DAIANA

El viento de la tristeza Leyenda del viento Zonda. Huampi gobernaba varias tribus de las muchas que habitaban los valles calchaques. Admirado y temido por todos, seor de la comarca, Huampi era cazador incansable. Hbil, pero vanidoso y falto de amor a los animales no perdonaba siquiera a las cras ms pequeas. De este modo iba despoblando a la regin. Un da, rodeado de todas la piezas de caza conseguidas por la maana, oy un leve rumor de pasos. Entonces vio a Llastay, el dueo de las aves, lleno de ira por su actitud. Llastay le reproch el no cuidar lo que la Madre Tierra le daba y lo amenaz con un grave castigo por su falta de piedad. Huampi, atemorizado, se propuso obedecer pero en poco tiempo, su vanidad y soberbia pudieron ms. Ya no fue Llastay, sino la Madre Tierra quien le habl: si segua matando, el da llegara en que falte la carne para comer y las pieles para cubrirse; por ambicioso y egosta, por no saber apreciar los dones era merecedor del castigo... Desapareci la Madre Tierra y Huampi oy un silbido mientras senta el azote del viento que le quemaba la piel. Un huracn espantoso se levant en todos sus dominios. Desde entonces sopla el viento zonda por los valles andinos y con voz casi humana repite: "Recuerden el castigo del cazador cruel, sean compasivos con los animales, respeten las leyes de la caza para que no desaparezcan las especies de la tierra!"

Annimo - Leyenda de los valles calchaques

Mircoles 8 Ivn Leandro y Julin La flor de oro Hace muchos aos, el gran Pilln, dios de las montaas, deseaba construir su ruca. -Quiero mi ruca de oro-deca-.Toda de oro. Y as fue que el poderoso Pilln, que poda producir relmpagos y truenos, comenz a recorrer todas sus montaas en busca del oro.. Pero por ms que busc y busc, slo pudo encontrar unos cuantos pedazos, tan pocos y tan chiquitos que no le alcanzaban para lo que quera hacer. Saba que las montaas escondan mucho oro, como alguien guarda algo valioso. l poda abrir las montaas con sus relmpagos y agarrar el oro que ocultaban en sus entraas, pero slo deseaba tomar lo que le ofrecan. Y aunque estaba cansado, el gran Pilln continu su camino. Fue as que lleg a un lugar que los vientos soplaban muy fuerte. Entonces escuch una voz detrs de l. -Quin eres? Le pregunt -Me dicen Lil , ellas son Domo, mi graciosa esposa y aai mi gentil hermana sabemos que buscas oro, para construir tu casa ; en los pies de mi hermana y de mi esposa veras todo el oro que necesitas. -No te importa que me lleve todo el oro?-Quiso saber el Pilln -No el oro embellece pero no da felicidad-Dijo Lil

El Pilln no pudo hallar palabras para agradecerle la bondad de Lil que era capaz de regalarle todo el oro que tena. -Qu puedo obsequiarle a cambio?-Dijo el Pilln -Ya s, algo que embellezca sus das y alumbre sus noches algo que los haga felices. Luego el Pilln le dijo a Lil: -Tengo algo que obsequiarte- Te dar algo que los haga felices, la Pilun-Dewu(la violeta amarilla) Sus ptalos te recordarn al oro que me obsequiaste gentilmente.