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EN EL MACISTERIO DE JUAN PABLO II El Evangelio de la Familia y de la Vida POR ALFONSO CARD. LOPEZ TRUJILLO T i^a proclamacion entusiasta del Evangelio de la familia y de la vida, como ^cstupen- da noticia» y la profundizacion en la identidad y mision de la Iglesia domestica, san- ^ tuario de la vida, como verdad que humaniza plenamente a los csposos, a los hijos y "^ a la humanidad, ocupo un puesto privilegiado en el corazon de Juan Pabio II. ;;;g Como Maestro de la fe, su Magisterio aseguro y garantizo la identidad y la dinami- j ca evangelizadora de la familia, unica institucion en el designio creacional de Dios, capaz dc formar integralmente al hombre. Consagro sus energi'as no solo para anun- ciar, sino para liberar la verdad, rescatandola de la tormenta do una crisis on una so- ciedad enferma, que deshumaniza. Como expresa San Pablo, la verdad es aprisiona- da y sofocada por la impiedad y la mentira (cfr. Rin 1, 18.25). Un avanzado proceso dc secularismo, que ha pretendido desterrar Jnan Pablo I! consagro a Dios de la sociedad, vaci'a al hombre y lo precipita a su degrada- .sus energias no solo cion, arrancando los valores centrales de la familia y de la vida. Es para anuticiar, sino la enfermedad del espiritu privado de la verdad que le roba su hu- para liberar hi verdad, manidad, como ya intuia Romano Cuardini. El anuncio dc la ver- rescatandola de la dad y su liberacion, se tornan vigorosa defensa de la familia y de la tormenta de una crisis vida, hoy tan amenazadas. en una sociedadenferma, Fue el centro unificador de su enseiianza la verdad del hombre, su qnedeshnmaniza. misterio que solo se manifiesta en plenitud a la luz del misterio del Como expresa San Pablo. Verbo Encarnado (cfr. GS 22). Por •< Aquel que ha penetrado, de mo- /(/ verdad es aprisionada do unico e irrcpetible, en el misterio del hombre y ha entrado en su y .sofocada por la coraz6n'> (RH 8). HI Papa Juan Pablo II clamo para que la humani- impiedady la mentira dad se abra a Cristo que manifiesta al hombre plenamente su mis- (cfi: Rm I. IH.25). terio. «E1 hombre no puede escaparse a los ojos de Dios. Buscando osconderse de el, se esconde a sf mismo» (Martin Buber, II camniino deli'uoino, Ed. Qiqajon, Bose 1990). Con su experiencia de Pastor en Cracovia, con un bagaje acadcmico que lo pormitio un dialogo con las culturas fiel a la verdad del hombre y abierto a Ia esperanza, no solo con la abundancia y profundidad de sus escritos, sino tambien con su testimo- nio y solicitud pastoral, imprimio un dinamismo renovado a la Iglosia en este cam- po vital y decisivo para el porvenir. I. El servicio a Ia familia y a la vida en la Iglesia a.- La familia, corazon de la evangelizacion En una definida perspectiva evangelizadora, porque el anuncio del Evangelio es el respirar de la comunidad cristiana, sus esfuerzos fuoron puestos en convergencia UL.WANIIAS N'-ll! , k2771

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EN EL MACISTERIO DE JUAN PABLO II

El Evangelio de la Familia y de la VidaPOR ALFONSO CARD. LOPEZ TRUJILLO

Ti^a proclamacion entusiasta del Evangelio de la familia y de la vida, como ^cstupen-

da noticia» y la profundizacion en la identidad y mision de la Iglesia domestica, san- ^tuario de la vida, como verdad que humaniza plenamente a los csposos, a los hijos y "^a la humanidad, ocupo un puesto privilegiado en el corazon de Juan Pabio II. ;;;gComo Maestro de la fe, su Magisterio aseguro y garantizo la identidad y la dinami- jca evangelizadora de la familia, unica institucion en el designio creacional de Dios,capaz dc formar integralmente al hombre. Consagro sus energi'as no solo para anun-ciar, sino para liberar la verdad, rescatandola de la tormenta do una crisis on una so-ciedad enferma, que deshumaniza. Como expresa San Pablo, la verdad es aprisiona-da y sofocada por la impiedad y la mentira (cfr. Rin 1, 18.25).Un avanzado proceso dc secularismo, que ha pretendido desterrar Jnan Pablo I! consagroa Dios de la sociedad, vaci'a al hombre y lo precipita a su degrada- .sus energias no solocion, arrancando los valores centrales de la familia y de la vida. Es para anuticiar, sinola enfermedad del espiritu privado de la verdad que le roba su hu- para liberar hi verdad,manidad, como ya intuia Romano Cuardini. El anuncio dc la ver- rescatandola de ladad y su liberacion, se tornan vigorosa defensa de la familia y de la tormenta de una crisisvida, hoy tan amenazadas. en una sociedadenferma,Fue el centro unificador de su enseiianza la verdad del hombre, su qnedeshnmaniza.misterio que solo se manifiesta en plenitud a la luz del misterio del Como expresa San Pablo.Verbo Encarnado (cfr. GS 22). Por •< Aquel que ha penetrado, de mo- /(/ verdad es aprisionadado unico e irrcpetible, en el misterio del hombre y ha entrado en su y .sofocada por lacoraz6n'> (RH 8). HI Papa Juan Pablo II clamo para que la humani- impiedady la mentiradad se abra a Cristo que manifiesta al hombre plenamente su mis- (cfi: Rm I. IH.25).terio. «E1 hombre no puede escaparse a los ojos de Dios. Buscandoosconderse de el, se esconde a sf mismo» (Martin Buber, II camniino deli'uoino, Ed.Qiqajon, Bose 1990).

Con su experiencia de Pastor en Cracovia, con un bagaje acadcmico que lo pormitioun dialogo con las culturas fiel a la verdad del hombre y abierto a Ia esperanza, nosolo con la abundancia y profundidad de sus escritos, sino tambien con su testimo-nio y solicitud pastoral, imprimio un dinamismo renovado a la Iglosia en este cam-po vital y decisivo para el porvenir.

I. El servicio a Ia familia y a la vida en la Iglesia

a.- La familia, corazon de la evangelizacionEn una definida perspectiva evangelizadora, porque el anuncio del Evangelio es elrespirar de la comunidad cristiana, sus esfuerzos fuoron puestos en convergencia

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con la identidad de la familia segun el designio de Dios.La Buena Nueva suscita admiracion y cs acogida ensu originalidad con entusiasmo. El entonces CardenalWojtyla fue el Relator generalis del Sfnodo sobre laEvangelizacion que se plasmo en la ExhortacionApostolica Fvangelii nuntiandi, de Pablo VI, que tandecidida y singular influencia de renovacion hatenido.La comunidad de Ios creyentes se vio notablementeenriquecida doctrinal y pastoralmente con la ense-fianza de Juan Pablo II. Sobre todo con ese triptico,centro de referencia indispensable, constituido por;]) la Exhortacion Apostolica FamiUaris consortio, frutodel Si'nodo sobre la Eamilia de 1980, e! primero de suPontificado; 2) la Carta a las Familias, Gratissimam sane,con ocasion del Aiio Internacional de la Familia, enque retoma, profundizandolos, temas centrales parala identidad de la familia y su mision, y 3) la EnciclicaEvangelium vitae, el mas vigoroso anuncio y defensa delevangelio de la vida.

Seri'a necesario emplear mucho espacio para referirsea tantos otros significativos escritos como la Mulierisdignitatem -en que subraya la misi6n irreemplazable dela mujer como esposa, madre, hermana, y el beneficioque aporta a la sociedad en su progresiva insercion, sindiscriminacion-; la Carta a los nifios -en que aboga enun dialogo lleno de ternura por la dignidad del nifio,tantas veces conculcada-; etc.; las «Catequesis del amorhumano», recogidas con el ti'tulo de «Var6n y Mujer los cre6». Ocupan varios volii-menes las homilfas, particularmente de Ios viajes pastorales, asi como los mensajesy discursos, que constituyen una rica mina de ensefianzas. Ha sido un poriodo deaportes densos y multiples quo han dado un dinamico impulso doctrinal y pastoral.Mencion especial merecen los mensajes y las homilias en los Encuentros Mundialescon las familias, del Afio de la Eamilia en Roma (1994), en Ri'o de Janeiro (1997),en el Jubileo de la Familia (2000) y el mensaje televisivo de Manila (2003). EstosEncuentros Mundiales convocados por el Papa fueron hechos de Iglesia en quelas familias experimentaron la cercam'a amorosa del Sucesor de Pedro y constitu-yeron una oportunidad singular de asumir compromisos con especial ardor y deahondar en Ia riqueza doctrinal, para dar con renovado vigor «raz6n de nuestraesperanza» (cfr. IP 3, 15). Juan Pablo II convoco por fin el V Encuentro Mundialpara el 2006 en Valencia, Espafia.El Magisterio del Papa que recordamos hizo presonte que la Iglesia domesticaes evangelizada; fransformada al calor del Evangelio, ofrece al mundo la verdadrecibida. Ella misma se torna modelo, estilo de vida. Los rasgos distintos de fide-

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lidad y defensa do la vida son fuortemente reafirmados. «So casancomo todos y engendran hijos, pero no abandonan a los nacidos.Tienen la mesa en comiin, pero no el Iecho» {Carta a Diogneto, V.7;Funk 1, 318). Sirve asf de modo original y especial a la comuni-dad de los creyentes en la viva transmision do la fo, sobre todoen la participacion liturgica y la oracion. En la plegaria familiarson transmitidos los rudimontos do la fo y so abre el corazon a lapaternidad do Dios.Algunos aspectos de la ensefianza dejuan Pablo II pueden, entrootros, ser registrados como una constante que ha vigorizado desingular manera la reflexion teologica y el compromiso pastoral.Ante los gravos y crecientes desaffos presentes, lejos de suscitardesconcierto y una actitud rosignada o pesimista, con el ardorde su ensefianza, la Iglosia ha mantenido fresco el entusiasmoresponsable fundado en las formidables energias que el Sefiorderrama sobro las familias.

LI Iglesia domestica,transformada al calordel Evangelio. ofrece almundo la verdad recihida.Ella misma se tornamodelo, estilo de vida.Los rasgos distintos defidelidad y defensa dela vida son fiiertementereafirmados. «Se casancomo todos V engendranhijos, pero no abandonana los nacidos. Tienen lamesa en comiin. pero no ellecho» {Carta a Diogneto,V.7; Eunk 1,318).

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La plena vigencia de la familia, fundada sobre el matrimonio, y la fidelidad de lagran mayoria, como vivo testimonio, son la mojor rospuesta a quienes asegurabanla extincion de esta institucion natural que, vuelta afiicos por nuevos proyectosculturalesy politicos, seri'a sustituida por otros modelos y alternativas que alteranel tejido sano de la comunion conyugal. Hay signos esperanzadores que suscitanuna ronovada confianza en cl futuro.

b.- Una enseiianza de espesor antropologico iluminanteEs la vordad dol hombre la que se quiere ponor en tola de juicio, su «misterio»,su vocacion. Es lo <<humanum» lo quo se encuentra en peligro. El hombre ha deasistir impotente al drama de su deshumanizacion, vaciado do los valoros quo lorealizan como imagen de Dios? ^Dobe rondirse ante una cultura que, mientrasparece exaltarlo, le roba su dignidad humana y lo trata como un instrumento yun objeto? Asistimos a la «conspiraci5n» de tantos parlamentos y a las prosionesy ambigiiedados de toda indolo, que llegan a proclamar otros derechos humanos

sustitutivos de los que son fundamentalos.La familia serfa la La familia seria la negacion de la libertad, el lugar do la osclavitud

negacion de la libertad. para la mujor, su vocacion maternal un obstaculo, culturalmenteel lugar de la esclavitud impuosto a su realizacion; los hijos una carga pesada, la estabili-

para la mujer. sn dad y la fidelidad del amor conyugal una quimera, y no un bienvocacion maternal un fundamental para el hombre y la sociedad, Se le niega su espesor

ohstdcitlo. culturalmente social, su capacidad de hacer felices a los esposos y a los hijos,impuesto a su haciendolos verdaderamente humanos.

realizacion: los hijos Se viola Ia sacralidad o inviolabilidad do la vida humana que co-una carga pesada. la rrobora el articulo tercero do la Dcchvacion universal de los derechos

estabilidad y la fidelidad humanos, pero, con el recurso a incontables y cruolos oxcopcionos,del amor conyugal nna se somete a la ejecucion capital al ser mas inocento, el «nascituro>>.quimera. y no un bien Es una masacre mundial quo pono dc manificsto a quo dogradacion

fundamental para el conduce la cultura de la muerto.hombre y la sociedad. El embrion es reducido a objeto, a cosa, a material manipulable,

victima de toda clase de experimentos quo atentan contra suincolumidad, como en las tecnicas de fecundacion asistida y con el grave riesgopara Ia humanidad de la clonacion reproductiva y terapoutica. Se repito el mito dela Medusa: todo lo que cae bajo su mirada se conviorte en cosa.La ensofianza del Papa lovanta los ospi'ritus, para buscar y oncontrar la verdad queredimo y libora. En la Gratissimam sane haco rosonar ol Papa su voz de alarma, alexpresar: «En somejante perspectiva antropologica (...) el hombre deja de vivir comopersona y sujeto. No obstante las intenciones y declaraciones contrarias, so conviertoexclusivamente en objeto». Y mas adolante adviorte: '<F1 racionalismo modernono soporta el misterio. No acepta ol misferio del hombre, varon y mujer, ni quierereconocer que la verdad plena sobre el hombro ha sido rcvolada en Josucristo.Concrotamente, no tolera el 'gran mistorio', anunciado on la carta a los Efesios, ylo combato do modo radical" {Grat. san. 19).

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Frente a los intontos dc dosmontar la ostructura familiar pieza por pieza, la ense- -fianza dejuan Pablo II ha sido una barrera moral de autoridad reconocida, inclusopor quionos no comparton nuestra fe.El Santo Padre ha tomado un texto clave del Concilio Vaticano II, al cual muchasveces hace reforoncia (cfr. Grat. san. 14):

"Como afirma el Concilio, el Iiombre Vs hi ihiica criaturn cii la tierra n In que Dios lui iTiuado '

por sfmi'imn'-' {it'id. 9; GS 24).

Dios 'ama' al hombro como un ser semejante a ^1, como persona. «Persona significatquod est perfectissimiim in tota natura» (Sto. Tomas de Aquino, STh I, q. 29, a. 3). La 1Encfclica Veritatis splendor onsona: «Es a la luz de la dignidad de la persona -unadignidad que debe ser afirmada por sf misma- como la razon capta el valor moralespecffico do ciertos bienos, hacia los cualos la porsona humana osta naturalmonteinclinada. Y como la persona humana no puede estar roducida a una libertad deauto-designio, sino quo supone una ostructura espiritual y corporal, ol rcqueri- '*miento moral y primordial do amar y respetar a la porsona, comoun fin y nunca como un mero modio, tambien implica, por su na- La enseiianza del Papaturaloza, respeto por ciertos bienes fundamentales» (VS, 48). Este levanta los espfritus.hombre, todo hombro, es creado por Dios «por sf mismo» {Grat. para huscar y encontrarsan. 9). »Aperta nuviu clave amoris, crcatiwac prodicrunt" (Sto. Tomas la verdad que redime y

de Aquino, Liber II Sent. dist. 2 prol.). «EI nuovo sor esta destinado lihera. En la Gratissimama oxpresar plenamente su humanidad, a 'encontrarse plenamente' sane hace resonar elcomo persona" {Grat. san. 9). «En efecto, la familia es -mas que Papa su voz de alarma. alcualquier otra realidad social-el ambienteen que ol hombre puede expresar: «En semejantevivir 'por si mismo'» {ibid. 11). Esto es fundamental para mostrar perspectivaantropologicacomo el hombre «imagen'> no puede ser tomado y usado como ob- {...} el hombre deja de vivirjeto, como instrumonto, como «producto», desdo el momento de la como persona v sujeto. Noconcepcion hasta la muerto natural, grave tontacion do una cultura ohstante las intencionescientffico-tocnologica que se quiere reservar su dominio como un y declaracionesabsoluto: «E1 utilitarismo es una civilizaci6n basada en producir y contrarias. se conviertedisfrutar; una civilizacion de las 'cosas' y no de las 'personas'; una exclnsivamente en objeto».civilizacion en la que las porsonas so usan como si fuoran cosas (...).La mujer puede llegar a ser un objeto para ol hombro, los hijos un obstaculo para lospadres, la familia una institucion que dificulta la libertad de sus miembros (...). Esevidente que en semejante situacion cultural, la familia no puede dejar de sentirseamenazada, porque esta acechada en sus mismos fundamentos'> {ibid. 13).Si •<la famiiia ha sido considerada siompre como la expresion primora y fundamon-tal dc la naturaleza social dol hombre (...), la mas pequefia y primordial comunidadhumana» {ibid. 7), «singular comunion de personas» {ibid. 10) on la sociodad, de un«nosotros», •<la familia, comunidad do porsonas, os por consiguiento la primera 'so-ciedad' humana» {ibid. 7). Esto debe traducirse, a la luz del primado de la persona.El hombre debe ser «el principio, el sujeto y ol fin de todas las instituciones sociales»(GS 25) y el ordon social por tanto y su progroso deben siempro dojar provalocor

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el bien de ias personas, porque el orden de las cosas debe ostar subordinado alordon do las personas (cfr. GS 26).Esttt ha de traducirse en realidad enfrentando los programas de ingenicn'a socialque manipulan a las personas como piezas de ajedrez, en el utititarisino a que seha hocho moncion, y en una concepcion individualista quo nioga a la familia sudignidad de sujeto social. Ella integra a sus miembros padres o hijos, no tomadosseparadamente, en un individualismo tal que no respondeal conjunto do rolacionospersonales, quo es la familia. En ella tionen significativa y «justa aplicacion losderechos de las personas quo la componen» (Grat. san. 17).Ha rocomendado vivamente el Papa la Carta de tos Derechos de la Familia, valiosoinstrumento de dialogo, plenamente vigente, que partiendo de Ios principiosmorales afirmados, consolida la existencia de la institucion familiar en cl ordonsocial y juri'dico de la "gran» sociedad (cfr. Grat. san. 17).

Un aspecto digno de tener en cuenta es la defensa del Papa Juan Pablo II do la«sobcrani'a» do la familia. «La familia, como comunidad do amor y do vida, os una

roalidad social solidamonte arraigaday, a su manera, una sociedadEn el don sincero de sobcrana, aunque condicionada on varios aspoctos» {ibid.) y «alsf se Jundan pues las participar del patrimonio cultural de la nacion, contribuyo a la

conocidas iiofas dc soberania especijica que deriva do la propia cultura y lcngua» {ibid.),fidelidad. exclusividad. La intervencion dol Estado con relacion a la familia debe enmar-

permanencia liasta la carse, en aquollo en lo que no es autosuficionto, on cl principio dcmuerte y apertura a la subsidiariedad, en el respoto do los dorochos do la familia.vida. que la Humanae En ol toxto clavo quo ol Papa comonta sogun cl cual el hombre

vitae iluminaba con vigor es la linica criatura sobro la tierra amada por Dios, por sf misma,profetico (cfr. HV 9] v que prosigue profundizando en Io quo el Concilio dice a continuacion,

Jnan Pablo I! ahondar a a saber que el hombrenotahlemente desde la

logicct dc la entrega. .x/d puede eueontmrse plcuaiiieiile ii si iiiisuio si)io eu hi eii!re;iti siiiceru de si

niisino" (CS 24).

A esto consagra no solamento e! niimero 11 de la Gratissimam sane, sino prociosasconsidoracionos on distintos Iugares.Este don sincero de sf, que realiza al hombro on plenitud, haco que «en osto ontro-garso roci'proco so manifiesto el caracter espousal del amor» (Grat. sail. 11). Obligamas fuertemente que cualquier bien comprado e imprime "la logica de la entregasincora» (ibid.) que ontra en la vida dol hombre y do la mujor. La conclusion delPapa es contundonto: «Sin aquella, el matrimonio soria vacio» {ibid.).En la promesa de los osposos-<'Prometo sorto fiol... todos los dias do mi vida»- soenfatiza una fidelidad plena, una entrega de la persona que por su naturaleza es"duradera e irrevocable^ (ibid.), abierta a la vida.En el don sincero de si so fundan pues las conocidas notas de fidelidad, oxclu-sividad, permanoncia hasta la muerto y apertura a la vida, que la Humanae vitaeiluminaba con vigor profetico (cfr. HV 9) y que Juan Pablo 11 ahondara notable-monto desdo la logica do la entrega. «La fecundidad es el fruto y el signo del amor

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El Papa Juan Pablo IIpuso especial atencidna que la familia no seencierre en sf misma, sinoque se ahra plenamentea la sociedad con la cual'<posee vfnculos vitalesyorgc'micos», porque es suprincipio y fundamento. ycomo recuerda Familiarisconsortio citando alConcilio Vaticano II. su"celula primera v vital»(cfr. FC 42: Mil).

conyugal, el tostimonio vivo de la ontroga plena y recfproca do los osposos» (FC28). Vn amor condicionado, ad teinpus, quo se ciorra a la vida nueva por temor,desconfianza o hedonismo, os una traicion a la sinceridad y totalidad de la en-troga. «E1 anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamento contradictorio,es decir, el de no darse al otro totalmente: se produco, no solo el rechazo positivode la aportura a la vida, sino tambien ima falsificacion de la verdad interior del amorconyugal, llamado a entregarse en plonitud personal» (EC 32).Es la logica del bien que por su naturaleza es «difusivo», on un amor exigente,que en el mistorio de Cristo que se ontroga hasta el fin encuentra la fuonto do lacual omanan admirables onergi'as. Por la presencia del Resucitado on la Iglesiadomestica, ella que se encuontra al centro de este gran combato entre el bien y elmal, recibe el mandato do «liberar las fuerzas del bion, cuya fuente se encuentraen Cristo, redontor dol hombre» {Grat. san. 23).

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En Cristo, que sale al encuentro dc !o- c^posos, la vcidmi tic l,i fnmilia "puede He^ar n ierverdnderamente la gran 'revelacion', ei primer descubrimionto del otro: ei dcscubrimiento

rectproco de los esposofi y, despuis, de cada hijo o hija que mice de ellos». (Grnt, Sivi. 20)

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c- A la luz del misterio de Cristo •;Todo esta reterido a Cristo, «Aquel que ha penetrado, de modo tinico e irrepetible, •en el misterio del hombrey haentradoen su coraz6n» (RH8). Poreso «los esposos itienen en Cristo un punto de referencia para su amor esponsal» (Graf. san. 19), :Uno de los tcxfos del Concilio mas estudiados por el Papa Juan Pablo II (GS 22), ^es tambien hilo conductor de la Redemptor iiominis: «E1 hombre que quiere com- ,;prenderse hasta el fondo a si mismo (...) debe, con su inquietud, incertidumbre e 'incluso con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse •a Cristo. Debe, por decirlo asi, entrar en El con todo su ser, debe 'apropiarse' y 'asimilar toda la realidad de la Encarnacion y de la Redencion para encontrarse a tSI mismo» (KH 10). ^Por eso la familia debe vivir su vocacion en un clima de oracion, de dialogo con •el Senor que siempre manifiesta su amor y Ueva a una mejor comprension de sunaturaleza y mision. 'En Cristo, que sale al encuentro de los esposos, la verdad de la familia «puede 'llegar a ser verdaderamente la gran 'revelacion', el primer descubrimiento del otro: eldescubrimiento reciproco de los esposos y, despues, de cada hijo o hija que nacede ellos» {Grat. san. 20). El gran misterio de la Carta a los Efesios(cfr. 5, 32), se torna tambien un valor de gran importancia eclesial. Juan Pablo llfue un«No se puede, pues, comprender a la Iglesia como cuerpo mistico decidido dejensor de losde Cristo, como signo de la alianza del hombre con Dios en Cristo, derechos sobre todo decomo Sacramento universal de salvacion, sin hacer referencia al las familias pobres, de los'gran misterio', unido a la creacion del hombre varon y mujer, y a pueblos pobres sometidossu vocacion para el amor conyugal» (Graf, san. 19). Esfa conside- a pohticas arbitrariasracion haenriquecido los Sinodos continentales, particularmente de los poderosos que sinel de Africa. respetar su soberania los

invaden con presiones

II. Aspectos pastorales >' f ;renidas con su cullura y

Dice el Papa Juan Pablo II a los Obispos; «E1 primer responsable dignidad. (...)de la pastoral familiar en la diocesis es el obispo. Como Padre yPasfor debe prestar particular solicifud a esfe sector, sin duda prioritario, de lapastoral. A el debe dedicar inferes, atencion, tiempo, personas, recursos; y sobretodo apoyo personal a las familias y a cuantos, en las diversas estructuras dioce-sanas, le ayudan en la pastoral de la familia» (FC 73).Esto que como Pastor recomienda, primero lo ha hecho realidad en su ministe-rio.Se refiere a un sector sin duda prioritario de la pastoral. La evangelizacion y el fu-turo de la humanidad pasan por la familia (cfr. EC 86), lo mismo que el porvenirde la Iglesia que el Sefior acompaiia hasta el fin de los tiempos. No la abandonarasino que derramard sobre ella la abundancia de sus gracias.Deber principal de los maestros de la fe es el de repartir el pan de la verdad. Paraello recomienda a los sacerdotes que su ensefianza y sus consejos esten siempreen consonancia con el Magisterio autentico de la Iglesia, cuidando con todo em-

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'•No OS dejcis iiivadir por el coiiti^i^ioso eihicer del diz'orclo que de^itrozn hi fniriitin, e'iterilizu ei nnior 1/ de<^trtn/i-

111 ijccwii educntiva dc tos pndres cristimios..." pivcliviw lium Pnhto U a /us fnuulins cUih-ini-^ eu el euciiciitro dc

Rodetitio, Valpurmsc, eu 1987.

(...) Asiresono supalabra llena de

autoridad ante el mitode la sobrepohlacionque sirve de recurso

para nn control natalirrespetuoso e inhumano.

con polfticas que soninstrumento de nucvas

ideologfas contra losmds dehiles.

peno la unidad de sus juicios, para evitar a los fieles ansiedades deconciencia (cfr. FC 73).Especial importancia concede el Papa a la preparacion de los Agentesde Pastoral ante unos desaffos tan complejos y exigentes, en institu-ciones adecuadas academica y pastoralmente para tal comctido.Hoy las Conferencias Episcopales reconocen e impulsan la dimen-sion prioritaria de la pastoral familiar y sus estructuras cuentan conComisiones Episcopales para la familia y la vida.Siguiendo las pautas renovadoras del Sinodo de la familia, erigio,con honda intuicion, el Pontificio Consejo para la Familia, el Ponti-ficio Instituto para Estudios sobre el Matrimonio y Ia Familia quelleva su nombre, en la Universidad Lateranense, y posteriormente la

Academia Pontificia para la Vida.

III. Comelidos sociales y polilicos

El Papa Juan Pablo II puso especial atencion a que la familia no se encierre en si mis-ma, sino que se abra plenamente a la sociedad con la cual «posee vfnculos vitales yorganicos", porque es su principio y fundamento, y como recuerda Familiaris consortiocitando al Concilio Vaticano II, su «celula primera y vital» {cfr. FC 42; AA II).El Sfnodo de la familia recordo que «la familia constituye el lugar natural y el ins-trumento mds cficaz de humanizacioii y de personalizacion de la sociedad: colabora demanera original y profunda en la construccion del mundo, haciendo posible una vidapropiamente humana...» (FC 43).

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Es impresionante lainsistencia de Juati PabloII para que se entiendacomo la sistemdtica ypro^ramada hostUidadcontra Uifamilia y la vidadestruye el tejido socialV cercena las esperanzasde los pueblos que nopueden prometerse asiun porvenir digno delhombre.

Pone en guardia contra una sociedad cada vez mas masificada y des-personalizada, que se vuelve inhumana y deshumanizante (cfr. FC 43).La familia es una forma insustituible de expresioii social y ofrece unacoiitrihucioii original. Por eso el bien de la familia constituye un bienindispensable e irrenunciable. Las familias deben esforzarse para que«las leyes y las instituciones del Eslado no solo no ofendan, sino quesostengan y defiendan positivamente los derechos y los deberes de lafamilia» (FC 44). Numerosas familias sufren el desconocimiento deestos derechos por parte de instituciones y lcyes (cfr. FC 46).Juan Pablo II fue el abogado universal de los derechos fundamentalsde la familia, en los grandes foros mundiales, ante los jefes de Estado,en los Parlamentos, en el dialogo con los politicos. Fue un decididodefensor de los derechos sobre todo de las familias pobres, de lospueblos pobres sometidos a poh'ticas arbitrarias de los poderosos que sin respetar susoberania los invaden con presiones y exigencias indebidas, renidas con su cultura ydignidad. Asf resono su paiabra llena de autoridad ante el mito de la sob re poblacionque sirvederecurso para un control natal irrespetuosoe inhumane, con poh'ticas queson instrumento de nuevas ideologias contra los mas debiles.Rebatio la concepcion neo-malthusiana que excluye del banquete de la vida a Iosmenos favorecidos y privilegia el dominio y la opulencia de los prepotentes. Asumioplenamente el desafio del Discurso de Pablo VI a la Asambica General de las NacionesUnidas (4/10/1965): «Vuestra tarea es hacer de modo que abunde el pan en la mesa de lahumanidad y no auspiciar un control artificial de los nacimientos, que seria irracional,con miras a disminuir el numero de convidados al banquett? dc la vida».

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El Papa Juan Pablo II intcrpelo a los jefes de Estado ante los falsos estilos de vidaquesepretendfaimponeren la conferencia de El Cairo, e invitoaloslegisladoresaque no den curso a leyes inicuas, sino a un cuorpo de leyes que apoyen y permitanel cumplimiento de la mision de la familia,Denuncia el Papa los riesgos de una cultura do la muerte que ha llegado hasta elcolmo, en una extendida confusion conceptual, propia de una sociedad enfcrnia,de convertir el delito en dereclw {cfr. EV 11).Frente a los problemas cnormes y dramaticos dc la justicia on el mundo, de lalibertad y de la paz, la familia cristiana «constituye una energia interior que origi-na, difunde y desarrolla la justicia, la rcconciliacion, la fratcrnidad y la paz entrelos hombres" {FC 48). Apelo a un luiei^o orden internacional, ante las dimensionesmundiales que caracterizan los problemas sociales.La familia consciente dc su papcl social y politico, que constituye un bicn para lahumanidad, estd llamada a ser cnrazon de la civilizacion del amor. Fue este el temadel primer Encuentro Mundial con las familias, en Roma, 1994.Es impresionante la insistencia de Juan Pablo II para que se enticnda como la

sislematica y programada hostilidad contra la familia y la vidaLa deinovracia no destruye el tejido social y cercena las esperanzas de los pueblos

dehe convertirse que no pueden prometerse asi un porvenir digno del hombre.en tinii dichtdtira Ante los fenomenos de progrcsivo deterioro de la familia, por le-

de las iiiayorias en gislaciones inicuas, la cnsenanza de Juan Pablo II se levanta comolos parlamentos, de una conciencia cri'tica, forjada en el Evangelio que a la vez invita

espaldas al verdadero a propugnar por todo lo que realmente humaniza al hombre. Eshien de la .sociedad. Es esta una grave responsabilidad de kts poli'ticos.uua jonmt de «verdad La domocracia no debe convertirse en una dictadura dc la.s mayorias

political que se inipone en los parlamentos, de espaldas al verdadero bien de la sociedad.arbitrariamente. Es una forma de <<verdad politica» que se impone arbitrariamente.

Recomienda el Papa e! respeto al espiritu de la ley. «Esto significaque las leyes, sean cuales fueren los campos en que interviene o se ve obligado aintervenir el legislador, tienen que respetar y promover siempre a las personas hu-manasen susdiversasexigenciasespiritualesy materiales, individuales, famillaresysociales. Por tanto, una ley que no rcspete cl derecho a la vida del ser humano -desdela concepcion a la muerte natural, sea cual fuere la condicion en que se encuentra,sano o enfermo, todavi'a en estado embrionario, anciano o en estadio terminal- noes una ley conforme al dcsignio divino» (Juan Pablo 11, Discurso durante el Jubileode Gobernantes, Parlamentarios y Poli'ticos, 4/11/2000).En la CarUi a Dio^}ieto leemos: «lo que es el alma en el cuerpo, esto son los cristianosen el mundo» {VI.1, Funk 322). El Evangelio de la familia ha de resonar en el mundoy debe suscitar «aquel asombro originario que, en la maiiana de la creacion, movioa Adan a exclamar ante Eva: 'Es hueso de mis huesos y carne de mi carne' {Gn 2,23)'> [Grat. snn. 19). Es la realidad del matrimonio, patrimonio dc la humanidad,que el Sefior elevo a la altisima dignidad de sacramento, en la abundancia de suamor. Al Evangelio que reanima y humaniza el mundo, Juan Pablo li consagro lomejor de sus preciosas energias.

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