Elder Echo Yel Mal Ilustrado 1
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El derecho y el mal. Por Horacio Roitman
1. Un concepto
Cualquiera fuere el grado de certeza que la abstraccin de un
concepto, o la pureza de una definicin puedan brindarnos, jams
podremos aprehender la nocin verdadera de lo que aqu queremos
estudiar: el mal, y luego su vinculacin con la ciencia del derecho.
El inconveniente para ofrecer un concepto, va mucho ms all de una
definicin (carencia de bondad, apartamiento de lo lcito, tico u
honesto, o lo que ocasiona desgracia o calamidad), o la expresin
vaga referida a los valores (juicio moral o tico negativo, cruel,
injusto, egosta, etc.).
2. Ilustracin
Como si se tratara de la portada de un libro, o la ilustracin de un
ensayo, escog cuatro momentos de la Historia del Arte para tratar de
mostrar el grado del mal que ahora nos ocupa, como centro de esta
discusin.
El primero son las estampas de Goya sobre las guerras napolenicas
en Espaa, el segundo es el Guernica de Picasso (1937), el tercero
El Grito de Munch (1895), y el cuatro las Imgenes de Abu Graib de
Botero (2005).
Cada cual en su poca, y a su modo, sintetiza, a mi juicio, de manera
perfecta el horror, la miseria, la desesperacin, la destruccin, el
desamparo; y genera en quien lo recibe la angustia, la desazn y la
sensacin de lo irremediable.
No disminuye el valor de los conceptos recordar que una sola imagen
vale ms que mil palabras. La evocacin de estos hitos no tiene la
perspectiva que Giovanni Sartori le dio al Homo Videns a quien
consider ms un animal vidente que un animal simblico; ni
tampoco las de Stefano Zecchi en Lumo ci che guarda, sino con el
sentido exactamente contrario: las que Herbert Read describi en
tres obras memorables Educacin por el arte (retomando un
concepto de Platn, continuado por Schiller ...hasta que el hombre,
en sus modos fsico y sensorial de ser, no se haya acostumbrado a las
leyes de la belleza, no ser capaz de percibir lo bueno y lo cierto no
ser capaz de libertad espiritual...) y en Notes toward the definition
of culture y Art and Society. Tal vez como Pierre Francastel lo expuso
en Peinture et Societe. O como Andr Malreaux en Le musee
imaginaire El museo imaginario no es la herencia de fervores
desparecidos... Es lo que nos dicen estos cuadros y estas
esculturas, y no lo que ellos nos han dicho (traduccin libre)
Estos cuatro momentos en la historia del arte, lo que nos han dicho y
los que los hombres han percibido con libertad espiritual, han
representado, en sus diversos estadios lo siguiente:
1-Muestra reciente en el Prado Goya en tiempos de Guerra.
Goya, El tres de mayo de 1808 en Madrid, Museo del Prado, Madrid
Toms Eloy Martnez la describe: la historia se va volviendo
insensata, carece de razn y el espectador mismo del horror se siente
perdido en tiempos y lugares donde todo sucede con tal intensidad y
perfidia que por un momento parece que se retirara el aire. La
muestra especial logr su cometido, pero quienes no la hemos visto
tambin padecimos la sensacin de asifixia cuando antes estaban en
el subsuelo, y el lgubre ambiente oscuro las albergaba. Nadie que
haya observado los oleos con los fusilamientos, o la tortura o las
crueles imgenes de los aguafuertes, pudo permanecer impasible.
http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Pradohttp://es.wikipedia.org/wiki/Madrid
2- Guernica. Paris 1937.
Dora Maar cuenta como pint la obra inclinada. Pareciera que entre la
gestacin del cuadro destinado a la Exposicin Universal de Paris, y
su destino actual en el Museo Reina Sofa hay un cruel paralelismo
con uno de los horrores de la historia. En el ao 1937 la ciudad de
Guernica soporta el bombardeo alemn y en la ciudad desvastada
queda solo el Gernikako Arbola (en Euskera). Ese rbol sobrevivi
hasta el 20 de abril de 2004 que fue declarado muerto, y sustituido
por uno de sus retoos el 25 de febrero de 2005. Preside la Casa de
Juntas de Guernica, y siempre el Lehenkendari prest juramento bajo
su copa. Dijo Rafael Alberti a Pablo Picasso Y a todo esto lo llamaste
Guernica. Es decir, uno de los gemidos ms grandes de dolor que
haya sido arrancado al pueblo de Espaa, al mismo tiempo que el
ms hondo escapado de ti. Primero la incomodidad para elaborarla
por su gran tamao, y luego su derrotero (en custodia al MOMA de
New York hasta que cesara la dictadura en Espaa), luego el retorno
a la Casa del Buen Retiro y finalmente su morada en un gran museo.
La madre, el caballo, el toro, el hijo, la angustia, la muerte, la
desesperacin, la desolacin, la impotencia y el horror estn
condensados en ese inmenso lienzo con sus matices: del negro al
blanco pasando por todos los grises sin un solo color.
http://es.wikipedia.org/wiki/20_de_abrilhttp://es.wikipedia.org/wiki/2004http://es.wikipedia.org/wiki/25_de_febrerohttp://es.wikipedia.org/wiki/2005http://es.wikipedia.org/wiki/Casa_de_Juntas_de_Guernicahttp://es.wikipedia.org/wiki/Casa_de_Juntas_de_Guernica
3- El grito de Edvard Munch en 1895.
Recientemente admir el film sobre la vida de Simone Veil, en el que
relata cuando le ofrecieron salvar su vida en Auschwitz intercedi por
su madre y su hermana, cmo su madre muri de tifus en sus
brazos, y cmo luego luch por el derecho de las mujeres a disponer
de su propio cuerpo ante embarazos no queridos (seguramente
recordaba las violaciones en el campo de concentracin). Y tuve de
repente la asociacin libre que tan bien han estudiado los
psicoanalistas, y la imagen de ese rostro casi desfigurado sostenido
por las dos manos desesperadas, que vuelve a representarnos el
horror que se siente ante el mal. En algn lugar de mi memoria me
qued grabado aquel rostro tan expresivo que haba observado varias
dcadas atrs en una muestra retrospectiva, y de repente apareci
como el smbolo de tantas luchas de esta ilustre francesa.
4-Finalmente Las imagenes de la crcel de Abu Graib de Fernando
Botero.
Dieron vueltas al mundo, y hoy algunas estn alojadas en Medelln y
en Bogot. Fueron los abusos de los carceleros en Irak, que todos
fuimos informados cuando los soldados tomaron fotos con sus
celulares. Esto es el Gran Hermano de Orwel de 1894, con la sola
diferencia que el gran observador esta vez fue la humanidad. Y si las
fotos presentaron la decadencia de soldados inescrupulosos que
violaron todas las leyes de la guerra, fue la paleta del colombiano tan
famoso el que nos hizo sentir a todos la humillacin del ser humano
por medio de sus grotescas y exuberantes representaciones de
vctima y victimario.
3. Sensaciones similares en la literatura.
La lectura de las Mmoires de Elie Wiessel me produjo sensaciones de
angustia ms graves, porque se prolongaron durante toda una poca.
En Toutes les fleuves vont a la mer dice Como hemos llegado
nosotros a aprender de nuevo a respetar los muertos si rechazamos
la muerte: He aqu otra leccin: la naturaleza humana est hecha de
tal manera que nos habituamos ms fcilmente al desamparo que a
la felicidad. Y en ...Et la mer nest pas remplie, la conclusin
conmovedora que es adonde quisiera llegar al terminar mi
intervencin Y sin embargo. Hay que mirar el futuro. Para salvar la
vida de slo un nio, ningn esfuerzo es superfluo. Hacer sonrer a un
anciano, fatigado de marchar y de sufrir, es cumplir con un deber
esencial. Combatir la injusticia y la maldad, no ser por un solo
instante, por una sola vctima, ser inventar una nueva razn para
esperar... La esperanza puede transformarse en una trampa donde
las vctimas sean tan desgraciadas como aquellas de la
desesperacin (traducciones libres).
Igual opresin me gener la biografa de Primo Levy, una tesis sin par
de Myriam Anissimov que describe la ...tragedia de un optimista. Su
suicidio y la fotografa del lugar no se me pueden borrar, pues son el
eplogo de una vida signada por la tragedia.
Y en mis lecturas de adolescente Stefan Zweig en El mundo de ayer
cmo prlogo a otro suicidio, pero basado en la impotencia ante un
mundo que no cambiaba.
4. Razn de esta introduccin
Esta introduccin, no desprovista del dramatismo que la propia
nocin del mal lleva insita, tiene como objetivo plantear un
interrogante que otras disciplinas ya se han formulado, y extrapolarlo
al campo del derecho.
La primera observacin es que en la historia de la humanidad ha
habido muchos atentados contra el hombre, contra la naturaleza
humana, o lo que hoy llamamos la humanidad. Son referencia
obligada: (i) las Cruzadas, (ii) los progroms en Ucrania de 1648/49,
(iii) las matanzas de Genghis Kan, (iv) la Inquisicin, (v) en el siglo
XX los progroms de Kishenev, (vi) el genocidio armenio a manos de
los turcos, (vii) el Pol Pot en Camboya, (viii) las ejecuciones y el
Gulag de Stalin, (ix) la limpieza tnica en los Balcanes, (vii) los
crmenes tribales en Ruanda, sin contar los excesos en las guerras
convencionales como Hiroshima, Nagasaki, Vietnam, Irak, y el
conflicto palestino israel.
De todos ellos slo dos momentos estuvieron organizados legalmente
para ejecutar la ms baja de las pasiones que degrada al hombre,
que es el odio.