E L U N I V E R S A L

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Lerma y sus afluentes, en agonía

• Las descargas de aguas residuales son vertidas sin tratamiento alguno por 200 localidades alrededor de la cuenca • Sobreexplotación, desforestación y pastoreo degradan aire, suelo y bosque • Más de 1,000 localidades

contribuyen al deterioro, revela un estudio •

Por GRACIELA JIMÉNEZ CRUZ Corresponsal

TOLUCA, Méx., 23 de abril.- Las descargas de aguas residuales industria­les se hacen actualmente al río Lerma y a sus afluentes casi sin ningún tra­tamiento y con un alto contenido de contaminantes, algunos de ellos muy pe­ligrosos y difíciles de biodegradar, lo que además de contaminar las corrien­tes superficiales, puede afectar los mantos acuíferos, ya que son conducidos en canales de tierra, casi todos muy permeables.

En un documento de la Dirección General de la Infraestructura Rural.se se­ñala que la contaminación de la Cuenca del Río Lerma, es el caso más grave de deterioro ecológico y contaminación, y también están afectadas la presa de José Antonio Álzate y las tres lagunas del Lerma (Almoloya, Tultepec y San Bartolo).

Refiere que todavía a inicios del actual siglo, la Cuenca Alta del Rio Lerma era considerada como una de las zonas con mayor tasa de productividad agrí­cola y ganadera y a consecuencia del desmedido crecimiento poblacional e in­dustrial, de la sobreexplotación del acuífero, de la desforestación y sobrepas-toreo, se ha provocado un desequilibrio ecológico con la consecuente degra­dación del aire, suelo y bosque.

El documento de la Dirección dependiente de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, puntualiza que de igual forma son vertidas al Rio Lerma y sus afluentes, las aguas residuales municipales con productos contaminantes me­nos peligrosos a los industriales, pero con mayor caudal y carga orgánica.

Esas aguas son producto de 230 localidades importantes de la cuenca, en­tre las que destacan las 30 cabeceras municipales y las pertenecientes a To-luca y Metepec, cuya población, precisa, es capaz de producir un volumen anual de 55 millones de metros cúbicos de aguas negras. Otras 800 locali­dades medianas y pequeñas aunque no contaminan directamente al Río Lerma, sí afectan a pequeños embalses, suelos y mantos acuíferos.

La presa "José Antonio Álzate" y el propio Río Lerma representan los cuer­pos de agua más contaminados al ser los receptores de las aguas residuales de la cuenca y representan un alto grado de deterioro y condiciones sépticas, actuando como una gran laguna de estabilización, pero sin funcionar como tal, revela el documento oficial.

EL UNIVERSAL

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CLASIFICACIÓN INTERNA \ & c _ b w _ . V . NUM HOJAS -_-_L En este vaso, apunta, esta prácticamente inhibida la vida de los peces y en

cambio se ha desarrollado la vegetación acuática y los mosquitos propios de las aguas residuales estancadas, lo cual constituye un alto riesgo para la sa­lud de los ribereños del vaso. Además, advierte, la existencia de esta presa constituye un tapón hidráulico para el Río Lerma y provoca un remanso desde ella hasta el puente de la carretera México-Toluca.

Al referirse al impacto ecológico en las tres lagunas del Lerma, el estudio afirma que el descenso en el nivel de las aguas subterráneas ha ocasionado hundimientos y resequedad en la tierra, lo cual en época de estiaje se refleja en pequeñas pero numerosas manchas de agua con la consecuente degrada­ción de los suelos y en cambio en época de lluvias, son grandes zonas de inundación.

Por otro lado, al no contar con cuerpos permanentes de agua limpia, ha causado un importante impacto ecológico, pues prácticamente han desapa­recido la flora y la fauna originarias de esta región (patos silvestres, peces, aves acuáticas y tule entre otros), afirma.

Destaca que el problema de origen es la sobreexplotación de los recursos naturales, pues en el caso del agua, indica que se ha perdido el caudal base del Río Lerma, producto de los manantiales citados. En otro tiempo, el cauce conducía en época de estiaje un caudal de 10 a 12 metros cúbicos por se­gundo de aguas blancas y actualmente entre 1.5 y 2.5 metros cúbicos por se­gundo de aguas negras "lo cual ha anulado la capacidad de autodepuración del río".

La sobreexplotación se ha reflejado asimismo en la orografía de la región -afirma el documento-, y detalla que en los valles de Toluca e Ixtlahuaca se pueden apreciar agrietamientos de más de 40 kilómetros de longitud y afec­tadas estructuras, casas, caminos y obras hidráulicas.

Señala que al descender el nivel freático en los manantiales, estos han in­vertido su funcionamiento y ocasionado que las aguas residuales alcancen los mantos acuíferos; en este sentido pueden llegar a proporciones de alto riesgo, al ser utilizadas las aguas subterráneas para consumo humano, advierte.

Otro recurso natural que ha sido sobreexplotado es el bosque, explica más adelante, pues la tala indiscriminada de árboles y el pastoreo en zonas mon­tañosas han dejado casi desnudos los suelos en la parte alta de la Cuenca; debido a ello, en época de lluvias los cauces conducen gran cantidad de sóli­dos, producto de la erosión de los suelos y provoca degradación, además del azolvamiento de cauces y obras hidráulicas.

También menciona como otro factor contaminante de suelos y aguas, la disposición incorrecta de basura y desechos sólidos municipales e industria­les en ríos y arroyos; ello agrava el problema de degradación, pues además de constituir material no biodegradable, provoca taponamiento en el río y dismi­nución de la velocidad del agua, acelerando por consecuencia el proceso de putrefacción, indica.

Finalmente, comenta que el gobierno estatal a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, tiene instituido el Programa de Restauración Inte­gral de la Cuenca Hidrológica del Alto Lerma, dividido en los subprogramas de recolección, tratamiento y disposición final de las aguas residuales; para la recolección y disposición final de los desechos sólidos; de manejo de la cuenca y de aguas superficiales subterráneas.