de crecimiento psíquico se en-cuentra con grandes inconvenientes diseñados por los miedos y cen-suras de cada uno de nosotros, lo cual convierte a la elección y a la relación terapéutica en una cuestión substancial.

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¿Los síntomas ceden con la psicoterapia regresiva?

T) Es una forma de ayudar a reequilibrar desde la bioenergía, en-frentando los problemas, como la acupuntura, aclarando las contradic-��������������� ������������������������������ ���������� ���������pedagogía terapéutica.

]� ���� �� ����������������� �������������������������conductos hormonales y en los axones celulares neuronales, con la proliferación de interacciones en los transmisores equilibrantes, como la dopamina, serotonina, serótina.

¿Cuándo se considera curado el paciente?

T) Pues como estamos viendo, hay que empezar por el diseño de la psicoterapia oportuna (dialytica, focal, breve o regresiva), para proseguir con las primeras entrevistas, y continuar con la elección del proceso terapéutico adecuado. Si nos inclinamos por la terapia individual dialytica, hay que recordar que es articulada, que tiene ������ ��� ���� ��� ����� ������ ������������ ���#����� ���������un entrenamiento mental y educativo, que se caracteriza por la in-tervención que usa diván y analiza la transferencia, la resistencia, la contratransferencia, los sueños, imágenes y el fundamento de la asociación libre.

El póngase cómodo y cuente lo que no se ha atrevido a relatar a nadie tiene su gracia y repercusión, su catarsis y su desahogo, y cuando avanza el proceso y se observa la ausencia de síntomas, y acla-ramos la estructuración de la personalidad, estamos ante la consolida-ción de la terapia.

Luego el paciente está curado cuando recobra sus energías, elimina sus síntomas, y cumple los diferentes criterios de alta, que Luis Cen-cillo principalmente pormenorizó en diferentes trabajos a lo largo de más de sesenta libros.

¿Para quién podría ser perjudicial la terapia regresiva?

T) Tal vez para personas que tienen una alteración grave, con deli-rios y escisión de la personalidad. Hay autores que dicen que con todo

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A modo de preguntas y respuestas

no ocurre nada, pero supongo que podría reforzar y contaminar la idea delirante, yo no suelo utilizar la técnica con dichas personas, habitual-mente con individuos evolucionados en la apertura mental, que puede haber dolor por diferentes desgracias en la vida, pero la estructura está sana.

Personas que sufren la muerte de un ser querido, una madre que pierde a un hijo, o que surge una enfermedad, o se da un desarrollo vital importante, es cierto que en ocasiones una persona no se puede despedir de las personas queridas y por ello pueden, tras algún sistema de comunicación, aclarar el asunto.

La muerte traumática de seres queridos en accidente o tragedias pue-den cuestionar el sentido de la vida y del karma pero todo se compensa y tiene solución, precisamente por eso están las vidas posibles futuras.

¿Podrían confundirse las alucinaciones con las capacidades parapsí-quicas?

T) En ocasiones, hemos visto esta confusión por parte de algunos interlocutores, que no entienden bien de qué trata la evolución psíqui-ca y pueden generar con sus diagnósticos apresurados daños iatrogé-nicos, por lo que recomendamos trabajar en positivo, para descartar diferencias y espacios de salud en el crecimiento psíquico, que nos enfoque a la escucha desprejuiciada, y que no suponga siempre la idea de patologizar y menos seguir, sin contrastar una clínica abierta, apli-cando el breviario del DSM-IV.

¿Cómo se distingue un proceso de crecimiento personal de uno alucinatorio, o una esquizofrenia, cuando las personas dicen percibir imágenes?

T) Porque la locura es locura y la naturaleza de las alucinaciones suelen ser agresivas, vindicativas, desestabilizantes y persecutorias…, mientras que en los casos de visualización espontánea se observa una narrativa limpia y elevada que tranquiliza y habla de paz y amor.

La esquizofrenia es un proceso de división mental que remite en más del 33%, de los casos la gravedad y los brotes, nos marcan la

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������ ���������������������������������������������������������dependiendo del grado de la misma, estaremos ante un proceso rever-sible con cuadros más o menos severos.

Ahora bien, cuando las personas están dotadas de una capacidad o potencial de visualización, la cosa es de distinta naturaleza y conviene aclararla y desarrollarla, sin perjuicio para la persona que desarrolla la dotación. Y repito, no podemos meter en el saco de la enajenación mental al que ve más lejos, o al que mira de una manera brillante, ele-vada, dotada, compositiva y evolutiva la realidad, máxime la realidad parapsíquica.

¿Cómo se forma a terapeutas en esta disciplina?

T) A partir de una formación psicológica o médica, es más facial comprender los desajustes mentales y psicopatológicos, necesarios para comprender los laberintos de la mente y sus desajustes.

Todos los procesos de formación conllevan una formación indivi-dual en la técnica y un conocimiento en la psicopatología dinámica propia a partir del trabajo didáctico.

Igualmente, es compatible la escucha psicoanalítica y sus prole-gómenos. Por otro lado, en la aplicación del protocolo de hipnosis es complementario, que se puede diseñar, a partir de un máster de forma-����������������� ��������������� ������%�������� ��'

Las licenciaturas y grados que no están inscritos en las ciencias de la salud suponen un desvío para la formación inicial.

Igualmente se pueden presentar problemas, pero practique, habrá ������ ������������ ������� ���#�������� ��������������ayudar.

Para formar a la gente en las habilidades sensitivas, el formato pasa por talleres de relajación meditativa y ayuda bastante el yoga.

¿En última instancia, supone un cuestionamiento sobresaliente el paradigma regresivo, o solo elimina algunos síntomas?

T) Elimina síntomas, que caen como hojas muertas, ante la lumi-nosidad de la experiencia conquistada, y del impacto emocional pro-ducido.

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A modo de preguntas y respuestas

Se produce una liberación que no suele tener marcha atrás.Una vez que uno experimenta un diálogo privilegiado con dife-

rentes personas dotadas en el trance, que informan de lo que se trata arriba y abajo, la experiencia es impactante, fascinante y marca el transcurso vital.

Pero tenemos que recordar que no todos tenemos la plasticidad para poder abrirnos a las experiencias enriquecedoras de la conexión con la luz en sus diálogos; es de nuevo una conquista que tenemos que alcanzar.

�������������������������������� ����������������������� ������� �������������������������� �� ���������� '�

Así que precisan otras alternativas para mejorar y acceder con el tiempo a dicha técnica posteriormente.

¿Cómo se enlaza la vida pasada en los episodios del revivir actual?

T) Porque todos, con el intento o no de revivir, podemos retraer a la mente inmediata la época infantil o adolescente u otros momentos vividos, dependiendo de nuestro grado de experiencia sensible y an-dadura vital.

Desde luego, insistimos, todos los ejercicios meditativos y tera-péuticos que persigan un crecimiento personal, ya son un método de comunicación superior, que puede abrir enlaces y conexiones que nos ayuden en la apertura mental.

¿Por qué aparecen imágenes de momentos anteriores a esta vida con ropajes y contextos diferentes a los de la vida ciudadana?

T) Pues simplemente porque hay una conexión energética, que nos

anuda e implica con las experiencias pasadas, mostrándonos cómo eran dichas vidas concretas.

Por ejemplo, si has estudiado en un colegio y recuerdas las situa-ciones que allí ocurrieron, con una concentración meditativa las re-cuerdas mejor. Si te han impactado en tu sensibilidad o si se han pro-��������������������������� �� ����� ������������ ��������������te permite ordenar la experiencia para su mejor comprensión.

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Si realizaste el servicio militar o has participado en una misión de paz, o en una ONG, recuerdas cuestiones del viaje, experiencias y vi-vencias que por mucho tiempo que pase, las puedes concretar en la hipnosis con más facilidad y ordenar en la terapia regresiva.

La vida precisa encarar las responsabilidades y los compromisos, no te puedes desentender de lo acordado. Si tienes hijos, tienes que ocuparte de ellos. Puedes desembarazarte y tendrás que asumir lo que a dicho comportamiento ataña, seguramente ahora o más tarde.

Pero las cuestiones del karma se nos escapan más allá del haz bien y no mires a quien.

Como sabemos, esta energía emocional está ligada a nosotros de forma perenne e intemporal, forma parte de nuestro verdadero ser su-perior, aunque transformable.

El haber vivido otras veces podría explicarse con la metáfora de un libro, y las hojas que lo componen. Las hojas son las distintas vidas que hemos vivido y el libro entero representa nuestra identidad suma-toria superior.

¡Somos más de lo que el cuerpo actual representa!

¿Que tenemos una esencia superior?

T) Sí.

¿Quiere usted decir que hemos vivido otras vidas? T) Las historias clínicas de los numerosos autores, que se dedican a

esta práctica, parecen sostenerlo general y masivamente.

¿Y cómo es que no las recordamos?

T) No conviene de entrada, porque puede producir confusión, y a veces enajenación si las visiones son muy intensas o de sufrimiento, es necesario tener un yo constituido y sostenerlo, para poder con las experiencias presentes y pasadas.

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A modo de preguntas y respuestas

En algún momento del desarrollo adolescente se puede confundir a la persona, desorientarse y sufrir ansiedad, y por ahí se autoriza la confusión y el malentendido freudiano.

Pero en nuestra predilección y en las actitudes vitales se produ-cen encariñamientos, amenidades, preferencias por épocas y estilos de ropa y costumbres, música, gustos y tendencias…, que nos tienen que hacer pensar o sospechar que no acabamos de aterrizar en el mismo lugar del todo.

Avanzando la vida, como casi siempre, que es nuestra mejor profe-sora, unos sí pueden y otros no, es necesario una fortaleza importante, para no caer en el delirio, que algunos imputan en un primer arranque.

Así que no podemos confundir el delirio, que es habitualmente ne-gativo, con la visualización, que es conformante y retrae concordia, sosiego y paz, lo cual repercute en dosis de tranquilidad y armonía nada desdeñable.

Cuando uno va creciendo y gana en sensibilidad, suele tener algu-nas intuiciones, asimismo es capaz de adivinar algunas cosillas y poco a poco va formándose un canal, que resulta curioso observar cómo va surgiendo la sensación del “ya lo sabía”.

Lo más habitual es que todos guardemos gustos y predisposiciones de momentos anteriores, que nos hacen pensar en experiencias signi-��� ���������������'������������������������������������������traían los niños al nacer, relatando cosas singulares, que no les había dado tiempo a aprender, cuando empiezan a parlotear y aún no mane-jan juguetes y maquinitas con habilidad, estas sugerencias y detalles de los niños no es posible explicarlos desde la plasticidad cerebral o desde el aprendizaje desarrollado exclusivamente.

Por ejemplo, hemos observado cómo a algunos niños recién andan-do, ya les gusta un tipo de música anterior a la actual, la bossa nova, el jazz, y a otros les gusta un modo de vida que rechaza las ciudades y se atrincheran en el campo, y otros por el contrario, se vuelcan intensa-mente en la ciudad y en el ritmo trepidante de la vida agitada.

Es posible que las diferencias de gustos y tendencias vengan teñi-���������������� �������������� �������#����������� ��'�"������������������������������#��������� ������������������� ���� ����no puede forjarse en media docena de años de la vida sensible, si los

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comparamos con el resto de los años y con las experiencias que progre-sivamente tienen que ir despertándose.

Cómo es posible reconocerse en esos episodios y no confundirnos con la tendencia a idealizarnos en personajes famosos.

T) Uno se reconoce simplemente mirándose a los ojos, y surge una emoción imparable de diferente tipo y grado, hasta el llanto inconte-nible, que le hace a uno comprender en profundidad de que se trata de algo guardado en el interior del corazón.

No es que uno se emocione ante una catástrofe imaginada. No. Es que la catástrofe está ligada a la sensibilidad propia, al recuerdo larva-do y a la misma energía que conformamos cada uno de nosotros, y es en la onda luminosa enlazada, cuando nos implica, donde comproba-mos nuestra verdad.

Dicha experiencia toca la sensibilidad de manera penetrante, y al-tera el corazón, las pulsaciones y el sentido, de diferente manera a cuando estamos ante un fenómeno natural, y contemplamos con triste-za una catástrofe ajena, que nos impacta pero no nos conmueve hacia adentro.

Es muy difícil confundirse y no es que uno, visualizando una ma-sacre, se ponga a llorar como una magdalena. Cuando uno llora como tal, es por ejemplo, al darse cuenta de que la masacre la vivió o la or-ganizó uno mismo, por dejadez o no la impidió en su momento, renun-ciando al coraje y a la valentía necesaria para colaborar a impedirla, siendo presa del miedo.

Otros ejemplos: los enemigos entraron en la fortaleza y uno en vez de dar la voz de alarma se escondió en el foso. O uno que huyó por el miedo y no resistió el asedio con los compañeros.

La vivencia de la responsabilidad entre otras posibilidades, y el sentimiento empático del dolor producido a otros, es lo que nos coloca en una situación de vivencia emocional correctora imparable y cam-biante de nuestro ser.

Como se puede colegir, la diferencia del sentimiento, como hemos señalado, es substancial e incluso hemos observado que hay personas que desde niños sufren dolores o molestias diversas, estomacales por

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A modo de preguntas y respuestas

ejemplo, ante una situación de tensión, sostenida e implicada en una experiencia anterior pasada.

Es factible comprender que esto nos implica con otras historias más allá de tener una mucosa sensible o regarla con ácido hiperclorhídrico en exceso. La patología resulta de la composición del ácido clorhídri-co que al ser hiperclorhídrico cambia el pH del jugo gástrico volvién-dolo más ácido.

Podemos sufrir la vivencia de ansiedad ante las tareas del colegio o ������������ ����������� ������� �������� '�

Pero también podemos tener esa disposición de una experiencia anterior.

Como hemos observado en otros casos, puede expresar algún con-��� ������������������������� ������Z ����� �������������� ��-cia no resuelta en el tiempo.

¿Qué hay de los personajes famosos?

T) El asunto de los personajes famosos es un poco baladí, y quiero señalar que desde mi experiencia no es habitual que el paciente mienta y tampoco pierda el sentido crítico de lo que observa, ni la capacidad para contar y señalar si había una veintena de indios o un ejército de miles de soldados, o si simplemente era el ayudante de un general, un abate, o cardenal, así lo dice.

Ahora bien, podemos entender que uno por vergüenza idealice y diga que no era gordo, o que no era feo, o que era un soldado y se pue-da posicionar como capitán, depende de cada cual, pero igual lo hará en la conciencia despierta.

Aunque es más difícil engañar y sostenerlo en las sesiones, sin que la incondicionalidad del terapeuta le permita liberarse y aclararse.

No podemos entender cómo si el cuerpo muere nos persigue un problema.

T) Porque supone recordar, revivir y entender que el cuerpo es una formalización energética cargada de emociones y de memoria, que va unido a nosotros y puede necesitar una nueva vida, para recuperar un

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dolor o una carencia expresa acumulada en los mismos átomos, que no se acabó de resolver en una vida anterior.

Asimismo, es necesario señalar que las alteraciones energéticas del cuerpo implican a sus órganos adelantándose a sus síntomas.

También son reconocidas algunas cicatrices pequeñas o manchas de vidas anteriores, como marcas de experiencias determinadas, que nos acompañan, por ejemplo un lanzazo en el costado de una época medieval, se puede expresar con un lunar grande o una mancha oscura y de distinto color.

¿Hay tendencia a la exageración en estas experiencias? T) Igual que cuando estamos en vigilia, si uno tiende a la exagera-

ción lo hará en diferentes contextos, pero en estos casos, cuesta más mentir, porque las estrategias cognitivas están mermadas, y tal vez no sea esta una técnica para su nivel de sensibilidad y puede no progresar adecuadamente con ella.

¿Quiere decir que no todos acceden a este nivel de visualización?

T) Naturalmente, algunas personas no pueden, otras no quieren y algunos temen el descontrol y el dejarse llevar, y por último, hay re-��� ��������������� ���������������������������� ��������������y nos paralizan.

Además hay personas que necesitan el control de la situación y son incapaces de dejarse conducir para establecer la conexión.

¿Cómo podemos reconocer a otros que nos han acompañado antes?

T) Muy sencillo, nos damos cuenta en la vida que nos entendemos casi sin hablar con algunas personas y nos sentimos especialmente bien, comprendidos, su energía es muy compatible con la nuestra, y habrán observado que hay personas difícilmente soportables, por su nivel de evolución, comunicación, vibración…, y que hace que nos retiremos imperceptiblemente de la situación o, en ocasiones, que co-mencemos la disputa.

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A modo de preguntas y respuestas

¿Cómo podemos prepararnos para acceder a esta técnica?

T) Se puede empezar haciendo meditación, respiración abdominal, yoga y psicoterapia…, y todo trabajo que tenga en cuenta la formación y el desarrollo psicológico y mental de trabajo y progreso interior. ¡Mirar hacia dentro es fundamental!

¿No entendemos cómo creciendo la humanidad constantemente puede darse la reencarnación?

T) Bueno, lo primero es que, aunque se desarrolle lo que quiera la humanidad, no sabemos si hay números clausus parar encajar el alma, porque hay por lo menos alguna cuestión que desconocemos, el número de personas que transitaron ya, y esperan para encarnar, y que precisan las condiciones familiares oportunas que les permitan la llegada, por lo menos aquí en la tierra en el soporte material.

¡El número de almas que hay solo lo sabe Dios! También, desconocemos el número de almas nuevas, en orden a la

creación esencial y luminosa, que nos perviven en la eternidad. Sin estos datos básicos da igual que seamos siete mil millones que

nueve mil.Tercero, no sería de extrañar que si hemos observado solamente

����������������� ������������������������������������muchos barrios de las galaxias en las que poder reencarnar.

¿Quiere decir que llegan al cuerpo en un momento determinado, y a otras galaxias?

T) La energía luminosa precisa un soporte material para encarnar, y ese es el cuerpo viviente conectándose y creciendo en la experiencia infantil en un momento dado, pero la esencia trascendente impacta como una pompa ingrávida que atraviesa el cuerpo, a modo de neutri-no sin ser vista.

Igualmente es factible y posible, dadas las dimensiones del Univer-so, que se dé otra forma de vida en otros planetas, en una dimensión distinta, y con otros avances tecnológicos y morales.

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Presumiblemente, hay culturas más avanzadas y otras más retrasa-das entre nosotros, pues de la misma forma es previsible que se pro-duzcan diferencias entre supuestas civilizaciones y las haya aún más avanzadas o atrasadas que la nuestra.

¿Los animales se reencarnan?

T) Naturalmente, todos los seres vivos están conformados por una chispa o energía divina inferior a la de los hombres en cromatismo y vibración, más allá de su armazón corporal, y no se pierde ninguno, por diminuto que sea y es una constatación que se puede detectar si ����� #���������� �� �� � ��������� �����������������������animales de compañía.

&�������������������������������������������������������incondicionalidad, armonía, felicidad, inocencia, ingenuidad, belleza fuerza, alegría.

¿Quiere decir que la reencarnación es habitual, y si esto ocurriera, cree que podemos reencarnar en animal inferior dependiendo de nuestras obras?

T) Pues en principio no, pero esta es una buena pregunta, para al-guien de más responsabilidad, y me viene a la mente la frase de Des-cartes, “la verdad es un asunto que concierne a Dios”.

El último periodista de la televisión francesa que entrevistó al Dalai Lama, le preguntó si era verdad que se reencarnaría en un elefante, por la curiosidad que mostraba sobre las cuestiones budistas, como le había expresado un anciano en la India.

Hay que considerar una cuestión más elemental, si somos un con-junto de órganos evolucionados simplemente, que conforman la cor-poralidad o somos algo más.

&������� ������� ������������� �������������#�����#��% -���Z�������� ���������������������������������������������-ginar, de la misma forma que nos formamos por un conjunto de orga-nizaciones microscópicas que permiten nuestra corporalidad, existen otras energías propias con memoria e identidad que nos transcienden.

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A modo de preguntas y respuestas

Pero volviendo a la pregunta anterior y desde la humildad, consi-dero que si el objetivo es evolucionar, mal vamos a situarnos de nuevo en un contexto de involución, como por ejemplo reencarnarnos en un caballo, y miren que los hay bonitos, ¿para aprender qué lección, la animal?, trotar y correr por la pradera.

=������� �������� ����������������%�� �����������������-memente. No, el premio y castigo, desde la idea de un conductismo kármico, no me parece que sostengan grados de racionalidad y mucho me temo que no se encuentre en los planos del Gran Maestro y dise-ñador de la vida en el planeta, porque seguramente hay un plan y este es más elevado y viable, más armónico y comprensible para nuestro desarrollo espiritual.

Si por el contrario, el esfuerzo y el camino de perfeccionar son el camino y la vía, que nos permite desarrollo y evolución superior, la cuestión de las obras que encaramos no es tarea pequeña.

Me pregunto: ¿qué es el karma?

���]�����������������������#����� ���������������������������conlleva su reacción, las obras que realices tendrán una consecuencia �������#���������������������������� #��������������"������no será una vía que se aparte del camino del aprendizaje superior.

Si por el contrario haces el mal, este resultado te acompañará en tus interacciones futuras y lo volverá a encontrar.

¿Qué pasa al morir?

T) Seguramente nada, que dejamos el cuerpo inservible, y reto-mamos uno adecuado, ligado a nuestro ser, que nos permita ascender, que está unido a nosotros y que no se observa habitualmente, porque está constituido por una energía sutil, que habitualmente no solemos ����������������������������������������������������'

Habitualmente es el alma y el espíritu unidos a diferentes cuerpos: emocional, vital, esencial, etérico, astral…

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¿Dónde se encuentra?

T) Alrededor de nuestro cuerpo físico y ligado a nosotros hay una energía luminosa en nuestro interior, que está atada a otra superior e inconmensurable a la que estamos conectados, por lo que no hay problema. Simplemente hay que dejarse llevar y ascender con el cuer-���������������� ������� �����������Z ��������������� ���������gran potencia luminosa, que nos reparará según vamos ascendiendo.

¿Hay gente que pueda ver esta energía sutil?

T) Naturalmente, hay personas dotadas, pero no solo son capaces de interpretar las señales físicas del cuerpo alterado, sino también sus energías previas perturbadas…, y pueden ver con naturalidad las formaciones energéticas que rodean a las organizaciones vivientes y cómo están ligadas a otra superior.

También están los sinestetas que perciben el cromatismo alrededor de los demás, pero no tienen habitualmente capacidades sanadoras.

¿Quiénes son los denominados “maestros ascendidos” que aparecen en las publicaciones sobre el tema?

T) Son personas que pueden haber vivido con nosotros, y que te-niendo un vínculo afectivo, deciden ayudarnos de alguna manera, in-����������� ���������������������� ��������� �������� �����en ocasiones una escucha ligera, que casi parece nuestro pensamiento, y si nos abrimos a pensar y a aceptar la inspiración.

Cuando uno relee un texto propio, se da cuenta de que hay parte del mismo que no está narrado con su estilo habitual y que presenta mejoras.

¿Asimismo, tienen que ver estos procesos comunicacionales con la ��������(�� ���������� � �����#����� ���� ������� ������� ��������� ���privado?

T) Parece evidente que cuando uno se ha dedicado a emborronar múltiples papeles, hay digamos determinadas frases o elementos que

215

A modo de preguntas y respuestas

nos resultan extraños a nosotros mismos, y que parece que no hemos sido capaces de escribir, dada nuestra limitación.

Bueno, pues en algún caso, en alguna medida, pueden haber sido inspiradas por personas o entidades de los planos superiores que no vemos con los ojos, pero que sin embargo están muy cerca de nosotros y que no tenemos que temer, ya que nos ayudan habitualmente porque esa es su tarea.

El mal es la consecuencia del miedo y está en nuestro interior.

¿Tendrían que ver con los guías espirituales o hablamos de naturaleza y personalidades distintas?

T) Son entidades que en algunos casos podemos reconocer y en otros no porque las hemos olvidado en el laberinto de la vida y de las múltiples experiencias anteriores, que implica a las vidas pasadas, aunque algunos recuerdos, como sabemos, pueden ser en un primer momento y de forma breve, perturbadores… Hablar de guías o de maestros es una misma categoría comprensiva.

¿Cómo se produciría esta comunicación, por medio de escritura automática?

T) No cabe duda de que la escritura automática es un legado muy antiguo ya en la humanidad y hay personas que sostienen que sus tra-bajos se han producido de esta manera, por ejemplo, se me ocurren los nombres de Enrique Barrios, Luukanen Kilde o Neale D. Walsch.

No obstante, las ráfagas������ ����������������������������por cierta inspiración…, quién nos sopla o inspira, vaya usted a saber, unas veces los conocemos y otras no, pero en ocasiones, uno se sor-prende de lo escrito.

Quizás, para comprender lo que escribimos tengamos que tomar algún poema a las puertas de la muerte del poeta japonés Kohusi, que murió el décimo quinto día del octavo mes de 1718.

Kaite mitariKeshitari hate waKheshi no hana

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“Escribo, borro, reescribo, borro otra vez, y entonces !���������������/�Hofman Y. (2009:159).

De igual modo escuchamos las canciones de algunos artistas sensi-bles, que hablan del Amor y además, con unas indicaciones preclaras y maravillosas, por eso conmueven tanto al público joven. Esta situa-ción en parte, nos permitiría comprender los fenómenos de emoción que a veces algunos denominamos observadores ante determinados artistas, acaban en histeria colectiva, y que no cabe duda de que tocan con acierto el alma en la proyección idealizada de sus seguidores.

Es un contagio de idealidad y de sentirse entendidos el que hace que los adolescentes se estremezcan.

¿Hay premio o castigo?

T) Seguramente que las obras buenas son tenidas en cuenta, como ���������������������������������������������������������-ble, que nos permita descubrir en nuestra percepción nuevas claves y un acceso logrado que nos consienta el crecimiento interior.

Simplemente es una cuestión de vibración, que nos permite acceder hasta donde estemos preparados y depende de nuestro desarrollo espi-ritual fundamentalmente.

Una de las paradojas mayores del hombre radica en re-conocerse ser de luz y desatender las necesidades de los bienes materiales y otras ganancias, que se dan en este plano físico, porque hay que presentar una demanda clara a los planos superiores, para que se produzca la comunicación adecuada.

Si estás muy apegado a los bienes terrenales, incluidos los carnales, seguirás distraído con esta realidad como un niño, y no elevarás tu mirada, ni tu vibración, ni tu luz a estados superiores.

¡Y no digo que no cueste liberarse de estos encariñamientos!

02� �������������������+

���]���� �� ������������������������������� �����������no tiene sentido el castigo desde la visión del Padre, más amoroso y bueno que pueda uno imaginarse.

217

A modo de preguntas y respuestas

Más bondadoso y mejor que el mejor de los padres posibles de la tierra, como nos enseñó Jesús, y que yo sí encuentro razonable.

Pero no se trata de hombres buenos ni de malos, que los hay, se trata de la asimilación de una gran matriz de cambio y evolución a la que llamamos Dios, que nos ama y protege, que responde a la emoción y que nos ayuda todos los días permitiéndonos encarar estados evo-lutivos superiores, hacia una comprensión positiva y un sentimiento, ideación y vibración elevada.

Obviamente, hemos de aspirar a un comportamiento recto y armó-nico en las evidencias éticas de nuestro desarrollo personal, haz bien a los demás, sé amable y bondadoso y procura ayudar al que lo necesite.

Si entendemos desde el Nuevo Testamento que Dios es el mejor de los padres que un hombre pueda imaginar, mal vamos a entender que nos castigue eternamente, mal vamos a comprender su obra y sus caminos en una sola vida, y mucho menos vamos a entender que exis-tan espíritus que se revelen a Él, si todos accedemos a esa parte de esa misma energía luminosa, con el resto de las almas sensibles formando un Todo.

La espiral amorosa, que conforma la energía divina, simplemente neutraliza la negatividad, la agresividad, las dudas y el malestar, y de nuevo nos brinda la oportunidad de volver a experimentar los proble-mas para resolverlos nuevamente en un contexto similar habitualmen-te aquí en la tierra.

Entonces, ¿cuál es nuestro destino?

T) Nuestro destino es el fundirnos con el absoluto, o la fuente de luz universal a la que estamos conectados, y la gracia consiste en que con la muerte, y en nuestra diminuta existencia no perdemos la iden- ���������� #������� �� ����������������������������� �����'

Concretar aquí abajo el objetivo supone mejorar, y nos vamos dan-do cuenta con la edad de que el trabajo que vamos realizando en el plano relacional es importante, tanto como las tareas de todos los días, pero el asunto está en vivir, cooperar y ayudar, ya recordamos el an-tiguo enigma: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

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Luego lo importante es ser mejores personas y evolucionar.

T) Esa es la alternativa que se vislumbra, desde todas las articula-ciones morales de la humanidad, incluso Platón ya nos lo recuerda, que si eres malo te reunirás con las almas inferiores, si realizas las tareas con bondad, te unes con las superiores y ascenderás con ellas.

No obstante, es necesario avanzar y despegarse de las cosas, desape-gados de lo material cuando se pueda, ser más benévolo con uno mis-mo y con los demás, ayudarnos unos a otros…, ya que formamos una ������������������������������������#��������������������#�'�

No hacer daño a los demás, que enseguida que se habla más de la cuenta hacemos un roto energético y vital.

Todo lo que hagamos contra los demás se volverá contra nosotros tarde o temprano, simplemente hay que observar ciclos, acciones, comportamientos y cambios, estar atentos y observar.

Trabajar la espiritualidad, mirar hacia arriba y a la luz interior, re-lativizar el hedonismo alienante y vacío, caer en la cuenta del objetivo, la meta, construir y trabajar en el amor y el desapego hacia los bienes materiales, no hacia las personas, ya que la capacidad de compartir y ayudar a los demás es tarea comprometida en una extensión de noso-tros mismos y es asignatura capital e insoslayable.

¡Así que somos parte de una energía luminosa!

T) Esta energía esplendente, caracteriza la matriz amorosa y des-������������������������~�~�������� ������������������������en un chip luminoso está en nuestro interior. ¡Sí, el universo es una gigantesca espiral!

Así sostenidos por esta evidencia afectuosa de la energía amorosa universal a la que denominamos Dios, nos empezamos a encontrar �#������������ �����������������������%�����������������������ningún momento con nosotros, como observamos por las religiones, la literatura, las artes, las ciencias.

No ha dejado de estar nunca a nuestro lado, ya que somos sus por-tadores.

¡Quién dijo miedo!

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A modo de preguntas y respuestas

¿Está siempre con nosotros?

T) Claro, está en nuestro interior, y tenemos que darle el sitio y la cabida, para caer en la cuenta. Por eso, en ningún momento de la historia nos ha dejado de mano, y así hemos co-construido diferentes cuestiones, positivo-negativas, agresivo-defensivas, paradójicas, natu-rales, comprensivas.

Las herramientas son oscilantes y ambivalentes, en nuestra co-crea-ción de la realidad, nuestra vida y muerte o la de nuestros semejantes, ya que estamos interconectados al foco central, energético y divino, que organiza el cosmos.

¡Así que Dios tiene que ver tanto con la biofísica como con las teologías!

T) En la reconstrucción que hacemos los humanos, es probable que necesitemos la amplitud de la cosmogonía y la física, para completar las teologías… Quizás, por eso al percatarse de una causa contingente en la energía del cosmos y en su orden “sospechoso”, inspirara aque-lla famosa frase a Albert Einstein: “Dios no juega a los dados con el universo”.

Otros físicos inmediatamente y en el mismo sentido dan vuelta a la frase.

T) Exactamente, Dios, lo divino, o lo que cada cultura enuncie y designe sobre dicha identidad y contingencia superior, a la que todos inconscientemente reverenciamos, está con nosotros y en nosotros, es-tamos ligados a Él, y nos transciende.

Esta energía superior sabia está implicada en el mantenimiento y la organización del cosmos, y no necesita jugar con el universo, ya que posiblemente forme gran parte del mismo.

Es admirablemente una energía gigantesca, inimaginable, quizás, ���������������%Z�������������������� �������������������������que cabe más de lo que desconocemos y podamos imaginar.

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Seguramente cabe el mundo unas cuantas veces.Es pura transformación de amor, vida, muerte, encarnación y la po-

tencialidad suprema de inteligencia, poder, comprensión, compasión y perdón.

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T) Lo que viene siendo Amor a lo grande, ya dijimos que amor, sig-��������������� �� ����Z�������������������������������������'

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