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12 de noviembre de 2006 En domingo FOTOGRAFIA Las mejores fotos de «La Guerra Civil en la Comunidad Valenciana» 4-5 ENTREVISTA Pepe Sancho «Es fácil ser “ninot” en Valencia, pero “ninot indultat”, no tanto» 6-7 PATRIMONIO Los planos del Palacio Real Un libro recupera la imagen perdida del edificio histórico más importante de Valencia 8 Un momento del rodaje de «Anirem a peu», filme de Rafa Gassent rodado en Valencia en 1997. El cine ha supuesto, desde sus orígenes a finales del S.XIX, una ventana al mundo para viajar hacia regiones desconocidas. La Universitat de València acoge, los días 15 y 16 de noviembre, unas jornadas pioneras sobre la relación entre el séptimo arte y el turismo, y la manera en que el cine ha creado en el imaginario social la imagen turística de España. Continúa en la página siguiente Valencia, Óscar Bornay VALENCIA FOTOS: LEVANTE-EMV L a ciudad de Valencia ha acogido en los últimos años el rodaje de varias pe- lículas que han retratado el alma de una ciudad en permanente cambio. La hilarante comedia «Mor- tadelo y Filemón», basada en los cómics de F. Ibáñez, se rodó en par- te en el barrio del Carmen, como «Dripping» de Vicent Monsonís, una historia sobre el valor del arte y la dignidad artísticas. «La mala edu- cación», de Pedro Almodóvar, tuvo algunas localizaciones en Benima- clet. Se añaden a la lista «Son de mar», «Tranvía a la Malvarrosa», y «París-Tombuctú», de Luís García Berlanga, sin contar las adaptacio- nes de las obras de Vicente Blasco Ibáñez, como «Arroz y tartana», así como las películas de Sigfrid Monle- ón «Síndrome laboral» y «En bici». Valencia, Cine & Turismo Cine & Turismo

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12 de noviembre de 2006

En domingo

FOTOGRAFIA

Las mejoresfotos de «LaGuerra Civil enla ComunidadValenciana»

4-5 ENTREVISTA

Pepe Sancho«Es fácil ser “ninot” en Valencia,pero “ninotindultat”, no tanto»

6-7 PATRIMONIO

Los planos delPalacio RealUn libro recupera laimagen perdida deledificio histórico másimportante de Valencia

8

Un momentodel rodaje de

«Anirem apeu», filme deRafa Gassent

rodado enValencia en

1997.

El cine ha supuesto,desde sus orígenes afinales del S.XIX, unaventana al mundopara viajar haciaregionesdesconocidas. LaUniversitat deValència acoge, losdías 15 y 16 denoviembre, unasjornadas pionerassobre la relaciónentre el séptimo artey el turismo, y lamanera en que elcine ha creado en elimaginario social laimagen turística deEspaña.

Continúa en la página siguiente

Valencia,

Óscar Bornay ■ VALENCIA

FOTOS: LEVANTE-EMV

La ciudad de Valencia haacogido en los últimosaños el rodaje de varias pe-lículas que han retratado el

alma de una ciudad en permanentecambio. La hilarante comedia «Mor-

tadelo y Filemón», basada en loscómics de F. Ibáñez, se rodó en par-te en el barrio del Carmen, como«Dripping» de Vicent Monsonís, unahistoria sobre el valor del arte y ladignidad artísticas. «La mala edu-

cación», de Pedro Almodóvar, tuvoalgunas localizaciones en Benima-clet. Se añaden a la lista «Son de

mar», «Tranvía a la Malvarrosa», y«París-Tombuctú», de Luís GarcíaBerlanga, sin contar las adaptacio-nes de las obras de Vicente BlascoIbáñez, como «Arroz y tartana», asícomo las películas de Sigfrid Monle-ón «Síndrome laboral» y «En bici».

Valencia,Cine & TurismoCine & Turismo

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CINE LA IMAGEN DE LOS DESTINOS TURÍSTICOS ESTÁ LIGADA A SU PRESENCIA COMO ESCENARIO CINEMATOGRÁFICO

El enorme escenario que suponela Ciudad de las Artes y las Cien-cias no sólo se ha utilizado para elcine, numerosos spots publicita-rios se han rodado allí. No obstan-te, aún no está desarrollado unmapa fílmico de la ciudad.

La fábrica de sueños que es el«séptimo arte» puede resultar uninstrumento de potenciación dedestinos turísticos. Un ejemplo:para Nueva Zelanda la mejor cam-paña de promoción turística de suhistoria fue el rodaje de la oscari-zada trilogía de «El Señor de los

Anillos». Gracias a las aventurasde Frodo y compañía por los para-jes de la isla se calcula que el tu-rismo creció un 15%. Estudiar la re-lación entre estas dos industriasculturales es el objetivo de las pri-meras Jornadas Internacionalessobre Cine y Turismo que realiza-rá la Universidad de Valencia du-rante los días 15 y 16 de noviembreen la Facultad de Filología. Estainiciativa pionera en España partedel trabajo de 7 investigadores,—4 de la UV, 1 de la Universidad ReyJuan Carlos I de Madrid, y dos es-pecialistas estadounidenses—,que en el año 2005 se constituye-ron en grupo de trabajo bajo las si-glas Citur (Cine, Imaginario y Tu-rismo) para estudiar «la imagen

de España como destino turísti-

co a través del cine».El ciclo parte de la idea de

cómo la cinematografía ha sidocapaz de construir en el imagina-rio social la imagen de un país. Asípues, ¿cuál ha sido, por tanto, laimagen que se ha dado de España?.Se considera el nacimiento de laindustria cinematográfica el 28 dediciembre de 1895, en el salón In-dienne de París, donde los herma-nos Lumière inauguraron un nue-vo modo de contar el mundo. Porprimera vez, la imagen real cobra-ba movimiento real. En muy pocotiempo se convirtió en una indus-tria de masas, una diversión en elque la gente podía viajar, a travésde la pantalla, hacia regiones des-conocidas.

LA FANTASÍA DEL VIAJERO.La coordinadora del proyecto y pro-fesora de la UV, Antonia del Rey,asegura que aquel cine primigenioestaba fuertemente influido por lostópicos que se habían construidosobre España durante el S. XIX. Yen este proceso tuvieron especialimportancia algunos viajeros-escri-tores ilustres, como Washington Ir-ving, que inmortalizó el alma ro-mántica de la Granada nazarita en«Cuentos de la Alhambra», o Pros-per Merimée, con su «Carmen», pa-radigma de la «pasión española».«Fue la fantasía del viajero la que

creó esta imagen de un país atra-

sado, de bandoleros, salvaje y con

un pasado de esplendor, y eso es

precisamente lo que aquel primer

cine siguió alimentando», aseguraAntonia, que añade que «para bien

o para mal, España ha sido cons-

truida imaginariamente a partir

de Andalucía, y esto creó unas si-

nergias que potenció posterior-

mente el franquismo».

El primer intento serio de cam-biar el concepto de España en elexterior se produce bajo el régi-men de Primo de Rivera, en losaños 20 del S.XX. El militar, cons-ciente del poder de seducción queejercía el cine en la sociedad, alen-tó el rodaje de películas que fueran«a favor de la nación», enseñan-do, de paso, el país en el extranje-ro. Ya por aquellas fechas se em-pezaba a intuir la importancia delturismo en el futuro. «Currito de

la cruz», un éxito de taquilla delaño 1926 que se exportó incluso aAmérica del Sur es una muestra deeste talante, ya que los protago-nistas viajan por todo el país, conlo cual la película acaba parecien-do un documental turístico.

La profesora especializada encine mudo de la Universidad ReyJuan Carlos de Madrid, BegoñaSoto, que también participa de lasjornadas, hace especial hincapiéen establecer una diferencia entre«los primeros viajeros con cáma-

ras y las imágenes para los pri-

meros turistas». Desde las prime-ras filmaciones de los Lumière so-bre España a las películas del Pa-tronato Nacional de Turismo enlos años 20 es patente un cambiode percepción. Si a principios delS.XX los camarógrafos extranje-ros imitan en imágenes el concep-to que habían creado los escrito-res-viajeros del S.XIX, las produc-ciones del patronato tenderán aser documentales turísticos. ParaSoto, se trataba de una «concep-

ción muy moderna de la política

de gestión turística para la épo-

ca». No obstante, habría que espe-rar algunas décadas para que seapostara por hacer cine sobre y deturistas. La década de los 60 y delos 70, la época del desarrollismoindustrial y del Boom turístico estambién la etapa donde se puedeobservar cómo el cine captaba laconquista de nuevos espacios delibertad y la entrada de ideas nue-vas en el país gracias al fenómenodel turismo. Un ejemplo es la pro-ducción de 1968 «El turismo es un

gran invento», de Pedro Lazaga.El cine no permanecerá indiferen-te a los cambios en la sociedad yen el territorio que provoca el de-sarrollo turístico en España. Así,se potenciará la imagen de marcaque vendió el franquismo en Euro-pa: sol y playa.

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La fábrica de sueños que es el«séptimo arte»puede resultar uninstrumento depotenciación dedestinos turísticos:en Nueva Zelanda lamejor campaña depromoción turísticade su historia fue elrodaje de laoscarizada trilogíade «El Señor de losAnillos»

Viene de la página anterior

Un momento del rodaje de«Mortadelo y Filemón»,

realizado en el barrio delCarmen de Valencia.

Pedro Almodóvar rodó buena parte de los exteriores de «La mala educación» en las calles de Valencia, como enesta localización del barrio de Benimaclet. FOTO: M. MOLINES

Michel Picoli y LuisGarcía Berlanga enel rodaje de «ParísTombuctú». Alfondo, una imagende la ciudad de lasArtes y lasCiencias, unescenario habitualen los rodajespublicitarios.FOTO: M. MOLINES

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EL CINE COMO REDEN-CIÓN. Pero el cine también pue-de tener una función de redenciónpara zonas económicamente de-primidas. Es el caso de Las Hurdes,la comarca extremeña inmortali-zada por el documental de 1932 deLuís Buñuel «Las Hurdes: tierra

sin pan», que por su extrema du-reza fue prohibida durante el trie-nio conservador del período repu-blicano. Una década antes, duran-te la dictadura primorriverista lazona fue testigo de la visita de Al-fonso XIII, inmortalizada por la pe-lícula «Las Hurdes: país de leyen-

da». El profesor de la UV, Santiago

Renard, que ha investigado estetema, afirma que aquel viaje estu-vo organizado y filmado «como

una expedición a una especie de

mundo perdido en el que el Rey,

en nombre del progreso, iba a la

zona como redentor de la comar-

ca». Para el profesor «la película

está imbuida de los valores del co-

lonialismo europeo de la época».Estos dos filmes, según Renard,«alimentaron un aura de leyenda

sobre Las Hurdes que aún hoy

buscan los turistas. Un tercer

mundo dentro de España, que ac-

tualmente no tiene nada que ver

con lo que era hace 80 años». Dehecho, esta comarca se ha con-vertido en un centro referencialdel turismo rural extremeño.

«Es necesario encajar el cine

en la política de gestión de los des-

tinos turísticos». Así de contun-dente se muestra uno de los miem-bros fundadores del grupo Citur,Konstantin Stanishevski, que abo-ga por explotar la capacidad ima-ginativa que tiene el cine en el es-pectador para que se sienta atraí-do por los lugares que ve en la pan-talla, pero estableciendo canalesde comunicación entre la industriacinematográfica y el sector turísti-co. La mención a Nueva Zelanda yal Señor de los Anillos, donde al-gunas empresas especializadasofrecen una «ruta fílmica», paraaquellos que quieren ver lo esce-narios de la película, es utilizadapor Konstantin para indicar que enEspaña aún no están totalmentedesarrolladas este tipo de rutas, yque «el cine no es el único canal

de comunicación de los destinos

turísticos», ya que «es muy difí-

cil cuantificar de una manera

precisa la influencia real del cine

en el turismo». Además, Konstan-tin señala que «Sabemos que esa

influencia existe, pero aún hay

que comprobar su magnitud, no

es un efecto inmediato».

El congreso incideen explotar lacapacidadimaginativa quetiene el cine en elespectador para que se sientaatraído por loslugares que ve en lapantalla, peroestableciendocanales decomunicación entre la industriacinematográfica y el sector turístico.

S esde el miércolesestoy que no vivo enmí. No puedo quitarme

de la cabeza a Petita, laelefanta repudiada por losanimales de Terra Natura. Lodigo en serio. Me da una penaque no puedo con ella, y no esporque piense que la pobrenunca llegará a saber que loselefantes tienen un pene decuarenta y cinco centímetros.No es por eso. En serio.Siendo tan estrecha de cuerpocomo es, casi mejor que no lollegue a saber nunca, para quéva a pasar ese mal trago, digoyo, si encima la cópula con elmacho sólo iba a durarlemedio minuto, sin exagerar.Lo que pasa es que me recuer-da a Soraya, la primera mujerde Mohamed Reza Phalevi,sí, hombre, el Sha de Persia,que también fue repudiadaporque no podía tener hijos yque me marcó la infancia, conesos ojazos tan grandes, tanverdes y tan tristes como losde Petita. Igual que Soraya, Petita ya nova a conocer el amor porquelas elefantas son de los pocosanimales fieles que hay eneste mundo, no por su cora-zón, sino por su memoria:recuerdan al primero que lasmontó y van a por él cada treso cuatro años para repetir laexperiencia. Pero eso Petitanunca lo va a saber, no lo delpene, sino lo del amor, porquea los machos no les gusta quesea delgada, patilarga ni que

tenga la cara huesuda, y lashembras la marginan porquela consideran un ejemplardébil. Daniel Sánchez,biólogo conservador delparque, lo ha dicho bien claro:«A los machos les gustan las

hembras fuertes, atléticas,

complexas y con carácter».Como a los hombres. Quedesgracia, la de Petita.La elefanta que habita en mí,incluso, derramó una lágrimapor la pobre Petita. Y meconsta que no fui la única,porque el mundo está lleno demujeres y de hombres que undía también fueron elefantesrechazados por machosselectivos y por hembrasorgullosas de su propiaperfección, y que vieron enPetita sus propias historias.Nosotros funcionamos así,por solidaridad. Y con Petitapodemos solidarizarnos pormás que ella sea un animal ynosotros seres humanos.Podemos ponernos en su piely llorar por ella y con ella, y,sobre todo, recordarla cincodías después. No sólo mepasa con los animales.También me acuerdo muchode Soraya, la pobre, que semurió treinta y dos añosdespués sin haber olvidadonunca a su gran amor. Yo esque, con las penas de amorsoy de lo más floja. Me solida-rizo enseguida. Es ver alguienque sufre por amor y ponermesolidaria a más no poder.Ahora, con el resto de lascosas ya me resulta un pocomás difícil. Y me consta,también, que no soy la única.Ese mismo día, murieron diezniños hindúes en un accidentede autobús y nueve palestinosfueron abatidos por el ejércitoisraelí en el norte de Gaza. Elperiódico lo contaba todo,aunque no todo iba en porta-da. El miércoles tomé café allado de un hombre que dejósin leer las páginas que infor-maban de estas dos noticias.Petita sí despertó su interés.Cuando terminó, murmurócon tristeza infinita: "Qué

putada…". Y tenía razón. Bienmirado, es una putada.

Putadas

Carmen Amoraga

[email protected]

PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS

GISAKU es la primera pelícu-lla «anime» realizada enEspaña con el doble pro-

pósito de satisfacer una deman-da de público y promocionar elsector turístico español en elmercado nipón. El cine es capazde mostrar los atractivos de unpaís promoviendo los aspectospositivos y neutralizando los ne-gativos. Gisaku se hizo con estepropósito: crear una marca depaís. Para ello se trabajó en unguión que consiguiera reunir loselementos clásicos del cine«anime», —lucha entre el bien yel mal, y reflexiones profundasde personajes con un universointerno complejo—, con la nece-sidad de crear una película parala exposición internacional deAichi en 2005. El personaje central de la pelícu-la estuvo basado en el samuraidel S.XVII Hasekura Tsunenaga,enviado a la corte española porel señor de Sendai, Date Masa-mune, en misión diplomática. Apartir de ahí, la historia cobra laapariencia de una búsqueda através del tiempo para ganar alas fuerzas del mal. El protago-nista principal, un samurai per-dido en el tiempo llamado Yoheibusca por toda España las cla-ves para derrotar a las fuerzasdel mal. Por el camino, atraviesalos principales atractivos turísti-cos de España, desde el museoGuggenheim de Bilbao a la Ciu-dad de las Artes, pasando porSevilla o el valle del Jerte. Coneste filme se buscó potenciar unmercado turístico en potenciaacentuando los vínculos cultura-les y dando una visión de Españacomo un país moderno y tecno-lógicamente al día. Algunos fotogramas del filme.

Cartel del Congreso.

Soraya con Reza Phalevi.

Gisaku redescubreEspaña en Japón

Igual que Soraya,Petita ya no va aconocer el amor

porque las elefan-tas son de los

pocos animalesfieles que hay eneste mundo, nopor su corazón,

sino por sumemoria

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José Miguel Vigara ■ VALENCIA

FOTOS: GUERRA CIVIL EN LA C.VALENCIANA

LA Guerra Civil en la Co-munidad Valenciana»,la obra histórica quedistribuye Levante-

EMV cada sábado, hapermitido a un grupo de notableshistoriadores valencianos dar a co-nocer sus últimas investigacionesacerca de la contienda civil. La ca-lidad y novedad de estos textos vaacompañada de una excelente pre-sentación visual de los contenidosen la que sobresale el atractivo his-tórico y periodístico de las fotogra-fías, y el rigor informativo de las in-fografías y mapas que se incluyenen los volúmenes.

Los lectores van a disfrutar deun despliegue gráfico sin prece-dentes en las producciones edito-riales sobre la Guerra Civil en la Co-munitat Valenciana porque se hanincluido un total de 900 imágenes,incluidas páginas de periódicos sa-cadas de la hemeroteca y docu-mentos de todo tipo, generados enel conflicto bélico.

Los codirectores de la obra, losprofesores Albert Girona (Univer-sitat de València) y Josep MiquelSantacreu (Universitat d’Alacant),ayudados por el coordinador edi-torial Miquel Calvet han rastreadotoda la Comunitat Valenciana enbusca de fondos documentales y defotografías. Se han utilizado fotosaportadas por particulares, que pro-ceden de archivos personales, ytambién numerosas fotografías queproceden de archivos públicos. Loscomponentes del equipo editorialse han desplazado a propósito allídonde se podría contactar con al-guien que tenía la foto o el docu-mento que se quería reproducir.

Los 18 libros muestran toda cla-se de imágenes fotográficas, elegi-das tanto por su valor testimonialcomo por su fuerza visual. Hay fo-tos de la vida cotidiana, de los míti-nes políticos, de los actos principa-

les en las Cortes de la Valencia re-publicana, de los bombardeos y delfrente de batalla, de los refugios an-tiaéreos, de antiguas fábricas de ar-mas, de trincheras y aeródromoshoy desaparecidos, de explosionesy muertos en combate, de milicia-nos y falangistas movilizados.

Además, la colección incluye acasi todos los profesionales valen-cianos que trabajaron durante laGuerra Civil, entre ellos, dos muyimportantes de la Biblioteca Valen-ciana: Joaquín Sanchis «Finezas» yJosé Lázaro Bayarri. Y también deVidal Corella, del Archivo Generalde la Administración de Alcalá deHenares.

Asimismo, están los mejores pe-riodistas gráficos del mundo: AlbertLouis Deschamps, Kati Horna, Da-vid Seymour, Robert Capa y HenriCartier-Bresson.

Sin olvidar a Agustí Centelles, elmejor fotógrafo español en la Gue-rra Civil y que era valenciano. Sinduda, en la Guerra Civil hubo tantodrama, tantos acontecimientos te-rribles... que se vivió una explosióna nivel gráfico, de ahí que se hayanincluido imágenes de un interés for-midable.

ARCHIVOS PÚBLICOS. El grue-so de las imágenes están sacadasde los archivos públicos de la Co-munitat Valenciana y Madrid. Haybastante material de los archivosmunicipales de diversos ayunta-mientos de la Comunitat Valen-ciana —Alcoi, Gandia, Alicante yde la Diputación de Alicante, en-tre otros— y de la Biblioteca Va-lenciana.

Igualmente, se han usado losfondos de los tres grandes archivosestatales: el Archivo General de laAdministración de Alcalá de Hena-res, la Biblioteca Nacional de Ma-drid y el Archivo General de la Gue-rra Civil de Salamanca. Paralela-mente, se ha trabajado con las agen-cias de noticias, públicas y priva-das, como EFE, Aisa y Contacto.

S E hacía de noche y nos juntábamos loscríos en las hormas de la plaza. Unavez divididos en dos grupos, nos po-

níamos a ocupar el pueblo entero. Jugábamosa la guerra. Como en la escuela y en las casasno nos la contaban, lo que hacíamos erainventarla. Buscabas los rincones o portalesmás oscuros, la trinchera más oculta desdedonde acabar, uno a uno, con el bando ene-migo. Te escondías en el mejor sitio y acecha-bas el paso del contrario. Lo veías acercarse,poco a poco alargabas el brazo y cuando lotenías a tiro echabas una risa imperceptible yen un susurro disparabas: "tú, muerto". Losmuertos regresaban cabizbajos a la plaza y alfinal de la contienda vencedores y vencidosnos íbamos a dormir, encogidos por el fríodel invierno. Vencedores y vencidos en unaguerra que discurría al margen de la otra, dela que acabó en 1939 y había llenadoGestalgar -y tantos otros pueblos- de ganado-res y perdedores de los de verdad. Los críosjugábamos a la guerra sin saber que el maes-tro Gerardo Torres y su familia no dormíanpor las noches porque la Guardia Civil seempeñaba en joderles el sueño mientras lesdurara la vida. Y tampoco sabíamos quemedio pueblo andaba en el silencio mientrasel otro medio -lo mismo que en todas partes-galleaba en sus ceremonias civiles y religio-sas sus cantos de victoria. Ahora los tiemposya no son los mismos y hay una curiosidadinsaciable por saber lo que pasó en aquellosaños aciagos. Lo que pasa es que aún quedamucho del miedo de entonces, sobre todo enlas personas mayores, las que sufrieron direc-tamente, después de la guerra, los zarpazosfachas del horror. Para enfundar de unapuñetera vez los artefactos del desconoci-miento, este periódico publica cada domingoun libro sobre la guerra civil y sus estragos ennuestros pueblos y ciudades. La Repúblicaextendió aquí sus brazos más que en ningúnotro sitio y es como si ahora aquellos fuegosrevolucionarios se hubieran perdido en no séqué rincón oscuro de la historia. Para refres-car la memoria y enseñarnos lo que fue odejó de ser aquel tiempo, los historiadoresAlbert Girona y José Miguel Santacreu

han urdido una serie de entregas que no tienedesperdicio. Ellos saben lo que se enreda enlas telarañas de la ignorancia y por eso sacana la luz, con un nutrido grupo de expertoscolaboradores, lo que la gente más joven des-conocía o conocía demasiado poco. Nuncanadie les contó nada. La guerra civil ha sidoun asunto tabú en nuestro país y de ella sólose contaba lo que los vencedores han queridoque se contara: mentiras a destajo. Por eso laaparición de esta obra histórica es una buenaocasión para conocer lo que aquellos críosque jugábamos a la guerra tuvimos que apren-der muy tarde, seguramente demasiado tarde.Crecer en la falsa inocencia de los cuentoschinos nos hizo menos diestros para torearlos morlacos infames del engaño. Sobrevivira base de tortas de paniza, calabazate ybollos de una arena marrón que se parecía alchocolate se ve al día de hoy como un mila-gro inexplicable, como todos los milagros.Ahora los libros que les cuento ocuparán unespacio imprescindible en las estanteríasdonde antes guardaban ustedes los muñequi-tos de cerámica, la foto más querida y todossus olvidos. Leer es una medicina inmejora-ble contra las tomaduras de pelo. Y las ver-siones que nos endilgaron de la guerra civildurante tantos años eran eso: una solemne,cruel y despiadada tomadura de pelo. Nosvemos, pues, cada domingo, en las páginassabias de estos libros. Ahí nos vemos. Ahí.

Guerra

Alfons Cervera

DESDE LA FRONTERA

HISTORIA EL COLECCIONABLE QUE OFRECE LEVANTE-EMV LOS SÁBADOS PUBLICA LAS MEJORES FOTOS DE LA CONTIENDA

«La Guerra Civil en la Comunidad Valenciana»es fiel reflejo de la eclosión gráfica que se vi-vió en la contienda. Por ello, en sus 2.700 pági-nas hay impactantes imágenes de mitines, es-cenas de la vida cotidiana, fosas comunes, fá-bricas de armas o bombardeos, que resultarondeterminantes para el curso de la guerra.

Una miliciana empuña su fusilal principio de la guerra. FOTO: ARCHIVO GENERAL DE LA

ADMINISTRACIÓN /LUIS VIDAL CORELLA

Las féminas tuvieronun papel importante

al principio delconflicto. ARCHIVO

GENERAL DE LAADMINISTRACIÓN/

LUIS VIDAL CORELLA

Barricada construida en el puerto deValencia. FOTO: VIDAL CORELLA /AGA-FPGCuatro mujeres saludan brazo en alto en Benicàssim después de

la llegada de las tropas franquistas. FOTO: BIBLIOTECA NACIONAL

Partidarios de la República tras el asalto a los cuartelesde la Alameda de Valencia. FOTO: ARCHIVO GENERAL DE LAADMINISTRACIÓN/LUIS VIDAL CORELLA

Imagen de una peluqueríacolectivizada durante la Guerra

Civil. FOTO: BIBLIOTECAVALENCIANA/JOAQUÍN SANCHIS «FINEZAS»

Un grupo de militantes antifascistas en un acto durante lacontienda. FOTO: BIBLIOTECA VALENCIANA/ JOSÉ LÁZARO BAYARRI

Milicianas y milicianos en la central Telefónica de Valencia en losprimeros días del conflicto. FOTO: VIDAL CORELLA / AGA-FPG

Un grupo de milicianosy voluntarios de

izquierdas.FOTO: ARCHIVO GENERAL DE

LA ADMINISTRACIÓN/LUISVIDAL CORELLA

Las fotos de«La GuerraCivil en laComunidadValenciana»

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Dolors Palau ■ VALENCIA

FOTOS: M. MOLINES

POSEE una de esas vocesque llenan el escenario,la energía necesariapara dar vida a seres

poderosos, a emperadores comoAdriano y personajes clásicoscomo Jasón o Creonte, pero tam-bién de adaptarse a registros máshumanos, como el del actor Bo-ris Spielman, que interpreta en elRialto. Con más de cuatro déca-das de experiencia a sus espaldas,Pepe Sancho (Manises, 1944) hatocado todos los palos posibles,desde la interpretación a la direc-ción escénica, pasando por la pro-ducción; desde el teatro donde,

dice, se ponen los cimientos de laprofesión de actor, al cine o la pe-queña pantalla. El Estudiante le re-servó un rincón en la memoria co-lectiva de varias generaciones; conCarne trémula, de Almodóvar, lo-

gró un Goya al mejor actor de re-parto y las tablas le han propor-cionado papeles sólo al alcance deunos cuantos elegidos.—Estrenar dos producciones deenvergadura en días seguidos no

está a la altura de todos los acto-res. ¿Se siente un privilegiado?—A veces parece que cuando unono lo agradece mucho es arrogan-te, pero aquí hay que agradecer loque hay que agradecer, el resto es

fruto del esfuerzo. Es una coinci-dencia que, en dos días, se estre-nen dos productos muy dignos enlos que está implicada la Generali-tat. Pues sí, estoy orgulloso, perome preocupa la incomunicaciónentre los partidos. Ni Sorolla niesta función son cuestiones políti-cas, entonces, me sorprende –su-pongo que Protocolo les invita–que no aparezca nadie de la oposi-ción. A mí, que les he visto mandara todos, desde Lerma y Zaplana,me duele que no les interese la vidade Sorolla porque lo ha producidoel otro partido. Igual que cuandomandaba Lerma e hicimos otraproducción. Es el problema de Va-lencia con la cultura, tienes que serun Calatrava para que todo el mun-do... En lo demás sí, pero en la cul-tura, en esta ciudad los políticosprocuran no coincidir, no encon-trarse. No agradezco a los políticospersonalmente nada, pero me gus-ta que se esfuercen en invertir encultura.—Y cuando viene el caso,¿aguan-tan la crítica?—A los políticos en general, siem-pre hay excepciones, es muy difí-cil decirles lo que crees que estámal, casi tanto como decirle a unautor teatral que su obra es mala.Hablo desde el punto de vista per-sonal, tengo amigos políticos y fa-milia, pero es muy difícil llamarlesla atención sobre su gestión. En ge-neral, se creen omnipotentes. Em-pezando por el conserje y termi-nando en el último escalón, siem-pre encuentras gente por el cami-no que lo complica. El proyecto delmusical Bienvenido Mister Mars-

hall, que no es un encargo del pre-sidente, pero sí algo que le parecióinteresante, es para dentro de tresmeses o tres y medio. De repente,algo autorizado por Presidencia yque, en principio, está todo hechode palabra, se complica. Faltan lospapeles, la concreción, los cami-nos para llegar a ver quién copro-duce. Cuesta mucho engarzarlotodo, y más ahora que se acercanlas elecciones, está todo el mundoun poco distraído.—En un trabajo que depende detantos factores, ¿se pierde algunavez el miedo a que no suene el te-léfono?—El miedo lo perdí hace muchotiempo. Cuando no me llaman, memonto una pequeña compañía. Hetenido teatros ambulantes, comoun circo, me he ido a Valdepeñas,he pedido autorización y lo hemontado en la plaza, sin subven-ción ni nada. En un momentocomo éste, en que la mayoría deproyectos depende de la atenciónde la administración, uno no pue-de estar a expensas de si le llama-rán o no. Puede ser un éxito una se-rie, pero después viene otra y se ol-vidan de ti, salvo excepciones afor-tunadas. Pero no es lo habitual.Pasa mucho ahora, con actoresque un año no pueden ir por la ca-lle y al siguiente no se acuerdan deellos. Y ahí viene el problema per-sonal.—¿Es el pecado de los actores jó-venes?—Si el éxito llega nada más empe-zar, se piensa: pues esto no era tandifícil. ¿Que no era tan difícil? Es-pera un poco. Ves que pasan losaños y, de los que empezaron con-migo, somos una docena los que no

6/7 En domingo 12 de noviembre de 2006

ENTREVISTA

En apenas dos díasha estrenado en Va-

lencia la obra de tea-tro El gran regreso,

que estará en el Rial-to hasta finales de

mes, y la producciónpara Canal 9 Cartas

de Sorolla, sobre lavida del pintor valen-

ciano, que emitirámañana la cadena. Y

no le faltan proyec-tos de futuro. Entre

ellos, la versión musi-cal para teatro de

Bienvenido Mister

Marshall que pro-mueve José AntonioEscrivá –realizador

del filme sobre Soro-lla–, en la que encar-naría al agente de lacantante. El musical

no le viene de nuevo.Ya pasó por este gé-

nero hace unas déca-das, con Eslava 101

y La molinera de Ar-

cos. Profeta en su tie-rra, como acredita

una larga lista de re-conocimientos, dice

que se implicará afondo en el teatro deManises que llevarásu nombre. Cuandopueda, anuncia, im-

partirá talleres de su-pervivencia en una

profesión que ejercedesde principios de

los años sesenta.

«Es fácil ser ninot enValencia, pero ninotindultat, no tanto»

SanchoPepe

Pepe Sancho, en unmomento de descansodurante el rodaje de«Cartas de Sorolla».

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hemos parado de trabajar. La ma-yoría ha desaparecido del mundoartístico, porque mantenerse du-rante 44 años... Y, sobre todo, la va-nidad hay que tenerla como unachaqueta, usarla sólo cuando esnecesario.—Como le ocurrió hace 40 años,muchos actores valencianos sequejan de que tienen que irse fue-ra para trabajar. ¿Tan poco hancambiado las cosas?—Claro que se quejan, pero tam-poco afuera se encuentra trabajo,como en cualquiera de las profe-

siones no imprescindibles, porquesi eres jamonero, en algún sitio en-contrarás. En esta profesión tienesque ir ganándotelo día a día. Antesaquí no había trabajo, es cierto.Ahora hay producciones, pero, evi-dentemente, no se puede cubrir lademanda profesional. Hoy haymucha predisposición a ser actor.Y esta profesión exige eso: no tepuedes quedar en Manises. Si lohubiera hecho, seguramente hoysería un carnicero felizmente ca-sado y con nietos, pero me fui por-que quería otras cosas. Y a Valen-cia vengo encantado. Creo que sitengo éxito afuera, colaboro paraimpulsar el teatro o el cine aquí. Va-lencia es agradecida, pero no a laprimera. Igual que queman las fa-llas, si te descuidas... Es fácil serninot en Valencia, pero ninot in-dultat, no tanto.—Un proyecto como el de la Ciu-dad de la Luz, ¿servirá para im-pulsar la industria audiovisual quemuchos van a buscar a Madrid?—Por supuesto, tiene un gran fu-turo. Los únicos que pueden es-tropearlo son quienes lo han he-cho: los políticos. Si se lleva co-mercialmente, con la infraestruc-tura que tiene, será un gran estu-dio. Pero no sólo descentralizarála producción, llegarán de toda Eu-ropa, terminará siendo el mejor deEuropa. Lo que pasa es que tienenque venir grandes películas de fue-ra, pero también de aquí, y todasdeben ser recibidas igual. Del mis-mo modo que las subvencionesque dan por rodar. En este pro-yecto sí tengo mucha confianza.—¿No acabará siendo una segun-da Terra Mítica cuando terminenlas subvenciones como reclamo?—No, no creo. Esto no depende deque el público diga: vamos a verlo,sino de que las grandes empresasproductoras del mundo decidanvenir. Alicante es la ciudad quemás horas de luz tiene, junto conAlmería, que fue la ciudad del cinehace cuarenta años. Hay que tenerpara aguantar, pero, si funcionabien, a la vuelta de los años darábeneficios. Si con la infraestructu-ra que tiene no funciona, la gentese irá a otra parte, como se fue [deAlmería] en los años sesenta. Es-pero y pido que aquí no pase. —Algunos profesionales han cri-ticado que no se haya hecho unproyecto a la medida de las nece-sidades autóctonas.—Es que el cine valenciano, comotal, tiene muy difícil salida. No tie-ne sentido querer identificar cinevalenciano, gallego o de Zamora.Cartas de Sorolla está hecha en Va-lencia, pero con proyección, in-tentando que vaya a los festivalesinternacionales. Lo que no se pue-de hacer es un estudio para el con-sumo de aquí y ya está, para eso yatenemos el Talía. Pero el cine quese hace aquí nunca lo haría renta-ble, sería una ruina. Ahí sí que se-ría peor que Terra Mítica. De lo quesí estoy a favor es que una pelícu-la que sale de Valencia, tenga unosbeneficios por trabajar en la Ciu-dad de la Luz. Es como cuando losactores planteaban un Teatro Na-cional. —Con menos trayectoria que us-ted, a muchos actores se les caenlos anillos a la hora de aceptar pa-peles de reparto o en películas máscomerciales.

—Si el papel me convence, no meimporta que tenga dos frases. Poreso algunos torpes preguntan: ¿Ypara cuándo un protagonista? Hehecho muchos protagonistas y eléxito está en prestar a todos el mis-mo interés, aunque sea el carteroque lleva una carta.—¿Es mejor espectador de teatroo de cine?—De teatro, sin duda, porque decine estoy demasiado detrás de lacámara, de los defectos. En un te-atro puede pasar un accidente,pero en cine no, porque se puederepetir. En teatro sólo exijo que losactores y el director cumplan sutrabajo.—¿Ha resultado difícil ponerse enla piel de un personaje real comoSorolla?—No. Napoleón lo han hecho des-de Marlon Brando a Rod Steiger, ya Nerón, Peter Ustinov y muchosotros, gente que no tiene un granparecido físico con los personajesde la historia. Lo que hay que ha-cer es darles la vitalidad. Al es-pectador no le preocupa tanto elparecido, lo importante es la in-terpretación, el darle fuerza. Lo im-portante es lo que le pones dentroal personaje. Y a Sorolla le he pues-to una humanidad cascarrabiasque se extrae de las cartas. A la biz-nieta le ha parecido que estabamuy bien.—Como su personaje en El granregreso, tampoco ha interpretadoEl Rey Lear.—No, pero tengo tiempo. Lo bue-no es que, con la edad, se te vanunos personajes, pero llegan otrosque, cuanto más han vivido, mástienen que dar sobre el escenario.El papel que interpreto es el de unactor que ha soñado con todo ysabe que no lo tiene. Es un perso-naje muy tierno y la relación entrepadre e hijo llega al espectador.—¿Se siente identificado, comopadre y actor, en alguna faceta?—En algunas. Como él, alguna vezhe mentido cuando decía que mehabían llamado para un papel ysólo me habían dicho que quizás loharían. Sobre todo cuando empe-zaba y volvía a Manises, me inven-taba un mundo cuando me pre-guntaban y decía que estaba pre-parando algo. E igual no estabapreparando nada, pero el actor loque no puede hacer es volver a lafamilia y a los amigos diciendo: nome llama nadie, no tengo trabajo,porque se le queda en la cara el ric-tus de amargado, y entonces, ya note llama nadie. El personaje deSpielman procura que eso no lepase. En común tenemos las ganasde luchar y de hacer trabajos queme gusten. Y éste o el de Sorollason de los que me gusta.—¿Ha soñado con algún perso-naje?—Sí, pero hace años. Con el delprotagonista de Un tranvía lla-

mado deseo. Empezamos a ensa-yar, pero no se pudo hacer. Des-pués ya fui mayor. Pero hice El al-

calde de Zalamea, que nunca ha-bía pensado hacer. Y Enrique IV,

de Pirandello. Los años te separande unos papeles, pero te acercan aotros que son mejores. Cuandomenos te lo esperas te viene Al-modóvar o Alfonso Ungría, Josefi-na Molina o Vicente Aranda. Losaños te cierran unas puertas y teabren otras.

“ La mayoríade los que

empezaronconmigo hadesaparecido delmundo artístico,porquemantenersedurante 44 años...Y, sobre todo, lavanidad hay quetenerla como unachaqueta, usarlasólo cuando esnecesario

“ Cuando nome llaman,

me monto unapequeñacompañía. Hetenido teatrosambulantes, comoun circo, me heido a Valdepeñas,he pedidoautorización y lo he montadoen la plaza, sinsubvención ni nada

“ El actor nopuede volver

a la familia y a losamigos diciendo:no me llamanadie, no tengotrabajo, porque sele queda en lacara el rictus deamargado, yentonces,ya no te llamanadie

L A situación política delpaís no es nada agrada-ble. Han comenzado a

brotar naciones por todas par-tes. La penúltima, Andalucía.Carod Rovira no se ha afeita-do el bigote. Zapatero continúacon su rictus facial –haga frío,calor o nublado-, al que algu-nos llaman sonrisa. La miraday las gafas de Montilla son lasde un espía búlgaro de cuandola Guerra Fría. Asimismo, el presidente delGobierno asegura que donJuan Ignacio de Juana

Chaos «está a favor de la paz»,luego de cometer 25 asesina-tos. En cuanto este pacifista–dechado de demócrata- ytodos sus camaradas digan«ustedes perdonen, sentimos

haber matado a 1.000 perso-

nas», habrá que sacarlos de lacárcel, y los familiares de lasvíctimas -y la denominadaizquierda- deberán organizarlesun banquete de homenaje porpedir perdón. Y al señor deJuana, publicarle sus libros,pues este pacifista ahora sóloquiere ser literato. ¿Y si ganaseel Premio Príncipe de Asturiasde Las Letras?Acontecimientos más raroshan sucedido en la historia dela humanidad.Así las cosas, muy sintética-mente, me he refugiado, parahuir de la realidad, en la escri-tura de mi primera novela. Alprincipio dudé en hacerlo, fun-damentalmente porque lasemana pasada releí aFlaubert (La educación senti-mental). ¿Quién puede compe-tir en su sano juicio y humildadcon Flaubert? Actualmente,nadie. La novela es un produc-to que se agotó en el siglo XIX,aunque haya notables secuelasa principio del XX.De todos modos, me dije, siahora publican novelas loslocutores de radio, los colum-nistas de provincias, los profe-sores de instituto, los comenta-ristas de televisión, las mante-nidas, los funcionarios de lospartidos políticos o los enchu-fados en las universidades –yreciben incluso premios-, ¿noseré capaz de igualarme a elloso de superarlos?Y en ello estoy. Hasta elmomento sólo he escrito trescapítulos, en los ratos libres. Yestoy orgulloso de ellos. Enprimicia, voy a transcribiralgunos párrafos. Puede queles resulten inconexos, pero loque deben valorar es la recon-centración de literatura queentrañan.«Miguel era un voraz devora-dor de libros. De niño, se sen-taba junto a un vivaracho ria-chuelo que transcurría, serpen-teante, en las afueras del pue-

blo. Mientras las libélulas esta-llaban en mil colores, refleján-dose en la límpida corrientedel agua, él hacía caso omiso yprefería pasar, pausadamente,las páginas de un libro quehabía encontrado, por casuali-dad, en el viejo arcón de susabuelos, entre sábanas, raspo-sas pero blancas y con perfu-me de limpio, el limpio deljabón Lagarto y del enjuagueen la corriente del riachuelo. Olía sus páginas, memoria his-tórica, de las mil historias deaquel arcón, que se cerrabacon dos apliques metálicos,hechos, seguramente, por unviejo herrero de manos enca-llecidas, talante sencillo, ilusio-nes perdidas aunque no imagi-nadas, y dolor, apenas cons-ciente, en sus sienes. En el arcón había libros demíticos viajes deseados y, talvez, imposibles. Edicionesartesanales y primorosamentecuidadas. La letra era de untamaño muy apropiado, pues,cuando se habían puesto a laventa, sólo unos pocos privile-giados tenían acceso a lasgafas, y las gentes popularesque, por instinto o influenciade los maestros de laInstitución Libre deEnseñanza, conseguían algúnlibro, generalmente en lasescasas bibliotecas públicas,agradecían que el cuerpo de laletra fuese el adecuado.Un día que Miguel estabaleyendo donde siempre, ymientras varias ranas le acom-pañaban con su rítmico, sinco-pado e incluso melódico croar,dirigió su mirada más arriba delas copas de los chopos, y dijopara sus adentros: ¡Qué miedoel azul del cielo! De repente, sedio cuenta de que el cielo quecobijaba su soledad y sus lec-turas, ya no era azul, sinonegro, negro como la falda deEncarnita, la única hija deManuel, un sufrido aparceroque la tenía apalabrada condon Hermegildo, terratenientey el dueño de la única almaza-ra de aceite de la zona. Cuando le vino este dolorosopensamiento, Miguel se acordóde unos versos de Manuel

Reina. Abrió el húmedo arcóny los releyó: «Y en mi dolientecorazón se ceba/ con implaca-ble saña,/ dejando en él lashuellas de su pico/ y de susfuertes garras».Era, evidentemente, donHermenegildo».Puede que este avance no lesparezca muy brillante, o sí.Realismo social en estado casipuro. De todos modos, es unaprimera redacción, que voy apulir y reelaborar con sumaaplicación. Pienso presentarlaa los Premios Ciudad deBenemají. De momento, es mirefugio interior, dadas las cir-cunstancias. Su título provisio-nal es, naturalmente, «El viejoarcón».

El viejoarcón

Antonio Vergara

SALVE Y USTED LO PASE BIEN

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Josep Vicent Boira* ■ VALENCIA

FOTOS: LEVANTE-EMV

EL Palacio Real de Valen-cia —que se alzaba enlos actuales Jardines deViveros o del Real—,

fue, posiblemente, el edificio másnotable de la capital en todos lostiempos. Su riqueza interior, su de-coración, sus dimensiones incluso(más de 200 metros de fachada) ysus funciones y papel histórico enel pasado del Reino de Valencia asílo demuestran. Desgraciadamente,en 1810 y ante le amenaza de la lle-gada del ejército francés coman-dado por el Mariscal Suchet, los mi-litares españoles encargados de ladefensa de la ciudad, argumentadosupuestas razones tácticas, orde-naron el derribo completo del con-junto de edificios que conforma-ban la residencia de los reyes de lacorona de Aragón desde el sigloXIII e incluso morada real musul-mana anterior. Como pasó conotras construcciones, la desapari-ción del Palacio, sumada a la faltaabsoluta de referencias gráficaspormenorizadas de su fachada y desu interior —excepción hecha de

algunos grabados y de tres planosparciales del XVI y uno de 1761,obra de Vicente Gascó que sólo re-producía la planta inferior—, hizoque el edificio pasara a formar par-te del imaginario ciudadano de for-ma poco fiel al original, hasta quelos hallazgos arqueológicos de lacalle del general Elío entre 1986 y1989 permitieron estudiar parcial-mente una parte de su planta. El ha-llazgo en París de los mejores y másdetallados planos del Palacio Realde Valencia permiten recuperaruno de los edificios emblemáticosde la historia de los valencianos,nacido como corte de los reyes dela Corona de Aragón —y de sus vi-rreyes—, y, posteriormente comolugar de residencia temporal de losAustrias y Borbones de visita a laciudad.

Los planos se hallaban en el co-nocido como fondo Suchet, maris-cal y comandante en jefe del ejérci-to napoleónico en la antigua coro-na de Aragón con sede en Valencia,por lo que es seguro que en su reti-rada, el ejército francés se los lle-vara junto a otra documentación. Setrata de una serie de 8 planos queofrecen vistas distintas del edificioy de sus alrededores, algunos demás de un metro cuarenta centíme-tros de largo. Los planos, a color, es-tán firmados en Valencia el 31 deagosto y el 13 de septiembre de 1802por Manuel Cavallero, posiblemen-te un ingeniero militar. Este con-junto riquísimo de vistas muestradesde lo que el autor denomina una«vista de paxaro» del Palacio Realy sus jardines, la fachada principaldel Palacio, dos perfiles del interiory otras que muestran las diferentesplantas del conjunto de edificios delPalacio Real (plantas bajas, entre-suelos, pisos principales y desva-nes). En este caso, el componente

estético de las vistas cedeel paso a la minu-

ciosidad de la descripción interna,a la sucesión pormenorizada de sa-las y funciones cada una con sunombre y descripción.

Con el préstamo temporal de losplanos del Palacio Real de Valenciadesde el Centre Historique des Ar-chives Nationales (CHAN) de Pa-rís y con la edición del li-bro que ha publicado el

Ayuntamiento de Valencia, con unestudio pormenorizado de espe-cialistas de la Universitat de Valèn-cia y de la Universi-dad Politécnica, asícomo de arqueó-logos y topó-grafos del

Servici d’Investigació Arqueològi-ca Municipal (SIAM), los valencia-nos pueden contemplar, recrear yconocer mucho más de este Pala-cio, sede del poder espléndido delos reyes de la Corona de Aragón yde sus sucesores.

*Universitat de València.

Última En domingo 12 de noviembre de 2006

PATRIMONIO EDITADO UN LIBRO CON LOS PLANOS DE LA DESAPARECIDA SEDE REGIA VALENCIANA

El reciente hallazgo en París de los mejo-res y más detallados planos del PalacioReal de Valencia permiten recuperar unode los edificios emblemáticos de la historiade los valencianos. Un libro editado por elAyuntamiento de Valencia permite hacerpúblico este descubrimiento.

Piso principal del Palacio Real con las reformas propuestas por el autor. Fond Suchet, CHAN París.

Vista aérea general del Palacio Real de Valencia. Fond Suchet, CHAN París.

Los planos del Palacio Real

El Palacio Realde Valencia fue,por su riquezainterior, sudecoración y susdimensiones,posiblemente, eledificio másnotable de lacapital en todoslos tiempos.

Un viaje de Valencia a París hace doscientos años

Fachada principal del Palacio Real de Valencia. Fond Suchet, CHAN París.