EL TURISMO EN EL MEDITERRÁNEO: LA APUESTA DEL...

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Estudios Turísticos, n.° 119-120 (1993), pp. 5-21 Instituto de Estudios Turísticos D. G. de Política Turística EL TURISMO EN EL MEDITERRÁNEO: LA APUESTA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE PARA UN GRAN DESTINO FRÁGIL Francesco Frangialli * Resumen: La combinación en la región del Mediterráneo, o el Mare Nostrum latino, de una serie de valores tan excepcionales en clima, vegetación, potencial agrícola y pesquero, y sobre todo, en facilidades de comunicación, hizo de ella el marco de las grandes civilizaciones, egipcia, fenicia, griega, romana y bizantina, orígenes de la cultura occidental. Por las mismas razones, el Mediterráneo, encrucijada entre Europa occidental y oriental, África y Oriente próximo, es hoy día el destino turístico más importante del mundo. Sus países costeros reciben un tercio del total de llegadas de turistas internacionales. Las zonas propiamente mediterráneas de estos países representan una quinta parte de ese total, es decir, alrededor de 90 millones de turistas extranjeros, excluidos los visitantes de un día, que son casi tan numerosos. Conviene por tanto exponer las tendencias más importantes del turismo en una región tan privilegia- da, pero también los esfuerzos internacionales encaminados a explotar su potencial y, en particular, las actividades de la Organización Mundial del Turismo relativas a a esa zona. Palabras clave: Turismo sostenible, medio ambiente, Mar Mediterráneo, organismos internacionales. Abstract: In the Mediterranean área, the Latin Mare Nostrum, a series of exceptional valúes on climate, vegetation, fishing and agricultural production, and above all, easy Communications, created a frame for great civilizations, Egyptian, Phoenitian, Greek, Román and Byzantine, forming all of them the origins of Western culture. By the same reasons, nowadays, the Mediterranean área, crossroads between Western and Eastern Europe, África and the Near East, has become the most important touríst destination in the world. Its countries along the coast, receive a third of the total international tourist arrivals. The proper mediterranean zones in those countries represent a fifth of that total, in other words, at about 90 millions of foreign tourists, whitout counting the one day visitors, who are as numerous. Therefore it is advisable to present the most important tourism trends in such a privileged región, as well as the international efforts set forward the exploitation of its potential, and particularly the actions of WTO related to that área. Key words: Sustainable tourism, environment, Mediterranean Sea, international organizations. 1. LAS TENDENCIAS PRIMORDIALES Las cifras señaladas permiten situar, en orden de magnitud, la zona mediterránea en el turismo mundial. Estas cifras deben comple- tarse como indicaciones sobre el peso del turis- mo en la economía de los países interesados. Los ingresos por turismo internacional se han podido estimar en el 2% del Producto Interior Bruto de esos países. Si se incluye en ellos el turismo de los nacionales, el porcenta- je asciende al 5%. La proporción se eleva al 7,1% en Francia, al 9% en España e incluso al 40% en el caso de Malta. Por orden de magni- tud, el turismo representa el 13% de las exportaciones de los países mediterráneos, el 23% de sus exportaciones de servicios y 5 millones de empleos. Un 75% del total de la actividad turística se concentra en los cuatro países mediterráneos miembros de la Comu- nidad Europea, y el 25% en el resto de la cuenca mediterránea. Francesco Frangialli es Secretario General Adjunto de la Organización Mundial del Turismo.

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Estudios Turísticos, n.° 119-120 (1993), pp. 5-21Instituto de Estudios TurísticosD. G. de Política Turística

EL TURISMO EN EL MEDITERRÁNEO: LA APUESTA DELDESARROLLO SOSTENIBLE PARA UN GRAN DESTINO FRÁGIL

Francesco Frangialli *

Resumen: La combinación en la región del Mediterráneo, o el Mare Nostrum latino, de una serie de valores tan excepcionales enclima, vegetación, potencial agrícola y pesquero, y sobre todo, en facilidades de comunicación, hizo de ella el marco de las grandescivilizaciones, egipcia, fenicia, griega, romana y bizantina, orígenes de la cultura occidental. Por las mismas razones, el Mediterráneo,encrucijada entre Europa occidental y oriental, África y Oriente próximo, es hoy día el destino turístico más importante del mundo.Sus países costeros reciben un tercio del total de llegadas de turistas internacionales. Las zonas propiamente mediterráneas de estospaíses representan una quinta parte de ese total, es decir, alrededor de 90 millones de turistas extranjeros, excluidos los visitantes de undía, que son casi tan numerosos. Conviene por tanto exponer las tendencias más importantes del turismo en una región tan privilegia-da, pero también los esfuerzos internacionales encaminados a explotar su potencial y, en particular, las actividades de la OrganizaciónMundial del Turismo relativas a a esa zona.

Palabras clave: Turismo sostenible, medio ambiente, Mar Mediterráneo, organismos internacionales.

Abstract: In the Mediterranean área, the Latin Mare Nostrum, a series of exceptional valúes on climate, vegetation, fishing andagricultural production, and above all, easy Communications, created a frame for great civilizations, Egyptian, Phoenitian, Greek,Román and Byzantine, forming all of them the origins of Western culture. By the same reasons, nowadays, the Mediterranean área,crossroads between Western and Eastern Europe, África and the Near East, has become the most important touríst destination in theworld. Its countries along the coast, receive a third of the total international tourist arrivals. The proper mediterranean zones in thosecountries represent a fifth of that total, in other words, at about 90 millions of foreign tourists, whitout counting the one day visitors,who are as numerous. Therefore it is advisable to present the most important tourism trends in such a privileged región, as well as theinternational efforts set forward the exploitation of its potential, and particularly the actions of WTO related to that área.

Key words: Sustainable tourism, environment, Mediterranean Sea, international organizations.

1. LAS TENDENCIASPRIMORDIALES

Las cifras señaladas permiten situar, enorden de magnitud, la zona mediterránea en elturismo mundial. Estas cifras deben comple-tarse como indicaciones sobre el peso del turis-mo en la economía de los países interesados.

Los ingresos por turismo internacional sehan podido estimar en el 2% del ProductoInterior Bruto de esos países. Si se incluye en

ellos el turismo de los nacionales, el porcenta-je asciende al 5%. La proporción se eleva al7,1% en Francia, al 9% en España e incluso al40% en el caso de Malta. Por orden de magni-tud, el turismo representa el 13% de lasexportaciones de los países mediterráneos, el23% de sus exportaciones de servicios y 5millones de empleos. Un 75% del total de laactividad turística se concentra en los cuatropaíses mediterráneos miembros de la Comu-nidad Europea, y el 25% en el resto de lacuenca mediterránea.

Francesco Frangialli es Secretario General Adjunto de la Organización Mundial del Turismo.

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El turismo en el Mediterráneo: la apuesta del desarrollo sostenible para un gran destino frágil

Esas cifras globales permiten extraer cier-tas tendencias que pueden agruparse entorno a nueve observaciones, que se comen-tan a continuación.

1.1. La resistencia del turismo de playatradicional

Según la historia de los tiempos moder-nos, el turismo mediterráneo fue en princi-pio de carácter invernal. Solo a mediadosdel siglo XIX los visitantes británicos,seguidos por otros muchos, descubrieron laRiviera italiana y la Costa Azul francesa.

Pero fue a finales de los años 50 y princi-pios de los 60 cuando la reconstrucción eco-nómica de Europa, el acceso de una clasemedia al fenómeno del ocio, el desarrollodel automóvil particular y la democratiza-ción del transporte aéreo, dieron lugar a uncambio de dimensión, y el turismo de playase convirtió en estival. España (incluidas lasIslas Baleares), Italia (en especial, el desa-rrollo de la Costa Adriática y la explotaciónde la Costa septentrional de Cerdeña), Fran-cia (con la apertura al turismo del Langue-doc-Roussillon), y también la Costa Dálma-ta y Túnez, se convirtieron por entonces endestinos privilegiados de un turismo demasas, en parte individual y en parte organi-zado, relativamente barato.

Aunque hoy día ese turismo de playa enEuropa meridional y en África septentrional,frecuentemente de carácter familiar y esta-cional, ha perdido su aplastante preponde-rencia. continúa siendo un punto fuerte quede ningún modo hay que relegar. Así, el

Gobierno de España, mientras que con elplan Futures trata de adaptar y de diversifi-car su oferta turística, estima necesario,como condición previa, acomodar su posi-ción en el mercado clásico «sol-playa», quefue el éxito del país.

1.2. La aparición de nuevasmotivaciones y destinos

Desde los años 80, tanto las motivacionescomo los destinos del turismo de vacacionesen el Mediterráneo se han diversificado. Elcomponente cultural y medioambiental,especialmente, se ha consolidado en losmotivos de salida. En Italia, país que segúnla UNESCO posee el 40% del patrimoniocultural mundial, las ciudades artísticas reci-ben el 29% de la frecuentación de extranje-ros (cifra de 1991), frente al 27% en el lito-ral marítimo, el 10% en la región de loslagos y el 4% en las estaciones termales.

Siguiendo el camino emprendido por Ita-lia, se han consolidado otros destinos decarácter cultural: Grecia, Egipto, Marruecosmeridional y Turquía. En tres años (1989-1992), Grecia pasó de 8 a 9 millones de lle-gadas de turistas internacionales y Turquíade menos de 4 a casi 7. Estos destinos estánpor lo general más alejados de los mercadosemisores y son principalmente accesiblespor vía aérea. En ellos se combina el turis-mo de playa, con las actividades deportivaso de descubrimiento y con las prácticas cul-turales.

La mejora de las facilidades de acceso enlo que se refiere a costos y duración de vue-

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los, la pérdida de competitividad de destinostradicionales como España e Italia (hasta ladevaluación reciente de las monedas de esospaíses) y la degradación del medio ambientedel litoral del Mediterráneo occidental, sonfactores que explican que esta moda por losviajes culturales, haya ido acompañada porcierta desviación en beneficio de los desti-nos del Mediterráneo meridional y oriental(Marruecos, Turquía, Chipre, etc.).

Aunque se trata de un fenómeno real,debe considerarse en su justo valor: concerca de nueve millones de visitantes, laCosta Azul francesa recibe tantos turistascomo Grecia y casi tres veces más queTúnez. Con 6,5 millones de visitantes, lasislas Baleares reciben tantos turistas comoTurquía.

mo se desarrollan mucho más rápidamenteque la hostelería tradicional; en la Costadel Sol, la proporción es del orden del10%. En esta parte occidental de la zona, elcamping caravaning y, en menor medida, elalojamiento en albergues, aldeas de vaca-ciones, apartamentos amueblados y encasas de huéspedes, ostentan un puestoimportante. La proporción de camas hotele-ras en el total del alojamiento es por logeneral más elevada en los países delMediterráneo oriental y meridional.

El desarrollo del fenómeno en segundasresidencias secundarias es considerable yse está generalizando.

1.4. La persistencia de «vacíos»turísticos

1.3. Importancia y diversidad de losmedios de alojamiento

El número de camas hoteleras o asimila-das en las zonas mediterráneas puede esti-marse en cerca de 5 millones. Cada año seefectúan en estos establecimientos 700millones de pernoctaciones. El total decamas turísticas en 1987, estimado por elPlan Azul, era de 33 millones.

En efecto, la industria receptora estálejos de limitarse al alojamiento hotelero.En las zonas turísticas del Mediterráneooccidental los hoteles sólo significan unaescasa parte del alojamiento normalizado.En Francia, por ejemplo, los hoteles repre-sentan sólo alrededor del 20% del total decamas turísticas y las residencias de turis-

En un mapa del Mediterráneo, hay paí-ses escasamente equipados aunque conimportante fachada marítima que aparecencomo «huecos» en la economía turística.Conjuntamente, Albania, Argelia, Líbano,Libia y Siria representan menos del 3% delas llegadas registradas por las regionesturísticas mediterráneas. Asimismo, si elsur de Marruecos, la costa Atlántica y lasgrandes ciudades históricas experimentanuna gran actividad turística, el litoral medi-terráneo de este país continúa siendo pocoexplotado.

Así pues, el Mediterráneo tiene todavíaen todo su contorno un gran potencial sus-ceptible de una explotación futura y, portanto, de llegar a competir con los destinosya consolidados.

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El turismo en el Mediterráneo: la apuesta del desarrollo sostenible para un gran destino frágil

1.5. La especificidad del turismo de losnacionales no residentes

Los países del Mediterráneo fuerondurante mucho tiempo, y lo son todavía,una zona de emigración, sobre todo condestino a Europa septentrional. Si estefenómeno ha perdido la importancia quetuvo antes de la guerra para Italia, y si seha reducido para España, sigue siendoimportante para los tres países del Magreb,Portugal, Turquía y los países de la antiguaYugoslavia.

Muchos expatriados, que trabajan sobretodo en Alemania, Francia o países delBenelux, se alojen o no con sus familias,vuelven a intervalos regulares a sus países.Una parte importante de los movimientoscon destino a los países de origen corres-ponde a este tipo de turismo —sin dudaparticular y que escapa en parte a los cir-cuitos comerciales tradicionales— cuyaimportancia social, cultural y económica nodebe subestimarse. Estos movimientosrepresentan anualmente un millón de llega-das en Marruecos y medio millón en Arge-lia.

1.6. El nacimiento de nuevos productosy comportamientos turísticos

Marco de las grandes civilizaciones de laantigüedad, lugar de nacimiento o de expan-sión, por ello mismo, de las tres grandesreligiones monoteístas, el Mediterráneoposee un patrimonio arqueológico, urbano yartístico que no puede compararse a ningúnotro. Roma, Jerusalén y los Santos Lugares

son polos de atracción para los peregrinosde todo el mundo. Algunos de los monu-mentos antiguos más célebres de Italia,Egipto y Grecia forman parte de los sitiosturísticos más visitados del mundo.

Asimismo, las civilizaciones bizantina,normanda, árabe y otomana, al igual que losgrandes movimientos artísticos del Renaci-miento o del Barroco, han dejado huellasilustres que no sólo se centran en museos ymonumentos sino que se extienden a veces aciudades y barrios enteros.

Es pues natural que la región se favorezcamás que otras de la moda creciente del turis-mo cultural. La multiplicación de exposicio-nes y festivales así como la animación de unnúmero creciente de monumentos públicos yprivados y la apertura de nuevos museos,demuestran el escalonamiento de la frecuen-tación y contribuyen al mismo.

La región está también relativamentebien situada, aún si no radica en ello suespecificidad, en lo que se refiere al con-junto de productos del turismo «activo» eincluso, en ciertos casos, del «turismoverde», y en especial al desarrollo de prác-ticas deportivas en el litoral, en el mar o enlas zonas del arco alpino que la bordeanpor el norte. A esto cabe añadir el creci-miento de las estancias en establimientostermales, de talasoterapia y de recuperaciónfísica. Incluso en las zonas más tradiciona-les como la Costa Azul francesa, estas nue-vas prácticas turísticas, que contrastan conel turismo de lujo tradicional o el clásicoturismo clásico de playa, tienen una pene-tración significativa.

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1.7. La explosión del fenómeno decruceros, navegación de recreo ydeportes náuticos

El crucero y la navegación de recreo dealtura y costera constituyen conjuntamente,la manifestación más evidente de la diversi-ficación de las prácticas turísticas, antesindicada. Junto con el mar Caribe, el Medi-terráneo es la región del mundo más impor-tante para los cruceros. Muchas empresasdel sector explotan la primera en invierno yla segunda en verano. Asimismo, Españarecibe cada año entre 800.000 y un millónde cruceristas y Grecia entre 400.000 y500.000.

Europa, mercado principal, cuenta yacada año con 650.000 personas que practi-can el crucero, con una edad media anteselevada y que ahora tiende a decrecer.

Al crucero se agrega el desarrollo de lanavegación de recreo, que encuentra en unmar de clima templado y distancias reduci-das, un marco excepcional. El alquiler deembarcaciones se desarrolla con rapidez. Enel litoral, los deportes náuticos y, en especialel windsurfing y el submarinismo, experi-mentan también un rápido aumento. El Ni lo,por el que actualmente circulan 183 barcos ydonde se prevén 300 en el año 2000, es elmejor ejemplo del mundo en cuanto a lasposibilidades de crucero fluvial.

1.8. La facilidad de acceso a los destinosmediterráneos.

En la competencia mundial entre grandes

regiones turísticas, el Mediterráneo cuentacon una doble ventaja decisiva: la proximi-dad del inmenso mercado emisor de Euro-pa occidental y septentrional y la facilidadde acceso a las zonas de vacaciones. Cadaaño, las regiones mediterráneas recibenentre 150 y 160 millones de visitantes, delos cuales unos noventa millones son turis-tas internacionales, en su gran mayoríaeuropeos. Entre los países emisores haciala zona, Alemania es el mercado principal,con el 17% del total, seguida por Francia,con el 16% y el Reino Unido con el 10%.Los tres países receptores que ocupan elprimer puesto son Francia (58 millones),España (36 millones) e Italia (27 millones),países que al ser lo más próximos a laszonas emisoras cuentan con una facilidadde mayor acceso.

Los visitantes procedentes de fuera deEuropa (América del Norte, Japón, etc.) yque efectúan con la nayor frecuencia cir-cuitos en la región, representan menos del10% en el total de llegadas, pero sus gastosunitarios por día son considerablementesuperiores a los de los europeos.

En cuanto a los medios de transporte deacceso a las zonas de vacaciones, la víamarítima sólo representa el 6% del total devisitantes. Cercano a los grandes mercadosemisores del norte de Europa, el Mediterrá-neo se caracteriza sobre todo por una pre-ponderancia de las llegadas por vía terres-tre: 8% en tren y 65% en automóvil/auto-car. El 77% de los viajeros llegan a Italiapor carretera; las cifras correspondientes aFrancia y España son del 64 y 62% respec-tivamente.

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El turismo en el Mediterráneo: la apuesta del desarrollo sostenible para un gran destino frágil

Alrededor de un visitante entre cinco —loque es a la vez mucho y poco— llega porvía aérea. Las principales rutas charter quecomunican Gran Bretaña con España absor-ben el 25% de este tráfico, las que comuni-can Alemania con España, el 12%, y GranBretaña con Grecia, el 7%.

1.9. La consolidación como emisores delos países del sur europeo.

Desde fines de los años 70, el esquematradicional de una Europa del norte emisorade turistas con destino a Europa del sur y deuna África del norte receptora, ha perdido susimplicidad. Con la apertura de las economí-as y de la sociedad, Francia, en principio, yseguidamente Italia y España, se han con-vertido en importantes países emisores enbeneficio ante todo de la zona mediterránea.Con una cierta diferencia y en proporcionesmenores, Grecia y Turquía, pero tambiénMarruecos, Túnez y Egipto, comienzan aseguir la misma tendencia.

A este movimiento se añade la apariciónde los nuevos mercados de Europa centraly oriental. El perfil de estos nuevos visitan-tes (proximidad de la zona de emisión,limitado poder adquisitivo, desplazamien-tos cortos con frecuencia efectuados enautocar) induce a un cambio en la naturale-za de la estancia, el volumen diario de gas-tos y el destino de los movimientos. Estanueva aportación, que no deja de tenerlimitaciones ni contrapartida, interesa espe-cialmente al Mediterráneo oriental, y afectaparticularmente a ciudades como Venecia oEstambul.

2. LA VULNERABILIDAD

Como todo mar interior, la cuencamediterránea es ecológicamente frágil,sobre todo porque algunas de sus costasestán muy pobladas y albergan grandesconcentraciones urbanas, industriales yportuarias.

Así pues, los problemas de medioambiente son los riesgos más directos parala industria turística mediterránea. Estosproblemas no son los únicos. Siete obser-vaciones podrían sintetizar los rasgos devulnerabilidad propios del turismo medite-rráneo.

2.1. El mar

Mar cerrado, de mareas débiles y conciertas rutas de denso tráfico comercial, elMediterráneo es frecuentemente víctima deuna contaminación de orígenes diversos.

A ese respecto cabe citar la contamina-ción por algas de la costa italiana delAdriático en 1989 o el naufragio del petro-lero Hagen, que amenazó las costas italianay francesa en 1991.

Pero no sólo se dan fenómenos acciden-tales. Recientemente, algunas grandesmetrópolis costeras han sido equipadas conredes de saneamiento y establecimientos dedepuración de aguas residuales y de dese-chos. El fuerte crecimiento de la utilizaciónde abonos en las zonas agrícolas litoralessupone por su parte un incremento de losvertidos al mar de nitrógeno y fósforo.

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Se estima así en un 84% la proporción dela línea costera de la Península Ibéricadonde la calidad del agua es adecuada parael baño, y en un 70% la proporción corres-pondiente a las aguas que bordean la penín-sula italiana.

La calidad con frecuencia mediocre de lasaguas de baño, unida a una limpieza insufi-ciente de las playas y a la ocupación dema-siado densa del litoral, hace que las tasas derepetición de los viajes de los vacacionistasa la zona sean insuficientes, en especial ensu parte occidental.

2.2. El litoral

El Plan Azul preparado bajo la égida delPrograma de las Naciones Unidas para elMedio Ambiente, señaló en 1987 los fenó-menos de urbanización creciente, de indus-trialización mal controlada y de intensifica-ción agrícola que afectan a los 46.000 kiló-metros de costas del litoral mediterráneo.

Además de la creciente urbanización, laerosión del suelo (sobre todo en Grecia, Tur-quía, Argelia e Israel), el correspondientedepósito de sedimentos, los fenómenos desalinización, el desarrollo de regadío y de lautilización de abonos agrícolas son factoresque concurren también a la contaminaciónde las zonas costeras.

Pero lo más importante es que, la franjalitoral es objeto de conflictos muy graves enocupación del suelo, ya que ciertas activida-des están necesariamente radicadas al bordedel mar (zonas portuarias, pesca, piscicultu-

ra y actividades náuticas) y porque hasta un60% de su longitud está constituida porcosta rocosa, con frecuencia escarpada y dedifícil ordenación, pero también porque lastierras agrícolas más ricas suelen estar en ellitoral, en el que también se concentranlógicamente los ejes de comunicaciónterrestre. De los 400 millones de habitantesde la zona, cerca de 140 millones viven enel litoral.

El turismo viene pues a añadirse comoactividad, presión territorial y contaminacio-nes inducidas a las diferentes formas de ocu-pación del espacio —urbanísticas, industria-les y agrícolas— por la población residente.El uso del suelo correspondiente a los aloja-mientos turísticos representa un total deunos 5.000 Km2.

Por otra parte, las visitas a los monumen-tos y sitios turísticos son muy desiguales, ysuelen encontrarse algunos abandonados yotros excesivamente frecuentados. Grandesmuseos internacionalmente conocidos (Vati-cano, Prado, Galería de los Oficios, museosde El Cairo y Atenas, etc.) y sitios prestigio-sos experimentan tal afluencia que no sólose plantean problemas de capacidad y deacceso, sino también de gestión y de conser-vación. La Acrópolis, Luxor, la Repúblicade San Marino o el Pont du Gard recibenmás de 2 millones de visitantes por año.

Asimismo, la actividad turística producedesechos (alrededor de tres millones detoneladas de desechos sólidos y más de 500millones de m3 de aguas residuales por año),que se agregan a los producidos por lapoblación local.

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El turismo en el Mediterráneo: la apuesta del desarrollo sostenible para un gran destino frágil

Es por tanto cada vez más difícil conser-var espacios vírgenes, sea en forma de par-ques naturales, nacionales o regionales, deacceso limitado (alrededor de 70 en la actua-lidad), sea por intermedio de adquisicionesterritoriales con fines de protección, comolas realizadas por el Conservatoire nationaldu littoral en Francia, o también por mediode la prohibición, no siempre respetada, deconstruir en territorio público, marítimo o enla franja costera (leyes nacionales en Españay en Francia, ley regional en Cerdeña, etc.).La incidencia de esas reglamentaciones estodavía limitada. Según una estimación delConsejo de Europa, sólo el 6% del litoral(incluidas las islas) sería objeto de protec-ción especial, y las reservas marinas norepresentarían más que el 1% de las aguasdel Mediterráneo.

Por otra parte, la moda de la navegaciónde recreo tiene como corolario la multiplica-ción de los puertos deportivos, que amputany a veces desfiguran la fachada marítima.

El bosque mediterráneo, muy característi-co en el plano ecológico, y que se extiendesobre una superficie de unos 20 millones dehectáreas, está amenazado. El descenso dela población rural tiene como consecuenciaun mantenimiento menor y una deficientevigilancia forestal. Los incendios de bos-ques, que en algunos casos pero no en sumayoría, son consecuencia de la frecuenta-ción turística (y en especial del camping sal-vaje), reducen las superficies forestales odisminuyen su calidad, sobre todo en Espa-ña, Francia y Grecia. A ese fenómeno seañade, en Albania y en la antigua Yugosla-via, la utilización intensiva de la madera

para calefacción, a falta de otro combusti-ble, lo que conduce a la desaparición casitotal del bosque en ciertas zonas.

Por su parte, los deltas y otras zonashúmedas, de gran interés en el plano ecoló-gico, son, como con el bosque, espacios par-ticularmente delicados, que requieren unareglamentación y un control estrictos de suexplotación posible para el turismo.

2.3. La estacionalidad

Geográficamente concentrados en unespacio reducido y frágil, los movimientosturísticos también se concentran temporal-mente. El 40% de días de vacaciones toma-dos en la región recaen entre los meses dejunio y septiembre. Por lo general, elsegundo semestre presenta una frecuenta-ción superior al primero.

Por ejemplo, el 80% de los dos millonesde turistas que viajan a Córcega lleganentre el 1 de mayo y el 31 de octubre. Laconsecuencia de ello son atascos en lostransportes, calidad mediocre del aloja-miento en alta temporada y tensiones infla-cionistas. Tal situación no es exclusiva deesa isla, sino que también se produce enmuchas otras zonas de frecuentación malescalonada.

No obstante, algunos destinos han sabidomantener o recrear una frecuentacióninvernal: la Costa Azul y la Riviera, Egip-to, Baleares, la Costa del Sol, Venecia,Estambul, Djerba, etc. Malta, por ejemplo,resiste eficazmente las dificultades de la

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estacionalidad gracias a una políticacomercial activa y a la atracción que ejerceconstantemente, por la comunidad de idio-ma, en la clientela británica.

La expansión del turismo de negocios, lafrecuentación de casinos, parques y jardi-nes naturales y de parques recreativos, asícomo la explotación de ciertos «nichos»del turismo «activo», y el desarrollo delturismo de tercera edad, permiten en cier-tos casos alargar la temporada. En la CostaAzul, el 25% de la actividad está vinculadaal turismo de negocios y la ciudad deMonaco experimenta por ello una frecuen-tación escalonada. Asimismo, Estambul haestablecido con éxito una política activa enla organización de congresos. Hay grandesmanifestaciones, como carnavales, festiva-les y encuentros deportivos organizadosfuera del período de vacaciones, en laCosta Azul, la Riviera, la Costa del Sol oVenecia, que también contribuyen a«desestacionalizar» la frecuentación.

2.4. Los conflictos políticos y elterrorismo

Dejando aparte los países pertenecientes ala Unión Europea, la política en la zonamediterránea es inestable. Los cambios deEuropa oriental se agregan a los problemastradicionales del Oriente Próximo.

afectadas. Los países mediterráneos delOriente Próximo han registrado una dismi-nución del 10% de llegadas y del 21% deingresos en el año considerado. Los desti-nos europeos, a causa de un juego de vasosparcialmente comunicantes, se beneficiaronentonces de esa desviación.

Asimismo, el hecho de que en ciertospaíses (Egipto y parte oriental de Turquía)los turistas sean víctimas directas de lainseguridad ha perjudicado gravemente aestos destinos y a su imagen. Por el contra-rio, la situación más estable en el Líbanoha permitido una recuperación, todavía frá-gil, de la economía turística de este país,sin que por ello haya vuelto todavía a tenerla atracción que antes ejercía en las cliente-las del Oriente Medio.

Cabe observar que los problemas relacio-nados con la seguridad de los turistas coinci-den con la contaminación accidental en quesu incidencia es a la vez grave, inmediata yrelativamente temporal, dependiendo muchomás de cómo el caso en cuestión quedereflejado en los medios de comunicación delos países emisores que de su gravedad real.Siempre que se trate en esencia de un pro-blema de comunicación, las campañas pro-mocionales bien concebidas pueden limitarlos efectos de esos problemas, o, posterior-mente, restablecer la imagen de un destino.

En 1991, la guerra del Golfo y el conflic-to yugoslavo (cerca de siete millones deturistas viajaban antes cada año hacia laCosta Adriática de Yugoslavia) han pertur-bado la economía turística de las zonas

2.5. Los problemas monetarios

La vulnerabilidad del turismo a los cam-bios bruscos de las divisas de los paísesemisores frente a los países receptores no es

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exclusiva de la zona mediterránea, pero semanifiesta en ella con frecuencia. Algunosde estos destinos han sido muchas veces víc-timas o beneficiarios de esos movimientos.Así, la temporada de verano de 1993 se hacaracterizado por la debilidad relativa de lalira italiana y de la peseta, lo que ha resta-blecido la competitividad de estos paísespero ha frenado la salida al extranjero de susresidentes.

2.6. El envejecimiento del producto

El envejecimiento del producto turísticoes una dificultad más duradera que caracte-riza ciertos destinos tradicionales. Esteefecto es consecuencia del estado obsoletode las instalaciones y de la creciente inade-cuación entre la naturaleza del producto yla demanda internacional.

A este respecto, la situación de la indus-tria hotelera española es especialmente sig-nificativa. Esta industria comercializa tra-dicionalmente un producto simple (mar,playa y sol) para una clientela del norte deEuropa con limitado poder adquisitivo. Lamala situación económica de ciertos paísesemisores, la transformación cualitativa dela demanda —a favor de un turismo más«activo» y un medio ambiente mejor— asícomo el elevado tipo de cambio de la pese-ta hasta 1992, fueron causa de las dificulta-des del destino.

Entre 1988 y 1990, la pérdida de competi-tividad de la industria turística española, sereflejó en una disminución del 5% de turis-tas extranjeros, del 10% de la duración de

sus estancias, del 15% de sus gastos diariosy del 28% de los ingresos en divisas. Losgrandes acontecimientos de 1992 (Sevilla yBarcelona), las tres devaluaciones de sumoneda y el plan de competitividad puestoen marcha por el Gobierno de España,podrían sin embargo subsanar esa tendencia.

Francia (donde también se ha lanzado unplan de modernización de la hosteleríafamiliar) e Italia (en especial en la Costadel Adriático, donde el producto es pocodiversificado y adolece en consecuencia deuna estacionalidad demasiado fuerte de fre-cuentación) experimentan problemas simi-lares y tratan también de corregirlos.

El Plan Nacional de Turismo (1994-1997) en vías de aprobación en Portugal(país no mediterráneo pero vecino y quecomporte la misma problemática), se ins-cribe en una lógica similar de moderniza-ción de la oferta y de diversificación de unproducto hasta ahora excesivamente deplaya, sobre todo en el Algarve. Golf, turis-mo rural, gastronomía, caza y pesca, terma-lismo y turismo religioso, son los nuevosvalores cuyo desarrollo estimulan las auto-ridades públicas.

2.7. La reorientación del mercadoeuropeo de las vacaciones

El Mediterráneo tiene cada vez más com-petidores en el mercado europeo de lasvacaciones.

Este mercado cambia, y las formas dedemanda que en él se desarrollan no sonnecesariamente aquéllas sobre las cuales se

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han concebido los productos del turismomediterráneo.

Las estancias se multiplican, pero seacortan; los gastos diarios descienden y lasprestaciones accesorias se reducen; el turis-mo rural organizado, el turismo «activo»,el turismo de aventura y de descubrimientoy el ecoturismo se desarrollan; el autocaradquiere una preponderencia crecienteentre los medios de transporte, y su expan-sión corresponde a menudo a los desplaza-mientos de la tercera edad o de los gruposescolares. Este medio de transporte planteaun problema de alojamiento para los gru-pos (55 personas en promedio) en una hos-telería tradicional de capacidad unitaria fre-cuentemente demasiado escasa.

A la vez, se establece una red de nuevasinfraestructuras de comunicación (comuni-caciones terrestres y aeropuertos), que inte-resa de manera menos señalada al contornomediterráneo (exceptuando el tren de altavelocidad Madrid-Sevilla y los futurosenlaces TGV del Sur de Francia) que a laszonas centrales del continente europeo.

Esos elementos, unidos a la aparición denuevas reservas de clientela en Europaoriental y al costo generalmente elevado delos destinos mediterráneos, no deja de pre-sentar un riesgo para estos últimos. Lacompetencia con la fachada atlántica y conel turismo interior, rural o urbano, se incre-menta.

Aún más, la competición se acentúaentre la zona mediterránea y otras zonas devacaciones que incrementan sus cuotas de

mercado: Océano Indico, Asia oriental ymeridional y el Caribe. El aumento de estacompetencia con destinos nuevos, algunosde los cuales son comparativamente bara-tos, plantea al Mediterráneo un verdaderoproblema de competitividad, de adaptacióny de calidad de la gama de los productosque ofrece.

3. LOS ESFUERZOSINTERNACIONALES Y LAACCIÓN DE LA ORGANIZACIÓNMUNDIAL DEL TURISMO

Los esfuerzos de los países costeros en elMediterráneo para explotar su potencialturístico no están sin duda a la altura delpeso económico de esta industria en laregión. Sean realizados en un plan internoo presenten una dimensión multilateral, confrecuencia se tropiezan con una incompren-sión profunda de la propia naturaleza deldesarrollo turístico.

Con frecuencia prevalece la opiniónsegún la cual, como consecuencia de la cre-ciente demanda de ocio y aumento deltiempo libre, la industria turística se desa-rrolla espontáneamente y no requiereapoyo público.

Este criterio, que no es propio de los paí-ses mediterráneos, demuestra una incom-prensión muy extendida de la naturalezadel fenómeno turístico y de la necesidadque tienen las empresas privadas del sectorde contar con una estructura física, medio-ambiental, reglamentaria, social y fiscalpropicia para su desarrollo.

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No obstante, esta perspectiva simplistaentra progresivamente en conflicto con loscrecientes problemas relativos a los efectosexternos negativos que se producen enmateria de transporte y medio ambiente.Por esa razón, las autoridades públicas, aveces bajo la presión de los acontecimien-tos y generalmente sólo bajo la perspectivade este criterio reduccionista, suelen inter-venir de manera defensiva para responder aproblemas acuciantes: saturación de lossitios y de las vías de comunicación y de lacontaminación o degradación de los espa-cios frágiles.

Pero en ciertos casos, afortunadamente, suactitud es la de anticipar —y no simplemen-te reaccionar— abordando la problemáticadel desarrollo turístico en su totalidad. Estees el caso en especial que se presenta cuan-do el turismo se utiliza para promover laspolíticas de ordenación del territorio y pararesponder al declive de la agricultura medi-terránea tradicional y a los problemas dereconversión de ciertas zonas industrialesportuarias.

De entrada, estas políticas de desarrolloturístico se realizan en el plano interno, ypueden presentar también una dimensióncolectiva. De esta última, la ComunidadEuropea ha sido lógicamente el principalvector, pero otras instituciones, en especialla Organización Mundial del Turismo, con-tribuyen también activamente a ella. Sucesi-vamente se evocarán los esfuerzos desplega-dos por la Comunidad, y desde ahora por laUnión Europea, las otras iniciativas multila-terales y la acción de la Organización Mun-dial del Turismo.

3.1. Los esfuerzos desplegados por laUnión Europea

Las acciones estructurales de la Comuni-dad, seguidas desde ahora por las de laUnión Europea, a favor del desarrollo delturismo mediterráneo, han presentado suce-sivamente diversas formas.

La primera, de 1986 a 1992, consistió enlos Programas Integredados Mediterráneos(PIM), de los que se favorecieron Italia,Francia y Grecia en la perspectiva de laadaptación de sus economías al ingreso deEspaña y Portugal en la Comunidad. Los 29PIM representaron un esfuerzo financiero de4.100 millones de ecus, de los cuales el 13%se reservó a la adaptación de la industriaturística.

Durante el mismo período que el abarca-do por los PIM, la Comunidad llevó a caboel programa MEDSPA a favor de la protec-ción del medio ambiente en la región medi-terránea, con un total de 39 millones deecus.

Desde la reforma de 1988, los fondosestructurales comunitarios incrementaronsus aportaciones a la industria turística. Estapolítica se refiere tanto al FEDER como alFEOGA y al Fondo Social Europeo, y sereforzará con la intervención del nuevoFondo de Cohesión.

Con la reforma de los fondos estructura-les, el objetivo principal (objetivo 1) recaeen las regiones de desarrollo atrasado, queson las mediterráneas y las islas. En el perío-do 1989-1993, se destinaron 1.700 millones

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de ecus al turismo en concepto del objetivo1, principalmente para las zonas mediterrá-neas. También pueden asignarse contribu-ciones atendiendo a otros objetivos de losfondos estructurales: empleo, reestructura-ción industrial, y especialmente en cuanto alobjetivo 5 b a favor de las zonas rurales,especialmente las del sur de Francia e Italia.Se han destinado 180 millones de ecus alturismo rural francés, italiano, español yportugués en lo que se refiere al objetivo 5 bpara el período 1989-1993.

Por último, existen algunos programas,iniciativas y acciones comunitarias con inci-dencia directa en el turismo europeo. Entrelos más importantes cabe citar el programaENVIREG (500 millones de ecus), relativoa la relación turismo-medio ambiente; elprograma REGÍS (200 millones de ecus) afavor de las zonas periféricas de la Comuni-dad; el programa LEADER (400 millonesde ecus) para las zonas rurales y, fuera delmarco de los fondos estructurales, el progra-ma LIFE (400 millones), a favor del desa-rrollo sostenible.

Evidentemente, hay otras muchas accio-nes comunitarias que interesan al turismo yque tienen incidencia en las zonas medi-terráneas, incluso si no les están especifica-mente destinadas. Este es el caso del con-junto de las acciones en materia de forma-ción (programas COMETT, ERASMUS,PETRA, EUROTECNET, SKILL NEEDS,etc.). También deben citarse: la políticacomunitaria de transporte (liberalizaciónprogresiva, por «paquetes», del transporteaéreo, y la política de infraestructuras yextensión de la red de trenes de alta veloci-

dad), la política comunitaria de medioambiente (quinto programa que abarca elperíodo 1993-1997, adoptado en 1992), eldesarrollo de la informática en la industriaturística (proyectos ATIS y ULYSSES espe-cialmente) y, por último, las estadísticas deturismo en cumplimiento de una decisióndel Consejo de Ministros de 1990.

Por su parte, el Banco Europeo de Inver-siones contribuye a la financiación de insta-laciones turísticas y a la modernización deinfraestructuras hoteleras.

Los países del Este y del Sur del Medi-terráneo pueden favorecerse en ciertoscasos de las intervenciones del Banco o deacciones de cooperación financiadas por laUnión Europea a favor de los países endesarrollo.

Otra forma de intervención de la Comuni-dad ha sido su apoyo al programa de Bande-ras Azules iniciado por la Fundación para laEducación Medioambiental en Europa. Esteprograma constituye a la vez una fuente deinformaciones muy valiosas para los turis-tas, en lo que respecta a la calidad de lasaguas de baño y de las playas, y un fuerteincentivo para mejorarlas.

3.2. Las demás iniciativas multilaterales

Las demás iniciativas multilaterales queinteresan al turismo, especialmente en susrelaciones con el medio ambiente, no pue-den compararse lógicamente por su enverga-dura con las intervenciones de la UniónEuropea.

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Cabe citar el Plan de acción para elMediterráneo, adoptado en Barcelona en1975 bajo los auspicio del Programa de lasNaciones Unidas para el Medio Ambiente,la Convención internacional para la protec-ción del mar Mediterráneo contra la conta-minación y, como prolongación de estosúltimos, el Plan azul lanzado por la reuniónintergubernamental celebrada en Split en1977. Este último plan consiste en un estu-dio prospectivo sobre las relaciones entremedio ambiente y desarrollo en la regiónmediterránea.

Con la misma finalidad se celebró, enseptiembre de 1993, la Conferencia eurome-diterránea de Hyéres-les-Palmiers, sobre elturismo en el desarrollo sostenible, organi-zada por la doble iniciativa de la ComunidadEuropea y del Gobierno de Francia y en laque se adoptó una declaración solemnesobre turismo mediterráneo. Esta conferen-cia se prolongará con el establecimiento deuna red en los países participantes, y seráseguida por una nueva conferencia previstaen Marruecos para 1995.

Entre las acciones conjuntas de los paísesmediterráneos conviene citar también laDeclaración sobre el Mar Adriático, firma-da en 1991, en la que se establecía un pro-grama específico para este mar en la líneadel Plan de acción para el Mediterráneo.

Con respecto a sus programas de activida-des propias, otras instituciones internaciona-les, en particular la Comisión de las Nacio-nes Unidas para Europa, la OrganizaciónInternacional del Trabajo, la OrganizaciónMarítima Internacional, la UNESCO y el

Consejo de Europa, aportan también suapoyo, especialmente en lo que se refiere alas dos últimas organizaciones, al desarrollodel turismo mediterráneo en sus dimensio-nes medioambientales y culturales.

El Banco Europeo para la Reconstruccióny el Desarrollo (BERD) ha emprendidoalgunas acciones a favor de los países delMediterráneo oriental, entre las cuales laprincipal incidió en Albania. Muy reciente-mente, el Banco Mundial decidió aportar unapoyo significativo (cerca de 130 millonesde dólares) a la diversificación turística deEgipto y en especial a las instalaciones dellitoral del Mar Rojo y al desarrollo de loscruceros fluviales en el Nilo. El préstamo secompletará con una ayuda de la Global envi-ronment Facility para la ordenación del lito-ral afectado por los desarrollos futuros.

3.3. La acción de la OrganizaciónMundial del Turismo

Lógicamente, la Organización Mundialdel Turismo es muy activa en la regiónmediterránea.

La OMT interviene ante todo por interme-dio del conocimiento estadístico de losmovimientos y por el de los mercados y pro-ductos. Tres seminarios se dedicaron a esteúltimo objeto: en Chipre, en 1991, en ElCairo en 1992 y en Hama (Siria) en 1993.

La OMT se esfuerza también en promo-ver la integración turística de los países dela región, sean o no miembros de la UniónEuropea. La Organización ha dedicado dos

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reuniones a esta política, en Estambul en1990 y en Brujas en 1992.

Bajo los auspicios de la OMT, y junto conel Gobierno de Turquía, en 1993 se estable-ció un programa regional de acción a favorde los países de Europa oriental, del MarNegro y de Asia central.

Por último, la OMT aporta su contribu-ción a una política de desarrollo equilibrado:con sus diversas actividades en medioambiente, con acciones a favor de la moder-nización de las empresas del sector (semina-rio sobre los PME de la industria turísticamediterránea, celebrado en Milán en 1991),con su acción de asesoramiento en materiade estructuración de las administracionesnacionales de turismo (seminario de Buda-pest de 1993) y con su apoyo a los estableci-mientos universitarios de la región (Tánger,Roma, Zagreb y Estambul). La OMT inter-viene finalmente con proyectos que ejecutaen su calidad de organismo del Programa delas Naciones Unidas para el Desarrollo(Montenegro, Grecia, Malta y Chipre).

4. CONCLUSIONES

El carácter, la diversidad y la calidad delproducto ofrecido por el Mediterráneo, sufuerte adecuación a las expectativas de laclientela y a su evolución, la razonable com-petitividad de algunos de sus destinos meri-dionales y orientales, su proximidad a losmercados emisores del norte de Europa y sufacilidad de acceso, son factores que, duran-te mucho tiempo todavía, le permitirán con-servar su primer puesto entre las regiones

turísticas mundiales, en especial para elturismo de vacaciones. El Mediterráneocontinuará siendo el gran lago de vacacio-nes evocado por Gilbert Trigano.

Sobre la base del reciente estudio de laOMT sobre las Previsiones del turismointernacional hasta el año 2000, puede pre-verse razonablemente un crecimiento anualmedio cercano al 3% hasta fines de siglopara las regiones mediterráneas, sobre todopara el Mediterráneo oriental, y algo menospara los países costeros de Europa occiden-tal. El Mediterráneo registrará aproximada-mente de 110 a 120 millones de llegadas deturistas internacionales a fines del decenioen curso, sin contar los movimientos inter-nos de los países y los viajes de un día.

Por su parte, el Plan Azul había previstoun incremento del 70% de los movimientosturísticos en la región en el período 1984-2000.

Un fenómeno de semejante dimensión,que se agrega a los fenómenos de urbaniza-ción, intensificación agrícola y concentra-ción de las redes de transporte en el litoral, ypor tanto a las dificultades que experimentael medio ambiente de las zonas turísticascomo consecuencia de las demás actividadesque se ejercen en la zona, justifica plena-mente la adopción de una gestión basada enla prudencia.

Los ejes de una política turística que con-cilie desarrollo y conservación, es decir,estímulo y moderación, son bien conocidos.No resulta necesario exponerlos detallada-mente aquí, pero son cada vez más implíci-

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tas en las políticas nacionales y en las inter-venciones de las organizaciones internacio-nales, en especial las de la Unión Europearelativas a las regiones mediterráneas.

Su formulación más completa y precisa seencuentra en la reciente publicación de laOMT Sustainable tourism development:guide for local planners, que, en resumen,afirma que una política activa del turismo,atenta a la conservación del medio ambientenatural —base misma de su desarrollo—debe basarse en cinco factores: definición delos problemas, estímulo al desarrollo, regla-mentación de las profesiones y estableci-mientos turísticos, educación e información.

La definición de los principales proble-mas de la compleja relación entre desarrolloturístico y medio ambiente debe preceder atoda decisión de intervención. En este puntose sitúan las reflexiones relativas a los indi-cadores de incidencia medioambiental, lacapacidad turística de las zonas y el análisisde los fenómenos de saturación. Los estu-dios de incidencia que en numerosos paísespreceden obligatoriamente el lanzamientode proyectos de ordenación turística corres-ponden a este enfoque.

El estímulo al desarrollo turístico no essupérfluo, incluso en una región como elMediterráneo donde las condiciones sonnaturalmente favorables y el mercado tiendeespontáneamente a desarrollarse. La utiliza-ción de los diversos puntos de apoyo dispo-nibles (fiscalidad, ayuda a la inversión, rea-lización de infraestructuras públicas, forma-ción y promoción, etc.) debe modularse paramaximizar la explotación equilibrada de las

posibilidades de los sitios y de los destinos,pero también para orientar el desarrollohacia las zonas originalmente peor situadas(regiones interiores). Este estímulo debetener especialmente por objeto una equili-brada distribución espacial y temporal de losmovimientos, sobre todo suprimiendo pro-gresivamente los obstáculos institucionales(calendario escolar, por ejemplo).

La reglamentación de las profesiones y delos establecimientos turísticos no es un finen sí misma. Esta reglamentación se justifi-ca por el doble motivo de proteger al consu-midor y respetar el medio natural, principal-mente de los sitios culturales o naturales yde los espacios sensibles (bosque, zonashúmedas, etc), particularmente frecuentadosy amenazados en las regiones mediterráne-as. Esta reglamentación se traduce en la pla-nificación física, regional o local (normas deurbanismo), el control de las licencias deconstrucción, de los movimientos y de laseñalización turística, las normas técnicasaplicables a los establecimientos y su clasi-ficación (hoteles, alojamientos de turismosocial, terrenos de camping-caravaning,«marinas» y puertos de recreo, etc.), la auto-rización para ejercer algunas profesiones(agentes de viajes, guías de museos y monu-mentos, etc.).

Las actividades de educación e informa-ción deben ser el núcleo de una política deturismo atenta a evitar un desarrollo anár-quico y de mala calidad. Estas actividadesse aplican tanto a las instancias decisorias(sobre todo elegidas localmente) como a losoperadores y, cada vez más, a los propiosvisitantes. Tanto por la educación inicial

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como por la formación profesional continua,esta acción se relaciona con los diversosniveles de formación y el total del personalde los establecimientos turísticos, en ladiversidad de sus dimensiones y actividadesy representa la clave del éxito de los demáscomponentes de una política de desarrollosostenible y equilibrado del turismo.

Enfocar el turismo en términos de desa-rrollo sostenible para el Mediterráneo noequivale a sacrificarse a una moda intelec-tual, sino a considerar objetivamente la rea-lidad de hoy día y sobre todo la de mañana.

Notas

1. Los datos numéricos que se indican en estedocumento proceden principalmente de la OMT yde la Economist Intelligence Unit.

2. Cifras globales de estos países que incluyenzonas no mediterráneas. Si se excluyen estasúltimas, las llegadas de turistas internacionalespueden evaluarse en 10 millones para Francia, 26para España y 22 para Italia.

3. Las políticas nacionales, apoyadas en laacción de las colectividades locales, pueden adquirira veces una dimensión importante, como lasrelativas al desarrollo turístico del Mezzogiorno enItalia. Su diversidad no permite señalarlas aquí.

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