El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO...

16
ENERO / MARZO 2007 249 CUADERNOS de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola). Madrid, Alianza Editorial, 2006. Para que nadie pueda llamarse a engaño, vaya por delante un dato: quien esto escribe se tiene por buen amigo de Roberto Blanco. Algo que justificaría a todas luces su abstención, o incluso su recusación si de un procedimiento judicial se tratara, pero que en nada dificulta una labor mucho más modesta, como es la re- censión de un libro. Si, al fin y a la postre, se escribe para ser leído, y el libro en última ins- tancia se dirige a los lectores, el conocimiento previo entre autor y lector puede facilitar el diá- logo abierto y afectuoso: tanto uno como otro están en la mejor disposición para compren- derse mutuamente, y por tanto la comunica- ción –la obra, la recensión– está en disposición de alcanzar su máxima eficacia. Algo que, por otra parte, no resulta en abso- luto difícil a partir de los textos de Roberto Blanco. Porque este Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela es una buena muestra de in- telectual comprometido con las múltiples fa- cetas de su condición. En este sentido, su continua actividad como brillante y apasio- nado conferenciante y como reconocido co- lumnista (según propia y pública confesión, ha escrito más de mil artículos en La Voz de Galicia, siempre al hilo de la actualidad de cada momento) resulta lógicamente la más conocida para un público no especializado. Pero ni eso ni algunas otras monografías re- cientes que han alcanzado notable difusión, mucho más relacionadas con la divulgación científica (Introducción a la Constitución de 1978) o con los debates existentes en la Es- paña contemporánea (Nacionalidades histó- ricas y regiones sin historia) bastan para transmitir el perfil académico e investigador del autor, que se revela abiertamente en la obra que ahora comentamos. En efecto, el profesor Blanco Valdés ha per- seguido, desde los inicios de su trayectoria académica, aprehender la significación de los asuntos que en cada ocasión constituyen su objeto de estudio. A tal fin, sus trabajos se ca- racterizan por una cuidadosa y documentada búsqueda de las circunstancias históricas (so- ciales, ideológicas, políticas, económicas) que permiten otorgarles todo su significado. Así se percibe con toda claridad en El valor de la Constitución, pero no es algo nuevo. De hecho, ésa es una de las características más llamativas de la que fue, primero, su tesis doc- toral y luego su primera monografía (Rey, Cor- tes y fuerza armada en los orígenes de la España liberal, 1808-1823 1 ). Una obra enor- 1 Madrid, Siglo XXI de España Editores y Edicions Alfons el Magnànim, 1988.

Transcript of El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO...

Page 1: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ENERO / MARZO 2007 249

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

El valorde las ideasROBERTO BLANCO VALDÉSEl valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogode Miguel Artola). Madrid, Alianza Editorial, 2006.

Para que nadie pueda llamarse a engaño, vayapor delante un dato: quien esto escribe setiene por buen amigo de Roberto Blanco. Algoque justificaría a todas luces su abstención, oincluso su recusación si de un procedimientojudicial se tratara, pero que en nada dificultauna labor mucho más modesta, como es la re-censión de un libro. Si, al fin y a la postre, seescribe para ser leído, y el libro en última ins-tancia se dirige a los lectores, el conocimientoprevio entre autor y lector puede facilitar el diá-logo abierto y afectuoso: tanto uno como otroestán en la mejor disposición para compren-derse mutuamente, y por tanto la comunica-ción –la obra, la recensión– está en disposiciónde alcanzar su máxima eficacia.

Algo que, por otra parte, no resulta en abso-luto difícil a partir de los textos de RobertoBlanco. Porque este Catedrático de DerechoConstitucional de la Universidad de Santiagode Compostela es una buena muestra de in-telectual comprometido con las múltiples fa-cetas de su condición. En este sentido, sucontinua actividad como brillante y apasio-nado conferenciante y como reconocido co-lumnista (según propia y pública confesión,ha escrito más de mil artículos en La Voz deGalicia, siempre al hilo de la actualidad de

cada momento) resulta lógicamente la másconocida para un público no especializado.Pero ni eso ni algunas otras monografías re-cientes que han alcanzado notable difusión,mucho más relacionadas con la divulgacióncientífica (Introducción a la Constitución de1978) o con los debates existentes en la Es-paña contemporánea (Nacionalidades histó-ricas y regiones sin historia) bastan paratransmitir el perfil académico e investigadordel autor, que se revela abiertamente en laobra que ahora comentamos.

En efecto, el profesor Blanco Valdés ha per-seguido, desde los inicios de su trayectoriaacadémica, aprehender la significación de losasuntos que en cada ocasión constituyen suobjeto de estudio. A tal fin, sus trabajos se ca-racterizan por una cuidadosa y documentadabúsqueda de las circunstancias históricas (so-ciales, ideológicas, políticas, económicas) quepermiten otorgarles todo su significado. Así sepercibe con toda claridad en El valor de laConstitución, pero no es algo nuevo. Dehecho, ésa es una de las características másllamativas de la que fue, primero, su tesis doc-toral y luego su primera monografía (Rey, Cor-tes y fuerza armada en los orígenes de laEspaña liberal, 1808-18231). Una obra enor-

1 Madrid, Siglo XXI de España Editores y Edicions Alfons el Magnànim, 1988.

Page 2: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

250 RESEÑAS

memente ambiciosa, que pretendía “estu-diar... la articulación jurídico-política de tresde los principales polos institucionales que seconstituyen tras el alumbramiento del Estadoliberal: ...el Rey, las Cortes y la fuerza armadanacional”. Un estudio, pues, “de historia insti-tucional”, iniciado (significativamente) en1982 y centrado “en la dinámica, jurídica ypolítica, de las instituciones referidas”, tan re-levante para “la innegable relevancia del papelinterno del ejército... en el desarrollo de lavida política española”, o, en otros términos,la tan citada “cuestión militar”.

Como señalaba el autor en su prefacio a estamonografía, “lo que en un primer momentoaparecía como una mera cuestión de articu-lación competencial” escondía “interesantísi-mas cuestiones y [un]a complejísima realidadhistórico-política”. Razones que le llevaron,entre otras cosas, a limitar el alcance de unestudio inicialmente ambiciosísimo, que pre-tendía abarcar toda nuestra historia constitu-cional desde 1812 hasta 1978. Algo quefinalmente resultó inabarcable para lo queera, al fin y al cabo, una tesis doctoral, cuyoalcance temporal definitivo quedó muy redu-cido. Lo cual no impidió a quien presidió eltribunal encargado de enjuiciar la tesis, el po-nente constitucional y también CatedráticoJordi Solé Tura, afirmar en la presentación dellibro que éste era, a su juicio, “una obra ex-traordinaria, una de las mejores tesis que hetenido ocasión de leer”.

Creo que esta amplia referencia resulta per-tinente a la hora de comentar el trabajo quejustifica estas páginas. Porque éste es, en loesencial (ambición en el planteamiento, me-todología en su desarrollo, rigor en su con-tenido, coherencia en su estructura y calidaden la expresión) una digna continuación delanterior. Sin embargo, su proyección esmucho mayor por cuanto El valor de la Cons-titución abandona el concreto contexto his-tórico español para insertarse en el ámbito,

mucho más general, de la historia del pen-samiento político y la teoría del Estado y delas instituciones. Un aspecto especialmentedestacable, en tanto la fidelidad del autor asu método implica no sólo cambiar la refe-rencia sino –lo que, en la práctica, puede re-sultar aún más difícil y, por tanto, másmeritorio– abandonar el terreno –ya trilladopor él– de los archivos y los documentos es-pañoles (Diarios de Sesiones, coleccioneslegislativas, etc.) para adentrarse en unaterra incognita, en la que las fuentes docu-mentales (sentencias norteamericanas,actas parlamentarias norteamericanas yfrancesas, etc.) se hallan, incluso física-mente, lejos de los dominios anteriormenteexplorados.

El resultado está a la vista, y probablementeno resulte excesivo afirmar que está llamadoa ser –si no lo es ya– un pequeño clásico. Unclásico sobre los clásicos, porque Blanco Val-dés se remonta hasta alguna de las fuentesbásicas del pensamiento político occidental(Locke y Montesquieu), presentando y con-textualizando algunas de sus ideas funda-mentales (los límites del poder, la separaciónde poderes y la necesaria coordinación oequilibrio entre los mismos), para convertirlasen guía o hilo conductor de un apasionanterecorrido por algunos de los momentos mástrascendentales en la formación de nuestropensamiento jurídico-político contemporáneo.De alguna manera, en los dos capítulos queconstituyen la primera parte de la obra (“Laformulación doctrinal del principio de separa-ción de poderes: Locke y Montesquieu”, pá-ginas 41 a 96) el autor actúa comointroductor de esos autores, de cuya venera-ble mano el lector va presenciando, y anali-zando, el devenir de los acontecimientos quecentran la segunda parte (“La separación depoderes en la experiencia revolucionaria libe-ral: la definición del valor de la Constituciónen los modelos francés y norteamericano”,páginas 97 a 352).

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Page 3: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 251

En estas páginas se muestra cómo la recep-ción de esos conceptos fundamentales encontextos (social, política, institucional o ide-ológicamente) distintos, como son el nortea-mericano y el francés, permitió –e incluso, enocasiones, exigió– una diferente comprensiónhistórica de los mismos que contribuyó a laformación (“decantación”, según la gráfica ex-presión utilizada por el autor, por ejemplo, enlas páginas 208 y 209) de los dos grandesmodelos de democracia liberal. Dos modeloscaracterizados, en última instancia, por el dis-tinto “valor de la Constitución”: un conceptoque subsume otros muchos y da a la obra sutítulo, tal vez insuficientemente expresivo dela riqueza de su contenido, pero que difícil-mente encuentra una alternativa mejor.

Porque, en efecto, la experiencia norteameri-cana se produce en un contexto de innegable“homogeneidad social”, en donde se planteauna discusión jurídico-constitucional en tornoa un esquema institucional basado en un “sis-tema de frenos y contrapesos entre órganos...democráticamente legitimados”, y en el queel poder legislativo aparece como “más peli-groso para la libertad que el ejecutivo”. Lasconsecuencias de este “temor y desconfianzahacia el poder legislativo” se concretan enuna “idea de la rigidez constitucional” que, deuna parte, permite institucionalizar el poderconstituyente originario y la supremacía jurí-dica de la Constitución; y, de otra (aunque ín-timamente ligada a la anterior) conducirá aconfigurar una “función judicial” que consti-tuye “una de las más peculiares aportacionesdel modelo americano al principio de la se-paración de los poderes”, y que llega hasta elpunto de enjuiciar la adecuación constitucio-nal de las leyes (judicial review)2. En defini-tiva, el modelo norteamericano se caracterizapor atribuir a la Constitución un valor jurídico,como Norma Suprema del ordenamiento.

Por el contrario, “los revolucionarios francesesdebieron construir el Estado liberal y poner lasbases para el desarrollo de la sociedad bur-guesa a partir de la destrucción de unos res-tos, los del Antiguo Régimen, dotados de unanotable capacidad de resistencia”. En esemarco, en el que “detrás de cada órgano es-tatal existía un poder político real (histórico)”,existe pues un profundo conflicto social e ins-titucional, y la discusión sobre los límites delpoder se plantea casi exclusivamente en tér-minos políticos, y no jurídico-constitucionales.Así las cosas, “toda la reflexión política de losconstituyentes” se vertebraba en torno al prin-cipio de la “soberanía nacional”: en abiertacontradicción con la experiencia norteameri-cana, la Constitución encontraba su “mejorinstrumento de garantía” en la Asamblea,mientras que –en consonancia con una “ten-dencia antijudicialista hegemónica”– “el prin-cipio de la separación de poderes se tornapor completo contra el poder judicial del quese desconfía”3, y la idea de la revisión judicialde la constitucionalidad de las leyes no llegasiquiera a plantearse (salvo en una sorpren-dente, y aislada, excepción de Sieyés). Deesta manera, la Constitución aparece dotadade valor político, y durante mucho tiempodebió coexistir con los principios, íntimamentevinculados, de “la supremacía (imperio) de laley” y la “soberanía parlamentaria”.

En esa revisión del proceso de formación delos dos grandes modelos, y armado siemprede los postulados teóricos examinados ini-cialmente, el autor transita a través de múlti-ples acontecimientos y debates, en los quese topa con otros muchos personajes clási-cos de la política, la justicia y el pensamiento,francés y norteamericano: Tocqueville, Madi-son, Hamilton, Sieyès, Mounier, Robespierre,Barnave, o los jueces Coke o Marshall. Auto-res, políticos y jueces que describieron, teori-

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

2 Las expresiones entrecomilladas proceden de las páginas 107 a 121.3 Las citas proceden de las páginas 208 a 225, 257 y 273-278 (cursivas en el original).

Page 4: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

252 RESEÑAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

zaron y, en ocasiones, protagonizaron esos de-bates, y cuyos escritos, discursos o senten-cias desfilan ante el lector en un análisis quesubraya el valor y el vigor de algunas ideasfundamentales del pensamiento occidental, yque fueron capaces de adaptarse, a vecescon muchas dificultades, a unas circunstan-cias no siempre fáciles.

De este modo, el profesor Blanco Valdés nosbrinda un magnífico ejemplo de lo que, porutilizar una expresión hoy tan manida comomanipulada, podría calificarse de auténtica“memoria histórica”. Una memoria que, comoafirma José Antonio Marina, “no es un lastreque debamos largar para ir más ligeros, sinoel combustible que nos permite volar. Es unpeso que no hunde, sino que eleva”4. Y que,en este caso, permite sobrevolar muy distintosacontecimientos históricos, sin que la con-templación de cada uno de ellos haga olvidaral lector la perspectiva y el equilibrio del con-junto: los árboles no impiden ver el bosque, nilos caminos que permiten atravesarlo sin per-derse. Circunstancias todas ellas que justifi-can sobradamente el éxito de esta obra,originalmente publicada en 1994, traducidaya al italiano en 1997 y que ahora alcanzauna segunda edición, cuya principal novedadradica en la incorporación de un brillante pró-logo por parte de Miguel Artola.

En este sentido, permítaseme una conside-ración crítica tal vez mínima, pero a mi juiciono irrelevante. Esta segunda edición, con laseñalada excepción del nuevo prólogo y con

la lógica eliminación del epílogo (que, en laanterior edición, y como ocurriera en su díacon el prefacio de la primera monografía delautor, daba cuenta de un proyecto inicialmucho más ambicioso) se limita a reprodu-cir, renovándola formalmente, la primera. Algoa lo que nada hay que objetar, si no fuera porla reiteración de las mismas erratas que cabeapreciar en aquélla: Tal vez esto resulte en símismo casi imperceptible, pero resulta, hastacierto punto, irritante y desconsiderado paracon el lector de una obra cuyo contenido me-rece no sólo una reedición estéticamentemás cuidada, sino también más cuidadosa.

Es bien conocida la expresión acuñada, ya enel lejano 1848, por Von Kirchmann quien, enel marco de la discusión sobre el caráctercientífico del Derecho señaló que bastan trespalabras rectificadoras del legislador para quebibliotecas enteras se conviertan en cenizas.Pues bien: ha de celebrarse la reedición deun libro como éste que, pese a ser obra de unjurista, escaparía con toda seguridad, y me-recidamente, a tan lúgubre condena. ¿Puedeeste juicio estar empañado por la confesa ad-miración del recensionista hacia el autor? Allector, a cada lector, pertenece la última pa-labra. Por eso, sólo cabe recomendar a quienesté interesado en la historia de las ideas ylas instituciones que se embarque en el viajeque el autor nos propone, y emita su juiciodespués.

ÁNGEL J. SÁNCHEZ NAVARRO

4 Teoría de la inteligencia creadora. Barcelona, Anagrama, 1993, pág. 118.

Page 5: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 253

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Una de las cuestiones más apasionantes enla historia de las ideas es observar que, apesar de su aparente lógica interna, el arte,la política, la filosofía, la ciencia, etc., se desa-rrollan de forma análoga y se interrelacionancausalmente. Ni las ideas son gratuitas y es-tériles, ni las experiencias banales intelec-tualmente. Pues bien, un gran atractivo deCarmen Iglesias como autora es el de sabercaptar audazmente estas relaciones. Debido asu vastísima erudición, se mueve con como-didad en la historia de las ideas, en la filosofíapráctica, en la interdisciplinariedad. Vayamos alcontenido.

Razón, sentimiento y utopía comienza conunas páginas muy familiares para todo estu-diante reciente de sociología o filosofía, sa-cadas, en parte, de la ineludible compilaciónLos orígenes de la teoría sociológica. En estosprimeros capítulos se trata el pensamiento deRousseau y Montesquieu, quienes, a pesar delos esfuerzos de la autora, recorren toda laobra como dos modelos contrapuestos. Lascuestiones básicas de la teoría política, asaber, las contraposiciones monismo-plura-lismo, democracia-liberalismo, republicanismo-escepticismo, etc. pueden verse perfectamenteilustradas en la comparación de estas dos fi-guras de la lengua francesa.

La gran ventaja de Montesquieu como pensa-dor político es la de no tener que suponer

nada. Su sistema no depende de la virtud obondad de los dirigentes y ciudadanos parafuncionar. Asume el conflicto y el poder comoproblemas ineludibles. Opta por lo prudente,por lo razonable. Considera a la sociedad deforma plural, como agregados de interesescontrapuestos. En cambio, Rousseau no hacedel hombre un problema. Puestas unas de-terminadas condiciones sociales, el hombreserá virtuoso. Esta visión, cuando menos,tiene la pesada carga de la prueba sobre ellafrente a las perspectivas más escépticas quedan por hecha la peor de las situaciones. Con-sidera lo social de forma homogénea y unita-ria disolviendo la posibilidad de que el biendel individuo no coincida con el de la socie-dad. De hecho, la virtud es definida como laconformación de la voluntad individual a lageneral. En resumen, el pensamiento políticode Montesquieu es una técnica realista decontrol del poder; el de Rousseau, una cues-tión radical de legitimidad sobre el quién, másque sobre el cómo. El bordelés se centra enlas consecuencias de la acción política, el gi-nebrino en los orígenes y proveniencia dedicha acción.

A continuación se encuentra un precioso es-tudio sobre el tema filosófico de la máscara,es decir, sobre la diferenciación del yo socialcon el yo auténtico. En la época en queemerge la tendencia tan bien caracterizadapor Tocqueville de considerar a las personas y

Razón, sentimientoy utopíaCARMEN IGLESIASRazón, sentimiento y utopíaBarcelona, Círculo de Lectores, 2006.

Page 6: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

254 RESEÑAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

a las instituciones desde el estricto presente,en la que el logro vence a la adscripción, enla que el concepto de individuo sustituye alde persona, etc., es lógico que surja este pro-blema de la sociabilidad y la autenticidad delhombre que vive en ella. Es coherente que loque queda de social y no ha sido eliminadopor los nuevos tiempos, sea visto como pro-blemático. Para ilustrarlo, Iglesias contraponeesta vez al ginebrino con Diderot. Este últimoconsidera la vida del hombre en sociedadcomo aquél, es decir, como una mascarada oun teatro. En cambio, difiere a la hora de va-lorar este gran espectáculo. La mentira, el es-pacio que separa la interioridad de la vidasocial, es el único margen que tiene el hom-bre para ser libre, siendo la máscara la únicaforma de acotación hacia toda forma de pre-sión social. Para Rousseau, sin embargo, lamáscara no puede ser más que falsedad,error, maldad. Lo bueno es lo auténtico, lo es-pontáneo, lo ingenuo. La sociabilidad recon-ciliada con la naturaleza es la única formajusta y legítima de vivir con los demás. De ahíla importancia del contrato social y de la edu-cación como medios para llegar a una socia-bilidad auténtica.

Es una lástima que la autora no haya relacio-nado este capítulo de la máscara con la con-cepción política de Rousseau. La apuesta delautor de El contrato social por la democraciadirecta y su profunda aversión hacia la repre-sentación, no es sino una emanación de estaantropología de la autenticidad. El cuerpo so-cial debe ser transparente ante sí mismo al

igual que la persona, y la representación noes más que una máscara que distorsiona lanatural espontaneidad del pueblo. Las ins-tancias intermedias, mediadoras, tanto entreel yo y la sociedad (máscara), como entre lasociedad y el gobierno (representantes), sonportadoras de inautenticidad.

Para terminar, el libro nos ofrece una impres-cindible genealogía de la idiosincrasia ameri-cana. Curiosamente, el desarrollo de este granproyecto político y social llevado a cabo en elNuevo Continente coincide con la época cuyoclima intelectual fue dominado por el ilumi-nismo. Qué bonito resulta observar de quémanera las ideas determinaron a las nuevassociedades americanas en su construcción, ylas experiencias de dicho proyecto modifica-ron a su vez las ideas iniciales. El términomedio entre la barbarie del nativo y la falsedadaristócrata del europeo fue el modelo norma-tivo en el que se vio reflejada la sociedad ame-ricana en aquella ya lejana utopía. De la naiftransferencia de los propios ideales a la su-puesta bondad del indígena, se pasó, a travésdel desilusionante choque con la realidad, ala sustitución del nativo por el colono comomodelo de esa naturalidad obsesivamentebuscada por esta época. Y es que, la actualdespersonalización del cuerpo social y la oc-cidental distancia cultural con respecto a lopropio es, sin duda, un desarrollo de estas ten-dencias emergidas en aquel tiempo que seempezó a encontrar raro consigo mismo.

GUILLERMO GRAIÑO FERRER

Page 7: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 255

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

La Universidad Peruana de Ciencias Aplicadasha editado este año en español un pequeñolibro (por su extensión) que ya publicó el CatoInstitute en inglés con el título Water for Sale:How Business and the Market Can Resolvethe World’s Water Crisis, en junio de 2005.

La privatización del agua puede resultar unapropuesta chocante para muchos. Pero si nosdetenemos a pensarlo un poco no es tan ex-traña, porque ¿acaso alguien piensa que el pansólo puede ser un bien público suministrado porel Estado? Este libro tiene la virtud de no dete-nerse ni entrar en discusiones teóricas acercade las bondades de la economía de mercadofrente al intervencionismo estatal. Por el con-trario, se limita a mostrar casos prácticos de losbeneficios de la privatización de la gestión delagua en varios países en vías de desarrollo.Además, expone las ventajas del mercado delagua en aquellos lugares en los que se permi-ten aplicar derechos de propiedad sobre ella.

El agua no es una cuestión menor. Más de unbillón de personas en el mundo carecen deacceso a agua potable, y tan sólo se aprove-cha el 8% del agua dulce del mundo. Estaspersonas viven en países pobres que no tie-nen los recursos suficientes para invertir eninfraestructuras de suministro de agua a supoblación. En cambio, gracias a la inversiónprivada, cada vez más personas de esos mis-mos países sí tienen acceso a ella.

Hay numerosos activistas del movimiento an-tiglobalización que rechazan la privatizacióndel agua con “argumentos” tan profundoscomo: “la gente no bebe dinero, bebe agua”.Estas proclamas simplistas no dan una so-lución al problema porque se basan en pre-juicios ideológicos y no en los hechos. Comoconsecuencia de sus algaradas y manifesta-ciones, se está ralentizando el proceso deprivatización de la gestión del agua en mu-chos países y muchos pobres siguen sinpoder acceder al agua potable. Lo que su-cede en realidad es que, tras decenios degestión pública del agua, millones de perso-nas no tienen acceso alguno al agua pota-ble o la reciben en condiciones muydeficientes.

Un argumento que sí es digno de tener enconsideración para criticar la privatización esque una gestión privada del agua aumentaríalos precios. En algunos de los casos analiza-dos en este libro los precios aumentarán, peroen otros no es así. Además de ello, con unagestión privada se ahorran los subsidios quetiene el agua. Por otro lado, se evita la inefi-ciencia en su gestión pública, en forma depérdidas de agua en los sistemas de canali-zación, y la burocracia excesiva. Por último,pero no menos importante, millones de per-sonas tendrían acceso a ella a un precio másbarato del que pagan ahora. Esto se debe aque muchos Estados en vías de desarrollo no

Agua privadapara todosFREDRIK SEGERFELDTUPC, 2007. Perú, 194 páginas.

Page 8: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

256 RESEÑAS

tienen recursos suficientes para construir in-fraestructuras de canalización del agua, porlo cual los más pobres de los pobres tienenque pagar hasta doce veces más por tener unagua que sólo les llega en cisternas de sumi-nistradores privados. Y si además pagan al Es-tado impuestos por un servicio que noreciben, subvencionan el suministro a perso-nas más acomodadas de sus países que re-ciben el agua a precios políticos por debajodel precio de mercado.

En este libro se muestran casos prácticos enlos que, gracias a la mayor capacidad, mayo-res incentivos y mayor acceso a financiaciónde los distribuidores privados, se mejoran lacalidad del agua y se aumenta su distribuciónentre la población. Por supuesto, no todo escolor de rosas y no todas las privatizacionestienen éxito, en parte debido a la falta de unEstado de Derecho que haga cumplir los con-tratos y en parte por la propia debilidad insti-tucional de ese Estado. Pero no hay duda deque las empresas privadas han conseguidoque millones de personas de los países po-bres tengan acceso a un bien tan imprescin-dible para la vida.

El autor no se limita a defender sistemas degestión del agua estrictamente privados. Enrealidad es muy raro encontrar mercados li-bres del agua sin intervención pública ni con-trol de precios. Son más comunes losejemplos en los que el operador privado seencarga sólo del mantenimiento o de la dis-tribución, manteniendo el agua y las infraes-tructuras en manos públicas. También haycasos en los que se utiliza el contrato de lea-sing por un tiempo determinado. Un cuartomodelo es aquel en el que una empresa pri-vada construye y mantiene las infraestructurasque utiliza el sector público. Un quinto tipo esel que concede una concesión a un operadorprivado para que lleve a cabo todo el procesode construcción de las infraestructuras, elmantenimiento y el cobro del servicio. Esta

concesión implica cumplir unos requisitos queestablece la administración en cuanto a pre-cio del agua o número de personas a las quehay que dar servicio. Por último, existen(pocos) casos en los que el mercado del aguaes totalmente privado.

Una de las consecuencias de permitir la asig-nación de derechos de propiedad sobre elagua es que se puede formar un mercado delagua. Esta es la forma más eficiente de apro-vechar el agua. Siempre hay regiones que tie-nen excedentes de agua, o propietariosprivados que prefieren venderla porque obtie-nen más que utilizándola en sectores produc-tivos ineficientes. El libro muestra el caso deChile, pero el lector español puede imaginarun futuro en el que el agua se utilice allídonde más se necesita y no en función de loque deciden los políticos autonómicos. Un fu-turo en el que el debate político no gire entorno al agua. Un futuro en el que los nacio-nalismos no utilicen el agua como arma rei-vindicativa y separadora.

Otro de los tópicos que se escuchan sobre elagua es que su escasez provocará guerrasentre países en un futuro próximo. No es ciertoque esto se haya producido, pero ante esa hi-pótesis ¿no sería mejor que el agua estuvieraen manos privadas? Eso desactivaría las acu-saciones de apropiación del agua entre Esta-dos y permitiría la venta de acuerdo a preciosde mercado y no por cuestiones nacionalis-tas.

Agua privada para todos no defiende que todala gestión del agua sea privada. Tan sólo se li-mita a mostrar casos en los que el sector pri-vado funciona mejor para que se puedagenerar un debate sin prejuicios acerca deesta opción. Puede que algunas privatizacio-nes hayan sido polémicas. Pero la carga de laprueba no debe recaer sólo en el sector pri-vado; la administración pública también debedemostrar su eficiencia y no lo hace.

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Page 9: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 257

La ONU ha declarado el acceso al agua comoun derecho humano en numerosos documentosoficiales, pero eso no ha permitido su acceso amillones de personas. Las empresas privadas yel mercado ya han salvado muchas vidas en

Chile, en Argentina, en Camboya, en las Filipi-nas, en Guinea y en Gabón. Merece la pena lu-char para que millones de vidas más se salven.

MOISÉS RUBIAS BARRERA

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

The WhiteMan’s BurdenPor qué la ayuda occidentalha causado tanto mal y tan pocobien a los países pobresWILLIAM EASTERLYOxford University Press. Oxford, 2006.

Un sinfín de estudios analizan, diseccionan,miran con lupa la pobreza. Un sinfín, también,proponen un camino para reducirla o erradi-carla. Al contrario que en otras muchas áreas,donde hay informes de todos los colores, losde la pobreza suelen ser estudios monocro-máticos. Lo habitual es encontrarse severostomos que culpan de todos los males delmundo al capitalismo, a los occidentales, alos americanos…, las variaciones dependende la moda del momento. Así, un libro que setitula La carga del hombre blanco no parece-ría, en principio, el lugar idóneo para encon-trar algo diferente. Pues sí, la obra de WilliamEasterly lo es.

The White Man’s Burden pretende analizar nosólo las causas de la pobreza, sino también laresponsabilidad que los países occidentalespueden tener en esa situación que soportandemasiados países. Pero el autor huye de lostópicos y quiere diferenciarse de las intencio-nes de gente como Gordon Brown, ministro deEconomía británico, o de Bono, cantante deU2, que abogan por un incremento sustancial

de la cantidad dedicada a ayudar al tercermundo. Es decir, de todos los que abogan porun “gran plan” para salvar al prójimo comomágica solución. Su conclusión suena a pro-vocación: “No hay mejor plan contra la po-breza que no tener plan”.

A lo largo de 338 páginas, distribuidas encuatro partes y una introducción, Easterly re-corre los diferentes aspectos de la ayuda aldesarrollo, desde su origen hasta su situaciónactual. Sus propuestas y análisis desprendenaltas dosis de liberalismo económico propiode quien, como él, ha ejercido largo tiempocomo economista. Es un liberal, en todo caso,con el corazón marcado por el denominado“síndrome de Vietnam”, que le lleva a opo-nerse radicalmente a cualquier intervenciónmilitar salvo casos extremos de defensa pro-pia.

Durante gran parte del siglo pasado, las na-ciones más ricas, haciendo uso de la mejorde las voluntades, han tratado de ayudar a lasmás pobres. Para ello han comprometido una

Page 10: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

258 RESEÑAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

ingente cantidad de medios, tanto financieroscomo humanos. El autor muestra que el re-sultado es un completo desastre. No es quesiga habiendo pobres; es que hay más.

En los últimos treinta años se ha destinado aayudas al desarrollo más del doble del PIB es-pañol en 2006. Easterly comienza descri-biendo a los personajes. Dice que en esteteatro sólo actúan dos tipos de actores, que éldenomina “buscadores” y “planificadores”.

Los “planificadores” creen tener la respuestaperfecta mientras que los “buscadores” sabenque no hay una respuesta para un conjuntotan grande y variopinto de problemas. Los“planificadores” sueñan con un mundo per-fecto, los “buscadores” actúan. El “gran plan”simplemente no lleva a ninguna parte. Pero,eso sí, los planes y los “planificadores” sonmuy atractivos. Prometen acabar con un pro-blema que atormenta muchas conciencias almismo tiempo que prometen prosperidad alque no la tiene. Son, en el fondo, populistas.

¿Por qué queremos ayudar a los demás?¿Qué nos empuja a ser solidarios? El profesorde Economía y ex analista del Banco Mundialcuenta la conocida historia de la trampa de lapobreza. Es una historia circular: los pobreslo son por que viven atrapados en esa trampade la pobreza; la trampa les obliga a preocu-parse más por sobrevivir que por invertir en elfuturo; esa trampa no cambia demasiado por-que haya mucha o poca corrupción, y salir deella exige un gran empujón financiero de losmás ricos.

El problema es que esa historia tan conocidano soporta el contraste con los datos queofrece la estadística. Easterly los repasa: lospaíses que más han recibido no han crecidomás que los que menos han recibido, la co-rrupción lastra el crecimiento de muchos pa-íses y, ¡cuidado!, a medida que aumenta el

montante de la ayuda menos crece el desti-natario. Puede llegar incluso a decrecer si laayuda es demasiado grande.

Gran amante de autores liberales como Pop-per, Hayeck o Burke, Easterly defiende la li-bertad lograda, no la impuesta. Defiende quelas imposiciones externas propician la apari-ción de descontentos dejando el terreno abo-nado para la aparición de personajes comoChávez, Evo, Correa y demás compañeros re-volucionarios que luchan contra el presuntoinvasor y sus grandes planes.

Lo mismo ocurre con el mercado. El libre mer-cado es sinónimo de prosperidad siempre ycuando sea verdaderamente libre y esté bienorganizado en torno a la confianza, la seguri-dad y, algo a lo que él da especial importan-cia, la existencia de derechos de propiedad ynormas y mecanismos adecuados para de-fenderlos.

Como parece lógico, Easterly ve en la corrup-ción y en la burocracia excesiva a los dos prin-cipales enemigos a batir. Contra la corrupciónaboga por afrontar el cinismo que suponecondenarla al tiempo que se proporcionanfondos a Gobiernos corruptos que desvíanuna parte. Y ahí queda el ejemplo de fortunascomo la amasada por el dictador Mobutu.

Al mismo tiempo, avisa de que suprimir total-mente las ayudas a esos países afectará prin-cipalmente a los receptores finales. Ofreceuna solución: mayor gestión privada de laayuda. Después repasa el impacto de la bu-rocracia, que ralentiza todo y encarece cual-quier proyecto. Burocracia que no sólo se daen los países pobres sino que incluso es pro-movida por el funcionamiento cuasifunciona-rial de las agencias internacionales.

Por culpa de la corrupción y de la burocracia,la ayuda no llega a su destino, o lo hace tarde

Page 11: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 259

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

y mal. Al no llegar, se da una vuelta más alcírculo vicioso de la ayuda externa. Y, por su-puesto, ello alimenta la eterna obsesión deaumentar la ayuda externa. Casualmente,siempre hay acuerdo en la nueva cantidad,hace falta donar el doble.

Easterly no pierde oportunidad de censurar elfuncionamiento de las agencias internaciona-les. Aunque en un principio aparenta tenderleun cable al FMI, termina por criticarlo con aci-dez. Le acusa de imponer a los países recep-tores medidas impopulares, difícilmentelogrables, que pueden llevar al derrocamientode gobiernos democráticos para ser sustitui-dos por líderes populistas o, incluso, dictato-riales. Le imputa ser artífice de planesutópicos y fuera de la realidad. Mantiene queel FMI ha sido, también, tremendamente ine-ficiente y ha topado, una y otra vez, con losmismos errores. Así, describe con detalle al-gunos casos en los que la ayuda del Fondono sólo no ha sido beneficiosa sino que haresultado perjudicial.

Pero en todo desierto hay un pequeño oasis,aunque no sea un oasis perfecto. Termina lasegunda parte analizando la ayuda en materiade salud. En este campo, al ser mucho másvisibles, los resultados son mucho mejores. Esun área en la que se concentran mayor nú-mero de “buscadores” que de “planificadores”.

Hay una excepción: el tratamiento del SIDA.Durante los años 80, cuando la epidemia sedesarrollaba, los “planificadores” fueron inca-paces de ver la magnitud del problema. Ahoraargumentan para lograr la gratuidad de lostratamientos que el coste de salvar o alargaruna vida humana nunca es demasiado alto.Es bonito, pero es otra utopía. Lo que hacefalta es menos idealismo, y más y mejoresmedios de formación, mejores sistemas sani-tarios, más prevención.

En la tercera parte del libro, Easterly criticaduramente cualquier intervención militar bajoel argumento de que los países occidentalesno tienen derecho a intervenir en los demás.No contempla el autor la posibilidad de queesas medidas no sean impuestas sino solici-tadas a los países libres, o que éstos no esténdispuestos a permitir la violación sistemáticade los derechos humanos o los genocidios en-cubiertos. El autor opina que, desde la colo-nización hasta la guerra de Irak, el problemaes el mismo aunque tenga distinto nombre:es la prepotencia de las naciones fuertes. Eneste terreno, Easterly defiende las clásicastesis anti-imperialistas.

Para concluir, la última parte habla del futuro.Pone como primer ejemplo a Japón, que fuecapaz de resolver sus propios problemas y deavanzar de un sistema feudal a uno liberal.Los problemas propios, pues, se resuelvencon mucha más efectividad que los ajenos.Así, el autor, defiende que es su propio desa-rrollo el que debe sacar a los pobres de lapobreza y no la acción salvadora de Occi-dente.

Defiende que dejando hacer más a los go-biernos locales y, sobre todo, a las empresasprivadas, se avanzará más rápido. Concluyeque 60 años de “planificadores” quizá seansuficientes para demostrar que han fraca-sado. Puede que ya sea el momento de quelos “buscadores” lo intenten. Por eso, pide alos activistas que, en lugar de concentrarseen lograr más dinero para los países pobres,destinen sus esfuerzos en darle un mejor uso.A los académicos les propone que busquenel modo de lograr pequeñas mejoras. Y atodos aquellos que trabajan por los pobresles sugiere que se dejen de utopías y con-centren sus esfuerzos en hacer algo útil.

JUAN CREMADES

Page 12: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

260 RESEÑAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Vitali Shentalinski (Siberia, 1939), autor devarios poemarios y ensayos, fue el primero enabrir los archivos literarios del KGB y en res-catar valiosos manuscritos relacionados conla vida de notables escritores rusos. En estelibro, Denuncia contra Sócrates, se adentraen los archivos de Lubianka (cuartel generalde la KGB) que comprenden principalmentedos periodos despóticos de la Unión Sovié-tica: el de aprendiz de asesino (Lenin) y el demaestría del terror (Stalin). El objetivo delautor es muy claro: radiografiar la estructuraopresora y represiva soviética en la intelli-gentsia rusa.

La radiografía toma la forma de una serie derelatos. En ellos, el autor describe las calami-dades y persecuciones, no sólo físicas sinotambién morales y psíquicas, que sufren lasdistintas figuras de las letras por parte de laUnión Soviética. Los distintos instrumentosdel poder soviético asfixian, devoran y con-vierten al escritor en siervo del poder sovié-tico. Hay que garantizar la victoria, apareceClausewitz: “La persecución es un segundoacto de la victoria, en muchos casos más im-portante que el primero”.

La palabra “proscrito” adquiere un doble sen-tido bajo el terror. Antes, “proscrito” era aquelque sufre pena de destierro; con la Unión So-viética el proscrito es también desterrado oanulado espiritualmente: Si no comulgas con

nosotros no comulgarás con nadie. Somos tuúnica religión, tu única fe.

Denuncia contra Sócrates es una lectura conun marcado carácter histórico, muy bien do-cumentada, y que da lugar a originales refle-xiones. Debería ser obligatoria para los ciegosamantes del “realismo socialista”, esa co-rriente estética que ha despertado la tenta-ción totalitaria en tantos admiradores yestudiosos. Puede ser para ellos un buen me-dicamento ante su enfermedad anublada derealidades, aunque la cura completa nuncaes segura porque nuestro enemigo, el totali-tarismo, se hunde en las raíces y resiste.

El autor nos descifra la lógica interna de la Lu-bianka. El “doblepensar” orwelliano encuentrasu mayor manifestación en el régimen sovié-tico. La Lubianka te vigila, se infiltra en tu vida,es amistosa, te tortura; y si quisieras irte a otropaís, tendrías que pedir permiso, después es-cribir una carta a un comisario y finalmente norecibirías repuesta. Lo poco que le queda deidentidad al individuo se va perdiendo entredolor y dolor, certidumbre e incertidumbre, sery no-ser… Al final el individuo tiene que elegirentre dos polos: vivir una vida enajenada (ex-propiada por el Partido) o elegir su propia viday morir. El destino es el mismo: la muerte.

Las contradicciones del sistema soviético sehacen evidentes: ¡no gastes, ahorra! Y cuando

Denuncia contraSócratesNuevos descubrimientos en losarchivos literarios del KGBVITALI SHENTALINSKICírculo de Lectores, Barcelona, 2006. 516 págs.

Page 13: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 261

has ahorrado, preocúpate de ocultarlo porquesi no serás un burgués (y el burgués es per-seguido hasta su final). Por tanto, para llevaruna vida en paz en la Unión Soviética: ¡sépobre! Es la pobreza lo que hace fuerte al co-munismo y lo mantiene, es su razón de ser(junto con el terror). La máxima socialista secumple: “Igualdad en la pobreza”. Ser pobrees estar sometido, el hijo (ciudadano) no sepuede emancipar del Padre (Estado). ¿No esesto estar alienado?

Que los literatos rusos hayan sido los más dis-tinguidos a la hora de describir y ahondar enel totalitarismo, a la vez que han desentra-ñado la inherencia del mismo en la natura-leza humana, no es mera casualidad. Así,encontramos en Fedor Mihailovich Dostoievski(1821-1881) a uno de los mayores diseccio-nadores del totalitarismo: “El ser humano esdéspota por naturaleza y muy aficionado aser verdugo” (El jugador, 1867).

¿Cómo pudo suceder esto en la patria de LevTolstói? Los tolstovtsi (seguidores de Tolstói)fueron perseguidos constantemente por laUnión Soviética. La doctrina de Tolstói se con-sidera un gran peligro para la supervivenciadel comunismo. Tolstói y sus enseñanzas hande ser borradas de la faz de la tierra. El padrede la no-violencia (que se carteaba con Mo-handas Gandhi) afirmaba que el Reino deDios está en cada uno de nosotros, por lo queera un peligro para el mantenimiento de laUnión Soviética. Lenin asevera: “Tolstói es ri-dículo, un profeta que inventó nuevas recetaspara la salvación de la humanidad y, por eso,todos los seguidores rusos de Tolstói sonunos miserables y viven en el extranjero”. Sólopuede haber una redención y sólo puede seranunciada por un profeta; la redención, el Par-tido; el profeta, Lenin, Stalin…

Pero la persecución no se ceñirá sólo a los tols-tovtsi. Así, por ejemplo, Bulgákov (el gran lite-rato ruso, autor de El maestro y Margarita, entreotras obras) sería acosado constantemente porla Unión Soviética. El Partido retiraba sus obrasde los teatros, sus agentes se infiltraban en lasreuniones literarias en las que estaba presente,tenía que presentarse continuamente en la Lu-bianka, aguantar toda una serie de interroga-torios, etc. Todos sus amigos, escritores,pintores y demás gente cercana iban desapa-reciendo poco a poco. Bulgákov no se amoldóa las normas del realismo socialista. Conse-cuencia: era un enemigo del pueblo.

Vitali Shentalinski, en Denuncia contra Só-crates nos muestra cómo el terror soviéticono atiende a colores y distinciones sino quealcanza su máximo esplendor: el silencio(“Cuando el terror calla es cuando alcanza sumáxima intensidad”, André Gluscksmann,Dostoievski en Manhattan, 2002). El terror porel terror. Un terror que se aplicó tanto sobrelos disidentes al régimen como a los adeptos.De hecho, el autor indaga también en la desa-parición de aquellos que colaboraron con elrégimen y que posteriormente fueron elimina-dos, como por ejemplo Kolstov. Éste era unode los periodistas más populares de la UniónSoviética hasta que fue acusado (al estilo so-viético, es decir, sin pruebas) de colaborarcon los servicios de espionaje alemán, fran-cés y americano, y de ser trotskista.

Este asombroso libro es un testimonio y unhomenaje a todos aquellos que cayeron bajoel yugo comunista (realización última del so-cialismo) y soportaron la máxima leninista:“Preparad en secreto el terror: es preciso yurgente”.

JORGE MARTÍN FRÍAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Page 14: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

262 RESEÑAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

El título y subtítulo de este magnífico docu-mento –originalmente, Guerra en España–quizá no reflejan lo esencial de sus apasio-nantes páginas. Seguramente, con ello, la edi-torial Áltera ha buscado una fórmula parasubrayar la garra y la pasión del autor por lanoticia veraz. Y es que Edward Knoblaugh, co-rresponsal de la Associated Press en Españaentre 1933 y 1937, vive la contienda civil es-pañola desde un solo bando, el republicano,donde asiste espeluznado a las atrocidadescometidas en la retaguardia miliciana madri-leña.

De la primera a la última página, ¡Última hora:Guerra en España! recorre esa fantasmagó-rica realidad y ese continuo desasosiego queel periodista transmite con agilidad narrativay que la buena traducción del inglés conserva.Estamos ante un relato periodístico de primerorden y ante un autor que sabe lo que quierecontar y lo cuenta con un estilo propio, defi-nido, en el que subyace algo de ese halo ro-mántico e idealista de los corresponsales deguerra y de otros escritores norteamericanosde la época. Sólo que esta vez ni se trata deHemingway ni la verdad queda difuminadatras la literatura.

Antes, al contrario, Knoblaugh siente necesi-dad de poner negro sobre blanco lo que haexperimentado, visto y sufrido. Y lo hace paraevitar que la censura republicana del Minis-

terio de Propaganda imponga definitivamentesu distorsionada versión a la opinión públicade las democracias occidentales. Nuestro co-rresponsal, que proclama su imparcialidad,no oculta su frustración por el desconoci-miento exterior de los desmanes y tropelíascometidos en la España republicana, que bro-tan a raudales por entre los capítulos de untexto escrito –es necesario remarcarlo– en1937, dos años antes de la victoria del ejér-cito de Franco. Y es que, como reconoce elautor, desde la España republicana los lecto-res norteamericanos accedían normalmentea las versiones oficiales, puesto que no siem-pre era posible burlar la férrea censura; sincontar con los serios “inconvenientes” y peli-gros que saltársela podía acarrear.

Es éste uno de los puntos fuertes del libro. Elperiodista describe con detenimiento la ma-quinaria que la República monta para contro-lar la información de los corresponsales. Secrea un Ministerio de Propaganda encargadode difundir la verdad oficial y se contrata a ex-pertos extranjeros, especialmente adiestradosen la URSS, para limitar al máximo la libertadde información. No estaba permitido informarsobre el número de soldados foráneos osobre el material de guerra extranjero que ma-nejaba el bando republicano, tampoco eraposible dar cualquier noticia relativa a los fre-cuentes enfrentamientos entre facciones den-tro del Frente Popular, ni reflejar el avance

¡Última hora:Guerra en España!Aventuras de un corresponsalamericano entre los dos bandosEDWARD KNOBLAUGHEditorial Áltera. Barcelona, 2007. 298 págs.

Page 15: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

ABRIL / JUNIO 263

enemigo ni reconocer derrotas republicanas, yaún menos mostrar la desmoralización y lasdifíciles condiciones de vida de la poblacióncivil.

Knoblaugh es un buen conocedor de la polí-tica española de la época. Se mueve en cír-culos políticos de poder. Entrevista y trata aBesteiro, Gil Robles, Primo de Rivera, LargoCaballero, Alcalá Zamora y a otros líderes es-pañoles, a quienes describe en su esplendoro podredumbre y cuyos matices humanos ypolíticos muestra sin ambages. A veces lohace desde el conocimiento personal y laconfidencia; otras, desde el análisis y la opi-nión profesionales.

Knoblaugh explica al norteamericano mediocómo se mueven las diferentes fichas que ha-rían saltar por los aires el tablero de España:la caída de la monarquía y el exilio de AlfonsoXIII, la instauración de la República, el anti-clericalismo y quema de iglesias y conventos,los desórdenes públicos y huelgas revolucio-narias, la importación ilegal de armas, la fa-llida y sangrienta revolución de Asturias, lasatípicas elecciones de febrero de 1936(donde la derecha gana en votos y la iz-quierda sin embargo en escaños), el deto-nante del asesinato de José Calvo Sotelo; ensuma, la confrontación entre izquierdas y de-rechas y el poder creciente de las masas pro-letarias revolucionarias y de los sindicatosanarquistas y socialistas que las movían, yque torpedearon el modelo de República de-mocrática querido por algunos intelectualespara imponer desde dentro la “democracia”al estilo soviético.

La noticia del asesinato del líder monárquicola recibe nuestro corresponsal en el barcoen el que marchaba de vacaciones a EE.UU.Sus fuentes –nada menos que Gil Robles– lehabían inducido a pensar que una hipotéticasublevación militar no se daría sino al finalde aquel verano del 36. Le faltó tiempo en-

tonces para tomar un barco de vuelta y cru-zar la frontera francesa. Se encuentra enton-ces ya con una España caótica, desorga-nizada y anárquica. Y a finales de agosto de1936, tras algunas peripecias burocráticas,está al pie del cañón despachando sus cró-nicas desde las oficinas de la agencia enMadrid.

¡Última hora: Guerra en España! es pues lacontinuación de muchas de las informacionesque el periodista de raza que es Knoblaughno pudo enviar por los impedimentos de lacensura. Pero es también un aldabonazo paradespertar muchas conciencias inmersas en eleficaz hipnotismo de la propaganda republi-cana. Entre las falsas ilusiones a esclarecer, elperiodista remarca que “el apelativo de ‘de-mocracia’ que sacaron a relucir los republi-canos... fue en extremo eficaz y les ganó elapoyo moral de los liberales del mundo en-tero”. Y entre las dramáticas ocultaciones dela República, la mayor es la descripción des-carnada de las miles de “liquidaciones”, pur-gas y asesinatos cometidos por las Chekas ysus agentes milicianos armados. El autor lodenuncia con multitud de casos y vivenciaspersonales.

Knoblaugh visita con su chófer anarquista laszonas donde los detenidos eran “paseados”tras los juicios-farsa celebrados en cualquierparte, ante cualquier tribunal de milicianos ycon veredictos invariables: “aislados y en gru-pos yacían los cuerpos a lo largo de las cu-netas, cosidos a balazos. ... Muchos de loscadáveres estaban horriblemente mutilados...Durante los primeros días de furor anticlericalhabía numerosos cadáveres de curas y mon-jas entre las víctimas”. Su testimonio es des-garrador. Los ejemplos, variadísimos. Nadieparece estar seguro en Madrid. Sus descrip-ciones cobran tal viveza que la retina del lec-tor imagina las dantescas imágenes. Parecieracomo si algunos hombres se hubieran con-vertido en alimañas.

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Page 16: El valor de las ideas · de pensamiento político RESEÑAS El valor de las ideas ROBERTO BLANCO VALDÉS El valor de la Constitución, (2ª edición, con prólogo de Miguel Artola).

264 RESEÑAS

CUADERNOS de pensamiento político

RES

EÑA

S

Un cuadernillo ilustrado central muestra mu-chas de las escenas que el libro describe. Estodo un acierto. Instantáneas como la Puertade Alcalá engalanada con el retrato del ca-marada Stalin o el fusilamiento de la estatuadel Sagrado Corazón, así como otras de pro-fanaciones de iglesias, del apoyo internacio-nal a la República o de la dura vida cotidianaen Madrid atestiguan la veracidad de las des-cripciones del corresponsal: el hambre, elmiedo, los terribles bombardeos, el episodiodel Alcázar de Toledo (hábilmente ocultadopor la censura), la huida del Gobierno a Va-lencia, las incautaciones de los bienes de los“burgueses”, los ajustes de cuentas, las gue-rras fratricidas entre socialistas y anarquistas,la desorganización y carencia de espíritu ofen-sivo del Ejército del Frente Popular, otra vez elmiedo y la censura, son todos ellos asuntosque salpican los capítulos del libro y que nodejan indiferentes.

Una indiferencia que, al contrario de otros co-rresponsales, no quiso aceptar Knoblaugh, yque le obligó a abandonar apresuradamentenuestra patria en 1937, tras algunos episo-

dios preocupantes y el chivatazo de que su in-sistencia por la verdad podría causarle algúndesagradable “accidente” (curiosa connota-ción semántica). Es entonces, antes de termi-nar la Guerra Civil, cuando se lanza a escribiruna obra limpia, clara, honesta, esclarece-dora. Un documento periodístico que clamapor la defensa de los valores democráticos li-berales y la verdadera libertad. Un testimonioimparcial de primera magnitud.

Ahora que regresan los tiempos de buscar losmuertos insepultos y levantar las fosas olvi-dadas, ahora que es menester recuperar me-morias históricas borrosas y superadas, quizásea el momento de leer este libro con la dis-tancia y serenidad que otorgan los años trans-curridos y la confianza que el marco democrá-tico y conciliador de nuestra Constitución aúnnos proporciona. Para el mejor futuro de nues-tra nación, no parece necesario pues que sulectura sea siquiera recomendable para mejoreducar a los ciudadanos españoles del ma-ñana; ¿o sí...?

JOSÉ MANUEL DE TORRES