El_budismo__un_camino_hacia_la_paz

8/14/2019 El_budismo__un_camino_hacia_la_paz

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EL BUDISMO: UN CAMINO HACIA LA PAZ

Seguramente muchos deseamos la paz, podemos incluso dedicar toda nuestra

vida a trabajar por ella pero, segn el budismo, debemos detenernos por unos

instantes y averiguar qu emocin se enconde trs nuestro deseo de querer

alcanzar la paz. Quiz descubramos que tras este deseo tan noble tambin

existe la ira, el odio y la frustacin. Si interiormente no sentimos paz, no

podremos transmitir paz a los dems, al mundo.

Una vez hayamos identificado nuestra ira, no la contemplaremos como algo

ajeno a nosotros contra lo que debemos luchar, aqu una vez ms estaramos

aplicando la violencia en nostros mismos. El odio o la irritacin es una energa

y, como tal, no se puede destruir, slo transformar. Tenemos que resolver

nuestra ira con cario, con amor y no violencia. En el budismo no se considera

la ira, el odio o la codicia como enemigos contra los que hay que luchar oaniquilar. Si aniquilamos la ira estaremos aniquilando tambin una parte de

nosotros mismos. De hacerlo as, estaramos transformando el yo en un campo

de batalla. Si no podemos ser compasivos con nostros mismos, tampoco lo

seremos con los dems.

El primer paso, segn el budismo es, pues, establecer contacto con nosotros

mismos, tomar conciencia de lo que realmente sucede en nosotros, slo as

podremos lograr transformar el odio en compasin. Normalmente nuestra

atencin est enfocada hacia el exterior. Desde que nos levantamos hasta que

nos acostamos, estamos constantemente reaccionando ante las situaciones enlas que nos vemos involucrados. El motor de todas nuestras reacciones es la

nocin de un yo, que se halla sumamente arraigada en nosotros, y en base a

ello, reaccionamos con apego, rechazo o indiferencia. En este sentido, Ayya

Khema, maestra de budismo alemana, dice: El mundo no es una ventana sino

un espejo. Este giro radical que supone el dejar de proyectar hacia fuera y

mirar hacia dentro es, segn el budismo, la clave, el primer paso esencial hacia

la paz y la felicidad que todos anhelamos.

Una vez tomamos conciencia de lo que realmente hay por detrs de nuestrosactos, de nuestras palabras, de nuestros pensamientos, tenemos la posibilidad

de transformar las emociones que nos producen sufrimiento, como el odio, en

estados mentales mucho ms beneficiosos, tanto para nosotros como para los

dems, como el amor y la compasin. Para llevar a cabo tal transformacin, el

budismo nos aporta los mtodos necesarios: la meditacin, el desarrollo de la

atencin, el desarrollo de la compasin. Establecemos contacto con nuestra


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mente, nos familiarizamos con todo lo que sucede en nuestra mente. La

prctica de la meditacin, como dice el maestro tibetano Chgyam Trungpa,

implica trabajar con el proyector en vez de la proyeccin.1 Dirigimos

nuestra atencin hacia dentro, en vez de intentar solucionar los problemas

desde fuera. Trabajamos con el creador de la dualidad, ms que con la

creacin. De esta manera, contactamos con la verdadera fuente de todos

nuestros problemas e insatisfacciones que nos servir de base para nuestra

transformacin. Normalmente nuestra percepcin es muy superficial y

limitada, vemos slo las apariencias, las formas. As, con la meditacin,

empezamos a tomar conciencia de las formas mentales: los pensamientos, las

emociones, los estados mentales... Esto ya es un gran paso, pues ampliamos

nuestra percepcin hacia el interior y, por tanto, podemos trabajar con todo

este material.

No obstante, para alcanzar la verdadera paz, el budismo nos insta a ir mucho

ms all, a reconocer la verdadera naturaleza de todos los fenmenos, la

verdadera naturaleza de nuestra mente. Nos lleva a investigar y a reconocer

nuestra verdadera esencia. Las manifestaciones, tanto externas como internas,

se equiparan a las olas del mar. Es como si furamos slo conscientes de las

olas, cada una de ellas independiente y autoexistente, sin darnos cuenta de que

la naturaleza de las olas es el mar. Otra analoga, famosa en el budismo, es la

imagen de las nubes y el cielo. Nos identificamos con las nubes que van

apareciendo en el cielo, a veces frgiles, a veces densas y oscuras. Son

nuestros pensamientos que se transforman en estados mentales, en emociones,que segn el budismo no son ms que pensamientos ms densos. Absortos en

las nubes, ni siquiera nos damos cuenta de su transitoriedad. Cambian y pasan

constantemente y nosotros nos vamos aferrando de una a otra sin crear una

pequea brecha que nos permita conectar con el espacio inconmensurable del

cielo, nuestra verdadera naturaleza. La meditacin es el corazn de la prctica

del budismo, pues aprendemos a abrir brechas y vislumbrar el espacio, ser uno

con el espacio.

Segn el budismo, ante una situacin de conflicto o de ausencia de paz, larespuesta es la compasin. Pero la compasin ha de ir estrechamente unida a

la sabidura. En este sentido se dice que la compasin y la sabidura son como

las dos alas de un pjaro; con slo una de ellas no puede volar. En el contexto

del budismo, la compasin karuna, en snscrito- no se refiere al sentimiento

de lstima o piedad que podemos sentir al percibir el sufrimiento de los

dems, pues implica una perspectiva dualista de yo y los dems. Actuar a


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partir de esta dualidad, tanto si es en relacin a nosotros mismos yo y mi ira-

como a los dems yo y el dolor de los dems- significa que estamos inmersos

en, lo que el budismo denomina, la ignorancia. Ignorancia avidya, en

snscrito- se refiere a que no vemos las cosas tal como son, es el no

reconocimiento de la verdadera naturaleza de los fenmenos, incluyndonos a

nosotros mismos. Se dice que la ignorancia es la raz de todo el sufrimiento, la

raz de todos nuestros problemas. Mientras estemos sintiendo y actuando

desde la base de la ignorancia y no desde la sabidura estaremos lejos de la

compasin genuna.

As pues, para desarrollar la verdadera compasin, es necesario desarrollar la

sabidura. Sabidura significa ver la realidad tal como es, reconocer nuestra

verdadera naturaleza y la de todos los fenmenos. Con el fin de disipar los

velos que nos impiden ver la realidad, el budismo nos aporta la enseanza delsurgir interdependiente de todos los fenmenos pratitya samutpada en

snscrito-, la enseanza esecial del budismo. Segn esta enseanza, todos los

fenmenos estn en continuo movimiento y en interrelacin. Al investigar, nos

damos cuenta de que todo lo que existe est en continua interrelacin y si

buscamos algo o alguien que exista de manera independiente, autosuficiente,

no lograremos encontrarlo.

As, Thich Nhat Hanh nos dice: Si miras con ojos de poeta, vers claramente

que flota una nube en esta hoja de papel. Sin nube, no habr lluvia; sin lluvia,los rboles no crecen y sin rboles, no podremos hacer papel. Para que exista

el papel es esencial la nube, si no hay nube tampoco hay papel. Si miramos

ms profundamente para realmente comprender esta hoja de papel, veremos

en ella la luz del sol. Sin la luz del sol, el bosque no puede crecer, de hecho,

nada puede crecer, ni siquiera nosotros. As pues, sabemos que el sol tambin

est en esta hoja de papel. Y si seguimos investigando, podemos ver al leador

que cort el rbol y lo llev al molino para transformarlo en papel. Y podemos

ver el trigo. Sabemos que el leador no puede vivir sin el pan cotidiano, as

que el trigo que se convirti en su pan tambin est en esta hoja de papel. Y el

padre y la madre del leador tambin estn. Cuando lo vemos as, vemos quesin todas estas cosas, esta hoja de papel no podra existir. Mirando an con

mayor profundidad, vemos que nosotros tambin estamos en la hoja de papel,

porque cuando la miramos, sta forma parte de nuestra percepcin. De hecho,

podemos decir que todo est aqu en esta hoja de papel: el tiempo, el espacio,

la tierra, la lluvia, los minerales de la tierra, el sol, la nube, el ro, el calor. El

universo entero coexiste en esta hoja de papel. Ser, de hecho, es interser. No


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puedes ser por tu mismo, tienes que interser con todo lo dems. Esta hoja de

papel es, porque todo lo dems es. Sin los elementos que no son papel, como

la mente, el leador, la luz del sol...no habra papel. Siendo tan delgada como

es, esta hoja de papel contiene todo el universo.2

En la literatura vietnamita se dice que el cosmos entero se puede poner en la

punta de un cabello y la luna y el sol se pueden ver en una semilla de mostaza.

Estas imgenes muestran que uno contiene todo, y todo es slo uno. Sabemos

que la ciencia moderna ha percibido que no slo materia y energa son uno,

sino que tambin materia y espacio son uno. No slo la materia y el espacio

son uno, sino que la materia, el espacio y la mente son uno.

Hoy en da, despus de 2500 aos, la nueva fsica est revelando una visin,

desconcertante para el pensamiento occidental, que converge con estaenseanza que dio Buda y que constituye el corazn de la filosofa y prctica

del budismo. Fritjof Capra, fsico y autor de numerosas obras, seala: En

esta poca de grandes cambios, estamos siendo testigos a la vez que creadores,

de una nueva visin de la realidad en la que nada puede comprenderse

aisladamente, todo est interconectado y es interdependiente. Estamos

pasando de una visin fragmentada y mecanicista a una visin integradora y

holstica de la realidad. Si permitimos abrirnos a esta nueva visin, podremos

experimentar que no slo estamos interconectados por la dependencia de la

bioesfera y el aire que respiramos, sino tambin por todo aquello quepensamos y sentimos.3 Actualmente, para ilustrar esta nueva visin de la

realidad, algunos fsicos utilizan la imagen de la red enjoyada de Indra que

Buda transmiti y que est recogida en el Sutra de Avatamsaka. En l se

describe el universo como una vasta red tejida con una incalculable variedad

de gemas fulgurantes, cada una de ellas con un nmero incalculable de

facetas. Cada gema refleja en s todas las dems gemas de la red y, de hecho,

es una con todas las dems.

Si deseamos comprender algo, no podemos slo quedarnos fuera y observarlo.Tenemos que entrar profundamente en l, ser uno con l, para verdaderamente

comprender. Si queremos comprender a una persona, tenemos que sentir sus

sentimientos, sufrir sus sufrimientos y alegrarnos con sus alegras.

Comprender se forma con las races latinas com, que significa ser uno

con, y aprehendere, que siginifica asirlo o tomarlo. Comprender algosignifica tomarlo y ser uno con l. El verdadero significado de compasin es


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sufrir con, implica una proximidad y una relacin muy cercana con los dems

seres. El yo se experimenta inseparable de la trama de la vida en la que

estamos tan intrnsecamente interconectados como clulas de un cuerpo ms

grande.

En el camino hacia la paz, en el desarrollo de la compasin, es esencial

reconocer el sufrimiento y su verdadera naturaleza, tanto el propio como el de

los dems. La primera enseanza de Buda se centr en el reconocimiento de la

realidad del sufrimiento y la manera de superarlo. Si no somos conscientes del

sufrimiento, nunca podremos liberarnos de l, de la misma manera que si no

somos conscientes de que estamos enfermos, nunca podremos vencer la

enfermedad. Se dice que nacer, envejecer, enfermar y morir es sufrimiento.

Adems, experimentamos el sufrimiento del cambio, el de separarse de los

seres que amamos, de no tener lo que deseamos, de tener lo que no deseamos,y el temor de perder lo que finalmente tenemos. Si investigamos, veremos que

todos experimentamos estos tipos de sufrimiento. Segn el budismo, el

sufrimiento es parte de la vida y ante todo debemos aceptarlo, integrarlo, y no

tratar de aniquilarlo. Como dice Sylvia Wetzel, maestra de budismo alemana:

Parece ser que el 95% del sufrimiento lo experimentamos debido al hecho de

no aceptar la realidad del sufrimiento, que conforma el 5% restante.

Constantemente estamos luchando por evitar el sufrimiento, somos capaces de

crear estrategias sumamente sofisticadas, sentimos miedo y angustia...

Vemos que el sufrimiento es algo comn a todos los seres vivos. Pero slo

reconociendo el propio sufrimiento seremos capaces de comprerder, de

compartir, de sentir el sufrimiento de los dems. Ningn ser, ni tan siquiera el

insecto ms pequeo, desea sufrir; por otro lado, todos anhelamos ser felices,

pues si examinamos nuestras vidas seguramente veremos que por detrs de

todo lo que hacemos est la expectativa de felicidad, de bienestar. En este

sentido todos somos iguales. Como dice el gran maestro tibetano de

meditacin Bokar Rimpoch: El origen de la compasin es nuestra capacidad

para ver a los dems como nosotros mismos.8

Comprender, sentir, el sufrimiento de los dems es la clave para la paz pero

para ello se requiere una base de ecuanimidad. Thich Nhat Hanh, activista

social, adems de poeta y maestro de meditacin, describe as la experiencia

de jvenes budistas durante la guerra de Vietnam: Nos organizbamos para

ayudar a las vctimas de la guerra, a reconstruir los poblados destruidos por las


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bombas. Muchos murieron prestando este servicio, no slo por las bombas y

las balas, sino porque la gente sospechaba que ramos del otro bando.

Podamos entender el sufrimiento de ambas partes, tratbamos de estar

abiertos a ambos, de ser uno con las dos. Queramos la reconciliacin, no

desebamos la victoria. Es muy peligroso el trabajo para ayudar a la gente en

estas condiciones y muchos murieron. La gente se identifica por completo con

un bando, con una ideologa, pero as es como perdemos nuestra oportunidad

de trabajar por la paz. La reconciliacin implica entender a los dos bandos,

acudir a uno para transmitir el sufrimiento del otro, y luego hacer lo mismo

con el segundo bando. Slo haciendo esto prepararemos el camino para lograr

la paz.9

Como dice el Dalai Lama, debemos sentir que todos formamos parte de una

misma familia: la humanidad. Desde la base de esta estrecha relacin contodos los seres vivos que conformamos la Tierra, nos habla incansablemente

de la responsabilidad universal que todos sostenemos, pues juntos formamos

un todo estrechamente interrelacionado e interdependiente en el que cada

energa que generamos, cada accin que ejecutamos, sea a travs del cuerpo,

la palabra o la mente, inexorablemente afecta al todo.

Montse Castell Oliv

[email protected]

Notas

1 Cgyam Trungpa.El Camino es la meta. Ediciones Oniro, 1998

2 Thich Nhat Hanh. Ser paz. Neo Person Ediciones, 1999

3 Fritjof Capra. Resurgence n 151


5 Ibid

6 Ibid

7 Joanna Macy. Volver a la vida. Descle de Brouwer, 2003

8 Bokar Rimpoch.La iluminacin del budismo. Ediciones B, 1998



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