8 de octubre de 2006

En domingo

Cuando esta tarde suenen los primeros acordes de La isola del piacere, de Martin i Soler, en el flamante estrenodel Palau de les Arts, echará a andar una estructura multimillonaria, un emblema que aspira a simbolizar laValencia del siglo XXI, pero también una orquesta que acoge en su interior a casi un centenar de músicosilusionados, mayoritariamente situados por debajo de los treinta años y con el reto de dar a Valencia, y a España,una orquesta de primer nivel internacional, algo con lo que hasta el momento no ha contado. Páginas 2 y 3

EXPOSICIÓN

Fotoperiodismoen la era digitalLas nuevas tecnologíasinformáticas llegan a lafotografía de prensa

5DISEÑO

Gráficos einformación La infografía deLevante-EMV, denuevo entre lamejor de España

4 HISTORIA

«Yo soy Ilija Stanic» Una investigaciónperiodística encuentraal presunto asesino delgeneral croata Luburic

6

Músicos valencianos quepertenecen a la Orquesta del Palau de les Arts.FOTO: MANUEL MOLINES

La gran obertura

Ricardo Rodríguez ■ VALENCIA

FOTOS: LEVANTE -EMV

NO resulta fácil asumir laexigencia que implicala Orquestra cuandouno aún no ha cumpli-

do los treinta años, como ocurre enla mayoría de maestros que compo-nen la Orquestra de la Comunitat Va-lenciana. Pero su camino hasta lle-gar a ella ha sido tan duro, que po-cos retos pueden ya asustarles. Demomento, ya pueden presumir dehaber sido seleccionados en el pro-ceso más numeroso jamás vividopor una orquesta. Quedar entre los90 elegidos de entre más de 5.200 as-pirantes ya es todo un premio, so-bre todo si se tiene en cuenta que,en muchos casos, se trata del primerencuentro con el reto de la máxima

excelencia, simbolizado por LorinMaazel, el director y creador de unaorquesta hecha a su imagen y se-mejanza.

«Estoy seguro de que esta or-

questa podrá competir entre las

mejores del mundo.» Estas pala-bras del maestro Maazel no dejan lu-gar a dudas. Las pronunció haceapenas unas semanas, tras conocer,de primera mano, en los ensayos, elauténtico nivel de la materia primacon la que iba a trabajar durante lospróximos años.

No cabe duda de que el directornorteamericano es uno de los má-ximos interesados en que sus pala-bras se cumplan. Al fin y al cabo,desde la Generalitat Valenciana nose ha escatimado en gastos para quetodo esté a su gusto, y se ha dejadoen sus manos, de manera totalmen-

te entregada, el proceso de selec-ción de unos músicos que han sidominuciosamente elegidos en audi-ciones celebradas en Nueva York,París, Londres, Helsinki, Milán y Va-lencia, bajo la estricta supervisiónde Maazel. Quienes le rodean, des-de la Intendente, Helga Schmidt,hasta el dramaturgo, Justo Romero,o los propios músicos, reconocenen él un carisma especial, y una ca-pacidad innata para lograr el soni-do necesario. Su asistente, KaynanJohns, es el más explícito: «Tene-

mos un grupo, pero ahora hemos

de lograr un sonido propio, dife-

rente.»

LA EXCELENCIA COMOMETA. Para obtenerlo, se confíaen el criterio de Maazel, que se pusoal frente de la OCV el día 1 de sep-tiembre, y que ha hecho especialhincapié en lograr «la excelencia ar-

tística» de todos los músicos que lacompondrán. Durante meses, y bajosu atenta supervisión, se rastrearontalentos por todo el mundo, con es-pecial dedicación a las cuerdas, elapartado que más dificultades hacreado, y el que con más mimo hacuidado el maestro, hasta lograr en-samblar las 91 piezas de un puzzlesonoro que sólo está resuelto en sucabeza, pero que pronto estará a lavista de todo el mundo.

Lo componen músicos de 25 na-cionalidades diferentes. Hay argen-tinos, coreanos, canadienses, rusos,rumanos, checos, norteamerica-nos… Y por supuesto, españoles, untotal de 17, de los cuales 12 son va-lencianos, conformando la coloniamás numerosa, principalmente enla sección de viento.

Ante todos se abre una perspec-tiva nueva. Muchos han abandona-do sus países de origen, y ahora seenfrentan al reto de conseguir unalojamiento, un nuevo círculo deamigos, una vida diferente… Perola mayoría no se lo han pensado a lahora de dejarlo todo atrás. La violacanadiense Diane Leung ejemplifi-ca la ilusión ante el nuevo reto: «Yo

vivía en Nueva York, pero ni me lo

pensé cuando salió la oportunidad

de venir a Valencia. El reto de tocar

junto a Maazel es demasiado atrac-

tivo. Además, comparados con los

precios de Nueva York, los de Va-

lencia son infinitamente mejores.

Por no hablar del clima.»

No todos afrontan con tanto op-timismo el traslado a un nuevo en-torno, y reconocen que es el tragomás duro. Para atenuarlo, unos suel-dos que se encuentran en conso-nancia con lo que se espera de estanueva orquesta, y que son cerca deun 10 por ciento superiores a loque se percibe de media en las

principales formaciones sinfónicasespañolas. Para los tutti, 44.000 eu-ros anuales; 54.000 en el caso de losayudantes de solista y 60.000 paralos solistas. El Palau de les Arts cos-tará, sólo en sueldos de la OCV, másde 6 millones cada año, pero el ob-jetivo marcado, de figurar en la eli-te, junto a Londres, Berlín o NuevaYork, justifica la inversión.

FRICCIONES Y PRUEBAS.Cuando esta tarde debute en pú-blico, bajo la batuta de un secun-

MÚSICA HOY COMIENZA LA ANDADURA DE LA COSMOPOLITA ORQUESTRA DE LA COMUNITAT VALENCIANA

2/3 En domingo 8 de octubre de 2006

Noventa músicos de veinticincopaíses componen la Orquestra dela Comunitat Valenciana, unosinstrumentistas que se encuentranesperanzados ante el reto deexcelencia que supone la creaciónde una orquesta que ha formadouno de los mejores directores delmundo, Lorin Maazel, pero que hoydebutará con otra batuta de lujo, lade Zubin Mehta.

Hoy nace una granOrquestra

La Orquestra de laComunitat Valencianaestá compuesta pormúsicos de 25nacionalidades diferentes.

Lorin Maazel

U N portal de internet hadedicado gran partede su tiempo a pre-

guntarle a 82.899 personascuáles son sus gustos sexua-les. Fruto de ese exhaustivotrabajo de investigación, sinel que no sé cómo hemospodido vivir hasta ahora, laverdad, se han descubiertolos siguientes datos: que lasmujeres somos más abiertas ala hora de experimentar sexoy que compramos más jugue-tes en sexshops; que lasprimeras relaciones sexualescon penetración se tienenentre los 18 y los 21 años; quelos hombres varían más depareja; que las mujeres somosmás fogosas y que recurrimosal sexo de pago muchísimomenos que ellos porque deputas se van un 28% de varo-nes y de gigolós nada más queun 2% de mujeres. Por si un día cualquiera se

quedan sin tema de conversa-ción, les cuento también quelos hombres que viven enGuadalajara y Las Palmas sonlos más salidos. Si conocen aalguno de Ávila déjenlo pasar:según la encuesta son tanfríos como sus inviernos. Lasmujeres de Ceuta y Melillason las más sexuales, y lasmenos las de Segovia yValladolid, a no ser que traba-jen en el Ejército y laDefensa, que por lo que se veson las profesiones en las quelas mujeres se sueltan lamelena, lo mismo que lespasa a los empresarios y a losempleados de espectáculos yocio. Los estudiantes, losdesempleados y los pensionis-tas, que ignoran que el sexoes el remedio para casi todoslos males, los pobres, tienenel sexo más que abandonado.De la Comunidad Valencianala encuesta no dice ni media

palabra, cosa que me extrañacantidad porque la relaciónentre los valencianos y elsexo está más que comproba-da en el sentido real y tam-bién en el figurado: Valenciaes una comunidad llena degente que se pasa la vidajodiendo a los demás. Pero nosólo por eso nuestra vincula-ción con el sexo está más queprobada. Vean si no: hoymismo se clausura enBarcelona el 14 Festival deCine Erótico de Barcelonaque, un año más, ha organiza-do un casting para encontrarnuevos talentos para el porno.Los aspirantes tienen quehacer un test psicosexual conuna entrevista y mostrar susactitudes sexuales e interpre-tativas ante la cámara y elpúblico. Por último, tienenque rodar una escena de sexocon actrices y actores profe-sionales. El ganador o laganadora (aunque se hanpresentado muy pocas chicas,quizá porque no demasiadas

mujeres de Ceuta o Melillaque trabajen para la defensa oel ejército y que estén dis-puestas convertirse en estre-llas del cine x) entrará en elmercado del porno. Este añose han presentado ochocien-tos, el doble que el año pasa-do, y como recompensaañadida, los finalistas tendránla garantía de que una pro-ductora también rodará conellos. ¿Que por qué les cuentoesto? Primero, ya lo saben,por si algún día se quedan sintema de conversación, ysegundo, porque ¿adivinan dedónde era Nick Moreno, elganador del año pasado?Efectivamente, de Valencia.Pero aún hay más. ¿De dóndecreen que es la productoraDeseo X que dirige Isi Lucas

y que trabajará con los quelleguen a la final?Efectivamente, también deValencia. Para que luego nosdiscriminen en las encuestasde internet. Hasta ahí podía-mos llegar.

Discriminación

Carmen Amoragapmaspmenos2004@yahoo.es

dario de lujo como Zubin Mehta,la Orquestra de la Comunitat Va-lenciana habrá culminado unduro proceso de creación. Cu-riosamente, su debut se produci-rá junto a la Orquesta de Valen-cia, la gran referencia sinfónicade la ciudad hasta el momento, yen cuyo seno no parece habersentado muy bien la generaciónde una competencia de tanto ni-vel, subvencionada a golpe de ta-lonario público. Las fricciones sehicieron evidentes hace algunosmeses, cuando desde la OV seaseguró que ninguno de sus mú-sicos participaría en el conciertode hoy. Al final, no llegará la san-gre al río, y Valencia podrá dis-frutar, entre la ilusión y el estu-por, de dos orquestas de primerafila. Sin duda, un indicador cul-tural que sorprenderá a muchos,pero que ha de marcar el devenirde los próximos años en la ciu-dad y en su entorno, ya que el am-bicioso proyecto del Palau de lesArts va más allá, y aspira a llegaral público de toda Europa.

Cuando arranque el conciertode hoy, la orquesta habrá cubier-to su primera etapa, en un tiem-po sorprendente. En julio de 2005se iniciaba el plazo para presen-tarse a las pruebas, que comen-zaron a realizarse hace apenas unaño, coincidiendo con la prei-nauguración del auditorio de Ca-latrava. Por aquel entonces, laformación iba a llamarse Or-questra del Palau de les Arts.Nueve meses después, se cubrí-an las últimas bajas, correspon-dientes a la sección de cuerda.Quedaban apenas noventa díaspara el estreno oficial, y los mú-sicos aún no habían tocado jun-tos. El 1 de septiembre llegó el es-perado momento, coincidiendocon el cambio de nombre, y 124horas de ensayos después, la Or-questra de la Comunitat Valen-ciana inicia su múltiple reto, conel objetivo de alcanzar la prime-ra línea internacional, conven-ciendo a quienes la han vistocomo un despilfarro y situando,de paso, a una comunidad comola valenciana, de larga tradiciónmusical, en la cúspide mundial.Nada menos.

PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS

El Palau de les Arts costará,sólo en sueldos de la OCV, más de 6 millones cada año, peroel objetivomarcado, defigurar en laelite, junto aLondres, Berlín oNueva York,justifica lainversión.

P OR el mero hecho de ser,creo que el hombre po-see un grado connatural

de apetito mitológico. Entiendopor ello, de una manera apresu-rada y sencilla, un sistema deexplicación admirativa y asom-brada del universo inexplica-ble. Ser –diríamos- significaquerer saber, y querer saber re-presenta pretender descifrar.Por humano y perplejo –podríadeclarar el primer hombre-, hecreado toda clase de mitologíasque disminuyan mi perplejidady acrecienten mi condición hu-mana.En el ámbito íntimo de la con-ciencia, un ámbito concreto delo mitológico adquiere la formade la mitomanía. Tampoco sepuede ser hombre sin ser enmayor o menor medida un mi-tómano. Los héroes, del géneroque se quiera, constituyen unapura obra humana de la accióny de la fabulación. Para los con-templadores del arte siemprehan existido y existirán criatu-ras ejemplares, incluidas, claroestá, las antiheroicas criaturasdel mal ejemplo.Los lectores son, según me ba-

rrunto, una especie muy propi-cia a la mitomanía, puesto queaquello que más les gusta –loslibros- está forjado con la mate-ria misma de los mitos. Para unbuen lector –y no digamos paraun lector enfermo de mitoma-nía voraz– son míticos los auto-res de ciertos poemas y ciertasnarraciones, junto con sus per-sonajes legendarios y sus pala-bras esculpidas en bronce, perotambién lo son las ediciones ylas editoriales, las imprentas,los tipos de letra, los papeles,las encuadernaciones, los dibu-jos que ilustran algunos denuestros relatos favoritos.En el santuario de mi mitolo-gía privada, la revista Litoral

tiene una hornacina ante laque me postro reverente desdehace muchos años. Antes deque supiera muy bien su ver-dadero valor, ya era un objetofamiliar, porque andaba entrelos anaqueles de la bibliotecade mi padre. No estaba la co-lección íntegra, pero casi, conejemplares de todas sus épo-cas. Cuando con el paso de losaños tuve el honor de contar-me entre sus colaboradores,

se cumplió uno de los más al-tos fines de la literatura: reali-zar un sueño de infancia.Decir Litoral es invocar nom-bres que son el fundamento debuena parte de la mejor poesíaespañola del siglo XX. Pensaren Litoral significa evocar unageneración decisiva en nuestratradición literaria: la del 27.Emilio Prados, Manuel Alto-

laguirre, José Bergamín, Ra-

fael Alberti, y también Juan

Rejano, José Moreno Villa,Francisco Giner de los Ríos,José María Amado.En su presente sin tiempo la di-rigen hoy María José Amado yLorenzo Saval, y siguen rode-ándose de la gran poesía y pin-tura recientes. El 27 de septiem-bre, un grupo de poetas amigos–y amigos de Litoral: María

Victoria Atencia, Ángel Gon-

zález, Pablo García Baena,

José Manuel Caballero Bo-

nald, Luis García Montero,

Amalia Bautista, Lorenzo

Oliván, Josep María Rodrí-

guez, Pablo Armando Fer-

nández y un servidor– nos em-barcamos en el velero sueco detres mástiles Amorina (el mis-mo que sirvió de motivo para elpoema Málaga, de Jean Cocte-

au), junto a un centenar de pa-sajeros, para navegar por la cos-ta, leer poemas en cubierta y ce-

lebrar, en amistad y poesía, losochenta primeros años de laedad de esta joven sin mácula. Fue una jornada memorable:envueltos en la bruma y meci-dos por el mar, las voces de lospoetas sonaban, antes que porellos mismos, por todos losmaestros anteriores; arrastra-ban, emocionadas, episodiosde historia gloriosa. Más quesentirnos cada cual, creo quetodos nos sentimos como unmodesto, pero fuerte, eslabónde una cadena: la de la tradi-ción poética.Pasadas unas horas, propuse aun grupo de aguerridos com-pañeros de travesía que nosamotinásemos, que hiciése-mos preso al capitán del barcoy que navegáramos, sin fin,rumbo a los mares del Sur. Miconato de motín fue sofocadopor las armas, pero logramosarriar, ya en la rada, la banderapirata de Litoral, con su pes-cadito azul, para fotografiar-nos junto a ella. Para un mitó-mano era como jurar bajo laenseña de sus fantasías de lec-tor juvenil. Ya en tierra, dondetodos éramos un poco más pe-sados, un poco menos grácilespensé: algún día podré decirque yo estuve allí aquella ma-ñana. A bordo del Amorina,pirateando para Litoral.

Ochenta años

de la revista Litoral

Carlos Marzal

COMPLICIDADES

Luis Vidal* ■ VALENCIA

FOTOS: CATALOGO EXPOSICIÓN

El I Congreso Interna-cional de Nuevo Pe-riodismo que se ce-lebrará en Valencia

los días 19,20 y 21 de Octubrecon un extenso programa demesas redondas y exposicio-nes, revisa todos los ámbitos yfacetas que engloba el mundode los medios de comunicación.La fotografía es un pilar básicodentro del entramado periodís-tico en el que se están produ-ciendo cambios tecnológicosque afectan de manera impor-tantísima al trabajo de los re-porteros gráficos.

La fotografía actual ha deja-do a un lado, en poco más de unsiglo desde su invención, los ni-tratos de plata, las pesadas má-quinas de placas de cristal, elmagnesio, la magia de la apari-ción de la imagen latente en lacubeta con el olor característi-co del revelador y fijador en ellaboratorio, y se ha adentradoen la era electrónica. La foto-grafía digital, aún siendo el mis-mo proceso óptico con la mis-ma materia prima, la realidadque nos rodea, cambia por com-pleto el proceso de almacena-

miento y procesado. Deesta forma ha relegadopor completo a la tradi-cional, siendo los fotope-riodistas la vanguardia deeste nuevo «sistema ope-rativo».

La era digital de la fo-tografía y las comunica-ciones han revoluciona-do tanto la forma de to-mar una instantáneacomo su posterior edi-ción y envío. El fotógrafode prensa actual no sólo debetener ese olfato periodísticoque le haga estar el momentopreciso en el lugar adecuado, loque Henri Cartier-Bresson lla-maba el «instante decisivo»,sino que debe dominar los pro-gramas informáticos para laedición de la imagen tomada yconocer la mejor y más rápidamanera de hacer llegar esa ins-tantánea a sus empresas.

Por otra parte, la fotografíadesde su creación ha sido unmedio de expresión creativa yposteriormente informativa.Por su realismo se ha converti-do en un documento social demayor credibilidad que el texto,a pesar de su falta de color enocasiones, su bidimensionali-dad o el recorte de la imagen

que propicia la visión del fotó-grafo. No hay más que recordarel dicho popular "una imagenvale más que mil palabras". Losperiódicos son una fuente his-

tórica y una auténticamemoria visual en la queel fotógrafo actúa comomediador y nos sustitu-ye como espectadoresde esa realidad. A partirde la instantánea toma-da añadimos esa imagena nuestra memoria aun-que nosotros no estuvié-semos en el lugar dondese captó.

Otro tema candenteque seguro tendrá cabi-da en los debates de esteCongreso es la ética enel periodismo. Desde laaparición de la fotogra-fía digital, la posible ma-nipulación de la imagensuscita innumerablescontroversias. Anterior-mente ya existía ese tru-caje, recordemos comoStalin "borra" de las fo-tografías a sus enemigospolíticos, pero con lasnuevas tecnologías au-mentan las herramien-tas para la manipula-ción. Así, por ejemplo,es de máxima actuali-dad el caso de una im-portante agencia inter-nacional de prensa queprescindió de los servi-cios de un colaboradorgráfico que cubría elconflicto entre tropas is-raelitas y guerrilleros deHizbulá en el Líbanoeste pasado verano. Elfotógrafo modificó unaimagen de un bombar-deo al intensificar pos-

teriormente el dramatismo delmomento añadiendo una masamás densa de humo. Esto esuna muestra más de cómo el au-mento de recursos tecnológicosen la producción puede ayudara distorsionar la imagen origi-nal.Y para finalizar, otro debate acomentar es la responsabilidadúltima de la publicación de la fo-tografía al aparecer la figura deleditor gráfico. Inmersos en la es-pecialización en todos los cam-pos de la sociedad, el fotoperio-dista es un eslabón más de la ca-dena de la información, perdien-do parte de sus funciones, lascuales pasan a recaer en otra per-sona que selecciona y edita la ma-teria prima del fotógrafo.

*Comisario de la exposición

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Imágenes de losdiversos fotógrafos deLevante-EMV presentesen la exposición.

1.- José Aleixandre2.- Miguel Ángel

Montesinos3.- Robert Muñoz4.- Manuel Molines5.- Ximo Ferri6.- Alberto Saiz7.- Antonio Pradas8.- Daniel Tortajada9.- Ferran Montenegro

10.- José Ferrer11.- Alex Ruiz12.- Daniel García Sala

Levante-EMV ■ PAMPLONA

OTRA vez un certamen in-ternacional de diseñoperiodístico ha recono-cido el singular esfuer-

zo que este diario viene realizandoen sus suplementos especiales. Im-presos a todo color y trufados de in-fografías y diseños espectaculares,están considerados desde hacetiempo como un ejemplo a seguir enla prensa regional española, comodemuestra la veintena de premiosmundiales, europeos y nacionalesacumulados en solo cuatro años.

En esta ocasión este reconoci-miento ha sido el más generoso porparte de los premios ÑH03 de dise-ño periodístico de España y Portu-gal. Los trabajos elaborados el pa-sado año por el periodista visual Ja-vier Pérez han conseguido tres men-ciones en una disputada competi-ción en la que han participado másde 2.600 páginas enviadas por 52medios de los dos países En totalse han concedido 17 medallas deoro, 31 de plata y 113 menciones en

las categorías de medios impresos,es decir, solo se han premiado al6,2% de las páginas presentadas.

El jurado, reunido en la sede dela Universidad de Navarra (Pam-plona) los días 28 al 30 de septiem-bre pasados, ha designado a Abc(diarios de más de 50.000 ejempla-res), Diario de Sevilla (entre 20.000a 50.000 ejemplares), El Economis-ta ( menos de 20.000 ejemplares) yelpais.es (medios on line de más de10 millones de visitas) como los dia-rios mejor diseñados de 2006 en susrespectivas categorías.

Los galardones serán entregadosen la clausura del tercer congresoLo Mejor del Diseño PeriodísticoEspaña & Portugal 2006, que se ce-lebrará el próximo 8, 9 y 10 de no-viembre en Burgos, y que anual-mente es una cita imprescindiblepara los profesionales del periodis-mo visual Allí se presentará ÑH03,una cuidada publicación que reco-gerá los trabajos premiados.Toda lainformación respecto a los premiosy el congreso están disponibles enla página web www.snd-e.org.

Los suplementos especiales de Levante-EMV,diseñados este año por Javier Pérez Belmonte,han sido situados otra vez entre los mejores dela prensa regional española y portuguesa, alrecibir tres menciones en el certamen ibérico dediseño periodístico ÑH03, que organizaanualmente el capítulo español de la Society ForNews Design (SND-E).

III CERTAMEN ÑH A LO MEJOR DEL DISEÑO PERIODÍSTICO DE ESPAÑA Y PORTUGAL

La SND-E premia de nuevo lossuplementos de Levante-EMV

Medalla de plata porel rediseño deSuperdeporte■ El diseño periodístico valen-ciano ha mostrado un esperan-zador estado de forma en lospremios ÑH de este año. Ade-más de las tres menciones deLevante-EMV, Superdeporte hasido reconocido por su redise-ño. Pese a tratarse de pequeñodiario regional que compite enel mercado de prensa deportivamás importante del mundo, eljurado ha valorado el granavance en organización, tipo-grafía y gestión de color queprodujo el estreno de la nuevamaqueta en octubre de 2005. Al no darse medallas de oro enesta categoría, Súper ha sidoconsiderado de facto el redise-ño más efectivo del año.

SOCIETY FOR NEWS DESIGN

Dos menciones a las «guías visuales» de los suplementos especialesDesde hace varios años, Levante-EMV incluye en sus suplementos espectaculares gráficos a doble página que pretenden explicar de una manera ágil y atractiva nuestras fiestas y tradiciones o cuestiones complejas de laactualidad. El portafolio de gráficos que ha presentado este año Javier Pérez ha merecido un reconocimiento global por parte del jurado de los premios ÑH2006 de la SND-E. Además se concedió una mención particular algráfico de «El oficio de la pólvora» (el último de la serie que mostramos arriba), por la eficaz explicación de la elaboración de una carcasa, realizado gracias a la documentación y fotografías de Moisés Domínguez.

Una mención al Extra del Mundial 2006Esta espectacular portada convenció al jurado para premiar el conjunto del Extra delMundial publicado en junio de este año. No es la primera vez que los suplementosdeportivos de Levante-EMV alcanzan un reconocimiento internacional. El Extra Liga esya un clásico de los premios mundiales de la SND o los European Newspaper Awards.

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Fotoperiodismoen la era digital

El fotógrafo deprensa actual nosólo debe tenerolfatoperiodístico,sino que debedominar losprogramasinformáticos parala edición de laimagen tomada.

Francesc Bayarri ■ VALENCIA

FOTOS: LEVANTE-EMV

VOLÉ a Sarajevo por pri-mera vez en el veranode 2003, ocho añosdespués de pactarse

el alto el fuego en los Balcanes.Aterricé en la capital de ese nue-vo país, Bosnia y Herzegovina,cuando todavía humeaban las ce-nizas del asedio. Muchos edificiosaún presentaban las huellas de laguerra, las pintadas de las paredesaludían a matanzas... Mi primerobjetivo era modesto: esperabaencontrar a alguna persona queme informara sobre la vida de Sta-nic. O sobre la muerte. No confia-ba en mucho más. Después de in-vestigar durante doce meses, sóloconocía que Stanic había resididoen Sarajevo en los años ochenta.

No era mucho, pero ese rastro eramás seguro que la pista australia-na. Si Stanic había vivido allá vein-te años antes, alguien podría saberqué fue de él. Cómo acabó susdías. Esperaba localizar a algúnvecino. Con mucha suerte, a un fa-miliar de segundo grado. O a algúnenemigo.

Enemigos podía tener a miles.Los croatas más extremistas aúnevocan con nostalgia los añoscuarenta del siglo XX, cuandoCroacia fue independiente porprimera vez. Eso sí, aliada de losnazis alemanes y de los fascistasitalianos. Esto también: con cam-pos de concentración donde seexterminaron decenas de milesde seres inocentes. Vjekoslav Lu-buric sabía de campos de con-centración croatas: había sido suresponsable. Pagó por ello con su

vida mucho tiempo después, ymuy lejos de allí. En 1969. En lacalle de Santa Ana de Carcaixent.O quizá no. Quizá el crimen deCarcaixent obedecía a otros mó-viles. Pero ¿a cuáles? La investi-gación periodística estaba com-pletamente abierta.

Encontrar un testigo de los añospasados por Stanic en Sarajevopodía considerarlo una gran noti-cia. Mi idea inicial era confirmar odescartar que Stanic hubiera tra-bajado como espía para Tito. Laweb de la principal organizaciónjudía en Europa señalaba: «Lubu-

ric fue liquidado por un agente

de los servicios secretos de Tito».Tanto laconismo me había puestoen guardia. Sobre otros nazis ‘ca-zados’ durante la guerra fría, lamisma página web ofrecía datosmás concretos. ¿Acaso protegíana Stanic? ¿Y si, después de todo,no eran los hombres de Tito los au-tores del crimen de Carcaixent?

En el verano de 2003 caminabapor Sarajevo reflexionando sobretodas las hipótesis posibles, tra-tando de proyectar sobre ellas misprejuicios. Sólo necesitaba en-contrar a alguien que hubiera co-nocido a Stanic en sus años de re-sidencia en la ciudad. Al menos,ese eventual informador podríadecirme si Stanic era croata, o ser-bio, o judío, o musulmán... Saraje-vo siempre ha sido una ciudadmuy especial. La misma calle pue-de albergar un campanario y la to-rre de una mezquita. Tras unapuerta aparece un matrimonio en-tre personas de confesiones dis-tintas. Detrás de la puerta de allado, se halla un enemigo mortalpor la misma razón: su pertenen-cia a una religión diferente.

El testigo perfecto con el quesoñaba también sabría qué papeljugaba Stanic hace veinte años.Un espía no suele dejarse ver ale-gremente por las calles. Al menosno con su nombre real y haciendogala de su oficio. De otro lado, al-guien que ha ejecutado con éxitouna operación en el exterior qui-zá goce de privilegios. Un delin-cuente común puede acabar susdías en una prisión por haber idoencadenando delitos. ¿De quienhablábamos por tanto? El final deStanic podía sugerir muchas co-sas.

En fin, mi testigo imaginario sehabía convertido en una obsesión,la pieza que me permitiría avanzaren la dirección correcta para con-seguir mi objetivo mayor: una in-vestigación periodística que per-mitiera cerrar el caso. Clausurar-lo, eso sí, desde el punto de vistade la información. Judicialmenteel asunto ya estaba prescrito des-de el año 1996.

A cada paso por la ciudad mistemores sobre la suerte de Staniccrecían. A la derecha quedaba unedificio abandonado tras un bom-bardeo. A la izquierda se veíanunos almacenes agujereados pormil impactos de bala. Quizá Stanichabía sobrevivido a la desapari-ción del país soñado por el maris-

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Las calles ametralladas de Sarajevo han sabido guardar durante décadas un secreto desabor valenciano. Un sabor amargo, como casi todas las historias recientes en esa ciu-dad, escenario del asedio más trágico de la Europa posterior a la Segunda GuerraMundial. Durante más de treinta años, los barrios bombardeados de Sarajevo han protegi-do a Ilija Stanic, el único procesado por el ase-sinato del general Luburic en el Carcaixentremoto del año 1969. Ni la desintegración dela Yugoslavia comunista de Tito ni las guerrasbalcánicas de los años noventa consiguieronromper el enigma. Un misterio incluso para laInterpol, que creyó haber localizado a Stanicen Australia en 1975. Una pista falsa que per-mitió prolongar el secreto durante tres déca-das. Hasta ahora.

«Mi primer objetivo era modesto:esperaba encontrar a algunapersona que me informara sobre lavida de Stanic. O sobre la muerte»

Ilija Stanic pasea enSarajevo junto al río.Imagen facilitada porMalvarrosa Media.

Relato en primera persona del reciente encuentro entre Ilija Stanic (procesado por elasesinato del general Luburic en Carcaixent en 1969) y el periodista Francesc Bayarri,

quien realizaba una investigación para un documental televisivo. La Interpol nunca consiguió localizar a Stanic. Conel material de esta investigación periodística, Bayarri ha escrito un libro titulado Cita a Sarajevo.

INVESTIGACIÓN

«Ilija Stanic soy yo»

Ilija Stanic en la época enque era un agente delespionaje yugoslavo.

N O lo pueden negar.Vienen de donde vie-nen y les cuesta des-

prenderse de una herencia quelos identifica. La democraciallegó a este país en contra suyay de quienes les enseñaron achupar la mala leche de unadictadura que les encantaba. Noson sus padres ni sus abuelos.Son más jóvenes, como diría elDúo Dinámico en una canciónde los tiempos de entonces.Pero siguen anclados en esaideología perversa del rechazoa los otros, a lo que piensan losotros, a lo que los otros puedenaportar en la reflexión intelec-tual y política allá donde unos yotros tengan la oportunidad deencontrarse. Una de esas opor-tunidades fue la del pasadomiércoles, con motivo de lacelebración de la moción decensura presentada por lossocialistas para debatir la ges-tión del gobierno de Francisco

Camps y dar a conocer, depaso, su modelo alternativopara encarar el presente y elfuturo de nuestra tierra. Y ahíme tropiezo con lo que decíaantes: a los del PP les importaun pito la democracia. Saben demayorías absolutas, de despre-ciar las opiniones de los demásgrupos, de reírse cuando desdela otra orilla demandamos quese comporten como demócratasy se desvistan de una puñeteravez sus ropajes autoritarios. Lesresulta imposible. Del todoimposible. Lo mamaron de muychiquillos para que les cambiela piel. Porque lo suyo es cues-tión de piel. Nacieron en el bie-nestar familiar del franquismo ylo único que han hecho esapuntarse obligadamente a lademocracia. Pero no se lacreen, claro que no se la creen.Lo decía Jesús Civera en estaspáginas el otro día y muchos lorecordamos al instante: cuandoJosep Piqué presentó sumoción de censura en elParlamento catalán, allí estuvo

Maragall defendiendo a sugobierno, debatiendo de ideas ypolítica, respetando las reglasdel juego democrático. Sinembargo, el pasado miércoles,el presidente Camps se acercóun ratito a las CortesValencianas, habló cuatro tonte-rías y se largó como si la fiestano fuera con él ni con sus res-ponsabilidades de gobierno.Luego, y para más pitorreo,convocó una rueda de prensa yabrió la boca por primera vezdesde que el metro de Valencia,ese que él y los suyos gestionancon una desvergüenza que ate-rra, se llevó por delante la vidade cuarenta y tres personas yconvocó en el dolor insoporta-ble a sus familiares y amigosmás cercanos. Así están lascosas con esta gente. Se presen-tan a las elecciones porque notienen más remedio. Pero loque de verdad les mola es laautoridad sin competencia. Esosí que les mola. Compartir refle-xiones, aceptar críticas, ponerseen el centro del debate: nada deeso les interesa. Y es que vienende donde vienen. No lo puedenevitar. No quieren evitarlo. Sonasí. La democracia no les gusta.Sólo la aprovechan para seguirinoculando en la sociedad lasideas conservadoras, a muchosratos verdaderamente ultras, quehan mamado de sus antecesores.No descubro nada nuevo: losfranquistas de siempre están enel PP. Todos sabemos que laextrema derecha es débil enEspaña porque vive cobijada, ybien cobijada, en el paraguascomplaciente de un partido quedisfruta crispando la vida y lapolítica de nuestro país, un paísque a trancas y barrancas quiereencontrar su sitio en este mundode hoy, tan contradictorio y tancomplejo. La moción de censuradebatida el pasado miércoles enlas Cortes Valencianas eviden-ció, una vez más, que en estademocracia, tan poquita cosaella, cabemos todos. Hasta quie-nes se burlan de ella y la despre-cian con ganas. Hasta esoscaben. Hasta esos.

DESDE LA FRONTERA

AlfonsCervera

Francisco Camps, durante el debate de la moción de censura.

cal Tito, la tierra que había reuni-do a todos los eslavos del sur: Yu-goslavia. Pero el sitio de tres añosde Sarajevo, con bombas sobrelos mercados, y francotiradoresen cada colina, se había converti-do en una trampa mortal. Todaslas confesiones religiosas habíansufrido bajas. En La Haya se juz-gaba a los responsables por ge-nocidio. La policía buscaba aho-ra responsables de crímenes másrecientes que el de Luburic.

La guerra civil de la ex Yugos-lavia había desatado todos los de-monios balcánicos, y muchos ha-bían aprovechado la anarquíapara saldar viejas cuentas. Y Sta-nic tenía una cuenta muy elevadaen su contra. Todo conducía al pe-simismo sobre sus posibilidadesde continuar con vida.

En el segundo día de trabajo enSarajevo las cosas comenzaron aacelerarse. Una serie de golpes desuerte se fueron encadenando enpocas horas. La velocidad de losacontecimientos llevaba al vérti-go: pronto pude confirmar queStanic estaba con vida. Menoscomplicado aún fue descubrirdónde trabajaba. Aunque quizá enesos días de agosto disfrutara devacaciones. Y así, paso a paso, enpocas horas me encontré en me-dio de un bar corriente de un ba-rrio más de la ciudad. La hora dela comida. Platos humeantes deun lado para otro.

Pregunté a la camarera si co-nocía a alguien con el nombre de

Ilija Stanic. Levantó los hombrosy se desentendió de mí. Unos ins-tantes después la mujer lo debióde pensar mejor. «Arriba, en la

terraza, hay un cliente que se lla-

ma Ilija», explicó sin más.La terraza era un patio vulgar

encerrado entre edificios. Cincomesas ocupadas por clientes,bajo la sombra de un mediodíaagradable de agosto. Lancé al airemi pregunta y un hombre respon-dió desde la mesa más alejada.Quería averiguar quién le busca-ba. Lo supo de inmediato: un pe-riodista de Valencia. El hombreestaba acompañado por dos ami-gos de gran envergadura. Se pusoen pie y respondió solemne: «Ili-ja Stanic soy yo».

Claro que podría ser un Ilija Sta-nic cualquiera de Sarajevo. Aun-que en las guías de teléfono de

toda Bosnia no figuraba nadiecon esa identidad. Definitiva-mente, ese apellido no es muy po-pular en los Balcanes. Además, laedad coincidía con la del perso-naje que había ido a buscar. Yopermanecía de pie, dudando. Élpensó con rapidez. Con una frasedeshizo cualquier duda: «Calle deSanta Ana». Lo dijo en castellano.Ya no había duda. Nadie más entodo Sarajevo podría improvisaralgo así. Él estaba demostrandoque era un hombre inteligente. Yyo tenía mi noticia. El resto sóloes literatura.

■ Mañana lunes, Levante-EMV pu-blicará importantes revelacionesde Ilija Stanic, hasta ahora inédi-tas, en relación con el asesinatodel general Luburic.

«Pregunté a lacamarera siconocía a alguiencon el nombre deIlija Stanic. Luegolancé al aire mipregunta. Unhombre se pusoen pie y respondiósolemne: “IlijaStanic soy yo”».

Moción

Imagen del entierro en Carcaixent delgeneral Luburic (en la foto inferior).

Recorte del reportaje de Diego Carcedo en las páginas del diario Levante del 25 de abril de 1969.

Imagen del entierro en Carcaixent delgeneral Luburic (en la foto inferior).

M. Gradolí ■ CATARROJA

FOTOS: LEVANTE-EMV

EL cronista de Catarroja,Pelegrí Llorens, en su li-bro La Villa de Catarro-ja (1957) comentaba:

«Maravillosas escenas de la pesca

en el gran Lago…! Y cómo bregan

nuestros pescadores en contacto di-

recto con los elementos…! Aún con

tiempo bueno, cuántos días malos

en el oficio de pescador…!»

La pesca en la Albufera es una delas actividades económicas más an-tiguas del lago y de Catarroja, de he-cho, tal y como explica SalvadorRaga «Llapissera» en su libro «Ca-tarroja: marjal y Albufera»: «La Co-

munidad de Pescadores es la ins-

titución más antigua del pueblo.

Se cree que nació por un decreto del

Rey Jaime I que dice que cual-

quiera vecino y habitante de la ciu-

dad y Reino de Valencia tiene de-

recho a pescar en la Albufera» yañade: «Una orden del Batle Gene-

ral de Valencia del 31 de octubre del

1671 estableció que todos podían

pescar en la Albufera excepto el día

de San Martí y de Santa Catalina

por las tiradas de caza». En aqueltiempo había 151 pescadores quepertenecían a la Comunidad, con sucorrespondiente licencia, explicaSalvador Raga.

Pero ya a la primera mitad del si-glo XX más de 300 pescadores sa-lían todos los días al lago a por eljornal, y entre ellos Francisco Gui-llermo «Rabossa», pescador des-de que estaba en el vientre de sumadre, como él dice. «Ahora nada

más voy a pescar los sábados con

mi hijo, pero durante años he ido

todos los días», explica Rabossa.En la Albufera se salía de noche

o a primera hora de la mañana enbarca de vela, y cuando soplaba lle-beig «era cuando comenzaban las

carreras por regresar la primero

en casa, las primeras regatas» co-menta Faustino Martí «Sulema».Faustino vivía de pequeño junto alpuerto y se acuerda perfectamen-te de cuando los pescadores llega-ban corriendo al puerto para llevarel pescado a vender, «de hechomuchas veces mi madre pedía a losprimeros que le vendiesen pesca-do, pero ni se paraban… las muje-res estaban en casa, esperando».Casi todas al barrio de Las Barra-cas, el barrio pescador.

Y una de las mujeres que espe-raba era Reme Morea «la Peixcao-ra», mujer de Juanet en El Rabal,que al grito de «peixet vivet» o«prieu peix» (trieu peix) recorríalas calles de Catarroja, Albal, Mas-sanassa y pueblos de alrededorvendiendo el pescado.

Las mujeres abastecían los mer-cados de los pueblos próximosporque ir a la capital suponía pa-gar el tributo de entrada en Valen-cia. Como explica «Llapissera»muchas mujeres escondían losproductos bajo las faldas y cuan-do eran reclamadas por los guar-dias se amparaban en el decoro:«Xé, no voldràs que m’alce la fal-

da, descarat». Y así, llegaba mu-chas veces el pescado a Valencia.

Y la pesca era importante parala economía de Catarroja, tambiénen consonancia a los tiempos. Le-onor Guillem «Galet» recuerdacomo le contaban que en el Corra-lot, donde estaba la jardincito dela estación de Renfe, al lado de lacalle del puerto, las mujeres espe-raban la llegada de los pescadorespara poner los peces en cajas, me-terlos en hielo y serrín, y enviarlosen el tren a Madrid: tencas, lisas…Se mandaban a toda la geografíacreando otra industria en Catarro-ja: el hielo.

Última En domingo 8 de octubre de 2006

La pesca de la laguna

ETNOLOGÍA DURANTE SIGLOS TODA LA ECONOMÍA DE CATARROJA GIRABA ALREDEDOR DE LA ALBUFERA

Durante siglos la economía de Catarrojaha girado alrededor de la pesca en La Albufera. Fabricación de hielo,transporte y otros negocios nacieroncomo complemento a una actividad que, a principios del pasado siglo XX, llegó aocupar a más de 300 personas en elmunicipio. Ahora apenas quedan algunasfamilias que, ocho generaciones después,siguen vinculadas a la pesca.

Un grupo de pescadores de Catarroja, en una barca del lago de la Albufera.

H UBO otra industria en la la-guna, la de los cargado-

res, los encargados de com-prar la mercancía a los pesca-dores para enviarla a los mer-cados. Leonor, recuerda quesu madre le contaba como laabuela recordaba que las fa-milias de anguileros se junta-ron para comprar las anguilasa los pescadores y exportarlasincluso a Italia.El «rabatjol», el transporte dela Albufera, nació, según expli-ca Leonor, por encargo de los

anguileros para recoger lasanguilas que se cogían en losmotores, creando el pescadorMiquel Ramón, la red comuni-cativa entre las localidades ri-bereñas. También los labrado-res, cuando iban a los camposa segar o plantar se quedabandías al marjal, y era el rabatjolel que llevaba los encargos decasa y transportaba productosy personas entre los pueblosde la Albufera como retrataBlasco Ibáñez en La Barraca.Y al contrario que en el Pal-

mar, Catarroja cambió su acti-vidad económica a mitad delsiglo pasado. Los hijos de lospescadores no han continua-do, aunque hay excepciones:los hijos de Leonor serán laoctava generación de anguile-ros vendiendo anguila en elMercado Central de Valencia ytambién en la tienda en Cata-rroja, en la calle del Puerto,anguilas de buena calidad depiscifactoría para hacer el pla-to típico de Catarroja: el allipe-bre. ■ M. GRADOLÍ

El «rabatjol» nació por encargo de los anguileros

Muchas mujeresescondían elpescadobajo las faldascuando iban a Valencia.

Una imagen de «Rabossa»pescando en la Albufera,mediados los años cincuenta.

Puesto de anguilas de los pescadores de Catarroja en el Mercado Central.