Empresas y bien común - UCA

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Empresas y bien común Caracterización de las empresas de Economía de Comunión y empresas B en la Argentina OCTAVIO GROPPA Y MARÍA LAURA SLUGA* Revista Cultura Económica Año XXXIII Nº 89 Junio 2015: 8-24 Resumen: El trabajo describe las características de dos tipos de empresas que presentan un concepto innovador en relación con los fines y modos de gestión: las empresas de Economía de Comunión y las empresas B. Se trata de firmas con espíritu de lucro, pero que incorporan los beneficios sociales y ecológicos –los bienes comunes– como objetivo esencial de su actividad. Llamadas "empresas civiles" por Bruni y Zamagni, constituyen un emergente que crece de manera notable en distintas partes del mundo y representan una comprensión de la empresa mucho más integral y sostenible que el paradigma convencional de la maximización del beneficio. La investigación expone asimismo los resultados de una encuesta y de entrevistas realizadas entre estas empresas en la Argentina. Palabras clave: economía de comunión; empresas B; economía civil; bien común; gestión empresarial Companies and the Common Good A Portrayal of Economy of Communion Companies and B Corporations in Argentina The paper describes the features of two types of companies that present an innovative concept in relation to ends and management practices: economy of communion companies and B corporations. These are for profit firms where social and ecological benefits -the commons- are also an essential aim of their activity. Called "civil companies" by Bruni and Zamagni, they are an emerging phenomenon, growing in different parts of the world, and they represent a much more integrated and sustainable understanding of business, compared to the conventional paradigm of profit maximization. Also, the research presents the results of a survey and interviews taken among these companies in Argentina. Keywords: economy of communion; B corporations; civil economy; common good; management I. Introducción El presente artículo resume los hallazgos alcanzados en una investigación sobre empresas para el bien común desarrollada en la Argentina, en el primer semestre de 2014 (Groppa y Sluga, 2014). El objetivo fundamental era conocer con más detalle las características de estas empresas, así como evaluar si estas experiencias son replicables y generalizables. * Universidad Católica Argentina – [email protected][email protected] A la fecha de nuestro trabajo no encontramos investigaciones en nuestro país que procuren abarcar de manera cuantitativa la temática de las empresas que se rigen por un nuevo modo de gestión que incorpora el bien común como objetivo central. Ciertamente, estas experiencias son todavía muy poco significativas en número –las empresas de Economía de Comunión rondan en la Argentina las 50, mientras que

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Empresas y bien comúnCaracterización de las empresas de Economía

de Comunión y empresas B en la Argentina

OCTAVIO GROPPA Y MARÍA LAURA SLUGA* Revista Cultura Económica

Año XXXIII Nº 89

Junio 2015: 8-24

Resumen: El trabajo describe las características de dos tipos de empresas que presentan unconcepto innovador en relación con los fines y modos de gestión: las empresas de Economíade Comunión y las empresas B. Se trata de firmas con espíritu de lucro, pero que incorporanlos beneficios sociales y ecológicos –los bienes comunes– como objetivo esencial de suactividad. Llamadas "empresas civiles" por Bruni y Zamagni, constituyen un emergente quecrece de manera notable en distintas partes del mundo y representan una comprensión de laempresa mucho más integral y sostenible que el paradigma convencional de la maximizacióndel beneficio. La investigación expone asimismo los resultados de una encuesta y deentrevistas realizadas entre estas empresas en la Argentina.

Palabras clave: economía de comunión; empresas B; economía civil; bien común; gestiónempresarial

Companies and the Common GoodA Portrayal of Economy of Communion Companies and B Corporations in Argentina

The paper describes the features of two types of companies that present an innovative concept inrelation to ends and management practices: economy of communion companies and B corporations.These are for profit firms where social and ecological benefits -the commons- are also an essential aimof their activity. Called "civil companies" by Bruni and Zamagni, they are an emerging phenomenon,growing in different parts of the world, and they represent a much more integrated and sustainableunderstanding of business, compared to the conventional paradigm of profit maximization. Also, theresearch presents the results of a survey and interviews taken among these companies in Argentina.

Keywords: economy of communion; B corporations; civil economy; common good; management

I. Introducción

El presente artículo resume los hallazgosalcanzados en una investigación sobreempresas para el bien común desarrolladaen la Argentina, en el primer semestre de2014 (Groppa y Sluga, 2014). El objetivofundamental era conocer con más detalle lascaracterísticas de estas empresas, así comoevaluar si estas experiencias son replicablesy generalizables.

* Universidad Católica Argentina – [email protected][email protected]

A la fecha de nuestro trabajo noencontramos investigaciones en nuestro paísque procuren abarcar de maneracuantitativa la temática de las empresas quese rigen por un nuevo modo de gestión queincorpora el bien común como objetivocentral. Ciertamente, estas experiencias sontodavía muy poco significativas en número–las empresas de Economía de Comuniónrondan en la Argentina las 50, mientras que

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a la fecha de esta investigación las empresasB eran solo 20–, lo cual significa unalimitación para un abordaje cuantitativocircunscripto a un país1. De cualquier modo,creemos que esta primera exploración ofreceuna imagen inicial de conjunto que permiteir configurando un fenómeno tan nuevocomo prometedor desde el punto de vistade su valoración.

El método de indagación fue doble,cuantitativo y cualitativo. En el primer caso,se construyó un cuestionario tomandoinformación relativa al balance social y enel segundo, se realizaron visitas yentrevistas a varias empresas, de manera decaracterizar con más detalle lo que elcuestionario ofrece en modo muy general.2

En primer lugar se contactó a 38Empresas de Comunión (en adelante EdC),de las cuales 24 contestaron la encuestacompleta –6 lo hicieron en forma parcial. Delas 20 empresas B, 19 recibieron elcuestionario, y luego 15 lo respondieron –5en forma parcial. El cuestionario aclarabaque las respuestas serían confidenciales yla información sólo sería usada de formaagregada. De esta manera se procuróminimizar el incentivo a proveerinformación falsa en las respuestas –si bieneste riesgo no puede ser eliminado porcompleto.

Tras una breve descripción de los rasgosmás generales de estos dos sistemas, sepresentan los resultados de la encuesta. Laúltima sección reflexiona acerca de lasmotivaciones de los empresarios y sobre larelevancia y replicabilidad de estasexperiencias.

II. Empresas para el bien común: dosmodelos

1. Economía de comunión

La Economía de Comunión es unmovimiento de empresarios que procuradesarrollar compañías donde el valor de lapersona y la conformación de la comunidadestán en el centro. El proyecto nace en 1991a partir de una idea propuesta en Brasil porla fundadora del Movimiento de losFocolares, Chiara Lubich (2000, 2003). La

intuición fundamental fue la de crear unanueva economía inspirada en la "cultura deldar" –en contraposición con la "cultura deltener" (Araujo, 1999)– y teniendo como nortela utopía de la humanidad "sin indigentes"(Bruni, 2009: 21-23).

El fortalecimiento de las relacioneshumanas es entendido como un modofraterno de vincularse con los otrosempresarios, con los trabajadores y con losclientes. Las empresas de EdC tienen unespectro complejo de objetivos –que a lamirada convencional pueden parecerincluso contradictorios– que abarca desdela búsqueda del lucro hasta la ayuda a losmarginados, la atención a los problemas quelos propios integrantes puedan tener y elcuidado del medio ambiente. Pero aunqueestos objetivos forman un entramadocomplejo, están jerarquizados. El móvilúltimo es el aporte a la creación de unmundo sin personas pobres.

Asimismo, el espíritu que anima a losempresarios tiene profundasmanifestaciones en la gestión de laempresa. No es extraño, por ejemplo, quelos directivos sometan a discusión con lostrabajadores decisiones que pueden irdesde modos de producción –de maneraque estos puedan aportar la innovación quesurge del conocimiento experto de unatarea– hasta inversiones, o bien cuestionesrelativas al personal –contratación,despidos, premios, sanciones.

De las declaraciones de variosempresarios surge que el fomento de laparticipación y el trabajo en grupo sonotras actitudes constantes, junto con lapreocupación por la formación de losempleados y la particular atención que sedispensa a quienes atraviesan momentosde necesidad –económica, porenfermedad o de otro tipo. Todo esto creaun clima de buena predisposición yconfianza mutua, con efectoscohesionantes hacia el grupo: unaverdadera sinergia.

En general, la amplia mayoría de losempleados de estas empresas conocen losprincipios sobre los que están fundadas.Algunos de ellos participan incluso en losencuentros entre empresas. Por otra parte,la relación con las demás empresas sigue la

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misma filosofía, sean proveedoras, clienteso, incluso, competidoras. La actitud decoherencia con los ideales es reconocida y amenudo, produce como respuestacomportamientos que serían impensados enotro contexto. A la hora de invertir, porejemplo, el empresario EdC procura abrirnuevos mercados, en vez de disputárselosa empresas ya existentes. Ello ata la creaciónde valor a la innovación más que a lacompetencia.

Los empresarios están nucleados en laAsociación de Empresarios de Economía deComunión. Una evaluación superficialadvierte que este proyecto se encuentra enuna etapa de profundización, tras habersuperado una fase de fuerte expansióninicial en los años ‘90, con nuevas empresasque comienzan a ser fundadas por jóvenesadherentes.

Gráfico 1 – Evolución de la cantidad de empresas EdC en el mundo

Fuente: Crivelli (2013)

2. Empresas B

Las empresas B o B corporations son untipo novedoso de compañías que tambiéntrabajan por el bien común mediante laactividad económica lucrativa. Buscan lacreación de beneficios sociales y ecológicos,además de económicos, con elevadosestándares de transparencia y rendición decuentas. Al modo de las empresas civiles(Zamagni & Bruni, 2007), se proponenutilizar el poder de la empresa privada paracrear beneficios públicos. Este modelo fuecreado en 2007 por la ONG estadounidenseB Lab, que desarrolló una certificación paraconstituirse como empresa B.

Este tipo de empresas tienen muchospuntos en común con las de EdC, pero

también algunas diferencias. Comosimilitud, se advierte la pretensión deutilizar las fuerzas del mercado para darrespuesta a problemas sociales y/oambientales de las comunidades en las queestán insertas. Esta respuesta está dada porlos productos y servicios que comercializan,así como por sus prácticas laborales yambientales. Acaso la diferencia másmarcada entre ambos grupos sea el apego aprocedimientos formales objetivos paracumplir con la misión propia.

Para certificar como empresa B, lascompañías deben cumplir con altosestándares sociales, ambientales y detransparencia. A su vez, es necesario que secomprometan a considerar el interés a largoplazo de todos los grupos vinculados a ella

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como criterio para la toma de decisiones.Para ello deben atravesar un proceso decertificación en el que se revisan cuatroáreas: gobernanza, trabajadores,medioambiente y comunidad. Para obtenerel certificado es preciso alcanzar un mínimode 80 puntos sobre 200. Al no tener unaestructura binaria (cumple-no cumple), lacertificación incentiva la mejora continua.En este sentido, las capacitaciones y eltrabajo en red están pensados de forma quelas empresas mejoren su puntaje año trasaño.

Los directivos de estas empresas debenconjugar los derechos de los accionistas arecibir utilidades con los intereses de los

demás públicos de interés: los colaboradoreso trabajadores, la cadena de valor, el medioambiente y las comunidades en dondeoperan (Della Mea, 2013). Por tal motivo, lasempresas deben realizar enmiendas legalesen sus estatutos –si es que no nacieron conesta perspectiva– antes de alcanzar estacertificación.

En Latinoamérica, la organización quecoordina y nuclea a las empresas B es SistemaB, con presencia en varios países. Ella seencarga de organizar la estrategia decomunicación, la visibilidad y lacapacitación para expandir el proyecto, quepresenta un fuerte crecimiento desde quefue creado.

Gráfico 2 – Evolución de la cantidad de empresas B en el mundo

III. Caracterización de las empresas de EdCy B

La presente sección resume losprincipales resultados obtenidos de laaplicación del cuestionario a las empresasde EdC y B.

1. Aspectos generales

Las empresas argentinas pertenecientesa estos dos grupos son pequeñas o

medianas. En cuanto a su actividad, lasempresas B muestran actualmente unamayor participación en el sector de Serviciosa las empresas (consultoría) y en el sectorindustrial (especialmente en el textil) encomparación con las EdC, que tienenpreponderancia de comercio y servicios, enun cuadro más heterogéneo.

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Gráfico 3 – Distribución de empresas de EdC y B por sector de actividad económica

Respecto de la forma jurídica, se repartenentre sociedades anónimas, de responsabilidadlimitada, y unipersonales. Siguiendo este corte,se puede apreciar un mayor grado de

formalidad en las empresas B, entre las que laproporción de empresas unipersonales es másbaja, a la vez que es mayor la porción desociedades anónimas.

Gráfico 4 – Empresas EdC y B según forma jurídica

2. Valores

Respecto de los valores, todas lasempresas B los tienen claramente definidosjunto con su misión. Sin embargo, sólo un

25% los declara en forma explícita, aunquetodos los empresarios entrevistadosexpresaron que los valores se viven demanera concreta en la empresa.

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A la hora del monitoreo y de laevaluación de estos aspectos, de nuevo seadvierte la mayor formalización entre las

empresas B, como se sigue de la distribuciónde las respuestas obtenidas en la encuesta(Tabla 1).

Tabla 1: ¿Realiza alguna práctica que vele por el cumplimiento del compromiso con elmedio ambiente?

Opciones EdC B

Ninguna 9% 0%

Inclusión en evaluaciones informales 36% 25%

Los trabajadores reciben capacitación al respecto 36% 63%

Los gerentes evalúan estos aspectos 36% 67%

Se incluyen estos aspectos en la memoria anual 0% 40%

Se incluye en cada acción 9% 20%

Total de respuestas 11 16

En cuanto al campo social, se indagó alas empresas acerca de la existencia de algúncompromiso efectivo con proyectos dedesarrollo social, más allá del aportesolidario que se pueda hacer a otrosproyectos. El dato es muy elevado para lasempresas B, que alcanza un 94% de lasempresas. Por su parte, este rasgo escompartido por un 63% de las empresas delproyecto EdC.

La mayor formalidad en el primer grupotambién alcanza a este aspecto, puesmientras que sólo dos empresas confesaronno contar con objetivos definidos yevaluados periódicamente –sobre 16respuestas–, más de la mitad de losentrevistados en EdC afirmó que estosobjetivos no son evaluados periódicamente.Sin embargo, en ambos casos el porcentajede compañías que cuenta con código deética es elevado – un 63% en EdC y el 71%entre las empresas B.

En lo relativo al contacto con la cadenade valor y con grupos de interés, se observaen ambos tipos de empresas unapreocupación por la comunicación, ya seaformal o informal. Las alternativas másformales –como reuniones conrepresentantes de los grupos de interés oencuestas anónimas– aparecenfundamentalmente entre las empresas B,mientras que entre las empresas de EdCson frecuentes los contactos permanentes

o los encuentros regulares con miembrosde la comunidad local. La comunicacióncon proveedores y clientes aparece comouna preocupación más prioritaria entre lasempresas B –alrededor de un 40% de lasempresas respondió incluirlos en este tipode contactos– que entre las de EdC (20%),lo cual se correspondería con uncumplimiento más acabado de buenasprácticas en la gestión empresaria. Encambio, la comunicación con los empleadosaparece más enfatizada en este últimogrupo, en sintonía con la prioridad en laEdC de construir relaciones,fundamentalmente al interior de laempresa. A este respecto, Ruiz (2014)enfatiza en su investigación cómo lainformación es abierta al interior de lasempresas de EdC por él estudiadas. Existeuna política expresa de "revelar lossecretos" del oficio al interior de la empresa,contra las prácticas corrientes en elmercado de trabajo. Ello le fue de granvalor para una compañía analizada enmomentos de incremento de la demandade ciertos servicios especializados, puespudo resolver rápidamente los pedidos envirtud de que su dotación de personal notenía una capacitación rígida, dividida encompartimentos estancos, sino mucho másversátil.

La presente investigación, sin embargo,no reconoció un comportamiento análogo

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en relación con las finanzas de la empresa.En este sentido, es notable la diferenciarespecto de la publicidad de la informaciónde la compañía. Mientras que entre las B un79% respondió compartir la informaciónfinanciera al interior de la empresa, sólo un37% lo hizo entre las de EdC.

3. Empleados

En lo relativo a la cantidad deempleados, las empresas de EdC muestranuna dotación levemente superior a lasempresas B. El grueso de las compañías deambos tipos no supera los 10 empleados,pero no obstante, en EdC existe un puñadoque supera los 20 trabajadores, lo que elevael promedio a 10 –19 empresas querespondieron, con 190 puestos de trabajo–contra un promedio menor a 6 entre lasempresas B –15 empresas con poco más de70 puestos. En ambos casos, sin embargo,se observa un incremento en la dotaciónpromedio en los últimos dos años, del 17%en EdC y del 7% en Sistema B. Estadiferencia puede estar dando cuenta delparticular empeño que manifestaron losempresarios del primer grupo por la

creación de empleo, que es una de las ideas-fuerza del proyecto. De nuevo, Ruiz (2014)encuentra en su investigación una claraanomalía en este sentido, pues la empresaanalizada contrataba personal atendiendoprincipalmente la necesidad de la personadesocupada, antes que la necesidad real dela compañía. Ello la empujó sin duda adesarrollar negocios y expandirse de unmodo que probablemente no habría hechode haber adoptado una conducta más"racional". No obstante lo señalado, en losúltimos 2 años un 12% de los empleados enempresas EdC dejaron voluntariamente sutrabajo, contra apenas un 3% entre lasempresas B.

Por lo general, los empleados son jóvenesen ambos casos –menores a 40 años, conpreponderancia entre 30 y 40 años. Laproporción de mujeres es cercana a la mitad–49% EdC, 43% B. Respecto del tipo decontratación, en EdC es, en promedio,mayor la proporción de personal efectivo.Como contraste, las empresas del SistemaB, más pequeñas, subcontratan una mayorproporción de la mano de obra que utilizan(Gráfico 5).

Gráfico 5 – Distribución del personal en empresas EdC y B según modalidad decontratación

En cuanto a la presencia de personas conalguna necesidad especial, es notable el 75%

de empresas EdC que ha contratadotrabajadores con esta condición. Entre las

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Gráfico 6 – Empleos a personas subocupadas o desocupadas

empresas B, este valor alcanza el 50% de lasorganizaciones. Análogamente, esimportante la proporción de empresas que

Los salarios pagados en uno y otro casoestán en el mismo rango, si bien como fueindicado, las ramas de actividad de lasempresas de ambos grupos no son lasmismas. Como se ve en el gráfico acontinuación, EdC muestra una mayor

Gráfico 7 – Estadísticos de salarios pagados en empresas EdC y B

La relación entre salario más alto y másbajo, si no se toma en cuenta un caso raroen EdC que muestra una relación de casi 12veces, revela números similares en ambossistemas, con un promedio levemente

inferior –y una dispersión mayor– en EdCrespecto de las empresas B. Debe tenersepresente, de cualquier modo, que se tratade empresas en general pequeñas.

ha dado trabajo a personas desocupadas osubocupadas, particularmente entre las deEdC.

dispersión salarial, donde los salarios másaltos revelados por estas empresas sonmayores a los revelados por las empresasB, y donde los salarios más bajos sonmenores, pero el promedio y la mediana dela distribución son similares (Gráfico 7).

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Gráfico 8 – Relación entre salario mayor y menor (excluido caso raro en EdC)

El grado de sindicalización es tambiéndiverso: mientras que en un 60% de lasempresas EdC los trabajadores estánafiliados a un sindicato, este valor es del 21%en el Sistema B. Este dato, sin embargo, seve en parte compensado porque en un 30%de este último grupo de empresas losempleados tienen participación en lapropiedad, contra un 12% registrado enEdC.

En cuanto a beneficios, más de la mitadde las empresas ofrece premios o bonus a

sus empleados, además de otros comoseguro de salud, préstamos o comedor. Enotro orden, el 90% de estas empresas realizacapacitaciones a sus empleados. En elgráfico 9 se describen las temáticas. Lamayor diferencia se observa en lacapacitación relativa al puesto de trabajo,ofrecida por un 65% de las EdC contra un45% entre las B, y la formación cultural, másenfatizadas por las empresas B, y decrecimiento personal, más valorada entre lasEdC.

Gráfico 9 – Proporción de empresas EdC y B, según contenido de las capacitaciones aempleados

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En relación con la evaluación de losempleados, existe un alto porcentaje deempresas que lo practican, sea de maneraformal o informal. El 89% de las empresasB y el 72% de las EdC lo hacen, aunque eneste último caso se realizapredominantemente de manera informal,mientras que en el primero, las empresasevalúan mayoritariamente de modo formal.

De nuevo, esta mayor formalidad entrelas empresas B se reconoce a la hora deconsultar a los empleados por su situación.Ante la pregunta acerca de si realizanencuestas anónimas a los empleados, un64% de estas empresas contestóafirmativamente, contra un 33% de las EdC.Las relaciones más informales entre estegrupo se aprecian asimismo en tanto sóloun 25% contestó contar con unprocedimiento definido para canalizardemandas de los trabajadores, contra un56% de las empresas B.

En algunas entrevistas realizadas en lasempresas de EdC fue posible conversar convarios empleados en ausencia de sus

Gráfico 10 – ¿Realiza la compañía algún tipo de contacto con los diversos gruposvinculados (stakeholders) de modo de contar con un retorno (feedback) respecto de susactividades?

empleadores. Todos se mostraron muycontentos de las condiciones de trabajo quetenían. En una empresa señalaron laimportancia del trato singular a cadaempleado según sus necesidades ypotenciales. Los conflictos que aparecieronpor supuesto "trato desigual" fueronresueltos mediante el diálogo y, enparticular, cuando llegó el momento en elque los empleados reclamantes tuvieronellos mismos su necesidad singular, que fueigualmente atendida.

4. Ética en la cadena de valor

En cuanto a las vinculaciones con lacadena de valor o con los stakeholders, un60% de las empresas de ambos gruposmanifestó tener contacto de algún modo. Deestas reuniones participan normalmenteadministradores, empleados, proveedores yclientes –estos dos grupos, en menor medidaen EdC. La modalidad es variada, como sepuede apreciar en la figura siguiente:

Alrededor de un 90% de estas empresas

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realiza consideraciones éticas en su cadenade valor. La mitad aproximadamente,utilizando mecanismos formales–certificaciones, inspecciones, auditorías–mientras que la otra mitad lo haceinformalmente. En este sentido, un 71% delas empresas EdC encuestadas y un 86% delas empresas B manifestaron conocer losestándares de cumplimiento de normativaslaborales o ecológicas de sus proveedores.

Respecto de los clientes, en ambosgrupos existe alrededor de un 25% o 30%de clientes en situación de pobreza. Sinembargo, el 54% de las empresas de EdCmanifestó contar con alguna tarifa menor o"social" para atender a dicha clientela,mientras que sólo un 13% manifestó lopropio entre las empresas B.

5. Ética ecológica

En relación con el medio ambiente, lasempresas B tienen todas un compromisoenunciado de manera explícita. Entre las deEdC, en cambio, esta declaración se da en lamitad de los casos.

Se consultó a las compañias respecto desi contaban con estrategia de reducción dedesechos. Al respecto, el 35% de lasempresas EdC contestó afirmativamente,contra un 83% de las empresas B. Losporcentajes fueron similares (41% y 83%,respectivamente) cuando la pregunta versóacerca de si hacían algún tipo de reciclaje.

Entre las empresas que realizan algúntipo de transformación de insumos en suproceso de producción, cerca de un 80% delos materiales usados son reciclados,biodegradables o ecológicamentesustentables.

6. Ética social

Además de la opción por el respeto porlos valores ecológicos, las empresas quetienden al bien común como metapresentan, como es obvio, un importantedesarrollo de los valores sociales. Lasindagaciones realizadas en este aspectorevelan nuevamente diferencias entre losdos grupos estudiados.

A la pregunta acerca de la participaciónde la empresa en actividades o proyectos dedesarrollo que favorezcan a grupos socialesdesfavorecidos, el 63% de las empresas deEdC contestó afirmativamente, contra un94% de las B. Este dato, sin embargo, debeser considerado junto con el porcentaje delas ganancias destinado a actividades depromoción social, como se verá másadelante. La evaluación periódica de estasactividades es realizada de modo formal enun 88% de las empresas B, una o dos vecesal año. En cambio, sólo el 42% de lasempresas de EdC realiza evaluacionesformales (gráfico 11).

 

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

EdC B

¿Desarrolla la empresa actividades o proyectos de desarrollo 

que favorezcan a grupos sociales desfavorecidos?

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

EdC B

¿Existen objetivos definidos en este aspecto, evaluados y 

revisados periódicamente? 

Gráfico 11

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Un punto a destacar es el relativo a laResponsabilidad Social Empresaria. Comofue señalado en la Introducción,frecuentemente este tipo de empresas seautocomprenden como un nuevoparadigma que viene a superar el de la RSE.Por tal motivo, a pesar de mostrar uncompromiso social claro, algunas empresascarecen de actividades que ellos cataloguendentro de dicho rubro, o bien de algúnpuesto dedicado a esa tarea. Algunos

empresarios incluso renegaron de la idea yse mostraron orgullosos de no hacer RSE(gráfico 12).

Un aspecto en el que todavía hay margenpara avanzar es el del balance social. Es muybajo aún el porcentaje de empresas que lorealiza (12% EdC, 22% B). Aun así, realizaneste balance con criterio propio y noateniéndose a criterios profesionalesgeneralmente aceptados, auditorías oprácticas institucionalizadas en la materia.

 

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

EdC B

¿Tienen algún vínculo con alguna institución de finanzas solidarias, éticas o alternativas? 

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

EdC B

¿Realiza actividades de RSE? 

Gráfico 12

 

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

45%

EdC B

¿Tiene la empresa algún puesto o gerencia abocado de forma exclusiva a la cuestión de RSE? 

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

EdC B

¿Realiza la empresa balance social? 

En materia de certificaciones, esteestándar es bajo en EdC, y es alcanzado solopor un 13%, mientras que por definición, latotalidad de las empresas B estáncertificadas.

7. Resultados financierosLa facturación anual promedio de las

empresas de EdC casi cuadruplica larevelada por las empresas B: entre lasprimeras, este valor asciende a 8,8 millonesde pesos, contra 2,5 millones de las empresasB. De nuevo, la dispersión en el primergrupo de empresas es mayor, puesto queexiste una compañía que facturó más de$ 70 millones en 2013.

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1.000.000 

2.000.000 

3.000.000 

4.000.000 

5.000.000 

6.000.000 

7.000.000 

8.000.000 

9.000.000 

EdC B

Facturación promedio

500.000 

1.000.000 

1.500.000 

2.000.000 

2.500.000 

EdC B

Facturación (mediana)

 

10.000.000 

20.000.000 

30.000.000 

40.000.000 

50.000.000 

60.000.000 

70.000.000 

80.000.000 

EdC B

Facturación (máximo)

10.000 

20.000 

30.000 

40.000 

50.000 

60.000 

70.000 

80.000 

90.000 

100.000 

EdC B

Facturación (mínimo)

Por otro lado, el 72% de las EdC (13organizaciones) expresaron haber tenidoutilidades en 2013, con un promedio de 17,5%–dato informado solo por la mitad de lasempresas; mediana de 13%– de excedentesobre costos. Aquel porcentaje se reduce al63% entre las empresas B argentinas (5compañías), donde las utilidades tambiénfueron menores, alcanzando una media del11,6% (mediana, 6,5%).

En cuanto al grado de publicidad de lainformación financiera de la empresa, un 37%de las empresas EdC respondió quecomunicaba esta información al interior dela empresa, mientras que un 79% expresó lopropio entre las empresas B. El nivel defacturación y el porcentaje de utilidades dacuenta de que el fenómeno estudiado estáconformado principalmente por empresaspequeñas.

Un punto interesante a estudiar es la

asignación realizada de estos beneficios. Lasopciones de respuesta ofrecidas eran lassiguientes:

1. Dividendos2. Pago de deudas / intereses3. Reinversión4. Difusión del proyecto5. Ayuda social / solidaridad

Entre las empresas de EdC:

1. Ninguna distribuyó dividendos en2013.

2. Salvo una compañía que dedicó el 90%de su utilidad al pago de deudas, elresto dedica en promedio menos de un10% a este ítem.

3. El grueso de la utilidad, con unpromedio del orden del 60%, esdestinado a la reinversión, en tanto que,como se verá, es muy rara la toma de

Gráfico 13

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deuda para la inversión.4. Si bien existen empresas que mantienen

una disciplina estricta del reparto entercios entre los ítems 3 a 5 –lospropuestos originalmente para elproyecto–, el promedio por empresa–esto es, no del total de beneficios–ronda el 15%.

5. El aporte para tareas de desarrollo opara ayuda social, del mismo modo,se ubica cercano al 12%, con unadispersión entre empresas que aportanun 5% para estos fines y otros quealcanzan el 33% señalado.

Entre las empresas B:

1. 4 de 6 empresas B que respondieron

haber tenido beneficios repartierondividendos de variado porcentaje,10%, 20%, 50% y 76%.

2. La devolución de préstamos o pago deintereses arroja un 14% promedio–también por empresa–, aunque dadoel pequeño número no se puede tomareste dato para realizar inferencias.

3. Con toda claridad, el monto másimportante de los dividendos –cercade la mitad– se destina a la reinversión.

4. Los aportes para difusión del sistemase ubican, en promedio en un 5%.

5. La ayuda social alcanza un 10%.

El gráfico siguiente resume estainformación:

Los datos de inversión se ven reflejadosasimismo en que el 72% de las empresas deEdC realizó inversiones para ampliar eltamaño de la empresa en el último año,contra un 55% entre las empresas B.

El capital de trabajo es financiadoprincipalmente a partir de recursos propios–prácticamente la totalidad de las empresas.A su vez, la mitad de las empresas de EdC yun 20% entre las B tomó créditos bancariospara dicho fin. Este valor, sin embargo, seve compensado en tanto un 30% de estasempresas tomó créditos de otras entidades,como mutuales. Es notable, sin embargo, elbajo nivel de apalancamiento en amboscasos.

Respecto de las inversiones realizadas,el 77% de las empresas EdC y la mitad delas B las financiaron con fondos propios. Entanto, la mitad de las empresas de EdC y untercio entre las empresas B se han fondeadotambién mediante préstamos bancarios o deotras entidades.

Respecto del destino de los productos,de la mano de un mayor porcentaje deempresas dedicadas al sector servicios entrelas de EdC, es notable que mientras ningunaempresa de este grupo exporta, la mitad delas empresas B vende parte de suproducción en el exterior.

Gráfico 14 – Destino de los beneficios en empresas EdC y B

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IV. Reflexiones finales

A lo largo de esta investigación hemosreunido un conjunto de informaciónsuficiente para dar respuesta a losinterrogantes planteados al comienzo. Porotra parte, la comparación entre estas dosexperiencias nacientes en la Argentina –laEdC y el Sistema B– ofrece contrapuntosinteresantes que pueden enriquecer ambasexperiencias.

Como fue señalado, un aspecto quesobresale es la mayor formalización entre lasempresas B en relación con las de EdC, yasociado a esto se observa una conductaempresarial más profesionalizada en elprimer caso. Destacamos el carácter singularque tiene la motivación inicial que conduceal empresario a embarcarse en una empresade este tipo y una primera evaluación sobreel grado de generalización que cabe esperarde estas compañías.

1. Motivación de los empresarios

Un rasgo claro que distingue alempresario en las empresas que trabajan porel bien común de aquel de una empresaconvencional es que su motivación principalno es la búsqueda del lucro por sí mismo –mucho menos el "hacerse rico" – sino labúsqueda de "sentido", entendiendo por ellola realización de actividades con valorintrínseco, como son el respeto por losdemás, la creación de trabajo o el cuidadodel ambiente. Por ello estas empresastienden a un conjunto complejo de objetivosque Gui (2000) ha denominado "finalidadesideales". También es posible denominarlas"trascendentales" porque suponen un nivelde integración más elevado que el meroresultado económico ¡que es condiciónnecesaria para que haya actividadeconómica sustentable!, éticas porquepersiguen, como se señaló, valoresintrínsecos, y en este sentido, gratuitos, oincluso, religiosas, porque son últimas.

Al respecto, vale preguntarse si esteconjunto diversificado no se convierte enuna característica que da fortaleza yresiliencia a la empresa. Estaríamos, en estecaso, frente a una racionalidad no

instrumental –de medios a fines– sino a untipo más complejo y versátil, como se da,por ejemplo, en el funcionamiento denuestro cerebro, que dota a la mente de unaplasticidad tal que le permite adaptarse asituaciones nuevas o adversas. Laconformación de una red con otras empresasy la ayuda en situaciones de necesidad queestas pueden aportar sería otro ejemplo deesta mayor flexibilidad que ofrece laestructura compleja, orgánica, cooperativa,respecto de la individualista.

Si se compara este tipo de motivación delempresario con la tradicional supuesta porla teoría de la firma, debe decirse que elempresario que busca el bien común tieneuna motivación orientada por las"preferencias sociales" (Ruiz, 2014). Ello,ciertamente, significa una innovación enrelación con la búsqueda del lucro comoafán esencial y único.

En este punto se puede ver, asimismo, latremenda inadecuación de la teoría de lafirma en la economía neoclásica, por cuantono puede explicar el elemento fundamentalde la acción empresaria, la innovación, allimitar su acción a la maximización de unafunción –que se supone– dada. Justamente,lo que caracteriza al empresario innovadorse trata precisamente de la capacidad desuperar lo dado.

De cualquier modo, lo que se observa enlos empresarios que conciben empresas parael bien común es que apuestan –en lo queconstituye un verdadero acto de fe– a unarealidad que no está, que no se ve, pero quequieren fundar. El cimentar estas decisionesen una ética, en valores intrínsecos o en unaconvicción religiosa les permite tomardecisiones que pueden incluso serconsideradas irracionales desde un cálculoinstrumental de costo-beneficio. Pues lagratuidad es precisamente eso: superar –nonegar– la lógica costo-beneficio, el criterioproductivista, como móvil último de todaacción.

En este sentido, la díada costo-beneficionos sitúa en el campo de la cadena deproducción, del resultado. Si la actividad sequeda allí –solo allí– entonces es motivadapor un factor externo: el beneficio. Eso es laesclavitud. Libertad solo puede haber dondeopera la lógica del don y de la gratuidad

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(Groppa y Hoevel, 2014). Y esta solo esposible donde hay valor intrínseco, virtud,como motor de la acción.

2. Factibilidad y relevancia del proyecto:¿son generalizables estas experiencias?

Desde el punto de vista práctico, losproyectos de empresas civiles que trabajanpor el bien común son técnicamente factiblesy generalizables (Zamagni, 2003; Ruiz,2014), si bien requieren de una mirada másamplia que la usual a la hora de evaluar suriqueza y potencial. En este sentido, no sepresentan como una alternativa utópica a laeconomía de mercado, sino que crecen enella, aunque con una lógica distinta,procurando su transformación solidaria.

Abren espacio para un nuevo tipo deempresario, que opere con una racionalidaddiferente, más compleja y realista, entérminos de la incorporación a su espectrodecisional de elementos normalmentedejados fuera, como las cuestiones relativasal medio ambiente o a la situación social –"costos" que son usualmente transferidos ala sociedad– y que lo haga no por cuestiónde imagen o estrategia comercial, sino porreconocer su valor intrínseco –de locontrario, como se dijo, la lógica seguiríasiendo instrumental, no gratuita.

Esta motivación diferente se verifica enel carácter subordinado que tiene el móvildel beneficio. Para las empresas de EdC, elobjetivo primordial es la creación de"hombres nuevos" o el fortalecimiento de loslazos de fraternidad y confianza. Para lasempresas B, es la creación de empresasecológica y socialmente responsables.

3. En adelante

La cuestión del marco legal quefavorezca este tipo de iniciativas puedeconstituir un punto importante para suexpansión futura. Como lo expresó unaempresaria de EdC: "las leyes están armadaspara empresas que evaden y no cumplen yno para ayudar a aquellas que hacen lascosas bien." Se necesita un marco legal queapoye este tipo de experiencias. El SistemaB está trabajando en esta línea en varios

países, incluida la Argentina, pero sinembargo, como también algunosempresarios han expresado, la modificacióndel marco legal no es una condición para elcrecimiento del sistema.

Por otra parte, las condiciones culturalesson muy aptas para este tipo de empresas ylas nuevas generaciones tienen unasensibilidad particular para con estasproblemáticas. No obstante, probablementeestos sistemas se mantengan como redes deempresas de tamaño mediano y pequeño.El grado de comunicación y la lógica deconstrucción colectiva están bastantereñidos con la tendencia a la construcciónde posiciones monopólicas u oligopólicaspropias de las empresas capitalistas. En estesentido, el resultado puede ser óptimo desdeel punto de vista económico agregado, puesse aproximaría a la solución de equilibriodel sistema cooperativo, que maximiza elnivel de empleo sobre las ganancias.

Por último, entendemos que estainvestigación reviste todavía carácterexploratorio y deberá ser enriquecida en elfuturo, estableciendo comparaciones conempresas análogas que no explicitan estetipo de valores.

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http://www.benefitcorp.net/http://www.bcorporation.net/http://edc-online.org/es/http://www.mariapolis.org.ar/http://www.gemeinwohl-oekonomie.org

1 Existe en Europa otro proyecto análogo, denominadoEmpresas para el bien común (http://www.gemeinwohl-oekonomie.org), pero no hemos encontrado empresasadherentes en la Argentina.2 Por razones de espacio, buena parte de esta descripciónfue excluida del presente artículo.El informe final de investigación (Groppa y Sluga, 2014)se encuentra disponible para los interesados.