El Universo Dadaísta y Nosotros

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Claudia Adelina Negrete Luna 4 de Noviembre de 2014 El universo dadaísta y nosotros Al hablar de dadaísmo, imaginamos un grupo de gentes raras que hacían algo que seguramente quería ser irreverente y contrario a las “buenas costumbres”, pero en general muy pocos saben de lo que se trató realmente. Así, para definirlo, nos sacamos de la manga un: “es una corriente de vanguardia del inicio del siglo XX” y con dos o tres nombres de sus representantes, salimos del paso. Pero si nos adentramos aunque sea un poco en su historia, sale a flote la importancia que tuvo como pivote de descompresión y canalización de energías, en un momento caótico y difícil en todos sentidos para la sociedad europea y occidental en general. Pero ¿Cómo puede ser que un país tranquilo y siempre neutral como la Suiza, genere un movimiento tan nihilista? Desde el exterior parece incongruente. En la Suiza de hoy suceden cosas que en ningún otro país se ven: podemos salir del supermercado y llevar la compra en el carrito hasta la casa, porque están seguros de que lo vas a regresar; si un conductor ve que un peatón tiene aunque solo sea la intención de bajar la acera para cruzar, va a frenar desde media cuadra antes. Pero en contraparte, la administración funciona tan bien, que una idea de Mussolini provocó un escándalo mayor en la década de 1990: en los años 30 del siglo XX, sin informar

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Claudia Adelina Negrete Luna 4 de Noviembre de 2014El universo dadasta y nosotrosAl hablar de dadasmo, imaginamos un grupo de gentes raras que hacan algo que seguramente quera ser irreverente y contrario a las buenas costumbres, pero en general muy pocos saben de lo que se trat realmente. As, para definirlo, nos sacamos de la manga un: es una corriente de vanguardia del inicio del siglo XX y con dos o tres nombres de sus representantes, salimos del paso.Pero si nos adentramos aunque sea un poco en su historia, sale a flote la importancia que tuvo como pivote de descompresin y canalizacin de energas, en un momento catico y difcil en todos sentidos para la sociedad europea y occidental en general.Pero Cmo puede ser que un pas tranquilo y siempre neutral como la Suiza, genere un movimiento tan nihilista? Desde el exterior parece incongruente. En la Suiza de hoy suceden cosas que en ningn otro pas se ven: podemos salir del supermercado y llevar la compra en el carrito hasta la casa, porque estn seguros de que lo vas a regresar; si un conductor ve que un peatn tiene aunque solo sea la intencin de bajar la acera para cruzar, va a frenar desde media cuadra antes. Pero en contraparte, la administracin funciona tan bien, que una idea de Mussolini provoc un escndalo mayor en la dcada de 1990: en los aos 30 del siglo XX, sin informar a los ciudadanos, se implant un sistema para fichar a todos en Suiza segn sus actividades y posiciones polticas, sistema que todava funcionaba, se puede decir como un reloj suizo, en los noventa, cuando en Italia la medida nunca haba podido ser puesta en prctica realmente y en Alemania se haba anulado a la cada del nazismo.Conociendo mejor esta mentalidad, imaginemos a los visitantes del caf Voltaire de la Suiza de hace 98 aos, rodeada del infierno de la guerra por todos los flancos: un conflicto que iba a durar unos meses pero ya llevaba dos aos, no tiene visos de terminar y deja expectativas muy sombras para un futuro incierto despus del conflicto.En este contexto, el escritor francs Hugo Ball y su compaera Emmy Hennings, poeta y bailarina, buscaran crear un espacio donde reunirse en un ambiente inspirado en los cabarets franceses del siglo XIX y los decadentes cabarets berlineses de antes de la 1 guerra, bajo el emblemtico nombre de Voltaire, el filsofo francs que escogi la Suiza como segunda patria.El pintor Marcel Janco describe a su amigo Hugo Ball como un personaje gtico que tocaba el piano1 que, en cuanto supo que era pintor, le ofreci los muros de su cabaret para exponer sus obras. El escenario estaba listo para que Hans Arp, Sophie Taeber y Tristan Tzara se encontraran y compartieran sus angustias y temores. El movimiento Dada haba nacido.La esttica dadasta se define con espectculos espontneos y efmeros de cabaret (de ah que sea tan difcil encontrar ejemplos de sus obras) y aunque Hugo Ball se opona a hacer del dadasmo un movimiento, hizo eco en tantos artistas dentro y fuera de Suiza, que poco antes de que se acabe la guerra ya hay movimientos dadastas en Berln, Hanovre y Colonia. A travs de ellos, el dadasmo llega a Pars, a pesar del espritu anti alemn que reinaba.Las trasgresiones dadastas allanarn el camino de las vanguardias que le van a seguir y nuestra mirada hacia el arte en la actualidad no sera la misma sin ellos.

1Michel Sanouillet, Dada Paris, CNRS ditions, 1965-2005, p.6-7