Elementos teóricos Poder constituyente Medellín

5/9/2018 Elementos te ricos Poder constituyente Medell n - slidepdf.com

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ESTUDIO TEÓRICO DEL PODER CONSTITUYENTE:APORTE PARA PROCESOS CONSTITUYENTES EN

MEDELLÍN

Angélica María OrtizJosé Manuel Mojica

Wilson Walter Gómez

Diego Alexander Gómez

Semillero de Investigacióncoordinador

Albeiro Pulgarín

GRUPO DE ESTUDIOS EN CIENCIA POLÍTICAY ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

GECIPAP

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y ECONÓMICASDEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICAUNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

SEDE MEDELLÍN2010-2011



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NO TE SALVES

No te quedes inmóvil

al borde del camino

no congeles el júbilo

no quieras con desgana

no te salves ahora

ni nunca

no te salves

no te llenes de calma

no reserves del mundo

sólo un rincón tranquilo

no dejes caer los párpados

pesados como juicios

no te quedes sin labios

no te duermas sin sueño

no te pienses sin sangre

no te juzgues sin tiempo

pero si

pese a todo

no puedes evitarlo

y congelas el júbilo

y quieres con desganay te salvas ahora

y te llenas de calma

y reservas del mundo

sólo un rincón tranquilo

y dejas caer los párpados

pesados como juicios

y te secas sin labiosy te duermes sin sueño

y te piensas sin sangre

y te juzgas sin tiempo

y te quedas inmóvil

al borde del camino

y te salvas

entonces

no te quedes conmigo

Mario Benedetti



3

PRESENTACIÓN

El siguiente texto es el resultado de un proceso de investigación realizado por estudiantes

de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, financiado por

la convocatoria de investigación de estudiantes de pregrado para el semestre II del 2010.

Desde múltiples miradas el trabajo de investigación trata de proponer nuevos sentidos sobre

el poder constituyente, los cuales esperan contribuir en el debate académico sobre la

realidad política colombiana, ésta siempre ha suscitado preguntas e inquietudes, no sólo

para tratar de lograr una comprensión del mundo, sino por la imperiosa necesidad de

afrontar los problemas que aquejan la sociedad.

Es importante aclarar que esta investigación se efectuó de manera específica en el estudio

crítico de la bibliografía sobre poder constituyente, pues se ve como el primer paso de un

plan de investigación a largo plazo sobre el problema constituyente de lo político en nuestro

país.

No está de más agradecer al Grupo de Estudios en Ciencia Política y Administración

Pública por estar receptivo a las iniciativas estudiantiles, y también por acompañar de

manera activa el proceso de investigación, con todos los esfuerzos que esto requiere.

Febrero de 2011



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TABLA CONTENIDO

1. Introducción: ¿por qué y para qué la pedagogía constitucional? ___________________ 5

2. Sobre los discursos del poder constituyente ___________________________________ 7

3. La ineficacia constitucional, la autodeterminación y la participación democrática. ___ 31

4. Poder constituyente y transformación política ________________________________ 51

5. Asambleas constituyentes territoriales: una alternativa legítima de participacióndemocrática en Colombia. _________________________________________________ 60



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1. INTRODUCCIÓN: ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ LA PEDAGOGÍACONSTITUCIONAL?

Por: Albeiro Pulgarín

Transcurridas dos décadas de vigencia formal de la Carta Política Colombiana es pertinente

cuestionarse el por qué de su ineficacia, criterio valorativo al que hizo referencia la Corte

Constitucional al reconocer la recurrente violación de los derechos fundamentales,

calificando tal ilicitud como un Estado de cosas inconstitucionales, de tal magnitud que se

trasunta la crisis del sistema.

Por la jerarquía ética y política de la máxima entidad de custodia del orden jurídico que lo

expresa, debemos preguntarnos por las causas de estas infracciones. Un interrogante de estaimportancia exige respuestas a su mismo nivel.

La institución designada moral y funcionalmente para responder es la Academia, porque en

el desarrollo de su vocación formativa está capacitada para:

A. Relacionar el fenómeno de estudio con la génesis histórica que pudo influir en la

crisis. Con el transcurrir de los años, los datos estadísticos certifican un aumento en

actitudes y comportamientos incompatibles con los bienes jurídicos protegidos en elsector público y en el sector privado.

Estas conductas, en su devenir histórico no han sido tratadas desde la racionalidad

sino confrontadas o por la fuerza o por la expedición de normas iniciadas desde la

casuística, dejando impune la hegemonía de realidades fácticas de poder

instigadoras del apoliticismo y del analfabetismo político, como obstáculos

epistemológicos para el ejercicio del poder político y del poder público.

B. La academia está en capacidad de contribuir socialmente con los elementos

teóricos y éticos idóneos para la superación de concepciones ortodoxas refractarias

al raciocinio heredero de la sana lógica. Si la crisis ha avanzado hasta convertir los

problemas sociales en situaciones problemáticas es pertinente y urgente transferirle

al ciudadano excluido de los escenarios del pensamiento reflexivo, una concepción



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holística de la relación individuo-sociedad-estado, con una óptica interdisciplinaria

consecuente con el modelo pedagógico socio-político.

C. Transferir al ciudadano elementos teóricos para la comprensión de la realidad

donde habita como precedente de identidad no sólo frente a sí mismo sino para lasociedad. Identidad del colectivo que servirá de tributo a la caracterización de las

necesidades básicas insatisfechas; la incidencia de esta formación académica

estimula la capacidad investigativa como requisito para la formación de políticas

públicas y elaboración de planes de desarrollo.

D. La codificación política promulgada en 1991 prescribe que todo ciudadano tiene

derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político, para

la eficacia y legitimidad del poder público asignada a la soberanía popular. La

preparación intelectual para esta misión es responsabilidad constitucional de la

Universidad.

E. Si la función sustancial de la Universidad Nacional es la investigación para la

aptitud y cientificidad de la docencia, estos dos objetivos se realizan, en sede de

eticidad, con la transferencia social del conocimiento, propósito de esta

investigación.



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2. SOBRE LOS DISCURSOS DEL PODER CONSTITUYENTE

Por: Diego Alexander Gómez T.

ISobre el texto y al lector:

Una exigencia a la reflexión y a no tomar la idea de neutralidad

Sobre el texto:

Desde un principio la temática y tentativa del presente trabajo va parecer “extraña”; trata el

tema de manera “irregular”. No se asume el tema del poder constituyente ni en la

concepción de Hobbes ni en la de Rousseau, siempre inscritas en márgenes políticos y

jurídicos. Si hay que considerar el presente texto, será desde una hipótesis sociológica y

psicoanalítica de los individuos, desde las relaciones interhumanas y desde las

mentalidades, desde las relaciones de saber y de poder, esto no implica que lo político

quede excluido de él sino que lo atraviesa con una franja más o menos delgada, “algo

imperceptible”. Son estas exterioridades del texto las que hacen que funcione; en él no hay

que preguntar –como decía una vez Gilles Deleuze y Félix Guattari- “qué quiere decir un

libro, significado o significante, en un libro no hay nada que comprender, tan sólo hay que preguntarse con qué funciona, en conexiones con qué hace pasar o no intensidades, en qué

multiplicidades introduce y metamorfosea la suya, […]”1

Ahora bien, el texto es también, más que “pretensión” de desarrollo de una investigación

“científica o teórica”2, una exigencia a la reflexión de aquellos a quienes se dirige. Esta

exigencia a la reflexión responde más que nada ante una posición de olvido que caracteriza

el tema, mejor, una exigencia a reflexionar por qué el tema pareciera haberse quedado en el

olvido, es decir, se ha olvidado que el poder constituyente es el ser humano mismo con todo

1 Deleuze, Gilles; Guattari, Félix. “Introducción: Rizoma”. En: Mil Mesetas. Capitalismo yesquizofrenia. Madrid/España: PRE-TEXTO; 1994. Pp. 9-32.2 Realmente, esto no puede decirse completamente. Primero, porque el tono con el que se escribees más bien reflexivo que científico y, segundo, porque el tiempo que tuvo para desarrollarse fuesiempre mínimo para llamar uno esta presentación como culminación “total o cabal” de unainvestigación seria, científica, teórica o cualquiera que ella sea.


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su saber y sus relaciones diarias con los demás que lo potencian. Un olvido es un acto

fallido del ser humano, por ejemplo, como cuando un objeto se coloca en algún lugar pero

después no se puede encontrar por haberse olvidado el lugar en que se colocó. Al respecto

el psicoanálisis hace referencia en un texto de S. Freud, “Psicopatología De La Vida

Cotidiana”, que un acto fallido o de olvido es producido por cierta “aversión” que ha de

tenerse con el objeto, con el objeto de olvido3. De aquí que lo propuesto no sea una

investigación sino una exigencia a reflexionar, para parafrasear a Nietzsche en la “La

Voluntad de Poder”, como seres que no temen a vivir la paciencia, la demora y el rezago,

como espíritus investigadores y atrevidos, como seres reflexivos4… sobre nosotros

mismos… de donde surge el saber y el poder constituyente.

No tomar la idea de neutralidad:

Una última aclaración frente al tema y texto que aquí se presenta. Esta última aclaración

responde a la posición de la palabra escrita, pero también, sobre la posición que quizá debe

tomar el lector frente a cualquier tema o situación de la vida. Esa posición de la palabra

escrita, del lector o cualquier otra persona que esté en cuestión, como decía una vez

Estanislao Zuleta5 en relación al marxismo y al psicoanálisis, es que la idea de neutralidad

del observador ante el objeto de estudio es algo que no solamente no se pretenda ni mucho

menos se busque, como sí lo puede hacer quizá un químico, un físico, un biólogo, etc. antesu objeto de estudio. Si aquí se estudia el poder constituyente no es para dejarlo tal como

está o como se le ha tratado en su lenguaje o discurso tradicional sino, por el contrario, para

intentar transformarlo.

Cuando un investigador social comienza a estudiar un objeto cualquiera que sea, y de ese

estudio comienza a conocer o saber sobre él, no es para dejarlo como lo encontró; si estudia

ese objeto y conoce sobre él es para transformarlo. Ese estado de transformación que el

investigador social imprime al campo social, filosófico, político o humano no sucede lamayor de las veces en el campo de las ciencias duras –la física, la biología, la astronomía,

3 Freud, Sigmund. Psicopatología de la Vida Cotidiana. Bogotá/Colombia: Círculo de Lectores;1984.4 Nietzsche, Friedrich. La Voluntad de Poder. Buenos Aires/Argentina: Editorial EDAF; junio de2006.5 Véase: Zuleta, Estanislao. “Marxismo y Psicoanálisis ¿Ciencia o liberación?” En: Elogio De LaDificultad Y Otros Ensayos. Fundación Estanislao Zuleta. 1994.



9

etc.: “un astrónomo puede conocer “todas las leyes” del universo y ver que éste está en

expansión o que en él un sinnúmero de cuerpos celestes están en movimiento; se decía, un

astrónomo puede conocer “todas las leyes” del universo y, sin embargo, su conocimiento

no afecta el sistema solar o el de los planetas ni el del universo mismo: el sistema solar

sigue funcionando igual, independiente que se formule esta o aquella otra teoría o que se

proclame una verdad. Sin embargo, sobre otras ramas del saber de las ciencias duras, en la

biología por ejemplo, hay existencia hoy de algunos métodos para transformar el objeto, o

sea, desde la genética e ingeniería de las plantas mismas. Ese grado de transformación del

objeto se da hoy por ejemplo con el calentamiento y enfriamiento global; éstos temas ponen

tanto a físicos desde la termodinámica como a ecologistas o a otros (as) desde otras ramas

del saber a transformar ese objeto, esa situación en particular porque afectó o afecta al ser

en lo más íntimo.

La posición es no tomar la idea de neutralidad. Neutralidad es no hacer intento de conocer

ni transformar ni dejarse afectar por lo que se estudia. Cuando no se conoce sobre un hecho

u objeto, sobre una situación o sobre cualquier otra cosa, ese desconocimiento no afecta o

afecta de manera negativa al ser porque no transforma ni se hace el intento de transformar.

La posición es atreverse a conocer el objeto de estudio porque ese objeto y conocimiento

afecta o transforma al ser, como también el ser afecta ese objeto de estudio hasta el punto

de tratar o intentar transformarlo.

II

Algunos discursos del poder constituyente

El poder constituyente en Hobbes y Rousseau: un acercamiento a la polémica sobre la

naturaleza del ser humano:

La idea en sí del poder constituyente es variable o propiamente problemática. Hay autoresque lo definen como soberanía del pueblo 6, que por medio de un contrato social o una

6 La definición de pueblo es tan abstracta que no queda muy claro qué es y quién es el pueblo. Sinembargo, podemos decir que pueblo somos todos; recoge al Tú, al Él, al Otro como al Yo. Sobre laabstracción véase: Voegelin, Eric. La Nueva Ciencia de la Política. Una Introducción. BuenosAires/Argentina: Katz Editores; 2006. P. 53.



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asociación que sólo puede ser obra del ser humano, constituyen el Estado para el

establecimiento de una vida que sea vivible en sociedad. Hobbes y Rousseau son de alguna

forma los primeros que forman esta teoría, aunque también está Locke. La idea de estos dos

autores se fundamenta en hacer una definición primaria de la “naturaleza del ser humano”.

En Hobbes el ser humano es egoísta por “naturaleza” que genera un estado de “guerra de

todos contra todos”; en Rousseau, sin embargo, hay una contradicción con el postulado de

Hobbes: Rousseau dice que “el ser humano por naturaleza es bueno, pero que las

instituciones lo corrompen”, es decir, las instituciones que crea el ser humano mismo lo

desnaturalizan.

Estos dos fundamentos de naturalización del ser humano de los que parten estos dos autores

advierten, sin embargo, una duda sobre si es o no posible la formalización de un contrato

social para transformar los estados de “naturaleza egoísta” (en Hobbes) o de perversión que

hacen las instituciones al hombre (en Rousseau). La idea en que Hobbes se fundamenta, en

la que describe al ser humano, hace inaccesible la idea en que pueda nacer la voluntad

primaria de formar un contrato social -idea principal de poder constituyente o de soberanía

del pueblo- para transformar el estado de guerra en que viven, o, ¿puede existir una

sociedad de egoístas prudentes inventar el sentido de justicia, amistad, lealtad, compasión,

gratitud, generosidad, simpatía, afecto familiar, etc. por una parte; y, por otra, inventar las

instituciones de aseguramiento reciproco por un contrato? De aceptarse la idea hobbesiana,

habría que ser mucho más prudentes, pues en un estado de guerra de todos contra todos, no

es muy posible llegar a formar la “biosfera” social y cultural que en algunos lugares

sociales regula. “Ciertamente el mero terror mutuo de solidarios egoístas en coexistencia

que invocó Hobbes para su contrato social nunca podría crear una cultura”7. En cuanto a

Rousseau, podrá decirse otro tanto aunque con algunas variaciones. En buena parte el tipo

de hombre que invoca Rousseau crea las siguientes dudas: ¿por qué se habrían creado

entonces las instituciones y los gobiernos que desnaturalizan al ser humano en sus

Véase también: Sartori, Giovani. ¿Qué es la Democracia? Bogotá/Colombia: Altamir Ediciones;1994. Allí, Sartori hace cierto rastreo del término pueblo y llega un mínimo de seis posiblesdesarrollos interpretativos: “1.) pueblo como literalmente todos; 2.) pueblo como pluralidad aproximada: un mayor número, los más; 3.) pueblo como populacho, clases inferiores, proletariado; 4.) pueblo como totalidad orgánica e indivisible; 5.) pueblo como principio de mayoría absoluta; 6.)pueblo como principio de mayoría moderada”. P. 14.7 Midgley, Mary. “El origen de la Ética” . En: Singer, Peter. Compendio de Ética. Madrid/España:Alianza Editorial; 1995. P. 41.



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preceptos éticos si antes había un estado de bondad natural? ¿El estado mismo de

naturaleza del ser humano no sería ya ético por naturaleza? ¿No sería en el estado de

bondad innecesaria la creación de instituciones que regulen algunos comportamientos

humanos?

Estas dos fundamentaciones son contradictorias entre sí. Rousseau considera el poder

constituyente como algo altamente antinómico, como una oposición a la ley o a lo

establecido por el ser humano en su historia, con la idea regresiva de volver al estado de

“naturaleza buena que lo constituye”; por el contrario, Hobbes, ve el poder constituyente

como algo en que impera la nomía, la ley, para salir del estado de “naturaleza egoísta”.

Decir que el poder constituyente es nomía o antinomia es una contradicción en los

términos. Sin embargo, se advierte desde estas dos teorías que el poder constituyente está

en el ser humano, pero que ni impera la ley para salir del estado natural egoísta ni tampoco

la antinomia para regresar al estado natural de bondad.

Frente a estas dos postulaciones de naturaleza humana, se ha dicho desde el psicoanálisis, el

ser humano es el ser más “antinatural” que pueda existir. En él no hay un tipo de naturaleza

dado de una vez y para siempre o un instinto en el sentido que da la biología como lo

suponían Hobbes y Rousseau. El ser humano no nace constituido, si así fuera, sería

innecesario aprender ciertas conductas, éstas se tendrían de una vez y para siempre almomento del nacimiento. Si hay que considerar en el ser humano una naturaleza, habrá que

considerar que ésta es su “antinaturalidad” porque él no nace aprendido, instruido o

educado; al contrario, él aprende a medida que avanza en su historia personal y colectiva,

en otras palabras, el ser humano es un ser de aprendizaje en la historia, en el mundo y sobre

el mundo, y no es un ser que nace ya aprendido de todo8.

8 Frente a esto Estanislao Zuleta dice lo siguiente: “El hombre es el animal que más aprende y menos instinto tiene; instinto en el sentido de un saber heredado de conductas adaptadas que no es necesario aprender; sentido que se le da en la biología a la conducta por la cual un pájaro sabe hacer el nido sin haberlo visto hacer y sin ningún aprendizaje. El hombre es el ser más desprovisto en ese sentido y más abierto en el otro, porque el pájaro cuando rompe el cascaron ya sabe casi todo lo que va saber; rico en instintividad es muy pobre en aprendizaje. En el hombre, en cambio,pobre en instinto y rico en aprendizaje, se hace necesario que sus características esenciales sean buscadas en una historia, con lo que se llega a un sentido nuevo de la historicidad humana”.Véase: Zuleta, Estanislao. Arte y Filosofía. Medellín/Colombia: Hombre Nuevo Editores, FundaciónEstanislao; Junio, 2001. P. 189.



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Frente a esta gran capacidad de aprendizaje del ser humano, que constituye un saber en una

historia, está el aprendizaje de ser social pero también el de ser antisocial. La etología o

estudio del carácter y los modos de comportamiento humano presenta que el animal no

humano y el animal humano son similares en la sociabilidad con sus semejantes según la

biología. Sin duda, el ser humano es social aunque también es antisocial, pero eso, esa

semejanza, en el ser humano es aprendida en una historia personal y colectiva, en un

contexto, en el tipo de relaciones con los otros y no es algo con lo que se nazca.

Que el ser egoísta según Hobbes o el ser bueno según Rousseau sea considerado como una

naturaleza dada, no es una cuestión que deba solucionarse con la idea que el ser humano

nace ya provisto de cierto saber que le dice el qué hacer; no es una disposición según la

teoría conductista de algo evolutivo y genético, mejor, una disposición que pueda medirse

con un test para adjudicarle al ser humano la inteligencia de los seis años o la inteligencia

de los nueve años, la inteligencia de los adolescentes, del adulto, etc. Si hay que hacer un

juicio clasificatorio sobre esos tipos de naturalización habría que preguntarse sobre qué

contexto y cómo fue aprendido ese egoísmo según Hobbes o esa bondad según Rousseau;

además, preguntarse según su relación con las necesidades y exigencias de la comunidad

humana9 en que brotaron. Foucault sobre este punto aclara mucho, aunque deja también

muchas preguntas abiertas, cuando dice:

“[…] El hombre aparece sobre la superficie de proyección de la biología como

un ser que tiene funciones –que recibe estímulos (fisiológicos, pero también

sociales, interhumanos, culturales) y responde, se adapta, evoluciona, se

somete a las exigencias del medio, compone con las modificaciones que

impone, trata de borrar los desequilibrios, actúa según regularidades y tiene,

en suma, las condiciones de existencia y la posibilidad de encontrar normas

medias de ajuste que le permitan ejercer sus funciones. Sobre la superficie de

proyección de la economía, el hombre aparece como un ser que tiene

necesidades y deseos, que trata de satisfacerlos teniendo intereses, pensando

en las ganancias, oponiéndose a otros hombres; en breve, aparece en una

9 Véase: Freud, Sigmund. “Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte” . En: ElMalestar en la Cultura y Otros Ensayos. Madrid/España: Alianza editorial. Pp. 96-123.



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irreductible situación de conflicto; esquiva estos conflictos, huye de ellos o

logra dominarlos, encontrar una solución que calme, cuando menos en un nivel

y por un tiempo, la contradicción; instaura un conjunto de reglas que son, a la

vez, limitaciones y vueltas del conflicto. Por último, sobre la superficie de

proyección del lenguaje, las conductas del hombre aparecen como queriendo

decir algo; sus menores gestos, hasta sus mecanismos involuntarios y sus

fracasos, tienen sentido; y todo aquello que coloca en torno a él hecho de

objetos, ritos, hábitos, discursos, todo el surco de huellas que deja tras de sí

constituye un conjunto coherente y un sistema de signos. Así, estas tres parejas

de la función y de la norma, del conflicto y de la regla, de la significación y del

sistema, cubren sin residuos todo el dominio del conocimiento del hombre”10

Las definiciones de Hobbes y Rousseau toman, paralelamente con lo anterior, una

capacidad contractual del pueblo; pero lo que importa no es esa capacidad contractual del

pueblo, puesto que es algo que también se aprende en una historia personal y colectiva, sino

el término pueblo. Pueblo es considerado como aquello que constituye o que construye para

sí ciertas normatividades que mantienen o desplazan las formas de organización social. El

concepto “pueblo” tiene sus dificultades terminológicas en la historia, derivadas

especialmente de su asociación al poder. En la Edad Media “pueblo” era principalmente

utilizado para designar a los “súbditos” y diferenciarlos de lo que era o representaba el

poder, el rey. La problemática terminológica de pueblo tiene su fuente cuando se ingresa el

simbolismo democrático a las sociedades modernas. La distinción entre súbditos y rey

comienza a hacerse difusa; lo que antes era denominado como “pueblo” comienza a ser

designado con el simbolismo “gobierno”, sin embargo, el poder del pueblo, es decir su

soberanía, nuevamente es alzado sobre los aires, a la representación parlamentaria, al

gobierno parlamentario. Eric Voegelin lo dice crudamente: “Ejercer el poder es ejercer el

poder incluso en una democracia, pero se recela de enfrentar ese hecho”11

. El poder delpueblo es impedido por sus representantes. Ello es una de las tantas problemáticas que

pondrá la teoría contractual, en tanto antepone la representación sobre la soberanía del

10 Foucault, Michel. Las Palabras y las Cosas. Una Arqueología de las Ciencias Humanas. BuenosAires/Argentina: Siglo Veintiuno Editores; Enero de 2005. Pp. 346-347.11 Voegelin, Eric. Op. Cit., P. 53



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pueblo, quitando su independencia, pues con ésta se alza la representatividad parlamentaria.

En palabras de Hernando Valencia Villa:

“La fementida democracia directa de “El contrato social” se reduce a

describir cómo se articulan las voluntades particulares para formar lavoluntad general, dentro de una dinámica casi fatal, pues los individuos no

tienen otra alternativa que pactar la creación del estado y en el mismo

momento someterse a sus dictados incontrovertibles, que son los mandatos de

la razón universal”12.

Sucintamente otros discursos del poder constituyente:

Fuera de las tantas discusiones que puedan generarse alrededor de Hobbes y Rousseau hayotras formas de ver el poder constituyente. Entre ellas, podría citarse brevemente algunas

más:

El poder constituyente en Ferdinand Lassalle. Para éste autor, poder constituyente, son los

factores reales de poder , entendidos como aquellas fuerzas que pulsan con fuerza activa la

creación de una Constitución política, es decir, toda clase social: la gran burguesía, la

mediana burguesía, la pequeña burguesía, la clase obrera, pasando por los banqueros, las

instituciones militares, la conciencia colectiva y la cultura “general, etc. En palabrasmismas de Lassalle: “Los factores reales de poder” que rigen en el seno de cada sociedad

son esa fuerza activa y eficaz que informa todas las leyes e instituciones jurídicas de la

sociedad en cuestión, haciendo que no puedan ser, en sustancia, más que tal y como

son”13.

Por otro lado, en el texto “Teoría general del Estado” de R. Carré de Malberg, se presenta

una noción plenamente jurídica de poder constituyente. Después de explicar que en derecho

no hay lugar a los acontecimientos de hechos o de fuerza para modificar una constitución o

un Estado (pues en tal caso sería un procedimiento extrajurídico), Malberg, presenta el

poder constituyente como algo que existe sólo en la Constitución política preexistente de un

12 Valencia Villa, Hernando. El anticonstitucional. Introducción a la Crítica de la ConstituciónPolítica. Bogotá/Colombia: Ediciones Uniandes; 1981. P. 16.13 Lassalle, Ferdinand. ¿Qué es una Constitución? Bogotá/Colombia: Editorial Temis; 1997. P. 42



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Estado ya constituido y en los órganos del mismo que lo forman. El poder constituyente,

según Malberg, es la Constitución política preexistente en el momento de ser ésta

modificada, de tal modo, finaliza diciendo que en el Estado no hay órganos constituyentes

sino, por el contrario, órganos constituidos dados por la Constitución que los regula. En

palabras mismas del autor:

“Así, cuando haya lugar a poner en movimiento al poder constituyente para

modificar o derogar la Constitución en vigor, de ningún modo será

indispensable recurrir al pueblo, convocar a todos los ciudadanos como si se

tratara para ellos de fundar de nuevo, mediante una especie de contrato social,

la nación y el Estado; tampoco será necesario por vía revolucionaria, sino que

bastará con hacer intervenir a aquellos órganos que la Constitución misma, la

Constitución que ha de revisarse o reemplazarse, predispuso por anticipado al

ejercicio regular y pacífico del poder constituyente de la nación.”14

Desde otra perspectiva Antonio Negri muestra otra forma de ver el poder constituyente.

Desde el inicio, en “Poder Constituyente. Ensayo Sobre las Alternativas de la

Modernidad”, Negri dice que hablar de poder constituyente es hablar de democracia, sin

embargo, asocia después el concepto democracia con el de revolución como la construcción

de una necesidad moral y ética en la que pueda liberarse el cuerpo y la mente de laesclavitud. Es claro que Negri cuando se refiere a la liberación del cuerpo y la mente está

refiriéndose a Marx y Foucault. En “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisión”

Foucault va mostrar un sinnúmero de dispositivos de poder15, no sólo carcelarios sino

14 De Malberg, R. Carré. Teoría General del Estado. México: Fondo de Cultura Económica; 2001.P. 117415 Foucault argumenta lo siguiente: “[…]. El pensamiento de los ideólogos no ha sido únicamente una teoría del individuo y de la sociedad; se ha desarrollado como una tecnología de los poderes

sutiles, eficaces y económicos, en oposición a los gastos suntuarios del poder de los soberanos.Escuchemos una vez más a Servan: es preciso que las ideas de crimen y de castigo estén fuertemente ligadas y “se sucedan sin intervalo… Cuando hayáis formado así la cadena de las ideas en la cabeza de vuestros ciudadanos, podréis entonces jactaros de conducirlos y de ser sus amos. Un déspota imbécil puede obligar a unos esclavos con unas cadenas de hierro; pero un verdadero político ata mucho más fuertemente por la cadena de sus propias ideas. Sujeta el primer cabo al plano fijo de la razón; lazo tanto más fuerte cuanto que ignoramos su textura y lo creemos obra nuestra; la desesperación y el tiempo destruyen los vínculos de hierro y de acero, pero no pueden nada contra la unión habitual de las ideas, no hacen sino estrecharla más; y sobre las flojas fibras del cerebro se asienta la base inquebrantable de los Imperios más sólidos.



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también hospitalarios, colegiales, universitarios, etc., que regulan el cuerpo y la mente del

ser humano desde el siglo XVIII con las nuevas disposiciones que va tomar el saber 16. En

palabras mismas de Negri poder constituyente es:

“[…] Cuando se habla de revolución se habla de poder constituyente: figurasde rebelión, de resistencia, de transformación, de creación, de construcción del

tiempo (acelerado, programado, extendido…) y de la ley se aglomeran en esta

síntesis. La revolución es necesaria: lo es cuanto lo es la humana necesidad de

ser moral, de constituirse éticamente, de liberar el cuerpo y la mente de la

esclavitud, y el poder constituyente es el medio para esta finalidad. Desde este

punto de vista, la relación entre revolución y derecho, entre revolución y

constitución, deviene un continuo sobre el cual la excedencia racional es

representada por la revolución. El derecho, la constitución siguen al poder

constituyente; es el poder constituyente el que da racionalidad y figura al

derecho. […]”17

III

Una aproximación sociológica a la ambivalencia del poder constituyente

Por lo dicho hasta ahora tendrá que asumirse, por lo menos, que cuando se profundiza el

estudio del poder constituyente inmediatamente salta a la vista que éste es en sí

propiamente problemático. Por lo menos, teóricamente hablando, se encuentran varios

discursos que definen qué es poder constituyente, aunque también, con varias cosas que se

desean constituir al igual que construir. Se dirá, por lo pronto, que en la vida y el mundo

hay existencia de muchas cosas que separadamente, o en pequeñas proporciones si quiere

”Esta semiotécnica de los castigos, este “poder ideológico” es el que, en parte al menos, va a quedar en suspenso y habrá de ser sustituido por una nueva anatomía en la que el cuerpo, de

nuevo, pero en forma inédita, será el personaje principal. Y esta nueva anatomía política permitirá volver a cruzar las dos líneas de objetivación divergentes que vemos formarse en el siglo XVIII: la que rechaza al delincuente “al otro lado”, al lado de una naturaleza contra natura; y la que trata de controlar la delincuencia, por una economía calculada de los castigos. Una ojeada al nuevo arte de castigar demuestra la situación de la semiotécnica punitiva por una nueva política del cuerpo”. Véase: Foucault, Michel. Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisión. Buenos Aires/Argentina: SigloVeintiuno Editores; Julio de 2005. P. 10716 Foucault, Michel. Las Palabras y las Cosas. Op. cit.17 Negri, Antonio. El Poder Constituyente. Ensayo Sobre las Alternativas de la Modernidad.España: Lebertarias/Prodhufi; Febrero de 1994. P. 45.



17

decirse, adquieren para sí una significación distinta que para la totalidad del conjunto. Para

parafrasear a Robert Musil en “El hombre sin Atributos”, el agua varía sus efectos si se

ingiere en pequeñas o grandes proporciones: si se ingiere en pequeñas proporciones sacia el

deseo de sed pero también la necesidad del cuerpo de hidratarse, sin embargo, si se ingiere

en grandes proporciones ocasiona el suplicio de un ahogado. Con el poder constituyente,

por lo menos cuando se le quiere precisar, ocurre algo similar: si se trata de “unir” todas las

definiciones y cosas que se desean constituir, sin embargo, se termina no sabiendo muy

bien a qué quiere referirse el término, más aún, no sabiendo exactamente qué es aquello que

se apunta constituir o establecer.

Esta problemática reside, de alguna forma, en que el término poder constituyente puede

adaptarse a varios contextos de la vida humana, hasta en aquellos que aparentan ser más

“insignificantes”. En un ejemplo simple de la vida cotidiana, puede éste referirse a la

capacidad de un constructor de hacer casas; aquí se refiere a ese saber puesto en acción

sobre algo, sobre una materialidad por ejemplo. Sin embargo, inmediatamente se ve que ese

saber del constructor, del albañil o de cualquier otra persona que esté en cuestión, no puede

construir ni constituir su saber si no hay existencia de un espacio, de un terreno y de unos

materiales con que podría establecerse y construirse un saber y por tanto la casa. El tópico

de poder constituyente se desplaza también a unas condiciones materiales, porque en el

caso de faltar, el saber del constructor que en primer momento se mostraba como poder

constituyente ahora se muestra como algo no constituyente porque carece de lo que hace

posible su saber. Esto es lo mismo que dice C. Marx en relación con el trabajo y la

naturaleza18:

“Primera parte del párrafo: “El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda

cultura”

El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de losvalores de uso (¡que son los que verdaderamente integran la riqueza

material!), ni más ni menos que el trabajo, que no es más que la manifestación

18 Juego aquí un poco con algunas palabras. Tomo trabajo como esa fuerza de un saber que esexpresado en el movimiento del cuerpo y, por otro lado, tomo naturaleza como aquella materialidadque el cuerpo enviste, transforma.



18

de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo del hombre. Esa frase se

encuentra en todos los silabarios y sólo es cierta si se sobreentiende que el

trabajo se efectúa con los correspondientes objetos e instrumentos”19.

Lo mismo se podrá decir desde otro ejemplo que va contracorriente con las definicionesclásicas de poder constituyente. El cual se refiere al poder constituyente que tienen las

grandes multinacionales. En ellas, su saber –poder constituyente iguales puesto en acción

para la construcción y constitución de algo, lo que sea. Y, sin embargo, si las

multinacionales carecen de la materialidad que las hace posible, entre ellas la mano de obra

o de seres humanos que las mismas empresas constituyen y construyen para que puedan

ejercer la actividad de producción en un cerco de restricciones, todo el poder constituyente

de estas grandes empresas se vendría al suelo.

Tener un saber sobre algo y tener algo material en qué y con qué ejercerlo, es aquí

igualmente una concepción de poder constituyente. Esa materialidad en qué y con qué

ejercerse ese poder toma para sí muchas formas, entre ellas, cabe decir, el ser humano al

que se desea instituir, formar, educar, etc. para la construcción de un ambiente

interhumano, social y político favorable o desfavorable para la vida humana.

Por otro lado, se ha tratado el poder constituyente desde un ángulo que muestra una sola

cara del problema. Esa cara, a la que se ha hecho ya referencia, es aquella que refiere al

tópico de tener un saber y una materialidad que lo hace posible. Sin embargo, si se sitúa el

problema desde un ángulo totalmente distinto se advertirá que poder constituyente es

también lo opuesto a un saber y una materialidad: poder constituyente es también no poseer

un saber ni una materialidad porque igualmente eso constituye o establece condiciones de

vida. Estas dos carencias, en el sentido literal de la palabra, tienen un poder, constituyen y

construyen algo, un ambiente en que el ser humano ha de inscribirse a la vida. Eso que

constituye para sí el no saber y el no tener una materialidad, con lo cual el ser humano hade identificarse y aprender, es lo que se llama miseria, violencia, pobreza, ignorancia, o

mejor, un ambiente de hostilidad con la vida misma, individual y social. No podrá

19 Marx, C. “Crítica del Programa de Gotha” . En: Tomo II: C. Marx, F. Engels. Obras Escogidas enDos Tomos. Moscu: Editorial Progreso; 1966. P. 10.



19

desconocerse, para mayor asombro de algunos, que las carencias tienen también mucho de

poder constituir o establecer para desgracia y dignidad de la vida.

Lo anterior, por lo menos, puede rebatirse de modo simplista: “esas carencias son

producidas y constituidas por algunas o ciertas personas que toman para sí un modo deacumulación, etc.” Eso es claro, pero ahí, no está el fundamento del problema. El

fundamento del problema cuando se trata de estudiar y ejercer el poder constituyente es que

él sirve, quiérase o no, tanto para construir y constituir (establecer) como para de-constituir

y de-construir los modos de vida digna; sirve tanto a laicos como a clericales, a capitalistas

como a socialistas, a individualidades como a colectividades, al Estado como a la sociedad

misma. El poder constituyente es en sí ambivalente, cambia desde el punto de vista desde

donde se le mire, desde dónde se parta, desde quién lo ejerza, desde que se pregunte qué es

lo que se desea constituir y construir para la vida.

IV

Un acercamiento a las cuestiones:

¿Qué es poder constituyente? Y ¿Qué se desea constituir?

Pueden formularse tantas preguntas sobre el tema, que si tuvieran que responderse en su

conjunto, se perdería el rumbo. En la vida y el mundo hay muchas cosas que separadamente

tienen una significación distinta que en el total del conjunto; lo mismo sucede con el poder

constituyente cuando se le estudia. Si se mirara a éste desde las pequeñas cosas que lo

forman o lo estructuran se verá, por lo menos, que esas pequeñas cosas toman para sí más

sentido que si se les mirara en todo su conjunto, en todo su esplendor. En sus pequeñas

proporciones se tiene la certeza, por lo menos hablando teóricamente, de saber qué es poder

constituyente y qué es lo que se desea constituir, más aun, saber quién lo ejerce; mientras

que si se le observa en su proporcionalidad total se muestra como un todo borroso, sin saberqué es y qué es lo que se desea constituir.

Esto que se expresa, o que simplemente se dice, quizá va contracorriente de la vieja

definición clásica de Rousseau que dice que poder constituyente es la soberanía del pueblo.

Esta definición clásica es tan abstracta tanto más que, como se vio anteriormente, no se



20

sabe muy bien quién es el pueblo y cuál es el poder de éste. Hay que advertir que pueblo

son todos, es el tú, el él, el otro como el yo, o sea, las demás personas con que se relaciona

o no a diario. Es mirando estas pequeñas proporciones, que en todo un conjunto abstracto

constituyen el pueblo y en el que se pierde la subjetividad hasta el punto de ser

indistinguible de las demás subjetividades, donde quizá se pueda ver qué es poder

constituyente, quién lo ejerce y qué es lo que desea constituirse.

La cuestión del tú, el él, el otro y el yo, humanamente hablando, remite inmediatamente al

problema del campo social donde se dan las relaciones interhumanas. El poder

constituyente, sumado a lo anterior en relación al saber o al no saber, es la interacción con

el tú, con el él, con el otro y con el yo, la relación de saberes o no saberes que establecen

los seres humanos dentro de su vida diaria, con los cuales se identifican. El poseer o no un

saber no puede ser constitutivo, o adjetivo de un poder, si no existe afección o

identificación con esa relación con los demás, con la materialidad y saberes que constituyen

al tú, al él, al otro y al yo; en otras palabras, con lo que se potencia el saber o el no saber,

con lo que se aprende a diario, con lo que se construye un ambiente social, un individuo y

un sujeto que se identifica con algo, con el otro. Esto se habrá de ver a diario, en la vida

cotidiana con el saber del campesino, del albañil, del intelectual, del científico, etc.

Una referencia, aunque salida del tiempo actual, se podría hacer a esto último con el granGalileo Galilei y a su época (1564-1642). Sabido es que en la época de Galileo imperaba la

iglesia católica con todo rigor de la palabra y que ella daba explicaciones de los sucesos

físicos en función de sus propósitos religiosos: la lluvia caía porque su propósito era regar

los cultivos de los seres humanos o una piedra lanzada al aire caía porque era su propósito

estar aferrada a la superficie terrestre. Todo esto, según la religión, era mandamiento de

Dios. Ese saber o esa ignorancia para algunos fue su constitución, su poder constituyente,

que operaba sobre unos seres humanos con que se hacía posible ese poder. El tú, el él, el

otro y el yo se relacionaban e identificaban con ese saber y quien estuviera en contra era

tildado inmediatamente de hereje. Galileo, sin embargo, salido del “saber religioso”, dio

cuenta que las cosas no se sucedían por obra y gracia de un Dios. “En lugar de preguntar

por qué cae la piedra, él buscaba una descripción precisa de cómo cae. En lugar del

movimiento de la Luna, en el que no podía influir o regular, estudió bolas rodando sobre



21

planos inclinados. Y, en un golpe genial, confinó su atención a unas pocas cantidades

clave: tiempo, distancia, velocidad, aceleración, momento, masa, inercia”20. El nuevo

saber que Galileo constituyó21 para entonces casi le causa la muerte en manos de la

religión, sin embargo, su saber fue potenciándose desde entonces con las relaciones que se

van a establecer con el tú, el él, el otro y el yo. Es interesante ahora ver ese saber

potenciado con las relaciones interhumanas que son también las que van a construir y

establecer, con una fuerza constitutiva, las guías ferroviarias, las maquinas, entre muchas

otras cosas. Cabe decir, que dentro de esas relaciones el gran capital se interesó también por

esas relaciones para aprovecharse y potenciar ese saber.

Así, poder constituyente es un saber como muchos otros saberes, o algunas que otras

ignorancias que imperan en el ambiente humano, pero también, es esa estrecha trama de

relaciones interhumanas que se instauran alrededor de ese saber para establecimiento o

constitución de un ambiente u orden social, político, científico o cualquiera que este sea. En

ese saber y en esas relaciones, de identificaciones con los demás, el ser humano queda, sin

embargo, aprehendido por un manto social que él mismo produjo, es decir se aliena a sí

mismo con su saber. Estanislao Zuleta refiriéndose a Marx dice que “el sujeto libre se

pierde en las cosas que son sus productos y no se reconoce en ellos”; sin embargo,

inmediatamente Zuleta hace referencia a Hegel para quien esa alienación, esa producción

de sí mismo, “es una gran cosa, porque se reconoce la objetividad que él produjo” 22.

Teniendo esto en cuenta, se colegirá que ese saber o esa ignorancia con que se establece o

constituye cualquier orden social, en el que los individuos y sujetos se identifican con los

demás, está nada más que en ellos. En cuanto a ese nuevo ambiente social que establecen,

ya sea por medio del saber o de cualquier ignorancia, con el paso del tiempo, forma lo que

ha de llamarse tradición, que no exenta de tener un saber o una ignorancia será transgredida

en otro punto de la historia por su evolución progresiva, establece o constituye para sí una

20 Stewart, Ian. ¿Juega Dios a los Dados? Barcelona/España: Editorial Crítica; 2001. P. 43. Véasetambién algunos comentarios de Galileo Galilei en: Hawking, Stephen W. Historia del Tiempo. Delbig Bang a los agujeros negros. Barcelona/España: Editorial Crítica. 1999.21 Cabe resaltar que ese saber que Galileo Galilei construyó y constituyó no es producción sólo deél. Él va a construir y constituir su saber relacionándolo con ciertas relaciones con que seidentificaba para potenciarlo, por ejemplo, con Copérnico o Johannes kepler.22 Zuleta, Estanislao. El Pensamiento Psicoanalítico. Medellín/Colombia: Editorial Percepción;Noviembre de 1985. P. 194.



22

nueva forma de ver al ser humano en lo social, de alienarse, con nuevos saberes o no

saberes que lo regularán, con un nuevo poder constituyente.

Ante esa nueva condición de saber o de ignorancia, el ser humano, el que las creó y las

constituyó en sus relaciones diarias de aprendizaje, queda aprehendido por ese saber o esaignorancia misma de él. Esto sólo quiere decir que eso nuevo que constituyó o simplemente

estableció, potenciado con las relaciones diarias con los demás, o sea sociales con el tú, el

él, el otro y el yo, forma para el ser humano su denominador común, su alienación. Estas

son también las llamadas relaciones de saber y de poder; no es una cosa, sin embargo, que

pueda designarse con el calificativo de bueno o malo, sino que el ser humano y todas sus

relaciones diarias con los demás son “producto” de sus identificaciones, algo constituido y

constitutivo, de la subjetividad humana como una vivencia o una experiencia en la vida. Al

respecto Zuleta hace referencia:

“Hay una vivencia, esa vivencia es necesariamente alienación en otro,

identificaciones con otro, alienación en una imagen, alienación que es

constitutiva, que no es una cosa que se debe superar así o asá; superarla sería

caer en la esquizofrenia radical. Identificaciones con un nombre que es una

imposición arbitraria: “usted se llama así”, y además con un EL, con una

manera como lo conciben a él. Como dice Lagache, “aún antes de nacer, elhombre es ya el objeto de otro”, está en el discurso de los otros, los padres,

como un polo de esperanzas […]. El sujeto desde antes de nacer está metido en

una cantidad de discursos conscientes e inconscientes que lo esperan en el

mundo y que son su sitio en el mundo. Pero, además, es necesario que así sea.

Los padres que son muy liberales y que no quieren alienar al muchachito ni

imponerle nada, lo enloquecerán en seguida: “él va a decidir por sí mismo lo

que va a hacer en la vida, no le vamos a imponer nada; él va a decidir por sí

mismo como se quiere llamar, él va decidir por sí mismo todo, entonces vamos

a dejarlo libre y facultativo”. Porque hay un momento en que darle al otro

demasiada libertad y abandonarlo es la misma cosa. Hay un momento en que



23

la libertad y el abandono ya no se pueden distinguir: haga lo que quiera, a mí

qué me importa.”23

Este es uno de los puntos más importantes que va criticar Michel Foucault del psicoanálisis

porque sabe que la construcción de un saber establece relaciones de poder24

, dedominación, de alienación, que ponen en cuestión la posición del ser humano en el mundo,

sin embargo, Foucault tampoco las niega sino que enseña a jugar con ellas. En el prefacio

de “Las Palabras y las Cosas” se refiere a esto:

“Por extraño que parezca, el hombre –cuyo conocimiento es considerado por

los ingenuos como la más vieja búsqueda desde Sócrates- es indudablemente

sólo un desgarrón en el orden de las cosas, en todo caso una configuración

trazada por la nueva disposición que ha tomado recientemente en el saber. De

ahí nacen todas las quimeras de los nuevos humanismos, todas las facilidades

de una “antropología”, entendida como reflexión general, medio positiva,

medio filosófica, sobre el hombre. Sin embargo, reconforta y tranquiliza el

pensar que el hombre es sólo una invención reciente, una figura que no tiene ni

dos siglos, un simple pliegue en nuestro saber y que desaparecerá en cuanto

éste encuentre una forma nueva.”25

Lo que está en cuestión con el poder constituyente es el ser humano al igual que su entorno

social, sus relaciones. ¿Qué es entonces poder constituyente? Es el saber o el no saber que

tienen los seres humanos, que para ser constituyente, necesita de una estrecha relación de

afección con una materialidad, con el tú, el él, el otro y el yo, en las que queda inscrito el

ser humano mismo con todas sus complejidades psicológicas y materiales. ¿Qué es aquello

que se desea entonces constituir? Nuevas formas de saber y nuevas formas de relación con

las cosas y con los seres humanos. Todo esto dependerá, sin embargo, del saber o de la

ignorancia humana; con todo ello, con el saber y con las nuevas formas de sociabilidad o derelaciones, a través de ello, cambia igualmente la mirada de ver al ser humano y al mundo,

23 Zuleta, Estanislao. El Pensamiento Psicoanalítico. Op. cit, p. 196.24 Foucault, Michel. Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisión. Op. cit.25 Foucault, Michel. Las Palabras y las cosas. Una Antropología de las Ciencias Humanas. Op. cit,pp. 8-9. Sobre esas imágenes de saber véase también: Garavito, Edgar. “La Imagen del Pensamiento” . Pp. 55-116. En: Garavito, Edgar. Escritos Escogidos. Medellín/Colombia:Universidad Nacional, sede Medellín, febrero de 1999.



24

así mismo como lo ha hecho la genética26 para citar un caso contemporáneo de nuevo saber.

¿No es esto mismo lo que hacen lo movimientos feministas hoy por ejemplo? Cambian las

formas de saber, y a través de ello, la mirada de la posición de la mujer en lo social, las

relaciones e interacciones humanas, los derechos y muchas cosas más de las que a las

mujeres se le han excluido hasta ahora.

V

Una mirada del poder constituyente desde el psicoanálisis:

Cómo mantenerlo, transformarlo o potenciarlo

Se ha tratado sucintamente de responder a las cuestiones: ¿Qué es poder constituyente?

¿Qué es lo que se desea constituir? y, por último, ¿Quién es el que lo ejerce? En cuanto a laprimera cuestión se respondió que poder constituyente es saber o ignorancia, en tanto para

bien o para mal, establece formas de relacionamiento interhumano en torno a ese saber o

ignorancia que se construye; en cuanto a la segunda cuestión se respondió que lo que se

desea constituir son nuevas formas de saber en tanto cambian las maneras de ver al ser

humano y al mundo social, político, científico, etc. y, con ello, las maneras de

relacionamiento interhumano; en cuanto a la última cuestión se ha visto que el sujeto titular

del poder constituyente es el ser humano mismo con sus relaciones de saber establecidas

con los demás. Ahora, habrá de verse o preguntarse el cómo esas cuestiones de saber, del

deseo de lo que se quiere constituir y el sujeto titular del poder constituyente, son

mantenidas o transformadas en una historia individual y colectiva. Para este hecho se

pensará en el psicoanálisis.

F. Engels muestra de una manera muy particular, en “El Origen de la Familia, la

Propiedad Privada y el Estado”27 , entre otras cosas, el paso de una familia matriarcal a una

de tipo propiamente patriarcal. En ese paso, Engels, muestra que las condiciones materialesy antropológicas tuvieron que ver demasiado, sin embargo, se advierte que lo desarrollado

26 Véase: Rifkin, Jeremy. El Siglo de la Biotecnología. El Comercio Genético y el Nacimiento de unMundo Feliz. Barcelona/España: Crítica; 1999.

27 Engels, Federico. “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado”. En: Tomo II: C.Marx, F. Engels. Obras Escogidas en Dos Tomos. Moscú: Editorial Progreso. 1966. Pp. 168-327.



25

por Engels, al igual que en Marx, exige para su teoría una explicación en términos del

psicoanálisis. Los saberes que se construyen en ese paso de una familia matriarcal a una

patriarcal van a ser altamente constitutivos para el ser humano moderno, porque a través de

ellos se cambia la forma de ver a la mujer y al hombre, la política, la sociedad, etc. Si se

piensa ahora sobre el cómo pueden mantenerse esas visiones, para bien o para mal, para

provecho de unos y para desaprovecho de otros, habrá que pensar cómo a las nuevas

generaciones se les ha ingresado en ese saber o esa ignorancia que los constituirá. Para esto

habrá que reflexionar sobre los contextos donde se dan las primeras identificaciones y

formas constitutivas del ser humano; en otras palabras, habrá que reflexionar sobre las

etapas del niño: la oral, la anal y la edípica.

En cuanto a la primera etapa, la oral, se ve que el ser humano se debate en un tiempo de

dependencia absoluta del otro o en la que sólo se está a merced de lo que haga la madre, el

padre u otros. Es la etapa en que el ser se debate entre la presencia y la ausencia de un

objeto que no puede alcanzar por sí mismo sino por medio de un intermediario que, si no

está presente, el niño estaría destinado a morirse lo más rápido posible porque los otros son

aquellos que sacian, por ejemplo, las necesidades de alimento, de cariño, etc. “La etapa que

llamamos oral se caracteriza por una posición ante el objeto, una posición de espera

pasiva, lo que quiere decir que el objeto oral no es el objeto de una conquista por medio

del despliegue de una actividad, sino de una espera [de lo que haga o deje hacer la madre u

otro que esté al cuidado del niño]”28.

Lo que interesa en esta etapa inicial de todo ser humano es ver al ser debatiéndose a la

espera del otro, como ser que se muestra siempre dependiente del otro, de la madre, del

padre o de la pareja. La espera, que es netamente de cuidados, a la que se somete el niño

por medio de la madre, del padre o de quien esté al cuidado del niño va a configurar en él,

se dice, esa primera forma social que va diciéndole qué es lo necesario y qué es lo que no es

necesario para él. Es una etapa que enviste, separadamente de otras cosas, las necesidades

sociales. El resultado de cómo salir de ese momento inicial de la evolución individual

depende siempre de la actitud del otro: pone siempre en cuestión la estructura de la familia

y, a través de ella, el saber de la sociedad a la que se le está ingresando al niño. Sin la

28 Zuleta, Estanislao. El Pensamiento Psicoanalítico. Op. cit, p.65



26

estructura familiar que representa lo social, el niño, no alcanzaría a sobrevivir por sí mismo

por mucho tiempo porque es un ser que depende del otro y no por sí mismo.

En la siguiente etapa inicial del individuo, la “anal”, se muestra cómo el ser ingresa al

primer momento de la norma, de la prohibición, que viene del padre, de la madre o quizá deotro ser. En este momento de la condición humana el individuo comienza a vivir la

contradicción entre lo que no le es permitido y la realización de su deseo inmediato pero

también lo que le es permitido socialmente. En pocas palabras, el ser comienza a vivir la

norma social a la que le quieren ingresar. En esta vivencia el individuo comienza a

transgredir, a poner una afirmación agresiva de su deseo contra la interiorización de la ley a

la cual se le está ingresando. “Esa primera experiencia de un orden normativo al que tiene

que adaptarse la espontaneidad de los propios deseos, puede conducir a una fijación de la

contradicción entre lo que yo quiero hacer y lo que otros quieren que yo haga, o a una

represión brutal de mis deseos, […]”29. Sin embargo, la solución de este caso depende

ahora de la tipología de la norma y del saber social, de la estructura familiar y sus

problemas que representan, de alguna forma, también la estructura social, y por otro lado,

también de cómo el ser asuma la norma.

En cuanto a la etapa edípica, se habrá de ver el problema de cómo el sujeto, que ha vivido

ya las dos etapas anteriores, comienza a estructurar su primera identificación, su Yo. Enesta etapa no se trata de que en el niño se vea un enamoramiento por la madre y un odio

hacia el padre (complejo de Edipo simple) sino, por el contrario, que el niño comienza a

sentir en sí una fuerza de ambivalencia tanto para con la madre como para con el padre: ve

en ellos lo que a él le es impedido hacer pero también lo quisiera hacer y ser. En otras

palabras, el ser en la etapa edípica se debate en querer ser como sus padres porque ve en

ellos lo que él desearía hacer (Yo Ideal) sin dar lugar a alguna reprobación de lo que se

hace (Ideal del Yo). Esas figuras que el niño ve en sus padres son aquellas que en

psicoanálisis se denominan como el Yo Ideal y el Ideal del Yo; figuras que connotan la

omnipotencia de la madre y del padre con las cuales el ser se identifica porque en ellas ve

lo que él quisiera hacer y ser, no obstante, que le son impedidas por las restricciones que a

29 Zuleta, Estanislao. “individuo y sociedad en el pensamiento de Marx y Freud”. Pp. 211-252. En:Elogio de la Dificultad y Otros Ensayos. Op. cit, p. 233.



27

la estructura familiar adulta –el padre y la madre o cualquier figura que dé lugar a la

omnipotencia- le son permitidas. Con el padre y la madre, en suma, el ser siente

identificación en tanto ve lo que quiere ser pero también desidentificación porque los ve

como represores de sus deseos. Esto es lo que Freud llama complejo de Edipo completo

cuando dice:

“[…] Experimentamos la impresión de que el complejo de Edipo simple no es,

ni con mucho, el más frecuente, y, en efecto, una investigación más penetrante

nos descubre casi siempre el complejo de Edipo completo, que es un complejo

doble, positivo y negativo, dependiente de la bisexualidad originaria del sujeto

infantil. Quiere esto decir que el niño no presenta tan sólo una actitud

ambivalente con respecto al padre y una elección tierna de objeto con la

madre, sino que se conduce al mismo tiempo como una niña, presentando la

actitud cariñosa femenina para con su padre y la actitud correlativa, hostil y

celosa para con la madre.[…]”30

Si habrá de tomar estas etapas primarias de los seres humanos, si habrán de asumirse con

las cuales podría potenciarse el poder constituyente o como un simple ejemplo para

mantener o cambiar las relaciones de saber o de ignorancia en la sociedad, es porque esos

ingresos del niño a la norma dependen del saber o de la ignorancia que se posean en elmomento de educar, pero también, de cómo el ser asuma esa relación. Esas transmisiones y

esos reforzamientos de la norma en el niño o la niña, sin embargo, cambian de una sociedad

a otra, al igual, que de una familia a otra por sus condiciones materiales y espirituales. Esto

quiere decir que estas etapas a las que al niño se le ingresa y con las que se identifica

cambian de sentido, por ejemplo, si tomamos casos altamente extremos y contradictorios de

una sociedad dada: en una familia que está constituida por una madre prostituta y un padre

sicario el niño que se identifica con ellos y con el saber de ellos no va ser igual a otro niño

donde está una familia aislada y con un padre altamente patriarcal; no va ser la misma

identificación ni tampoco el mismo ingreso a la sociedad donde impera una familia que

carece de recursos financieros y materiales que en otra familia donde se tienen todos los

recursos materiales y financieros; tampoco tendrá la misma identificación un niño que tiene

30 Freud, Sigmund. El Yo y el Ello. Madrid/España: Alianza Editorial: 1983. P. 25.



28

padres sumamente jóvenes a otro que tenga padres de alta edad; y, por último, tampoco va

ser el mismo ingreso de un niño a la norma social y al saber social si éste carece o tiene

ausencia de uno de sus padres. Todo esto sólo dice una sola cosa, en esas complicadas

relaciones de saber o de ignorancia, de tener o no una materialidad, en una palabra, el poder

constituyente, adquiere una significación diferente de un lugar a otro.

Cabe decir, si se desean cambiar las relaciones con los demás, si se quiere potenciar el

poder constituyente, para “bien” de la vida, habría que pensar cuáles son las relaciones de

saber y de ignorancia, de poder constituyente, a las que se están ingresando e identificando

las generaciones. Esos ingresos no sólo se reducen a las complejas etapas de la niñez, sino

que están en todo el transcurso de la vida, de la historia personal y colectiva: el ingreso a la

escuela, al colegio, a la universidad, al trabajo, a la política, a la amistad, al amor, a la

adolescencia, a la adultez, a la vejez, etc. que se constituyen en momentos de ingreso que

tienen referentes, un denominador común, con los que se identifican los seres humanos

pero que varían según los centros reguladores, los centros de identificación, el poder

constituyente.

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31

3. LA INEFICACIA CONSTITUCIONAL, LAAUTODETERMINACIÓN Y LA PARTICIPACIÓN

DEMOCRÁTICA.

Por: José Manuel Mojica Vélez

I.

La Constitución Política de 1991 como un pacto de guerra; y de ahí, el Estado de cosas

inconstitucional en el país.

Las instituciones del Estado en Colombia tienen unas fallas, las cuales son unas grietas que

nos muestran la distancia entre las normas ideales y la realidad política concreta del país31.

Estas grietas del poder deben su origen en cierta medida a la tradición pactista de algunos

factores reales de poder durante los procesos fundacionales del Estado, porque han creado yre-creado ciertos modos de organización social, de acuerdo a unas lógicas que

denominamos como gramática de la guerra. Pero ¿Qué es la gramática de la guerra? ¿Qué

es el pacto fundacional del Estado?

La gramática de la guerra es un discurso constituyente que niega las fuerzas en pugna,

mediante un conjunto de términos que buscan la imposición de unos vencedores sobre unos

vencidos, o bien, la misma reactualización de unas relaciones de dominación. Esta

gramática de la guerra es un discurso constituyente, porque tiene la finalidad de estructurar

la hegemonía de ciertos factores reales de poder sobre otros.

Esta hegemonía en Colombia opera mediante el pacto, ritual del armisticio, acto sagrado

por el cual se consagra una Constitución, declarándose el supuesto final del conflicto. El

pacto es un texto producido desde algunos factores reales de poder, para consolidar su

hegemonía desde un discurso aparentemente constitucional. El autor Gonzalo Sánchez,

narrando la historia del siglo XIX, afirmaba que toda guerra en Colombia terminaba con

una Constitución, con un pacto fundacional del Estado32.

31El término de la grieta es una metáfora geológica, que hace referencia a puntos débiles de lasinstituciones que pueden llevar a su colapso.32“…la perspectiva de toda guerra, casi podría decirse que el “inconsciente” de toda guerra, no erala victoria total sino el pacto, el armisticio. La guerra era, si se quiere, el mecanismo profundo deconstitución del otro (individuo, colectividad, partido) como interlocutor político” SANCHÉZ,GONZALO. Guerra y política en la sociedad colombiana. Bogotá: El Áncora Editores, 1991. p. 23.



32

Este pacto se realiza desde algunos factores reales de poder, de acuerdo a la gramática de la

guerra, porque dota de un sentido aparentemente jurídico unas relaciones de dominación;

así el derecho, más que la expresión racional del consenso en nuestro país, es el dispositivo

mediante el cual la hegemonía se ha conservado a lo largo de la historia. Entonces,

podemos llamar como la tradición pactista aquella constante histórica que ha creado y re-

creado unas relaciones de dominación, las cuales han fundado el Estado en Colombia, pero

que ha llevado a la emergencia de unas grietas en las instituciones.

Estas grietas o fallas del Estado se deben a que el proceso de construcción de la

organización social ha marginado la participación de aquellos por fuera de los privilegios,

desconociéndose su papel imprescindible para todo proceso constituyente en Colombia. El

pacto excluye al otro de la creación fundacional de la norma social, puesto que impone de

facto unas relaciones de dominación.

Es importante tener en cuenta que la contraposición de esta gramática de la guerra es lo que

trataremos más adelante con el tema del poder constituyente. El pacto no es más que un

texto pseudoconstitucional, resultado de las concertaciones entre factores reales de poder

durante una supuesta asamblea constituyente, para configurar un ordenamiento hegemónico

de acuerdo a sus intereses inmediatos.

Desde esta perspectiva se plantea la siguiente pregunta: ¿la Constitución Política de 1991 es

un pacto de guerra? Así es, puesto que el mismo proceso constituyente de esta carta política

no fue democrático, surgió en medio de un conflicto social y armado todavía no

solucionado, respondía sobre todo a la ideología neoconservadora de la desregulación del

mercado, que exigía por su parte, la modernización del Estado-nación en Latinoamérica de

acuerdo a un orden mundial ya no bipolar, sino hegemónico.

A finales de la década de 1980 la descomposición social del país ponía en jaque a las élites

en el poder, representadas principalmente en los partidos políticos tradicionales de

Colombia. El narcotráfico se estaba consolidando como una organización delictiva con la

capacidad de desafiar la legalidad; pero sobre todo, se estaba instaurando como un estilo de

vida en la sociedad colombiana, lo que llamamos como cultura política mafiosa, es decir,

un conjunto de valores y prácticas configurado a partir de premisas como la del dinero fácil,



33

la violencia como el mecanismo de solución de conflictos, una estética en torno a la figura

del capo o el criminal, el consumo de estupefacientes, entre otros elementos.33

Además de lo anterior, narcotraficantes, e importantes terratenientes con la colaboración de

miembros de las fuerzas armadas estaban adelantando la formación de un proyectoparamilitar, que buscaba no sólo garantizar la propiedad privada del latifundio, sino

también aniquilar la oposición política y armada de todo el país; ya a mediados de la década

de 1980 se realizaron operativos militares y diferentes masacres en diferentes puntos del

territorio nacional, atentando contras los derechos fundamentales de la población civil.

Por su lado, los movimientos guerrilleros que habían aprendido de sus derrotas de la década

de los 70, se iban fortaleciendo cada día aún más, alcanzando un apoyo considerable en

algunas bases sociales, víctimas y contradictorias del aumento mismo de la represión

estatal. Estos grupos armados ejercían el control de vastos territorios, afectando así la

soberanía del Estado en Colombia.

En pocas palabras, podemos decir que la Constitución Política de 1991 nace en el contexto

que muchos han llamado como la “Guerra Sucia”, porque la violencia se había generalizado

en todo el país alcanzando niveles escabrosos.

Asimismo, el orden internacional se estaba transformando, pasamos de un mundo bipolar aun orden hegemónico, donde los Estados Unidos se establecía como la principal potencia

mundial. La ideología neoconservadora de la desregulación del mercado implicaba unos

ajustes estructurales del Estado nación en Latinoamérica, que llevaban al desmantelamiento

del Estado de Bienestar, y con ello, a la limitación de las políticas económicas keynesianas

o de carácter social.

Mediante la Constitución de 1991 se logró la desmovilización del M-19 y otros grupos

armados, la consagración del Estado Social de derecho, pero con una clara contradicción

frente a la ideología neoconservadora de la desregulación del mercado, pero sobre todo,

esta Carta Política es la gramática de la guerra operando para la reactualización de las

33MEJÍA QUINTANA, LÉON IVVONE Y REYES, PABLO. Cultura política mafiosa y estadocomunitario en Colombia: lógicas y proyecciones empíricas. En: Revista Espacio Crítico, No. 7,2007. Disponible en: http://www.espaciocritico.com/sites/all/files/revista/recrt07/n7_a10.pdf



34

relaciones de dominación mediante la tradición pactista, ésta última reconocida ya en la

historia del constitucionalismo colombiano durante el siglo XIX y XX.34

Por su parte, el profesor Oscar Mejía Quintana dice que la Constitución Política de 1991

“nace muerta”, puesto que fue un pacto de las mayorías de los representantes de laasamblea constituyente, los cuales excluyeron importantes factores reales de poder de la

sociedad colombiana, como las comunidades indígenas, movimientos sociales y otros

grupos armados.35

En este sentido, podemos decir que la Constitución Política de 1991 se formula como una

hoja de papel, distante de la realidad política concreta del país. Al respecto, Ferdinand

Lasalle hace la distinción entre la constitución real y la hoja de papel, la primera se

compone por el conjunto de todos los factores reales de poder de una sociedad, y la

segunda, no es más que la expresión escrita de unos intereses que no responden a la

composición global de los factores reales de poder36.

El hecho de que la Constitución Política de 1991 sea una hoja de papel, es decir, el

resultado de una gramática de la guerra que opera mediante el pacto, para la estructuración

de una hegemonía como tal, nos plantea la situación del Estado de cosas inconstitucional.

Podemos verla sucintamente cuando las instituciones políticas no tienen las condiciones

para reparar sus grietas, o mediante la ineficacia de las normas consagradas que no

garantizan los fines del poder constituyente primario. Sin embargo, ¿Cómo se comprueba la

ineficacia constitucional empíricamente de la Carta Política de 1991? Esto lo vamos a ver

en el siguiente apartado.

II.

La ineficacia de la Constitución política de 1991 y la situación de los derechos humanos en

la ciudad de Medellín durante el 2010.

34Véase: VALENCIA VILLA, HERNANDO. Cartas de batalla: una crítica del constitucionalismocolombiano. Bogotá: CEREC. 1997.35MEJIA QUINTANA, OSCAR. EL origen constituyente de la crisis política en Colombia: la filosofíapolítica y las falacias de la constitución. En: MASON, ANN y ORJUELA, LUIS JAVIER. La crisispolítica colombiana. Ediciones UNIANDES, 2003. p. 144.36LASALLE, FERDINAND. ¿Qué es una constitución? Bogotá: Editorial Unión. 2004.



35

La ineficacia o eficacia constitucional es muy fácil de comprobar. Por un lado, tenemos los

mandatos de la hoja de papel de la Constitución de 1991, los principios que consagra el

Estado para su garantía, promoción y defensa, tales como los derechos de primera, segunda

o tercera generación; y para contrastar o verificar, nos podemos apoyar en los datos e

índices recogidos o elaborados por diferentes entidades, que de una u otra forma dan cuenta

de la realidad a partir de métodos para la recolección de información.

En este sentido, el informe de derechos humanos de 2010 sobre Medellín, realizado por la

personería de la misma ciudad, nos proporciona la siguiente información, teniendo en

cuenta las violaciones a los derechos humanos, ya sea por acción u omisión del Estado: 37

El 79 % de la población de Medellín pertenece a los estratos bajo bajo, bajo

medio y medio bajo. El 38.4% de la población de la ciudad vive en

condiciones de pobreza, y el 10 % en condiciones de indigencia.

Dentro de estas cifras se destaca por su gravedad la problemática de la

desconexión a los servicios públicos en agua potable, energía eléctrica y gas;

hasta septiembre del 2010 se tenía información de 29.361 hogares sin

energía, 41.918 sin agua potable y 14.203 sin gas, todos en su mayoría de los

estratos más bajos.

Asimismo, el desempleo es otra situación que incide en los niveles de

pobreza, según el informe de la personería hasta septiembre del 2010 la tasa

de desempleados era de un 13. 7%, aproximadamente 150.000 personas -de

acuerdo a las cifras oficiales- cuentan con capacidad de trabajar pero no

tienen empleo. Respecto a la informalidad, el índice es del 50%, es decir,

quienes laboran por fuera de las exigencias normativas o el derecho laboral.

37Es importante tener en cuenta que esta referencia al informe de los derechos humanos del 2010es muy resumida, por lo que se sugiere profundizar en la fuente directa para estar mejor informado.De hecho, en este apartado por razones de la escritura no se incluye información de vitalimportancia en otros temas distintos como los derechos de la infancia y adolescencia, Medellíncomo ciudad receptora de desplazados, violencia de género, violaciones a la población LGTB ycarcelaria, entre otros. PERSONERÍA DE MEDELLÍN. Situación de los derechos humanos enMedellín 2010. Disponible en:



36

En el 2010 la ciudad de Medellín aumentó su vulnerabilidad frente a

catástrofes naturales, en especial los relacionados con las inundaciones y los

movimientos en masa de grandes cantidades de tierra, siendo los principales

afectados los habitantes de las periferias, y por lo tanto, los más pobres. En

el 2010, hasta septiembre, se habían presentado 810 movimientos en masa y

82 inundaciones. También se incluyen dentro de las catástrofes los

deterioros estructurales, incendios y el colapso de viviendas.

Con relación a los derechos ambientales, o más puntualmente, al tema del

hábitat digno, en la ciudad de Medellín se afrontan los siguientes problemas:

alta densidad poblacional, crecimiento urbanístico desordenado –en especial

en las periferias-, contaminación, déficit de vivienda, falta de espacios

públicos, aumento de automóviles y motos y correlativamente la

accidentalidad, dificultades para al acceso a los servicios públicos o

desconexión, destrucción de los recursos naturales, entre otros.

La adecuada prestación del servicio de la salud en Medellín afronta las

siguientes dificultades: acceso en condiciones de igualdad, atención

oportuna, inviabilidad financiera de las instituciones. Todo esto, contrastado

paradójicamente con la alta especialización que implica para el sector saludel modelo de desarrollo clúster.

Aproximadamente un 33.26% de la población no tiene cobertura en el

sistema. Hasta septiembre del 2010 se elaboraron en la personería 6.887

tutelas por violaciones al derecho de la salud –aquí es importante tener en

cuenta que esta entidad registró también un aumento en los desacatos por

parte de las EPS a las sentencias proferidas-; y finalmente, la población

afiliada al régimen subsidiado creció comparativamente con los añosanteriores.

Tasa de homicidio más alta del país en la ciudad de Medellín durante el

2010, hasta principios del mes de noviembre la cifra llegaba hasta 1808

muertos, de 100.000 habitantes en promedio fueron asesinados 74.



37

Estos índices de violencia, de acuerdo a la personería, tienen relación con los

enfrentamientos entre los grupos armados que operan en diferentes sectores

de la ciudad, los cuales alcanzan a ser hasta aproximadamente 248, que son

en sí estructuras criminales organizadas, y que ejercen el control de

territorios y recursos a través de amenazas, extorsiones, vinculación de

menores de edad, tráfico de drogas y armas, desaparición forzada (499 casos

conocidos por la personería desde enero hasta octubre), y desplazamiento

forzado intraurbano. Este último, fue uno de los principales efectos

negativos de estos grupos armados, 5098 personas se declararon víctimas de

esto durante el año pasado.

Asimismo, la personería al realizar un seguimiento del proceso de

desmovilización de grupos paramilitares, hace mención, por un lado, a la

reincidencia en la ilegalidad de muchos desmovilizados en los grupos

armados que accionan actualmente en la ciudad; y por otro lado, a la

vulnerabilidad de sus derechos, en especial, el de la vida.

Con respecto al tema, la personería también tiene en cuenta los efectos

negativos que recaen sobre las víctimas para el logro de su reparación,

cuando sus mismos victimarios reinciden en el crimen organizado. Dehecho, en el informe se destaca la alta vulnerabilidad de las víctimas del

conflicto social y armado, con relación a los derechos de verdad, justicia y

reparación.

Durante el 2010 las principales acciones colectivas de movilización y

protesta se realizaron por los derechos de la salud, trabajo, educación y por

los de las víctimas del conflicto armado. El informe de la personería hizo un

llamado de atención por la represión del ESMAD el día que entró a laUniversidad de Antioquia el 15 de septiembre, afectando seriamente los

derechos civiles y políticos de los estudiantes que protestaban pacíficamente

o se encontraban dentro de la Universidad.



38

Además de lo anterior, el informe de la personería hace mención de los

homicidios de tres líderes sindicales, y de 54 casos de violaciones de los

derechos humanos a miembros del sector sindical en la ciudad.

Estos datos que acabamos de presentar nos sirven para cuestionar por la verdadera garantía,defensa y promoción de:

▪ El derecho a la vida, esto frente a los homicidios, amenazas y las

desapariciones forzadas.

▪ El derecho al trabajo, esto frente la informalidad, el desempleo y los

derechos laborales.

▪ El derecho a la salud, esto por las dificultades para el acceso en igualdad de

condiciones, la atención oportuna y la inviabilidad financiera del modelo de

la salud en Colombia.

▪ El derecho a la vivienda digna, esto por el desplazamiento forzado

intraurbano, el déficit de viviendas, acceso a los servicios públicos, entre

otros.

▪ El derecho a la paz, esto por los enfrentamientos entre los grupos armados

que operan en la ciudad.

Este breve informe nos lleva a plantear que hay un Estado de cosas inconstitucional, los

principios consagrados en la hoja de papel del 91 contrastan con la realidad política

concreta, situación que nos lleva a pensar del por qué de estas fallas y las posibles

soluciones, una de ellas, y quizás la más fuerte pero también la más eficaz, es el poder

constituyente.

III

El poder constituyente como potencia para la autodeterminación: breve acercamiento

filosófico



39

Hanna Arendt dice que la política se basa en el hecho de estar juntos, es decir, se

fundamenta en la sociabilidad producida por el encuentro de los unos con los otros durante

el devenir de la historia. Esta sociabilidad de los unos con los otros crea unas

interrelaciones estructurantes del mundo, porque este mismo se construye socialmente,

como el espacio-tiempo donde se pueden manifestar diferentes formas de desplegarse el

estar juntos38.

Sin embargo, este hecho originario de la política se realiza en medio de unas condiciones

materiales concretas, las cuales determinan las múltiples formas de desarrollarse el estar

juntos. Esto porque la política es histórica, no se puede manifestar en una abstracción

intrascendente que es a priori del espacio-tiempo, sino que por el contrario, ésta como tal se

vive por hombres que son histórico-reales.

Al respecto, la misma Hanna Arendt -partiendo del modelo de la democracia directa de los

atenienses39- veía la igualdad entre hombres libres como la condición material concreta que

permitía el encuentro de los unos con los otros, y por lo tanto, gracias a esta misma la

constitución de la política. No obstante, para nosotros es oportuno plantear las siguientes

preguntas: ¿Qué son las condiciones materiales concretas?

Las condiciones materiales concretas hacen referencia a realidades de los individuos que

son originadas por los modos de producción, los cuales ejercen un dominio en el devenir

histórico de un espacio-tiempo. Los modos de producción son procesos mediante los cuales

los individuos se apropian de la naturaleza para satisfacer sus necesidades, generando

ciertas relaciones entre ellos mismos que los configuran socialmente40.

38“La política trata del estar juntos y los unos con los otros de los diversos. Los hombres seorganizan políticamente según determinadas comunidades esenciales en un caos absoluto, o apartir de un caos absoluto de las diferencias” ARENDT, HANNAH. ¿Qué es la política? Barcelona:Ediciones Paidós. 1997. p. 45. Para la autora la preocupación principal de la política no es el

hombre, sino el mundo, entendido como el espacio donde se encuentran los hombres entre sí.39La filosofía política de Hanna Arendt toma como modelo la democracia directa de los ateniensesen la antigüedad, por lo que la polis para ella constituía el espacio-tiempo de la sociabilidadcreativa de los hombres libres e iguales entre sí . Su principal aporte para nuestro trabajo consisteen habernos esclarecido el hecho fundamental de la política, que consiste en el acto de estar

juntos , junto con el sentido de la misma que es la libertad, la cual se abordará más adelante con eltema del poder constituyente.40En términos de Marx, cierto modo de producción material implica un determinada producción deindividuos. MARX, CARLOS. Introducción general a la crítica de la economía política (1857).Ediciones La Chispa. 1967.



40

Los modos de producción representan para el hombre formas históricas del ser y estar en el

mundo con relación a los otros y la naturaleza.41 De acuerdo a esto, podemos denominar

como las subjetividades históricas aquellas formas que son concebidas por los hombres

histórico-reales para ser y estar en el mundo, teniendo en cuenta unas interrelaciones entre

sí y con la naturaleza fijadas por unos modos de producción. Desde estas subjetividades

históricas se enuncian los presupuestos vivenciales para la experimentación del estar juntos,

es decir, la política42.

Pero ¿Que tiene que ver el hecho de estar juntos en unas condiciones materiales concretas

con el poder constituyente, y en tanto que hay unas subjetividades históricas? Pues bien,

estas subjetividades también pueden llamarse como la conciencia histórica, y es a partir de

ella que se hace posible la reflexión sobre el futuro del presente y la ruptura con el pasado,

porque implica primero la autocomprensión del ser, que se transfigura posteriormente en

autodeterminación. De este modo, el poder constituyente es la potencia de los hombres

histórico reales de transformar su realidad histórica, y por consiguiente, aquellas

condiciones materiales concretas que afectan los diferentes modos de manifestarse el estar

juntos. El poder constituyente es la potencia de alcanzar la autodeterminación, a través de la

comprensión misma de una conciencia histórica, esa representación del ser y estar en el

mundo con respecto al otro y la naturaleza.

¿Qué es la potencia? Es el principio del cambio del ser, la prefiguración objetiva de

posibilidades reales para ser alcanzadas por medio de la acción, y es por consiguiente, la

emergencia de múltiples opciones realizables para el logro de finalidades, tales como la

satisfacción de necesidades, intereses y/o anhelos.43 La potencia del poder constituyente es

41MARX, CARLOS Y FEDERICO ENGELS. La ideología alemana. Montevideo: Ediciones PueblosUnidos, 197142Los hombres tienen historia porque se ven obligados a producir su vida y deben, además,producirla de un determinado modo: esta necesidad está impuesta por su organización física, yotro tanto ocurre con su conciencia” MARX, CARLOS Y FEDERICO ENGELS. La ideologíaalemana. Montevideo: Ediciones Pueblos Unidos, 1971. p. 3143La potencia del ser, “el principio del cambio producido en otra cosa o en la misma en tanto queotra” ARISTÓTELES. Metafísica. Madrid: Alianza Editorial, 2008. p. 272. Aristóteles hace ladistinción entre el ser como potencia y el ser como acto, el primero consiste en la capacidad del serpara modificar una cosa o a sí mismo, el poder obrar en ciertas condiciones; mientras que elsegundo establece el acto, en tanto realización de los cambios o movimientos del ser prefiguradosen la potencia. Sin embargo, el ser en acto es anterior al ser en potencia, en tanto el acto se



41

así también la autocomprensión de los hombres histórico-reales de poder llegar a ser ciertas

subjetividades históricas en tanto que son otras.

El poder constituyente como potencia se origina en estas mismas subjetividades históricas,

durante la vivencia de un espacio-tiempo transformativo que permite entrever el conjuntode posibilidades abiertas para su plena realización. Este espacio-tiempo transformativo es la

experimentación social del cambio44, la ruptura con el presente histórico para la re-creación

de un futuro todavía incierto, a través de la crisis que arrasa intempestivamente con el

sistema establecido para representarse como transición a un nuevo modo de organización

social.

Las subjetividades históricas conforman en potencia el sujeto constituyente. Este sujeto

constituyente no es corpóreo, es una designación filosófica que se hace praxis mediante la

acción misma de los hombres histórico reales. Es decir, el sujeto constituyente es concebido

filosóficamente por los hombres históricos reales, quienes estructuran el poder político de

acuerdo a unas posibilidades representadas en la misma potencia. De este modo, el poder

político es la constitución de ciertas formas de ser y estar entre sí en el mundo, sustentada

en la praxis de subjetividades históricas que enuncian modos para la experimentación de la

política, en tanto conformación del sujeto constituyente en potencia. Ejemplos de sujetos

constituyentes los podemos ver a través de la historia constitucional del Estado moderno, endonde se ha designado la titularidad del poder político en conceptos como la nación o el

pueblo.

Sin embargo, ¿Cuál es el móvil para una transformación de la realidad histórica en otra

mediante el poder constituyente? Es la libertad, en ella podemos encontrar la razón

histórica del poder constituyente como potencia. Al respecto, la autora Hannah Arendt dice

que el sentido de la política es la libertad, entendida como un poder-comenzar, es decir,

espontaneidad de los individuos para incidir activamente en el devenir histórico del

consuma a sí mismo generando mediante la potencia la renovación de los actos mismos. El poderconstituyente como potencia, es asumir la posibilidad de llegar a ser algo, y por tanto, de constituir.44“Este es el momento breve y poco corriente del cambio fundamental. Es el momento histórico dela transición de un sistema histórico a otro, de un modo de organización de vida social a otro. Estosmomentos no llegan a menudo.” WALLERSTEIN, IMMANUEL. El espacio-tiempo como base delconocimiento. EN: Análisis político, No. 32. p. 11.



42

mundo45. El poder constituyente, como potencia de las subjetividades históricas es la

realización misma de la libertad46, puesto que durante el espacio-tiempo transformativo el

poder-comenzar se manifiesta en la re-creación del futuro y la ruptura con el pasado. La

espontaneidad es el ejercicio de la propia y libre voluntad47, y establece, en este caso, la

posibilidad real de la acción proyectada para la satisfacción de aquellas necesidades,

intereses y anhelos de los hombres histórico-reales que existen políticamente gracias a la

alteridad producida por el estar juntos48.

Lo contrario de esta libertad como posibilidad, y por lo tanto del poder constituyente como

potencia, es la impotencia, en tanto presunción de la fatalidad del destino que inhibe por si

mismo la capacidad creadora de las subjetividades históricas. La impotencia se origina por

la represión de la espontaneidad, y conlleva al surgimiento de impulsos autodestructores

que conducen a la emergencia histórica de regímenes autoritarios, como la respuesta del

sujeto conforme al movimiento “pre-determinado” de los acontecimientos49. La impotencia

es la formación de sujetos a-históricos, pasivos en el devenir del mundo, destructores de la

vida porque se abandonan al ejercicio represivo de una supuesta autoridad reguladora del

destino. Por ejemplo, la guerra es un síntoma de impotencia y ausencia del poder

constituyente, en cuanto proclama un orden abocado a la negación del ser. La guerra no es

un caos absoluto, por el contrario, crea unas gramáticas para la imposición de unas

voluntades sobre otras, las cuales reprimen la espontaneidad del otro considerado como

enemigo.

45“Esta libertad consiste en lo que nosotros llamamos espontaneidad, que desde Kant se basa enque cualquiera es capaz de comenzar por sí mismo una nueva serie” ARENDT, HANNAH. Op. Cit.p. 77.46“El poder constituyente es esta fuerza que se proyecta, desde la ausencia de finalidad, comotensión omnipotente y cada vez más expansiva. Ausencia de presupuestos y plenitud de lapotencia: éste es un muy positivo concepto de libertad”. NEGRI, ANTONIO. El poder constituyente:ensayo sobre las alternativas de la modernidad. Madrid: Libertarias/Prodhufi. 1994. p.33.47FROMM, ERICH. El miedo a la libertad48Lo anterior implica inscribir esta concepción de la libertad en la posibilidad; excluyéndola de losaparentes realistas que justifican su no realización en base de una presunción falsa de la realidad,en la cual el sentido de la posibilidad no existe materialmente sino como una metáfora creada porla imaginación del hombre en sus ansías por evadir el movimiento pre-determinado de la historia.49De acuerdo a Erich Fromm, la impotencia es la principal condición psicológica que condujo a laemergencia del fascismo, y por lo tanto, a la segunda guerra mundial. En el libro “ El miedo a lalibertad” el autor indaga las razones por las cuales los hombres sacrifican su libertad por unaideología o por la sumisión a la misma autoridad; y allí es cuando devela la naturaleza de laimpotencia como tal, contraria a la l ibertad y por consiguiente al poder constituyente. Ibíd.



43

Ahora bien, el análisis del poder constituyente nos plantea el problema del procedimiento,

mediante las siguientes preguntas: ¿Cómo se establece el tránsito entre la potencia y el acto,

o entre el acto y la potencia? ¿Cómo explicar la praxis del sujeto constituyente constituido

por los hombres histórico reales? La libertad como posibilidad nos conduce a pensar en los

mecanismos por los cuales el ejercicio del poder se realiza de acuerdo a las

representaciones de los hombres histórico reales prefiguradas en la potencia. ¿Cómo es que

el pueblo, el sujeto constituyente, realiza el ejercicio de la titularidad del poder otorgada por

la conciencia histórica de los hombres histórico-reales? Los conceptos filosóficos plantean

el procedimiento, es decir, el proceso por el cual la potencia de llegar a la

autodeterminación finaliza con la realización del acto mismo de autodeterminarse el sujeto

constituyente, transformándose así la realidad histórica durante la experimentación del

espacio-tiempo transformativo.

Al respecto podemos decir que la libertad como poder-comenzar, teniendo en cuenta a

Hannah Arendt, tiene una relación con la participación democrática. Estanislao Zuleta bien

decía que una de las direcciones hacía las cuales se dirige la participación democrática es la

creación de las posibilidades, la realización de bases materiales e intelectuales que permitan

el ejercicio de los derechos en igualdad de condiciones50. Este poder-comenzar se logra

mediante la participación de los individuos, que abre el camino para la expresión y el

desarrollo de todas sus potencialidades. La participación democrática establece el tránsito

entre la potencia del poder constituyente y la acción que produce la transformación de la

realidad histórica51. Por lo tanto, la participación democrática re-crea los modos de

producción, al posicionar los individuos en igualdad de condiciones para el actuar; vemos

entonces el estar juntos entre iguales por la participación democrática, puesto que aquí las

condiciones materiales concretas no establecen verticalidades para el ejercicio del poder.

50Las otras dos direcciones hacía las cuales se dirige la participación democrática, según el autor,son la igualdad y la racionalidad, la primera como una condiciones material para la efectivaparticipación, y la segunda como la capacidad intelectual del individuo para asumir la participación.ZULETA, ESTANISLAO. Colombia: violencia, democracia y derechos humanos.51“El único criterio acerca de la realización de la libertad es el de la participación activa del individuoen la determinación de su propia vida y en el de la sociedad, entendiéndose que tal participaciónno se reduce al acto formal de votar, sino que incluye su actividad diaria, su trabajo y susrelaciones con los demás” FROMM, ERICH. Op. Cit. p. 318.



44

El procedimiento para el poder constituyente es la asamblea constituyente territorial, como

la instancia encargada de desplegar la potencia de las subjetividades históricas mediante la

participación democrática. Este tema del procedimiento es vital, en tanto se crean los

puentes entre lo fáctico (lo real) y lo válido (la designación filosófica). La asamblea

constituyente territorial no es más que un espacio-tiempo transformativo donde la

participación democrática se realiza permanentemente de manera deliberativa, y por tanto,

es la búsqueda de la realización de unas posibilidades prefiguradas por el poder

constituyente.

IV

Sobre el poder constituyente, la participación democrática y la sociedad civil.

El poder constituyente como tema de análisis contiene dentro de sí una reflexión sobre lanaturaleza de la democracia, no sólo porque ambos problemas de estudio se han

manifestado históricamente de manera conjunta durante los procesos constituyentes de las

sociedades modernas, sino porque la democracia es un elemento clave en la

experimentación de un poder constituyente, en cuanto establece una forma de proceder para

la toma de decisiones y el desarrollo de las acciones políticas. Pensar entonces en el poder

constituyente significa plantear una reflexión sobre la democracia.

Esta reflexión implica determinar que concepciones de la democracia limitan el poder

constituyente, o por el contrario, cuales permiten las condiciones para una plena realización

de esta potencia. Esta determinación es necesaria, la democracia no cuenta con unanimidad

frente a su definición conceptual, está afectada por el relativismo filosófico que rechaza

cualquier intento de establecer al menos características fundamentales que lleven a una

aprehensión mínima del sentido de la democracia, lo que ha implicado una cantidad amplia

de significados que muchas veces son divergentes u opuestos.

De este modo, para Giovanni Sartori las principales definiciones de la democracia giran en

torno a dos aspectos: el prescriptivo y el descriptivo 52. El primero proviene del

racionalismo de la revolución francesa, mientras que el segundo del empirismo de origen

norteamericano e inglés. Las definiciones prescriptivas establecen como referentes ciertos

52Sartori, Giovanni. ¿Qué es la democracia? México: Editorial Taurus. 2003.



45

ideales con efectos normativos, un deber ser de la democracia. Las definiciones descriptivas

fundamentan el análisis en un realismo político, asumiendo una racionalidad instrumental

para la efectiva concreción de ciertas técnicas e instrumentos para la democracia. Ahora

bien, estos dos aspectos no son necesariamente opuestos, incluso pueden ser conciliados

para afrontar un análisis de la democracia; pero teniendo en cuenta a Sartori, cada visión

implica una postura que determina no solo conceptualmente la idea de la democracia, sino

que tiene efectos en su experimentación dentro la realidad política concreta.

Giovanni Sartori realiza además otra división fundamental dentro de la democracia: las

democracias directas y las democracias indirectas. La primera no tiene intermediarios frente

a la acción política de cada uno de los individuos, mientras que la segunda tiene

representantes para la toma de decisiones sobre los asuntos públicos. La experiencia

principal de las democracias directas proviene de los griegos en la antigüedad, mientras que

las experiencias de las democracias indirectas vienen de las sociedades complejas

contemporáneas.

A pesar de que este autor intenta escapar de un determinismo conceptual, termina por

afianzar una concepción de la democracia en base a una racionalidad instrumental, y por

tanto, justifica en contra de la democracia directa la representación como un mecanismo

racional que responde a las condiciones de las sociedades actuales53

. Giovanni Sartori haceunas divisiones didácticas para la comprensión de la democracia y de sus diferentes

concepciones, pero es necesario realizar una problematización constante para continuar con

la búsqueda de una concepción de la democracia que permita la experimentación auténtica

de un poder constituyente.

53Para Sartori la democracia representativa es una atenuación y un correctivo de la democraciadirecta. “… se deduce que la democracia indirecta, representativa, no es solamente una

atenuación de la democracia directa; también es su correctivo”. Ibíd. p. 207. Es importante señalarque el autor centra su estudio en una diferenciación de la democracia directa de los ateniensesfrente a la democracia representativa de los modernos, para demostrar que la polis griega es unmodelo de democracia directa que no puede ser extrapolado históricamente a nuestros tiempos. Elplanteamiento de Sartori establece una concepción instrumental de la democracia, que lo lleva adescalificar la democracia participativa por estar relacionada con una democracia directa: “elparticipar es operable tal como una fracción cuyo denominador mide la parte (el peso) de cadaparticipante, y en tanto el denominador crece, igualmente disminuye la potencia de la participacióndel individuo. De ello deriva que la participación es una panacea universal, general, desplegadapor el participacionista” Ibíd. p. 115.



46

Ahora bien, la concepción instrumental de la democracia desconoce parcialmente la crisis

de la representación en la política contemporánea, por la necesidad de encontrar las técnicas

e instrumentos termina por marginar un aspecto prescriptivo que fundamenta un sentido de

la democracia, el cual consiste en la participación activa de la ciudadanía54. Esta crisis de la

representación hunde sus raíces en múltiples razones, es necesario señalar algunas55:

1. La consolidación de élites políticas, económicas e intelectuales: toda

representación trae consigo la tendencia a formar y consolidar élites que mantienen

al margen de las decisiones públicas a la ciudadanía en el ejercicio del poder. Los

sujetos políticos limitan su acción a la transferencia de su poder a los representantes,

provocándose una distancia entre los individuos representados y la solución de los

problemas públicos de manera colectiva.

2. El sistema económico capitalista está relacionado con una pérdida gradual del

valor de lo público, entendido éste como la esfera de interacción entre los sujetos

para afrontar la vida colectiva, el hecho fundamental de estar juntos y encontrarse

entre sí. Pues bien, la representación también limita las esferas de lo público, en

tanto el sistema electoral se convierte en la principal vía de acceso de los ciudadanos

al poder. La representación y el capitalismo, están implicados en procesos de

privatización de los asuntos públicos, siendo causas de la crisis analizada.

3. La globalización pone en cuestión la soberanía de los estados nacionales,

modificando las relaciones entre lo global y local, lleva a que los territorios y los

gobiernos locales busquen mecanismos que respondan a las exigencias del mercado,

replanteando las relaciones de gobernanza. De este modo, la descentralización ha

permitido el fortalecimiento del poder local, haciendo necesaria la participación de

la ciudadanía en asuntos particulares de sus territorios.

54A pesar de que Sartori hace mención a la democracia participativa, se mantiene escéptico frentea cualquier manifestación que promueva la democracia directa ya sea parcialmente o en sutotalidad.55Es importante aclarar que esto amerita un estudio de mayor profundidad investigativa, sinembargo es necesario hacer la mención para realizar al menos una aproximación al problemaplanteado.



47

Entonces es menester hacer la siguiente pregunta: ¿la democracia directa, como

contraposición de la democracia representativa, es la concepción de la democracia que

permite el poder constituyente? Esta pregunta se debe a que la crisis de la representación

limita el poder constituyente, en tanto que el poder delegado desvanece la fuerza de los

hombres histórico-reales, actores de cualquier proceso de transformación social.

En este dilema entre estos dos tipos de democracia, la directa con sus dificultades para las

sociedades complejas y la representativa en una crisis ineluctable, ¿cómo plantear el poder

constituyente? Esta respuesta, creo, es la participación democrática, o bien, la democracia

radical.56

Ya anteriormente al afirmar sobre el sentido de la libertad como posibilidad, en razón de la

participación de cada individuo en la determinación de su destino con los otros, se asume

que el procedimiento de la asamblea constituyente territorial es donde cada individuo se

convierte en un actor que posibilita la transformación de su realidad, mediante la

comprensión de sus formas de ser y estar en el mundo, su conciencia histórica.

De este modo, el poder constituyente y la participación democrática son temas

transversales, ambos se entrecruzan para definir el futuro de una realidad política concreta,

se integran para afrontar la ruptura e iniciar una transformación. Si estudiamos un poder

constituyente en concreto que no tenga una relación histórica con la participación

democrática, podríamos deducir erróneamente que sería la representación, la cual agota el

poder constituyente, la potencia misma.

Ahora bien, es importante aclarar que la participación democrática necesita de un escenario

que permita la plena estructuración de la asamblea constituyente territorial, donde se

puedan manifestar los conflictos y se produzcan los consensos y disensos propios de una

democracia, este escenario considero es la Sociedad Civil.

La Sociedad Civil se concibe como un entramado de actores, cada uno de ellos organizado

de acuerdo a su propia identidad, los cuales presentan demandas y propuestas dirigidas a

56MEJÍA QUINTANA, y JIMÉNEZ CAROLINA. Nuevas teorías de la democracia. De la democraciaformal a la democracia deliberativa. En: Colombia Internacional, No. 62 (jul-dic), 2005.



48

solucionar problemas públicos derivados del ejercicio del poder, que los afectan

directamente en sus intereses particulares. Ejemplo de estos actores sociales los

encontramos en los gremios, sindicatos, clases, movimientos, grupos, comunidades,

corporaciones, entre otros.

Por lo general, se establece la distinción entre el Estado y la Sociedad Civil, haciendo

referencia a los ámbitos públicos y privados para señalar las características de cada uno de

estos con respecto a sus diferencias con el otro, asumiendo que los partidos políticos son el

puente entre ambos porque concilian los intereses particulares con el interés general.

Sin embargo, la Sociedad Civil es una instancia conflictiva, porque manifiesta dentro de sí

tensiones o disputas producidas por las diferencias de intereses, las cuales determinan el

ejercicio del poder político. En la Sociedad Civil se origina la producción de conflictos por

razones particulares, que trascienden a la esfera pública del Estado, puesto que los actores

sociales requieren de su intervención para garantizar los presupuestos colectivos del estar

juntos.57

Por esta razón, la Sociedad Civil es la instancia donde se hace posible la verdadera

democratización, porque ésta se realiza por medio de la libre asociación de los individuos,

organizados de acuerdo a sus intereses en actores determinados que ejercen un liderazgo en

los procesos sociales. Pero ¿cuál es la relación entre la democracia y el conflicto, por qué

donde hay conflicto hay democratización? Cuando el conflicto se expresa en todo su

potencial dentro de la Sociedad Civil, se da pie a que los actores sociales produzcan el

consenso y disenso propios de toda democracia, construyendo las formas de organización

política de acuerdo a sus posibilidades reales prefiguradas en la potencia del poder

constituyente. Cuando el conflicto es negado, la impotencia se manifiesta, puesto que el

otro es suprimido, desconociéndose la esencia de la política que es el estar juntos, y por

tanto, la libertad del poder constituyente como poder comenzar en aquella alteridad58.

57RESTREPO, LUIS ALBERTO. Relación entre la sociedad civil y el Estado. EN: Análisis político,No. 9 (enero-abril) 1990.58“La erradicación de los conflictos y su disolución en una cálida convivencia no es una metaalcanzable, ni deseable en la vida personal –en el amor y la amistas-, ni en la vida colectiva. Espreciso, por el contrario, construir un espacio social y legal en el cual los conflictos puedan



49

Así, las asambleas constituyentes territoriales son una propuesta de organización política

que son realizadas desde la sociedad civil para afrontar desde diferentes comunidades la

descomposición social producida por la desigualdad, el conflicto social y armado, el

narcotráfico, el desequilibrio territorial, entre otras razones: todas las cuales dan muestra de

manera generalizada de la situación que hemos denominado como la ineficacia

constitucional o del Estado de cosas inconstitucional

La crisis política de la representación ha ocasionado el fortalecimiento de la Sociedad Civil,

como la instancia donde la democracia directa se hace posible para la determinación de

asuntos diversos que atañen tanto a la esfera privada como la pública. Desde la Sociedad

Civil se hacen demandas políticas, propuestas y acciones reivindicativas, las cuales no están

al margen de procesos de autogestión política y de lucha para la garantía de las decisiones

del constituyente primario.

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manifestarse y desarrollarse, sin que la oposición al otro conduzca a la supresión del otro,matándolo, reduciéndolo a la impotencia o silenciándolo” ZULETA, ESTANISLAO.



50

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WALLERSTEIN, IMMANUEL. El espaciotiempo como base del conocimiento. EN:

Análisis político, No. 32.



51

4. PODER CONSTITUYENTE Y TRANSFORMACIÓN POLÍTICA

Por: Wilson Walter Gómez

“El erotismo es una disolución de las formas constituidas, que fundamentan el

orden discontinuo de las individualidades que somos”

Georges Bataille.

Aforismos democráticos.

Desde su entelequia la democracia ha sido el horizonte por excelencia de las sociedades

contemporáneas59. En ella se han planteado los diversos mecanismos de participación, de

inclusión y de exclusión, en la cual opera como continente segregado la representación. Noobstante, la asociación de los conceptos de democracia y de representación ha dejado la

idea que -la democracia- es un asunto de mayorías donde las minorías en desacuerdo son

marginadas de participar en el poder; contexto que desplaza el asunto de los consensos a

disputas civiles que enfatizan en la exclusión y el conflicto violento, condenando a las

minorías a una marginación pertinaz y generalizada. En el mundo, pero en tantos sentidos

fuera de él. Sin derechos, sin participación, sin voz, sin todo aquello que haría de ellos seres

completamente ciudadanos, las consideradas minorías –y por tanto menos– han sidoabocadas a pulular su presunta simplicidad por un universo periférico y extraño que no ha

sido reconocido sino como un yacimiento de disconformidades y justificaciones para la

coacción.

Por tanto, es curioso que la democracia actual no se aparte del ideal de la polis griega,

donde quienes tenían derechos a participar eran los politeios60; estos eran las personas

libres que ejercían el Oikos. Allí la democracia, era el régimen de los ciudadanos, en tanto

tenían entrada al ágora, espacio para el ocio. En este momento, el sistema democrático es

una herramienta tecnocrática, un instrumento que se ha reducido al sufragio y no ha podido

59 Es cierto que la democracia no siempre fue el ideal político de las diversas sociedades y, en cuantopráctica, no es exclusiva de las sociedades contemporáneas. Ver, Del Águila, R. Manual de ciencia política,Ed. Trotta, Madrid, 1997, Págs. 139-157.60 Para un mejor entendimiento del asunto ver, El ciudadano de Luciano Canfora. En, El hombregriego, Edición de Jean Pierre Vernant, Alianza, Madrid, 2000. Págs. 141- 173.



52

afectar el concepto de ciudadanía. Es decir, su exigencia debería haber sido la de escudriñar

en la versatilidad humana en toda su amplitud desde las relaciones sociales hasta el

agenciamiento de la norma y la creación de las instituciones. Generado una espacialidad

centrada en la aplicación del espacio público, una “democracia del poder discursivo” o

democracia deliberativa. Espacio en el que el agente de la política emerge como el

“ciudadano” que regula el régimen político y posee la autonomía moral para hacer de este

espacio un ejercicio racional; ante esto el profesor Darío Botero Uribe propone una

democracia que subvierte el poder en el individuo:

“Mientras no cambiemos la cultura, la democracia será algo superficial y sin

importancia. Se trata entonces de desarrollar una cultura de la vida, de la

gratificación, de lo lúdico, del goce. Propongo una erotización de la vida que minelos mecanismos de poder. Pienso el poder como una pulsión que se internaliza muy

profundamente en el individuo y que lo separa abruptamente de su relación

gratificante con los otros”61.

Es un “vitalismo cósmico” en el que las relaciones humanas construyen la democracia por

las texturas e intensidades con que estas operan allí. En ella las diversas instituciones que la

conforman se determinan por las diferentes emancipaciones de los procesos sociales y la

construcción de un proyecto de Nación. Sin embargo, la democracia persiste como un

problema de la imaginación política62; en la medida que no se podido incorporar a nuestra

experiencia como una reflexión compartida de permanecer juntos, en comunidad. Idea que

conlleva a plantear el estudio de la vida social, en toda su versatilidad. Así, el

planteamiento de Boaventura de Sousa hace hincapié en los movimientos sociales y la

necesidad que tenemos de apartarnos de la tradición eurocéntrica en la explicación de

fenómenos propiamente latinoamericanos. Dando cabida a toda expresión de los diferentes

pueblos que la conforman, a su espontaneidad.

61 BOTERO, D, El poder de la filosofía y la filosofía del poder, Ed. Unibiblos, Bogotá, 2001, pág. 217.62 De SOUSA, B, Refundación del estado en América Latina, Ed. Siglo del hombre, Bogotá, 2010,págs. 27-38. El autor expone dos problemas de la imaginación política: el colonialismo y el capitalismo; noobstante, el entrar a considerar a la democracia como un problema de imaginación política conlleva a plantearla dificultad que hemos tenido de imaginarnos como comunidad en un sistema de gobierno diferente, enconvivir con nuestra espontaneidad y particularidad.



53

Ante ello, hay un acercamiento a la democracia desde no sólo un contexto institucional,

sino también en las intermitencias en que las relaciones sociales son consideradas como

instituyentes de prácticas identitarias. Este acercamiento serviría un análisis más profundo

de nuestra relación con la práctica democrática en espacios no estructurados bajo este ideal.

Es decir, fuera de las constricciones impuestas por el aparato estatal o el espacio público.

Perspectiva que debemos considerar y ser individuos en busca de un esbozo de inclusión de

las diversidades que nos componen. Hemos colocado a la “democracia” en el centro de

nuestros anhelos, como encarnación de todas las expectativas y esperanzas, pero también de

nuestros temores, como expresión de una alteridad anexa en el reconocimiento de nuestras

prácticas sociales. Pero su función se ha limitado a eso; estar ahí simplemente en los

enunciados, sin discurrir en una praxis, indiferentes al efecto fascinador, inquietante oterrorífico que su ideal suscita en nosotros.

Democracia de lo instituido y poder instituyente.

Planteadas las razones mefistofélicas de la democracia, surgen unas series de interrogantes

que es necesario proyectar para generar una cognición de lo anteriormente expuesto. ¿Será

la democracia el único horizonte que se han trazado las sociedades? ¿Son las fisurassociales una muestra que la democracia es una estructura en construcción? ¿El modelo de

democracia ha sido planteado para un ciudadano tan virtuoso como inexistente? Es como si

la democracia se cubriera tras una racionalización del lugar que conjura como “espacio

público” y, a su vez, sucintara el sujeto que lo ocupa o lo recorre.

En primer lugar, la democracia como horizonte se compone de las experiencias vividas en

un pasado, donde hay unas particularidades y densidades de sentido por derivación en los

signos que habitan en cada sociedad. Es decir, no se pueden determinar unas constantes y

unas reglas sintagmáticas63 en la democracia. En consecuencia se aumentan las señas de

63 Según Lotman, en la ‘memoria creadora’: “los textos actuales son alumbrados por la memoria, perolos no actuales no desaparecen, sino que es como si se apagaran, pasando a existir en potencia. Estadisposición de los textos no tiene un carácter sintagmático (…)”, problematizando las relaciones discursivasen las cuales se enuncia la democracia. LOTMAN, I, Semiosfera, ed. Cátedra, Madrid, 1996, P. 159.



54

discontinuidades que darían posteriormente volumen a su memoria o forma descriptiva. Su

función codificadora en las estructuras se asigna a un entramado dislocado de vivencias

dispersas en la antigua polis y en las sociedades contemporáneas.

Pero, al mismo tiempo, ese horizonte fija sus propios límites en el espacio en que se ejerce

y su representación se extiende desde el disfrute por indagar y reconstruir la confrontación

entre su ideal y los hechos64. Pues, esta controversia permite rastrear el imaginario político

y su entendimiento en la historia. De hecho para Giovanni Sartori, la democracia tiene su

razón de ser en hacer transformar ese ideal en realidad, en una experiencia asumida por la

comunidad. Es así, como ese carácter deontológico se vincula cada vez más a los elementos

constitutivos de la sociedad, hilvanando y fortaleciendo sus tejidos.

Este autor expone dos formas de acercarse a la democracia. La primera forma es

descriptiva, es decir, la experiencia histórica conocida y percibida. Sin embargo, no sólo sedescribe lo percibido sino que tiende a darse un juicio de valor, lo cual conduciría a la

segunda forma expuesta que es el prescriptivo. En lo prescriptivo se emite un juicio que

busca establecer una preferencia con el objeto de transformar la estructura de la realidad; de

sistematizar los elementos observables y emitir un uso axiológico deseable que pueda

tornarse en una posibilidad.

Posibilidad que se cristaliza en un punto de partida democrático en el cual el poder

constituyente primario logra su función oscilante de potencia y de acto. Capacidad de

recibir y de dar son los hechos que influyen en el levantamiento del constituyente primario,

en su modificación. Causalidad que implica que cada modificación es surgimiento de él

mismo en condiciones discontinuas, en su cotidianeidad que irrumpe en las estructuras

sociales y políticas65. Allí, surgen como afirma Maffesoli, “las ciudadanías profanas” que

encuentran en la calle una transustanciación donde lo instituyente rebasa lo instituido.

Donde la calle se vuelve el lugar de manifestaciones, de agitaciones y de emancipaciones.

No obstante, la calle como el lugar de un consenso social que admite una igualdad política

bajo la apariencia de un aumento en la inclusión de los ciudadanos o habitantes de ésta,

opera por cuestiones identitarias que establecen mas bien el desacuerdo. Por tanto, el uso de

64 SARTORI, G, ¿Qué es la democracia?, ed. Altamir, Bogotá, 1994. Págs. 3-11.65 Ver, MAFFESOLI, M, La transfiguración de lo político, ed. Herder, México, 2005.



55

concepciones consensuales supone una limitación al ejercicio de lo profano, idea que

tratará de conservar las estructuras ya establecidas.

De igual manera, la democracia establece un campo del poder constituyente, la

introducción en el sistema político de todos los individuos, aunque en diversos grados. En

este sentido, se convierte en una amalgama de transfiguraciones de lo político y se asiste a

una refundación del Estado como referente de estar-juntos66 . Se trata de un nuevo

entendimiento de la democracia en contextos permeados por prácticas constitutivas; donde

cada período histórico o vivencia se caracteriza por la aparición de un conjunto de nuevas

posibilidades concretas que modifican los equilibrios preexistentes y procuran imponer sus

anhelos y sus expectativas.

Se puede así admitir que los espacios de transfiguración constituyen un modelo para la

comprensión de los diferentes aspectos de la realidad contemporánea. Como se expresa através de sus funcionalidades en el entramado social y, ante todo, la emergencia de nuevas

instituciones y espacios para el debate, el anonimato y el problema de la opinión pública.

En segundo lugar, las fisuras generadas por las potencias constitutivas entrañan la

complejidad con la que se constituyen las instituciones. En ellas la principal tendencia es la

de formalizar lo que se está gestando, en condiciones de hacer una ruptura con el antiguo

régimen. Siempre se está ante el marco de una nueva institución que cumpla con los

requerimientos con los que se crea. Es la condensación de razonamientos y afectos los que

se tratará de materializar en aquella estructura. La manera por la que el pasado reminiscente

recibe su impresión de una actualidad más afín a lo comprendido por el instituyente. Y esta

consolidación nos da la tranquilidad de haber transformado nuestra experiencia en algo

deseado. Impresión dialéctica de hacer presente lo ausente estructuralmente en las

correlaciones con un presente, manifestación de existencia de una acción colectiva. Eso

significa que esa inquietud materializada ha de ser la inquietud de sujetos históricos en su

porvenir. En cierto sentido, todo problema constituyente es el de un empleo del tiempo en

un espacio determinado. Abriendo una brecha o multiplicidad de problemas y debates

inherentes a las configuraciones propias del poder constituyente. Relación que modela una

álgida concepción de la democracia republicana decisiva en la constitución de un devenir-

juntos.

66 Ibíd. Pág. 25.



56

Planteado lo anterior, estamos pues, ante una serie de matices heterogéneos de las

confrontaciones sociales. Se conectan e interpelan los conflictos sociales con las

instituciones confrontadas o conformadas. Este tratamiento, estrechamente conectado con

su concordancia histórica, hace de los procesos sociales movimientos inagotables de

inflexión por su actitud reacia a dejarse asimilar como formalidad dirigida a proveerse de

formas constitutivas que potencien su tejido. Estableciendo un sentimiento expresivo de la

vida cotidiana que fortalece las prácticas de disenso y las polifonías de una sociedad.

Por otra parte, para los autores Cohen y Arato la democracia se ha tornado como un fin en

sí mismo, después de los regímenes de transición entre las dictaduras y las democracias. No

obstante, cada transición ha sido determinada por un pactismo político que reemplazó las

vías revolucionarias en ideologías democráticas67. De modo que una de las paradojas que se

plantea en la democracia es ocupar un espacio para la consagración del derecho deproponer, configurar y decidir los criterios por los que ha de regularse el régimen político

correspondiente. Espacio denominado por los autores como la “sociedad civil”. Es allí

donde el ejercicio de las mediaciones es justificable por su atributo y su reconocimiento de

deliberación sobre asuntos comunes en pro de un bienestar común. Significa entonces que

la sociedad civil está vinculada a una estructura estatal que permite su interlocución como

portadora de unos intereses grupales, gremiales, etc. Donde el principal llamado es a buscar

un mecanismo que facilite la participación de las diferentes comunidades, en conformar su

autodeterminación68 y su convivencia pacífica69.

De modo que la sociedad civil ha de fortalecer la democracia para que las acciones y las

decisiones múltiples y diversas sean posibles, incluso en el conflicto y como conflicto, pero

sin violencia. Bajo este ideal se puede reconstruir una democracia que se vincule a una

experiencia colectiva que afecte nuestra experiencia individual. Y de forma vinculante,

instituya relaciones más maduras entre el Estado y la sociedad misma.

Y por último, el concepto de ciudadano en democracia como sujeto o agente de la política

ha de manifestarse en un mundo de interacciones conflictivas que se alejan del ideal

Republicano. Las interacciones políticas existen como extensión de un desacuerdo, que

muchas veces se torna violento, donde el orden no es posible, pero tampoco el caos

67 COHEN, J; ARATO, A, Sociedad civil y teoría política, Ed. FCE, México D.F, 2002.68 Artículos 7, 16, 18, 19 y 20 de la Constitución política de Colombia.69 Artículo 22 de la Constitución política de Colombia.



57

absoluto. Hay intermitencias en las cuales el ciudadano ha de intervenir como mediador de

una serie de intereses que con la posibilidad de discernir podrá optar por uno de ellos.

Mediación que será validada si hay libertad en la escogencia.

Los espacios de debate o de escogencia para el ciudadano responden sobre todo a los

intereses de los diversos actores de la sociedad y son de esta forma incorporados a una

práctica discursiva. Sin embargo, es necesaria la construcción de la otredad para

complementar el concepto de ciudadanía. Es con el otro con quien se confronta las ideas y

se da vida a la política. Es una posibilidad de recuperar una visión crítica de la memoria y

de una interacción social derivada de una práctica de reconocimiento y socialmente

incluyente, en un marco de experiencias adversas y condiciones violentas. Es decir, el

concepto de ciudadanía no ha acabado por plasmarse como un valor central, ya que, operan

ambiguas y diversas expresiones de identidades culturales. Problematizado, cada vez más,la necesidad de un reconocimiento colectivo de las experiencias compartidas como ciudad,

nación o Estado.

La inclusión del otro como transformación política.

Si se relaciona la concepción de otredad con democracia, encontraremos que no sólo es un

asunto de reconocimiento de las minorías, de la diferencia exteriorizada, sino de cómo el

“otro” ha entrado a formar parte de la sociedad. En realidad, esta manera de presentar una

correlación entre otredad y democracia es la de concebir la estructura social como parte

fundamental en la génesis de todo proceso de transformación. Reflexión que se centra en la

movilidad y la versatilidad de lo humano en sus variados y confusos procesos de inclusión.

Exploración de los distintos niveles de significación identificables en la construcción de un

ideal perceptible a las expectativas de ser partícipe de una sociedad. Develando, cómo se

construye democracia y cómo en la construcción de dicho concepto se revela una ideología

que tiene más que ver con quién enuncia el concepto de quiénes intenta representar. Así, lasignificación de inclusión del otro en democracia connotará un ideal que se expresará en

una unanimidad y en un imaginario colectivo.

Conociendo el imaginario del otro podemos hablar de democracia. Incorporando una

interculturalidad, donde la caracterización de esa otredad refunda unos estados de

contextualización y de alteridad que construyen prácticas constitutivas necesarias para la



58

transformación. Realidad que se manifiesta en las diferentes movilizaciones sociales, en el

levantamiento de grupos marginados que exigen una transformación real y reclaman sus

derechos como ciudadanos. De hecho, Boaventura de Sousa afirma:

“Contrariamente, la voluntad constituyente de las clases populares en las últimas

décadas en el subcontinente se manifiesta en una vasta movilización social y

política que configura un constitucionalismo desde abajo, protagonizado por los

excluidos y sus aliados, con el objetivo de expandir el campo de lo político más allá

del horizonte liberal, mediante una institucionalidad nueva (plurinacionalidad),

una territorialidad nueva (autonomías asimétricas), una legalidad nueva

(pluralismo jurídico), un régimen político nuevo (democracia intercultural) y

nuevas subjetividades individuales y colectivas (individuos, comunidades, naciones,

pueblos, nacionalidades). Estos cambios, en su conjunto, podrán garantizar larealización de políticas anticapitalistas y anticoloniales”70.

Constitucionalismo desde abajo o de la otredad, que busca y afirma un proyecto de Estado-

Nación más incluyente y diverso. Que suture las fisuras que han colocado a la democracia

como una estructura vacía, viciada y adulterada por la desregulación del mercado y, por

ende, la imposibilidad de realizarse bajo la dignidad humana. Señal que abre a la otredad la

eventualidad de transformar su ambiente con sus expectativas reales de existencia.

La apertura de un espacio para el “otro” permitirá revisar y, en último término, aplicar la

democracia a nuestra realidad. Expresión de una plurinacionalidad que refleja la diversidad

de los individuos que la componen. Por ello se necesita vincular toda espontaneidad que

reclame justicia social y defensa de los derechos humanos. Se trata de convivir no de

coexistir sin más, de establecer una transformación conjunta que permita construir espacios

comunes, más inclusivos, abiertos a la otredad y reconocedoras de la misma.

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70 De SOUSA, B, Op. Cit . Pág. 85.



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60

5. ASAMBLEAS CONSTITUYENTES TERRITORIALES: UNAALTERNATIVA LEGÍTIMA DE PARTICIPACIÓN

DEMOCRÁTICA EN COLOMBIA.

Por: Angélica María Ortiz Maya.

I

Adición Introductoria.

La investigación es la búsqueda sistemática de conocimientos, que generalmente está

encaminada a la solución de problemas. Esta actividad se ha convertido en un objetivo

misional de las instituciones educativas, especialmente de las de educación superior, por la

relación directa con la mejora de la calidad de vida y el progreso del país que esta debería

tener.

Sin embargo, los investigadores han caído en un hermetismo propio de la academia que ha

situado sus hallazgos en un plano de la realidad aislado, pues su contenido es inaccesible

para la mayor parte de las personas. Esto lleva a que los resultados de las investigaciones,

sobre todo las de tipo teórico, queden archivados en extensos informes, sin darles el uso

social para el que fueron proyectadas.

Tal situación ha llevado a que la actividad investigativa pierda su sentido. La investigación,

especialmente la de tipo social, debe estar justificada en la búsqueda de un cambio en las

condiciones de realidad que sea benéfico para una población determinada. Por lo que el

proyecto en el que se inscribe el siguiente ensayo -Estudio teórico del poder constituyente:

aporte para procesos constituyentes en Medellín- a pesar de su carácter bibliográfico y

analítico busca que sus resultados sirvan como herramienta práctica para la acción de las

Asambleas Constituyentes Territoriales.

Como estudiante universitaria, la participación en una investigación es una gran

oportunidad ya que permite tomar una actitud distinta frente al conocimiento que la que

convencionalmente se tiene en los círculos académicos. En primer lugar se le da un sentido

social a través de la búsqueda de que este salga de las aulas para ponerse al servicio de la



61

comunidad. Por otra parte se asume la responsabilidad de la creación y la producción que se

ha tornado tan ajena a las dinámicas educativas. Es observable en profesores, estudiantes e

investigadores de nuestro medio una creciente tendencia al esnobismo académico,

generalizándose la idea de que debe acreditarse el pensamiento propio con las teorías y

postulados de otros. Se ha vuelto común aceptar como resultados de investigación,

especialmente entre los científicos sociales, a grandes compilados de citas encausados a un

tema especifico. Ante esto, creo que aunque es muy importante formarse a través de la

apropiación de conocimientos, es necesario que esto solo sea una etapa inicial, proseguida

de la creación y formulación de soluciones a las problemáticas sociales propias de nuestro

contexto.

Siendo consecuente con esta pretensión y también con la incipiente etapa de vida

académica en la que me encuentro, como estudiante de pregrado, quiero que el producto

visible de mi participación en este proyecto de investigación sea, en primer lugar el corto

ensayo presentado a continuación, que si bien tendrá que recurrir en muchos casos a citar

las ideas de otros, espero que sea la expresión de mi apropiación de ellas como

herramientas de lectura de la realidad y que se evidencie el contenido de algunas ideas

propias que aporten a la discusión y construcción del concepto de las Asambleas

Constituyentes Territoriales, que considero de vital importancia para el avance de la

democracia y la participación en el país.

Encuentro que el primer paso para la comprensión de la aparición de las Asambleas

Constituyentes, su incidencia en el sistema político colombiano y la proyección de su deber

ser en la sociedad es la justificación de su legitimidad. Para tal fin expondré mi lectura

acerca de las causas que impulsaron su surgimiento, el marco legal en el que encuentran

sustento, su relación con la democracia, la participación y el poder constituyente; además

de hacer una pequeña reflexión acerca de la noción de legitimidad y finalmente, a modo de

propuesta, el compromiso ético que estas organizaciones tienen con las sociedad.

II

La crisis de una Constitución incipiente.



62

La Constitución Política de Colombia de 1991 fue proyectada como un medio para alcanzar

la reconciliación nacional. El prolongado conflicto armado en el país además de la

arraigada problemática social hicieron pensar a varios sectores de la sociedad que la

institución de un nuevo ordenamiento político y jurídico sería la oportunidad para superar

los grandes vicios del Estado colombiano.

Desde su convocatoria, todo el proceso constituyente que dio como resultado la Carta de

1991, estuvo caracterizado por un ánimo de esperanza. Esto se reforzó con actos tales como

la desmovilización del Movimiento 19 de Abril, la iniciativa universitaria y apoyo popular

de la convocatoria constituyente a través del movimiento de la séptima papeleta y el

aparente apoyo institucional encabezado por el gobierno de Cesar Gaviria.

Parecía un momento adecuado para la realización de un verdadero contrato social en el

país. Sin embargo, el proceso constituyente se vio influido por una serie de factores que lo

alejaron de sus objetivos iniciales y la Constitución Política de 1991 entró en crisis desde el

mismo momento de su promulgación.

Esta situación puede evidenciarse a partir de múltiples perspectivas igualmente validas.

Para efectos del presente análisis delimitaré la definición del problema a algunos de sus

componentes que considero más básicos y que son pertinentes para dar cuenta de las causas

fundamentales de la aparición de las Asambleas Constituyentes Territoriales.

En primer lugar, recurriré a la teoría constitucional de Ferdinand Lasalle71, según la cual

una Constitución es el conjunto de los factores reales de poder existentes en un país. De la

forma como estos se relacionan se deriva el régimen político. Una Constitución escrita,

como norma fundamental del sistema, que no corresponda a la realidad de los factores

reales de poder, es simplemente una hoja de papel que no tiene ninguna efectividad ni real

influencia en la dinámica social de un país.

La Asamblea Nacional Constituyente de 1991 no incluyó a todos los factores reales de

poder que componen al entramado social del conflicto colombiano. Dicha exclusión tuvo

como principal consecuencia la continuación de la violencia, pues grandes sectores sociales

71LASALLE, FERDINAND. ¿Qué es una Constitución? Bogotá: Editorial Panamericana. 1994



63

del país no se reconocen dentro del ordenamiento jurídico del país. En este sentido, la

Constitución no se creó como una herramienta de pacificación del país, sino como si el país

ya estuviese pacificado.

Esto da pie a la formulación de otro análisis propio de la evaluación de los cuerpos legalesy jurídicos que consiste en la determinación de la efectividad de la Constitución como

norma fundamental. La efectividad se refiere a la aplicabilidad material de la norma, esta se

diferencia de la validez, pues no se pregunta por el cumplimiento de los requisitos formales

y materiales para la producción de la norma de acuerdo al Derecho, sino a la capacidad real

que tiene el poder para hacer cumplir la norma. Es decir, una ley puede ser válida por

corresponder al Derecho, pero no ser efectiva, por no corresponder con la realidad. En este

sentido, la ineficacia de la Constitución de 1991 consiste en que esta consagra

normativamente más de lo que el país puede cumplir institucionalmente.

Sumando a esto que el proceso constituyente se desvió de los intereses pacifistas y

justicieros que llevaron originalmente a la manifestación del poder constituyente primario.

Las tradicionales élites económicas del país, lograron instrumentalizar a la Constitución

incipiente para favorecer la continuación del status quo que les es conveniente. Así, bajo

formas institucionales aparentemente progresistas y democráticas, quedaron consagradas

las bases de la dominación elitista y el neoliberalismo económico en el país.72

En este contexto de exclusión, ineficacia jurídica e ilegitimidad del proceso constituyente

surge la legitimidad de las diversas formas de participación de la sociedad civil que buscan

la prevalencia de los derechos fundamentales. El texto constitucional debe dejar de ser

entendido como un producto, para entenderse la Constitución como un proceso en

permanente construcción. Esto implica que el papel del ciudadano tiene que ir más allá del

simple acatamiento de los mandatos constitucionales, para hacerse responsable de que se

mantenga dinámica y presta a los cambios correspondientes a las dinámicas sociales; esdecir, es la ciudadanía por medio de su participación la encargada de convertir a la

Constitución en un contracto por la paz.

72 Para profundizar sobre este análisis puede consultarse: MEJIA QUINTANA, Oscar. Elorigen constituyente de la crisis política en Colombia: La filosofía política y las falacias de laConstitución. En: MASON, ANN y ORJUELA, LUIS JAVIER. La crisis política colombiana.Ediciones UNIANDES, 2003



64

III

Democracia participativa y Participación democrática.

La Constitución política de 1991 estableció las figuras de Estado Social de Derecho y

Democracia Participativa como el marco legal y político que define al Estado Colombiano.

Desde su formulación, la democracia participativa es un modelo de democracia con el que

se pretende superar los vicios de la democracia representativa. Se busca que el pueblo

cumpla un rol que vaya más allá de la elección de los gobernantes asumiendo un papel

activo en el funcionamiento del Estado. De este modo, La participación es el pilar de la

democracia participativa. Son mecanismos de participación ciudadana, según la

Constitución Política de 1991, el voto, el plebiscito, el cabildo abierto, el referendo, la

iniciativa legislativa, la consulta popular y la revocatoria de mandato. Sin embargo, estosmecanismos implican una participación restringida, mediada, muchas veces influenciada o

manipulada para cumplir con intereses privados o simplemente limitada por los

formalismos procedimentales establecidos por la misma Constitución. Con ellos no se

favorece la organización comunitaria, la agremiación popular que permita la intervención

real en los asuntos públicos. La ciudadanía queda relegada a una especie de labor

consultiva, que legitima las decisiones gubernamentales. Por lo tanto, se habla de que debe

superarse la democracia participativa para llegar a la participación democrática.

La participación debe tener un contenido de acción real, participar debe ser tener una

incidencia efectiva sobre los procesos colectivos. Es decir, poder actuar en la búsqueda de

soluciones a los problemas de la vida cotidiana. Participar es más que exigir, es proponer,

planear, diseñar, trabajar en beneficio de uno mismo y de su comunidad, procurando el

beneficio general. Pero para poder actuar tiene que tener bases, instrumentos culturales y

materiales. La creación de un mundo de instrumentos colectivos es la apertura

democrática

73

. La participación, real y efectiva es la expresión de la soberanía, es decir, esla forma en que el poder constituyente se expresa en un orden constituido. La dispersión

hace débil al pueblo, le quita su fuerza creativa; por lo que la participación necesita

fortalecerse a partir de la organización comunitaria. Esta debe comenzar desde los niveles

73 ZULETA, Estanislao. Democracia, participación y sociedad en Colombia. En:Revista Foro, No. 59-60, 2006.



65

más básicos en los que se expresa la vida en común, como la familia, el barrio, los gremios,

cooperativas, sindicatos…

IV

Legitimidad.

La legitimidad es una categoría inevitable al referirse al poder. Está presente en la

caracterización de cualquier régimen político, y es útil en la comprensión de la intrincada

relación entre Poder y Derecho.

La legitimidad es, sin embargo, un concepto difuso, una noción que cristaliza la justicia y la

racionabilidad general que se espera del poder, de las actuaciones cuyas consecuencias

superan el ámbito privado. Es un atributo que en la democracia se otorga desde abajo. Es el

pueblo, como constituyente primario, como soberano, elector y como afectado por las

decisiones gubernamentales el que, mediante su participación confiere legitimidad. La

legitimidad es la aceptación consciente a un orden, es legitimo aquello que no se impone.

La fuerza no genera derecho, pues esta solo prolonga la acción en tanto sea mayor que la

del adversario. La legitimidad de un gobierno implica una correspondencia de los

gobernados, es decir, si se reconoce a un poder como legitimo, la adhesión a él implica el

reconocimiento de obligaciones contraídas.

En una democracia electoral, la elección popular confiere legitimidad al gobierno, sin

embargo esta legitimidad se entiende en el sentido expuesto por Norberto Bobbio 74, es

decir, la que se limita a reconocer el derecho de ostentar el poder. Para encontrar una

noción más abarcadora de legitimidad y ubicarla en el contexto Colombiano – un Estado

social de derecho y una democracia participativa- hay que ir más allá de las condiciones

estipuladas en la ley para el acceso al poder y evaluar la forma en que se ejerce este poder y

el grado de influencia que tiene la ciudadanía en su accionar.

74 BOBBIO, NORBERTO. Teoría general de la política. Madrid: Editorial Trotta, 2003.



66

V

Asambleas Constituyentes Territoriales.

Es inherente a toda comunidad, trabajar conjuntamente para dar solución a sus problemas,

esta tendencia se canalizaba en la elección de un líder o gobernante que fungiera como

gestor de las necesidades y las acciones precisas para suplirlas. Esta dinámica se pierde

cuando la democracia representativa deriva en la consolidación de unas élites políticas que

cumplen el papel de gobernar sin pertenecer realmente a la comunidad. Así se llega a la

situación en que los gobernantes no velan por los intereses reales del pueblo.

A partir de esto, se llega naturalmente a la consecuencia del desarrollo de organizaciones

comunitarias que suplan los vacíos del Estado, dándole por medios distintos a los

institucionales una solución efectiva a sus problemas cotidianos. En esta forma es que

surgen las Asambleas Constituyentes Territoriales como una respuesta a la ineficacia de la

gestión de los gobiernos territoriales, del gobierno nacional y de la misma Constitución.

Las Asambleas Constituyentes Territoriales se establecen como mecanismos de

participación ciudadana alternativos a los expresados por la Constitución del 91. Estas

cuentan con un reconocimiento que si bien no es explícito se encuentra tácitamente en lacarta política, ya que son una expresión espontanea de participación democrática en un

contexto legal de democracia participativa.

Estos espacios cuentan con una legitimidad devenida de múltiples fuentes. En primer lugar

la que proviene del ordenamiento jurídico Colombiano. La Constitución Política de 1991 da

fundamento legal a la conformación de poderes constituyentes locales. En primera

instancia, la Carta en su artículo tercero reconoce al pueblo como el soberano y depositario

del poder público; asimismo, puede recurrirse a la fundación del Estado sobre la prevalecíadel interés general estipulada en el artículo primero y, a que entre los fines del Estado se

encuentran, facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y asegurar la

vigencia de un orden justo, como se establece en el artículo segundo. Además de esto se

reconoce en el artículo 40 el derecho de todo ciudadano a participar en la conformación y

ejercicio del poder político, por medio de la constitución de movimientos o agrupaciones



67

políticas. También en el artículo 103 se estipula que además de los mecanismos de

participación expresados, el Estado deberá contribuir a la organización, promoción y

capacitación de asociaciones cívicas o comunitarias de carácter no gubernamental para que

se constituyan como mecanismos democráticos de representación en las diferentes

instancias de participación.

Partiendo de esto, encontramos la segunda fuente de legitimación en los gobiernos, que

muchas veces son los impulsores de estos espacios y en último lugar la devenida del pueblo

mismo que encuentra en estos ellos una forma de construir soluciones reales a los

problemas que lo atañen.

Ya a modo de propuesta, encuentro que las Asambleas Constituyentes Territoriales, más

allá del cumplimiento de su labor comunitaria, tienen todas las condiciones para

constituirse como espacios de incubación de la democracia. A partir de la dinámica de la

participación que se posibilita en las Asambleas, se facilita la formación democrática y

constitucional, además de fomentarse el empoderamiento de los ciudadanos de sus derechos

fundamentales. Es decir, que las Asambleas Constituyentes Territoriales, por su carácter

pluralista y democrático, son verdaderas escuelas de la democracia a partir de las cuales se

puede gestar un verdadero cambio en el ejercicio de la ciudadanía en Colombia.

Referencias Bibliográficas

BOBBIO, NORBERTO. Teoría general de la política. Madrid: Editorial Trotta, 2003.

LASALLE, FERDINAND. ¿Qué es una constitución? Bogotá: Editorial Unión. 2004.

MASON, ANN y ORJUELA, LUIS JAVIER. La crisis política colombiana. Ediciones

UNIANDES, 2003

SÁCHICA, LUIS CARLOS. Constituyente y reforma constitucional. Bogotá: Temis. 1982.

ZULETA, ESTANISLAO. Democracia, participación y sociedad en Colombia. En: Revista

Foro, No. 59-60, 2006.

Elementos teóricos Poder constituyente Medellín

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