El tren, de Josefa Martínez
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RELATOS DE VERANO 2013
Muchas son las personas que acuden a lo largo del año a la
Biblioteca Pública de Albacete: unos buscan fantasía, otros
información, otros estudiar…. Y hay quienes encuentran en la
Biblioteca un lugar, o un motivo de inspiración, para poder
escribir.
Son escritores. Son NUESTROS escritores, porque escribir
es una voluntad, no un don ni un momento de inspiración
pasajera. Y los relatos que forman esta “serie” tienen esa
determinación. Tienen, en definitiva, algo que contar. Y lo
cuentan. Los relatos que te ofrecemos en las próximas
semanas no están escritos por autores que puedan consultarse
en una Biblioteca: son lectores que, por esta vez, han cambiado
la afición de leer páginas por la de escribirlas.
Para la Biblioteca de Albacete es un placer ser mucho más
que el lugar donde se guardan los libros: queremos contribuir a
ese inmenso patrimonio cultural que es una biblioteca con la
vida de quienes nos visitan y nos dan la razón de ser.
Añadiendo su obra. Suyo es el mérito, nosotros sólo ponemos
la intención y los medios.
A lo largo del verano y el otoño te ofrecemos el fruto de
quienes, con su silencioso trasiego, habitan esta biblioteca.
Estás invitado a pasar a leer, estudiar, investigar y… escribir.
Disfrútalo.
EL TREN Josefa Martínez
Gloria sonríe suavemente mientras se deja mecer por el
traqueteo del tren. Está satisfecha del resultado de su viaje a
Andalucía. Realmente ha hecho bien yendo a visitar a su tía
después de un año entero y la verdad es que no puede estar más
contenta. La buena mujer se ha alegrado de verla y han
compartido unos días de intimidad y buenos recuerdos.
-Señora, perdone…
Gloria abre los ojos sobresaltada y se encuentra enfrente el
rostro de un hombre apuesto, con unos enormes ojos azules.
Tarda unos segundos en comprender que el revisor del tren le
está pidiendo el billete.
-Lo siento, me he quedado dormida… -Trata de espabilarse.
- No, perdone usted, si quiere paso luego.
-De ningún modo, tome, lo tengo aquí- Gloria le entrega el
billete.
-Muchas gracias, puede usted seguir descansando, aún
queda mucho viaje.
El hombre sigue su recorrido como si nada hubiera pasado,
sin embargo, Gloria se ha quedado impactada.
-Vaya, no todos los días tiene una la ocasión de hablar con
un hombre guapo.- Gloria cierra los ojos de nuevo y evoca su
rostro.
Ya faltan pocos minutos horas para llegar a la penúltima
estación y piensa que es el momento de tomar un café para
espabilarse. Se dirige a la cafetería del tren. Unos instantes
después ve llegar al otro extremo de la barra al revisor que se
pone de conversación con la camarera.
-Qué, Jesús, ¿cómo te va?.- Se nota en el tono de su voz
que le aprecia.
- Bueno, más o menos, Parece que fue ayer y dentro de
unos días hará el año, no me acostumbro hija. La casa se me
echa encima, el único alivio es venir a trabajar, así me distraigo y
no pienso en ella. Cuando mejor estábamos se me fue.
-Así es la vida. Pero tienes que hacer algo por distraerte, no
puedes quedarte con ese desánimo. Seguro que hay muchas
cosas que aún te interesan.
- Supongo que llegará ese día pero hoy no se me ocurre
nada. No te lo puedes imaginar, si al menos hubiéramos tenido un
hijo. La soledad es muy mala.
Gloria está tentada de intervenir en la conversación. Ella
puede entender muy bien lo que siente. También perdió a su
marido y desde entonces ha tenido que pasar por la misma
situación. Afortunadamente lo ha superado a base de voluntad y
valentía para encarar su nueva situación. Le gustaría decirle que
eso también se supera pero le parece una indiscreción.
Cuando vuelve a su asiento no puede quitarse de la cabeza
a ese hombre que tanto la ha impresionado.
“Señores viajeros, próxima parada…” La megafonía del tren
la saca de su ensimismamiento.
Al bajar del tren se cruza con el revisor y sus ojos se
encuentran un instante. Gloria le sonríe azorada, le gustaría
transmitirle algo de la alegría de vivir que ella ha recuperado.
Han pasado unos días y Gloria no ha podido olvidarse de
ese hombre, Jesús, había dicho la camarera del tren. Ella siempre
ha sido una persona que se sobrepone antes las dificultades y, en
esos momentos, urde un plan para conseguir volver a ver esos
ojos tan tristes que la han cautivado.
-Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va… ¡Al tren!. Es
la única solución, si no me pasaré la vida esperando que se
produzca una oportunidad de coincidir con él.- Gloria sonríe para
sus adentros.-Además tengo que averiguar si ha sido un
espejismo o realmente esa persona puede significar algo para mí.
Al día siguiente se arregla con esmero, se viste sus mejores
galas y como colofón se coloca sus pendientes de perlas que
tanto le favorecen. Camino de la Estación no puede dejar de
pensar si es el día más indicado, puede darse la circunstancia de
que tenga el día libre, o que no pase a pedir los billetes antes de
la primera estación, ha sacado el billete para la primera parada
del tren, y por otro lado confía en que lo encontrará. Ahora que se
ha puesto el mundo por montera no se puede permitir ni un gesto
de debilidad. Será como una prueba a superar, tiene que verlo,
comprobar que el efecto que le produjo el primer día se repite.
Gloria trata de distraerse mirando el paisaje que se
contempla desde el tren, alrededor todo es llanura y verdor. Los
tonos de verde se suceden como en un cuadro realista que
recoge la esencia de la naturaleza. Intenta disfrutar de esa belleza
pero una idea más poderosa la invade impidiéndole concentrarse
en el panorama que la rodea.
Faltan pocos kilómetros para llegar a la estación más
próxima, una especie de desánimo momentáneo la invade
cuando, de pronto, al fondo del vagón aparece la figura del
revisor. Gloria cierra los ojos y sonríe, es exactamente igual que lo
recordaba y el corazón, tanto tiempo dormido, le da un vuelco.
-Buenas tardes, ¿otra vez de viaje?. Jesús le sonríe
amablemente.
- Si, ya ve, pero esta vez me quedo más cerca. – Le acerca
el billete con una cara resplandeciente. No puede disimular su
alegría, la ha reconocido.
-Pues, buen viaje.-le dice al devolvérselo.
- Igualmente, a usted le queda más… - Y le parece adivinar
en su rostro algo diferente al primer día, un atisbo de brillo, un
poquito de luz en el azul de aquellos ojos que la fascinaron.
Gloria está dispuesta a ayudar al destino, piensa que no
puede perder esta oportunidad de ser feliz. Por eso, a partir de
ese día los viajes se suceden. Y cada vez que sube al tren se
repite el mismo ritual: la impaciencia por verlo, la emoción cuando
le ve dirigirse a ella, la sonrisa amplia y acogedora que le dedica,
la mirada intrigada y algo más brillante de él cuando la mira, las
palabras medidas y oportunas que requiere la situación. En una
ocasión él, dejándose llevar por la curiosidad, se sale del
programa.
-Vaya, otra vez de viaje. No va a ganar para el tren.
-Pues sí. Tengo una tía muy delicada … - Gloria se siente
mal por tenerle que mentir pero se tranquiliza pensando que es
una mentira a medias, es verdad que tiene una tía…, pero más
lejos.
-Pues seguro que se alegra de verla. Buen viaje. – La
sonrisa de Jesús se ha vuelto más franca, algo ha cambiado.
Hoy no toca viaje. Gloria todavía guarda en su retina la
imagen de Jesús cuando se encontraron el día anterior. Hoy va a
dedicar el día a hacer unas compras y aprovechará para ir a sacar
una entrada para un concierto de piano que hace tiempo está
esperando. Está en la cola de la taquilla cuando oye una voz
conocida.
-Hola, no sabía que fuera aficionada al piano.- Jesús la
contempla con satisfacción, a plena luz su mirada se vuelve más
azul y luminosa.
- Bueno, no es raro, en el tren siempre decimos las mismas
palabras.- Gloria sonríe feliz, es lo mejor que podría pasarle esa
mañana.
-Es verdad, pensará usted que soy muy serio pero mi puesto
requiere un trato correcto y amable, nada más. Aunque con usted
no sé qué me pasa, se puede decir que nos conocemos de toda
la vida.
-Hombre, no exagere, recuerdo perfectamente el día que
nos conocimos y no hace ni un mes.- Gloria se siente satisfecha
por lo que ha escuchado. El hecho de no ser una viajera más le
hace ilusión, es más, la anima a dar un segundo paso.- Mire, se
me ha ocurrido, que si sacamos las entradas juntas podremos
tener la ocasión de comentar el concierto, llevo tiempo esperando
escuchar a esta pianista y por fin ha llegado el día.
- Pues estupendo, yo también soy un admirador de sus
interpretaciones y con una “experta” al lado seguro que lo
disfrutaré el doble.
-No se burle, de experta nada pero sí una apasionada de la
música.- Le dirige una sonrisa cómplice.- Lo importante es dejarse
llevar por la emoción que transmite la música.
-Era broma, por cierto, mañana va a ir a ver a su tía?. Ya se
ha convertido en una agradable costumbre verla en el tren.- Los
ojos de Jesús se iluminan.
-Pues depende, hoy he hablado con ella y está mucho
mejor… Dentro de poco ya no hará falta que vaya, a no ser por
gusto.- Se prepara el terreno.
- Pues me alegro por ella, pero el viaje no será el mismo sin
usted.- Jesús se extraña de sus palabras, le salen sin pensar y se
siente lanzado.
-Eso se lo dirá a todas las viajeras…- Gloria se siente
apreciada, admirada.
-De ninguna manera, si me conociera mejor sabría que no
soy persona a la que le guste adular, solo digo lo que siento de
verdad.
- Pues muchas gracias, me hace sentir especial.- Gloria está
convencida de que las palabras de Jesús son sinceras, y lo que
sus miradas expresan es algo más que una incipiente amistad,
puede afirmar convencida que delante de ellos se abre un futuro
prometedor.
FECHA AUTOR TÍTULO
1 julio Teresa Sandoval La misma función
8 julio Trinidad Alicia García Valero
El baile
15 julio Josefa Martínez El tren 22 julio Mª Ángeles Marcos Tertulia en mis
pensamientos
29 julio Irene Blanca Sánchez Calma chicha
5 agosto Máxima Lizán La etapa de Gerona
12 agosto María Dolores Galán La verdadera historia de un triste radiador y una estufa solitaria
19 agosto Ignacio Martínez Poesía de verano
26 agosto Ana Yeste La marquesa
2 septiembre Sebastián Bellón Caribbean Dream
9 septiembre Ángela Anaya Quimérica añoranza
16 septiembre Daniel Molina Relato de primavera
23 septiembre Eugenia Pérez Soneto de madurez
30 septiembre Daniel Peña Sin pena y sin gloria y fantaseando un poco
7 octubre María Elena Gutiérrez Más allá de las portadas verdes
14 octubre Luciano Arechederra Mi fantasma
21 octubre Rosa Candel En el patio de mi casa