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Nace El Edén 1 Mensaje del obispado 2 Noticias 2 Un relato para el alma 4 Humor 6 El perdón 6 Avisos 8 Contenido: EL EDEN BARRIO PUENTE ALTO III Volumen 1, nº 1 Fecha del boletín: SEPTIEMBRE C omo una forma de acercarnos más, de comunicarnos mejor y de contar con medio moderno y de gran versalidad, nace “EL EDEN” un bolen mensual y local del Ba- rrio Puente Alto III. Será nuestra misión el informarle de Acvidades a realizarse así como el resultado de estas, entre nues- tras variadas y misceláneas columnas ha- brá algunos espacios dedicados mensual- mente a diferentes propósitos, por ejem- plo: Mensaje del Obispado: el cual nos trae- rá la guía de nuestro líder local para nuestro Barrio. Mensaje de alguna Organización: este espacio se ira turnando para que cada organización auxiliar así como del Sacer- docio nos pueda tanto informar, elevar, como instruirnos acerca de algún tópico que ellas esmen conveniente. Relato Verídicos: este espacio esta re- servado para un relato de la vida real que nos inspire, nos de fuerza y nos enseñe el valor de la vida, del evangelio, etc. Humor Avisos: Para que las diferentes organi- zaciones puedan avisar, tanto de sus reuniones, acvidades, etc. Nocias: Aquí se informara sobre el re- sultado de las diferentes acvidades y reuniones que se hayan llevado a cabo. Cartas y Preguntas a los Directores: este espacio esta creado con el propósito que los miembros que tengan dudas referen- tes a algún tema se les pueda dar res- puesta, con citas y referencias tanto de las escrituras como de las autoridades generales. El éxito de este proyecto dependerá ex- NACE “EL EDEN” BOLETIN LOCAL DEL BARRIO PUENTE ALTO III clusivamente de nosotros mismos invita- mos desde ya, a todas las presidencias de organizaciones auxiliares, así como presi- dencias del sacerdocio, y a los miembros en general a sumarse con ideas, arculos, avisos, nocias, preguntas, sugerencias, opiniones, etc. Tal como lo mencionáramos la rada será mensual y se tratará de hacer reparr los ejemplares el primer domingo de cada mes. Sin perjuicio de que los Directores o el Obispado esmase conveniente rar una parda extra por algún evento en especial. Esperamos que estas letras cumplan con el objevo para el cual fueron creadas, su mejor apoyo es leyendo nuestras colum- nas comentarlas y hacer de “ EL EDEN” algo muy nuestro, algo pico de nuestro barrio, algo que nos disnga. Para finali- zar una expresión que resumen todo lo antes dicho: “SI HAY ALGO VIRTUOSO, O BELLO, O DE BUENA REPUTACIÓN, O DIGNO DE ALABANZA, A ESTO ASPIRAMOS”

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Nace El Edén 1

Mensaje del obispado 2

Noticias 2

Un relato para el alma 4

Humor 6

El perdón 6

Avisos 8

Contenido: EL

ED

EN

BA

RR

IO

PU

EN

TE

AL

TO

III

Volumen 1, nº 1

Fecha del boletín: SEPTIEMBRE

C omo una forma de acercarnos más, de comunicarnos mejor y de contar con medio moderno y de gran versatilidad, nace “EL

EDEN” un boletín mensual y local del Ba-rrio Puente Alto III. Será nuestra misión el informarle de Actividades a realizarse así como el resultado de estas, entre nues-tras variadas y misceláneas columnas ha-brá algunos espacios dedicados mensual-mente a diferentes propósitos, por ejem-plo:

Mensaje del Obispado: el cual nos trae-rá la guía de nuestro líder local para nuestro Barrio.

Mensaje de alguna Organización: este espacio se ira turnando para que cada organización auxiliar así como del Sacer-docio nos pueda tanto informar, elevar, como instruirnos acerca de algún tópico que ellas estimen conveniente.

Relato Verídicos: este espacio esta re-servado para un relato de la vida real que nos inspire, nos de fuerza y nos enseñe el valor de la vida, del evangelio, etc.

Humor

Avisos: Para que las diferentes organi-zaciones puedan avisar, tanto de sus reuniones, actividades, etc.

Noticias: Aquí se informara sobre el re-sultado de las diferentes actividades y reuniones que se hayan llevado a cabo.

Cartas y Preguntas a los Directores: este espacio esta creado con el propósito que los miembros que tengan dudas referen-tes a algún tema se les pueda dar res-puesta, con citas y referencias tanto de las escrituras como de las autoridades generales.

El éxito de este proyecto dependerá ex-

NACE “EL EDEN” BOLETIN LOCAL DEL BARRIO PUENTE ALTO III

clusivamente de nosotros mismos invita-mos desde ya, a todas las presidencias de organizaciones auxiliares, así como presi-dencias del sacerdocio, y a los miembros en general a sumarse con ideas, artículos, avisos, noticias, preguntas, sugerencias, opiniones, etc. Tal como lo mencionáramos la tirada será mensual y se tratará de hacer repartir los ejemplares el primer domingo de cada mes. Sin perjuicio de que los Directores o el Obispado estimase conveniente tirar una partida extra por algún evento en especial. Esperamos que estas letras cumplan con el objetivo para el cual fueron creadas, su mejor apoyo es leyendo nuestras colum-nas comentarlas y hacer de “ EL EDEN” algo muy nuestro, algo típico de nuestro barrio, algo que nos distinga. Para finali-zar una expresión que resumen todo lo antes dicho: “SI HAY ALGO VIRTUOSO, O BELLO, O DE

BUENA REPUTACIÓN, O DIGNO DE ALABANZA,

A ESTO ASPIRAMOS”

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NOTICIAS

formación de vuestros hijos. Maestros, lideres, Dios, todos,

por lo mismo, "lograr el premio”.

Sin temor a equivocarme quisiera instaros a hablar con

ellos, no a discutir. Instaros a que con su permiso puedan hus-

mear en sus corazones y así conocer sus secretos, temores y

debilidades, no esperar a que ellos se los cuenten. Instaros a

que puedan sentir como ellos por pocos o muchos años que la

adolescencia les dejara a ustedes mismos. Todo esto con la

cuota justa de Autoridad, ya que con mucha pena veo como

los NO de hoy se han transformado en, tal vez. No tan solo

vuestro dinero y bienes son para ellos, sino también su tiempo

y disponibilidad a formar parte de ese mundo que siempre esta

en contra de lo que quieren hacer, una visión equivocada de lo

que realmente queremos darles, pero, ¿cuanto hacemos por

demostrarles lo contrario?, ¿por darles a entender que nuestro

Padre Celestial nos Ama?, que así como Jesús dio todo por su

padre, (y por nosotros) juntos, de la mano, podemos ser fieles,

sin necesidad de todos los vicios que nos ofrece el mundo, que

podemos llegar a la vida eterna juntos, algunos antes, otros

después, pero, juntos de la mano.

Queridos hermanos nadie puede quitarme el derecho a so-

ñar. Soñar en algún DIA estar todos en el Reino Celestial, ese,

al cual solo nos llevara el camino que dejo trazado Jesucristo,

por más que muchas veces todo indique que no lo logro, veo a

mis hijos dormidos y trato de soñar, soñar solo en “lograr al-

canzar el premio”.

Marcelo Contreras

Primer consejero del Obispado

Que podré decirles en este mensaje que les llegue al cora-

zón y puedan sentir aunque sea por lo que les demore el leer-

lo para que puedan comprender y aceptar lo que a continua-

ción desarrollare.

Estoy seguro que dentro de los lectores encontrare herma-

nos de toda clase de edades pero mi destino son ustedes pa-

dres, si ustedes, que al igual que yo asumimos esta hermosa

pero no menos difícil tarea, sin la ayuda de ningún manual,

el cual poder seguir, confiando en que este nos llevara al éxi-

to y que todo lo que hacemos esta bien. Muy por el contrario,

nuestro tiempo como padres esta lleno de situaciones en que

si cerráramos los ojos nos parecería tener muchos caminos

sin saber cual seguir.

Todo comienza (por lo general) color de rosa. Él bebe es

hermoso y se parece a mí, estoy seguro que es así, los abue-

los se atribuyen todo lo bueno, simpático o hermoso que este

trae. Luego con el paso de los años le vemos crecer, desarro-

llarse y transformarse en unos jovencitos a los que cuidamos

tanto o más que en su niñez.

En nuestras familias Santos De Los Últimos Días quisié-

ramos tener hijos seminaristas activos, futuros misioneros de

excelencia, casados en El Templo del Señor, con un futuro

lleno de bendiciones de nuestro Padre Celestial y por si todo

esto fuera poco, laboral y socialmente, muy estables.

Todo este entorno que hoy tenemos nos dificulta mucho

el salir adelante en nuestra tarea, casi como un concurso en

que a medida que avanzamos todo debe ser más difícil para

no “lograr el premio”.

Quisiera contarles que el regalo más grande que mi Padre

Celestial pudo darme este ultimo tiempo, ha sido, estar cerca

de los jóvenes de nuestro barrio, vuestros jóvenes, nuestros

jóvenes, ya que pretenciosamente hemos tomado parte en la

EL PREMIO Mensaje del Obispado

Visita al C.E.M.

El Sábado 18 de Agosto la Primaria tuvo la oportunidad de

visitar las instalaciones del Centro de Entrenamiento Misio-

nal (C.E.M.), donde pudieron recorrer las aulas de estudios,

de clases , y las dependencias donde pernoctan los misione-

ros antes de salir al campo misional. Pudieron sentir el espí-

ritu, sin duda con esta actividad cada uno de los niños de la

primaria pudo sentir aunque sea en un pequeño grado lo que

el Señor espera de ellos cuando lleguen a la edad de servir.

Además los niños también pudieron recorrer los jardines del

Templo del Señor y sentir esa paz que tan solo se siente en las

inmediaciones de la Casa del Señor. Desde ya felicitamos a

la presidencia de primaria y sus maestras por tan excelente

actividad.

Pág. 2 E L E DE N

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Pedimos también a los padres que se sumen a este esfuerzo y

le establezcan como meta a sus hijos asistir regularmente al

templo.

El sábado 25 de Agosto los

hombres y mujeres jóvenes del

barrio tuvieron la gran oportu-

nidad de visitar el Templo, en

donde realizaron bautismos y

confirmaciones vicarias.

Invitamos a todos los jóvenes

que no pudieron asistir esta

vez para prepararse para la

próxima visita, la cual anun-

ciaremos como corresponde.

Agradecer y felicitar también a todos los colaboradores de esta

primera edición de EL EDEN, a quienes vieron los primeros bos-

quejos y nos dieron sus impresiones para mejorar y llegar a lo

que hoy tienen en sus manos. Gracias a todos, muchas Gracias.

Felicitaciones primero para la Sociedad de So-

corro, que el sábado 25 de Agosto tuvo que

bailar, por lo que nos contó un pajarito lo hi-

cieron tan, tan bien que todo el salón cerro

con una gran ovación la presentación de nues-

tro barrio.

Pág. 3

Los Jóvenes visitaron el templo

Felicitaciones Varias

“Una casa de oración, una casa de

ayuno, una casa de fe, una casa de

instrucción, una casa de gloria, una

casa de orden, una casa de Dios”

(DyC 88:119)

E L E DE N

Muy temprano se tuvieron que levantar los jóvenes que desde

el Martes 7 de Agosto empezaron seminario diario a las 6 de

la mañana. Con mucho sueño y esfuerzo estos intrépidos jó-

venes comenzaron con este nuevo desafío. Aun con todas las

responsabilidades escolares estos jovencitos han querido sa-

crificar un poco de su descanso para aprender más sobre el

Señor. Les amamos mucho y recuerden que por sacrificios se

dan bendiciones.

También queremos aprovechar la oportunidad para agradecer

enormemente a los miembros de la iglesia que poseen vehícu-

los y que han pasado a recoger a los jóvenes a sus casas tan

temprano en la mañana, vuestro esfuerzo no es en vano, pién-

senlo, si el obispado lo sabe ¿Creen que el Señor no?. Gracias

muchas Gracias.

Si hay más hermanos que quieran ofrecerse para ayudar en

esta tarea aunque sea en alguna semana por favor contactarse

con la maestra de seminario.

MUY TEMPRANO

COMENZO

Seminario al amanecer

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Andy era un muchachito dulce y divertido al que todos ator-

mentaban sencillamente porque ésa era la forma de tratar a

Andy Drake. Él tomaba bien las bromas. Siempre sonreía, con

esos grandes ojos suyos que parecían decir "Gracias, gracias,

gracias" con cada parpadeo.

Para nosotros, los de tercer año, Andy era nuestro escape,

nuestra cabeza de turco. Hasta parecía agradecido de pagar

ese precio especial por pertenecer a nuestro grupo.

Andy Drake no toma helados,

Y la hermana no toma licuados,

Si no fuera por la beneficencia

Todos los Drake se morirían por carencia.

Daba la impresión de que Andy le gustaba incluso este versito

cruel. Al resto de nosotros nos divertía.

No sé por qué Andy debía soportar este trato especial para

merecer nuestra amistad y el derecho de pertenecer a nuestro

grupo. Se daba en forma espontánea, sin votación ni debate.

No recuerdo que alguna vez se mencionara siquiera que el pa-

dre de Andy estaba en la cárcel o que la madre se dedicaba a

lavar y planchar ropa y a los hombres. O que los tobillos, los

codos y las uñas de Andy estaban siempre sucios y el abrigo

le quedaba demasiado grande. Enseguida nos acostumbramos

a divertirnos con eso. Andy nunca devolvía el golpe.

Brotes de esnobismo propios de los muy jóvenes, supongo. Es

evidente ahora que la actitud del grupo consistía en que noso-

tros teníamos derecho a pertenecer a él mientras que Andy era

miembro gracias a nuestra indulgencia.

A pesar de eso, Andy nos caía bien a todos. Hasta ese mo-

mento.

"¡Es diferente! No lo queremos, ¿no?"

¿Quién de nosotros lo dijo? Todos estos años he quierido cul-

par a Randolph, pero honestamente no puedo decir quién pro-

nunció esas palabras, que despertaron el salvajismo latente

pero a flor de piel presente en todos nosotros. No importa

quién, ya que el fervor con el cual apoyamos la consigna nos

delató a todos.

"No quise hacer lo que hicimos."

Durante años traté de consolarme con eso. Un día, choqué con

estas palabras poco agradables pero irrefutables, que me con-

denaron para siempre:

Los rincones más calientes del infierno están reservados para

quienes en un momento de crisis se mantuvieron neutrales.

El fin de semana prometía ser como otros que el grupo había

pasado. El viernes, nos encontraríamos después de clase en la

casa de uno de los miembros - la mía esta vez - para ir de

campamento a los bosques vecinos. Nuestras madres, que se

V OLU ME N 1 , Nº 1

encargaban de casi toda la preparación de estos "safari", pre-

pararon un paquete más para Andy, que debía reunirse con

nosotros después de hacer sus tareas.

En seguida armamos el campamento, lejos de las faldas de

nuestras madres. Ya éramos "hombres" en medio de la selva,

con el valor individual amplificado por el grupo.

Los otros me dijeron que, desde el momento que era mi fiesta,

tenia que ser yo el encargado de darle la noticia a Andy.

¿Yo?, ¿yo, que llevaba tiempo creyendo que, en secreto,

Andy me consideraba mejor que a los otros por la forma

inocente con que me miraba? ¿Yo, que muchas veces sentía

que me revelaba su amor y su aprecio a través de sus ojos

enormes, muy abiertos?

Todavía veo claramente a Andy caminando hacia mí por el

largo y oscuro túnel de árboles que apenas dejaba pasar luz

suficiente como para dibujar cambiantes formas caleidoscópi-

cas en su vieja remera manchada. Andy estaba en su bicicleta

herrumbrada - un modelo de mujer con manguera de jardín

enrollada en los aros que hacía las veces de ruedas -. Parecía

contento y feliz como nunca lo había visto, ese chiquilín frágil

que había sido adulto toda su vida. Yo sabía que saboreaba la

aceptación del grupo, la primera posibilidad de pertenecer, de

divertirse "como un chico", de hacer "cosas de chicos".

Andy me hizo señas cuando me vio en el claro del campa-

mento esperándolo. Ignoré su saludo feliz. Se bajó de un salto

de su vieja bicicleta y corrió hacia mí, lleno de alegría y con

ganas de hablar. Los otros, escondidos en la carpa, estaban

callados, pero yo sentía su apoyo.

¿por qué no se pone serio? ¿No ve que no le retribuyo su ale-

gría? ¿No se da cuenta de que sus palabras no me llegan?

¡de repente lo vio! Su semblante inocente se abrió aún más,

dejándolo totalmente vulnerable. Toda su actitud decía: "Va a

ser malo, ¿no, Ben? Entonces, adelante". Indudablemente en-

trenado para enfrentar las decepciones, ni siquiera trató de fre-

nar el golpe. Andy nunca devolvía el golpe.

Incrédulo, me oí decir: "Andy, no te queremos".

Todavía me resulta obsesivamente vívida la sorprendente rpi-

dez con la cual brotaron dos lágrimas en los ojos de Andy y

allí se quedaron. Vívida por la miles de enloquecedoras repe-

ticiones de la escena en mi mente. La forma en que Andy me

miró - congelada en un momento eterno - ¿cómo era exacta-

mente? No era odio. ¿Era sorpresa? ¿Incredulidad? ¿O era lás-

tima… por mí? ¿O perdón?

Finalmente, un ligero temblor casi imperceptible sacudío los

labios de Andy y se dio vuelta sin apelar ni cuestionar, dis-

puesto a hacer el largo y solitario viaje de regreso a su casa en

medio de la oscuridad.

Al entrar en la carpa, alguien - el último de nosotros en perci-

bir todo el peso del momento - empezó la vieja cantinela:

Pág. 4

Un Relato Verídico El martirio de Andy

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Andy Drake no toma helados,

Y la hermana no …

¡Entonces se volvió unánime! No se hizo votación, no se dijo

ni una palabra pero todos sabíamos. Sabíamos que habíamos

hecho algo horrible y cruelmente perverso. Nos abrumó el

impacto dilatado de decenas de lecciones y sermones. Oímos

por primera vez el "Todo lo que hagas a uno solo de ellos

…".

En ese momento denso y silencioso adquirimos una compre-

sión nueva que habría de quedar grabada de manera indeleble

en nuestras mentes. Habíamos destruido a un individuo hecho

a imagen y semejanza de Dios con la única arma para la cual

no tenía defensa y nosotros no teníamos excusa: el rechazo.

La escasa frecuencia con que Andy asistía al colegio no per-

mite establecer con facilidad cuándo lo abandono en realidad,

pero un día me di cuenta de que se había ido para siempre.

Había pasado demasiado tiempo luchando conmigo mismo

para encontrar y pulir una manera adecuada de decirle a Andy

lo avergonzado y apenado que me sentía. Y me siento. Ahora

sé que abrazar a Andy y llorar con él e incluso unirme a él en

un prolongado silencio habría sido suficiente. Nos habría he-

cho bien a los dos.

No volví a ver a Andy Drake. No sé adónde se fue ni dónde

está, si es que está.

Pero decir que no he visto a Andy no es totalmente cierto. En

las décadas transcurridas desde aquel día de otoño en los bos-

ques de Arkansas, he encontrado a miles de Andy Drakes. Mi

conciencia pone la máscara de Andy sobre el rostro de cada

perona desfavorecida que encuentro. Todas me devuelven la

misma mirada persistente y expectante que se fijó en mi men-

te aquel día, hace tanto tiempo.

Querido Andy Drake:

Las posibilidades de que alguna vez veas estas pala-

bras son muy remotas, pero debo intentarlo. Es dema-

siado tarde para que esta confesión libere de culpa a mi

conciencia. Tampoco lo espero ni lo deseo.

Lo que ruego, mi pequeño amigo de hace tanto tiempo,

es que la fuerza continua de tu sacrificio pueda servirte

de enseñanza y elevarte. Que Dios haya convertido y

transformado en bendición lo que sufriste por mi culpa

aquel día y la afectuosa valentía que demostraste. Que

este conocimiento pueda aliviar el recuerdo de aquel

terrible día para ti.

No he sido un santo, Andy, ni he hecho todas las osas

que podía y debía haber hecho en mi vida. Pero lo que

quiero que sepas es que nunca volví a traicionar a sa-

biendas a un Andy Drake. Ni volveré - ruego por ello -

a hacerlo.

Ben Burton

Ben Burton es humorista, orador y escritor. Vive en Hot

Springs, Arkansas. "el martirio de Andy" es un fragmento de

su último libro, The chicken that won a dogfight. Su dirección

es: 10 Queens Row, Hot Springs, AR 71901, su telefono es:

801-623-6496.

El martirio de Andy (continuación)

Humor Sepa el significado de MO

convertir en un MO.

MOLESTIA: Niño MO de la primaria que adora gritar en medio

de las reuniones.

MOMENTO: Es un tiempo muy relativo. Cuando un líder MO le

dice si lo puede esperar un momento no significa como la mayo-

ría podríamos pensar en 3 a 5 minutos sino más bien en 30 a 60

minutos.

MOTE: Alimento de buen sabor que puede producir gases, tam-

bién puede ser toyo de un discursante o maestro a la hora de ex-

plicar lo que no sabe.

MORENO: MO lamanita.

MOTO: Describe lo rápido que salen disparados los MO al fina-

lizar una reunión.

MOROSO: MO que esta atrasado con el pago de sus diezmos.

MODELO: jovencita MO de entre 18 a 27 años de excelente

presencia física.

MODISMO: MO latino que esta en misión y que habla como

gringo.

MONGOLICO: MO que se hizo Católico

MORAGA: MO intransigente.

MO: mormón o mormones.

NOMO: No-mormón.

MONOPOLIO: Utah por ser el lugar donde se fabrican más MO

MOAIS: Antiguas esfinges hechas de piedra que se encuentran

en la Isla de Pascua hechas por lamanitas que seguramente fue-

ron MO.

MOVIDA: Brillo, fiesta o carrete MO.

MONO: Niño MO de la primaria que sufre de hiperactividad.

MOÑO: Peinado con el cual batallan las mujeres MO todos los

Domingos.

MODA: Estilo de actuar y vestir MO; que corresponde a pelo

corto, cara rasurada, traje azul, y un montón de manuales y libros

bajo el brazo.

MOCHA: Discusión entre dos MO jóvenes por animar algún

evento o actividad.

MOTEL: Lugar prohibido para los MO solteros.

SUMO: MO miembro del Sumo Consejo, no confundir con lu-

chadores orientales de gran peso, aunque haya muchos MO

miembros del consejo que parezcan luchadores de Sumo.

METAMORFOSIS: miembro de la reorganizada que se vuelve a

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V OLU ME N 1 , Nº 1

MOFA: MO que se ríe a costilla de otro MO.

MOYA: MO bueno para pagar cuentas de otros y un excelente

aval.

MOMIO: MO de derecha.

MONUMENTAL: Opinión sobre si mismo de un MO argentino.

MONTONERA: Conferencia de estacas de MO.

MORO: investigador, o posible candidato a ser MO.

MORIRSE: MO en el mundo de los Espíritus.

CAMOTE: Joven MO que no entiende que la señorita MO no

quiere estar cerca de él.

DEMO: MO en periodo de prueba.

REMO: Hermano de Romulo y que nunca fueron en vida MO.

TÉ-MO: hecho a base de zanahorias tostadas.

Pág. 6

Humor (continuación)

ve durmiendo entonces debo pedir perdón ya que es totalmente

mi culpa.

Sin duda, entre Dios y el hombre o entre dos personas, existe

una combinación de ambas cosas (cosas que perdonar y cosas que

disculpar). Pensemos con una excusa perfecta, no necesita-

mos perdón; pero si una acción requiere ser perdonada, es

imposible una excusa. La dificultad reside en el hecho de que

al “pedir perdón a Dios” muchas veces en realidad estamos pi-

diéndole aceptar nuestras excusas. O en otras palabras queremos

que el Señor nos disculpe, que no nos encuentre culpables. Este

error es producto de la existencia de ciertas "circunstancias ate-

nuantes" en la generalidad de los casos, o de lo que solemos lla-

mar explicaciones para nuestro comportamiento. Estamos tan de-

seosos de recalcar estas circunstancias, estas explicaciones ante el

Señor (y ante nosotros mismos) que tendemos a olvidar lo más

importante, es decir, esa pequeña parte inexcusable, injustifica-

ble, indebida de nuestra conducta. Si olvidamos esa parte inexcu-

sable, entonces creeremos en forma inverosímil estar arrepentidos

EL PERDON

En la iglesia (y en otras partes), afirmamos muchas cosas sin

pensar lo que estamos diciendo. Por ejemplo, al decir "yo creo en

el perdón de los pecados". Durante algún tiempo ni siquiera le

tome importancia al tema, era evidente para mi que todos noso-

tros creíamos en el perdón de los pecados; se sobreentendía. Sin

embargo, creer en el perdón de los pecados no es tan fácil como

yo pensaba. Esta creencia se debilita con facilidad si no la refor-

zamos de manera permanente.

"De cierto, de cierto os digo, mis siervos, que por cuanto os

habéis perdonado el uno al otro vuestras transgresiones, así tam-

bién yo, el Señor, os perdono". (DyC 82:1) Creemos que Dios

perdona nuestros pecados, pero también que no lo hará si noso-

tros no perdonamos a los demás cuando nos ofenden. La segunda

parte de esta afirmación es indudable, porque se menciona en la

Oración de nuestro Señor. (Lucas 11:4) Él lo afirmó enfáticamen-

te: si no perdonáis, no seréis perdonados. Nada es más claro en su

enseñanza, y esta regla no tiene excepciones. Dios no nos pide

perdonar los pecados del prójimo sólo si no son de gran importan-

cia o cuando existen algún tipo de circunstancias atenuantes; de-

bemos perdonar todas las faltas, aunque sean muy mal intencio-

nadas, ruines y frecuentes. De lo contrario, ninguno de nuestros

pecados será perdonado.

En mi opinión, con frecuencia interpretamos equivocadamen-

te el perdón de Dios y de los hombres. Primero analicemos en

cuanto a Dios, cuando creemos pedirle perdón, en realidad, no

queremos ser perdonados, sino disculpados; porque el perdonar y

el disculpar son dos cosas muy distintas. Perdonar se podría resu-

mir en la siguiente expresión “has cometido un pecado, pero

acepto tu arrepentimiento, en ningún momento utilizaré la falta en

contra tuya y entre nosotros dos todo volverá a ser como antes".

(DyC 58:42)

En cambio, disculpar se podría resumir en la siguiente expre-

sión: “Me doy cuenta de que no querias hacer lo que hiciste, no

era tu intención hacerlo y en realidad no eras culpable". Si uno no

ha sido verdaderamente culpable, no hay nada que perdonar, y en

este sentido disculpar es todo lo contrario a perdonar. Por ejemplo

si llego tarde a una reunión porque me ocurrió un accidente en el

camino debo ser disculpado no fue culpa mía, pero si me entretu-

Mensaje de una organización auxiliar

Escuela Dominical

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Pág. 7 E L E DE N

y ser perdonados, cuando en realidad simplemente hemos que-

dado satisfechos con nuestras propias excusas, nos convencimos

de nuestras explicaciones, que en gran medida pueden ser insu-

ficientes: ya que todos nosotros nos contentamos muy fácilmen-

te con sus propias justificaciones.

Existen dos maneras de evitar este peligro. Por una parte, re-

cordemos que el Señor tiene presente toda excusa verdadera de

mucho mejor manera que nosotros. Si en realidad existen

“circunstancias atenuantes,” en ningún caso las pasará por alto.

Con frecuencia, Él conoce gran cantidad de excusas en las cua-

les nosotros jamás hemos pensado, y al morir las almas humil-

des tendrán la encantadora sorpresa de descubrir que en algunas

ocasiones sus pecados no habían sido tan graves como creían.

Él se hará cargo de todo lo excusable. Nuestro deber consiste

en darle cuenta de la parte inexcusable, del pecado. Perdemos el

tiempo hablando de todo lo disculpable (según nosotros). Estoy

seguro que cuando consultamos un médico, le damos a conocer

nuestras afecciones. Si tenemos un brazo quebrado, es inútil ex-

plicarle que las piernas, los ojos y la garganta están en perfecto

estado. Por si solo el medico podrá darse cuenta de esto.

Este peligro también desaparece si en verdad creemos en el

perdón de los pecados. En gran medida, el afán de presentar ex-

cusas es producto de nuestra incredulidad, de nuestra falta de fe:

pensamos que el Señor no nos acogerá sin un argumento a favor

nuestro. El perdón verdadero implica mirar sin rodeos el pecado,

la parte inexcusable, cuando se han descartado todas las circuns-

tancias atenuantes, verlo en todo su horror, bajeza y maldad y

reconciliarse a pesar de todo con el hombre que lo ha cometido.

Eso- y nada más que eso- es el perdón, y siempre podremos

recibirlo de Dios, si lo pedimos.

El perdón entre los seres humanos es en parte similar y en

parte diferente. Es semejante porque tampoco consiste en discul-

par, como creen muchas personas. Cuando les pedimos perdonar

un engaño o un abuso, piensan que estamos sugiriendo el hecho

de que en realidad no se ha cometido tal falta; pero en ese caso

no habría nada que perdonar.

Las víctimas podrían decir: “Pero este hombre me engañó,

este hombre abusó y me dañó.” Pero si es esto exactamente lo

que deben perdonar (no significa que vayan a creer que el hecho

nunca ocurrió; sino que harán todo lo posible por eliminar su

resentimiento por completo y cualquier deseo de humillar, herir

o castigar al culpable). Existe una diferencia entre esta situación

y el hecho de pedir perdón a Dios: admitimos con gran facilidad

nuestras propias excusas, pero no juzgamos a los demás con el

mismo criterio. Cuando hemos pecado, nos parece que nuestras

excusas son muy válidas (aun cuando no tenemos certeza de

ello); y cuando los demás nos ofenden, consideramos excesivas

sus excusas (aun cuando tampoco tenemos certeza de esto). Por

consiguiente, mi sugerencia sería en primer lugar, que fuera

nuestro deber el observar con detención si existen circunstancias

atenuantes en virtud de las cuales una persona no sea tan culpa-

ble como creíamos. Aunque debemos tener bien en cuenta que

tendremos que perdonarlo igual aun cuando sea absolutamente

culpable, y si el noventa y nueve por ciento de su culpa puede

aparentemente justificarse en buena forma con excusas, el pro-

blema del perdón reside en el uno por ciento restante. No hay

ningún acto de misericordia o caridad cristiana, sino mera justi-

cia, al disculpar lo excusable. Para ser cristianos debemos per-

donar lo inexcusable, porque así procede Dios con nosotros.

Tal vez no es tan difícil perdonar sólo una gran ofensa. ¿Pero

cómo olvidar las provocaciones incesantes de la vida cotidia-

na?, ¿Cómo perdonar de manera permanente a una suegra do-

minante, a un marido fastidioso, a una esposa regañona, a una

hija egoísta o a un hijo mentiroso? A mi modo de ver, sólo es

posible conseguirlo recordando nuestra situación, comprendien-

do el sentido de estas palabras de nuestro Señor: "Yo el Señor,

perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os

es requerido perdonar a todos los hombres". (DyC 64:10) Sólo

en estas condiciones podemos ser perdonados. Si no las acepta-

mos, estamos rechazando la misericordia divina. La regla no

tiene excepciones y en las palabras de Dios no existe ambigüe-

dad. Si por el contrario nos sometemos a esta su regla la prome-

sa es inmensa:

"Venid luego, dice Jehová, y estemos a

cuenta: si vuestros pecados fueren como la

grana, como la nieve serán emblanquecidos; si

fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser

como blanca lana" (Isaías 1:18)

J.F.FUENTES

El Perdón (continuación)

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Directores:

J. F. Fuentes.

Marcelo Contreras R.

BARRIO PU ENTE ALTO I I I

tenía ocho días de haber nacido, “…(DyC 84:28) para derribar

el reino de los Judíos, y enderezar las sendas del Señor ante la

faz de su pueblo. . .”, pero Juan no desempeño este ministerio

sino hasta poco antes de la venida de Cristo para ser bautizado

e iniciar su ministerio. Juan era mayor que nuestro Salvador

por pocos meses.

Así que usted puede ver que no hay nada malo, nada

descompuesto, en lo que nosotros estamos haciendo, pues es

por revelación del Señor.

Respuesta extraída de Answers to

Gospel Questions del Presidente

Joseph Fielding Smith.

¿ Deben Los Diáconos Ser Casados?

Pregunta: “Según 1 Timoteo, Capítulo 3, versículos 12-13,

se refiere a los diáconos como esposos de una esposa, etc.

¿Por qué es retenido el oficio de un diácono en la Iglesia hoy

en día por muchachos muy jóvenes?”

Respuesta: Según el criterio de Pablo el apóstol en aquella

época, un diácono debería ser un hombre casado. Esto no se apli-

ca a nuestra época; las condiciones eran distintas en la época de

Pablo. En aquel tiempo no se consideraba un ministro capacitado

para participar del ministerio sino hasta que tuviera treinta años

de edad. Conforme a estas condiciones, los diáconos, maestros, y

presbíteros eran hombres de edad madura. Ese no es el requisito

hoy día.

En al actualidad hay ministros en toda clase de iglesias

que no han llegado a esa edad, y no existe ningún requisito en la

Iglesia de esta dispensación de que la persona ha de ser un hom-

bre de edad madura antes que pueda participar en el ministerio o

poseer el sacerdocio. Ni tampoco fue la regla en tiempos muy

antiguos, porque se nos informa que Noé apenas tenía diez años

de edad cuando se le confirió el sacerdocio por manos de Matu-

selén. (DyC 107:52)

Un ángel ordenó a Juan el Bautista, cuando éste apenas

Cartas y Preguntas a los directores

Teléfono: 09-538 38 21

E mail: [email protected]

Recuerde estaremos junto

a usted todos los meses

El EDEN

Estas Fiestas Patrias serán todo un acon-

tecimiento nos reuniremos a festejarlas

(al parecer) el 18 de Septiembre en el

centro de reuniones ubicado en Luis Mat-

te , la entretención esta garantizada. No

faltes...

Recuerden que el barrio cuenta con una hermana que esta

sirviendo en Uruguay, nos referimos a la hermana Marlyth

Soto, Escríbanle (y solo buenas noticias) a:

Horacio Quiroga # 6350 C.P. 11.500

Montevideo, Uruguay

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