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    EMPRESAS Y EMPRENDEDORES CULTURALES

    Javier Brun - Espaa

    Algunas reflexiones sobre la necesidad del arte en nuestra sociedad, el papel del

    artista, mitos y lugares comunes existentes.

    Se atribuye, entre otros a Jean Cocteau la conocida frase El arte es indispensable,

    aunque no sabemos exactamente para qu y que ilustra de forma clara el papel

    relevante, pero difuso que ha jugado la cultura y el arte en las diferentes sociedades.

    Sabemos que en unos momentos fue concebido como un signo de distincin, en otros,

    como un acercamiento a Dios. En el siglo XVIII se aliment la creencia de que las obrasde arte tienen la capacidad de mejorar a quines las reciben emocional y

    espiritualmente. Como indica John Carey 1, Hegel ya abogaba porque el arte puede

    mitigar el salvajismo de los meros deseos al encadenar y educar los impulsos y

    pasiones y de esas creencias provienen algunas de las supuestas certezas que hemos

    ido manejando, al menos en nuestras tradiciones polticas, desde que surge todo el

    movimiento de la animacin sociocultural en la Francia de los aos 60, o a partir de

    todo el desarrollo del Community Art anglosajn. Es decir, el Arte, la Cultura son

    buenos, hacen mejor a la gente y el resultado de la Democratizacin Cultural no puede

    ser otro que una mayor cohesin social y la liberacin de la persona. y lo cierto esque en muchos lugares los poderes pblicos no se han salido todava de ese estricto

    guin.

    Otra discusin sera qu cultura es la que hay que democratizar? Sin duda habra un

    amplio apoyo a que la Alta Cultura debe ser la que se fomente entre la poblacin, sin

    reflexionar sobre el trasfondo de utilizacin de la Cultura para perpetuar modelos

    jerrquicos de comportamiento y de supuesto buen gusto. Otras respuestas abogaran

    por las Culturas Populares y final y rpidamente, sin entender la trampa ni quin la ha

    introducido, nos encontraramos diseminando la Cultura Pop a travs de grandesinyecciones de dinero pblico en direccin a los holdings mediticos.

    Llegados a este punto nos podramos hacer la pregunta de qu pensara Hegel acerca

    del Arte como herramienta para mitigar el salvajismo, si acudiera a un concierto de So

    Solid Crew con muertes incluidas en Birmingham, o de otra fiesta cualquiera de UK

    1

    Carey, John, PARA QU SIRVE EL ARTE? Editorial Debate, Random House Mondadori.Barcelona 2007 ISBN 978-84-8306-691-1

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    Garage, o si volviera a contemplar las palizas entre pandilleros Mods y Rockers en

    Brighton que tan bien reflejara el film de Franc Roddam, Quadrophenia.

    Y, dicho sea de paso, nos hallamos ante uno de los elementos predominantes del uso

    de la cultura en la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos de ste. La cultura, el

    Arte es, ante todo, consumo. Muchas de las cifras, datos, porcentajes que

    posteriormente se servirn en esta sala son fruto de esa concepcin que ha terminado

    por casi monopolizar el discurso mayoritario, y muchas de ellas provienen de

    entidades como SGAE u otras sociedades de gestin de Derechos de Autor. Para ellas,

    la cultura, ante todo es difusin (radio, televisin, cine, en algn caso, edicin en

    papel) o ejecucin en vivo: conciertos, obras de teatro, Nuestra Sociedad del

    Espectculo, como dira Guy Dbord, ha elevado estos elementos sobre los dems y ha

    minimizado otros aspectos igualmente relevantes del Arte, convirtiendo ciudadanos en

    consumidores o en espectadores.

    Pero no olvidemos otros elementos, que sin el compromiso social o el negocio de la

    distribucin de bienes, juegan un papel del todo relevante.

    Soy un asiduo y entusiasta visitante de Medelln, uno de los lugares del mundo en los

    que he estado en ms ocasiones. La primera vez que vine a esta Ciudad era el 1 de

    Enero de 1993. Las crnicas de Radio Caracol hablaban de casi un centenar de muertos

    el da anterior, fundamentalmente debidos a la celebracin del fin de ao. En la

    televisin de mi pas se hablaba sin cesar de la lucha entre crteles y de un tal Pablo

    Escobar, enemigo pblico para unos y hroe para otros. En la terminal de autobusesdejamos el que nos traa de Riosucio y, como an nos quedaban una horas para

    nuestra cita en otro ro, ste negro, le pedimos al taxista que nos diera antes un paseo

    por la ciudad, por sitios seguros y sin bajar del vehculo, tal era el miedo que nos

    invada en aquel momento. En la segunda ocasin, en 2003, con algo ms de confianza,

    alentado por las buenas noticias, aunque con la recomendacin de prudencia por parte

    de toda mi familia, ya me aventur a visitar algunos otros lugares de la mano de

    algunos amigos que andan por aqu. Qu casualidad que, como tantos otros gringos o

    chapetones me llevaron encantado a ver el lugar de la virgen de los sicarios (visita que,

    con halo de hroe contara en mi segura Espaa a los amigos). Tambin tuve ocasinde conocer la creatividad de gestores locales que, jugando como slo sabe hacer la

    gente de la Cultura, convirtieron en Centro Cultural el lugar ms caracterstico de una

    ciudad que era la capital de la muerte, es decir, el Cementerio. Mucho podramos

    decir sobre las posibilidades que tiene Medelln de convertir, a travs del Arte y la

    Cultura, su trgico pasado en producto turstico y una boyante industria, pero lo que es

    ms relevante es que, precisamente por partir de un punto tan oscuro y por el

    protagonismo que est teniendo la Cultura en todo este proceso, esta ciudad se ha

    convertido en uno de los laboratorios ms relevantes a nivel mundial del binomio

    cultura y paz.

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    Se dira que estamos hablando de otros temas, no de economa, ni de empresa, ni de

    empleo, pero lo ms pertinente es negar la mayor. Pregntenle ustedes a cualquier

    industrial, empresario con intereses en la regin la importancia para su negocio que

    tiene la paz, la cohesin social. Sn ninguna duda ser consciente de su valor

    econmico, aunque seguramente no lo sabr medir. Por el contrario, el economistafrancs, Patrick Viveret, en su trabajo Reconsidrer la richesse2nos hace ver el valor de

    elementos como la cultura, la cohesin y paz sociales, la poltica medioambiental, la

    seguridad, a partir del coste econmico que tendra el hecho que stos no estuvieran

    presentes cunto cuesta pacificar una revuelta, limpiar un entorno tras una

    catstrofe ecolgica?, cunto se gastan los comercios en seguridad privada?- y, a

    partir de absurdos como los elevados incrementos del producto bruto que producen

    catstrofes, conflictos, etc., aboga por nuevos mtodos de valorar la riqueza, ms

    consistentes con el inters pblico.

    Sera bueno, finalmente, y sin la voluntad de ser exhaustivos, no olvidar la importancia

    que tiene el aporte de la cultura y el arte, como generadores de valor aadido a los

    diferentes productos. Pensemos, por un momento en el diseo como principal

    elemento motivador para la adquisicin de cualquier producto, necesario o superfluo,

    desde el automvil, la ropa de vestir, el IPod, el mobiliario. Algn da algn aliado del

    sector cultural deber calcular en moneda corriente, el valor que tiene la aportacin

    creativa del artista plstico, textil, grfico, o del creativo que ha diseado la campaa

    de promocin y ha hecho de un lujo una necesidad al alcance de supuestamente pocos

    elegidos.

    Hoy en da, el soporte, el material no es el elemento primordial en multitud de

    productos. El hecho diferencial, en un momento que la tecnologa iguala las

    prestaciones, est en la forma o en el imaginario asociado al producto, y en todo ello la

    cultura y el arte juega un papel principal.

    La importancia de introducir la formacin de emprendedores y gestores

    culturales en los planes de estudio de enseanzas artsticas.

    Frecuentemente, ustedes como pedagogos y formadores en Arte, se habrn hecho una

    misma pregunta. para qu formamos a nuestros alumnos? Y es que, en muchos casos

    2VIVERET, Patrick. RECONSIDERER LA RICHESSE: Rapport dtape de la mission Nouveauxfacteurs de richesse . [Paris] : Secrtariat dEtat lconomie Solidaire, 2002. - 135 p

    www.place-publique.fr/esp/richesse/rapport.pdf

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    parecera que los preparamos para que sean protegidos en el futuro de un nuevo

    Medicis, un Mecenas de las Artes, en forma unipersonal o de Institucin Pblica.

    La formacin en las escuelas de arte suele estar llena de elementos y tcnicas

    expresivas de diferente ndole cosa que es, parodiando la matemtica, necesaria, pero

    no suficiente. Hay que tener en cuenta que, si no queremos formar ante todo artistas

    de saln, o amateurs que dedican su tiempo libre a una actividad creativa algo muy

    sano y respetable, pero cuyo cometido debera estar en otras manos- tendramos que

    incidir en los planes de estudios en su formacin en referencia al empleo artstico y

    cultural.

    Para ello deberamos distinguir algunos conceptos y darnos cuenta de algunas

    realidades. En primer lugar, pensar dnde se producen los empleos culturales, cosa

    que veremos ms adelante. En segundo lugar, distinguir entre Empleo Cultural y

    Empresa Cultural. Frecuentemente hablamos de Industrias Culturales y, con ello se nosacab la reflexin y el discurso.

    Una de las consideraciones que debemos hacer es que no toda la gente de la cultura y

    el arte ejercen como tal en empresas tpicamente culturales. Del mismo modo,

    tenemos que darnos cuenta de que en una empresa claramente cultural, solamente

    una parte de sus trabajadores desarrollan funciones que requieren una destreza

    artstica o un know howvinculado con la Gestin de la Cultura. Por ejemplo, una sala

    de exhibicin cinematogrfica es una pequea empresa de carcter cultural, o que

    podemos incluir en el sector cultural. Naturalmente, no se podra pensar en laexistencia de esa empresa si no existiera un potencial creativo que ha hecho posible la

    pelcula que se va a proyectar. Sin embargo, quien trabaja de taquillero, o de

    recepcionista o acomodador poco tienen que ver en su oficio con la preparacin que

    se da en la formacin artstica o a los gestores culturales. Posiblemente, solamente

    quien haga la programacin va a ser una persona que provenga necesariamente de ese

    grupo. Por el contrario, una agencia de comunicacin, o de publicidad puede estar ms

    o menos cercana en sus trabajos al mundo de la Cultura, pero sin duda, para ser

    competitiva necesitar del concurso de distintos creadores en campos como las artes

    visuales, el diseo grfico, la msica, la literatura, etc

    Sin embargo, esta diferenciacin no disminuye ni desmiente el valor econmico

    derivado de la creatividad artstica, sin el cual no se concebira ni un proyecto ni el

    otro. Digamos que el impacto econmico de la creacin es parte de una reflexin

    distinta, sobre la que existen numerosos y slidos estudios.

    As pues, lo que nos interesa es preparar a nuestros alumnos a entrar de manera

    efectiva en su profesionalizacin y en el mercado laboral. Para ello tenemos que tener

    en cuenta algunas caractersticas y salvar algunas inercias. La primera de ellas es

    comenzar a cambiar la desconfianza que siente el mundo de la Cultura, especialmente

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    sus segmentos creativos hacia el mundo de la Empresa. Hace poco, en esta misma

    ciudad recordaba la frase del subcomandante Marcos que calificaba de oxmoron el

    binomio intelectual de derechas. Concretamente un artculo suyo, de Abril del ao

    2000 se titulaba: Oxmoron! (La derecha intelectual y el fascismo liberal).

    Simtricamente, podramos calificar entonces, Intelectual de Izquierdas, como unpleonasmo. Aunque no me atrevera a afirmar en un 100 % esto ltimo, s que nos da

    una idea sobre cul ha sido y es la sensibilidad dominante en el mundo de la Cultura y,

    por ello, cul ha sido la percepcin que este mundo -y nuestros cachorros de creadores

    entre ellos- tienen del mundo Empresarial y de la figura del empresario en particular.

    Algunas imgenes que acompaan esta presentacin se acercaran a ello, es decir, al

    especulador, al aliado del poder, sin sensibilidad social, que paga sueldos mseros a sus

    trabajadores, que conspira con la represin para no perder su estatus, etctera. Desde

    luego, si queremos que nuestros alumnos tengan un acercamiento a esta figura

    tenemos muy pocas posibilidades de xito.

    Los datos vienen en nuestra ayuda a desmentir esa supuesta realidad, o al menos, a

    matizarla. En primer lugar, estara el tema de la dimensin de las empresas, muy lejos

    de esas imgenes antiguas de la Oliver Twist o la primera Revolucin Industrial. En

    Europa, A finales del 2003 existan en la UE ms de 20 millones de empresas, de las

    cuales, un 92,5% cuenta con menos de 9 asalariados; un 6,1%, entre 10 y 49; el 1,2%

    entre 50 y249 empleados y slo el 0,2% se consideran grandes empresas con ms de

    250 empleados. Ello significa que el 98,6% del tejido empresarial europeo est

    configurado por pequeas empresas. Concretamente, en Espaa, el 41 % de lostrabajadores est contratado en empresas que tienen entre 0 y 9 empleados.

    Frecuentemente se incluye como empresas a lo que en mi pas llamamos Autnomos,

    es decir al autoempleo, con unas condiciones frecuentemente ms precarias que los

    trabajadores por cuenta ajena.

    Todo esto adquiere una dimensin an ms clara y atomizada cuando nos referimos al

    mundo de la cultura. Como indica el reciente estudio The economy of culture in

    Europe, la inmensa mayora del Sector Cultural Europeo est constituido por pequeas

    y medias empresas. Estas compaas son extraordinariamente creativas y capaces de

    montar proyectos artsticos innovadores, a menudo con presupuestos ridculos.

    Representan el grueso del empleo y son los principales recursos para desarrollar nuevos

    talentos. Sus inversiones econmicas se dirigen esencialmente a la produccin, con

    menores posibilidades econmicas para el mercadeo y la distribucin. La inmensa

    mayora de compaas relacionadas con la msica y el cine en Europa son

    micronegocios y pymes.3

    3

    The Economy of Culture in Europe - Comisin Europea - KEA European Affairs, Media Group (TurkuSchool of Economics), MKW Wirtschaftsforschung GmbH [Documento en lnea]http://ec.europa.eu/culture/eac/sources_info/studies/economy_en.html (traduccin propia)

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    Por ello y por muchos otros temas que sera excesivamente largo enumerarlos aqu es

    por lo que la sociedad contempornea ha emprendido un largo camino, que nos lleva

    desde el antiguo concepto de Empresario al ms actual de Emprendedor y es por ello,

    por lo que tambin el Sector Cultural ha pasado del rechazo al Empresario, al

    Emprendedor como una figura percibida como positiva, con unas cualidades que hansido enumeradas como quienes,

    Buscar Constantes oportunidades

    Son Creativos e innovadores

    Valoran la eficiencia y la calidad

    Confan en s mismos y les motivan los propios logros

    Son organizados y planificadores

    Son capaces de encontrar apoyos entre quienes los rodean

    Son valientes pero calculan los riesgos

    son persistentes y resistentes al fracaso

    Se informan y acuden a expertos

    Afrontan los retos de manera positiva pero realista.

    como vemos, poco que ver con las imgenes anteriores, y algo ms cercano y

    aproximado a la sensibilidad de los creadores y a la realidad del mundo de la economa

    creativa de la actualidad. Es decir, un concepto que nos puede ser ms til en su

    transmisin a unos alumnos que van a encontrar en el do it yourself la mejor de lasopciones de acceso a la profesionalidad.

    De dnde surge el discurso actual sobre las empresas culturales?

    La tradicin en gestin cultural situaba el eje de el arte por el arte como

    prcticamente el nico enfoque que prevaleci en los primeros aos de esta profesin

    y de las incipientes polticas culturales. Solamente un crecimiento de la preocupacin

    por las desigualdades sociales derivado de los revolucionarios aos 60 propicio un

    mayor avance de las polticas de democratizacin cultural en la decada de los 70.

    No obstante, tuvo que ser durante los aos 80, en los que una clara involucin de las

    polticas sociales derivadas de el auge del conservadurismo (Thatcher, Reagan,...)

    pusiera en tela de juicio no solamente la expansin del sector cultural, sino su

    mantenimiento hasta las cotas alcanzadas hasta la poca.

    Fue entonces cuando por una necesidad de supervivencia, la cultura tuvo que buscar

    un acercamiento hacia el mundo de la economa. De esa poca provienen los discursos

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    que hacen nfasis en la cultura como un factor de desarrollo y que luego se han

    generalizado a un nivel planetario. Lgicamente, la recesin econmica que sigui a la

    crisis del petrleo (subida de precios por parte de la OPEP en 1974) hizo, con todo lo

    anterior, que la cultura se preocupara por subrayar sus posibilidades como generadora

    de empleo, como una realidad tangible, pero tambin como una manera de justificar,ante los ojos del poder econmico y poltico fuertemente aliados, su importancia social

    y la oportunidad de dotarla de recursos, o cuanto menos- dejarle seguir viviendo.

    Desde entonces, con mayor o menor nfasis es uno de los principios rectores de toda

    poltica cultural y o econmica avanzadas, conjuntamente con las nuevas

    preocupaciones (regeneracin urbana, cohesin social, diversidad cultural, sociedad de

    la informacin ) que cada poca va dejando como impronta.

    En 1993, por encargo del entonces Presidente de la Unin Europea, Jacques Delors, se

    realiza el estudio que da lugar a la publicacin del Libro Blanco sobre el Crecimiento, laCompetitividad y el Empleo. Una de las ms interesantes aportaciones del mismo es la

    identificacin de Los nuevos yacimientos de empleo, concepto que intenta recoger

    dos retos de las sociedades europeas contemporneas, es decir, el desempleo y las

    nuevas necesidades derivadas del cambio de hbitos de vida de las mismas. As pues,

    los Nuevos Yacimientos de Empleo intentan dar respuestas a ambos sealando nuevas

    profesiones.

    Segn se identificaron, algunos de los principales cambios sociales producidos en la

    Unin Europea y que afectan al empleo seran:

    Las nuevas reas de actividad que se derivan de la extensin de la Sociedad dela Informacin

    La irrupcin masiva de la mujer al mercado de trabajo con los consiguientescambios de hbitos familiares y creacin de nuevas necesidades (cuidado de los

    hijos y de los mayores)

    El alargamiento de la esperanza de vida y de la cada de natalidad, lo que

    produce una inversin de las pirmides de poblacin, ms o menos marcadaen algunos pases.

    Los cambios sociales que afectan al consumo, desde un modelo precedente deposesin de bienes, a un modelo ms contemporneo de acceso a servicios.

    Esto afecta especialmente a los servicios culturales.

    La generalizacin y ampliacin de la Educacin, en cuanto a su duracin (laeducacin a lo largo de la vida, la educacin preescolar, las actividades en

    horario no lectivo,

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    Los Nuevos Yacimientos de Empleo tienen algunas caractersticas comunes que nos

    pueden ayudar a comprender su naturaleza. As, todos ellos intentan cubrir nuevas

    demandas sociales, en principio emergentes, todava sin desarrollar, con unos grados

    de aplicacin desiguales, pero que, a travs de la iniciativa de los poderes pblicos se

    facilita la extensin de esa demanda y, a la vez, se organiza la oferta. Todos ellostienen que ver claramente con una oferta local y de proximidad y, por otro lado,

    requieren de prestaciones de carcter personal, con lo que producen fuertes efectos

    en el terreno del empleo.

    En el mbito ms relacionado con el sector cultural, los yacimientos de empleo que se

    detectaron en dicha obra son los servicios culturales y de ocio, como (numerados entre

    los 17 seleccionados):

    10. El turismo;

    11. El sector audiovisual;

    12. La valorizacin del patrimonio cultural;

    13. El desarrollo cultural local.

    Este reconocimiento por parte de la Comisin Europea permiti una mayor extensin

    de los trabajos en esos mbitos, as como la movilizacin de algunos fondos de

    financiacin por parte de los Estados o la propia Unin.

    Industrias o Empresas? Culturales o Creativas? Sus lmites, de cualquier modo

    La primera de las consideraciones es si realmente existe el llamado Sector Cultural

    como parte de la economa productiva. Durante este apartado obtendremos datos que

    no nos dejarn lugar a dudas. Sin embargo es importante resaltar que, entre los

    implicados en el mismo no hay una clara concepcin de constituir un sector econmico

    y muchos no se reconocen en l. Hay una tarea ingente a desarrollar para articular esta

    parte de la economa y para que en el imaginario de los creadores, de los empresarios

    vinculados, en general, se tome conciencia de la importancia, de la misma manera que

    otros sectores han hecho histricamente. Solamente de este modo obtendremos lamasa crtica necesaria para ser tenidos en la consideracin que merecemos y ejercer

    una mayor presin sobre los poderes pblicos y econmicos que posibiliten un

    desarrollo mayor y armnico de la cultura, aunque sea en esta faceta ms ligada a la

    produccin.

    Llegados a este punto, sera deseable introducir el debate semntico sobre si

    debemos hablar de Empresas o Industrias y si debemos utilizar el calificativo ms

    tradicional de Culturalo el popularizado recientemente de Creativa.

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    Conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares productoras y distribuidoras de

    bienes y servicios con contenidos simblicos, concebidas por un trabajo creativo,

    organizadas por un capital que se valoriza y destinadas finalmente a los mercados de

    consumo con una funcin de reproduccin ideolgica y social4

    Esta primera intenta definir conceptualmente las empresas culturales, mientras quye

    las dos siguientes lo hacen desde una perspectiva de enumeracin que viene en cierto

    modo mediatizada por la tradicin de quien elabora el informe:, ms centrado por

    ejemplo en las disciplinas tradicionales y con alcance social en el caso de la de la

    Comisin Europea, mientras que la de tradicin anglosajona incluye ms elementos

    vinculados al diseo, software,

    Aqullas que incluyen los siguientes sectores clave: publicidad, arquitectura, arte y

    mercados de antigedades, artesanas, diseo, moda, cine, software interactivo para el

    ocio, msica, artes escnicas, edicin, software televisin y radio. 5

    La cultura cubre el patrimonio, la literatura, la prensa, la msica, las artes escnicas,

    las artes visuales, los medios audiovisuales y las actividades socioculturales.6

    Respecto al alcance y delimitacin, y desde un punto de vista prctico, la Sociedad de

    Autores y Editores en Espaa en algunos de sus manuales de referencia, distingue tres

    categoras:

    4 Bustamante y Zallo, 1988 (SGAE -2000)

    5 Brighton and Hove Creative Industries Appendices Report Dic.2000

    6 COMMISSION STAFF WORKING PAPER : CULTURE, THE CULTURAL INDUSTRIES AND

    EMPLOYMENT Comisin Europea, 1998

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    Las actividades te Tipo I, directas, que seran

    Actividades susceptibles de generar derechos de propiedad intelectual

    Actividades productoras de ocio y entretenimiento

    Esta clasificacin, si la cruzamos con los epgrafes reconocidos por el Ministerio deEconoma y Hacienda en Espaa, incluira actividades como (entresacadas, a nivel de

    ejemplo)

    Edicin

    Produccin y servicios relacionados con pelculas cinematogrficas incl. Vdeo

    Espectculos

    Tcnicos en sonido

    Tcnicos en iluminacin

    Personal docente de enseanzas diversas

    Pintores, escultores, ceramistas, artesanos grabadores y artistas similares

    Restauradores de obras de arte

    Actores de cine y teatro

    Operadores de cmara, cine televisin y vdeo

    Otras actividades relacionadas con el cine, el teatro y el circo

    Intrpretes de instrumentos musicales

    Cantantes Otras actividades relacionadas con la msica

    Las de Tipo II, indirectas

    Actividades que tienen que ver con el uso y difusin de las creaciones culturales y de

    ocio, como por ejemplo (siguiendo la misma referencia)

    Artes Gas

    Actividades Anexas a las Artes Grficas Laboratorios fotogrficos y cinematogrficos Comercio al por mayor de aparatos y material radioelctrico y electrnico Comercio al por menor de instrumentos musicales en general y de sus

    accesorios

    Alquiler de bienes de consumo. Pelculas de vdeo Distribucin de pelculas cinematogrficas y vdeo Exhibicin de pelculas cinematogrficas y vdeo Servicio de radiodifusin, televisin y servicio de enlace y transmisin de

    seales de televisin Bibliotecas, archivos, museos, jardines botnicos y zoolgicos

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    Y, finalmente, las de Tipo III, Indirectas

    Las referentes a la fabricacin de elementos indispensables como vehculos de

    transmisin de los bienes culturales y de ocio, a saber, tinados principalmente a

    Construccin de mquinas y equipo mecnica. Para industria, de papel, cartn yartes grficas

    Fabricacin de aparatos y equipos de telecomunicacin Fabricacin de receptores , de registro y reproductores de sonido e imagen Fabricacin de instrumentos pticos y material fotogrfico y cinematogrfico Fabricacin de pasta papelera Fabricacin de papel y cartn Fabricacin de instrumentos de msica Fabricacin de juegos, juguetes y artculos de deporte.

    Naturalmente, el grado de cercana e implicacin con la cultura es muy diverso y

    algunas de las tipologas nos pueden resultar poco tiles a estos efectos. Sin embargo

    es importante darse cuenta de que habr que saber en cada caso y cada estudio a qu

    se refiere cuando centra su mirada en la importancia econmica del sector de la

    cultura, qu parmetros toma como vlidos, que delimitacin asume. Todo ello para

    que los estudios y las investigaciones puedan ser comparables.

    El anteriormente citado documento de la Comisin Europea The Economy of Culture in

    Europe7 propone una clasificacin que me parece bastante apropiada y que tambin

    intenta arrojar algo de luz sobre la dicotoma entre Creativo o Cultural, as como la

    diferencia entre Industrial o no:

    7The Economy of Culture in Europe - Comisin Europea - KEA European Affairs, Media Group (Turku

    School of Economics), MKW Wirtschaftsforschung GmbH [Documento en lnea]http://ec.europa.eu/culture/eac/sources_info/studies/economy_en.html

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    As pues, para este estudio, hablaramos de Sector Creativo el ms vinculado al diseo,

    arquitectura, publicidad e industrias relacionadas con la fabricacin de componentes,mientras que cultural estara ms inscrito a las reas habituales. Es decir Creativo sera

    el sector en el que la cultura supone un input en la produccin de bienes no culturales.

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    En cuanto a su contribucin al crecimiento de la Unin Europea, manifestar que su

    aportacin al producto interior bruto de la misma ha crecido en un 19,7 % entre 1999 y

    2003 y que, en el mismo periodo, el crecimiento del sector fue del 12,3 % mucho

    mayor que el de la Economa Europea en su conjunto.

    Por ltimo, y quiz la parte que ms nos interesa, es decir el Empleo vinculado al

    Sector Cultural y Creativo, en 2004, 5,8 millones de personas trabajaban en la Unin

    Europea (EU25), lo que corresponde a un 3,1 % de toda la poblacin empleada.

    Adems, ms importante an que esto son las tendencias: mientras que, en el periodo

    de 2002-2004 se produjo una disminucin del empleo general en la Unin Europea, en

    el Sector que nos ocupa aument en un 1,85 %.

    Respecto a las caractersticas del empleo, algunas diferencias importantes con

    respecto a la panormica general laboral:

    El porcentaje de trabajadores con titulacin universitaria es del 46,8 %, frenteal 25,7 % del total de empleados en todos los sectores.

    La proporcin de autoempleo es ms del doble que la general. Un 28,8%, frenteal 14,1 %. Ello debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de fomentar el

    emprendimiento entre nuestros alumnos, dado que esa tendencia no parece

    disminuir.

    El grado de temporalidad de los contratos del sector es de un 17%, frente al

    general del 13,3 %.

    El porcentaje de trabajadores a tiempo parcial en mayor que el general. Un25%, frente al 17,6 %.

    Es decir, resumiendo, lo que ya habamos indicado en parte: Empleo muy cualificado,

    dinmico y marcado por la microempresa y los trabajadores independientes. Por otro

    lado, con un grado alto de precariedad (temporalidad y a tiempo parcial).

    Naturalmente la flexibilidad y la competitividad tienen su precio al final y se recae

    frecuentemente en el trabajador o el empresario autoempleado y autoexplotado.

    Qu podemos pensar de cara a un prximo futuro o a medio plazo?

    Realizar profecas en cualquier aspecto de la vida y, en especial en el econmico no es

    recomendable ni a los mdiums, por el alto grado de errores que la experiencia nos ha

    hecho vivir. No obstante muchos factores parecen indicar que esa tendencia que,

    hasta la fecha se est manifestando, todava no vive su punto de inflexin y que ese

    fenmeno puede irse reproduciendo fuera de los contextos geogrficos yamencionados de las sociedades desarrolladas occidentales.

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    Esta posibilidad de intervenir de una manera instantnea en una dimensin mundial,

    est en el origen de algunas de las nuevas oportunidades y riesgos que se nos

    presentan como creadores y agentes en lo cultural.

    En las sociedades occidentales y en amplias capas de las clases medias de otras

    latitudes el nivel de escolarizacin y por ende de alfabetizacin ha aumentado

    significativamente, con lo que el grado de accesibilidad de los productos culturales, en

    lo que a cercana y posibilidad e asimilacin ha crecido notablemente. Ello es uno de

    los factores por los que el nmero potencial de consumidores de bienes y servicios

    culturales ha experimentado un auge muy importante.

    Otro de los elementos que facilita un mayor potencial de consumidores es el aumento

    generalizado (obviando los ejemplos desgraciados del continente africano) de la

    esperanza de vida en la mayor parte de los pases, as como una mayor importancia del

    tiempo libre en sus vidas, que se alargan por lo anterior.

    Est por demostrar fehacientemente, pero parece que tambin resulta favorecedor el

    mayor grado de urbanizacin de las actuales sociedades al favorecer la existencia de

    masas criticas para el consumo y rentabilidad culturales y una asuncin de valores

    urbanos ms proclives a entender el uso de la cultura como un bien o servicio que

    consumir o disfrutar, respectivamente.

    Algunos autores (Jeremy Rifkin, por ejemplo, entre otros muchos) han puesto el

    acento en el paso de la sociedad de la propiedad a la era del acceso, dando una mayor

    importancia y status social a la posibilidad de acceder a servicios culturales

    dependientes del pago por los mismos.

    Naturalmente, estas facilidades de extensin de los mercados, favorecidas por la

    liberalizacion a escala mundial, asi como por la digitalizacin de muchos de los

    productos culturales (msica, audiovisual, ...) han jugado asimtricamente en trminos

    geogrficos o econmicos. Ello ha producido una concentracin creciente y

    preocupante de las cuotas de mercado en favor de los pases del norte, especialmente

    Estados Unidos (Msica, cine televisin, audiovisual en general) ; Reino Unido

    (Musica,...)

    Sin embargo, el Mainstream tiene un recorrido limitado y termina por agotarse, fruto

    de la reiteracin o la autorreferencia. El mercado necesita una renovacin de los

    productos, renovacin que puede venir desde la innovacin en los lenguajes artsticos,

    es decir, las nuevas y permanentes vanguardias, o bien, a travs de la deslocalizacin

    de las fuentes (si se me permite la expresin), buscando el exotismo a travs de

    nuevos orgenes.

    De ah, por poner algunos ejemplos, los fenmenos como el relanzamiento de lamsica tnica o de la worldmusic, de la mano de festivales como el WOMAD, o artistas

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    como Peter Gabriel o Paul Simon, y teniendo en cuenta la creciente demanda de las

    poblaciones desplazadas fruto de la inmigracin econmica internacional. De ah

    tambin fenmenos como el Rai en Francia, el Bangra en el Reino Unido o el

    Merengue, la Salsa o el regetton en Espaa.

    Esta bsqueda de la diversidad como fuente de renovacin ofrece campos de

    actuacin que corrigen tmidamente las tendencias dominantes en el mercado

    audiovisual, con fenmenos de los que nos habla Garca Canclini, tpicamente

    latinoamericanos, como las novelas o seriales televisivos, de los que podra estar

    Martn Barbero precisando durante das y que suponen un elemento econmico nada

    desdeable y que producen extraos fenmenos como el inters por el Espaol

    creciente en pases tan alejados como Rumana o Bulgaria. Otros ejemplos de sobras

    conocidos seran el manga japons, la enorme produccin cinematogrfica de

    Bolliwood en la India ,y sus secuelas, el Nollywood en Lagos, Nigeria, la tercera

    industria del cine ms importante del mundo, segn algunos...

    Por ltimo, y en el centro de esta reflexin est tambin una mayor Democratizacin

    de la creacin y la produccin por el ms fcil acceso a las herramientas digitales. Ello

    nos lleva a la necesidad de capacitar a los estudiantes de arte en estas nuevas tcnicas,

    pero tambin en toda la amalgama de oficios conexos y relacionados con el sector, de

    forma ms o menos cercana. Las empresas culturales, como hemos visto, son

    pequeas unidades altamente especializadas en muchos casos y que, para ser eficaces

    requieren de la colaboracin de otras que les presten servicios, tambin

    especializados, que permitan dar salida a su trabajo, en una relacin de estrecha y

    mutua dependencia. Necesitamos artistas, pero tambin tcnicos, especialistas en

    distribucin de productos y obras de arte, galeristas, managers, promotores de

    conciertos, gerentes de teatros, expertos en mercadeo cultural.

    Por ello, stas iniciativas sobreviven mejor en pequeos ecosistemas productivos que,

    en el fondo son pequeas y limitadas concentraciones de empresas, lo que se suele

    denominar con el nombre de Clster. La creacin de Clsteres o de Distritos Culturales

    ha sido una de las tendencias ms claras e importantes en algunas polticas en pases

    anglosajones, frecuentemente fomentando otros elementos aadidos, como el de laregeneracin urbana o aprovechando situaciones derivadas de sta, como el caso ms

    conocido y precursor de Temple Bar, en Dubln.

    stas, entre otras muchas son algunas de las medidas que los poderes pblicos

    articulan, en muchas ocasiones de la mano de las entidades privadas. No obstante, y

    desde una posicin progresista, hemos de entender que hay otras muchas medidas

    favorecedoras para el desarrollo de tejidos productivos cada vez ms fuertes y que las

    instituciones territoriales que se ocupan de la cultura pueden acometer. Muchas de

    ellas pasan por ayudas directas, otras por la formacin en el emprendimiento, por laincubacin de proyectos, pero tambin en su forma de hacer poltica cultural pueden

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    ayudar a un mayor desarrollo del empleo. Algunas de ellas, basadas en un enfoque

    Relacional del Estado tienen que ver con fomentar la gestin independiente de los

    proyectos culturales, por devolverle el protagonismo a la Sociedad Civil, por no

    confundir Inters Comn con gestin centralizada y burocrtica, o ejecucin directa

    por parte de las instituciones. No se trata de privatizar, ni de medidas neoliberales,sino ms bien de fomentar la participacin, no slo en el consumo, sino en la decisin

    y gestin de las polticas. Pero, ya que hemos hablado anteriormente de

    contradicciones, hay quienes todava, en mi tierra en el contexto latinoamericano no

    siempre las mismas palabras tienen el mismo significado-, piensan que liberal y de

    izquierdas es un oxmoron ms. Para ellos quiz sea mejor definir esa poltica de

    izquierda liberal-libertaria, como dira Daniel Cohn-Bendit.

    Ferias, mercados locales, regionales, globales, como elementos de armonizacin en

    la circulacin de productos artsticos.

    La complejidad creciente del sistema en el que se mueve la produccin y el mercadeo

    de la cultura y el arte, la ampliacin de los horizontes geogrficos fruto de la

    liberalizacin de mercados, el mayor grado de movilidad que facilitan los transportes y

    la inmediatez de la informacin han hecho posible la potencialidad de una mayor

    circulacin de artistas pero que, en la prctica frecuentemente se ve ceida a unos

    pocos privilegiados que han firmado en buenas condiciones contratos con empresas

    distribuidoras normalmente de pases desarrollados.

    No quisiera hablar extensamente de las trabas que cada vez ms ponen algunos pases

    para conceder visados a artistas que vienen de entornos menos poderosos

    econmicamente, ni tampoco hacer sangre acerca de la explotacin a algunos

    intrpretes y creadores de la worldmusic podramos centrarnos en Cuba, por

    ejemplo- por parte de managers y distribuidores europeos o norteamericanos. Quede

    ah, sin embargo como elemento de reflexin.

    Lo cierto es que, haciendo un cierto paralelismo con la figura del coyote en la frontera

    norteamericana, los creadores necesitan de un gua que facilite su acceso a otros

    mercados y ese gua debera ser cercano a su comunidad y conocer los mecanismos.

    Hoy en da existen y son muy tiles las Ferias y Mercados de la Cultura en diversas

    modalidades, y existen tambin con distinto alcance geogrfico, desde lo local y

    regional, a lo estatal e internacional.

    Podramos enumerar algunas, en msica y en Europa el WOMEX, el Mercat de Msica

    de Vic, el BabelMed para el Mediterrneo, el MIDEM de Cannes, POPKOMM, SONAR,

    MUSICORA, el Masa, en Costa de Marfil, en Africa, , en Artes Escnicas, la Fira deTrrega, o la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca, en Espaa, la FESUR en

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    Chile, Puerta de las Amricas en Mxico, el Mercado Cultural de Salvador de Baha, en

    Brasil, Rideau en Canada, Chainon Manquant, Aurillac, en Francia, Entrevues en

    Bruselas, y un largusimo etctera que se extiende por Corea, Singapur, Japn,

    Australia Y, lo mismo podramos hacer respecto a las ferias existentes en otros

    dominis de la creacin, Ferias del Libro (Bolonia, Bogot, Frankfurt, Guadalajara,Buenos Aires, Chicago, ) o de Artes Plsticas y Visuales (ARCO, Estampa, en Espaa,

    Artbo, ARTE BA (Argentina), FIA Caracas, NICAF (Japn), Kunstmesse de Kln,

    DOKUMENTA de Kassel, Biennale de Lyon, ) o los mercados flmicos de la Berlinale,

    Annecy, Hong Kong, Cannes, ...

    Estos mecanismos tienen la virtud de poner en contacto oferta y demanda, ser lugares

    de encuentro y de debate sobre los problemas y posibilidades de distribucin, se

    conoce mucho mejor la manera en que los distintos territorios ordenan sus polticas de

    difusin artstica, son lugares para el descubrimiento de novedades, para la renovacin

    de las programaciones y en ellos deberan estar presentes quienes tienen como

    cometido la distribucin y a ellas acuden cada vez ms numerosas, agencias pblicas

    de exportacin de artistas y productos culturales.

    Sin embargo, todo este mundo de los mercados artsticos no es, naturalmente, ajeno a

    los intereses y a las desigualdades. Por ello tambin ser muy conveniente que,

    quienes quieren ampliar sus horizontes llamen a la puerta de algunas de las redes de

    que en los distintos mbitos existen a nivel mundial o continental, ejemplos como el

    IETM, por citar el caso ms emblemtico, deberan servir como recursos, sin intereses

    ocultos, en toda esta complicada maraa.

    Ampliar el campo de la cultura y el arte. La cultura y el arte como objeto y fin o como

    herramienta.

    Solamente unos apuntes finales que nos hacen volver al principio de este trabajo. La

    pregunta al principio era sobre la necesidad del arte en nuestra sociedad. Sera bueno

    responder a la misma al final de este escrito con una de las formas que la Sociedad

    tiene de manifestar la anterior.

    Ya que hemos centrado gran parte de la intervencin en Europa, no estara de ms

    explicar hacia dnde van y de dnde provienen los fondos destinados a la Cultura por

    parte de la Comisin Europea. Si, de alguna manera, y por no aburrir con cifras totales,

    representamos grficamente como un crculo, la aportacin total de la Comisin

    Europea a la Cultura, podemos trazar una seccin del mismo para diferenciarla del

    resto:

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    Esta seccin, que representara aproximadamente un 10%

    de la aportacin total a la Cultura, provendra de la

    Direccin General encargada directamente de las polticas

    Culturales, e ira destinada a proyectos puramente

    artsticos y culturales, al margen de que indirectamentepueda tener otros beneficios que todos podemos

    comprender.

    Por otro lado, el 90% restante, es decir, el grueso de la

    aportacin de la Comisin Europea proviene de otras

    polticas y busca otros objetivos, a saber, Poltica de

    Juventud, Desarrollo Territorial, Desarrollo Rural,

    Poltica de Empleo, Polticas de apoyo a empresas,Regeneracin Urbana, Poltica Social, Turismo,

    Construccin de Ciudadana, Salud, Educacin, Poltica

    Exterior, Inmigracin,

    Algunos creadores se sienten incmodos ante esta situacin, entendiendo que se les

    est pidiendo algo as como que prostituyan su oficio artstico, y se lamentan diciendo

    que ellos no son educadores o trabajadores sociales, no son mdicos, no son

    urbanistas, y un largo etctera. Sin embargo, deberan comprender que lo que se les

    pide es que acten, frecuentemente en equipos multidisciplinares, ejerciendo su

    propio oficio artstico o de gestor cultural. En caso contrario estaremos limitando el

    campo del empleo cultural a los terrenos habituales y al creciente consumo en las

    sociedades modernas, y estaremos perdiendo una gran parte de oportunidades,

    renunciando al grueso de la financiacin pblica. Solamente, por otro lado, desde la

    comprensin de cul es la demanda explcita en forma de presupuestos- de la

    sociedad podremos entender en toda su dimensin nuestro papel como artistas o

    trabajadores de la cultura en la misma, y hacer que la propia Sociedad recupere, no la

    infantil admiracin del star system, sino el profundo respeto por sus creadores.