El sonido es una

vibración producida por un objeto material, que se transmite en forma de ondas, a través del aire. Éste tiene la propiedad de ser captado por el sentido auditivo, aunque no siempre sucede así, por ejemplo hay sonidos que escapan a la percepción humana y no a la de otros animales.

Un sonido agudo es el resultado de una alta frecuencia de vibración, si por el contrario, esta es baja, el sonido obtenido será grave. La frecuencia es la cantidad de ondas por segundo; las vibraciones rápidas o veloces son de alta frecuencia, mientras que las lentas son de baja frecuencia.

El volumen del sonido se mide en decibeles (dB) y está vinculado con la amplitud de la vibración. Por otro lado, el objeto que vibra recibe el nombre de “fuente sonora”; mientras más cerca de ésta se permanezca, más fuerte se escuchará el volumen del sonido emitido.

A diferencia de la luz, el sonido necesita un medio en el cual propagarse, y es por eso mismo, que no puede producirse en el vacío.

En el aire, y a una temperatura de 20º C, el sonido se propaga alrededor de 344 metros en un segundo, mientras que en el agua y el acero su transmisión es más veloz todavía. Mientras más alta sea la temperatura en que se encuentren los materiales, más rápidamente viajarán las vibraciones.

La contaminación sonora o acústica es uno de los problemas más comunes y molestos en las grandes ciudades, dado por el ruido excesivo, que daña la audición, llegando a producir en algunos casos sordera.