El Utilitarismo Version Corta

4
EL UTILITARISMO El Utilitarismo es una Doctrina filosófica, de grandes repercusiones políticas, originada en la reflexión de Jeremie Bentham y de John Stuart Mill, que identifica el bien con la utilidad individual y considera que el bien general no es más que la suma de las utilidades individuales. Es el punto de partida de las teorías económicas de Malthus y de Ricardo y está en los fundamentos del liberalismo político, en la tradición anglosajona. El Utilitarismo se puede resumir simplemente como “realizar el mayor bien para el mayor número de individuos”. El utilitarismo afirma que los seres humanos deben actuar para producir la mayor felicidad del mayor número posible de personas, y pretende que esto es un método racional para la toma de decisiones morales. Los utilitaristas suelen ser activos reformadores políticos, afirmando que si la persecución de la felicidad individual y la de la felicidad general no coinciden hay que cambiar la naturaleza humana y la sociedad para que coincidan. El principio utilitarista es muy atractivo porque se refiere a la máxima felicidad de todo el mundo; parece razonable pero no lo es, ya que exige cálculos imposibles para personas reales. No es posible prever todas las consecuencias de todos los posibles actos individuales, sus efectos sobre todas las personas y la valoración de estas. La felicidad no puede medirse, ni cuantificarse, ni objetivarse, ni compararse entre diversas personas, se trata de algo subjetivo y relativo. La información

description

El utilitarismo

Transcript of El Utilitarismo Version Corta

Page 1: El Utilitarismo Version Corta

EL UTILITARISMO

El Utilitarismo es una Doctrina filosófica, de grandes repercusiones políticas, originada en la reflexión de Jeremie Bentham y de John Stuart Mill, que identifica el bien con la utilidad individual y considera que el bien general no es más que la suma de las utilidades individuales. Es el punto de partida de las teorías económicas de Malthus y de Ricardo y está en los fundamentos del liberalismo político, en la tradición anglosajona.

El Utilitarismo se puede resumir simplemente como “realizar el mayor bien para el mayor número de individuos”.

El utilitarismo afirma que los seres humanos deben actuar para producir la mayor felicidad del

mayor número posible de personas, y pretende que esto es un método racional para la toma de

decisiones morales. Los utilitaristas suelen ser activos reformadores políticos, afirmando que si

la persecución de la felicidad individual y la de la felicidad general no coinciden hay que

cambiar la naturaleza humana y la sociedad para que coincidan.

El principio utilitarista es muy atractivo porque se refiere a la máxima felicidad de todo el

mundo; parece razonable pero no lo es, ya que exige cálculos imposibles para personas reales.

No es posible prever todas las consecuencias de todos los posibles actos individuales, sus efectos

sobre todas las personas y la valoración de estas. La felicidad no puede medirse, ni cuantificarse,

ni objetivarse, ni compararse entre diversas personas, se trata de algo subjetivo y relativo. La

información de la que disponen los seres humanos es imperfecta y la capacidad mental de

procesarla es muy limitada.

Los seres humanos reales actúan teniendo en cuenta su propia felicidad y la de los más próximos,

pero no teniendo en cuenta la felicidad de todo el mundo. Las personas intentan de forma

intuitiva maximizar su bienestar usando la información limitada de que disponen, mediante

estimaciones tácitas, locales y parciales, no realizan imposibles análisis universales de coste y

beneficio antes de actuar. Actos morales de renuncia o sacrificio pueden ser en beneficio

indirecto del agente aunque este no haya calculado todas las consecuencias de su acción.

Si el utilitarismo funcionara perfectamente los errores serían imposibles, todo el mundo acertaría

siempre al actuar, no habría arrepentimientos o efectos imprevistos de las acciones. Las personas

no son infalibles y deben aprender mediante ensayos, errores y aciertos. La experiencia puede

Page 2: El Utilitarismo Version Corta

transmitirse culturalmente. La moralidad del sentido común aprendida por los seres humanos

puede representar la sabiduría acumulada de la humanidad acerca de las consecuencias deseables

e indeseables de las acciones.

La ciencia económica muestra que un utilitarismo razonable que reconozca las limitaciones del

conocimiento humano recomienda una organización social basada en los derechos de propiedad

y el mercado libre.

La regla de oro del Utilitarismo, se podría frasear así: 'Trabaja por la felicidad de los demás', se retrotrae hasta las enseñanzas básicas de Jesús de Nazareth: "Haz al otro lo que quieras que te hagan a ti", o "ama a tu prójimo como a ti mismo".

Bajo este contexto aparece el concepto de interés, según el utilitarismo, la racionalidad práctica está gobernada, por el principio del interés. Dentro del sistema moral del utilitarismo, este principio manda acercar el interés que todo individuo tiene por la felicidad y el placer propios al interés de la colectividad que se ve afectada por sus acciones.

Sobre la base de la constatación de que todos los seres humanos tienen como interés principal ser felices, cualquier acción emprendida en dirección de frustrar el interés ajeno será necesariamente una acción cuyas consecuencias minen las aspiraciones propias a la felicidad. Mediante una lógica simple se deduce que un agente de infelicidad será detectado por el entorno social como un enemigo detestable y, consecuentemente, se procurará neutralizarlo en sus posibilidades de acción. A partir de esta constatación, la razón práctica empírica descubre que un compromiso con la felicidad de los demás es la mejor garantía de la felicidad propia. Este es el sentido pragmático del principio de la utilidad.

Desde la perspectiva utilitarista, la multiplicación de la felicidad ha sido siempre el objeto de la virtud, desde la más remota antigüedad, aunque hayan sido pocos los filósofos y pensadores capaces de reconocerlo.

Los utilitaristas recuerdan que una acción correcta no necesariamente indica un carácter virtuoso, ni cabe descartar que actos censurables aislados puedan provenir de personas dignas de estima. No hacer esta diferencia en el campo de la acción política puede llevarnos a emitir juicios ad hominem sobre el carácter de las personas que, en lugar de favorecer, obstaculicen el interés general.

Page 3: El Utilitarismo Version Corta

El ejemplo más cercano que tenemos de esta preocupación es cuando la opinión pública juzga las

propuestas de gobierno de los candidatos a partir no de juicios éticos sobre las intenciones de las

acciones prometidas en sus programas, sino a partir de juicios morales acerca del carácter de los

candidatos, si son mentirosos, si son violentos, si son autoritarios, etc. Si bien en el campo de la

moral estos juicios son pertinentes, porque en ese campo importa conocer la virtud; en el campo

de la política son juicios irrelevantes, porque lo que allí importa no es si se trata de una persona

virtuosa, sino si se propone desplegar acciones de utilidad común o sólo de provecho propio o

partidario. El utilitarismo es a menudo utilizado como excusa para violar derechos individuales

privilegiando los intereses particulares de grupos de presiones políticamente organizadas que

aspiran a obtener algo a costa de los demás pero no pueden plantear abiertamente lo que

pretenden y se escudan detrás de la propaganda del interés general o la ayuda a los más

necesitados.