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Emprendedores Socios del desarrollo Año 2 Nº 3

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EmprendedoresSocios del desarrollo

Año 2 Nº 3

Senderos de Desarrollo

Imaginación que se materializa

con el esfuerzo de todos los días,

con insumos de perseverancia,

y productos de innovación.

Mercados que se abren

a la oportunidad de construir:

Dar para recibir,

sembrar para cosechar,

identidad para trascender ,

facilitar para empoderar,

servir para aprender,

aliar para fortalecer,

competir para ganar.

Conquistar la meta

que hace del emprendimiento: “empresa”,

de la semilla: “inversión”

y del fruto… ¡éxito!

Mercados ruralesCooperación Suiza en Bolivia

ContenidoEditorial

Créditos

Estimadas/os lectores:

Con mucha satisfacción les presento el tercer número de la Revista Emprendedores, que cobija historias de vida de personas que con su emprendimiento y visión brindan una luz de inspiración a otras mujeres y hombres que van caminando hacia sus sueños.

De las historias que forman parte de este número de la revista, la de la señora Rosa Auza llamó mi atención en particular. Rosa es una empren-dedora que construyó su empresa partiendo de una receta familiar de carne de membrillo, mucha visión y voluntad de ir adelante. Su espe-cialidad, junto a la convicción de que su producto podría conquistar un nicho en el mercado, la llevó a establecer una empresa, que si bien es pequeña, nos deja un aprendizaje importante: para que la oportunidad se traduzca en éxito se tienen que juntar personas o grupos innovadores dispuestos a asumir el riesgo de invertir en su idea de negocio, con servicios de apoyo provenientes del sector público o entidades privadas.

En este caso la verdadera protagonista del éxito es Rosa, quien fue apoyada por el sector público que - con la participación de la coopera-ción internacional – prestó capacitación y asistencia técnica; iniciativa a la que se sumó una micro financiera privada con sus servicios finan-cieros. Es de esta manera que a partir de su receta familiar de carne de membrillo, Rosa maneja hoy en día una pequeña empresa exitosa presente en el mercado con una gama de más de 30 productos de fruta en conserva. Además, impulsa la economía local beneficiando a pequeñas y pequeños productores de la región de Cinti, quienes logran tener un mercado seguro para sus frutas.

Son estos emprendimientos los que la Cooperación Suiza, junto a actores bolivianos quiere seguir fomentando: la iniciativa de pequeños productores, empresarios y asociaciones complementada con servicios que les permitan insertarse a mercados de manera favorable, a fin de incrementar sus ingresos e impulsar la economía local de regiones que aún sufren problemas de pobreza.

Actualmente Bolivia lleva adelante un activo proceso de desarrollo productivo rural con énfasis en el acceso a mercados para pequeñas productoras y productores. Es a este proceso al que la Cooperación Suiza quiere aportar con el proyecto Mercados rurales, estableciendo desde el inicio articulaciones con las iniciativas públicas y privadas que ayudan a superar las barreras para acceder en condiciones favorables al mercado.

Emprendedoras y emprendedores como Rosa Auza y sus productos Cinti tienen una historia de vida inspiradora por contar, son historias como la suya las que hacen esta revista y queremos compartirlas con ustedes como una muestra del desarrollo empresarial que hoy en día ocurre en muchos sitios a lo largo y ancho de Bolivia.

Proyecto Mercados rurales de la Cooperación Suiza en Bolivia

Fundación Swisscontact y Fundación PROFIN.

TítuloEMPRENDEDORES, socios del desarrollo

Coordinación general:Verónica Delgadillo – Swisscontact

Investigación historias de vida, redacción, edición y fotografía:Ariel Duranboger B.Marco Arnez C.

Diagramación:José Calderón B.

Diseño e Impresión:www.MarcasAsociadas.com

Disponible virtualmente:www.cosude.org.bowww.swisscontact.bowww.fundacion-profin.org

El acceso a los mercados para unidades productivas familiares rurales 6

Políticas y programas e iniciativas públicas: Nuestra contribución desde un ámbito sectorial y territorial 8

MERCADO DE INSUMOS 11

Limber Aparicio, pura vocación... 12

El Huerto, Manuel y María Rosa semilleros de esperanza 16

MERCADO DE PRODUCTOS 21

Doña Rosa, la dulce historia del Valle de Cinti 22

Rica Papa, las papitas gourmet de Bolivia 26

MERCADO DE SERVICIOS 31

Valeria Clares: ¡Las mujeres tenemos que estudiar! 32

William, “mi trabajo lleva oportunidades al campo” 36

ARTICULANDO EL DESARROLLO 41

Alianzas para el desarrollo 42

Peter Bischof Embajador de Suiza en Bolivia

Socios del desarrolloEmprendedores 76

El acceso a los mercados para unidades productivas

familiares rurales

Cuando se habla de desarrollo, acceso y la participación en mercados de las unidades productivas familiares rurales, generalmente, se visualiza la comercialización de bienes y/o productos guiados por la demanda del mercado.

Si bien, es importante direccionar los procesos de producción, procesamiento, transformación y comercialización según los requerimientos de los usuarios y/o consumidores fina-les, existe una visión más amplia de los mercados, donde generalmente existen cuellos de botella que impiden a las unidades productivas familiares acceder a los mercados de bienes y/o servicios de los complejos agroalimentarios.

¿Cómo pueden las unidades productivas familiares apro-vechar oportunidades de negocio si por ejemplo no está desarrollado un mercado de servicios, de información, de insumos u otros que generen oportunidades de mercado?

El proyecto Mercados rurales de la Cooperación Suiza enriquece la visión de mercado de bienes y/o servicios mediante la facilitación hacia cambios sistémicos en los mercados tomando en cuenta mercados de insumos, de tecnología, de servicios de desarrollo de capacidades y servicios financieros, seguros y otros. El reto es hacer que todos estos mercados funcionen y favorezcan a las unidades productivas familiares rurales que participan en los complejos de lácteos, hortalizas, frutales y tubérculos.

Para hacer que estos mercados funcionen es necesario trabajar con los actores del sistema de mercado (produc-tores, proveedores de bienes/servicios, intermediarios, mayoristas, actores públicos, generadores de normativa, etc. ) facilitando la introducción o mejora de modelos de negocio rentables y sostenibles, donde las unidades productivas familiares rurales se beneficien directa o indirectamente

El reto está planteado, los mercados y sus principales cuellos de botella han sido identificados y los actores están deseosos de aportar a la implementación de las interven-ciones y así generar cambios en los sistemas de mercado.

Fundación Swisscontact - Fundación Profin

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Políticas y programas e iniciativas públicas: Nuestra

contribución desde un ámbito sectorial y territorial

Nuestro país atraviesa un activo proceso de implemen-tación de una nueva arquitectura institucional que, en su ámbito de promoción a la producción y comercialización rural, tiene a los Ministerios de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) y al Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPyEP), como cabezas de sector. Acompañan a esta institucionalidad, las políticas y programas definidos desde las Entidades Territoriales Autónomas (ETA), como Gobernaciones y Municipios que, si bien aún en etapa de ejercicio inicial, cuentan con las competencias asignadas para promover el desarrollo productivo rural, con énfasis en el acceso a mercados para productores a pequeña escala.

En base a este marco y bajo los principios de alineamiento y subsidiariedad, el proyecto Mercados rurales ha definido apoyar las iniciativas estatales en curso, estableciendo desde su etapa de diseño y diagnóstico para la formula-ción de intervenciones, articulaciones con las iniciativas de entidades públicas vinculadas al ámbito de acción del proyecto. El punto de partida de esta articulación fueron una revisión tanto a la Agenda Patriótica 2025, los planes sectoriales de desarrollo así como los Planes Estratégicos Institucionales de las instancias cabezas de sector para el periodo 2014 - 2018. Simultáneamente, se han revisado las competencias asignadas a los distintos niveles autonómi-cos, así como a los servicios técnicos especializados – con énfasis en aquellos públicos – que facilitan la gestión y el ejercicio de los mandatos definidos por ley. Finalmente, se ha relevado el estado de situación de iniciativas estatales de articulación público-público y público- privado, a través de mecanismos de coordinación y/o concertación y se ha definido una estrategia de articulación a éstos en función al rol definido del proyecto a niveles sectoriales o territoriales.

Como resultado de lo anterior, la contribución del proyecto para la mejora del ambiente público para el desarrollo de productores rurales a pequeña escala se resume en tres grandes metas: i) Facilitar acciones e instrumentos para fortalecer la oferta de pequeños productores a licitaciones

estatales (Compras Públicas), vía incidencia en norma-tiva a nivel central del estado – específicamente los programas y servicios públicos - y políticas y prácticas del nivel municipal, ii) Fortalecer los servicios públicos de información económico-productiva, de mercados y ejercicio de competencias autonómicas, y iii) Mejora de la gestión de los gobiernos autónomos en promo-ción económica y desarrollo productivo, desarrollando capacidades e incorporando instrumentos normativos, de formación, técnicos, operativos y administrativos.

Así, a nivel central del Estado se ha consensuado una agenda de trabajo con el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras a fin de apoyar a algunos de sus programas estructurales como el Observatorio Agroambiental y Productivo (OAP), el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) y el Consejo Nacional Agropecuario de Producción Ecológica (CNAPE), además de acciones específicas de acceso y promoción de mercados. Similar articulación se ha realizado con entidades públicas especializadas, cuyo ámbito de trabajo abarca varios niveles de gobierno,

desarrollándose acuerdos de trabajo con el Servicio Estatal de Autonomías (SEA) del Ministerio de Auto-nomías, la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGGP) y, a nivel local, el Centro de Capacitación Municipal (CCAM) del Gobierno Autónomo de La Paz, a través de su Unidad de Articulación y Transferencia intermunicipal. Además, están en curso acuerdos con actores del sistema asociativo municipal, a través de sus entidades aglutinadoras (Federación y Asociaciones Departamentales de municipios) y, comprometidos con la transversal género dentro del proyecto, también con la Asociación de Concejalas de Bolivia (ACOBOL).

El proyecto Mercados rurales apuesta por un forta-lecimiento de los actores estatales encargados de la provisión de servicios a los actores privados, con énfasis a aquellos de la economía comunitaria como son productores agropecuarios de la agricultura familiar quienes, en un contexto de economía plural, son los más vulnerables a los procesos del entorno (de mercado, medioambiental, etc.), pero a su vez, a quienes más debemos por nuestra seguridad alimentaria.

Roberto Jiménez Espinal – Responsable del componente Entorno de Negocios Favorable - Proyecto Mercados rurales.

Insumos que nutren la esperanza, emprendimiento que va con perseverancia,

rumbo a la cosecha del almaMERCADO DEINSUMOS

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primera impresión proviene el vocablo guaraní al que se atribuye el origen de su nombre: “qué bonito!”. Allí nació Limber Aparicio, rodeado de frondosos molles y algarrobos que protegiendo la vid eran testigos de una próspera producción de uva, vinos y frutas en la zona.

La vida no fue fácil para Limber, no había escuela secundaria en Impora y tuvo que terminar sus estudios en Tupiza, lejos de su familia. Pasó un tiempo en la Argentina donde observó con curiosidad la producción agrícola, hasta que finalmente consiguió una beca para estudiar agronomía en la ciudad de Sucre. Allí se casó y vivió durante un tiempo trabajando como observador meteorológico, haciendo jardineras y otros empleos eventuales.

El corazón y la nostalgia por su tierra llamaron a Limber con aromas de frutales: desde niño —cuenta Limber— quería hacer algo por esta tierra. Es así que el año 2000 comenzó a producir plantines de durazno en Impora. Sin embargo, no fue sino hasta el 2007 que volvió junto a toda su familia para establecerse allí e iniciar un proyecto de vivero, conciente de la demanda de material vegetal existente entre sus vecinos productores. Trabajó en otros rubros para generar capital, sacó créditos y buscó apoyo técnico hasta consolidar el proceso óptimo de propagación de plantines.

Detrás de un rostro modesto de emociones, se esconde la riqueza humana de un hombre que frente a las adver-sidades se entrega apasionado a su vocación. Hace un par de años quedó viudo, a muy poco tiempo de inciar el emprendimiento del vivero junto a su esposa. No obstante, con mucha perseverancia y amor por su región Limber ha conseguido cumplir su anhelo:

“Es por eso que decidimos apostar a la vid y rescatar las variedades que tenemos, no podemos competir con los tarijeños, porque tenemos variedades que siempre se han dado en la zona... los tarijeños tienen sus vinos, nosotros respetamos,

pero nosotros también podemos tener nuestro vino bandera... que se identifique la región, sobre todo.”

Eran otros los tiempos en que se recogían las uvas en canastos, eran expuestas al sol y cargadas en lagares para ser pisadas al son de cajones por las mujeres de Impora quienes obtenían el elixir de la vid. El problema del agro ha dejado el pueblo vacío, pese a ello las variedades de uva cinteña son únicas y tienen un gran potencial para reactivar la producción vitivinícola. Sin embargo, además de un desconocimiento de técnicas apropiadas de producción, existe aún una oferta escasa y limitada de variedades frutales certificadas y adaptadas.

Frente a este panorama, con espíritu emprendedor, Limber se ha constituido en un agente de cambio, incorporando conocimiento y tecnología:

“Me gusta investigar, por eso es que estoy probando, ensayando. Es tan divertido y tan agradable hacer estas cosas, porque con la nueva tendencia de la plasticultura se puede modificar el ambiente, producir en otras épocas, con el goteo, con las mangueras, con todos los sistemas de tuberías, se puede llegar a donde nunca hubiéramos pensado llegar con agua. Me gusta mucho leer información técnica para ver qué están haciendo otros países, para copiar y adaptar y crear también nuestra propia tecnología.”

Con esta convicción ha innovado técnicas en la cons-trucción de sus invernaderos, ha implementado riego por nebulización, portainjertos GxN y en el futuro piensa en construir macrotúneles. Aliado con la tecnología produce en tres hectáreas de terreno plantines de alta calidad contribuyendo a mejorar la producción de la región de Cinti.

El Proyecto Mercados rurales de la Cooperación Suiza en Bolivia, a través de su socio cofacilitador, la fundación FAUTAPO, busca contribuir al mejoramiento de sistemas de mercado de productos agroalimentarios. Involucrando a actores como Limber Aparicio, se propone mejorar el mercado de insumos, en este caso, la producción de plantines de alta calidad genética y sanitaria, sumada a un fortalecimiento de las capacidades en gestión empresarial y la provisión de financiamiento.

Limber produce plantines de diversas variedades de uva de mesa para vinos varietales. Destacan la “negra criolla” o “misionera”, la Vicchoqueña y la uva Moscatel de Alejandría, de la cual se elabora el Singani. Estas variedades gozan de los beneficios de la Indicación Geográfica (IG), signo que se utiliza para destacar alguna calidad o reputación que se debe al lugar de origen y que FAUTAPO viene implementando a nivel del Valle de Cinti.

Además Limber produce duraznos francos e injertados de la variedad Ulincate, Gumucio Reyes y durazno blanco, todos adecuados a la región con capacidad de

“Esa siempre ha sido mi vocación... las plantas, la naturaleza...”

Limber Aparicio, pura vocación...

Esta frase define a Limber Aparicio, agrónomo y pro-pietario de un vivero en la comunidad de Impora, rústico pueblo ubicado en la provincia Sud Cinti, municipio de Las Carreras en el departamento de Chuquisaca. Con una dedicación casi paternal en cada esqueje y en cada injerto, Limber se encarga de proveer de plantines de frutales al sector frutícola y vitivinícola de la región de Cinti, contribuyendo así a su desarrollo.

Impora es un oasis enclavado en una planicie árida y rocosa de arbustos que desafían a los vientos. De esa

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adaptarse a más de 2600 metros de altura. Pero “un vivero debe tener de todo”, dice Limber, así que oferta también paltos, higos, guindas, manzanos, chirimoyas y olivos.

Limber no se ha quedado ahí, su preocupación por la producción lo ha llevado a involucrarse en los asuntos públicos de su comunidad, ejerciendo el cargo de Corregidor y posteriormente como Alcalde electo del Municipio de Las Carreras, desde el año 2012. En su rol de autoridad municipal ha logrado hacer una gestión exitosa enfatizando los aspectos técnicos y productivos para el beneficio de su región.

La iniciativa emprendedora de actores como Limber, sumada a la institucionalidad y normativas vigentes, pueden contribuir al fortalecimiento del sector frutícola y Vitivinícola. La oferta de plantines de calidad tiene un impacto directo en las unidades productivas familiares, mejorando la madurez, el tamaño y productividad de sus parcelas, contribuyendo a una mejor producción, mayor volumen de ventas y por lo tanto, incidiendo en mejores ingresos para las familias productoras de la región de Cinti.

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“La competencia era dura, porque todos querían semilla del Perú (costaba casi el doble que la mía), es que la ven más grande porque llega con impurezas y la nuestra era pequeña, porque ya le habíamos limpiado”

María Rosa, 35 años

Hace seis años, a iniciativa suya, María Rosa embolsó 20 kg. de la semilla a granel de Zanahoria variedad Altiplano que habían producido con Manuel, su esposo, mientras él trabajaba en una empresa semillera. Ella, junto a su pequeño hijo,se lanzó hasta una feria en Oruro y allí donde nadie la conocía, comenzó a ofertar su producto y regalar muestras de semilla producida por ella y Manuel.

Sugiriendo a sus clientes que hagan la prueba y comparen calidad, sembrando en un pedazo de la parcela con su semilla y en otro la peruana, vendió el insumo a Bs 10 por cada 60 grs., otro tanto lo obsequió bajo la premisa de “nos vamos a ver el próximo año, verán que les resulta mejor” ; y así fue, al siguiente año, los agricultores que asistieron a la misma feria se acercaban a ella, tratando de reconocer si fue María Rosa quien les había dejado tan excelente insumo. Ese año junto a Manuel, vendieron 60 kg. de la misma semilla a Bs 60 la libra.

Manuel Céspedes, proviene de una familia campesina del municipio cochabambino de Sipe Sipe, mientras María Rosa Chuquimia, nació en La Paz.

“Yo vengo de una familia campesina, mi padre siempre trabajó con la tierra y mi sueño es crecer con lo que el campo nos da, para eso me he preparado toda mi vida…”

Manuel, 40 años

Ambos son ingenieros agrónomos y se conocieron en la universidad mientras estudiaban la carrera en Cochabamba. En calidad de tesistas formaron parte del Centro Nacional de Producción de Semillas de Hortalizas dependiente del INIAF y bajo el liderazgo del ingeniero Víctor Quiroga participaron en la producción de semillas. Posteriormente fueron parte de un mismo equipo para la producción de semilla híbrida de tomate y de ahí en adelante establecieron una relación de pareja. Hace 8 años se casaron y tienen 3 hijos (dos varones y una mujer).

¡Ahora nos creen, nuestras semillas son certificadas!

El Huerto Manuel y María Rosa

semilleros de esperanza

“El Ing. Quiroga es y ha sido nuestro maestro, él siempre nos ha apoyado y aun hoy a veces le proveemos de insumos y es él quien nos da consejos, nos motiva a seguir”

María Rosa.

Tras desvincularse del Centro empezaron a producir semilla de calidad en un terreno de propiedad de la familia de Manuel en Sipe Sipe, a 27 km. de Cochabamba, actividad que combinaban en un inicio con el trabajo en la empresa que el Ing. Quiroga ex director del Centro acababa de establecer para exportar semilla híbrida de tomate. Luego de la buena experiencia que tuvieron en la feria de Oruro, junto a otra pareja de agrónomos, formaron la microempresa hoy llamada EL HUERTO.

“Ellos siempre han sido emprendedores, con ganas de salir adelante, son bien preparados y responsables”

Claudia Sainz - Fundación Valles

Al inicio fue complicado pues no contaban con maqui-naria. La falta de maquinaria para beneficiar semilla los obligó a alquilarlas del mismo Centro. El beneficiado de semillas se realiza a través de cuatro fases en las que son indispensables máquinas especializadas como: venteadora (limpia las impurezas que presenta la semilla peruana), escarificadora, trilladora y por último, una mesa de gravedad. Estas herramientas en conjunto tienen un valor aproximado de Bs 100 mil y sumado a ello, lo ideal es contar con viveros cuyo costo individual en superficies de 250 m2 alcanza a Bs 60 mil, la cifra

sigue subiendo en cuanto a necesidades básicas y de infraestructura: insumos, envases, terrenos, transporte, personal, promoción, etc. Pese a ello, el Huerto es la empresa más productiva de tres micro empresas que se formaron bajo las mismas condiciones: El Huerto, Perla del Valle y La Genuina Semillera (marca creada por los ex socios de Manuel y María Rosa). Entre las tres, compiten con una producción de 4 mil kg. al año frente a los más de 12 mil kilos acopiados por el Centro en la campaña anterior.

La semilla de EL HUERTO es de calidad y está certifi-cada por el INIAF. Por la escasez de la tierra y capital, ellos mismos producen semilla alquilando terrenos bajo la modalidad «al partir», la cual implica que quienes les alquilan tierra pongan también agua y mano de obra, frente al asesoramiento técnico, plantas madre y fertili-zantes que Manuel y María Rosa aportan. Actualmente producen 500 kg. de semilla de zanahoria variedad Altiplano, 100 kg. de zanahoria Chantenay, 80 kg. de semilla de rábano y 80 kg. de semilla de cebolla Mizqueña; y sus semillas llegan hasta Sucre, Potosí, Oruro y Cochabamba.

“Actualmente existe una estacionalidad en la producción y algunas variedades de hortalizas ya están posicionadas por su costo y respuesta a las regiones donde se las cultiva. Esa estacionalidad se puede romper a través de la producción de variedades alternativas para otras épocas de producción, el secreto está en el manejo de las variedades y la producción bajo cubierta (invernadero)”

Ricardo Alem /Fundación Valles

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Estos emprendedores reconocen que ser independientes es bueno, el secreto para crecer es la perseverancia, viajar más para abrir mercados y acceder a créditos productivos para implementar un vivero y producir plan-tines de frutas y flores, solo así podrán diversificarse, otorgar valor agregado a sus semillas e incrementar el volumen de su producción.

Si bien las desventajas son la falta de recursos e insumos, la principal limitante es la falta de mercados. La produc-ción boliviana de semillas de hortalizas está liderada por el Centro Nacional de Producción de Semillas de Hortalizas, cuya producción sólo alcanza a abastecer el 20% del mercado nacional y competir contra los volúmenes que éste genera o superar la fidelidad que el agricultor le tiene al Centro se ve complicado. Mer-cados como Potosí, La Paz o Santa Cruz requieren de sus semillas y en un futuro pretenden expandirse hacia nichos potenciales en esos departamentos.

EL HUERTO, es una empresa formal, cuenta con todos los documentos requeridos por la norma para participar

de licitaciones, lamentablemente a la fecha no tienen volúmenes y costos que les permitan competir.

En gestiones pasadas han recibido el asesoramiento y apoyo financiero de Fundación Valles, para validar especies de hortalizas no tradicionales o de alto valor. A través de la facilitación que el proyecto Mercados rurales realizará, se beneficiarán con acceso a asesoramiento, desarrollo de un plan de negocios y de mercadeo orien-tado a diseñar estrategias para cumplir sus objetivos de expansión, financiamiento y posicionamiento.

Quedan 5 años para que María Rosa y Manuel terminen de pagar el crédito que les permitió comprar la mesa de gravedad, mantienen la familia y la empresa a través de EL HUERTO, y aunque la vocación de Manuel fue siempre la de trabajar en el campo, María Rosa tenía la aspiración de ser doctora, sin embargo, hoy no cambian por nada lo que han construido y tienen la seguridad de que en un futuro será el cimiento para el desarrollo de sus hijos.

MERCADO DE

PRODUCTOS

Conquistar la meta que hace del emprendimiento: “empresa”,

de la semilla: “inversión” y del fruto… ¡éxito!

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Doña Rosa Auza viuda de Moreno es una camargueña con el cabello blanco y la sonrisa dulce. Una tez morena y bien cuidada otorgan belleza y sabiduría a la enérgica mujer que hoy cumple el rol de gerente propietaria de una micro empresa rentable y con visión de expansión. A sus 70 años tiene 3 hijas, un hijo y 5 nietos, estudió hasta el bachillerato, se casó cuando cumplió 20 años, siempre ha vivido en este pueblito colonial apoyando los emprendi-mientos y desarrollo profesional de su esposo, ingeniero agrónomo que trabajó incasablemente en lo que fue la Corporación de Desarrollo de Chuquisaca, él fue quien reconoció las cualidades y oportunidades que el talento culinario de Rosita y las frutas de la zona podían brindarles a ambos como plan de retiro.

“…como mi esposo veía que a mí me encantaba hacer estas cosas, entonces me dijo comenzaremos con la Carne de Membrillo, ahorita le hemos puesto Dulce de Membrillo a nuestras carnecitas…”

Es así que en la década del 80, cuando su esposo se dirigía a Chile por una beca de estudio, desde La Paz le envió una cocina, una moledora de carne y una paila de cobre de gran capacidad para que su esposa comience a producir y comercializar la Carne de Membrillo, pulpa dulce obtenida de este fruto, y con la cual Doña Rosita en 1984 recibió el primer premio en la feria productiva «Chuquisaca Sur», galardón que la motivó a continuar con el emprendimiento y que orgullosa hoy expone en sus anaqueles.

“…hicieron una feria artesanal, ahí en el coliseo, por primera vez, no solo había transformación de frutas, recuerdo había exposición de uva, vinos y muchas cosas y ahí es donde empecé, porque saqué el primer premio… ¡pucha! entusiasmada por el premio, me dieron una bandeja de plata… en realidad eso me motivó”

Tras el fallecimiento de su esposo continuó con su actividad capacitándose, experimentando, innovando productos y mejorando las técnicas de transformación. De esta manera

Camargo tierra del sol y del vino cuenta con tierras pródigas que dan exquisitos frutos, con los cuales están elaborados nuestros productos. ¡Hecho en Camargo -Chuquisaca Bolivia-!. Así reza la etiqueta de PRODUCTOS CINTI, la marca que Doña Rosita le ha puesto a los manjares de exquisitas frutas tratadas de manera artesanal que envasa al vacío, al estilo local y según mandan las rece-tas que está abuelita creó y hoy cuida celosamente en su memoria.

“Me tengo que seguir sacando el primer premio”

Doña Rosa, la dulce historia del Valle de Cinti

ha desarrollado una fábrica artesanal de transformación de frutos, donde elabora 32 tipos de conservas, de forma natural y sin el uso de químicos conservantes. Utiliza frutas del lugar y sus alrededores como la uva, el durazno, manzana, peras, membrillos, guayabas, higos, etc. Entre sus productos destacan los duraznos al jugo, Chutney de durazno, Cuaresmillos en almíbar, conservas de brevas y obviamente la carne de membrillo que tanta fama la ha dado entre propios y extraños.

“…claro que sabía hacer algo, pero no tan bien como para sacar al mercado. He hecho un mundo de experimentos para aprender, esto es así, asa… hasta que salí a flote y ahora a mi nada se me echa a perder…”

Su producción alcanza a 3600 conservas en presenta-ciones de frascos de vidrio de 360 y 700 grs., produce en las épocas de fruta: enero, febrero y marzo. Destina su producción principalmente al mercado local, aunque recibe pedidos de otros departamentos, como La Paz, Sucre y Santa Cruz. La época más alta es Carnaval y Todos Santos.

“…hay una fábrica en Cochabamba que provee los frascos, pero es todo un problema, las flotas no quieren llevar, hay una señora que trae pero le sube y no conviene, pero ahora hay un señor que trae del Perú y, lo que la fábrica nos vendía a Bs 7, él nos trae en B. 3.80 ya puesto aquí… y la gente nos dice por qué vende tan caro y hay que explicar pues que el frasco cuesta tanto, los insumos y así para convencer…”

La gente de esta región se siente orgullosa y reconoce la belleza y atributos únicos del valle de Cinti. Rodeado de serranías que van del color rojo cobrizo a tonos violáceos, grises y amarillos, en una paleta complementada por las verdes arboledas nutridas de variados frutos. Estas tierras y sus habitantes fueron protagonistas y testigos del crecimiento y desarrollo de toda una industria de la vid y sus derivados. Cinti es la región que vio nacer, crecer y desarrollar la producción del Singani (aguar-diente obtenida por la destilación de vinos naturales de uva fresca…), nombre que hereda de una localidad de la zona. El Singani, tiene registro de Indicación de Origen en el SENAPI, como representante de la calidad y sabor único que este valle ofrece al mundo entero. El Enfoque de Desarrollo Territorial, que promueve el proyecto Mercados rurales de la Cooperación Suiza en Bolivia, de la mano de Rimisp y Fautapo, a través de una de sus estrategias, apunta a posicionar el valor competitivo de los peculiares productos que este valle y otras regiones de Bolivia ofrecen a los mercados locales y externos. Si bien la labor se enfoca en el fortaleci-miento, capacitación y acceso a servicios financieros y no financieros para fortalecer los eslabones de los mercados de insumo, productos y servicios, a través de la estrategia de Indicación Geográfica (IG), insumos y productos desarrollados por productores rurales de pequeña escala, podrán beneficiarse del valor que la región de origen otorga a su producción.

“…El enfoque de Desarrollo territorial en el valle de Cinti se puede lograr por sus características geográficas: clima, suelo, tradición, producción. Ya hemos logrado el reconocimiento por parte

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del SENAPI de la producción de vinos y singanis, esto va a permitir generar una canasta de servicios para mejorar las condiciones de gastronomía, hotelería, transporte y de la dinámica territorial en beneficio de todos los actores del mercado…”

Richard Arando /Fautapo - Mercados rurales

Doña Rosa y su esposo comprendieron desde un inicio que las frutas que Camargo y sus alrededores produ-cen en el valle de Cinti son únicas, la uva, el durazno, la pera, manzana, higo y otras son los ingredientes que utiliza para la elaboración de sus productos, esto logra que tengan cualidades peculiares que solo este valle ofrece. Es así, que la micro empresa que dirige, PRODUCTOS CINTI es una de las marcas recono-cidas en la región:.

“…no sabía qué ponerle, ponle productos Rosita (no, no me gusta) y así pensando bien, alguien dice: Productos Cinti. Mandamos hacer en La Paz la etiqueta, una amiga que conocía una imprenta nos ayudó…, eso como hace 15 años más o menos…”

El emprendimiento ha recibido apoyo de distintas ins-tituciones y proyectos como FAUTAPO y DELACH; y accedió a créditos de CRECER e IDEPRO. Aportes que serán complementados por la facilitación del proyecto Mercados rurales, a través de capacitación técnica y desarrollo de un plan de negocios que Rosita menciona ”tanta falta me hace”. Productos Cinti, se proyecta a mejorar y consolidar su emprendimiento. Doña Rosita

espera que sus hijas: Olivia, quien actualmente le colabora en la fábrica y Emilce, que vive en Santa Cruz puedan hacerse cargo de la microempresa.

El proyecto Mercados rurales, ha iniciado sus activi-dades en la zona y luego de realizar un diagnóstico y estudios de mercado, se visualiza un alto potencial de los mercados de insumos, productos y servicios.

“…Se ha tratado de reunir a todos los actores del mercado para ver los cuellos de botella y analizar posibles formas de mejorar sus ingresos económicos y se ha descubierto más actores, que antes no se identificaban -agropecuarias en la zona, acopiadores que no se los consideró nunca, técnicos privados que pueden dar servicios e industrias que demandan productos de la zona-, entonces hemos logrado construir facilitaciones importantes: desarrollo de capacidades de manejo en la producción, asistencia técnica por parte de los actores organizados, formación de brigadas para atención de demandas específicas, desarrollo de capacidades de material vegetal: insumos de platines de manzana, durazno y uva, a través de viveros que existen en la zona, estudios de mercado y producto, y planes de negocio..”

Richard Arando /Fautapo - Mercados rurales

Entre sus planes promocionales, Rosa Auza Vda. de Moreno piensa publicar un recetario que -a su modo- será su legado a la cultura culinaria camargueña.

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Reza el refrán: “Dios los crea y el diablo los junta”; pocas veces se puede ver concentrados tantos factores de éxito en un grupo de personas: vocación, experiencia, especiali-zación, iniciativa, creatividad, perseverancia, competitividad, vivacidad y sobre todo buen humor e integración familiar. Doña Felicidad y el tata Justo, son emprendedores que han dado vida a una de las microempresas más activas del rubro, con mayor posicionamiento a nivel nacional gracias a la novedad de las ch’ili papitas, que con mucho éxito se han convertido en el bocadito preferido de chefs y antojadizos comensales, quienes pueden adquirirlas en las principales cadenas de supermercados del país.

En Bolivia existe una gran riqueza de producción de granos y tubérculos. Sin embargo, la papa en particular, tiene mucho potencial para la alimentación, medicina y agroindustria. Es uno de los productos andinos que tiene mayor diversidad genética: según el INIAF en Bolivia exis-ten 1555 variedades. La participación que la Cooperación Suiza en Bolivia ha tenido a través de varios programas y proyectos en este sector viene desde 4 décadas atrás y los resultados han sido positivos en el manejo técnico, mejoramiento de variedades y comercialización de la papa, temas que a la vez son hitos bandera de las instituciones de desarrollo en el área agrícola. El caso de la familia López es una muestra del apoyo de los proyectos de la Cooperación Suiza y la Fundación PROINPA, que gracias a innovaciones comerciales y tecnológicas ha conseguido afianzar un nuevo emprendimiento.

La relación productiva y cultural que aymaras y quechuas tienen con la papa desde la génesis de su historia, ha sido narrada en leyendas y escrita en los surcos de la tierra a través de ritos para la siembra y cosecha, que se extienden por todo el altiplano y valles de Bolivia. ¡Nada se deja a la suerte! la bendición y el permiso de la Pachamama (Madre Tierra) para nutrir el cultivo es esencial antes de siquiera pensar en sembrar los campos con este pan de cada día andino. En noviembre, tiempo de lluvia (jallupacha=época de lluvias), las melodías de pinquillos (instrumento nativo

…es de Morochata, ¡la más rica!

Rica Papa, las papitas gourmet de Bolivia

de viento), marcan el paso de la danza, que más que un baile festivo define el éxito de la cosecha, según el esfuerzo y fé que se pone con cada paso en torno a las mesas que ofrendan los yatiris (sacerdotes andinos) de poncho ocre en las wajt’as (ofrenda a la tierra). Así es, la producción de papa en Bolivia... es una cosa seria. Doña Felicidad y Don Justo tienen 3 hijos, dos viven y trabajan con ellos, Abner de 25 años y Betzabé de 22 años. Comenzaron produciendo papa en Morochata, formando parte de la Asociación APRA (Asociación de Productores Andinos), organización que abandonaron para comenzar un emprendimiento propio. La demanda que Doña felicidad Escobar (53 años) recibía de los clientes, misma que fue ganando día a día, puerta a puerta, y que a medida que iba creciendo se le dificultaba satisfacer porque algunas de las políticas de la asociación no se lo permitían. Gracias al apoyo técnico de la fundación PROINPA, esta singular familia participó en ferias y accedieron a capacitación. Al igual que otros productores de APRA, Don Justo, en el papel de promotor, participó de eventos de intercambio de experiencias en Perú, Colombia y Ecuador. Doña Felicidad llegó hasta China para conocer las prácticas productivas de ese país. Allí, con el apoyo de traductores enseñó a muchos las técnicas agrícolas y de mejoramiento que aprendió y que se aplican en Bolivia. Justo –en el marco de APRA de la cual era dirigente– regresó del Perú con la idea de acopiar las papas pequeñas (ch’ilis) y comercializarlas en el mercado gourmet. Así en el año 2006, crearon la empresa «RICA PAPA», en Quillacollo, Cochabamba.

Su oferta también incluye otras variedades de papas nativas como la «pinta boca».

Abner, armado de un smart phone, internet y carisma, ha tomado la iniciativa de liderar esta microempresa, aprovechando los conocimientos de comercialización que obtuvo en su experiencia como promotor de ventas de Herbalife y a través de capacitaciones de mercadeo en las que participó por iniciativa propia. Sus habilidades han generado la identidad corporativa de la marca, misma que evolucionó de un lineamiento rústico a uno más sofisticado, por el tipo de mercado al que apuntan. Ha creado e implementado sistemas de promoción con diversas herramientas degustativas y publicitarias, produjo merchandising, uniformes (poleras y overoles) y estableció una página en Facebook. Junto a PROINPA, han establecido estrategias de precio que les permite mantener un punto de equilibrio y rentabilidad con proyección al largo plazo. También fue Abner quien desarrolló las metodologías de control de calidad, administración y distribución de RICA PAPA.

“…he abandonado la carrera de agronomía, lo mío es el marketing, la administración y de donde he podido me he capacitado en eso, puro tallercitos he pasado”

Abner

Don Justo, con la hiperactividad que a sus 55 años sigue inagotable, ha innovado técnicamente su sistema de

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lavado, adaptando una mezcladora de cemento y un par de escobas domésticas para lavar la papa y así mejorar su proceso de trabajo: acopio, pre selección, lavado, secado, selección final, embolsado y distribución, 800 a 1000 kg. es el volumen de producción que generan en 9 horas de trabajo diario.

“Cuando el albañil construía unos cuartos, nos fijamos en la mezcladora (nos dijeron que ya usaban en zanahoria) y hemos hecho la prueba, bien ha funcionado. Existen máquinas para eso, pero son caras y grandes, con una chinita de 300$us nos hemos hecho la lavadora, ahora muchos quieren copiarnos…”

Don Justo

Doña Felicidad ha explotado sus habilidades como comerciante y es la encargada de buscar proveedores de Papa, que vienen principalmente de Chapicirca, Morochata y Colomi. Para muchos, ella es la cara de la empresa.

“Me he caminado todo, en todo lado me conocen, ¿Doña Felicidad me vas a mandar papa?, ¡más quiero está vez! y, en otros lados ¿cuánta papa vas a necesitar ahora Feli? -jajaja- harto sigo caminando”

Felicidad

La empresa además cuenta con el apoyo de Betzabé quien es la encargada de la Oca (quien concentrada en sus funciones, junto a otras señoras de pollera secaba la Oca en el patio). En Rica Papa todos son gerentes, comenta entre risas Abner, cada miembro de la familia ha asumido un rol: Don Justo es el Gerente General, Abner es el Gerente Comercial, Felicidad es la gerente de acopio, Betzabé se hace cargo de la distribución auxiliar y Gregorio, uno de los empleados, es Gerente de producción. Adicionalmente, en pascuas, contratan una o dos personas más, si la cantidad de pedidos de entrega así lo demanda.

La sociedad estableció una segmentación de los mercados y la distribución de utilidades e inversión responde al porcentaje que cada mercado rinde. La cobranza es tarea de cada uno según el mercado que les corresponde.

RICA PAPA abastece segmentos de mercado en Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y La Paz, centrán-dose principalmente en cadenas de supermercados: Ketal, Hipermaxi, IC Norte, Hotel Cochabamba, Tecno Alimentos y eventualmente en mercados populares a través de venta directa. La conformación de su cartera de clientes es algo que orgullosamente han construido paso a paso y entre todos los miembros de la familia. El secreto del sabor en esta «papita» es el origen: morochateña, reza el slogan que le da denominación de origen. La marca evolucionó de una sigla complicada a un nombre corto, fácil de recordar, que describe el

producto y su atributo principal. Este acierto también es obra de Abner, quien también ha creado instintivamente submarcas como la NATIVA.

“Nuestra papa es de Morochata, es la más rica”

Felicidad

A diferencia de su competencia, ellos cuentan con NIT, registro en Fundempresa y registro de marca en SENAPI. Han accedido a financiamiento bancario para terminar de construir la casa, comprar un camión con el cual distribuyen localmente. Abner viaja periódicamente

a La Paz y Santa Cruz. Pronto iniciarán procesos de ampliación de infraestructura e irán formalizando sus planes de negocio, nuevos mercados y empoderamiento corporativo, con el apoyo del proyecto Mercados rura-les y su socio cofacilitador PROINPA, buscando que el éxito de RICA PAPA sea una inspiración para otros productores de la región. “Este pechito quiere papita, este pechito come papita…” acompañan cantando todos en coro a tono con la pícara voz de la hija de 4 años de Abner, mientras empaquetan y pesan las bolsitas de red color magenta y lila que combina con la rica papa de Morochata. Cochabamba, Bolivia.

MERCADO DE

SERVICIOS

Capacidades que fortalecen el rumbo del emprendimiento, hacia oportunidades para el desarrollo

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Son las 06:30 de la mañana, las luces del alba revelan el perfil del majestuoso Illampu, divinidad tutelar del altiplano norte, mientras Valeria Clares Quispe camina decidida a emprender una nueva jornada. K’epichando su wawa de un mes de nacida en la espalda, recorre la altiplanicie del municipio de Achacachi visitando a las familias campesi-nas de la región. A sus 25 años, desafiando la tradición, es una de las contadas mujeres que trabaja ofertando los servicios de desparasitación y vitaminización del ganado lechero de esta región productora.

Siendo la menor de nueve hermanos, tuvo una modesta infancia, vinculada siempre al trabajo agrícola. Conciente de las carencias que vivía su familia, no tuvo más aspira-ciones que terminar la escuela, destinada tal vez a seguir el destino de sus hermanos: emigrar a la ciudad para trabajar. Pero su más temprana vocación le esperaba con una grata sorpresa:

“Me gustaba la agropecuaria, porque vivir el campo es bonito... yo siempre estaba en el campo, desde pequeña... ayudando con los ganados y en la chacra que hacemos. Por ese motivo yo he entrado también y así también he acabado la universidad”

Humilde campesino, Don Francisco Clares condujo a su hija Valeria por las sendas del trabajo agrícola, pero también la estimuló a ir más allá, involucrándola en capacitaciones. Como promotor, Don Francisco tuvo la oportunidad de estudiar agropecuaria con una beca de la UAC (Unidad Académica Campesina) de la Universidad Católica Boli-viana, sin embargo, dijo “ya estoy cansado” y decidió pasar la posta a su siguiente generación.

El reto para Valeria no sólo era estudiar una carrera, sino también demostrar que tenía la capacidad de desenvolverse en un espacio laboral predominantemente masculino:

“Siempre he pensado acabar el colegio porque cuando te dicen ‘vos no has estudiado’, a veces la gente se

Valeria Clares: ¡Las mujeres tenemos

que estudiar!

“…antes las mujeres no estudiaban”

mira... y por ese motivo yo quería acabar y estudiar algo... porque antes las mujeres no estudiaban, sólo los varones. Y yo con ese pensamiento he dicho ¿cómo las mujeres no vamos a estudiar? Por ese motivo, mi papá también me ha apoyado: ‘tienes que estudiar!...’”

Nutrida de aspiraciones y entusiasmo Valeria empren-dió un desafío en el verano del 2008: su primer día de clases. Rodeada de desconocidos, en su totalidad varones, no pudo evitar sentirse en un lugar extraño. Esta escena, cotidiana para muchas mujeres que intentan acceder a espacios tradicionalmente masculinos, le hizo flaquear pensando por un momento abandonar la carrera. Fueron dos semanas difíciles, luego de las cuales comenzaron a llegar otras compañeras mujeres, con quienes compartió el reto.

Al principio no tenían aulas ni bancos y pasaban clases al aire libre. Valeria disfrutaba mucho de hacer visitas a las familias campesinas, trajinando por las veredas que surcan la altiplanicie. Hacer prácticas, participar de campañas de desparasitación y viajar a otros lugares son las cosas que más gratamente recuerda de su vida universitaria.

“Hay materias que son bonitas: veterinaria y zootecnia, hemos ido a hacer cirugías en el campo, a operar a los ganados y también hemos ido de agropecuaria a sembrar arbolitos... esas prácticas... hemos ido a Tiahuanacu a ver cómo es el carpa solar... Hemos ido a Caranavi, era

bonito... puro verde... el calor... el río... hemos conocido el árbol de plátano, de mango. Yo no sabía cómo era porque cuando no viajas y no ves, no sabes cómo crece, cómo da frutos”

Así como los árboles dan fruto, los estudios han dado la posibilidad a Valeria de incrementar los ingresos que obtiene con la producción de leche de sus 3 vacas. A pesar de no haber defendido su tesis, trabaja ofreciendo los servicios de desparasitación y vitaminización a una quincena de familias a las que visita una vez cada tres meses, por las pampas de Irama Belén. Ellos no le exigen el “cartón” o el título profesional, pues confían en su trabajo, sin embargo, Valeria piensa en concluir la tesis que abandonó en el momento en que conformó una familia con Juan Carlos, su pareja, y tuvo a sus hijos Miguel Ángel y Adriana.

Muchas mujeres del área rural viven en la misma situación. La falta de oportunidades económicas, la maternidad y las actividades domésticas interrumpen o dificultan sus posibilidades de estudio. Fue un gran logro de Valeria y sus compañeras terminar la univer-sidad, pues de 9 mujeres que ingresaron, 8 lograron finalizar la carrera; mientras que los varones, de 30 que ingresaron apenas 13 concluyeron sus estudios. Sólo 3 mujeres han defendido la tesis, pero Valeria no piensa quedarse de brazos cruzados: no sólo piensa titularse en el futuro cercano sino que planea irse a la UAC de Tiahuanacu para conseguir la licenciatura en Ingeniería Zootécnica.

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Achacachi, municipio ubicado en la provincia Omasuyos, es parte de la cuenca lechera del departamento de La Paz, tercer productor de leche a nivel nacional. Es un rubro en constante desarrollo y con una creciente demanda de insumos y servicios complementarios. El Proyecto Mercados rurales de la Cooperación Suiza en Bolivia, busca dinamizar los mercados de consumo, servicios e insumos del complejo de lácteos buscando influir en la oferta y demanda de la leche para ampliar el mercado beneficiando a las unidades productivas campesinas. Valeria es parte de esa cadena que con-tribuye a mejorar la producción.

Emprendedoras como Valeria están cambiando las cosas en el campo, abriendo con su ejemplo oportunidades para otras mujeres que desean superarse. Ya pasaron

los tiempos en que las mujeres no podían estudiar y que los varones decidían por ellas:

“A veces a una mujer, lo que dice no le hacen caso, cuando los hombres dicen ‘hagamos eso’... ya [le dicen]. Si una mujer dice ‘esto tenemos que hacer’, no hacen valer su voto. Ahora ya está cambiando, ya las mujeres participan en reuniones. Lo que dicen ya se escucha.”

En efecto, las cosas están cambiando, Valeria espera capacitarse aún más, construirse una casa, tener un establo y así generar las condiciones económicas para que sus hijos puedan crecer y tener la posibilidad de decidir sobre su futuro, como ella.

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El momento más feliz de su vida fue cuando pudo cul-minar la licenciatura de Administración de Empresas. William Pérez nació en Uriondo, un municipio vitivinícola de Tarija. Con 31 años de edad, este emprendedor de la vida hoy vive en Camargo, municipio del Valle de Cinti en Chuquisaca, donde desempeña el cargo de Jefe de Agencia de la entidad micro financiera IDEPRO. En el año 2009, William ingresó a IDEPRO como Oficial de Negocios, función que lo acercó al sector productivo rural para ofrecer servicios financieros a través de la institución que representa.

“Me gusta trabajar en la empresa porque está ligada al campo, yo vengo de una familia campesina y compartir con el productor rural es aprender, y lo mejor… hacerles sentir bien dándoles un apoyo en su desarrollo”

IDEPRO es una Institución Finaciera de Desarrollo (IFD) que oferta -en Camargo y otras regiones del país- ser-vicios financieros para el sector productivo agrícola. Su cobertura se extiende a lo largo del Cañón de Cinti y la zona alta de El Puente. Sus clientes son productores de papa, cebolla y haba en la región alta; y productores de durazno cebolla, zanahoria, uva, vinos, singanis y manzana en la región del cañón. El crédito agrícola se desarrolla a través de una línea de crédito productiva y del crédito productivo, destinada a todos los rubros.

En la región no hay grandes empresas, sino pequeños productores que solicitan crédito para capital de inversión y capital de operaciones. IDEPRO trabaja al mismo nivel de la gente, estableciendo una relación personal y fluida con sus clientes productores rurales en sus comunidades, quienes menciona William “son los más cumplidos en los pagos, aún más que los citadinos y comerciantes”.

“Como yo era el más estudioso, mi papá decidió que entre todos mis hermanos, yo sería el único que vaya a la universidad”

William, “mi trabajo lleva oportunidades al campo”

“Nosotros hemos ingresado a comunidades donde nadie antes lo hizo, comunidades alejadas como Chinimayu en San Lucas, donde hay 21 productores, a quienes apoyamos con montos pequeños”

Han ingresado con oferta de créditos a lugares donde otras instituciones no entran. Gracias a estos créditos, la gente incrementa y mejora su producción y por lo tanto su calidad de vida. Según William, existe mucho potencial en la región, los productores de durazno se quejan de la falta de apoyo, cuenta que “muchos han caminado harto y no han conseguido nada”, pese a eso la actividad agrícola ha crecido, resalta el hecho de que en una zona tradicionalmente vitivinícola ahora existe cada vez más durazno, sector que “logra producir bien y luego ya tienen su casita, auto y mejoran su producción”. En conjunto algunas zonas han accedido a créditos importantes, como de 250 mil dólares americanos y de manera eficiente cumplen sin problemas.

El proyecto Mercados rurales de la Cooperación Suiza en Bolivia, promueve el acceso a servicios financieros para los diferentes actores que se encuentran en los mercados de insumos, servicios y productos, facili-tando el desarrollo progresivo de soluciones a sus necesidades productivas, comerciales y técnicas en torno a cuatro complejos productivos seleccionados: lácteos, frutas, hortalizas y tubérculos (papa). De esta manera, entidades financieras como IDEPRO,

BDP, Banco Unión, CIDRE y otras en el Altiplano y Valles, podrán mejorar, adecuar e incorporar nuevos productos y servicios según la necesidad del sector y a la medida de la demanda del mercado.

En la actualidad los productores rurales, han apren-dido a otorgarle un valor agregado a sus productos mediante la transformación e identificación del producto a través de marcas que definen su calidad y posicionamiento en el mercado. Es por esta razon que las necesidades del sector productivo son exi-gentes al momento de conseguir semillas, plantines, fertilizantes u otros como infraestructura, tecnología, transporte. En otros segmentos, la necesidad de contar con sistemas cada vez más profesionales de administración, distribución y promoción de sus emprendimientos, los encaminan hacia las entidades financieras para lograr sus objetivos micro empresa-riales, hoy muchos piensan en imprimir una etiqueta o tener un envase para que sus productos sean más competitivos.

Identificando estas necesidades, IDEPRO ha desa-rrollado productos adecuados a la demanda del mercado; tal es el caso de Limber Aparicio -cuya historia de vida es también parte de este número de la revista- quien ha sido uno de los primeros clientes de William en Camargo: “él ya es cliente antiguo y confiable, le hemos dado 3 créditos; el primero para construir su vivero de plantines en Impora y el último para una camioneta…” .

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William es padre de dos hijos pequeños, quienes junto a su esposa viven con él en Camargo y son quienes hacen de la hora del almuerzo el momento más feliz de la jornada. Luego de estar 5 años trabajando en IDEPRO y, aunque de niño quería ser cantante o piloto de avión (ya que desde su chacra observaba

las aeronaves que surcaban los cielos de su chura Tarija), hoy, no cambia lo que hace; siente que su labor es ser un agente de cambio para facilitar el desarrollo en el campo, aquel que lo vio nacer y premió su esfuerzo propio y el de sus padres.

ARTICULANDO

EL DESARROLLO

Oportunidades para construir,dar para recibir,

facilitar para empoderar,servir para aprender,aliar para fortalecer...

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El proyecto Mercados rurales trabaja con socios cofa-cilitadores aprovechando sus capacidades, experiencia y especialidades. El conocimiento de campo que las instituciones socias tienen es un importante capital que augura positivamente el éxito de la facilitación beneficiando a los actores productivos. Son socios del proyecto:

El Banco de Desarrollo Productivo Sociedad Anónima Mixta (BDP SAM), es una entidad de intermediación financiera regulada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero de Bolivia. Tiene por objetivo intermediar fondos hacia entidades financieras priva-das que cuenten con licencia de funcionamiento de la ASFI; además, actúa como banco fiduciario, administra patrimonios autónomos, así como activos y componen-tes financieros.

La promulgación de la Ley de servicios financieros 393 y el DS 2118 del 17 de septiembre del año en curso, permiten al BDP operar en el sistema financiero como una entidad de primer piso, lo que le permitirá atender solicitudes de crédito de forma directa a los productores.

La Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agrope-cuario de los Valles, trabaja con la misión de ofrecer a productores, organizaciones, comunidades y emprende-dores innovaciones tecnológicas productivas, comerciales, de valor agregado, calidad y accesibilidad, así como todos los servicios de apoyo al desarrollo económico rural. Asimismo gestiona recursos, conocimientos, inno-vaciones y asistencia técnica, desarrollando capacidades técnicas, humanas y organizativas, para la generación de ingresos, empleo y la seguridad alimentaria, adaptando soluciones al cambio climático y la gestión de riesgos. Todo ello, promoviendo la articulación plural y efectiva de actores públicos, privados y comunitarios en el reto del desarrollo económico rural integral y sostenible. La Fundación Valles es Co-facilitador principal del Proyecto en el ámbito de servicios no financieros para actores productivos.

Socios del Proyecto

Alianzas para el desarrollo

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La Fundación AUTAPO (FAUTAPO) es una fundación boliviana con el objetivo de contribuir al empoderamiento social y económico de hombres y mujeres, fomentando el desarrollo productivo sostenible y equitativo, a través de la vinculación de la producción con la formación en los complejos priorizados y la consolidación de alianzas multiactorales. Trabaja en programas de educación téc-nica productiva, educación superior, formación técnica laboral para jóvenes bachilleres, promoción de complejos productivos agrícolas, y programas de fortalecimiento institucional. Es Co-facilitador de las acciones del Pro-yecto en el desarrollo del complejo productivo frutícola en el Valle de Cinti.

La Fundación PROINPA es una entidad que trabaja en la generación y difusión de tecnologías para pro-mover la innovación agrícola, logrando de esta manera responder a las demandas de los productores con escasos recursos. Sus principales objetivos de trabajo son: promover la conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos; contribuir a la soberanía y segu-ridad alimentaria; y contribuir a la competitividad de los rubros de prioridad nacional. PROINPA es Co-facilitador y ejecutor de acciones en el desarrollo del complejo productivo de tubérculos y territorios priorizados.

El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP), realiza investigación aplicada para apoyar

procesos de cambio institucional, transformación productiva y fortalecimiento de las capacidades de actores y grupos sociales en las sociedades rurales latinoamericanas, para hacer de América Latina una región próspera, justa y sostenible. Para ello, trabaja en red, asignando una importancia primordial a invertir en la construcción de relaciones con socios diversos, bajo normas de confianza, reciprocidad y respeto. Es Co-facilitador y ejecutor de investigación aplicada y procesos de expansión de capacidades para impulsar el desarrollo territorial en el ámbito rural, ámbito en el cual brindará asesoramiento al Proyecto.

El proyecto de Mercados rurales de la Cooperación Suiza en Bolivia, enfoca su labor hacia mejorar los ingresos de las Unidades Productivas Familiares, así como el incremento del empleo de mujeres y jóvenes. Las acciones de facilitación que realiza tienen el propó-sito de incrementar los volúmenes de venta, mejorar la calidad y diversificación de productos y la reducción de costos de producción por el desarrollo de mercados de productos, servicios e insumos en 4 complejos produc-tivos: hortalizas, frutales, papa y lácteos. Asimismo se propone mejorar el entorno de negocios y las relaciones con instituciones públicas para un mejor acceso de los productores a información, desarrollo de capacidades y la incorporación a nuevos mercados a través de las compras estatales.

Fundación PROFINAv. Sanchez Lima N° 2600 Edif. Tango Mezzanine

Teléfono: +(591)-2-2 430850 / 53Casilla Correo: 1002

La Paz - Boliviawww.fundacion-profin.org

Fundación SwisscontactCalle Jacinto Benavente # 2176

entre Fernando Guachalla y Agustín Aspiazu - (Sopocachi)Teléfonos: +(591)-2-241-9965, +(591)-2-211-2141

Casilla Correo: 5033La Paz - Bolivia

www.swisscontact.bo

Cooperación Suiza en BoliviaCalle 13, No. 455 Esq. Av. 14 de Septiembre, Obrajes

Casilla 4679, La Paz - BoliviaTelf. +591 2 2751001Fax +591 2 2140884E-mail: [email protected] www.cosude.org.bo