En El Libro v de La Consolación de La Filosofía de Boecio

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OMAR U. SERRANO MANZANO LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA (LIBRO V) FILOSOFÍA MEDIEVAL BOECIO En el Libro V de La Consolación de la filosofía, de Boecio, el tema central es la armonía —si es que la hay— entre omnisciencia y libre albedrio. Boecio comienza por definir el azar: el azar entendido como un suceso independiente a cualquier causa no existe; al decir azar, se debe entender como un suceso inesperado, que, sin embargo, sí tiene causas. Asentado esto, se dispone a desarrollar el leitmotiv del Libro V. a continuación presento el desarrollo de la argumentación en forma de lista: A toda acción le precede una concurrencia de causas ordenadas. Estas causas ordenadas, descienden de la Providencia Divina (Dios). Si ya existe un orden dado por la Providencia Divina ¿es posible el libre albedrio? El libre albedrio existe y es característica de los seres dotados con razón. El hombre posee una razón cualitativamente menor que la inteligencia divina. Por lo tanto, el hombre posee menos libertad que la divinidad 1 . La Divinidad (Dios) todo lo ve, todo lo sabe (presenta, pasado y futuro). Si la divinidad sabe el futuro, las acciones deben de estar determinadas antes de que sucedan, por lo que el hombre no puede poseer voluntad propia (libre albedrio). 1 Es importante resaltar la gran influencia platónica que existe en Boecio. Al decir que “una vez que han bajado —los hombres— desde la contemplación de la luz soberana de la verdad hasta la del mundo inferior y tenebroso, quedan envueltas en la oscuridad de la ignorancia, viéndose perturbadas por funestas pasiones” (Consolación de la filosofía, Libro V, 2, 10) , es claro que hace uso del” mundo de las ideas” de Platón. En otros capítulos, hace referenciade la reminiscencia del alma

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OMAR U. SERRANO MANZANO LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA (LIBRO V) FILOSOFÍA MEDIEVAL BOECIO

En el Libro V de La Consolación de la filosofía, de Boecio, el tema central es la armonía —si es que la hay— entre omnisciencia y libre albedrio. Boecio comienza por definir el azar: el azar entendido como un suceso independiente a cualquier causa no existe; al decir azar, se debe entender como un suceso inesperado, que, sin embargo, sí tiene causas.

Asentado esto, se dispone a desarrollar el leitmotiv del Libro V. a continuación presento el desarrollo de la argumentación en forma de lista:

A toda acción le precede una concurrencia de causas ordenadas. Estas causas ordenadas, descienden de la Providencia Divina (Dios).

Si ya existe un orden dado por la Providencia Divina ¿es posible el libre albedrio?

El libre albedrio existe y es característica de los seres dotados con razón. El hombre posee una razón cualitativamente menor que la inteligencia

divina. Por lo tanto, el hombre posee menos libertad que la divinidad1. La Divinidad (Dios) todo lo ve, todo lo sabe (presenta, pasado y futuro). Si la divinidad sabe el futuro, las acciones deben de estar determinadas

antes de que sucedan, por lo que el hombre no puede poseer voluntad propia (libre albedrio).

Parece haber una contradicción entre libre albedrio y presciencia divina. Sin embargo, en el punto 3 ya se aseveró la existencia del libre albedrio; en el punto 4 se dice que la inteligencia divina es más elevada que la razón humana; entonces, ¿cuál es el problema, la incompatibilidad entre libertad y omnisciencia divina, o la incapacidad del hombre para comprender la armonía existente entre ambos hechos?

El hombre juzga desde su posición, pero, estos conceptos, al regirse bajo leyes de una inteligencia divina —la cual es más compleja que la capacidad del entendimiento humano— resulten inentendibles para el hombre no diestro en la ciencia divina.

Creemos que todo evento tiene una causa, y de ello derivamos una necesidad. Sin embargo, el que algo tenga que suceder a causa de algo, no significa que ese suceso, necesariamente, deba de pasar de “x” o “y” manera.

1 Es importante resaltar la gran influencia platónica que existe en Boecio. Al decir que “una vez que han

bajado —los hombres— desde la contemplación de la luz soberana de la verdad hasta la del mundo inferior y tenebroso, quedan envueltas en la oscuridad de la ignorancia, viéndose perturbadas por funestas pasiones” (Consolación de la filosofía, Libro V, 2, 10), es claro que hace uso del” mundo de las ideas” de Platón. En otros capítulos, hace referenciade la reminiscencia del alma

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OMAR U. SERRANO MANZANO LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA (LIBRO V) FILOSOFÍA MEDIEVAL BOECIO

Para elevar nuestro espíritu, y así entender a Dios, es necesario entender la naturaleza de la sustancia divina.

Decimos que Dios es eterno2. Dios, al ser eterno, ve todo como si fuera presente, ya que él no se

encuentra bajo el influjo temporal; por lo tanto, él ve todo en acto. Sabe, pues, que un acto se producirá, aun sabiendo de su falta de necesidad.

Hay que tener presente que hay dos tipos de necesidad: la simple y la condicionada.

Dios, al encontrarse fuera del marco temporal que rige a nuestro mundo, sabe de igual manera que alguien sabe que “x” está sentado, y sabe porque lo que dice está verificado. Dios ve, en una sola mirada, todo verificado.

En resumen, Boecio sostiene que el problema del libre albedrio y la omnisciencia divina, no es la incompatibilidad de ambos conceptos, sino la incapacidad del razonamiento humano para lograr comprender la armonía entre ambos conceptos. Nosotros, al vivir en un mundo en donde todo tiene una causa y un efecto en un orden temporal, y eso, al relacionarlo con la presciencia divina, nos parece que el efecto es necesario, ya que Dios no puede no saber algo que aún no pasa, de no ser así, Dios no lo sabría todo; y sí Dios ya lo sabe, eso, necesariamente, debe de suceder. Sin embargo, Dios sabe todo lo que puede pasar, sin que eso deje sin voluntad propia a la acción del ser humano, ya que Dios es atemporal, es como si viera una pintura ya finalizada, pero, que, aun así, tiene la capacidad de ver todo lo que pudo ser ilustrado en el óleo. Que algo se produzca, no implica que ello, necesariamente, se haya tenido que producir de esa manera, y menos implica que Dios desconozca de su potencia de haber sido otra cosa, sin saber lo que es (Dios vive siempre en presente).

Hasta aquí logré comprender —y no sin deficiencias— lo que quiso (creo) decir Boecio.

2 Cuando se dice que Dios es eterno, no se dice en razón al tiempo, ya que dios —según Boecio— creó el tiempo para este mundo (el del movimiento; el mundo contingente). Dios no posee pasado ni futuro; Dios Es en todo momento.